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Facultad de Educación y Humanidades

Departamento de Artes y Letras


Escuela Ped. Castellano y Comunicación

Cine formativo: Un instrumento clave para el aprendizaje


significativo actual

Profesor Guía: Patricio Espinoza


Alumnos: Nicole Campos Navarrete
Cristian Melita Reyes
Karinna Segura Boggie
Fecha: 21 de Agosto de 2017
Introducción:

La presente investigación tiene como objetivo reconciliar el uso común del cine
(entretener), pero esta vez con fines pedagógicos. Para ello buscaremos responder
algunas interrogantes tales como: ¿Cómo emplear el cine para favorecer el
aprendizaje de los alumnos?, ¿Cuál es el mejor método para recepcionar los
contenidos audiovisuales que consumimos diariamente?

Sabemos que desde el surgimiento del cine, las personas que han tenido
acceso a ella, lo han visto con un valor artístico, se ha evaluado por la recepción de
los espectadores, las críticas de expertos y su permanencia en las taquillas del cine.
Para otros, una b<uena película se evalúa conforme a su evaluación técnica, guión,
fotografía, dirección, producción, hasta incluso la calidad del sonido y la imagen,
pero para efectos de nuestra investigación evaluaremos cómo una película puede
llegar a ser empleada y considerada buena para fines formativos; esto quiere decir
que exploramos la recepción intencional de películas para mejorar las actitudes,
conocimientos y opiniones de los espectadores, llegando incluso a trascender a la
sociedad, beneficiando la difusión de valores educativos y generando una opinión
mucho más exhaustiva y acabada por parte de los receptores del contenido
audiovisual.

Evidentemente existe una carencia en las competencias comunicativas


necesarias para recibir de forma efectiva e íntegra los mensajes transmitidos a
través de estas tecnologías que han invadido nuestra sociedad actual. En donde la
mayoría no considera evaluar, filtrar, cuestionar el discurso o ideología existente en
el film, debido a la falta de educación cinéfila. Cuestión que deseamos resolver por
medio de la alfabetización audiovisual a través del cine y su función formativa en el
aula.
ANTECEDENTES

Sin importar cuánto tiempo transcurra, el cine, desde su nacimiento ha


impactado a millones de personas, a lo largo de las épocas, debido a la gran fuerza
comunicativa, y la profunda reflexión social que ejerce en las mentes de sus
espectadores. Sabemos que inicialmente el cine fue creado para entretener a la
audiencia, sin embargo, la representación verosímil de sus contenidos permite que
varios puedan encontrar en su abstracción uno que otro argumento para que su
mensaje, o ideología genere un quiebre o modificación en la realidad, situación que
da paso a la idea del carácter formativo que constituye el cine.
Para comprender el mensaje formativo del film, es necesario que exista un
entrenamiento en la decodificación o interpretación de los códigos, imágenes,
sonidos, que constituyen la película. Debido a la complejidad semiótica y su
significación, es que el espectador debe tener una serie de competencias que le
permitan apreciar y relacionar el contenido visto, su contexto y su aplicación en la
vida diaria.
Con ese propósito, Pereira (2011) fue el primero en definir el término de
alfabetización visual, concibiendo como “un grupo de competencias visuales que un
ser humano puede desarrollar por medio de la visualización, integrando al mismo
tiempo otras experiencias sensoriales”.
Dado lo anterior es que nos encontramos con la necesidad de integrar los
diferentes conceptos para darle una mirada holística al cine y su aplicación
formativa.
La historia de la alfabetización nos muestra que los productos mediáticos
pueden ser reutilizados de formas que desafían las intenciones originales de sus
productores. El asunto surge cuando los contenidos audiovisuales no son captados
por la audiencia como un contenido capaz de ser reutilizado, debido a la falta de
capacidad para interpretarlos, darles sentido y un significado útil para ciertos
propósitos. Para ello, necesitamos identificar los ámbitos competenciales del
aprendizaje del sujeto
1.1 EL CINE COMO UN MEDIO AUDIOVISUAL QUE FOMENTA LOS
PROCESOS EDUCATIVOS

Para abordar correctamente el enfoque comunicativo se necesita presentar


los conceptos básicos en los cuales se centran los principales procesos
comunicativos: Emisor, mensaje y receptor. (Insertar definiciones) Durante los
inicios de la enseñanza escolar los niños requieren de diferentes estímulos para que
los contenidos básicos sean internalizados de manera óptica, para así generar los
aprendizajes esperados en cualquier disciplina que se esté presentando. De esta
manera el docente pasa a ser el “Emisor”, la materia o los contenidos son el
“Mensaje” y el estudiante es el “Receptor”. Pero así como en la enseñanza básica
se requieren de constates estímulos en la enseñanza media también, no obstante,
en diferentes grados; los estudiantes menores son entes de recepción de
conocimiento mediante diferentes estrategias de enseñanza, ya sea uso con el uso
de colores, sonidos, imágenes, entre otros, donde la llegada a ellos es más directa
puesto que no realizan críticas a los medios o métodos con los cuales se les
enseñan, para ellos los colores, sonidos y didácticas tienden a ser de su interés y es
mucho más activa su participación, en cambio cuando a alumnos de enseñanza
media se refiere, el plano de recepción cambia. Cambia porque ya no se tiene una
vía directa de recepción, sino que los alumnos tienden a filtrar la información según
sus intereses y esto complica el rol de emisor del docente, generando una exigencia
mayor a la hora de abordar los contenidos en el aula.
Es por esto que a medida que han pasado los años, los docentes han tenido
que buscar diferentes maneras de proporcionar los contenidos de manera eficiente
y una de las claves principales es el uso de la tecnología. El uso de las pantallas,
colores, vídeos, luces, sonidos, presentaciones de Power Point con movimiento,
2D, 3D, pizarras interactivas, exposición de corto metrajes, películas, etc. son
herramientas actuales que son clave para crear los aprendizajes significativos en el
alumnado y que los docentes cada día utilizan de forma más activa dentro del aula
puesto que tienen mayor impacto en ellos y se pueden ajustar a cualquier etapa de
enseñanza.
Dentro de todos los recursos audiovisuales que pueden existir, el uso de
vídeos, corto y largometrajes, películas y en definitiva todo lo que concierne al cine,
es el más utilizado puesto que como afirma Nicholas Mirzoeff:
“La vida moderna se desarrolla en la pantalla”, afirma (2003, pág 17.)
Y es así, el cine desde sus inicios impregna las pantallas de escenas
representativas de conflictos, épocas, arte, perspectivas, entre otras muchas cosas,
es un medio audiovisual muy completo puesto que a medida que ha ido
evolucionando ha sido utilizado como un foco representativo de realidad, expone
realidades netas y utópicas que expresan mediante los diferentes componentes
ideas, épocas, contextos entre otros que pasan a ser el nexo entre la materia
curricular y una demostración fílmica de los contenidos.
García Matilla, en su libro “Los medios de la comunicación educativa”
(1999,pág 66) nos habla del concepto de pedagogía asociado al el material de las
imágenes, denominándolo pedagogía con imágenes, donde explica que para
realizar esta asociación se deben integrar los medios audiovisuales en el proceso
de enseñanza- aprendizaje, donde se debe priorizar el carácter activo-participativo
de docente y alumno en el contexto de aprendizajes, para generar un contenido
significativo. Además Sebastián Fernández, en el libro “Cine e Historia del aula”
(1989:5), explicita que el cine debería ocupar en los centros docentes el lugar que
debería corresponderle “como hecho cultural de primera magnitud”, situación que
se torna difícil debido a que la implementación en del cine como un instrumento
crítico se ha vuelto lento, actualmente se mantiene el paradigma de entretención en
el que se centra el cine y los cortometrajes. Lo que se busca es generar conciencia
de este recurso como objeto de valoración para el proceso educacional actual,
haciendo hincapié a las nuevas tecnologías y recursos que poseen las nuevas
generaciones, como menciona, Gómez Galán, donde considera que:
“El análisis crítico de una película no debe efectuarse sólo sobre los
componentes internos de la misma, sino para todo lo que la rodea”. (2000, pag.158).
De esta forma realizar análisis de forma lo más completa posible por parte de
los docentes y los alumnos de los respectivos recursos fílmicos realizando nexos
entre la realidad representada en el film en contraste a la época actual, el porqué del
uso de un determinado lenguaje, determinadas imágenes y otorgar los respectivos
significados connotativos, por parte del alumnado son esenciales. Pero para un
análisis completo y bien estructurado para lograr un aprendizaje significativo en los
alumnos, es necesario crear parámetros de medición, temáticas específicas a
evaluar a la hora de observar críticamente un film, que determinados aspectos son
de relevancia dentro de la cinta y cuales no son tan prioritarios, pero ¿cómo pedir un
análisis profundo de un film a un estudiante que no ha sido instruido correctamente
sobre el estudio de éste?

Es de natural importancia para las generaciones actuales y para el progreso


general educativo que tanto alumnos como docentes alcancen y se apropien de las
competencias comunicativas audiovisuales, que se instruya sobre como decodificar
la gran cantidad de información entregado por parte del cine; el cine como
instrumento didáctico es una fuente enorme de subjetividad que debe ser orientada
a la hora de trabajar en aula, no solo se dará paso a un nuevo trato de la información
con nuevas formas de proyectar ideas, sino que es un cambio grande a nivel
cultural, donde los alumnos pasarán de solo ser “espectadores” circunstanciales de
una película presentada en el aula a ser espectadores críticamente activos, donde
cada imagen, palabra y sonido pasarán de ser algo simple ante los ojos de un niño a
algo complejo que porte información, que construya realidades.

Un alumno al ser correctamente instruido desde su enseñanza básica sobre


como “mirar” cine y no realizar el acto de simplemente verlo ( enfatizando que el
acto de mirar instruye una concentración), se está formando una persona con las
competencias necesarias para generar un punto de vista más objetivo sobre un
tema en particular, logrando que el alumno entre más exposición tenga del cine
dentro del aula él vaya formando un análisis cada vez más profundo sobre cualquier
tema que se le proponga analizar, así también facilitando la competencia
argumentativa a la hora de responder preguntas determinadas a un respectivo
trabajo de clases con uso de cortometrajes o algún film, la comprensión lectora y no
solo de letras o escritos, sino de imágenes, símbolos, mensajes abstractos, y todo lo
que entregue información al alumno, debido a que ante la reiterada práctica del
contacto con el medio audiovisual proporcionará una decodificación cada vez más
completa de sonidos, imágenes, colores, letras y todo lo que se requiera para que él
pueda recibir los aprendizajes de la forma más completa posible, recordando que
los docentes, como entes educadores, deben otorgar herramientas para que los
estudiantes se formen de la forma más completa posible y el cine es la respuesta
más precisa ante los requerimientos tecnológicos y didácticos que exige la sociedad
actual, puesto que las nuevas generaciones son difíciles de “impresionar” y las
técnicas de aprendizajes tradicionales tienden a no lograr los índices de
aprendizajes esperados en todos los alumnos debido a que no sienten una
conexión entre lo que aprenden y su día a día cotidiano, y es eso exactamente lo
que el cine sí tiene, realidades de todo ámbito, sonidos, temáticas diferentes.

En los centros educacionales cada vez se presentan más necesidades


educativas especiales, donde se requieren más recursos y más adecuaciones
educacionales, entonces, si se necesitan más recursos para ayudar a los
aprendizajes de los alumnos, ¿porque no formarlos competentemente para que
puedan comunicarse de forma adecuada y puedan formar opinión propia?, el cine
puede ser usado tanto para alumnos en integración educacional y ser un apoyo
como para el alumnado regular que requiere de estímulos que lo motiven a analizar
sus realidades.

Lo que se busca al momento de formar personas críticamente activas a través


del uso del cine en el aula es que la ciudadanía mediatizada se vuelva más
responsable a la hora de consumir estos medios masivos de comunicación, que
aprendan a ser filtro de lo que realmente les sirve y se usen estos recursos para la
buen educación, para formar gente con opinión propia, que busque entretención y
educación de calidad, donde no se mantenga el ritmo rutinario y cada grupo tenga
una postura rígida sobre un tema. El mundo contemporáneo, la sociedad actual, es
una sociedad que requiere de buenos receptores, que reciban la información pero
que también la cuestionen, es por esto que utilizar este medio y producto de
mercado tan grande como lo es la industria del cine y adecuarlo curricularmente
para que los ciudadanos se formen de manera competente y tengan las
herramientas para analizar críticamente lo que ven y lo que escuchan en el día a
día, es completamente necesario y una tarea que no debe tardar más, la ciudadanía
debe ser activa y responsable por lo que vé y lo que dice, es la única forma de
crecer educacionalmente, culturizando a las masas y darles las herramientas para
poder expresar sus puntos de vista ante lo que les entregan las cadenas de
comunicación, recordando el poder de difusión y manipulación de la información
que se ha ido acrecentando con el pasar de los años.

Así se presenta la carencia actual que sufre la educación básica en Chile, que
no se genera la conciencia crítica en el alumnado en una base estructurada hacia
una industria como lo es el cine, lo que genera una falencia significativa a la hora de
realizar los nexos entre la tecnología y los nuevos aprendizajes.

1.2 ALFABETIZACIÓN AUDIOVISUAL

El uso de los recursos audiovisuales como medio eficiente para la enseñanza


es altamente reconocido por su efectividad, tanto por la versatilidad que presentan a
un nivel pedagógico, así como también por el alcance cultural que estos tienen,
ofreciendo la posibilidad de adaptarse a diversos contextos, apelando a realidades
personales, conceptos conocidos y experiencias adquiridas.

En la actualidad, la carencia de competencias para interpretar la información


audiovisual ha supuesto una gran cantidad de desafíos, entre los que destaca uno
de los pilares fundamentales de nuestra propuesta: La alfabetización audiovisual.
Considerando la dimensión más esencial del término, Joyce Manny (2000:65):
define la alfabetización como:

“el proceso cognitivo-creativo de comprensión y reelaboración del universo


perceptivo simbólico-lógico-imaginativo, producto de la cultura de una determinada
etapa histórica’’

Es decir, podríamos referirnos a la alfabetización como un proceso clave,


que todo ser humano debería comprender y dominar, que sitúa al individuo en un
tiempo y espacio propio, del mismo modo para relacionarse conscientemente con
sus pares y el entorno en el que ejerce sus interacciones, sin dejar de lado la
dimensión crítica y reflexiva que estas deberían tener. Una persona educada e
íntegra debe poseer la capacidad de comprender cabalmente la información a la
que está expuesta, para generar opiniones, propuestas y también acciones, en una
sociedad que demanda constante renovación e iniciativa personal. La construcción
de significado y su reestructuración en pos de la satisfacción de necesidades
sociales, supone un proceso complejo, que necesita de un eje sólido sobre el cual
desarrollarse; la propuesta del uso de elementos audiovisuales, concretamente del
cine, genera estas instancias de desarrollo, creando nexos entre el sujeto, su
entorno y como este último es percibido.

De acuerdo a lo conversado en el Simposio Internacional de Alfabetización


celebrado en Persépolis 1975. En la declaración final, se define la “alfabetización no
solo como el aprendizaje de la lectura, la escritura y el cálculo, sino como una
contribución a la liberación de la persona y a su pleno desarrollo. Así concebida, la
alfabetización crea las condiciones para la adquisición de una conciencia crítica de
las contradicciones y los objetivos de la sociedad en que se vive; también estimula
su iniciativa y participación en la creación de un proyecto capaz de actuar en el
mundo, de transformarlo, y de definir los objetivos de un auténtico desarrollo
humano”3 (IIALM, 1977, p. 636).
De esta manera cuando se adquiere esta consciencia crítica a través de la
adquisición de todos los elementos necesarios para la interpretación de contenidos
de naturaleza visual. Sin importar la procedencia del contenido, las personas
debieran tener las competencias necesarias para su comprensión.

Es así como la alfabetización visual ha sido definida por Braden y Hortin (1982),
quienes sostienen que es “la capacidad de entender y usar imágenes, incluyendo la
capacidad de pensar, aprender y expresarse en términos de imágenes” (1982:169).
De esta idea se desprenden diferentes estrategias para su aplicación en contextos
de aprendizaje, pero para llevarlas a cabo es necesario contar con algunas
nociones elementales en lo que respecta a la lectura visual crítica, cuestión que se
tratará en un punto más adelante.

Frente a lo anterior podemos preguntarnos en qué punto del desarrollo


educativo, la sociedad ha ido perdiendo su alfabetización, o la capacidad concreta
de interpretar lo que los signos a su alrededor le presentan. De acuerdo al caos
imperante de nuestra sociedad actual, y la amplia cantidad de mensajes que se
encuentran en el ambiente, no es difícil afirmar que la emotividad se empobrece y
descontextualiza las estructuras explicativas, en vez de potenciar su concentración,
su atención, su capacidad de espera, su percepción ilativa, encadenada y abstracta,
no meramente impresionista, imaginativa (de imagen), y emotiva de los contenidos
o mensajes que reciben. (Aguilar, 1996, 51; Rodríguez Neira, 1999, 50-51; Núñez,
2000; Esteve, 2003 y Touriñán, 2004), es por eso que nos encontramos ante la
mediocridad de un nuevo analfabetismo visual.

De ahí deriva la importancia de aprender a discernir la autenticidad de un


contenido audiovisual, en este caso que representa un film. Tal es el caso, por
ejemplo de las fotografías de guerra en donde el tema de la manipulación de las
imágenes –directamente vinculado con las decisiones de mostrar o no
determinados acontecimientos y de qué manera hacerlo tiene una extensa historia.
Por lo tanto, la adaptación de una película, ya sea en su relación entre dos agentes
como la literatura y el cine, generará un efecto inmediato en la interpretación de los
signos, y en su lectura inicial. Parece que la grandeza de toda adaptación coherente
reside no ya en la correlación perfecta entre lenguaje literario y cinematográfico por
imposible, sino en la capacidad de construir un universo discursivo autónomo y con
plenitud absoluta sin necesidad alguna de dependencias extradiscursivas ni
servilismos textuales.

En palabras de Gimferrer, toda “adaptación genuina debe consistir en que, por


los medios que le son propios —la imagen— el cine llegue a producir en el
espectador un efecto análogo al que mediante el material verbal ―la palabra―
produce la novela en el lector. No reproducir o mimetizar los recursos literarios, sino
alcanzar, mediante recursos fílmicos, un resultado análogo ―ya que no siempre
idéntico―, al obtenido precisamente en el libro por aquéllos” (1985: 65).

Aquí observamos la importancia del proceso de lectura fílmico. Si no hay


conocimientos previos en el espectador, y éste no tiene una noción de una
existencia de un texto del cual se haya conseguido el sustento del objeto fílmico que
está observando, con facilidad se dejará llevar por una asimilación sencilla del
contenido, sin tener una mayor profundidad en su interpretación. Recayendo
nuevamente en el temido analfabetismo visual. Además, si el film se caracteriza por
ser un signo, de la realidad de la que procede, de acuerdo a Casetti, la película
tendrá “un mecanismo capaz de integrar, de dotar de un sentido de pertenencia, y al
mismo tiempo de dictar normas de conducta” (Casetti, 1993: 135) en su audiencia.

Vemos entonces que si no existe un acostumbramiento a la lectura fílmica, un


análisis profundo, una mirada holística a su contenido, y una persecución por un
entendimiento más abarcante en su ideología, es posible que el contenido
audiovisual que se esté recibiendo ejerza tales normas de conducta, que se asumirá
su mensaje como un acto reflejo, incidiendo poderosamente en un grupo de
personas y a su vez, en el pensamiento de una cultura.
De allí radica la importancia de considerar como objetivo solo el enseñar a leer y
escribir a las personas, sino asegurar condiciones para que las personas lean y
escriban. Comprender que la adquisición y desarrollo de la lectura y escritura
requieren del uso efectivo de la lengua escrita en contextos y situaciones
sociocomunicativas reales. (Alfabetización y educación, pág. 25, Unesco, 2013)

A continuación se presentará los niveles en que se transmite el cine a la


audiencia para que este consiga darle un significado, y pueda ser leído e
interpretado:

Nivel 1 Percepción:
El contenido del film, se capta a través de la vista y oído, de forma que se puede
acceder a la información de un modo inmediato, únicamente a través de los
estímulos más primarios.

Nivel 2 Sistemas perceptivos:


De acuerdo al contexto del receptor, ubicación, conocimientos previos y una serie
de aspectos culturales, ideológicos, edad, sexo, etc. la imagen, sonido fonético y
musical, ruidos y señales, producirán una amplia gama de referentes culturales de
reconocimiento y codificación.

Nivel 3 Subconsciente:
La disposición de los encuadres y utilización de la luz, los movimientos de cámara,
la elección del espacio escénico, el manejo de la música y el movimiento de los
actores, entre otros, son elementos que el espectador medio no percibe
conscientemente, pero son los que combinados logran que las películas nos
transmitan determinadas sensaciones y emociones.

Debido a que existe una compleja red de comunicación, el poder del mensaje o
la ideología detrás de una película, podrá traspasar una pantalla y determinará una
serie de acciones, pensamientos, sensaciones, cambios emocionales en el
espectador, a menos que éste, esté preparado para su recepción, especialmente
cuando los productores, directores y guionistas de la película han orquestado un
propósito específico a la hora de poner en marcha su producción, edición y debut.
Es indudable que la técnica juega en el cine un papel determinante y, aunque pueda
producir el efecto contrario, en una película todo ha sido planificado
cuidadosamente (Pereira y Urpí, 2005).

Entonces, entendiendo lo anteriormente dicho podemos asumir que el cine es el


medio que entrelaza las diferencias individuales como espectador con los
elementos comunes que posee como ser humano sociable. Estos dos planos
configuran la posibilidad de que las personas ejerciten emociones, sentimientos,
percepciones, juicios y el espíritu crítico. Todas estas consideraciones nos
conducen a la búsqueda de estilos pedagógicos adecuados para su realización.
(Gutiérrez Moar, mª c.; Pereira Domínguez, mª c. y Valero iglesias, l. F. El cine como
instrumento de alfabetización emocional. En Teoría de la Educación. Revista
Interuniversitaria, vol. 18, 2006, pág. 16)

Y esto se debe a que el valor del cine bien utilizado como recurso pedagógico,
favorece el aprendizaje que sensibiliza y provoca cambios de comportamiento ante
los problemas sociales actuales.

Vivimos en un mundo donde la imagen se ha convertido en el gran medio de


comunicación humana y los docentes deben asumir su responsabilidad de preparar
a al alumnado para participar plenamente en el valor de la comunicación,
obteniendo de él su mayor beneficio, y sabiendo discernir entre la idea de cine como
fuente de entretención, y cine como fuente de contenido ideológico, cuya
apreciación se alineará únicamente a través de una enseñanza y aprendizaje
consciente de leer cine, de ver cine y de interpretar cine.
1.3 LECTURA FÍLMICA

El cine como producto audiovisual supone un proceso de encuentro que


subraya al texto fílmico y al espectador en un ámbito social educativo, histórico,
político y cultural. Este encuentro es propuesto como una construcción constante y
cambiante de significaciones que se objetiva en la subjetividad de los espectadores.
Situación que conduce al entendimiento de la lectura fílmica, como la acción
efectuada en un contexto comunicativo que de algún u otro modo relaciona el
horizonte de expectativas del espectador, con los contenidos en la recepción de la
práctica de una lectura audiovisual. Si consideramos la lectura fílmica como un
proceso de consumo, la definición propuesta por Néstor García lo presenta de esta
manera:
“Es el conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la
apropiación y los usos de los productos” (García Canclini, 1995)

Si apartamos la noción de consumo y nos concentramos en una definición


más orientada a un fenómeno analítico; nos encontraremos con que la lectura
fílmica permite desentrañar la estructura del filme, obteniendo información a partir
del formato, visión del quién produce la pieza audiovisual, estructura escénica, entre
otros factores que permiten una visión amplia y detallada de lo que se está
analizando.
Según Roffe.( 1990 ) el análisis fílmico es una investigación que conduce establecer
una descripción del filme y de cómo las proporciones ideológicas, narrativas y
estéticas del cineasta, en mayor o menor grado determinan las formas expresivas o
de contenido de esa construcción”.
Es de vital importancia definir el concepto de lectura fílmica y los elementos
que lo constituyen. Para ello, abordaremos el fenómeno considerando los factores
que lo condicionan (Saturación y acostumbramiento, experiencia y formación del
espectador, contexto en que se produce, posición física y/o emotiva/psicológica del
espectador, entre otros factores)
En la práctica docente es habitual que las perspectivas de una correcta lectura
fílmica se reduzcan a una valoración didáctica superficial, sin considerar que dicho
fenómeno es inseparable de una experiencia comunicativa íntegra, en dónde es
necesaria una perspectiva crítica e informada. Esta falta de consideración limita el
alcance interpretativo, generando una separación entre las nociones personales y la
perspectiva ideológica o artística de los productos audiovisuales consumidos.

1. FACTORES QUE DETERMINAN LA LECTURA FÍLMICA

2. a. Saturación y Acostumbramiento

Se entiende como saturación al exceso de estímulos que alteran de alguna u


otra manera la concentración y por ende, al consumo u análisis de los productos
audiovisuales, lo que se debe en gran parte a que se recibe un gran volumen de
información en una cantidad corta de tiempo.
“La saturación impide la focalización, y genera un proceso de cansancio visual y
dispersión que va en la vía contraria a la concentración y a la percepción”
Rivera, J. L. (Diciembre 2008) Reflexión sobre el consumo de cine en jóvenes.
Palabra Clave. Volumen 11, p.312

Por otro lado, el acostumbramiento es la disposición pasiva del consumo, en


donde inciden la cotidianeidad del estímulo visual, lo que genera una actitud poco
crítica, en la que no se da espacio para el análisis de los productos consumidos.
El acostumbramiento se evidencia en el consumo de films donde se reiteran
tópicos, tramas o arquetipos de personajes; la exposición a dichas categorías hace
que el espectador baje la guardia ante la posible existencia de mensajes y
significados más profundos y complejos. Nos encontramos, por tanto, ante
espectadores que consumen sin emplear procesos analíticos y carentes de visión
crítica.

“el acostumbramiento es parte de la rutinización del espectáculo de la imagen, que


se ha instalado cómodamente en nuestros hogares desde la época de la
supremacía de la televisión hasta nuestros días con el advenimiento del imperio de
las pantallas personalizadas.”
Rivera, J. L. (Diciembre 2008) Reflexión sobre el consumo de cine en jóvenes.
Palabra Clave. Volumen 11 , p.312

2. b. Relación Autor-Espectador

La relación establecida entre los puntos de vista del autor y el espectador se ve


mediada por el film en cuestión, en donde se transforma el contenido audiovisual en
un texto analizable; nos encontramos de este modo ante un diálogo entre los
conocimientos de quien crea el contenido y quien lo consume.
“El autor –y veremos que esta es una concepción de corte convencional que
también hay que matizar– establece su vinculación al film mediante el discurso; el
espectador hace texto el film a través de un proceso hermenéutico.”
Felici, J. M. (Abril 2010) Propuesta Metodológica para el análisis del texto fílmico.
Diseño de una base de datos sobre patrimonio cinematográfico en soporte
hipermedia. Volumen 4, p23.
2.c Relación Espectador-Film

Como se mencionó anteriormente, el film cumple un rol de mediador entre lo


que el espectador sabe y lo que el autor quiere expresar con su producto. Esta
mediación se enmarca en un intercambio dinámico de la perspectiva social del
contenido.

“el espectador ante el film se enfrenta parapetado en su interior al inmenso exterior


que se le escenifica, por otra parte, el relato asume la multiplicidad de visiones y
propone formulando un hiato entre ese interior y el exterior, para rematar en la
construcción de la narración desde puntos de confluencia.”
Izaguirre, R. (Julio 2007).

La relación entre espectador y film está notoriamente influenciada por el


enfoque con el que el primero dimensiona las características del segundo. Esto,
debido a que dentro del contexto pedagógico- más cercano a nuestra propuesta- la
disposición del espectador para interpretar el film a cabalidad se limita a una
asimilación de los aspectos superficiales. Esto hace que la verosimilitud que intenta
proyectar el film supere el trasfondo ideológico

2.d. Perspectivas de lectura


El film como producto audiovisual genera diferentes niveles de interpretación
debido a la variedad de significados que ocurren durante el encuentro del contenido
con el receptor y su acto comunicativo durante la lectura fílmica. Entender este
hecho permite comprender algunas posturas distintivas en el acto concreto de la
interpretación.
La primera de estas posturas la encontramos en la dimensión narrativa del cine.
El orden en el que se presenta la trama, las acciones y desarrollo de personajes. En
esta instancia, el espectador pasa a cuestionarse dichos aspectos en relación al
acontecer fílmico. También se considera el punto de partida de la lectura con la
temática de la historia.
En este planteamiento, la historia proyecta el contenido propuesto por lo fílmico
y su expresión social discursiva en un tiempo y forma de estructura que reúne la
tematización.
Izaguirre, R. (Julio 2007).

Por otro lado, la tematización fílmica alcanza dimensiones de posicionarse en


un espacio social organizado en un discurso. El espectador se reconoce en ese
espacio histórico cultural, en un conjunto de significaciones impulsadas por la
pragmática del lenguaje. Durante este proceso el espectador pasa a emplear una
selección de que se percibe, dicha selección está situada en la identidad ante el
panorama narrativo sobre la propuesta del vivir.
3. La construcción de significado.
La interpretación de los productos fílmicos está sujeta a varios factores
inherentes a su producción. Entre ellos se encuentra el tiempo y espacio que
representa y en dónde se produce. En este espacio, la construcción de significado
yace en el encuentro entre el relato fílmico y el espectador. Este último da uso de
sus habilidades comunicativas que lo llevan a una selección y construcción del
relato.
La comprensión en el aspecto fílmico es resultante de la acción de las
capacidades comunicativas, expectativas del espectador y sus experiencias. Esto
se enmarca en un espacio de encuentro contextual del film y el espectador, donde
se crea un intercambio de significado que generan nuevas formas de comprender el
vivir. Aun así, hay que tomar en cuenta que “contemplar juntos no equivale a ver lo
mismo” (Guerin, 2004, p.66. En otras palabras, hay que considerar la naturaleza del
film como obra abierta, posibilitando múltiples lecturas.
A partir de este encuentro contextual, el espectador debe insertarse en el
mundo presentado por el film, haciendo que sus expectativas interactúen
constantemente con la creación de significado; en donde la ficción presentada
comunica parte de la realidad, que se organiza de modo que puede ser expresada.
Al estar la comprensión e interpretación formando la piedra angular de la
generación de significados, el espectador efectúa inferencias que le permiten
observar las escenas desde su estructura, como se relacionan unas con otras y
distinguir significados abstractos. Este proceso de inferencia exige la aplicación de
conocimientos, creando preguntas relacionadas con los elementos constituyentes
del film.
Las inferencias hablan de ese proceso de lectura efectuada por el espectador
que permite la intersección de lo dado en el relato y su transformación en
experiencia.
Izaguirre, R. (Julio 2007).
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