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Capítulo I:
De las leyes en su relación con los diversos seres:
Las leyes, en su significado más lato, son las relaciones necesarias que derivan de
la naturaleza de las cosas.
Hay una razón primitiva que ha causado los efectos del mundo. Las leyes son las
relaciones que se encuentran entre ella y los diferentes seres, también son las
relaciones de estos seres diversos entre ellos. Dios se relaciona con el universo
como creador y conservador. Las leyes según las cuales Dios ha creado al mundo
son las mismas según las cuales lo conserva.
Como el mundo, que está formado por el movimiento de la materia, subsiste. Esto
se debe a que tiene leyes invariables.
La creación supone reglas invariables y el creador gobierna con esas reglas, de lo
contrario el mundo no subsistiría.
Los seres particulares inteligentes pueden tener leyes que ellos mismos hayan
hecho; pero también tienen otras que no. No se puede afirmar, dice Mont. que solo
es justo aquello que lo indican las leyes positivas.
Hay que admitir relaciones de equidad anteriores a la ley positiva que las establece.
Es necesario que el mundo inteligente esté tan bien gobernado como el mundo físico.
Aunque el mundo inteligente tenga leyes invariables por naturaleza, no las sigue
contantemente como las sigue el mundo físico. Esto ocurre porque los seres
inteligentes particulares están limitados por su naturaleza y se equivocan. Estos,
tienen leyes naturales pero no las siguen invariablemente.
Mont. afirma que los animales temen menos que nosotros y no hacen mal uso de sus
pasiones.
El hombre, como ser físico, está, al igual que los otros cuerpos, gobernado por leyes
invariables.
Como ser inteligente, viola sin censar las leyes de Dios. Como es una inteligencia
finita está sujeto a la ignorancia y al error.
Como ser sensible, se transforma en sujeto de mil pasiones. Se puede olvidar de su
creador en cualquier momento. Dios lo llama hacia Él por las leyes de la religión. Se
puede olvidar de sí, los filósofos lo han prevenido por las leyes de la moral. Hehco
para vivir en sociedad, podría olvidar a los demás: los legisladores lo devuelven a
sus deberes por las leyes políticas y civiles.
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Capítulo II: De las leyes de la naturaleza
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- El derecho de gentes se funda en que las naciones deben hacerse el mayor
bien en la paz y el menor mal posible en la guerra, sin perjudicar sus
verdaderos intereses.
- El objeto de la guerra es la victoriala conquista la conservación. De este
principio derivan las leyes del derecho de gentes.
- Una sociedad no puede subsistir sin un gobierno. La reunión de las fuerzas
particulares forma el Estado político.
- La fuerza general puede estar colocado en manos de uno solo, o en manos de
varios. El poder político necesariamente comprende la unión de varias
familias.
- El gobierno más conforme a la naturaleza es aquel cuya disposición
particular se relaciona mejor con la disposición del pueblo para el cual ha
sido establecido.
- Las fuerzas particulares solo se pueden reunir si se reúnen todas las
voluntades. La reunión de esas voluntades, se llama estado civil.
LIBRO II: De las leyes que derivan directamente de la naturaleza del gobierno.
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Hay 3 especies de gobiernos, para conocer su naturaleza basta con la idea que tienen
los hombres menos instruidos, de dichos gobiernos. Mont describe tres naturalezas
de gobierno:
- Republicano: gobierno en el cual el pueblo, en su totalidad o solo una parte
de él, tiene el poder soberano.
- Monárquico: gobierna uno solo, pero por leyes fijas o establecidas.
- Despótico: uno solo, sin ley y sin regla, conduce todo por su voluntad y
capricho.
Hay que ver cuáles son las leyes que se siguen directamente de cada naturaleza de
gobierno y que, por consiguiente, son las primeras leyes fundamentales.
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- Tanto Montesquieu, como Cicerón piensan que el sufragio debe ser público.
El autor, le echa la culpa a lo secretos que eran los sufragios, de la caída de
Roma.
- Partidos: peligrosos en el senado o nobles, no así en el pueblo.
- La desgracia de una república se produce cuando no hay partidos. Esto
sucede cuando se ha corrompido al pueblo por dinero. El pueblo espera
tranquilamente su salario y no se preocupa por el gobierno ni los negocios
públicos.
- Ley fundamental de la democracia: que solo el pueblo haga leyes. Tb es
necesario que el senado pueda legislar, con frecuencia ocurre que legislan
para ensayar una ley antes de establecerla. La constitución de Roma y Atenas
eran muy sabias porque las disposiciones del senado tenían fuerza de ley por
un año y no se perpetuaban mas que por la voluntad del pueblo.
Capítulo IV: de las leyes en su relación con la naturaleza del gobierno monárquico
- En un gobierno monárquico: gobierna uno solo por leyes fundamentales. Hay
poderes intermedios, subordinados y dependientes: la nobleza. Estos tb
forman parte del gobierno monárquico (si no hay monarca, no hay nobleza; si no
hay nobleza no hay monarca, sino un déspota).
- El príncipe es la fuente de todo poder político y civil.
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- Si abolimos las prerrogativas de señores, clero, nobleza y ciudades,
tendremos un Estado popular o Estado despótico.
- No basta que en una monarquía haya rangos intermedios: se necesita también
un depósito de leyes. Este depósito no puede encontrarse sino en los cuerpos
políticos, que anuncian las leyes cuando se hacen, y las recuerda cuando se
las olvida. La ignorancia y desatención den la nobleza, exigen que exista un
cuerpo que saque el polvo de las leyes. El consejo del príncipe no es un
depósito conveniente porque constituye la voluntad del rey y, es poco
permanente.
- En los Estados despóticos, no hay leyes fundamentales, no tampoco depósitos
de leyes. Por eso, es común que en estos países, la religión tenga tanta fuerza
y forme una especie de depósito y permanencia. Y si no es la religión, sin las
costumbres li que se venera, en lugar de leyes.
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el que hace ejecutar las leyes, también se siente sometido a ellas y las debe
soportar.
- Cuando el monarca deja de hacer ejecutar las leyes, puede corregir la
negligencia. En cambio, cuando en un gob. Popular, las leyes se dejan de
ejercer, es porque se ha corrompido la república, luego, el Estado está perdido
(esto cuando los q hacen ejercer las leyes no se someten a las leyes).
- Cuando cesa esa virtud, la ambición y la avaricia entre en los corazones. Se
era libre con las leyes, se quiere ser libre sin ellas. Ahora la ley es rigor,
obstáculo y temor. Antes, el bien de los particulares lo constituía el tesoro
público. Ahora, el tesoro público deviene patrimonio a los particulares.
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- En la monarquías: los crímenes públicos son más privados, es decir, afectan
más las fortunas particulares que la constitución misma del Estado.
- Esto, lo dice Montesquieu, a partir de las experiencias de la historia.
- En este tipo de gobierno la virtud no está excluida, pero tampoco es su
resorte.
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Capítulo IX: Del principio del gobierno despótico
- En la república se necesita virtud, en la monarquía honor y en el gobierno
despótico temor. La virtud no es necesaria y el honor es peligroso.
- El poder inmenso del príncipe pasa a los que él confía. Personas capaces de
estimarse mucho a sí mismas, y estarían en condiciones de hacer una
revolución. Por esto, es necesario que el temor aniquile toda valentía y apague
todo sentimiento de ambición.
- Un gobierno moderado se mantiene por sus leyes y fuerza. En cambio, si a
uno despótico le falta el resorte del temor el pueblo ya no tiene protector. El
príncipe despótico debe mantenerse con el brazo alzado y con la posibilidad
de aniquilar al instante a los que tienen los primeros lugares.
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- Aquí los principios son: monarquía/honor, república/virtud y estado
despótico/temor. No significa que los gobiernos así sean, pero si que
deberían serlo, de lo contrario, el gobierno sería imperfecto.
LIBRO IV: De cómo las leyes de la educación deben relacionarse con los principios del
gobierno
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- En la corte se encuentra una delicadeza de gusto que proviene del uso
continuo de cosas superfluas (placeres, multiplicidad, fantasías). La
educación se dedica a todas estas cosas, para hacer un hombre de mundo, que
tiene las cualidades y virtudes que este gobierno pide.
- Ahí el honor, interviene en todo, entra en los modos de pensar y de sentir.
- El honor hace que las virtudes sean lo que él quiere y cómo las quiere. Pone
reglas a todo lo que se nos prescribe, extiende o limita nuestros deberes según
su fantasía. Ya tengan su fuente en la religión, en la política o en la moral.
- En la monarquía lo que más se exige es la obediencia al príncipe. El mismo
honor dicta que el príncipe nunca debe prescribirnos una acción que nos
deshonre, porque nos haría incapaces de servirlo.
- Lo que más exige el honor es que la nobleza sirva al príncipe en la guerra. El
honor quiere que se pueda indistintamente aspirar a un cargo o rechazarlo;
considera esta libertad incluso por encima de la fortuna.
- El honor tiene pues sus reglas supremas; y la educación está obligada a
conformarse a ellas.
- Las principales son que nos está permitido atender nuestra fortuna; pero que
nos está prohibido hacer lo mismo con nuestra vida.
- Segunda: una vez que se nos haya colocado en un rango, no debemos hacer
nada ni tolerar a nadie que muestre que nos consideramos inferiores a ese
rango. (No mostrar que nos consideramos inferiores).
- Tercera: las cosas que el honor prohíbe están más prohibidas cuando las leyes
no las proscriben. Y que las cosas que el honor exige están exigidas con más
fuerza cuando las leyes no las piden.
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(temor); si no lo lograra, ser perdería; si triunfara, correrían el riesgo de
perderse él, el príncipe y el imperio.
Capítulo IV: de la diferencia de los efectos de la educación entre los antiguos y entre nosotros.
- La mayoría de los pueblos antiguos tenían gobiernos cuyos principios era la
virtud. Por esto, cuando se tenía fuerza, hacían cosas que hoy ya no vemos.
- Otra ventaja de la educación antigua: nunca se desmentía. Hoy recibimos 3
educaciones diferentes o contrarias: la de nuestros padres, maestros y el
mundo. Lo que nos dicen en ésta última contradice las otras dos. Esto último
se debe al contraste entre los compromisos de la religión y los del mundo. Los
antiguos no conocían esta contradicción.
Capítulo VII: en qué casos estas instituciones singulares pueden ser buenas
- Esta clase de instituciones puede convenir en las repúblicas porque la virtud
política es su principio.
- A su vez, estas instituciones tienen lugar en un Estado pequeño, donde se
puede impartir una educación general, y criar a todo un pueblo como una
familia.
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Capítulo VIII: explicación de una paradoja de los antiguos en relación con las costumbres
- Los griegos (Platón y Aristóteles) pensaban que “no se pueden introducir
cambios en la música sin que los haya en la Constitución del Estado”. La
música es fundamental.
- Todas las profesiones y trabajos que podían conducir a la ganancia de dinero
eran mirados como indignos de un hombre libre.
- La agricultura era una profesión servil y la practicaban pueblos vencidos o
llamados esclavos en otras repúblicas.
- Platón quería que en sus leyes se castigara a cualquier ciudadano que se
dedicara al comercio.
- En las repúblicas griegas tenían un gran problema. No se quería que los
ciudadanos trabajasen en el comercio, la agricultura ni las artes; tampoco se
quería que estuvieran ociosos. Encontraban una ocupación en los ejercicios
que dependían de la gimnasia y en los que se relacionaban con la guerra.
- Los griegos eran un pueblo de atletas y combatientes.
- Aristóteles decía que estos ejercicios que hacían personas tan duras y salvajes,
necesitaban de otros que suavizaran las costumbres. Aquí cabe la música.
- Música: llega al espíritu por los órganos del cuerpo. es un medio entre los
ejercicios del cuerpo que hacen duros a los hombres, y las ciencias
especulativas que los hacen salvajes.
- No se puede decir que la música inspirara virtud; sería inconcebible, pero
impedía el efecto de la ferocidad de la institución, y hacía que el alma tuviera,
en la educación, una parte que no habría tenido.
- Los ejercicios de los griegos excitaban en ellos un tipo de pasiones: la rudeza,
la cólera, la crueldad. La música las excita todas y puede hacer que el alma
sienta la suavidad, la piedad, la ternura, el dulce placer.
- Los autores morales hablan acerca del poder que tiene la música sobre
nuestras almas.
- ¿Por qué la música? Porque entre los placeres de los sentidos, no hay ninguno
que corrompa menos el alma.
LIBRO V: De cómo las leyes que dicta el legislador deben estar en relación con el principio
del gobierno
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- Veremos esta relación leyes/principio, en cada gobierno.
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Capítulo IV: de cómo se inspira el amor a la igualdad y la frugalidad
- El amor a la igualdad y la frugalidad se ven excitados por una sociedad
donde las leyes las establecen.
- En las monarquías y estados despóticos, ni se les ocurre la igualdad. Las
personas de la más baja condición no quieren salir de su condición.
- Lo mismo ocurre con la frugalidad: para amarla hay que disfrutarla.
- Los que están corrompidos por los placeres no amarán la vida frugal.
Tampoco amarán la frugalidad quienes envidian o admiran el lujo de los
demás.
- Las personas que solo ven hombres ricos u hombres miserables como ellos,
detestan su miseria, sin amar o conocer lo que la haga terminar.
Capítulo V: de cómo las leyes establecen la igualdad en la democracia
- Si un legislador reparte de manera igualitaria las tierras, debe dictar leyes
para mantenerlo. De lo contrario, será una constitución pasajera y la
desigualdad entrará por el costado que las leyes no hayan protegido, y la
república se habrá perdido.
- Por esta razón, es necesario que se regulen las dotes de las mujeres, las
donaciones, las sucesiones, los testamentos, es decir, todas las maneras de
contratar.
- Porque si estuviera permitido entregar los bienes a quien cada uno quisiera y
como quisiera, cada voluntad particular turbaría la disposición de la ley
fundamental.
- Era una buena ley para la democracia aquella que prohibía tener dos
heredades (pedazos de tierra cultivados). Esta ley existía por el reparto
igualitario de tierras y las porciones entregadas a cada ciudadano. La ley no
quería que solo una persona poseyera varias porciones.
- Era una buena ley la que indicaba que un padre que tuviera varios hijos
eligiera uno para heredar su porción, y diera los otros en adopción a quien no
tuviera hijos, a fin de que el número de ciudadanos pudiera mantenerse igual
al de las partes de tierra.
- Aunque en la democracia la real igualdad sea el alma del Estado, es sin
embargo tan difícil de establecer que no siempre resultaría conveniente una
exactitud extrema en este sentido. Basta que se establezca un censo que
reduzca las diferencias hasta cierto punto, o que las fije en él.
- Después corresponde a las leyes particulares igualar, por decirlo así, las
desigualdades, por medio de las cargas impuestas a los ricos y el alivio que
proporcionen a los pobres. (Esto solo lo toleran las riquezas medianas. Las
fortunas inmoderadas, todo lo que no les otorgue poder y honores es
considerado una injuria).
- Toda desigualdad, en la democracia, debe surgir de la naturaleza de la
democracia y del principio mismo de la igualdad.
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- Hay casos (cuarta clases, libertos que se vuelven más poderosos que los
ciudadanos, etc.) donde la igualdad entre los ciudadanos puede eliminarse
en la democracia para utilidad de la democracia. En estos casos solo se
elimina una igualdad aparente, porque un hombre arruinado por una
magistratura estaría en peores condiciones que los otros ciudadanos.
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(leyes, fundación de sociedades y ciudades). Llevar a los hombres a las
antiguas máximas es llevarlos a la virtud.
- Las instituciones antiguas son por lo común correcciones y las nuevas,
abusos. Solo se llega al bien con gran esfuerzo.
- Miembros del senado: deben ser vitalicios, como en
Roma/Lacedemonia/Atenas, como modelos perpetuos. (En Atenas tenían
dos cosas: cuerpo de senadores que cambiaba cada 3 meses y el areópago que
era vitalicio.)
- Máxima general: si los senadores serán la regla y depósito de costumbres,
deben ser vitalicios. En cambio, si el senado está hecho para preparar negocio,
estos pueden cambiar.
- Es necesario que en la república restablezcan todo lo que ha sido corrompido;
que noten la tibieza, juzguen las negligencias y corrijan las faltas, así como las
leyes castigan los crímenes.
- Nada mantiene mejor las costumbres que una extrema subordinación de los
jóvenes con respecto a los viejos. Unos y otros serán contenidos, aquellos por
el respeto que tendrán a sus mayores, estos por el respeto que tendrán por sí
mismos.
- Nada da más fuerza a las leyes que la subordinación extrema de los
ciudadanos a los magistrados.
- La autoridad paterna es muy útil para mantener las costumbres. Como en
una república no hay una fuerza tan represora como en los otros gobiernos.
Es necesario que las leyes traten de suplirla: lo hacen por medio de la
autoridad paterna.
- El poder paterno se perdió en Roma con la república. En las monarquías,
donde costumbres tan puras son inútiles, se prefiere que cada uno viva bajo
el poder de los magistrados.
- Esta misma subordinación, en la república, podría exigir que el padre siguiera
siendo durante toda su vida el amo de los bienes de sus hijos, como fue la
regla en Roma.
Capítulo VIII: de cómo las leyes deben relacionarse con el principio del gobierno en la
aristocracia.
- Si en la aristocracia el pueblo es virtuoso, se disfrutará casi de la misma
felicidad del gobierno popular, y el Estado será poderoso.
- Sin embargo, es raro que donde hay fortunas desiguales entre los hombres
haya mucha virtud, por lo tanto, es necesario que las leyes tiendan en la
medida de lo posible a dar cierto espíritu de moderación, y traten de
restablecer esa igualdad que la constitución del Estado necesariamente
elimina.
- La virtud de la aristocracia se llama espíritu de moderación. Ésta ocupa el
lugar del espíritu de igualdad en el Estado popular.
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- La modestia y la simplicidad de las maneras constituyen la fuerza de los
nobles aristocráticos. Cuando no tienen distinción, se confunden con el
pueblo, visten como él y comparten sus placeres, el pueblo olvida su
debilidad.
- Los senadores deben velar por los privilegios del cuerpo del senado y no
personal.
- Hay dos fuentes principales de desorden en los Estados aristocráticos:
a. la extrema desigualdad entre los que gobiernan y los gobernados
b. la extrema desigualdad entre los diferentes miembros del cuerpo que
gobierna.
De estas desigualdades resultan el odio y la envidia que las leyes deben
prevenir o detener.
- En el primer caso, de desigualdad entre los que gobiernan y gobernados: se
encuentra cuando los privilegios de los principales son honorables porque
resultan vergonzosos para el pueblo, ej. Cuando en Roma no se podían casar
plebeyos con patricios.
- También se encuentra esta desigualdad si la condición de los ciudadanos es
diferente en relación con los impuestos. Cuando en Roma hubo aristocracia,
no pasó esto. Jamás los magistrados recibieron retribuciones por sus
magistraturas y tenían que pagar sus impuestos, incluso más que el resto. Los
ingresos del Estado eran distribuidos entre el pueblo.
- Esta distribución de ingresos del Estado al pueblo en una democracia tiene
efectos perniciosos porque les hace perder espíritu de ciudadanía. En cambio,
en la aristocracia tiene buenos efectos porque les aviva el espíritu de
ciudadanía.
- Si no se distribuyen los ingresos al pueblo, hay que mostrárselo, es decir, que
gocen de ellos. Ej. Cadena de oro que se tendía en Venecia.
- En la aristocracia, es necesario que los nobles no decidan los tributos. De ser
así, los nobles serían como los príncipes de los Estados despóticos, que
confiscan los bienes de quienes les place. Estos caerían en avaricia, caerían las
recaudaciones y se reducirían a nada los ingresos públicos. Así es como se
han debilitado varios Estados.
- Es necesario que las leyes prohíban el comercio: un comerciante con tanto
crédito constituye un monopolio. El comercio es la profesión de personas
iguales. En los Estados despóticos, los más miserables son aquellos donde el
príncipe es comerciante.
- Las leyes deben emplear los medios más eficaces para que los nobles sean
justos con el pueblo. Cualquier tipo de protección contra la ejecución de las
leyes pierde a la aristocracia y se acerca la tiranía.
- Las leyes deben mortificar el orgullo del dominio.
- Hay dos cosas perniciosas en la aristocracia:
a. la extrema pobreza de los nobles
b. las riquezas exorbitantes de los nobles.
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- Para prevenir la pobreza: hay que obligarlos a pagar muy pronto sus deudas.
Para moderar sus riquezas: se necesitan disposiciones sabias e insensibles (no
confiscaciones, leyes agrarias, abolición de deudas, porque causan mucho
mal).
- Las leyes deben eliminar el derecho de mayorazgo entre los nobles para que
las fortunas vuelvan siempre a la igualdad.
- Los medios inventados para perpetuar la grandeza de las familias en los
Estados monárquicos no podrán ser usados en la aristocracia.
- Las leyes deben igualar a las familias y mantener la unión entre ellas.
- Es necesario que las leyes no favorezcan distinciones que la vanidad pone
entre las familias (por ser más nobles o antiguas) estas son pequeñeces de los
particulares.
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no se puede esperar de la corte en cuanto a las leyes del Estado, ni de la
precipitación de sus consejos.
Capítulo XIV: de cómo las leyes se relacionan con el principio del gobierno despótico.
- El gobierno despótico tiene por principio el temor, pero, para los pueblos
temerosos, ignorantes, abatidos, no se necesitan muchas leyes.
- Todo debe girar alrededor de dos o tres ideas, no se necesitan otras nuevas.
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- El príncipe está acostumbrado en su palacio a no encontrar ninguna
resistencia, se indigna de la que se le hace con las armas en la mano, en
consecuencia, ordinariamente se ve conducido por la cólera o la venganza.
Por lo demás, no tiene una idea de la verdadera gloria. Las guerras deben
hacerse con toda su furia natural.
- Semejante príncipe tiene tantos defectos que habría que temer que se
expusiera a la luz su estupidez natural. Está escondido, y se ignora el estado
en que se encuentra.
- Como el príncipe es la ley, el Estado y el príncipe, en cuanto no es ya el
príncipe, no es nada; si no se lo considerara muerto, el Estado se destruiría.
- La conservación del Estado no es más que la conservación del príncipe, o más
bien, la del palacio donde está encerrado. Todo lo que no amenace
directamente el palacio o la ciudad capital, no impresiona a espíritus
ignorantes, soberbios y prejuiciosos.
- Las políticas, sus resortes y leyes, deben ser muy limitados; y el gobierno
político es en estos Estados tan simple como el gobierno civil.
- Este Estado estará en la mejor situación cuando pueda considerarse solo en el
mundo, rodeado de desiertos y separado de los pueblos bárbaros. No puede
contar con milicia, por eso será bueno que destruya una parte de sí mismo.
- Así como el principio de este gobierno es el temor, su objetivo es la
tranquilidad. Pero no es la paz, sino el silencio de las ciudades (que el
enemigo está listo para ocupar).
- Ahora bien, como el Estado no tiene fuerza sino que la tiene el ejército, para
defender ese Estado será necesario conservar ese ejército, pero éste resulta
temible para el príncipe. ¿Cómo conciliar la seguridad del Estado con la
seguridad de la persona?
- En estos Estados, la religión tiene más influencia que en ningún otro; es un
temor agregado al temor. Los pueblos sacan en parte de la religión el
asombroso respeto que tienen a su príncipe.
- Los súbditos, que no están interesados en la gloria y la grandeza del Estado
por honor, lo están por la fuerza y por el principio de la religión.
- De todos los gobiernos despóticos, el que más se agobia es aquél en el que el
príncipe se declara propietario de todas las tierras y heredero de todos sus
súbditos.
- En estos Estados no se repara ni mejora nada. Todo es transitorio y todo
queda desierto.
- Para que no esté todo perdido, es bueno que la avidez del príncipe sea
moderada por alguna costumbre. Ahora bien, en la realidad sucede que la
mayor parte de los bienes se poseen de manera precaria.
- En los Estados donde no hay leyes fundamentales, la sucesión en el trono no
podría ser fija. La corona es electiva, por el príncipe, en su familia o fuera de
ella.
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- El sucesor es declarado por el mismo príncipe, o por sus ministros, o por una
guerra civil. Así, este Estado tiene una causa de disolución más que la
monarquía.
- Cuando la sucesión está establecida por una ley fundamental, un solo
príncipe es el sucesor, y sus hermanos no tienen ningún derecho real o
aparente para disputarle la corona.
- En los Estados despóticos, donde los hermanos del príncipe son al mismo
tiempo sus esclavos y rivales, la prudencia quiere que se esté seguro de sus
personas, sobre todo en los países mahometanos, donde la religión considera
la victoria o el éxito como un juicio de Dios, de suerte que nadie es allí
soberano de derecho, sino solo de hecho.
- Los príncipes de los Estados despóticos siempre han abusado del
matrimonio, porque toman varias mujeres. Tienen tantos hijos que no pueden
tener afecto por ellos.
- La familia reinante se parece al Estado: es demasiado débil, y su jefe
demasiado fuerte; parece extensa, y se reduce a la nada.
- Después de todo lo que acabamos de decir, parecería que la naturaleza
humana debiera sublevarse sin cesar contra el gobierno despótico. Pero, pese
al amor de los hombres por la libertad, pese a su odio contra la violencia, la
mayor parte de los pueblos están sometidos a él.
- Para formar un gobierno moderado, se necesita combinar los poderes,
regularlos, temperarlos, hacerlos actuar. Un gobierno despótico es uniforme
en todas partes; para establecerlo solo se necesitan pasiones, todo el mundo
es bueno para ello.
Capítulo XV: continuación del mismo tema
- En los climas cálidos, donde generalmente reina el despotismo, las pasiones
se hacen sentir, pero por otra parte están más amortiguadas.
- Los peligros de la disipación de bienes son menores, hay menos facilidad para
distinguirse, menos comercio entre jóvenes encerrados en la casa, se casan
antes. Por lo tanto, se puede ser mayor antes que en nuestros climas de
Europa.
- No cabe la cesión de bienes, ésta se da en gobiernos moderados y en
repúblicas porque se tiene más confianza en la probidad de los ciudadanos.
- La pobreza y la incertidumbre de las fortunas, en los Estados despóticos,
naturalizan la usura, ya que cada uno aumenta el precio de su dinero en
proporción al peligro que entraña prestarlo. En estos países desdichados llega
muchísimo la miseria, quedan desposeídos de todo.
- No hay leyes de comercio, se reducen al simple control de administración.
- Los Estados despóticos son peculados (hurtan parte de las rentas).
- Como éste es el crimen común, las confiscaciones son útiles. Con ellas se
consuela al pueblo, el dinero que se obtiene es un tributo considerable que el
príncipe difícilmente podría imponer a súbditos arruinados. En estos países
no existen las familias que se quieran conservar.
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- En los Estados moderados las confiscaciones harían incierta la propiedad de
los bienes, destruiría una familia. En las repúblicas, serían causa del mal de
eliminar la igualdad que constituye su alma, privando a un ciudadano de lo
que necesita para vivir.
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Capítulo XIX: Nuevas consecuencias de los principios de los tres gobiernos
- ¿Las leyes deben obligar a un ciudadano a aceptar los cargos públicos? Sí en
el republicano, no en el monárquico.
- En el republicano: las magistraturas son testimonio de virtud, de los
depósitos que la patria confía a un ciudadano, éste no debe vivir, actuar ni
pensar más que para ella. Por ende, no puede rechazarlos.
- En el monárquico: las magistraturas son testimonio de honor. Ahora bien,
esas son las rarezas del honor, que se complace en no aceptar ninguna más
que cuando quiere y de la manera en que quiere.
- ¿es una buena máxima que un ciudadano pueda ser obligado a aceptar en el
ejército un lugar inferior al que ha ocupado?
- En las repúblicas sí: la virtud demanda que se haga al Estado un sacrificio
continuo de sí mismo y de sus repugnancias.
- En las monarquías no: el honor verdadero o falso no puede tolerar
degradarse.
- En un gob. Despótico: donde se abusa igualmente del honor, puestos y
categorías, se transforma indiferentemente a un príncipe en mendigo y al
revés.
- ¿se acumulan sobre una sola cabeza los cargos civiles y militares?
- República: es necesario unirlos, es peligroso separar la profesión de las armas
y las funciones civiles. Las armas se toman en calidad de defensor de las leyes
y la patria. Uno se hace soldado por un tiempo por ser ciudadano, si
estuvieran dos estados separados se haría sentir al soldado que no es más que
eso (cuando en realidad es un ciudadano).
- Monarquía: es necesario separarlos. La gente de guerra solo tiene por objeto
la gloria, el honor o la fortuna. Hay que tener cuidado de darle cargos civiles
a hombres así. Es necesario que una misma persona no tenga al mismo tiempo
la confianza del pueblo y la fuerza para abusar de ella.
- ¿conviene que los cargos sean venales (vendibles)?
- En los estados despóticos no: ahí es necesario que los sujetos sean colocados
y desplazados en un momento por el príncipe.
- Si conviene en estados monárquicos: porque hace hacer lo que no se quería
emprender por virtud, y destina a cada uno a su deber, hace más permanentes
las órdenes del Estado.
- ¿En qué gobierno se necesitan censores?
- En una república sí, donde el principio de gobierno es la virtud. Los censores
corrigen: crímenes, negligencias, faltas, tibieza en el amor a la patria, etc. No
se trata de condenas a un crimen, sino de un juicio de las costumbres en una
república fundada sobre las costumbres.
- En una monarquía no se necesitan. Éstas están fundadas sobre el honor. El
honor consiste en tener por censor a todo el universo. Ahí los censores se
verían arruinados por los que deberían corregir. Los censores no serían
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buenos contra la corrupción de una monarquía, pero la corrupción de una
monarquía sería demasiado fuerte contra ellos.
- Gobiernos despóticos: no hacen falta.
LIBRO VI: Consecuencias de los principios de los diversos gobiernos en relación con la
simplicidad de las leyes civiles y criminales, la forma de los juicios y el establecimiento de las
penas.
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Capítulo III: en qué gobiernos y en qué casos se debe juzgar según un texto preciso de la ley
- Cuanto más se aproxima el gobierno a la república, más fija deviene la
manera de juzgar.
- En los estados despóticos no hay leyes, el juez es él mismo, la regla.
- En los estados monárquicos, donde es explícita el juez la sigue y, donde no lo
es, busca su espíritu.
- En el gob. Republicano, forma parte de la naturaleza de la constitución que
los jueces sigan la letra de la ley. No hay ciudadano contra quien pueda
interpretarse una ley cuando se trata de sus bienes, su honor o su vida.
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los espíritus, no habría más confianza, ni honor, ni amor, ni seguridad, ni
monarquía.
- En los estados monárquicos: el príncipe es la parte que persigue a los
acusados, y los hace castigar o absolver; si juzgara él mismo, sería juez y parte.
También, en estos estados, el príncipe decide a menudo las confiscaciones: si
juzgara los crímenes, también sería juez y parte.
- Los juicios emitidos por el príncipe serían una fuente de injusticias y abusos;
los cortesanos, importunándolo, le arrancarían las sentencias. Algunos
emperadores romanos juzgaron y asombraron por sus injusticias.
- Las leyes son los ojos del príncipe; por ellas ve lo que no podría ver sin ellas.
¿Quiere cumplir la función de los tribunales? Entonces no estaría trabajando
para él, sino para sus enemigos y en contra de él mismo.
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Capítulo IX: de la severidad de las penas en los diversos gobiernos
- la severidad de las penas conviene más al gobierno despótico, cuyo principio
es el terror, que a la monarquía y la república, que tienen por resorte el honor
y la virtud respectivamente.
- En los estados moderados, el amor a la patria, la vergüenza y el temor a la
crítica, son motivos de represión que pueden impedir muchos crímenes. La
mayor pena para una mala acción será ser acusado de ella. En estos Estados,
las leyes civiles corregirán con más facilidad, y no necesitarán tanta fuerza.
- En estos Estados, un buen legislador se consagrará menos a castigar los
crímenes que a prevenirlos; se aplicará más a implantar buenas costumbres
que a infligir suplicios.
- En china, cuanto más aumentaban los suplicios (castigos), más cerca estaba la
revolución. Se aumentan los suplicios según van faltando costumbres.
- En todo o casi todos los Estados de Europa, las penas han disminuido o
aumentado según se estuviera más cerca o más lejos de la libertad.
- En los países despóticos, se teme a la muerte tanto como se está descontento
con la vida; los suplicios, deben ser más rigurosos.
- En los estados moderados: se teme más perder la vida de lo que se teme a la
muerte en sí; los suplicios que simplemente quitan la vida son entonces
suficientes. En los gob. Moderados, para un buen legislador, todo puede
constituir una pena.
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el temor por la nueva pena, pronto es fuerza establecerla para todos los casos.
Ej. El robo en los caminos, se detuvo un tiempo con el suplicio de la rueda.
Después, se volvió a robar como antes.
- Fue frecuente la deserción: se estableció pena de muerte para los desertores.
El problema es que los soldados desprecian el peligro. Ahora bien, pero está
acostumbrado a temer a la vergüenza, se necesita entonces una pena (se
rasgaba la nariz o cortaba orejas) que dejara una señal de por vida. Se
pretendía aumentar la pena, y en realidad se la disminuía.
- No es necesario llevar a los hombres por vías extremas; hay que ser
cuidadosos con los medios que la naturaleza otorga para conducirlos.
Examínese la causa de los delitos, se verá que proviene de la impunidad de
los crímenes, no de la moderación de las penas.
- Sigamos a la naturaleza, que dio a los hombres la vergüenza como un castigo;
y que la mayor parte de la pena se la infamia de sufrirla.
- Si en un país la vergüenza no es un suplicio. Esto se debe a que se han
infligido las mismas penas a los malvados y a los hombres de bien.
- A menudo un legislador que quiere corregir un mal no piensa más que en esa
corrección; sus ojos están abiertos sobre ese objeto, y no sobre los
inconvenientes. Cuando el mal está corregido, ya no se ve más que la dureza
del legislador, pero queda un vicio en el Estado: los espíritus se han
corrompido, se han acostumbrado al despotismo.
- Hay dos tipos de corrupción: una, cuando el pueblo no observa las leyes; otra,
cuando es corrompido por las leyes, mal incurable, porque está en el remedio
mismo.
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- Y si hubiera temido que los espíritus, acostumbrados a verse detenidos por
una pena cruel, no podrían serlo por una más leve, habría actuado de modo
insensible.
- En los casos particulares en que se hubiere podido mostrar cierta indulgencia,
habría moderado la pena, hasta que hubiera logrado modificarla en todos los
casos.
- El despotismo no conoce estos resortes, no va por estos caminos. Japón se ha
vuelto aún más cruel.
- Las almas espantadas, cada vez más atroces, solo han podido ser conducidas
por una atrocidad mayor. Han querido establecer una buena organización, y
su debilidad se ha mostrado aún más.
- La atrocidad de las leyes, pues, impide su ejecución. Cuando la pena no tiene
medida, con frecuencia se está obligado a preferir la impunidad.
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se infligen a personas de rango inferior (más severas) y las que solo afectan a
las personas de baja condición (las más rigurosas).
- Constantino cambió el despotismo militar por un despotismo militar y civil y
se aproximó a la monarquía.
- Se pueden seguir las diversas revoluciones de este Estado; y ver cómo se pasó
del rigor a la indolencia y de ésta a la impunidad.
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- Un buen legislador adopta un punto medio: no siempre ordena penas
pecuniarias, no siempre inflige penas corporales.
Capítulo XX: del castigo de los padres por los crímenes de los hijos
- En China y Perú, se castiga a los padres por las faltas de sus hijos, esta idea es
extraída de las despóticas.
- Entre nosotros, los padres cuyos hijos son condenados al suplicio, y los hijos
cuyos padres han sufrido la misma suerte, son castigados por la vergüenza
tanto como lo serían en China por la pérdida de la vida.
LIBRO VII: Consecuencias de los diferentes principios de los tres gobiernos en relación con
las leyes suntuarias, el lujo y la condición de las mujeres.
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Capítulo I: del lujo
- El lujo siempre se encuentra en proporción con la desigualdad de las fortunas.
Si en un Estado las riquezas están igualmente compartidas, no habrá lujo;
puesto que este se funda en las comodidades que se obtienen por el trabajo
de los demás.
- Para que las riquezas sigan siendo igualmente compartidas, es necesario que
la ley no dé a cada uno más que lo físicamente necesario. Si se tiene más,
algunos gastarán, otros adquirirán, y se establecerá la desigualdad.
- Considerando el lujo de los diversos pueblos unos en relación con otros, se
hallará que en cada Estado este se encuentre en razón compuesta de la
desigualdad de fortunas entre los ciudadanos y la desigualdad de riquezas
de los diversos Estados.
- El lujo se encuentra también en proporción con la grandeza de las ciudades,
y sobre todo de la capital, con la desigualdad de las fortunas de los
particulares y con el número de hombres que se reúne en algunos lugares.
- Cuando más hombres haya juntos, más vanos serán, y sentirán nacer en ellos
el deseo de señalarse por pequeñas cosas.
- El lujo otorga la esperanza de triunfar, porque cada uno adopta las marcas de
la condición que se encuentra por encima de la suya. Pero, a fuerza de
distinguirse, todo termina resultando igual, y ya nadie se distingue: como
todo el mundo quiere hacerse ver, nadie nota a nadie. Esto resulta una
incomodidad general.
- Reunir gente en una capital, hace que tengan más deseos, necesidades y
caprichos.
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- La aristocracia mal constituida tiene la desgracia de que los nobles poseen las
riquezas, y sin embargo no deben gastar; el lujo, contrario al espíritu de
moderación, debe ser desterrado.
- Por ende, hay personas muy pobres que no pueden recibir y personas muy
ricas que no pueden gastar.
- En Venecia, solo las cortesanas consiguen hacerles desembolsar dinero. Las
mujeres más despreciables gastan sin peligro, mientras que sus tributarios
llevan la vida más oscura del mundo.
- En este sentido, las buenas repúblicas griegas tenían instituciones admirables.
Los ricos empleaban su dinero en fiestas, coros de música, carruajes, caballos
para carreras, en magistraturas onerosas. Las riquezas resultaban una carga
tan pesada como la pobreza.
Capítulo V: de los casos en que las leyes suntuarias pueden ser útiles en una monarquía
- Un Estado puede dictar leyes suntuarias con el objeto de obtener una
frugalidad absoluta, es el espíritu de las leyes suntuarias de las repúblicas; y
la naturaleza de la cosa muestra que fue la finalidad de las de Aragón.
- Frugalidad relativa: un Estado puede sentir que las mercancías extranjeras
de un precio demasiado alto exigirían tal exportación de las suyas propias
que terminaría privándose de sus propias necesidades por no satisfacerlas
con sus propias mercancías sino con las extranjeras. Entonces, puede prohibir
absolutamente que entre en el país dicha mercancía, y ese es el espíritu de las
leyes dictadas en nuestros días en Suecia. Son las únicas leyes suntuarias que
convienen en las monarquías.
- Cuando más pobre es un Estado, más arruinado se ve por su lujo relativo; y
más, por ende, necesita de leyes suntuarias relativas.
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- Cuando más rico es un Estado, más su lujo lo enriquece, y hay que cuidarse
de dictar leyes suntuarias relativas.
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- En las ciudades griegas: la virtud, la sencillez, la castidad de las mujeres eran
tales, que nunca se vio un pueblo que haya tenido una mejor organización a
este respecto.
Capítulo XIII: De las penas establecidas por los emperadores contra el libertinaje de las
mujeres
- En la monarquía, con respecto a las mujeres, cambió todo el sistema político.
No se quería establecer la pureza de las costumbres, sino castigar sus
crímenes.
- Los emperadores dictaron leyes para detener la impudicia en algún punto;
pero su intención no fue la de corregir las costumbres en general.
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- Ni examinaban si las mujeres necesitaban ser castigadas, sino si se había
violado la ley para castigarlas.
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LIBRO VIII: De la corrupción de los principios en los tres gobiernos
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Capítulo IV: causa particular de la corrupción del pueblo
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arbitrariamente a otros, y cuando le importan más sus caprichos que sus
voluntades.
- Tb se produce cuando el príncipe remitiendo todo a él mismo, llama Estado
a su capital, capital a su corte, y corte a su sola persona.
- Tb cuando un príncipe desconoce su autoridad, su situación, el amor de sus
pueblos y cuando no siente que un monarca debe sentirse seguro (así como
un déspota debe creerse en peligro.
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- Hay pocas leyes que no sean buenas cuando el Estado no ha perdido sus
principios; y como decía Epicuro hablando de las riquezas, no es el licor el
que está corrompido, se la copa.
Capítulo XIV: De cómo el más pequeño cambio en la Constitución implica la ruina de los
principios
- En Cartago había, según Aristóteles, una república bien regulada. Pero más
tarde, los magistrados y principales ciudadanos desviaban en su propio
provecho los ingresos públicos y abusaban de su poder. La virtud de los
magistrados cayó pues junto con la autoridad del senado; todo surgía del
mismo principio.
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- En una pequeña, el bien público se percibe mejor, es mejor conocido y está
más cerca de cada ciudadano; los abusos se encuentran menos extendidos, y
en consecuencia menos protegidos.
- Lacedemonia: fue el espíritu de las repúblicas griegas el de contentarse con
sus tierras, como con sus leyes.
- Todo se perdió cuando se elevó una monarquía, gobierno cuyo espíritu está
más bien vuelto hacia el agrandamiento.
Capítulo XVII: De las propiedades distintivas de la monarquía
- Debe tener un tamaño mediano.
- Si es muy pequeño es una república.
- Si es muy extenso, los principales del Estado, grandes por sí mismos, al no
estar ante los ojos del príncipe podrían dejar de obedecer.
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- Después de preguntas y respuestas muy sensatas, lo maravilloso se
desvanece.
- Hay circunstancias particulares y tal vez únicas, que pueden hacer que el
gobierno de China no sea tan corrupto como debería serlo.
- China es un Estado despótico, cuyo principio es el temor. Tal vez en las
primeas dinastías el imperio no era tan extenso y por ello el gobierno
declinaba un poco este espíritu, pero hoy ya no es así.
SEGUNDA PARTE
LIBRO IX: De las leyes en su relación con la fuerza defensiva
Capítulo II: De cómo la constitución federativa debe estar compuesta de Estados de la misma
naturaleza, sobre todo Estados republicanos.
- El espíritu de la monarquía es la guerra y la extensión; el de la republica, la
paz y la moderación. Estas dos especies de gobierno no pueden subsistir en
una república federativa más que de manera forzada.
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- La república federativa de Alemania, compuesta de príncipes y ciudades
libres, subsiste, porque tiene un jefe que en cierto modo es el magistrado de
la unión, y de cierto modo, el monarca.
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- De esta manera los ejércitos se comunican bien, se transportan donde deseen,
se unen y pasan rápidamente de una frontera a otra. Ej. Francia y España.
- Cuando es un Estado muy vasto, se necesitan varios meses para que las tropas
dispersas puedan reunirse.
- El verdadero poder de un príncipe consiste en la inmutabilidad de su
condición, esto es, en la dificultad que haya para atacarlo como en la facilidad
que tenga para conquistar.
- Así como los monarcas deben tener sabiduría para aumentar su poderío, no
deben tener menos prudencia para ponerle límites. Al hacer desaparecer los
inconvenientes de la pequeñez, deben siempre estar alertas ante los
inconvenientes de la extensión.
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- La vida de los Estados es como la de los hombres. Estos tienen derecho a
matar en caso de defensa natural; aquellas tienen el derecho a hacer la guerra
para su propia conservación.
- El derecho a la defensa natural no entraña consigo la necesidad del ataque.
En lugar de atacar, no tienen más que recurrir a los tribunales. Solo pueden
ejercer este derecho a defensa cuando se encuentran perdidos si esperan el
auxilio de las leyes.
- Entre las sociedades, el derecho a la defensa natural implica a veces la
necesidad de atacar; cuando un pueblo ve que el mantenimiento de la paz
pondría a otro en condiciones de destruirlo, y en ese momento el ataque es el
único medio de impedir esa destrucción.
- De esto se sigue que las pequeñas sociedades tienen derecho a hacer la guerra
con más frecuencia que las grandes; porque con más frecuencia se ven en la
situación de temer su destrucción.
- El derecho de guerra deriva de la necesidad de justicia.
- Que no se hable de la gloria del príncipe; su gloria sería su orgullo, y este es
una pasión, no un derecho legítimo. No solo su poder le da fuerza al Estado,
también su justicia.
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los hombres, no los hombres; el ciudadano puede perecer, y el hombre
permanecer.
- Del derecho a matar en la conquista, los políticos han deducido el de reducir
a servidumbre. No hay derecho a reducir a servidumbre más que cuanto esta
es necesaria para la conservación de la conquista. El objeto de la conquista es
la conservación: la servidumbre no lo es jamás, pero puede suceder que sea
un medio necesario para lograr la conservación.
- En este caso, la servidumbre no puede ser eterna. Es necesario que este pueblo
esclavo se pueda convertir en súbdito. La servidumbre debe cesar luego de
que después de cierto tiempo, todas las partes del Estado conquistador y las
de las del Estado conquistado se han relacionado por las costumbres, leyes,
matrimonios, asociaciones y cierta conformidad espiritual.
- Esto ocurrió con nuestro padres del Imperio romano.
47
- Es necesario que el pueblo conquistado pueda gozar de los privilegios de la
soberanía, como los romanos lo establecieron en un principio. La conquista
se debe limitar al número de ciudadanos que se fije para la democracia.
48
Capítulo XI: De las costumbres del pueblo vencido
- En la conquista es mejor dejar las costumbres que las leyes. Esto, porque un
pueblo las conoce, ama y defiende mejor.
49
3. la nación conquistadora se puede expandir por todas partes, sin debilitarse
ni perderse. Se hace capaz de resistir las guerras civiles y extranjeras.
LIBRO XI: De las leyes relativas a la Constitución que determinan la libertad política
50
las causas de los males por los que uno se aqueja, incluso en ellas las leyes
parecen hablar más que los ejecutores de dichas leyes.
- Como en las democracias el pueblo parece hacer más o menos lo que quiere,
se ha puesto la libertad en esta clase de gobiernos, y se ha confundido el poder
del pueblo con la libertad del mismo.
51
- En cada Estado hay tres clases de poderes: legislativo, ejecutivo de las cosas
que dependen del derecho de gentes y el poder ejecutivo de las que dependen
del derecho civil.
- En el legislativo: el príncipe o magistrado dictan leyes por un tiempo o para
siempre, y corrige o abroga las existentes.
- Poder ejecutivo de las cosas que dependen del derecho de gentes: el príncipe
o magistrado pacta la paz o declara la guerra, envía y recibe embajadas,
establece la seguridad, previene las invasiones. Este se llama poder ejecutivo
del Estado.
- Poder ejecutivo de las cosas que dependen del derecho civil: el príncipe o
magistrado castiga los crímenes o juzga en los diferendos de los particulares.
Este se llama poder de juzgar. (¿judicial?)
- Libertad política: (definición) consiste en la tranquilidad de espíritu que
proviene de la opinión que cada uno tiene de su propia seguridad. Para que
tenga esta libertad, es necesario que el gobierno sea tal que un ciudadano no
pueda temer a otro ciudadano.
- Cuando el poder legislativo y el poder ejecutivo se reúnen en una misma
persona o cuerpo de magistratura no hay libertad. Esto, porque se puede
temer que el mismo monarca o senado dicten leyes tiránicas para ejecutarlas
tiránicamente.
- Tampoco hay libertad si el poder de juzgar no está separado del poder de
ejecutar y legislar. Si estuviera unido al poder legislativo, el poder sobre la
vida y la libertad de los ciudadanos será arbitrario, porque el juez sería el
legislador. Si estuviera unido al poder ejecutivo, el juez podría tener fuerza
de opresor.
- Todo estaría perdido si el mismo hombre, o mismo cuerpo de principales, o
de nobles, o del pueblo ejerciera los tres poderes: de dictar leyes, ejecutar
resoluciones públicas y el de juzgar los crímenes o diferendos de los
particulares.
- En la mayor parte de los reinos de Europa, el gobierno es moderado: porque
el príncipe que tiene los dos primeros poderes deja el tercero a los súbditos.
Los turcos, en cambio, donde los tres poderes están reunidos en la persona
del sultán, hay un terrible despotismo.
- En las repúblicas italianas, donde están reunidos los tres gobiernos hay
menos libertad que en nuestras monarquías. De modo que para mantenerse
en el gobierno necesita de medios más violentos como el gobierno de los
turcos.
- En esta situación, todo el poder es uno; y aunque no haya pompa exterior que
descubra a un príncipe despótico, se lo siente en cada momento. Los príncipes
que se han hecho despóticos comenzaron por reunir en su persona todas las
magistraturas.
- La pura aristocracia hereditaria de las repúblicas italianas no responde
precisamente al despotismo de Asia. La multitud de magistrados suaviza a
52
veces la magistratura; no siempre la totalidad de los nobles están de acuerdo
sobre un mismo proyecto; se forman diversos tribunales que se atemperan
unos a otros. El mal reside en que estos tribunales diferentes están formados
por magistrados del mismo cuerpo; lo que no hace más que una sola potencia.
- Poder de juzgar: no sebe ser dado a un senado permanente, sino ser ejercido
por personas extraídas del pueblo en ciertos tiempos del año, de la manera
prescrita por la ley, para formar un tribunal que no dure más de lo que la
necesidad exige.
- Como el poder de juzgar no está sujeto ni a cierto estado, ni a cierta profesión,
se hace invisible y nulo. Los jueces no están continuamente ante los ojos, por
ende, se teme a la magistratura y no a los magistrados.
- En grandes acusaciones es necesario que el criminal pueda elegir junto con la
ley sus jueces o, por lo menos, un gran número de ellos.
- Los otros dos poderes se pueden entregar a magistrados o cuerpos
permanentes, porque no se ejercen sobre ningún particular, puesto que uno
no es sino la voluntad general del Estado, y el otro la ejecución de la voluntad
general.
- Como los tribunales no pueden ser fijos, los juicios deben serlo a tal punto
que solo representen un texto preciso de la ley.
- Los jueces deben ser de la misma condición del acusado, o sus pares. Esto,
para que no piense que ha caído en manos de personas inclinadas a hacerle
mal.
- Como en un Estado libre se considera que todo hombre tiene un alma libre y
debe gobernarse por sí mismo, sería necesario que el pueblo en su conjunto
tuviera el poder legislativo. Es necesario que el pueblo realice por medio de
sus representantes todo lo que no puede hacer por sí mismo.
- Los miembros del cuerpo legislativo no deben ser extraídos del cuerpo de la
nación en general, sino que conviene que, en cada lugar principal, los
habitantes elijan un representante.
- La gran ventaja de los representantes es que son capaces de discutir asuntos
públicos. El pueblo no es adecuado, esto es un gran inconveniente de la
democracia.
- Todos los ciudadanos, en los diversos distritos, deben tener derecho a dar su
voto para elegir al representante; excepto aquellos que se encuentran en tal
estado de degradación que se pueda considerar que carecen de voluntad
propia.
- En la mayor parte de las antiguas repúblicas había un vicio: el pueblo tenía
derecho de tomar resoluciones activas y que demandaban cierta capacidad
de ejecución, cosa de la que es incapaz.
- El pueblo solo debe entrar en el gobierno para elegir a sus representantes,
esto sí está a su alcance.
- El cuerpo representante no debe ser elegido para tomar una resolución activa,
sino para dictar leyes o ver si se han ejecutado bien las que dictó.
53
- En un Estado hay personas distinguidas por los honores, riquezas o
nacimiento. La parte que tengan en la legislación debe pues ser proporcional
a las demás ventajas de que disfruten en el Estado, cosa que sucederá si
forman un cuerpo tal que pueda detener las empresas del pueblo tal como el
pueblo tendrá el derecho de detener las suyas.
- De esta manera, el poder legislativo será confiado al cuerpo de los nobles y al
que sea elegido para representar al pueblo; y cada uno tendrá sus asambleas
y sus deliberaciones aparte, puesto que tienen visiones e intereses separados.
- El poder de ejecutar es en cierto modo nulo. Solo quedan dos, pero como
necesitan un poder regulador para atemperarlos, la parte del cuerpo
legislativo compuesta de nobles es muy adecuada para producir este efecto.
- Cuerpo de nobles: de ser hereditario. Esto, por su naturaleza y es necesario
que tengan interés en conservar sus prerrogativas, odiosas en sí mismas, y
que en un Estado libre deben estar siempre en peligro.
- Como un poder hereditario podría verse inducido a seguir sus intereses
particulares y olvidar los del pueblo. Es necesario que en las cosas en las que
se tiene un interés soberano en su corrupción, solo tenga parte en la
legislación por su facultad de impedir y no por la de estatuir.
- Facultad de estatuir: derecho de ordenar por sí mismo o de corregir lo que
fue ordenado por otro.
- Facultad de impedir: derecho de anular una resolución tomada por otro.
- Aunque quien tiene la facultad de impedir pueda tener el derecho de aprobar,
esta aprobación sería una declaración de que no hace uso de su facultad de
impedir, y por ende deriva de ella.
- El poder ejecutivo debe estar en manos de un monarca: esta parte del
gobierno que casi siempre necesita de una acción puntual, está mejor
administrada por uno que por varios.
- Lo que depende del poder legislativo es mejor que esté ordenado por varios.
- Si el poder ejecutivo fuera confiado a varias personas extraídas del cuerpo
legislativo, no habría libertad. Esto porque ocurriría una de las dos cosas:
a. Estado caería en una anarquía: porque no habría resoluciones legislativas.
b. Estado caería en un absoluto: porque esas resoluciones las adoptaría el
ejecutivo.
- No es bueno que el poder legislativo esté siempre reunido: porque sería
incómodo para los representantes, ocuparía demasiado al poder ejecutivo
que pensaría en defender sus prerrogativas y derecho a ejecutar, antes de
ejecutar.
- También Mont. sugiere ir cambiando el poder legislativo para que no se
desconfíe del él, una vez considerado corrupto.
- El poder ejecutivo debe regular el tiempo en que se realizan las asambleas y
la duración que tienen.
- Si el poder ejecutivo no tiene derecho a detener las empresas del cuerpo
legislativo, éste será despótico.
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- Es necesario que el poder legislativo no tenga la facultad de limitar al
ejecutivo. Esto, porque la ejecución tiene límites por naturaleza. El poder
ejecutivo se ejerce siempre sobre cosas momentáneas.
- El poder legislativo no puede juzgar a la persona y la conducta de quien
ejecuta. Su persona debe ser sagrada, porque es necesaria para que el cuerpo
legislativo no se vuelva tiránico. Si es juzgado o acusado, ya no habría
libertad. En este caso estaríamos frente a una república no libre, no ante una
monarquía.
- Si los nobles han de ser juzgados, es necesario que no sean llamados ante los
tribunales ordinarios de la nación, sino ante la parte del cuerpo legislativo
compuesta por nobles.
- Los jueces de la nación: son la boca que pronuncia las palabras de la ley, seres
inanimados que no pueden moderar su fuerza ni vigor.
- El poder legislativo: modera la ley en favor de ella misma. Para conservar la
dignidad del pueblo y la seguridad de los particulares, es necesario que la
parte legislativa del pueblo acuse ante la parte legislativa de los nobles, la
cual no tiene ni los mismos intereses que ella, ni las mismas pasiones.
- El poder ejecutivo puede debe tomar parte en la legislación por su facultad
de impedir, si no, estará despojado de sus prerrogativas. El monarca no puede
tomar parte en la ejecución por medio de la facultad de estatuir, solo por
medio de la de impedir para poder defenderse. El poder legislativo, en
cambio, no puede tomar parte en la ejecución.
- El cuerpo legislativo está compuesto por dos partes, una limita a la otra por
su mutua facultad de impedir. Ambas están sujetas por el poder ejecutivo, el
cual también está sujeto por el legislativo.
- El poder ejecutivo no puede intervenir en el debate de los asuntos públicos.
No es necesario que proponga, pero puede desaprobar las resoluciones.
- El ejército debe depender del ejecutivo por la naturaleza de la cosa, su función
es más acción que deliberación.
Capítulo VIII: Por qué los antiguos no tenían una idea clara de la monarquía
- Los antiguos no conocían el gobierno fundado sobre un cuerpo de nobleza, y
aun menos el fundado sobre un cuerpo legislativo formado por los
representantes de una nación.
- Antes de que los romanos hubieran absorbido todas las repúblicas, casi no
había reyes en ningún lado, todos eran pueblos pequeños o pequeñas
repúblicas.
55
- Existían repúblicas federativas, varias ciudades enviaban diputados a una
asamblea. Pero no había monarquía como aquel modelo.
- Se presenta el modelo de las naciones germánicas.
Capítulo XII: Del gobierno de los reyes de Roma y de cómo fueron distribuidos los tres
poderes
- El gobierno de los reyes de Roma tenía alguna relación con los de los reyes
de los tiempos heroicos griegos.
56
Cinco primeros reyes:
- La corona era electiva: bajo los cinco primeros reyes, el senado tenía la mayor
parte en esa elección.
- Cuando moría el rey, entre el senado y un magistrado elegido por el senado,
elegían al nuevo rey.
- La constitución era monárquica, aristocrática y popular, como había armonía
en el poder, no se vieron disputas los primeros reinados.
- El rey comandaba los ejércitos y dirigía los sacrificios; tenía el poder de juzgar
en asuntos civiles y criminales, convocaba al senado, reunía al pueblo, etc.
- El senado tenía mucha autoridad.
- El pueblo tenía derecho a elegir a los magistrados, aceptar nuevas leyes y
cuando el rey lo permitía, declarar la guerra o concluir la paz. No podía
juzgar.
Servio tulio:
- Él se hizo proclamar por el pueblo. El senado no tomó parte en su elección.
- Llevó al pueblo todos los asuntos, lo alivió de impuestos y cargó todo el peso
de estos sobre los patricios.
- Aumentaba el poder real, debilitaba al senado y aumentaba el poder del
pueblo.
Tarquino:
- No se hizo elegir ni por el senado ni por el pueblo.
- Tomo la corona como derecho hereditario, exterminó a la mayoría de los
senadores.
- Usurpó el poder del pueblo, dictó leyes sin él, e incluso contra él.
- El pueblo recordó que era legislador y Tarquino desapareció.
Capítulo XIII: Reflexiones generales sobre el estado de Roma después de la expulsión de los
reyes.
- Nunca se puede dejar a los romanos.
- Las familias patricias tenían grandes prerrogativas desde siempre. Estas
distinciones eran muy importantes. Esto produjo envidia en los plebeyos, que
quisieron disimularlas. Las protestas afectaban la constitución sin debilitar al
gobierno.
- Una monarquía electiva, como la de Roma, supone necesariamente un cuerpo
aristocrático que la sostenga. De lo contrario, se convierte en tiranía o Estado
popular.
- En un Estado popular no se necesita distinción de las familias. Por esta razón,
en tiempos de los reyes los patricios eran fundamentales. En cambiom, enb
tiempos de los cónsules no.
- Roma, después de la expulsión de los reyes, debía ser una democracia. El
pueblo tenía ya el poder legislativo; fue su sufragio unánime lo que expulsó
57
a los reyes; y si no persistía en esa voluntad, en cualquier momento los
Tarquinos podían volver.
(…)
Capítulo XIV: De cómo la distribución de los tres poderes comenzó a cambiar después
de la expulsión de los reyes.
- Hubo cuatro abusos que el pueblo corrigió porque alteraban la libertad en
Roma:
a. Los patricios eran los únicos que obtenían todos los empleos sagrados,
políticos, civiles y militares estableció que había magistraturas a las que
podían acceder plebeyos.
58
- De esta manera hubo casos en que los patricios no tuvieron parte en el poder
legislativo y fueron sometidos al poder legislativo de otro cuerpo del Estado.
Fue un delirio de la libertad. Para establecer la democracia, el pueblo
contrarió los principios mismos de la democracia.
- El senado tenía el poder de quitar la república de manos del pueblo, por sí
decirlo, por medio de la creación de un dictador, ante el cual el soberano
bajaba la cabeza y las leyes más populares quedaban en silencio.
LIBRO XIX: De la relación entre las leyes y los principios que forman el espíritu general, las
costumbres y maneras de una nación. (P. 376).
59
Capítulo I: Del tema de este libro
- El tema es muy amplio. Atenderé más al orden de las cosas que a las cosas
mismas. Es necesario apartar derecha e izquierda. Que profundice y abra el
camino.
Capítulo II: De cómo es necesario que los espíritus estén preparados para recibir las mejores
leyes
- La libertad misma parecía insoportable a pueblos que no estaban
acostumbrados a gozar de ella. es así como un aire puro a veces resulta
dañoso a quienes han vivido en comarcas pantanosas.
Capítulo V: De cómo se debe estar atento a no cambiar el espíritu general de una nación.
- Si hubiera en el mundo una nación que tuviera un humor sociable, el corazón
abierto, el gusto y la facilidad de comunicar sus pensamientos, que fuera
vivaz, agradable, alegre, a veces imprudente y a menudo indiscreta; y junto
con ello tuviera valor, generosidad, franqueza, cierto pundonor, no habría
que trabar sus maneras por medio de leyes, para no alterar sus virtudes. Si en
general es bueno ¿qué importan algunos defectos?
- Se podría contener a las mujeres, dictar leyes para corregir costumbres y
limitar su lujo, ¿pero quién sabe si no se perdería cierto gusto, que tal vez
fuera el origen de las riquezas de la nación, y una cortesía que atrae a los
extranjeros? (importancia de la cortesía, costumbres como riqueza de una
nación).
- Corresponde al legislador seguir el espíritu de la nación cuando no es
contrario a los principios del gobierno (p. 379).
60
Capítulo VI: No hay que corregirlo todo
- Que nos dejen como somos, decía un gentilhombre de una nación que se
parece mucho a la que acabamos de esbozar. La naturaleza repara todo
(antropología).
- La naturaleza nos da una vivacidad capaz de ofender y propia para hacernos
faltar en todo sentido. Pero esa vivacidad se corrige también por la cortesía
que la misma naturaleza nos entrega, nos inspira el gusto por el mundo y
sobre todo por el trato con las mujeres.
- Que nos dejen como somos. Nuestras cualidades indiscretas unidas a nuestra
escasa malicia, harían que las leyes que entre nosotros molestaran ese humor
sociable no resultasen convenientes.
61
Capítulo X: Del carácter de los españoles y el de los chinos.
- Españoles: la buena fe de los españoles ha sido famosa en todos los tiempos.
Esta admirable cualidad, unida a su pereza, forma una combinación de la cual
resultan efectos que les resultan perniciosos; bajo sus propios ojos, los
pueblos de Europa comercian su monarquía.
- Los chinos: forman otra mezcla que contrasta con los españoles. Su precaria
vida hace que tengan una actividad prodigiosa y un deseo tan excesivo de
ganancias que ninguna nación comerciante pueda confiar en ellos. Esa
reconocida infidelidad les ha conservado el comercio de Japón.
Capítulo XIV: Cuáles son los medios naturales de cambiar las costumbres y maneras de una
nación
- Las leyes eran instituciones particulares y precisas del legislador, y las
costumbres y maneras institucionales de la nación en general. Por ende,
cuando se desean cambiar las costumbres no se debe hacer por medio de leyes
porque parecería muy tiránico, es mejor cambiarlas por otras costumbres.
- Un príncipe debe cambiar leyes por leyes y maneras por maneras.
- En general, los pueblos están muy aferrados a sus costumbres; quitárselas con
violencia es hacerlos desdichados, por ende, no hay que cambiarlos, sino
alentarlos a que cambien ellos mismos.
- Cualquier pena que no derive de la necesidad es tiránica. La ley no es un puro
acto de poder; las cosas que por su naturaleza resultan indiferentes no son de
su competencia.
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Capítulo XVI: De cómo algunos legisladores han confundido los principios que
gobiernan a los hombres
- Las costumbres y maneras son usos que las leyes no han establecido, o que
no han querido o no han podido establecer.
- Entre las leyes y las costumbres existe esta diferencia: las leyes regulan más
las acciones del ciudadano, mientras que las costumbres regulan más bien las
acciones del hombre. Entre las costumbres y las maneras existe esta
diferencia: las primeras conciernen a la conducta interior y las otras, a la
exterior.
- No hay que asombrarse de que los legisladores lacedemonios y chinos
confundieran las leyes, las costumbres y las maneras, es que las costumbres
representan las leyes, y las maneras representan las costumbres.
Leyes costumbres maneras.
- Los legisladores chinos fueron más lejos: confundieron: la religión, las leyes,
las costumbres y las maneras; todo esto constituyó la moral, todo esto fue la
virtud.
- Los preceptos que se referían a estos cuatro puntos se llamaban ritos.
- El gobierno chino triunfó al observar estos ritos. Una persona pasaba toda su
juventud aprendiéndolos y la vida practicándolos.
- Los príncipes que en lugar de gobernar por los ritos gobernaron por la fuerza
de los suplicios quisieron que estos hicieran algo que no está en su poder, que
es establecer las costumbres. Los suplicios separarán de la sociedad un
ciudadano que, habiendo perdido sus costumbres, viola las leyes.
- De modo que cuando se abandonaron los principios del gobierno chino,
cuando la moral se perdió, el Estado cayó en anarquía y revolución.
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gobierno monárquico y todos los gobiernos moderados se alíen mejor con la
religión cristiana.
Capítulo XIX: De cómo se realizó entre los chinos la unión de la religión, las leyes, las
costumbres y las maneras
- Los legisladores chinos tuvieron como principal objeto del gobierno la
tranquilidad del imperio. La subordinación les pareció el medio más
adecuado para mantenerla.
- Siguiendo esta idea inspiraron respeto por los padres (honrarlos con ritos en
la vida y después de la muerte).
- El respeto por los padres estaba ligado con todo lo que los representaba:
ancianos, maestros, magistrados, emperador. Este respeto por los padres
suponía un retorno de amor por los hijos, y en consecuencia, el mismo retorno
de los ancianos hacia los jóvenes, de los magistrados a quienes les estaban
sometidos, del emperador a sus súbditos.
- Todo ello formaba los ritos y estos ritos formaban el espíritu general de la
nación.
Capítulo XXI: De cómo las leyes deben relacionarse con las costumbres y las maneras
- Solo hay ciertas instituciones singulares que confunden de este modo cosas
que están por naturaleza separadas, como las leyes, las costumbres y las
maneras, pero, aunque estén separadas no dejan de tener entre sí profundas
relaciones.
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- Aquí se ven ejemplos de cómo las leyes siguen a las costumbres. Ahora
veamos cómo las costumbres siguen a las leyes.
Capítulo XXVII: De cómo las leyes pueden contribuir a la formación de las costumbres, las
maneras y el carácter de una nación.
- Las costumbres de un pueblo esclavo son una parte de su servidumbre; las
de un pueblo libre, una parte de su libertad.
- Los efectos que han debido seguirse de un pueblo libre. Las costumbres y
maneras de esa nación deben tener gran relación con sus leyes.
- En este Estado habría 2 poderes visibles: legislativo y el ejecutivo (se refiere
al modelo inglés). Todo ciudadano tiene su voluntad propia. La mayoría de
las personas tendrían más afecto por uno de los poderes.
- Como el poder ejecutivo tiene todos los cargos, podría dar grandes
esperanzas y nunca temores, todos los que obtengan de él algo, se inclinarían
hacia su lado. Podría ser atacado por los que no esperan nada.
- Como todas las pasiones estarían libres, el odio, envidia, celos, ambición. De
otro modo, el Estado sería como un hombre abatido por una enfermedad, que
no tiene pasiones porque ya no tiene fuerzas.
- El poder legislativo tiene la confianza del pueblo y es más esclarecido que él,
y, podría lograr que modificase las malas impresiones que se le hubieran
dado y calmar esos movimientos. Esta es la gran ventaja de ese gobierno sobre
las antiguas democracias, donde el pueblo tenía poder inmediato.
- En este Estado cada uno puede decir o escribir lo que piensa, puede decir o
escribir expresamente lo que las leyes no han podido decir o escribir.
- Esa nación amaría prodigiosamente su libertad porque sería verdadera,
puede suceder que para defenderla sacrifique sus intereses, fortuna o
comodidad, cargarse de impuestos muy duros.
- Para conservar su libertad, esa nación pediría préstamos a sus súbditos y
estos, verían que sus créditos se perderían si la nación es conquistada, tienen
un nuevo motivo para realizar esfuerzos por defender su libertad.
- P.403 donde promueve un estado federado: como las leyes no estarían hechas
para uno más que para otro, cada uno se consideraría un monarca, y en esa
nación los hombres serían más bien confederados que conciudadanos.
- “en una nación libre, a menudo resulta indiferente que los particulares
razonen bien o mal; basta con que razonen, pues de allí sale la libertad que
garantiza contra los efectos de esos mismos razonamientos.
- en un gobierno despótico, en cambio, es pernicioso que se piense porque el
príncipe se vería afectado.
CUARTA PARTE
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Capítulo I: del comercio
- El comercio elimina los prejuicios destructores, y es casi una regla general que
allí donde hay costumbres benévolas, existe el comercio, y allí donde hay
comercio, florecen las costumbres benévolas.
- No hay que asombrarse si nuestras costumbres son menos feroces de lo que
lo fueron antaño. El comercio permite que el conocimiento de las costumbres
de todas las naciones penetre en todas partes y se pueden comparar entre
ellas, lo que es un gran bien.
- Las leyes del comercio pueden perfeccionar como destruir las costumbres. El
comercio (queja de Platón) destruye las costumbres puras y suaviza las
costumbres bárbaras.
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- En cuanto al Estado despótico, es inútil hablar de él. Regla general: en una
nación sometida a la servidumbre, se trabaja más en conservar que en
adquirir.
- En una nación libre, se trabaja más para adquirir que para conservar.
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- Menos aún, debe un estado someterse a vender a solo una nación, con el
pretexto de que las tomará todas a cierto precio. Esto es propio de las naciones
pobres que por asegurar la subsistencia, prefiere perder la esperanza de
enriquecerse.
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- Los derechos excesivos destruyen el comercio por sus injusticias y excesos
que imponen. También lo destruyen por las dificultades que provocan y las
formalidades que exigen.
Capítulo XIV: de las leyes comerciales que importan la confiscación de las mercancías.
- Inglaterra: prohíbe apoderarse de las mercancías de los negociantes
extranjeros o confiscarlas, en caso de guerra, a menos que sea por motivo de
represalias.
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- En Francia, los negociantes no son nobles pero pueden transformarse en tales.
- En los estados despóticos: las leyes ordenan que cada uno permanezca en su
profesión y la pase a sus hijos.
- La posibilidad de adquirir la nobleza a cambio de dinero alienta mucho a los
negociantes para que se pongan en condiciones de lograrla.
LIBRO XXI: de la relación entre las leyes y el comercio, considerando las revoluciones que
éste ha sufrido en el mundo.
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- La mayoría de los pueblos de las costas de África son salvajes o bárbaros.
- No tienen industria, poseen en abundancia los metales preciosos que
obtienen inmediatamente de manos de la naturaleza. Todos los pueblos
civilizados están pues en condiciones de negociar con ellos con gran ventaja,
pueden hacerles estimar mucho cosas con valor nulo y recibir un gran precio
por ellas.
Capítulo III: de cómo las necesidades de los pueblos del mediodía son diferentes de las de los
pueblos del norte.
- En Europa existe una especie de equilibrio entre las naciones del mediodía y
las del norte. Las primeras tienen toda clase de comodidades para la vida y
pocas necesidades, las segundas tienen muchas necesidades y pocas
comodidades.
- Se mantiene el equilibrio porque las primeras son perezosas y las segundas,
tienen mucha industria y actividad. Las primeras tienen servidumbre y
pueden prescindir de riquezas y libertad.
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