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a) Migración campo-ciudad
Para a inicios del siglo XIX la migración empieza a convertirse en un flujo importante
en toda América Latina, una migración que gira entorno a la exportación agraria que
en dicha época América Latina había logrado tener un puesto reconocido en el
mercado mundial, y Ecuador no sería la excepción de ser uno de los países que
aunque en menor cantidad recibiría migrantes, “donde existen registros migratorios
solo para tres años (1931, 1932, y 1933) en las décadas de los veintes y treintas,
publicados por la Dirección General de Estadística, Registro Civil y Censo” (Navas,
2016, p.55), partimos de este dato primordial para entender que en la década de los
treinta, no solo se suscitó la migración campo-ciudad sino también la migración de
europeos a América Latina y Ecuador.
Antes de la Gran Depresión “la estructura ecuatoriana estaba dominada por el sector
agrícola, y aunque no existen datos oficiales se calculaba que casi el 90% de la
población vivía de la agricultura” (Navas, 2016, p.65), pero con los problemas
económicos de producción agrícola que ya se estaban dando, solo era cuestión de
tiempo para que algo que modifique la estructura social. Debemos hablar de la crisis
cacaotera como primer indicio de cambio social pues los hacendados medianos y
pequeños desaparecerían y los productores de cacao modificarían su producción.
“El regionalismo tiene sus orígenes en las notables diferencias que existen
entre los moradores de las regiones naturales, pues en los Andes se
desarrollaron culturas sedentarias, en las que había pueblos permanentes,
cultivos, vías terrestres, que permitieron una forma estable de vida en los
habitantes de los valles y montañas. Además, fueron tierras conquistadas por
los Incas, que trajeron la cultura quichua que fue la predominante. (Lucas,
1999) “(Lilian Reza, Santiago Galindo, Pedro Rizzo, Lady Boni, 2017).
Con el paso del tiempo estas diferencias se acentuaron cada vez más como los
estereotipos en los habitantes de la costa y la sierra, su manera de hablar y el acento,
inclusive hasta en el tipo de música que se escuchaba, en la costa “la música alegre
como música predominante, en tanto en la Sierra la música triste y melancólica era lo
común; y una alimentación a base de yuca, pescado, frijol, frutales, contrastaba con
la alimentación serrana a base de cuy, papa, cereales, leguminosas y hortalizas”
(Lilian Reza, Santiago Galindo, Pedro Rizzo, Lady Boni, 2017). Es necesario entender
que “la música nació popular precisamente porque era accesible a los públicos no
letrados” (Barbero, 1987, p.189) por ello es que se toma a este como un elemento
que construye la identidad y al mismo tiempo fortalece el vínculo del individuo con la
masa.
b) Emigración externa
Una segunda etapa, ya no de migración sino de emigración de los ecuatorianos es la
producida a finales del siglo XX, cuando en 1998 a raíz de la crisis económica muchas
personas deciden abandonar el país. Esto debido a que dicha crisis causó un
empobrecimiento masivo, provocó un aumento proporcional de una no cobertura de
necesidades básicas “de un 37% en 1997 al 47% en 1999” (Gratton, 2005, p.36). La
pobreza creció rápidamente en las áreas urbanas, desvaneciendo las expectativas de
vida de la clase media. Además, la pérdida de ahorros bancarios y la aguda inflación
del país provocó quiebras y bancarrotas especialmente para los asalariados. De la
mano de la crisis, la emigración ecuatoriana se reflejó en un aumento
desproporcionado de salida del país, tanto que para el año 2000, “más de 560.000
personas salieron del Ecuador, el nivel más alto de salidas producido en cualquier
año, que abarcó cerca de un 4% de la población” (Gratton, 2005, p.38). Sin embargo,
es probable que el número de emigrantes se duplique, de manera que cerca de 1
millón de ecuatorianos habían salido del país. Siendo los principales países de destino
Estados Unidos, España e Italia, en donde la presencia de estas masas de migrantes
“va a afectar al conjunto de la sociedad, a sus formas de vida y pensamiento, y pronto
incluso a la fisionomía de la ciudad misma” (Barbero, 1987, p.171)
De esta emigración alrededor del 70% procedía de áreas urbanas para el periodo
1996-2001. Está crisis afectó a un segmento diferente de la población, población
urbana que contaba con educación, con experiencia laboral y probablemente con un
buen conocimiento del mundo. Esto es comprobado a partir de la entrevista a
ecuatorianos después de la regulación en España en el año 2000, en donde los
resultados mostraron niveles de educación alta “el 46% tenía al menos, una
educación secundaria, frente al 28% en Ecuador” de la misma manera se manifiesta
que “un 40 % manifestaron haber trabajado como profesionales o técnicos antes de
migrar, en contraste al 11% de población ecuatoriana” (Gratton, 2005, p.41).
A pesar de tener estos espacios de integración, una dificultad que deben afrontar los
emigrantes es el adaptarse a condiciones precarias de trabajo, con jornadas
desreguladas, y actividades que ellos no las habían realizado antes. Ante esta
situación los emigrantes se ven envueltos en medio de cadenas migratorias,
entendidas como “transferencia de información y apoyos materiales que familiares,
amigos o paisanos ofrecen a los potenciales migrantes para decidir, o eventualmente,
concretar su viaje”. (Pedone, 2005, p.108), mismas que forman parte de redes
migratorias que tienen como objetivo traer posibles migrantes consigo. Así, en medio
de una mayor demanda de mano de obra femenina en España, junto con la
agudización de la crisis socioeconómica en Ecuador “las mujeres se conviertan en el
primer eslabón de la cadena migratoria… serían ellas que agruparán al marido, luego
a una red de hermanos, cuñados, yernos, sobrinos, primos y por último los hijos”
(Pedone, 2005, p.116), son ellas quienes en “esas condiciones se constituyen en las
recreadoras de una socialidad primordial que es a la vez encuentro y
mediación”(Barbero, 1987, p.216). En sí, las cadenas migratorias posibilitan un mejor
acceso a vivienda y trabajo para los nuevos migrantes, al fin y al cabo, despúes de
invadirlo todo, “su deseo más secreto será acceder a los bienes que representaba la
ciudad” (Barbero, 1987, p.172).
1
Recuperado de:
https://www.familysearch.org/wiki/es/Emigraci%C3%B3n_e_inmigraci%C3%B3n_de_Ecuador
después, en la Constitución de 1878, se estipuló que son ecuatorianos por
naturalización «los nacidos en cualquiera de las Repúblicas hispanoamericanas, si
fijarán su residencia en el territorio de la Nación, y declararen, ante la autoridad
competente, que quieren ser ecuatorianos» 2
Conclusiones:
Como pudimos observar, desde los primeros movimientos internos que sufrió el país
con las migraciones campo-ciudad, el país ha sido testigo de sus múltiples cambios
que principalmente fueron provocadas a partir de necesidades económicas que sufrió
una gran parte del sector rural ya que las urbes empezaron a crecer con la llegada de
la industrialización y esto no significaba otra cosa que un mejor estado de vida y que
ofrecía una mayor oportunidad de empleo y subsistencia, todo esto generó
movimientos tanto internos como externos al país pero no sin antes provocar múltiples
cambios sociales al enfrentarse a diversas culturas ya que no es lo mismo la
cotidianidad dentro del campo a la cotidianidad establecida dentro de las urbes, es
por esto que la emigración de los ecuatorianos a fines de los años 90, causa que sus
actores busquen un destino en las grandes urbes internacionales.
En ellas, a pesar de ser excluidos y no ser recibidos en reconocimiento, los migrantes
buscan espacios de reunión en donde puedan reforzar identidades y lazos sociales.
Mediante el contacto con otros migrantes de su mismo origen, buscan superar el
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Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/Ecuador/icq/20170619052847/pdf_742.pdf
aislamiento y la soledad que acarrea la migración. Además, en medio de una situación
de adaptamiento cultural, los migrantes buscan mecanismos de reencuentro familiar-
social como las cadenas y redes migratorias, lo cual les permite ayudar a sus
familiares o amigos a concretar futuros viajes a su lugar de estadía. Se puede decir,
que los migrantes al tener el anhelo de conseguir lo que en su lugar de origen no
pudieron, se ven envueltos, en estos nuevos lugares, en una cultura del consumo, en
donde su único afán es comprar y comprar. Al igual que lo ocurrido por los
ecuatorianos que partieron del país, los inmigrantes insertados dentro de Ecuador
sufrieron particularmente lo mismo, el hecho de establecerse dentro de una
cotidianidad distinta a la que ya estaban acostumbrados, debieron acostumbrarse y
acomodarse a la cultura que ya estaba establecida, modificar su estilo de vida y ver
casi perdida o modificada la identidad que ya era parte de sí.
Bibliografía:
Lilian Reza, Santiago Galindo, Pedro Rizzo, Lady Boni. (10 de 07 de 2017). Revista:
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http://www.eumed.net/rev/cccss/2017/03/regionalismo-ecuador.html
Llopis, R y Moncusí, A. “El deporte une bastantisimo aquí”: las ligas de fútbol de la
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Pedone, Claudia. (2005). “Tú siempre jalas a los tuyos” Cadenas y redes migratorias
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Navas, C. P. (2016). En C. P. Navas, La Gran Depresión en Ecuador, 1927 - 1937
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Belote, L y Belote, J. (2005). ¿Qúe hacen dos mil saraguros en EE.UU y España?.
La migración ecuatoriana transnacionalismo, redes e identidades (pp.493-
512). Quito, Ecuador: FLACSO sede Ecuador.
Anexos:
Anexo 1: