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Informe de lectura

Artículo: “Mestizo… me lo llamo yo a boca llena y me honro con él”. Race in Inca
Garcilaso’s Royal Commentaries of the Incas and General History of Peru”
Autora: Margarita Zamora
Estudiante: Caro Ojeda, Marlon Enrique
Código: 15030117
La autora de este artículo propone, a través del análisis de dos fragmentos
correspondientes a los Comentarios reales de los Incas y La Florida del Inca, ambos
textos de Garcilaso de la Vega, cómo el cronista realiza se referencia a sí mismo,
transpone su propia concepción de lo racial de un texto al otro, adoptando una posición
frente al mundo, una agencia. Existe una intertextualidad entre ambos textos: el autor
indica que, aunque ya había tratado el tema racial en La Florida del Inca es en los
Comentarios reales de los Incas donde el tema encuentra “su propio lugar”.
Para desentrañar esto, la autora se basa en algunos conceptos de Julia Kristeva
acerca de la transposición y la posición tética. Para Kristeva, los textos no están
simplemente incorporados unos a otros, sino más bien se transforman para crear una
nueva posición de subjetividad. “El pasaje de un sistema de signos a otro implica una
alteración de la posición tética – la destrucción de una antigua posición y la formación
de una nueva”, indica Kristeva. Lo tético se refiere a la posición enunciativa y denotativa.
El uso de Kristeva del concepto de “posición tética” se refuerza con la capacidad del
sujeto para emitir un juicio y expresarlo como una afirmación habilitada por la gramática
y la sintaxis. La escritura permite tomar una posición, una identidad y ejercer una
agencia discursiva.
De esta forma, existe un quiebre tético cuando el Inca Garcilaso pasa de un
discurso racial neutral o desproblematizado (La Florida del Inca) a uno abiertamente
beligerante y cuestionador del orden colonial (Comentarios reales de los Incas). En el
primero, no existe alusión alguna al problema racial, y los diversos grupos humanos son
expresados a través del colectivo “nación”. En el segundo texto, por el contrario, y si
bien se parte del colectivo “generaciones”, pronto se muestra la diversidad racial y la
implicancia que esto tiene a nivel social: términos como “cholo”, “montañés”, “indio”,
etc., adquieren un valor inequívoco de minusvaloración y estigma.
Este aspecto tiene mucha implicancia por cuanto, como nos informa la autora, el
contexto en el cual el Inca Garcilaso de la Vega estaba inmerso prestaba mucha atención
a las diferencias raciales, no tanto en términos fenotípicos (discurso que se hizo presente
más bien en el siglo XVIII), sino culturales. Estaba presente, por un lado, la concepción
de “raza” referido a la intrusión de moros, judíos y recientes conversos en territorios
mayoritariamente cristianos. Las políticas de limpieza de sangre (que el Inca Garcilaso
de la Vega, por su parte, no rechazó) estigmatizaron a grupos sociales y ganaron espacios
en la Colonia, y materializaron con obras como Política indiana de Juan de Solórzano y
Pereyra (1629), así como la estigmatización que hubo del sujeto mestizo.
Al ser el Inca Garcilaso de la Vega un mestizo (ilegítimo), el problema le atañía
directamente, por lo cual la forma en la cual reacciona ante ésta es a través de diversos
dispositivos retóricos, que incluyendo desde la sátira sutil hasta la confrontación directa.
Como menciona Margarita Zamora, a modo de conclusión:
“Garcilaso respondió a las tensiones en la sociedad peruana, en evidente proliferación
de legislación racista, las olas de rebelión contra el colonialismo español, y las medidas
punitivas que tomaron los oficiales de la colonia para erradicar todos los vestigios de la
dominación y resistencia Inca durante la segunda mitad del siglo XVI.”. (p. 186)

Es así que, al mostrar el funcionamiento racial dentro de la Colonia y su carga


peyorativa, estaba tomando agencia ante el mundo y manifestando una subjetividad
consciente de la problemática racial que sometía a unos y apreciaba a otros.
Consideramos que este artículo resulta iluminador por cuanto, a través de su
análisis histórico (las políticas de Indias, las persecuciones a judíos y moros) su cotejo de
fuentes (como el de Solórzano y Pereyra) y su análisis lingüístico (los orígenes de lo
racial). Resulta también importante la forma en la cual configura el problema racial no
en términos biológicos, que no eran los frecuentes en el período del Inca Garcilaso de la
Vega, sino más bien en términos culturales e incluso políticos. El mismo cambio de
posición del Inca Garcilaso de la Vega (el quiebre tético en términos de Kristeva) nos
muestra lo acuciante que era el problema racial y al cual un autor como él (tanto por su
origen, como por sus pretensiones sociales y su formación humanista) no podía elidir.

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