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HEIMLICH
Maniobra de Heimlich
Si la víctima del atragantamiento puede toser, lo mejor es no intervenir para dejar que
el reflejo natural de la tos haga su trabajo y no palmear la espalda de la persona
atragantada si está de pie o sentada, pues el cuerpo extraño podría desplazarse aún más
adentro.
Si la víctima no logra toser es porque sus vías respiratorias están totalmente obstruidas y
corre peligro de morir por asfixia en pocos minutos. En estos casos, tienes que actuar
con calma y rapidez, empezando por preguntarle a la víctima si se está ahogando. Si la
respuesta es sí, dile que la vas a ayudar, para que no se asuste cuando la manipules.
La maniobra de Heimlich no es difícil, pero hay que tener en cuenta que si la víctima es
una persona muy obesa o bien es una embarazada, hay que colocar el puño en mitad
del esternón. De igual forma, hay que tener en cuenta si la víctima es un niño ya que en
menores de 12 meses no es recomendable hacerla por las lesiones que se pueden causar
y se deberá proceder, a colocarlo bocabajo (sobre el antebrazo), abrir la boca con la
mano sobre la que descansa y a dar 5 golpes secos en la espalada para expulsar el cuerpo
extraño o llamar rápidamente a los servicios de emergencia. Si el niño es mayor hay
procurar adaptar la fuerza a ejercer a la edad y tamaño del niño, y sentarte o arrodillarte
para adecuarte a su estatura.
Si estás solo y sientes que corres peligro de asfixia, es posible hacerse uno mismo la
maniobra de Heimlich: coloca el puño sobre la parte superior del abdomen y cúbrelo
con la otra mano. Después, busca un apoyo sólido como el borde de una mesa o el
respaldo de una silla, y apóyate sobre él de modo que las manos presionen con fuerza y
rapidez hacia dentro y hacia arriba.