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Arqueología y Sociedad,

Nº 15, 2004

Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de


Fortaleza. Reflexiones sobre las sociedades complejas
tempranas en la Costa Nor-Central

Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse*

Resumen En este texto se presentan los resultados de la prospección y mapeo de sitios con
arquitectura monumental temprana de una sección del valle medio de Fortaleza. Se
analiza la arquitectura de los sitios asignados tentativamente al período Arcaico
Tardío, planteando algunas hipótesis sobre su desarrollo. Los sitios de Fortaleza son
comparados con otros valles de la costa Nor-Central, planteándose que los
complejos arquitectónicos existentes en esta región parecen corresponder a
entidades sociopolíticas de alcance local, antes que a centros de alcance regional. Se
concluye con algunas reflexiones sobre nuevas perspectivas teóricas para entender
el surgimiento y desarrollo de estas sociedades.

Palabras Clave Costa Nor-Central, Arquitectura Monumental, Escala, Complejidad del Espacio,
Montículo Piramidal, Plaza Circular.

Abstract I present in this article the results of survey and mapping at sites with early monu-
mental architecture in the Middle Fortaleza Valley. Architecture provisionally
assigned to the Late Archaic period is analyzed, and some hypotheses on its devel-
opment are proposed. The Fortaleza sites are then compared with other ones
throughout the North Central Coast. I propose that the architectural complexes in
this region seem to correspond to local-range sociopolitical entities, instead of large,
regional polities. Finally, I conclude with some thoughts on new theoretical per-
spectives to understand the origins and development of such entities.

Keywords North Central Coast, Monumental Architecture, Scale, Spatial Complexity,


Pyramid Mound, Circular Court.

* Profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Correo electrónicol: rvegacen@u.arizona.edu,


fvega@pucp.edu.pe

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Este trabajo presenta los primeros resultados características semejantes en los valles de
de las investigaciones del Proyecto Pativilca (5 sitios) y Fortaleza (3 sitios) (Feldman
Arqueológico Fortaleza, dirigido por el autor, 1980:Fig. 2). Esta información fue posteriormen-
llevadas a cabo en el valle del mismo nombre. Se te refrendada por Carlos Williams para el valle
hace un resumen de la información obtenida en de Pativilca (Williams 1985, 1988).
la prospección y mapeo de sitios con arquitectu- Recientemente, el autor, en compañía de Luis
ra monumental temprana de la llamada Zona IV Felipe Villacorta, Luis Cáceres y Giancarlo
del valle medio de Fortaleza. Luego de una des- Marcone, amplió la muestra de sitios tempranos
cripción de las evidencias registradas, se hace un en el valle de Fortaleza (Vega-Centeno et.al.
análisis de la escala y complejidad de los sitios, a 1998). Asimismo, el Proyecto Arqueológico
partir del cual se plantean algunas hipótesis Caral, bajo la dirección de Ruth Shady, ha pro-
sobre la naturaleza de las sociedades responsa- porcionado mayor información acerca de los
bles de la construcción de la arquitectura estu- sitios tempranos del valle de Supe, presentando
diada. planos de los sitios previamente documentados
Estos resultados son comparados con la (Shady et al. 2000).
información de otros valles vecinos, en particu- En contraste con la abundante información
lar el valle de Supe. Sobre la base de esta compa- proveniente de reconocimientos superficiales,
ración, se busca sintetizar el estado de la cuestión las excavaciones han sido escasas. El sitio de
del estudio del Arcaico Tardío para la denomina- Áspero, en el valle bajo de Supe, adquirió noto-
da “Costa Nor-Central”. Finalmente, se plan- riedad por ser uno de los pocos sitios de estas
tean algunas reflexiones teóricas para contex- características excavado antes de la década del
tualizar el estudio de estas sociedades en el noventa (Feldman 1980, 1985, 1987; Moseley y
marco de la reflexión internacional sobre el Willey 1973; Willey y Corbett 1954).
surgimiento de sociedades complejas. Recientemente, los trabajos dirigidos por Shady
La Costa Nor Central está ubicada entre los en los sitios de Caral y Chupacigarro (Shady
150 a 205 km al norte de la ciudad de Lima, e 2000; Shady y Leyva 2003) han llevado a replan-
incluye a los valles de Huaura, Supe, Pativilca y tear anteriores consideraciones sobre la arqui-
Fortaleza. La cercanía de los tres últimos permite tectura pública temprana de esta región, en par-
la formación de una franja fértil de 25 km, deno- ticular en lo que concierne a su ubicación crono-
minada “Complejo de Pativilca” por Paul Kosok. lógica (v.g., Burger 1992:76; Kaulicke 1994:298;
Fue este mismo autor quien llamó la atención Lumbreras 1989:109; Vega-Centeno et. al.
acerca de impresionantes complejos arquitectó- 1998:229-231). Junto con los continuos trabajos
nicos tempranos en el valle de Supe (Kosok del Proyecto Arqueológico Caral, se vienen desa-
1965:217-223). rrollando otros dos proyectos arqueológicos en la
La documentación de sitios tempranos con región: El Proyecto Norte Chico, en los valles de
arquitectura monumental en el valle de Supe, se Pativilca y Fortaleza, a cargo de Jonathan Haas y
enriqueció notablemente con el trabajo catastral Álvaro Ruiz; y el Proyecto Fortaleza, a cargo del
llevado a cabo por el Instituto Nacional de autor, en el valle del mismo nombre.
Cultura (Williams y Merino 1979). En este Puede decirse que el estudio de las socieda-
trabajo se identificaron alrededor de 20 sitios de des tempranas en la Costa Nor-Central se
estas características, que brindaron nuevas encuentra en una etapa expectante, con tres
perspectivas al estudio de las primeras tradicio- proyectos trabajando la misma problemática en
nes arquitectónicas andinas (Williams forma simultánea. Los resultados de esta con-
1980:405-407). Casi simultáneamente, Robert fluencia de iniciativas deben empezar a verse en
Feldman dio cuenta de la presencia de sitios con los siguientes años. En esa dirección, se presen-

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Figura 1. Mapa del valle medio de Fortaleza. Ubicación de los treinta sitios identificados con
arquitectura temprana.

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tan los primeros resultados de los trabajos en la Como etapa previa al desarrollo de excavacio-
Zona IV del valle medio de Fortaleza, dirigidos nes, se levantaron planos de trece de los treinta
por el autor en el año 20021. sitios identificados en 19962, incluyendo todos los
sitios de lo que hemos llamado Zona IV del valle
La arquitectura público-ceremonial tempra- medio. La Zona IV es un área caracterizada por el
na en la Zona IV de Fortaleza ensanchamiento de la planicie aluvial y la reduc-
El valle medio de Fortaleza se encuentra en el ción de la pendiente a lo largo y ancho del valle.
límite de los departamentos de Lima y Ancash. Dentro de esta zona se pudieron identificar siete
Comprende una franja fértil de 60 km de largo sitios con arquitectura pública temprana (Figura
ubicada entre los 25 y 1600 m.s.n.m. Esta región 2). Estos son los sitios de Tunán, Cerro Blanco
puede dividirse en cuatro zonas diferenciadas Norte, Cerro Blanco Centro, Cerro Blanco Sur,
por su topografía, clima y tipos de suelos (Vega- Caballete, Cerro Lampay y Porvenir.
Centeno et al. 1998:220-222). A lo largo de estas Dentro de estos sitios fue posible identificar
zonas, se han podido identificar un total de ocho tipos de unidades arquitectónicas. Cinco
treinta sitios con arquitectura temprana que de estos tipos corresponden a unidades de volu-
puede ser definida como de carácter público y/o men. Es decir, unidades que definen espacios a
ceremonial (Figura. 1). partir de la construcción de planos elevados. Por
Las evidencias de superficie sólo permiten otro lado, tres tipos corresponden a unidades de
una asignación cronológica tentativa y, además, área, o unidades que definen espacios a partir de
bastante gruesa de los sitios. Elementos arquitec- la modificación de la superficie del terreno.
tónicos, tales como montículos piramidales aso- Las unidades de volumen son:
ciados con plazas circulares hundidas, asemejan a 1. Plataforma aterrazada.
los edificios encontrados en el vecino valle de 2. Plataforma simple.
Supe y, en particular, a las estructuras del sitio de 3. Montículo piramidal simple.
Caral, recientemente asignadas al Arcaico Tardío 4. Montículo piramidal con “atrio” en la cima.
(Shady et al. 2000). Por su parte, estructuras de 5. Montículo piramidal con “atrio” intermedio.
plataformas adosadas a lo largo de un eje longitu- Por su parte, las unidades de área son:
dinal y articuladas a una estructura piramidal en 1. Plaza cuadrangular hundida.
uno de sus extremos, asemejan las estructuras del 2. Plaza circular hundida.
Formativo Temprano en los valles de Casma y 3. Patio rectangular.
Huarmey (Álvarez y Espinoza 1997; Pozorski y En base a la identificación de estas unidades,
Pozorski 1987; Williams 1972). Estos indicadores se pueden definir estructuras arquitectónicas
sugieren que los sitios inicialmente asignados al como los espacios discretos generados a partir de
Formativo Temprano (Vega-Centeno et al. la articulación de una o más de las unidades
1998:229-230) pueden ser asignados a más de un antes mencionadas.
período. En tal sentido, las investigaciones en el El Cuadro 1 presenta las estructuras arqui-
valle medio de Fortaleza están orientadas, entre tectónicas de los sitios de la Zona IV, indicando
otras cosas, a precisar la ubicación temporal de las el número y tipo de las unidades componentes en
diferentes tradiciones arquitectónicas tempranas cada estructura. Asimismo, presenta las dimen-
allí desarrolladas, en el marco de un estudio siones de área de las estructuras en su conjunto,
mayor, sobre la naturaleza del surgimiento de for- así como una estimación tentativa de las dimen-
maciones sociales complejas. siones en las unidades de volumen.
1
Estos trabajos fueron patrocinados y financiados por la Dirección Académica de Investigación de la Pontificia
Universidad Católica del Perú.
2
Los planos fueron hechos con apoyo de una estación total Pentax 315. Incluyeron la indicación de elementos
arquitectónicos visibles, así como del entorno topográfico de los conjuntos identificados.

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

Como puede observarse, los sitios pueden Cronología Tentativa


clasificarse en tres estructuras aisladas (Tunán, Cualquier intento por entender la organiza-
Cerro Blanco Norte y Cerro Lampay) y cuatro ción espacial de una región requiere de la identi-
complejos arquitectónicos de tres (Cerro Blanco ficación de tipos arquitectónicos susceptibles de
Sur), cinco (Cerro Blanco Centro), doce (Caba- ser considerados contemporáneos. En tal senti-
llete) y trece (Porvenir) estructuras arquitectó- do, en el caso de la Zona IV de Fortaleza, se
nicas. pueden distinguir dos patrones arquitectónicos
muy marcados. Uno se
caracteriza por la
construcción de mon-
tículos o plataformas
de pendiente pronun-
ciada, eventualmente
asociadas con patios o
plazas hundidas. El
otro patrón es de
construcción de plata-
formas asentadas sobre
las faldas de cerros,
articuladas con uno o
más patios dentro de
los cuales pueden
encontrarse plazas
hundidas. Como
indicamos anterior-
mente, ambos patro-
nes pueden ser relacio-
nados con tradiciones
arquitectónicas de
distintos períodos. El
primero asemeja a las
evidencias diagnósti-
cas del Arcaico Tardío
en la Costa Nor-
C e n t r a l ( Fe l d m a n
1980, Shady et.al.
2000, Williams 1980 y
1988), mientras que el
segundo parece rela-
cionarse con las tradi-
ciones arquitectónicas
del Formativo
Temprano (Pozorski y
Figura 2. Mapa de la Zona IV del valle medio de Fortaleza que muestra la Pozorski 1987, Vega-
ubicación de los siete sitios identificados con arquitectura temprana. Centeno 1995, 1999).

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Cuadro 1
Área
Volumen
total

*Las cantidades no corresponden al volumen real, sino al producto del área de las unidades de volumen por su altura
máxima.
** No se puede definir su altura máxima.

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

El Arcaico Tardío en la Zona


IV. Descripción de las
evidencias arquitectónicas
Para los fines de esta
presentación, se opta por
restringir la muestra a los
cinco sitios asignables al
Arcaico Tardío, con el fin de
lograr una aproximación
sincrónica a la organización
espacial de la Zona IV. Nos
referimos a los sitios de Cerro
Blanco Norte, Cerro Lampay,
Cerro Blanco Centro, Figura 3. Vista de la estructura arquitectónica de Cerro Blanco
Porvenir y Caballete. Norte desde el Noreste.
Cerro Blanco Norte
(Figura 4) está compuesto por
una sola estructura. Ésta se
compone de un montículo
orientado hacia el Noroeste,
construido sobre un promon-
torio natural de forma alarga-
da (Figura 3). El montículo se
compone de por lo menos tres
plataformas, teniendo la
plataforma intermedia un
área delimitada en tres de sus
lados, comparable con un
“atrio”. El montículo se asocia Figura 7. Vista panorámica de la estructura arquitectónica de
a una plaza circular hundida. Cerro Lampay.
Cerro Lampay (Figura 5)
se compone de un montículo
de forma cuadrangular, orien-
tado hacia el Noroeste, par-
cialmente asentado sobre una
terraza natural. Este montícu-
lo está asociado con un patio
de grandes dimensiones, en
medio del cual encontramos
una plaza circular hundida
(Figura 7). Por otro lado,
existe un extenso muro-
plataforma adosado a la parte
posterior del montículo.
Figura 8. Vista frontal de la Estructura 2 de Cerro Blanco Centro.

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

LEYENDA

^ o n r fq b ` q r o ^ a b c fk fa ^

^ o n r fq b ` q r o ^ mo l v b ` q^ a ^
^ i q b o ^ ` fÛk j l a b o k ^
mo l _ ^ _ i b =wl k ^ a l j Ëpq f` ^

l ` r m^ ` fÛk ml pq b o fl o

0 10 20 30 40 50m.

Figura 4. Plano del sitio de Cerro Blanco Norte.

k =UD
UOPIQRM
TR

N 8'823,400
80

k =UD
UOPIPRM

UR

LEYENDA

^ o n r fqb` qr o ^ a bcfk fa ^ k =UD


UOPIPMM
^ o n r fqb` qr o ^ mo l v b` q^ a ^
^ i qbo ^ ` fÛk j l a bo k ^
mo l _ ^ _ i b=wl k ^ a l j Ëpqf` ^
VM
VR
b =NVRITRM

b =NVRIURM

b =NVRIVMM
b =NVRIUMM

l ` r m^ ` fÛk ml pqbo fl o

0 10 20 30 40 50m.
k =UD
UOPIORM

Figura 5. Plano del sitio de Cerro Lampay.

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

Cerro Blanco Centro


(Figura 6) es un complejo
arquitectónico compuesto de
cinco estructuras. La estruc-
tura de mayor tamaño
(Estructura 1) cuenta con un
montículo-plataforma asen-
tado sobre la ladera de un
cerro vecino. Este montículo
cuenta con un área interme-
dia a desnivel (a manera de
atrio) y se asocia con una
pequeña plaza cuadrangular
hundida. Delante de esta Figura 9. Vista frontal de la Estructura 3 de Cerro Blanco Centro.
estructura encontramos tres
k =UD
UOTISRM
estructuras compuestas por
montículos cuadrangulares R
NM
con una o más terrazas, aso-
ciadas a pequeños patios
M
rectangulares delanteros b ^ =@R NN
k =UD
UOTISMM
(Estructuras 2, 3 y 4) (Figuras
8-9). Por último, encontra- R
NN
mos una estructura de menor

NOM
escala (Estructura 5), com- b ^ =@O

NOR

NPM

NQM
puesta por una pequeña

NPR
plataforma flanqueada por k =UD
UOTIRRM
dos explanadas rectangulares
b ^ =@P
y un patio rectangular mayor. b ^ =@N
Porvenir es un complejo
que involucra trece estructu-
ras (Figuras 10 y 11). Destaca k =UD
UOTIRMM
en este sitio una estructura
b ^ =@Q
compuesta por un montículo
con un “atrio” central en la
cima, que se asocia a un patio
con plaza circular hundida k =UD
UOTIQRM
(Estructura 4). Hacia el oeste
b =NVUINMM
b =NVUIMMM

b =NVUIMRM
b =NVTIVRM

de esta estructura encontra-


mos un montículo de menor
tamaño (Estructura 5). Al sur LEYENDA
de éste, nos encontramos con ^ o n r fq b ` q r o ^ a b c fk fa ^ mo l _ ^ _ i b =wl k ^ a l j Ëpq f` ^
otro montículo con un ala ^ o n r fq b ` q r o ^ mo l v b ` q^ a ^ l ` r m^ ` fÛk ml pq b o fl o
anexa (Estructura 6) que se ^ i q b o ^ ` fÛk j l a b o k ^ 0 10 20 30 40 50m.
une a un montículo con
“atrio” central y plaza circular Figura 6. Plano del sitio de Cerro Blanco Centro.

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TR

k =UD
UOPIQMM

QM

QR
RM
RR

SM
EA 5 EA 4

EA 1

PR

EA 6
k =UD
UOPIOMM

EA 7 EA 2

EA 3
PM
EA 8

EA 12
EA 9
b =NVTINMM

EA 13

k =UD
UOPIMMM

EA 11
OR
EA 10
b =NVTIPMM

i =b =v =b =k =a =^
^ o n r fq b ` q r o ^ mo l _ ^ _ i b =wl k ^ M OMQM SM UM NMM=ãK
a b c fk fa ^ a l j b pq f` ^
^ o n r fq b ` q r o ^
mo l v b ` q^ a ^ l ` r m^ ` fÛk
ml pq b o fl o
^ i q b o ^ ` fÛk
j l a bo k ^

Figura 10. Plano del sitio de Porvenir.

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

(Estructura 7), (Figura 12).


En el mismo eje, siempre
hacia el sur, encontramos tres
estructuras más del tipo “mon-
tículo piramidal” (Estructuras
8, 9 y 11), así como una plata-
forma simple (Estructura 10).
A unos 150 m al este de la
Estructura 4, encontramos
otro conjunto de estructuras
alineadas. Se trata de tres
montículos piramidales
(Estructuras 1, 2 y 3) y dos pla-
taformas simples (Estructuras Figura 11. Vista panorámica del sitio de Porvenir.
12 y 13). Como detalles singu-
lares, debe mencionarse que
la Estructura 1 cuenta con
una plataforma o patio late-
ral, mientras que la estructura
2 presenta su lado norte “ele-
vado”.
Caballete se compone de
12 estructuras arquitectóni-
cas (Figuras 13 y 14). En el
centro del complejo, nos
encontramos con una estruc-
tura de grandes dimensiones,
asociada con una plaza circu-
lar delimitada por piedras de Figura 12. Vista frontal de la Estructura 7 de Porvenir.
gran tamaño dispuestas en
forma vertical (Estructura 6).
Hacia el Sureste, encontra-
mos otro montículo asociado
con un patio con plaza circu-
lar hundida (Estructura 5), así
como una estructura más
pequeña, muy destruida
(Estructura 4). Siguiendo el
eje de la Estructura 6, en
dirección opuesta, encontra-
mos otro montículo, a unos
100 m hacia el Noroeste
(Estructura 8). Asimismo, a
unos 80 m al noreste de la
Estructura 8, encontramos Figura 14. Vista panorámica del sitio de Caballete.

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=NMM
EA 11

N 8’827, 800
EA 10

EA 9
VR

EA 12
EA 7

WANCA
b^ =O
VM

b^ =N

b^ =S b^ =P
UR

b^ =Q

b^ =R
UM N 8’=UOTI=QMM
TR

b^ =U
mbqoldifclp
b =NVRI=UMM
I QMM

TM
b =NVR=

SR

i =b =v =b =k =a =^
^onrfqb`qro^ mol_^_ib==wlk^
abcfkfa^ aljËpqf`^
M OMQM SM UM NMM=ãK
^onrfqb`qro^ l`rm ^`fÛk
molvb`q ^a^ mlpqboflo
^ o n r fq b ` q r o ^
j l a bo k ^

Figura 13. Plano del sitio de Caballete.

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rios para actividades públi-


cas, es decir, ante un seg-
mento limitado de las activi-
dades sociales de los pobla-
dores de la zona.
Si estamos hablando de
espacios públicos, es razona-
ble considerarlos como
centros de actividades de
diversa índole (es común
considerarlos como espacios
de actividades ceremonia-
les) que congregan a grupos
humanos por encima del
Figura 15. Vista frontal de la Estructura 10 de Caballete. ámbito doméstico. No es
difícil relacionar este tipo de
una plataforma baja (Estructura 9), un montícu- actividades públicas con la gestación y consoli-
lo con plaza circular hundida (Estructura 10) dación de relaciones de poder. De allí la usual
(Figura 15) y una plataforma con dos niveles connotación política que adquieren estos espa-
(Estructura 11). De manera paralela, a unos 60 cios como “centros de poder”.
m al noreste de la Estructura 4, encontramos dos Sobre esta base, entender la organización
montículos pequeños (Estructuras 2 y 3), flan- espacial de la Zona IV implica contemplar dos
queando un montículo de mayor tamaño posibles escenarios. Uno con varias entidades
(Estructura 1). Por último, a mitad de camino políticas equivalentes, de funcionamiento autó-
entre las Estructuras 1 y 10, encontramos un nomo, operando en cada uno de estos centros. El
pequeño montículo flanqueado por dos patios otro escenario es de un centro dominante, ubica-
(Estructura 12). Este complejo se completa con do en la cima de una red jerárquica, con los otros
una plaza cuadrangular hundida ubicada hacia el sitios en posición subordinada, como entidades
Sur (Estructura 7), dos probables muros perimé- secundarias o, incluso, terciarias. Comúnmente,
tricos (en los extremos sur y norte), y una piedra la opción por uno u otro escenario depende de la
con petroglifos. identificación de diferencias en escala y comple-
jidad entre los centros. La ausencia de dichas
Escala, complejidad y organización del espacio diferencias aboga por el primer escenario, mien-
Resulta difícil identificar evidencias del tras que la identificación de diferencias conlleva
Arcaico Tardío en superficie, con excepción de a asumir el segundo.
construcciones de gran escala. Por tal motivo, Las diferencias en el número de estructuras,
entender la organización zonal de esta parte del así como en la escala de los conjuntos en general,
valle de Fortaleza sobre la base de los sitios iden- hacen difícil considerar al primer escenario. En
tificados, requiere de algunas precisiones. En efecto, el Cuadro 2 muestra la distribución de los
principio, su distribución espacial en la Zona IV cinco sitios en función del total del área cons-
refleja fundamentalmente la distribución de truida y el número de estructuras. Podemos
espacios públicos en el territorio, antes que los observar que existe una división marcada entre
patrones de asentamiento para el período en dos sitios con más de 20 hectáreas de terreno
cuestión. En efecto, al tratarse de sitios con construido y otros tres de menos de una hectá-
arquitectura monumental, estamos ante escena- rea. Esta división se correlaciona parcialmente

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

Cuadro 2

con el número de estructuras asignadas a cada de Caballete y una de Porvenir. Tenemos así que
sitio. En este caso, tenemos dos sitios con más de los dos sitios con estructuras aisladas, candidatos
10 estructuras, uno con cinco estructuras y dos a ubicarse en un rango inferior de la red jerárqui-
con una sola estructura. ca, superan en escala al 90% de las estructuras de
Si bien el estimado general del área construi- la Zona IV.
da para cada sitio puede sugerirnos un escenario Esta situación es particularmente manifiesta
jerarquizado, un examen más detallado de las en el caso de Cerro Blanco Centro, en relación
características de las estructuras arquitectónicas con los sitios de Cerro Blanco Norte y Cerro
nos muestra una realidad más compleja. Lampay. Si bien el primero supera a los otros dos
Como hemos mencionado, el principio de en términos de área total construida, todas sus
diferencia jerárquica se basa en diferencias de estructuras son de menor escala que las de los
escala y complejidad. En términos de escala, dos últimos.
deberíamos esperar que las estructuras de los En términos de complejidad del espacio
sitios con mayor área construida fuesen clara- arquitectónico, las evidencias de superficie nos
mente más grandes que los de menor área permiten considerar que dicha complejidad está
construida. Esta situación, sin embargo, no es relacionada con el grado de articulación de
tan clara. En el Cuadro 3 podemos observar la unidades de volumen con unidades de área y, en
distribución de estructuras de los cinco sitios particular, con las plazas hundidas. De acuerdo al
analizados de acuerdo con el área construida Cuadro 1, las estructuras de Cerro Blanco Norte
para cada una. y Cerro Lampay comparten el hecho de articu-
En este cuadro observamos que las estructu- larse a plazas hundidas con tres estructuras de
ras de Cerro Blanco Norte y Cerro Lampay se Caballete, dos estructuras de Porvenir y una
encuentran entre las cinco estructuras de mayor estructura de Cerro Blanco Centro.
área, siendo sólo superadas por dos estructuras Encontramos así que, en términos de compleji-

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

dad o elaboración del espacio, las estructuras ción de un marco interpretativo basado en la
aisladas guardan más relación con las estructuras existencia de una estructura jerárquica de cen-
de mayor tamaño de los complejos arquitectóni- tros resulta insuficiente para entender la organi-
cos que con las más pequeñas y sencillas. No zación espacial de sitios dentro de la Zona IV.
existe, por otro lado, dentro de Caballete, Vale la pena, por lo tanto, considerar otras pers-
Porvenir o Cerro Blanco Centro, algún tipo de pectivas de análisis.
estructura que presente niveles de complejidad Al observar la distribución de estructuras del
claramente mayores a las estructuras de Cerro Cuadro 3, encontramos una interesante correla-
Blanco Norte o Cerro Lampay. ción entre las estructuras más grandes y su even-
Hay que añadir que al interior de los comple- tual asociación con plazas hundidas. Nos referi-
jos arquitectónicos de más de una estructura, mos a las Estructuras 5, 6 y 10 de Caballete, las
nos encontramos básicamente con una división Estructuras 4 y 7 de Porvenir, la Estructura 1 de
binaria, entre montículos piramidales o platafor- Cerro Blanco Centro y las estructuras de Cerro
mas con y sin plazas hundidas, pudiendo encon- Blanco Norte y Cerro Lampay. Luego, encontra-
trar así varias estructuras “equivalentes” en mos estructuras sin asociación de plazas hundi-
términos de complejidad, si bien con diferencias das que pueden dividirse en montículos pirami-
de escala a veces notables. dales y plataformas simples.
Esta revisión indica que, para los sitios del Tal parece que existe por lo menos una
Arcaico Tardío en la Zona IV de Fortaleza, las estructura de “primer rango” en cada uno de los
diferencias de escala y complejidad observadas sitios. En el caso de Caballete y Porvenir, dentro
inicialmente, no se correlacionan con las dife- de las estructuras de primer rango, existe una
rencias de escala y complejidad entre las estruc- estructura que destaca por su escala (Estructura
turas de dichos sitios. En tal sentido, la aplica- 6 de Caballete y Estructura 4 de Porvenir). Si

Cuadro 3

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

observamos los planos de ambos sitios (Figs. 10 y Centro (Figura 6), tenemos un agrupamiento de
13), se trata de estructuras ubicadas en una cuatro estructuras alineadas delante de la
posición central dentro de ambos complejos. estructura principal.
Estas dos líneas de evidencia nos sugieren que En Porvenir (Figura 10), las estructuras se
puede tratarse de las estructuras “principales” articulan en dos alineamientos. Uno se encuen-
dentro de cada asentamiento. tra cerca de la Estructura 4 y cuenta con siete
Un dato adicional a tomar en cuenta es que, estructuras; mientras que el otro, algo más aleja-
por lo menos para cuatro casos, estas “estructu- do, está orientado en forma paralela al primer
ras principales” han sido construidas aprove- alineamiento y cuenta con cinco estructuras.
chando promontorios o elevaciones naturales. Ambos alineamientos delimitan un área rectan-
Los promontorios han sido aprovechados en gular que, junto con la Estructura 4, otorga al
Cerro Blanco Norte y Caballete (Estructura 6), complejo una forma general en “U”.
mientras que en Cerro Blanco Centro la Por su parte, en Caballete (Figura 13),
Estructura 1 se construye sobre la pendiente de encontramos una estructura al lado derecho de
un cerro. A esto debemos sumar la ubicación de la Estructura 6. Existen otras dos estructuras a lo
la estructura de Cerro Lampay, que aprovecha largo del eje del muro frontal de la Estructura 6.
una terraza natural de la quebrada. Por último, la También existen dos conjuntos adicionales de
Estructura 4 de Porvenir, un corte de grandes estructuras, cada uno con un volumen central y
dimensiones realizado en la parte posterior de la dos plataformas simples, que están alineados en
estructura, muestra evidencias de roca granítica forma perpendicular a la Estructura 6.
con fractura laminar, semejante a la que uno Finalmente, frente a la Estructura 6, encontra-
puede encontrar en afloramientos rocosos veci- mos la pequeña Estructura 12. De esta manera,
nos. En este último caso, debería comprobarse si, se forma un espacio cuadrangular cerrado entre
efectivamente, se ha aprovechado un montículo los diferentes conjuntos de estructuras.
natural para el emplazamiento de la estructura. Esta breve descripción muestra que existen
El hecho de que estas estructuras hayan sido algunos patrones comunes -como la construc-
construidas aprovechando elevaciones natura- ción de estructuras o componentes asociados, en
les en el paisaje, constituye un fenómeno singu- alineamiento o distribución perpendicular- en
lar en términos de “apropiación” del espacio relación a las estructuras centrales. Sin embargo,
natural por parte de los constructores que mere- las soluciones finales de organización del espacio
ce un estudio particular. Por otro lado, con el son particulares en cada sitio. Por ejemplo, en
objetivo de entender la organización espacial de Cerro Blanco Centro la adición de nuevas
estos sitios, puede considerarse que, al haber estructuras parece “desplazar” a la Estructura 1
“escogido” emplazamientos de estas característi- o, en todo caso, restringir su acceso. En contras-
cas, las estructuras principales parecen corres- te, en Caballete y Porvenir las estructuras cen-
ponder a las construcciones originales o “funda- trales parecen constituirse en los ejes articulado-
doras” dentro de cada complejo. Por lo tanto, las res del espacio arquitectónico en su conjunto.
siguientes construcciones deben entenderse en Podemos inferir entonces que estos sitios
función del arreglo o ampliación de un espacio experimentaron procesos de crecimiento dife-
original constituido sólo por las estructuras renciados tanto en escala como en el diseño
originales. final. De ser así, la explicación de las diferencias
Revisando los planos de los sitios, encontra- en escala y complejidad de estos sitios podría
mos que en Cerro Lampay (Figura 5) existe un incluir un escenario alternativo al de la red
largo muro-plataforma extendido en el eje del jerárquica: la existencia de diferentes trayecto-
muro posterior de la pirámide. En Cerro Blanco rias, de distinta duración o con distintos fenóme-

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

nos sociales y políticos involucrados, dentro del Caballete, en este caso, las estructuras asociadas
proceso de ocupación y desarrollo socio- están a un solo lado y unidas arquitectónicamen-
económico de la Zona IV de Fortaleza. te. Llama la atención, además, la sucesión de
Ese escenario permite considerar que hayan estructuras dentro del eje de estos alineamien-
existido diferentes entidades sociales o políticas, tos. La existencia de la Estructura 5, al costado
representadas en la arquitectura pública existen- de la Estructura 4, estaría sugiriendo la adopción
te en estos cinco sitios, con la posibilidad de dife- de este patrón para la estructura principal.
rentes grados de interacción entre ellas. Tenemos así un patrón de organización de
Si este escenario es correcto, es importante estructuras o de subconjuntos de estructuras con
indagar acerca de la naturaleza de estas entida- características homólogas y que, por otro lado,
des sociales o políticas. Como dijimos antes, cada pueden variar en escala. Este patrón es significa-
sitio parece tener una organización espacial par- tivo ya que las semejanzas formales y estructura-
ticular. les identificadas estarían reflejando el uso de las
En el caso de Caballete existe una distinción estructuras para las mismas funciones. Si estos
entre pirámides con atrio (Estructuras 1, 5, 6 y conjuntos o estructuras cumplían funciones
10), tres de ellas asociadas con plazas circulares similares, su proliferación dentro de un mismo
hundidas. De estas, indicamos que la Estructura sitio estaría reflejando la concurrencia de distin-
6 se encuentra al centro del complejo y parece tos grupos o entidades sociales equivalentes que
ser la primera estructura construida. Por su hacían uso de diferentes espacios arquitectóni-
parte, las Estructuras 1, 5 y 10 presentan plata- cos autónomos al interior de un espacio común.
formas bajas de tamaño variable a sus lados. La Asimismo, las variaciones en escala dentro
articulación de estas dos estructuras varía en de las estructuras o conjuntos estarían expresan-
cada caso, pero parece ser un patrón consistente do diferencias en la escala del grupo o entidad
de organización en subconjuntos. Esta organiza- social articulada alrededor de dicha estructura.
ción parece ser reproducida a menor escala por la Podrían estar expresando también el mayor o
Estructura 12. Por su parte, las Estructuras 7 y 4 menor número de ampliaciones y remodelacio-
aparecen aisladas. Una posible explicación sería nes de los edificios. De esta forma, la articulación
que cumplen una función semejante, como de dichas estructuras dentro de un mismo espa-
estructuras articuladas a la Estructura 6, con la cio puede explicarse como la confluencia de
cual parecen estar alineadas. Estas observacio- entidades sociales equivalentes en un mismo
nes sugieren que, a nivel general, existe un espacio público-ceremonial, en el marco de
patrón de articulación de estructuras en subcon- posibles escenarios de competencia, conflicto
juntos marcados por una estructura principal y y/o negociación, en el cual también existirían
dos estructuras subordinadas. De ser así, la entidades o instituciones articuladoras, expresa-
organización espacial de Caballete se caracteri- das en las estructuras principales de cada sitio,
zaría por la coexistencia de cinco subconjuntos cuyo rol y grado de influencia estaría aún por
relativamente equivalentes en cuanto a comple- determinarse.
jidad espacial, si bien con diferencias de escala. Como corolario, resulta claro que la estruc-
En el caso de Porvenir, existen patrones simi- tura del montículo-plataforma, con o sin plaza
lares. La Estructura 4 es la estructura central, y asociada, viene a ser el espacio público-
cuenta con una estructura menor a un costado ceremonial representativo de una unidad socio-
(Estructura 5). Por su parte, las Estructuras 1, 2 y política. Es importante, por lo tanto, tratar de
7 destacan como estructuras principales, dos de entender la naturaleza de esta unidad espacial,
ellas con atrio. Cada una cuenta con estructuras para lo cual se requiere ir más allá del dato de
o plataformas asociadas. A diferencia de superficie.

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

El Arcaico Tardío en la Costa Nor-Central. 2000:26-28). Este planteamiento se basa en un


Revisión y comparaciones examen de la escala de construcción y diversidad
Los resultados y planteamientos desarrolla- formal de la arquitectura pública identificada en
dos hasta el momento merecen ser contrastados 18 sitios del valle de Supe.
con las investigaciones desarrolladas en otras La escala de los sitios de Supe ha sido definida
zonas y sitios de la Costa Nor-Central relaciona- sobre la base de la extensión (en hectáreas) y del
dos con el Arcaico Tardío. volumen total de construcción (definido como
Debe notarse que, como en el caso de “fuerza de trabajo invertida”) para cada sitio. A
Fortaleza, la escasez de evidencias de contextos partir de estos cálculos, se establecen seis clases
residenciales o funerarios, convenientemente de sitios o “centros urbanos” (Shady et al.
documentadas, ha condicionado un énfasis en el 2000:16-20), entre los que destacan los sitios de
estudio de la arquitectura público-ceremonial Caral y Pueblo Nuevo con más del 50% del total
como fuente para entender la naturaleza socio- de fuerza de trabajo invertida.
política de las sociedades del Arcaico Tardío en Por su parte, el examen morfológico de la
la Costa Nor-Central. arquitectura de Supe concluye en la definición
Uno de los primeros autores en destacar la de 10 tipos (Shady et al. 2000:20-25). De acuer-
relación entre arquitectura y sociedad para esta do con los autores, sitios como Caral o Pueblo
región es Michael Moseley (1975a), quien al Nuevo presentan algunos tipos arquitectónicos
revisar la información del sitio de Áspero, consi- exclusivos, como las llamadas “Pirámides
dera que la arquitectura pública allí existente Mayores” (Shady et al. 2000:20-21).
“dramatiza la complejidad social de la vida maríti- La información proporcionada por Shady y
ma y refleja sus bases económicas” (Moseley sus colegas para el valle de Supe constituye, sin
1975a:117). Robert Feldman desarrolla esta idea duda, la principal fuente de comparación con
adoptando el esquema evolutivo de Elman relación a los datos de la Zona IV de Fortaleza. Es
Service (1962, 1975). Feldman plantea que la importante hacer algunas observaciones sobre la
arquitectura de Áspero refleja la existencia de información presentada.
una “Jefatura” (Feldman 1987:14), idea que va a La distribución de sitios por “inversión de
ser adoptada por otros autores para el conjunto de fuerza de trabajo” para el valle de Supe (Shady
sociedades del Arcaico Tardío (Haas 1987:32). et al.2000: Gráfico 2) es comparable con el
En contraste, Ruth Shady plantea que para el Cuadro 2 en este trabajo, si bien los parámetros
Arcaico Tardío se estaría desarrollando un “Esta- de medición no son los mismos. Por ejemplo, la
do Prístino” en el sitio de Caral, responsable de la información de Supe no hace referencia al
integración y unificación política del valle de número de unidades arquitectónicas por sitio.
Supe (Shady 2000:29; Shady et al. 2000:27). El texto de Shady y sus colegas proporciona
Más allá de las implicancias teóricas de estos planos preliminares de los sitios (Shady et al.
planteamientos, es importante indicar que 2000:39-48), acompañados de descripciones
cualquier aproximación a la naturaleza política someras (Shady et al. 2000:34-38) que eviden-
de estas sociedades requiere definir las caracte- cian la variabilidad en cuanto a número y
rísticas del escenario regional. Con relación a tamaño de estructuras al interior de estos sitios.
este punto, Shady y sus colegas plantean que, Esta variabilidad es ilustrada a través de un
para el valle de Supe, esta dinámica estaría cuadro-resumen del tipo de estructuras identifi-
caracterizada por una entidad centralizada cables por cada sitio (Shady et al. 2000: Cuadro
alrededor del sitio de Caral, el cual habría 5). Sin embargo, la información acerca de la
adquirido gran prestigio frente a otros sitios y escala de cada estructura no es presentada de
otorgaría unidad política al valle (Shady et al. forma desarrollada, sino que es resumida en una

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

“suma total” para cada sitio (Shady et al. 2000: plano” antes que por la “elevación de planos”,
Gráfico 2). como en el caso de las pirámides o plataformas
Como hemos señalado para el caso de (Shady et al. 2000:21), algo reproducido en
Fortaleza, la presentación sintética del total del pequeña escala por las estructuras singulares
área construida por sitio ofrece una visión par- (Shady et al. 2000:22). Por último, se incluyen
cial del proceso de construcción y de inversión tres variantes de plazas circulares hundidas, a los
de fuerza de trabajo, la cual requiere ser contras- que habría de incluir otros mencionados como
tada con una medición de la escala de construc- partes componentes de los tipos anteriores.
ción por cada unidad arquitectónica específica. Al comparar estos datos con la tipología
En ese sentido, la definición de seis “clases” de propuesta para Fortaleza encontramos varias
sitios planteada para el valle de Supe puede ser coincidencias. En primer lugar, la existencia de
susceptible de un replanteamiento si es que se unidades de volumen de tres tipos: Plataformas
incluye un análisis de la “inversión de fuerza de en Secuencia (lo que en este trabajo se llama
trabajo” por cada unidad arquitectónica. Este Plataforma Aterrazada), Plataformas Simples y
tipo de análisis debería estar orientado a respon- Montículos Piramidales. Asimismo, destacan las
der preguntas como: ¿estamos realmente ante plazas hundidas como unidades de área articula-
una división jerárquica con sitios de grandes das eventualmente con las de volumen.
estructuras vs. sitios con estructuras pequeñas? Shady y sus colegas consideran que la diversi-
¿o puede tratarse de entidades homólogas, con dad formal descrita reflejaría diferentes tipos de
diferentes procesos de desarrollo y/o crecimien- funciones asociadas con la entidad estatal
to, reflejado en variaciones en el número y tama- (Shady et.al. 2000:30). Debe precisarse, sin
ño de las estructuras? Dicho de otro modo, embargo, que dentro de la variabilidad notada
¿estamos ante un escenario semejante al de la por Shady y sus colegas, tenemos diferencias de
Zona IV de Fortaleza o se trata de un escenario tamaño dentro de una misma organización del
con diferencias significativas? espacio (por ejemplo, en la relación altura-base
Es importante comentar también el análisis para un montículo) y, por otro lado, variantes en
formal de las estructuras en Supe. Shady y sus la concepción del espacio. Estas últimas corres-
colegas proponen la existencia de diez tipos ponden propiamente a una variante formal
arquitectónicos: Pirámide Mayor, Pirámide, significativa. En tal sentido, podríamos conside-
Estructura de Plataformas Secuenciales, rar que la arquitectura de Supe presenta dos
Estructuras Singulares, Plataforma variantes principales: la de unidades de volumen
Cuadrangular con Plaza, Plataforma elevadas, con o sin asociación de unidades de
Cuadrangular, Plataforma Rectangular, Plaza área, y la de unidades de volumen extendidas en
Circular en Serie, Plaza Circular Inscrita y Plaza secuencia longitudinal. Shady y sus colegas
Circular en Secuencia Vertical. Debe notarse ilustran que estas variantes parecen tener un
que tanto pirámides como plataformas corres- patrón de distribución diferenciado al interior de
ponden básicamente a volúmenes elevados los sitios del valle, y estarían reflejando “dos
aterrazados, cuya diferencia principal se encuen- modelos de centro urbano” (Shady et al.
tra en la proporción entre base y altura (Shady et 2000:26, 28).
al. 2000:21, 24), salvo el caso del tipo Pirámide Por otro lado, la recurrencia de unidades de
Mayor, que incluye la presencia de “alas latera- volumen con formas básicas (pirámides o plata-
les” (Shady et al. 2000:20). Por otro lado, las formas), asociadas a unidades de área donde
llamadas estructuras con plataformas secuencia- también hay formas características (plazas hun-
les presentan como singularidad un énfasis en la didas), hace que una explicación funcional para
diferenciación de espacios por “extensión en la diversidad formal sea problemática. Las carac-

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

terísticas formales de las estructuras en cuestión tión. Hasta el momento, no se han hallado este
-con espacios abiertos, elevaciones de gran tipo de indicadores en ninguna estructura del
escala o espacios restringidos en la cima- son Arcaico Tardío en la Costa Nor-Central. En
relacionadas con funciones rituales o ceremo- efecto, la ausencia de estos indicadores lleva a
niales. No hay evidencias suficientes para con- Feldman a considerar que la dinámica de poder
templar otro tipo de funciones (administrativas, en un sitio como Áspero “prioriza labores corpo-
militares, etc.), características de una entidad rativas o comunales sobre el bienestar individual
estatal. de las élites” (Feldman 1985:84-85; ver también
La variabilidad tipológica de estas estructu- Feinman 2000:215). Desde otro punto de vista,
ras puede ser en parte de origen cronológico, si Richard Burger plantea que los edificios públicos
bien debe comprobarse la anterioridad o poste- del Arcaico Tardío deben ser considerados como
rioridad de algunas formas arquitectónicas en expresiones físicas y metafóricas de la unidad e
relación a otras dentro de un mismo conjunto. identidad comunal (Burger 1992:38).
Por otro lado, la coherencia en la organización de Estas consideraciones coinciden con lo
los complejos con formas variadas sugiere por lo planteado para los sitios de la Zona IV de
menos un nivel mínimo de coexistencia de las Fortaleza. Más allá de la denominación que se
estructuras a su interior. En ese sentido, debe use para identificar a los grupos o entidades
contemplarse también una explicación corológi- sociales, es sugerente considerar a las unidades
ca, es decir, de la existencia de entidades colecti- arquitectónicas en cuestión como referentes de
vas con diferentes tradiciones o bagaje tecnoló- la totalidad de dichas entidades antes que refe-
gico-cultural, reflejado en diferentes formas de rentes de individuos o sub-grupos (v.g., elites).
construir espacios arquitectónicos para usos En tal sentido, las investigaciones y las discusio-
rituales. nes futuras deberán incluir una búsqueda por
Si esta última explicación es correcta, se definir la escala y naturaleza socio-política de los
hace necesario discutir la naturaleza de estas grupos o entidades colectivas responsables de la
“entidades”. En otras palabras, discutir la repre- construcción de cada una de las estructuras en
sentatividad social de las unidades arquitectóni- cuestión.
cas descritas. Respecto a este último punto, es importante
Varios investigadores han notado la profu- recordar la usual relación que se establece entre
sión y diversidad de unidades arquitectónicas actividad constructiva y centralización (Feldman
que caracterizan a los sitios del Arcaico Tardío 1985:82; Haas 1987:32; Moseley 1975a:79-80;
en el la Costa Nor-Central. Moseley, por ejem- Shady et.al. 2001:726), como argumento recu-
plo, considera que cada edificio estaría identifi- rrente para asociar arquitectura pública con
cando la autoridad, prestigio o status de los complejidad social. Esta relación, sin embargo,
miembros de la autoridad central (Moseley no es mecánica ni simple, y requiere del análisis de
1975a:94). Por su parte, Shady y sus colegas varios aspectos que, generalmente, no son posi-
contemplan la posibilidad de que las estructuras bles de abordar con datos superficiales. En efecto,
públicas tengan espacios cerrados exclusivos el grado de centralización de una actividad está
para las “cabezas de linajes”, constituidos como relacionado con la coordinación y/o articulación
elite gobernante de los centros urbanos (Shady de diferentes actividades o tareas. Esta coordina-
et al. 2000:27). Establecer una relación de iden- ción se refleja en la variabilidad de los materiales
tidad entre un edificio público y una persona constructivos utilizados, así como su disposición
requiere de indicadores arqueológicos claros, y/o distribución dentro de la construcción.
tales como la articulación de tumbas o residen- Ambos tipos de datos nos deben informar sobre el
cias de élite con los edificios públicos en cues- número y diversidad de participantes en la cons-

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

trucción, así como la naturaleza de su participa- La existencia de entidades centralizadas, con


ción. Existen varios estudios de este tipo para el el control de valles o regiones enteras, resulta
caso andino (Cavallaro y Shimada 1988; Moseley discutible por la falta de definición clara de las
1975b; Shimada 1994) que reflejan cómo unida- funciones o roles de una entidad central, así
des arquitectónicas de escalas similares pueden como de correlatos materiales. En contraste, una
ser producto de diferentes procesos constructivos integración cultural, e incluso ideológica, de los
que corresponden a diferentes entidades sociales sitios coexistentes puede explicarse por el grado
y políticas. y dinámica de la interacción inter e intra valles,
Por otro lado, recientes contribuciones antes que por un proceso de expansión o difu-
cuestionan la validez universal del principio que sión. En un contexto de estas características, la
asume la centralización como el sistema más variedad en tamaño, número y formas de estruc-
óptimo para la construcción de obras públicas, turas en los sitios registrados, puede estar indi-
anotando su reducida flexibilidad y falta de cando diferentes derroteros o trayectorias den-
respuesta a situaciones cambiantes. En contras- tro del escenario de interacción sugerido.
te, se han evaluado las ventajas de sistemas que Otro aspecto importante para entender a las
impliquen la división de toma de decisiones en sociedades que construyeron estas estructuras es
unidades de trabajo no superpuestas, con auto- el proceso de crecimiento y organización interna
nomía para optimizar sus propias estrategias y de los complejos arquitectónicos. En el caso de la
con niveles mínimos de coordinación entre ellas. Zona IV de Fortaleza, se ha propuesto, de mane-
Hay que recalcar que este tipo de sistemas orga- ra tentativa, algunas posibilidades para entender
nizativos están frecuentemente ligados a activi- la secuencia de construcción de los edificios.
dades constructivas enmarcadas o concebidas Sobre la base de esta propuesta, planteamos que
como actividades rituales (Wills 2000:36-37). estos complejos son el resultado de la congrega-
ción o convergencia de entidades socio-políticas
A manera de síntesis diferenciadas, que coinciden en el uso de un
Luego de esta revisión, podemos plantear espacio común para la construcción de sus pro-
algunas ideas sobre el estado de la cuestión pios espacios rituales. El carácter tentativo de
arqueológica con relación a las sociedades tem- esta propuesta sólo puede ser resuelto con datos
pranas de la Costa Nor-Central. de excavación que permitan una correlación
En primer lugar, puede afirmarse la existencia cronológica más precisa de los eventos construc-
de una tradición arquitectónica consolidada en tivos llevados a cabo, así como un registro más
esta región, con algunos complejos de más de 10 detallado de las semejanzas y diferencias de los
estructuras públicas. Estos complejos varían en espacios construidos.
su extensión, escala constructiva, distribución y En una escala más específica, la estructura
organización espacial de estructuras. Tienen en constituida por montículo y plaza adquiere una
común, por otro lado, una tendencia al alinea- relevancia particular en estos complejos al repre-
miento de estructuras, hecho que sugiere un sentar, posiblemente, las entidades socio-
importante grado de articulación o, inclusive, políticas básicas del entramado social de esta
planificación del conjunto. Al interior de estos región para el Arcaico Tardío.
complejos destaca como unidad básica la estruc- Se hace pues necesario estudiar la naturaleza
tura compuesta por un montículo-plataforma y del proceso de construcción y la organización
una plaza, frecuentemente hundida. La signifi- espacial de estas estructuras, con el fin de identi-
cativa variabilidad formal en este tipo de estruc- ficar el tipo de actividades llevadas a cabo, así
tura compuesta es quizás uno de los temas cen- como el grado y tipo de participación de los
trales de investigación para el futuro. grupos humanos involucrados en dichas activi-

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

dades. Sólo después de la respuesta a estos inte- observadas en estadios anteriores? Esto lleva a
rrogantes, estaremos en posibilidad de entender revisar el concepto de “sociedad igualitaria”
la naturaleza social y/o política del tipo de enti- (Flanagan 1989), anotando que las diferencias
dades colectivas que estuvo detrás de estos sociales o las relaciones jerárquicas frecuente-
proyectos constructivos. mente preceden a la institucionalización de la
desigualdad, pudiendo existir dentro de contex-
El surgimiento de sociedades complejas. tos comúnmente definidos como igualitarios
Nuevas perspectivas teóricas (Paynter 1989:367). Por su parte, la complejidad
La preocupación por entender a las socieda- se define principalmente por el grado de diferencia-
des del Arcaico Tardío se explica, en gran medi- ción interna de un sistema y lo intricado de las relacio-
da, por su relevancia actual dentro del debate nes entre sus elementos componentes (Paynter
sobre el origen y surgimiento de sociedades 1989:369). Desde esta perspectiva, la jefatura ya
complejas en los Andes Centrales y, en particu- no puede ser vista como el estadio complejo
lar, sobre el surgimiento del Estado. Es significa- inicial, sino como el final de un proceso de surgi-
tivo que este debate haya sido planteado en miento de la complejidad (Hayden 1995).
términos de la disyuntiva jefaturas vs. estados Una segunda reflexión tiene que ver con los
prístinos. factores de surgimiento y desarrollo de la com-
Una discusión en estos términos parece plejidad social. El cuestionamiento de las expli-
recoger la influyente propuesta de Elman R. caciones funcionales o estructurales está relacio-
Service (1962, 1975), que clasifica a las socieda- nado con un interés por entender la generación
des en cuatro estadios evolutivos: Banda, Tribu, de relaciones de poder como factor de desarrollo
Jefatura y Estado. La propuesta de Service supo- de sociedades complejas (Earle 1991:14). Este
ne que el fenómeno clave en el proceso de evolu- énfasis en el estudio de las estrategias de poder
ción es la institucionalización del liderazgo implica, a su vez, asumir la posible existencia de
centralizado, en el medio de relaciones jerárqui- diferentes trayectorias en el surgimiento y con-
cas (Service 1975:8-11) y actividades redistribu- trol del poder social, con la consecuente existen-
tivas (Service 1975:75). Esta propuesta fue cia de desarrollos socio-políticos complejos
acogida en la arqueología y desarrollada dentro alternativos (Blanton 1998; Blanton et al. 1996;
de la teoría de sistemas (v.g., Flannery 1972; Feinman 1995; Gilman 1991; Yoffee 1993). Una
Johnson, 1982; Wright 1978, 1984), asumiéndo- implicancia inmediata de esta posibilidad es la
se que el surgimiento de sociedades complejas superación de esquemas tipológicos evolutivos
implica el incremento de la segregación y la de validez universal.
centralización al interior de una sociedad (Flan- Una tercera reflexión tiene que ver con el rol
nery 1972:409). de la centralización del poder y su supuesto valor
La propuesta original de Service fue cuestio- universal en el desarrollo de sociedades comple-
nada por su lógica funcional (Carneiro 1970, jas. Recientes investigaciones han notado la difi-
1981; Earle 1977, 1978; Yoffee 1979), por su cultad de aplicar este supuesto para entender rea-
naturaleza tipológica (McGuire 1983), y por la lidades complejas en lugares como el África
dificultad de incluir en su esquema a toda socie- Subsahariana o el Sureste Asiático (McIntosh
dad existente (Feinman y Neitzel 1984). Estas 1999; White 1995). Como resultado, se han plan-
críticas abrieron campo a nuevas reflexiones. teado nuevos marcos teóricos para entender la
En primer lugar, si el surgimiento de la com- diversidad de trayectorias hacia la complejidad.
plejidad social tiene que ver con el surgimiento de Dos de los principales marcos teóricos desa-
la desigualdad y las relaciones jerárquicas ¿éstas rrollados son la Teoría Procesal Dual y la
aparecen con las llamadas jefaturas o pueden ser Heterarquía.

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Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

La Teoría Procesual Dual (Blanton 1998; ra a posiciones de liderazgo y una relativa auto-
Blanton et al. 1996; Feinman 1995, 2000) reco- nomía de los subsistemas dentro de una estructu-
ge la preocupación por entender la relación ra de control político (Blanton 1998:147).
dinámica entre acción humana y estructura El concepto de Heterarquía se desarrolla en
social (Bourdieu 1977; Giddens 1984). La el marco del paradigma sistémico, como alterna-
propuesta parte de reconocer que las sociedades tiva a la noción de jerarquía como principio
“igualitarias” se caracterizan básicamente por la organizador universal. Heterarquía alude a la
existencia de mecanismos niveladores que relación entre dos o más elementos no-
impiden la institucionalización de situaciones jerarquizados que, sin embargo, tienen el poten-
internas de desigualdad. De igual forma, dentro cial para ser jerarquizados en diferentes maneras
de estas sociedades existen condiciones internas (Crumley 1979:144, 1995:3). En otras palabras,
y externas que cuestionan permanentemente se trata de una relación entre componentes
estos mecanismos y propugnan la institucionali- diferenciados que no conlleva, necesariamente,
zación de desigualdades (Feinman 1995:262). a un ordenamiento vertical. En caso de existir,
En este contexto, la acción política se desarrolla las relaciones jerárquicas pueden variar de
sobre la base de un bagaje cultural adquirido por acuerdo a requerimientos del sistema (v.g., su
socialización y, a su vez, actúa sobre él, propi- contexto de aparición o su función) y pueden
ciando su mantenimiento y reproducción o, por estar articuladas dentro de un universo mayor
el contrario, su transformación (Blanton et al. no-jerarquizado.
1996:2). Contemplar escenarios heterárquicos dentro
De acuerdo con estos principios, las estrate- de una sociedad compleja implica reconocer que
gias de poder tienen una naturaleza dual que las formas de orden y poder no tienen que ser
genera caminos alternativos hacia la compleji- necesariamente verticales y que los grupos
dad. Estos caminos se marcan por formas de sociales o políticos diferenciados no tienen que
ejercicio del poder excluyentes y corporativas. estar permanentemente jerarquizados entre
La estrategia excluyente se caracteriza por el ellos. En tal sentido, el principio de heterarquía
monopolio de fuentes de poder y la correspon- permite identificar fenómenos tales como la
diente centralización. Los autores llaman la “diferenciación lateral u horizontal” dentro de
atención sobre una estrategia alternativa, de tipo un grupo heterogéneo o la formación de “jerar-
corporativo, donde el poder es compartido a quías flexibles” dentro de una estructura de
través de diferentes grupos y sectores de una poder (White 1995:104). Asimismo, los meca-
sociedad. nismos de control y poder en una sociedad com-
Esta estrategia de tipo corporativo se explica pleja pueden ser tanto centralizados como dis-
por la pervivencia de comportamientos igualita- persos (White 1995:117). Por otro lado, estos
rios en sociedades complejas. Por comporta- mismos mecanismos pueden no ser de naturaleza
miento igualitario se entiende una serie de medi- estructural y adquirir una dimensión contextual.
das que limitan el poder integral y restringen el Esto significa que las relaciones de poder dentro
ejercicio de poder excluyente (Blanton de una sociedad se encuentran permanentemen-
1998:147-148, 151-152), el cual se da dentro del te interpeladas y son susceptibles de replantea-
marco de una estructura de autoridad construida miento (Crumley 1995:3).
sobre líneas corporativas basadas en un código En términos concretos, el concepto de hete-
cognitivo que limita el control del poder (Blan- rarquía permite explicar fenómenos como la
ton 1998:152). Así, las estrategias corporativas existencia de poderes contrapuestos (v.g.,
ofrecen un reducido potencial para monopolizar Líderes espirituales vs. grupos de poder comer-
poder. Ofrecen también un alto grado de apertu- cial) (Crumley 1995:3), la formación de grupos

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Arqueología y Sociedad, Nº. 15 2004

de poder competitivos como sociedades secretas sino que son dinámicas y susceptibles de cons-
o parcialidades (McIntosh 1999:11), o la disper- tante cambio, se hace indispensable obtener un
sión de mecanismos de control dentro de socie- registro cronológico detallado y fino de la cons-
dades complejas (White 1995:117). trucción y funcionamiento de las estructuras
Es importante notar que cuando se habla de arquitectónicas descritas, así como de sus cam-
heterarquía no se habla de un nuevo tipo o bios y continuidades. Las evidencias de superfi-
modelo de estructura social. Se trata más bien de cie o enfoques puramente sincrónicos son, en
un principio organizativo (Brumfiel 1995:128) o esta perspectiva, insuficientes.
un concepto analítico que expande nuestra En segundo lugar, debido al cuestionamiento
comprensión de las dinámicas sociopolíticas del valor universal de los modelos tipológicos y
(Small 1995:71). No existe, por lo tanto, un tipo asumiendo cómo las estructuras sociopolíticas
de sociedad heterárquica, sino la manifestación, pueden variar de acuerdo a cada contexto, se
en distintas sociedades, de distintas formas de hace necesario especificar la escala del análisis
organización heterárquica. utilizada. En el caso de los sitios de la Costa Nor-
Central, debe especificarse cuando se está anali-
Balance y perspectivas zando la organización socio-política alrededor
Las reflexiones reseñadas implican reformu- de una estructura, alrededor de un complejo o
lar nuestras interrogantes acerca del surgimiento alrededor de una región. No es conveniente
de sociedades complejas. La pregunta acerca de extrapolar resultados de un nivel de análisis a
“cuán compleja era la sociedad X” pierde rele- otros.
vancia ante la duda de “cómo es que la sociedad Por la misma razón, se hace necesario especi-
X era compleja” (Rautman 1998:326). En otras ficar el contexto y las funciones de las relaciones
palabras, incide en una definición mucho más de poder estudiadas. Para el caso analizado, se
precisa de las características sociales y políticas asume que las estructuras son de carácter cere-
de la sociedad en estudio para poder aproximarse monial. Es decir, se trataría de espacios construi-
a explicaciones causales de su formación. Estas dos para la conducción de rituales. Esto implica
inquietudes han sido planteadas por varios entender el ritual como actividad humana, sus
investigadores para el área andina (Bawden connotaciones sociales, políticas y sus patrones.
1994; Dillehay 2001; Silverman 1993). Sería También implica entender su articulación y orga-
conveniente que este tipo de inquietudes sean nización en el espacio, y las implicancias políti-
introducidas en el debate sobre el Arcaico Tardío cas que esto trae. Por último, implica evaluar la
en la Costa Nor-Central. representatividad de las relaciones de poder
El estado actual de las evidencias para este manifestadas en actividades rituales dentro de
período y región, dominado por datos de superfi- una estructura de poder.
cie, no permite desarrollar propuestas teóricas Como puede observarse, los nuevos requeri-
muy elaboradas. Sin embargo, plantear el debate mientos teóricos y metodológicos revisados
en términos de la identificación de jefaturas o implican un camino más largo para entender la
estados, limita las posibilidades de entendimien- complejidad emergente. Abren más preguntas
to. Por el contrario, a partir de las reflexiones que las respuestas que generan. Sin embargo, nos
expuestas se pueden abrir nuevas perspectivas ayudan a mirar críticamente supuestos y genera-
de investigación para entender las característi- lizaciones anteriormente asumidas y, de esta
cas específicas del desarrollo socio-político de la manera, enriquecen mucho más el marco con-
Costa Nor-Central para el Arcaico Tardío. ceptual y analítico para entender los orígenes de
En primer lugar, al asumir que las estructuras nuestras formas complejas de organización social
de poder no son inmutables u homeostáticas, y política.

56
Rafael Vega-Centeno Sara-Lafosse Arquitectura pública del Arcaico Tardío en el valle de Fortaleza...

Agradecimientos Bourdieu, Pierre


Los trabajos de prospección y mapeo en el 1977 Outline of a Theory of Practice.
valle de Fortaleza fueron patrocinados y finan- Reimpreso. Cambridge University Press.
ciados por la Dirección Académica de Inves- Publicado originalmente en francés
tigación de la Pontificia Universidad Católica como Esquisse d'une Théorie de la Pratique,
del Perú, a cargo de la Doctora Margarita Suárez. Précédé de Trois Etudes d'ethnologie
Kabyle, 1 9 7 2 , L i b r a i r i e D r o z ,
Los equipos de topografía fueron prestados por el
Switzerland.
Gabinete de Topografía de la misma universidad,
Brumfiel, Elizabeth M.
a cargo del Ingeniero Juan Carlos Dextre. En el 1995 Heterarchy and the Analysis of Complex
valle de Fortaleza contamos con el apoyo y facili- Societies : Comments. En Heterarchy and
dades de la Empresa Agroindustrial Paramonga, the analysis of Complex Societies, R. M.
en particular de la señora Hasel Rosas y del Ehrenreich, C. L. Crumley y J. E. Levy
ingeniero Julián Horna. Los trabajos de campo (eds.), pp. 125-131. Archaeological
contaron con la asistencia profesional de la Papers of the American Anthropological
arqueóloga Cristina Rospigliosi y la participa- Association 6, Arlington.
ción de Marilyn Herrera y Claudia Pereyra, Burger, Richard L.
estudiantes del Programa de Arqueología de la 1992 Chavin and the Origins of Andean
Pontificia Universidad Católica del Perú. A Civilization. Thames and Hudson,
todas las personas nombradas, mi más sincero Londres.
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