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Alumna: Libertino, Florencia Belén.

DNI/Matrícula: 41715457/31103.

Mail: Florencialibertino@gmail.com

Materia: Teoría y críticas literarias II

Preparación segundo parcial,


actividades
1. ACTIVIDAD PARA ENTREGAR
1.1. Textos para trabajar

1.1.1. Michel Foucault, El orden del discurso.


El orden del discurso es la lección inaugural que ofreció Michel Foucault el 2 de

diciembre de 1970 en el Collège de France. En este habla sobre ciertas características que

tienen los diversos discursos y sobre el deseo de las personas semejante de encontrarse ya en

pleno discurso sin la necesidad de empezar. QUÉ QUERÉS DECIR?

1.1.2. Derrida, “Firma, acontecimiento y contexto”, en La filosofía como


institución.

Jaques Derrida, por su parte, no sólo habla del discurso, sino también del acto de la

comunicación. Puede comprenderse a la comunicación como un transporte de desplazamiento

semántico. Trata a su vez diversas nociones como la de contexto, escritura, ausencia,

ilocución y perlocución, y fuente. Explica la comunicación escrita como un cuadro de

reproducciones, y la oral limitada por los campos espacio temporales. También propone sobre

los autores de estas firmas y los destinatarios.

1.2. Actividades
1.2.1. Primera parte: reconstruir los dos argumentos (no más de una carilla y
media)

Michel Foucault, El orden del discurso.


El filósofo Michel Foucault comienza su discurso mencionando el deseo de verse

envuelvo por la palabra, por una voz sin nombre que lo precediera para proseguir con la frase
en vez de comenzarla, dice: “Pienso que en mucha gente existe un deseo semejante de no

tener que empezar, un deseo semejante de encontrarse, ya desde el comienzo del juego, al otro

lado del discurso” (Foucault, 1992: 3). Explica que la institución impone formas ritualizadas

para los comienzos, el discurso está en el orden de las leyes y es por ello que no hay que

temerle a empezar. Procede explicando que en las sociedades son conocidos los

procedimientos de exclusión, no se puede hablar de todo en cualquier circunstancia a causa de

los tabúes. El discurso es más que aquello que traduce las luchas o sistemas de dominación,

también es el medio por lo cual se lucha. Para Foucault la sociedad es disciplinaria, es por ello

que existen, como por ejemplo, los hospitales psiquiátricos; todas aquellas personas que se

salen de la «normalidad» están enfermas y por eso los envían a los hispotales psiquiátricos,

para que los «normalicen». El discurso del loco no puede circular como el de los demás, su

palabra es considerada sin valor o, incluso, nula. Reafirma que hay tres grandes sistemas de

exclusión que afectan al discurso: la palabra prohibida, la separación de la locura y la

voluntad de verdad. Si bien en el siglo XIX hubo una gran voluntad por aprender, no todos

podían acceder a esa enseñanza ya que la sociedad estaba dividida en clases sociales y esa

división producía desigualdad en todos los ámbitos, incluyendo el de la educación.

Derrida, “Firma, acontecimiento y contexto”, en La filosofía como institución.

El filósofo Jacques Derrida comienza su discurso con un epígrafe del filófoso John

Langshaw Austin “Para sujetarnos siempre, por mor de la simplicidad, a la enunciación oral.”,

comprendemos que el eje fundamental de su argumentación, que es la comunicación.

Inicialmente la entiende como un transporte de un sentido. Derrida se cuestiona sobre la

noción de contexto, entendido que no es absolutamente determinable, nunca asegura o satura

su determinación. Cuando se comprende el campo contextual, se habla de la noción de

escritura; explica que la escritura extiende el campo y los poderes de una comunicación

locutoria o gestual: “El alcance de la voz o del gesto ciertamente encontrarían en ella un
límite factual, un hito empírico en la forma del espacio y del tiempo, y la escritura vendría en

el mismo tiempo, en el mismo espacio, a aflojar límites, a abrir el mismo campo a un alcance

muy amplio.” (Derrida, 1971:4). Las representaciones, ideas y pensamientos de las personas

son puestas por escrito porque tienen algo que comunicar; inventan la escritura como medio

de comunicación para anunciar sus pensamientos. Derrida señala del filosofo Étienne Bonnot

de Condillac, la noción sobre la ausencia, señalando en primer lugar, la ausencia de

destinatario: “Se escribe para comunicar algo a los ausentes. La ausencia del emisor, del

destinatario, en la señal que aquél abandona, que se separa de él y continúa produciendo

efectos más allá de su presencia” (7). Como podemos notar, Jacques Derrida propone un

estudio del discurso pensado desde un punto de vista en el cual se abarque la complejidad de

la comunicación, sea escrita u oral.

1.2.2 Segunda parte: relacionar sus respectivas hipótesis (primero


enunciar cada una con claridad) teniendo en cuenta considerar solamente
cuáles podrían ser las coincidencias en el punto de vista construido en cada
caso para abordar el problema que cada uno estudia (una carilla y media
máximo)

En el anterior inciso mencionamos las hipótesis de cada uno de los filósofos

trabajados; cómo podemos notar ambos pensamientos tienen varios puntos en común y

obtendríamos pensar, a su vez, que los textos se encuentran entrelazados por un eje en

conjunto: este eje es el discurso. Como decíamos, Derrida explica sobre la ausencia de

destinatario y la función que cumple el discurso escrito, con lo cual notamos que Foucault

tiene un pensamiento similar en cuanto a discurso como pensamientos propios, él explica:

El discurso no es apenas más que la reverberación de una verdad


naciendo ante sus propios ojos; y cuando todo puede finalmente tomar la
forma del discurso, cuando todo puede decirse y cuando se puede decir el
discurso a propósito de todo, es porque todas las cosas, habiendo
manifestado e intercambiado sus sentidos, pueden volverse a la interioridad
silenciosa de la conciencia de sí. (Foucault, 1992: 30)
Además, prosigue hablando sobre las nociones de ilocución y perlocución; Derrida

explica: “Las nociones austinianas de ilocución y de perlocución no designan el transporte o


el paso de un contenido de sentido, sino de alguna manera la comunicación de un movimiento

original (que se definirá en una teoría general de la acción), una operación y la producción de

un efecto.” (16). Comprendemos la ilocución como una forma de interacción socialmente

regulada, esta nos lleva a pensar en el discurso regularizado del que nos habla Foucault, en la

cual los tabúes no nos permiten hablar de cualquier cosa, por ejemplo el filósofo dice que dos

grandes regiones de las que no se podían hablar eran la sexualidad y la política. Por otro lado,

comprendemos la perlocución como un efecto que consiste en las consecuencias en cuanto a

sentimientos, pensamientos y acciones que se consigue con el acto locucionario, Foucault al

hablar de un sistema de prohibiciones del lenguaje, habla entonces de la perlocución, de las

consecuencias que la pronunciación de las palabras prohibidas puede generar; antes dijimos

que los locos eran ignorados o llevados a un hospital psiquiátrico, pues la consecuencia de sus

palabras es esa, cuando los locos hablan son ignorados o encerrados. Si a las personas se les

prohíbe hablar de ciertas cosas, entonces no pueden expresar sus pensamientos que es lo que

Derrida considera motivo de la escritura.

1.2.3 Establecer una conclusión personal a partir de la selección de dos


citas (una de cada) respecto de alguno de estos conceptos: oralidad,
escritura, pronunciación, enunciación, traducción, escenificación,
teatralidad, u otro que se les ocurra interesante pensar (una carilla y media).

Cita de Michel Foucault, El orden del discurso.

Concepto trabajado: la palabra prohibida.

Desde la más alejada Edad Media, el loco es aquél cuyo discurso no


puede circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es
considerada como nula y sin valor, no conteniendo ni verdad ni importancia,
no pudiendo testimoniar ante la justicia, no pudiendo autentificar una
partida o un contrato, no pudiendo ni siquiera, en el sacrificio de la misa,
permitir la transubstanciación y hacer del pan un cuerpo; (…). (Foucault,
1992: 6)
El filósofo Byung-Chul Han explica en su libro La sociedad del cansancio, que la

sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino que está rendida y se convirtió en una

sociedad del cansancio. NO FIGURA EN LA BIBLIOGRAFÍA QUE PONÉS A diferencia de

esta, la sociedad del siglo XX es una sociedad disciplinaria, esta consta de hospitales

psiquiátricos, cárceles, cuarteles y fábricas; todo ello para disciplinar a las personas; las

personas al estar condicionadas al concepto de lo normal están condenadas a no salirse del

círculo. En la cita seleccionada de Foucault, comprendemos que todo aquel que se sale de ese

círculo es penado al exilio y, por ende, al hospital psiquiátrico. Si el campo social es de

determinada forma es a causa de que las personas –sobre todo las que tienen poder- aceptaron

determinadas reglas para condicionar a la sociedad. Podemos interpretar que la opinión no

debe ser pública, algunos pensamientos individuales están prohibidos socialmente y se debe

actuar y pensar de determinada forma para no ser considerado un loco que habla de temas

tabúes.

Cita de Derrida, “Firma, acontecimiento y contexto”, en La filosofía como

institución.

Concepto trabajado: escritura.

Si los hombres escriben es porque tienen algo que comunicar, porque


lo que tienen que comunicar, es su «pensamiento», sus «ideas», sus
representaciones. El pensamiento representativo precede y rige la
comunicación que transporta la «idea», el contenido significado, porque los
hombres se encuentran ya en situación de comunicar y de comunicarse su
pensamiento cuando inventan, de manera continua, este medio de
comunicación que es la escritura. (Derrida, 1971: 5)

Derrida nos explica que la comunicación es un medio de transporte por el cual se

expresan pensamientos y sentidos. En el momento en que a las personas les surge una idea,

inmediatamente tienen la necesidad de comunicarlo al otro; la escritura es un medio que

inventa el ser humano para poder expresar esos pensamientos, sin necesidad de que el
receptor esté presente. A este concepto se lo denomina ausencia de destinatario, pues, de esta

manera entonces los ejes espacio temporales no son un límite para el discurso, puesto a que al

estar puesto de forma escrita va a prevalecer a pesar de que pase el tiempo, la única manera de

que desaparezca es destruyendo el documento. Es concluyente interpretar que un signo escrito

se adelante a la ausencia de destinatario. A diferencia de esto, el discurso oral se encuentra

más limitado ya que el contexto de enunciación debe ser adecuado, una vez dichas las

palabras, por más que quedan momentáneamente en la mente de las personas que participan

en el diálogo, desaparecen en el aire.

Bibliografía

Foucault, Michel. El orden del discurso. Buenos Aires: Tusquets Editores, 1992.

Derrida, Jacques. “Firma, acontecimiento y contexto”, en La filosofía como institución. Montrael,

1971.

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