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Tipos de costos
Los costos fijos son los gastos de la empresa más allá de la producción obtenida.
Además, el concepto de costo puede ser clasificado tomando como punto de partida
diversos criterios, algunos ejemplos son:
Variación de costos:
Coste fijo. Estos costos son incluidos en los gastos de la empresa más allá de la
producción obtenida, es decir que su valor no será mayor ni menor a causa de lo
producido. Los costos fijos solo pueden ser estipulados a corto plazo ya que con el correr
el tiempo eventualmente varían. Algunos casos son el pago de alquileres, impuestos,
etc.
Coste variable. En este caso la variación del costo es en relación con lo producido, es
decir que si se aumenta la producción estos costos serán mayores y viceversa. Algunos
ejemplos son los del agua, la nafta, la energía, entre otros.
Costo semi – variable. En este caso los costos pueden variar según lo producido, pero
estos cambios son más bien progresivos, no como en el caso anterior.
Relación factores de producción y productos:
Costos indirectos. Este tipo de costos tienen consecuencias sobre la producción en
forma total, es decir que no puede ser establecido un determinado producto, para ello
los costos deben ser repartidos equitativamente. Un ejemplo de este tipo de costo es el
aumento en insumos de limpieza de la fábrica o el aumento de los salarios de los
trabajadores.
Costos directos. En contraposición al caso anterior, estos costos pueden ser asignados
a cada bien o servicio en particular. Un ejemplo podría ser el aumento de harina tendría
una repercusión directa sobre la producción de pan o el aumento de tinta sobre la
producción de libros.
Costos según su índole. En este caso se estiman los gastos de la mano de obra, de las
finanzas, el gasto en materia prima y otro tipo de suministros utilizados en la producción,
los costos de oportunidad, es decir aquellas inversiones que no fueron realizadas por
falta de capacidad y por último el gasto por recibir servicios por fuera de la empresa,
como podría ser el trasporte, en caso de que la empresa deba contratar otras empresas
que ofrezcan esto servicios.
El beneficio de la empresa
La empresa en cada uno de los ejercicios económicos en que divide su vida productiva
obtiene un resultado que puede ser positivo o negativo; en el primer caso estamos ante
el beneficio obtenido y en el segundo caso ante la pérdida generada.
El resultado de la empresa proviene básicamente de la actividad o actividades
específicas que constituyen el objeto principal de la misma (resultado de explotación),
aunque también hay que contemplar el derivado de actividades que se realizan de
manera ocasional o esporádica, por lo que se catalogan como cosas irregulares.
La actuación de una empresa se realiza dentro de un conjunto económico en el que se
interrelaciona con las acciones de otras unidades económicas. De ese mundo exterior
requiere un conjunto de recursos o insumos, aptos para sus planes económicos y que
darán lugar a unos productos o outputs, que para ciertas unidades económicas serán los
inputs, mientras que para otras serán bienes o servicios de consumo inmediato.
Para realizar esta transformación de inputs en outputs la empresa acudirá a los distintos
mercados de factores para lograr el suministro necesario para su proceso de producción.
Como contraprestación, la empresa remunera a los factores de la producción
individualmente por agentes o elementos que hayan intervenido (salarios, intereses,
alquileres, etc.), generando de esta manera las rentas monetarias individuales (salarios,
intereses, alquileres, dividendos, etc.) y, por tanto, anticipando a aquellos su
participación en el producto nacional porque estos factores realizan su actividad y
perciben su remuneración con anterioridad a la obtención del producto.
La empresa da salida a la producción creada a través de sus mercados de venta. A
cambio obtendrá unos medios financieros con los que recupera los valores anticipados
más un excedente que constituirá la compensación por la organización y dirección del
proceso productivo y por el riesgo técnico económico asumido; en otras palabras, este
excedente representa su beneficio.
La herramienta fundamental para la determinación del beneficio es la contabilidad. Su
determinación contable (beneficio o quebranto de ejercicio) se puede realizar por dos
procedimientos distintos; el primero consiste en hallar la diferencia entre el valor del
patrimonio de la empresa al terminar el período al que referimos la observación y el
patrimonio al inicio de dicho período (restando, en su caso, las aportaciones efectuadas
durante el período y sumando las retiradas de fondos que hubieran tenido lugar) bajo
el supuesto, naturalmente, de permanencia de las condiciones macroeconómicas y el
mantenimiento, en todo caso, de la eficacia del capital de empresa, esto es, bajo las
condiciones de mantenimiento del valor del dinero, conservación de la capacidad de
producción o eficiencia del capital y mantenimiento asimismo de su valor de liquidación.
El segundo procedimiento de determinación del resultado consiste en la consideración
y medida directa de las dos corrientes que con distinto signo concurren en la formación
del resultado de la empresa, valorando también las mismas con un idéntico patrón
monetario de medida.
La valoración de ambas corrientes se realiza por procedimientos contables, mediante la
periodificación e imputación de ingresos, costes y rendimientos habidos.
No obstante, el resultado de la empresa en términos absolutos, sólo puede ser conocido
al final de su vida, en el momento en que ha desaparecido la eventualidad de pérdidas
futuras, en que se han cumplido los compromisos contraídos y en que cesa la necesidad
de mantener una capacidad productiva, el resultado nos vendrá dado por la diferencia
entre el valor de lo invertido en el momento inicial de la vida de la empresa y el valor de
liquidación de la misma, habida cuenta del diferente valor de la moneda en ambos
momentos.
Pero la necesidad de determinar todos los años un beneficio repartible tiene un carácter
tan ineludible que la misma legislación lo regula y ampara, pues en efecto, el ahorro
privado se retraería de acudir a los procesos de producción largos si tuviese que estar
sujeto a tal espera en la percepción de beneficios. Surge entonces la necesidad de
periodificar de algún modo la vida de la empresa para que, con la condición de que el
proceso productivo prosiga normalmente, puedan repartirse unos beneficios. Así surge
la noción del beneficio periódico relativo y repartible, que es incentivo de la inversión
privada y que constituye objeto fundamental de la atención contable.
Sin embargo, el resultado periódico o de ejercicio no puede ser en ningún caso la
consecuencia automática de una mecánica operatoria contable. El resultado del
ejercicio es, al contrario, la consecuencia del establecimiento de una serie de premisas
referentes al propio acontecer económico de la empresa y de la aplicación de unos
criterios de valoración relativos, que informarán al proceso de captación contable de
aquel acontecer.
El máximo beneficio como objetivo empresarial
La teoría económica clásica ha venido considerando como el objetivo principal de las empresas
la consecución del máximo beneficio, pero actualmente la consideración hacia el máximo
beneficio ha entrado en cuestión, por cuanto han nacido nuevos objetivos dentro de las
empresas que han mermado una parte de terreno al beneficio, como son objetivos de
crecimiento y de poder de mercado, objetivos de estabilidad y adaptabilidad al medio y
objetivos de naturaleza social o de servicio a la colectividad. Pero el concepto de máximo
beneficio también ha entrado en cuestión al profundizar en el concepto de beneficio y
comprobar que para medir exactamente el beneficio de una empresa solo puede ser conocido
al final de la vida de ésta, en el momento en que la empresa deja de existir. Sin embargo por
múltiples razones las empresas están obligadas a periodificar los beneficios generalmente con
carácter anual. Esta periodificación resulta ser una de las principales causas de la crítica del
beneficio como medida del comportamiento de una empresa.
PRESUPUESTO
El presupuesto es un documento que prevé los gatos y ganancias de un determinado
organismo, empresa u entidad, sea el mismo privado o estatal, en un lapso de tiempo
determinado.
Los presupuestos oficiales deben cumplir con cuatro requisitos, por un lado la
elaboración, luego debe ser aprobado por el organismo correspondiente, se ejecuta y
por último debe existir un control. Cuando se trata de presupuestos estatales los mismos
son regulados por la ley.
Los objetivos centrales de los presupuestos es realizar controles acerca de las compras,
ventas y cuantificar ingreso y los gastos del dinero. Tienen además como finalidad
prevenir y corregir errores y por último realiza los controles financieros del ente.
Por otro lado, los presupuestos pueden ser clasificados de diferentes maneras según criterios
como el tiempo que cubre, estas pueden ser planificaciones a corto o largo plazo. Los segundos
son utilizados por las grandes empresas y por los estados.
Por otro lado, pueden ser flexibles o rígidos, estos últimos no permiten realizar modificaciones
a pesar de los cambios que puedan darse en la realidad. También pueden ser clasificados según
el sector de la entidad en el que será aplicado.
Seguimiento de presupuestos
Una vez realizado y ejecutado un presupuesto es conveniente realizar un seguimiento
exhaustivo a medida que va avanzando el tiempo, y se van conociendo los datos reales
de lo que se había presupuestado. Por otro lado, resulta muy útil registrar posibles
movimientos del capital que no habían sido contemplados inicialmente.
Además, es recomendable mantener al tanto a las personas que trabajan en este ámbito.
También se sugiere realizar informes sobre los presupuestos para todas las personas y áreas que
lo requiera la organización. El objetivo es mantenerlos al tanto de los datos reales a medida que
avanza el tiempo en los presupuestos.