Está en la página 1de 4

9 hábitos del cristiano altamente efectivo

Hace pocos días leí sobre el fallecimiento de Stephen Covey autor del éxito de
librería “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, que por cierto es un libro
muy interesante que me ha influenciado en varios aspectos. Luego leí un artículo
llamado “Los 7 hábitos de los padres altamente inefectivos” en el cual la autora
mencionaba que el título había sido inspirado en el libro de Stephen Covey. Eso me
llevo a pensar en la idea de escribir un blog donde pudiese mencionar algunos
hábitos que pueden hacer de un cristiano, un cristiano altamente efectivo y como
consecuencia, nació esta nota de blog.

El primer punto que quisiera establecer bíblicamente es el hecho de que Dios desea
que seamos efectivos como creyentes, Dios desea que cada creyente produzca fruto,
y no solo un poco sino lo máximo que pueda producir.

Cuando producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos discípulos.

Eso le da mucha gloria a mi Padre.” Juan 15:8 NTV


Y lo segundo, establecer porqué algunos hábitos pueden ayudar al creyente a ser
fructífero en su vida cristiana. Una de las definiciones de la palabra hábito que
aparece en el diccionario de la Real Academia Española es el siguiente:
“Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales
o semejantes, u originado por tendencias instintivas.”

Cuando un creyente constantemente practica cada una de las acciones que


comparto a continuación, estas llegarán a convertirse en un hábito en su vida y la
consecuencia de estos hábitos será una vida cristiana fructífera.

Algo interesante de los hábitos es el hecho de que son personales, nadie puede
ejecutar estas acciones por nosotros; nosotros somos quienes decidimos ejecutar
estas acciones y nosotros somos quienes cosecharemos sus beneficios o sus
consecuencias, dependiendo de la calidad de hábitos que practiquemos. Dicho esto
comenzamos con el primer hábito.

La oración: El hábito de la oración es clave para una vida cristiana, si no


practicamos una vida de oración no crecemos espiritualmente, mucho menos
daremos fruto. Jesús mismo sentó las bases de una vida de oración.
“Así que Jesús muchas veces se alejaba al desierto para orar.” Lucas 5:16 NTV
El Apóstol Pablo recomendó:

“Nunca dejen de orar.” 1 Tesalonicenses 5:17 NTV


El tiempo de oración más poderoso para nuestras vidas es el que tenemos a solas
con Dios. Este tiempo implica intimidad con Dios. Jesús dijo:
“Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu
Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.” Mateo
6:6 NTV.

Estudiar y meditar la Palabra de Dios: Este hábito junto con el anterior son
las bases fundamentales para la vida cristiana. No podemos llamarnos autenticos
cristianos si no los practicamos. (OJO este hábito es más que solo leer la Biblia)
Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche
para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces
prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas. Josué 1:8 NTV
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad
y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos
equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y
capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17
Si deseamos una relación personal fuerte y sólida con Dios, estos dos hábitos son
los cimientos para construirla.

Alabar el nombre de Dios. Cuando una persona desarrolla el hábito de alabar a


Dios constantemente, su perspectiva de la vida cambia y su espiritu se fortalece.
Además, seguramente servirá de ejemplo e inspiración para los que le rodean,
especialmente si son personas que no conocen a Dios.
Alabaré al Señor en todo tiempo; a cada momento pronunciaré sus
alabanzas. Sólo en el Señor me jactaré; que todos los indefensos cobren
ánimo. Vengan, hablemos de las grandezas del Señor; exaltemos juntos su
nombre. Salmo 34:1-3 NTV
Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio
de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. Hebreos
13:15 NVI

Predicar la Palabra de Dios: Este hábito es clave para la efectividad del


cristiano. En la última carta que el apóstol Pablo escribe a Timoteo nos deja ver la
trascendental importancia que tiene el ponerlo en práctica.
En presencia de Dios y de Cristo Jesús —quien un día juzgará a los vivos y a los
muertos cuando venga para establecer su reino— te pido encarecidamente:
predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno.
Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena
enseñanza…….Ocúpate en decirles a otros la Buena Noticia y lleva a cabo todo el
ministerio que Dios te dio. 2 Timoteo 4: 1-2 y 5c NTV
Me gusta mucho este pasaje porque nos deja implicita la forma en que debemos
discípular y nos deja claro el contenido de nuestro mensaje: La Palabra de Dios.
Además cuando dice “Ocúpate en decirles a otros la Buena Noticia” nos deja ver
que no es algo opcional el hablar a otros de Jesús sino algo prioritario y que
necesita volverse un hábito en nuestra vida.

Congregarse: Este es un hábito que muchos lo practican pensando que en él se


encuentra la salvación. Pero no es así, la vida eterna no se hereda solo por
congregarse. Y por otro lado están quienes prefieren no congregarse por distintas
razones que les parecen muy valederas, sin embargo, no hay razón que valga contra
la ordenanza bíblica.
Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a
otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca. Hebreos 10:25 NTV
Si aún no lo tenemos, busquemos un lugar donde se reunan cristianos genuinos y
congreguemonos con regularidad, hagamos de ello un hábito, Dios es sabio y sabe
porque es conveniente hacerlo.

Dar dinero para la obra de Dios: Este es un hábito cuestionado por algunos.
Personalmente yo lo he practicado en mi vida y no tengo nada de que lamentarme,
antes bien, he disfrutado mucho la bendición de poder hacerlo. La iglesia de Filipos
era una iglesia que tenía el hábito de dar para la obra de Dios desempeñada por el
apóstol Pablo y veamos lo que él les escribe:
Como saben, filipenses, ustedes fueron los únicos que me ayudaron
económicamente cuando les llevé la Buena Noticia por primera vez y luego seguí
mi viaje desde Macedonia. Ninguna otra iglesia hizo lo mismo.Incluso cuando
estuve en Tesalónica, ustedes me mandaron ayuda más de una vez. No digo esto
esperando que me envíen una ofrenda. Más bien, quiero que ustedes reciban una
recompensa por su bondad. Por el momento, tengo todo lo que necesito, ¡y aún
más! Estoy bien abastecido con las ofrendas que ustedes me enviaron por medio
de Epafrodito. Son un sacrificio de olor fragante aceptable y agradable a Dios. Y
este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas
riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús. Filipenses 4: 15-19 NTV
Pablo no presenta este hábito como una obligación, pero si como una bendición
tanto para el que recibe como para el que da. Mi exhortación personal es
desarrollar el hábito de dar para la obra de Dios, es seguro que estamos siendo más
fructíferos para Dios si lo hacemos.

Dar Gracias: La gratitud es un hábito que Dios mismo desea que desarrollemos.
Una persona agradecida estará muy lejos de ser dominada por la amargura,
depresión o de olvidar las bondades de Dios para su vida. No cabe duda que una
persona agradecida vive más feliz que la que no agradece.
Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para
ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18 NTV
Huir de lo que le pueda llevar a pecar: Este es un hábito que necesita ser
desarrollado en la vida de cada cristiano.
Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida
recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan
al Señor con un corazón puro. 2 Timoteo 2:22 NTV
Al decir “pasiones juveniles” el apóstol se refiere a deseos pecaminosos de la carne.

Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros
atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que
puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que
puedan resistir. 1 Corintios 10:13 NTV.
Hagámos un hábito el evitar todo aquello que pueda llevarnos a pecar y
seguramente le fallaremos menos a Dios y disfrutaremos del gozo de una vida en
victoria.

Cuidar el cuerpo: Desarrollar el hábito de cuidar nuestro cuerpo conlleva aplicar


otros hábitos en nuestra vida, por ejemplo: Hacer ejercicio, alimentarse sanamente,
descansar bien y algunos más. Una vez más, es el apóstol Pablo quién hace la
exhortación a Timoteo.
Ten mucho cuidado de cómo vives y de lo que enseñas. Mantente firme en lo que
es correcto por el bien de tu propia salvación y la de quienes te oyen. 1 Timoteo
4:16 NTV
La frase “Ten cuidado de cómo vives” es la que me da pie a pensar que el apóstol
también está pensando en el cuidado de su cuerpo, alimentación, descanso, etc.
Más adelante le dice:

No bebas agua solamente. Deberías tomar un poco de vino por el bien de tu


estómago, ya que te enfermas muy seguido. 1 Timoteo 5:23
Entre mejor cuidemos el templo del Espíritu Santo más energía y salud tendremos
para seguir dando fruto en la obra de Dios.

Estoy convencido que estos hábitos no son todos los que debe vivir un creyente
para ser efectivo o frutctífero en el reino de Dios pero si nos dan una buena
orientación de por donde empezar.

Espero que esta lectura sea de bendición para tu vida y te pido favor que, de ser
posible, la compartas en tu red social o de la forma que consideres más conveniente
a fin de que la Palabra de Dios pueda llegar a más lugares.

Deseo finalizar esta nota con el siguiente versículo:

No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la
perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual
Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. No, amados hermanos, no lo he logrado,
pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo
por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio
celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14

También podría gustarte