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Lo que debemos aprender para

aumentar nuestra Fe
http://forosdelavirgen.org/59309/carisma-de-fe/

El clamor de los cristianos es: “Señor, aumenta nuestra fe”.


Es que sentimos que nuestra fe nunca alcanza, es frágil, escurridiza
La fe es el elemento central de nuestra vida cristiana.
Es la forma o método de conocimiento, que nos permite relacionarnos con Dios
de manera razonablemente permanente.

No encontramos a Dios a través de nuestros sentidos, porque Dios es


sobrenatural.
A lo sumo, concluimos que “por acá pasó Dios” cuando vemos la estela que
deja.
El Carisma de Fe
Catecismo de la Iglesia Católica: “La fe es un acto personal, la respuesta libre
del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Y por su revelación, el ´Dios
invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor, y mora
con ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía´.
La respuesta adecuada a esta invitación es la fe.
Y dirá San Pablo en Hebreos 10:11: ´La fe es la certeza de lo que se espera, la
convicción de lo que no se ve´”.

Sin embargo, existe la dificultad de que debemos sentir sensiblemente a Dios


y a las cosas divinas, a través de nuestra idea preconcebida.
Aunque, sabemos especulativamente que Dios no se deja sentir, prácticamente
sostenemos lo contrario: creemos que, la verdadera historia de nuestra vida
espiritual está formada por todas esas cosas que experimentamos
sensiblemente. Y nada es más erróneo.

La vida espiritual no es percibida por los sentidos


¿Sentimos un sacramento produciendo su efecto adecuado?
¿Sentimos el aumento de la gracia en nuestra alma?
¿Sentimos la muerte del alma por el pecado?
¿Sentimos la resurrección del alma por la absolución sacramental?
¿Sentimos la presencia real de Jesús en la Sagrada Eucaristía?

Sin duda, hay momentos en que Nuestro Señor se deja sentir sensiblemente.
Sin embargo, no es la gracia, precisamente, lo que se siente: a menudo, algo
más que lo acompaña.
Ejemplo: vamos a confesarnos con un sacerdote parco, que simplemente
escucha nuestros pecados, da una penitencia (si la da) y nos absuelve, y no
sentimos nada. Vamos a otro sacerdote, que nos entiende y dialoga con
nosotros, que nos ayuda en nuestra búsqueda, que nos da consejos útiles, y
sentimos una paz refrescante que, al levantarnos, parece que somos otra
persona.
¿Fue la gracia del sacramento lo que sentimos? No, fue la experiencia
provechosa que tuvimos con el segundo sacerdote.

Hay etapas en la vida espiritual, en las que uno se da cuenta, al menos


momentáneamente, de la Presencia de Nuestro Señor; pero se consciente, es
una cosa, y sentirlo sensiblemente es otra.
Tampoco es la vida espiritual toda una cosa de consciencia continua.
¡Hay tantas cosas, incluso materiales, que no sentimos!
¿Sentimos la sangre circulando por nuestras arterias?
¿Sentimos el misterioso funcionamiento de nuestro cerebro?
¿Nos damos cuenta de la maravilla por la cual los alimentos que ingerimos son
asimilados y transformados en nuestra propia sustancia?
Cuando niños o jóvenes: ¿sentimos el crecimiento cada día?
¿Sentimos el paso de la adolescencia a la adultez?
Si no sentimos estas maravillosas cosas materiales, ¿cómo queremos sentir las
maravillas espirituales?

Buscar a Dios con los ojos de la fe


El primer secreto en la búsqueda de Dios es LA FE.
Él no se esconde de la mirada de la fe, ni puede eludirla.
La fue nunca tiene obstáculos, penetra en todos los recovecos, atraviesa todos
los velos.
¡Si tan sólo pudiéramos comprender el secreto de vivir por la fe, de ir a Dios por
el camino de la fe oscura!

Nos acercamos al Tabernáculo y decimos “no sentir nada”.


Pero sabemos: “Jesús está aquí”.
Es como si estuviéramos pronunciando palabras en un idioma desconocido,
ellas no mueven una sola fibra de nuestro corazón.
Pero la fe nos asegura que Dios está ahí.
Y si hemos de comportarnos en armonía con lo que la fe nos dice, ¡qué
diferente sería nuestra oración!

Hablamos con Jesús, pero no sentimos que Él nos escucha.


Y no nos responde.
Entonces, el coloquio languidece y pronto, no sabemos qué decir.
Pero la fe nos dice que Jesús nos escucha, y que Él nos habla, y que Él no
necesita sonidos externos ni medios extraordinarios para hablar con
nosotros.
Él es el Maestro Divino, que habla y ordena sin el ruido de las palabras.
Y si la fe me asegura que Jesús me escucha, me habla y me ama… ¡entonces,
las delicias y los consuelos NO SON NECESARIOS! Nada, en absoluto.

La oscuridad de la fe no se acomoda a nuestros gustos sensibles.


Desearíamos sentirla por encima de todo lo demás, pero la fe no es para sentir
ni para saborear, es para CONOCERLA.
Alguien puede decir: “Yo no encuentro a Dios”: no lo encuentra a Él de acuerdo
con su manera, es decir: de manera sensible. Pero: ¿cree usted?
Si tiene fe, usted ya sabe que Dios no está lejos de usted: porque en Él vivimos,
nos movemos y existimos.
Porque Él nos rodea a la derecha y a la izquierda, arriba y abajo.
Porque Él nos penetra, y vive por la gracia en lo más íntimo de nuestra alma.
Porque Él está presente en una flor, en un pájaro, en la fragancia, en el rayo de
luz del glorioso cielo sin nubes, en todas partes.

En consecuencia: si supiéramos cómo aprovechar y vivir la fe, y vivir POR la fe,


siempre encontraríamos a Dios. Y habríamos descubierto el gran secreto de la
vida interior.

Teniendo en cuenta que la fe es el elemento central para buscar a Dios, estos


son los distintos tipos de fe de las que se habla en los textos católicos, con
énfasis en el Carisma de Fe.
La Fe para un cristiano:
don gratuito de Dios y
decisión del hombre
+ La fe es un don gratuito de Dios
+ Accesible a cuantos la piden humildemente y con un corazón sincero
+ Lo que mueve al creyente a creer, es su voluntad de creer
+ Siempre, como consecuencia de un acto de bondad de Dios: la gracia
+ El responsable último en la fe del creyente es Dios, porque la fe es
siempre sobrenatural: viene de arriba
+ La fe no es un sentimiento, es una decisión del hombre
+ Es la respuesta que c/u le da a Dios: “Yo estoy junto a la puerta y llamo:
si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos”
(Apocalipsis 3:20)
+ Oigo su voz, tomo la decisión abriendo la puerta, y El entra en mi
corazón, transformando radicalmente mi vida
+ El acto de fe es UN ACTO HUMANO y no es contrario a la libertad, ni a la
inteligencia del hombre depositar la confianza en Dios, como tampoco
lo es adherirse a las verdades por Él reveladas, según el Catecismo (154)
+ La fe es un reconocimiento personal a Dios que se revela, como también
es un acto eclesial que se manifiesta en la expresión “creemos”
+ Es la Iglesia quien cree con la gracia del Espíritu Santo, y precede, y
engendra, y alimenta la fe de c/u
+ Por fe, cada hombre camina en una realidad que es invisible, pero
cuando la fe se confiesa y se siente a la vez, esa fe se hace realidad

Creencias de la fe
+ La profesión de fe comienza con la afirmación “CREO EN DIOS”: es la
fuente de todas las demás verdades sobre el hombre y el mundo
+ Creer en Dios significa adherirse a Dios mismo, confiando plenamente
en Él y dando pleno asentimiento a todas las verdades reveladas por Él
+ Significa creer en UN SOLO DIOS y en TRES PERSONAS: PADRE, HIJO Y
ESPÍRITU SANTO
+ Es la certeza de lo que no se ve y de que lo visible proviene de lo que no
se ve
+ No basta la razón para abrazar la verdad revelada, es necesaria la fe
+ Para que el acto de fe vaya conforme a la razón, Dios ha querido darnos
motivos de credibilidad, que muestran que el asentimiento de la fe NO
es un movimiento ciego del espíritu
Los motivos de credibilidad son SEÑALES CIERTAS de que la Revelación es
Palabra de Dios:
▪ La Gloriosa Resurrección de Cristo: signo definitivo de Su
Divinidad y prueba de la Verdad de Sus Palabras
▪ Los milagros de Cristo y de los santos (Mc 16:20, Act 2:4)
(CIC1 156)
▪ El cumplimiento de las profecías (CIC 156), hechas sobre
Cristo o por Cristo mismo / Ej: las profecías acerca de la
Pasión y sobre la destrucción de Jerusalén
▪ La excelencia y elevación de la doctrina cristiana
▪ La propagación y la santidad de la Iglesia, su fecundidad y
su estabilidad: son signos ciertos de la Revelación,
adaptados a la inteligencia de todos (CI 156)

La promesa de Dios
+ La fe se da cuanto mantenemos la seguridad en la promesa de Dios, no
por la esperanza de que Dios haga lo que pedimos, sino porque tenemos
CONVICCIÓN de que Dios nos hizo la promesa
+ Es esperar a recibir lo que Jesús me prometió
+ Es lo que tengo en mi corazón antes de que llegue la promesa
+ Es una certeza que supera la lógica
+ Es una total seguridad de que Dios actuará a través de una palabra o de
una acción
+ Es confianza en Dios, en Su Palabra, en Sus promesas, en Su providencia,
en el carácter moral de Sus avisos y Mandamientos, hasta tocar la
misericordia y la santidad
+ Creer que Dios está presente en mi vida, en todo momento, es tener fe
+ Creer que Dios quiere hacer cosas buenas para mí, que Dios puede
hacerlo y que Dios ya lo ha hecho, lo hace y lo hará, es tener fe

1
Catecismo de la Iglesia Católica
“Sin fe es imposible agradarle,
pues el que se acerca a Dios
ha de creer que existe
y que recompensa a los que Le buscan”
(Hebreos 11)
+ Jesús nos dice: “Tenéis que buscar la recompensa divina”
+ Cuando Dios ve el compromiso radical en mi fe y ve mi dedicación total,
entonces Él me proveerá del “carnero”, de la bendición y de una vida
plena

Cómo se vive la fe
+ Si le preguntásemos a Abel qué es la fe, nos diría: “Es una ofrenda a Dios”
= así, podemos medir nuestra fe en términos de… cuanto más ofreces,
más recibes
+ Si le preguntásemos a Noé qué es la fe, nos diría: “Es la obra, trabajar
por Dios” = así, significaría edificar una barca arriba, en las montañas, en
un lugar imposible
+ Si le preguntásemos a Abraham qué es la fe, nos diría: “Es salir a lo
desconocido, en una noche oscura, permitiendo que Dios me lleve más
allá de mi comprensión y de mi conocimiento”

+ La fe es una realidad espiritual


+ Es una forma de vida y un estilo de vida
+ Toca cada dimensión de la existencia del creyente
+ Es estar dispuesto(a) a un constante cambio de decisiones, a que
creamos en la liberación del alma
+ Es estar dispuesto a creer que, como embajadores de Cristo en la tierra,
podemos ejercitarla en nuestros hermanos, ya que es un don que se
puede transmitir: las bodas de Caná (Juan 2:1-11)

Quien está en Cristo, vive en seguridad, aunque las circunstancias sean


adversas o inciertas (Salmos 46:1-3; 27:1-3)

+ La fe siempre ve POSIBILIDADES (1 Juan 5:4-5)


+ Produce ESPERANZA (Romanos 5:2)
+ Produce CONFIANZA (2 Corintios 5:7)
+ Testifica AL INCREDULO
+ Hace que yo sea una persona audaz y que realice cosas que en otro
momento no hubiera hecho por ningún motivo
+ Me moviliza a buscar las bendiciones del Señor y a buscar contentarlo a
Él por sobre todas las cosas y personas (como la enferma que tocó el
manto de Jesús)
+ Porque con nuestra fe, podemos conseguir lo que queramos… siempre
y cuando sea para nuestro bien, para nuestra santificación y salvación, y
que esté en la voluntad de Dios (Hebreos 11:32-34)
+ La fe obra por el amor (Gálatas 5:6) y hace que yo me una a otros
hermanos en la fe
+ Es el elemento necesario para la oración eficaz (Mateo 21:22)
+ La paz es el fruto de dicha oración

Crecimiento de la fe
+ La fe general crece de la semilla original de la fe salvadora que Dios ha
plantado en nuestros corazones (Romanos 12:3)
+ El grado de la fe general varía con la etapa del desarrollo del creyente:
“poca fe”, “mucha fe”, etc (Mateo 14:29-31; Lucas 7:2-9)
+ Crece como resultado del ayuno y la oración (Mateo 17:17-21) y por
escuchar Su Palabra (Romanos 10:17)
+ Nace y crece por la predicación; y la predicación se realiza en virtud de
la Palabra de Cristo
+ La fe crece con pedirla: “los Apóstoles dijeron al Señor: auméntanos la
fe”; los testimonios refuerzan la fe
+ El Espíritu Santo produce fe (1 Corintios 12,9): “el Espíritu Santo… da a
otro la fe…”
+ Los sacramentos son una fuente inagotable de la acción del Espíritu
Santo, en los que Jesús se hace presente
+ Estar unido a una comunidad orante, ayuda a crecer en la fe

+ La fe se debilita por tribulaciones y persecuciones (Mateo 24:9-12)


+ Por el amor al mundo (2 Timoteo 4:10)
+ Por el descuido de la salvación (Hebreos 2:1-3)
+ Por no congregarse (Hebreos 10:22-25)
+ Por no obrar de acuerdo con la fe, porque la fe sin obras es fe muerta
(Santiago 2:20)

Expectación y duda
Hay una diferencia clara entre expectación y fe:
+ Cuando quiero hacer algo y desde mi convicción digo: “el Señor me lo
dará”, es expectación
+ Cuando oras y llegas a la convicción de que Dios te escucha, y que te
dará lo que te conviene (no necesariamente lo que estás pidiendo), es fe
¿Cómo diferenciar y llegar a la convicción de lo que es de Dios y lo que no es?
+ En el silencio interior
+ En la oración desde el corazón
+ En los signos exterior coincidentes
+ En abandonarme a los hechos y a las oportunidades que
“misteriosamente” se generan para mí [interiormente sentiré que
algunas de las cosas que me suceden, no otras, son LA VOLUNTAD DE
DIOS]
+ Al identificarlas, sabré cuál es el camino que Él quiere para mí
Si yo le entrego mi vida a Dios de una forma absoluta, totalmente, como debe
ser al denominarme cristiana, todo lo que me sucede ES VOLUNTAD DE DIOS
+ Todo lo que viene de Dios es COHERENTE CON EL MENSAJE DE CRISTO
Y CON LAS ESCRITURAS
+ Todo lo que viene de Dios IRRADIA AMOR Y CARIDAD
+ Todo lo que viene de Dios AUMENTA MI FE
La gran dificultad de la fe:
+ La duda o inseguridad
+ Cuando se le pregunta a Dios: “Señor, ¿cómo hago?”
+ No hay nada perverso en dudar: cuando Gabriel se acercó a María, le
dijo: “concebirás un hijo, el Hijo de Dios”, y la Virgen María preguntó:
“Pero, ¿cómo ha de ser eso si no conozco varón?”.
+ No es malo dudar, la cuestión es QUÉ HAGO CON LA DUDA
+ La duda y la inseguridad son reacciones humanas: el problema viene
cuando la duda se convierte en incredulidad

Tipos de fe cristiana:
fe teologal y fruto de fe
Se distinguen 3 tipos de fe cristiana:
i. La fe que salva
ii. La fe como fruto
iii. El carisma de fe

La fe que salva
Es la fe teologal.
Sucede primero en el tiempo de conversión de la persona.
No podemos tener fruto ni carisma de fe sin tener la fe de salvación.
Se puede ver, incluso, como una gradación entre ellas: en la medida que la fe
teologal y el fruto se hacen más robustos y firmes, se está más disponible para
lograr una fe carismática -que puede mover montañas y hacer caminar sobre
el agua-.
La fe que salva o fe teologal es la fe por la que se aceptan las verdades
reveladas por Dios y que son definidas por la Santa Madre Iglesia. Por la que se
cree en los dogmas. La que exige que el espíritu atienda y la voluntad se adhiera
a ellas. Esta fe es útil al alma.
Desde el bautismo recibimos la fe que salva o teologal, como regalo de Dios,
aunque inicialmente no nos demos cuenta.
La fe que salva o teologal se manifiesta en un corazón que cree que Dios
levantó a Jesucristo de entre los muertos para nuestra justificación y salvación.
Y éste, inmediatamente, se convierte en un corazón dispuesto a confesar -fiel
y constantemente- a Cristo como SEÑOR Y SALVADOR PERSONAL: Efesios 2:8;
Juan 1:12; Romanos 10:9-10 y 5:1; Gálatas 3:6; Filipenses 3:9; Romanos 4:25,
10:9, 10).
Es confianza personal en Nuestro Señor Jesucristo, que cree en el Mensaje de
Jesús: “El que escucha mi Palabra y cree en Aquel que me ha enviado, tiene
vida eterna y no incurre en condenación”.
Es la fe que viene al hombre que no conoce al Señor y a través de la Palabra es
salvo.
Cuando se predica la Palabra, el Espíritu Santo obra y el incrédulo cree en
Jesucristo como su Salvador.
Es la fe que causa que una persona se vuelva cristiana y nos hace parte de la
familia de Dios.
La fe salvadora proviene de la gracia de Dios (Efesios 2:8-9).
Se puede decir que la virtud teologal es “nuestra fe”, que nos ha sido dada
permanentemente, en comparación con el Don Carismático que es “la fe de
Dios”. Y que fluye por medio nuestro, en un momento dado, cuando Dios
quiere actuar para realizar hazañas especiales y maravillosas (Mt 18:19; 1 Co
13:2, He 11:33-40).

La fe como fruto
Como fruto del Espíritu Santo.
Es una lealtad producida por el mismo Espíritu Santo.
Cultivada por el creyente.
Genera fidelidad y constancia.
Lleva al hombre a experimentar la viva presencia de Dios en su vida,
independientemente de las circunstancias del momento.
Le ayuda a vivir de acuerdo con su creencia.
Le lleva a experimentar una vida abandonada completamente a la providencia
de Dios.
Este tipo de fe aumenta, crece y madura, en la medida que confiamos en Él
cada día de nuestra vida (1 Ts 3:10).
La fe como fruto del Espíritu es una demostración de fidelidad a Dios y a Su
Palabra, junto con una actitud de completa obediencia y sumisión entera a Su
Voluntad.
Es la fe servidora: que nos permite seguir a Dios y hacer lo que Él nos pide.
Nos permite vencer los obstáculos en el camino de la vida, ¡todos!
Como resultado: obtenemos la promesa de que todo lo que pidamos al Padre
en el nombre de Jesús, nos lo dará, siempre y cuando esté en Su Voluntad (jn
14:12-14).

El carisma de fe
Don de fe.
Considerado dentro de los Carismas de Poder.
Por medio de ellos, el Espíritu Santo manifiesta el poder Divino (Hch 2:22).
A veces, se refieren a él como “fe especial”, que indica alternativamente:
▪ Que es una fe otorgada por el Espíritu Santo, para
satisfacer una necesidad en circunstancias especiales
▪ Que es una fe superior a la fe general
▪ Que no necesariamente reside permanentemente en el
creyente
A veces, se le menciona como “palabra de fe”, haciendo referencia a que actuó
por una palabra que se profirió.
La fe como Don es la base de todos los carismas: una forma para medir
cualquier carisma y para regular su ejercicio.
Por eso, a medida que crece nuestra fe carismática, crecemos en otros
carismas.
Con frecuencia, hay superposición en el uso de los Dones de Poder. Ej: en la
resurrección de Lázaro, además del Don de Fe que Jesús puso en práctica,
también actuaron los de Sanidad y de Milagros, pues no sólo fue resucitado
sino curado (había estado enfermo antes de morir) y volvió sano a la vida.
Este don es espontáneo e inmediato en su manifestación, aunque los
resultados no siempre son inmediatos, pero sí seguros.
La impresión de que el Don de Fe funciona pasivamente, se debe a que a
menudo opera en cooperación con dones más dramáticos: la Operación de
Milagros, los Dones de Sanidades, etc). Y muchas veces se manifiesta en
secreto; sin embargo, requiere del involucramiento activo del creyente, para
discernir, orar, conocer los riesgos, aceptar lo que el Señor le pide y aplicar.
¿Qué cosas hace?
Es una operación sobrenatural, que sostiene la confianza íntima en Dios, en
situaciones imposibles en cuanto a lo natural (Lucas 17:6), de que el poder de
Dios va a intervenir, y de que Dios quiere y puede usarnos para obrar
maravillas.
No opera en el plano de lo posible; por tanto, comienza donde el poder del
hombre termina.
El don de fe es la confianza ferviente en Dios, que da valor para emprender y
vencer en cosas que exceden las fuerzas humanas, aún en circunstancias
cuando todo parece estar en contra de uno.
Es la fe que describió Jesús en Mateo 17:20, “fe como un grano de mostaza”.
Una fe que puede mover las montañas de dificultad, que puede hacer/recibir
milagros, creer lo imposible y provocar fe en otros (Hechos 28:3-5, Marcos
16:18, Juan 14:12).
Es la confianza de haber percibido la voluntad de Dios, que lo capacita a uno
para actuar como si el hecho ya hubiese ocurrido (1 Reyes 18:30-46; Hebreos
11), expulsar demonios (Mateo 17:19-20) y hacer cara a los más crueles
martirios sin titubear.
Es una súbita oleada de fe para creer confiadamente que, lo que hagamos o
hablemos en nombre de Jesús, SUCEDERÁ. Que el Señor hará lo que nos ha
mostrado que hará, confiar en ello y hacer las cosas que le permitan a Él
realizar lo que quiere hacer.
Es la fe que “espera” y que nos alienta a “creer sin ver”, que Dios hará lo que
promete que va a hacer, y que nos permite actuar como vehículos suyos para
hacer cosas asombrosas.
A quiénes se da esta fe
El don de fe es una habilidad especial que Dios da a ciertos miembros del
Cuerpo de Cristo, para discernir con extraordinaria confidencia la voluntad y el
propósito sobre el futuro de Su obra.
Es una de las capacidades mayores que c/u de nosotros debería “procurar” (1
Corintios 12:30) y pedir. Recordar: Él dijo que, los que tengan fe harán las obras
que Él hizo y aún mayores (Juan 14,12). Esta fe marca la diferencia entre un
carismático y un mentalista: el primero, desarrolla su docilidad para hacer lo
que Dios quiere; el segundo, desarrolla sus propios “poderes”, con el gran
peligro de excitar su ego y creerse invulnerable o capaz de manipular a los
otros.
Sin una fe carismática fuerte, las cosas que realicemos, aunque sean
extraordinarias a la vista de los hombres, serán fenómenos psicológicos o ritos
mágicos.
Solamente cuando nos sentimos llevados por el Señor, tenemos derecho a
actuar en Su Nombre (2 Corintios 2,3).
La gente con el don de fe, está interesada más bien en el futuro que en lo ya
acontecido. Son pensadores positivos, centrados en objetivos, que soportan
los sufrimientos en paz y asumen las adversidades como la prueba de que Dios
está con ellos. Siempre desean proyectarse y permanecen inmutables ante el
ridículo, la crítica, el éxito y el fracaso. Tienen grandísimas reservas de valor.
Los llaman visionarios, soñadores o promotores, y ven donde Dios quiere que
ellos vayan, aunque no tengan idea de cómo llegarán.
Quien está dotado de este carisma, sabe muy bien, en un momento
determinado, que una situación sin esperanza no lo es, en absoluto. Y que Dios
intervendrá, que todo será cambiado por Él, para honra y gloria de Su Nombre.

Persona e Iglesia
Es un carisma para protección y provisión personal, y de mucha bendición
para la Iglesia. Hombres con el Don de Fe son las chispas necesarias para avivar
el fuego en la Iglesia de Jesucristo, especialmente en esta época de crisis en la
Iglesia.
El Espíritu Santo usó un testimonio, un canto, una oración, un mensaje, para
impartir esta Fe. A medida que aumenta el Carisma de la Fe, se multiplican
también las manifestaciones del poder y del amor del Señor, en beneficio de la
Iglesia y del mundo.

Difusión, uso y riesgos


Como todo Don, es gracia y regalo de Dios.
Él lo distribuye según Su Voluntad, pero podemos colaborar:
+ Siendo personas de oración
+ Siendo estudiosos de la Palabra de Dios
+ Estando disponibles y entregados al trabajo de Dios: “He aquí
la esclava del Señor”
+ Conociendo la voluntad del Señor: María escuchó antes al
Ángel
+ Aceptando Su voluntad y actuando en Fe: “Hágase”
+ Glorificando y alabando al “responsable de nuestro actuar”: El
Magníficat
Para su difusión, se sugiere abrir este Don a los hermanos.
Distinguir cuáles problemas pueden resolverse con recursos humanos, y cuáles
no.
Discernir lo que viene de la naturaleza humana y lo que viene de Dios.
Lograr que todos reconozcan cómo Dios responde siempre A TODA ORACIÓN.
Fomentar relatos de fe (testimonios).
Demostrar a los hermanos que hace falta la fe carismática.
Predicar la ABSOLUTA DEPENDENCIA DE DIOS.

RESPONDE
 ¿Te sientes positivo(a) y optimista, aun cuando hay circunstancias
negativas? SÍ
 ¿Es fácil para ti confiar en las promesas de Dios? SÍ
 ¿Puedes animar a otros para estar más confiados en el Señor? SÍ
 ¿Te gusta tomar riesgos en el Señor y ver como Él te respalda? SÍ
 ¿Sientes una confianza plena cuando oras? SÍ
 ¿Te gusta orar específicamente, y lo haces? SÍ

Para poder usar nuestra fe, debemos tener una clara visión de nuestros
objetivos, poseer un deseo ardiente por ellos (Proverbios 10:24-b), esperar
delante del Señor todo el tiempo que sea necesario, actuar con seguridad y dar
muestras de nuestra fe con nuestro estilo de vida y manera de ser.

No obstante, hay riesgos: como caer en un tipo de fe “irracional”, por


falta de discernimiento. Caer en la autosuficiencia. Caer en el orgullo
espiritual. No escuchar a Dios. Caer en el desaliento y el temor.
Improvisar, descuidando la planificación y preparación práctica. Regañar
a los demás por “no tener suficiente fe”.
El don de fe,
como todos los dones,
es transitorio
https://www.youtube.com/watch?v=jb23Z5X3uhA&index=88&list=PLvWAm6
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Es para tiempo y lugares específicos.


Dios los da para una ocasión especial.
Aunque pueden repetirse.
a) Viene por oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17)
b) Puede manifestarse como un acuerdo entre dos o más personas (Mateo
18:19)
c) Puede manifestarse para atar o desatar a una cosa o a una persona
(Mateo 18:18)
d) Para hacer las obras que Cristo hizo y prometió que los creyentes harán
(Juan 14:12, Marcos 16:17-18)
e) Esta fe viva en la Palabra de Dios, es la que siempre traerá resultados
(Juan 14:13-14; 15:7, 16)
f) Fe que moverá montañas (Mateo 17:20; Lucas 17:6; Mateo 21:21-22)

Pasajes Bíblicos
del Don de Fe
[Patriarcas, Profetas y Apóstoles]

 Abraham obedeció a Dios y salió de Ur (Hebreos 11:8)


 Abraham ofreció a su hijo, Isaac, como un sacrificio vivo (Hebreos 11:17)
 Noé preparó el Arca, en obediencia total a Dios (Hebreos 11:7)
 Caleb y Josué no hicieron caso a la evidencia palpable de los gigantes y
creyeron que podían tomar la tierra prometida (Números 13:17-33)
 Elías habló palabra de Fe que no llovería (1 Reyes 17:1)
 Moisés obedeció completamente al llamado de Dios (Hebreos 11:24-28)
 David venció a Goliat por la Fe (1 Samuel 17:26; 34-51)
 Pedro, ante el Concilio de los sacerdotes (Hechos 4:8-13)
 Esteban ante el Concilio (Hechos 6:8-10; 7:2-56)
 Ananías recibe Fe por la visión de Dios acerca de Saulo de Tarso (Hechos
9:10-18)
 Pedro lo ejerce para la sanidad de varias personas (Hechos 3:4-8; 9:34)
 Pedro recibe dirección Divina por una visión de Dios (Hechos 10:9-23)
 Pedro habla acerca de los Gentiles en el plan de Dios, para la salvación
de ellos (Hecho 15:6-12)
 Pablo ciega a Elimas, el encantador (Hechos 15:6-12)
 Pablo recibe dirección Divina por una visión de Dios (Hechos 16:9-10;
27:23-25)
 Timoteo recibe Fe por la imposición de las manos (1 Timoteo 3:14-16; 2
Timoteo 1:5-8)

Pasajes Bíblicos del Don de Fe


en el Ministerio de Cristo Jesús
 Rehusando las ofertas de Satanas (Mateo 4:3-11)
 El agua transformada en vino (Juan 2:9)
 La pesca milagrosa (Lucas 5:6)
 Palabra de Fe para sanar a la suegra de Pedro (Mateo 8:14; Marcos 1:31;
Lucas 4:38)
 Palabra de Fe para sanar al leproso (Mateo 8:3; Marcos 1:41; Lucas 5:13)
 Palabra de Fe que sanó al paralítico (Mateo 9:2; Marcos 2:3; Lucas 5:18)
 Curación del hombre que estaba enfermo por 38 años (Juan 5:5)
 Curación del hombre con la mano seca (Mateo 12:10; Marcos 3:1; Lucas
6:6)
 Curación del mozo del centurión de Cafarnaúm (Mateo 8:5; Lucas 7:2)
 El hijo de la viuda de Naín, resucitado (Lucas 7:11)
 Los demonios echados del endemoniado (Mateo 12:22; Lucas 11:14)
 Jesús calma la tempestad (Mateo 8:26; Marcos 4:39; Lucas 8:24)
 Los endemoniados de Gerasa, liberados (Mateo 8:28; Marcos 5:1; Lucas
8:26)
 La hija de Jairo, resucitada (Mateo 9:18; Marcos 5:42; Lucas 8:41)
 Curación de la mujer con flujo de sangre (Mateo 9:20; Marcos 5:25;
Lucas 8:43)
 Curación de dos ciegos (Mateo 9:27-30)
 Curación del mudo endemoniado (Mateo 9:32-33)
 La multiplicación de los panes y los peces para las 5mil personas
(Hebreos 11:17)
 Liberación del hombre endemoniado (Mateo 12:22)
 Jesús anda sobre la mar (Mateo 14:25; Marcos 6:49; Juan 6:19)
 Liberación de la hija de la mujer sirio-fenicia (Mateo 15:22; Marcos 7:25)
 Multiplicación del pan para los 4mil (Mateo 15:32; Marcos 8:8)
 El sordomudo sanado (Mateo 7:32-35)
 Curación del hombre ciego (Marcos 8:23-25)
 Liberación de un muchacho (Mateo 17:14-18; Marcos 9:17-27; Lucas
9:38-42)
 El dinero para el impuesto (Mateo 17:24-27)
 Los diez leprosos limpiados (Lucas 17:12-19)
 El ciego sanado (Juan 9:1-7)
 Lázaro levantado de la muerte (Juan 11:1-44)
 La mujer con espíritu de enfermedad sanada (Lucas 13:11-13)
 El hombre hidrópico sanado (Lucas 14:2-4)

z5) El hombre hidrópico sanado: Lucas 14:2-4.


z6) Curación de dos ciegos: Mateo 20:30-34.
z7) Cristo maldijo la higuera: Mateo 21:19-22.
z8) La segunda pesca milagrosa: Juan 21:4-6.

MENCIONES DE CARISMA DE FE
CONCEPTUALES
La Fe como Carisma es la que posee María en el momento
de la Anunciación y que fue loada por Isabel.
Es la que mantiene firme a la Cananea, a pesar de las
aparentes negativas que recibe.
Es la de Pedro cuando camina sobre las Aguas en busca
de Jesús.
Es la de Marta y María que llaman a Jesús cuando está
enfermo su hermano Lázaro.
Es la de Pedro cuando sana al paralítico: “En nombre de
Jesús, anda”. Aquí Pedro no se limita a creer que Jesús
puede curar, sino que lo va a hacer inmediatamente.
Es la Fe de Abraham, “nuestro Padre en la Fe”.
Es la de quienes como Pedro dicen: “en tu nombre echaré
las redes”, y las sacan llenas de peces.

SERMONES DE SANTOS (TEKTON)


https://www.tekton.info/las-cuatro-fuentes-que-manan-del-
paraiso-terrenal-sermon-de-san-bernardo-de-claraval/
[De “La última cima”]
(Juan Manuel Cotelo)
Los mandamientos de hoy son otros:
1. TÚ A LO TUYO
Si una persona te sirve para algo, utilízala
Y si no, pasando de ella

2. APARENTA MÁS DE LO QUE ERES

3. COMPRA COSAS, MUCHAS COSAS


Muchas cosas bonitas y caras
Cuantas más, mejor

4. DATE PRISA EN DISFRUTAR, QUE LA VIDA SON 2 DÍAS


(Pablo Domínguez, sacerdote, q.e.p.d.)
“Dios está de nuestra parte.
Dios está de tu lado.
Dios está empujando en tu dirección.
Dios está más empeñado en tu felicidad que tú mismo.
PERO ES QUE, DIOS NO ES UN AMIGO MÁS.
Dios es Todopoderoso”

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