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El presente trabajo se realiza con el objetivo de explicar y estructurar los diferentes

modelos y teorías administrativas a lo largo de la historia, describiendo a detalle los más


destacados en la historia de las organizaciones productivas. A su vez, se contextualiza
brevemente cada caso para poder entender el porqué de dichos modelos.

Las organizaciones han existido por mucho tiempo, remontándose al inicio de la vida en
sociedad de los individuos hace millones de años. Todo esto ha suscitado que, con el paso de los
años, el hombre tienda a mejorar su forma de organización, generando así que las sociedades se
vuelvan más productivas y que logren suplir la mayor cantidad de necesidades posibles para toda
la población involucrada. Así llegamos a los orígenes del planteamiento técnico de la
administración, encontrando sus fuentes en autores clásicos como Adam Smith, Charles Babbage
y Robert Owen. Smith, siendo el padre del capitalismo, realizó importantes avances para la
economía durante su época, uno de los cuales es incluido en la administración y se denomina “la
división de trabajo” (Smith, 1776), el cual atribuye a cada individuo un papel fijo en la
organización con el propósito de acelerar la producción y mejorar la productividad por
trabajador. Esta idea fue profundizada por Charles Babbage, quien resaltó elementos mejorados
por la especialización de trabajos durante la actividad, dichos elementos permiten demostrar el
nivel de rentabilidad de la división de trabajo, ya que se incurre en menores costos para la tarea
productiva.

Posterior a estos hombres surgieron los clásicos (1900-1935) que se derivan en bastantes
teorías diferentes entre sí, entre las cuales resaltamos la administración científica (Taylor,), la
cual pretende optimizar los procesos de una organización por medio de la medición específica de
cada uno de los momentos durante la producción. Así mismo, tenía como supuesto al hombre
como ser económico, cuya única motivación era el recibir dinero y por este motivo no debía
brindársele una extrema confianza, razón por la que debía vigilársele constantemente.

Otra de las teorías de la era clásica fue la “Teoría Administrativa”, descrita por Henry
Fayol, donde especifica los objetivos de la administración como el planear, organizar, dirigir,
coordinar y controlar los procesos dados dentro de una organización con el objetivo del
cumplimiento de un fin estipulado. Así mismo, define los 14 principios de la organización entre
los que se incluyen la división de trabajo, la unidad de mando, la centralización y la
remuneración justa, entre otros.
La tercera teoría descrita durante la era clásica fue la teoría estructural, planteada por
Max Weber, la cual determina la necesidad de una estructura estructural en la organización
donde se defina una jerarquía y un orden de autoridad, surgiendo así la burocracia dentro de la
organización.

Por último, describe la teoría del hombre social, examinada por Mary Follett y Chester
Barnard, quienes resaltaron al hombre como un ser social cuya naturaleza era la convivencia con
terceros, abriendo paso a la teoría de la escuela de las relaciones humanas.

En la era conductual, se abarca la a la escuela de las relaciones humanas principalmente.


Para contextualizar el porqué del surgimiento de esta escuela, se resalta principalmente tres
hechos que repercutieron enormemente en las organizaciones. El primero fue el surgimiento de
la “oficina personal”, que es la apertura de un departamento en una empresa con el objetivo de
escuchar las quejas y necesidades de los trabajadores para ayudarlos a resolver sus problemas y
permitir desenvolverlos en un ambiente mejor para ellos. El segundo hecho fue la definición de
la psicología industrial, en la cual influyo el científico Taylor, y relacionado directamente con la
ya mencionada administración científica, se considera al trabajador como un ser cuya única
motivación es el dinero. Por último, la presentación de la Carta Magna de Trabajadores, escrita
posterior a la Gran Depresión de los años treinta, asegura ciertos derechos laborales y les brinda
mayor bienestar a los trabajadores.

Con la llegada de la escuela de las relaciones humanas se abre el camino para que los
teóricos creen sus nuevas teorías direccionadas al mejoramiento del trato de entre supervisores y
trabajadores, siendo la relación de estos como punto clave para el mejoramiento de la
productividad de una organización. Según Chase (1932), si las relaciones laborales entre
supervisores y trabajadores no se encuentran en buenas condiciones, no se podrá generar la
mayor productividad posible. Entre los principales expositores de la escuela de las relaciones
humanas encontramos a Elton Mayo, la escuela ortodoxa y el experimento Hawthorne, el cual
relata como el mejoramiento en la relación entre patrones y trabajadores mediante el
mejoramiento de la comunicación entre los diferentes niveles de autoridad, aumentando la
productividad de los trabajadores y brindando mayores beneficios tanto para la empresa como
para los trabajadores. Según Bendix “los famosos experimentos de Hawthorne confirman el
incremento de la producción total relacionado con la <moral> del grupo” (p.443).
Adicionalmente encontramos a Warner y la escuela de Chicago, los cuales destacan y corrigen el
error de Mayo consistente en su falta de consideración del entorno externo de la empresa como
un posible factor a tomar en cuenta para el estudio del mejoramiento o empeoramiento del nivel
de productividad de un trabajador, así como el estudio de este entorno. También, entre las
principales sub escuelas de las relaciones humanas encontramos a los “interaccionistas”, cuyo fin
es el estudio de las interacciones y su importancia dentro del entorno de la empresa, y considera
extremadamente importantes al individuos y los grupos sociales informales que surgen en la
organización, argumentando la necesidad de congeniar los objetivos de los individuos y sus
grupos con los objetivos de la organización para lograr una mayor armonía en la organización.
Otras teorías de suma importancia fue la teoría X y la teoría Y, expuestas por McGregor (1960),
quien define los dos extremos de las teorías organizacionales y afirma “La autoridad no es un
método adecuado para lograr que las personas so comprometan con los objetivos. Se necesitan
otras formas de influencia para lograr este fin, como por ejemplo, el esfuerzo para obtener la
integración” (p.55). Por último, personajes como Maslow, McGregor, Carnegie, Skinner, entre
otros, merecen ser nombrados por sus importantes aportes a la teoría de las relaciones humanas
por su gran estudio del comportamiento humano.

La escuela de relaciones humanas, al igual que todas las teorías anteriormente planteadas,
no se encuentra exenta de críticas, entre las que encontramos su estrecho enfoque, donde deja de
lado a la organización en general y se especializa en el estudio de los individuos y grupos
específicos, dejando el concepto de organización perdido. Adicionalmente, al obviar que la
organización sigue siendo económica olvida que, de todas maneras existirá algún nivel de
desacuerdo entre los diferentes niveles de la organización, expresando un positivismo ilimitado
respecto al comportamiento de los individuos en desacuerdo.

En la actualidad estamos intentando implementar lo mejor de cada doctrina anteriormente


explicada, como la eficacia de la división de trabajo, lo oportuno del escuchar a los trabajadores
y el mejoramiento de las relaciones entre los diferentes niveles de la empresa.

En mi opinión personal, percibo una polarización entre todas estas ideas, cuando lo
necesario actualmente es crear un modelo administrativo cuyo objetivo sea guiar a sus
trabajadores a un mejor rendimiento sin necesidad de una motivación extra, porque esta
motivación es autónoma o está brindada por el contexto. Así, la organización se ve en la
obligación de apoyar a sus trabajadores, evaluar el contexto y tener en cuenta las necesidades de
sus trabajadores para el planteamiento de sus objetivos no solo de la empresa como organización
económica, sino también con un enfoque social para no perder el sentido humano que debe
aportar y apoyar un crecimiento cultural guiado a la mentalización del trabajo como una
actividad de realización gratificante del hombre. Así, según Ortiz y Magallón y Nuñez (2010)
“Si bien surge en un contexto de fuerte presencia estatal y sindical, hoy por hoy el principio de
medición y control propuesto por Taylor se mantiene” (p. 47), argumentando la necesidad de una
dualidad entre la escuela de relaciones humanas y la administración científica.

En conclusión, si bien las teorías anteriormente planteadas en su mayoría difieren en


principios y bases, todas representan para el ser humano soluciones a sus respectivos problemas
contextuales, logrando (en su época) un mejoramiento significativo en los niveles de
productividad y eficiencia administrativa. Y, aunque actualmente nos encontramos en un
momento de gran eficiencia organizacional, no hay que olvidar los antecedentes de los que
disponemos para recordar procesos que son las bases principales de las tendencias actuales de la
administración.
REFERENCIAS:

Smith, A. [ 1776] 1981. An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations.

Bendix, R (1964). The problem and its setting, incluido en Las relaciones Humanas en la
administracion (Dublin). México: Centro Reg. De Ayuda técnica.

McGregor, D (1960). The human side of an Enterprise. New York: McGraw-Hill.

Chase, S (1932). A new deal. Whitefish: Kessinger Publishing.

Ortiz, G (2010), Magallón, M, (2010), Nuñez H,(2010). A cien años de la administración


científica: análisis de las aportaciones de Taylor. Universidad Autónoma Metropolitana.

PRESENTADO POR: DANIEL TRUJILLO

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