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Un cuchillo ceremonial de obsidiana roja

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Véronique Darras
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Un cuchillo ceremonial de obsidiana roja
Véronique Darras, Virginia Fields

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Véronique Darras, Virginia Fields. Un cuchillo ceremonial de obsidiana roja. Arqueología mexicana,
2003. <halshs-01670937>

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SIMBOLISMO

UN CUCHILLO CEREMONIAL
DE OBSIDIANA ROJA
VÉRONIQUE DARRAS, V m GTNIA F1ELDS

n la Mesoamérica prehispánica. los trabajos e n ob- México. Las condiciones de su descubrimiento, así como

E sidia na y pede rnal alcanzaron un nivel técnico muy


alto, y piezas como los excéntricos, con sus formas
alambicadas, o los grandes cuchillos bifaciales son testi-
su procedencia geográfica exacta y su filiación cronológi-
ca y cu ltural, son desconocidas. En 1950, la adqui rió la se-
ñora Constance McCormick Fearing, como pane de un lote
monio de las hazañas de los artesanos. Entre este coipus de piezas arqueológicas (núm. de registro AC1998.209.12).
de obje tos extraordinarios, casi siempre de carácter ritual, En la información del expediente museográfico se seiiala
llaman la atención las piezas elaboradas e n obsidia na café- a Michoacán como el estado de origen y se le asigna una
rojo con inclusiones negras que re presentan un ser zoo- fecha de entre 900 y 1200 d.C.
morfo. El análisis de una de esas p iezas, pe rte necie nte a
Los Angeles County Museum o f Art (LACMA) , nos dio la UN TRABAJO VIRTUOSO
oportunidad de averiguar su función y su filiación cu ltu-
ral. Estos aspectos nos parecen fundamenta les, más aún El cuchillo está bie n conservado, a pesar de que muestra
cuando se sabe que las pocas piezas conocidas provie nen una fractura mesial y un de pósito blancuzco que cubre parte
de la misma á rea, el Centro-Occidente de México, y fue- del cue rpo. Tie ne una longuirud de 61.5 cm y pesa
ron adquiridas inicialme nte por coleccionistas, por lo que 632.7 gr. Está formado por una navaja estrecha y regular,
su contexto cronológico y cultural es muy impreciso. que ocupa más de las dos terceras partes del conjunto,

Cuchillo zoomorfo. Probablemente procede de Michoacán. Obsidiana roja.

Además del eje mp lar que sirve de punto de partida a con 44.8 cm de largo, y por un mango de tamaño más pe-
nuestra reflexión, hay otras piezas idénticas en varios mu- queño. La navaja tiene bordes recto-convexos y presenta
seos de la Re pública Mexicana - Museo Nacio nal de An- un ángulo de pene tración de aproximadamente 35 gra-
tropología y Museo Anahuacalli. ciudad de México; Museo dos. Su a ncho y su espesor son, respectivamente, en su
Regional de la Alhóndiga de Granaditas, ciudad ele Gua- parte mesial, de 5.5 y 1.3 cm. Se observa un ligero estre-
najuato; Museo Regional de Guadalajara- y en el Art Insti- chamiento y un pequeño aumento del espesor a la altura
tute de Chicago, en Estados Unidos. En total, qu e nosotras del mango. Este último -con un largo de 16.2 cm, 4.5 cm
sepamos, son por lo me nos siete los cuchillos completos de ancho y un grosor de 2.1 cm- tiene la representación de
que p resentan las mismas caracte rísticas. Sin embargo, la una figura zoomorfa estilizada en posición estática y cuer-
pieza del LACMA constituye el testimonio más inte resante, po abombado, así como contornos delineados por una se-
si consideramos sus excepcionales dimensiones. rie de pequeños desprendimientos. La cabeza se aprecia
La p ieza estudiada es parte de una colecció n de obje- mu y claramente , con sus orejas puntiagudas y su boca
tos pre hispánicos del LACi\IA procedentes del Occidente de abierta. Las patas están fo rmadas por dos apéndices sa-

74 I ARQUEOLOGIA J\ LEXICA..'IA
lientes que acentúan la concavidad del abdomen. La pie- se ve de perfil y tiene una sola oreja y la boca cerrada
za debió de habe rse fabricado a partir de una lasca muy (Townsend, 1998, p. 134).
grande y gruesa, o probablemente de un bloque en bruto Las observaciones hechas sobre el ejempla r del LACMA ,
que medía po r lo menos 70 cm de largo. El trabajo es muy que se pueden extender a Jos demás, indican que se trata
fino y perfectame nte bien contro lado. Los retoques del obviamente de un objeto muy especial, que no fue fabri-
acabado, aplicados mediante la técnica de presión sobre cado para ser utilizado como cuchillo o puñal en el mar-
las dos caras de la pieza , son paralelos, de disposición co de ceremonias religiosas específicas. La hipótesis de
oblicua y muy regulares. Townsend, quien sugie re que era un instrumento de au-
tosacrifico para perforar las mejillas, parece sumamente
UN OBJETO CEREMONIAL improbable (Townsend, 1998, p. 133), incluso imposible.
En cambio , hay elementos que permiten p lantear que el
La pieza estudiada es única e n cuanto a sus dimensiones cuchillo zoomorfo era de tipo ceremonial, no utilitario,
y, aunque se desconoce el contexto arqueológico, su mor- probablemente asociado al eje rcicio del poder y cargado
fología y técnica de manufactura son indicadores útiles de un sentido simbólico pa rticular. En efecto , sus compo-
sobre su función y significado. En cuanto a su morfolo- ne ntes, o sea la materia p rima, el color, la forma y la fun-
gía , se trata de un cuchillo zoomorfo compuesto por un ción, determinada por esta última, aparecen todos vincu-
mango, que es el cuerpo del an imal, y una navaja, que lados a lo que sabemos sobre la simbología del poder en
re presenta la cola. Podríamos decir qu e se trata d e la fi- Mesoamérica.
guración estilizada de un coyote, un perro o , quizás, de
una a rdilla. Sus particularidades morfo lógicas impiden LA OBSIDIANA, EL COLOR ROJO, EL COYOTE Y EL CUCBil.LO
que el objeto cumpla con su función: el mango constitu-
ye sólo Ja cuarta parte de Ja p ieza, mientras que la nava- Cada uno de los cuatro elementos perceptibles que
ja ocupa Ja mayor parte del volumen y del peso, lo que configuran el objeto -mate ria prima, color, fo rma y su fun-
hace incómodo su manejo. Además, e l mango, elemento ción- está vinculado con símbolos y su interacció n con-
central de la pieza , parece habe r sido creado sólo para que fie re al conjunto una significació n panicu lar. Desafortu-
se viera y no para ser enmangado. nadamente, desconocer su contexto arqueológico limita
En cuanto a su manufactura, e l cuchillo mide 61.5 cm nuestro campo de inte rpre tación y excluye toda extrapo-
de largo y su fab ricación debió de exigir una inversió n im- lación . Sin e mbargo, pode mos reflexionar sobre su s igni-
portante de trabajo. Se trata de una hazaña tecnológica ficado si recordamos algunas re presentaciones simbólicas
que dio como resultado un trabajo estético y que sólo pudo del repertorio mito lógico mexica o tarasco.

rgo: 61.5 cm. Los Angeles County Museurn of Art. roro LosANGUEScoumvMuseuMOf•RT

ser llevado a cabo por un artesano virtuoso. La hazaña ra- La materia prima. La importancia de la obsidiana en la
dica sobre todo en sus proporciones poco habituales, en fabricació n de la indume ntaria prehispánica es bastante
las que se combina una lo ngitud y un ancho excepciona- conocida. También ocupaba un lugar relevante e n la cos-
les (la relació n de proporción largo/ ancho es de 0.09), que mogonía de las culturas mesoamericanas, si b ien los da-
confieren a la pieza una gran fragilidad, con alto riesgo de tos más explícitos se refieren a los pueblos del Posclásico
fractura mesial en caso de que se hubiera utilizado. Ta rdío. Para Jos mexicas , la obsidiana negra estaba rela-
Los ejemplares resgua rdados en los otros museos pre- cionada con el inframundo y con ciertas divinidades, como
sentan características similares y cuentan con la particu- Tezcatlipoca. Símbolo del poder, aparecen también aso-
laridad de ser más pequeños: miden entre 30 y 45 c m de ciada con el autosacrificio y los p resagios. Para los taras-
largo . Sin embargo , son muy semejan tes en cuanto a su cos la obsidiana estaba vinculada con el mismo simbolis-
tecnología y mo rfología, a pesar de algunas va ria ntes mo: encamaba e l pode r real y divino. Curicáueri, su dios
como la representación de la cabeza de un animal e n tutelar, era también dios del fuego y de la guerra, y se ma-
uno de los ejemplares del Art Institute de Chicago, que terializaba bajo la forma de u n núcleo o navajas de o bsi-

U N CUC HILLO CEREMO N!Ai. / 75


diana. También se le atribuían asociaciones 1-a función. Los tres elemen-
con la deidad-madre , Cuerauáperi, tos que acabamos ele mencio-
así como con la creación de nar se conjuntan e n el objeto
las divinidades celestes y con q ue estudia mos: un cuchillo. Es
e lementos líquidos (como las la cosmogonía mesoamericana,
aguas celestes y termales este objeto, ya fuera de pe-
o la sangre). dernal o ele obsidiana, apa-
El color. A excepción de rece asociado con actos de
un e je mplar en obsidiana creació n o de transforma-
negra, resguardado en e l Museo ción divina. En cuanto a
Nacio nal de Antropología, tocios es- usos más concretos, sabe-
tos cuchillos son ele colo r rojo-café. mos que los cuchillos de
Se trata de una variedad que era poco pedern al o de obsidiana
empleada y. según los testimonios ar- eran instrumentos de poder
queológicos, por lo general e n puntas al servicio de los dioses, uti-
ele flecha, cuchillos bifaciales o bezo- lizados para hacer correr la
tes. Difere nte info rmac ió n p er- sangre y así mantener el orden
mite vincular e l colo r rojo con cósmico y terrestre.
e l fuego, la sangre y los va lores Estas el ifere ntes asociaciones
gu erre ros. El uso en rituales de simbólicas, bien establecidas por
minerales ele este color era bastante los investigadores, son bastante
común ( he matita, cinabrio , etc.). El útiles para e ntender el significado
rojo rambién aparece asociado con ele nuestra pieza. Sin embargo, se
cie rtas divinidades y representa uno trata de un objeto complejo y con
ele los cua tro puntos cardinales del varios sím bo los que sólo pueden
mundo : el este. Para los tarascos, el este discenirse parcialmente. Con lo que
era e l luga r don de soplaba el vie nto y se sabe de la cosmología mesoa-
do nde radicaba Cuerauáperi , la diosa mericana , podemos sugerir que era
madre, y Tiri pe me Cua rencha, e l dios un objeto directamente asociado a
rojo de l amanecer. lo divino, quizás al infrarnundo, a las
La forma. El ser zoomorfo puede in- p redicciones y a la noción de gue-
terpretarse como un coyote o quizá un rra , y que probableme nte se elabo-
perro o una ardilla. El primero aparece es- raba p ara cumplir un papel solemne
tred1amente relacionado con el destino de durante ceremonias específicas o para
cie rtas divinidades de l Posclásico. En su ser depositado como ofrenda con mo-
obra De la métamo1pbose des dieux dans tivo de estas fiestas o para acompañar
le Mexique ancien: Essai sur Tezcatlipoca, a un difunto.
leSeigneurau.111iroi1jumant. G. Oliviercle-
muestra clara mente la asociació n e ntre e l ¿ORIGEN Y FILIACIÓN CUL11JRAL?
coyote y esta última divinidad , así como sus
lazos con la guerra (buebuecóyot/) y los pre- Es muy factible que los ejemplares co-
sagios. En la mitología tarasca se menciona nocidos p rovengan de .la región Occi-
que era Xarantaga. la d iosa de la Luna y de la dente de México. En el registro museo-
fe1tilidad , la que se materializaba ba jo fo rma gráfico de la pieza estudiada se menciona
de un coyote p a ra predecir acontecimientos. un o rigen michoacano y un fechamien-
En cua nto al simbolismo del perro, sabemos to de en tre 900 y 1200 d.C. (Posclásico
que este anin1al ocupó un lugar importante en Temprano). Los e jempla res del Museo Na-
la mito logía y la religión ele Mesoamérica y que , c io nal d e Antropología se exhiben en la
e n particular, estaba relacionado con los mue r- sala dedicada a los ta rascos (Posclásico Tar-
tos y con el inframunclo. Por otra parte, se sabe dío , 1200-1520 d.C.), mientras que los pu-
que tuvo gran relevan cia entre las culturas de l blicados en A n cient WestJ\llexico(l998) apa-
Preclásico y e l Clásico en el Centro-Occidente de recen asociados a las culturas de las Tumbas
México. En cambio, es muy poca la información de Tiro y provendrían de Colima (final del Pre-
acerca de la ardilla. Sin embargo, pode- clásico y Clásico Te mprano , 300 a.C.-
Cuchillos ceremoniales.
mos señalar que Curicáueri se asociaba 400 cl .C.) . Por lo ta nto , hay una va ria-
Colima. Obsidiana roja. Largo: 45 cm.
a veces con una imagen gue rrera repre- The Art lnstitute of Chicago. b ilida d geográfica y cronológica que
sentada por Thiume , la ardilla negra. TOMADO DE TOWNSEND, 1998. REiP.: MARCO ANTONIO PACHECO RAiees convendría examinar.

76 / ARQ UEOLOGÍA iVIE.'-lCAN.~


Cuchillo ceremonial. Obsidiana roja.
Largo: 28 cm. Museo Nacional de Antropología.
FOTO MARCO ANTCJNj() PACHEOO RIJcES

Cuchillo ceremonial. Obsidiana ne gra.


Largo: 49 cm. Museo Nacional de Antropolog ía.
FOTO MARCO ANTONIO PACHECO/ RAICES

En prim er lugar, la localización del o los yacumentos go por 5 de ancho, aunque la natu raleza del fragmento
obsidiana roja podría conscituir un indicio valioso. Esta perrnice estimar que origin alme nte midió e l doble. Su ma-
variedad sólo se puede encontrar en algunos yacimienros teria prin1a, su fo rma y sus proporciones, así como su céc-
de l Eje Neovolcánico que arraviesa e l país desde Veracruz nica de fabricación , nos pe rmite n establecer una analogía
hasta Colima, pri ncipalmenre e n Otumba (Hidalgo) y so- morfológica con los demás cuchillos, aunque no podemos
bre tocio en la región ele Tequila (en Magdalena , jalisco) asegurar que la parte fa ltante era una figura zoomorfa.
y del cerro Zináparo ( norte de Michoacán) . Sabernos que El carácte r estanda ri zado de esos cuchillos zoomorfos
en los dos últimos yacimientos se e nconrraron bloques de permite sugerir que fueron probablemente producidas en
gran tamaño. La variedad del localizado e n Zináparo (en la misma área y por gente de la misma filiación cultural.
particular en la mina de la Guanumeña) es bastanre co- A pesar de que se les acrib uya cronología y procedenc ia
mún y los nódulos bicolores pueden alcanzar un peso pro - distintas aunque cerca nas, los indicios e n favor de una fi-
medio de 30 kg. Sin embargo, es arriesgado relacionar al- liación francame nce occide nra l son fue rces. Con base e n
guna fuente e n particular con la variedad que fue empleada esta infom1ación , pensamos que codos esos cuchillos fu e-
para fab ricar los cuchillos basándose únicamenre en su ron más bie n producidos du rante el Clásico Medio , pro-
apariencia. bable me nte entre 400 y 700 d.C. (J . Reveles, comunica-
En el sitio arqueológico de P lazuelas se localizó o rro in- ción p ersona l), y que se pueden relacionar con la tradición
te resante indicio. En este sitio mon ume ntal. que se e n- cultural Teuchidán.
cue ntra cerca de la ciudad ele Pénjamo. e n el suroeste de A manera de conclusión, recordemos que escos a pun-
Guanajuato, contiguo a Michoacán , se ha llevado a cabo tes sólo quie ren subraya r la exis te ncia y lo inte resante
un importante programa de excavación y restauración bajo de este cipo de objetos, así como ciar a lgunos indic ios
la dirección de Carlos Castañeda (Centro INAII Guanajua- sobre s u significado y o rigen . Los elementos disponibles
ro). Según los primeros resultados, re lacionados con la ar- son suficientes como para ded ucir que la fun ció n man i-
quitectura y el mobiliario arqueológico, la ocupación prin- fiesta de este cipo de cuchillos era meramente simbóli-
cipal se pudo producir du ra nte e l Clásico Medio. Algunos ca. Sin duda a lgu na. e l mag nífico cuchillo de obsidiana
de los vestigios descubie rtos ofrecen indicios de interac- e n cuestió n es la expresió n de l virtuosismo de los a rte-
ciones culturales con Teotihuacan, como e l caso de un ta- sanos prehispánicos y refleja preocup aciones religiosa
Jud-cablero. Ocros ves tigios, como un guachimo nrón, s u- q ue se inscriben e n la más pura tradició n d e la Mesoa-
gieren tambié n algún vínculo con la tradición Te uchidán. mé rica prehispánica. ~
Tuvimos la suerte de examinar algunas colecciones reco-
piladas por gente de la aldea de Plazuelas que incluye n
piezas arqueológicas procede ntes del sitio. Una ele e llas • Véronique Darras. Investigadora en el CNRS, Maison de l"archéol ogie
et de i"erhnoiogie, l\"a nrerre, Francia.
es un fragmento d istal de cuchillo bifacia l de obsidia na • Virginia Fields. Conservadora en el LAC\IA. Los Angeles, Estados
café-rojo, con inclusiones negras, que mide 23 cm de lar- Unidos.

CN CUCHlll.0 CERE.\ION IAI. 77


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