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Cultura y lengua originaria.

Escribir un breve texto, donde puedan plasmar los conceptos y sus relaciones,
teniendo en cuanta la particularidad que revisten cuando pensamos en las
comunidades aborígenes.

Pueden usar las siguientes preguntas cómo guías en la lectura:

1¿Cómo se piensa la identidad?

2¿Cuál fue la evolución del concepto a través del tiempo?

3¿Por qué se debe pensar actualmente el concepto de identidad en relación a las


instituciones?

4¿De qué modo cobra importancia el concepto “Prácticas” para comprender el


concepto de identidad?

5 Explicar: ¿qué son las identidades narrativas? Y ¿para qué Sirven?

6 ¿Qué finalidad posee el texto cuando nos plantea a la identidad como estructura de
sentidos? Fundamentar

Respuestas:

La identidad se piensa como construcciones inacabadas de lo que “se es” en tanto


“quién se es”, sobre sí mismo y el contexto que lo va transformando actualmente en
relación del sujeto con la estructura social. Esto implica situarse en la problemática del
sujeto como portador de ella, de su accionar y en su decirse social (de dónde venimos,
quienes somos y la sociedad a la que pertenecemos), que incluye procesos tanto de
reconocimiento como de desconocimiento, de ubicación y reubicación, a través de lo
cual los sujetos se incluyen en un orden simbólico y en un imaginario institucional,
llevándose a cabo por las interacciones entre sujetos sociales que forman parte de
colectivos sociales mayores. Berger y Luckmann, dicen que las identidades se forman
por procesos sociales, pues las sociedades tienen historias en cuyo curso emergen
identidades específicas, pero son historias hechas por hombres que poseen identidades
específicas.

A lo largo del desarrollo histórico se han ido proponiendo distintas conceptualizaciones


sobre la identidad. Una de ellas, que ha perdurado por largo tiempo se basa en una
definición identitaria centrada en la conformación de un sujeto “entero”, constituido y
cerrado, proveniente de una concepción de sujeto cartesiano, con límites y definiciones
precisas de sí mismo, autocognoscente y completo. Este planteamiento moderno del
sujeto, se lo asocia a la noción de identidad concebida como algo acabado y constituido,
que nos define y nos posiciona, y se complementa con algunas concepciones como la
noción de rol (definición ésta que no sólo asegura un “quien se es” sino también “que
posición se ocupa y qué se hace y espera de ese lugar”). Desde este posicionamiento
el sujeto tendría definida una identidad en tanto qué es, y un lugar y actividad concreta
a desarrollar. A esta concepción se refiere la crítica cuando habla de unidad integral
unificada y originaria, además de permanente en el tiempo e invariante, ahistórica. El
peso de la pregunta qué sobre la identidad es más importante que el quién como
cuestionamiento. Actualmente, todas las corrientes teóricas que hablan de la
desestructuración de las estructuras sociales que contenían al sujeto, llevan a pensar la
necesidad de una constitución identitaria en formación constante, donde la reflexividad
y reestructuración a la luz de la experiencia, y de la puesta en relato del “ser” en la
historia, se vuelven los elementos inexcusables de dicha conformación. Stella Svampa,
habla en su libro que el sujeto se encuentra inmerso en relación con los otros y con el
contexto social. Para Giddens el rasgo sobresaliente de la modernidad tardía es la
reflexividad institucional y lo experiencial. La comprensión de sí y de prácticas sociales
implícitas, haciendo referencia a la posibilidad de cultivar un uso reflexivo de los
sistemas estéticos, del cine, la televisión, la poesía, los viajes y la pintura, como medios
de autorregulación de la vida cotidiana. Debemos tener en cuenta que la creación de la
identidad es filtrada por procesos de institucionalización, lo cual permite “significar” a
alguien lo que es, tanto en la dimensión social como personal. Dicho proceso les impone
un lugar y constituye un espacio que los favorece frente a los otros, a través del accionar
de los sujetos en conexión con esquemas de percepción y aprehensión del mundo
social, situándose en un contexto especifico, utilizando estrategias de manipulación, en
una relación entre conciencia y condiciones materiales de existencia, permitiendo
acercar a lo que los sujetos hacen y dicen de sí mismos.

Se describe a la identidad narrativa, como aquella identidad que el sujeto humano


alcanza mediante esta función narrativa. Como menciona Ricoeur, conocerse consiste
en interpretarse a partir del relato histórico y del relato de la ficción. Mediante una
dimensión temporal a partir de la historia de vida, donde esta se incorpora en la
dimensión lingüística y se transforma a través de la poética del relato, en historia
contada. Aportando un elemento complementario de carácter ficticio del personaje. Esto
sirve para pensar la “conexión de una vida” y llevando necesariamente al equilibrio
inestable de permanencia y no permanencia, donde el relato va a aparecer como
mediación. Analizando la conformación de la identidad de la historia en el que se forja
el personaje, en una construcción de la identidad dinámica propia de la historia contada.

Hablar de la identidad como estructura de sentidos es hablar de estructura como


conformación de un todo donde se presentan elementos integrados y relacionados entre
sí, pero que al mismo tiempo, estos elementos hablan de unas dimensiones
necesariamente encadenadas a referentes a los que remiten y por los cuales también
son explicadas. Po eso se dice que es multireferencial y multireferenciada. Las distintas
dimensiones son inherentes a la constitución de todo sujeto moderno en sus contextos
cotidianos y en sus propias experiencias, en los cuales encontramos los siguientes:
Dimensión psicológico-madurativa (estructuras mentales internas, en su desarrollo
evolutivo y de maduración psicológica), Dimensión biológico-física (cada hombre en
tanto ser único y distinto, con rasgos físicos y caracteres discernibles, portador de un
cuerpo que se identifica con un rostro), Dimensión de socialización (procesos de
socialización primaria y secundaria de todo sujeto social), Dimensión afectiva (presencia
y expresión de sentimientos y pasiones forma en que los sujetos sociales reaccionan
ante situaciones varias, nos remite a la constitución identitaria en tanto afectividad),
Dimensión profesional (el sujeto “goza” de una capacidad reflexiva propia y del recorrido
como experto en una materia), Dimensión cognitiva (conformación de imágenes y
representaciones sobre el conocimiento del mundo) y la Dimensión narrativa (relato del
“ser” en la historia, despliega la posibilidad de articular a través del lenguaje “el quién se
es” como historia de una vida en tanto unidad significativa).

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