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FORMAS LIQUIDAS ORALES

Los líquidos de administración oral son normalmente, disoluciones, suspensiones o emulsiones


que contienen uno o más fármacos en un vehículo apropiado y que están destinadas a ser
ingeridas sin diluir o previa dilución. También pueden prepararse de forma extemporánea antes de
su ingestión a partir de polvos o granulados y de un vehículo apropiado. Los vehículos más
utilizados son el etanol, la glicerina, el propilenglicol y el agua purificada. Atendiendo al sistema
fisicoquímico que constituye la formulación y a su destino en el organismo, las preparaciones
líquidas orales pueden clasificarse del siguiente modo;

a) Soluciones orales:

— Destinadas a ser ingeridas:

 Soluciones.
 Jarabes.
 Elixires.

— Destinadas a su aplicación tópica a nivel de la cavidad bucal:

 Colutorios.
 Soluciones para gargarismos.
 Soluciones para enjuagues.

b) Suspensiones orales.

c) Emulsiones orales.

No se incluyen en la clasificación los preparados obtenidos por disolución extractiva (tisanas,


tinturas, alcoholaturos, etc.) o por destilación (hidrolatos y alcoholatos), por su menor difusión en
el campo farmacéutico.

Las formas líquidas orales .suelen presentar algunas ventajas, como una mayor biodisponibilidad
que las formas sólidas, un menor efecto irritante sobre la mucosa gástrica y una mayor facilidad de
ingestión por parte de pacientes pediátricos y geriátricos que las formas sólidas. Entre los
inconvenientes, cabe destacar el mayor riesgo de contaminación y la posible inestabilidad de los
fármacos en disolución.

1.1. Soluciones orales destinadas a ser ingeridas

1.1.1. Soluciones

Son formas farmacéuticas que contienen uno o más fármacos disueltos en un líquido y que, por
sus componentes o modo de preparación, no están incluidas en otra categoría. Se administran por
vía oral y se dosifican por volumen. Pueden presentarse como soluciones límpidas y transparentes
de sabor y olor agradable, o como un producto sólido (polvo o granulado) para disolver
extemporáneamente en el vehículo que le acompaña (agua purificada u otro).
A) Componentes de las soluciones orales

Los componentes básicos de las soluciones orales son el fármaco o fármacos y el vehículo, que
habitualmente es agua purificada. Además, pueden contener sustancias auxiliares como
tampones, humectantes, solubilizastes, conservantes, estabilizantes, aromatizantes, edulcorantes
y colorantes, que cumplen los siguientes objetivos:

— Conseguir la compatibilidad con el medio fisiológico.

— Facilitar la solubilización del fármaco.

— Mantener la estabilidad física y química de los componentes.

— Prevenir el crecimiento de microorganismos.

— Corregir el olor, sabor y color, para facilitar la ingestión de la solución.

B) Preparación de las soluciones orales

El proceso de preparación supone solubilizar los componentes de la formulación en el vehículo


seleccionado. Los problemas que pueden plantearse son los mismos que se dan en la elaboración
de disoluciones y derivan de las características fisicoquímicas y galénicas de los componentes y de
la aceptabilidad de la formulación por parte del paciente. Asimismo, factores corno la
temperatura, el tamaño de partícula, la utilización de una mezcla de disolventes, la adición de
sustancias auxiliares, etc., influyen de igual modo que en cualquier disolución.

La elaboración de polvos o granulados para la preparación extemporánea de soluciones orales


implica mezclar correctamente las sustancias auxiliares con el fármaco y seleccionar el adecuado
disolvente (o mezcla de disolventes), de modo que la incorporación del sólido en el vehículo
proporcione rápida y fácilmente una disolución.

1.1.2. Jarabes

Son preparaciones acuosas, límpidas y de elevada viscosidad, que contienen un azúcar,


generalmente sacarosa, en concentración similar a la de saturación. Si el agente edulcorante es la
sacarosa, la densidad del jarabe es 1,313 a 15-20 °C; el punto de ebullición, 105 °C, y el contenido
en sacarosa, 64-65% (p/p), que corresponde aproximadamente a 2/3 de sacarosa y 1/3 de agua. En
el caso de utilizar glucosa, hay que tener en cuenta que ésta es menos soluble que la sacarosa y la
saturación corresponde a una concentración aproximada del 50% (p/p), es decir 1/2 de glucosa y
1/2 de agua. Por tratarse de preparaciones acuosas, los jarabes son apropiados para la
administración de fármacos hidrosolubles. Asimismo, por no contener alcohol (o contenerlo en baja
cantidad) y por su sabor agradable, son formas líquidas orales de amplia difusión en pediatría.

A) Funciones del azúcar

El azúcar ejerce una acción conservante, edulcorante y viscosizante. La alta concentración de azúcar
le confiere al jarabe una elevada presión osmótica que impide el desarrollo fúngico y bacteriano.
Las soluciones azucaradas sustraen de los microorganismos, por ósmosis, el agua que éstos
necesitan para su desarrollo.
Los jarabes son formas fuertemente edulcoradas que facilitan la administración oral de fármacos
que tienen caracteres organolépticos desagradables. Por este motivo, son fácilmente aceptados por
niños y ancianos y habitualmente prescritos en pediatría y geriatría.

También sirve para disimular el sabor amargo de los preparados que contienen vitaminas de!
complejo B.

B) Tipos de jarabes

Existen dos tipos de jarabes: los aromáticos y los medicamentosos.

1.- Jarabes aromáticos

Los jarabes aromáticos, llamados también “no medicamentosos”, son aquellos que no contienen
sustancias farmacológicamente activas. Son, en realidad, soluciones saturadas de un azúcar que
pueden contener sustancias aromáticas o de sabor agradable y agentes correctores del color. Se
utilizan para las siguientes finalidades:

-Como vehículos en preparaciones extemporáneas, ya sean soluciones o suspensiones.

-Corno punto de partida para la preparación de jarabes medicamentosos.

-Como integrantes de otras formas farmacéuticas: para corregir el sabor de formas líquidas orales,
como espesantes de disoluciones orales o como agentes aglutinantes en la preparación de
granulados.

2. Jarabes medicamentosos

Son jarabes aromáticos que contienen uno o más fármacos y se emplean en terapéutica por la
acción característica de los fármacos de la fórmula. En los cuadros 1.2 a 1.3 se recoge la composición
de algunos jarabes medicamentosos.
C) Jarabes especiales

Son aquellos que no responden a la clásica definición de jarabes. Pueden ser de dos tipos; sin aztícar
y jarabes suspensión

1. Jarabes sin azúcar

En su composición se sustituye el azúcar por polioles o edulcorantes sintéticos. Cuando el fármaco


es inestable en presencia de sacarosa, como por ejemplo la vitamina se hace necesario eliminar la
sacarosa de la fórmula e incorporar en su lugar polioles. Generalmente se utiliza una solución acuosa
de sorbitol al 70%. En jarabes polivitamínicos se ha comprobado la excelente estabilidad de las
vitaminas en vehículos que contienen sorbitol o mezclas de esta sustancia y propileo- glicol. Otras
veces la sustitución del azúcar se debe a que los jarabes van destinados a diabéticos o a personas
con dietas hipocalóricas, que no pueden ingerir sustancias glucogénicas (se convierten en glucosa
en el organismo). Estos jarabes se elaboran a partir de una solución acuosa del fármaco o fármacos,
sustituyendo total o parcialmente la sacarosa por sustancias no glucogénicas. Se emplean las
siguientes:

— Azúcares corno la fructosa.

— Polialcolioles como el sorbitol, la glicerina y el propilenglicol.

— Soluciones de edulcorantes de síntesis (sacarina sódica, ciclamato sódico, etc.), viscosizadas con
derivados de la celulosa (metilcelulosa, carboximetileelulosa, hidroxietilcelulosa, etc.), alginatos,
glicerina, etc. El ciclamato es 30 veces más dulce que la sacarosa y 10 menos que la sacarina, pero
tiene la ventaja de no dejar un sabor final amargo, como ocurre con la sacarina. Dosis muy elevadas
de ciclamatos originan heces blandas debido a hidratación. La sacarina, en soluciones ácidas, se
degrada y da lugar a productos amargos. Conservantes, colorantes, aromas y otras sustancias
auxiliares.

2. Jarabes suspensión

Las suspensiones siruposas o jarabes suspensión no son líquidos límpidos, ya que contienen el
fármaco disperso en un vehículo acuoso, viscoso y dulce. Pueden presentarse como “suspensiones
listas para su administración” o como “suspensiones de preparación extemporánea”. Cuando el
fármaco presenta sabor desagradable se utiliza un derivado del mismo que sea poco soluble y se
formula como jarabe suspensión. El cloranfenicol se suele incorporar en jarabes en forma de ésteres
poco solubles (palmitato) que proporcionan un sabor amargo menos intenso que el antibiótico. Otro
de los motivos para preparar jarabes suspensión es minimizar la inestabilidad del fármaco en medio
acuoso o azucarado. Se sugiere en estos casos elaborar un polvo o granulado que contenga el
fármaco, que debe ser dispersado en un vehículo acuoso de forma extemporánea.

1.1.3. Elixires

Los elixires son soluciones hidroalcohólicas, límpidas y edulcoradas, que habitualmente contienen
colorantes que mejoran su aspecto y aromas que aumentan su palatabilidad. Se utilizan para la
administración de fármacos que son insolubles en agua sola, pero solubles en mezclas de agua y
alcohol. A causa de su carácter hidroalcohólico, son más capaces que los jarabes (disoluciones
acuosas) de mantener en disolución sustancias hidrosolubles y alcoholsolubles. Los elixires
aromáticos se utilizan como vehículos, mientras que los medicamentosos se emplean por el efecto
terapéutico que ejercen los fármacos que contienen.

A) Componentes de los elixires

-Los componentes básicos de los elixires son el fármaco, agua, alcohol (generalmente etanol),
agentes edulcorantes, agentes aromatizantes y ocasionalmente conservantes. La característica que
diferencia a los elixires de los jarabes es su vehículo hidroalcohólico. La proporción de alcohol varía
ampliamente dependiendo de las características de solubilidad y estabilidad del fármaco en agua y
en alcohol. Precisamente por su contenido alcohólico no son recomendables en pacientes
pediátricos ni en adultos en los que esté contraindicado el alcohol. Cada elixir necesita una mezcla
determinada de agua y alcohol para que todos los componentes se mantengan disueltos. La
proporción de alcohol debe ser ligeramente superior a la necesaria para mantener el fármaco
disuelto. Así, los elixires que contienen sustancias poco solubles en agua requieren una proporción
de alcohol mayor que los que poseen sustancias muy hidrosolubles. El contenido en alcohol de los
elixires generalmente no excede del 20% y, excepcionalmente, puede llegar al 50%. En este último
caso suelen diluirse antes de su administración y/o envasarse y dosificarse en forma de gotas orales.
Las formulaciones que contienen en alcohol difícilmente se contaminan, por lo que no necesitan la
adición de agentes antimicrobianos para so conservación.

1.2. Formas líquidas orales de aplicación tópica

En este apartado se incluyen las formas líquidas, generalmente soluciones, que no se ingieren sino
que están concebidas para ser aplicadas en la cavidad bucal.

1.2.1. Colutorios

Son soluciones acuosas de cierta viscosidad que contienen sustancias destinadas a tratar alguna
afección a nivel de la cavidad bucal. Sólo en situaciones excepcionales se formulan como
suspensiones o como preparaciones extemporáneas. Suelen llevar codisolventes como la glicerina,
el sorbitol, el alcohol y tensoactivos que facilitan la solubilización de los componentes de la
formulación. La viscosidad se consigue con gelificantes naturales o de síntesis, que hacen que la
formulación quede adherida el mayor tiempo posible a la zona de aplicación.
1.2.2. Soluciones para gargarismos

Son soluciones acuosas no viscosas que contienen sustancias destinadas a bañar la cavidad bucal y
la zona orofaríngea en el tratamiento de laringitis, faringitis, amigdalitis, etc. Se aplican, sin diluir o
previa dilución, con la cabeza inclinada hacia atrás con objeto de facilitar el contacto con las
amígdalas, la región de la epiglotis y la mucosa faríngea, haciendo pasar aire a través de la solución,
que se retiene entre la lengua y el paladar. Se formulan igual que los colutorios, pero sin agente
viscosizante, Los vehículos deben ser neutros o alcalinos para no dañar las piezas dentales. Pueden
llevar agentes colorantes, aromatizantes y edulcorantes.

1.2.3. Soluciones para enjuagues

Los enjuagues o buches son soluciones acuosas no viscosas que contienen sustancias destinadas a
refrescar, desodorizar o realizar la antisepsia de la cavidad bucal. En ocasiones se diluyen los
colutorios para utilizarlos como enjuagues. Su elaboración se lleva a cabo de igual modo que los
gargarismos.

1.3. Suspensiones orales

Son preparados que contienen partículas de fármaco finamente divididas y distribuidas de manera
uniforme en un vehículo en el cual el fármaco es insoluble o presenta un grado de solubilidad
mínimo. La mayoría de las suspensiones son preparaciones acuosas con cierta viscosidad y agentes
aromatizantes y edulcorantes. Las suspensiones orales permiten la administración de fármacos que
son inestables en disolución pero químicamente estables cuando se formulan en suspensión.
También se emplean para fármacos poco solubles en agua que no puedan formularse, por
cuestiones de inestabilidad química, en los disolventes habitualmente utilizados en las formas
líquidas orales. El sistema fisicoquímico suspensión es una forma de dosificación palatable .El sabor
desagradable de ciertos fármacos es superado o minimizado al formularlos como partículas no
disueltas en suspensión. Algunos fármacos muy amargos (cloranfenicol y eritromicina) se formulan
en forma de sales insolubles e insípidas (palmitato de cloranfenicol, estolato de eritromicina,
palmitato de eritromicina) en suspensiones que son mejor aceptadas por el paciente que el fármaco
en su forma libre. Otra ventaja es la posibilidad de conseguir, mediante una adecuada selección del
derivado del fármaco y de las sustancias auxiliares, una disolución lenta e incluso controlada, que
proporcione niveles sanguíneos del fármaco mantenidos en el tiempo. Los productos sólidos que se
encuentran en suspensión deben tener un tamaño de partícula reducido y uniforme con objeto de
aumentar la estabilidad de la suspensión y retrasar el proceso de sedimentación.

1.3.1. Componentes de las suspensiones orales

En las suspensiones extemporáneas, el producto sólido suele ser una mezcla del fármaco y
sustancias auxiliares que mejoran la estabilidad de los productos sólidos o bien de la suspensión
final. Como agentes suspensores son habituales goma guar, xantan o derivados de celulosa; como
estabilizantes, el ácido cítrico y el citrato sódico; como edulcorantes, el azúcar y la sacarina sódica,
y como conservantes, el metilparabén, el propilparabén y el benzoato sódico. En las suspensiones
extemporáneas puede prescindirse del agente floculante por no llegar a formarse sedimentos
compactos de difícil redispersión. Otras sustancias que pueden incorporarse para mejorar el sabor
y el aspecto son los agentes aromatizantes 5/ colorantes habitualmente empleados en las formas
orales. El vehículo suele ser agua purificada, jarabes ii otro líquido apropiado. La reconstitución se
realiza mezclando el producto sólido y el vehículo, y agitando hasta conseguir una suspensión
homogénea.

Los componentes de las suspensiones orales listas para su administración son el fármaco, el vehículo
y las sustancias auxiliares. En estas últimas caben destacar los agentes viscosizantes, los
tensoactivos, los coloides hidrófilos, los disolventes, los electrólitos, los agentes floculantes, los
conservantes, los aromatizantes y los colorantes. La elaboración de las suspensiones orales se lleva
a cabo como la de las suspensiones en general. Desde el punto de vista fisicoquímico, las
suspensiones son sistemas inestables. Por ello, el principal problema que puede plantear su
elaboración es el conseguir estabilidad galénica. Asimismo, es necesario asegurar su estabilidad
química, microbiológica y su aceptación por el paciente.

1.3.2. Presentación de las suspensiones orales

Las suspensiones orales se presentan listas para su uso o para preparar de forma extemporánea en
el momento de su administración. La preparación de suspensiones extemporáneas responde a
problemas de inestabilidad del fármaco, comodidad de los sobres monodosis para el paciente o a
cuestiones de tipo económico en medios hospitalarios. Los componentes sólidos de la suspensión
extemporánea se presentan como un polvo o granulado en un frasco aforado, para añadir agua
potable hasta el volumen indicado. En ocasiones se suministra también el líquido donde hay que
suspender el polvo o granulado.

1.4. Emulsiones orales

Son sistemas dispersos constituidos por dos líquidos no miscibles, uno de ellos uniformemente
disperso (fase interna o discontinua) en el otro (fase externa o continua), gracias a la acción de un
agente emulsificante. Son sistemas termodinámicamente inestables cuyas fases tienden a separarse
con el tiempo. Las emulsiones permiten la administración de fármacos líquidos oleosos y de
fármacos lipofílicos disueltos en aceites. Las más apropiadas son las de fase externa acuosa, porque
enmascaran de forma efectiva el sabor poco agradable de algunos fármacos, como las vitaminas
liposolubles, el aceite de hígado de bacalao, etc. Debido a las características de la fase externa
(miscible con el agua), presentan mayor palatabilidad y aceptación por parte del paciente. La
suspensión de fármacos insolubles en un vehículo emulsionado permite conseguir formas de acción
sostenida (preparados suspensión-emulsión) y programar la liberación y absorción de los mismos.

1.4.1. C o m p o n e n t e s

Los componentes básicos de una emulsión son la fase acuosa, la fase oleosa y los emulgentes
formadores de la emulsión. La fase acuosa debe ocupar un volumen importante de la preparación
total para que la emulsión sea fluida y la viscosidad no interfiera en el vertido del producto. Está
constituida por agua purificada, disolventes hidromiscibles y las sustancias auxiliares (viscosizante,
correctores del sabor, conservantes, etc.) que sean hidrosolubles. Además de la solubilidad en agua
de dichas sustancias, hay que considerar su solubilidad en la fase oleosa, porque al formar la
emulsión puede producirse el reparto de las mismas entre ambas fases. La fase acuosa se filtra para
incorporarla a la emulsión como solución límpida. La fase oleosa puede contener aceites y grasas
comestibles que actúan como vehículos de fármacos liposolubles o fármacos líquidos oleosos que
constituyen por sí mismos la fase oleosa. Para que la viscosidad de la preparación no sea demasiado
elevada, la fase oleosa no debería sobrepasar el 50% de la emulsión final. La elección del emulgente
se realiza en función de la naturaleza de la fase externa de la emulsión, la naturaleza y cantidad de
fase interna, la potencia emulsificante y la compatibilidad del mismo con los componentes de la
emulsión.

1.4.2. Elaboración

La elaboración de emulsiones orales se realiza de igual modo que la de las emulsiones para otras
vías de administración. Por ser fluidas, suelen presentar fenómenos de inestabilidad con más
frecuencia que las emulsiones más viscosas destinadas a otras vías. Por ello, es necesario asegurar
un alto grado de dispersión mediante una agitación intensa, y una homogenización que proporcione
un tamaño de gotícula de fase interna uniforme.

1.5. Envasado y conservación

Los líquidos orales se suelen envasar en recipientes multidosis o unidosis, de vidrio o de plástico.
Las formas más como das para los envases son la cilíndrica y las de sección rectangular. Los
recipientes que contienen soluciones deben llenarse completamente, con objeto de minimizar la
cámara de aire y, de este modo, reducir las posibles alteraciones del fármaco. Las suspensiones y
emulsiones son envasadas en recipientes de boca ancha; se deja aproximadamente un 20-30% de
espacio vacío para posibilitar la agitación y el vertido. Los líquidos orales se dosifican en volúmenes
como 5 mL o múltiplos de 5 mL, o bien en forma de gotas. Los recipientes multidosis se presentan
acompañados habitualmente de un dispositivo que permite medir el volumen prescrito; cucharillas,
vasos graduados, pipetas o jeringuillas dosificadoras, cuentagotas, etc.

Los envases unidosis facilitan la estabilidad y la dosificación, y disminuyen la manipulación, pero


tienen como inconveniente su mayor coste económico. Las preparaciones extemporáneas se
acondicionan en recipientes multidosis o en sobres unidosis de papel impermeabilizado o de
aluminio y frascos de vidrio o de plástico.

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