Está en la página 1de 4

Termómetro

es un instrumento de medición de temperatura. Desde su invención ha evolucionado mucho,


principalmente a partir del desarrollo de los termómetros electrónicos digitales.

Inicialmente se fabricaron aprovechando el fenómeno de la dilatación, por lo que se prefería el


uso de materiales con elevado coeficiente de dilatación, de modo que, al aumentar la
temperatura, su estiramiento era fácilmente visible. La sustancia que se utilizaba más
frecuentemente en este tipo de termómetros ha sido el mercurio, encerrado en un tubo de
vidrio que incorporaba una escala graduada, pero también alcoholes coloreados en
termómetros grandes.

El creador del primer termoscopio fue Galileo Galilei; este podría considerarse el predecesor
del termómetro. Consistía en un tubo de vidrio terminado en una esfera cerrada; el extremo
abierto se sumergía boca abajo dentro de una mezcla de alcohol y agua, mientras la esfera
quedaba en la parte superior. Al calentar el líquido, este subía por el tubo.

La incorporación, entre 1611 y 1613, de una escala numérica al instrumento de Galileo se


atribuye tanto a Francesco Sagredo como a Santorio Santorio, aunque es aceptada la autoría
de este último en la aparición del termómetro.

En España se prohibió la fabricación de termómetros de mercurio en julio de 2007, por su


efecto contaminante.

En América latina, los termómetros de mercurio siguen siendo ampliamente utilizados por la
población. No así en hospitales y centros de salud donde por regla general se utilizan
termómetros digitales.

Tipos

Termómetro de mercurio: es un tubo de vidrio sellado que contiene mercurio, cuyo volumen
cambia con la temperatura de manera uniforme. Este cambio de volumen se aprecia en una
escala graduada. El termómetro de mercurio fue inventado por Gabriel Fahrenheit en el año
1714.

Pirómetros: termómetros para altas temperaturas, se utilizan en fundiciones, fábricas de


vidrio, hornos para cocción de cerámica, etc. Existen varios tipos según su principio de
funcionamiento:[4]

Pirómetro óptico: se basan en la ley de Wien de distribución de la radiación térmica, según la


cual, el color de la radiación varía con la temperatura. El color de la radiación de la superficie a
medir se compara con el color emitido por un filamento que se ajusta con un reostato
calibrado. Se utilizan para medir temperaturas elevadas, desde 700 °C hasta 3.200 °C, a las
cuales se irradia suficiente energía en el espectro visible para permitir la medición óptica.

Pirómetro de radiación total: se fundamentan en la ley de Stefan-Boltzmann, según la cual, la


intensidad de energía emitida por un cuerpo negro es proporcional a la cuarta potencia de su
temperatura absoluta.

Pirómetro de infrarrojos: captan la radiación infrarroja, filtrada por una lente, mediante un
sensor fotorresistivo, dando lugar a una corriente eléctrica a partir de la cual un circuito
electrónico calcula la temperatura. Pueden medir desde temperaturas inferiores a 0 °C hasta
valores superiores a 2.000 °C.
Pirómetro fotoeléctrico: se basan en el efecto fotoeléctrico, por el cual se liberan electrones de
semiconductores cristalinos cuando incide sobre ellos la radiación térmica.

Termómetro de lámina bimetálica: formado por dos láminas de metales de coeficientes de


dilatación muy distintos y arrollados dejando el coeficiente más alto en el interior. Se utiliza
sobre todo como sensor de temperatura en el termohigrógrafo.

Termómetro de gas: pueden ser a presión constante o a volumen constante. Este tipo de
termómetros son muy exactos y generalmente son utilizados para la calibración de otros
termómetros.

Termómetro de resistencia: consiste en un alambre de algún metal (como el platino) cuya


resistencia eléctrica cambia cuando varía la temperatura.

Termopar: un termopar o termocupla es un dispositivo utilizado para medir temperaturas


basado en la fuerza electromotriz que se genera al calentar la soldadura de dos metales
distintos.

Termistor: es un dispositivo que varía su resistencia eléctrica en función de la temperatura.


Algunos termómetros hacen uso de circuitos integrados que contienen un termistor, como el
LM35.

Termómetros digitales: son aquellos que, valiéndose de dispositivos transductores como los
mencionados, utilizan luego circuitos electrónicos para convertir en números las pequeñas
variaciones de tensión obtenidas, mostrando finalmente la temperatura en un visualizador.
Una de sus principales ventajas es que por no utilizar mercurio no contaminan el medio
ambiente cuando son desechados.

Termómetros clínicos: son los utilizados para medir la temperatura corporal. Los hay
tradicionales de mercurio y digitales, teniendo estos últimos algunas ventajas adicionales
como su fácil lectura, respuesta rápida, memoria y en algunos modelos alarma vibrante.

Para medir ciertos parámetros se emplean termómetros modificados, tales como:

El termómetro de globo, para medir la temperatura radiante. Consiste en un termómetro de


mercurio que tiene el bulbo dentro de una esfera de metal hueca, pintada de negro de humo.
La esfera absorbe radiación de los objetos del entorno más calientes que el aire y emite
radiación hacia los más fríos, dando como resultado una medición que tiene en cuenta la
radiación. Se utiliza para comprobar las condiciones de comodidad de las personas.

El termómetro de bulbo húmedo, para medir el influjo de la humedad en la sensación térmica.


Junto con un termómetro ordinario forma un psicrómetro, que sirve para medir humedad
relativa, tensión de vapor y punto de rocío. Se llama de bulbo húmedo porque de su bulbo o
depósito parte una muselina de algodón que lo comunica con un depósito de agua. Este
depósito se coloca al lado y más bajo que el bulbo, de forma que por capilaridad está
continuamente mojado.

El termómetro de máxima y el termómetro de mínima utilizado en meteorología.

Funcionamiento de un termómetro
El termómetro funciona respetando la dilatación térmica del metal. Algunos metales (con
diferencias de grado entre sí) se dilatan cuando son expuestos al calor, y el mercurio (Hg) es
muy sensible a la temperatura del ambiente. Por ello, los termómetros están generalmente
fabricados con mercurio, pues éste se dilata cuando está sujeto al calor y ello nos permite
medir su dilatación en una escala numerica.

Cuando el mercurio en el interior del termómetro recibe calor, éste experimenta una
dilatación que hace que recorra el tubo del termómetro en el que está contenido. Así, cuando
el mercurio atraviesa la escala numérica, podemos medir la temperatura, ya sea la del
organismo o de cualquier otra cosa que estemos midiendo.

En la mayor parte del mundo las escalas del termómetro están en grados centígrados,
llamados Celsius, pues esta es la más común de todas. Sin embargo, algunas naciones se
empeñan obstinadamente en utilizar otras escalas, entre las cuales encontramos:

– Grados Fahrenheit (ºF): es la escala más usada en los países anglosajones, principalmente en
Estados Unidos.

– Grados Kelvin (TK): también se le conoce como escala absoluta ya que el punto más frío de
su graduación está situado a -273.15 ºC, lo que se conoce como el Cero Absoluto.

– Grados Celsius (ºC): esta escala es conocida como centígrada o de grados centígrados. Se
basa en los puntos de ebullición y de congelación del agua a una atmósfera de presión. El
punto de ebullición del agua lo sitúa en los 100ºC y el de congelación en los 0ºC.

Temperatura

Es una magnitud referida a las nociones comunes de calor medible mediante un termómetro.
En física, se define como una magnitud escalar relacionada con la energía interna de un
sistema termodinámico, definida por el principio cero de la termodinámica. Más
específicamente, está relacionada directamente con la parte de la energía interna conocida
como «energía cinética», que es la energía asociada a los movimientos de las partículas del
sistema, sea en un sentido traslacional, rotacional, o en forma de vibraciones. A medida que
sea mayor la energía cinética de un sistema, se observa que este se encuentra más «caliente»;
es decir, que su temperatura es mayor.

En el caso de un sólido, los movimientos en cuestión resultan ser las vibraciones de las
partículas en sus sitios dentro del sólido. En el caso de un gas ideal monoatómico se trata de
los movimientos traslacionales de sus partículas (para los gases multiatómicos los movimientos
rotacional y vibracional deben tomarse en cuenta también).

El desarrollo de técnicas para la medición de la temperatura ha pasado por un largo proceso


histórico, ya que es necesario darle un valor numérico a una idea intuitiva como es lo frío o lo
caliente.
Multitud de propiedades fisicoquímicas de los materiales o las sustancias varían en función de
la temperatura a la que se encuentren, como por ejemplo su estado (sólido, líquido, gaseoso,
plasma), su volumen, la solubilidad, la presión de vapor, su color o la conductividad eléctrica.
Así mismo es uno de los factores que influyen en la velocidad a la que tienen lugar las
reacciones químicas.

La temperatura se mide con termómetros, los cuales pueden ser calibrados de acuerdo a una
multitud de escalas que dan lugar a unidades de medición de la temperatura. En el Sistema
Internacional de Unidades, la unidad de temperatura es el kelvin (K), y la escala
correspondiente es la escala Kelvin o escala absoluta, que asocia el valor «cero kelvin» (0 K) al
«cero absoluto», y se gradúa con un tamaño de grado igual al del grado Celsius. Sin embargo,
fuera del ámbito científico el uso de otras escalas de temperatura es común. La escala más
extendida es la escala Celsius, llamada «centígrada»; y, en mucha menor medida, y
prácticamente solo en los Estados Unidos, la escala Fahrenheit.

También podría gustarte