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Historiografía de la

Literatura Ecuatoriana

RECORRIDO POR LOS


LUGARES, PERSONAJES Y
OBRAS
LITERATURA ABORIGEN

antiguas tradiciones orales,


durante la etapa
prehispánica floreció en el
territorio del actual Ecuador,
una poesía indígena de la
mano de amautas -sabios o
filósofos indígenas- y
árameos -bardos nativos-,
que entonaban versos al
compás del yaraví.
en el siglo XVIII, en la obra
histórica de Juan de Velasco se
registran varias ideas acerca de la
vida cultural de lo que él llamó
«Reino de Quito», anexado al
imperio inca tras duras luchas.
Los indígenas celebraban
numerosas fiestas cargadas de
intenso espíritu ritual, que incluían
la música, los bailes, las
gesticulaciones y el canto. Las
celebraciones guardaban relación
con el Sol y la Luna , el maíz, los
difuntos, las hazañas y las
proezas de los antepasados de
las comunidades.
El Atahualpa huañui
Se ha establecido que la obra
más notable de tradición
quichua, dentro de lo que sería Rucu cuscungu
un género lírico, es el
Jatum pacaipi
Atahualpa huañui (Rucu
cuscungo), o «Elegía a la Huañui Huacaihuan
muerte de Atahualpa», del que Huacacurcamí; En el gran viejo huabo
se cree autor a Jacinto
El cárabo viejo
Collahuazo un cacique de
Alangasí, pueblo cercano a Con llanto de sangre
Quito. Lamentando esta;
La literatura en
los inicios de la
Colonia

A partir de 1594, con la


fundación del Colegio
Seminario de San Luis,
confiado a los jesuitas, Quito
paso a convertirse en una
ciudad universitaria: en 1606
se fundó la universidad de
San Gregorio de Quito, y en
1688, la de Santo Tomás; en
ella se enseñaba latinidad,
teología moral, teología
escolástica, filosofía.
El esplendor del
barroco

La poesía del jesuita Juan


Bautista Aguirre (1725-
1786) cima de la lírica
barroca americana,
constituye un hito decisivo
en este proceso. De un
culteranismo moderado,
con gran capacidad para,
dentro de un espíritu
festivo, incidir en lo
burlesco y lo satírico, su
poética también incluye
composiciones de tono
épico y filosófico.
Literatura y paisaje

Breve diseño de las ciudades de Guayaquil y


Quito, en las que Aguirre dedica una serie de
exagerados elogios al puerto e Guayaquil y
críticas burlescas a la ciudad de Quito.
Este poema puede ser entendido como el
arranque de una búsqueda en la cual la poesía
escrita en tierras americanas empieza a incluir
elementos del paisaje nativo como parte de una
necesidad de afirmación de la pertenencia a un
territorio geográfica y culturalmente
determinado.
Espejo las letras a
finales de la colonia

El desarrollo e las ideas se vio


impulsado por la llegada de la
imprenta en 1754, hecho que propició
la aparición de los periódicos en los
que se juntaron las ideas y las letras.
el mas notable acontecimiento de
esta etapa fue la a parición de
Primicias de la Cultura de Quito-
dirigido por Francisco Eugenio de
Santa Cruz y Espejo (1747-1795).
Desempeño el magisterio de una
literatura política que combinaba
múltiples facetas: la de filósofo,
economista, sociólogo médico crítico
literario, periodista y panfletario,
siempre bajo una óptica de ardiente
luchador social.
La lírica de Olmedo y la
Independencia

José Joaquín Olmedo (1780-1847) fue la figura principal de


las letras en la época de la independencia; La victoria de
Junín: Canto a Bolívar 1826, su texto mas famoso, celebra
las batallas del Libertador. A los valores intrínsicamente
literarios del poema debe añadirse otro e carácter distinto:
el relato de la victoria de las tropas independentistas sobre
un ejercito español en principio muy superior, lo que
despertó el entusiasmo de los lectores de aquel tiempo. El
poema, construido mediante recursos clásicos, hace de
Bolívar el máximo exponente de la cultura
hispanoamericana
El trueno horrendo que el fragor
revienta
Y sordo retumbando se dilata
Por la inflamada esfera,
al Dios anuncia que en cielo impera

Y el rayo que en Junín rompe y


ahuyenta
La hispana muchedumbre
Que, más feroz que nunca, amenazaba,
A sangre y fuego, eterna servidumbre,
Y el canto de victoria
Que el eco mil discurre, ensordeciendo
El hondo valle y enriscada cumbre,
Proclama a Bolívar en la tierra
Arbitro de la paz y de la guerra.
La Emancipada ,
primera novela
ecuatoriana

La publicación de la novela La
emancipada , de Miguel Riofrío
( 1822-1879) La emancipada relata
la vida de una mujer, Rosaura,
que renuncia a la condición de
esposa sometida por el marido,
con l propósito de llevar una vida
mas libre y mas humana. Para
lograrlo tiene que llevar una
existencia marginal, lo que le
aproxima a la cultura aborigen,
convirtiéndose, de ese modo en
una defensora de la tradición
indígena autóctona en la joven
República del Ecuador.
Una voz femenina

Dolores Veintimilla de Galindo 1829-1857,


que afirmó una perspectiva femenina en el
contexto masculinista del mundo literario de
la época. De la corta obra de Veintimilla se
citan preferentemente dos poemas ¡Quejas¡
y a mis enemigos, precursores de un tono
femenino plasmado en el lamento, en el
reclamo y en la confidencia siempre de
intensa emotividad lírica.

Y amarle pude al sol de la existencia


Se abrió apenas soñadora el alma
Perdió mi pobre corazón la calma
Desde el fatal instante en que le halle
Juan León Mera
literato fundador

Juan León Mera 1832-1834 es


conocido sobre todo por su
novela Cumandá o un drama
entre salvajes 1879, en la que
al estilo de Atala y René,
obras del escritor francés
Francois René de
Chateuabriand se describe el
amor imposible de dos
jóvenes en las florestas
vírgenes del Ecuador. En el
marco exótico por el que
discurre el relato, el autor
muestra a los pueblos
indígenas orientales como
bárbaros y salvajes.
Juan Montalvo,
estilista y polemista Juan Montalvo 1832 1889 da
cuenta de otra faceta asumida por
los escritores de la época: en el se
dio una tensión entre lo romántico
y lo clásico, y entre lo ensayístico
y lo panfletario. Convertido
actualmente en un símbolo
nacional, Montalvo combatió a la
aristocracia terrateniente-formada
por criollos que sustituyeron.
Veintimilla entre la
biografía y la novela

finales del siglo XIX llama la


atención el libro Páginas del
Ecuador 1890 escrito por Marieta
de Veintimilla, 1858-1907, un
relato autobiográfico y polémico
considerado hasta cierto punto
como novelesco. Sobrina del
dictador Ignacio de Veintimilla, la
autora de este volumen luchó
como un soldado cualquiera en
el bando de su tío durante la
guerra civil que concluyó con el
derrocamiento del dictador.
Cuatro Poetas Trágicos

Cuatro poetas trágicos irrumpen


con sus cantos donde se huele la
huella dolorosa de Baudelaire y
Verlaine. Los cuatro terminarían
con su vida por su propia mano,
razón por la que fueron
bautizados por un escritor
ecuatoriano, Raúl Andrade, como
la Generación Perdida o
Decapitada. Magníficos poetas,
sus obras son perlas de tristeza,
exactas, puras, de donde no
emerge nada que no sea
melancolía. Sus nombres:
Medardo Ángel Silva, Humberto
Fierro, Ernesto Noboa y
Caamaño, y Arturo Borja.
El Alma en los Labios
A mi amada ARTURO BORJA
Cuando de nuestro amor
la llama apasionada VAS LACRIMAE
dentro tu pecho amante Humberto Fierro
contemples extinguida, El fauno
La pena. . . La
ya que solo por ti la vida melancolía . . .
me es amada, Canta el jilguero. Pasó la
racha. La tarde siniestra y
el día en que me faltes, sombría . . .
me arrancaré la vida. Entre los mirtos resuena el
hacha. La lluvia implacable y
Porque mi pensamiento, sin fin. . .
lleno de tu cariño, La pena . . . la
que en una hora feliz me La rosa mustia se inclina
loca melancolía . . .
hiciera esclavo tuyo, La vida tan gris y tan
lejos de tus pupilas es Sobre su fuente, cristal de
roca. ruin.
triste como un niño La vida, la vida, la vida!
que se duerme, soñando
en tu acento de arrullo. El fauno triste de alma rubia
Tiene en sus ojos gotas de
lluvia.
El paisajismo,
de Luis A. Martinez

El liberalismo asume
el poder en 1895 y allí
mismo aparece la
novela de ese
movimiento: A la
costa, de Luis A.
Martínez (1906).
Donde se cuenta el
drama de un hombre
que migra por una
nueva forma de vida
hacia la parte mas
productiva del
ecuador la costa,
siguiendo con las
divisiones historicas
de las dos regiones.
Los cuentistas
La generación de los 30

Alfredo Pareja, Enrique Gil, José De la Cuadra, Demetrio Aguilera, Joaquín Gallegos,
Pablo Palacio y Jorge Icaza se fortaleció dentro de un proceso y una coyuntura
social específica, porque todo hecho artístico recibe de su contexto social la savia
que lo nutre. Enrique Gil Gilbert, escribe su mejor obra en 1940, Nuestro pan, que
recibe el segundo premio en el concurso que ganó El mundo es ancho y ajeno, de
Ciro Alegría. Demetrio Aguilera Malta es el alter ego del cholo de la Costa y en sus
novelas Don Goyo y La isla virgen, sus cualidades sociológicas son impresionantes.
José De la Cuadra fue quizás el mejor escritor de cuentos de su época, tanto en
Ecuador como en América Latina. Sagaz, lúcido, de un poder de síntesis altísimo, el
realismo mágico nace de su pluma con Los Sangurimas, novela corta que se
adelanta con varios años a Cien años de soledad .
Los dos realismos

Nos encontramos en los años cincuenta, hasta


cierto punto estériles y de una calma
bonachona, década, empero, que se abre con
una gran novela: El éxodo de Yangana de
Ángel Felicísimo Rojas, uno de los textos
literarios más novedosos, atrayentes,
denunciativos y bellos de la historia literaria
ecuatoriana. Todavía la bronca literaria se da
entre los dos realismos. En el uno supervive
Jorge Icaza, creador de la novela que mayor
fama ha tenido en el Ecuador y en el mundo
entero -Huasipungo, algunos cuentos de
Gallegos Lara, Pedro Jorge Vera, Alfredo
Pareja, Adalberto Ortiz, con su deslumbrante
novela Juyungo -"historia de un negro, una isla
y otros negros", y en el otro, en el realismo
sicológico, empiezan a aparecer muchos
escritores que en la actualidad tienen ya una
obra de consideración: César Dávila, Rafael
Díaz Icaza, Jorge Enrique Adoum, etc.
Nueva ideas de la
ciudad

la necesidad de sentir la ciudad, de redescubrir


y amarla, de ahondar en nuestras raíces
históricas, de dónde venimos, a dónde vamos,
era otro síntoma de nuestra literatura joven.
Veremos a Iván Egüez (La Linares - Pájara la
memoria) fantaseando irónicamente en sus
conventos y cúpulas, dándole al personaje
cotidiano un carácter épico, atacando el
lenguaje, llenándolo de aliento, volviendo a
crearlo, encarnándolo; a Abdón Ubidia (Ciudad
de invierno) en uno de sus cuentos, rastreando
la ciudad, acometiéndola, buscándola desde
diferentes aristas, tratando de provocarla, de
quitarle sus velos, de explicarla y por su medio
explicarse, pensando quizá en que es su clima
delicado el que nos tiene melancólicos, o que
es su arquitectura la que nos brinda los
chispazos barrocos de nuestro lenguaje.

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