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Artículo sobre la conferencia de León Trahtemberg

León Trathemberg es uno de los especialistas más respetados en el sector


educación del Perú. Sus comentarios siempre tienen un enfoque distinto a lo
clásico y sus ideas van adaptadas a la vanguardia en la enseñanza que la
sociedad en el mundo necesita. No obstante, pese a tener una trayectoria
sobresaliente y ser dueño de un colegio sobresaliente (Aleph), todavía sus
discursos no tienen mayor relación con la educación estatal.

El especialista siempre da una visión crítica de los cambios en educación.


Mientras algunos ven el lado materialista de la enseñanza, Trathemberg explica
que la solución no solo son las infraestructuras o tecnología que se pueda equipar,
sino en la metodología y la relación entre el docente con sus alumnos. Esos son
puntos más importantes.

En su conferencia en la Universidad Científica del Sur, Trathemberg comienza


detallando que normalmente tenemos como concepto de “innovación en
educación” la implementación de nuevas herramientas que faciliten la labor de los
profesores y que les permita a los estudiantes tener conocimientos más prácticos.
Sin embargo, pensar de ese modo es incorrecto. Existe una distinción, que el
especialista realiza, entre las condiciones que favorecerían una buena educación y
la “buena educación”.

Es correcto, en concordancia con el pensamiento del mencionado experto, pensar


que con mejor tecnología y una infraestructura más amplía se pueden tener
mejores logros y rendimientos en los estudiantes que accedan a este contexto
perfecto. Aunque eso no quita que la metodología para aplicar a los alumnos no
sea la correcta o no se tenga un acercamiento que desarrolle una captación de
conocimientos de parte de los estudiantes.

Eso significa que un vínculo fuerte entre el que va enseñar (docente) con el que va
recibir los conocimientos (alumno). El problema es ese distanciamiento entre
ambos agentes. Los niños y jóvenes solo ven al profesor como una autoridad poco
respetada, que solo cumple con su función y no existe esa confianza para
prolongar la facilidad de realizar preguntas que aumente el saber que los chicos
desean tener.

Entonces no es excusa señalar la falta de implementación tecnológica o de una


infraestructura deficiente como motivo de bajos rendimientos en los estudiantes. Si
bien no es lo ideal, además que es una obligación estatal brindar las mejores
condiciones para la enseñanza, tampoco se debe poner como principal traba a la
deficiente educación que el Perú tiene de acuerdo a las estadísticas
internacionales, como la prueba PISA.

Eso nos lleva a una segunda conclusión: la currícula escolar no cumple con una
enseñanza integral e importante que no dependa exclusivamente de las
herramientas materiales a utilizar, sino de la forma en como los educadores
comunican y se expresan para que los mensajes del conocimiento calen en los
estudiantes, o mejor aun que reflexionen sobre ellos mismos y que les permita
tener un espíritu curioso.

Gran parte de estos problemas son recurrentes a lo largo de los años. Los pocos
avances en educación son contados y parte de esas soluciones, en los tiempos
actuales, ya son obsoletos. Trathemberg explica que en el Perú nos enfocamos
demasiado en los análisis a políticas educativas del pasado y eso nos quita la
visión sobre las oportunidades de mejora del futuro. Otro error que detalla el
experto es hacer evaluaciones que al final terminan en lo mismo: siempre
pensamos que la educación mejora, pero no se ven esos cambios positivos.

Esto último nos lleva a otro punto que específica Trathemberg en su exposición: la
relación profesor-alumno se ve dañada por insistir en metodologías antiguas y en
las que el acercamiento entre ambos para compartir el conocimiento es nulo. Para
un niño escolar (que todos en algún momento fuimos) es estresante tener clases
típicas con un docente que solo habla, cumple con su pizarra, es “estricto” y no
tiene empatía con su alumnado. Lo que se genera con este comportamiento es
antipatía, fastidio y rechazo. Con un vínculo tan débil, el aprendizaje se complica
de parte de los alumnos.
Por ejemplo, en segundo año de secundaria conocí a un lamentable profesor de
química. Su clase consistía en escribir en la pizarra varios textos, descripciones
extensas e innecesarias, explicaciones cortas y un mal humor incomprensible.
Claro, bajo su educación tanto en colegio como en universidad, él creía que hacía
lo correcto, pero una metodología adecuada para transmitir el mensaje no tenía.
Como dato importante: el salón completo jaló en su examen mensual y algunos,
gracias a puntos de bonificación dentro de ese curso, aprobaron el curso al final.
Un curso totalmente olvidable.

Regresemos a las reflexiones de León Trahtemberg. Para él, la escuela tiene que
adaptarse a los nuevos tiempos en cuanto a tecnología. Normalmente, los
colegios prohíben a los estudiantes usar artefactos electrónicos en clase pues los
distraen de su verdadera misión, que es aprender todo lo que se pueda del
colegio. Sin embargo, no es lo mismo tener un walkman o un discman, cuya única
función radica en reproducir música, que un Smartphone de alta tecnología (ojo,
un Smartphone, no un celular común), que me puede servir para distintas
utilidades dentro de la enseñanza. La solución no es quitar o prohibir los posibles
elementos distractores, sino integrarlos a beneficio de los alumnos y de los
docentes.

Ejemplo, existen distintas aplicaciones online, como Kahoot, que permite


interactuar con los alumnos utilizando los smartphones. En la pantalla principal del
docente sale una pregunta y los alumnos con sus equipos deben responder
adecuadamente. Los más rápidos ganan más puntos. De ese modo, lúdicamente,
los alumnos se divierten y al mismo tiempo retienen conocimientos. Por eso, la
solución no es prohibir, sino saber utilizar la desventaja a favor de la educación.

Relaciona al último párrafo, la transformación del colegio para que deje de ser el
pesado centro de enseñanza donde los estudiantes sienten que viven encerrados
es un punto importante que detalla León Trahtemberg. No para todos es cómodo
emplear la mayor parte del tiempo estudiando sobre materias que realmente no
tienen mayor incidencia en nosotros, pese a la importancia e influencia sobre la
sociedad que conocemos que poseen. Modificar los patrones rígidos de las
escuelas, derivados de la formación militar, a un entorno amigable facilita a que el
estudiante sea más propenso a asistir gustoso a clases.

Incluso, Trahtemberg resalta la importancia de hacer los cursos más integradores


y formas de hacer que ellos se interesen más por la información que se difunde. El
especialista critica el hecho de que se obliga a los estudiantes a llevar más de 15
cursos sobre temas que difícilmente les interese a ellos. Una posible solución, que
se aplica desde hace varios años en escuelas estadounidenses, es complementar
con cursos extracurriculares que sirvan como desestresante y que al mismo
tiempo les permita tener una vía alternativa de realización a futuro.

Otro aspecto interesante del pensamiento de Trahtemberg es acercar a los chicos


a la realidad. Que las enseñanzas sobre las distintas materias estén enfocadas a
casos que pueden ocurrir y como estas ciencias pueden servir para solucionar los
problemas. Incluso, como la historia y geografía, cursos que tradicionalmente
tienen un aprendizaje memorístico, también tienen reflexiones importantes y
podemos analizar las causas que provocan ciertas acciones como parte de las
actividades de la materia. En conclusión, un estudio más completo debido a que
se relacionan los cursos y no se tratan de forma individual.

León Trahtemberg considera que los aspectos del desarrollo tecnológico, sumado
a una correcta metodología y una relación cada vez mejor entre alumno-profesor,
podríamos tener una mejor calidad educativa. La idea es romper con paradigmas
que en su momento (aunque implementados con cierta demora) fueron
innovadores y revolucionarios. No pensar en la forma en como fuimos educados,
sino como podemos mejorar esos puntos que cuando éramos niños
cuestionábamos. Aportar con ideas novedosas la facilidad para que el mensaje lo
comprendan mejor las nuevas generaciones y la educación sea el pilar clave en el
desarrollo del país.

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