Marco Teórico

Se conoce que en muchas comunidades de la capital, no se les abastece de

agua. (Ferrari, 2019) Informa que “solo 988 mil pobladores de esta ciudad tienen
acceso directo al vital líquido que provee el SANAA y 50,000 son abastecidos por las
juntas de aguas en sus comunidades, lo que deja un déficit de más del 20%” Las
personas que no gozan de este servicio tienen que lidiar con la compra del mismo, a
través de carros cisternas privados, en ocasiones las familias de bajos recursos no
tienen la capacidad económica de comprar mensualmente. Por lo tanto, se ven
obligados a la recolección agua lluvia para su uso doméstico. Según el Organización
Meteorológica Mundial (OMM) el agua lluvia es el resultado de la “precipitación de
partículas de agua líquida en forma de gotas”.

La captación de agua lluvia es una “opción unifamiliar que garantiza el suministro de

agua…El sistema utiliza el agua lluvia proveniente del techo de la casa captada por un canal”
(Lopez, 2011). Además “es un medio fácil de obtener agua para consumo humano el agua
lluvia es interceptada, colectada y almacenada en depósitos para su posterior uso (Canelo,
2008).

Agua lluvia y sus riesgos en el uso domestico

El agua lluvia, captada requiere un tratamiento para poder ser usada, lujo que no es posible
en todos los hogares. La vulnerabilidad y el riesgo de consumir agua insalubre, poniendo a
la vez en peligro la salud y la vida de las familias y con posibilidad de adquirir una bacteria
o microorganismo patógeno. La (OMS, 2012) Explica que el Cryptosporidiu un
“microorganismo patógeno, ocasiona enfermedades diarreicas infantiles… su presencia en
aguas contaminadas con heces en todo el mundo es común. Los ooquistes de
Cryptosporidium son también relativamente resistentes a desinfectantes químicos como el
cloro, son infecciosos a dosis relativamente bajas y ocasionan infecciones graves y
persistentes en personas inmunodeprimidas. Cryptosporidium parvum y C. hominis están
entre los patógenos de transmisión hídrica más importantes”.
Métodos de purificación del agua

Los métodos de purificación del agua no aseguran un 100% de consumo

seguro, Según la Organización Mundial de la Salud “En un nivel inferior,
“provisional”, se sitúan las técnicas que cumplen dos de las metas de eficiencia de
protección “intermedia”, pero no las tres.

La ebullición del agua: Método de purificación que viene utilizándose para tratar el agua de
bebida desde la antigüedad, para la OMS es la forma “más eficaz para reducir la carga de
patógenos” sin embargo, la ebullición puede ser menos eficaz que otras estrategias, debido a
que “no reduce los sedimentos ni la turbidez; puede afectar negativamente al sabor; el agua
caliente no se puede beber de inmediato; no siempre es fácil medir la temperatura alcanzada,
y a veces consume grandes cantidades de combustible” (OMS, 2012). Por lo tanto hervir el
agua no se considera un método económico para las familias de la capital, con escasos
recursos, y en caso de no utilizar energía eléctrica, y usar fogones, el consumo de madera
(leña), carbón y otros materiales para la vivacidad del fuego, requiere un gasto alto.

Jugo de limón: (Conant) informa que “al agregar el jugo de un limón a 1 litro de agua para
beber se destruirán la mayoría de los microbios del cólera u otro tipo de microbios. Pero esto
no hace el agua completamente potable”.

Desinfección solar: Este método de purificación está al alcance de todos, pues los únicos
recursos necesarios son la luz solar, que es gratis, y botellas de plástico, también “mejora la
calidad microbiológica del agua para consumo humano. Sin embargo este requiere suficiente
radiación solar; por lo tanto, depende de las condiciones climáticas, requiere que el agua no
esté turbia, no cambia la calidad química del agua y no es útil para tratar grandes volúmenes
de agua” ( Meierhofer & Wegelin, 2003).

Desinfectar con Cloro: Los hogares se ven vulnerables a utilizar el cloro como solución más
“barato” y “simple” para inactivar a los microbios. Sin embargo el cloro “es ineficaz contra
los virus y los quistes de protozoos en las dosificaciones, temperatura y tiempos de contacto
normalmente usadas en la cloración del agua para fines potables. Es más, los
microorganismos adheridos a partículas están protegidos y es posible que nos sean afectados
por el cloro. Además, el agua puede tener una demanda de cloro que deberá satisfacerse antes
de que éste pueda actuar como desinfectante. La materia orgánica en el agua puede producir
el sabor a cloro, lo que no debe tomarse necesariamente como una indicación de desinfección
adecuada” ( Witt & Reiff, 1993).

Lluvia Acida

Existen riesgos en todos los métodos de purificación del agua comúnmente empleados y más
si la variable dependiente “agua lluvia” pertenece al termino lluvia acida, este “engloba
cualquier forma de precipitación que presente elevadas concentraciones de ácido sulfúrico y
nítrico” (National Geographic , 2010). En el caso del agua lluvia (Ospina & Ramírez, 2014)
afirma: “Es característico que el pH del agua lluvia sea bajo, pues esta acidez natural se
genera cuando los óxidos de azufre y nitrógeno intervienen en la química de la atmosfera y
en su equilibrio, causando que disminuya por debajo de 5,6 unidades, mientras que la
conductividad aumenta por la presencia de iones”.

La escala de pH: Se usa para clasificar soluciones en términos de su acidez o alcalinidad (qué
tan básica es). Cualquier valor menor a 7,0 es ácido y cualquier valor mayor a 7,0 es básico
o alcalino. (Academy, 2019)

(Clasificación del agua lluvia de acuerdo con el pH)

pH Clasificación de la lluvia

pH > 5,6 Lluvia no ácida

4,7 < pH > 5,6 Lluvia ligeramente ácida

4,3 < pH ≤ 4,7 Lluvia medianamente ácida

pH ≤ 4,3 Lluvia fuertemente ácida

(IDEAM, 2017)
Según la OMS el pH del agua potable debe pertenecer al rango por unidad de color de: 6-8
por lo tanto la potabilización del agua lluvia debe cumplir con los requerimientos para su
consumo humano.

Bibliografía
Meierhofer, R., & Wegelin, M. (2003, Junio). Desinfección Solar del Agua. Guía de
aplicación. Lima, San Isidro, Perú: Indeart S.A.C.

Witt, V., & Reiff, F. (1993). La Desinfección del Agua a Nivel Casero en Zonas Urbanas
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Ospina, Ó., & Ramírez, H. ( 2014). Evaluación de la calidad del agua de lluvia para su
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