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La identidad del pueblo chileno según Pablo de Rokha

“¿Cómo es posible que existan personas que no se sientan identificadas con sus raíces?

Hoy en día en un mundo tan globalizado e independiente se han dejado de lado las tradiciones y

costumbres de cada lugar, hasta algunas ya se están perdiendo y es debido a que no se le está

tomando el peso a la identidad cultural de cada lugar. Entendiéndose identidad cultural como el

conjunto de tradiciones, costumbres, símbolos y creencias que definen a un grupo establecido y

le dan un sentido de pertenencia.

Un gran componente de esta identidad cultural es la comida, la cual es insigne y

característica de cada lugar y es capaz de mantener una gran cantidad de historia viva lo largo de

los años. Así mismo, el sociólogo francés que se ha dedicado a estudiar la antropología de la

alimentación humana, Claude Fischler, destaca que la comida no solo alimenta, si no, que

también entrega las características de lo que se está comiendo y así incorporar esta propia

identidad. Como muestra en uno de sus textos:

“Incorporar un alimento es, tanto en el plano real como en el plano imaginario, es

incorporar todo o parte de sus propiedades: llegamos a ser lo que comemos. La

incorporación funda la identidad.

La incorporación es igualmente fundadora de la identidad colectiva y, al mismo

tiempo, de la alteridad. La alimentación y la cocina son un elemento capital del

sentimiento colectivo de pertenencia.” (Fischler 66)

Y es por esto mismo, que es tan necesario resaltarla y destacarla, tal como hizo don Pablo

de Rokha en su escrito Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile donde intenta destacar la

identidad cultural del país, creando una identidad del pueblo chileno en sus variante local o
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regional, con sus comidas y bebidas características, fiestas, tipos humanos y personajes,

profesiones, características de cada localidad, clima, entre otras. Logrando a través de este,

mostrar la diversidad presente en la identidad de cada pueblo chileno, vinculada tanto a lo natural

como cultural.

Uno de los rasgos importantes que logra diferenciar el autor entre cada lugar son las

costumbres y tradiciones propias de cada uno, por lo que las destaca múltiples veces en su

escrito, pero no de cualquier forma, sino que, como la comida recupera estas prácticas y las

muestra, logrando así ser característica de cada lugar, es decir, la comida como representante de

la identidad de un pueblo. Esto se puede apreciar cuando de Rokha hace referencia a distintas

tradiciones y costumbres del folclore nacional a través de platos que eludan a estas, como la

cueca, el rodeo, la trilla a yeguas, la ramada, la rayuela, entre otras. En la presente cita se muestra

como el autor menciona al rodeo y a los huasos rurales, en conjunto con las criadillas y la sangre

de los mismos animales del ejercicio.

“Los huasos ladinos y remoledores de Doiiihue o Machali o San Vicente de

Tagua-Tagua o Peumo o Quivolgo comen asada la criadilla, con pellejo, medio a

medio del rodeo de octubre, entre el quillay o el raulí florido de las “medias-

lunas”, estremecidas por el bramido nacional de las vacadas, estremecidas por el

coraje de los jinetes rurales y el sol sonoro, y el ñachi lo toman caliente,

bebiéndolo del degüello más tremendo, como en los espantosos sacrificios

religiosos de la fe arcaica, horrorosamente ensangrentada, con la naturaleza y la

sangre como dioses…” (de Rokha 11)


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En efecto, como se puede ver en este extracto, la comida es un repositorio de la identidad

cultural de cada pueblo, que además sirve para diferenciarse entre uno y otro. Como la

antropóloga de la Universidad de Chile, Catalina Ivanovic, comenta:

“La Cocina Chilena, corresponde a una forma de patrimonio cultural de tipo

intangible, este concepto de patrimonio cultural engloba los aspectos más

importantes de la cultura viva y de la tradición. El concepto clásico de patrimonio

hace alusión a objetos y tradiciones, que, dado su especial carácter, se vuelven

patrimonializables, es decir, rescatables de su contexto, por cuanto entrañan un

valor relevante, para una persona o grupo humano.” (Ivanovic 42)

Por otro lado, dentro del relato de don Pablo se puede apreciar otro factor decisivo a la

hora de diferenciar a dos o más pueblos, que además queda expresado firmemente en las comidas

de cada lugar. Este es la geografía, la cual afecta la preparación y los ingredientes de un platillo

dependiendo en qué localidad se prepare este, lo cual muestra como la identidad de cada pueblo

y su ubicación influyen sobre él, es decir, como cada lugar puede interpretar de diferente manera

cada platillo. Como se puede ver en el texto Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile

cuando se compara como preparan el mismo plato un curillincano y un sanclementino.

“Dicen los curillincanos que nadie entiende como se asa la malaya al estandarte

bañada en harina tostada y orégano, sino los curillincanos y aun los mis

baqueanos y acampados, pero los sanclementinos, si son Ramírez, les desmienten

y agregan la molleja y el pecho de ternera con hartos abundantes tallos y vinagre

…” (de Rokha 11)


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Así mismo, el profesor de Lenguaje y Comunicación, Isaac Sanzana, habla de cómo la

comida es particular de un pueblo y marca el límite con otro, ya que al fin y al cabo es lo que

representa a dicho grupo y los hace perteneciente a él.

“La cocina de un pueblo, o una comida en particular, frecuentemente marca un

límite entre el ser colectivo y el otro. Esto se debe a que, del universo culinario,

cada grupo o comunidad selecciona algunos elementos con los cuales se identifica

y se diferencia de los otros, que, a su vez, poseen sus propios elementos

identitarios. Es decir, para sentirnos como un todo, para tomar conciencia de que

somos un pueblo, necesitamos tener ciertas cosas en común que nos representan

y, por ende, nos diferencian de los otros.” (Sanzana 52)

Por último, Pablo de Rokha hace alusión a un elemento clave en la diferenciación de

diversos pueblos, la profesión típica de cada uno, la cual determina cual será el tipo de comida y

bebida de cada lugar, es decir, como el que hacer diario afecta en la identidad de cada pueblo, ya

sea por la obtención de alimentos a través de esta labor o por como debe ser la alimentación de

este pueblo para poder realizar esta tarea. Esto se puede ver cuando el autor habla del caldillo de

congrio de un lanchero, un platillo reconfortante luego de un largo día en el mar, hecho con los

mismos pescados y mariscos obtenidos ese día.

“… Y el caldillo de congrio, de criadillas, de choros como la pancutra, son

lancheros, hermanos de los valdivianos lancheros, que parece que tuviesen una

gran gaviota nadando en el caldo sagrado …” (de Rokha 12)

En otras palabras, la comida le aporta identidad a cada profesión, ya que es diferente para

cada una y hace que cada persona se sienta identificado con su labor a través de su platillo. Tal

como dice Sanzana, hace que se identifique con el y lo haga suyo.


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“Esta descripción de lo que come, bebe, vive, día a día el campesino, el hombre

rural, el minero, el pescador, el pobre, etc., hacen que éste se identifique con lo

que come y lo haga suyo, puesto que es un reflejo de su vida cotidiana.” (Sanzana

35)

En definitiva, como se ha mostrado, la identidad cultural es propia de cada pueblo y es de

suma importancia, ya que hace a cada persona sentirse perteneciente a este y diferente a otro, ya

que marca el límite entre cada pueblo. Y un rasgo fundamental dentro de esta identidad, es la

comida, la cual es un representante de esta que a través de diversos elementos es capaz de hacer

esta diferenciación entre un pueblo y otro y que logra crear este sentido de pertenencia a cada

uno. Lo cual queda plenamente representando dentro del escrito de Pablo de Rokha, Epopeya de

las comidas y las bebidas de Chile, donde el autor destaca la identidad de cada pueblo chileno a

traves de sus respectivos platillos y hace una clara distincion entre cada uno mostrando las

diferentes costumbres y tradiciones, la geografía y el clima, las profesiones, entre otras.

Pero es por esta misma relevancia que ya se ha mostrado, que es importante volver a la

pregunta con la comenzó este escrito ¿Cómo es posible que existan personas que no se sientan

identificadas con sus raíces? Lamentablemente hoy con la modernización, las tecnologías y la

globalización las personas se han ido desarraigando de la identidad cultural de su ciudad o país,

dejando de lado las tradiciones y los platillos típicos e incorporando nuevos, apartando sus

propias raíces y dando cabida a una identidad colectiva y globalizada, contemporánea,

replegando al olvido la identidad de cada pueblo, y así, sus comidas y bebidas típicas.”

Trabajos citados

De Rokha, Pablo. Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile y Canto del Macho Anciano.

Santiago: Universitaria, 1965.


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Fischler, Claude. El (h)omnívoro: El gusto, la cocina y el cuerpo. Barcelona: Anagrama, 1995.

Ivanovic, Catalina. Nueva Cocina Chilena: Culinaria e identidad. Santiago, 2007. Universidad

de Chile.

Sanzana, Isaac. Chilenidad y Encomio en “Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile” de

Pablo de Rokha. Valdivia, 2004. Universidad Austral de Chile.

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