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"Año de la lucha contra la corrupción e impunidad"

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA HUMANA

CURSO : PSICOLOGÍA CLINICA I

DOCENTE : MG. PILAR COAQUIRA

TEMA : ANALISIS DE LA SALUD MENTAL DE LA REGION

DE TACNA

ALUMNA : KIMBERLY AMAYA COAQUIRA HUALPA


DIANA
MISHEL
MARCO

CICLO : 9° CICLO
TACNA – PERU
2019
INTRODUCCION
CAPITULO I
FUNDAMENTOS TEORICOS

1. SALUD MENTAL
La salud mental es un bien social, históricamente determinado y vinculado a las condiciones
de vida de los diferentes grupos sociales. Es definida como un estado dinámico de bienestar
que se genera en todos los contextos de la vida diaria, los hogares, la escuela, los centros
de trabajo y los espacios de recreación; se expresa a través del comportamiento y la
interacción interpersonal (OMS, 2004). La dimensión positiva de la salud mental se
relaciona directamente con el bienestar emocional, la satisfacción por la vida, la capacidad
empática o actitud prosocial, el autocontrol, la autonomía para resolver problemas, el
bienestar espiritual, las relaciones sociales, el respeto por la cultura, la equidad, la justicia
social y la dignidad personal. Los conceptos de salud mental y enfermedad o trastorno
mental no son opuestos. Ambos forman parte de dos continuidades. Una representada en
un eje vertical que va desde un “bajo nivel de salud mental” hasta una “salud mental óptima”;
y, otra, en un eje horizontal, iniciándose desde la ausencia de síntomas o diagnósticos,
hasta la presencia de una enfermedad o trastorno mental grave.

2. SITUACIÓN ACTUAL DE LA SALUD MENTAL EN EL PERÚ

En el Perú, las enfermedades neuropsiquiátricas representan el 17,5% del total de carga


de enfermedad, ocupando el primer lugar y produciendo la pérdida de 1 010 594 años de
vida saludables (AVISAS), es decir, 33,5 años perdidos por cada mil habitantes (MINSA,
2014). La cantidad de AVISAS perdidos por discapacidad (894 376) es mayor que aquella
perdida por mortalidad prematura. Se estima que en el Perú existen 295 mil personas con
limitaciones permanentes para relacionarse con los demás por dificultades en sus
pensamientos, sentimientos, emociones o conductas. De éstas, el 67,8% (200 mil
personas) presenta discapacidad moderada y severa (INEI, 2013) . El problema de salud
mental que mayor carga de enfermedad genera es la depresión unipolar, que causa la
pérdida de 224 535 AVISAS (3,9% del total), determinando 7,5 años perdidos por cada mil
habitantes, especialmente en el componente de discapacidad. La dependencia y el abuso
del alcohol son otro problema en la población de 15 a 44 años, seguido por las demencias,
las esquizofrenias, la violencia y la adicción a drogas. Los Estudios Epidemiológicos de
Salud Mental (EESM) dan cuenta que, anualmente en promedio, el 20,7% de la población
mayor de 12 años de edad padece algún tipo de trastorno mental. Según estos estudios,
las prevalencias anuales más altas que el promedio se encuentran entre las poblaciones
de las zonas urbanas de las ciudades de Ayacucho, Puerto Maldonado, Iquitos, Tumbes,
Puno y Pucallpa. Los estudios realizados en las zonas rurales del país encontraron que
esta prevalencia es de 10,4%, siendo mayor en la zona rural de la región Lima. En la
población mayor de 12 años, los trastornos más frecuentes son los episodios depresivos,
con una prevalencia anual que varía del 4% en Lima rural y 8,8% en Iquitos; y, se estima
un promedio nacional de 7,6%. (LINEAMIENTOS DE POLITICA SECTORIAL EN SALUD
MENTAL, 2018)

En la Figura N° 1 se muestran las prevalencias anuales específicas para cada una de las
regiones con sus respectivos años. ( ANEXO 1)

En niños y niñas, los estudios epidemiológicos en Lima y Callao muestran que el 20,3%,
18,7% y 14,7% presenta algún problema de salud mental en los grupos de edad de 1,6 a 6
años, de 6 a10 años y de 11 a 14 años, respectivamente. Además, alrededor del 11% de
estos mismos grupos está en riesgo de padecerlos . Entre los problemas psicosociales, la
violencia familiar contra las mujeres alcanza cifras preocupantes. A nivel nacional, según
ENDES 201710, la prevalencia de violencia familiar contra las mujeres, ejercida alguna vez
por el esposo o compañero, es de 65,4%, siendo mayor en las regiones de Cuzco (79,4%),
Apurímac (78,0%) y Puno (74,7%). Las prevalencias por tipo de violencia son: Psicológica:
61.5%, física: 30,6% y sexual: 6,5%. La prevalencia anual de la violencia física y/o sexual
ejercida por el esposo o compañero es de 10,6%, siendo más frecuente entre las mujeres
de 20 a 24 años (15,4%). El maltrato o violencia hacia la mujer por su pareja, generalmente,
se inicia en el enamoramiento. Una de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia
por su actual pareja en este periodo (EESM, 2012). El feminicidio es una de las formas de
mortalidad asociada a este problema. El maltrato infantil familiar se encuentra en el 26,4%
de las familias (ENARES, 2015). La violación sexual afecta principalmente a niñas y
adolescentes, siendo 1 de cada 3 víctimas menores de 14 años; y, el umbral de riesgo de
violación está entre los 10 y los 13 años. Asimismo, 14 de cada 100 adolescentes de 15 a
19 años quedan embarazadas. En adolescentes menores de 18 años se registra el 8% del
total de partos. Las secuelas psicosociales de la violencia en los años 80 al año 2000, así
como la afectación de la salud mental en situaciones de emergencias humanitarias y
desastres son problemas que exigen la respuesta del sistema de salud. La conducta suicida
se manifiesta como autolesión, conducta suicida no determinada, intento de suicido y
suicidio. La prevalencia de vida del intento suicida es mayor en la zona urbana, sobre todo
en Pucallpa (5,4%), ciudad que, conjuntamente con Puerto Maldonado (4,5%) y Ayacucho
(5,2%), alcanza las cifras más altas (INSM 2002 - 2012). La Organización Panamericana
de la Salud (OPS) reportó una tasa de suicidio de 3,2 por 100 000 habitantes para el año
201214,15. Cabe señalar que, aproximadamente, 4 de cada 10 muertes por suicidio no se
registran. Otra forma de expresión de la violencia y discriminación es la sufrida por las
comunidades de personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexo y otros
(LGTBI). En el Perú, el 62,7% de esta población asegura haber sufrido algún tipo de
violencia y discriminación, principalmente en espacios públicos (65,6%) y en el ámbito
educativo (57,6%). En cuanto a los agresores, el 55,8% son compañeras/os de escuela y
padres de compañeras/os, seguido por líderes religiosos (42,7%). Las tasas más altas de
problemas de salud mental se asocian con desventajas sociales, especialmente con bajos
ingresos, servicios de salud y educación insuficientes, desempleo, subempleo y precarias
condiciones ocupacionales. Desde la perspectiva del enfoque de curso de vida, cada
persona afronta continuamente estresores que afectan su salud en situaciones diversas,
tales como: el embarazo y períodos perinatales, la infancia temprana, la adolescencia, el
trabajo, la formación familiar y en las edades más avanzadas. La exposición a factores de
estrés puede ser acumulativa, afectando tanto los atributos epigenéticos, psicosociales,
fisiológicos y del comportamiento de la persona, como las condiciones sociales en las que
familias, comunidades y grupos sociales viven y trabajan. Es posible que tal acumulación
genere inequidades sociales y económicas y, en consecuencia, también resultados
inequitativos en el cuidado de la salud mental

3. SITUACIÓN ACTUAL DE LA SALUD MENTAL EN LA REGIÓN TACNA

a. Salud mental en la población Adulta

En el estudio epidemiológico de salud mental en ciudades de frontera, realizado en Tacna


(2005) se encontró que la prevalencia anual de algún trastorno psiquiátrico (proporción de
la población adulta que en un año sufre de un trastorno mental) es de 20,2%, cifra por
encima del promedio en comparación con otras ciudades.
Los trastornos psiquiátricos de mayor prevalencia anual son los trastornos de ansiedad
(10,1%) y los depresivos (6,5%), los deseos de morir (10,7%), el intento suicida (3,3%), el
abuso y dependencia de alcohol (6,2%). (Palomino, 2018) (ANEXO 2)

b. Salud mental en la población adolecente


En el caso de la población adolecente el estudio muestra las prevalencia actual,
(proporción de casos existentes en el momento del estudio) de los principales trastornos.
Aquellos que más afectan a los adolescentes son: los trastornos depresivos, la fobia social,
las conductas problemas como consecuencia del abuso del alcohol y los trastornos de
ansiedad generalizada. (VILCA, 2016) (ANEXO 3)

En el caso del episodio depresivo en adolecentes las cifras son mayores al promedio en
comparación a otras ciudades en las que se realizó el estudio. (ANEXO 4)

Así también en el caso de fobia social en adolecentes las cifras son mayores al promedio
en comparación a otras ciudades en las que se realizó el estudio. (ANEXO 5)

c. Salud mental en la Mujer

Se toma en consideración el caso de la mujer al ser actualmente más propensa a casos de


violencia, discriminación y feminicidio. El estudio muestra la prevalencia de vida del
trastorno clínico de salud mental en mujeres unidas es del 38,7% y la prevalencia anual del
23,0%. El algún momento de sus vida el 18, 5% ha presentado depresión, el 12,5%
ansiedad, el 12,1% estrés post traumático. (ANEXO 6)

La violencia contra la mujer en la relación de pareja es uno de los principales problemas de


las mujeres. A nivel regional el año 2013 en el sistema HIS de la Oficina de Estadística e
Informática de la DIRESA Tacna se registraron 1041 casos tipificados como violencia
familiar; cifra 20,56% mayor que lo registrado en el año 2012 (827 casos). La tasa de
incidencia anual fue igual a 3,12 por 1000 habitantes (ANEXO 7) (Saavedra)

Entre las principales causas de violencia familiar, encontramos en primer lugar: los
problemas en la relacionados pareja (41,6%), seguido del abuso psicológico (21,04%) y la
negligencia y abandono por esposo o pareja en lugar no especificado (19,60%), quienes
agrupan el 80% del total de casos (ANEXO 8)

3.1 INFRAESTRUCTURA SANITARIA


En Tacna en encontramos 2 establecientes enfocados a la salud mental:

 El Hospital Hipólito Unanue cuenta con un Servicio de Psiquiatría con 30 camas de


hospitalización como unidad orgánica que depende del Departamento de Medicina,
el número de pacientes es 15; cuenta con un director, 2 médicos y 2 psicólogos.
Depende del Ministerio de Salud (MINSA)
 El Centro de Rehabilitación de Salud Mental “San Ramon” Inaugurado el año 2009
(Calana), cuenta con 38 camas para hospitalización psiquiátrica que funciona como
albergue de 19 personas institucionalizadas entre 1 a 50 años, provenientes del
antiguo Hospital San Ramón de Tacna, depende administrativamente de Hospital
Hipólito Unanue.
Asimismo se cuenta con Centro de Atención para Consumidores y Dependientes
de Sustancias Psicoactivas denominado Módulo CADES como parte de las
intervenciones que promueve DEVIDA en alianza estratégica con el Gobierno
Regional de Tacna.
 En la región existen 174 establecimientos de salud. 72 establecimientos pertenecen
al Ministerio Salud 03 a EsSalud de Tacna, 01 a las Fuerzas Policiales, 01 a las
Fuerzas Militares y 97 a entidades privadas.
 La Dirección Regional de Salud de Tacna cuenta una Red de Salud y con 9 Micro
Redes, que incluyen a los 17 centros y 54 puestos de salud
(ANEXO 9)

3.2 PERSONAL SANITARIO Y SALUD MENTAL.


Solo se cuenta con 10 psicólogos, es probable que algunos de ellos se encuentren
realizando el SERUM. Existen 30 trabajadoras sociales de las cuales, según los informes
de Red de Salud sólo 10 están asignadas a las microrredes.

El Hospital Hipólito Unanue cuenta con psiquiatras, enfermeras, técnicos de enfermería y


psicólogos, sin embargo no se cuenta con información sobre la existencia de enfermeras y
trabajadoras sociales especializadas en salud mental y psiquiatría o en especialidades
afines. (ANEXO 10)

3.3 DEMANDA Y BRECHAS DE TRATAMIENTO


De acuerdo a los informes estadísticos de la Estrategia Sanitaria de Salud Mental y
Cultura de Paz en la Región Tacna, la evolución de la demanda ha ido incrementándose

Esta brecha en el acceso a servicios y, por lo tanto, al tratamiento deviene en un problema


de salud pública no solo porque afecta la salud y el bienestar de personas que tienen un
padecimiento mental y sus familias, sino también debido a sus impactos económicos
inevitables expresados en la disminución del ingreso personal, de la productividad y
participación laboral, en la contribución a la economía nacional y aumento del gasto de la
salud. Hallazgos de varios estudios han demostrado el enorme costo económico que estos
trastornos representan para la economía, y que pueden revertirse si se cuenta con el
tratamiento y cuidados oportunos. La pobreza, los bajos niveles sociales y logros
educacionales disminuidos son posibles consecuencias derivadas de la falta de tratamiento
o atención oportuna de algunos PSM. Un tratamiento insuficiente o tardío también puede
generar deterioro del funcionamiento individual y familiar, aumentar el riesgo de embarazo
en la etapa de vida adolescente, mayor violencia doméstica; todas estas situaciones, tienen
un impacto negativo sobre la calidad de vida, incrementan las tasas de mortalidad y
especialmente el riesgo de suicidio.
CAPITULO II
PROBLEMAS DE SALUD MENTAL

2.1 PROBLEMAS DE SALUD MENTAL


La salud mental es definida como un estado dinámico de bienestar que se genera en todos
los contextos de la vida diaria, los hogares, la escuela, los centros de trabajo y los espacios
de recreación, se expresa a través del comportamiento y la interacción interpersonal (OMS,
2004). La dimensión positiva de la salud mental se relaciona directamente con el bienestar
emocional, la satisfacción por la vida, la capacidad empática o actitud pro social, el
autocontrol, la autonomía para resolver problemas, el bienestar espiritual, las relaciones
sociales el respeto por la cultura, la equidad, la justicia social y la dignidad personal.
Diversas investigaciones han encontrado que la salud mental positiva es un factor protector
frente al estrés y las dificultades de la vida y reduce el riesgo de desarrollar problemas y
enfermedades mentales y favorece la recuperación de la salud ante todo tipo de daño físico
o mental. Asimismo, se asocia con variables que contribuyen al capital social y económico
de las sociedades como por ejemplo, la calidad de la gobernanza, la efectividad de las
instituciones sociales y políticas, los índices mayores de tolerancia a las diferencias, así
como con la mayor participación política de las mujeres y los bajos niveles de corrupción.
Durante muchas décadas, los estudios han demostrado que la salud mental es el resultado
de las interacciones complejas entre factores biológicos, psicológicos y sociales que
involucran otros de tipo contextual que no depende de la persona. Estas fuerzas
económicas, sociales, normativas y políticas propician, de un lado, las condiciones
materiales y psicosociales en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen,
y del otro, los sistemas para afrontar las enfermedades y la discapacidad. Esto involucra el
barrio o vecindario, la comunidad y la sociedad en general. Por tanto, toda persona puede
sufrir algún nivel de afectación en su salud mental. Los problemas de salud mental
comprenden a los problemas psicosociales y a los trastornos mentales y del
comportamiento. Los primeros se definen como alteraciones de la estructura y dinámica de
las relaciones entre las personas y/o entre estas y su ambiente, por ejemplo: la violencia,
la desintegración familiar, la desintegración comunitaria y social, la discriminación, entre
otros. Desde un enfoque sistémico, están interrelacionados en un sentido causal-circular
con las enfermedades físicas, los trastornos mentales y los problemas macrosociales como
la pobreza, las inequidades sociales de género, clase social, poder, la corrupción, las
violaciones a los derechos humanos, la violencia política, el crimen, entre otras. Los
trastornos mentales, en cambio, se conciben como condiciones mórbidas que sobrevienen
en una determinada persona, afectando en intensidades variables el funcionamiento de la
mente y del comportamiento, el organismo, la personalidad y la interacción social, en forma
transitoria o permanente. Dentro de este grupo se consideran a los trastornos mentales
graves que se caracterizan por su evolución prolongada, gravedad que repercute de
manera importante en el pensamiento, emociones, comportamiento, su duración superior a
dos años, deterioro progresivo y marcado en el funcionamiento en los últimos seis meses
(abandono de roles sociales y riesgo de evolución prolongada) y su asociación con la
discapacidad y dependencia psicosocial que altera sus relaciones familiares, laborales y
sociales, con la consecuente necesidad de cuidados y servicios de forma prolongada o
reiterada. (SALUD, 2018)

Las tasas más altas de trastornos mentales se asocian con desventajas sociales,
especialmente con bajo sin ingresos, educación limitada, estado ocupacional y la tensión
financiera. La falta de apoyo social, la alta demanda o el bajo control del trabajo, los
acontecimientos vitales críticos, el desempleo, las características adversas del vecindario y
la desigualdad de ingresos también se identifican como riesgos psicosociales que
aumentan las posibilidades de una mala salud mental. Por otro lado, son factores de
protección importantes: tener confianza en las personas, sentirse seguro en la comunidad
y tener reciprocidad social

Comprende a los problemas psicosociales, y a los trastornos mentales y del


comportamiento.

 Problemas psicosociales. Se definen como alteraciones de la estructura y dinámica


de las relaciones entre las personas y/o entre estas y su ambiente, por ejemplo:
pautas de crianza no saludables; carencias afectivas; aprendizaje de roles
estereotipados de género; pérdida de valores y del sentido de la norma;
desintegración familiar, comunitaria y social; estigma y discriminación, entre otros.
 Trastornos mentales y del comportamiento. Se conciben como condiciones
mórbidas que sobrevienen en una determinada persona, afectando en intensidades
variables el funcionamiento de la mente y del comportamiento, el organismo, la
personalidad y la interacción social, en forma transitoria o permanente
2.2 FACTORES DETERMINANTES

2.2.1 DETERMINANTES POLITICOS

Las políticas de salud mental describen los valores, los objetivos y las
estrategias gubernamentales para reducir la carga que representa la salud
mental y mejorarla. Definen una visión de futuro que ayuda a establecer un
programa para la prevención y el tratamiento de las enfermedades mentales, la
rehabilitación de personas con trastornos mentales y el fomento de la salud
mental en la comunidad. En esas políticas se especifican los criterios que se
deben aplicar en todos los programas y servicios y que los vinculan con objetivos
y una visión y un propósito comunes. Sin esa coordinación global, los programas
y los servicios resultarán probablemente ineficientes y fragmentados.
El Departamento de Salud Mental y Toxicomanías de la OMS ha preparado un
proyecto de política de salud mental que brindará una orientación más detallada
sobre la manera de aplicar las declaraciones y las recomendaciones normativas
que figuran en el Informe sobre la salud en el mundo 2001. La meta de dicho
proyecto es reunir la información más reciente sobre política de salud mental y
desarrollo de servicios. Junto con la base científica establecida en el Informe
sobre la salud en el mundo, esa información se utilizará para crear un paquete
de orientación que se difundirá a los Estados Miembros. Mediante foros
regionales y la asistencia directa a 8 Introducción los países, dicha información
ayudará a los países a formular y poner en práctica políticas encaminadas a
mejorar la asistencia, el tratamiento y el fomento de la salud mental.

2.2.2 DETERMINANTES SOCIALES

La salud se plantea como una capacidad, y la obtención de equidad se centra


en las oportunidades, de manera que la distribución de los determinantes de la
salud permitan una equidad en oportunidad de vida saludable de acuerdo con la
comisión de la OMS sobre determinantes sociales de la salud. El tener en cuenta
dichos determinantes aporta a la salud pública el hacer visibles las
desigualdades en salud, a fin de dirigir la acción hacia su reducción desde una
perspectiva de justicia social y la necesidad de plantear cambios estructurales
en la sociedad como herramienta. Desde la bioética, bajo el principio de justicia,
se ha de promover la equidad, de manera que las personas afectadas en su
salud mental no se vean con desventaja por discriminación en el sistema social.

Entre los determinantes sociales de la salud se encuentran factores culturales.


La cultura se define como una forma común de vida que surge de visiones del
mundo compartidas y de estructuras comunes de creencias, valores y
comportamientos. La cultura conforma la identidad, forma de vida y tradiciones
de grupos específicos, en lo que influye el sistema de creencias o religión y los
valores. La cultura proporciona un sistema de significantes que toma forma en
procesos cognitivos y de interacciones personales. (Rodríguez-Yunta, 2016)

Los factores culturales contribuyen a formar determinantes sociales de la salud:

 producen categorías de identidad y prácticas sociales que ponen en


desventaja a ciertos grupos

 influyen en los determinantes sociales de la salud al proporcionar sistemas


de interpretación que pueden agravar o mitigar ciertos riesgos (por ejemplo,
proporcionando relaciones, prácticas espirituales o nociones de actividad
significativa que cambian el significado de pobreza y exclusión social)

 median la efectividad de intervenciones a nivel individual y poblacional;

 estructuran las definiciones, los valores y las prioridades de bienestar y otros


resultados positivos de salud

Los estudios de psiquiatría cultural pueden ayudar a entender las variabilidades


locales en problemas de salud mental al tener en cuenta aspectos
antropológicos, psicológicos y sociológicos, atendiendo el sistema cultural de
creencias. Factores culturales pueden influir en ayudar a enfrentar la
enfermedad, la sanación y la recuperación, y adaptarse a vivir con la
enfermedad. Entre estos factores se encuentra la pertenencia a un sistema de
creencias
2.2.3 DETERMINANTES ECONOMICOS

Estos determinantes se refieren a variables como aspectos culturales, estilos de


vida, violencia social, discriminación por diversos motivos, estigma, ingresos
económicos, nivel educativo, abuso de drogas, sedentarismo, alimentación,
estrés, conducción peligrosa, empleo, prácticas de sexualidad, prácticas
religiosas, la organización social, entre otras.

2.2.4 DETERMINANTES AMBIENTALES

Estos determinantes corresponden a los aspectos relacionados con el ambiente


en general, como el ambiente humano, que modifican el estado de salud de las
personas. Los procesos ambientales son los que inician los factores
epigenéticos.
La epigenética se asemeja a un proceso de interruptores genéticos que
encienden y apagan los genes. El ambiente (nutrición, estrés, etc.) que las
personas experimentan puede controlar estos interruptores y causar efectos
hereditarios en los seres humanos.

2.2.5 DETERMINANTES INDIVIDUALES

La salud mental está relacionada con los valores individuales de la persona y


con los valores colectivos dominantes en el medio social, además de estar
influenciada por las condiciones múltiples e interdependientes, así como: las
condiciones económicas, sociales, culturales, ambientales y políticas. Así
mismo, se señala y enfatiza que toda condición que daña la adaptación
recíproca entre la persona y su medio, como por ejemplo la pobreza, la
contaminación ambiental y la discriminación étnica y/o social, constituyen un
obstáculo para la salud mental. De manera inversa, las condiciones que facilitan
la adaptación recíproca, como por ejemplo la distribución equitativa de la riqueza
colectiva, el acceso a una educación de calidad o a un ambiente sano, favorecen
y mantienen la salud mental. Desde esta perspectiva, la salud mental puede ser
igualmente considerada como un recurso colectivo al que contribuyen tanto las
instituciones sociales y la comunidad como las personas individualmente
consideradas. A pesar de que el enfoque anterior resulta ser uno de los más
compatibles, pues introduce el tema de salud mental a una dimensión colectiva
y de responsabilidad social, todavía existen actitudes que oscurecen su debida
comprensión. Así, muchas de las situaciones que atentan contra la salud mental,
tales como las expresiones de violencia social o incluso familiar, no se perciben
aún como problemas, y se continúa considerando a la salud mental casi como
sinónimo de enfermedad mental, existiendo además una estigmatización hacia
quienes presentan una enfermedad o trastorno. Los problemas de salud mental
entonces, tienen que ver con una multiplicidad de factores: individuales
(biológicos y psicológicos), familiares, sociales y medioambientales. Una salud
mental adecuada satisfactoria, está profundamente relacionada con el contexto
social en el que se desenvuelve la vida cotidiana de las personas y sus familias.
(PILAR MAZZETTI SOLER, 2005)
CAPITULO III
PROPUESTAS Y ESTRATEGIAS DE INTERVENCION
Bibliografía
LINEAMIENTOS DE POLITICA SECTORIAL EN SALUD MENTAL. (2018). PERU: MINSA.

Palomino, M. E. (2018). CONTROL Y PREVENCION EN SALUD MENTAL . MINISTERIO DE SALUD.

PILAR MAZZETTI SOLER, J. C. (2005). Nociones DE SALUD MENTAL.

Rodríguez-Yunta, E. (2016). DETERMINANTES SOCIALES DE LA SALUD MENTAL. ROL DE LA


RELIGIOSIDAD. Universidad de Chile.

Saavedra, D. J. (s.f.). Instituto Nacional de Salud Mental . MINISTERIO DE SALUD.

SALUD, M. D. (2018). PLAN NACIONAL DE FORTALECIMIENTO DE SERVICIOS DE SALUD MENTAL


COMUNITARIA . LIMA -PERU.

VILCA, B. G. (2016). CENTRO DE SALUD COMUNITARIO PARA EL TRATAMIENTO, RECUPERACIÓN Y


DE PACIENTES CON TRASTORNO MENTALES. TACNA: UNIVERSIDAD NACIONAL JORGE
BASADRE GROHMANN-TACNA.
ANEXOS

ANEXO 1

ANEXO 2
ANEXO 3
ANEXO 4

ANEXO 5
ANEXO 6

ANEXO 7
ANEXO 8

ANEXO 9
ANEXO 10

ANEXO 11

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