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URBANISMO DE LA CIUDAD DE BARCELONA

DOCENTE: ARQ. ADALID AVALOS FECHA: 14/112019


ALUMNO: MAICOL J. ALBA SEAS

DONDE SE ORIGINO LA CIUDAD DE BACELONA?


Los primeros vestigios de lo que hoy es Barcelona se encuentran en el actual barrio
Gótico. En plena expansión romana por las costas catalanas se produjo un
asentamiento militar sobre las faldas del Monte Táber. El lugar se consideró
estratégico para controlar el comercio interior y marítimo del Mediterráneo, que vivía
una pugna constante entre romanos y cartagineses. Allí se constituyó la colonia Julia
Augusta Faventia Paterna Barcino. Construida a la manera romana, Barcino tenía una
forma octogonal, con dos calles principales, perpendiculares entre sí, que confluían en
el Foro, centro neurálgico de la vida social.

Pasan los siglos y el viejo castrum


romano va perdiendo su razón de ser
a medida que el Imperio se va
desintegrando. Afortunadamente
para la ciudad, su prosperidad
gracias al comercio hace que
experimente un crecimiento
progresivo y constante que se
alargará hasta el siglo XVIII. Es la
Barcelona medieval, que se extiende
por el norte hacia la zona de la
Ribera gracias al Rec Comtal y por el
sur hacia la Rambla y ya a partir del
siglo XV a los arrabales. En este largo
periodo surge el barrio judío, la
catedral y la iglesia de Santa María
del Mar. Se construye un puerto
artificial con el que se consolida la
fortaleza de la ciudad en el comercio
marítimo y se expanden las murallas
hasta confeccionar lo que hoy día
conoceríamos como distrito de
Ciutat Vella (Ravall, Gòtic i Sant Pere,
Santa Caterina i la Ribera y la
Barceloneta). En esta época se
configuró el actual casco antiguo,
lleno de callejuelas estrechas y
trazados laberínticos delimitados
siempre por las murallas.

Plano de Barcino superpuesto al plano actual del Barrio Gótico


BARCELONA Y EL COLPASO DE SUS MURALLAS

Siglo XIX. La fuerte limitación territorial de la ciudad (el mar por un lado y las murallas
por el otro) hizo que Barcelona continuase creciendo hacia arriba, edificando plantas
sobre pisos ya existentes. Faltaban espacio e infraestructuras y las condiciones de
salubridad eran pésimas. En 1818 vivían en Barcelona 83.000 personas. En 1850 ya
eran 187.000. La ciudad se colapsaba intramuros mientras que las afueras estaban
llenas de campos desiertos. Ante esta situación fue creciendo un clamor popular que
pedía a gritos derribar las murallas.

De ese movimiento acabaría surgiendo el llamado Plan Cerdá, que proyectó el


Ensanche de Barcelona, un plan urbanístico de calles rectilíneas, paralelas y
perpendiculares entre sí, formando unas cuadrículas tridimensionales llamadas
manzanas. Con este proceso Barcelona se extiende hasta absorber antiguas villas
independientes como Gracia, Horta, Sants o Sant Martí de Provençals. Barcelona se
adapta al futuro y ensancha sus calles, habilitándolas para el uso de transportes
públicos (tranvía, tren) o privado (carros y coches). Son los años de la fiebre
Modernista gracias al mecenazgo de la burguesía catalana que encuentra en la nueva
corriente arquitectónica una forma de satisfacer sus ansias de modernización y de
manifestar, de forma discreta, su riqueza y su distinción. Un claro ejemplo de todo lo
expuesto es, sin duda, la Casa Lleó i Morera, diseñada por Domènech i Montaner.

Plano de la Barcelona actual, con el perímetro amurallado correspondiente al siglo xv superpuesto.


Llega el siglo XX y Barcelona comienza a convertirse en la ciudad que todos
conocemos. Territorialmente alcanza su punto máximo y la tasa de población se
dispara. Encontrados ya los límites naturales en Collserola y los ríos Besós y Llobregat,
la ciudad continúa creciendo internamente con la consolidación del plan Cerdá.

Y así llega a la actualidad, en la que tiene una ciudad milenaria que mira al futuro y
que ha sabido conservar un pedacito de su historia en los diferentes barrios que la
forman. Viajar en el tiempo, en Barcelona, es posible.

Plan de los alrededores de la ciudad de Barcelona y del proyecto para su mejora y ampliación, de Ildefonso Cerdá (1859).

BARCELONA Y SU PENÚLTIMA GRAN TRANSFORMACIÓN


La designación en 1986 de Barcelona como sede de los JJOO de 1992 provocó en la
ciudad su penúltima gran transformación. Esta tuvo lugar en la montaña de Montjuic y,
sobre todo, en el Poblenou. Se derribaron fábricas abandonadas, se acabó con el
barraquismo y la ciudad se abrió al mar en la Villa Olímpica. Es esta una zona nueva de
la ciudad, con amplias zonas verdes. A caballo entre el siglo XX y el XXI la ciudad no es
solo un lugar donde se trabaja y se duerme, sino que ahora también se vive y se
disfruta. Abundan los parques y los carriles bici. Y como extensión de la Barcelona
Olímpica la zona norte de la ciudad culmina su última gran transformación a propósito
del Fórum Universal de las Culturas de 2004. Se crea la zona residencial de Diagonal
Mar, en la que prima la sostenibilidad de las edificaciones.
BARCELONA DESDE SUS INICIOS ATRAVEZ DE LOS AÑOS

HASTA LA ACTUALIDAD

AÑO 150 A.C

a llanura de Barcelona, antes de la llegada de los


romanos. Tan sólo poblados íberos habitaban la
zona.

AÑO 10 A.C

En rojo, el núcleo urbano original romano. En


verde, la Barcelona actual. Sí, todos los edificios
verdes sobre fondo negro se los ganaría
Barcelona al mar.

AÑO 200 D.C

La Barcelona romana, ya en detalle, con sus


caminos repartidos por todas las explotaciones
agrícolas de los alrededores y con sus respectivos
sistemas de regadío.

AÑO 1000 D.C

Para el año 1000, Barcelona seguía teniendo más o


menos el mismo tamaño que a la caída del Imperio
Romano. Habían surgido nuevos asentamientos en los
alrededores y parroquias de diverso calado en lo que
hoy es el término municipal, pero en esencia,
Barcelona, con sus cambios internos motivados por
siglos de transición, seguía siendo la misma ciudad.
AÑO 1200 D.C

La historia comienza a cambiar a partir del 1.200,


cuando el sistema de molinos adyacente a la ciudad
puesto en marcha por al ciudad permite su primer
crecimiento extramuros. Con el paso de los años,
poco a poco, la línea costera también cambiaría: la
acumulación de sedimentos del Besós, la
construcción de nuevos puertos y el propósito de
ganar terreno al mar y a los humedales cercanos
permitiría a Barcelona modificar sus propios límites
físicos.

AÑO 1500 D.C

En el año 1500, Barcelona había superado por


completo los límites de intramuros de la ciudad
romana. Derribados, la ciudad tenía ya su puerto,
importantísimo dado el carácter comercial y abierto
al Mediterráneo de la urbe, y estaba diseñando y
completando un nuevo sistema amurallado que fuera
más eficaz contras los posibles ataques enemigos. El
casco antiguo comienza a parecerse al que
conocemos hoy.

AÑO 1750

En 1750, tras la Guerra de Sucesión y el fin de la


autonomía de la ciudad, Barcelona experimentaba un
notable crecimiento económico. Su modelo
productivo se había transformado y la
protoindustrialización llegaba a sus calles, en un
contexto de control militar (se construye la ciudadela
y el castillo de Montjuic a la izquierda) y de
crecimiento demográfico, aún contenido.

AÑO 1859

En 1859 la industrialización era omnipresente dentro


de la ciudad, pero eso acarreaba diversos problemas
de hacinamiento y salud. Barcelona, ahora sí, estaba
empequeñecida por su antigua estructura. El
nacimiento de la Barceloneta gracias a los terrenos
ganados al mar no era suficiente para aliviar la carga
demográfica y económica que soportaba la urbe.
AÑO 1890

Estado del ensanche de Barcelona en 1890. Una


total revolución urbana que quedaría
incompleta hasta prácticamente el inicio de la
Guerra Civil.

AÑO 1936

Durante los años del franquismo la ciudad atravesará


diversas crisis urbanísticas. Los grandes lotes de
inmigración que llegarán del sur de España, atraídos
por el crecimiento económico de la ciudad durante
los años del desarrollismo y espoleados por la
pobreza en otras partes del país, provocarán que
Barcelona se convierta en un caos urbano más allá
del ensanche. Las barriadas y las edificaciones
precarias habrán de ser ordenadas sucesivamente en
planes urbanos que sostendrán el armazón
urbanístico de la ciudad.

BACELONA EN
LA ACTUALIDAD
Una transformación
radical. Hoy
Barcelona afronta
nuevos retos
urbanísticos,
aunque su
crecimiento queda
limitado por su
propia situación
geográfica. El
proyecto del Museu D'Història de Barcelona es una excelente herramienta para
visualizar los enormes cambios a los que una ciudad se ve sometida a lo largo de su
historia. Lejos de ser reliquias del pasado a preservar, las urbes viven permanentes
procesos transformadores para adaptarse a sus respectivos tiempos. Junto a los
mapas, el proyecto incluye edificios singulares de cada época, mapas y ejemplos
cartográficos a partir del XIX y diversas herramientas.

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