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MARIHUANA

Problemas Frecuentes

Cultivar cannabis es muy fácil. Basta con plantar una semilla y regarla. Cultivar marihuana potente y de calidad
requiere un poco más de dedicación. En pocas palabras, se trata de conseguir el mejor ambiente posible para que la
semilla desarrolle todo su potencial. Para cosechar el máximo de una planta hay que alimentarla en abundancia pero
sin llegar a empacharla. La misión de la siguiente tabla es ayudar a identificar aquellos factores que puedan estar
entorpeciendo el desarrollo de nuestra maría .

Una planta de marihuana necesita para vivir luz, agua, aire, un substrato donde sujetarse con las raíces y unos ciertos
nutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio y microelementos que son necesarios en cantidades muy
pequeñas).

Para que la planta crezca bien todos los elementos deben guardar un cierto equilibrio ya que tanto el exceso como la
falta de alguno de ellos entorpecerían su desarrollo. Como regla general es aconsejable aplicar todos los abonos muy
diluidos para evitar sobredosis. Es más fácil corregir una carencia que una exceso de abono.

Si cultivamos en macetas, como la cantidad de tierra es muy limitada, es fácil que las sales se vayan acumulando. Si
no lo remediamos, la tierra se volverá tóxica y dañará las raíces. Para evitar que las sales se acumulen debemos lavar
la tierra una vez cada 4-6 semanas. Regaremos cada maceta con dos litros de agua (sin abono) por cada litro de tierra.
El agua se irá drenando por los agujeros del tiesto y arrastrará todas las sales acumuladas en la tierra. Esta práctica es
especialmente útil en las zonas donde el agua del grifo es muy dura como la costa mediterránea.

La receta para el éxito: aplica los abonos muy diluidos y lava la tierra una vez al mes.
No todos los síntomas de una carencia se dan a la vez ni las carencias se presentan aisladas. Frecuentemente faltan
varios elementos al mismo tiempo. Para remediar la mayoría de las carencias nutritivas el procedimiento a seguir tiene
dos fases. En primer lugar se lava la tierra para asegurarnos de que los alimentos no están bloqueados por un exceso
de sales. Cuando la tierra está limpia regamos con un fertilizante completo con microelementos que solucionará la
carencia.

Para que la marihuana pueda absorber correctamente los nutrientes, el Ph del substrato debe estar entre 6’5 y 7 si se
cultiva en tierra y entre 5’8 y 6’8 en cultivos hidropónicos. Esto se consigue ajustando siempre el Ph del agua de riego
dentro de este rango.

Para medir el Ph existen varios métodos. Los más baratos son el papel de tornasol y los reactivos para acuarios. Se
pueden encontrar en tiendas de animales. En las mismas tiendas podemos comprar los productos para subir o bajar el
Ph del agua de riego. Bastante más caros pero mucho más cómodos son los medidores digitales.

Problemas más frecuentes

Demasiado abono

Síntomas: La planta adquiere un color verde oscuro, al principio crece muy bien. Conforme el fertilizante se va
acumulando, las hojas comienzan a quemarse en las puntas que se van curvando hacia abajo. La hierba demasiado
abonada pica al fumarla e incluso chisporrotea por los restos de fertilizante.

Remedio: Lava abundantemente la tierra para arrastrar todo el exceso de fertilizante. Usa al menos dos litros de agua
por litro de tierra aunque, si el exceso de fertilizante es muy notable, puede ser necesario lavar la tierra dos o más
veces. Cuando la tierra este bien limpia abona moderadamente con un fertilizante completo como microelementos

Poco abono

Síntomas: Las plantas adquieren un color verde claro y las hojas más viejas amarillean. El crecimiento se hace más
lento o se detiene. Los síntomas son parecidos a los de una deficiencia de nitrógeno.Si está floreciendo, los cogollos
son pequeños y no crecen.

Remedio: Fertiliza la tierra con un abono completo con microelementos. La maría necesita abonados frecuentes pero
suaves. En macetas, se puede regar con abono cada una o dos semanas. Si utilizamos el fertilizante muy diluido se
puede abonar con mayor frecuencia.

Demasiado riego

Síntomas: La tierra está siempre mojada. Sale moho en la tierra o el tallo de la planta comienza a ponerse blando al
nivel del suelo. El crecimiento se atrofia y las raíces crecen mal porque no tienen suficiente oxígeno.

Remedio: Las plantas necesitan un periodo seco entre dos riegos. Espera hasta que la superficie de la tierra se haya
secado antes de volver a regar. Si la mezcla de tierra que utilizas se mantiene húmeda demasiado tiempo, prepara una
nueva mezcla con más perlita, vermiculita, arlita o arena que drene mejor y se seque antes. Si el tallo de la planta se
ablanda es que los hongos le están atacando. Remueve la tierra y manténla más seca y aireada.

Poco riego

Síntomas: La planta crece poco. Cuando vamos a regarla tiene las hojas flácidas y mustias. La tierra se seca mucho
entre riego y riego. Tiene pocas hojas y son pequeñas.

Remedio: Siempre que reguemos una planta debemos usar agua abundante. Con poco riego, parte de la tierra no se
moja bien y las raíces sufren y mueren. La mejor forma de asegurarse de que toda la tierra de la maceta se moja es
regar hasta que el agua comience a salir por los agujeros del tiesto. Si la tierra está tan seca que no empapa el agua
añadiremos unas gotas de jabón líquido biodegradable para vajillas en el agua de riego. Estos jabones contienen unos
compuestos humectantes que ayudan a que el agua penetre en la tierra.

Poca luz

Síntomas: Las plantas crecen espigadas, estirándose en dirección a la luz. Se hacen larguiruchas, poco frondosas, con
cogollos pequeños. En condiciones de poca luz suelen salir muchos más machos.

Remedio: Moveremos las plantas a un lugar con más horas de sol o, si cultivamos en interior, instalaremos más luces o
más potentes.

Acumulación de sales
Síntomas: Las plantas muestran deficiencias que no se corrigen cuando fertilizamos. Se ven restos secos de sales en
los bordes de la maceta, en el plato donde reposa, en la tierra o en los tallos de las plantas. Las hojas se curvan hacia
abajo como cuando padece un exceso de abono.

Remedio: Es este uno de los problemas más comunes entre los cultivadores noveles. Cuando el riego es escaso y se
fertiliza mucho las sales que se acumulan en la tierra pueden llegar a matar a la planta. La solución pasa por lavar la
tierra con mucha agua, cuanta más mejor. Si las sales se han ido acumulando a lo largo de varios meses, lavaremos la
tierra al menos dos veces con dos o tres litros de agua por litro de tierra. Si el problema persiste volveremos a lavar la
tierra. Una vez que veamos que la planta mejora comenzaremos a abonar de nuevo, con fertilizantes muy diluidos.
Como medida de prevención lavaremos la tierra cada cuatro o seis semanas durante toda la temporada de cultivo.

Carencias de nutrientes

Evitar las carencias de nutrientes no es, en realidad, una tarea ardua. Basta con fertilizar regularmente con un abono
completo que contenga microelementos y asegurarse de que las sales no se acumulan en la tierra. La inmensa
mayoría de los problemas de cultivo tienen que ver con el exceso de fertilizante y la acumulación de sales en la tierra.
Para que el nivel de sales no aumente basta con regar bien (es decir, hasta que el agua escurra por los agujeros de la
maceta) y lavar la tierra cada cuatro semanas.

Si no sabemos si la carencia obedece a un exceso de sales o a una falta de abono el procedimiento más seguro y
exitoso consistirá en lavar primero la tierra y abonar después con un fertilizante completo. Al lavar la tierra la dejamos a
cero, es decir, sin nutrientes. Luego con el abonado restauramos el equilibrio de nutrientes. En un par de días
notaremos que la planta mejora y reanuda su desarrollo.

Carencia de nitrógeno (N)

Síntomas: Amarillean las hojas viejas y se queman las puntas. Se caen las hojas más viejas. Se atrofia el crecimiento.
El color de las hojas se pone verde pálido.

Las plantas crecen larguiruchas y espigadas. Los tallos están blandos, no se sostienen bien.

Remedio: Regar con un fertilizante alto en nitrógeno como la emulsión de pescado, el extracto de algas. También
sirven los fertilizantes completos N-P-K para plantas verdes o cualquiera con bastante nitrógeno (N) y poco fósforo(P).

Carencia de fósforo (P)

Síntomas: Las hojas y los tallos cogen un color verde oscuro o púrpura. Las hojas son pequeñas y oscuras. Se para o
atrofia el crecimiento de las raíces, tallos y hojas. Las hojas más bajas amarillean y mueren.Los tallos están duros y
quebradizos.

Remedio: Abonar con un fertilizante alto en fósforo como el guano. Todos los abonos completos para plantas con
flores, geranios, rosas, etc. también sirven.

Carencia de potasio (N)

Síntomas: Amarillean las hojas más viejas, primero las puntas, luego toda la hoja adquiere un amarillo intenso. Las
hojas se curvan hacia abajo. Las hojas más jóvenes se arrugan y se retuercen. Se mueren los brotes de crecimiento.
Necrosis (tejidos muertos). Tallos blandos que no se sostienen o duros y quebradizos.

Remedio: El potasio no siempre falta sino que, a menudo, está bloqueado en la tierra a causa de la acumulación de
sales. Para tratar esta deficiencia hay que lavar la tierra y luego fertilizar con un abono alto en potasio. Los abonos para
cactus suelen tener mucho potasio aunque vale cualquier fertilizante completo.

Carencia de Magnesio (Mg)

Síntomas: Amarillean las hojas viejas entre las venas, que se mantienen verdes. Las puntas de las hojas primero, y el
resto de la hoja a continuación, se ponen marrones. Las puntas de las hojas se curvan hacia arriba y luego mueren. La
planta entera puede palidecer en unas semanas y morir.

Remedio: La carencia de magnesio es relativamente corriente porque la mayoría de los fertilizantes no contienen tanto
como la marihuana necesita. El magnesio se puede añadir directamente al agua en forma de sales de Epson (sulfato
de magnesio hidratado) a razón de una cucharadita de café por cada cinco litros. También puedes buscar un abono
completo con bastante magnesio.

Carencia de Hierro (Mg)


Síntomas: La falta de hierro o clorosis, al igual que la carencia de potasio, suele ser una consecuencia directa de la
acumulación de sales en la tierra o de un Ph demasiado alto. Normalmente no falta hierro en la tierra sino que las sales
o el Ph hacen que no se pueda absorber. Los síntomas de ambas carencias son similares: amarillean las hojas entre
las venas, aparece necrosis en los tejidos y las hojas se caen.

Remedio: Como la carencia de potasio, se soluciona lavando la tierra, ajustando el Ph y abonando a continuación con
un fertilizante completo con microelementos. En tiendas de jardinería puedes encontrar preparados para remediar la
clorosis.

THC y Luz Ultravioleta

Un importante estrés para las plantas resulta de su exposición diaria a la luz solar. Aunque necesaria para la
fotosíntesis, la luz del sol contiene radiaciones ultravioletas biológicamente destructivas. Esta destrucción de ciertos
tejidos requiere un importante gasto de energía por parte de las plantas para reparar los daños. Esta radiación parece
haber provocado la aparición de ciertas estrategias defensivas del cannabis, y entre ellas está el THC, una pantalla de
defensa química que cumple funciones similares a la pigmentación de la piel humana.

Según ciertas investigaciones realizadas a principio de los años 80 parece que en zonas con alta radiación ultravioleta,
la capacidad del THC para absorber la radiación UVAb podría constituir una ventaja adaptativa para aquellas plantas
con mayor capacidad de fabricación de THC a partir de CBD, su precursor. Otros experimentos realizados por Lydon
en 1987 demostraron que bajo condiciones de alta radiación UVAb, el cannabis psicoactivo produce cantidades
significativamente mayores de THC. Mientras que el CBD se descompone rápidamente en presencia de luz UVAb, el
THC permanece estable erigiéndose así en un mucho mejor filtro de estas radiaciones.

“En el laboratorio, Raphael Mechoulam ha convertido CBD en THC exponiendo una solución de ácido de CBD en
hexano a la luz ultravioleta de 235-285 nanómetros durante 48 horas” Marijuana Botany, Robert Connell Clarke, Ronin
Publishing, 1981

No hay que olvidar que la mayor concentración de resina y de THC se encuentra en las flores donde se fabrican las
semillas. El THC podría ser el encargado de proteger el preciado embrión de la semilla de la destructiva luz UVA.

“Se sospecha que un incremento en la radiación ultravioleta puede afectar directamente a la producción de
cannabinoides. La luz ultravioleta participa en la biosíntesis de ácidos de THC a partir de ácidos de CBD” Marijuana
Botany, Robert Connell Clarke, Ronin Publishing, 1981

Las plantas han evolucionado para maximizar la superficie que exponen al sol lo que, al mismo tiempo, aumenta su
exposición a la luz ultravioleta. Un exceso de luz ultravioleta puede causar daños temporales o irreversibles al aparato
fotosintético, al sistema de reproducción o a los procesos de división celular. Para frenar estos daños el cannabis ha
desarrollado una protección, fundamentalmente en forma de pantalla química.

Las plantas de cannabis pierden su capacidad de producir grandes cantidades de THC cuando se sacan de su región
de origen (sometida a grandes cantidades de radiación ultravioleta) y se cultivan durante varias generaciones en áreas
con menor radiación ultravioleta. Cuando se cultiva en invernadero, el cristal o el plástico que lo cubren filtran gran
parte de la radiación ultravioleta. En Holanda, donde casi todos los cultivos se hacen en invernadero o con lámparas
HPS, las plantas reciben poca radiación ultravioleta. En apariencia, estas condiciones pueden ser responsables de la
degradación del stock de semillas de algunos bancos holandeses.

“El papel de la luz ultravioleta debe ser enfatizado. Parece que la luz ultravioleta, normalmente aportada en abundancia
por la luz solar, forma parte del proceso de conversión de CBD ácido en THC ácido. En consecuencia, la falta de luz
ultravioleta en los cultivos de interior puede ser responsable de la limitada psicoactividad del cannabis cultivado bajo
luces artificiales” Marijuana Botany, Robert Connell Clarke, Ronin Publishing, 1981

Hay que tener en cuenta que esta afirmación de R.C. Clarke se hizo en 1981 cuando el cultivo de cannabis en interior
no estaba tan desarrollado como hoy en día. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la principal causa de que hoy
sea potente la marihuana cultivada en interior se debe a la labor de selección genética realizada por los bancos de
semillas holandeses. Faltan, sin duda, nuevos estudios que investiguen la diferencia en producción de THC en un
cultivo de interior si se añade o no luz ultravioleta.

El periodo de cambio de una variedad alta en THC y baja en CBD a una variedad baja en THC y alta en CBD es de
cuatro o cinco años cuando se saca de su lugar de origen y se cultiva en una zona más al norte o con menos rayos
UVA. Afortunadamente, si la devolvemos a su región de origen volverá a sus niveles previos en un periodo similar de
tiempo.

“La producción de cannabinoides y sus terpenos asociados en el cannabis está sujeta a influencias medioambientales
así como a condicionantes hereditarios. La biosíntesis de los cannabinoides ocurre en glándulas especializadas que
cubren la superficie de todas las parte aéreas de la planta. Estos compuestos aparentemente sirven como agentes
defensivos frente a la deshidratación, los ataques microbianos, los animales herbívoros y la radiación ultravioleta.
Además, la mayor presencia de radiación UVAb existente en los trópicos, en combinación con la rápida
descomposición del cannabidiol (CBD) bajo la luz UVA b, pueden haber influido en la evolución, en algunas variedades,
de una ruta alternativa biogenética para pasar desde el CBG (cannabigerol) al THC” Pate, D.W., 1994, Chemical
ecology of Cannabis. Journal of the International Hemp Association 2:29

Según Old Timer, un viejo cultivador: “La mayoría de las variedades holandesas vienen de Estados Unidos donde
fueron desarrolladas bajo el sol o bajo grandes luces de halogenuros metalizados, ambas son buenas fuentes de luz
ultravioleta. Los holandeses son buenos agricultores y escogieron las luces que más lúmenes dan por vatio consumido,
las lámparas de alta presión de sodio (HPS). Las lámparas HPS casi no emiten luz ultravioleta. No hay duda de que las
variedades más potentes de cannabis vienen de regiones donde la radiación ultravioleta es alta o muy alta y que la
potencia y la complejidad del colocón están relacionadas casi directamente con los niveles de radiación ultravioleta”

Algunos cultivadores exponen sus plantas a una o dos sesiones de veinte minutos de luz ultravioleta cada día con lo
que, aseguran, la producción de resina es mayor. Según otro cultivador es mejor adaptar las plantas poco a poco a la
radiación UVA, empezando con sesiones de uno o dos minutos y llegando hasta dos horas diarias en varias sesiones.
Este avanzado jardinero nos cuenta que cuanto más joven sea la planta cuando empiece a recibir los rayos UVAb,
mejor. Si nos pasamos con la luz ultravioleta, quemaremos las plantas. Él usa una lámpara UVAb de 20watios por cada
metro cuadrado de jardín. Nos advierte de que si hay que entrar en el jardín mientras la lámpara de luz ultravioleta está
encendida es importante llevar gafas de sol que filtren los rayos UVA y un sombrero.

Otro buen cultivador, Vic High, moderador del foro de discusión Cannabis World nos cuenta: “Estoy estudiando la
respuesta de las plantas jóvenes de cannabis frente a la luz UVAb. Aunque es pronto para sacar conclusiones, he
encontrado que mis mejores machos tienden a estar entre las plantas que se mantienen más sanas en condiciones de
exceso de luz UVAb”

No todos los expertos en cannabis están plenamente de acuerdo en que el cannabis evoluciona rápidamente para
producir más THC en condiciones de mayor radiación ultravioleta. Según algunos cultivadores no es muy creíble que
una planta, por estar sometida a más rayos UVA, pase a sus hijos la capacidad de producir más THC. Estos
agricultores consideran más probable que las plantas produzcan más THC en presencia de mayor radiación
ultravioleta. Es decir, que no sea un factor genético presente en la semilla sino una respuesta a las condiciones
ambientales.

Soul, un gran cultivador clandestino opina: “Creo que la producción de THC es directamente proporcional a la
exposición a radiaciones ultravioletas durante el crecimiento, con un nivel máximo determinado genéticamente para
cada variedad”

Luz ultravioleta para seleccionar plantas

Una planta baja en THC que crezca en un ambiente con mucha radiación ultravioleta tendrá que emplear mucha
energía en reparar los daños causados por los rayos UVA. En consecuencia, no será tan vigorosa como una planta que
tenga mucho THC que le proteja de la radiación ultravioleta y pueda emplear su energía en crecer más rápido. Es
decir, en un ambiente con bastante radiación ultravioleta, las plantas que muestren un mayor vigor tenderán a ser
mayores productoras de THC.

Para mejorar en cada temporada una variedad habría que reservar cada año el mejor diez por ciento de la población
para cruces. Está claro que si en lugar del diez por ciento, seleccionamos el uno por ciento, las plantas serán aún
mejores. Obviamente, cuantas más semillas plantemos más selección supondrá ese uno por ciento y menos
probabilidades tendremos de arrastrar en el cruce algún gen recesivo que pudiera darnos problemas más adelante. Por
tanto, para que la selección sea buena hay que germinar el mayor número de semillas posible y seleccionar las
mejores hasta que queden las menos posibles. La mayoría de los cultivadores disponen de poco espacio con lo que su
capacidad de germinación y selección es limitada. Y aquí es donde puede ser útil la luz ultravioleta. Podemos germinar
y crecer las plantas en un ambiente alto en radiaciones ultravioletas de forma que aportemos un medioambiente donde
aquellas plantas con mayor producción de THC tengan una ventaja adaptativa. Si el THC protege a las marías de los
rayos UVA, serán aquellas plantas con mayor contenido de este cannabinoide las que mejor se desarrollen en
condiciones de alta radiación ultravioleta.

Germinaremos un número de semillas tan grande como sea posible y las expondremos a la luz UVAb varias veces al
día; al trasplantarlas del semillero a macetas pequeñas sólo escogeremos el diez por ciento con mejor aspecto. Más
adelante, cuando volvamos a trasplantar las marías a su maceta definitiva, seleccionaremos y volveremos a escoger el
diez por ciento mejor. De este modo podemos fácilmente seleccionar el uno por ciento mejor de un gran número de
semillas.

El americano Old Timer advierte: “Una planta índica tendrá un colocón ligeramente más estimulante si se añade luz
ultravioleta durante la floración, pero las sativas mejorarán mucho y producirán un subidon mucho más limpio. En la
producción de semillas en cultivos de interior, añadir luz ultravioleta ayudará mucho a mejorar el stock de semillas”

Gracias a Old Timer, Vic High, Spliff, Lady J, Casamere, Frenchie, Ncga, Soul, Fran, Juan Carlos, Mr. Sinse, Pepe
Porro y a todos los cultivadores que me han ayudado en la confección de este artículo.

Tipos de luz ultravioleta:

UVAa: 320-380 nanómetros. Usos: Inspecciones no destructivas

UVAb: 280-320 nanómetros. Usos: Luces bronceadoras

UVAc: 200-280 nanómetros. Usos: aplicaciones dermatológicas

Sexado Con Bolsa

Como sexar antes de tiempo.

Si todas tus fincas de cultivo se reducen a un pequeño balcón es probable que no te lleves muy bien con el Cannabis
macho. Dedicar tiempo y espacio a un invitado no deseado que, además, intentará acabar con la virginidad de tus
marías no es plato de gusto. El cáñamo se desarrolla mejor cuando dispone de espacio así que los machos han de ser
eliminados cuanto antes. Si quieres saber el sexo de tus plantas sin esperar a que comiencen a florecer naturalmente,
puedes provocar que una de las ramas de la planta florezca en el momento que desees. Esta técnica te permitirá
también catar esa rama antes de la cosecha general.

El foto periodo o número de horas de sol y de oscuridad que recibe el Cannabis es muy importante. La marihuana
produce a lo largo de toda su vida una hormona que se destruye en presencia de luz. Cuando hay al menos doce horas
ininterrumpidas de noche, esta hormona alcanza un nivel crítico que desencadena la floración. Por tanto, el único
requisito para que el Cannabis florezca es que esté sometido a un foto periodo con doce horas de oscuridad. Este valor
no es absoluto, algunas variedades florecen con sólo nueve o diez horas a oscuras, pero TODAS florecen con doce
horas de noche. También hay algunas variedades que florecen independientemente del fotoperiodo, como Cannabis
rudelaris, pero son raras en España y no suelen utilizarse con fines psicoactivos. Otro dato importante, y el que más
nos interesa ahora: sólo aquellas partes de la planta que tengan doce horas de oscuridad florecerán. En consecuencia,
si una rama de la planta recibe un fotoperiodo con 12 horas de oscuridad mientras que el resto de la planta continua
recibiendo 16 o 18 horas, sólo esta rama florecerá permaneciendo el resto del ejemplar en crecimiento vegetativo sin
flores. ¿Cómo conseguimos dar a una rama menos horas de luz que al resto de la planta?.

Si tapamos una rama con una bolsa de papel negro durante doce horas al día, al cabo de un par de semanas florecerá.
Es importante que la bolsa sea de papel u otro material que permita a la planta respirar (nunca plástico). La bolsa ha de
impedir totalmente la entrada de luz, para ello ataremos el extremos abierto con un cordel para que la luz no pase. Si la
luz entra, aunque sea en poca cantidad o durante poco tiempo, puede inhibir o retrasar la floración. Hay que ser
metódico y tapar la rama siempre a la misma hora. Esto es especialmente importante durante las dos o tres primeras
semanas, hasta que la floración haya comenzado claramente. Después, aunque será necesario continuar tapando la
rama, no hace falta ser tan exacto.

Una vez que la floración haya comenzado, puedes cesar con el tapado y la rama remitirá la floración y volverá a crecer.
Si continuas tapando la rama, la floración seguirá. Cuando los cogollos estén maduros los recolectas y una vez
secados te servirán para catar antes de tiempo los frutos de tu cosecha.

Sexado Por Preflores

La cosecha de cualquier cañamero está limitada por el espacio que tienen las plantas para crecer —a más espacio
disponible, mayor cosecha —. El cannabis es una planta dioica, es decir, hay plantas hembra y plantas macho. Las
flores de los machos fabrican el polen con el que fecundan las flores de las hembras. Las flores fecundadas producen
semillas pero su contenido en THC (lo que te coloca) es mucho menor que el de las flores no fecundadas. Los machos
también tienen poco THC. Por estas razones, una de las primeras habilidades que necesita desarrollar el buen
cultivador de cannabis es saber diferenciar las hembras de los machos para poder arrancar estos y obtener una
cosecha "sinsemilla" de alta potencia. La manera de distinguir el sexo lo antes posible consiste en fijarse en las
preflores, que son las primeras flores que forma la planta. Aparecen mucho antes de que la floración comience.
Normalmente surgen unos dos meses después de germinar la planta. A primeros de mayo deberíamos ver las primeras
preflores y para finales de julio el sexo de todas las plantas debe estar claro.

Las preflores aparecen en los puntos donde se unen al tallo central las hojas primarias, las ramas laterales y las
estípulas. Como las preflores son muy pequeñas, es aconsejable utilizar una lupa para verlas mejor. Observa el punto
donde el peciolo de una hoja (el tallo de la hoja) se une al tronco central. Por encima del peciolo verás una rama
primaria. Al lado, busca la estípula. Es una pequeña hoja alargada, sin peciolo, que nace del tallo, tiene forma de hoja
de espada y una longitud entre 0.5 y 1.5 centímetros. Entre la estípula, el nacimiento de la rama lateral y el peciolo de
la hoja primaria nacen las preflores.

Las preflores hembra tienen la forma de una flor hembra normal pero siempre aparecen solas, sin formar cogollos. La
flor hembra carece de pétalos y tiene dos partes claramente visibles: el cáliz y los estigmas. El cáliz es una
protuberancia verde en forma de botella de entre 2 y 6 milímetros de longitud. En su interior guarda el ovario donde se
desarrollará la semilla si la flor es polinizada por un macho. Los estigmas son dos pelillos de color blanco, amarillo o
rosa que salen del cáliz y tienen por misión recoger el polen del aire para llevarlo al ovario. En ocasiones las preflores
hembra aparecen sin estigmas. Si ves una flor hembra con dos estigmas en V en varios de los nudos del tallo central,
entonces puedes marcar la planta como hembra. Si las flores no tienen estigmas marca la planta como indeterminada y
vigílala hasta que estés seguro.

Las preflores macho no siempre tienen aspecto de flores macho, a veces no se abren y son más difíciles de identificar
porque pueden adoptar distintas formas. La forma más habitual es parecida a un as de picas de la baraja francesa. La
preflor tiene un pequeño tallo o pedúnculo que soporta una bolita con una protuberancia en forma de dedo o garra. Más
adelante, se diferenciarán cinco segmentos radiales en la flor que marcan los sépalos (similares a los pétalos). Las
flores macho se pueden presentar también sin pedúnculo y con formas que recuerdan a una gota de agua o a un brote
de la planta. Debido a estas dificultades, lo más sencillo es ir marcando las hembras en cuanto se pueda y vigilar de
cerca las plantas aún indeterminadas. En una o dos cosechas tendrás la habilidad necesaria como para no
equivocarte. Aunque marques como hembra una planta, no dejes de vigilarla. Algunas plantas son hermafroditas, esto
es, hembras y machos a la vez. Hay hermafroditas que comienzan como hembras y después comienzan a brotar flores
macho. Si no detectas un hermafrodita y sus flores macho se llegan a abrir, podría polinizar todas tus plantas.

El Mejor Macho

La hembra de la planta del cannabis, diferente del varón, se cultiva para producir marihuana. La marihuana Premium se
produce sin semilla eliminando todas las fuentes de polen del ambiente donde crece. La producción de la semilla
reduce el valor dramáticamente de la marihuana bajando el rendimiento y potencia de las flores. Los hermafroditas son
plantas que expresan flores masculinas y femeninas. Ello puede engañar al cultivador que confunde una " hermie" con
la hembra, y se encontrará con que su cosecha está arruinada por la inesperada "dispersión" de polen. Criadores de
marihuana con conocimiento son muy cuidadosos para evitar el hermafrodismo en el linaje de sus semillas.

Los atributos de la hembra se valoran de la siguiente forma (en orden descendente de importancia):
1. Resistencia al hermafrodismo
2. Vigor/ Rendimiento
3. Potencia
4. Sabor
5. Rango floración
6. Producción de resina
7. Estatura
8. Olor
9. Estructura floral
10. Color floral

Cannabis Macho - La planta masculina del cannabis es esencialmente sólo útil para engendrar. La planta masculina
hace marihuana muy pobre siendo principalmente en las hojas. Sin los dones que tienen las flores resinosas de la
hembra el rendimiento es miserable. Más importante, los machos virtualmente no tienen potencia comparados con las
hembras. Los machos transportan genes que influyen en la expresión de TODOS los rasgos listados arriba, pero no
muchos de ellos son directamente observables en el propio varón debido al fenotipo masculino que es notablemente
diferente del fenotipo hembra. La planta del cannabis masculina, si se evalúa, se DEFINE por la calidad de sus hijas.

Naturalmente, al empezar con un gran número de individuos de cría potenciales, uno desea pasar la cizaña a los
individuos indeseables.

La hembra es fácil de evaluar porque todos los rasgos que favorecen la producción de la marihuana se manifiestan de
forma observable y notable en la hembra. Tan solo con cultivar y florecer las hembras para medir su resultado y tasar la
marihuana resultante. El criador escoge sólo esas hembras que se ajusten más al ideal del criador que serán usadas
como padres de semilla.

Los rasgos observables e importantes de cannabis masculino son los siguientes:

1. Resistencia al hermafrodismo
2. Vigor
3. Estatura
4. Proporción de la maduración
Toda lo que se exprese como calidad pobre en cualquiera de estos rasgos deberá arrancarse para que el campeón no
pase el rasgo débil a la descendencia.

Se ha observado también en los varones que tienen un cierto olor y estructura floral pero la importancia de estos
rasgos palidece comparado con los antes listados.

La potencia de plantas masculinas, y sobre todo la diferencia de potencia entre los varones en un grupo, es
generalmente demasiado sutil para ser medido por cualquier tipo de equipo de laboratorio científico profesional. Es
más, no hay ninguna prueba concluyente de que el varón más potente en un grupo cree la descendencia de hembra
más potentes, aunque parece intuitivo de que debe ser el caso. La dificultad de determinar la potencia de una planta
masculina es una barrera mayor para demostrar este eslabón.
Afortunadamente, la lógica dicta que la potencia de una planta masculina por sí misma no es muy importante, ya que
no estamos interesados en cultivar machos en una producción de marihuana. El valor del macho yace completamente
en los rasgos que él pasa de forma consistente a sus hijas. Por consiguiente es innecesario identificar a un varón entre
un grupo de donantes de polen con la mayor potencia. Es más lógico evaluar la descendencia hembra de cada varón
para definir la potencia de cada varón en el grupo.

Se puede medir la calidad de los machos haciendo una polinización controlada de clones hembras IDÉNTICOS (uno
para cada donador de polen). Manteniendo CONSTANTE la influencia de la hembra en cada cruce, se aísla la
influencia del varón. Las semillas resultantes de cada clon son entonces cultivadas y la descendencia se evalúa para
determinar cual de los cruces es el más exitoso. Cuando el grupo con la descendencia de la hembra más deseable es
identificado, el varón responsable se identifica como el más valioso. Pueden guardarse varones en estado vegetativo
exactamente como la madre hembra, sólo que nosotros debemos llamarlos "los papás" por supuesto. Los clones de la
planta masculina favorita pueden ponerse en estado de floración según se necesite a lo largo de la cría de la hembra
cuando se desean semillas.

Debido a la naturaleza clandestina del cultivo de marihuana en la mayoría de los casos habrá sólo se evaluarán
aproximadamente 10 varones después de arrancar todos aquellos con defectos directamente observables. El cruce con
poblaciones más grandes siempre es preferible, ya que la genética es un "juego" estadístico.

Los criadores comerciales se beneficiarían claramente del desarrollo de un método fiable de identificar a los varones
con más potencial por pasar sus genes de potencia altos. Quizás alguien hará la investigación necesaria algún día,
pero siguiendo el método anterior, los cultivadores pueden elegir con precisión al varón UNO que es el más potente de
un grupo pequeño... en el único sentido significante de "la potencia" masculina.

LA FLORACIÓN

Las plantas que con tanto cariño has cuidado a lo largo de la primavera, se acercan a un momento determinante en sus
vidas: la floración. Durante los últimos meses, el cannabis ha dedicado toda su energia a crecer y desarrollar ramas.
Ahora, con tus cuidados, comenzará a echar flores y segregar su anhelada resina. La floración del cannabis está
determinada por el fotoperiodo, en otras palabras, necesita recibir un número mínimo de horas de oscuridad para
comenzar a florecer. A partir de la noche de San Juan, el 24 de junio, los días son cada vez más cortos y las noches
más largas; cuando se alcance el fotoperiodo crítico comenzará la floración.

Floracion fotodeterminada

La floración del Cannabis sativa se desencadena cuando la planta fabrica una hormona llamada "florigen". Para
producir "florigen" el cáñamo necesita recibir un fotoperiodo concreto, que es distinto para cada variedad de cannabis .
El fotoperiodo es el número de horas de luz y de oscuridad que recibe una planta (horas de luz / horas de oscuridad).
Por ejemplo un fotoperiodo 18/6 significa que la planta recibe 18 horas de luz y seis de oscuridad.

El fotoperiodo necesario para que la floración se produzca, no es igual para todas las variedades de cannabis y viene
dado, fundamentalmente, por el existente en el lugar de origen de la planta. La duración de los días y las noches es
diferente en los distintos lugares del planeta. Cuanto más nos acercamos al ecuador, menos variación encontramos en
la duración de los días y las noches. En la misma línea del ecuador las noches y los días duran doce horas los 365 días
del año. Evidentemente, cuanto más nos alejemos del ecuador, mayores serán las diferencias en el fotoperiodo. Por
ejemplo cerca del polo hay fotoperiodos tan extremos como 23/1 o 1/23.

El cannabis está adaptado al fotoperiodo de su lugar de origen. Por ejemplo, una sátiva colombiana que crece cerca
del ecuador, donde hay muy poca variación en la duración de los días y las noches, necesitará noches de doce horas
para florecer. En cambio, una planta aclimatada a la Península Ibérica florecerá con noches de diez horas. Por la
misma razón, una planta ecuatorial cultivada en la Península es probable que retrase el comienzo de la floración hasta
agosto o septiembre, cuando las noches son más largas y alcanzan las once o doce horas que necesita una maría
ecuatorial. Esta es la razón de que algunas variedades ecuatoriales, cuando se plantan en España, no completen la
floración correctamente. Como no comienzan a florecer hasta muy tarde, el invierno se les echa encima antes de que
maduren.
Si el cannabis no recibe las suficientes horas de noche interpreta que aún no es tiempo de florecer y no fabrica
"florigen". Normalmente cuando se cultiva en interior la floración se hace con un fotoperiodo 12/12 que provoca la
floración en cualquier variedad. En exterior no es posible regular el fotoperiodo pero si hay que tomar algunas
precauciones. Es conveniente que las plantas no tengan ninguna luz cerca durante la noche, incluso unos minutos de
luz pueden retrasar o incluso detener la floración. Por esta razón, no se debe plantar cannabis cerca de farolas u otras
fuentes de luz.. Para que la floración comience correctamente la noche debería ser completamente oscura e
ininterrumpida. Cultivando en interior, controlamos en que momento florecen las plantas simplemente cambiando el
fotoperiodo de 18/6 a 12/12. Al aire libre hay que esperar a que la naturaleza haga su trabajo.

Los machos florecen, habitualmente, antes que las hembras y no siempre esperan a que aumente el número de horas
de oscuridad. En algunas variedades los machos florecen cuando alcanzan una determinada edad o tamaño,
independientemente de cual sea el fotoperiodo.

Cronología de la floración

Al iniciar la floración, los machos se alargan para que su polen quede por encina de las hembras y las polinice más
fácilmente. Las hembras fabrican tallos más gruesos, fuertes y cortos. Las hojas nacen cada vez con menos foliolos
(cada una de las hojuelas que forman la hoja) hasta que nacen sólo con uno. Normalmente el patrón de crecimiento de
las hojas pasa de opuesto a alterno, es decir las hojas dejan de nacer de dos en dos y enfrentadas y comienzan a
nacer de una en una, a uno y otro lado del tallo, alternativamente

El desarrollo floral comienza lentamente. La planta pega un estirón y se alarga bastante, fabrica un "esqueleto" de
ramas donde colocar sus cogollos. La distancia internudos es, en este primer momento, muy grande. Al principio, sólo
aparecen unos pocos grupos de flores en las puntas de las ramas. Las flores tienen los estigmas frescos, normalmente
de color blanco aunque pueden ser rosados o púrpuras. Los cálices de las flores femeninas tienen una pelusilla que los
recubre pero aún presentan muy pocos tricomas. Los tricomas son unas glándulas que aparecen principalmente en las
flores, aunque también están presentes en otras partes de la planta; segregan la resina que contiene los
cannabinoides. Tienen forma de seta con un tallito coronado por una bolita de resina. En este primer momento la
producción de THC es muy escasa y las bolitas son muy pequeñas; conforme avance la floración irán aumentando de
tamaño.

II

En un segundo momento, comienzan a aparecen cogollos al acortarse la distancia internudos y crecer la producción de
flores. La planta ya huele un poco y fabrica muchas flores. La mayoría de las flores tienen los estigmas frescos. La
producción de THC, sin embargo, aún no es grande. A lo largo de toda la floración hay que manejar las plantas con
delicadeza. Si manoseamos los cogollos, los tricomas se rompen y la resina se oxida, con lo que el THC se destruye.
La lluvia intensa también puede perjudicar la cosecha. No sólo romperá y arrastrará algunos tricomas sino que también
puede provocar que aparezca moho en el cogollo. Por esta misma razón, no se deben pulverizar las plantas una vez
que la floración ha comenzado.

III

Algo después, la planta deja de crecer en altura y produce una gran cantidad de flores que van engordando los
cogollos. Las hojas externas al cogollo se vuelven amarillas y se marchitan. La mayoría de las flores son fértiles y tan
sólo aparecen unos pocos estigmas marrones y marchitos. La producción de resina es muy grande y comienza a cubrir
los cálices. En condiciones naturales la planta sería polinizada y comenzaría a fabricar semilla. Cultivando "sinsemilla",
matamos los machos e impedimos que las flores sean fecundadas. Esta técnica fuerza al cannabis a fabricar más
resina para mantener las flores fértiles a salvo de las radiaciones solares, mientras espera un macho que nunca
llegará. Los cogollos huelen intensamente, cargados de resina. Algunos cultivadores recolectan determinadas
variedades en este momento, cuando aún hay muchos estigmas fértiles. La maríahuana obtenida es más cerebral y
menos sedante debido a los bajos niveles de CBD y CBN presentes en la resina. La cantidad total de THC es, eso sí,
algo menor.

IV

Llega un momento en que el cannabis deja de fabricar nuevas flores y los estigmas de las existentes van
marchitándose. Las plantas pierden vitalidad. Muchas hojas grandes se han caido. Hojas, tallos y flores adquieren
tonos otoñales; marrones, naranjas, amarillos y púrpuras aparecen en los cálices, tallos y peciolos.. Los estigmas se
marchitan y algunos se caen. Suelen adquirir un color marrón seco. La resina, transparente al principio, conforme
madura va adquiriendo un color ambar transparente. Hay que cosechar cuando el setenta por ciento de los tricomas
tienen resina ambar o cuando entre el 60 % y el 90% de los estigmas se han marchitado y vuelto marrones. Si la resina
presenta un color blanco opaco o marrón, el momento idoneo para cosechar la planta ya ha pasado y la resina se está
degradando.

Lucha contra pestes

Las altas temperaturas del verano favorecen la aparición de plagas en las plantas. La mayoría de los bichitos que
atacan al cannabis chupan su savia. De este modo le roban el alimento.Cuando detectemos una plaga es muy
importante separar las plantas infestadas de las sanas para evitar que la invasión se extienda. Cuanto antes se detecte
la presencia de una plaga, más fácil será librarse de ella. Si, por el contrario, la plaga se instala y se hace fuerte será
una ardua tarea eliminarla.

Nutrientes para la floración

Para conseguir que el cannabis exprese todo su potencial, es necesario alimentarlo correctamente. Una buena
nutrición es la mejor defensa contra las enfermedades y permítira a la planta desarrollarse al máximo. El cannabis
absorbe a través de las raíces: agua, oxígeno y nutrientes. Una tierra porosa garantiza el aporte de oxígeno, el riego
facilita el agua y el abonado los nutrientes. La maría necesita para vivir tres nutrientes principales (nitrógeno, fósforo y
potasio), tres secundarios (cálcio, azufre y magnesio) y ocho micronutrientes (hierro, xinc, manganeso, boro, cobalto,
cobre, molibdeno y cloro).

Durante la floración las plantas necesitan gran cantidad de fósforo (P) y bastante potasio (K). El fósforo se utiliza en la
formación de flores y raíces y en la transferencia de la energía solar a compuestos químicos. Acelera la floración y
produce flores grandes. Las deficiencias de fósforo se observan primero en las hojas más viejas que adquieren un tono
verde oscuro. Los tallos y peciolos se vuelven rojos o púrpuras. Este no es un indicador muy fiable ya que algunas
plantas tienen los tallos y peciolos rojos como rasgo genético, independiente de la cantidad de fosforo que haya. En
ocasiones, las puntas de las hojas se secan y se detiene el crecimiento. La deficiencia de fósforo retrasa la floración.

El sistema respiratorio de la planta, el sistema encimático y las síntesis de proteínas y clorofila necesitan potasio.
Ayuda a luchar contra las plagas y las enfermedades y a mantener la presion interna de agua que sostiene la planta. Si
la planta piede esta presión se marchitará y los tallos serán débiles. Las plantas que se utilicen para producir semillas
necesitarán un aporte extra de potasio ya que este elemento es básico para fabricar los cañamones. Cuando a una
planta le falta potasio, en las puntas de las hojas y entre los nervios, aparecen zonas de tejido muerto y seco (necrosis)
además de amarillear. Las raices se infectan fácilmente y los tallos débiles no sostienen a la planta. Las hojas pueden
curvarse hacia abajo.

Los fertilizantes comerciales llevan en la etiqueta las siglas N.P.K seguidas de tres números como: 3.5.7., 12.5.12., etc.
Estos números indican el contenido de nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) que tienen el abono. El fertilizante
adecuado para la floración del cannabis ha de tener bastante fósforo y potasio y poco nitrógeno. Si además tiene
microelementos mucho mejor. Para evitar sobredosis de abono que podrían matar a las plantas, lo mejor es seguir las
indicaciones de la etiqueta. En caso de duda más vale quedarse corto que pasarse ya que es mucho más sencillo
corregir una deficiencia de alimento que no un exceso. Si te pasas abonando las plantas puedes intentar salvarlas
regando la maceta durante un largo rato para que el agua que sale por los agujero de drenaje arrastre el exceso de
fertilizante.

Cuando Cosechar

COMO VENCER LA IMPACIENCIA Y COSECHAR EN SU MOMENTO

¿Cuándo cosecho mis plantas?.¿Las putas plantas no van a poder fumarse nunca o qué?, dicen los más exaltados. En
fin, queridos cañameros, la paciencia, que decía mi abuelo cuando se ponía plasta, es la madre de todas las ciencias.
Y como no, de la agricultura también, aunque sea psicoactiva. Desde el principio de los tiempos, los fumetas más
ansiosos arrancan durante el verano, una tras otra, las hojas de sus plantas intentando conseguir un anticipo de
colocón. Normalmente acaban cosechando un tallo esmirriado coronado por un pequeño cogollito que no dura más allá
de la fiesta de la cosecha. Dejad las tijeras en paz y las plantas tranquilas. El buen cannabis requiere tiempo y la prisa
mata.

La maría, que es muy sabia, se toma las cosas con calma y por orden. Primero crece hasta tener un buen tamaño.
Después de San Juan, cuando los días empiezan a acortarse y el calor veraniego le da marcha, se decide a florecer.
Empieza sin prisas, se estira y alarga para dejar espacio a los cogollos. Los huecos los llena con flores. Al principio,
unas pocas flores solitarias aparecen en las puntas de las ramas y, como por arte de magia, van surgiendo más y más.
Se amontonan y comienzan a cubrirse de miles de pequeños puntos cristalinos llenos de resina. Estas glándulas de
resina, al engordar, aparecen como pequeñas setas transparentes con su tallo y su sombrero. Si la flor ha sido
polinizada, el cáliz se hincha para contener la semilla. Si la maría no tiene un macho cerca y se mantiene virgen, los
cálices engordarán igualmente, en una especie de embarazo psicológico. Al mismo tiempo, se recubren de resina.

Dentro de las glándulas o tricomas, la resina y el THC (tetrahidrocannabinol, lo que te coloca) se van acumulando. En
la fecha ideal de cosecha la planta rebosa THC, las glandulas de resina o tricomas están tan llenas que parecen a
punto de estallar. En fín, que da gusto verlas.

Un cogollo es como un vaso agujereado: se va llenando de THC y, a la vez, parte del THC se va por los agujeros (en
realidad se conviente en CBN). Como se destruye menos del que se forma, el vaso se va llenando. Llega un momento
en que el vaso ya no se llena más porque la planta deja de fabricar nuevo THC. Este es el momento justo para
cosechar. Si dejamos la planta más tiempo, parte del THC acumulado se destruirá y la hierba perderá potencia.

La técnica más sencilla para decidir cuándo cosechar consiste en la observación atenta de los estigmas o pelillos que
salen de las flores (también conocidos como pistilos). Los estigmas nacen blancos o rosados y, tras un tiempo, se
marchitan y cogen un color marrón o naranja. Al mismo tiempo que los estigmas de las primeras flores se van
marchitando aparecen nuevas flores con los estigmas frescos. Llega un momento en que ya no nacen nuevas flores y
la mayoría de los pelillos tienen un tono marrón o naranja. Hay que cosechar cuando entre un 50 y un 90 por ciento de
los estigmas se han marchitado. Este porcentaje depende de las variedades. Cosechad algún cogollo al 50%, otros al
70% y el resto al 90%. Después sólo hay que probarlos y decidir qué porcentaje es más adecuado para la variedad
cultivada.

Es importante no manosear los cogollos para evitar que las glándulas de resina se rompan. Las hojas más grandes,
que no tienen resina, se pueden quitar antes de poner la planta a secar o bien cuando ya está seca. Agarrad la planta
por la parte de abajo del tallo y recortad las hojas más grandes, empezando por abajo y subiendo hasta la punta.

Para secar la hierba, colgad la planta boca abajo en un lugar oscuro, fresco, seco y ventilado. El secado durará de una
a tres semanas dependiendo del clima. En el próximo número os hablaremos largo y tendido de las técnicas de secado
y curado del cannabis. Secar bien la maría es fundamental para conseguir la máxima potencia. El curado, por otra
parte, mejora el sabor de la hierba y logra que no rasque la garganta.

Secado y Curado

Después de meses de pacientes y dedicados cuidados, por fin se acerca el ansiado momento de la cata. Sin embargo,
amigos, la prisa mata. No seáis agonías y dejad que los cogollos se tomen su tiempo, sin duda vuestras gargantas y
psicoactivos cerebros lo agradecerán.

Lo primero y más importante que se debe tener en cuenta es que, aunque tengáis la casa llena de cogollos recién
cortados, aún quedan dos de las fases más importantes de la producción de marihuana: el secado y el curado. Si estos
procesos no se realizan correctamente, la calidad del colocón final se vera tristemente afectada.
Algunos consejos para secar y curar tu mejor marihuana

Estos consejos están dirigidos a aquellos que quieren lograr una marihuana de primera calidad, con una buena
potencia y un sabor agradable. La hierba recién cortada debe pasar por un largo proceso para desarrollar todo su
potencial. La marihuana no muere en cuanto se corta. Mientras queden restos de humedad dentro de los tejidos se
siguen sucediendo reacciones químicas que influyen de forma determinante en la calidad y sabor del producto final.

Si te estás fumando la hierba menos de un mes después de cortarla, eres un impaciente. Espera un mes más y será
mucho mejor. Al menos, deja que los mejores cogollos de cada planta se sequen y curen bien. Si no puedes
aguantarte, fúmate los cogollos bajos y pequeños.

Hay que tener muy presente que son necesarios dos procesos para que la marihuana esté bien buena. Por un lado, la
hierba se tiene que secar, es decir perder el agua de sus tejidos, para que el THC sea psicoactivo (coloque). Este
proceso se denomina secado y dura de una a cuatro semanas, dependiendo del clima. En segundo lugar, se debe
curar la hierba. Durante el curado, se producen reacciones químicas en el cogollo que descomponen la clorofila (lo que
da el color verde a las plantas). Gracias al curado, la marihuana tiene un sabor más suave que no irrita la garganta.
Además pierde el sabor a “césped” y gana (mucho) en potencia.

Para secar la hierba basta con colgarla en un lugar aireado, oscuro y seco. Cuando la parte exterior del cogollo tenga
un tacto crujiente se puede empezar a curar. Si la hierba se seca demasiado, el curado no se realiza correctamente.
Normalmente, en dos semanas la hierba está lista para empezar a curarla aunque en zonas muy secas puede ser
antes y en la costa algo después.

El curado de la maría consiste en acabar de secarla muy despacio. Cuando los cogollos están crujientes por fuera, aún
tienen algo de humedad en el interior. Introduciremos la hierba en un bote de cristal o una caja de metal o madera
tapados. Al día siguiente, la humedad interior del cogollo se habrá repartido y ya no estará crujiente. Durante las
próximas semanas abriremos cada día una o dos veces la caja, durante un par de minutos para que se cambie el aire.
La maría se va secando poco a poco mientras la clorofila se descompone. La hierba al curarse va perdiendo el color
verde intenso conforme pierde la clorofila.

El proceso de curado puede durar de dos a seis semanas, hasta que la marihuana alcanza su punto de humedad
óptimo. Normalmente, se dice que la hierba esta lista cuando los tallos se quiebran con un chasquido en lugar de
doblarse.

Llegado este momento hay que envasar el cannabis para que se conserve en buenas condiciones durante largo
tiempo. Si se guarda bien puede durar un año sin perder demasiado. Incluso más.

Tres son los principales enemigos del THC: el aire, la luz y el calor. Por tanto, envasaremos la hierba en botes
herméticos y los mantendremos en un lugar oscuro y fresco, sin grandes variaciones en la temperatura.

Después de muchos meses de cultivo y otros dos meses de secado y curado, la hierba está, por fin, lista para ser
consumida. Para apreciar al máximo sus cualidades, los cogollos se deben cortar con tijeras. De este modo no se
pierde la resina entre los dedos y el cannabis mantiene intacto todo su aroma y sabor.

Cosas que NO se deben hacer

A pesar de los mitos que circulan, la hierba no coloca más, ni tiene más THC, ni sabe mejor cuando se entierra durante
meses. Lo único que se consigue es llenarla de moho, algo muy perjudicial para tus pulmones. Da igual quien te lo
cuente, NO LA ENTIERRES.

Uno de los bulos más increíbles que circulan asegura que se debe arrancar la planta con las raíces y sumergirlas en
agua hirviendo para que el THC fluya hasta los cogollos. Sabiendo que el THC se fabrica en las flores y no en las
raíces, no puedo sino reírme al imaginar a un astuto cultivador intentando meter las raíces de un monstruo de tres
metros en agua hirviendo, sin separarlas del resto de la planta. Las raíces del cannabis no tienen nada que coloque. Si
se secan las plantas colgadas boca abajo es por comodidad, no para que el THC escurra hacia los cogollos.

No tengas prisa en el secado. Todos los métodos de secado rápido que usan calor hacen que la maría pierda potencia.
Tanto con el horno convencional como con el microondas, parte del THC de los cogollos se destruye. Si la impaciencia
aprieta y no se puede aguantar, lo mejor es secar la hierba en el horno convencional a la temperatura mínima (en torno
a 50º C) y con la puerta entreabierta. Es conveniente controlar la hierba cada pocos minutos para que no se seque
demasiado. Este sistema es uno de los menos malos pero, aún así, destruye una parte del THC y la hierba no sabe
bien, pica demasiado.

Cosechar Secar y Curar

Desde que el ser humano inventó la agricultura, la cosecha ha sido un tiempo de felicidad. El trabajo de meses se ve
recompensado con los frutos de la tierra y las épocas de escasez se olvidan en la abundancia. En este mundo
acelerado, lleno de coches y asfalto, los cañameros seguimos disfrutando de este acontecimiento. Cosecha tus plantas
con cariño, entre volutas de humo y sin prisas, te lo agradecerán.

La cosecha del cannabis es muy sencilla. En resumen consiste en cortar los cogollos y secarlos. La calidad del
producto final, sin embargo, dependerá de cómo se haga este secado. Cosechar, manicurar, secar y curar son los
cuatro procesos que, si se hacen bien, harán de fumar un gran placer.

1-COSECHAR

La familiaridad con la variedad que cultivemos es la mejor regla. No todas las variedades tardan lo mismo en madurar.
Una sativa como la mejicana madura más lentamente que una índica como la Northern Lights. Frente a una hierba
desconocida hay que experimentar cosechando en diferentes momentos. Así al año siguiente, sabremos exactamente
cuál es el momento adecuado para recolectar las plantas.

En exterior, el momento óptimo para cosechar dura unas dos semanas. Cuando veas que la mitad de los pistilos tiene
un color marrón o naranja, prepárate y vigila atentamente. La planta alcanza su máxima potencia cuando entre un 50 y
un 90 por ciento de los estigmas o pelillos blancos de las flores han perdido el color blanco y tienen un tono marrón o
naranja. Está en el punto óptimo para ser recogida.

Como regla general, se puede decir que la planta cosechada con más pistilos blancos tendrá menor potencia y un
colocón “mental” y alegre. Con más pistilos marrones o naranjas la hierba tendrá más THC (tetrahidrocannabinol) y el
globo será “físico” y sedante. Esta regla no es, ni mucho menos, infalible y depende de cada variedad. Las sativas
suelen ser estimulantes comparadas con las índicas, más relajadas y narcóticas.

Durante la semana anterior a la cosecha no hay que abonar la planta. Regadla sólo con agua para lavar los restos de
fertilizantes. Esta simple medida mejorará el sabor de la hierba y rascará menos la garganta.

Cosechad la planta después de un día de sol, hay que evitar recoger las plantas cuando estén mojadas ya que la
humedad favorece la aparición de hongos y mohos.

Al cosechar se puede cortar la planta entera o ir cortando cogollos conforme vayan madurando. A gusto de cada uno.
Puedes cortar los cogollos superiores primero y dejar los más bajos para que terminen de madurar.

2-MANICURAR

Después de cortar la planta se deben quitar las hojas grandes que no tienen glándulas de resina. Hay quien corta estas
hojas después de secar las plantas. Así, al secarse, las hojas grandes recubren el cogollo y lo protegen evitando que
se rompan las glándulas llenas de resina.

Para hacerle la manicura a tus cogollos agarra la planta por el tronco y, mientras la sostienes boca abajo, ve cortando
las hojas grandes con sus peciolos o tallitos. También puedes cortar las puntas de las hojas que sobresalgan del
cogollo y no tengan resina. Cuanto más limpies el cogollo, más potente será.

Mientras manipulas los cogollos ten cuidado y no los manosees. Las glándulas de resina se rompen con facilidad y el
THC se oxida.

3-SECAR

El THC del cannabis fresco no “coloca”, es decir, no es psicoactivo. Para convertirse en marihuana fumable, la hierba
tiene que secarse. El proceso de secado influye mucho en la calidad del producto final. Una hierba mal secada rascará
la garganta y perderá potencia. Por el contrario, si el cannabis se seca lentamente, el sabor y la potencia mejorarán.

El cannabis se debe secar en un lugar seco, oscuro, fresco y ventilado. Si colgamos los cogollos cogerán una forma
más redondeada que si los extendemos sobre un periódico o rejilla. Si los extiendes vuélvelos cada día para que se
sequen uniformemente.

Dependiendo del clima el secado puede durar entre una y tres semanas. Si no quieres curar la hierba, manténla
secando hasta que el tallo central se quiebre al doblarlo. Si piensas curar el cannabis, cuando el cogollo se sienta
crujiente al tacto pero un poco húmedo en el centro pasa al curado.

Nuestro colaborador J.K.A. nos revela su sistema para hacer un buen secado y proteger los cogollos al mismo tiempo.
Consiste en hacer una bolsa con una hoja de periódico que se dobla a lo largo y se pegan con cinta dos de los tres
lados abiertos. Se deja abierto uno de los lados estrechos por donde se introduce el cogollo. La bolsa se sujeta al tallo
del cogollo con una pinza y se cuelga el cogollo. Haz agujeros en la bolsa para que pueda entrar aire. La bolsa también
sirve para recoger las glándulas de resina y las semillas que se puedan caer del cogollo durante el secado.

El mayor peligro cuando secamos el cannabis es que aparezcan hongos. Pueden evitarse poniendo un ventilador que
mueva el aire alrededor de los cogollos. Si se enmohece un cogollo sepáralo del resto para que no los contagie.
Secarlo al sol directo durante al menos 24 horas debería acabar con los hongos.

4-CURAR

Cuanto más lento sea el secado, mayor potencia y mejor sabor tendrá la hierba. El curado consigue que la hierba se
seque más despacio. Una buena forma de curar es meter la hierba en cajas metálicas o de madera (no de plástico) que
se abren una o dos veces al día. De este modo la hierba se acaba de secar más despacio lo que mejora su sabor y su
potencia. La duración del curado depende de cuantas veces al día abras la caja y de las condiciones del clima.

Vigila a diario la hierba en busca de moho. Las condiciones del curado pueden hacer aparecer hongos si no se va
abriendo la caja para que se airee. Si aparecen, saca los cogollos de la caja y cuélgalos al sol.

5-CONSERVAR

Una vez que la hierba esta bien seca (cuando el tallo se quiebra) se puede meter en tarros de cristal que cierren
herméticamente y conservarla meses e incluso años sin perdida de potencia en un lugar fresco y oscuro.

La hierba pierde potencia en contacto con la luz, el aire y el calor. Por eso hay que guardarla herméticamente, a
oscuras y sin altas temperaturas.

6-FUMAR

...es un placer geniaaal...(¿o acaso necesitáis más instrucciones?)


LO QUE NO SE DEBE HACER

La marihuana no se debe enterrar para que se cure. Esta técnica produce la aparición de bacterias y hongos que
pueden ser peligrosos. Algunos pueden provocar infecciones respiratorias muy graves.

La resina no está en el interior de la planta: colgar la planta, arrancarla con raíces o hervir estas no incrementa la
potencia de la hierba.

Secar el cannabis en el horno o el microondas destruye parte del THC. Si aún así os puede la impaciencia, secadla con
el horno normal al mínimo (50-70ºC) dejando la puerta un poco entreabierta. No subáis más la temperatura porque se
destruirá demasiado THC.

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