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Los paisajes agrarios de la romanización, arquitectura

y explotación del territorio II. Reunión científica.


Redondo-Alandroal (Alentejo, Portugal), 24-25 mayo, 2012.

EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS


(DON BENITO, BADAJOZ): UN RECINTO FORTIFICADO
TARDORREPUBLICANO ENTRE LA SERENA
Y LA VEGA DEL GUADIANA

Victorino MAYORAL HERRERA, Instituto de Arqueología-Mérida (CSIC-Gobierno de Extremadura);


Juan José PULIDO ROYO; Sabah WALID SBEINATI, Underground S.C.; Sebastián CELESTINO PÉREZ;
Macarena BUSTAMANTE ÁLVAREZ; Antonio PIZZO; Luis SEVILLANO PEREA, Instituto de Arqueología-Mérida
(CSIC-Gobierno de Extremadura)

Resumen: En la presente contribución se ofrece un avance preliminar de los resultados del estudio
arqueológico del asentamiento fortificado del Castejón de las Merchanas (Don Benito, Badajoz). Esta
intervención se enmarca en el desarrollo de un proyecto de investigación cuyo objetivo es estudiar la
romanización en el suroeste peninsular, centrando la atención en la comarca extremeña de la Serena y el valle
medio del Guadiana. Dentro del análisis de este crucial período de transición, el estudio de los recintos y
fortificaciones ciclópeas ha sido objeto preferente de atención, desarrollándose intervenciones para conocer
sus estructuras, morfología, estratigrafía, sus repertorios materiales y su contextualización territorial. En este
contexto se justifica la elección del Castejón de las Merchanas como un enclave de interés, tanto por su
fisonomía como por su emplazamiento. Se realiza una exposición sintética de las características del
asentamiento, su organización interna, así como del diseño y técnica de sus estructuras. Se propone una
secuencia cronológica en virtud de la lectura estratigráfica y los materiales recuperados, y se plantean
algunas hipótesis en cuanto a su funcionalidad. Esta visión se completa con los datos aportados por la
prospección sistemática del entorno, que incluye los trabajos intensivos desarrollados alrededor del sitio.

Summary: in this paper we offer a preliminary study of archaeological research in the fortified settlement of
Castejón de las Merchanas (Don Benito, Badajoz). This work is part of a research program focused on the
Romanization process in Peninsular south-west, particularly in the Serena region and the middle Guadiana
Basin. Within this critical period of historical change, the study of fortified settlements has been a
distinguished field of activity, dealing with the knowledge of their structure, morphology, material
assemblages and their territorial context. In this framework the choice of Merchanas as a place of special
interest is justified by its strategic location and complex physiognomy. We present a brief description of its
internal structure, architectural planning and building techniques. According to our stratigraphic record and the
analysis of finds in the site, a chronological sequence and a functional interpretation of the site are proposed.
This overview is completed with data provided by the systematic surface survey of the area around the site.

Palabras clave: fortificaciones, romanización, suroeste peninsular, La Serena.


Key words: fortifications, romanization, peninsular south-west, Serena Region.
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1. ANTECEDENTES. PORQUÉ MERCHANAS En virtud de estos antecedentes, quedaba clara


la oportunidad de aportar algo nuevo a través de
Desde el año 2001 el Instituto de Arqueología- un programa sistemático de documentación de este
Mérida (CSIC-Gobierno de Extremadura), viene des- tipo de asentamientos. Era precisa en primer lugar
arrollando un análisis arqueológico a escala territo- una puesta en común de lo mostrado en las diver-
rial en la Comarca de La Serena. Esta labor se ha sas publicaciones. Era además imperativo fijar cues-
focalizado en el estudio de diferentes períodos, desde tiones de cronología hasta la fecha establecidas a
la prehistoria hasta época romana, pasando por la partir de la tipología de los aparejos constructivos
protohistoria. Desde su inicio, esta investigación y el escaso material cerámico que puede identifi-
planteó como uno de los objetivos definir las caracte- carse en superficie. Carecíamos de estratigrafías y
rísticas en esta zona del proceso de transición entre la contextos publicados en detalle que permitieran
Edad del Hierro y la implantación del dominio roma- validar las hipótesis formuladas acerca del contexto
no. Como es bien sabido, uno de los elementos más territorial de las fortificaciones y su sentido histó-
destacados del registro material de dicha etapa en la rico. Así las cosas, la elección de Merchanas vino
zona son los denominados recintos-torre y fortifica- motivada por una combinación de factores. En pri-
ciones ciclópeas, que han generado ya una amplia mer lugar, de acuerdo con las referencias publica-
bibliografía (véase entre otros trabajos, Ortiz Romero das y nuestra apreciación directa del sitio, parecía
1995, Rodríguez Díaz y Ortiz Romero 1998, 2003). tratarse de un caso excepcional en cuanto a sus
A través de esta última se pone de manifiesto dimensiones y complejidad dentro del conjunto de
cómo, en una franja cronológica que va desde el fortificaciones de altura. Destacaba además por el
siglo II a.C. hasta bien entrado el siglo I d.C., se des- buen estado de conservación de las estructuras, y
arrolla un fenómeno de poblamiento complejo y resultaba el más accesible de esta clase de encla-
heterogéneo, para el que aún tenemos un buen núme- ves para poder emprender trabajos sistemáticos.
ro de preguntas sin respuesta. Frente al elemento Así las cosas, en otoño de 2009 iniciamos nues-
común del aparejo constructivo, encontramos una tra labor de documentación con la realización de una
notable diversidad en las localizaciones, los diseños planimetría y un levantamiento de la microtopogra-
y los repertorios materiales. fía del sitio. Esta intervención se enmarcaba dentro
Dentro de dicha variedad, las fortificaciones de las tareas de registro del conjunto de fortificacio-
situadas en las sierras que articulan el paso a través nes de toda la zona.1
de la comarca constituyen un grupo con entidad pro- En la primavera del año siguiente pudimos ini-
pia. Hasta la fecha los trabajos de documentación ciar los trabajos de excavación: La dirección téc-
más intensos se han desarrollado en torno a las forti- nica fue encomendada a la empresa Underground
ficaciones situadas en los llanos de La Serena. Así S.C de la cual son miembros dos de los firmantes
por ejemplo el sitio de Hijovejo fue excavado en su del presente trabajo. En esta primera campaña el
totalidad durante los años noventa del siglo pasado objetivo principal fue definir la secuencia tempo-
(Rodríguez Díaz y Ortiz Romero 2004). Por el con- ral de las ocupaciones del Castejón. Considerando
trario, los citados asentamientos en altura han recibi- como hemos visto la existencia de múltiples recin-
do menos atención. Esto es en buena medida expli- tos, se planteó la apertura de sondeos en tres de
cable por la inaccesibilidad de sus emplazamientos, ellos, buscando además relaciones estratigráficas
así como las dificultades que plantea el desarrollo en entre los posibles niveles de ocupación y las estruc-
ellos de cualquier tipo de trabajo. En su momento turas reconocibles en superficie. También durante
quedaron englobados en algunos trabajos de síntesis el año 2010 fue posible emprender una prospec-
sobre la protohistoria provincial (Rodríguez Díaz ción sistemática intensiva de todo el entorno del
1987), y podemos rastrear informaciones diversas cerro del Castejón, algunos de cuyos resultados sin-
sobre ellos a través de algunos trabajos publicados
sobre el fenómeno de los recintos ciclópeos. En el
ámbito de las publicaciones locales existen informa- 1
Dichos trabajos se realizaron en el marco del proyecto de
ciones más o menos detalladas sobre conjuntos de investigación «Paisaje, territorio y cambio social en el
casos como el de la Sierra de las Pozatas de Castue- suroeste peninsular: De la protohistoria al mundo romano»
ra (Ortiz Romero 2006), o el Valle del Guadámez (Ref. HAR 20081973) perteneciente al Plan Nacional de
(Suárez de Venegas 1995) en el que se localiza el Investigación financiado por el Ministerio de Innovación y
Castejón de las Merchanas. desarrollado entre 2008 y 2011.
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tetizaremos aquí. Finalmente, los últimos trabajos Alcudia, o, cruzando los Pedroches, con el Guadal-
de excavación desarrollados hasta la fecha tuvie- quivir a su paso por Córdoba.
ron lugar en el verano de 2011. En esta ocasión fue El asentamiento se emplaza en una elevación
posible ampliar los cortes de la campaña prece- con una cota máxima de 324 msnm, formada por
dente, lo cual en el caso del recinto C y la estruc- pizarras grisáceas y/o violáceas con intercalacio-
tura 1 proporcionó una lectura más abierta de la nes y cuarcitas, y que destaca en una curva del río.
organización del espacio. Hay que señalar que a partir de ese punto el pai-
saje del valle experimenta un cambio notable. Se
marca aquí la divisoria entre los espacios abiertos
2. DÓNDE ESTÁ MERCHANAS y de formas suaves que se abren hacia Medellín y
Valdetorres, junto al Guadiana por un lado, y las
El denominado Cerro del Castejón, en el paraje escarpadas sierras formadas por cuarcitas y
de Merchanas, se localiza en el término municipal pizarras de Manchita y la Lapa, por otro. Pese a
de Don Benito, en la provincia de Badajoz. Más con- que las segundas determinan un predominio de los
cretamente se sitúa en el curso medio del río Guadá- terrenos dedicados a encinares, matorral y monte
mez, un afluente del Guadiana por su margen bajo, el lecho fluvial del Guadamez es aquí aún
izquierda (Fig. 1). Con una orientación NO-SE este ancho, posibilitando en su margen izquierda el des-
valle define uno de los pasos naturales de conexión arrollo de cultivos de cereal, olivar en regadío y
entre la vega del citado Guadiana y la comarca de más recientemente de frutales. También facilitan
La Serena. En esta encrucijada confluyen las rutas la explotación, esta vez en secano, las amplias lade-
que conectan con la meseta sur, a través del Valle de ras formadas por el piedemonte de las sierras.

Figura 1. Localización del Castejón de las Merchanas.


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3. LAS ESTRUCTURAS primer caso parece tratarse de un espacio diseñado


Y SU TÉCNICA CONSTRUCTIVA para encauzar el paso al interior del conjunto desde
el norte. En el segundo la superficie es mayor, ocu-
En otro trabajo (Mayoral et alii 2011) podrá el pando todo el costado oriental. Posee un potente
lector encontrar una descripción detallada de las muro de gran aparejo que cierra todo el lado sur, pero
estructuras del asentamiento visibles en superficie y por el lado opuesto presenta un amplio hueco sin
su organización interna. De modo sucinto aquí dire- obstáculo alguno. Posiblemente la estructura 3 esta-
mos que la extensión total del mismo es algo infe- ría relacionada con el control del acceso por esa par-
rior a los 2500 m2. Se pueden diferenciar dentro de te. Los recintos C y D en cambio sí que están com-
esa superficie hasta cinco recintos de tamaño muy pletamente cerrados, también por gruesas murallas
variable, que se articulan en torno a dos grandes de grandes bloques ciclópeos. Pese a la fuerte pen-
construcciones de gran volumen que se adaptan a diente y lo reducido del espacio, como veremos al
sendas crestas rocosas que coronan el cerro (nume- menos en el primer caso ha quedado contrastado el
radas como estructuras 1 y 2 en la figura 2). La dis- uso habitacional de estos sectores. Este sería además
posición de los lienzos de muralla pone de mani- el único de los dos que presenta una entrada clara
fiesto la preocupación por limitar y dirigir el acceso que lo comunica con el exterior del conjunto.
a las estructuras de la cima. Es constante el aprove- Por último el recinto A, que es el más pequeño
chamiento de los afloramientos cuarcíticos que sal- de todos, ocupa la vertiente norte del cerro en su
pican toda la elevación, los cuales en ocasiones for- parte más alta, enlazando además las dos grandes
man pareces verticales de notable altura, haciendo construcciones ya mencionadas. Al igual que el C
innecesaria cualquier obra artificial. muestra un acceso hacia el exterior, esta vez median-
Dos de los recintos situados a una cota más baja te una rampa tallada en la roca que luego fue pavi-
(B y E) quedan abiertos por uno de sus lados. En el mentada con lajas de pizarra.

Figura 2. Planta general del asentamiento del Castejón de las Merchanas.


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Un estudio desde la perspectiva del proceso de obra se añadió el refuerzo empleando materiales
constructivo del conjunto de Merchanas, permite constructivos de menores dimensiones, en una solu-
de entrada hablar de dos grandes fases. La primera ción más regular y cuidada.
se caracteriza por una actividad edilicia más Por lo que respecta a la estructura 2, fue cons-
consistente, mientras que la segunda se define por truida en una zona de fuerte pendiente, lo cual con-
una intervención documentada exclusivamente en dicionó su concepción. Contrariamente a la lógica
la estructura 1. constructiva tradicional, es posible observar como
Como ya hemos apuntado esta última se encuen- para el levantamiento de los muros se actuó constru-
tra en una situación topográfica favorable para la yendo lo mismos desde el interior hacia el exterior,
realización del proyecto constructivo, dada su posi- aprovechando en primer lugar la única zona llana en
ción en la zona homogénea y amesetada de la cima aquel punto, y sirviéndose del ingreso al noroeste
del farallón rocoso. Sin embargo, en su lado nor- sugerido por la misma topografía del territorio.
oriental la esquina del edificio se ve reforzada con Una segunda fase constructiva coincide con la
una construcción en ángulo recto de la que deja cons- puesta en obra de la esquina oeste, que utiliza como
tancia un buen lienzo en la parte norte y este. Como material grandes bloques contrastando el profundo
se verá, una solución similar se ha documentado salto de cota. A una tercera fase constructiva perte-
también en la estructura 2. nece el muro sureste que cierra en este lado la
Pero volviendo a la estructura de la cima, para su estructura.
construcción se realizó en primer lugar el edificio En su conjunto, la técnica constructiva utilizada
rectangular, uniendo las esquinas del mismo en solu- contempla el uso de bloques de forma poligonal y
ción continua contribuyendo a una construcción apenas trabajados, probablemente extraídos cerca
homogénea y dejando un tabique que con dirección del lugar de empleo, por lo menos para la realiza-
oeste-este separa perpendicularmente el área en dos ción del muro sur de la estructura rectangular del
ambientes de planta diferente. En una segunda etapa edificio 1. Se construyen muros de doble paramento

Figura 3. Fases constructivas identificadas en las estructuras del Castejón de las Merchanas.
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de la estructura 1, y corresponde a una etapa de


reocupación sobre los restos de la fase anterior que
presenta una escasa entidad. Es entonces cuando
se produce una compartimentación interior del
edificio, atestiguada por la presencia de un muro
en forma de «L» que se adosa al muro sur de la
estructura rectangular preexistente. Su fábrica se
distingue claramente al estar compuesta de
elementos constructivos más pequeños y un núcleo
con una mayor cantidad de tierra arcillosa y
piedras menudas. Otra evidencia de esta etapa del
asentamiento es seguramente el muro que, enla-
zando dos afloramientos de roca, cierra el recinto
A por el extremo oriental tapiando el acceso
original al mismo. Su factura es muy irregular y
parece incorporar materiales reutilizados. Por últi-
mo, el sondeo en el recinto C documentamos una
serie de muretes de aterrazamiento vinculados a la
ocupación de época imperial, y que apuntan de nue-
vo a un uso del espacio poco intensivo.
Completando el estudio del proceso constructi-
vo, el examen de los afloramientos rocosos en torno
al asentamiento permitió identificar algunos de los
Figura 4. Aspectos de la técnica constructiva de la estructura puntos de extracción de los bloques de cuarcita.
1. A. Muro de cierre exterior por el sur. B. Compartimentación Concretamente, en la falda suroccidental del cerro
interior. puede reconocerse con claridad cómo las vetas de
cuarcita con orientación SO-NE fueron sistemática-
con un núcleo de pequeñas piedras y arcilla de color mente explotadas, distinguiéndose las marcas de los
rojizo, muchas veces reducido al mínimo a causa de bloques ya extraídos, las cuñas para fragmentar la
las grandes dimensiones de los elementos utilizados. roca e incluso algunos bloques abandonados en la
Los paramentos exteriores presentan hiladas hori- cantera. A juzgar por las marcas observadas, el mis-
zontales irregulares con la disposición de los ele- mo proceso podría haberse producido en el farallón
mentos más grandes en solución de esquina, sirvien- que marca la separación entre el recinto C y el exte-
do de referencia para las tongadas a construir. Se rior del complejo.
intenta con ello conseguir una cierta regularidad. En
la construcción de ambas estructuras se recurre al
uso de una consistente cantidad de cuñas de relleno 4. LA EXCAVACIÓN: UN AVANCE
y de nivelación para la homogenización de la puesta PRELIMINAR DE LOS RESULTADOS
en obra.
En el edificio 2, donde se aprecia un alzado 4.1. LOS SONDEOS DE 2010
más consistente (la altura máxima hasta donde se
pudo medir es de 2,50 m), se nota una fuerte En la primavera de 2010 se iniciaron los trabajos
inclinación del paramento hacia su interior, con el de excavación en el yacimiento.2 Estos trabajos con-
fin de contrarrestar la brusca pendiente sobre la que sistieron en la realización de cuatro sondeos que nos
se asienta el aparejo, y a la vez proporcionarle permitieran tener un conocimiento más concreto de
mayor estabilidad. la cronología y la secuencia estratigráfica que pre-
Se puede concluir que la construcción de los edi- sentaba el Castejón de Las Merchanas.
ficios que conforman el Castejón de las Merchanas
pertenece en mayor parte a una única etapa histórica
dividida en tres fases de obra distintas. 2
Proyecto de sondeos arqueológicos en el recinto torre de
El segundo momento de actividad constructiva Las Merchanas, Don benito (Badajoz). Expediente
ya señalado puede documentarse en la tercera fase INT/2009/271.
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Figura 5. Aspectos de la técnica empleada en la construcción de la estructura 2. A. Adosamiento del refuerzo exterior. B. Bloques en
solución de esquina como referencia para las hiladas. C. Detalle de las cuñas de relleno entre bloques. D. Lienzo cubriendo un hueco
del afloramiento de roca.

El sondeo 1 (S-1) se situó en el límite meridional parte superior del muro podría corresponder a una
del recinto C. El objetivo fue conocer la disposición reparación de la misma en un momento posterior.
del muro de cierre de dicho recinto, así como la mor- Bajo el nivel de incendio se documentó un nuevo
fología del aterrazamiento (artificial o natural) y su nivel de uso en el que se localizó un agujero de poste
uso antrópico. Tras la excavación de los estratos pegado al muro ciclópeo, cuyo relleno (con piedras
vegetales, se documentó un nivel de bloques de pie- de calzo en el fondo) estaba formado por arenas suel-
dra de tamaño no muy grande (entre 15 y 40 cm de tas mezcladas con carbones, posiblemente fruto de la
longitud máxima) que podríamos interpretar bien combustión de la madera del propio poste durante el
como un derrumbe de la estructura o bien por un momento del incendio. El nivel de uso o nivelación
efecto de arrastre desde la parte superior del cerro. republicana se asentaba directamente sobre el geoló-
Seguidamente se localizó un posible nivel de uso gico, al igual que la muralla, lo que implicaba que el
cronológicamente adscrito a momentos altoimperia- aterrazamiento fue completamente artificial.
les, y que cubría un nivel de incendio (una valora- El sondeo 2 fue practicado en el extremo norte
ción del conjunto cerámico recuperado se expone en del recinto E, y adosándose al muro oeste de la
la sección 6 de este trabajo). El sondeo nos permitió estructura 3. El objetivo del mismo era comparar la
apreciar que la anchura de la estructura ciclópea era secuencia de uso de esta plataforma con la apreciada
aproximadamente el doble de lo que se podía apre- en el recinto C. Como resultado, solamente fue posi-
ciar en superficie. Tras el estudio preliminar de los ble documentar un nivel de colmatación-arrastre y
materiales obtenidos en esta fase de destrucción, se otro indeterminado, asociados a la estructura cicló-
pudo establecer que la cronología de este momento pea, que como vimos se asocia a la primera etapa de
es tardorrepublicana, lo que permitía suponer que la ocupación del asentamiento.
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Finalmente el tercer sondeo de la campaña de


2010 se marcó como objetivo realizar una lectura
transversal de la secuencia apreciada en el Recinto A
(sondeo 3A) y la estructura 1 (sondeo 3B). En el pri-
mero de ellos, tras retirar los estratos naturales y de
colmatación nos encontramos con un nivel formado
por arcillas rosadas muy compactas y lajas de pizarra
muy fragmentadas de las que desconocemos su ori-
gen, aunque no se excavó en su totalidad. Inmediata-
mente debajo del estrato anterior, se localizó un posi-
ble nivel de uso formado también por arcillas, con
una serie de lajas dispuestas horizontalmente sobre
la superficie a modo de solado. Al retirar el estrato
de nivelación o nivel de uso, nos encontramos con
un estrato ceniciento con numerosos carbones que
hemos decidido no retirar, a expensas de una posible
excavación en área abierta que permita no perder la
información estratigráfica de este nivel.
Por otra parte, en el interior del edificio 1 (S-
3B), se pudo documentar una serie de plataformas
constructivas que se iban sucediendo salvando el
desnivel del cerro, hasta llegar, en su parte inferior, a
un gran muro ciclópeo que delimitaba el espacio al
S. En su interior, se excavó un nivel de incendio con
abundante material arqueológico y con una gran pre-
sencia de adobes y lajas de pizarra, algunas de ellas
Figura 6. Estructuras asociadas a la segunda fase de ocupación. hincadas, lo que podría indicar la presencia de muros
A. Compartimentación interna de la estructura 1. B. Cierre recrecidos de adobe aprovechando las estructuras
oriental del recinto. Apréciese el bloque de granito reutilizado. pétreas como cimentación o como zócalo, y la utili-

Figura 7. Detalle de una de las zonas de extracción de roca para la construcción de la fortificación.
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zación de la pizarra a modo de


teja para la techumbre. Por
debajo del nivel de destrucción
se documentó un solado, tam-
bién con lajas de pizarra, cuya
excavación se trasladó, como
en el caso anterior a la siguien-
te campaña de excavación que
permitiese una documentación
de este espacio en área abierta.
Los datos obtenidos en la
excavación de estos sondeos no
permitían una definición clara
de la naturaleza de este asenta-
miento, así como del grado de
continuidad con la etapa tardo-
rrepublicana y la fecha de aban-
Figura 8. Localización de las zonas de intervención arqueológica en el Castejón de las dono definitivo del sitio. Esto
Merchanas. La numeración se corresponde con los sondeos de la campaña de 2010. unido a la necesidad de una
documentación en área abierta,
ahondaron en la necesidad de
continuar con los trabajos de
excavación.

4.2. 2011: LA EXCAVACIÓN


EN ÁREA

Los trabajos de excavación


en área abierta se realizaron en
verano de 2011. Su objetivo fue,
en primer lugar, obtener una
lectura en extensión de las ocu-
paciones documentadas por el
sondeo del recinto C. Para ello
se amplió el S-1, siguiendo las
líneas de amurallamiento. Las
dimensiones del área de exca-
vación fueron 5,40 m x 4,20 m,
y se documento una potencia
máxima de 80 cm, sin que se
agotara la secuencia arqueoló-
gica del área de excavación.
Queríamos en segundo lugar
conocer con más detalle la
organización interna de la
estructura 1, para lo que se
practicó una cata de 8,90 m x
10,20 m (28,5 m 2 ), sin que se
agotase la secuencia estrati-
Figura 9. Sección y perfil del sondeo 1. Interesa que se vean las dos fases en el gráfica, como en el caso ante-
adosamiento de ues a la cara interna del muro ciclópeo. rior, posponiendo estos traba-
74 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

jos para futuros proyectos de excava-


ción. Finalmente, quisimos contrastar
la posible existencia de un acceso prin-
cipal al recinto A. Aquí, al igual que en
las restantes zonas excavadas, no pudi-
mos documentar la secuencia total de
esta área, aunque si se procuró dejar las
estratigrafía en fase para facilitar posi-
bles intervenciones futuras. Pese a que
las áreas de excavación se sitúan en
zonas distantes dentro del sitio, se ha
podido establecer una secuencia estra-
tigráfica conjunta, aunque debemos
tener en cuenta que en ningunas de las
áreas hemos agotado el registro estrati-
gráfico.

4.2.1. El recinto C

La excavación de este sector per-


mitió documentar los tres períodos prin-
cipales que se habían localizado en los
sondeos: contemporáneo, romano
altoimperial y romano tardorrepublica-
Figura 10. Sección acumulativa y perfil del sondeo 3A.
no, agotando la secuencia, aunque no
en toda el área, con la documentación
del geológico. Estos períodos respon-
dían a diferentes respuestas formales,
estratigráficas y cronológicas, que per-
mitieron, además, facilitar la descrip-
ción de la secuencia por fases. A conti-
nuación se presenta una breve descrip-
ción de estas últimas.
• Fase 1, superficial/vegetal-contem-
poráneo: En esta se pudo documentar la
estratigrafía superficial correspondiente
con el sustrato vegetal y superficial.
• Fase 3,3 amortización-cronología
indeterminada: Está compuesta por un
estrato de arrastre de materiales que, por
diferentes procesos erosivos, se despla-
zan desde la parte superior del cerro. Los
materiales arqueológicos que presenta
son de adscripción romana, aunque la
cronología de deposición estratigráfica es
indeterminada, ya que los procesos de

3
La Fase 2 no se documenta en esta área de
excavación, aunque sí la localizamos en otras
Figura 11. Planta final de la excavación del recinto C. áreas del yacimiento.
Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 75

arrastre solo han podido ser datados por


sus relaciones estratigráficas, sin que se
documenten elementos que nos indiquen
su cronología absoluta.
• Fase 4, romano altoimperial-ss. I-II
d.n.e.: Esta fase presenta los estratos
correspondientes a momentos altoimpe-
riales, y está subdividida, según criterios
de funcionalidad, estratigráfica en:
- 4.1: Estratos de abandono del yaci-
miento que presenta unidades relaciona-
das con el derrumbe de las estructuras
altoimperiales.
- 4.2: Estratigrafía de uso del yaci-
miento interpretado gracias a la presen-
cia de dos estructuras de orientación
NW-SE, que configuran un aterraza-
miento dentro de la misma terraza.
- 4.3: Estratos que documentan la
construcción de las estructuras de uso de
la fase anterior. Esta fase está representa-
da por la nivelación cuya funcionalidad,
además de facilitar los suelos de uso, es
asentar las cimentaciones de las estruc-
turas positivas.
Figura 12. Planta final del sector excavado de la estructura 1.
• Fase 5, romano tardorrepublicano-
ss. II-I a.n.e.: Comprende la estratigrafía
tardorrepublicana y se subdivide, según criterios
estratigráficos y funcionales en: • Fase 1, superficial/vegetal-contemporáneo:
- 5.1: Se corresponde con el abandono del yaci- Esta compuesta por la estratigrafía superficial corres-
miento, y se documenta por la presencia de un estra- pondiente al sustrato vegetal y superficial.
to de derrumbe de las estructuras tardorrepublicanas. • Fase 2, expolio-contemporáneo: En esta fase de
- 5.2: Comprende los estratos de uso del yaci- documenta la existencia de expolio en el yacimiento
miento, y se presenta dos estructuras de orientación gracias a la presencia de un estrato con evidencias
NW-SE y SW-NE, que configuran una línea de amu- de haber sido removido.
rallamiento que define la terraza. • Fase 3, amortización-contemporáneo: Esta fase
• Fase 6, Geológico: Compuesta por la estrati- está compuesta por un estrato de arrastre de materia-
grafía natural del cerro. les que se desplazan por diferentes procesos erosivos.
Los materiales arqueológicos que presenta son de
adscripción romana, aunque la cronología de deposi-
4.2.2. La excavación de la estructura 1 ción estratigráfica es indeterminada, ya que los proce-
sos de arrastre solo han podido ser datados por sus
Este es el sector que nos ha permitido recabar relaciones estratigráficas, sin que se documenten ele-
una mayor información de la secuencia estratigráfica mentos que nos indiquen su cronología absoluta.
y cronología, además de la funcionalidad, del sitio. • Fase 4, romano altoimperial-ss. I-II d.n.e.: Se
Así, se excavaron niveles contemporáneos, altoim- compone de los estratos correspondientes a momen-
periales y tardorrepublicanos. Al igual que en el área tos altoimperiales. Está subdividida, según criterios
anterior, no se pudo agotar toda la secuencia en la de funcionalidad y relación estratigráfica en:
totalidad de la superficie. A pesar de esto, si se han - 4.1: Se corresponde con el abandono-destruc-
excavado completamente varios espacios que confi- ción del yacimiento, y se documenta por la presen-
guran esta zona del yacimiento. A continuación se cia de un estrato de abandono de la estructuras
presenta una breve descripción de estas fases. altoimperiales.
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aunque no se agotó el registro arqueoló-


gico. En las siguientes líneas presenta-
mos una descripción general de los ele-
mentos documentados.
• Fase 1, superficial/vegetal-Contem-
poráneo: Documenta la estratigrafía
superficial del yacimiento.
• Fase 3,4 amortización/colmatación-
Contemporáneo indeterminado: Esta
compuesta por los estratos correspon-
dientes a momentos altoimperiales. Está
subdividida, según criterios de funcio-
nalidad y relación estratigráfica, docu-
mentándose únicamente en este período
la fase de uso. Así el único estrato docu-
mentado se define como positivo y hori-
zontal, y por su composición se ha inter-
pretado como una unidad de colmata-
ción.
• Fase 4, romano altoimperial-ss. I-II
Figura 13. Sección y vista general del área D: posible acceso del recinto A. d.n.e.: Se localizaron los niveles de uso
de esta zona y época, por tanto uno de
los cerramientos de la zona superior del
- 4.2: Esta compuesta por los estratos de uso del yacimiento por la zona NE.
yacimiento. Presenta dos unidades positivas, o - 4.2.:5 Se corresponde con los estratos de uso del
estructuras, y un solado. yacimiento, y se documenta por la presencia de una
- 4.3: Esta fase se compone de la estratigrafía de unidad, una estructura positiva horizontal de interpre-
construcción de los elementos documentados en la tación indeterminada, que solo ha sido documentada
Fase 4.2. En este caso, se compone por estratos de en superficie, y que preliminarmente se ha interpreta-
nivelación y cimentación. do como un solado de pizarra, que pudo facilitar el
• Fase 5, romano tardorrepublicano: ss. II-I a.n.e.: acceso a la plataforma superior del yacimiento en esa
Esta fase está compuesta por los estratos correspon- área.
dientes a momentos tardorrepublicanos. Está subdi- • Fase 5, romano tardorrepublicano-ss. II.I a.n.e.:
vidida, según criterios de funcionalidad y relación Esta fase se compone de la estratigrafía de época tar-
estratigráfica en: dorrepublicana, y presenta niveles de abandono y
- 5.1: Presenta el abandono-destrucción del yaci- uso. Al no haberse documentado toda la secuencia
miento. Se compone de un estrato de derrumbe, no hemos podido documentar los estratos de cons-
expolio e incendio de las estructuras tardorrepubli- trucción de las estructuras horizontales y verticales
canas. localizadas.
- 5.2: Se corresponde con los estratos de uso del - 5.1: Se corresponde con al abandono/derrumbe
interior de la estructura 1, y se documenta por la del yacimiento en época tardorrepublicana, y se
presencia de estructuras murarias de orientaciones documenta por la presencia de un estrato de derrum-
N-S, E-W y E-S que configuran espacios y aterraza- be de sus estructuras.
miento. - 5.2: Presenta los estratos de uso de esta área en
este período. Está compuesta por una estructura
muraria de orientaciones N-S, que configuran y se
4.2.3. El posible acceso al recinto A

La excavación de este sector permitió conocer 4


La Fase 2, como ocurre en otros sectores, no se docu-
mejor parte de las estrategias defensivas de esta ocu- menta en esta área de excavación, aunque sí la localizamos
pación. Al igual que en el anterior sector, se docu- en otras áreas del yacimiento.
mentaron las fases altoimperial y tardorrepublicana, 5
En este contexto no hay fase 4.1.
Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 77

vinculadas a la presencia de un gran


muro ciclópeo que delimitaba un espa-
cio aterrazado. Con la realización de
la excavación en área abierta de esta
zona, a pesar de no haber agotado la
estratigrafía, se pudieron resolver algu-
na de las dudas surgidas en la campa-
ña anterior.
Por lo que respecta a la etapa más
antigua, el espacio parece articularse en
torno a los dos grandes muros ciclópeos
(de entre 1,5 y 2 m de anchura) que
delimitan el recinto C, y que apoyan
directamente sobre el geológico. La
documentación del nivel de uso tardo-
rrepublicano en el sondeo a escasos
centímetros del firme de pizarras, nos
hizo suponer un posible uso defensivo
Figura 14. Fotografía cenital del estado final del recinto C tras la excavación con
del muro ciclópeo, ya que los restos
indicación de los elementos citados en texto.
conservados de la estructura eran de
una altura considerable. Con la excava-
ajusta a la pendiente del aterrazamiento, aprove- ción del área en la campaña de 2011, dejamos sin
chando la orografía natural. documentar un estrato horizontal, que podría ser el
nivel de incendio localizado en el sondeo.
Por lo que respecta a los restos documentados de
4.3. UNA SÍNTESIS PRELIMINAR la etapa imperial, en sintonía con lo detectado en
DEL RESULTADO DE LAS EXCAVACIONES otros puntos del asentamiento parece que estamos
ante una ocupación que reutiliza parcialmente las
A la vista de los resultados obtenidos tras la rea- estructuras defensivas. En ese momento, el muro
lización de los trabajos de excavación arqueológica, ciclópeo que delimita el recinto está en parte des-
podemos definir con claridad la existencia de una montado por su cara interna, y el posible vano de
ocupación durante el período romano tardorrepubli- acceso ha quedado tapiado. En el interior del recinto
cano, vinculada a la construcción de las grandes se reconocen dos pequeños muretes de aterraza-
obras de fortificación. En cuanto a la presencia miento de fábrica muy ligera, que compartimentan
romana en época altoimperial, se ha puesto de mani- el espacio en tres plataformas.
fiesto en qué grado supone una reutilización y refor- La plataforma 1 es la más cercana al cierre cicló-
ma de la fortificación originaria. Parece tratarse de peo y la situada en una cota más baja. En un pri-
una ocupación de menor entidad, sin que tengamos mer momento localizamos una estructura de pie-
de momento elementos para valorar el grado de con- dras de cuarcita con una planta rectangular, apo-
tinuidad con la etapa previa, así como sobre la fecha yada directamente sobre el nivel de abandono de
de abandono definitivo del sitio. la fase anterior, que interpretamos como un pie
derecho para colocar un poste o viga, posiblemen-
te vinculado a alguna empalizada o estructura efí-
4.3.1. El recinto C: un espacio semicubierto mera de madera. A este elemento se le adosaba un
con poca actividad constructiva estrato horizontal, que abarcaba tanto la platafor-
ma 1, como la 2, y que interpretamos como nive-
Como ya se expuso, el sondeo de 2010 permi- lación. Parece que estamos ante un espacio techa-
tió documentar dos momentos, el tardorrepublica- do adosado a la muralla, aunque la ausencia de tabi-
no, asociado a un nivel de uso y a otro de incendio ques de entidad sugiere que se trata de estructuras
que lo cubría, y el altoimperial, plasmado en la pre- de poca entidad.
sencia de una serie de estratos horizontales de fun- La plataforma 2 se localiza en la parte central del
ción desconocida. Ambas etapas permanecían área excavada, y actuaba como contenedor de una
78 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

4.3.2. La estructura 1: un edificio


colapsado y después
parcialmente reutilizado

En el sondeo realizado en esta zona


en 2010 (3B) se pudieron documentar
una serie de plataformas constructivas
que se iban sucediendo salvando el des-
nivel del cerro, hasta llegar en su parte
inferior a un gran muro ciclópeo que
delimitaba el espacio al sur. Como ya se
ha dicho, en su interior, pudo documen-
tarse un contexto de incendio y derrum-
be de un edificio con alzado de tapial y
muy probablemente dotado de una plan-
ta superior. Por debajo de este nivel de
destrucción apareció una superficie de
uso. Tras la intervención arqueológica
desarrollada el mes de julio de 2011,
algunas de las incógnitas surgidas
durante la realización del sondeo, han
podido ser resueltas.
En primer lugar, podemos destacar
que existen dos fases constructivas clara-
mente diferenciadas, no solo por el regis-
tro arqueológico localizado, sino también
por las técnicas utilizadas para su realiza-
ción. A falta de excavar casi la mitad del
edificio, debido a la limitación temporal
Figura 15. Planta de la fase tardorrepublicana de la estructura 1 con indicación
del proyecto y a la abundante presencia de
de los espacios descritos en el texto.
vegetación arbórea que impide el acceso.
Además podemos definir un mo-
mento originario del edificio siguiendo la planifica-
segunda nivelación de arenas, que pensamos que se ción y técnica constructiva que ya hemos descrito más
prolonga también hasta la plataforma 3. Esta última arriba. Todas estas estructuras, teniendo en cuenta que
no fue excavada dado que el murete que la delimita todavía falta la mitad del edificio por excavar, permi-
quedaba parcialmente inserto en el límite del área ten diferenciar en el edificio al menos cuatro espacios:
excavada. Locus 1. Situado en la parte NE del edificio,
Desconocemos si de seguir ampliando el área tenía una superficie de 8,06 m² (260 cm x 310 cm),
de excavación en ese punto localizaríamos alguna era el mayor de los cuatro espacios. Se trata de una
plataforma más, sobre todo teniendo en cuenta que estancia de planta más o menos cuadrangular con
en ese punto la pendiente es mucho más pronun- una superficie de tierra apisonada, al que se accede-
ciada. Lo que sí queda claro es que el uso de ese ría desde locus 4 por el W. En la esquina NE de este
espacio en época altoimperial es distinto del de la espacio y pegado a casi al muro NW, se documentó
fase anterior, no solo porque en esta última no exis- sobre el nivel de uso una gran estructura con planta
ten (por el momento) evidencias de la realización de tendencia circular, de aproximadamente 2 m de
de aterrazamientos, sino porque, por ejemplo, en diámetro, formada por piedras de cuarcita más o
la plataforma 2, hay puntos en los que aflora el menos planas colocadas en su perímetro. En la parte
nivel geológico directamente bajo la nivelación central, que aparecía ligeramente hundida (descono-
altoimperial, lo que significaba que el espacio ocu- cemos si de forma intencionada o debido a la pre-
pado en época tardorrepublicana era menor (o dis- sión de los grandes bloques del derrumbe), también
tinto). se localizaban el mismo tipo de piedras cubriendo
Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 79

Locus 2. Es el de menor superficie de los dos


espacios documentados por completo, con 4,76 m²
(140 cm x 340 cm). Se trataba de una estancia de
planta rectangular que tenía la particularidad no
tener accesos (podría haberse utilizado alguna espe-
cie de escalera o de peldaños de madera) y de estar a
una cota inferior a la del resto. No se localizaron
evidencias materiales que justificasen su función,
pero por su morfología y ubicación podría tratarse
de algún tipo de almacén.
Locus 3. A pesar de haberse llegado al nivel de
uso, solo se pudo documentar una pequeña superfi-
cie del mismo, (apenas un espacio de 80 x 110 cm),
ya que parecía que se prolonga más allá del perfil W
del área de intervención. Su funcionalidad la desco-
nocemos, aunque sabemos que conectaba con el
locus 4.
Locus 4. Por lo documentado hasta el momento
(se prolongaría por el perfil W), tiene unas dimen-
siones de 110 cm x 172 cm (1,89 m²), y era el único
de los cuatro espacios en el que no se llegó al nivel
de uso. No obstante, también era el único al que se
Figura 16. Detalle de la estructura de combustión del locus 1 y accedía por dos lados, por el E, desde el locus 1 y
posible paralelo formal en el área ibérica según Iborra et alii por el S desde el locus 3.
2010. El contraste que ofrecía el contexto de colapso
violento del locus 1 con lo observado en el resto del
edificio, parece sugerir que en el momento de la reo-
parte de esa superficie. Interpretamos esta estructu- cupación del edificio en época altoimperial el resto
ra como un hogar/horno doméstico, a tenor de algu- de espacios estarían más o menos en condiciones de
nos paralelos formales que hemos identificado en habitabilidad. Lo que desconocemos es la intención
contextos ibéricos como el de Castellét de Bernabé de amortizar toda la estructura para utilizar un espa-
(véase Iborra et alii 2010: 106 y fig. 7, 2). cio más elevado. En cualquier caso, la gran exposi-
Dejando a un lado el 4, que no se terminó de ción de los restos de esta última etapa en un espacio
excavar, y los 2 y 3, en los que solo teníamos algu- escarpado y de fuerte pendiente, hace que los mis-
nas piedras desplazadas de las estructuras origina- mos hayan sido barridos en buena parte ladera aba-
rias del edificio, es el único en el que fue posible jo. Tenemos en todo caso bien documentadas las
documentar un estrato claro de derrumbe en todo el nivelaciones que se utilizaron en el último momento
edificio. En este espacio se documentó un claro de ocupación del recinto. Estas consistieron en el
nivel de incendio, que lo colmata por completo. Se rellenado con un estrato de arenas y arcillas de todos
identificaron improntas carbonizadas y restos de los loci tardorrepublicanos, exceptuando el 1. Para
lajas de pizarra hincadas de lo que pudo ser la este último espacio aprovecharon el nivel de derrum-
estructura utilizada para la techumbre. Un gran be-incendio de la fase anterior como asiento del
número de fragmentos de adobe parecen dar testi- nivel de uso. Además, en este punto del edificio,
monio del colapso de tabiques de una planta supe- construyeron un nuevo muro, para el que realizó una
rior, mientras que todavía se conservaba parte del zanja de cimentación excavada en el propio derrum-
alzado de tapial en el muro que cerraba la estancia be, adosándolo al muro tardorrepublicano, y cegan-
al sur. Otra evidencia del final violento de esta cons- do el vano localizado entre el propio muro. Sobre
trucción es la gran abundancia de material fragmen- este último, se realizó un realce en «L», del que se
tado in situ, junto con numerosos restos de fauna, conservaba a penas una hilada, y que enmarcaba una
algunos en conexión anatómica. Puede consultarse especie de solado de lajas de pizarra, de la que des-
una descripción detallada de ambos en las secciones conocemos su funcionalidad. Estos estratos y un
6 y 7 de este trabajo. nivel de abandono con abundante pizarra, son los
80 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

Figura 17. Repertorio formal de las ceramicas correspondientes a la etapa tardorrepublicana.

Figura 18. Repertorio formal de las ceramicas correspondientes a la etapa tardorrepublicana.


Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 81

Figura 19. Repertorio formal de las cerámicas correspondientes a la etapa tardorrepublicana.


82 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

únicos vestigios que se pudieron documentar en esta


fase.

4.3.3. Cómo llegar a la cima: un acceso al recinto A

Esta es el área de la que menos información pudi-


mos extraer, por motivos de tiempo, aunque es posi-
ble que en ella se incida en posteriores campañas.
En un principio se barajó la posibilidad de que se
tratara de un acceso al recinto A, y que en algún
momento, posiblemente en época altoimperial,
pudiera haberse bloqueado mediante la construcción
de un muro. No obstante, una vez retirado el estrato Figura 20. Moneda de Obulco localizada en el nivel de
de colmatación, y habiéndolo dejado en un posible destrucción de la estructura 1.
estrato de derrumbe, quizás de época tardorrepubli-
cana, y viendo que el muro tenía más potencia, nos
hizo pensar que se trataba de una prolongación del conjunto destacan los bolsales así como los cuencos
tramo de la muralla documentado en el sondeo 3A con bordes simples apuntados, reentrantes o exvasa-
de la anterior campaña, y que rodearía la parte más dos. La variedad de formas así como tipos nos
elevada del cerro. De época altoimperial podrían ser hablan de un asentamiento «fuertemente» poblado
un conjunto de lajas de pizarra localizadas sobre el para los momentos del tránsito del II-I a.C. Las for-
posible derrumbe republicano, tal y como sucede en mas presentadas, algunas de ellas con decoraciones
el mencionado sondeo 3A. pintadas, son claramente una evolución morfológica
de las tradiciones del Hierro I del suroeste. Otras
piezas de factura local y con escaso impacto son las
5. LOS MATERIALES CERÁMICOS ollas así como pseudo-jarras. De igual modo, apare-
cen asas semicirculares de sección circular difícil-
5.1. LOS MATERIALES CERÁMICOS mente adscribibles a alguna forma concreta.
DE LA OCUPACIÓN TARDORREPUBLICANA En general, como se viene viendo en toda la
comarca de la Serena, las formas son monótonas y
Casi todas las piezas localizadas de esta cronolo- tienen una fuerte perduración a lo largo del tiempo.
gía proceden del contexto cerrado del locus 1 de la En este sentido, a pesar de que existen diferencias
estructura 1, ya descrito, que nos da indicios de un cronológicas con otros yacimientos localizados en la
hiato traumático del asentamiento. zona —caso del Cerro del Tesoro o la Cueva del
El servicio predominante localizado es el común Valle con facies claramente altoimperiales—, se
local con pastas poco cuidadas destacándose las observa una koiné formal de las cerámicas comunes.
inclusiones de sílices, fragmentos calizos y micas A pesar de la variedad de piezas localizadas la
doradas. A medida que se evoluciona en el tiempo los única aportación datante nos la ofrecen las cerámi-
desgrasantes van perdiendo fuerza presentando en los cas de importación. Para los estratos más antiguos,
últimos momentos una granulometría media-fina. datados al inicio del II a.C., destacamos la presencia
En el conjunto estudiado predominan las produc- de algunos galbos de ánfora itálica, así como de
ciones locales y, sobre todo, las vinculadas al alma- ánforas africanas posiblemente «cartaginesa» con
cenaje (aprox. 70 %). Destacan los grandes recipien- fuertes desgrasantes calcáreos cocidos a muy alta
tes de contención con labios cuadrangulares y en temperatura. Fuera de las producciones locales pare-
evolución de pico de ánade, algunos de ellos acom- cen estar también algunos galbos con decoración
pañados con asas horizontales. Este hecho era de pintada a bandas bícromas y monócromas de posible
espesar al ser un sitio de difícil acceso con partidas procedencia levantina, fragmentos de ánforas ibéri-
de abastecimiento concretas y esporádicas. cas «levantinas» con cocciones mixtas y pastas muy
Otro de los grandes grupos localizados es el de amasadas, así como un posible fragmento de cerámi-
las comunes de mesa que sobrepasan en número a ca pintada egea.
las producciones de cocina y que quizás nos hablen Dentro de todo este repertorio, parece encajar
de hábitos alimenticios poco elaborados. En este bien la presencia, en el contexto de incendio ya des-
Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 83

Figura 21. Gráficos resumen con frecuencias y porcentajes de la composición de la muestra de fauna recuperada en la estructura 1.

crito, de una moneda de Obulco con escritura ibéri- inicios de época flavia y que nos hablan de relacio-
ca. Según la valoración realizada por Alicia Arévalo nes más fluidas que la capital, Augusta Emerita, con
(1999), estamos ante un ejemplar de la citada ceca la bética oriental.
en el que se aprecian los nombres del último grupo
de magistrados monetales (urkailtu-neseltuko), ads-
critos a la serie IV.7, según la propuesta de la citada 6. ANÁLISIS DE LA FAUNA
autora. La cronología de la serie en su conjunto se
encuadra entre los años 165-110 a.C., lo que sitúa la Junto con el nutrido conjunto de recipientes cerá-
acuñación de nuestra pieza a finales del siglo II a.C. micos, el nivel de derrumbe de la estructura 1 pro-
A juzgar por el resto de materiales ya valorados, el porcionó una gran cantidad de fauna. Del total de
uso de esta moneda podría haber pervivido definién- 789 fragmentos recuperados la mayor parte (88 %)
donos un contexto fechable en la transición entre los fueron clasificados como no identificables.
siglos II y I a.C. Por lo que respecta al estado de conservación de
los huesos, hay que señalar que la práctica totalidad
de los fragmentos no identificables y el 33 % de los
5.2. LOS MATERIALES CERÁMICOS que si pudieron identificarse, estaban quemados. Bue-
DE LA OCUPACIÓN IMPERIAL na parte (37 %) del material identificable estaba ero-
sionado o muy erosionado. Estos factores han condi-
En momentos posteriores el registro claramente cionado seriamente la posibilidad de presentar unas
se empobrece cuantitativamente aunque presentan conclusiones objetivas y específicas sobre la muestra.
dataciones más precisas caso de galbos de TSI, mor- Si analizamos la distribución por especies del
teros de tradición bética o tegulae de pestaña clara- material restante, no se aprecia en términos de fre-
mente romanas. Es interesante la aparición de este cuencia ninguna especie dominante tal y como se
elemento constructivo que, surgido de la innovación refleja en la figura 21. Tanto el ganado bovino (Bos
edilicia romana, se opone a las rudimentarias técni- taurus) como los cervídos (Cervus elaphus) están
cas de adobe que observamos en los contextos más equitativamente representados. Probabilísticamente
antiguos de este yacimiento. Otras piezas claramente el porcentaje total de ambos grupos podría ser algo
adscritas a este período son las comunes claramente superior, teniendo en cuenta que dentro de la catego-
de factura emeritense así como un galbo de ánfora ría de material no identificable se incluyó un 17 % de
del «Círculo del Estrecho». huesos clasificados como pertenecientes a mamíferos
El material más moderno localizado de época de gran y medio porte. El tercer grupo con mas pre-
romana es un «cuarto de círculo de segundo estadio» sencia es el de los ovicaprinos, con un 13 %. Espe-
de una sigillata hispánica de los talleres de los Villa- cies avícolas como la gallina (Gallus gallus domesti-
res de Andújar, que nos ubica cronológicamente a cus) y la perdiz (Alectoris rufa) o el cerdo/jabalí (Sus
84 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

sp.) tienen una presencia mínima en la muestra. En fue valorar su variable densidad a través del espacio.
conjunto, lo que puede conluirse en cuanto a las espe- Entendemos que la huella material de una sucesión
cies representadas en este contexto es que hay un de paisajes agrarios, incluye una compleja variedad
equilibrio entre fauna doméstica y salvaje. de comportamientos, buena parte de los cuales se
Por lo que respecta a los patrones de sacrificio, desarrollan más allá de los límites de los asenta-
fue posible identificar huesos pertenecientes a indi- mientos y otros lugares de actividad concentrada.
viduos jóvenes, pero la muestra no puede conside- Para obtener una estimación fiable de esta realidad
rarse representativa para plantear una interpretación hemos de reajustar nuestros métodos de prospec-
en este sentido. De manera global, lo que puede ción. Sobre una estrategia «clásica» consistente en
plantearse como hipótesis es que nos encontremos inspeccionar el terreno con un intervalo de 10 m
ante un espacio en el que se realizarían actividades entre prospectores, hemos implementado el uso de
de preparación de alimentos. receptores GPS que permiten localizar espacialmen-
te cada uno de los hallazgos identificados a lo largo
de estos recorridos. Esto supone que generamos un
7. MÁS ALLÁ DE MERCHANAS: muestreo sistemático de aproximadamente el 15 %
EXPLORANDO EL ENTORNO del espacio prospectado. Así podemos estimar la
densidad de materiales en los campos, al tiempo que
El estudio de las fortificaciones ciclópeas de la minimizamos las probabilidades de omitir cualquier
Serena no puede entenderse sin una valoración de clase de concentración.
cuál es el entramado de poblamiento en el que se En el caso concreto de Merchanas, durante el
insertan esta serie de asentamientos. Así en nuestra tiempo de ejecución de los trabajos fue posible cubrir
labor, la prospección intensiva y el análisis porme- un total de 483 ha, de las poco más de 1600 que com-
norizado de cada uno de los sitios han ido de la mano prendía la zona inicialmente planteada. El resto de la
como dos caras de un mismo diseño metodológico. superficie no pudo ser inspeccionada por lo imprac-
En casos como el de Merchanas la estrategia adopta- ticable del terreno. Se descartó así de entrada el
da ha consistido en rastrear de manera sistemática la amplio terreno ocupado por la densa vegetación de
potencial zona de influencia de la fortificación. En ribera de las márgenes del río Guadámez. Impedía
cualquier caso nos hemos resistido a asumir a priori también una cobertura sistemática la presencia de un
valoraciones específicas acerca del tamaño y carác- monte bajo muy espeso compuesto por jara y otros
ter del área de captación de recursos, o el ámbito de matorrales en las laderas de algunas elevaciones.
control territorial. La zona de trabajo quedó delimi- Finalmente los espacios de monte fueron reconoci-
tada por un radio uniforme de tres kilómetros en tor- dos de manera selectiva y aún no podemos ofrecer
no al sitio. datos completos sobre las posibles ocupaciones
La elección de esta escala de trabajo responde al humanas presentes en ellos.
objetivo de valorar la magnitud, diversidad y crono- Por lo que se refiere a la zona prospectada de
logía de las ocupaciones humanas en el entorno más manera sistemática, hemos de señalar antes que nada
inmediato a Merchanas. ¿Cuáles fueron los antece- el acusado contraste que ofrecía respecto a otros
dentes en la colonización de este espacio de valle? espacios agrarios previamente estudiados. En ellos se
¿Existía un poblamiento contemporáneo a la fortifi- ha detectado reiteradamente la presencia de un impor-
cación? ¿Cuál es la historia de la explotación agraria tante «ruido de fondo», consistente en una densa
de la zona hasta el presente? Con estas preguntas «alfombra» de material de diversas cronologías no
emprendimos una inspección intensiva del terreno. vinculado a sitios. Sin embargo en este tramo del
De manera muy sucinta,6 el sistema de trabajo fue valle del Guadámez este tipo de evidencia superficial
orientado no tanto a detectar otros posibles «sitios» es mucho más escasa, o completamente ausente en la
en torno a Merchanas, como a documentar la pre- mayor parte del terreno. Como puede apreciarse en la
sencia de material arqueológico en la totalidad de la figura 22, los «sitios» quedan bien definidos por la
superficie estudiada. Tomando pues el artefacto concentración de materiales. Las manchas más oscu-
como unidad mínima del estudio, lo que se planteó ras indican las áreas de máxima densidad, que se ven
enmarcadas por un «halo» decreciente, producido
seguramente por la actividad humana en el entorno
6
El método de trabajo ha sido descrito en detalle en otras de los sitios así como por los procesos de arrastre
publicaciones: Mayoral et alii 2009, 2011. provocados por la erosión y el laboreo agrícola.
Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 85

Figura 22. La zona prospectada en torno a Merchanas. A. Distribución total de artefactos en superficie. B. Análisis de densidad,
delimitación de los «sitios» e identificación cronológica preliminar de las ocupaciones detectadas.

En total se localizaron 51 áreas de concentración Por lo que se refiera a ocupaciones protohistóri-


de materiales superficiales, aunque un elevado cas, hay que destacar que en función de las valora-
porcentaje de ellas corresponden a un registro de ciones preliminares se constata una ausencia total,
actividades humanas «fuera de sitio», es decir, a evi- tanto si nos referimos a piezas recogidas durante la
dencias bastante dispersas y de mínima entidad. inspección inicial del terreno, como si pensamos en
Siguiendo un criterio cronológico, los indicios locali- conjuntos recuperados en áreas de concentración de
zados pueden resumirse en las siguientes categorías. cerámicas. Queda claro en cualquier caso que en el
En primer lugar, hemos detectado algunos hallaz- área prospectada no se identificó ningún asenta-
gos de mínima entidad de cerámicas a mano de un miento que pueda adscribirse a la Edad del Hierro.
momento impreciso de la Prehistoria Reciente. Ape- Cuando nos movemos hacia una etapa fronteriza
nas podemos reseñar el hallazgo de un fragmento de entre la protohistoria y el mundo romano, podemos
pequeño tamaño en la zona más alta de las laderas reseñar la presencia de otras fortificaciones que vin-
de la Sierra de Manchita (es presumible la existencia culamos al período de funcionamiento de Mercha-
pues de algún asentamiento de esta cronología en las nas, entre finales del siglo II e inicios del I a.C. Una
cimas de dicha sierra). Por otro lado se ha encontra- de las hipótesis de partida que se pretendía contras-
do algo de material prehistórico en un abrigo locali- tar en nuestros trabajos de prospección era la posible
zado en la ribera izquierda del Guadámez. Final- existencia de un poblamiento contemporáneo en el
mente la ubicación, reseñada por Suárez de Venegas área de influencia de estos asentamientos, acaso
(1995: 144) del asentamiento calcolítico de Mercha- relacionado con la explotación de diversos recursos
nas, queda pendiente de su contrastación debido a del entorno. La impresión general que ofrece el
que se encontraba en terrenos de monte inaccesibles resultado de la prospección es que al contrario, en el
en el momento de realizar la campaña. momento en que estas fortificaciones fueron erigidas
86 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

el valle del Guadámez era un espacio carente de les situados más al norte. Existen eso sí indicios de
cualquier forma de ocupación fuera de estos reduc- asentamientos rurales del siglo XIX que habían sido
tos. O bien estamos ante un patrón de poblamiento demolidos en la reciente puesta en explotación de la
muy concentrado, o bien sencillamente se trataba de finca Cantalgallo, así como los restos de diversas
una actividad económica muy limitada, centrada en construcciones rurales como tejares, chozos y apris-
aprovechamientos extensivos como la ganadería o la cos para el ganado.
explotación de recursos muy localizados (como los Finalmente, no podemos cerrar esta sección dedi-
óxidos de hierro). cada al contexto territorial sin señalar cómo la evi-
Esta situación contrasta con la multiplicación de dencia de enclaves de una tipología similar en el
asentamientos de época romana, los únicos «sitios» entorno, ponen de manifiesto cómo Merchanas no es
con entidad real aparte de las fortificaciones citadas en absoluto un caso aislado en su entorno regional,
que hemos podido documentar. Una de las bondades pero tampoco en el espacio inmediato del valle del
del método de registro empleado es que podremos Guadámez, donde encontramos un conjunto amplio
definir con gran detalle la organización espacial de de casos que comparten técnica constructiva, organi-
estos enclaves, estableciendo seguramente relacio- zación del espacio, criterios de localización y mate-
nes funcionales entre casos muy cercanos entre sí, riales asociados. En un trabajo reciente se ha exami-
pero en los que el repertorio de materiales de super- nado el tema con detalle (Mayoral et alii 2011).
ficie sugiere claras diferencias. Es el caso por ejem-
plo de la concentración número 9, en la que predo-
minan cerámicas de almacenaje y factura muy tosca 8. VALORACIONES FINALES
junto con material latericio, localizada a menos de Y PERSPECTIVAS DE FUTURO
300 m de la concentración número 49, la cual se
corresponde a un asentamiento rural con una fuerte En estas páginas hemos ofrecido un avance pre-
densidad y amplia variedad de materiales. Todo liminar de las intervenciones realizadas en el Caste-
parece indicar que se trata de conjuntos complemen- jón de las Merchanas. Lo que de manera resumida
tarios, siendo el primero un espacio de trabajo y parecen indicarnos, es que nos encontramos ante un
almacenaje y el segundo un ámbito que cuenta con asentamiento dotado de un sistema de fortificación
espacios residenciales. Contamos con otro caso más que es concebido de manera unitaria en un momento
de asentamiento rural de entidad, la concentración no precisado a finales del siglo II a.C., y que tiene un
29, así como de otros sitios de menor tamaño y varie- final violento a inicios de la centuria siguiente.
dad material (el 3, el 10, el 12) que se corresponden Durante esa etapa el tramo del valle del Guadamez
a lugares de actividad secundaria. En cuanto a sus cuyo paso parece controlar carece de un poblamien-
cronologías el examen preliminar del material sugie- to disperso o de cualquier otra forma de ocupación
re un arco temporal que va desde el siglo I d.C. hasta estable, al margen de los reductos defensivos como
momentos tardíos. el de Castildavid, Castillejo del Moro o el propio
Por último, dentro de esta secuencia hemos podi- Castejón. Además de su posición estratégica para el
do documentar la evolución de la explotación agra- dominio visual en un punto de paso, el diseño y la
ria de la zona desde tiempos postmedievales. A dife- magnitud de la obra construida pone en evidencia
rencia de lo que ocurre en la inmediata zona de las una preocupación por su eficacia defensiva, lo cual
vegas del Guadiana, aquí no encontramos apenas incide en un contexto de inseguridad. Esto por otro
evidencias de un estercolado de los campos con resi- lado explica la ausencia de localizaciones en llano
duos domésticos. Esta práctica genera una densa contemporáneas.
cubierta de fragmentos cerámicos, mayoritariamente Si atendemos a la naturaleza de esa primera ocu-
compuesta por alfarería tradicional «de basto», lozas pación, lo primero que consideramos destacable es
y diversas producciones vidriadas. Por lo que hemos el carácter marcadamente doméstico y autosuficiente
aprendido hasta la fecha, estos aportes están llegan- del registro material. Los elementos foráneos brillan
do a los suelos en la medida en que la presión sobre prácticamente por su ausencia, lo cual dificulta la
el espacio cultivado ha ido fluctuando en época fijación de unas bases amplias y sólidas para la
moderna y contemporánea. El hecho de que aquí no secuencia temporal. Este reducido consumo de pro-
aparezcan sería indicativo de una ausencia de inten- ductos importados es especialmente patente en el
sificación agrícola en estos espacios, productiva- conjunto de contenedores de almacenaje/transporte,
mente marginales respecto a los ricos suelos aluvia- que como vimos es una de las categorías mayorita-
Anejos de AEspA LXX EL CASTEJÓN DE LAS MERCHANAS (DON BENITO, BADAJOZ)… 87

rias en el interior de la estructura 1. Por otro lado, no BIBLIOGRAFÍA


hallamos en ningún punto del asentamiento elemen-
tos asociados a los repertorios materiales que habi- ARÉVALO, A. 1999: La ciudad de Obulco: sus emi-
tualmente caracterizan a los contingentes militares siones monetales, Librería Rayuela, Sigüenza.
de este período, y que cada vez son mejor conoci- BUSTAMANTE, M. 2010: «Tradición versus innova-
dos. Todo esto induce a pensar que las funciones de ción: Análisis del intrumentvm domesticvm en el
control que atribuimos al sitio son ejercidas por par- ámbito rural lusitano. El ejemplo del ‘Cerro del
te de comunidades locales Tesoro’ (La Serena, Badajoz)», V. Mayoral
La ocupación del sitio en época Imperial parece Herrera y S. Celestino Pérez Los paisajes rura-
haberse realizado sin respetar la organización del les de la romanización: arquitectura y explota-
espacio en la etapa precedente, aunque aprovechan- ción del territorio, La Ergástula, Madrid, 249-
do algunas de sus estructuras. Esto indicaría que no 270.
hay continuidad entre ambas. Las diferencias ya C ELESTINO P ÉREZ S. y WALID , S. 2003: «Proyecto
señaladas en cuanto a la técnica constructiva parecen Arqueológico ‘La Serena’», S. Torallas Tovar
hablarnos de una actividad de carácter agropecuario. (ed.), Memoria Seminarios de Filología e Histo-
El tipo de estructuras documentado en el recinto C, ria CSIC, Madrid, 47-53.
con sencillos muretes de aterrazamiento sin eviden- G ONZÁLEZ , A. 1993: Las poblaciones de la Baja
cia de espacios cerrados, abunda en la idea de una Extremadura. Configuración y morfología, Caja
habitación de reducida entidad. No olvidemos que al de Ahorros de Badajoz, Badajoz, 1993.
mismo tiempo en todo el valle eclosiona un pobla- MAYORAL HERRERA, V., CELESTINO PEREZ, S., SALAS
miento rural que parece intenso y diversificado. T OVAR , E. y B USTAMANTE Á LVAREZ , M. 2011:
Pero como ya hemos señalado, queda mucho por «Fortificaciones e implantación romana entre La
hacer. Nuestro objetivo inmediato será la publica- Serena y la Vega del Guadiana: el Castejón de
ción integral de los trabajos de prospección y exca- las Merchanas (Don Benito, Badajoz) y su con-
vación realizados hasta la fecha. Un nuevo proyecto7 texto territorial», Archivo Español de Arqueolo-
abre las perspectivas para seguir incrementando en gía, 84, 87-118.
volumen y calidad la información arqueológica sobre MORET P. 2010: «Les tours et les maisons fortes de
estas construcciones. l’hispanie romaine: elements pour un bilan», V.
Mayoral Herrera y S. Celestino Pérez Los paisa-
jes rurales de la romanización: arquitectura y
AGRADECIMIENTOS explotación del territorio, La Ergástula, Madrid,
9-36.
Queremos expresar aquí nuestro más sincero ORTIZ ROMERO, P 1991: «Excavaciones y sondeos en
agradecimiento a todas las personas que han presta- los recintos torre de La Serena», Extremadura
do su colaboración para hacer posible la realización Arqueológica II, 301-318.
de este estudio. En primer lugar al ayuntamiento de ORTIZ ROMERO, P. 1995: «De recintos, torres y forti-
Don Benito (Badajoz) por su respaldo para la reali- nes: Usos (y abusos)», Extremadura arqueológi-
zación de los trabajos de excavación. Gracias a Luis ca V (Ejemplar dedicado a: Homenaje a la Dra.
y Pedro Llanos por facilitarnos en todo momento D.ª Milagro Gil-Mascarell Boscà), 177-194.
acceso a los terrenos en los que se ubica el Castejón ORTIZ ROMERO, P. 2006: «Arqueología de la Sierra
de las Merchanas. Gracias a todos los miembros de de las Pozatas: fortificación romana de un espa-
los equipos de prospección y excavación. Nuestro cio estratégico», Antaño, revista de la Universi-
agradecimiento también a Alicia Arévalo por su dad Popular de Castuera, 13, 6-9.
amable colaboración en la identificación de la mone- ORTIZ ROMERO, P. y RODRÍGUEZ DÍAZ, A. 2004: «La
da de Obulco localizada en las excavaciones. torre de Hijovejo: génesis, evolución y contexto de
un asentamiento fortificado en La Serena (Bada-
joz)», P. Moret y T. Chapa (eds.) Torres, Atalayas y
7
«Arqueología de la conquista e implantación romana en Casas fortificadas (s. II a.de. C.-S. I d. de C.), Casa
Hispania». Subproyecto: «Estrategias y modelos de control de Velázquez-Universidad de Jaén, 77-98.
territorial en el SW de la Provincia Ulterior (ss. II-I a.C.)» RODRÍGUEZ DÍAZ, A. 1987: El poblamiento prerro-
concedido por el Ministerio de Economía y Competitividad mano en la Baja Extremadura, Universidad de
para los años 2013-2015. Extremadura, Cáceres.
88 VITORINO MAYORAL ET ALII Anejos de AEspA LXX

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Rodríguez Díaz (ed.), Extremadura protohistóri- VENEGAS SANZ, J. L. 1995: «Prehistoria y protohis-
ca: paleoambiente, economía y poblamiento, toria», J. Mora Aliseda y J. Suárez de Venegas
Universidad de Extremadura, Cáceres, 247-278. Sanz (eds.), Don Benito. Análisis de la situación
R ODRÍGUEZ D ÍAZ , A. y O RTIZ R OMERO , P. 2003: socio-económica y cultural de un territorio sin-
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