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La Locura en el quijote y las figuras del caballero de los espejos y el caballero

de la blanca luna

La locura como tópico central en la obra cervantina para la elaboración de


su universo: La estructura paródica

Cervantes utiliza la locura del Quijote como elemento creador (esto se


desarrollará más adelante con puntualidad en el personaje) del universo de la
magnánima obra. Puesto que sin locura no existiría obra ni Quijote ni historia
por contar para lograr relacionar la locura con la realidad dividimos la estructura
del universo del Quijote:

El mundo transformado
(producto del choque del
intramundo con el
extramundo)

El mundo El mundo
voluntario "real"
(intramundo) (extramundo)

El mundo fingido (actores del


extramundo interactuan con
el intramundo)

De estos mundos el que está íntimamente ligado con la locura es el intramundo


quijotesco donde el hidalgo caballero deja libre su locura creando una realidad
propia e invisible para los demás.

La locura como crítica social

Cervantes dota a Don Quijote con la “cualidad” dela locura para dejar entrever
una crítica social a la España del siglo XVII y su sociedad. Mantendrá ataques
sostenidos contra las clases altas de la nobleza: entre ellos cortesanos,
bachilleres y clérigos, juzgándolos como los culpables de la actual decadencia
de las estructura social española: los llamará ociosos, bandidos y ladrones.
El Quijote realiza un coloquio evocando “las buenas costumbres” de la mítica
Edad de Oro, donde imperará una visión socialista, si bien se quiere decir,
contra esta “Edad de Hierro” en la cual dice encontrarse y donde los caballeros
cortesanos se han vuelto personas ociosas sin idea de justicia

Además Don Quijote mantiene ideales humanistas y busca llevar la justicia


eliminando el mal, pero es curioso que en algunos casos como los del joven
Andrés, se ven perjudicados severamente por los ideales heroicos del hidalgo:
sus afectados y salvados maldicen (como en el caso de Andrés) o atacan
(como en el caso de Ginés) a quien ha venido en su ayuda. Cabe destacar que
estas acciones son realizadas comedidamente por el manchego, enfrentándose
a estructuras ideológicas totalmente demarcadas durante esta etapa del
Renacimiento: El hombre de clase social más elevada será dueño y señor
déspota mientras que el hombre de clase baja es condenado al sometimiento.
El Quijote intenta arremeter contra estas estructuras en su locura por los
ideales justicieros del héroe de caballerías y termina perjudicado.

La locura: deconstrucción y construcción de la realidad por parte del


Quijote

Según la teoría de la deconstrucción “La deconstrucción propone que toda


escritura es una construcción intencional, no la representación de la realidad.
La ausencia marca la naturaleza de un texto del mismo modo que su
presencia”. Ligada íntimamente con el primer tópico de la locura mencionado
antes: La creación de la realidad; no obstante desde el punto de vista de Don
Quijote como el Alonso Quijano enloquecido y no desde la percepción de
Cervantes como medio creador del universo quijotesco: no es la función sino la
característica de un personaje, el protagonista de la obra.

La poética de la locura quijotesca o la locura poética de Don Quijote

La figura literaria de la ironía, de lo absurdo, pero en un sentido más filológico


el uso constante que hace Cervantes del oxímoron (que en su propia definición
habla de las posturas antitéticas en un absurdo total) para la creación de las
relaciones entre personajes y su uso del lenguaje.

El Bachiller Carrasco: la llave entre realidades


Caballero de los espejos o del bosque, perdedor contra el Quijote da un nuevo
impulso al manchego en continuar con sus disparates.

Caballero de la Blanca Luna, vencedor final del Quijote, y quien obliga al


caballero a volver a ser hidalgo Alonso Quijano tras su victoria.

Estos dos caballeros son encerrados en la figura del Bachiller Sansón


Carrasco, vecino de Don Quijote, quien asume el encargo de alejar al
protagonista de sus locuras y traerlo de regreso a casa. Este se vale de un
ardid que lo convertirá en figura clave tanto en la trama como en los análisis
que se le puede hacer a la obra. Se lo puede agrupar dentro de los personajes
del mundo fingido (como los duques y el ventero) pues utiliza la locura
alienante del Quijote como medio para idear un plan y así traerlo de regreso.

El Bachiller Carrasco: El accionar del lector

Como análisis hemos decidido dar al buen Sansón Carrasco la cualidad del
lector; el primer “lector” del Quijote. No solo podemos aludir que probablemente
leyó el Quijote de 1605 o que, por lo menos, era consciente de que existían
libros sobre su vecino pues es un personaje quien hace su aparición en la
segunda parte de la obra (publicada en 1615).

Aquí nos referimos al concepto de “lector” como aquel que es capaz de


entablar diálogos con un texto e incluso con su autor. ¿Por qué Carrasco es
capaz de tal acción siendo solo un personaje? A causa de la estrategia
planeada para traer de regreso al Quijote con los suyos. Carrasco opta por
seguir,, habiendo pactado con los amigos de Quijana (el cura y el barbero), un
ardid: adentrarse en el mundo quijotesco para poder sacar al hidalgo de ahí.
Para esto el bachiller deberá pensar como el Quijote, actual como él y armarse
caballero: su misión es vencerlo y aplicar la ley de los caballeros andantes para
obligar al protagonista que retorne a La Mancha.

¿Cómo esto se compara con un “lector”? Carrasco forma parte del mundo de lo
fingido, pues es consciente de la realidad de la que proviene, pero sin afán de
burla ni de entorpecer más la visión quijotesca decide apropiarse del accionar
de su adversario, y para tal fin debe “leerlo” y “comprenderlo”. EL aquí
analizado es un lector nato capaz de interpretar el mundo del Quijote,
apropiándose de su mundo sin abandonar la realidad pueden llevar a cabo el
ejercicio del construcción y deconstrucción de la realidad a su antojo pero
jugando con las reglas impuestas por la locura del hidalgo caballero.

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