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EL REGIMEN CAMBIARIO DE LIBRE FLOTACION FAVORECE UNA

MAYOR DISCIPLINA FISCAL Y MONETARIA

Paradójicamente, el tipo de cambio fijo permite hasta cierto punto, esconder la basura
debajo de la alfombra. Mientras la moneda nacional se mantiene firme, la gente piensa
que todo está bien. Al amparo de este falso sentido de seguridad, el gobierno tiene un
amplio margen de maniobra para introducir políticas pocos prudentes. Al no haber ajustes
de política pequeños pero frecuentes, los problemas se acumulan y periódicamente se
necesitan ajustes drásticos. Esto sucedió en México en 1982 y 1995. Una fuerte
devaluación es más inflacionaria que una depreciación gradual. El argumento de que los
tipos de cambio flexibles originan una especulación desestabilizadora tampoco tiene
mucho peso.

Con el tipo de cambio fijo, los desequilibrios no atendidos se acumulan y en algún


momento todos los especuladores están convencidos de que la devaluación es inminente.
La sospecha de la devaluación provoca una crisis en la balanza de pagos.

La venta de dólares por parte del banco central, reduce la oferta monetaria, ya que, al
vender dólares por pesos, recoge la moneda nacional del mercado. Para contrarrestar este
efecto, el banco central utiliza los pesos ganados con la venta dólares para comprar
activos internos que circulan en la economía, con lo que se reinyecta la, moneda nacional
al mercado.
El intento de mantener el tipo de cambio fijo mediante una intervención esterilizada solo
logra aplazar un ajuste inevitable. Los especuladores, seguros de que al final ganaran,
sigue vendiendo la moneda nacional.

Devuelto o prsente en la balanza de pago

Sospecha de una devaluación inminente

Ventas masivas de la moneda nacional

Intervención Reacción
Esterilizada

Perdida de reserva y Equilibrio en la


devaluación balanza de pago

Una intervención no esterilizada podría mantener el nivel del tipo de cambio, pero a costo
de una fuerte recesión. El mecanismo es muy semejante al sentado en la figura,
sustituyendo la palabra “oro” por la palabra “dolar”. Cuando el banco de México vende
dólares, la oferta, monetaria se reduce porque cada persona que compra un dólar deja de
poseer la cantidad correspondiente de pesos.
Los bancos centrales que aplican un marco de política monetaria de metas u objetivos de
inflación no admiten que las intervenciones en los mercados cambiarios sean un
instrumento adicional de su praxis política; el Banco de México (BM) es uno de ellos.

La crisis del sistema monetario y financiero internacional de Bretton Woods y la


transición por parte de Estados Unidos y de las principales economías desarrolladas hacia
el régimen de tipo de cambio flexible a partir del 15 de agosto de 1971 marcan el
comienzo de la historia moderna de las intervenciones de los bancos centrales en los
mercados cambiarios (Edison, 1993; Sarno y Taylor, 2001). En este sentido, la principal
controversia sobre esas intervenciones gira en torno a su efectividad para afectar la
trayectoria del tipo de cambio en la dirección deseada por la autoridad monetaria.

En las economías del Grupo de los diez (G10), han existido cuatro etapas importantes
relacionadas con las intervenciones: 1) desde la crisis de Bretton Woods hasta fines de la
década de los setenta, en la que la mayoría de los países realizaban intervenciones en
forma individual o coordinada para apreciar o depreciar una moneda; 2) desde fines de la
década de los setenta hasta mediados de la década de los ochenta, cuando los bancos
centrales disminuyeron su presencia en los mercados de divisas; 3) desde 1985 hasta
principios de la década de los noventa, cuando se realizaron los acuerdos del
Hotel Plaza (1985) y de Louvre (1987); 4) desde mediados de la década de los noventa
hasta el presente, el cual es un periodo dominado por intervenciones individuales.

Banco de México Banco de México

Compra de dólares en el Vende bonos en el mercado


mercado abierto abierto

Base monetaria constante

Reducción de la deuda Aumento de la deuda


externa interna
El régimen de libre flotación no excluye la posibilidad de una depreciación busca del peso
frente al dólar, si cambia la percepción que los mercados internacionales atiene de
México. Un posible ajuste de la paridad no tendría consecuencias desastrosas si el Banco
de México se abstuviera de intervenir en él, mercado cambiario.
La mejor garantía de no intervención de las autoridades monetarias es no contar con las
reservas suficiente para hacerlo. La experiencia demuestra que la única circunstancia bajo
la cual la flotación es verdaderamente limpia es cuando el banco central no posee las
reservas adecuadas.
Los dólares que el banco de México compra ejerciendo sus opiniones mensuales deberían
ser utilizados para reducir la deuda pública externa y no para abultar las reservas
internacionales. Para evitar que las compras de dólares por parte del Banco de México
aumenten la base monetaria y la calidad del dinero en la economía, el banco de México
está obligado a esterilizar estas compras. Por ejemplo, si a la compra mil millones de
dólares debería vender los instrumento de deuda interna por las misma cantidad

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