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CIEDAD: EL ESTADO, EN DEUDA

Discapacitados: Nación, Provincia y


Ciudad no cumplen con el cupo laboral
Por: Sibila Camps

Si conseguir trabajo es difícil para cualquiera, para las personas con discapacidad, la búsqueda se convierte
en un calvario. Para colmo, en la administración pública está muy lejos de cumplirse la ley de cupo laboral,
que obliga al Estado a destinarles el 4% de los puestos en los tres poderes, en empresas y sociedades del
Estado y mixtas, y en concesionarias de servicios públicas en la Ciudad de Buenos Aires, la ley 1.502
establece un cupo del 5%. Prevea una incorporación gradual, del 1% por año, para llegar al 5% a fines de
2009. En tanto vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti acelera la integración. "En diciembre de 2007 el
cumplimiento era del 0,36% y ahora estamos en el 2,02%", informe Marina Klemensiewicz, presidenta de la
Comisión para la Plena Participación e Integración de las personas con Necesidades Especiales (COPINE).

En el Estado nacional, Magdalena Galli, responsable de la Oficina de Empleo de la Unidad para Personas con
Discapacidad del Ministerio de Trabajo, admitió no tener "ni idea" del grado de cumplimiento del cupo. Clarin
consulta a la Conadis, la comisión nacional que entiende en el área; pero debido a su agenda, su presidenta,
Raquel Tiramonti, pidió concertar la entrevista con "un tiempo considerable de anterioridad", y tampoco deriva
a otro funcionario. Fuentes del Ministerio de Trabajo bonaerense también reconocieron que "el cupo no se
está cumpliendo. Y no hay datos sobre el porcentaje de personas con discapacidad ocupadas por el Estado
provincial. El ministerio que está más cerca de cumplirlo es el de Trabajo, que llega al 3,6%".

En Nación, "el incumplimiento es una deuda desde 1981. Nunca hubo voluntad política de incorporar a
personas con discapacidad en forma orgánica y regular. Recientemente el Ministerio de Trabajo incorporó a
un grupo, a través de cursos de capacitación y de una selección. Es el puntapié inicial, pero el impulso debe
seguir", se franqueó Roberto Ramos, abogado de la Unidad especializada. De todos modos, los expertos en
inclusión laboral coinciden en que los cupos no dan resultado, sobre todo por la baja formación de los
aspirantes. Según la encuesta sobre discapacidad de 2003, el 46,5% de quienes cursaron educación común
no terminó el secundario, y otro 32,6% ni siquiera completo la primaria. Y en la Ciudad, otra ley exige estudios
medios para ingresar a la administración pública.
Esto, a su vez, revela que los chicos con necesidades especiales enfrentan grandes obstáculos para ir a la
escuela, tanto desde el sistema educativo como por falta de transporte público accesible. Según el INDEC,
solo el 24,9% de esta franja de la población tiene empleo. Pero hay que tener en cuenta que el 68% se
declara inactivo, en muchos casos porque ya se cansó de buscar. "Esto se debe a que siempre se aplicaron
políticas asistenciales, y no de desarrollo del sujeto", apunta Alejandro del Mármol, de la Fundación Par.

Los intentos por revertirlas tienen diferente impulso. En la Ciudad hay 4.300 aspirantes, pero además hay un
programa de becas y de capacitación, que ya alcanzó a 800 personas. En provincia, el SECLAS superó los
4.000 inscriptos, y desde Trabajo se dieron directivas a los demás ministerios para empezar a cumplir el cupo.
El registro de Nación tiene a 6.600 anotados, de los que entre 70 y 80 lograron insertarse en 2008. "El Estado
es un incumplidor, pero no deberá ser visto como el único empleador", advierte Bea Pellizzari, de la ONG La
Usina. "La inclusión laboral es la última etapa en un proceso, y un encadenamiento de toda la sociedad
destaca Klemensiewicz. Una ciudad inclusiva no se construye de un día para otro".
Colaboro Leo González Pérez

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