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LAS RESPUESTAS DE LA
PEDAGOGÍA SOCIAL
Carrica-Ochoa, S. y Bernal Martínez de Soria, A.: Educar para afrontar las crisis
51
sociales
Del Pozo Serrano, F.J. y Gil Cantero, F.: Conocimiento pedagógico y crisis
65
social. Los efectos de la crisis en las prisiones
Heras i Trias, P., Llena Berñe, A., Gil Pasamontes, E. y Costa Camara, S.: Una
propuesta de ética de la responsabilidad y del compromiso aplicada al quehacer 94
cotidiano desde la Pedagogía Social
I
Larrañaga, E. y Yubero, S.: Comprender los textos para analizar la realidad.
111
Respuestas socioeducativas ante los retos sociales
Llena Berñe, A., Fabra Fres, N. y Agus Morell, I.: Recuperar el espacio educativo
de la calle en momentos de crisis. Una mirada a Europa: una aportación 118
Nacional
March Cerdá, M. X. y Orte Socias, C.: La Pedagogía Social basada sobre las
evidencias y la Crisis del Estado del Bienestar: La investigación y la evaluación 123
de políticas y programas socioeducativos
Marí Ytarte, R. y Hipólito Ruíz, N.: Modelos discursivos sobre la sociedad del
129
bienestar y crisis social. Reflexión y aportaciones desde la Pedagogía Social
Morán de Castro, M.C., Barba Núñez, M. y Varela Crespo, L.: Servicios sociales
145
de crisis, ¿Educación social en crisis?
Orte, C., Ballester, L., Pascual, B., March, M.X., Amer, J. y Gomila, M.A.: La
educación familiar en los contextos escolar y comunitario: Hacia un modelo 153
orientado a la mejora de las competencias familiares
Pascual, B., Amer, J. y March, M.: Análisis de dos programas contra el fracaso y
161
el abandono escolar en Baleares
Pascual, B. Pozo, R., Orte, C., Oliver, J.L., Vives, M. y Ginard, M.: Los
condicionantes socioeconómicos de los programas de parentalidad positiva: 168
Análisis de políticas familiares
Rabadán, J.A, Hernández, E. y Rabal, J.: Plan de formación del sector del
183
transporte: metodologías formativas
Vila Merino, E.S. y Martin Solbes, V.M.: Alternativas a las políticas educativas
207
neoliberales desde la Pedagogía Social
II
Línea Temática 2.- La crisis como problema generacional: la exclusión- 213
inclusión social de jóvenes y mayores
Fabra Fres, N., Gómez Serra, M. y Costa Cámara, S.: Autonomía personal, 248
personas ancianas y Pedagogía Social
Monreal Gimeno, M.C. y Pérez Cano, V.: Nuevas formas de interacción en los
Centros de Secundaria entre mayores voluntarios y adolescentes con fracaso 298
escolar
III
Ponce de León Elizondo, A., Sanz Arazuri, E. y Valdemoros San Emeterio, Mª
A.: El Trabajo Fin de Grado, marco para el desarrollo del emprendimiento entre 324
los jóvenes
Regadera Rodríguez, J., Pérez Herrero, M. del H.y Burguera Condon, J.L.:
Variables socioemocionales y rendimiento académico en seis alumnos gitanos 329
de Educación Primaria
Soler Masó, P., Planas LLadó, A. y Feixa Pàmpol, C.: Jóvenes y políticas de
347
juventud en tiempos de austeridad. El caso de España
Trujillo Vargas, J.J., Pérez de Guzmán Puya, M.V., Bas Peña, E. y Alfaro
354
Fernández, A.: De patito feo a cisne hiperprotegido: Una historia de vida
Vega Gil, T., Viniegra Pacheco, M. y Bermúdez Rey, M.T.: Educación Social:
359
Cuestiones básicas para emprender hoy
Aguilar Gavira, S. y Benítez Gavira, R.: El adulto mayor ante las herramientas 369
web 2.0 o Web social
Amador Muñoz, L.V., Esteban Ibañez, M., García Pérez, R. y Del Moral Arroyo,
G.: Violencia, adolescentes y relaciones familiares. El papel de la Educación 384
Social
Bermúdez Rey, M.T. y Vega Gil, T.: Las empresas sociales. Una alternativa de
396
trabajo para las ONGs
Del Pozo Serrano, F.J., Añaños-Bedriñana, F.T. y García Vita, M.: El Tercer
Sector y las entidades no penitenciarias en los procesos de reinserción: el 428
tratamiento penitenciario desde las mujeres reclusas y el personal profesional
IV
García-Pérez, O., Peña Calvo, J.V., Inda Caro, Mª de las M. y Fernández
García, C. Mª: Una práctica más allá de las aulas universitarias: resultados de 436
un ejercicio de hipersocialización en su entorno
González Sánchez, M., Hernández Serrano, M.J., Ribero Pessoa, M.T., Serrate
González, S. y Da Silva Amado, J.: El ciberbullyng como consecuencia no 454
deseada del uso de las tecnologías entre los jóvenes
Gutiérrez Moar, Mª del C.; Las arrugas de la crisis: cambios que afrontan los
460
mayores y los educadores sociales
Montero García, I.y Muñoz Galiano, I.Mª: Ciudadanos de una sociedad en crisis.
518
Una mirada desde el colectivo de las personas mayores
Núñez Angulo, B., Calvo de León, R. y Redondo Jiménez, P.: La silla roja: una
524
experiencia de Aprendizaje Servicio
Olveira Olveira, M.E. y Longueira Matos, S.: Las sociedades gallegas iniciativas
530
cívicas y solidarias de transmisión cultural
Peña Calvo, J.V., Rodríguez Pérez, S., Inda Caro, Mª de las M. y Hernández
536
García, J.: Pérdida de horizonte en la educación parental y crisis social
Ramos Hernando, C. y Martínez Agut, Mª P.: Educar en valores desde la familia 543
V
Torío López, S., Hernández García, J., Molina Martín, S. y García-Pérez, O.:
556
El compromiso social de los estudiantes universitarios: El aprendizaje-Servicio
González Gijón, G., Ruiz Garzón, F., Schmukler, B.E., Alemany Arrebola, I. y
Ortiz Gómez, Mª M.: Análisis de las representaciones sociales de género que 596
contribuyen a perpetuar la violencia hacia las mujeres
Herrera Pastor, D.: Una intervención de libertad vigilada justa: breve análisis
615
desde una perspectiva pedagógica
Orduna Allegrini, M.G.: Aprender a pensar globalmente para actuar localmente 639
VI
Ros Clemente, F.J. y Úcar, X.: Aportes para la definición, caracterización y
669
expansión de un “Clown Socioeducativo”
VII
PRESENTACIÓN
El presente libro reúne un conjunto de trabajos que un grupo de profesores de diversas Universidades
españolas y Luso hispanoamericanas, y profesionales del campo socioeducativo, en su mayoría,
miembros de la Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social, han elaborado sobre la temática
“Crisis social y Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social”.
Desde estos estudios pretendemos intercambiar información, reflexionar y producir conocimientos en
torno a las problemáticas de la sociedad que estamos viviendo, situación de ruptura social, y mostrar
lo que se está haciendo, desde la Pedagogía Social, con prospectiva de futuro.
En este marco de referencia se inscribe la temática del Congreso Internacional de Pedagogía Social y
XXVI Seminario Interuniversitario de Pedagogía Social, a celebrar en Oviedo los días 7 y 8 de
noviembre de 2013, un lugar de encuentro de ideas, de propuestas de acción-intervención, de
reflexiones y, sobre todo, de ofrecimiento a la comunidad científica y profesional los resultados de
trabajos que permitan enriquecer la teoría y la reflexión, los saberes y la investigación socioeducativa.
El texto se inicia con la ponencia del profesor D. Manuel Cuenca Cabeza, Catedrático de Pedagogía
Social de la Universidad de Deusto y Director del Instituto de Estudios de Ocio, volcado en presentar
una visión humanista del ocio, derecho inalienable, que capacita a las personas para vivir
experiencias satisfactorias, más o menos enriquecedoras, pero sin duda, trascendentales en cuanto
que ofrecen un sentido a su existencia. En un momento en el que los recortes económicos afectan
especialmente a los servicios sociales, culturales y de ocio, la ponencia bajo el título, “Ocio valioso
en tiempos de crisis”, reflexiona sobre la importancia de cambiar el modo de entender estos temas, a
partir de las nuevas orientaciones del desarrollo humano.
Junto a este documento, en el volumen se recogen las comunicaciones presentadas que, si bien, por
un lado, son el resultado de múltiples trabajos teóricos y prácticos de nuestra comunidad académica y
profesionales del ámbito socioeducativo, por otra, reflejan la preocupación por el tema general del
Congreso. El trabajo ha sido estructurado en cuatro líneas temáticas:
1
comunitarias como respuestas solidarias; Internet y redes sociales: integración versus
segregación, ocupan ese apartado.
No es posible dar cuenta en esta presentación de todos los ricos aspectos y aportaciones que se
ofrecen, ni tan si quiera presentar una marco o esquema de interpretación porque con toda seguridad
muchos elementos serían marginados, pero sí ofrecer una idea que late en todos los trabajos, la
necesidad de un rearme teórico e ideológico que permita recuperar la esencia de lo que el Modelo
Social Europeo ha propugnado desde la firma del Tratado de Roma: hacer compatible libertad,
democracia, igualdad y solidaridad con una economía que las garantice.
El apartado de agradecimientos debe ser amplio y tiene que empezar por los que con sus
aportaciones han hecho posible este libro, cuyos textos están aquí recogidos; el Comité Científico del
Congreso que ha revisado y seleccionado las comunicaciones sugiriendo posibles modificaciones
para dotar de una calidad científica a los textos y los esfuerzos desinteresados de aquellas personas
del Comité Organizador que han colaborado en tareas de organización, revisión, corrección, etc. que
han hecho posible la publicación. Estos agradecimientos no estarían completos si no se dieran las
gracias a aquellas instituciones que, pese a la crisis, han aportado recursos para la celebración de
este encuentro: El Departamento de Ciencias de la Educación, la Facultad de Formación del
Profesorado y Educación, y el Ayuntamiento de Oviedo.
Sólo nos resta agradecer el apoyo y propuestas recibidas por parte del Comité Ejecutivo de la
Sociedad Iberoamérica de Pedagogía Social (SIPS) y dejar constancia del esfuerzo de las personas
que han ejercido de moderadores/as y relatores/as de los diferentes Simposios por su labor realizada.
Finalmente, desear que estas aportaciones sirvan de referencia hacia el logro de una sociedad más
justa e igualitaria como forma de construir la libertad.
2
PONENCIA
PONENCIA
OCIO VALIOSO EN TIEMPOS DE CRISIS
1. Introducción
Esta es la segunda vez que asumo la responsabilidad de dar una conferencia general ante esta
asamblea y, en los dos casos, con temas muy cercanos. La primera tuvo lugar en el XII Seminario
Interuniversitario de Educación Social, celebrado el siete 18 septiembre 1997 en la Universidad de
Deusto, es decir, hace algo más de 16 años. En aquella ocasión mi disertación fue sobre el tema
"Intervención educativa en ocio y tiempo libre" (Cuenca, 1988) y recuerdo que comenzaba haciendo
alusión a la crisis del trabajo y a las nuevas propuestas que se planteaban a escala internacional,
especialmente en Francia, donde se discutía la reducción de jornada a 35 horas y el reparto del
trabajo escaso también en aquellos momentos.
El tiempo que nos separa de aquella intervención nos ha permitido poner distancia a un discurso,
entonces novedoso, en el que hablaba ya del ocio como experiencia humana y derecho inalienable,
distanciándome de lenguajes más usuales en el momento, como era el uso del término tiempo libre.
Allí traté de mostrar el distinto camino al que nos conducía la intervención educativa en el ámbito del
ocio, que, educativamente hablando, se abría a distintas dimensiones, momentos de la vida, procesos
de intervención y múltiples instituciones y circunstancias. El paso del tiempo fue demostrando la
importancia de aquel mensaje, en tanto que el ocio ha pasado a ser considerado uno de los valores
más importantes en nuestra sociedad.
Una prueba de ello la tenemos en nuestra propia revista, Pedagogía Social. Revista
Interuniversitaria. Una búsqueda rápida en su base de datos nos hace ver que el tema del ocio ha
estado presente en ella durante estos años, ya de un modo directo, a través de artículos directamente
relacionados con la educación del ocio (Ballesta, 1993; Espejo, 1998; Ponce de León, 1999,
Hutchinson, 2011; Kleiber, 2012), ya de un modo indirecto, como referencias necesarias en distintas
reflexiones asociadas a la intervención social (Pérez, 2002; Gómez, 2003; Caballo, 2008; Caride,
2012) o a la educación integral (Dapia, 2001; Valdemoros, 2012; Monteagudo, 2012).
Al comenzar la preparación de esta charla, recopilé una serie de artículos relacionados con el
primer grupo y encontré que las preocupaciones más frecuentes en esta muestra se encontraban en
la Educación del Ocio de los adultos y mayores y, en menor medida, también de los jóvenes. Varios
artículos hablaban de ocio y tiempo libre como ámbito de intervención propio de los educadores
sociales. En otros casos, se trataba el tema relacionándolo con la escuela, respecto al uso del tiempo,
o, y estos me resultaron especialmente interesantes, por su relación con la salud y la calidad de vida.
A algunos de estos trabajos me referiré más adelante porque, desde mi punto de vista, avanzan ideas
que están en vigor.
La cuestión es que, como adelantaba en el resumen de la ponencia, en un momento en el que
los recortes económicos afectan especialmente a los servicios sociales, culturales y de ocio, parece
importante profundizar el modo de entender estos temas, partiendo lógicamente de la experiencia y
siguiendo las nuevas orientaciones que nos ofrece la mirada del ocio en este siglo. De modo que
hablaré de ocio valioso y de la manera de llevar a la práctica estas ideas emergentes, que no por ello
carecen tradición y suficiente acervo científico, con la intención de invitar a los educadores sociales a
incorporarse a nuevos objetivos, desde unos planteamientos coherentes con la Pedagogía Social.
5
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
identifica con unas actividades que se denominan así, sino que se refiere a una acción personal y/o
comunitaria que tiene su raíz en la motivación y la voluntad. El ocio se hace realidad de forma
personal, pero también se manifiesta como fenómeno social. Esta visión amplia del ocio está en la
base de todas las demás y se puede decir que es accesible a todas las personas porque, a lo largo
de la historia de la humanidad, se ha hecho presente a través del juego, la fiesta, el disfrute de la
cultura y otras manifestaciones.
El referente tradicional del ocio han sido las prácticas lúdicas, festivas y recreativas, entendidas
como manifestación exterior y objetiva de lo que hacemos, pero sin trascender a pautas vivencia, ni
ahondar en su incidencia sobre las personas y comunidades. También se ha utilizado a menudo
como referente del ocio el empleo del tiempo, habitualmente denominado tiempo libre, siendo así
que, en ese caso, lo que interesa es la ocupación, no la satisfacción conseguida. A diferencia de
estos modos de entender, el estudio de la experiencia de ocio se centra hoy en su parte vivencial, en
la vivencia humana subjetiva, libre, satisfactoria y con un fin en sí misma, que se caracteriza por tener
un carácter procesual, estar integrada en valores, vivirse de un modo predominantemente emocional,
no justificarse por el deber y estar condicionada por el entorno en que se vive.
En este contexto de ocio entendido como acción libre generadora de experiencias, es donde
tiene sentido hablar de ocio humanista (Cuenca, 2000, 2004 y 2005), adjetivo que he utilizado
reiteradamente en mis publicaciones de estos años, y también de ocio valioso, una evolución
posterior con sus propias características. En este último caso hablamos de un ocio experiencial
positivo y digno, que favorece la mejora de la persona y la comunidad, un ocio que se sustenta en los
tres valores fundamentales: libertad, satisfacción y gratuidad, y se orienta hacia referentes de
identidad, superación y justicia. Se puede hablar de un ocio valioso personal y/o comunitario, pero, en
cualquier caso, no es un ocio espontáneo, sino una experiencia integral compleja que requiere
formación. Como afirmábamos en el ocio humanista, nos referimos a algo que no ocurre por azar,
sino que es una realidad cultivada y un reto constante desde el punto de vista del desarrollo humano,
1
el ocio valioso se caracteriza precisamente por eso, porque se ancla ahí, en el desarrollo humano .
Ocio valioso es la afirmación de un ocio con valores positivos para las personas y las
comunidades, un ocio basado en el reconocimiento de la importancia de las experiencias
satisfactorias y su potencial de desarrollo social. El adjetivo "valioso" enfatiza aquí el valor social
beneficioso que se reconoce en la práctica de determinados ocios, así como su potencial de
desarrollo humano, lo que no excluye otros tipos de desarrollo, como pudiera ser el económico.
Educativamente presupone también asumir el sentimiento del valor del ocio en sí mismo,
independientemente de sus resultados productivos o no. La cuestión que nos plantearemos aquí es
cuál es el papel de este ocio hoy y por qué debe prestarse atención a él desde la educación social.
1
Véase al respecto el Manifiesto por un Ocio Valioso para el Desarrollo Humano, promovido con motivo del 25
aniversario del Instituto de Estudios de Ocio y editado por la Universidad de Deusto el 14 de junio de 2013.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
desarrollo humano centrado en las personas y el ocio humanista que venimos estudiando desde hace
años. En ese necesario diálogo que proponemos sobresalen nuevos intereses que despiertan
especial interés para cualquier persona de cualquier lugar del mundo. Tal es el tema de la felicidad,
los valores, las capacidades o la relación de la satisfacción con lo personal y lo social. Nos
detenemos brevemente en ellos ayudándonos de los documentos comentados.
4.1 La felicidad como objetivo
La primera quincena del pasado mes de septiembre, los medios de comunicación, especialmente
la prensa, se hicieron eco de la publicación del 2º Informe Mundial sobre la felicidad (World
Happiness Report 2013), elaborado para la ONU por el Instituto de la Tierra de la Universidad de
Columbia (Estados Unidos), con la coautoría de John Helliwell, Richard Layard y Jeffrey Sachs, uno
de los economistas más influyentes de las últimas décadas. Su objetivo es mostrar qué factores
influyen en el bienestar de las personas y cuáles son los países donde los ciudadanos disfrutan más
la vida. A modo de curiosidad señalaré que en la cabeza de la lista se encuentran Dinamarca,
seguida de Noruega y Suiza, mientras que en la cola figuran, como era de esperar, países africanos.
El último puesto se lo lleva Togo, seguido de Benin y la República Centroafricana. Respecto a
España, el primer Informe Mundial de la Felicidad, publicado en 2012, pero que analizaba datos entre
2005 y 2007, la situaba en el puesto 22 del ranking global, mientras que el nuevo informe, que analiza
el escenario 2010-2012, la viene a situar en el puesto 38, de un total de 156. Las consecuencias de la
crisis se reflejan también aquí, ahora somos menos felices.
El documento, avalado por el secretario general de las naciones unidas, Ban Ki-moon, subraya la
importancia de la felicidad como un componente clave en el desarrollo social y económico; y recuerda
que el bienestar de los ciudadanos puede ser vital para el progreso de las naciones. Los criterios
empleados en la elaboración de este estudio, en el que también ha colaborado la Red de Soluciones
para el Desarrollo Sostenible creada por Naciones Unidas, son: la esperanza de vida, el Producto
Interior Bruto (PIB), la ausencia de corrupción, la libertad de elección, la generosidad y tener alguien
con quien contar. Los resultados hacen ver que no todo se trata de dinero. En algunos países
desarrollados como Estados Unidos, China y Japón (de los que más han crecido en las últimas
décadas) la felicidad no ha aumentado sino que ha decrecido, debido a la disminución en niveles de
confianza social. En consecuencia, explica el estudio, el dinero importa pero no es el factor
preponderante para explicar la felicidad de una sociedad. En cambio, la libertad política, bajos niveles
de corrupción, los vínculos sociales, la salud física y mental; la satisfacción laboral y la solidez de la
familia, son los elementos más importantes que determinan la felicidad.
Esta manera de entender el desarrollo humano está abriendo nuevos escenarios a los que no
puede estar ajena la Educación Social. La ONU, en la Resolución de la Asamblea General de 19 de
julio de 2011, reconoce que la búsqueda de la felicidad es “un objetivo humano fundamental”. Algo
que también se asume por parte de la OCDE, que planea promover estándares de medición de
felicidad entre sus países miembros, y también por la Comisión Europea, que ya creó otros criterios
de medición en Más allá del PIB. Evaluación del progreso en un mundo cambiante (2009).
En la Nota del Secretario General, que siguió a la Resolución de Naciones Unidas, titulado “La
felicidad: hacia un enfoque holístico del desarrollo”, de enero de 2013, se precisa que la búsqueda de
la felicidad es un objetivo declarado en muchas constituciones nacionales, porque la creación de un
entorno propicio para mejorar el bienestar de la persona constituye un objetivo de desarrollo en sí
mismo. Algo semejante se afirma en el Informe sobre Desarrollo humano en Chile 2012 (p.35a) al
indicar que, en diversos foros internacionales, políticos y académicos se ha venido señalando que la
búsqueda de la felicidad coincide con el creciente interés por “eso otro que va más allá de lo
meramente económico”. La felicidad representaría “aquello que verdaderamente importa”, el fin último
de las personas. Por ello, se plantea que debiese ser también el fin último de la sociedad y el
horizonte de una visión integral del desarrollo. La cuestión no está tanto en estas afirmaciones, sino
en el modo de entender la felicidad y de hacerla accesible para los ciudadanos.
A veces olvidamos que la felicidad tiene una relación directa con las experiencias satisfactorias,
que difícilmente puede asociarse al sufrimiento. De hecho, investigaciones recientes nos señalan que
“sentirse contento” amplía las percepciones, aumenta la creatividad, fomenta la salud física y
prolonga la vida. Así lo afirman, por ejemplo, Sonja Lyubomirsky, Ed Diener y Laura King (2005) en su
estudio “The Benefits of Frequent Possitive Affect: Does Happiness Lead to Success?” No son los
únicos autores que se interesan sobre este tema. Las vivencias satisfactorias tienen consecuencias
positivas que se agrupan en torno al concepto de bienestar individual y social. En el Informe sobre el
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
estado del voluntariado en el mundo 2011 (VNU, p.96) se precisa que el bienestar se ha definido
como el hecho de sentirse bien y encontrarse bien tanto física como emocionalmente.
Hay autores, como Huppert (2008) o White (2009), que coinciden al afirmar que la esencia del
bienestar se encuentra la sensación de tener lo que se necesita para que la vida sea buena. Sin
embargo, en otras aproximaciones, (VNU, 2011, p.96), “la felicidad se refiere a los sentimientos
positivos subjetivos sobre el contexto y el entorno vital propios, mientras que el bienestar incluye
parámetros cuantificables como la salud, la seguridad y la estabilidad financiera, junto con
sensaciones de unión y participación”. Visto de este modo, la felicidad se puede considerar una parte
integral del bienestar. Para el Informe Chile 2012 (p.35a), la felicidad es solo una de las maneras en
que es posible hablar de un tema más general, que es el bienestar subjetivo. Desde este punto de
vista, el bienestar subjetivo es una de las formas más atractivas de nombrarla, porque atrae el interés
de todos los actores y seduce de manera especial al lenguaje de la política.
Sin entrar en otras precisiones, se puede afirmar que las referencias a la felicidad, el bienestar
subjetivo o la satisfacción personal o social, son percibidas, en cualquier caso, como algo positivo,
tanto para quienes experimentan dichas emociones como desde el punto de vista del desarrollo
humano. Como puntualiza el documento de Naciones Unidas, independientemente del concepto de
felicidad que se tenga, “cabe señalar que la propia felicidad parece impulsar la participación en
diversas actividades laborales y de esparcimiento, y presagia la formación de amistades y el
matrimonio, así como la participación en la comunidad” (2013, p.35a). Vale la pena, por tanto,
profundizar en todo aquello que tenga relación con la felicidad, donde la vivencia de un ocio auténtico
y positivo, que forma parte del ideal propugnado por el ocio humanista, tiene mucho que aportar.
Tanto bienestar como felicidad son dos términos que siempre se relacionan con los beneficios de
las experiencias de ocio, independientemente de la edad o el territorio al que nos refiramos. Son
muchos los estudios que nos hablan de los beneficios de las experiencias de ocio en términos de
resultados de bienestar. En una investigación que he realizado en el Instituto de Estudios de Ocio de
la Universidad de Deusto, sobre las prácticas de ocio en la Comunidad Autónoma del País Vasco,
actualmente en fase de publicación, se encontró que los beneficios percibidos por los ciudadanos
sobre sus experiencias más significativas de ocio se podían agrupar del siguiente modo:
Total
Bienestar Físico 27,6%
Bienestar Psicológico 62,4%
Mejora de Relaciones Sociales 9,3%
Diversión, Distracción,... 25,3%
Conocimiento 9,1%
Otros 4,0%
Fuente: IEO, El ocio en la CAPV, 2011
Sin entrar en comentarios sobre estos resultados, se puede ver aquí que las experiencias de
ocio valioso aportan, a juicio de quienes las vivencian, una serie de beneficios relacionados
directamente con la felicidad de la que hablamos. De ahí que importa poner en valor el conocimiento
adquirido sobre la incidencia de las experiencias satisfactorias a través del ocio, la recreación o el
disfrute de la cultura al servicio del desarrollo. Este objetivo no es un tema menor sino un horizonte de
innovación social y ciudadana de amplias potencialidades.
4.2 Valores
El ocio valioso, que defiende ante todo la dignidad de la persona humana y favorece su mejora y
la de la comunidad, tiene su núcleo central en tres valores fundamentales: libertad, satisfacción y
gratuidad, interrelacionados con identidad, superación y justicia (Cuenca, 2011). Todos ellos son de
gran interés desde el punto de vista del desarrollo, pero, si queremos destacar el más significativo,
tanto los autores como los documentos aludidos antes resaltan la importancia de la libertad. Para
Sen, la libertad es el núcleo del desarrollo, que debe medirse como aumento de las libertades de las
personas. Dicho con sus propias palabras, “...el desarrollo puede concebirse (...) como un proceso de
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
expansión de las libertades reales de las que disfrutan los individuos.” (Sen, 2000, p.19), porque la
libertad debe ser el fin y el medio de todo desarrollo.
La libertad es, ante todo, el fin principal del desarrollo, por lo que es necesario aumentar la
libertad en sí misma, pero también puede ser un medio excelente para lograr el desarrollo, de ahí su
papel instrumental. Sen considera que la libertad individual es esencialmente un producto social, por
lo que existe una relación de doble sentido entre los mecanismos sociales para expandir las
libertades individuales y el uso de las libertades individuales para mejorar las vidas respectivas, para
conseguir que los mecanismos sociales sean mejores y más eficaces. De ahí que el ejercicio de la
libertad sea esencial tanto para cualquier experiencia de ocio, como en todo proceso integrado de
desarrollo. La libertad se refiere aquí a la libertad intrínseca que facilita la elección y, muy
especialmente, a las libertades reales de ocio de las que gozan las personas y comunidades. La
existencia de un ocio humanista no es ajeno a las oportunidades que ofrece la sociedad, por lo que
un ocio valioso no alude sólo a la vida privada, sino también a circunstancias políticas, económicas,
sociales, culturales y educativas que lo facilitan o pueden impedirlo o dificultarlo.
El ocio, y especialmente el ocio valioso, es un ámbito de libertad a partir de un presupuesto
elemental: que las experiencias de ocio sean consideradas de un modo positivo e importante en la
vida de las personas que las experimentan. Como nos recuerda Douglas Kleiber (2012, p.151) es
prácticamente imposible poder comprender el valor de las experiencias de ocio cuando se sigue
pensando que lo único que importa en la vida es el trabajo y lo productivo, dejando en un segundo
plano lo satisfactorio y gratuito, o relegando las vivencias de ocio al considerarlas como algo trivial y
sin importancia por derecho propio, actividades frívolas e improductivas que no siguen el estándar
imperante de la utilidad. Afortunadamente esta postura no es la más generalizada, como lo
demuestran los últimos estudios, pero puede ser más común en las personas que acceden a la
jubilación, porque “si se teme la jubilación y se accede a ella con un sentimiento de falta de valor, de
que lo respetable es la actividad laboral, en ese caso el ocio evidentemente no es la respuesta.
(Kleiber, 2012, p.151)
Sólo en la medida que el ocio es considerado algo positivo, es valorado adecuadamente y se
convierte en ámbito propicio para fomento de valores que favorecen el desarrollo. Este es uno de los
grandes cambios ocurridos en el siglo XXI, donde el valor del ocio ha ido creciendo tanto entre la
población española como, en general, entre los países desarrollados. Así se puede ver en
investigación sobre el ocio en la CAPV, que hemos comentado antes o en otra investigación realizada
sobre el mismo tema con jóvenes universitarios de distintos países (Instituto de Estudios de Ocio,
2011). En ambos casos, al preguntar sobre si el ocio, el tiempo libre y la recreación ocupaban en su
vida un espacio nada, poco, bastante o muy importante, se pudo ver que, de forma unánime, el ocio
ocupaba un espacio más que importante en la vida de los ciudadanos entrevistados. En el caso de la
CAPV hay coincidencia entre los sexos y las edades, exceptuando el caso de los jubilados que tienen
un índice ligeramente superior, el mismo que ocurrió en la investigación con los jóvenes
universitarios.
Estos datos se corroboran con los resultados obtenidos en las encuestas de valores europea,
española y vasca (Arístegui y Silvestre, 2012, p.284), donde la importancia del valor tiempo libre/ocio
es muy significativa. Lo que nos permite afirmar que los antiguos ideales atribuían al ocio valores para
perfeccionar el carácter se han ido transmutando y generalizando, en función del cambio de
percepción, junto a la conciencia generalizada de los beneficios del ocio, como los que referíamos al
hablar de la felicidad. De esta manera, y posiblemente de un modo poco consciente, las funciones del
ocio se han asociado recientemente con aspectos tales como el conocimiento de uno mismo, el
compromiso emocional, la auto-apropiación de una actividad, la inmersión del yo en la actividad, un
sentido de la transformación personal asociado con él y la incorporación de la actividad en la memoria
y el relato personal. Muchas de estas cuestiones encuentran sentido cuando se estudia la diferencia
que puede existir entre el ocio más practicado o el que cada persona considera más significativo y
valioso.
4.3 Capacidades
Sen define el desarrollo en base a la capacidad que tienen las personas de transformar su renta
en aquello que ellas consideran necesario para llevar la vida que quieren llevar. El desarrollo se basa
en la libertad, justamente porque esta permite a los individuos aumentar las capacidades que les
permitan vivir de la forma en que quieran vivir, lo cual es, según Sen, el objetivo de alcanzar un mayor
desarrollo. A la pregunta ¿Qué son las capacidades? Martha C. Nussbaum (2012, p.40) responde
que son “las respuestas a la pregunta: "¿qué es capaz de hacer y de ser una persona?", son lo que
10
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
plantean retos que favorecen el sentido de identidad social y de pertenencia en contextos que van
más allá del mero placer. La práctica de ocio solidario también se asocia al bienestar subjetivo e
incluso a la salud, como se muestra en diversos estudios sobre tercera edad (Musick y Wilson, 2007).
Estas y otras investigaciones muestran que las experiencias de ocio pueden desarrollar capacidades
o satisfacer muchas de necesidades que tradicionalmente sólo estaban asociadas al trabajo.
4.4 Lo personal y lo social
Aunque en los apartados anteriores se ha podido ver la necesaria imbricación que existe entre lo
personal y lo social, un aspecto importante al hablar de satisfacción, bienestar o felicidad, consiste en
saber si nos estamos refiriendo a planteamientos exclusivamente individualistas o, por el contrario,
aludimos a ideales sociales difíciles de conseguir. Los documentos a los que nos hemos referido
antes nos ofrecen ciertas pautas de interés que también se pueden aplicar al ocio. En el caso del
documento de Naciones Unidas se alude a la importancia de distinguir entre la felicidad subjetiva o
“felicidad afectiva” y la “felicidad evaluativa”, más objetiva y social. En el Informe sobre Chile 2012
(p.47b) se diferencia entre la subjetividad personal y social. Allí se señala que la subjetividad no se
puede analizar como si operara en una sola dimensión. Hay al menos dos espacios: “uno
corresponde a los aspectos personales de la subjetividad –aquellos directamente asociados con la
satisfacción de la vida y la felicidad– y el otro al vínculo con el mundo social, esto es, la subjetividad
en relación al contexto”.
En este mismo Informe se recalca la importancia de encontrar el espacio justo que permita la
interacción entre lo personal y lo social (p. 48-50). Los datos empíricos que se analizan permiten
afirmar que, a la hora de la práctica, no existe una correspondencia necesaria entre satisfacción
personal y satisfacción con la sociedad y, de hecho, las personas insatisfechas socialmente no
necesariamente experimentan un malestar personal importante. Esta separación entre el ámbito
personal y social no es algo inmediatamente evidente o esperable, pero, de hecho, la capacidad de
acción para incidir sobre la realidad personal, no se aplica de la misma manera al contexto social. En
el Informe sobre Chile se señala que, en la opinión de la gente, existe una asignación de
responsabilidad que es distinta y que permite a su vez diferenciar ambos planos. La felicidad se
percibe como responsabilidad individual en la que la sociedad poco o nada tendría que ver.
Sin embargo, y el mismo Informe lo afirma, la sociedad sí importa. La sociedad sí importa a la
hora de construir la satisfacción con la vida. “No es posible reducir el bienestar subjetivo al bienestar
individual, es necesario incluir la mirada acerca de la sociedad. Preocuparse parcialmente de la
subjetividad no resuelve los dilemas del desarrollo; toda la subjetividad importa. El Informe del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Chile 2012 (p.50b), muestra que, “más allá de la
visión predominante en la opinión de la gente, la felicidad o el bienestar subjetivo no es un asunto
meramente entregado a la acción individual; es un objetivo que tiene condicionantes sociales que lo
hacen más o menos alcanzable para el conjunto de las personas.
Por ello, debe ser incorporada como parte de la acción intencional de la sociedad, a través de la
acción política, tanto para acoger sus miedos como para construir los escenarios en los cuales
concretar sus sueños. Es tarea de la sociedad encontrar los mecanismos sociales que hagan posible
lograr esos objetivos”.
Leída esta misma problemática desde el ocio, se puede decir que el ocio valioso, en cuando
derecho a experiencias libres, satisfactorias, gratuitas y valiosas, no es sólo una cuestión personal,
porque, junto a las elecciones y potencialidades personales, el contexto determina la educación, los
equipamientos, recursos y otras muchas posibilidades de disfrute. Eso significa que el ocio humanista
no solo tiene su medida en las sensaciones y puntos de vista personales, sino también en los
indicadores satisfacción social que muestran si es una opción accesible a todos los ciudadanos.
El bienestar psicológico que proporcionan las experiencias de ocio se opone el malestar y la
infelicidad, un estado que, además de a la salud, las investigaciones asocian a deficiencias en el
nivel de vida.
12
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
sociales, cognitivas etc. Lourdes Espejo, al estudiar el binomio Educación y Ocio (1998, p.221-232)
en la revista Pedagogía social. Revista Interuniversitaria, considera que algunas de las aportaciones
educativas del ocio en diferentes dimensiones de la personalidad del sujeto afecta, entre otras, a las
áreas: emocional, social, moral y comportamental.
Al área emocional en cuanto que desarrolla y mejora la autoestima, la satisfacción personal, la
toma de conciencia de sentimientos y emociones y el descubrimiento de valores personales. El área
social, en la medida que favorece el desarrollo de habilidades sociales y mejora de la comunicación
interpersonal, el conocimiento social o el intercambio cultural. En el área moral destaca la adquisición
de responsabilidades y obligaciones de participación, el aprendizaje y participación de actitudes de
solidaridad, cooperación, integración, respeto y aceptación, así como el desarrollo de estrategias para
la solución de conflictos. Finalmente, en el área comportamental, la autora pondera el control y
disminución de impulsos agresivos, o mayor grado de participación e integración.
Es evidente que, este tipo de desarrollos, también favorecen el bienestar. Un bienestar en el que,
tanto personal como socialmente, debiera ir asociado al desarrollo de valores y capacidades básicas
que permitan acceder a las personas a unos grados de desarrollo dignos. En este contexto conviene
recordar ahora una afirmación de Howard Gardner (1995, p.20) que nos habla de la necesidad de
plantearnos el desarrollo humano personal a través de procesos de formación y la vivencia de
experiencias que nos hagan ver la existencia desde las diferencias en los estilos de vida y los
individuos. El autor afirma que "hay diferencias importantes entre individuos, grupos y culturas, que
vienen impuestas sobre etapas tan amplias como se quiera del desarrollo intelectual” de modo que
los investigadores reconocen ahora “que la naturaleza -e incluso la existencia -de un sistema
educativo puede también marcar las trayectorias del desarrollo humano en el interior de una cultura"
(Gardner, 1995, p.22 y 23).
El ocio de cualquiera de nosotros no es sólo un ocio resultado de la edad y el contexto social,
sino que está orientado por las experiencias y conocimientos anteriores que, a su vez, resultarán
determinantes para los futuros hábitos de ocio. Esto nos hace recordar que, aunque las capacidades
básicas, a las que se refería Martha C. Nussbaum, existan, sólo puedan ser capacidades combinadas
en la medida que se transforman en actitudes, intereses, conocimientos y destrezas adecuados a la
edad y a los estados de madurez de las personas. El disfrute, propio de un ocio valioso, siempre está
asociado a procesos de formación y mejora personal, que son la base de todo desarrollo humano.
Gadner (1995, p.58-59) precisa que el aprendizaje de las habilidades asociadas a los
conocimientos sensoriales, simbólicos, conceptuales y especializados no son, habitualmente,
adquisiciones de tipo escolar, sino que se desarrollan por medio de la observación, la participación
directa y la enseñanza informal, de forma análoga a como se adquiere el conocimiento intuitivo
simbólico inicial. De ahí que el autor llame la atención sobre el interés de múltiples prácticas de ocio,
en sus diversas manifestaciones lúdicas, culturales, deportivas, etc., en cuanto que ejercitan
habilidades que tienen afinidad con las formas de conocimiento no escolares. Estas prácticas
resultan especialmente significativas para el crecimiento personal en la medida que “los estudiantes
aprenden mejor, y de un modo más integral, a partir de un compromiso en actividades que tienen
lugar durante un período de tiempo significativo, que se encuentran ancladas en la producción
significativa y que se construyen sobre conexiones naturales con el conocimiento perceptivo, reflexivo
y artístico" Gadner (1994, p.84). Esto hace que sea “imperativo contar con un cuadro de educadores
que ‘incorporen’ en ellos mismos el conocimiento que se espera que impartan. A menos que los
educadores estén familiarizados y sientan cierta sensación de propiedad en relación con las materias
que forman el currículum, el autoesfuerzo educativo está llamado a fracasar" (Gadner, 1994, p.89).
13
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
El ocio es también una cuestión vital porque su aprendizaje está enlazado al contexto social
próximo en el que vivimos. En la investigación sobre las experiencias de ocio en personas con una
afición mantenida, a la que me refería antes, se puede ver que, la incidencia de los familiares y
allegados es importante, superando el 30% de un modo global. Considerando estos resultados, y
analizándolos con más detenimiento, podemos afirmar que, en los hobbies arraigados, la mayor
influencia de la familia se produce en aquellos que tienen relación con la dimensión creativa del ocio,
asociada a lo cultural, mientras que la menor influencia se da en la lúdica. Mª Ángeles Valdemoros,
Eva Sanz y Ana Ponce de Leon (2012), al estudiar el influjo de los amigos en el abandono de la
practica fisico-deportiva, señalan que dos de cada diez chicos jóvenes físicamente activos abandonan
sus experiencias motrices antes de llegar a los 16 años y, en el caso femenino, el índice cuadriplica al
de los hombres.
Pues bien, los resultados desvelan que, aunque la importancia que conceden los amigos a las
actividades físico-deportivas influye de diferente forma, y en distinto grado, a las féminas y a los
varones, no cabe duda de que la influencia de los pares es, o puede ser, decisiva a la hora de
mantener hábitos de ocio para el mantenimiento de la salud y la calidad de vida a lo largo de la vida.
Para prevenir esta situación, las autoras destacan la necesidad de una adherencia temprana y de una
educación desde la infancia en unas adecuadas habilidades sociales y personales que permitan
hacer frente a la inevitable presión grupal que se ve acrecentada en la adolescencia. Todo ello les
lleva a una consideración de la necesidad “de ofrecer una educación para el ocio desde el inicio de la
infancia” (Valdemoros, 2012, p.218).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
vida, pero eso dependería de qué tipo de experiencias de ocio estemos hablando. Son numerosos los
estudios que sugieren que la mitad de las actividades de ocio de una persona adulta, tiene su
equivalente en los patrones de ocio durante la infancia (Yoesting and Christensen, 1978; Iso-Ahola,
Jackson and Dunn, 1994). Y además sabemos que las actividades de ocio completamente nuevas
tras la jubilación son llamativamente inusuales. En el estudio de Weiss (2005) se demostró que
aquellos que probaron hobbies por primera vez después de la jubilación tenían menos probabilidades
de mantener el interés por ellos. De modo que, si el objetivo es potenciar el valor del ocio como factor
de desarrollo personal a lo largo de la vida, no es posible obviar la importancia de iniciar a las
personas, durante su infancia y juventud, en un amplio abanico de actividades de ocio que les
permitan vivir experiencias de diversa índole, sentando las bases actitudinales y motivacionales para
incrementar o retomar su participación de ocio en etapas posteriores.
La relación que se establece entre el ocio y otros ámbitos de la vida, no es unívoca, sino
bidireccional. De ahí que los estilos de vida de ocio deban estar referenciados a las grandes fases de
la vida, que tradicionalmente se han considerado cuatro: infancia, juventud, adultez y vejez. Es
habitual destacar, en cada una de ellas, un aspecto o tarea central, motivada por los cambios que el
ocio experimenta en cada etapa, unido a ciertos planteamientos generales que dan continuidad al
ciclo vital. Un proceso evolutivo exitoso depende del mantenimiento de un estilo de vida activo, al
margen de la edad, pero también de una adaptación adecuada a las nuevas circunstancias. La idea
de declive, vinculada a los itinerarios de ocio, no necesariamente se refiere a las etapas tardías de la
vida. Estudios comparativos a nivel europeo (European Commission. Directorate General Education
and Culture, TNS Opinion and Social, 2010), corroboran que el abandono de las prácticas deportivas
crece exponencialmente entre los 12 y 16 años y su alcance supera ya, en Europa, el 30%. Los
informes sobre hábitos de la población española (García Ferrando, 2006; 2011), afirman que el
abandono deportivo constituye un rasgo consolidado en la estructura de la práctica deportiva en
España.
Desde el punto de vista del desarrollo se subraya la plasticidad o generatividad de la condición
humana en cualquier etapa de la vida, aunque generalmente ocurre que las prácticas que exigen un
esfuerzo físico importante -especialmente las relacionadas con deportes de equipo y las propias de la
recreación al aire libre- disminuyen con la edad. Al contrario de lo que sucede con las actividades
relacionadas con el desarrollo de hobbies y prácticas de ocio domésticas, cuyo comienzo tiene lugar
preferentemente en etapas tardías de la vida. Pasa algo similar con los reemplazos de una actividad
por otra, que son cada vez menos frecuentes a medida que avanza la edad, en todos los tipos de
actividad, excepto en hobbies y actividades de ocio “casero”.
El conocimiento que aporta el ocio desde el enfoque del ciclo vital y de los itinerarios de ocio
colabora positivamente en el diagnóstico de situaciones educativas y permite predecir cambios que
se relacionan con la intensidad de las experiencias de ocio, los beneficios percibidos y la contribución
de su ocio a su satisfacción vital en cada etapa. En la Educación Social, el estudio de los itinerarios
de ocio puede tener una incidencia considerable en la orientación de la oferta educativa; la
segmentación de la acción, mediante agrupamientos o tipologías de personas; en la orientación de
estrategias de intervención en ocio y en la promoción de estilos de ocio óptimos y duraderos.
Además de la educación, la información que proporciona el estilo de vida de ocio (EVO) constituye
una base necesaria para intervenir desde ámbitos como el counseling del ocio el ocio preventivo o
terapéutico. Todas estas razones ayudan a entender que, como puntualiza Susan Hutchinson (2011),
la educación del ocio debiera capacitar para ser un medio de promoción de la salud mental y el
bienestar a lo largo de la vida.
16
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Si consideramos lo señalado en el punto anterior, sobre la incidencia vital del ocio de la infancia
y la juventud, debemos afirmar que la formación en ocio no es cuestión sólo de adultos o personas
mayores sino algo necesario en cualquier edad. Ana Mª Ponce de o León (1999, p.167), en un
artículo sobre la educación en y para el ocio en personas mayores, afirmaba precisamente esto a
finales del pasado siglo.
Susan Hutchinson y Brenda Robertson (2011, p.19) señan que profesionales e investigadores de
diversas disciplinas (salud, justicia, educación, recreación) reconocen cada vez más que son muchas
las personas que pueden beneficiarse del ocio, a pesar de que bastantes de ellas no pueden hacerlo
porque carecen de alfabetización. Por ello afirman que la educación del ocio es necesaria para
abordar la salud mental y el bienestar de las personas en general, como ya hemos visto al hablar de
desarrollo humano, pero, muy especialmente, para quienes sufren marginación en sus comunidades.
Las autoras critican que la educación del ocio se haya entendido muchas veces, erróneamente, como
ejercicio y práctica de actividades, cuando debería estar orientada a desarrollar el propio ocio de las
personas, fundamentado en sus decisiones personales. De ahí que, para ellas, el propósito de la
educación del ocio sea crear una conciencia del propio proceso de aprendizaje con el fin de intervenir
en los modos de desarrollar un ocio valioso.
Para convertir el tiempo libre en ocio no se necesitan programas enciclopédicos en los que se
intente profundizar en múltiples contenidos relacionados con el medio ambiente, el consumo, la salud
o múltiples temas afines. Sabemos que el ocio es el resultado de diferentes aspectos asociados al
potencial humano de cada cual, a la genética, al entorno social y cultural en el que se vive y a sus
ventajas o desventajas sociales, pero ninguno de estos elementos son completamente deterministas,
la libertad de elección asumida desde los propios criterios personales tiene una función esencial. En
el ocio importa mucho lo que se hace pero también lo que se desea personalmente, de modo que
debemos desechar las tentaciones de homogeneidad. Douglas Kleiber (2012, p.169) señala que los
elementos comunes a todos los niveles y periodos de la vida, en la educación para el ocio, son:
conciencia propia, determinación de valores, identificación de recursos, conocimiento de experiencias
prácticas, resolución de problemas y toma de decisiones. Por su parte, Susan Hutchinson y Brenda
Robertson (2011) proponen un método que parte de las necesidades de las personas y termina en
una propuesta de repertorio de actividades posibles, en las que se consideran los valores, actitudes,
intereses, habilidades, conocimientos y experiencia de las personas implicadas. A partir de ahí viene
una toma de decisiones, en la que influyen los factores internos y externos de cada cual, explicitados
de forma consciente.
Todos estos autores proclaman la necesidad de una alfabetización en los temas de ocio de la
que carecemos, no tanto porque sea difícil o complicada de llevar a cabo, sino porque requiere de
una actitud positiva hacia el ocio, como punto de partida, que resulta difícil de entender en una
sociedad centrada en lo laboral y lo económico como valores dominantes. Entre nosotros la idea más
cercana a estas propuestas, con poca tradición en el ámbito europeo, es la educación a través del
ocio. Sobre este tema recuerdo que me gustó un artículo aparecido en Pedagogía social. Revista
Interuniversitaria hace unos años, firmado por Mónica Pérez Muñoz y titulado “La Educación a través
del arte en la Educación Social” (2002). Me sorprendió que, esta profesora de la Escuela de Arte, se
preguntara sobre las funciones que debería cumplir ella a lo largo de sus actividades de enseñanza y
que se contestara a esta interrogante inicial ponderando la importancia de la educación a través del
arte, en nuestro caso interpretado como educación a través del ocio. El siguiente párrafo, tomado del
artículo que comento, nos da una de las claves esenciales que tienen que ver con la alfabetización
del ocio:
“Educar a través del arte [para nosotros ocio] o por medio de él es utilizar las artes en las
estrategias educativas que se proponen, para intentar lograr metas educativas no
exclusivamente técnicas, que tienen más que ver con la mejora de la calidad de vida de la
gente que con el aprendizaje del lenguaje fílmico para saber interpretar esta o aquella
película: esto último es el medio o instrumento para el logro de los primeros. Para ejemplo:
cientos de talleres de lectura dan la oportunidad a que miles de personas, mayores o
menores, aprendan alguna competencia histórica por el simple hecho de disfrutar, resistirse a
estados mentales negativos (expresiones, desesperanzas, miedos…) o trabajar en la
búsqueda de estados mentales positivos" (Pérez 2002, p.290b-291a)
7. Palabras finales
Los educadores sociales que trabajan en residencias, centros de día, hogares culturales, centros
culturales de ocio y tiempo libre, centros de educación de adultos, cárceles, acciones comunitarias
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
8. Referencias bibliográficas
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20
LÍNEA TEMÁTICA 1
1. Introducción
La Ley Orgánica General Penitenciaria establece, en cumplimiento del artículo 25.2 de la
Constitución Española (CE), que las Instituciones Penitenciarias tienen como fin primordial la
reeducación y reinserción social de los sentenciados a penas y medidas privativas de libertad. La
intervención pedagógica es una acción intencional que se ejerce en el marco de lo social (Parcerisa,
1999) cuya finalidad es el desarrollo personal y social de la persona, optimizando su calidad de vida e
incidiendo en su participación social. Al tratarse de una educación no formal, en donde las personas
destinatarias están relacionadas con situaciones problemáticas, se debe incidir en los aprendizajes
procedimentales o de habilidades, pero el núcleo central serán los aprendizajes relativos a valores y
actitudes.
Considerando que el tratamiento es el instrumento principal para hacer efectiva la reeducación y
reinserción social de los internos, se realizan programas de intervención pedagógica y social
especializada. Como expresa Touriñán, “explicar una intervención pedagógica eficaz, es explicar,
entre otras cosas, cómo podemos desarrollar, transfiriendo información al educando, los
determinantes internos de su acción. Es precisamente el reconocimiento de la urgencia de desarrollar
determinantes internos de la conducta del educando, lo que hace que el desarrollo de actitudes y
hábitos… o el análisis pedagógico del autocontrol…, comiencen a ocupar un lugar preponderante en
la teoría de la educación” (1997, p.183).
En el ámbito penitenciario la intervención pedagógica se concibe como “el conjunto de
actividades destinadas a incrementar la capacidad de cada ser humano para hacerse dueño de sí
mismo, para crecer como persona y para participar en la sociedad de forma crítica” (Martín; Vila y De
Oña, 2013, p.19). El sentido educativo de los centros penitenciarios tiene una finalidad reeducadora y
de reinserción social para “configurar espacios sobre los que construir y reconstruir formas más
éticas, humanizadoras, críticas y pedagógicas de generar cambios sociales cívicamente positivos”
(Vila y Martín, 2013, p.13) de este modo se cumple con el mandato constitucional de acceso a la
cultura y al desarrollo integral de su personalidad, ya que forma parte del Título I de la Constitución
Española relativo a los derechos fundamentales y a las libertades públicas que se interpretará en
conformidad con los tratados internacionales y la Declaración Universal de Derechos Humanos. En
instituciones cerradas necesariamente tiene que ofrecer un conjunto de actividades que permita a los
internos satisfacer ese derecho (Gil, 2010, 2013). El tiempo de permanencia en prisión puede
dedicarse a procesos sociales educativos y reeducativos, orientado hacia la mejora de la calidad de
vida en dicha institución y a su “dimensión personal, formativa, laboral o cultural” (Añaños, Fernández
y Llopis, 2013, p.15).
Las actuales características de la población penitenciaria española generan nuevas líneas de
acción educativa, debido a la creciente multiculturalidad de la población reclusa, y al incremento de
penados por delitos de violencia de género y las infracciones de tráfico vial tipificados en el Código
Penal a partir de la aparición de:
• La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género: cuyo objeto es actuar contra la agresión que ejercen los hombres sobre las
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
mujeres, por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado
ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aún sin convivencia.
• Ley Orgánica 15/2007, de 30 de noviembre por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995,
de 23 de noviembre, del Código Penal en materia de seguridad vial: cuyo objeto es actuar cuando la
ingesta de alcohol durante la conducción es especialmente elevada y tipificada por tanto como
delictiva.
A través de la acción educativa cada educador, junto con el educando, genere en éste la relación
educativa respecto de sí mismo, de tal manera que no sea sólo actor, sino también autor de su propio
proyecto de vida en lo que pueda, en cada ámbito de intervención creado (Touriñán, 2013, p.163).
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problemas y circunstancias que afectan a todos” (Martín, Vila y De Oña, 2013, p.30) generando así
una mayor participación en la acción educativa. Del mismo modo, se abordarán muchos de los
factores de riesgo con los que conviven: inmadurez afectivo-emocional, baja autoestima, dificultades
ante respuestas gratificantes, escaso autocontrol, irritabilidad, agresividad y egocentrismo,
habilidades sociales deficientes, baja tolerancia a la frustración, falta de empatía, dificultad en las
relaciones interpersonales, ausencia de valores, etc.
Ante lo expuesto, las intenciones de esta intervención se dirigen hacia el desarrollo del
autocontrol, de la capacidad de autocrítica, la mejora de las habilidades sociales, de resolución de
problemas, de búsqueda de alternativas, de razonamiento crítico, de empatía, de clarificación y
mejora de valores, de manejo de emociones y pensamientos y de asumir los errores. Así mismo, se
trabajan competencias relacionadas con la familia, las amistades, la sociedad del conocimiento y la
vinculación con el entorno.
La propuesta de intervención educativa que se va a implementar en el Centro Penitenciario de
Monterroso cuenta con la colaboración de los internos que forman parte del Programa Respeto
(Dirección General de Instituciones Penitenciarias). Dicha intervención se llevará a cabo de forma
multidisciplinar por personal del Centro penitenciario: educador, responsable del equipo técnico, una
funcionaria y 2 profesoras de la Universidad de Vigo (autoras de la presente comunicación). Esta
propuesta se enmarca dentro de una intervención pedagógica anterior desarrollada en el Centro
Penitenciario de Pereiro de Aguiar (Ourense) en el año 2008 (Álvarez y Pereira, 2008, p.121-122 y
Pereira, 2010). Con este trabajo se analiza la evolución de la acción y estado de la cuestión en
contextos de privación de libertad, se estudia la praxis de los programas denominados
socioeducativos y se ofrecen líneas básicas para la intervención.
Esta propuesta educativa se basa en el cine y la literatura como recursos eje para la intervención
pedagógica con la finalidad de mejorar la reinserción social, y, al mismo tiempo fomentar, en la
persona interna, la capacidad de que asuma la responsabilidad de su conducta pasada presente y
futura, de sus potencialidades y reafirmación.
Descripción de la Institución: Centro Penitenciario de Monterroso. Año de construcción 1982.
Localización: Monterroso (Lugo-Galicia). Dirección Carretera Vegadeo-Pontevedra, s/n,
27560.Teléfono, 982 37 70 43, 982 37 71 40, 982 37 72 13. Comunicaciones, 982 37 71 58 Fax, 982
37 71 62. Cita previa, 91 335 60 99.
• Estructura: Servicio Gestión de Penas y Medidas Alternativas Sgpma.Lugo@dgip.mir.es.
Superficie construida: 41.029,00 m2. Superficie de parcela: 120.000,00 m2 Celdas: 328. Celdas
complementarias: 73.
• Ubicación: Se encuentra a 25 kms. de Lugo, cercano al monte A vaca Loura. Su climatología
es árida, fría y abrupta.
• Edificio y dependencias: Cuenta con varios edificios independientes y módulos o unidades
independientes. La estructura de un módulo (dormitorios, sala de lectura y TV, sala de juegos). En
otras dependencias (actividades deportivas y educativas). Un campo de fútbol y tres canchas
deportivas. Tiene amplias zonas verdes.
• Características a destacar: Anteriormente, el edificio se destinó a un centro de ocio para
jóvenes.
• Población: Prisión multicultural. Procedentes de diferentes países. Los residentes son sólo
hombres. Su capacidad es para 250 internos (en este momento el Centro no está masificado debido a
las circunstancias políticas vigentes de reducción de la inmigración). Los internos se encuentran en
régimen de segundo grado. La mayoría desconocen el español y el gallego. Debido a la
multiculturalidad existente, el Centro cuenta en plantilla con un traductor de inglés, francés, árabe y
español. Su permanencia en el Centro está expectativas de futuro, unos están en el País con
residencia legal y otros no. En general, se sienten poco motivados. Existe una afluencia constante de
entrada y salida de internos.
Objetivo: Desarrollar y favorecer las capacidades que mejoren la calidad de vida de los
penados, a nivel social y personal, contribuyendo a su autonomía y reinserción.
Contenidos: Malos tratos, inmigración, multiculturalidad, exclusión social, marginación. Son
temáticas con las que se sientan identificados, que les abran nuevos horizontes y mejoren su
autoestima, reinserción social y desarrollo personal.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. A modo de reflexión
La finalidad que se quiere conseguir con esta propuesta de intervención, es que los internos
sean los propios responsables del cambio de actitudes y comportamientos y por tanto que elaboren a
partir de la reflexión personal y grupal, con nuestra mediación y orientación, sus propios criterios,
valores, actitudes, etc. Los centros de interés de nuestra propuesta son el cine y la literatura con la
finalidad de que el interno asuma la responsabilidad, mejore sus competencias y su reinserción social
(Walmsley, 2012).
Estamos convencidas que esta nueva propuesta será valorada de: formativa, creativa,
gratificante, relajante y lúdica al descubrir las posibilidades educativas del cine y la literatura,
auténticos espejos de la realidad social y medios idóneos para educar en valores.
Se trata de que la persona penada recapacite y se responsabilice de la importancia y necesidad
de su cambio de comportamiento y actitudes hacia estilos de vida personal e interpersonal más
saludables (Ward y Maruna, 2007).
Consideramos que los Módulos de Respeto constituyen un sistema de organización de la vida en
prisión que ha demostrado ser útil, realista y generalizable para la consecución de los objetivos
terapéuticos, formativos, educativos y de convivencia de la institución penitenciaria. Porque,
coincidiendo con Ortega y Romero, cuando se educa no nos limitamos a transmitir unos
determinados conocimientos, destrezas o competencias, permaneciendo ajenos o indiferentes a la
realidad de la vida de cada educando. Sólo cuando el educador se hace responsable del otro,
responde a éste en su situación concreta, se preocupa y ocupa de él desde la responsabilidad, se da
la educación. Por ello la educación no se entiende ni se da al margen de la ética, sin una relación
responsable con el otro (2013, p.70).
Nota
Por motivos de estilo y con el fin de conseguir una lectura fluida del texto, utilizaremos aquellas
palabras referidas al género masculino y femenino en su amplio sentido (niñez, infancia,
adolescencia, juventud,…). En la mayoría de los casos aludimos a ambos géneros a pesar de usar en
ocasiones uno u otro término.
7. Referencias bibliográficas
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Adhex prisiones. Extraído de http://centroderechoshumanos.com/areas-de-trabajo/reclusos/.
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-- y Yagüe, C. (2013). Educación social en prisiones. Planteamientos iniciales y políticas
encaminadas hacia la reinserción desde la perspectiva de género. Pedagogía Social. Revista
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enriquecimiento mutuo entre educadores de los centros penitenciarios y de la escuela
ordinaria. Extraído de: http://www.educabarrie.org/proyectos/cineforumet-centro-penitenciario-
delama?sw=all.
30
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
31
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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vencion_ConchaYague_ProgramaMediacionFamiliar.doc.pdf. 1- 4.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Partiendo de la falacia que supondría el intento de abordar la violencia contra las mujeres desde un enfoque
pretendidamente neutro, se expone abiertamente un marco de pensamiento feminista como punto de partida
desde el que se presenta este fenómeno y, por tanto, sus implicaciones educativas.
2
Desde el concepto de liquidez desarrollado por Zygmunt Bauman en Modernidad Líquida y obras posteriores.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
participan en ellos. El papel de la educación / pedagogía ante la violencia de género podría quedar
difundido a través de documentos como, por ejemplo, la Guía para Sensibilizar y Prevenir desde las
Entidades Locales la Violencia contra las Mujeres (2007), que supone en sí misma un modelo de
referencia para dichas entidades y cuyas directrices siguen incorporándose en La propuesta de
Intervención Integral en el Ámbito Local contra la Violencia sobre la Mujer (2012), ambas editadas por
3
el Área de Igualdad de la Federación Española de Municipios y Provincias . Sin embargo, Tal vez
4
habría que preguntarse si existe la certeza de lograr la sensibilización por el mero hecho de
visualizar e informar (que son las estrategias que marca la guía para tal efecto). En sí mismas estas
dos estrategias no parece que puedan garantizar la toma de conciencia ni mover a la acción
(objetivos de la sensibilización según la guía); sabemos que si así fuera, seríamos sensibles a
muchas cuestiones que, por ejemplo, desde la televisión se visibilizan y sobre las que se informa. Y
sobre todo, no se entendería cómo se consigue, mayoritariamente, el efecto contrario: la
normalización; teniendo en cuenta, según se expone, que los resultados deseables de la
sensibilización son: “conseguir cambios en las creencias, actitudes y conductas (…) e implicar a la
ciudadanía en la resolución de la problemática” (FEMP, 2007, p.39), “(…) Incidir en un cambio de
pautas culturales que reproducen la desigualdad” (FEMP, 2012, p.59).
Echamos en falta que se ponga de manifiesto y se explicite un paradigma socioeducativo. Es
necesario asegurar la educatividad de acciones y procesos que, identificados o no como educativos,
debieran serlo, y explorar las posibilidades de la cultura como motor pedagógico-social, trabajando
con firmeza sobre los agentes de socialización en la vida adulta y dando forma a proyectos políticos
que utilicen cultura y educación para el cambio de la actual configuración del poder en la sociedad
(Giroux, 2001). Que no se resten esfuerzos, desde ese fijar la mirada en la prevención, en buscar
fórmulas que nos permitan acentuar la promoción. Núñez (2007, p.11) insiste: “(…) de lo que se trata
es de promover la justicia social, no de prevenir conductas peligrosas…De plantarse ante las
lacerantes injusticias”.
Precisamente buscando un cambio en el grado simbólico, un nuevo lenguaje que represente a
dos sujetos en igualdad, ante una sociedad constituida desde procesos de dominación masculina
hemos de preguntarnos cuál es nuestra posición dentro del sistema sexista, androcéntrico. Para
alcanzar algún día un orden social igualitario es imprescindible garantizar agentes profesionales que
lideren el trabajo para la erradicación de la violencia. La ética es la única puerta posible para un
proceso que promueva la emergencia de una subjetividad y una libertad (Ronda, 2012). Los
resultados obtenidos en un estudio sobre alumnado de Educación de la Universidad de les Illes
Balears, que analiza la percepción sobre la violencia contra las mujeres en la pareja, logran
evidenciar la vigencia de falsas creencias altamente perniciosas: se responsabiliza a la víctima, se
5
exculpa al victimario y se defiende la ausencia de riesgo para los hijos/as, entre otras (Instituto de la
Mujer en Ferrer, Bosch, Ramis y Navarro, 2008, pp.57-61); situación que implora la necesidad de un
tratamiento -específico y especializado- de este problema social en los planes de estudio de las
diferentes titulaciones que capacitan a las y los profesionales de las ciencias de la educación. Y por
otro lado, como venimos defendiendo, desde un trabajo social atravesado por procesos educativos, la
intervención interdisciplinar que lo desarrolle exige que la pedagogía social contribuya significativa y
eficazmente a la formación de sus profesionales (Merino, 2005).
Respecto a la relación entre violencia y exclusión social, ésta tampoco nos deja indiferentes.
Obviamente, puede abordarse en ambos sentidos: la violencia como generadora de procesos de
exclusión, y éstos a su vez como factor desencadenante de la primera. La relación que existe entre
situaciones y contextos de exclusión social y violencia estructural e interpersonal supone una
3
Importante recordar que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) es la Asociación de
Entidades Locales de ámbito Estatal que representa a más del 89% de los Gobiernos Locales Españoles, y es la
Sección Española del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) y sede oficial de la Organización
Iberoamericana de Cooperación Intermunicipal (OICI).
4
Entendiendo sensibilizar, según su tercera acepción del DRAE (22ª edición) como: “dotar de sensibilidad o
despertar sentimientos morales, estéticos, etc.”. Y entendiendo sensibilidad, según su segunda acepción, como:
“propensión natural del hombre a dejarse llevar de los afectos de compasión, humanidad y ternura” (obviando la
posibilidad de que la mujer no la posea y entendiendo que donde expresa hombre se refiere a ser humano).
5
Un 10% valora los abusos sexuales como bastante graves, no muy graves. Este porcentaje sube hasta el
15,7% respecto a los abusos psicológicos y hasta el 35,8% cuando se valoran como bastante graves, y no muy
graves, las restricciones de libertad. Un 10% está de acuerdo con la afirmación: “si las mujeres realmente
quisieran, sabrían cómo prevenir los episodios de violencia” un 38.6% no estaría dispuesto/a a denunciar siendo
conocedor/a de un caso de violencia.
34
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
educativa con una doble dirección complementaria: por un lado la de soplo o aliento vital, que activa
el pensamiento e impulsa la toma de decisiones, y por otro la de cambio y movimiento, desde
acciones que impliquen comunicación y transformación.
Estimamos, además, que en un centro residencial puede apreciarse la intervención como
dispositivo probablemente mejor que en ningún otro contexto y, en la menor brevedad de tiempo, si
ésta resulta mediación, cooperación… o por el contrario supone intromisión, coerción, intrusión…
(Carballeda, citado en Úcar, 2004, p.5), si deviene en impulso u opresión. La intensidad y
simultaneidad de las dualidades latentes en el recurso convivencial acentúan su complejidad:
independencia versus normativa, derechos colectivos versus derechos individuales, derechos de
los/las menores versus derechos maternos, ritmo terapéutico versus libertad personal, motivaciones-
deseos versus exclusiva cobertura de necesidades, y grupo potenciador versus grupo obstaculizador,
entre otras. Por ello, resulta imprescindible identificar acciones que sin ser propias de la planificación
educativa de carácter científico y tecnológico, consiguen resultar más potenciadoras y responder con
más credibilidad a los interrogantes de la cotidianeidad (Sáez, citado en Caride, 2005).
Y evidentemente una única línea de partida: su educabilidad y posibilidades de crecimiento
postraumático. No son víctimas, ahora son y siempre fueron supervivientes. Compartimos el sentir de
Quintana cuando decía que “muchos piensan que en la sociedad hay educación porque hay escuela
cuando en realidad es al revés, hay escuela porque hay educación” (Civís y Riera, 2007, p.71). Es
igual en el caso que nos ocupa: Pensamos que el centro existe para dar fuerza, para hacer posible el
abrazo a nuevos valores, cuando en realidad es al revés: porque hay fuerza, porque hay otros
valores, es que el centro existe.
2.2 Mirada desde y para la igualdad
Como camino para el desarrollo individual y colectivo, aparece la igualdad como elemento
insoslayable, ineludible. A su servicio, una alfabetización emocional como base de una educación
afectiva que potencie la interpretación sociocrítica del conocimiento, y dote de herramientas que
permitan distinguir, nítidamente, la cosificación que nuestra sociedad sigue llevando a cabo. De lo
contrario, seguiremos contribuyendo -al menos desde la omisión- a la reproducción de relaciones
desiguales y, por ende, a la perpetuación de la violencia contra las mujeres.
Señala Fernández (2004) que ante este grave problema social, más allá de la visibilización de
las mujeres, de la revisión de presupuestos androcéntricos y, en definitiva, de la devolución de una
mirada justa al pasado, se trata de educar dicha mirada. Ampliar el campo de visión y enfocarla en
jerarquizaciones y asimetrías como formas innegables de violencia, y revisar el interior del presente
individual y colectivo para, así, buscar estrategias de transformación. Fundamental preguntarse, para
explicar los presentes, por aquellos discursos del pasado que siguen resistiendo al de la igualdad.
¿En qué medida siguen condicionando las conductas? ¿Qué prácticas cotidianas siguen
alimentándolos?
3. Referencias bibliográficas
Bauman, Z. (2008). El arte de vivir. Barcelona: Paidós
Caride, J. A. (2005). Las fronteras de la Pedagogía Social. Perspectivas científica e histórica.
Barcelona: Gedisa.
Civís, M. y Riera, J. (2007). La nueva pedagogía comunitaria. Un marco renovado para la acción
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Integral” (pp.72-79). Madrid: Autor
De Beauvoir, S. (2011). El Segundo Sexo. (3ª ed.) (Martorell, A. Trad.). Madrid: Cátedra, (Trabajo
original publicado en 1949).
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Nacionales Argentinas. La Plata. Extraído de:
<http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.962/ev.962.pdf>
Federación Española de Municipios y Provincias (2007). Guía para Sensibilizar y Prevenir desde las
Entidades Locales la Violencia contra las Mujeres. Madrid: Autor.
36
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Ayuste, Ana
Universitat de Barcelona
anaayuste@ub.edu
Gijón, Mónica
Universitat de Barcelona
mgijon@ub.edu
Payá, Montserrat
Universitat de Barcelona
mpaya@ub.edu
Rubio, Laura
Universitat de Barcelona
lrubio@ub.edu
Palabras clave: relación educativa, prácticas educativas, prostitución femenina y mujer migrante
1
Programa de Acciones Complementarias del VI Plan Nacional de Investigación Científica del Ministerio de
Ciencia e Innovación (Ref. EDU2008-04724-I). El equipo investigador estuvo formado por Ana Isabel González
Martínez, Ana Luisa Ordoñez Gutierrez y María Elena Sopeña Vallina, de la Escuela Universitaria de Trabajo
Social de Gijón; Verónica Teresi, del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de Universidad
Complutense de Madrid; Sofía Valdivielso, de la Facultad de Educación de la Universidad de Las Palmas de
Gran Canarias; Rosa María Cendón Leris y Encarna Jordán Pastor, del proyecto SICAR cat: Apoyo integral a
mujeres víctimas de la trata y a mujeres en contextos de prostitución- Adoratrices, de Barcelona; Diana Zapata
Hincapié, de ABITS- Abordatge integral del treball sexual del Ayuntamiento de Barcelona y las autoras de la
comunicación.
38
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
con esa dimensión. En suma, pretendíamos visibilizar su saber y ofrecerles la dimensión educativa
del trabajo que desempeñan.
2. Metodología de la investigación
Esta investigación se enmarca dentro del paradigma cualitativo, desde una perspectiva socio-
crítica y etnográfica. Dentro del paradigma cualitativo porque se enfatiza la comprensión de las
realidades por encima del establecimiento de relaciones causales o de la evaluación de determinadas
teorías, conceptos o prácticas. Desde este paradigma, pretendíamos acercarnos al objeto de estudio
desde los supuestos de complejidad, heterogeneidad y pluralidad dado que son los que mejor
interactúan con el ámbito de la prostitución femenina, siguiendo las aportaciones teóricas consultadas
al respecto (Juliano, 2002; Arella, Fernández, Nicolás y Vartabedian, 2007). Ello implicaba acercarnos
al medio, al entorno natural en que se produce la realidad a investigar (profesionales, mujeres,
entidades, medio abierto...) desde una perspectiva socio-crítica porque se prima la voz de los agentes
como fuente privilegiada de información, confiando en sus capacidades de interpretación y de
transformación de la realidad. Seguimos una metodología etnográfica porque se buscaba la
comprensión de los significados de las prácticas y tipos de intervención contrastándola con los
propios actores o sujetos, por lo que resultaba imprescindible acercarse a la realidad, al entorno
natural donde éstas se producen, y participar en la actividad de construcción de los significados
conjuntamente con los propios agentes o sujetos. Para ello, las técnicas de recogida de información
han sido las siguientes: entrevistas en profundidad, grupos de discusión, observaciones participantes
y relatos de vida.
A continuación, adjuntamos un cuadro síntesis de la metodología de trabajo utilizada:
Tabla 1. Síntesis de la metodología utilizada para la recogida de datos.
Técnicas Caracterización Núcleos temáticos
utilizadas de la muestra
Entrevistas en 7 entrevistas a profesionales con más - Líneas generales de acción: presente y futuro
profundidad a de tres años de experiencia que
profesionales del trabajan en las entidades -La intervención socioeducativa
ámbito individual, grupal y comunitaria
Respecto a la muestra de este estudio, ésta está constituida por 58 sujetos de diferentes
Comunidades Autónomas (Cataluña, Oviedo, Madrid, Canarias y Galicia) y de tres perfiles
2
diferentes. Un primer perfil lo compone el grupo de personas expertas; entendidas como aquéllas
que por su trayectoria académica o política se consideran referentes en esta temática. El segundo, lo
forman las profesionales de instituciones o entidades que trabajan directamente con las mujeres. Y el
último, lo integran mujeres que ejercen el trabajo sexual a las que hemos tenido acceso gracias a la
2
Queremos agradecer la colaboración de todas las entidades participantes en la investigación: Abits, Ámbit dona,
Genera, Sicar.cat, Sicar-Asturias, El lloc de la dona, Proyecto Carretera, Fundación Surt, Actúa Vallés, DIR-TS,
ACCEM, Vagalume, PAMPA y Médicos del Mundo. También nos gustaría agradecer la participación
desinteresada de las expertas Meritxell Benedí, Regiduría de Inmigración de la Generalitat de Catalunya; Alicia
Bolaños, Médicos del Mundo, Canarias; Cristina Garaizábal, colectivo Hetaira; Ana González, Ministerio de
Igualdad; Dolores Juliano, antropóloga y profesora de la Universidad de Barcelona; María Lucia, Red Brasil. Y,
por supuesto, queremos agradecer de forma muy especial a todas las mujeres que han participado y han hecho
posible esta investigación.
39
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
colaboración de las entidades que han participado en el curso de la investigación. Asimismo, cabe
destacar la participación como miembros del equipo de investigación de dos profesionales vinculadas
directamente a la práctica.
3. Resultados de la investigación
La investigación ha dado lugar a diferentes tipos de resultados. Por un lado, informes científico-
pedagógicos que presentan tanto la realidad de la prostitución de las mujeres migrantes, como una
sistematización de respuestas, dinamismos y dispositivos pedagógicos que las diferentes entidades
sociales ofrecen en este ámbito. Por otro lado, también descripciones etnográficas y narrativas que
presentan la realidad de la práctica pedagógica, las vivencias de las protagonistas y los testimonios
de las personas entrevistadas. En esta comunicación nos referimos especialmente al primer tipo de
resultados que hemos organizado según cuatro grandes núcleos temáticos: el contacto con la
realidad, el establecimiento del vínculo, el trabajo en la entidad y el cierre del proceso.
3.1. El contacto con la realidad: salir a la calle
Transitar por las calles en las que las mujeres ofrecen sus servicios sexuales permite a las
profesionales que trabajan con este colectivo (educadoras y trabajadoras sociales, psicólogas,
agentes de salud,…) conocer de primera mano las condiciones en las que se da la prostitución, el
comportamiento de los diferentes agentes que intervienen y las interacciones que se establecen entre
ellos. La calle, además, les ofrece la oportunidad de propiciar encuentros informales con las mujeres
y recoger sus propias interpretaciones sobre su situación. La confluencia de estos dos factores, el
conocimiento directo de la realidad y la comunicación con las mujeres que se prostituyen, contribuye
3
a que la intervención sea mucho más adecuada .
Para las profesionales consultadas, precisamente la tendencia por parte de ciertos sectores
sociales (la clase política, medios de comunicación, algunas posiciones dentro del feminismo,
determinados recursos o prácticas sociales,…) a interpretar sin un conocimiento explícito de la
realidad las causas que llevan a las mujeres a la vía de la prostitución o el camino que éstas han de
seguir una vez se han introducido en la industria del sexo, puede distorsionar el análisis del fenómeno
de la prostitución así como su abordaje. Por esta razón, salir a la calle y conversar con las mujeres se
convierte, por un lado, en una forma de ampliar el conocimiento existente sobre la prostitución a partir
de la observación directa y de la voz de las implicadas y, por otro, en una forma de reconocimiento y
de hacerlas partícipes de la definición de sus propias necesidades e intereses.
Las entidades han institucionalizado las salidas a las zonas de ejercicio de la prostitución como
uno de los pilares centrales de su intervención. Pueden ir a pie o en furgoneta, para repartir
preservativos, ofrecer la tarjeta sanitaria, comunicar alguna información puntual que afecta a las
mujeres, ofrecerles un curso, acompañarlas al médico,… Pero, más allá de la tarea concreta que
desarrollan en cada momento, el trabajo sobre el terreno les permite tener información actualizada
sobre los cambios que se van produciendo en la calle. Un conocimiento que en muchas ocasiones
contrasta con el conocimiento oficial y que resulta, por ello, de gran utilidad para comprender con
mayor profundidad el mundo de la prostitución y las condiciones de vida de las mujeres que la
ejercen.
3
Podemos encontrar algunas referencias sobre la importancia de conocer directamente el contexto de trabajo de
las mujeres en las aportaciones de Meneses, C. (2000). Algunas experiencias de trabajo en medio abierto
pueden encontrarse en Acién, E. y Solana, J. L. (2008).
40
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
interpersonal, también en contextos de prostitución, es una herramienta transversal que tiene efectos
en el desarrollo de la identidad y la imagen personal. Se trata de situaciones de intercambio que no
dejan indiferentes a ninguna de sus participantes, una acción dialógica y emocional que transforma a
ambas.
Establecer un vínculo de confianza, no implica olvidar que la relación interpersonal es también el
espacio del conflicto y de la exigencia, que requiere diálogo y negociación. Este es sin duda uno de
los aspectos más difíciles de la intervención. Y de nuevo, es por medio del encuentro cara a cara
entre el profesional y la persona donde se pueden solucionar conflictos y diferencias: se analizan y
valoran estrategias, se intercambian opiniones, siempre respetando las decisiones de cada mujer. Es
por esta razón que muchos profesionales se refieren al establecimiento y mantenimiento del vínculo
como una relación de acompañamiento. Una relación de ayuda que requiere tiempo, que produce
momentos de bienestar y reconocimiento entre mujeres, y donde también se gestiona el conflicto y se
generan interrogantes que son un estímulo para el progreso personal. La finalidad de los
profesionales no es advertir, ni aleccionar, ni convencer a las personas en situación de prostitución,
sino acoger y acompañar cada proceso desde la singularidad.
El vínculo en la relación interpersonal es la base para establecer un espacio de escucha y
compromiso, y también de respeto y reconocimiento. Un dinamismo socioeducativo que permite a las
participantes: construir lazos y sentimientos de afecto orientados al bienestar personal; abrir y
gestionar interrogantes vitales orientados a procesos de reflexividad y autoconocimiento.
41
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
entidad, identifica la necesidad que la mueve, define objetivos de trabajo –formativos, laborales,
relacionales, de hábitos, etc- y se compromete en un proceso que busca su crecimiento, bienestar o
mejora de la calidad de vida.
4. Conclusiones
Con este trabajo hemos tratado de mostrar el valor educativo de las prácticas de profesionales y
entidades sociales que trabajan con mujeres inmigrantes que se dedican al comercio sexual, así
como reconocer el conocimiento pedagógico tácito de las profesionales. Asociaciones y
profesionales, en su quehacer diario en contextos de prostitución, han desarrollado múltiples
prácticas que se caracterizan por un elevado nivel de complejidad que les permite adaptarse a una
gran heterogeneidad de situaciones y necesidades. Prácticas que se edifican sobre la base de la
relación educativa que las profesionales establecen con las mujeres con la finalidad de que éstas,
adquieran las herramientas necesarias para su propio empoderamiento.
Para acabar, nos gustaría cerrar este texto con una última reflexión. Conocer el tipo de
intervención que desarrollan las entidades que trabajan con este colectivo de mujeres, nos ha
permitido cerciorarnos de la dimensión educativa de su labor y, por consiguiente, revalorizar este
ámbito como uno más de la educación social (Caride, 2004). Por otra parte, la complejidad que
42
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
atraviesa el mundo de la prostitución de mujeres inmigrantes hace necesario que los futuros
profesionales tengan las herramientas adecuadas para responder de manera satisfactoria a este
colectivo. Por ello, creemos que las instituciones responsables de su formación deberían incluir en
sus planes de estudios contenidos específicos orientados a desarrollar las competencias necesarias
para trabajar con personas que se dedican a la prostitución. Esto supone introducir aspectos de
carácter teórico que analizan la situación económica y los factores psicosociales del colectivo de
mujeres en situación de prostitución; las leyes y el marco normativo que concierne tanto a la
prostitución como a la inmigración, con especial atención a la situación de irregularidad
administrativa; paradigmas teóricos y modelos de intervención a nivel nacional e internacional, así
como experiencias concretas que permitan ilustrar en qué consiste el trabajo social con este
colectivo. Sin duda, una relación cada vez más fluida entre la investigación, la formación y la práctica
de la educación social nos va a permitir mejorar nuestra actuación desde cualquier posición de este
triángulo, y mejorar así, la calidad de vida de las mujeres que protagonizan este trabajo.
5. Referencias bibliográficas
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43
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: Pedagogía Social, políticas públicas, igualdad de oportunidades, ciudadanía, crisis,
inclusión social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
participativa y sus reiterados esfuerzos por contribuir a la construcción de “otro mundo posible”. Al fin
y al cabo, en esto sí coincidimos con Mario Bunge (2009, p.176), “la democracia supone la tolerancia
de todas las creencias y prácticas que no violen ningún derecho humano”.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Carrica-Ochoa, Sarah
Universidad de Navarra
scarrica@alumni.unav.es
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Finalmente y una vez expuestos los objetivos y beneficios de la EpD en una educación de los
ciudadanos que facilite afrontar un desarrollo integral de las sociedades, nos centramos en el enfoque
basado en capacidades (Amartya Sen, 1999; Martha Nussbaum, 1997). Este enfoque va teniendo
cada vez más presencia dentro del contexto de la EpD y pone el énfasis en la ciudadanía y en la
educación no como un instrumento, sino con valor en sí misma para el desarrollo. Concretaremos qué
capacidades se pueden trabajar para formar ciudadanos capaces de poner en práctica todo lo visto
con anterioridad, finalizando así con un breve análisis de las destacadas por la ganadora de un
Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Martha Nussbaum. En conclusión, deseamos
resaltar la función transformadora que posee la educación y cómo para poder lograr una ciudadanía
que participe en su sociedad, necesitamos que antes desarrolle una serie de capacidades, lo que de
nuevo, nos retorna a la Educación como pieza clave.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3.2. Evolución de la Educación para el Desarrollo junto con la Sociedad y sus necesidades
El tema que nos ocupa ha sufrido una gran evolución desde sus comienzos hasta nuestros días.
Inicialmente la EpD se entendía como una ayuda del Norte al Sur, a países subdesarrollados, pero
poco a poco el concepto y la manera de entenderlo ha ido evolucionando, hasta que, actualmente, se
sitúa dentro del enfoque de los derechos humanos y del enfoque de desarrollo de capacidades. Se
puede decir que la EpD es: “un proceso socio-educativo continuado que promueve una ciudadanía
global crítica, responsable y comprometida, a nivel personal y colectivo, con la transformación de la
realidad local y global para construir un mundo más justo, más equitativo y más respetuoso con la
diversidad y con el medio ambiente, en el que todas las personas podamos desarrollarnos libre y
satisfactoriamente” (InteRed, p. 4). Luego se entiende el valor de la educación en el desarrollo de las
sociedades.
Esta variación en la conceptualización encuentra su explicación primera en que, como proceso
educativo que es, depende de la sociedad misma, su historia, evolución y desarrollo. Su carácter
social conlleva un dinamismo intrínseco. Además, el objetivo de trabajar para el Desarrollo Social
estrecha lazos con campos como la cooperación, economía, política o relaciones internacionales, de
modo que sus avances han repercutido en la evolución de la EpD. Sin embargo, podemos destacar
tres hitos que, a nuestro modo de ver, han marcado su evolución:
1. El cambio en el concepto del desarrollo en los años 70. Según Argibay (2005) hasta este
momento, no se atribuía el retraso o falta de desarrollo al proceso histórico de dominación
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
colonial, militar, cultural, tecnológica o económica ejercida por los países ricos sobre aquellos
dominados y empobrecidos en ese proceso. La novedad del análisis de la dependencia es
que el mal desarrollo no responde tanto a causas endógenas como a razones de la política
internacional. Se comienzan a aceptan responsabilidades de todos los pueblos en las causas
del subdesarrollo aunque no se reflexionen a fondo los modelos económicos vigentes en el
mundo: capitalismo y comunismo. En los años setenta, en definitiva, se define un nuevo
escenario para la EpD, caracterizado por enfoques más críticos y una creciente toma de
conciencia sobre la responsabilidad histórica del Norte. A partir de este momento se va
dejando a un lado la visión de la ayuda económica como acción primordial, dando más
relevancia al factor educativo entre otros.
2. El aumento de procesos migratorios cambian las poblaciones del norte. El surgimiento del
racismo y de brotes xenófobos en el Norte industrializado fue uno de los fenómenos de
finales de los ochenta. Las dificultades que puede conllevar la migración y pobreza, y las
sociedades multiculturales que surgen de ella, han favorecido la aparición de la educación
intercultural (Escarbajal, 2011). Ésta surge como propuesta educativa ante los conflictos que
se producen en las sociedades multiculturales y su objetivo final es favorecer el encuentro,
intercambio y enriquecimiento mutuo. Se nos presenta una nueva realidad en la que ya no
solamente hay que ayudar al Sur sino que en el Norte también podemos hacer cosas,
concretamente:
- ayuda a los inmigrantes que están en nuestro país, continente,
- trabajar con los ciudadanos la interculturalidad que experimentan cada día.
3. El proceso de “Globalización” (1990) nos ha acercado economías, tecnologías, sociedades y
culturas, presentándonos de frente la responsabilidad social de los ciudadanos, ya que todos
influimos en el desarrollo de nuestra sociedad y nuestra sociedad en las demás. Argibay
(2005) afirma que, frente a la globalización económica que excluye, la EpD busca potenciar la
globalización de la solidaridad. Esta perspectiva permite desarrollar el concepto de
ciudadanía universal y reafirmar la pertenencia a una sociedad mundial donde se pone en
práctica la libertad de desplazamiento y donde a cada persona se le garantice el disfrute de
los Derechos Humanos.
En definitiva, todos suponen cambios sociales o al menos sus repercusiones lo son, lo que
requerirá una adaptación a modo de respuesta y ésto solo se puede lograr a través de la educación.
De nuevo se topa con la necesidad de la educación de ciudadanos activos en aras de un bienestar
colectivo que reclame al mismo tiempo una sociedad con una educación integral y de calidad, que le
permita desarrollar las capacidades necesarias.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Versión inflexible: ciudadano cuya lealtad principal es para con los seres humanos del mundo
y las lealtades nacionales, locales y de grupos diversos son secundarias
2. Versión blanda (en la que se incluye Nussbaum): permite una diversidad de visiones sobre las
cuáles deberían ser nuestras prioridades, pero nos dice que, sin importar cómo ordenemos
las lealtades (locales, nacionales y mundiales o al revés), siempre deberíamos estar seguros
de reconocer el valor de la vida humana en cualquier lugar que se manifieste, y de vernos a
nosotros mismos como ligados por capacidades y problemas humanos comunes con las
personas que se encuentran a gran distancia de nosotros.
Con el fin de cultivar la humanidad se requiere educar a los ciudadanos en la consecución de las
siguientes capacidades:
1. Habilidad para un examen crítico: de uno mismo y de las propias tradiciones. Esto hace
referencia a lo que Sócrates llamaba vida examinada y requiere una habilidad de razonar
lógicamente, poner a prueba lo que oímos y leemos. La democracia necesita ciudadanos que
puedan pensar por sí mismos en lugar de remitirse a la opinión de las autoridades y ésto es lo
que se reclama precisamente con la EpD. Trabajar para educar ciudadanos críticos y políticos
en cuanto a que participen en su sociedad, siempre buscando el bien común tanto de la suya
como de las demás.
2. Capacidad de verse a sí mismos no solo como ciudadanos pertenecientes a una región o
grupo sino, y sobre todo, como seres humanos vinculados a los demás por lazos de
reconocimiento y mutua preocupación. Pese a que vivimos en un mundo altamente
globalizado nos clasificamos a nosotros mismos primero como jóvenes o no, heterosexuales
o no, creyentes o no, segundo por nacionalidad, etc., y tal y como plantea Nussbaum,
¿porqué no al revés? No nos centramos en las capacidades y necesidades que compartimos
con los otros distintos o distantes a nosotros, obstaculizándonos el ser conscientes de las
posibilidades comunicativas existentes o de las responsabilidades para con ellos, objetivo
principal a lograr en la EpD. Cultivar la humanidad implica entender cómo esas necesidades y
objetivos son diferentes en circunstancias y eso requiere una gran cantidad de conocimientos,
lo que señala directamente a la parte de conceptual de la EpD.
Pero los ciudadanos, para razonar adecuadamente, necesitan algo más que conocimiento
factual, se necesita:
1. Imaginación narrativa: capacidad de pensar y ponerse en las circunstancias y situación de
otra persona. Esta acción no carece de sentido crítico ya que al ponernos en el lugar del otro,
lo hacemos con nuestro ser y nuestros juicios, no solo nos identificamos sino que juzgamos
en comparación con nuestras aspiraciones y metas. Este ejercicio es crucial para nuestro
desarrollo social ya que para alcanzar un juicio responsable, el primer paso es entender y
comprender la situación ajena.
2. Nussbaum añade una capacidad más para lograr, no solamente una ciudadanía, sino una
ciudadanía inteligente, el saber científico.
5. Conclusiones
Cada ser humano estamos llamados a alcanzar nuestro propio progreso, desarrollo, y como
seres sociales que somos, también el de nuestra sociedad. Puede decirse entonces que el desarrollo
es algo natural al ser humano, tenemos esa llamada trascendente, pero necesitamos ayuda para
entenderla y enfocarla debidamente. Hay que reconocerla y educarla. Con la EpD se busca incidir en
aspectos de dicha llamada como son en el desarrollo de actitudes críticas, de reflexión y acción.
Dentro del contexto en el que nos hayamos, la EpD se entiende como un:
“Proceso educativo (formal, no formal e informal) constante encaminado, a través
de conocimientos, actitudes y valores, a promover una ciudadanía global
generadora de una cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la
pobreza y la exclusión así como con la promoción del desarrollo humano y
sostenible” (Ortega Carpio, 2007, p.15).
Añadir, que la respuesta que se reclama a la persona ante esta educación, debe ser siempre
libre y responsable, siendo cada uno, en última instancia, quien decide cómo, cuándo y dónde actúa
para la sociedad. Con la EpD se debe entender y respetar la libertad humana a la vez que intentar
evitar la despreocupación o negación, recordando que el desarrollo y el subdesarrollo existen por un
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Referencias bibliográficas
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56
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Según la oficina estadística europea Eurostat (Eurostat, 2013), España es uno de los países
junto a Grecia que registran los niveles más altos de desempleo de toda la Unión Europea. Eurostat
emplea dos indicadores para calibrar el desempleo juvenil: la tasa, que se calcula teniendo en cuenta
a todos los que constituyen la población activa de ese grupo de edad, es decir, que están en
búsqueda activa de trabajo y la ratio de desempleo que incluye a todos los jóvenes. El último dato del
2012 sitúa el desempleo juvenil (menos de 25 años) en un 53,2%. Según el diario El Economista (El
Economista, 2013) esta cifra esta hinchada, porque la tasa de paro juvenil calculada sobre la
población activa también engloba a aquellos que aún están estudiando. Por su parte, el estudio
internacional realizado por la Fundación BBVA (Fundación BBVA, 2013) titulado “Values and
Worldviews” pone de relieve que tanto las altas tasas de desempleo como la crisis económica son las
principales preocupaciones de la población europea. Todo ello exige un análisis exhaustivo de la
importancia que toman las actitudes y las competencias socioemocionales en el ámbito laboral.
La situación de desempleo juvenil actual, que ha supuesto un retraso en la edad de
emancipación hasta los 28-29 años (INJUVE, 2013, p. 27), junto con la incorporación de los nuevos
modelos de organización social, han promovido que mostremos especial interés en estudiar este
ámbito: la valoración de las actitudes en la incorporación de los becarios al mercado laboral cuyos
resultados puedan servir de orientación en la búsqueda de su primer empleo, siendo éste el principal
objetivo de nuestra comunicación; el de promover la reflexión y concienciación para lograr la mejora
de la competencia profesional individual y organizacional.
Por ello, en primer lugar comenzaremos con una aproximación a los conceptos de “actitud” y de
“competencia socioemocional”; en segundo lugar, proseguiremos con un pequeño análisis de campo
donde seleccionaremos aquellas ofertas de trabajo dirigidas a un perfil becario y comprobar las
actitudes que se demandan en éstas, para ello nos centraremos en la sección de requisitos,
entendiéndolos como exigencias que se solicitan, ya sean actitudinales o cognitivas. Continuaremos
con unas pequeñas nociones del nuevo modelo de gestión organizacional en donde las competencias
toman un nuevo significado y; para finalizar, hablaremos sobre la figura del buen profesional en la
actualidad y las posibilidades de mejorar continuamente a través del ámbito educativo.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
determinado, independientemente del puesto en cuestión pero con más intensidad a medida que el
puesto esté más relacionado con atención directa al cliente.
Aristóteles ya preveía la importancia de las emociones, los sentimientos, y del carácter en
general en nuestra vida, y así nos lo hace ver Goleman cuando dice:
En su Ética a Nicómaco, Aristóteles realiza una indagación filosófica sobre la virtud, el carácter y la
felicidad, desafiándonos a gobernar inteligentemente nuestra vida emocional. Nuestras pasiones pueden
abocar al fracaso con suma facilidad y, de hecho, así ocurre en multitud de ocasiones; pero cuando se
hallan bien adiestradas, nos proporcionan sabiduría y sirven de guía a nuestros pensamientos, valores y
supervivencia. Pero, como dijo Aristóteles, el problema no radica en las emociones en sí sino en su
conveniencia y en la oportunidad de su expresión. La cuestión esencial es ¿de qué modo podremos
aportar más inteligencia a nuestras emociones, más civismo a nuestras calles y más afecto a nuestra vida
social? (Goleman, 2012, p. 35).
De alguna manera, en la actualidad, podemos englobar el concepto de actitud dentro del marco
amplio de competencia socioemocional. Gonzci y Athanasou (1996 citado en González 2002, p. 3)
expresan: “La competencia se concibe como una compleja estructura de atributos necesarios para el
desempeño de situaciones específicas. Es una compleja combinación de atributos (conocimiento,
actitudes, valores y habilidades) y las tareas que se tienen que desempeñar en determinadas
situaciones.” La competencia socioemocional que, según Goleman (1999) es:
Una capacidad adquirida basada en la inteligencia emocional que da lugar a un desempeño laboral
sobresaliente. Consideremos, por ejemplo, la sutileza mostrada por nuestra azafata, que demostró ser
emocionalmente muy diestra para influir en los demás en la dirección deseada. Y en el núcleo de esta
competencia se encuentran dos habilidades, la empatía y las habilidades sociales. (Goleman, 1999, p.
33).
Nosotras la definimos como la habilidad que nos permite desempeñar una ocupación
eficazmente, tan de actualidad, y que no surge como mera moda sino como consecuencia de los
nuevos modelos de organización social en donde las actitudes juegan un importante papel dentro del
desempeño de cada ocupación.
A menudo, entre las competencias que se requieren para desempeñar un puesto laboral en la
actualidad, algo que contemplaremos más adelante, se encuentran por ejemplo las conductas
prosociales, esto es, el tomar la iniciativa y responsabilizarse en la toma de decisiones, lo que lleva
implícito varias habilidades o competencias dentro de dicho factor. Esta serie de competencias exigen
que la persona a la que se le supone su desarrollo tenga un alto nivel en competencia emocional:
paciencia y no tomar decisiones apresuradas; tolerancia a la frustración si algo sale mal ya que se le
supone la responsabilidad; ser creativo; y un sinfín de muchas otras capacidades. El asunto es, por
tanto, de gran importancia; de ahí la necesidad de la aproximación conceptual al tema que aquí
queremos abordar. Chiavenato (Chiavenato, 2002) dice que actualmente las competencias
emocionales, fundamentales en la pedagogía sociolaboral o del trabajo, han facilitado un cambio
organizacional en el que no sólo se desarrolla la fuerza de trabajo sino aspectos como la creatividad y
la innovación, considerándose elementos importantes de las habilidades de empleabilidad. En el
mundo laboral se acepta que la productividad depende de una fuerza de trabajo que sea
emocionalmente competente (Elias et al., 1997, p.6). Curiosamente algunos de los recursos utilizados
en los procesos de selección reciben recientemente el nombre de: hoja de vida emocional y mapa
emocional del candidato.
¿Hasta qué cierto punto son importantes las competencias socioemocionales? Sáez Carreras
(2009), afirma que: “toda profesión es consciente de que su supervivencia como ocupación depende,
en buena medida, de la destreza que muestre en hacer surgir y mantener la creencia pública en las
competencias ofrecidas que les son necesarias a la población” (p.13). De esta forma, el poseer o no
dichas competencias será un indicador importante para averiguar la habilidad que una persona tiene
para crear y mantener relaciones interpersonales o la habilidad que tiene para la resolución de
conflictos, el manejo del personal o los procesos de aprendizaje.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Análisis 2
Portal de empleo: Monster (http://www.monster.es/geo/siteselection)
Perfil: becario
Fecha: 23 de Septiembre 2013
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Análisis 3
Portal de empleo: Infojobs (http://www.infojobs.net/)
Perfil: becario
Fecha: 23 Septiembre 2013
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
encima de las empresas de selección (17%) y de las webs corporativas, las Redes Sociales (10%),
los anuncios en prensa (8%) y otros las asociaciones profesionales, los servicios públicos de empleo
(SEPE) o los centros de formación. Además, de estos portales hemos seleccionado quince ofertas al
azar, donde a través de la categoría de requisitos demandados por cada empresa sabremos los
criterios mínimos y la naturaleza emocional/actitudinal que tendrán que tener los empleados para
optar a dicho empleo. Consideramos el número de ofertas factible y suficiente como para obtener una
visión general de los aspectos actitudinales más demandados por las empresas en general, así como
de carácter actual ya que la fecha o temporalidad de las ofertas coincide con la elaboración de dicho
artículo.
Por otra parte, hemos llevado a cabo este estudio apoyándonos en un análisis documental de
diversos autores destacados en esta temática y bajo las categorías o variables de: formación
académica, formación complementaria, experiencia laboral, grado de especialización y competencia
emocional o actitud, entre otros, aunque centrándonos en éste último, a través de lo cuáles podemos
observar que se siguen priorizando los aspectos cognitivos frente a los emocionales o actitudinales. A
pesar de ello, muchas organizaciones parecen empezar a tener en mayor consideración las
competencias socioemocionales incorporándolas en sus ofertas laborales como requisitos para
determinados perfiles de trabajo en función de la responsabilidad que cada ocupación requiera; un
ejemplo de ello sería la diferencia entre los puestos de trabajo de ingeniería donde apenas demandan
estas actitudes en comparación con los cargos caracterizados por el trato directo con el público
donde la demanda es mucho mayor. Como han demostrado Spencer y Spencer (1993 citado en
Cherniss y Goleman, 2005): “cuanto mejor encajan los requisitos de un trabajo y las competencias de
una persona, más elevado será el rendimiento de la persona en ese puesto, y la satisfacción en el
empleo” (p. 241).
De alguna manera podemos constatar que a pesar de que muchas organizaciones todavía no
adoptan los nuevos modelos de organización empresarial, las competencias socioemocionales
juegan un papel cada vez más importante en las mismas. Este dato es altamente significativo
teniendo en cuenta que no hace muchos años las competencias actitudinales quedaban
completamente relegadas a las competencias puramente cognitivas.
Otro dato a destacar es que la mayoría de empresas que demandan este tipo de actitudes coinciden
en que la persona sea un trabajador joven, proactivo, con capacidad organizativa y de trabajo en
equipo.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
De manera que las nuevas competencias requeridas por la nueva organización no son sólo individuales,
aparece el concepto de competencia colectiva, incluso con mayor importancia e incidencia que la
competencia individual. De ahí que las estrategias de desarrollo de recursos humanos consideren la
importancia del grupo en el desarrollo de la “organización que aprende”. (Tejada y Navío, 2005, p.6).
Todo lo anterior se puede entrever en la investigación de campo que hemos realizado con la
intención de averiguar cuáles son las competencias más demandadas por las empresas a los jóvenes
becarios, y cuáles son las actitudes más requeridas para los mismos jóvenes trabajadores. Y es que,
cada vez con más intensidad, son más valoradas las actitudes referidas al trabajo en equipo,
capacidad para llevar a cabo conductas pro sociales, iniciativa, entre otras muchas otras.
5. El trabajador valioso
Como hemos visto, el nuevo modelo de organización social expone que son numerosas las
competencias que se demandan en una empresa, y es que a nivel individual lo que hace destacar a
un buen profesional ya no es tanto el dominio de un determinado conocimiento sino el conjunto de
competencias que posee, entre las que se incluye la competencia socioemocional. Además, hay que
tener en cuenta dos aspectos: la globalización y el auge de las nuevas tecnologías, aspectos que han
influido en un cambio de paradigma referido al ámbito profesional. Y es que precisamente dada la
gran cantidad, facilidad y al mismo tiempo, necesidad de establecer relaciones organizacionales,
tanto internas como externas, ha dado lugar a que un individuo tenga varias funciones no sólo
referidas a su propia tarea sino también en relación a la de sus compañeros. Esto requiere de
competencias socio-afectivas como algunas de las que ya hemos nombrado, tales como: trabajo en
equipo, comunicación, adaptabilidad,... entre otras.
Ahora bien, ¿las competencias son aprendidas o innatas? “Son aprendizajes mayores o
comprensivos, resultado de la totalidad de experiencias educativas formales e informales” (Rodríguez
García, 2007, p. 2). Es evidente, que no existe una predisposición genética que haga a una persona
más emprendedora que a otra, sino que han influido una serie de factores a lo largo de toda su vida
que han ido conformando esa persona. Ocurre lo mismo con el lenguaje, comúnmente entendido
como cualidad innata, cuando supone que toda persona dispone de la capacidad para comunicarse y
establecer relaciones. Pero ¿sucede lo mismo a nivel laboral? A través de la educación podemos
intervenir sobre las competencias innatas y considerarlas potencialidades a desarrollar y ampliar. En
este sentido, es preciso destacar que además de desarrollar o ampliar las competencias requeridas
para cada una de las tareas es importante no olvidar que dicha práctica se realice de un modo
profesional, ético y responsable; lo cual supone educar en valores.
Aquí entran en juego conceptos como teoría de las Inteligencias múltiples (Gardner, 1993) o la
Inteligencia emocional acuñada en 1990 por Mayer y Salovey (Mayer y Salovey, 1990). Tener en
cuenta ambas aproximaciones teóricas supone considerar a la persona y en consecuencia a la
empresa, ya que se compone de seres humanos, un ser integral. Algunas de las ventajas que se
deducen para la empresa si potencia este tipo de competencias serían:
Motivación para alcanzar las metas propuestas.
Establecer de forma correcta los roles dentro de la empresa permite la optimización de
los recursos humanos y materiales.
Solicitar feed-back que nos haga mejorar.
Ser conscientes y responsables de nuestro propio trabajo.
Ética profesional, de manera que actuemos de forma honesta y transparente, respetando
la dignidad que toda persona posee.
Puesta en práctica de conductas prosociales: compañerismo, asertividad, generosidad,
etc.
En este sentido, y tomando como referencia Vargas (Vargas Hernández, 2001), podremos
apreciar que aunando todas estas competencias actitudinales el trabajador se convierte en el activo
más valioso de las organizaciones modernas, lo cual permite lograr de un modo más efectivo y
eficiente los objetivos propuestos por cualquier empresa.
Igualmente y situándonos en el marco tan complejo y cambiante en el que nos encontramos,
donde es fácil que las tareas y cargos se transformen en poco tiempo, estimar y dar voz (también
referido a darle la oportunidad y hacerle sentir partícipe en los objetivos de la empresa) al individuo
supone una constante motivación por conocer, mejorar y, en definitiva, fomentar la educación
permanente, beneficiando aún más a la propia organización o empresa.
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6. Conclusión
En conclusión, consideramos que los efectos que producen las competencias socioemocionales
en la dimensión laboral han ido reclamando la atención de investigadores, formadores, empresarios y
técnicos en desarrollo de recursos humanos a partir de los últimos años del Siglo XX. Éste último es
probablemente uno de los ámbitos de aplicación de las competencias socioemocionales en el que
existe mayor interés debido (Bisquerra, 2007, p.75), como ya hemos comentado, a las
“consecuencias económicas que los avances en el tema han aportado a las organizaciones
empresariales”. Esta situación de posible mejora personal y empresarial, ya que como nos recuerda
Goleman (2012): “Cuando la gente se encuentra emocionalmente tensa no puede recordar, atender,
aprender ni tomar decisiones con claridad. Como dijo un empresario: <<el estrés estupidiza a la
gente>>” (p. 241) deja entreabierta la posibilidad de mejora emocional desde el ámbito educativo a lo
largo de toda la vida.
Como dice März (2009, p.79) “La pedagogía es la ciencia del conducir al ser humano. Aquel que
quiera conducir ha de conocer bien el camino y, principalmente, la meta.” Y esto es lo que intentamos
hacer cada día desde el ámbito de la pedagogía sociolaboral, todo un reto para incorporar a los
nuevos modelos de organización social: la dimensión humana en su totalidad, con la pretensión de su
continua mejora.
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por ser prácticos ni por ser teóricos, sino por colorear de educación al mundo y a las personas (Gil,
2011).
Esta propuesta metodológica de indagación nos abre muchas posibilidades de análisis
estrictamente pedagógicos porque la perspectiva de la “incidencia educativa de la crisis de la
sociedad” favorece un espacio de reflexión, relativamente autónomo, para la PS (Macrine, McLaren y
Hill, 2010). Proponemos así que la herramienta de análisis de las crisis tenga en cuenta la siguiente
secuencia de razonamiento: en términos generales la crisis de la sociedad genera unas tendencias,
tensiones o expectativas, que se expresan o terminarán expresándose bajo la forma de ciertos
desequilibrios y que éstos, a su vez, deben ser contemplados, en unos casos, como llamadas de
atención para reconducir la reflexión pedagógica y, en otras, como desajustes indeseables, frente a
los cuales solo cabe que elaboremos una pedagogía crítica, esto es, un conocimiento pedagógico
que, a su vez, ponga en crisis, cuestione, alerte, sobre determinadas expectativas sociales. Dicho de
otro modo, en las crisis sociales se agita la propia epistemología del conocimiento pedagógico porque
nos exige reconducir nuestras prioridades y, además, nos enfrenta, en términos de resistencia activa,
a frenar desequilibrios e injusticias sociales. De este modo, el saber pedagógico social debe, con
todos los medios que están a su alcance, cuestionar críticamente ciertas tendencias, dominantes o
no, porque alteran, de un modo o de otro, las mejores posibilidades educativas de las personas desde
la crisis social imperante.
La Pedagogía, y en nuestro caso la PS, tienen que convertirse en un recinto de resistencia de los
valores del desarrollo personal. Que la sociedad esté en crisis significa que tenemos que saber
identificar en cada momento las diferentes tensiones y contradicciones que genera la convivencia
social y las demandas de los agentes sociales y de las instituciones, y que esa identificación ha de
llevarse en la dirección de revalorizar los valores y situaciones que resalten la condición de agente de
los sujetos. Los espacios de crisis debemos entenderlos pues como umbrales de tendencias o
tensiones más o menos dominantes y que, para bien o mal, estiran unilateralmente, en este caso, los
principios educativos hacia una dirección en detrimento de otra, provocando desequilibrios,
desajustes.
66
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
que sí es necesario considerar es que, en efecto, estamos ante un impulso privatizador internacional,
del que nuestro país no va a ser, probablemente, una excepción (Espinosa y Mengana, 2010).
Respecto a nuestra propuesta metodológica de indagar las posibles incidencias educativas en este
tema, sí parece evidente que los cambios de gestión afectan directamente a los criterios de eficacia y
eficiencia que se usen y que estos, a su vez, han de ser compatibles con las finalidades
constitucionales de la reinserción. No compartimos, en ningún caso, que un modelo único estatal o un
modelo privado, favorezca o impida unilateralmente, respectivamente, la reinserción de las personas
privadas de libertad. Pero tampoco es cierto, considerar que la gestión es irrelevante para la
consecución de dichos fines. Lo que sí sorprende en la literatura criminológica y penitenciaria es la
tendencia prejuiciosa de negar cualquier espacio educativo y perspectivas socioeducativas que tantos
beneficios ha incorporado en el ámbito penitenciario actual (Del Pozo y Añaños, 2013) y empezar a
ser más optimistas o pesimistas si la alternativa es la privatización de las mismas.
2.2 Disminución de los costes de construcción de los nuevos centros penitenciarios o mejores
condiciones materiales.
Otro efecto de la crisis del que hemos tenido conocimiento a través de la prensa y de algunos
textos escritos es la disminución y, en algunos casos, supresión de partidas presupuestarias en la
construcción de nuevos centros penitenciarios. Especial relevancia tiene su incidencia en el
cumplimiento del principio celular, impidiendo la posibilidad de que cada interno tenga una celda para
su estancia en prisión sustituyéndose por espacios más amplios donde quepan más internos y se
ahorran así costes (ACAIP, 2013). La reducción de las partidas presupuestarias apunta también a
excluir determinados elementos de ocio y esparcimiento dentro de las prisiones como pantallas de
televisión, piscina, y maquinaria especial para los gimnasios; y lo más importante los adecuados
materiales o fondos económicos para actividades y programas socioculturales, sociolaborales o
socioeducativos (ABC,2013 c y d).
Antes de que se iniciase la crisis social y económica y ante la avalancha de comodidades
materiales en las que se invertía en la construcción y el mantenimiento de las prisiones, se hacía
necesario recordar al personal legislador y, especialmente, al educador, que la perspectiva educativa
se centra en el cambio del sujeto y no sólo en la mejora de las condiciones materiales. Más aún, se
producía el efecto perverso de llegar a creer que las mejoras materiales incidían directamente en la
reinserción de los sujetos. Ahora, ante los recortes paulatinos y masivos a lo que están siendo
sometidos los centros penitenciarios es necesario recordar que las facilidades materiales en las
prisiones no han de ser vistas sólo como un lujo o una extravagancia sino como una condición
contextual necesaria para favorecer la reinserción. No puede haber reeducación si dejamos de
atender a los principios básicos de habitabilidad, salubridad, alimentación, higiene, etc. Sin estas
mínimas condiciones físicas es absurdo, podríamos afirmar que hasta grotesco, referirse a las
posibilidades educativas de las prisiones. No nos cansaremos de repetir que lo que promueve el
auténtico cambio educativo es la interacción con otras personas en torno a actividades y que por
tanto ni el exceso de elementos de entretenimiento y esparcimiento, ni la carencia de los mismos son
positivos para una trayectoria de reinserción (Gil, 2010).
La obligación humanizadora de la prisión pasa tanto por humanizar el castigo, como por mejorar
las trayectorias de humanización de los propios sujetos. Los dos procesos son necesarios y
dependen mutuamente entre sí. Humanizar el castigo implica, entre otras cosas, mejorar las
condiciones de estancia en la prisión, elevando las exigencias de trato respetuoso, digno y por qué no
hasta cierto punto cómodo. Pero también humanizar el castigo supone tener la expectativa más difícil
y exigente de humanizar al propio sujeto en trayectorias de vida no delictivas (Gil, 2013).
Antes de concluir este apartado, sí querríamos acentuar un aspecto de esta argumentación que
afecta al modo de percibir a los presos. Tras la supresión de las partidas presupuestarias de
televisión, piscina, gimnasio, etc., observamos no sólo un mero recorte económico sino una tendencia
sostenida de resentimiento hacia un colectivo por comparación con otros (ABC, 2013e). La idea que
queremos destacar es que se establece el criterio de que los presos no deben acceder a más
comodidades, repetimos por ser presos, que el resto de la población. Proponemos como lectura
ejemplificadora los siguientes textos extraídos de un libro escrito por una funcionaria de vigilancia de
la prisión Modelo que, precisamente, indica en la introducción que su argumentación se verá
incrementada con la crisis económica que se anticipaba en el momento de la publicación:
"Confieso que quiero contribuir con algunos elementos de juicio muy básicos a
que el ciudadano medio pueda, si lo desea, opinar sobre esta vertiente hasta
ahora poco conocida de la administración pública (…) pero a cambio de todo esto
67
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
68
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2.8. Incremento de la población penitenciaria en los Centros de Inserción Social de las prisiones.
Como se ha indicado anteriormente la situación de crisis económica ha hecho disminuir de forma
drástica los contratos laborales para los internos lo que, a su vez, está provocando la imposibilidad de
que muchos presos en tercer grado penitenciario, ubicados en los centros de inserción social, no
pueden salir del centro. El efecto principal es que estos centros no están preparados, ni en recursos
materiales ni personales, para atender a una alta población penitenciaria durante el día.
Así advierte rotundamente el sindicato de funcionariado de prisiones: “La situación ha dado un
vuelco tremendo. Ahora, en torno al 80% de internos permanece todo el día en el centro ya que no
encuentran trabajo. Esto supone una mayor carga laboral para los centros que, normalmente, ya
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
trabajan bajo mínimos con el agravamiento que supone el periodo estival y un gasto superior en
atención, comidas y mantenimiento del centro” (CSI-F, 2010).
3. Concluyendo
El impacto de la crisis económica y ciertos modelos políticos principalmente punitivos, dificulta la
proyección e incidencia pedagógica y socioeducativa del tratamiento penitenciario en Europa y
concretamente en España. Estas características nos hacen repensar y criticar desde nuestro enfoque
disciplinar de la PS, un paradigma de intervención en prisiones que proteja y actúe desde la
Educación como principio y resultado total y último del cumplimiento de la pena: Derecho y dignidad
humana, naturaleza constitutiva de la privación de libertad o la responsabilidad penal, forma de
relación comunitaria o eje vertebrador de los contextos, programas y actividades. Esta perspectiva
interroga la reducción, eliminación o bloqueo de contextos penitenciarios, construcción de nuevas
infraestructuras, personal profesional y de vigilancia, programas de tratamiento o talleres productivos,
etc. en un ámbito penitenciario a nivel mundial que había trabajado múltiples fortalezas
recuperadoras y potenciales socioeducativos, atendiendo a las normativas y recomendaciones
internacionales y europeas.
La labor académica, institucional, política y social, continúa siendo la búsqueda de mejoras y
avances, para que la eficiencia no dificulte, merme o anule una de las principales vocaciones
existenciales: la mejora humana y humanizadora que viene dada por la Educación.
Para ello, desde la PS y su normatividad teórica y producción científica, se debe continuar
trabajando por profundizar en el ámbito penitenciario, como uno de los más vulnerables y vulnerados
de la acción socioeducativa, de modo que se proyecte la especificidad y especialización pedagógica
en el campo de las prisiones. Desde la ES, como práctica operativa y técnica basada en la PS, es
imprescindible, reconocer la necesidad de la acreditación y profesionalización del personal educador
de prisiones, como educadoras/es sociales; e igualmente desarrollar la práctica educativa desde la
pertenencia disciplinar en sus fundamentos y metodologías específicas para el contexto del ámbito de
encierro y penitenciario.
4. Referencias Bibliográficas
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71
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
El actual modelo de desarrollo socioeconómico, basado en un capitalismo especulativo
financiero de corte neoliberal, ha provocado la mayor crisis global conocida hasta la fecha. Se habla
de “crisis sistémica” pues no ha afectado solo al ámbito financiero y económico, sino que está
inextricablemente unido también al contexto social, político, educativo, cultural y medio ambiental.
Podríamos decir que nos encontramos inmersos, como indica Márquez (2010), en una “crisis
civilizatoria” que nos lleva a tener que repensar la noción de desarrollo humano más allá de los
clásicos criterios economicistas que ponen el acento en el lucro y en el interés personal.
En este sentido, encontramos que la filosofía neoliberal ha ido impregnando también a los
sistemas educativos, introduciendo la visión del “homo economicus” en la escuela pública tal como
señala el profesor Jurjo Torres (2007). La educación al servicio del mercado para generar el tipo de
ciudadano que necesita una sociedad consumista. En la que se prima la configuración de un
pensamiento colectivo que defiende el individualismo, la competitividad, la eficiencia, la calidad, la
excelencia, la rivalidad, el sacrificio personal, por encima de valores colectivos como la solidaridad, la
ayuda mutua, la responsabilidad compartida o el compromiso por el bien común.
Por todo ello, en el presente trabajo cuestionamos el vigente modelo de justicia social basado en
una supuesta “igualdad de oportunidades” (Dubet, 2011). Esto requiere tener que pensar la
educación desde una perspectiva diferente, orientada en este caso a la toma de conciencia y la
transformación social, que sea capaz de trascender los trasnochados principios de una teórica
igualdad de oportunidades. Que nos aproxime a un verdadero estado de justicia social sobre la base
de una mayor igualdad de posiciones, capaz de mitigar los fallos estructurales que se mantienen en
una sociedad inequitativa como la presente. Caminar hacia lo que Felber (2012) denomina “economía
del bien común” conlleva fomentar una pedagogía empática (Rifkin, 2010) que rescate las
dimensiones emocional, afectiva, ecológica, social, además de la clásica dimensión intelectual. Lo
cual nos permitirá construir una necesaria conciencia global que vea en la solidaridad, la
colaboración, la ayuda mutua o la responsabilidad social compartida la nueva razón de ser del
discurso educativo.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
opción y posibilitar libremente a los sujetos para que aspiren, en función de sus propios méritos y
esfuerzo personal, a cualquier posición social. Los logros académicos, profesionales y laborales
están, supuestamente, al alcance de cualquier ciudadano, por lo que todos son libres de llegar a lo
más alto en el escalafón social y económico si compiten por ser los mejores. La excelencia
académica se convierte en la plataforma para triunfar en esta carrera de fondo tremendamente
selectiva y jerarquizada en la que se ha transformado el mercado de trabajo (Carnoy, 2001). Sin
embargo, desde esta perspectiva competitiva no se cuestionan las desigualdades sociales de partida
de los individuos. Para Dubet (2011) la igualdad de oportunidades se sustenta en un modelo
matemático irreal en el que se presupone que todo ciudadano, independientemente de sus orígenes o
nivel cultural y económico, puede ocupar cualquier posición dentro de la estructura social.
No obstante, es una ficción creer en una movilidad perfecta y pensar que tan sólo el mérito de
los individuos, por sí solo, puede producir unas desigualdades justas en el sentido de que podrían ser
aceptadas como sociedad. En expresión del propio Dubet (2011, p.55): “nadie cree por completo en
una ficción de estas características, como tampoco nadie desea una estricta igualdad de las
posiciones”. Así pues, en la igualdad de oportunidades no se tienen en cuenta los factores
económicos, culturales o sociales de partida que rodean a los sujetos. Por el contrario, la
responsabilidad de la integración en la sociedad depende del individuo y no de su posición o situación
inicial, de ahí la visión o concepción de éste como ser activo, dejando de tener un papel decisivo en
dicha integración las instituciones. La escuela pública de masas se aferró plenamente a este modelo
de la igualdad de las oportunidades justificando el éxito o fracaso en el escalafón social atendiendo a
la meritocracia, el triunfo personal y el esfuerzo individual. Aspectos estrechamente relacionados con
la idea neoliberal de privatización y mercantilización de la educación para favorecer la excelencia
escolar (Puelles, 2009). Pero, ¿cómo controlar y eliminar los efectos perversos de las desigualdades
sociales de partida en el rendimiento académico escolar? Este planteamiento de que “gane el mejor”,
el más competitivo y de mayores logros académicos, está detrás del esquema de funcionamiento del
mercado de trabajo actual. En él las empresas seleccionan a los “mejores”, a los que previamente
han obtenido éxito escolar. Quedando los peores puestos de trabajo y peor remunerados para
aquellos que no han triunfado en el sistema educativo.
Si queremos una auténtica revolución cultural, un cambio en nuestras formas y estilos de vida
que nos acerquen a sociedades cada vez más democráticas y equitativas dentro del contexto actual
de la globalización, debemos defender otra visión de la educación más cercana a los principios de
solidaridad, cooperación, creatividad, innovación, trabajo en equipo, reflexión, crítica y análisis de la
realidad, participación o movilización activa por el interés colectivo (Gimeno, 2001). Hay que potenciar
estos aspectos desde un sistema educativo renovado para huir de un modelo fracasado que no sólo
no es capaz de dar solución a las diferentes problemáticas sociales, sino que además se basa en la
ficción práctica de poder transformar a las élites sociales, de favorecer un fuerte dinamismo social, y
lo que es aún más irreal, el hecho de poder mejorar la economía y consolidar la cohesión social.
El modelo de la “igualdad de posiciones” podría contribuir a reducir algunos de los efectos
negativos que se encuentran insertos en la propia naturaleza práctica de la “igualdad de
oportunidades” y que dificultan un adecuado desarrollo de los principios universales que están detrás
de la justicia social. Para orientarnos hacia otras formas de desarrollo socioeconómico, más allá de la
trasnochada e inequitativa filosofía capitalista neoliberal, se tienen que dar las condiciones políticas,
económicas, educativas, culturales y sociales que realmente apuesten por otros modos diferentes de
entender el crecimiento económico y el desarrollo humano como se desprende de la economía del
bien común de Christian Felber (2012). En este caso, si deseamos modelos de desarrollo
socioeconómico más solidarios y equitativos debemos poner en duda la igualdad de oportunidades
como estrategia social y educativa eficiente para acercarnos a mayores cotas de justicia social. Hay
que apostar por otros modelos teóricos y prácticos que den cuenta real de una mayor redistribución
de la riqueza a escala global, donde la educación sea una herramienta para la transformación social
al servicio de todos y no sólo de un grupo minoritario como en el fondo lo es bajo el abrigo de la
igualdad de oportunidades.
El modelo de la igualdad de posiciones posee bastantes más aspectos positivos que negativos,
que lo hacen más interesante desde un punto de vista práctico para reducir los enormes desajustes
socioeconómicos que hay en las sociedades actuales. Para reforzar esta idea observamos que con
políticas de redistribución de la riqueza se reducen las desigualdades. El propio Dubet (2011, p.18)
constata que “a mayores tasas fiscales, disminuyen las grandes inequidades sociales”. Por ejemplo,
Estados Unidos y Corea con pocas tasas fiscales (pocos impuestos) poseen mayores tasas de
desigualdad y pobreza que países con mayores impuestos como Dinamarca, Noruega, Suecia o
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Luxemburgo (Martínez-Rodríguez, 2013). Existiendo una fuerte correlación según el autor entre “el
poder del Estado benefactor y la igualdad social”. Este hecho provoca que se incrementen las
inequidades en países que invierten menos en gastos sociales (como educación, investigación,
desarrollo e innovación - I+D+i -, sanidad, infraestructuras públicas, etc.), reduciendo así su
contribución a la seguridad social y a la protección por desempleo.
Desde esta perspectiva, el modelo de la igualdad de posiciones apuesta más por la
redistribución de la riqueza y por asegurar las condiciones sociales que garanticen una calidad de
vida digna y aceptable, que por un modelo más igualitarista en el que se deba compartir todo. Por
ello, “se ve asociado a una forma de construcción y de representación de los actores sociales
elaborada en torno al trabajo y a la utilidad funcional de cada uno” (Dubet, 2011, p.31). Se trata, pues,
de un modelo promovido fundamentalmente, aunque no de forma exclusiva, por el movimiento obrero
y los partidos llamados de izquierda en el que “la igualdad de posiciones y la redistribución remiten a
una concepción general de la sociedad construida en términos de trabajo, de utilidad colectiva y sus
funciones” (Dubet, 2011, p.24-25), aspectos que nos recuerdan y nos acercan a los fundamentos
propios de las empresas de economía solidaria fuertemente unidas también a esos vínculos de
colaboración, unión entre los trabajadores y apuesta por el valor trabajo como valor de uso para cubrir
las necesidades elementales de cualquier ser humano, que por el valor de cambio y ganancia
material propio del capitalismo neoliberal (Singer, 2007; Tiriba, 2007). Esta visión de la justicia no sólo
obedece a la idea de que todos somos iguales, al menos ante el papel, sino también a que son los
propios trabajadores los que con su esfuerzo y trabajo diario contribuyen a la producción de la riqueza
(en forma de bienes y servicios) y del bienestar colectivo de todos los ciudadanos, de ahí que el resto
de la sociedad les deba este reconocimiento en forma de justicia social.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
línea con estos dos principios rectores, tenemos que desde el bien común, el éxito económico, va a
ser visto como un catalizador de la utilidad social en lugar de medir los valores de cambio.
Felber afirma que para que este nuevo movimiento basado en la economía del bien común siga
creciendo, es necesaria la aparición de nuevos valores por medio de la educación y la formación.
Esto requiere manejar la empatía para aprender a ser tolerante con otros puntos de vista, al tiempo
que se incentiva la inteligencia emocional, que desde la perspectiva de los jóvenes estudiantes puede
ayudar a fomentar su carácter empático como un referente apropiado del desarrollo psicológico y
social de éstos. Jeremy Rifkin (2010) en una elocuente obra sobre el desarrollo de la “empatía” bucea
en lo más profundo de la naturaleza humana para poner en cuestión viejos prejuicios sobre el
supuesto carácter innato materialista de la raza humana. Este autor afirma, basándose en numerosos
ejemplos y experiencias científicas, que el ser humano puede pasar de ser considerado como un
animal materialista por naturaleza (positivista), a una nueva imagen de la naturaleza humana que él
denomina como “Homo Empathicus”. Habla de la necesidad de un cambio cultural, de valores, de
actitudes y de formas de vivir y de actuar. Nuevos hábitos donde el fomento de la empatía parece un
requisito imprescindible en la carrera de esa necesaria conciencia global capaz de conjugar el “Homo
Empathicus” con la sostenibilidad del planeta Tierra. Jeremy Rifkin (2010) señala el desarrollo de la
“pedagogía empática” como estrategia educativa orientada a tan loable objetivo. Orientar la
educación hacia una nueva cultura en la que los jóvenes compartan información en lugar de
acumularla, para que la educación deje de ser vista como una competición y se convierta en una
experiencia de aprendizaje colaborativo.
A modo de conclusión, exponemos el siguiente ejemplo analizado por Rifkin conocido como
“service learning” o aprendizaje mediante actividades de voluntariado que se está extendiendo con
enorme éxito en algunas escuelas norteamericanas. Los jóvenes colaboran con diferentes
instituciones, tanto públicas como privadas, desarrollando acciones solidarias que mejoran
sustancialmente la vida en sociedad y, por ende, la calidad de vida de las comunidades en las que
viven. En expresión de Rifkin (2010, p.24) “los pocos lugares en los que se ha implantado la nueva
enseñanza empática indican una clara mejora en la conciencia, la capacidad de comunicación y el
pensamiento crítico de los jóvenes porque hace que sean más introspectivos, estén más atentos a las
emociones, y tengan más capacidad cognitiva para comprender a los demás y responder con
inteligencia y compasión”. Trabajar desde el punto de vista educativo para el fortalecimiento de esta
conciencia empática es fundamental a la hora de orientar el desarrollo humano hacia otros
estándares de vida, situados más allá de los estrechos márgenes impuestos por los interesados
partidarios del “pensamiento único” de corte neoliberal. Esto que puede resultar utópico, idealista o
poco probable, según algunos escépticos, se presenta como una necesidad imperiosa si todos
deseamos lo que Felber (2012) identifica como “el bien común”.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
García-Pérez, Omar
Universidad de Oviedo
garciaomar@uniovi.es
Palabras clave: ciudadanía, trastorno mental severo, empowerment, vivienda, crisis social.
1. Evolución en la consideración social de las personas con trastorno mental severo: de loco
a ciudadano
En este apartado se presenta la evolución histórica que ha habido respecto a la forma de ver a la
persona con trastorno mental severo (TMS), y cómo esa consideración marcaba la forma de atender
a su problemática clínica y social.
En este sentido, ya en la Edad Media, se daba una cierta identificación social entre pobres y
enfermos. Los locos asustaban, inquietaban, irritaban y molestaban. En este sentido, “el demente
podía ser visto como espejo de todo lo negativo existente” (González Duro, 1994, p.22). Luego, en los
siglos XVI al XIX, fueron proliferando por diversas ciudades de España los Hospitales de Inocentes y
los Hospitales Generales, los cuales creaban paulatinamente departamentos para “locos” (González
Duro, 1994) y la institucionalización se convirtió en la principal respuesta social al problema de la
pobreza, la marginación y la locura. El hospital se constituye en instrumento de control social,
tratando de dar respuesta a una problemática social, a una cuestión de orden público (Rodríguez
González, 2002). Los locos eran situados en el mismo plano que los vagos, los pobres invalidados,
los enfermos impedidos o los delincuentes o viciosos, obteniendo por parte de las autoridades similar
tratamiento (Foucault, 1976). En consecuencia, a los locos también se les encerraba: en los
manicomios, en los hospitales, en los hospicios y casas de misericordia, en las cárceles, en los
depósitos, etc. (González Duro, 1995; Rodríguez González, 2002). Al inicio del siglo XIX, se va
configurando el manicomio como institución específica para la atención al enfermo mental. El
manicomio se convierte en el espacio propio para el tratamiento de la locura, un lugar para posibilitar
el adecuado tratamiento y curación del trastorno mental severo. La reclusión toma la forma de
aislamiento terapéutico y la curación necesita el internamiento en lugares apropiados (Rodríguez
González y Sobrino Calzado, 2002). El manicomio acabará deslizándose hacia una organización
como institución total; el objetivo terapéutico, de tratamiento médico y cuidado, va perdiendo
rápidamente peso, para ir primando cada vez más su función asilar y custodial (Rodríguez González,
2002).
A comienzos del siglo XX, era evidente el fracaso del manicomio como institución curativa de los
enfermos mentales. Su imagen pública estaba desacreditada y resultaba intimidatorio para la
población, tanto o más que la cárcel. A finales de los años sesenta y principios de los setenta, la
situación de la asistencia psiquiátrica era muy mala y deficitaria: marginación, miseria y escasez de
medios, mantenimiento de procedimientos coercitivos, ausencia de coordinación de redes y, en suma,
condiciones de vida casi inhumanas eran características de muchos de los hospitales psiquiátricos
(Rodríguez González y Sobrino Calzado, 2002). En estos momentos, surgen las primeras voces
críticas que denuncian esta situación y reclaman una transformación de acuerdo a las experiencias
que se estaban desarrollando en otros países (la psiquiatría de sector en Francia, la atención
comunitaria en Inglaterra, la psiquiatría comunitaria y el movimiento desinstitucionalizador en Estados
Unidos). En este sentido, los movimientos contraculturales de la década de los sesenta, junto con los
avances en el tratamiento farmacológico y psicológico de los trastornos mentales, dan origen a lo que
hoy conocemos como modelo comunitario de atención a la enfermedad mental, considerando que el
marco idóneo para el tratamiento de los trastornos mentales no era una institución cerrada, fuese ésta
el asilo u hospital, sino la comunidad (Ministerio de Sanidad y Consumo {MSC}, 2007).
Esta evolución se hace efectiva a mediados de los años 80 con el proceso de reforma
psiquiátrica, iniciada en 1985 con el Informe de la Comisión Ministerial para la Reforma Psiquiátrica, y
refrendada en la Ley General de Sanidad de 1986, coincidiendo en un momento histórico de
profundas transformaciones en todos los ámbitos y estamentos de la sociedad española (Desviat,
2000; Espino Granado, 2007). A partir de ese momento, se inicia el proceso de desinstitucionalización
psiquiátrica y se asume el modelo de atención comunitaria como estrategia general de actuación y la
rehabilitación psicosocial como filosofía de intervención con las personas afectadas de un trastorno
78
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
mental severo (IMSERSO, 2007; MSC, 2007). Su objetivo es articular la atención a los problemas
psiquiátricos y sociales de estas personas en su propio entorno sociocomunitario, potenciando el
mantenimiento e integración en el contexto familiar y social de la forma más normalizada posible
(Rodríguez y Bravo, 2003).
De este modo, la consideración social de las personas con esta problemática ha evolucionado a
partir de la transición entre los términos “loco” (que requiere aislamiento y reclusión por su supuesta
peligrosidad), “enfermo” (susceptible de atención sanitaria) y “ciudadano” (López Álvarez y Laviana-
Cuetos, 2007), que enfatiza su consideración como personas con derechos y deberes. Así pues, la
comunidad adquiere un valor fundamental en el marco de intervención (García-Pérez, 2013). Esto
supone un cambio hacia la participación de diferentes agentes, principalmente socioeducativos y cuyo
referente clave es la emancipación y transformación social (Varela Crespo, 2010).
79
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
sociedad. Por tanto, el logro de la inclusión social de las personas con TMS reclama no sólo la
condición de ciudadanía: “ser ciudadano” sino también y, de modo especial, “sentirse ciudadano”. El
fenómeno de la exclusión, cada vez más extendido como resultado de la crisis del Estado del
bienestar social, exige un concepto de ciudadanía social que atienda a promover las condiciones de
igualdad de oportunidades y equidad en el acceso y en el tratamiento en el espacio público y en sus
instituciones. Una ciudadanía inclusiva que promueva la justicia social facilitando la incorporación de
las personas con TMS, para que sus intereses sean representados, sus derechos respetados y sus
necesidades individuales y colectivas atendidas (Marín, 2013).
En definitiva, esta reconceptualización, como señala Caride (2002, 2005), plantea modificaciones
sustanciales con relación al lugar que ocupan las personas en los procesos de acción social,
reconociéndolas en su condición de agentes de cambio, con capacidad de pensar y decidir en función
de sus experiencias cotidianas, siendo sujetos de la acción y no sólo objetos de atención. Sin
embargo, esta filosofía de atención al TMS auspiciada en Europa desde la Declaración de Helsinki de
2005 y en España a través de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud de 2007 y
su revisión de 2011, choca de bruces con la actualidad crisis financiera y, sobre todo, la crisis social.
En este sentido, los efectos sociales de la crisis son bastante evidentes tanto desde el punto de vista
individual como colectivo. Todos los análisis coinciden en el efecto negativo que está teniendo en los
hogares, en la concentración de dificultades en los históricamente más vulnerables, en su extensión a
colectivos de la clase media hasta ahora no afectada por estas situaciones, en el aumento de la
desigualdad entre los de mayor y menor renta, y en el incremento del riesgo de fractura social
(Foessa, 2012, 2013). La situación de crisis económica conduce a un incremento de necesidades
sociales relacionadas con el empleo, la vivienda, la renta y la alimentación y afecta especialmente a
las personas que se encuentran en peor situación de pobreza y exclusión social, como las personas
con TMS. La Administración Pública ha diluido gran parte de su responsabilidad en las entidades
asociativas, que ahora están pasando por graves problemas de liquidez debido a los retrasos en los
pagos por parte de las administraciones, a la incertidumbre sobre la continuidad de convenios, al
desmantelamiento de la Ley de Promoción de la Autonomía y de Atención a las Personas en
Situación de Dependencia…(Pérez Yruela y Navarro Ardoy, 2013). Bajo este panorama, muchas
personas con TMS viven en la pobreza crónica y no tienen los recursos adecuados para conseguir
una vivienda digna. Esto se traduce, a menudo, en que los individuos se ven obligados a utilizar el
sistema de refugios o a vivir en las calles (Nelson, Aubry y Hutchison, 2013; Ridgway, 2008). En este
sentido, muchas personas con TMS tienen dificultades para atender autónomamente sus
necesidades de alojamiento y para acceder y mantenerse en una vivienda digna y adecuada a sus
demandas y deseos. Según apunta Ridgway (2008), las personas con discapacidades psiquiátricas
tienen, por lo menos, un riesgo diez veces superior a la población general de convertirse en personas
sin hogar.
Por tanto, tal y como ha sucedido tras la reforma psiquiátrica, este nuevo impulso que supone
tanto la consideración de ciudadano de la persona con trastorno mental severo, como el paradigma
de recuperación de su proyecto vital, implicando a la propia persona enferma, y teniendo en cuenta
sus elecciones y preferencias, ha quedado de nuevo en un intento loable de mejora de la calidad de
vida de estas personas, pero sin la puesta en práctica necesaria y efectiva que requiere. Por tanto,
podemos afirmar que, hoy día, es más ciencia ficción que una realidad. Un ejemplo evidente es el de
la vivienda, elemento clave en la recuperación del TMS, y cuya evidencia científica demuestra que
elegir dónde y cómo vivir, tiene efectos positivos en las personas con TMS.
80
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
servicios más importante para la rehabilitación y recuperación de las personas con TMS que la
prestación de servicios de vivienda sobre los que ofrecer los apoyos socioeducativos necesarios de
manera flexible, en función de las necesidades y preferencias de sus usuarios. Esta filosofía es
denominada “supported housing”, sobre la que se basa el modelo de atención residencial
considerado actualmente la referencia mundial gracias a la evidencia de sus resultados.
En este sentido, en un estudio de 300 personas con TMS en el suroeste de Ontario, Nelson, Hall
y Forchuk (2003) encontraron que el 79% de la muestra quería vivir en un apartamento o una casa
propia, pero sólo el 38% de la muestra residían en el tipo de vivienda que ellos preferían. De manera
similar, en un estudio realizado en Montreal, el 77% de los usuarios prefieren vivir en su propio
apartamento, un apartamento supervisado, o una vivienda social (Piat et al., 2008). Esta investigación
demuestra claramente que los usuarios de salud mental prefieren tener su vivienda propia, de forma
independiente. Asimismo, en investigaciones acerca de diferentes programas de viviendas
supervisadas, la importancia del poder de elección y control por parte del usuario es básica, ya que
se asocia con resultados positivos en el funcionamiento independiente (Nelson, Hall, y Walsh-Bowers,
1998), la satisfacción con la vivienda, la estabilidad residencial y la estabilidad psicológica (Srebnik,
Livingston, Gordon, y King, 1995), y el dominio y la reducción de los síntomas psiquiátricos
(Greenwood, Schaefer-McDonald, Winkel, y Tsemberis, 2005). Otro estudio refleja que la percepción
de elección y control sobre la vivienda se relaciona positivamente con la calidad de vida, la
satisfacción con la vivienda y su funcionamiento en la comunidad (Nelson, Sylvestre, Aubry, George,
y Trainor, 2007). Por otro lado, las residencias con menos usuarios son los preferidos por las
personas con TMS (Schutt y Goldfinger, 1996) y se relacionan con un mejor funcionamiento
independiente. Así pues, el hecho de ofrecer la oportunidad para poder residir en una vivienda de su
preferencia hace que perciban mayor apoyo social y que mejore su calidad de vida, a la vez que
reduce su sintomatología clínica (Greenwood et al., 2005; Nelson et al., 2003)
En conjunto, estos estudios apoyan la premisa fundamental de que la elección del usuario y el
control sobre el funcionamiento de la vivienda es bueno para la salud mental, y llega a cuestionar la
idea de que los profesionales, de forma única y unilateral, saben lo que es mejor para los
consumidores (Nelson, 2010).
4. A modo de conclusión
Las personas con trastorno mental severo, como el resto de los ciudadanos, necesitan un hogar,
y deben tener el derecho y la oportunidad de vivir en una vivienda estable que maximice sus
posibilidades de integración y participación comunitaria. Se debe promover y facilitar su participación
en la elección del ambiente en el que desean vivir entre las opciones de alojamiento y vivienda
disponibles (López Álvarez et al., 2004). Los dispositivos residenciales especializados sólo se deben
utilizar en aquellos casos en los que la utilización de viviendas normales con apoyo es inadecuada o
inapropiada. Se debe articular un programa individualizado de entrenamiento de habilidades y
acciones de apoyo que permitan elegir, acceder y mantenerse en la opción de alojamiento o vivienda
elegida por el usuario de entre las normales disponibilidades en la comunidad. Se deben articular
sistemas de apoyo y soporte ágiles, flexibles y continuados que ayuden al cliente o usuario a
desenvolverse y mantenerse con la mayor autonomía posible en el ambiente de vivienda y
convivencia normalizado (Ridgway y Zipple, 1990).
Así pues, la finalidad última de los servicios residenciales para personas con trastorno mental
severo es servir como punto de partida para conseguir el cambio de rol de “cliente” a un papel de
ciudadano por medio de la vivienda, así como mediante la educación y las oportunidades de trabajo
(Piat y Sabetti, 2013). Esta es la continuidad de la recuperación. Desde esta perspectiva, las
viviendas supervisadas no promueven la recuperación, ni la participación o integración social, ni la
mejora de sus competencias por sí mismas, por el hecho de ser el recurso residencial con menor
nivel de supervisión y más independiente, sino que ha de reflejar la elección de los usuarios, y ha de
cumplir con los requisitos específicos de avance de la recuperación para cada individuo. A partir de
tal concepción, la comunidad debe ser el referente fundamental de la acción educativa (García-Pérez,
2013). En este nuevo paradigma, la persona con TMS se ve como un inquilino en su vivienda, una
persona con derechos y el potencial de contribuir a la sociedad, no como un paciente o cliente que
debe ser supervisado o administrado. Asimismo, se hace hincapié en las fortalezas y el potencial de
recuperación, no en el déficit de la persona o enfermedades. Por otra parte, en un sistema de salud
mental transformado, los consumidores se convierten en participantes activos en la planificación, los
servicios y la investigación, con el poder real, la voz, la elección y control (Nelson, 2010).
81
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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83
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Gil-Jaurena, Inés
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
inesgj@edu.uned.es
Sánchez-Melero, Héctor
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
hsanchez@invi.uned.es
López-Ronda, Sergio
Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
slopezr@invi.uned.es
84
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85
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
86
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
y otro ampliado a un mayor número de agentes, mediante las dos sesiones participativas. Los
resultados de estas sesiones se contrastarán así mismo con las iniciativas ciudadanas mediante una
última sesión de devolución. Una vez elaborados los resultados se espera obtener un mapa como
producto tangible y valorizar el proceso de construcción del mismo.
En cuanto a resultados esperados, la elaboración de propuestas educativas -en último término y
como fin del proyecto- supondrá la consideración del rol del educador en general y del educador
social en particular, en cuanto a su papel mediador y facilitador de relaciones y de procesos en el
camino del aprendizaje de la ciudadanía crítica, participativa y transformadora.
4. Referencias Bibliográficas
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87
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
88
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Estudio de eficiencia y propuestas de mejora para la inserción laboral y social de personas que cumplen
medidas de privación de libertad, en el marco del programa reincorpora de la fundación “la Caixa”. Premio de
investigación recercaixa 2012.
89
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
oportunidades de mejora según cada uno de los actores. El contraste de éstas informaciones ha
permitido configurar unas hipótesis de análisis a partir del contraste de percepciones y buscando
respuestas a los problemas y dificultades enunciados. Las hipótesis halladas fueron contrastadas con
los distintos actores, habiéndose identificado, al final de éste proceso participativo las siguientes:
Es necesario identificar buenas prácticas de inserción laboral a nivel europeo y local y facilitar
su difusión, conocimiento y el trabajo en red de los participantes.
Es necesario analizar si el perfil de usuarios que participan del programa es el más adecuado
para el diseño específico del programa.
Es necesario determinar el peso de la formación específica en el proceso de inserción laboral,
así como identificar criterios para la identificación de los perfiles formativos a priorizar en cada
convocatoria.
Las competencias transversales son claves en la inserción laboral pero no existen materiales
específicos para este colectivo que sirvan de referentes en el diseño de las acciones y su
posterior evaluación.
La profunda crisis y recesión económica afecta a los resultados de inserciones laborales, por
lo que se necesitan otros indicadores complementarios de evaluación del programa.
Una vez establecidas las hipótesis se han puesto en marcha comisiones de trabajo y
seguimiento. Se ha constituido un consejo asesor con cuatro entidades (3 catalanas y una de
Alicante) que permitirán testear las herramientas de campo, contrastar los resultados obtenidos,
analizar la viabilidad de las propuestas elaboradas, desde el punto de vista de las entidades sociales
que aplican el programa. Se han planificado reuniones de seguimiento con los responsables de la
Fundación “la Caixa” que facilitarán el acceso a la información necesaria para el desarrollo de la
investigación y podrán analizar los resultados preliminares que se obtengan. Por último se ha iniciado
un proceso de trabajo con las administraciones implicadas de cooperación en el desarrollo de la
investigación y análisis de resultados procesuales. Por último, hemos tenido también en cuenta los
destinatarios del programa, que se prevé en la fase de trabajo de campo de la investigación.
Consideramos que es necesario escuchar a penados participantes en el programa con buenos
procesos de mejora de competencias e inserción laboral para que relaten aquellos elementos que
para ellos son determinantes para su empoderamiento y proceso de cambio hacia la inserción laboral
y social. Se ha seleccionado un muestreo intencional a nivel estatal, estableciendo criterios de
accesibilidad a los centros penitenciarios, buenos resultados de inserción en el programa y red de
entidades consolidada en cada territorio seleccionado. Excluyendo centros penitenciarios
participantes en otros proyectos de investigación y evaluación relacionados con la reinserción laboral
2
de presos, como los participantes en el proyecto piloto “in out” . La muestra seleccionada final ha
incluido los centros de reinserción de presos de La Coruña en Galicia, Victoria Ken de Madrid, León,
Valencia y Málaga en el Estado Español y los centros penitenciarios de Quatre Camins, LLedoners y
Wad Ras en Cataluña.
El grupo GPS ha constituido un equipo de investigadores con profesionales con los siguientes
perfiles: expertos en la realización de encuestas y análisis estadístico de resultados, en la realización
de sistemas cualitativos de trabajo de campo (entrevistas en profundidad y focus groups), en el
ámbito de las competencias laborales para la inserción y en la ejecución penal. Se han buscado
asesores metodológicos que velan por la validez de los sistemas de análisis y se prevé la realización
de estudios temáticos por expertos ajenos al programa. Este equipo pluridisciplinar liderado por el
núcleo investigador del GPS permitirá un alto grado de especialización, permitiendo realizar una
investigación de amplio espectro en un corto periodo de tiempo. Una vez salvados los obstáculos
administrativos de contratación, selección de becarios, se ha iniciado la investigación. El sistema de
trabajo se basa en la realización de trabajo autónomo a partir de encargos específicos relacionados
con los perfiles de los participantes. Acompañado de una dinámica de análisis de datos,
estableciéndose un calendario de reuniones técnico científicas de debate y contraste de resultados.
Así pues la clave del trabajo es: especialización, autonomía y análisis participativo inter grupo y
contraste con los diferentes actores.
2
Proyecto “in out” promovido por Instituciones penitenciarias en 2012 con el fin de vincular la formación
prelaboral que se desarrolla dentro del centro penitenciario con el programa de reinserción reincorpora.
90
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
incidencias relevantes en el proceso de la investigación. Una vez resuelta esta fase se ha iniciado la
obtención de datos y su posterior análisis. Esta parte del trabajo se divide en tres fases diferenciadas:
Análisis documental y bibliográfico y diseño de las herramientas para el trabajo de
campo.
Trabajo de campo.
Análisis de resultados.
En la primera fase, se ha realizado un análisis documental de buenas prácticas en inserción
laboral a partir de la literatura europea. También una identificación de competencias transversales
claves para la inserción sociolaboral de personas que cumplen medidas judiciales. Para recoger dicha
información se han realizado entrevistas con informantes clave, expertos en temas de reinserción
laboral de penados y desistimiento penal para construir una base de buenas prácticas e indicadores.
La elaboración de dichos informes preliminares ha permitido la confección de los instrumentos de
trabajo de campo orientados hacia la aplicabilidad.
En cuanto a las herramientas para el trabajo de campo se han construido las siguientes:
Un registro de todos/as los/as participantes en el programa reincorpora en el año 2012.
Recogiendo información personal (año de nacimiento, relaciones familiares, currículo
laboral,… datos judiciales (tiempo de cumplimiento en régimen cerrado, programas
realizados,…) y datos de participación en el programa reincorpora (inserciones laborales
conseguidas, sectores formativos,…). En la construcción de los campos de datos se han
tenido en cuenta la información publicada por la Fundación Tomillo en un estudio del
programa realizado con los candidatos del 2011, pudiendo así comparar datos. Hay que
tener en cuenta que estamos analizando un programa muy joven iniciado a final del año
2010. Debido a la complejidad de los sistemas de registro de la información y los sistemas
de protección de datos de las bases judiciales se ha debido recorrer a las propias entidades
gestoras para la obtención de los datos requeridos.
Un cuestionario dirigido a todas las entidades participantes en el programa reincorpora en el
2012 con el fin de identificar los contenidos competenciales abordados, los modelos
metodológicos y sistemas de coordinación con los referentes de los participantes en el
programa. Hemos tenido en cuenta que en algunos territorios las entidades responsables de
la formación y de la intermediación son una misma entidad. Dicho cuestionario ha sido
gestionado on line para facilitar la participación.
Un guion de entrevistas en profundidad para los responsables de selección de candidatos de
las distintas administraciones implicadas.
Un guion para grupos focales con profesionales intervinientes en el programa des de los
responsables del sistema de ejecución penal y con los profesionales que aplican los
programas de formación e intermediación laboral.
Un guion de entrevista en profundidad para penados con procesos de éxito en el programa
en el 2012.
Un guion de entrevista telefónica para la red de empresas colaboradoras en el programa.
Como hemos enunciado las herramientas de trabajo de campo han sido testeadas con las
entidades del consejo asesor y han sido presentadas a las entidades de la mano de la Fundación “la
Caixa”. Siendo siempre validadas antes de su implementación general. De la misma forma los
resultados parciales que se han ido obteniendo en el trabajo de campo se analizan con los distintos
actores por separado, validando procesualmente las conclusiones que se obtengan y reorientando, si
es necesario, las hipótesis o propuestas que sean críticas para todas las partes, inaplicables o no
viables. Cada paso de recogida de datos ha implicado un proceso de reuniones multinivel, que ha
permitido la obtención gradual y contrastada de resultados a lo largo de todo el proceso.
Representando un proceso más longitudinal, pero más aplicable y contrastado.
3. Resultados esperados
En el momento de cerrar esta comunicación, todavía no disponemos de resultados ni
conclusiones, pero si hemos trabajado en el formato de los resultados esperados. Una investigación
aplicada, participativa debe contemplar desde su diseño, a nuestro modo de ver, una presentación
de resultados en clave de herramientas de aplicación directa. Así pues creemos que los grupos de
discusión ya aportan un primer resultado: el conocimiento en red de los participantes con respecto a
la obtención de propuestas de mejora, y como tal el inició de una dinámica de intercambio de
metodologías, instrumentos y herramientas de trabajo. Por otro lado los análisis bibliográficos no sólo
91
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
han orientado el trabajo de campo sino que permiten estructurar los resultados del mismo en forma
de herramientas aplicables, por ejemplo aportando una batería de indicadores cualitativos del
programa, orientaciones de contenidos y metodologías para el proceso de formación e inserción
laboral,…
Para que los resultados sean eficaces no van a ser presentados solo en foros científicos sino que
se prevé una metodología de presentación de resultados multinivel. Se realizarán reuniones formales
con representantes de la Fundación “la Caixa” y con los responsables de las distintas
Administraciones de Justicia. De forma complementaria con reuniones dinámicas y activas donde los
diferentes actores sean los protagonistas, empoderándoles así para la implementación de las
propuestas de forma autónoma e iniciando a su vez dinámicas de intercambio de buenas prácticas,
fomentando el trabajo en red y la transferencia de conocimientos. El equipo investigador tendrá un
papel facilitador y orientador, siendo los diferentes actores los protagonistas de las propuestas
implicándoles desde la misma investigación en la implementación de cambios, venciendo resistencias
y miedos.
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-- (2001) La Era de la Información. Vol. III: Fin de Milenio. México, Distrito Federal: Siglo XXI
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: crisis de la democracia, servicios públicos, espacios de reflexión ética, ética de la
responsabilidad, ética del compromiso
1. Introducción
La situación de aguda crisis económica sirve de mar de fondo y de marco de una suerte de
complejidad que pone al descubierto lo obsoleto de las medidas y soluciones que pretenden salvar
un sistema insalvable. Si bien es cierto que el paisaje huérfano de esperanzas para el ejercicio los
derechos fundamentales de las personas, se presenta desolador, no es menos cierto que empuja –
aun a la fuerza y a veces sin quererlo- a repensar la sociedad misma y con ella la educación. Y quién
mejor que quienes utilizamos las herramientas de la pedagogía social, para hacer este ejercicio de
pensamiento y de reflexión en torno no solamente a las salidas y a las soluciones, si las hubiere, de
carácter paliativo, sino buscando el fondo de las cuestiones que nos permitan proponer y llevar a
cabo una educación democrática, abierta al mundo, de desarrollo humano y esperanzadora que
pueda denominarse de futuro en términos reales.
La vuelta a la parte más oscura del crecimiento sin medida y casi ya sin recursos, sin otro control
que el ejercido a partir de las decisiones menos justas y menos democráticas posibles. La
“normalización” de lo absurdo del mal vivir de muchas personas a consecuencia del enriquecimiento
exagerado de la población más rica y de la que se ha enriquecido en los últimos veinte años en el
viejo continente. Las llamadas economías emergentes, nuevas colonizaciones del mercado de la anti-
cualidad productiva. La respuesta imponente, pero impotente, de los movimientos sociales en
alguna medida incapaces de conseguir cambios sustanciales. La ola de protestas, de millones de
razones, sofocadas, apaleadas, vulneradas y hasta asesinadas, bien deberían provocar alguna otra
cosa que debates mediáticos, nacimiento de nuevos líderes de la individualidad, rutinas de
aceptación de lo que hay o consentimientos ante el desgarro de la sociedad misma. Los conceptos
de desigualdades, de asimetría, de opresión o de explotación siguen estando en el fondo de la
cuestión social y por lo tanto, educativa, siendo ésta la que sirve para adormecer a las grandes
mayorías que, a pesar del ruido que emiten muchos grupos, siguen sin alcanzar la posibilidad de la
decisión política.
En el Estado español el escenario de la representación nos ofrece una obra que parecía
terminada y que ha levantado de nuevo el telón para demostrar que el fondo de la dictadura no murió
con el dictador. Cuanto más avanzado aparece en la práctica de los últimos años, el concepto de
democracia, el de participación, los logros sociales y económicos, la aceptación de los derechos
humanos, más inmune parece volverse el sistema a las necesidades reales de las personas y más
insensible a la corrupción, a la estafa, al despilfarro y al abuso de quienes gobiernan a expensas del
malestar del resto de la sociedad. Y cuanto más se evidencian las necesidades humanas más
básicas que no son satisfechas, más desespero, más vulnerabilidad, menos revuelta organizada y
menos claridad de los horizontes de futuro para las y los jóvenes, para quienes son hoy infancia y
adolescencia, pero también para las personas adultas y mayores cuyas vidas parece que han ido en
dirección contraria al progreso y al desarrollo personal y comunitario.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Una situación de crisis que no nos debe engañar. Entre la mercantilización de la educación
y el “furor del individualismo emprendedor”
En los últimos tiempos surgen con una cierta fuerza una serie de acciones que propician la
iniciativa individual o grupal en base a la idea de emprendimiento. Un concepto que no deja lugar a
dudas y que, sin embargo, provoca una seria confusión. Un concepto que se ha convertido en moda y
que también ha llegado a la pedagogía social. Se trata de que los y las profesionales, en nuestro caso
educadores y educadoras sociales o pedagogos y pedagogas, en un momento de crisis en la que
no hay trabajo, se vuelvan imaginativos/as, creativos/as, para llevar a cabo propuestas, proyectos,
etc., originales que les permitan montar sus empresas y ganar dinero. Se trata de “saber vender” una
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
idea, una propuesta nueva que conlleve crear una empresa para llevarla a cabo. Y en el fondo, se
trata de que nuestros/as profesionales sean capaces de venderse a sí mismos y que propongan
nuevas iniciativas para las profesiones educativas.
¿Quién es el emprendedor? ¿A quién se vende el producto o la idea?¿Para quién se trabajará?
Y ¿a qué se da importancia, en este proceso de emprendimiento?
Estas preguntas no son banales. Sitúan el tema en su lugar concreto y resitúan el papel
fundamental del educador o la educadora social en un contexto de crisis como un agente que lejos
de trabajar para mejorar la calidad de vida de las personas, contribuye a qué se adapten y se
resignen al empeoramiento de su vida. Si el o la profesional recibe una formación para emprender
“sus” proyectos, este “oficio” adquiere un cariz que convierte la “tarea” de la educación social en una
propuesta fundamentalmente empresarial, cuyo valor básica es la acción centrada en “cómo
encontrar dinero para pagar mi idea” y coloca el interés en el profesional mismo y en sus ganancias,
en lugar de dar valor a la acción con los y las demás para quienes se supone que trabaja. Es la lógica
del mercado versus la lógica del servicio y los derechos de las personas.
Lo extraño es que precisamente nuestro ámbito no tenía un carácter demasiado mercantil.
Quienes nos contratan suelen ser las administraciones o bien las entidades del tercer sector,
subvencionadas por las administraciones. Y, si bien es cierto que la crisis ha obligado a una cierta
mercantilización y a plantear el carácter semi-empresarial de las organizaciones que en otros
momentos tenían una intención más “social” y sin ánimo de lucro, también es verdad que el objeto del
trabajo socioeducativo no acaba de encajar en la idea de producto para la venta. Los términos de
relación del cliente en el fondo se contradicen con la relación educativa, como en otras modas la
condición de paciente no acaba de ser lo mismo que la de educando. Porqué la educación social y la
relación educativa que conlleva no deberían ser tomadas ni como transacción económica ni como
terapia. De esta visión economicista surge un contrasentido que convendría tener en cuenta y que
creemos que, más allá de las modas y las “alternativas” ficticias de empleo y de los “giros liberales” (o
posmodernos) de la función profesional de determinados sectores de la educación, valdría la pena
que supiéramos situar y aclarar de qué hablamos cuando utilizamos este velado concepto del
emprendimiento en la educación social en momentos como los actuales. La pregunta que nos surge
es si la única vía de supervivencia en el sistema de la economía de mercado a día de hoy se debe
concretar en el esquema de “idea-empresa-resultados-productos-venta-acción socioeducativa” o
existen otros modos de realizar en la sociedad la acción socioeducativa sin tener que seguir este
recorrida que a veces nos plantean como el optimo. El simple hecho de colocar el adjetivo “social” a
un proceso de negocio no es garantía de nada. Como tampoco lo es el hecho de que se haya
divulgado hasta tal punto la idea de emprendimiento que la defienden desde casi todas las posturas
políticas y desde muchas administraciones abogan por premiar dichas acciones de supervivencia
individualista de “sálvese quien pueda”, aunque sean propuestas de grupo.
En cualquier caso y siguiendo con la contradicción, vemos que la fórmula ha cuajado y no será
fácil resolverlo, vemos que incluso desde las administraciones, más si tienen una ideología liberal o
neoliberal o de derechas…, el trato con las entidades del tercer sector que representan los agentes
(agencias) de interlocución para la acción socio-educativa es un trato mercantil. Un trato basado o
bien en el clientelismo o bien en la suposición de una negociación desigual entre las partes, en la que
siempre se hace la voluntad de quien manda, que en definitiva es el gobierno cuya representación,
con los debidos matices, es llevada a término por las administraciones estatal, autonómica, municipal,
etc. Se les propone una competencia de mercado para desarrollar una tarea cien por cien
humanitaria, la de educar. Y se les invita a “jugar” a hacer negocio en un mundo de desigualdades,
cuando en el fondo no hay ningún interés en que dichos “negocios” prosperen, más allá de la
externalización de la prestación los servicios que el propio estado (o administración correspondiente)
les adjudica incluso a veces de forma arbitraria.
No existe, en el aquí y ahora de nuestro país y de nuestra profesión educativa y su gestión, una
negociación en la que cada parte plantea los términos con el carácter de exigencia en términos de
igualdad, que puede permitir acabar llegando a acordar, pactar, etc., cosas. El tercer sector tiene la
fuerza temática, del trabajo que se va a realizar, tiene la razón profesional para abordar los aspectos
de contenido, de organización de las propuestas, etc. Y a este tercer sector se le exige que se
organice internamente como las empresas que producen consumibles, por ejemplo, alimentarios o de
otro tipo. Se negocia en base a los productos socioeducativos, en base al control que se puede
ejercer, en base a los procesos que culminaran en resultados cuyos desarrollos pueden ser
relevantes, pero en interés de quienes “dejan realizar las propuestas”. No por el llamado “interés
general” ni por justicia ni por derecho ni tan solo por criterios científicos o académicos. El sistema
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“gracial” y de favor se ha sustituido por una especie de exigencia de “cultura empresarial” cuya lógica
parece ser “la buena”. Y parece que no hay otra. Por eso no debe de sorprender la proliferación de
empresas de otros campos (construcción, servicios de catering, limpieza, etc..) que se han ido
implantando en nuestro campo profesional y que son las que gestionan los servicios sociales y
educativos…
Siguiendo con este razonamiento, llegaríamos incluso a la anti-política social. Y no solo por el
hecho de que no se planteara una política de justicia social o de igualdad de todas las personas ante
la ley –cosa ya de por sí grave en una situación de crisis aguda como la que nos asola- , sino porqué
la “esencia” de lo que define la política social, es decir, el buen hacer para la sociedad, para la
colectividad, aunque sea a modo de escaparate, no estaría presente de ningún modo, gracias al
predominio de la delegación de funciones, gracias al criterio mercantil y única forma de ver las cosas
que convierte lo educativo y social en una mercancía de compra-venta y, ni por asomo, de
intercambio.
Lo educativo-social tiene hoy este marco. Y el modelo de funcionamiento humano que propone
reduce casi toda posibilidad real de realización colectiva, comunitaria, etc., que no pase por este
canal. Casi todo pasa por el tamiz de lo individual como valor (valor de compra-venta, valor de ir por
delante de los problemas como si éstos no existieran), preocuparse de uno mismo y del beneficio que
sacará aunque la acción sea colectiva…. El individualismo y a veces incluso mezclado con un ideal
de subjetividad malentendida, acaba siendo lo que está en concomitancia con el modelo de un
desarrollo vinculado a un crecimiento de corte liberal, que quizás fue, pero que hoy no lleva a ninguna
parte. Y esto se cumple en especial en los campos de la educación social, donde se desdibuja el
objeto de la profesión o acaba reiterando lugares comunes con aires de novedad, solo por el hecho
de sumarse a la moda de emprender sin más. Siempre ha sido peligroso para las ciencias sociales
querer aplicar esquemas (de organización, de investigación, etc.) sin tener claro el porqué y el para
qué de las acciones que realizamos. Por esta razón un esquema tan “radical” de introducción del
ideal de mercado en su forma más atrevida, como es la del emprendimiento, debería hacernos
desconfiar, como mínimo, para no lanzar la educación en brazos del más feroz de sus enemigos: la
práctica de la moda y de la inconsciencia. Algo que desde la Pedagogía social deberíamos analizar y
sobre lo que sería sano poder debatir, sin dar por sentado que esta es la manera de proceder.
Con este ánimo y con la esperanza de poderlo plantear, se quiere recuperar aquí el discurso de
la ética, como postura individual, pero de sentido colectivo que nos permitiría no actuar siguiendo
esquematismos, sino pensando y decidiendo ante lo que ocurre con responsabilidad y compromiso.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
No se trata tanto de crear programas sobre cómo podríamos hacer este ejercicio colectivo. No se
trata de ver si la deliberación o el debate temático acaba dando la razón a uno u otro de los
planteamientos sobre la acción social que desempeñamos. Se trata de retomar el “viejo” arte de
“sentir y pensar nuestra contingencia, nuestro carácter, nuestra presencia y responsabilidad hacia
el/la otro/a. Saberse y pensarse en el mundo, en el tiempo, con los/as otros/as” (Canimas, 2011). Y
actuar en consecuencia, sabiendo que nuestras acciones no pasan desapercibidas cuando se
convierten en profesión.
Que las cosas sean de una determinada manera en la realidad que nos rodea o que alguien vea
que pueden solucionarse problemas en una determinada dirección, no quiere decir que tengan que
ser así. La posibilidad de una acción socioeducativa debería motivarnos a buscar sin precipitaciones
sin recetas preestablecidas, aquellas de entre las muchas posibilidades, que permitan llevar a cabo
el objeto de dicha acción con y hacia los y las demás. Se trata probablemente de profundizar en la
complejidad misma de la sociedad, de la profesión, en la llamada “ética de la complejidad”, esto es,
según Morin (2006), la respuesta a una situación de incertidumbre en la cual ninguna teoría puede
garantizar una solución o una explicación completa y definitiva, ni con una visión reduccionista ni con
una propuesta unidimensional, por lo tanto deberán tenerse en cuenta y ser abordadas las diferentes
cuestiones éticas que integran diferentes propuestas.
La apelación a la autonomía, a la capacidad de una persona para tomar y ejecutar una decisión,
a la libertad…, afectan tanto a las personas a quienes dirigimos nuestra acción educativa, como a
quienes la proponemos y la llevamos a cabo con los criterios, los soportes teóricos, las estrategias,
los ordenamientos jurídicos a los que hacemos caso u otras prescripciones de carácter socio-
pedagógico que nos condicionan y nos guían en dicha acción. La capacidad de análisis debe poder
aportar elementos a esta toma y ejecución de la decisión. Y no es algo que se pueda improvisar, sino
que contrariamente lo que es necesario es que no se repliquen esquemas preestablecidos.
La posibilidad de espacios de reflexión ética para las personas que de un modo u otro hacemos
intervención social y educativa es una necesidad y un antídoto de la aplicación operativa,
instrumental, utilitaria,.., de muchas propuestas que han sido elaboradas desde solamente una
apuesta legislativa o política o un programa que recoge una parte del desarrollo de la acción misma,
sin que se haya puesto en común el qué y el porqué hacemos ciertas cosas.
Hay una responsabilidad pública, aún con el carácter personal inherente a la ética, que no puede
eludir algunas de las cuestiones hasta aquí planteadas con respecto a modelos de funcionamiento de
la educación social en tiempos de crisis. El valor de los servicios públicos, su calidad, su eficacia, no
pueden medirse solamente con parámetros de eficiencia. Es necesario pensar y pensarnos, también
en nuestro quehacer cotidiano profesional. En este empeño la Pedagogía social tienen un buen reto.
En este sentido, experiencias como la del Comitè d’Ètica Aplicada al Serveis Socials de Cataluña,
podrían representar un paso en esta dirección. Sin embargo, el ejercicio pedagógico social que nos
conviene , ¡y urgentemente!, tiene una dimensión más formativa , puesto que es en la formación
inicial en nuestros grados en los que deberíamos cambiar el utilitarismo y el éxito falaz por el
“atreverse a pensar” (Terricabras, 1998) y a tomar y ejecutar decisiones, con responsabilidad y
compromiso.
Se ha planteado ya anteriormente en estos u otros términos parecidos y volvemos una vez más
sobre esta idea. Por algo debe ser y probablemente es una muestra de que la crisis también está en
la Pedagogía social.
5. Bibliografía
Canimas, J. (2011). Ètica aplicada a l’educació social. Barcelona: Editorial UOC.
Morin, E. (2006). El método 6. Ética., Madrid: Cátedra.
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Terricabras, J.M. (1998). Atreveix-te a pensar. Barcelona: La Campana.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. A modo de justificación
Las culturas profesionales practicadas alrededor de la denominada “cuestión social”,
mantuvieron desde su emergencia en el siglo XIX hasta la actualidad, un movimiento oscilatorio entre
el control y la inclusión social, siendo justamente este estatuto contradictorio el que es urgente
superar en el presente y, para hacerlo, se hace imprescindible revisar los modelos teóricos en los que
se sustentan las prácticas educadoras.
Situar la justicia social como núcleo vertebrador de los proyectos de la educación social,
compromete a sus profesionales a explicar las teorías que sustentan las prácticas, explicitarlas,
apostar por la reflexión, el debate y la investigación, por ser garantía para desarrollar modelos de
educación social críticos. Una característica básica de la teoría de la educación entendida así, es que,
como apunta Wilfred Carr (2002, p.59) “trata de emancipar a los profesionales de su dependencia de
prácticas que son producto de la costumbre y la tradición, desarrollando formas de análisis y de
investigación orientadas a exponer y examinar las creencias, valores y supuestos básicos implícitos
en el marco teórico mediante el que los profesionales organizan sus experiencias. Solo es posible
hacer más racionales y coherentes las observaciones, interpretaciones y juicios de los profesionales y
que desarrollen sus prácticas de forma más disciplinada, inteligente y eficaz cuestionando la
adecuación de las teorías convencionales de la práctica educativa”. Desde un planteamiento
metodológico de Investigación-Acción, esta reflexión de las prácticas profesionales constituye el
objetivo fundamental de la investigación en la que participamos entre los años 2011 y el actual 2013,
tres territorios del estado español (Madrid, Galicia y Cataluña), con adolescentes en situación de
vulnerabilidad social y profesionales y entidades que trabajan con esta población. Específicamente,
se dirige a detectar las estrategias eficaces que permitan mejorar la acción socioeducativa y
garantizar el mayor grado de bienestar para esta infancia.
Ubicada en la Comunidad Autónoma gallega, el propósito de esta comunicación se centrará en
identificar los diferentes discursos que, tanto el equipo educativo como el directivo, utilizan para
caracterizar su trabajo con adolescente en riesgo social, y cómo éstos, a su vez, se conectan con
2
diferentes modelos teóricos. Partiendo de las narrativas de las y los profesionales , de lo que
consideran que otorga sentido y especificad a su práctica, de lo que seleccionan como relevante
1
Este trabajo se inserta en el marco de la investigación CTINV041/11 sobre Estrategias eficaces de intervención
socioeducativa con adolescentes y jóvenes en riesgo de exclusión social, financiada por Opción 3 S.C., Igaxes 3,
Fundación Isos y Fundación Trébol, en convenio de colaboración con la UNED (Art. 83 LOU) y con la
participación del Ayuntamiento de Madrid, la Universidad de A Coruña, la Universidad de Girona, el Grupo de
Investigación G44Edu16 – Contextos de Intervención socioeducativa de la UNED y la Fundació Pare Manel.
2
Utilizamos información obtenida a través de las tres sesiones del grupo de discusión en el que participaron un
total de 12 profesionales, y de dos entrevistas en profundidad al equipo directivo.
99
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
sobre las culturas de trabajo, nos aventuramos a proponer algunos de los elementos que debieran
constituir hoy señas de identidad profesional bajo un modelo de educación inclusiva.
100
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“Y muchas veces, gente con muchísima menos formación nos aporta más que alguien que venga con
un montón de máster, un montón de carreras; nos aporta muchísimo más porque, en el trabajo nuestro
del día a día, una cosa que es muy importante es el dinamismo y la creatividad” (P24: G_GDP_2).
“Sí nos dimos cuenta que la titulación no es importante. Sí que detectamos que por tener una titulación
u otra titulación no se es ni mejor ni peor…” (P29: G_ERI).
“Porque incluso un monitor de tiempo libre... alguien que tenga experiencia en grupos, porque es lo que
más manejamos (…) en gran grupo, en aula, lo que nos interesa mucho es dinámicas de grupo, manejo
de grupos, resolución de conflictos, que es en lo que hay que tener formación porque es lo que
trabajamos con ellos” (P24: G_GDP_2).
Parece poco probable que los menores en vulnerabilidad social, especialmente en su etapa
adolescente, se representen como ciudadanos socialmente pobres, desprotegidos o necesitados de
ayuda, antes al contrario, el imaginario social acostumbra a representarlos como adolescentes
problemáticos y, en lugar de inspirar ternura o preocupación, su presencia genera en el imaginario
social respuestas defensivas, actitudes insolidarias e incluso cierta dificultad para entender qué
efectos tiene para estos menores ser sujetos de medidas de protección social (Iglesias, 2008),
repercutiendo en su identidad juvenil: “estos menores son excelentes representantes de la
adolescencia posmoderna, en tanto ese chico listillo, con cierto grado de arrogancia, que se resiste a
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
pedir permiso e incluso opinión a los adultos, y que se inviste de cierto poder que aquéllos interpretan
como especialmente amenazante (Steimberg y Kincheloe, 2000, p.31).
“Pienso que la sociedad asigna a la adolescencia estos términos: complicada, conflictividad, drogas,
sexo… Para mí es una etapa más de la vida, en la que se cometen muchos errores, en la que pruebas
muchas cosas. Es una etapa de cambio“ (P23:G_GDP_1).
“La adolescencia es una etapa vital muy compleja, en donde se está en permanente conflicto y en
donde, obviamente, tener una estructura organizada a su lado, afectiva y tal, ayuda mucho, pero es una
situación en permanente conflicto y desafío. Por lo tanto, yo pienso que la principal dificultad que
nosotros tenemos es que son adolescentes“ (P29:G_ERI).
Comparten el hecho de ser sujetos frágiles al tener en común cierta exclusión, por lo menos
parcial, de la consideración de normalidad. Las huellas de sus recorridos sociales no dejan duda, son
excelentes representantes de lo que Castel (1997) denomina desafiliación, en el sentido de que son
un poco de todo, su existencia atraviesa interrogante todas las instituciones sociales, desmintiendo
sus pretendidas garantías constitucionales. Sufren así en carne propia, una de las características de
las sociedades líquidas actuales, según expresión de Bauman (2005), una significada pérdida de
filiaciones, una importante ruptura de vínculos.
“Es un acelerador, tienes que madurar, madurar, madurar en poco tiempo, mañana te vas a enfrentar
con un mundo, y los otros tienen una casa y tal, y los nuestros a veces no tienen una casa a la que ir.
Muchas veces les estamos exigiendo demasiado, y madurar a mucha velocidad“ (P23:G_GDP_1)
Si tuviéramos que escoger una aproximación conceptual, para utilizarla como referente de los
derechos que será necesario garantizar en los proyectos de educación social, escogeríamos la
aportada por Julio Rogero (2008, p.263-264): “provienen de contextos socioculturales desfavorecidos
y de situaciones familiares muy problemáticas; presentan rasgos de escasa tolerancia a la frustración,
fuerte rechazo a las personas adultas y al sistema educativo; se valoran muy poco a sí mismos y
tienen clara conciencia de ser los fracasados; presentan gran rechazo a las normas impuestas; tienen
una gran carencia de habilidades sociales y grandes dificultades de relación con las chicas; tienen
muy poco trabajados los hábitos de atención, les cuesta mucho centrarse en una tarea por los pocos
recursos cognitivos que tienen desarrollados y tienen una gran necesidad de resultados inmediatos y
de estímulos valorativos positivos de forma casi constante; son muy permeables a las modas
sociales. A la vez son menores con grandes cualidades y valores; son muy fieles; reconocen la
necesidad de que alguien les ponga límites; poseen un gran sentido práctico y, en la mayoría de los
casos, buenas habilidades manipulativas; son muy sensibles al afecto y cuando se sienten queridos y
valorados cambian con facilidad; tienen un profundo sentido de la justicia y acostumbran a ser muy
sociables; la escuela no les interesa porque no trata cosas prácticas que conecten con su cultura
experiencial; las clases son aburridas, los profesores poco comprensivos y no ayudan a los que
tienen problemas. Su experiencia con el profesorado es bastante negativa”.
“La gran característica de los chicos con los que trabajamos es la afectividad o la carga afectiva que
tienen detrás, bien sea por familia desestructurada, problemas relacionales, falta de habilidades
comunicativas, no encajar en un entorno. Creo que es la gran carga, y a partir de esta gran carga
vienen otra serie de problemas, pero el problema fundamental para mí reside ahí“ (P28:G_ERI).
“Hay veces que nos vienen chicos por tercera vez haciendo un PCPI, que igual han fracasado dos
veces y que les están forzando para el tercero. A lo mejor a este chico no le gusta estudiar. Deberíamos
de pensar eso. No todos tienen que tener una formación“ (P24: G_GDP_2).
Entendemos que, compatibilizar la educación social con las condiciones vitales de esta infancia,
supone una voluntad profesional política que apueste por el cumplimiento de los derechos que tantas
veces les fueron negados, también el derecho a la educación.
102
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ciudadano o ciudadana”. Apostar por un modelo de educación social inclusiva conlleva repensar,
3
cuando menos, los siguientes elementos :
- El curriculum en educación social. Una institución es educativa, cuando el curriculum, es
decir, todo el conjunto de materiales, conocimientos, experiencias y elaboraciones simbólicas,
sirva para que cada individuo reconstruya conscientemente su pensamiento y actuación
(Gimeno y Pérez, 1993).
“La primera necesidad que tienen los chicos, nada más llegan, es aprender a tomar sus propias
decisiones, aprender a participar, y aprender a implicarse mediante la participación en su propio
itinerario“ (P24: G_GDP_2).
- El derecho a la educación para toda la infancia destinataria y la diversidad como valor y no
como problema: “para derrumbar el mito de que existe un prototipo de adolescente ‘normal’,
capaz de responder con éxito a las demandas de las instituciones educadoras y sociales (...)
es imprescindible aceptar que la diversidad non es una desviación, sino que forma parte da
normalidad” (Núñez, 2008, p.83-84).
“Lo que buscan es sentirse valorados y sentirse parte de un engranaje, encontrar su posición en la vida
o en lo que ellos quieren conseguir“ (P24: G_GDP_2).
- La cultura colaborativa como garantía del trabajo socioeducativo en red.
“El tercer sector de acción social debiera dar ejemplo de trabajo en red, de compartir recursos. Si no
damos ejemplo tampoco podemos demandarlo a otra gente. Pero, poder sentarnos a trabajar
verdaderamente, no a soltar cada uno su discurso. Es decir, yo puedo participar en foros donde va la
educadora del instituto, las entidades que trabajan en el instituto, el responsable del ayuntamiento, el
responsable de la Diputación…, pero no hay una agenda de trabajo conjunto de verdad, hay una
reunión donde se suelta el discurso... Entonces yo pienso que es un gran déficit“ (P29:G_ERI).
- Organización flexible de la educación basada en la heterogeneidad.
“Tenemos que ser muy flexibles en un montón de dimensiones. Es así. Yo tengo que ser flexible cuando
hablo con un empresario, tengo que ser flexible cuando hablo con un chico, o cuando estoy hablando
con un compañero“ (P25:G_GDP_3).
- Coeducación. Plantearse la educación antisexista es un requisito de un proyecto que
posibilite a todas las personas “ser” con independencia de género, y que exige someter a
escrutinio crítico la cotidianidad, identificando prácticas culturales que minan el principio de
igualdad, en todos los recursos protectores de la infancia (Iglesias, 2011). La ausencia de la
coeducación contribuye a la reproducción de modelos educativos sexistas, con frecuencia
inconscientes.
“Los niños tienen muchos conflictos, de peleas, pero las niñas van a la par ahora, llevamos una
temporada que… Con problemas de drogas quizás nos llegan más niños que niñas. De peleas por
igual (…) Las niñas son más de machacar, de “te hago la vida imposible”, son más sutiles, más… Y los
niños son de “me peleo en el patio, te damos dos tortas, vamos expulsados para casa y…” Las niñas…
vienen más de atrás… hasta que al final se pelean. Los niños no. Pero más o menos es lo mismo“
(P24:G_GDP_2).
“Con respecto a que un educador vaya a ser más autoritario, o marque más los límites… Yo me
encontré muchos más educadores hombre, en mi trayectoria profesional, de buen rollo, de querer ir más
de buen rollo con los chicos, que educadoras. Educadoras también, pero más educadores. Por lo tanto,
no considero que las mujeres tengamos menos autoridad“ (P25:G_GDP_3).
- Poner atención a las voces de las y los adolescentes. Sus relatos pueden ser fundamentales
para repensar suposiciones acerca de los términos en los que son imaginados. Sus voces
son, la mayoría de las veces, historias sobre las injusticias presentes en sus vidas que ponen
en evidencia las faltas de responsabilidad de las instituciones para con esta adolescencia,
entendiendo por ésta “la capacidad de respuesta institucional para identificar qué se está
‘haciendo mal’ o, simplemente, qué se está dejando de hacer” (Cerbino, 2006, p.75).
Tener conciencia de las dificultades para conexionar teoría y práctica, demostrar un alto nivel de
compromiso con la mejora de la profesión, y demandar nuevos espacios de reflexión, debate y
formación, constituyen elementos imprescindibles de innovación socioeducativa para seguir
avanzando hacia un modelo crítico. Reto especialmente relevante en la actualidad, pues uno de los
3
Adoptamos la propuesta de la profesora Núñez (2008), si bien introduciendo los cambios que consideramos
necesarios, al no tratarse de una institución escolar.
103
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
efectos del desmantelamiento del Estado de Bienestar está siendo la despolitización de las prácticas
de la Educación Social, asfixiando sus posibilidades reales de transformación cara una mayor justicia
social.
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104
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: Pedagogía Social, crisis social, expectativas positivas, transformación social.
1.2. Cómo la Pedagogía Social y la Educación Social pueden contribuir a que renazca la esperanza.
Como ya predijo Nuñez (2002), nos encontramos ante uno de los principales retos de la
Pedagogía Social (PS) y la Educación Social (ES): qué hacer cuando el sistema económico
capitalista declara fuera de su orden a grandes masas de personas. La respuesta por la que
apostamos es que la PS y la ES, en tanto que disciplinas científicas con características propias en
constante revisión consigo mismas y con el entorno, deben posicionarse y, lejos de conformarse con
la mera reflexión analítica, orientar sus esfuerzos a una acción-intervención social con vocación
transformadora. Haciendo evidente que la inclusión crítica nunca puede quedar reducida a la mera
adaptación a las normas sociales (Gaitán, 2010). Dicha acción socioeducativa viene definida por un
marcado carácter praxiológico, crítico-reflexivo y emancipatorio (Caride, 2005), que tiene en cuenta
que pertenece a los propios contextos sociales que trata de mejorar. La importancia de la vertiente
práctica de la PS y la ES encuentra ahora su sentido en la creación colectiva de un conocimiento que
las personas podamos utilizar para actuar sobre las situaciones anteriormente descritas. Esta
construcción común debe sostenerse en un continuo proceso de reflexión crítica sobre las
oportunidades y dificultades que definen los contextos globales e individuales; reconociendo que en
105
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
dicha acción las educadoras y los educadores sociales son únicamente acompañantes y/o
mediadores en el proceso socioeducativo, tendiendo a hacerse innecesarias/os lo antes posible, pues
las protagonistas verdaderas deben ser las personas participantes en el mismo (Martín y Vila, 2012).
Para finalizar con la descripción de las características que –desde nuestro punto de vista–
son inherentes a las mencionadas disciplinas socioeducativas, nos gustaría dotar de un papel
esencial –por su necesaria presencia a lo largo de todo el proceso– a la esperanza, pues, además de
constituir la base misma de la educabilidad, sabemos que
“Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Necesitamos la
esperanza crítica como el pez necesita el agua incontaminada (…) Sin un mínimo de
esperanza no podemos ni siquiera comenzar el embate, pero sin el embate la esperanza, como
necesidad ontológica, se desordena, se tuerce y se convierte en desesperanza que a veces se
alarga en trágica desesperación. De ahí que sea necesario educar la esperanza. Y es que tiene
tanta importancia en nuestra existencia, individual y social, que no debemos experimentarla en
forma errada, dejando que resbale hacia la desesperanza y la desesperación. Desesperanza y
desesperación, consecuencia y razón de ser de la inacción o del inmovilismo.” (Freire, 2009 , p.
8 y 9).
La esperanza es, por tanto, uno de los ingredientes fundamentales de la educación –más aún si
se quiere enfatizar su carácter positivo-, pues permite identificar las oportunidades existentes dentro
del mar de las dificultades. Prueba de ello es que la sensación de las familias en relación a sus
posibilidades no sólo refleja las condiciones económicas en las que están inmersas, sino también su
percepción sobre el margen de actuación que poseen para mejorar su propia realidad; ya que, en
ocasiones, “las barreras psicológicas creadas por las creencias de indefensión colectiva son más
desmolarizantes y debilitadoras que los impedimentos externos” (Bandura, 1999, p.54). No se
pretende decir con esto que las familias son las responsables de su situación de vulnerabilidad, nada
de eso, sino que, a veces, es preciso visibilizar las potencialidades que poseen para afrontarla. Sin
embargo, a pesar de la desesperanza constatada entre las familias por UNICEF (2012) –como vimos
en el subepígrafe anterior–, no debemos caer en el alarmismo, pues uno de los hallazgos más
significativos hechos por la Psicología es que los hábitos mentales no son permanentes, que las
personas pueden elegir su manera de pensar y que, debido a esto, el sentimiento de impotencia
aprendida puede sanarse cuando la persona se demuestra a sí misma que sus actos pueden hacer
que la realidad cambie. Para lograrlo, Seligman (2012) apuesta por trabajar sobre la pauta explicativa,
que comienza a desarrollarse durante la infancia, la cual refleja cómo la interpretación subjetiva que
damos a cada acontecimiento acaba convirtiéndose en un hábito de pensamiento. En relación a ello,
otorgamos una importancia central a desarrollar acciones socioeducativas que ayuden a construir
explicaciones optimistas, es decir, narraciones que nos alejen de la pasividad y nos inviten a tomar
las riendas de nuestras propias vidas.
Otro de los motores que nos permitirá desarrollar una acción socioeducativa liberadora será la
competencia comunicativa, tanto intra- como interpersonal, la cual puede abordarse desde fases
altamente vinculadas: la escucha activa y la comunicación no violenta. Por un lado, la puesta en
práctica de la capacidad de escucha puede reportar una mejora de los procesos comunicativos
cotidianos, reducir drásticamente las discusiones y facilitar una mayor comprensión de la realidad que
nos rodea (Dugger, 2006). Por su parte, en un intento por reforzar la habilidad de mantener el trato
humano incluso en las condiciones más extremas, y alejándonos de la tendencia existente a
subestimar la capacidad generadora del lenguaje, el modelo de la comunicación no violenta
(Rosenberg y Seils, 2011) se sostiene sobre cuatro acciones fundamentales que invitan al desarrollo
de una acción transformadora coherente: 1) exponer los actos concretos que observamos y que
afectan a nuestro bienestar; 2) expresar cómo nos sentimos en relación a lo que observamos; 3)
explicar las necesidades, los valores, los deseos, etc., que crean nuestros sentimientos; y 4) explicitar
los actos concretos que queremos pedir a la(s) otra(s) persona(s) para enriquecer nuestra vida.
Ahora bien, ¿cómo pueden beneficiarse las familias de las mencionadas aportaciones
teóricas?
106
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
estilo educativo basado en castigos poco apropiados y la emisión de expectativas negativas, lo que
se entendió como una carencia explícita de recursos y estrategias educativas, por lo que se tomó la
decisión de trabajar en esa dirección. Además, la iniciativa se inserta entre las recomendaciones
sobre el fomento de la parentalidad positiva como réplica a la crisis social que nos envuelve (Save the
Children, 2011, UNICEF, 2012).
Partiendo de los fundamentos, metodologías y acciones de la PS y la ES, hemos tratado de
potenciar los factores de protección que llevan a las personas a percibir los obstáculos como
oportunidades de aprendizaje y crecimiento, así como posibilitar escenarios y procesos que recreen
ocasiones de empoderamiento individual y social. Es una invitación a desarrollar las mejores
opciones de actuación, a identificarlas y valorarlas en ellas y ellos mismos y el resto de las y los
miembros de la familia, durante un proceso que busque permanentemente la coherencia, esto es, que
enseñe a positivar “positivando” (Orte, Ballester y Martí, 2013).
Para posibilitar lo anterior, partimos desde una racionalidad crítica que impregna todo el proceso
socioeducativo. Uno de los motivos por los que trabajamos desde dicho enfoque es que buscamos
que las y los participantes no sólo comprendan y manejen los contenidos del taller, sino que también
desarrollen un criterio propio (Gonzalo, Pumares y Sánchez, 2012) que les dé la posibilidad de
cuestionarse si su modo de pensar, sentir y actuar es el más adecuado para propiciar el crecimiento
personal y familiar.
¿Cuáles son, entonces, las implicaciones prácticas de la racionalidad crítica? El papel principal
de las y los formadores es el de coordinar el seminario-taller, atendiendo al contexto, de manera que
se cree un espacio que propicie el aprendizaje, ayudando a conseguir una implicación individual y
colectiva en el proceso, estimulando una reflexión crítica compartida que integre la teoría y la
práctica, y participando en la investigación para buscar una mejor acción. Por ello, a partir de ahora
nos referiremos a nosotras y nosotros, las y los formadores, como mediadoras y mediadores del
aprendizaje.
En consecuencia, las y los participantes son los responsables de implicarse activamente en la
gestión de su propio aprendizaje. Para facilitar esto último, nos aseguramos de que, ya desde el
principio de las sesiones que tuvieron lugar, se creara un clima relajado y de confianza, así como que
las y los participantes se reconocieran en su papel de expertas y expertos en educación, debido a sus
horas de prácticas acumuladas y sus innumerables experiencias, unido a su evidente interés por
mejorar. Con la intención de compartir el bagaje de conocimientos que cada persona portaba,
estimulábamos la creación de diálogos entre ellas y ellos en los que cada una y cada uno exponía su
punto de vista, así como las posibles soluciones que vislumbraba ante un problema concreto,
formando así un cuerpo de conocimiento conjunto y los lazos de una nueva red social; siendo este
uno de nuestros principales objetivos, puesto que:
“Nuestras redes de apoyo social, reales o percibidas, contribuyen a nuestra sensación
de seguridad ante distintos tipos de eventualidades. La disponibilidad de muchas relaciones
interpersonales, por ejemplo, pueden aumentar las posibilidades de encontrar un mejor
ejemplo. En última instancia, las redes sociales son un potencial para mejorar el bienestar
individual y también el colectivo” (Casas, 2010, p. 23).
107
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
destino satisfactorio, evitando repetir –en futuras ocasiones– procedimientos de los cuáles
desconocemos su valía (Santos, 2003). En este sentido, a través de una metodología participativa,
abordamos la evaluación como una oportunidad de mejora personal, considerándola, por tanto, como
un momento en el que quien enseña y quien aprende –papeles que se van intercambiando durante
todo el proceso- se encuentran, con la intención de aprender juntas y juntos (Álvarez, 2001). Los
criterios y objetos de la evaluación fueron la pertinencia, adecuación y relevancia de los contenidos
(conceptuales, procedimentales y actitudinales) y la metodología, el papel desarrollado por las y los
mediadores, y la implicación de las y los participantes. Todo ello valorado en tres momentos clave:
evaluación inicial, en la que se realizó una detección de los conocimientos, procedimientos y actitudes
previas; evaluación procesual, donde se reflejaba si las estrategias formativas empleadas estaban
siendo las más adecuadas para alcanzar los objetivos planteados y para lograr una correcta atención
a la diversidad; y evaluación final, en la cual se evaluó el efecto global del seminario-taller y la
satisfacción de las y los participantes con el proceso, con el trabajado desarrollado por las
mediadoras y mediadores y con el suyo propio.
Como conclusiones principales de la experiencia, hemos podido constatar que las familias y
otros agentes educativos:
1) Muestran un interés creciente por las temáticas trabajadas, estimulado por la cada vez
mayor difusión de los estudios de la Psicología Positiva (Caruana (Coord.), 2010, Seligman,
2012) que apuesta por un giro radical del enfoque educativo, ocupándose menos de corregir
y/o sancionar las carencias y esforzándose más en potenciar las fortalezas individuales y
colectivas. Estas propuestas pedagógicas resultan atractivas ante la evidente falta de
eficacia –y de ética- del castigo, además de verse reforzadas por la penalización legal de
aquellos basados en la represión física.
2) Desean ampliar y profundizar en los aspectos relacionados con la mejora de la respuesta
educativa que pueden ofrecer, puesto que cada vez está más aceptada la idea de que no
basta con hacer que el niño o la niña nazca, sino que además hay que “traerlo al mundo”
(Cyrulnik, 2002), y que mientras que el primero es un acto “involuntario”, el segundo no lo es y
requiere de una dedicación y amor verdaderos. A este respecto, otra aportación de las
ciencias sociales considerablemente difundida es que, dentro de ese “traer al mundo” del que
hablábamos, las pautas educativas por las que se apueste pueden configurar
significativamente el desarrollo de la personalidad. Ante estas ganas de aprender debería
asegurarse la disponibilidad de los espacios y medios para posibilitarlo, en lugar de colocar
barreras y disminuir la inversión en desarrollo social, tal y como evidenciaban alguno de los
informes citados al inicio de este artículo (FOESSA, 2013), penoso hecho que hemos podido
constatar en primera persona al ver cómo en julio de 2013 se cerraba el Centro de
Convivencia Intercultural (Ayuntamiento de Fuenlabrada) donde desarrollamos la acción
socioeducativa que nos ocupa, privando así a las familias de ese espacio que tanto les nutría.
3) Poseen un bagaje de aprendizajes y estrategias que, si son compartidas, pueden contribuir
a la creación de un amplio y valioso cuerpo de conocimiento común, el cual debe ser valorado
por las mediadoras y mediadores si se quiere establecer una verdadera relación de igualdad y
respeto en la que todas y todos aprendamos y enseñemos de manera multidireccional. Dicho
intercambio y construcción conjunta del conocimiento puede facilitar que los beneficios
generados por las acciones educativas más exitosas se trasladen desde la propiedad
individual hacia la colectiva, mediante la creación de redes sociales. Lo que, a su vez,
contribuirá a que nos encontremos con lugares donde la cooperación, el trabajo en equipo y
la sinergia sean la seña de identidad.
Por tanto, podemos afirmar que esta iniciativa contribuye a abrir nuevos caminos a transitar por
la PS y la ES en su lucha por la mejora de la calidad de vida de las personas más vulnerables,
haciéndoles partícipes de la toma de decisiones que nos guiará en la búsqueda de la transformación
social.
108
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
personales y colectivas, que no siempre son visibles para las y los demás, o incluso para las
personas que las portan.
Una de las razones por las que las personas no reconocen sus propias potencialidades tiene que
ver con la creencia de que el pasado determina el futuro. Nuestra obligación moral es ayudar a
desterrar esa falacia y centrarnos en el presente sin perder la perspectiva de futuro, puesto que si no
lo hacemos nosotras y nosotros, ¿Qué grupo de profesionales se va a encargar de ello?
Entre las actitudes de las que más frutos hemos podido recoger, destaca aquella que se empeña
en trabajar desde la admiración hacia cada una de las personas con las que hemos compartido esta
experiencia de aprendizaje. Dicha admiración ha demostrado tener efectos muy significativos en la
autoestima y la motivación, dos de los grandes motores de la acción.
Además, durante el proceso socioeducativo descrito, nos hemos cuidado mucho de reflejar
nuestras frustraciones sobre las personas junto a las que trabajamos, pues es este un peligro y una
barrera que tiende a limitar el desarrollo potencial de las y los demás. El énfasis sobre este matiz
metodológico enraíza en las profundidades de la temática que ha venido ocupándonos a lo largo del
presente texto: las expectativas. Y es que, ¿cuántas veces hemos tenido que presenciar cómo unas
personas le “cortaban las alas” a otras? Un ejemplo claro es aquella frase que se viene trasmitiendo
de generación en generación, contra la que aquí luchamos, que dice: “Hija, hijo, las cosas son así, no
vas a cambiar el mundo, así que confórmate y da gracias”. ¿Hay algo más peligroso para la mayoría
que sufre y tan “beneficioso” para la minoría que reproduce la desigualdad? No, sin duda. Por ello, la
PS y la ES deben posicionarse y denunciar los contextos de explotación, así como a las y a los
explotadores, a la vez que colaboran con las y los oprimidos en su lucha –nuestra lucha– por forzar
un cambio social que es hoy urgente y necesario.
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110
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Larrañaga, Elisa
Universidad de Castilla-La Mancha
Elisa.Larranaga@uclm.es
Yubero Santiago
Universidad de Castilla-La Mancha
Santiago.Yubero@uclm.es
1. Introducción
En la sociedad del siglo XXI se considera esencial que todos los ciudadanos, y muy
especialmente los jóvenes, dispongan de las habilidades necesarias para acceder a la información y
transformarla en conocimiento. De hecho, se ha convertido en uno de los objetivos fundamentales del
sistema educativo. En este sentido, la Comisión Europea (2001) afirma que la lectura sobrepasa el
ámbito educativo escolar pues contribuye a la integración social y al desarrollo personal de los
individuos.
La sociedad contemporánea nos plantea nuevas realidades sociales, que son un continuo
desafío para la educación social (Caride, 2011). Se han generado nuevos espacios, o ya antiguos
modificados y ampliados. Espacios que requieren una transformación para incrementar las
oportunidades educativas y sociales, que deben activar los procesos de inserción social de las
personas implicadas en ellos. Conocemos los bajos índices de lectura de los niños españoles y los
resultados de sus niveles de comprensión lectora, reflejados en los distintos informes nacionales. Se
trata, sin duda, de una situación preocupante, que nos señala que la mejora de la lectura y de la
comprensión lectora de los estudiantes españoles debería convertirse en un objetivo del conjunto de
la sociedad.
La lectura no es ajena al campo de la Educación Social, porque desde su origen se han
incluido en su ámbito de intervención las prácticas de alfabetización. Aunque en su inicio la
alfabetización era concebida exclusivamente como aprendizaje de la lectoescritura, su concepto se
ha ido adaptando a las necesidades sociales y, actualmente, la alfabetización abarca un abanico
mucho más amplio de intervención. En las últimas décadas hemos sido testigos de un profundo
cambio en el replanteamiento de las variables involucradas en el proceso de alfabetización. La
situación se reformula en términos sociales (Tolchinsky y Solé, 2009).Sin duda, se ha debido a la
introducción de la alfabetización en sentido amplio, como el aprendizaje de competencias para la
resolución de los problemas cotidianos. Así, las prácticas de lectura, los hábitos lectores y las
competencias de comprensión lectora pasan a formar parte de los programas de educación social.
De este modo, podemos entender que la lectura facilite la visión integradora de la educación
social, insertándose perfectamente en la conceptualización actual de educar y educarse en sociedad,
para conseguir la plena integración. Para llegar a alcanzarlo es imprescindible trabajar la
comprensión y la competencia lectora (Gutiérrez-Braojos y Salmerón, 2012).
111
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
obligatorias) desaparezca este aspecto por completo, quedando la lectura relegada exclusivamente a
su valor instrumental.
La competencia lectora resulta imprescindible. En primer lugar, porque se considera una
competencia genérica básica, pero también porque la competencia lectora correlaciona en un alto
grado con el nivel de consecución de otras competencias, que componen el mapa de competencias
genéricas que deben alcanzar los ciudadanos de nuestro contexto. Los hábitos lectores y la
comprensión se derivan de la inmersión en el mundo de los libros. La meta en la creación de hábitos
lectores es intentar que la lectura se convierta en un placer, primando la gratuidad y la libertad. Para
ello, es imprescindible crear entornos en los que leer y escribir sean actividades cotidianas. Se han de
ofrecer no sólo libros, sino la posibilidad de comentar las lecturas, aprendiendo a reflexionar y a
opinar, además de intentar implicarse emocionalmente en el texto.
Como hemos comentado, la sociedad moderna, llamada sociedad del conocimiento y la
información, requiere de ciudadanos informados, críticos y capaces de crear nuevos conocimientos.
Esto es posible solo si los individuos adquieren la competencia lectora que dan las prácticas de la
lectura y la escritura, siendo esta un prerrequisito cada vez más esencial para alcanzar el éxito en las
sociedades actuales (Clark y Rumbold, 2006). Por tanto, la formación de ciudadanos lectores debiera
ser uno de los objetivos fundamentales de la sociedad, ya que el hábito y la motivación hacia la
lectura, representará uno de los aprendizajes de mayor trascendencia y en el largo plazo “modelará el
talente cívico y cultural de su persona” (Molina-Villaseñor, 2006, p.104).
En estudios recientes se ha puesto especial énfasis en el rol fundamental que cumple la
comprensión lectora dentro de las competencias del buen lector (Murphy et al., 2009; Pearson, 2009),
por lo cual se ha constituido en un aspecto importante a considerar en la calidad de la educación. Una
persona con un compromiso lector buscará nuevas situaciones de aprendizaje, utilizará estrategias
innovadoras para aprender y promoverá el auto aprendizaje (Guthrie et al., 2007; Wigfield et al., 2008;
Oistein, 2009). A su vez, el gusto por la lectura es un factor más importante en el logro académico de
los niños, que el estatus socio económico de sus familias (Kirsch et al., 2002). La lectura por placer
sería una buena manera de mejorar estándares de educación y exclusión social (Logan, Medford y
Hughes, 2011).
Los resultados en PISA a nivel internacional indican que más que una relación causal directa
entre el compromiso con actividades de lectura, uso de estrategias de comprensión y el progreso
lector, hay un complemento y desarrollo acumulativo en el tiempo de estas habilidades las cuales
formarán al lector competente. En este sentido, los estudios confirman que los niños que han
adquirido un mejor nivel de comprensión, tienen una mayor participación en experiencias lectoras,
desarrollan una lectura más eficaz y realizan una construcción más sólida de sus hábitos lectores
(Latorre, 2007; Olson y Torrance, 2009; Yubero y Larrañaga, 2010).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
transparente, los lectores hacen inmersión en el texto fusionándose con él e identificándose dentro de
la narrativa. Convirtiendo la historia en su propia identidad. Indica una implicación profunda en la
historia; y en la comprensión performativa, el lector entra en el texto y lo manipula según sus propios
intereses y necesidades. Se corresponden con intervenciones en las que el lector quiere dominar el
texto y controlar la conversación con críticas directas y/o burlas del texto, manipulando para desviar la
atención del tema narrativo.
Los lectores activan diferentes metacogniciones, según la actividad que tengan que llevar a cabo
y el tipo de texto, para seleccionar la información, interpretar el significado o activar su propia
experiencia y el conocimiento que le aporta la lectura en su vida. La competencia lectora asume los
procesos de lectura como medios para utilizar el lenguaje escrito en nuestra vida diaria. Karbalaei y
Rajyashree (2010), afirman que el resumen favorece el desarrollo de estrategias de autorregulación
que tienen un impacto positivo sobre la construcción del conocimiento y el aprendizaje a partir del
texto. Llevando a una comprensión profunda del texto por la mejora de los procesos de la
metacomprensión (Winne y Hadwin, 1998) y la unión con el conocimiento previo del lector (Wittrock y
Alessandrini, 1990). Diversos autores han señalado que la estrategia de resumen consolida la
comprensión al dirigir al lector hacia la idea principal más fácilmente (Dewitz, Jones y Leahy, 2009;
Marzano, Pickering y Pollock, 2001; Presseley, 2000), siendo especialmente efectiva en los lectores
con menores estrategias lectoras (Chambers, Almasi, Carter, Rintamaa y Madden, 2010).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
canalizar nuestros miedos, nos enseñar a luchar contra las dificultades de la vida y enfrentarnos a
situaciones inesperadas hasta dominar los obstáculos y vencerlos. Hace más de 25 años Bettelheim
(1986) ya consideraba que los cuentos populares, por la trama y por el desenlace, son excelentes
recursos para ayudar a resolver los conflictos emocionales y construir una personalidad más
equilibrada. De forma similar, Burns (2005) afirma que las narraciones pueden servir para mejorar,
enriquecerse y fortalecerse. Para Parkin (2004) escuchar, conversar y discutir un relato, permite el
pensamiento analítico para luego poder transferir lo aprendido a la situación real y propia.
Si entendemos, de acuerdo con Petrus (2004, p.105), que la educación es seducción, no se nos
ocurre nada más seductor que una buena historia, que un texto literario de calidad adecuado a la
edad y a los intereses del lector. Pero ya lo hemos visto, no es nada nuevo, supone simplemente
aprender de nuestra historia y retomar la narrativa para educar socialmente. Para crear competentes
lectores y realizar una intervención social desde la lectura es necesario que los profesionales activen
en sí mismos, y sean capaces de despertar en los lectores, la interacción personal con el texto.
Tienen que poner en marcha lo que denominamos ‘estrategias metacognitivas socioeducativas’. Nos
referimos a las estrategias que hemos comentado previamente: comprender e interpretar la lectura,
inferir una visión de la realidad, plantearse el comportamiento de los personajes, analizar los
contextos del texto, aplicar la lectura a distintos aspectos de la propia vida y extraer conclusiones
sobre el relato.
¿Están los educadores sociales capacitados para trabajar las competencias lectoras? ¿Se puede
ser un formador en alfabetización lectora si no se es un competente lector?
6. Comprender los textos para analizar la realidad: un estudio piloto con profesionales de la
intervención social
Presentamos brevemente los resultados de una investigación piloto llevada a cabo con
estudiantes de Educación Social y de Trabajo Social en los que intentamos dar respuesta a los
interrogantes planteados. Han participado 212 estudiantes de tercero y cuarto curso de Grado de
ambas titulaciones.
Las variables de estudio han sido las estrategias metacognitivas de comprensión de textos
narrativos, las teorías implícitas de comprensión lectora, el hábito lector, el nivel de comprensión
textual narrativa y el análisis de propuestas de animación lectora. Para evaluar el empleo de las
estrategias metacognitivas de comprensión en textos narrativos hemos realizado una adaptación del
MARSI (Metacognitive Awareness of Reading Strategies Inventory, Mokhtari y Reichard, 2002,
adaptado al castellano por Gómez, Solaz y Sanjosé, 2012), mide la autopercepción sobre el uso de
estrategias de lectura de textos narrativos.
Las teorías implícitas de comprensión lectora se han evaluado empleando el Cuestionario de
Teorías Implícitas sobre la Comprensión de Textos (Makuc, 2011). Para nuestro estudio nos
interesaba conocer el hábito lector de los estudiantes para poder clasificar en lectores y no lectores.
Para medir el hábito de lectura hemos empleado el cruce de las medidas de frecuencia lectora y de
intensidad lectora de forma similar a otros estudios (Yubero y Larrañaga, 2010). Hemos considerado
lector al estudiante que lee como mínimo más de 2 libros al año y lee de forma regular en su tiempo
libre (como mínimo alguna vez a la semana).
Los resultados confirman que los lectores alcanzan un nivel superior de comprensión y siguen la
teoría interactiva en el procesamiento metacognitivo de la lectura activando también las estrategias
socioeducativas. En contraposición, los estudiantes no lectores afirman que comprender el texto es
solamente reproducir su significado (teoría lineal).
Esta diferente concepción de la lectura y de la frecuencia lectora se refleja en la elaboración de
actividades de animación a la lectura (Cuadro 1). Las propuestas reflejan su propia actividad cognitiva
lectora, en los no lectores predominan las actividades centradas en el significado del texto y en su
descripción, también propuestas de actividades totalmente desvinculadas con el contenido del libro.
Los estudiantes lectores proponen actividades de desarrollo de la empatía con los personajes,
análisis de las situaciones y del contexto de la narrativa, identificación con los conflictos que viven los
personajes, adaptación al contexto actual y tareas que vinculan la lectura con la experiencia del
lector.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
NO LECTOR
LECTOR OCASIONAL
-Preguntas sobre los personajes
-Señalar las ideas principales -Analizar cómo se sienten las lavanderas
-Explicación palabras que no entienden -Identificar discriminación lavanderas
-Leer en voz alta -Cambio de roles
-Representar la historia -Situaciones actuales similares al texto
-Dibujar los personajes -Adaptar los personajes al contexto actual
-Puesta en común -¿Qué harías tú si fueras lavandera?
-Elegir la página que más les gusta -¿Cómo serían si fueran Aido Avaro?
-Actividades generales: leer, ir a la -Recordar sus travesuras
biblioteca, cuentacuentos, lecturas -Relación jefe/trabajadores
obligatorias, sustituir examen por lectura
7. Conclusión
Los resultados confirman que las pautas de comprensión textual dirigen el propio
comportamiento lector y la propuesta de actividades que realizan estos profesionales cuando trabajan
con niños y jóvenes. Entendemos pues, que es necesario incluir en el curriculum de formación de
estos profesionales de la intervención social competencias y contenidos vinculados con los procesos
de alfabetización lectora.
Como afirma Sáez Carreras (2009, p.19), la formación de los educadores sociales tiene que ser
“sólida y congruente, oportuna y relacional con las situaciones profesionales que habrán de afrontar”.
No nos cabe ninguna duda, la alfabetización lectora es un aprendizaje social, además de curricular, y
permite, a su vez, potenciar los aprendizajes sociales. ¿Podemos dejar pasar de largo nuestra
responsabilidad como profesionales en este campo? ¿Puede la universidad (los profesores
universitarios) cerrar los ojos ante la formación de los profesionales de la intervención social sobre
una realidad educativa relevante en nuestro contexto actual?
8. Referencias bibliográficas
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117
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Las políticas sociales, de salud, de educación y de seguridad han sido diseñadas atendiendo,
además de la población general, a aquellos que por su especial situación de vulnerabilidad o
exclusión han estado al límite, en los márgenes de la sociedad, cerca de la exclusión social. Pero
sobre todo la acción política, como ya planteaba Maquiavelo en el Príncipe (1513), está dirigida por
convicciones de diferente tipo y busca el éxito sin atender a principios morales. En muchas ocasiones
la acción política ha ido dirigida a “arreglar los problemas” reaccionando a cuestiones determinadas
en función de intereses diversos, presiones etc. Esa idea de “arreglar los problemas” se ha transferido
al trabajo de los profesionales de lo social, tal y como expresa Tiffany (2012) cuando se refiere a los
trabajadores de calle franceses y explica como ellos mismos, con mucha ironía, se autodenominan Mr
Bricoleur. Las administraciones han solicitado la intervención de los trabajadores de calle para llegar
a aquellos más alejados del sistema, o para intervenir en situaciones problemáticas en espacios
públicos pero en muchas ocasiones lo han hecho desde una óptica equivocada. Las administraciones
han priorizado los objetivos de control pero han obviado el valor educativo que el espacio abierto de
la calle ofrece.
Son muchas las ocasiones en que se ha hablado del trabajo en la calle, de la educación de calle,
de los educadores de calle y en los inicios de los discursos referidos al tema se empieza siempre con
una disculpa. Al modo de la que hacen Funes y Comas (2001) en un documento elaborado por la
Fundación Jaume Bofill donde se justifican los motivos que hacen replantear la necesidad de
recuperar, sistematizar y difundir un estilo de trabajo que educadores y educadoras de calle vienen
realizando. Con disculpas sobre el hecho de que puede parecer anacrónico o que se recuperan viejos
términos que tal vez hoy con la existencia de los educadores sociales pueden parecer obsoletos.
Esta situación recurrente y circular de desaparición-recuperación nos lleva a poner sobre la mesa
algunas cuestiones en torno a la “educación de calle”.
En 1991 cuando en España aparece la titulación de Educador Social hay la voluntad de aglutinar
bajo esa nomenclatura diferentes funciones educativas que se habían desarrollado fuera de lo que en
educación se denomina el ámbito formal. Se incorpora bajo ese paraguas a profesionales de la
animación sociocultural, de la educación de adultos, de la educación especializada y, con ello, otras
diversas nomenclaturas de profesionales que realizaban un trabajo educativo en diferentes espacios,
grupos y/o situaciones. Ese afán de ofrecer una titulación que recogiera a todos los profesionales
que llevaban a cabo un trabajo socioeducativo ha tenido aspectos positivos pero, al mismo tiempo, ha
diluido algunas formas de ser, hacer y estar en el ámbito socioeducativo. Si bien ha sido un gran paso
el tener una titulación que forme a profesionales de la educación social es necesario también ofrecer
formación específica para aquellos profesionales que quieren ejercer su función profesional en la
calle.
Referirnos al concepto “calle” requiere matizar algunas cuestiones y más aún hablar de
educación de calle. Este concepto nos remite a un espacio-lugar concreto el de la calle en stricto
sensu pero en realidad es mucho más que eso, es el espacio donde se desarrolla y se inscribe la
acción socioeducativa. Nos referimos a un espacio público, un espacio compartido, un espacio donde
se llevan a cabo multiplicidad de interacciones y que aún perteneciendo a todos no pertenece a
118
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
nadie. Un lugar donde las relaciones, los límites, la confianza, las complicidades, los conflictos y las
tensiones se crean y recrean. Un lugar que algunos territorializan intentado hacer de lo público un
espacio privado. La especificidad de la “calle” requiere formas de ser, conocer, mirar, hacer y estar
específicas.
En nuestro país los educadores de calle han tenido momentos de presencia y de ausencia, han
sido profesionales cuya acción se ha dirigido principalmente a infancia adolescencia y juventud y/o a
situaciones de exclusión (drogas, prostitución, etc). Su trabajo ha sido poco reconocido, aunque el
colectivo también ha tenido responsabilidad en ello puesto que la dinámica del trabajo ha tenido como
consecuencia que se haya documentado poco y que la investigación en el ámbito haya sido escasa.
Éste ha sido un mal común en el ámbito socioeducativo. Otro elemento es la asociación que se ha
hecho de la educación de calle con el trabajo que se realiza cerca de los más excluidos los que la
literatura ha llamado “niños en situación de calle” refiriéndose como expone el profesor de la
Universidad de Friburgo Riccardo Lucchini (2002), al sistema niño-calle donde a partir de diferentes
dimensiones se aborda la problemática de los niños y niñas que pasan mayor parte de su tiempo en
la calle. Sin embargo lo que queremos plantear en este artículo son algunos elementos que nos
ayuden a entender el trabajo de calle desde otra óptica.
A pesar de los altibajos que la educación de calle ha tenido en nuestro país en otros contextos
su presencia ha sido mayor y ha sido denominada y conceptualizada de formas diversas. También se
ha ampliado a otros ámbitos como el de la salud y el trabajo social. Por ello nos planteamos un doble
objetivo, por un lado dar a conocer de forma breve este ámbito y lo que se mueve en el contexto
europeo y por otro, hacer una breve introducción a aquellos aspectos relevantes de la educación de
calle sobre los que valdría la pena volver nuestra Mirada.
119
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
producción existente es interesante para pensar en al intervención así como los foros y encuentro que
se han estado realizando que reconocen y refuerzan en trabajo y la educación de calle. Sin embargo
no existe una mirada sobre cual es la realidad de la educación de calle en Europa, con que
poblaciones se trabaja, cómo lo hacen, con qué cuentan. Qué profesionales participan y qué
formación tienen.
Es a partir de estas ideas y conociendo las problemáticas que se plantean en la red internacional
que surge una iniciativa desde 5 países (Inglaterra, España, Holanda, República Checa, Slovakia), a
los que se pretenden sumar otros 4, de iniciar un proceso de constitución de un grupo motor para
trabajar conjuntamente con el objetivo de constituir una comunidad compuesta por profesionales y
académicos que centren su atención en el trabajo de calle, en su práctica, en la formación y en la
investigación.
Para llevar a cabo este proceso este grupo motor cuenta con una subvención de la Unión
Europea, esta financiación se utiliza para el desarrollo de un Programa Intensivo sobre el trabajo de
calle. De momento se ha llevado a cabo la primera edición y se esta preparando la segunda. En la
primera edición se ha centrado el interés en el estado de la cuestión y las cuestiones fundamentales
de la formación para la acción en la calle. En la segunda edición el foco de atención será la
investigación en este ámbito.
El trabajo que se está llevando a cabo tiene como objetivo conocer las diferentes miradas que
respecto al trabajo de calle conviven en Europa que permitan preparar el terreno a una investigación
en dicho ámbito. Para poder conocer está diversidad se ha constituido un grupo de trabajo donde hay
representantes de Dynamo Internacional, de asociaciones de profesionales, de centros de formación
(profesorado y estudiantes) así como profesionales en activo.
En esta primera edición se ha recogido información de informantes claves como son los
miembros de Dynamo internacional, las asociaciones profesionales y los profesionales en activo que
han participado. Por otro lado se ha recogido información sobre las prácticas concretas a partir de
una recogida de información llevada a cabo por los estudiantes participantes en el programa. Así
como de los profesores participantes. No se trata de una investigación propiamente dicha sino un
trabajo previo de recopilación de informaciones diversa para dar forma a una propuesta de
investigación.
Del trabajo que se ha realizado en esta primera edición es interesante destacar las diferencias y
similitudes que el trabajo de calle tiene en cada contexto. Hemos podido observar que en cada uno
de estos países los profesionales que trabajan en la calle son muy diversos así mismo las
formaciones de origen de los profesionales difieren de un contexto a otro (enfermeras, psiquiatras,
trabajadores sociales, educadores de calle, youth workers, outreachworkers, cultural social workers).
Las miradas y formas de ver y entender la calle y el trabajo que en ella se puede realizar es también
muy diverso. Tal y como se puede observar de las presentaciones que se han hecho en las sesiones
de intercambio de información.
Al vehicularse este trabajo a partir de un curso de formación se trabajo conjuntamente en la
elaboración de contenidos. Durante la preparación de los mismos pudimos constatar que las formas
de entender el trabajo de calle no siempre ponen el énfasis en la educación pero sí que todos ellos
pretenden transformaciones y cambios que precisan de procesos de aprendizaje y, por tanto, la
educación tiene un papel importante. Desde el contexto español, el tema central ha sido el valor
educativo de la calle y el acompañamiento socioeducativo necesario para conseguir transformaciones
y cambios en la forma de ser y estar de las personas que se relacionan en el espacio público en
cuanto a sus acciones como a sus relaciones con ese entorno y con los demás
120
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
121
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
expone una idea que también seria extrapolable a aquellos que se encuentran en el espacio público,
en la calle. La autora refiere que la sociedad nos expone a riesgos pero las persones son vistas como
riesgo también para el colectivo. Esta doble mirada hace que por un lado se planteen intervenciones
de protección, con los riesgos que un exceso de la misma puede ocasionar, pero por otro lado se
produzca un endurecimiento de las medidas de control y represión de la acción. Si bien un exceso de
protección puede hacer que las personas hagan dejación de responsabilidades y olviden sus deberes
centrándose solo en los derechos, un exceso de represión inhibe la acción y produce una reacción
adversa generando violencia. La opción de un acompañamiento socioeducativo permite compartir
riesgos pero también analizar opciones, negociar alternativas. Tal como muestra De Oña (2011) el
acompañamiento socioeducativo en la calle permite activar procesos de autonomía personal y mejora
el entorno relacional
4. Conclusiones
Nos parece totalmente necesario un trabajo de profundización y de investigación en el ámbito de
la educación de calle. Estamos convencidos que la forma de ser y de estar de los profesionales de la
educación en el espacio-lugar calle permite acciones, actuaciones e intervenciones socioeducativas
sustentadas en un acompañamiento socioeducativo democrático basado en el diálogo y la
construcción de relaciones en un marco abierto y flexible. Este tipo de planteamiento permite a
educador y educando una mayor flexibilidad y una asunción de responsabilidades que otros entornos
más protegidos o de control se hace muy difícil. Retomar o reconquistar la calle y su valor educativo
permitirá mejorar las relaciones y la convivencia en un contexto cada día más líquido, cambiante y
complejo. La formación e investigación en educación de calle no es solo deseable sino necesaria.
5. Referencias bibliográficas
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122
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: crisis, Estado del Bienestar, Pedagogía Social, evidencias, evaluación, investigación,
eficacia.
1. Introducción
El objetivo de esta comunicación no es el de analizar la crisis del Estado del Bienestar Social en
su dimensión global, sino, fundamentalmente, el de llevar a cabo dicho análisis desde la perspectiva
metodológica de la evaluación, de la investigación de los diferentes programas y políticas
socioeducativas. Se trata de fundamentar la institucionalización de la Pedagogía Social desde las
evidencias; efectivamente la Pedagogía Social necesita para ser creíble, para ser eficaz, para ser
rigorosa, de evidencias. Y estas evidencias sólo se pueden obtener a través de investigaciones y
evaluaciones sobre los las causas, los procesos y los efectos de las intervenciones socioeducativas.
Con este propósito ha surgido el enfoque de la Práctica Basada en la Evidencia, como una
herramienta dirigida a lograr que los programas, tratamientos e intervenciones que se apliquen en la
práctica profesional rutinaria sean aquéllos que estén basados en las mejores evidencias o pruebas
científicas
Ello implica, en cualquier caso, plantear, por una parte, la dimensión política de la evaluación y
de la investigación – y por tanto de la Pedagogía Social- y, por otra parte, el papel de la misma en el
contexto de la mencionada crisis de los sistemas de protección social, contribuyendo a la racionalidad
en la toma de decisiones en el momento de replantear la política a seguir y los programas y recursos
a poner en marcha, a reconvertir o a dejar de realizar. Por tanto, la Pedagogía Social debe ser
considerada y planteada como una disciplina que tiene una dimensión política, que debe tener una
dimensión política, tanto desde la perspectiva de las evidencias, de los resultados y de las
reflexiones, como desde la perspectiva de la influencia que los Pedagogos Sociales –académicos y
profesionales- deben tener en la toma de decisiones en relación a las políticas y a los programas
socioeducativos.
La Pedagogía Social, en tanto que disciplina de reflexión y de intervención, debe iniciar una
nueva etapa en su proceso de consolidación y de institucionalización científica, universitaria,
profesional y social. Partiendo de la idea, tal como la plantea J. A. Caride (2005), de la Pedagogía
Social como construcción histórica, es evidente que lo mejor de esta disciplina socioeducativa está
todavía por llegar La definitiva consolidación de la Pedagogía Social en España necesita, para que
la racionalización de las políticas y de los programas socioeducativos se lleve a cabo de forma
rigorosa, de la realización de estudios e investigaciones evaluativas socioeducativas. De lo contrario,
de no llevar a cabo decisiones sobre evidencias, podemos avanzar, tal como se está desarrollando en
estos momentos, en un proceso irracional de desinstitucionalización de los programas y servicios
educativos, en el que los criterios políticos e ideológicos sectarios, se impongan sobre la opción
política de las evidencias, la evaluación y la investigación. Este es uno de los retos a los que la
Pedagogía Social debe dar respuesta. Pero no sólo eso, sino que además todo ello sería negativo
desde la perspectiva de la credibilidad profesional, de la eficacia de los programas socioeducativos y
también de la Pedagogía Social, si la esta disciplina socioeducativa no da este salto desde la
fundamentación.
2. La crisis del Estado del Bienestar y la evaluación de los servicios sociales y educativos
como opción política, metodológica y profesional.
La ausencia en nuestro país de una cultura de la evaluación que analice, de una forma
sistemática, rigurosa, responsable y útil, los diferentes sistemas o productos sociales del Estado
123
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Social y de Derecho del cual nos hemos dotado, no es un hecho casual; la ausencia de esta cultura
evaluativa refleja el resultado de una opción, de un planteamiento y de una política que ha abdicado
de la evaluación en tanto que proceso de conocimiento de una realidad, de una intervención que se
ha llevado a cabo, tanto desde la administración, como desde la misma sociedad civil.
Y aunque el evaluar conlleva múltiples implicaciones de diverso signo y dimensión, resulta
evidente la necesidad de descartar los enfoques y las concepciones tecnocráticas, neutrales,
asépticas y avalorativas que tiene la evaluación. Y ello, según Silverio Barriga (1990, p.267-280):
1. Porque la acción humana se contextualiza dentro de un proyecto concreto con objetivos
intencionales determinados.
2. Porque, de forma directa o indirecta, se participa en la puesta en práctica del proyecto.
3. Porque la evaluación -que es una intervención- puede modificar el contexto de la
intervención, y puede producir consecuencias directas e indirectas.
4. Porque de los datos proporcionados por los técnicos se pueden hacer usos
contradictorios en todos los sentidos y en todas las perspectivas.
La implantación de una evaluación que tuviera en cuenta estas características supondría la
opción por un modelo evaluativo concreto y específico; un modelo que se opondría a un enfoque
evaluativo de carácter tecnocrático, burocrático, productivista y cerrado. Por tanto la dimensión
política de la evaluación tiene, inicialmente, dos niveles: en primer lugar se plantea la posibilidad de
implantar una cultura de la evaluación para los diferentes subsistemas sociales -educación, servicios
sociales, sanidad, cultura. trabajo, etc.-, aunque la cuestión fundamental es si realmente interesa la
implementación de una cultura de la evaluación. Y si interesa para que y para quien; y si no interesa,
¿cuáles son las razones de esta negación? Pero, en segundo lugar se trata -una vez resuelta la
primera cuestión- de elegir el modelo evaluativo a aplicar para conocer no sólo la calidad de los
diferentes servicios, sino también el desarrollo justo, igualitario, no discriminatorio y democrático de
los diferentes subsistemas sociales. Pero a estos dos niveles y dimensiones políticas de la
evaluación, hay que añadirle la forma de implementación de los diferentes modelos evaluativos, así
como la utilización que de los diferentes resultados se puede realizar para tomar las decisiones
adecuadas a los objetivos y a las intenciones propuestas. Así, en este contexto, las evaluaciones
pueden producir los cambios necesarios de acuerdo con los resultados obtenidos; es decir una
reconversión. Sin embargo esta reconversión tiene dos posibles modalidades: por una parte una
reconversión "salvaje" de los servicios sociales, tal como se está dando, en general, en estos
momentos; y por otra parte una reconversión "racional" de los servicios sociales.
Esta reconversión racional deberá tener como elemento metodológico fundamental la
implantación de la evaluación; efectivamente la evaluación debe ser el instrumento básico para que
los servicios sociales encuentren su acomodo a la nueva situación. Se trata, en cualquier caso, de
consolidar una nueva etapa en la que es importante evaluar los resultados obtenidos, los procesos de
implantación llevados a cabo, las metodologías de intervención y de gestión, el análisis de los costos-
beneficios, etc., con el fin de adaptar los recursos existentes a las nuevas demandas y necesidades,
con el fin de optimizar los servicios y los programas existentes, etcétera.
A pesar del desarrollo profesional que ha habido en los últimos años, hay que poner de
manifiesto que es necesario conocer, de forma sistemática, lo que se está llevando a cabo, los
proyectos de intervención socioeducativa existentes en los diversos ámbitos, los resultados
obtenidos, las diversas evaluaciones realizadas en los diversos niveles con el fin de conocer los
impactos de los proyectos existentes. Efectivamente el amplio campo de la Pedagogía Social, en sus
diversos ámbitos de actuación, necesita de reflexiones realizadas por los profesionales de la
educación social. La necesidad de reflexionar sobre lo que se hace, cómo se hace o sobre los
resultados obtenidos resulta esencial si queremos una disciplina socioeducativa potente y que sea
capaz de combinar la teoría y la práctica. Así pues, lo que es evidente es que la Pedagogía Social
necesita, en definitiva, de un desarrollo claro de la evaluación socioeducativa, que se fundamente en
un proceso de planificación adecuada a las demandas y necesidades sociales y educativas.
124
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de los grupos interuniversitarios de investigación tanto a nivel nacional como a nivel internacional, etc.
No se trata, en cualquier caso, de no reconocer lo que se está trabajando desde la perspectiva
investigacional, sino de manifestar todo lo que falta por desarrollar en un campo en el que se necesita
trabajar más y mejor. Desde esta misma perspectiva de la investigación es evidente que, desde la
Pedagogía Social, se debe trabajar a nivel metodológico desde una óptica, siguiendo a Denzin, de la
triangulación metodológica, que sea capaz de integrar tanto las metodologías de carácter cuantitativo
como las metodologías de carácter cualitativo a todos los niveles; se trata, en este sentido, de
posibilitar que el enfoque metodológico de la Pedagogía Social, no sólo sea plural y holístico, sino
también que destierre la percepción o el dogma, anclado en algunos sectores de esta disciplina, de
que sólo se deben utilizan las metodologías cualitativas. Un planteamiento erróneo que de aplicarse
impediría a la Pedagogía Social su consolidación.
Ya hace unos cuantos años, el sociólogo de la educación Bill Williamson, en una ponencia
presentada al primer Simposium Internacional de Sociología de la Educación, celebrado en Madrid el
año 1981, se hacía, de forma más o menos ingenua, la siguiente pregunta: ¿Para qué sirve el
conocimiento que se obtiene de la investigación en sociología de la educación o en cualquier otra
disciplina pedagógica?, o si se prefiere, ¿Para quién se realizan los trabajos de investigación
educativa?; ¿cuál es la finalidad de la investigación educativa?
Así, de acuerdo con lo planteado y partiendo de la Pedagogía Social, nos podemos formular las
siguientes preguntas: ¿Quién selecciona los problemas objeto de la investigación en el ámbito de
esta disciplina?, ¿Cómo se seleccionan? ¿Con qué objetivos? ¿Para quien? Las respuestas a estas
preguntas no son fáciles: ¿los investigadores?, ¿los políticos?, ¿los colegios profesionales?, ¿las
entidades privadas?, ¿los organismos públicos internacionales, nacionales o regionales? …
Efectivamente si analizamos el desarrollo investigacional de la Pedagogía Social hay que tener en
cuenta una serie de elementos de reflexión: ¿por qué se ha desarrollado de forma más importante la
temática de la inadaptación social que otras que no se refieren a cuestiones de exclusión social?,
¿por qué la cuestión escolar ha tenido un desarrollo poco sustancial en esta disciplina?, ¿por qué los
estudios de evaluación en la educación social son poco consistentes?, ¿por qué los resultados de la
investigación en educación social han tenido poco relevancia en la definición de las políticas sobre los
diversos campos de dicha disciplina?, ¿por qué los estudios sobre la evaluación en educación social
han sido poco desarrollados?, ¿por qué los estudios sobre los menores en proceso de inadaptación
social son más frecuentes que los estudios sobre la educación de las personas mayores?...
Además, es necesario plantearse si la investigación educativa que llevan a cabo los
investigadores universitarios está más en relación con necesidades académicas y personales que en
relación a necesidades sociales, profesionales y culturales. En este contexto es necesario hacer una
referencia específica a la existencia de una dicotomía, de una dualidad entre los intereses de los
investigadores, de los académicos, y los intereses, las necesidades de la sociedad desde la
perspectiva de la educación social. Efectivamente se trata de una cuestión delicada que alguna vez
hay que plantear, y a la que es necesario dar una respuesta si queremos que ambos intereses
coincidan para el desarrollo de la Pedagogía Social. Pero ésta no es la única dicotomía en la
investigación en educación social; me refiero a la dicotomía, a la dualidad existente entre la
investigación socioeducativa básica y la investigación socioeducativa aplicada. Sin embargo, también,
hay que referirse a la dicotomía, la dualidad existente entre la investigación en educación social y la
intervención socioeducativa. Efectivamente resulta evidente que uno de los elementos básicos de la
Pedagogía Social es, sin duda alguna, su doble componente en relación a la investigación y a la
acción; es una disciplina para conocer y para actuar; y este doble objetivo es fundamental que se
tenga en cuenta en el momento de llevar a cabo cualquier tipo de proyecto de investigación.
125
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Desde esta perspectiva, tal como hemos planteado en la Introducción, reivindicamos la idea que
las intervenciones socioeducativas deben estar basadas sobre las evidencias científicas- Y para
nosotros éste debe ser hilo conductor sobre el que la Pedagogía Social se debe construir y
reconstruir. Ésta debe ser la hoja de ruta que los retos sociales y educativos plantean y a los que la
ciencia de la educación social debe dar respuestas eficaces a nivel individual y a nivel comunitario.
Así, tal como plantean Julio Sánchez-Meca, Fulgencio Marín-Martínez y José Antonio López-López
(2011, p.95):
“La práctica profesional debería estar basada en las mayores evidencias científicas.
Esta premisa fundamental debería aplicarse a cualquier ámbito profesional y, como
tal, al campo de la intervención psicosocial. Los profesionales de este campo
deberían decidir qué programa, tratamiento o intervención aplicar en función de las
evidencias alcanzadas en estudios evaluativos empíricos debidamente diseñados e
implementados. Además, las políticas sociales, educativas y sanitarias deberían
también decidirse tomando en consideración la evidencia científica acumulada cómo
mejor tatar o prevenir los problemas sociosanitarios. Con este propósito ha surgido el
enfoque de la Práctica basada en la Evidencia, como una herramienta dirigida a
lograr que los programas tratamientos e intervenciones que se apliquen en la práctica
profesional rutinaria sean aquéllos que estén basados en los mejores evidencias o
pruebas científicas.”
Estos autores, en este contexto planteado, consideran que los profesionales de la intervención
psicosocial deberían tener de los conocimientos adecuados para aplicar el Enfoque de la Intervención
Psicosocial basada en la Evidencia. Un enfoque que debe tener revisiones sistemáticas de los
estudios empíricos que deben ofrecer una panorámica sobre los programas más eficaces para
resolver o prevenir un problema psicosocial o socioeducativo. En este contexto la realización de esta
revisión sistemática debe llevarse a cabo a través de un meta-análisis sobre la problemática a
resolver en cuestión.
¿Cuáles son las fases de este meta-análisis? Antes de plantear las fases de la que costa un
meta-análisis en el marco de la Intervención socioeducativa o psicosocial basada en la Evidencia, hay
que tener en cuenta que la Pedagogía Social, tanto en su vertiente investigacional como en su
vertiente evaluativa, adolece, tal como se ha puesto de manifiesto de forma anteriormente, de
estudios evaluativos y de investigación socioeducativos, sólidos, aunque sea con resultados
contradictorios o diversos. Y ello dificulta la realización de este meta-análisis; por tanto, la Pedagogía
Social tiene el reto de dar respuesta a ello, para que la intervención socioeducativa sobre la
evidencia, tenga posibilidades de desarrollo.
Con todo, y de acuerdo con los autores mencionados, hay que poner de manifiesto que las fases
de esta posible y necesario meta-análisis son las siguientes: 1. La formulación del problema; 2. La
búsqueda de estudios. 3. La codificación de los estudios; 4. Cálculo del tamaño del efecto; 5. Análisis
estadístico e interpretación; 6. Publicación. Se trata, pues, de una serie de fases de carácter
metodológico pero que necesitan para su eficacia de la existencia de estudios investigacionales y
evaluativos. Por tanto el necesario meta-análisis necesita del desarrollo de la Pedagogía Social tanto
en la realización de investigaciones socioeducativas sólidas, como de la existencia de evaluaciones
sobre los programas de intervención socioeducativas. En todo caso el meta-análisis es un buena
opción para la eficacia de las intervenciones socioeducativas en todas sus dimensiones. Los autores
Julio Sánchez-Meca, Fulgencio Marín-Martínez y José Antonio López-López (2011, p.105) dicen lo
siguiente al respecto de esta cuestión:
“No cabe duda de que los meta-análisis sobre la eficacia de intervenciones en el
ámbito psicosocial están aportando una información de gran utilidad para su puesta
en práctica por los profesionales que tienen que tomar decisiones día a día acerca de
cómo intervenir o tratar los problemas sociales, educativos y psicológicos que forman
parte de su quehacer cotidiano.”
En esta misma perspectiva, el trabajo investigacional del Grupo de Investigación y Formación
Educativo y Social (GIFES) del departamento de Pedagogía y Didácticas Específicas de la UIB se
enmarca dentro del contexto fundamentado en los programas eficaces. Así la pregunta sobre la
eficacia del trabajo preventivo, medido en términos de cambio consistente en un conjunto de factores
relevantes, responde a una preocupación de los técnicos y de los políticos de la mayoría de los
programas preventivos. En las investigaciones del Grupo de Investigación y Formación Educativa y
126
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Social (GIFES-UIB) sobre la aplicación del Programa de Competencia Familiar (Kumpfer, 1998) para
población española, esa ha sido una de nuestras preocupaciones.
¿Cuál es la fundamentación de este Programa de Competencia Familiar? La acumulación, desde
hace ya algunas décadas, de investigaciones que relacionan las conductas parentales con el
desarrollo social, emocional y psicológico de los hijos (por ejemplo, Baumrind, 1971; Kochanska,
Murray y Coy, 1997; Lila, Musitu y Buelga, 2001; Musitu y García, 2004; Lila y Gracia, 2005) parece
no dejar lugar a dudas acerca de algunas de las consecuencias de esta relación: los padres con
adecuadas competencias parentales, los padres afectivos, que responden ante las necesidades de
sus hijos, que les permiten participar activamente en el establecimiento de las normas familiares y
que utilizan opciones de disciplina positiva, consiguen hijos independientes, sociables, cooperativos y
que confían en sí mismos.
El Programa de Competencia Familiar (PCF) es una adaptación del Strengthening Families
Program (SFP) (Kumpfer y DeMarsh, 1985; Kumpfer, DeMarsh y Child, 1989), que es un programa de
prevención de factores de riesgo multicomponente de tipo selectivo cuyo diseño original fue
desarrollado para reducir la influencia de factores de riesgo familiares en los hijos e hijas de personas
drogodependientes, al mismo tiempo que se refuerzan los factores de protección, con la finalidad de
aumentar su resiliencia ante el consumo y otros posibles problemas. Está considerado un programa
modelo en la clasificación hecha por el Sustance Abuse and Mental Health Services Administration
(SAMHSA), entre cuyos criterios de calidad se contemplan la fidelidad en la intervención, la
evaluación del proceso, medidas de resultado del cambio de conductas y la validez de los
procedimientos de medida.
En sus orígenes, el concepto de trabajo socioeducativo se aplicaba como una etiqueta genérica
que identificaba la intervención como doblemente enfocada y poco más. Con el tiempo, las
intervenciones socioeducativas se han desarrollado como un enfoque mucho más sofisticado,
incluyendo planteamientos sistémicos y relacionales, en un nivel no clínico. En el marco del trabajo
socioeducativo, y como consecuencia del planteamiento sistémico y relacional, se han desarrollado
las intervenciones socioeducativas con la familia. Las metodologías aplicadas, influidas inicialmente
por planteamientos cognitivo-conductuales y sistémicos, han permitido un importante avance en los
modelos de trabajo basados en la evidencia empírica. En ese contexto se desarrolla el enfoque de
competencia familiar, como un enfoque no directamente clínico, centrado en el conjunto de la familia
y desarrollado mediante programas escritos, entre los cuales destaca el Strengthening Family
Program (SFP), Programa de Competencia Familiar (PCF) en España estructurado de acuerdo a los
criterios para los programas de intervención más eficaces.
Las aplicaciones realizadas por GIFES se han centrado en programas de prevención de drogas,
en especial los del Proyecto Hombre en España, así como en los servicios sociales de atención
primaria y servicios de protección de menores. El diseño e investigación del PCF tiene tres etapas en
España:
• Experimentación inicial: 2005. Diseño transversal basado en aplicaciones de 14 sesiones y
medidas previas y posteriores.
• Aplicaciones generalizadas a servicios de prevención de drogas, a servicios sociales de
atención primaria y a servicios de protección de menores, a partir de las correcciones
introducidas después de la experimentación inicial: 2006-2011. Diseño transversal basado en
aplicaciones de 14 sesiones y medidas previas y posteriores.
• Diseño longitudinal: 2011-2013, actualmente en proceso. Se completan los análisis realizados
con seguimiento a dos años de las familias participantes. En 2011 se han tomado datos de
las familias que finalizaron en 2009; en 2012 se toman datos de las familias que finalizaron en
2010; en 2013 se tomaran datos de las familias que finalizaron en 2011 las últimas
aplicaciones generalizadas.
La adaptación realizada por GIFES (Orte y GIFES, 2005a, 2005b; Orte, Touza, Ballester,2007),
ha procurado alcanzar criterios de calidad, de forma que en el PCF se ha utilizado un diseño de
evaluación pretest-postest con grupos de control, complementado por medidas de proceso generadas
a partir de evaluaciones proceso-resultados. Las evaluaciones realizadas se han centrado en los
resultados y en los procesos desarrollados. En cualquier caso es evidente que la Pedagogía Social
debe, si quiere ser competitiva, eficaz, creíble, rigorosa y fundamentada, continuar por esta línea de
las evidencias y de la eficacia. Lo contrario es seguir con un modelo de Pedagogía esencialista,
teoricista y alejada de los problemas socioeducativos.
127
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Referencias Bibliográficas
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Psicosocial basada en la Evidencia. Psychosocial Intervention, 20 (1), 95-107.
128
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: análisis del discurso, crisis social, igualdad de oportunidades, sociedad del
bienestar.
129
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Consideramos pues y así lo vamos a intentar plasmar a lo largo de la comunicación, que las
nuevas políticas y programas institucionales han ido precedidas de cambios paulatinos pero
profundos en los discursos y los lenguajes utilizados para explicar lo social, y que se ha producido
una progresiva adecuación de las prácticas sociales y educativas a esos nuevos discursos. La
sustitución de un discurso por otro, de un modelo por otro, ha sido posible porque en términos
generales, los conceptos sustantivos no han sido sustituidos, sino utilizados en un sentido y
significado diferente que ha venido a justificar ese modelo como desarrollo e innovación. Es decir, se
ha producido una apropiación de esos conceptos para incorporarlos a unas dinámicas totalmente
distintas a aquellas que los originaron y les dieron valor.
1
Puede consultarse en: http://barometrosocial.es/archivos/BSE2010-Desigualdad.pdf
2
La tasa AROPE combina tres factores: el nivel de renta, la privación material severa y la baja intensidad de
trabajo.
3
La tasa AROPE considera como umbral de pobreza el 60% de la renta media equivalente. La privación material
severa como la imposibilidad de permitirse al menos 4 de los 9 bienes siguientes: alquiler; mantenimiento de la
temperatura en el hogar, afrontar gastos imprevistos, una comida de carne, pollo o pescado (o equivalente) tres
veces por semana, una semana de vacaciones fuera del hogar, 1 coche, 1 lavadora, 1 televisor, 1 teléfono. La
tasa baja intensidad en el empleo se calcula a partir del número de personas que trabajan en un hogar respecto
del total en edad laboral (< 0.2).
4
De estos programas, el estudio de EAPN aporta los siguientes datos durante el periodo de crisis económica:
Plan Nacional de Drogas (-41,9%); Atención a la Infancia y a la Familia (-62%); Inmigración (-78,7%); Atención a
las Personas Mayores (-37,4%); Atención a la discapacidad (-54,1%); Promoción y Servicios a la Juventud (-
17,8%); Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres (-33,8%); prevención de la violencia de género (-
15,6%); Políticas de fomento del empleo (-24%)
130
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
aquellas áreas en las que el Estado Español no ha cumplido sus compromisos en derechos sociales y
que guardan relación con las medidas tomadas contra la crisis. Señalamos solo aquellas que tienen
una mayor vinculación con nuestra disciplina y que amplían los informes anteriores:
La reducción de los programas de acción social en áreas como inmigración, dependencia
y población gitana, entre otros.
La disminución del gasto en programas de igualdad entre hombres y mujeres y la
supresión del Ministerio de Igualdad.
La falta de apoyo a la emancipación de los jóvenes, en áreas como la vivienda y el
empleo.
La privatización de servicios, recursos y programas sociales en el ámbito educativo, de la
salud y el empleo, entre otros.
Por último, el informe coordinado por Laparra y Pérez (2012, p.141), señala que se está
desarrollando un modelo social basado en criterios de asistencialismo y prestación privada de los
servicios cuyo efecto inmediato es la dualización social, indicando que han sido escasos los estudios
sobre el impacto de los recortes de las políticas sociales y que éstos no han ido acompañadas de
evaluaciones previas que permitan calibrar su efecto a largo plazo. Para los autores, una de las
características de las medidas tomadas en el contexto de crisis es su fuerte ideologización, ya que no
se han acompañado de criterios claros que permitan el análisis de su aplicación en la vida cotidiana
de los ciudadanos y las familias, al centrarse exclusivamente en la reducción del gasto.
Como podemos percibir, son aquellas áreas y espacios centrales de investigación y trabajo de la
Pedagogía y la Educación Social, las que han sido directamente afectadas por las medidas de ajuste
y a largo plazo pueden comprometer la visibilidad y posición de sus aportaciones, al relevarse
innecesarias o secundarias en el nuevo marco social. A la reducción y precarización de los
programas de acción social, podemos sumar también la pérdida de relevancia del discurso y de la
práctica educativa, que no puede dar cuenta ni de la inmediatez ni de los resultados esperados por la
lógica de los programas sociales vigentes, basados en criterios en los que lo social ya no constituye
un derecho per se de todos los ciudadanos ni responde a principios éticos universales, sino que
deben dar respuesta al desarrollo de la sociedad a partir de criterios externos a su trabajo: el
rendimiento económico y la sostenibilidad del modelo. En este sentido, la precarización afecta no sólo
a aquellas áreas en las que se ubica la Pedagogía Social, sino también a su modelo teórico y a los
profesionales de la educación social.
2.2 Acerca del discurso sobre la crisis y sus efectos desde la Pedagogía Social
La pobreza y la desigualdad en España no pueden ser comprendidas exclusivamente como
5
efecto de la crisis económica de los últimos años. Tal y como indica el estudio de EAPN España,
ambas son estructurales en nuestro país, ya que aun en el periodo de crecimiento económico las
desigualdades se agravaron respecto a la media europea:
La desigualdad, la pobreza y la exclusión son un problema estructural, anterior a la crisis y que la
crisis quiere nublar. […] Con ésta se pretende legitimar las decisiones a pesar de sus evidentes y
obligados efectos, debido a que la cuestión ha quedado reducida a una determinada manera de “ver”
la crisis y no a la estructura social y a las causas que la originaron. (Renes, 2012, p.111)
De forma contraria, el discurso que sostiene el Informe Nacional Social del Reino de España de
2012, insiste en la vinculación directa entre desigualdad y crisis económica, además de presentar los
ajustes presupuestarios en materia social como una herramienta para preservar el Estado del
Bienestar. Una lectura detallada, nos muestra sin embargo que el modelo ha cambiado radicalmente,
puesto que el Estado del Bienestar no se entiende como un pacto social y de ciudadanía, sino
básicamente como medidas orientadas a asegurar la protección de los colectivos más vulnerables y
atender a sus necesidades inmediatas. Por ello, el documento insiste en que éstas sólo pueden
garantizarse si:
Las cuentas públicas son sostenibles y existe consolidación fiscal.
Se produce un crecimiento positivo de la economía
5
Los datos aportados por el estudio de EAPN en España provienen de: Encuesta de condiciones de vida (ECU);
Encuesta de población Activa (EPA) y el Servicio Estatal de Empleo (SEPE)
131
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
132
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
reorientándolo hacia un modelo inversor que puede acompañar el crecimiento económico y aumentar
el capital humano (op.cit, p.14). En este sentido, la inversión social debería orientarse para los
autores hacia:
Protección y atención a la infancia
Servicios para la conciliación de la vida familiar y laboral
Inversión en capital humano en todas las edades
Creación de un mercado de trabajo flexible y seguro.
Flexibilización del clico de vida laboral
Apertura hacia las migraciones y a su participación social.
Desde esta perspectiva, podríamos considerar la centralidad de la Pedagogía Social y las
perspectivas que se abren para el desarrollo profesional en el nuevo contexto, tal y como ya destacó
A. Petrus al señalar que la Educación Social tenía la capacidad para aceptar nuevas
reconceptualizaciones y adaptarse a los cambios de la sociedad (1996, p.27). Esa posibilidad de la
Educación Social remitía entonces a la necesidad de dar respuesta al desarrollo del Estado de
Bienestar. Sin embargo, consideramos que, en las sociedades contemporáneas, es el mismo sistema
de bienestar el que es puesto en cuestión y por tanto, las Ciencias Sociales tienen en general escaso
margen para una conceptualización que dé respuestas a las necesidades sociales actuales.
Creemos que uno de los riesgos que enfrentamos es que incluso desde una perspectiva crítica a
la reducción del modelo social de bienestar, y también en aquellos modelos e investigaciones que
construyen un discurso alternativo en el ámbito social y educativo, el significado es muchas veces
transformado y reubicado en prácticas y propuestas que niegan su sentido original. Es así como, y a
modo de ejemplo, nociones como libertad individual se traduce en capacidad de innovación y
adaptabilidad, o la responsabilidad remite a hacerse cargo de las propias necesidades y a la
superación personal de las dificultades, y la autonomía se concreta en disponibilidad para la
flexibilidad, la movilidad y la competencia. En definitiva, la idea de bien común queda reducida al
desarrollo económico, la rentabilidad y la eficacia, obviando principios como la igualdad o la justicia
social.
Lo que queremos señalar, es el giro profundo de los significados y sentido que toman esos
conceptos, y que nos obligan también a revisarlos en el campo disciplinar de la Pedagogía Social, ya
que ese lenguaje asumido, adaptado a los propios objetivos, no constituye, creemos, una alternativa
real al modelo hegemónico actual que supone una profunda transformación de sus principios teóricos
fundamentales, como pueden ser los Derechos Humanos, la idea de dignidad humana, de igualdad y
de solidaridad colectiva. En el mismo sentido V. Núñez reflexiona acerca de cómo la introducción de
las leyes del mercado en las Ciencias Sociales supone:
“[…] un verdadero corte epistemológico: tanto la producción de saberes en un sentido fuerte,
como la interrogación ética; histórica; epistémica acerca de los mismos y sus alcances, se ha vuelto
superflua, incluso innecesaria, cuando no perniciosa” (2011, p.7).
Pese a esa constatación, creemos que para la Pedagogía Social es necesaria la reivindicación
de una posición fuerte respecto al discurso que la sustenta, en toda su literalidad y que como
disciplina tiene el cometido en la actualidad de señalar ese vaciamiento de los lenguajes educativos
que le dan sentido, o su utilización tergiversada para justificar políticas y medidas sociales que en
realidad los desmienten. Tal y como indica J.A Caride (2009, p.19):
“No hablamos de la educación, ni de la cultura, ni de la política en vano. Las tres, cada una y
todas, son pilares básicos en la creación y recreación permanente del conocimiento, del pensamiento,
de la reflexión, de la acción”.
133
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
sustentan. Dicha revisión, según el autor, debería mostrar y hacer comprensible los datos disponibles,
los fenómenos estructurales y las narraciones en torno al nuevo modelo social, tres vías necesarias
para poder articular respuestas y alternativas válidas desde las propias Ciencias Sociales.
Desde la propuesta de análisis del propio discurso, planteamos, en primer lugar, la necesidad de
realizar ese recorrido como un ejercicio también de revisión de los propios campos de estudio y de
trabajo en el contexto actual desde una posición crítica. Una de las cuestiones que creemos
necesario abordar, es la disparidad entre la investigación, la reflexión teórica (que da cuenta también
de los principios éticos y los modelos educativos) del contexto social en que ésta se inscribe, ya que
tanto por efecto del propio desarrollo de la disciplina, como por la necesaria vinculación con las
políticas sociales y educativas, tiene dificultades para articularse a partir de su propio modelo. La
distancia entre las “intenciones” y su desarrollo en la práctica profesional, por ejemplo, tendrían que
ver con el hecho de que nos encontramos ante lógicas distintas, en las que el discurso, los objetivos,
los principios, más que dar cuenta de la orientación educativa de los programas sociales, y de su
implementación en un campo profesional concreto, tendrían el efecto no deseado de dotar de un
discurso justificador a una políticas y una prácticas muy alejadas de la propia disciplina y de su
posición ética. En palabras de V. Martín y E. Vila:
“[…] la educación social cobra significado real desde un lenguaje de posibilidad y creatividad, de no
convertirse en conocimiento muerto ni aportar nada social o políticamente” (2012, p.306).
En segundo lugar, planteamos la necesidad de dar mayor visibilidad y protagonismo a la
dimensión educativa de la Pedagogía Social, así como de una mirada reflexiva respecto de los
contextos en los que investiga y trabaja. El estudio de las transformaciones sociales profundas desde
una perspectiva pedagógica y del significado que éstas toman en la práctica profesional, constituye
una de las tareas en las que creemos es necesario insistir. Por ejemplo, en torno a la reflexión y
revisión de las propias categorías de trabajo y de los efectos que los lenguajes que clasifican (a los
grupos, poblaciones o individuos, por ejemplo) como “colectivos de riesgo” producen tanto en la
propia posición de la disciplina como en el trabajo educativo, preguntándonos a quién sirven dichas
categorías y en qué sentido contribuyen a los objetivos de igualdad, ciudadanía y justicia social en los
que nos situamos. La forma en cómo se designa y atiende la vulnerabilidad social, la pobreza o la
igualdad de oportunidades no es neutra respecto de las realidades que comentábamos en el primer
apartado.
En tercer lugar, planteamos para el debate, la insistencia en la construcción de un corpus teórico
fuerte y articulado, que nos permita situar el campo de estudio en estrecha relación con las realidades
sociales actuales pero que al mismo tiempo no sea absolutamente permeable a ellas. Consideramos
que es construyendo esta posición de fortaleza como podemos situarnos teórica y profesionalmente
respecto de las constantes transformaciones de lo social, de su pluralidad y complejidad y que
aglutinar una posición fuerte que nos defina, no impide la heterogeneidad propia ni tampoco la
incorporación de nuevos planteamientos. Al contrario, creemos que es ella las que no puede permitir
una mayor comprensión de los fenómenos sociales, de sus causas y de su desarrollo, y de la
ubicación de la Pedagogía Social en ellos.
¿Cuáles son entonces tanto los riesgos como las posibilidades de respuesta de la Pedagogía
Social en el nuevo contexto social, en tanto que disciplina vinculada directamente a las áreas y
campos que están sufriendo un mayor impacto de las medidas tomadas a partir de la crisis? Y ¿cómo
articular una investigación que se vincule de forma efectiva con las nuevas realidades sociales y
pueda dar cuenta de su propio discurso? Dejamos abiertas las preguntas, aunque creemos necesario
incidir, tanto en el nivel del conocimiento, como en de la práctica educativa, que la Pedagogía Social
tiene el bagaje y el lugar para no reducirse a los imperativos que las políticas sociales están
marcando en la actualidad. De la misma manera, en nuestras áreas, todo conocimiento ha de aportar
las propuestas, las acciones educativas, con posibilidad de transformación de las realidades de las
que se ocupa.
En este sentido, podríamos señalar en cuarto y último lugar, la creciente “atomización” de los
programas educativos, derivada quizás de la exigencia de especialización, y cuya consecuencia no
deseada, puede ser tanto la dispersión del conocimiento, como la divergencia de campos, programas
y roles profesionales, que responden en numerosas ocasiones, más a demandas sustentadas en
directrices políticas, recursos disponibles o urgencias legislativas (derivados también de la coyuntura
económica y los ajustes presupuestarios) que a una reflexión profunda sobre su sentido y utilidad.
Creemos que la atomización, de un lado, y la dispersión de otro, pueden sustraer cada vez más, la
representación y el reconocimiento de la Pedagogía Social en tanto que disciplina de referencia en el
134
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
campo educativo. La falta de visibilidad, supone que su función aglutinadora, respecto a un campo de
conocimiento y a una práctica profesional, queda seriamente mermada. Ante la pregunta de inicio
acerca de las respuestas de la Pedagogía Social frente a la crisis, y ante su ubicación “problemática”
respecto de los nuevos modelos sociales hegemónicos, creemos en la necesidad de tomar posición
desde la investigación, pero también en el ámbito profesional, del lugar pedagógico que nos da
sentido y del compromiso con los principios éticos y con un modelo de sociedad irrenunciable.
4. Referencias bibliográficas
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http://www2.ohchr.org/english/bodies/cescr/docs/ngos/JointSubmission19NGOs_Spain_CESC
R48_sp.pdf
135
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: adolescencia, grupo de alto riesgo, educación social, intervención, educador.
1
Este trabajo se inserta en el marco de la investigación CTINV041/11 sobre “Estrategias eficaces de intervención
socioeducativa con adolescentes y jóvenes en riesgo de exclusión social”, financiada por Opción 3 S.C., Igaxes
3, Fundación Isos y Fundación Trébol, en convenio de colaboración con la UNED (Art. 83 LOU) y con la
participación del Ayuntamiento de Madrid, la Universidad de A Coruña, la Universidad de Girona, el Grupo de
Investigación G44Edu16 – Contextos de Intervención socioeducativa de la UNED y la Fundació Pare Manel.
136
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Serrano, 2013) está consolidado la concepción de la juventud como tiempo de espera, al dilatar cada
vez más la asunción de las responsabilidades propias de la vida adulta.
La difícil y precaria inserción laboral de nuestros jóvenes, sin lugar a dudas ralentiza su proceso
de transición a la vida adulta por la carencia del apoyo económico necesario para posibilitar la
emancipación y la formación de un hogar propio. Según los datos del último Informe Juventud en
España 2012, la crisis ha incrementado el porcentaje de jóvenes en situación de precariedad
económica por ser económicamente dependientes o semidependientes, concretamente del 50% al
56% (INJUVE, 2013, p.82).
Este Informe apunta también que un 63,2% de nuestros jóvenes de entre 15 y 29 años vive con
sus padres; y aunque se cumple la premisa por la cual a medida que aumenta la edad disminuye el
porcentaje de jóvenes que viven con sus padres, se constata que el porcentaje de jóvenes entre 25 y
29 años que vive con sus padres sigue siendo alto, del 45,9% (INJUVE, 2013, p.52). Además, como
consecuencia de la crisis la tasa de emancipación de los jóvenes españoles se ha reducido dos
puntos porcentuales desde 2007, siendo lo más significativo la ruptura de la tendencia a
incrementarse que venía aconteciendo desde el año 2000 (INJUVE, 2013, p.53).
De otra parte, el porcentaje de jóvenes que forman un hogar en pareja y de jóvenes que forman
un hogar con hijos sigue siendo bajo, dado que en 2011 el primero era del 30,7% (aunque se observa
137
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
en este caso una tendencia a la alza importante, pues en 2008 era del 22,9%) y el segundo del
91,8%, alcanzando para el subgrupo de 25-29 años el 83,9% (INJUVE, 2013, p.57).
Además, la tasa de riesgo de pobreza de aquellos hogares sustentados por jóvenes con edades
comprendidas entre los 16 y 29 se ha incrementado notablemente como consecuencia de la crisis,
concretamente un 51,3% desde 2004 a 2011 (Instituto Max Weber, 2013: 67). En la actualidad, un
tercio de los jóvenes (32,7%) se encuentra en situación de riesgo de pobreza y exclusión social
(INJUVE, 2013, p.96).
Con la situación de crisis económica que vivimos, con un mercado de trabajo incapaz de generar
oportunidades y con el crecimiento del número de jóvenes que elige completar su formación, en
España la tasa de abandono escolar temprano (población de entre 18 y 24 años que únicamente ha
completado la educación secundaria y no cuenta con ninguna formación adicional) todavía dobla la
media de la UE-27, que se sitúa en el 13,5%. Países europeos como Alemania, Bélgica, Francia o
Reino Unido presentan tasas de abandono escolar en torno al 12%, mientras que algunos países
periféricos como Grecia, Italia y Portugal las muestran algo más elevadas (13,1%, 18,2%, 23,2%). La
media europea es de un 14,4%. En nuestro país, el porcentaje es mucho más elevado, y oscila en
torno al 30%. Cobacho y Pons (2006) comentan que para estudiar y solucionar este problema, habría
que articular una doble estrategia:
“El sistema educativo reglado debe repensar su realidad e incorporar cuantas medidas de
flexibilización y adaptación considere necesarias para reducir los índices de fracaso escolar.
Hemos de ser conscientes de que, si estas medidas fueran eficaces, seríamos capaces de
reducir significativamente el porcentaje de alumnos que fracasan.
Todos los agentes socioeducativos con responsabilidad en el entorno deben articular los
instrumentos que garanticen la adecuada transición a la vida activa de los jóvenes que no
logren el título, una vez introducidas todas las medidas de adaptación posibles” (Cobacho y
Pons 2006, p.242).
En definitiva, se puede apuntar que “la crisis económica ha desarrollado escenarios
socioeconómicos poco favorables que han ralentizado el proceso de emancipación de los jóvenes y
amenazan con alcanzar peores cifras en términos de pobreza. Los jóvenes tienen ahora que hacer
frente a mayores dificultades para hacerse responsables de un hogar propio”. (Instituto Max Weber,
2013, p.68). En este contexto, educar para el tránsito a la vida adulta se convierte en una pieza clave
de la intervención socioeducativa para asegurar la sostenibilidad –social y personal- de las
generaciones más jóvenes.
Este escenario negativo se agudiza en el caso de aquellos adolescentes y jóvenes en dificultad
social constituyéndose, como señalábamos en el resumen, en una de las situaciones de exclusión
social a las que debe atender la Pedagogía Social en el marco actual de Crisis Social y de Estado de
Bienestar. Nos referimos a adolescentes y jóvenes con escasos recursos para desarrollar una vida
adulta independiente, con “problemáticas sociales heredadas”, procedentes del Sistema de
Protección a la Infancia, a los que no les resulta desconocido el mundo de la marginación y también
adolescentes y jóvenes que fueron menores extranjeros no acompañados (Melendro, 2007). Y, sin
lugar a dudas, a la ausencia de una titulación básica como el Graduado Escolar o el Graduado en
ESO, pues “la educación constituye una vía prioritaria de integración y de bienestar, y su ausencia es
un indicador claro de vulnerabilidad social y personal” (Moreno Minguez. 2012, p.82); ésta titulación
obligatoria actualmente es pieza clave para lograr el acceso al empleo, el cual, a su vez, es el
indicador de tránsito a la vida adulta más determinante pues posibilita que tengan lugar tanto la
emancipación del núcleo familiar de referencia como la formación de un núcleo familiar propio
(Rodríguez y Del Pozo, 2013).
La transición desde la educación al mercado laboral es un período crucial en la vida de los
jóvenes que va a condicionar sus oportunidades vitales futuras y su posicionamiento en la estructura
social y la formación de la familia (Schoon, et al. 2011; Moreno Mínguez, 2012). (Citado por INJUVE,
2013, p.62). Los profesionales y las entidades que trabajan con esta población se encuentran no sólo
con una mayor demanda de intervención y una disminución de recursos para atenderla, sino también
con problemáticas nuevas, más difíciles de resolver. Lo que supone para ellos más esfuerzo, más
formación, más creatividad e imaginación. Se trata de dar respuesta, en sentido que comentan
Cobacho y Pons (2006):
“Igual que cualquier joven puede tener bien descrito su itinerario desde el jardín de infancia
hasta su salida de la universidad, el sistema debe hacer posible que los jóvenes, que en
138
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
algún punto de su formación no progresan, tengan un itinerario alternativo que les permita
llegar a integrarse en el cuerpo social que llamamos normalizado, no como algo graciable,
sino con medidas y acciones formativas que sean parte del sistema ordinario”. (p.249).
Como señalan Melendro, González y Rodríguez (2013) en relación a estas afirmaciones, “si bien
la caracterización de la población adolescente y juvenil en riesgo de exclusión social ha sido
ampliamente investigada, no lo ha sido tanto la intervención que se realiza con ella”.
Este trabajo aporta información que consideramos relevante al respecto, desde los
planteamientos de la investigación-acción y con la finalidad de que sea de utilidad para una buena
práctica profesional, reproducible y útil para mejorar la situación de los adolescentes en riesgo. Ello
conlleva un compromiso y una respuesta profesional que puede y debe ser una importante
contribución a la cohesión social de toda la ciudadanía.
2. Objetivo
Esta comunicación tiene como principal objetivo describir las valoraciones que los adolescentes
en riesgo de exclusión social hacen de la intervención socioeducativa y del perfil de educador social
que para ellos sería más deseable.
3. Método
La información que se presenta en esta comunicación es resultado de una investigación que
integra un estudio cuantitativo con otro cualitativo. Por un lado, el estudio cuantitativo puede
considerarse no experimental cuyo diseño es de tipo ex post facto. Los datos se recogieron a partir de
la selección de una muestra de sujetos en la que las variables independientes ya habían acontecido.
Asimismo, la tipología de los datos recogidos mediante un cuestionario fue de dos tipos, en primer
lugar hubo preguntas cerradas que se respondían tomando como referencia una escala valorativa. En
segundo lugar, hubo preguntas abiertas cuyas respuestas fueron categorizadas y codificadas
siguiendo los pasos establecidos para el análisis de contenidos de Pérez Juste (2006). Estas
categorías fueron contrastadas junto con otras variables dentro del análisis de datos estadístico.
Por otro lado, el estudio cualitativo tiene en consideración los presupuestos de la Teoría
Fundamentada (Grounded theory), desarrollada originalmente por Glaser y Strauss (1967). Para ello,
se realizaron entrevistas semi-estructuradas y grupos de discusión que fueron grabados, codificados,
analizados e interpretados de un modo sistemático y riguroso por varios miembros del grupo de
investigación a través del programa informático Atlas Ti (versión 6.2).
3.1 Participantes
La realización del estudio se llevó a cabo durante los años 2011 a 2013 en Madrid, Galicia y
Cataluña (España). Se siguió un muestreo no probabilístico en el que se seleccionó una muestra de
adolescentes en dificultad social que participaban en programas de intervención con menores en
riesgo desarrollados por diversas entidades sociales colaboradoras (Opción 3, Igaxés 3, Fundació
Pare Manel, entre otras). La selección de participantes atendió a criterios de disponibilidad, así como
de participación activa en los programas y representatividad.
La muestra presenta una serie de características sociodemográficas que se describen a
continuación. Sobre un total de 149 participantes, 82 fueron varones (55 %) y 67 mujeres (44 %).
Igualmente, la presencia mayoritaria de participantes se encuentra en Madrid dado que aporta 109
sujetos (73,2%) a la muestra total del estudio. Después Cataluña y Galicia aportan, respectivamente,
23 (15,4%) y 17 (11,4%) participantes a la investigación. La menor participación en Cataluña y Galicia
se debe a las características específicas de las entidades y de la población en riesgo con la que
trabajan. Como se puede apreciar, una de las grandes dificultades de este estudio fue precisamente
el acceso a la muestra. Asimismo, la muestra de participantes debía tener una edad comprendida,
preferentemente, entre los 12 y los 16 años. De tal modo, la media de edad de los participantes fue
de 14,78 años. Atendiendo a una distribución por grupos de edad en el que el corte se encuentra en
los 15 años, nos encontramos que un total de 52 jóvenes (36,1%) tiene menos de esta edad. Mientras
que 92 jóvenes (63,9%) tienen una edad superior a 15 años.
Estos datos se ven refrendados al analizar las edades de los participantes en las diferentes
comunidades. Únicamente, en el caso de Cataluña hay una mayoría de jóvenes participantes
menores de 15 años (15 frente a 7 que tienen una edad superior). Mientras que ocurre a la inversa
tanto en Madrid (74 sujetos frente a 31 que tienen una edad inferior a 15 años) como en Galicia (11
139
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
sujetos frente a 6 que tienen una edad inferior a 15 años). También se consideró el tiempo de
participación en programas de intervención como criterio para formar parte del estudio. De tal modo,
se estableció como límite inferior un periodo mínimo de seis meses de participación en dichos
programas. Sobre la base de esta premisa, el tiempo medio de participación en programas entre los
jóvenes de Cataluña fue de 7,8 años, mientras que en Galicia fue de 1,7 y en Madrid de 1,3. De
nuevo las diferencias pueden explicarse por las características diferenciales de las entidades y su
implantación en este tipo de colectivos. Algo ya previsto, que aunque dificulta algunos aspectos de la
investigación, aportó una diversidad muy enriquecedora a la hora de abordar los principales objetivos
de ésta.
En otro sentido, otro aspecto que describe la muestra es el país de nacimiento. Al respecto, la
mayoría de los participantes del total de la muestra son nacidos en España (80; 55,2%); le siguen
aquellos nacidos en países latinos (55, 37,9%), después europeos del este (6; 4,1%), marroquíes (3;
2,1%) y otros (1; 0,7%). Asimismo, un dato esclarecedor que permite caracterizar mejor a la muestra
es que el 75% de los participantes (111 sujetos) ha repetido algún curso durante su periodo de
escolarización. A su vez, un 30,41% (45 sujetos) afirma que ha repetido en dos o más ocasiones.
Finalmente, para la realización de las entrevistas y los grupos de discusión se tomó una muestra de
38 profesionales y 19 jóvenes de las tres comunidades participantes.
3.2 Instrumento
Se utilizó un cuestionario semi-estructurado elaborado ad hoc. Este cuestionario incluía nueve
elementos que recogían información sobre variables sociodemográficas. Cuatro preguntas abiertas y
trece afirmaciones sobre las que los jóvenes tenían expresar su grado de acuerdo siguiendo una
escala valorativa de 1 a 10 (siendo 1 Nada de acuerdo y 10 totalmente de acuerdo). Para asegurar la
validez de contenido del instrumento, el equipo de investigación tuvo en consideración la valoración
de la pertinencia y claridad de las preguntas por parte de los responsables de las diferentes entidades
colaboradoras.
3.3 Procedimiento
Los jóvenes objeto de estudio fueron informados convenientemente de los propósitos de la
investigación y la participación en la misma fue totalmente voluntaria. Asimismo, la aplicación de las
pruebas se llevó a cabo en los centros pertenecientes a las entidades colaboradoras.
3.4 Análisis de datos
Una vez que los datos fueron recogidos, se construyó una base de datos y se procedió a la
realización de los análisis estadísticos pertinentes mediante el programa informático SPSS 19.0. La
información cualitativa recopilada se analizó con el programa Atlas.ti (v.6.2).
4. Resultados
Como consecuencia de la aplicación de los cuestionarios, se encontraron numerosos hallazgos
que permitían describir con mayor precisión la situación y necesidades que presenta este colectivo,
así como las características de la intervención socioeducativa desarrollada. Para esta comunicación
hemos seleccionado los resultados de varias preguntas que son fundamentales como elemento de
contraste para el resto de elementos de la investigación, ya que aportan información sobre la
valoración global que los y las adolescentes hacen de los programas de intervención en que se
encuentran y de las características que, para ellos y ellas, ha de tener un buen educador/a. Se trata
de tres preguntas, dos de ellas de respuesta cerrada y una de respuesta abierta.
Las dos preguntas de respuesta cerrada que tienen relación directa con la intervención que se
realiza con ellos en las entidades hacen referencia, por una parte, a la percepción de los/las
adolescentes sobre la utilidad y pertinencia de los aprendizajes adquiridos y, por otra, a su valoración
global del nivel de competencia de los educadores/as que trabajan con ellos/ellas. Las preguntas son
las siguientes:
En relación con el programa…aprendo cosas útiles y necesarias.
En relación con el programa…los educadores saben lo que hacen.
Complementa a estas dos preguntas la pregunta de respuesta abierta, que guarda relación
directa con lo que los jóvenes perciben sobre el perfil del buen educador social: “¿Lo que más valoro
de un educador es…?”.
140
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Valores Desviación
N Media Moda Mínimo Máximo
perdidos típica
Sobre la primera de las preguntas cerradas, (véase Tabla 1), “En relación con el
programa…aprendo cosas útiles y necesarias”, la valoración media de los participantes fue de 8,31
sobre 10 puntos posibles. Este es un resultado muy elevado, que se aproxima a lo que podemos
entender por un “notable alto” y que muestra la excelente valoración que los/las adolescentes realizan
de los aprendizajes adquiridos a través de la intervención socioeducativa. El valor más repetido por
los jóvenes en estas valoraciones fue 10 y la desviación típica de 1,995, lo que refuerza el argumento
anterior, a la vez que, con una desviación típica poco elevada, muestra el grado de acuerdo en sus
respuestas.
En cuanto a la segunda de las preguntas cerradas, (véase Tabla 2), “En relación con el
programa…los educadores saben lo que hacen”, los jóvenes mostraron un grado de acuerdo medio
de 8,82 sobre 10 puntos, podemos apreciar como la valoración de la competencia de los educadores
y educadoras, tal y como lo perciben los/las adolescentes, es muy próxima al “sobresaliente”. Del
mismo modo que en la pregunta anterior, el valor más repetido fue 10 y la desviación típica de 1,747,
lo que redunda en el análisis efectuado en el ítem anterior sobre estos aspectos.
Por otro lado, los jóvenes respondieron a la pregunta abierta “¿Lo que más valoro de un
educador es…?”. En ella, podían indicar hasta tres aspectos según el orden de prioridad. Los
resultados fueron analizados atendiendo a diez categorías, a saber: 1) simpatía; 2) ser buen
profesional; 3) entusiasmo, esfuerzo y consistencia; 4) apoyo que facilita; 5) buen trato y empatía; 6)
buena presencia física; 7) da poco trabajo; 8) paciencia; 9) todo; 10) nada.Las afirmaciones más
repetidas tienen que ver con “buen trato y empatía” (50%), seguidas de “apoyo” (25,4%) y “simpatía”
(9,8%). Parece que las cualidades personales de las y los educadores son especialmente valoradas,
junto a su capacidad para facilitar apoyo.
Tabla 2. Frecuencias y porcentajes de todos aquellos aspectos indicados en general para “lo que más valoro de un
educador”.
Frecuencia Porcentaje
Simpatía 26 9,8
Profesionalidad 14 5,3
Referentes educativos 19 7,2
Apoyo que facilita 67 25,4
Buen trato y empatía 132 50
Poco exigentes 1 ,4
Presencia física 2 ,8
Todo 1 ,4
Nada 2 ,8
Total 264 100
Los encuestados expresaron un total de 264 afirmaciones. De las cuáles, 22 (8,3%) son de
Cataluña, 26 (9,8%) de Galicia y 216 (81,8%) de Madrid (véase Tabla 3). Si atendemos a los
resultados por Comunidades, encontramos que las más frecuente en las tres comunidades son de
nuevo el buen trato y la empatía, junto al apoyo que ofrecen los educadores/as.
Respecto al buen trato y empatía, es Cataluña la comunidad en la que porcentualmente los/las
adolescentes ofrecen una mayor valoración (72,7% de las respuestas en esta Comunidad), seguida
de Galicia (57,7%) y de Madrid (46,8%). Este ítem contenía los siguientes descriptores: el respeto (“el
141
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
respeto que nos tienen”), la amabilidad, la confianza (“me transmite confianza”), la comprensión (“su
capacidad para intentar comprendernos”), un trato justo (“que no tenga favoritismos”), la bondad (“que
es buena persona”, “buena gente”), la paciencia (“que no se cabree con nosotros por hacer ruido”,
“que nos aguanten”), que fomente la participación (“te escucha las propuestas o lo que piensas” ), la
empatía (“que me entienda y se ponga en mi piel también”).
Tabla3. Afirmaciones sobre lo que más valoran de los/as educadores/as por comunidad
Comunidad
Cataluña Galicia Madrid Total
Fc % Fc % Fc %
Simpatía 0 0,0 2 7,7 24 11,1 26
Profesionalidad 3 13,6 4 15,4 7 3,2 14
Referentes educativos 0 0,0 0 0,0 19 8,8 19
Apoyo que facilita 3 13,6 0 0,0 64 29,6 67
Buen trato y empatía 16 72,7 15 57,7 101 46,8 125
Poco exigentes 0 0,0 0 0,0 1 0,5 1
Presencia física 0 0,0 2 7,7 0 0,0 2
Todo 0 0,0 1 3,8 0 0,0 1
Nada 0 0,0 2 7,7 0 0,0 2
Total 22 100,0 26 100,0 216 100,0 264
En cuanto al “apoyo que facilitan” los educadores/as, el porcentaje de respuestas más elevadas
sobre el total de la propia Comunidad lo ofrece Madrid (29,6%), seguido de Cataluña (13,6%) y con la
ausencia de respuestas en este ítem en Galicia. Este ítem contenía los siguientes descriptores:
profesionales como referentes estables, personas a las que acudir en cualquier momento, con la
seguridad de que siempre van a ayudar, pero también personas que confían en ellos. Es la ayuda la
respuesta más repetida: “Que te ayude”, “que me valore”, “que te apoyan más que las otras
personas” “que siempre o casi siempre van a estar ahí para ayudarte en cualquiera cosa”, “que están
siempre pendientes de mí”, “su preocupación”, “que están pendientes de ti”.
5. Conclusiones
Como conclusión, podemos apreciar que la valoración de las dos preguntas cerradas es muy
elevada, con puntuaciones que se aproximan a la valoración más alta (8,31 y 8,82 sobre 10), o que
muestra un alto grado de satisfacción de los/las adolescentes con la intervención socioeducativa que
se les proporciona, y de forma destacada con los educadores/as que trabajan con ellos y con la
utilidad de los aprendizajes realizados. Esta ha sido una base muy importante para poder avanzar en
uno de los objetivos básicos de la investigación, el de aportar información relevante sobre estrategias
eficaces y contrastadas en este ámbito de intervención, favoreciendo su incorporación al trabajo
cotidiano de los equipos socioeducativos. La validación que los propios adolescentes realizan del
trabajo realizado con ellos ha sido de gran utilidad para profundizar en esas estrategias, con la
confianza de que su impacto en la población atendida es muy elevado.
En este mismo sentido, la pregunta abierta sobre lo que los/las adolescentes valoran más de sus
educadores/as enriquece esas valoraciones globales y aporta información más detallada y relevante
sobre algunas características esenciales para la eficacia de la intervención socioeducativa, como son
el buen trato y la empatía, junto a los apoyos facilitados.
Respecto a ambas cuestiones, podemos apreciar la importante relación que se establece desde
los estudios centrados en la resiliencia. Barudy y Dantagnan (2005) analizan el ecosistema social de
los buenos tratos infantiles, como aquél en el que existe una buena interacción entre los diversos
sistemas que nutren, protegen, socializan y educan a los niños/as y adolescentes. Destacan los
autores el papel de los sistemas más cercanos y significativos e insisten en la importancia de la
presencia de personas adultas significativas en el exosistema que puedan influir positivamente en el
desarrollo de los niños y las niñas. Estas personas, para Cyrulnik (2002) constituyen verdaderas
“tutoras de resiliencia”, “por la calidad del apoyo afectivo e instrumental que aportan a los niños:
142
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
compensan las carencias de cuidados paternos y permiten paliar el sufrimiento”, añaden Barudy y
Dantagnan, (2005, p.46).
Las recientes investigaciones de autores como Du Bois-Reymond y López Blasco (2004), Bendit
y Stokes (2004), Machado País y Pohl (2004) o Cachón (2004) vienen a señalar cómo los
adolescentes y jóvenes actuales se encuentran en un momento especialmente vulnerable de su
trayectoria vital y necesitados de apoyos externos importantes para poder realizar la transición,
temprana y obligada, de la vida adolescente a la vida adulta con ciertas garantías de éxito.
Otras investigaciones insisten en este aspecto, en relación a adolescentes y jóvenes en dificultad
social. Así, Yergeau, Pauzé y Toupin (2007) avanzan en sus investigaciones qué tipo de apoyo es el
que los educadores/as deben facilitar a los adolescentes en riesgo, recomendando que los programas
de intervención incorporen apoyos emocionales antes y durante la transición a la vida adulta, apoyo
para el establecimiento de relaciones socio-afectivas positivas más allá del entorno familiar, así como
intervenciones complementarias centradas en la reducción del consumo de sustancias tóxicas y del
estrés ligado a la autonomía precoz a la que se ven forzados. Por su parte, García Barriocanal, Imaña
y De la Herrán (2007), en una investigación sobre jóvenes extutelados y su relación con el sistema de
protección, incluyen entre las “buenas prácticas” a desarrollar en los dispositivos de atención y
protección la disponibilidad y el apoyo a los jóvenes y adolescentes por parte de sus educadores.
El reconocimiento y la buena valoración por parte de los y las adolescentes de que reciben esos
apoyos nos hace pensar que sus educadores/as han transitado por las diferentes etapas de un
proceso que implica en primer lugar el conocimiento y reconocimiento de sus necesidades, y después
la puesta en práctica de las habilidades necesarias para satisfacerlas de forma adecuada. Esto
supone un nivel competencial importante, entre otras de competencias específicas del educador
social que interviene con adolescentes y jóvenes en dificultad social, como “analizar la realidad desde
una comprensión sistémica” o “formular juicios a partir de una información que puede ser incompleta
para fundamentar el desarrollo de intervenciones socioeducativas”, entre otras (Bautista-Cerro y
Melendro, 2011).
Estos elementos, el buen trato, la empatía y facilitar los apoyos pertinentes en cada situación,
habrán de tenerse muy en cuenta tanto en la evaluación de las intervenciones realizadas como en el
diseño de la formación de los profesionales que trabajan con adolescentes en riesgo de exclusión.
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69.
144
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: educación social, servicios sociales, crisis del bienestar, exclusión social.
1. Introducción
Hablar de educación y bienestar social en época de crisis no resulta una empresa fácil,
especialmente en un momento histórico en el que las consecuencias de las desafortunadas políticas
socioeconómicas desarrolladas a nivel internacional y estatal han ido minimizando las posibilidades
de consolidación y perfeccionamiento de los servicios sociales, como uno de los pilares básicos de
los Estados de Bienestar. Entre otras razones cabe destacar que “los discursos de los grandes
líderes políticos de ámbito nacional no suelen incorporar referencias al sistema de servicios sociales”
(Santos Martí, 2012), quizás debido al escaso rédito electoral que les otorgan los resultados a medios
y largos plazos, aun a pesar de que las situaciones de vulnerabilidad y exclusión social en las que se
encuentran muchos ciudadanos y ciudadanas evidencian las lamentables consecuencias del modelo
neoliberal predominante.
Es más, muchas de las experiencias e iniciativas que se han ido proponiendo en los últimos
tiempos -bancos de alimentos, campañas de frío cero, etc.- nos retrotraen a los tiempos de la
beneficencia, en los que el protagonismo de la educación era reemplazado por el de la asistencia, al
orientar la responsabilidad del Estado a la atención de las necesidades más perentorias de la
ciudadanía. En este sentido, conviene recordar algunos de los acontecimientos que se sucedieron en
el tránsito de la beneficencia al bienestar.
La beneficencia, entendida etimológicamente como “hacer el bien”, se caracteriza
fundamentalmente por su carácter graciable, de modo que la atención a las necesidades no es
entendida como un derecho de las personas. Ésta tiene su origen en el siglo XVI, siendo decisiva la
aportación de Juan Luis Vives con su obra “De subventione pauperum”, y fue adquiriendo mayor
protagonismo a lo largo del siglo XIX. Asimismo, cabe destacar que el concepto de caridad vinculado
a la acción de la Iglesia y las órdenes religiosas tuvo formas más o menos organizadas,
predominando las acciones individuales -principalmente a través de la limosna- entendidas como
ayudas al prójimo que contribuyen a asegurar la salvación de quienes las realizan. Pero entre los
servicios sociales y la caridad pueden establecerse algunas diferencias que se reafirmarán en la
segunda mitad del siglo XX cuando se institucionalice el Estado del Bienestar (Vilà, 2003), al
reconocer la responsabilidad estatal en la garantía de un nivel de vida digno para toda la ciudadanía.
Desde esta óptica, la atención a la cobertura de las necesidades básicas de las ciudadanas y
ciudadanos, a través de los servicios públicos (educación, sanidad, servicios sociales, etc.), se
concibe como un derecho social irrenunciable. En consecuencia, los servicios sociales del siglo XXI
no pueden acomodarse a la dación de recursos y prestaciones bajo un prisma de conmiseración de la
desgracia ajena, -servicios sociales para pobres- máxime cuando han sido definidos como
instrumentos “de materialización efectiva de bienestar social, de prevención de la discriminación y de
1
la exclusión, y medio de realización de los derechos básicos de la ciudadanía” .
La orientación emancipadora de esta definición implica, ineludiblemente, una perspectiva
educativa de actuación en los servicios sociales que tomando como referencia la Pedagogía-
Educación Social, posibilite el mejor desarrollo de las personas y las comunidades ampliando sus
expectativas formativas, laborales, de ocio y de participación social. Porque el proceso de
1
Ley 13/2008, de 3 de diciembre de Servicios Sociales de Galicia. Accesible en
http://noticias.juridicas.com/base_datos/CCAA/ga-l13-2008.html
145
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
incrementar cotas de libertad y autonomía, como requerimiento básico para el ejercicio de los
deberes y derechos de una ciudadanía plena, se apoya en la naturaleza permanente de los procesos
educativos y en la posibilidad ilimitada de la capacidad humana para superarse, siempre que en un
proceso intencional, se den las condiciones adecuadas. En otras palabras, un enfoque pedagógico de
los servicios sociales nos lleva a “no poder conformarnos con un modelo benéfico de los mismos o
con un modelo asistencial, ni siquiera con un modelo de recursos (…). Nosotros, con el soporte de la
Pedagogía, propugnamos un modelo de Servicio Social que implique un cambio de la realidad, esa
realidad que por sus propios desajustes crea, con carácter de necesidad, los Servicios Sociales”
(Petrus, 1988, p.150).
En el momento actual de repliegue de los sistemas públicos de bienestar donde las prácticas
educativas corren el riesgo de desprofesionalizarse y de ser sustituidas por la mera ejecución de
políticas compensatorias, el reconocimiento del valor añadido que la Educación Social aporta en el
quehacer de tales servicios resulta inaplazable.
146
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
147
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
148
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
en vez de la acción socioeducativa “con” las personas, a su lado, desde su percepción, con sus
potencialidades y dificultades.
“Una Administración, una competencia” supone un importante cambio en la configuración del
sistema público de servicios sociales, minusvalorando las potencialidades que ofrecen los municipios
en la prestación de tales servicios, al aproximarlos a la ciudadanía y reducir las desigualdades en su
acceso. Si bien la clarificación de competencias resulta indispensable para garantizar la calidad y
evitar solapamientos, reducir la de los municipios en materia de servicios sociales a la “evaluación e
información, de situaciones de necesidad social, y la atención inmediata a personas en situación o
riesgo de exclusión social” (modificación artículo 25.e) resulta cuanto menos un serio “ataque” al
sistema. Se desprecia el valor de la proximidad que representa el municipalismo, señalan García
Herrero et al. (2013b). Entendemos que si los servicios sociales tienen como objeto prioritario de
trabajo las necesidades y derechos de la ciudadanía, es obvio que la proximidad y cercanía son
condiciones sine qua non para su detección, conocimiento, valoración e intervención en función de
particularidades, y de manera destacada para la actuación preventiva. Justamente la proximidad
como seña de identidad de los servicios sociales fuera de la cual, se vuelven ineficaces e ineficientes
al administrarse de forma estandarizada, mecánica, burocratizada; es decir, asistencialista (íbid: 4).
La usurpación de competencias a la administración local priva de la visión comunitaria social y
política, auspiciándose el aislamiento y el individualismo. Pero además el traslado de obligaciones a
la administración autonómica será para éstas una manzana envenenada, en momentos de enormes
dificultades económicas para hacer frente a la que hasta ahora venían siendo sus obligaciones en
servicios sociales. El cierre de una buena parte de las prestaciones y la muy probable privatización de
otras, serán muy probablemente el corolario de lo que se podría calificar de descalabro
minuciosamente previsto.
Otro de los efectos perversos de la propuesta de reforma de la Ley 7/1985 Reguladora de Bases
de Régimen Local, es el impulso definitivo al proceso de abandono del medio rural. Este presenta ya
importantes retos e insuficiencias en el acceso y prestación de servicios de calidad que se verán
exacerbados tras la Reforma, debido a la alta dispersión poblacional, a la falta de infraestructuras y a
la escasa dotación presupuestaria que garantice un amplio acceso a los recursos y servicios
municipales. Según Cabero (2010), otras dificultades que presentan los servicios sociales en
contextos rurales -que se añaden a la habitual precariedad de los equipamientos- son los déficits en
el acceso a la información sobre servicios, ayudas o subvenciones a los que tiene derecho la
población, así como la ausencia de una masa crítica que ejerza presión sobre las instituciones para
lograr un mayor bienestar de la ciudadanía y poner en contacto las necesidades rurales con los
servicios de las administraciones. Con la propuesta que el gobierno realiza, este se verá desposeído
de los servicios imprescindibles que permiten mantener la vinculación con el territorio: escuelas,
atención a la primera infancia, a las personas mayores y/o discapacitadas… la referencia será la
ciudad que, por otra parte, verá sobresaturada la demanda en sus infraestructuras. La desaparición
de miles de puestos de trabajo en los ayuntamientos será otra de las consecuencias de la aplicación
de la reforma. Muchos de los perfiles profesionales del trabajo social desaparecerán (figura 1),
obviando la enorme labor de potenciación y crecimiento personal, grupal y de manera destacada
comunitario que han venido desarrollando. Alertan García Herreo et al. (2013b, p.11) de las
consecuencias que generará esta decisión en términos de cohesión social, de marginación, de
sufrimiento y carencias especialmente de las y los más débiles.
Figura 1. Impacto de la reforma en los Servicios Sociales
149
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Tomando como referencia los datos de la evaluación del Plan Concertado de prestaciones
básicas de Servicios Sociales 2011 (en los que no están incluídas las prestaciones de Navarra y País
Vasco), la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales estima que el proyecto
de ley aprobado el pasado 26 de julio de 2013 puede suponer un recorte de 1.800 millones de €/año
(1.000 en los planes de asistencia municipal y 800 que representa el coste de las residencias de
ámbito local). Este recorte pondría en peligro:
Alrededor de 70.000 puestos de trabajo en el ámbito social (trabajadores/as sociales,
educadores/as sociales, psicólogos/as, auxiliares…)
Las prestaciones que 2.600.000 ciudadanas y ciudadanos reciben desde sus ayuntamientos.
Entre ellas las dos más afectadas atendiendo al volumen de población receptora son: servicio
de ayuda a domicilio que atiende a 650.000 personas aproximadamente y el servicio de
apoyo a la familia (yacimiento de empleo prioritario para las educadoras y educadores
sociales) que cuenta con un total aproximado de 520.000 participantes. Pero también los
servicios de prevención e inserción social (centros de día, viviendas tuteladas, comedores de
mayores, atención a inmigrantes, promoción de mujer….) que desarrollan su labor con cerca
de 1.500.000 personas pasarían a depender de las comunidades autónomas y las decisiones
que tomen al respecto.
30.000 plazas en residencias de mayores de titularidad local y alrededor de 3000 más en
viviendas tuteladas.
4. Conclusiones
La situación de crisis no debería ser en ningún caso empleada como argumento político para
justificar actuaciones que desatienden o eliminan derechos tan costosamente conquistados por la
ciudadanía; antes bien, estas deberían refrendarse e incrementarse. Pero el continuo proceso de
creciente vulnerabilidad social al que asistimos, se acompaña del debilitamiento de los pilares básicos
del Estado de Bienestar -Sanidad, Educación, Pensiones y Servicios Sociales-, acrecentando las
cuotas de desigualdad y dejando en una situación de indefensión a sectores cada vez mayores de
población.
El Proyecto de Ley obvia la realidad consolidada en las 17 leyes de Servicios Sociales
autonómicas que se han venido construyendo a lo largo de la renovación democrática con gran
esfuerzo de consenso por los agentes implicados. Leyes que coinciden en respaldar los niveles de
organización hasta ahora desarrollados, con la atención primaria a pié de ciudadanía orientada por
principios rectores que serán absolutamente ninguneados en el nuevo panorama. Entre ellos, en
términos relevantes para la Educación Social, los de autonomía -emancipación como razón de ser de
la educación-, normalización -proceso educativo de construcción y vivencia de las diferencias-,
prevención -anticipación a la indenfensión, vulnerabilidad o disminución de las posibilidades de
crecimiento personal, grupal y comunitario-; acción personalizada -que dota de sentido y significado al
proceso-; participación -acción protagonista en los proyectos personales y colectivos-…
En definitiva principios socioeducativos intrínsecamente vinculados al modelo comunitario,
esencia de la Educación Social, que se sustenta en la potenciación de los recursos del territorio y de
las capacidades de las personas que allí viven, y que difícilmente podrá desarrollarse fuera del ámbito
municipal y de las relaciones de proximidad con la ciudadanía. Si la toma de decisiones para la
actuación en Servicios Sociales se realizase exclusivamente en los alejados despachos de las
administraciones provinciales –diputaciones- o autonómicas, nos preguntamos dónde quedarían las
características definitorias de este modelo: conocimiento exhaustivo de las necesidades y/o derechos
sociales insatisfechos de la ciudadanía; atención a las dinámicas de convivencia; estudio y
prevención de conflictos; concepción ecológica de los procesos sociales y abordaje en red de su
complejidad; fortalecimiento de la cohesión social e identidades colectivas; democratización y
humanización de las instituciones…
Cabe destacar que la Administración Local ha de actuar como garante de los derechos sociales
de las personas a través de los profesionales de los servicios sociales en general, y de los
educadores y educadoras sociales en particular. Esta garantía del derecho a la dignidad y calidad de
vida se fundamenta en el inicio, desarrollo y consolidación de procesos educativos orientados al
“empoderamiento” de los individuos y colectivos, a fin de que puedan tomar las riendas de sus
propias vidas y hacer frente a los procesos dinámicos, cambiantes, multidimensionales y de gran
complejidad que caracterizan a nuestra sociedad actual (Varela, 2010). Sin embargo, ante el
panorama dibujado cabe destacar, por una parte, que los servicios sociales corren el riesgo de verse
150
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias bibliográficas
Amnistía Internacional (2013). El laberinto de la exclusión sanitaria. Madrid: Sección Española de
Amnistía Internacional.
Cabero, V. (2010). Pobreza y exclusión social en el ámbito rural. En Cuaderno Europeo 8. Debates
fundamentales en el marco de la inclusión social en España (pp. 29-44). Madrid: Fundación
Luis Vives. Recuperado el 22 de julio de 2013, Extraído de:
http://www.fundacionluisvives.org/upload/74/30/Cuaderno_Europeo_8.pdf
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Observatorio de la realidad social. Extraído de:
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Consejo General de Colegios Oficiales de Educadoras y Educadores Sociales (2013).
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sostenibilidad de la administración local en referencia a los servicios sociales. Extraído de:
http://ceesg.org/users/ceesg/obxetos/posicionamiento-cgceesreformalbrlmayo2013.pdf
Cruz, L.; Morán, M. C. y Varela, L. (2009). A Lei 13/2008 de servizos sociais de Galicia: novas
posibilidades para o traballo coordinado e en rede?. En X. Úcar y A. Llena (Eds.). Serveis
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[Editada en CD-ROM].
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García Herrero, G. et al. (2013a). Índice de desarrollo de los servicios sociales de 2013. Extraído
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González-Bueno, G., Bello, A. y Arias, M. (2013). La infancia en España 2012-2013: El impacto de la
crisis en la infancia. Madrid: UNICEF Comité Español.
151
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
152
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Orte Socias, C.
Universitat de les Illes Balears
ortesocias@gmail.com
Ballester, L.
Universitat de les Illes Balears
lluis.ballester@uib.es
Pascual, B.
Universitat de les Illes Balears
belen.pascual@uib.es
March Cerdá, M.
Universitat de les Illes Balears
marti.march@uib.es
Amer, J.
Universitat de les Illes Balears
joan.amer@uib.es
Gomila, M.A.
Universitat de les Illes Balears
ma.gomila@uib.es
1. Introducción
La procedencia social también influye sobre el tipo de relación con la escuela (Torrubia, 2009;
Rist, 1991, citados en Collet y Tort, 2012). Mientras que para unos niños la escuela y la familia forman
parte de una continuidad (en el lenguaje, en las formas, en los tipos de autoridad…), para otros,
familia y escuela son dos escenarios totalmente opuestos donde hay que llevar estrategias bien
diferentes si se quiere desenvolverse con éxito en ambos (Collet y Tort, 2012).
De acuerdo con esa influencia, el rol educador de la familia alcanza múltiples ámbitos y se define
tanto por la transmisión de actitudes y prácticas en el hogar como por las actitudes y relaciones
institucionales e informales que éstos establecen con la escuela y otros ámbitos de educación no
formal de sus hijos. Las investigaciones de Deslandes (2010) muestran que el desarrollo social y
educativo de los niños se ve beneficiado por las prácticas familiares, el tipo de relaciones que
mantienen los padres con los propios hijos, la relación con la escuela (con los docentes) y el nivel de
implicación de éstos en el proceso educativo de los hijos. Un correcto y continuo seguimiento de las
tareas y ayuda en los deberes escolares de los hijos, un buen control y supervisión de las compañías
de los hijos adolescentes, una buena comunicación entre padres e hijos, hacer partícipes a los hijos
en las tomas de decisión de la familia y proporcionar un apoyo afectivo adecuado, revierte en una
mayor continuación de los estudios postobligatorios, mayor desarrollo de estrategias de control de las
emociones, mejor autogestión del tiempo, mayor capacidad de concentración, mayor confianza en sí
mismo y en sus propias capacidades (Deslandes, 2010).
2. Familia, escuela y comunidad: una relación imprescindible
La implicación de los padres en la escuela y en la educación de los hijos tiene muchas
dimensiones que se manifiestan a través de las múltiples formas de entender la relación entre la
familia con la escuela y la diversidad de prácticas que genera (Monceau, 2012). La falta de
implicación que apuntan muchos docentes no se puede relacionar con desinterés por la educación de
los hijos. La realidad muestra que existen muchas y complejas dificultades para hacer efectiva la
participación de las familias en la escuela (Feito 2012; Fernández Enguita, 1993; Garreta, 2008). Los
elementos que configuran la relación son también múltiples: históricos, sociales, culturales,
psicológicos… Sin embargo, los términos con los que el discurso de la participación (Feito, 2012)
reclama esta participación (cooperación, compromiso, participación, etc.) se definen de forma
diferente y tienen connotaciones distintas en los profesionales de la educación que en las familias.
Con frecuencia, estas diferentes formas de entender los términos de esta relación da lugar a
153
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
equívocos que enturbian las relaciones entre ambos agentes, o cuando menos, que no responden a
las expectativas del otro (Monceau, 2012).
La sociedad demanda cada vez mayor responsabilidad e implicación de los padres en la tarea
educativa. Los docentes se quejan de la poca implicación de los padres y de su desinterés por la
educación y el desarrollo académico de sus hijos y exigen una mayor implicación de éstos (Feito,
2012). Distintos autores apuntan a la institución escolar como problema en la consecución de un
modelo relacional positivo entre familia, escuela y comunidad (Feito, 2012; Garreta, 2008; Adams,
2004; Fernández Enguita, 1993). La falta de formación del profesorado (Garreta, 2008) y la falta de
tiempo para dedicar al trabajo con las familias (Feito, 2012) se añaden actitudes de rechazo o
negativas hacia las familias a las que se identifica con problemas y se las considera incapaces y con
poco interés (Adams, 2004). Con ello, es difícil que los profesionales puedan ver a la familia y a la
comunidad como agentes colaboradores válidos.
Los patrones de comunicación entre la familia y la escuela siguen pues reproduciendo los
esquemas de la sociedad tradicional, basada en una relación de desigualdad (y hasta cierto punto
subordinación) en relación al conocimiento y donde los dos agentes ocupan ámbitos separados de la
educación de los niños (Pascual y Gomila, 2012). Esta relación familia-escuela se sustenta en una
concepción social dual y antagónica, donde la escuela es el ámbito profesional, que sabe atender a
los niños y la familia el ámbito privado, que proporciona soporte emocional pero no necesariamente
dota de capacidad y habilidades para ejercer una influencia positiva en los niños (Powell, 1991).
Según Dubet (2010), la escuela no consigue despegarse del todo de estos orígenes, que la
situaban precisamente en contraposición con la familia, a la vez que se va desinstitucionalizando
cada vez más y perdiendo su legitimidad como espacio educativo único. La familia actual no acepta
fácilmente una posición de subordinación frente al profesorado.
Desde los años 80, la visión de la familia como incompetente frente a la escuela evoluciona
hacia otra perspectiva que ofrece una visión de la familia como complementaria a la institución
escolar. Se trata de una perspectiva cómoda para la escuela. Según Powell (1991), el “parent
education approach” es el enfoque que ha sido más conveniente para el sistema educativo, porque
propugna una continuidad de la labor escolar en el ámbito familiar, tutelada por los profesores. El reto
que Powell (1991) planteaba para la escuela americana en los años 80 y 90, y que plantean la
mayoría de autores actualmente tanto españoles (Fernández Enguita 2007; Feito, 2012; Garreta,
2008) como americanos (Epstein, 2001, Deslandes, 2010) y europeos (Denis, 1999; Gruere y
Jeammet, 1998; Dubet y Martuccelli, 1996; Pamart, 2002) es el de avanzar a un modelo de relación
que implique trabajar con las familias, y no sólo para las familias o al margen de éstas. Se trata,
según Powell (1991), de avanzar hacia la reestructuración de un modelo de escuela capaz de
adaptarse a la diversidad social y familiar que permita establecer conexiones mutuas de soporte entre
escuela, familia y comunidad. El profesorado debe dejar pues su rol de “experto” y pasar a ser un
dinamizador, que haga partícipes a las familias en la escuela.
De acuerdo con Collet y Tort (2012), la escuela, consciente de la importancia de esta relación
con la familia, propugna un cambio en el modelo relacional que facilite una mayor colaboración y que
sea capaz de trabajar con diversidad de formas de implicación de las familias. Las estrategias que
permitirían establecer unas relaciones positivas entre escuela y familia pasan pues por transformar la
escuela tanto a nivel institucional (de la organización y dinámicas de funcionamiento de la escuela)
como a nivel individual.
Para Deslandes (2010), el docente debe saber desarrollar habilidades de comunicación; saber
compartir (trabajar en equipo); saber resolver problemas y conflictos; habilidades de transmisión de
los mensajes a los padres para que sean comprensibles para ellos; habilidades de organización;
habilidades de dinamización y saber involucrar a la comunidad y los servicios que refuerzan la tarea
educativa; una actitud de apertura… y en definitiva, capacidad para desarrollar una relación a partir
de la confianza, empatía, honestidad. Un buen clima relacional entre padres e hijos y patrones
positivos de parentalidad acaban revertiendo en la escuela a través de mayores habilidades sociales
(y por tanto, menores conductas violentas y problemáticas), mayor motivación e interés por el
aprendizaje y otras habilidades actitudinales y conductuales que necesariamente se reflejan en un
buen clima escolar y un nivel de satisfacción del profesorado más elevado (Adams, 2004).
Las propuestas de Epstein (2001) se dirigen hacia modelos/estructuras que dan cabida a
múltiples formas de relación escuela-familia, dando como resultado un proceso de evolución de la
escuela desde la “profesional learning community”, centrada en los profesionales, hacia la “school
learning community”, centrada en la comunidad educativa completa (alumnos, padres, profesionales,
154
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
155
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Profesores yotros
Padres y madres
Universidad
Adm. públ.
Edades (2)
Alumnado
Ent. priv.
La Corresponsabilidad Familiar (COFAMI) x 6-17 x x Maganto, J.M. y
El programa intenta mejorar la corresponsabilidad familiar Bartau, I. (2004).
constituyéndose en un estímulo para que las familias eduquen
en los valores de la igualdad, el respeto y la responsabilidad
compartida.
Entrenamiento familiar en habilidades educativas para la x 9-13 x x Larriba, J.; Durán,
prevención de la drogodependencia (PROTEGO) (1) A.M. y Suelves, J. M.
Centros de servicios sociales, centros educativos, centros de (2004).
salud y programas comunitarios de prevención de
drogodependencias
Familias que funcionan x x 10-14 x x Errasti,, J.M., Al-
Programa de prevención familiar del consumo de drogas. Halabi, S., Secades,
Adaptación a España del programa norteamericano R., Fernández, J.R.,
“Strengthening Families Program 10- 14”. Carballo, J.L., García,
O. (2009).
“A tiempo” programa de prevención selectiva familiar (1) x x (2) x x Regueira, A.,
Programa de prevención de drogodependencias destinado a la Cardona, J.A. (2006).
formación de familias de menores en situación de riesgo.
Programa de Apoyo a Madres y Padres de Adolescentes x x (2) x x Oliva, A.; Hidalgo,
Formación para el apoyo a las familias para la mejora de sus M.V.; Martín, D.;
competencias y responsabilidades educativas. Parra, A.; Ríos, M. y
Vallejo, R. (2007).
Programa Comunicación cooperativa entre la familia y la x x 6-15 x x Forest, C. y García
escuela (Family Matters-Universidad Cornell). El programa se Bacete, F. J. (2006).
compone por un taller de padres, un seminario de profesores y
una sesión conjunta de padres, profesores y equipo directivo.
El programa se basa en la potenciación mutua (empowerment)
y la toma de decisiones conjunta.
Comunidades de Aprendizaje x x x 0-18 x x x Flecha, R.; Padrós,
Proyecto comunitario que integra diferentes recursos M.; Puigdellívol, I.
gubernamentales, no gubernamentales y privados. (2003)
(1) Prevención selectiva
(2) Adolescencia
156
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
universidad
Ent. Priv.
Construir lo cotidiano. Un programa de educación parental 0-12 x x Torío, S. et al. (2010)
Educación para la corresponsabilidad y organización familiar (igualdad de
género).
Programa de Competencia Familiar (PCF) (2) 8-12 x x x Orte, C. et al. (2013)
Adaptación española del Strengthening Families Program (K.Kumpfer).
Crecer Felices en Familia 0-6 x x x Rodrigo, M.J. et al. (2008).
Apoyo psicoeducativo para promover el desarrollo infantil y de
competencias en la familia.
Vivir la Adolescencia en Familia 12-17 x x x Rodrigo, M.J. et al. (2010).
Apoyo psicoeducativo para promover la convivencia familiar (también en
centros de día).
Programas de Orientación Educativa Familiar (POEF) para 0-17 x García, M.A. (2012)
capacitación parental. “Creciendo en el afecto”.
Programa de Formación y Apoyo Familiar (FAF) 0-17 x x Hidalgo, M.V. et al. (2007)
Intervención psicosocial con familias que pretende
optimizar las relaciones interpersonales y la dinámica familiar cotidiana.
Programa-Guía para el desarrollo de competencias emocionales, 2-17 x x Martínez-González, R.A.
educativas y parentales (2009).
Programa de apoyo a las familias para el desempeño de la parentalidad
positiva.
Programa de Prevención Familiar en Drogodependencias 7-17 x x Carcelén, R., Senabre, I.,
Familias en situación de riesgo de consumo de drogas. Morales, J.L. y Romero, F.J.
(2010)
Preescolar Na Casa 0-6 x x Equipo de Preescolar Na
Formación de padres basada en la reflexión sobre el acontecer de la vida Casa (1996).
diaria (principalmente medio rural).
Primera Alianza 0-6 x x Pitillas, C. (2012)
Programa para la promoción de vinculaciones tempranas saludables.
Espacios familiares (2) 0-6 x x Barcelona (1989) a partir del
Conjunto de servicios dirigidos a todas las familias (principalmente proyecto “Maison Vert” de
vulnerables) fomentar vinculación y corresponsabilidad, apoderando a las F. Dolto (París, 1979)
familias y generando red social.
(1) No constan todos los organismos públicos que han financiado.
(2) Programa que complementa la formación de los padres con la formación de los hijos.
4. Conclusiones
La implicación de la familia su relación con la escuela incide directamente sobre el éxito
escolar/académico de los hijos así como en su desarrollo formativo y laboral (OCDE, 2011; Epstein,
2001, Adams, 2004).
Detectamos un mayor peso de las propuestas de educación parental y no del conjunto de la
familia, así como una presencia mayoritaria de programas de tipo universal (para toda la población)
en los programas auspiciados desde el contexto escolar y de programas de tipo selectivo (para
colectivos específicos) en aquellos impulsados desde el contexto de servicios sociales.
Los programas en el contexto escolar frecuentemente asumen que todos los participantes están
en la misma disposición y con el mismo punto de partida para implicarse y aprender de los
programas. En cuanto a los programas en el contexto de servicios sociales, aunque de entrada
presentan un modelo de intervención sistémico, en la mayoría de casos analizados se acaban
centrando más en la actuación sobre los eventuales déficits de las familias participantes. En ambos
contextos (escolar y de servicios sociales) encontramos programas que plantean un mayor nivel de
implicación de las familias, más allá de la formación en competencias. En la comparación con otros
países, como los de la esfera anglosajona, se detecta escasa presencia de programas con mayor
manualización y basados en evidencia.
Aun teniendo presentes las ventajas de la perspectiva de la educación parental y la parentalidad
positiva, aquí consideramos como más apropiado e idóneo el enfoque de la educación familiar
157
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias bibliográficas
Adams, J. (2004). From good to great: improving school, family and community partnerships. Working
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160
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Pascual, Belén
Universitat de les Illes Balear
belen.pascual@uib.es
Amer, Joan
Universitat de les Illes Balears
joan.amer@uib.es
March, Martí X.
Universitat de les Illes Balears
marti.march@uib.es
1. Introducción
1
El término abandono escolar ha ganado centralidad a partir de la inclusión en la Estrategia de
Lisboa de la Unión Europea (UE) del objetivo de aumentar los porcentajes de población juvenil que
continúan sus estudios después de la etapa obligatoria (Consejo de la UE, 2003; Roca, 2010). La
Estrategia de Lisboa planteaba el objetivo de situar el porcentaje de abandono por debajo del 10%
para 2010 (Consejo de la UE, 2003). En 2009 se prorrogaron los objetivos de la Estrategia de Lisboa
hasta el 2020 mediante la Estrategia ET2020 (Education and Training 2020) o marco estratégico para
la cooperación europea en educación y formación (Consejo de la UE, 2009).
El objetivo de la comunicación es llevar a cabo un análisis del fracaso y el abandono escolar
prematuro en Baleares, así como de las acciones orientadas a evitarlo. En primer lugar, se revisan los
conceptos de fracaso y abandono, y se describen las propuestas, recomendaciones y políticas desde
el Gobierno de España (Ministerio de Educación) y desde la Unión Europea. En segundo lugar, para
el caso de Baleares, se indaga en los datos disponibles y se revisan las principales investigaciones
que se han realizado sobre abandono en nuestra comunidad. También se repasan las principales
políticas que se han implementado o se están implementando para luchar contra el abandono, los
Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) y los programas de intervención socioeducativa
PISE-ALTER. En relación a las políticas, el análisis nos sirve para visibilizar la importancia del estudio
del despliegue de las políticas educativas en la dimensión local/autonómica y el nivel de apropiación
por parte del gobierno autonómico balear a partir de la normativa estatal.
2. Panorámica del debate sobre abandono escolar a escala Europea, Española y de Baleares
Las propuestas de la UE en relación al abandono escolar prematuro subrayan la importancia de
comprender el fenómeno del abandono como un proceso y no como un hecho o acción puntual
(NESSE, 2011). Esta visión procesual evita un análisis reduccionista del abandono en términos de
vulnerabilidad individual y permite adoptar políticas públicas que partan de definiciones ajustadas una
realidad también estructural. El marco sobre el que el Consejo de la Unión Europea define las
políticas generales para reducir el abandono escolar temprano, determina como causas principales
del mismo el origen familiar, las condiciones socioeconómicas en sentido amplio y la atracción del
mercado laboral. A su vez, apuntan que su impacto está condicionado por la estructura del sistema
de educación y formación, por las oportunidades de aprendizaje disponibles y por el entorno de
aprendizaje, por la coordinación de las políticas que abordan el bienestar de los menores, la
seguridad social, el empleo juvenil y las perspectivas futuras de carrera profesional (Consejo de la
1
Los conceptos de fracaso escolar y abandono escolar prematuro son términos ampliamente utilizados en la
investigación educativa. En España se suelen asociar, respectivamente, a no superar la etapa obligatoria y a no
superar la etapa postobligatoria (Roca, 2010; Mena et al., 2010). También se hace referencia al fracaso escolar
como “fracaso escolar administrativo” (Martínez, 2011), al entender que se trata de un concepto construido desde
la esfera de las políticas públicas y no desde una perspectiva científica.
161
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Unión Europea, 2011, p.4). El Marco Estratégico para la cooperación europea en educación y
formación (ET2020) adoptado por el Consejo de Europa en mayo de 2009 fija cuatro objetivos
estratégicos en la cooperación en educación y formación entre los países miembros (Consejo de la
UE, 2009):
Hacer realidad el aprendizaje permanente y la movilidad de los educandos.
Mejorar la calidad y la eficacia de la educación y la formación.
Promover la equidad, la cohesión social y la ciudadanía activa.
Incrementar la creatividad y la innovación, incluido el espíritu empresarial, en todos los
niveles de la educación y la formación.
Habiéndose sumado a los objetivos educativos internacionales (la introducción de las
competencias básicas en el currículo, el establecimiento de los programas de cualificación profesional
inicial o la flexibilidad de los estudios postobligatorios) en España las propuestas en los últimos años
se han orientado a combatir el abandono partiendo de dos objetivos: mejorar el rendimiento y el éxito
del alumnado en la ESO y facilitar el acceso de todos los alumnos que finalizan con dificultad la ESO
a los programas de cualificación profesional inicial y, una vez finalizados, a los ciclos formativos de
grado medio y bachillerato (Roca, 2010).
La tasa de abandono en España se mantiene desde la mitad de la década de los 90 hasta 2008
en el 30-31% (15-17% es el promedio de la Unión Europea) (Instituto de Evaluación, 2009). En el año
2010 un 28,4% de la población de 18 a 24 años no ha completado el nivel de E. Secundaria 2ª etapa
y no sigue ningún tipo de educación-formación (MEC, 2012). En Baleares, a lo largo de la primera
década de los 2000, la tasa de abandono escolar ha ocupado los lugares de cabeza en la
comparación con las otras comunidades autónomas. Sin embargo, las cifras de 2011 (30,7 Baleares/
26,5 España) comportan un descenso de Baleares a la sexta posición, lo cual puede relacionarse con
las consecuencias de la crisis económica en el mercado laboral y sus efectos en las decisiones y
2
estrategias de los alumnos en la franja de edad de 18 a 24 años . Ejemplo de ello son las tasas de
paro de los menores de 25 años: han aumentado de manera paralela a la media de las tasas
estatales y se acercan al 50% (48,79%, cuando cinco años antes, en 2007, era del 15,14%).
Como elementos de contexto del abandono en el archipiélago balear, el nivel de estudios de la
población adulta, donde Baleares presenta el segundo porcentaje más alto en el nivel de estudios “1ª
etapa Educación Secundaria”. Además, hay que señalar que Baleares se encuentra entre las
comunidades con una menor tasa de idoneidad en las distintas edades analizadas. En relación a este
dato, cabe apuntar que el alumnado extranjero sufre recolocaciones frecuentes en cursos inferiores a
su edad según su adaptación. Las Baleares presentan el segundo porcentaje más alto (16.7%) de
alumnado extranjero escolarizado en Educación Primaria, sólo por detrás de La Rioja (MECD, 2012).
El debate académico sobre el abandono en Baleares es muy diverso y abarca desde el análisis
de las trayectorias educativas, explorando eventuales itinerarios de retorno (Adame y Salvà, 2009 y
Salvà et al., 2012) hasta la exploración de los motivos históricos del impacto del trabajo turístico en la
educación y formación (Riera y Aguiló, 2009; Ramos et al. (2004). Otra línea interpretativa a la
problemática del fracaso y el abandono escolar (todavía por explorar) es la que plantean Fernández
Enguita et al. (2010), al referirse a los altos porcentajes de repetición en la etapa primaria, ya que
estos retrasos se producen con mucha antelación a los escenarios de abandono por incorporación al
mercado laboral. En ese sentido, Baleares se encuentra en el grupo de cabeza en cuanto a alumnos
repetidores en los distintos ciclos de Educación Primaria: es la segunda en segundo curso, por detrás
de Murcia y empatada con Aragón, la tercera en cuarto curso (por detrás de Aragón y Murcia) y la
quinta en sexto curso. En cuanto a la comparación con comunidades turísticas, éstas presentan
menores porcentajes de alumnado repetidor.
2
La realidad por comunidades autónomas es diversa y de acuerdo al nivel de abandono pueden distinguirse tres
grupos (Roca, 2010): nivel bajo -próximo a la Unión Europea- (Navarra y País Vasco), nivel medio-alto -20-35%-
(Asturias, Galicia, Castilla-León y Madrid, Aragón, Cantabria, La Rioja, Cataluña, Comunidad Valenciana y
Extremadura) y nivel muy alto -más del 35%- (Canarias, Castilla-La Mancha, Andalucía, Murcia, Ceuta y Melilla y
Baleares).
162
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
los 21 años. Estos programas tienen como objetivos: facilitar que el alumnado pueda continuar su
formación; conectar las necesidades del sistema educativo y el productivo; proporcionar una
formación práctica en la empresa; y posibilitar la obtención del título de la educación secundaria o
encaminar el alumno a la obtención del nivel 1 del Catálogo nacional de calificaciones profesionales
3
(Boletín Oficial de las Islas Baleares, BOIB, 50 ext., 6/04/2009) . Los programas de cualificación
profesional inicial están destinados a (BOIB, 50 ext., 6/04/2009):
jóvenes escolarizados en grave riesgo de abandono escolar y/o en situación de
absentismo;
jóvenes desescolarizados con fuerte rechazo a la institución escolar que abandonaron
prematuramente, pero que ahora muestran interés para reincorporarse a la educación
reglada;
jóvenes sin titulación con necesidad de una cualificación profesional para acceder
rápidamente al mercado laboral;
jóvenes con necesidades educativas especiales, a los cuales se les pueda facilitar una
inserción laboral con estos programas.
En el curso 2012/13 han participado 2225 alumnos (948 en el curso 2001/02), habiendo
participado aproximadamente 84 centros de las islas.
3.2 Los programas de intervención socioeducativa
Los programas de intervención socioeducativa de escolarización comartida PISE y ALTER están
destinados a alumnado matriculado en ESO de 14 a 16 años (en algunas excepciones hasta los 18),
con dificultades graves de adaptación escolar y en situación de riesgo de exclusión escolar y/o social,
por lo cual se recomienda la realización de una parte del horario lectivo en entornos laborales, donde
llevan a cabo un programa socioformativo.
4
Los programas PISE suponen una medida preventiva de situaciónes de riesgo de exclusión
escolar y/o social dirigida al alumnado que, aun asistiendo a clase de manera más o menos regular,
se encuentra en peligro de abandono debido a diferentes motivos, habitualmente interrelacionados,
como situaciones de rechazo hacia la institución escolar, fuerte desmotivación, fracaso generalizado
en los estudios, o cualquier otra circunstancia que afecte de manera importante el comportamiento y
rendimiento de los alumnos.
5
Los programas ALTER se dirigen a alumnado absentista, desescolarizado o no, que tenga
expediente abierto en los servicios sociales de atención primaria correspondientes u otros servicios
de atención al menor (protección, medidas judiciales…) en situación de riesgo escolar y/o social;
alumnado desescolarizado y que, detectado por los servicios sociales municipales u otros recursos
socioeducativos que intervienen con menores en situación de riesgo social y/o escolar sea propuesto
para entrar en la modalidad ALTER una vez escolarizado; alumnado con desajustes de conducta
graves de manera reiterada y continua que ponga en peligro la convivencia en el centro; alumnado
con rechazo al centro educativo pero que manifieste algún interés por la formación más práctica y
funcional vinculada con el mundo profesional y laboral.
En el curso 2012-13 han participado 30 alumnos en el programa PISE y 252 en el programa
ALTER. En este último, un 45,71 % opta para seguir la formación en un curso de PQPI (programas de
calificación profesional inicial); un 35,2 % continúa un curso más su formación en ALTER. El resto,
retoman los estudios de ESO o inician un proceso de inserción laboral.
3
También tienen como finalidad suministrar al alumno una experiencia y un entorno, de tipo laboral, donde se
sienta valorado, porque quizás ello no ocurre cuando está en el seno de la institución escolar
(http://formacioprofessional.caib.es).
4
Conselleria d’Educació, Cultura i Universitats: convenios con entidades locales (consells insulars,
mancomunidades y ayuntamientos) y con asociaciones sin afán de lucro que trabajan con jóvenes a nivel
socioeducativo.
5
Conselleria de Salut, Família i Benestar Social, Conselleria d’Educació, Cultura i Universitats. Y convenios de
colaboración firmados con entidades locales (consells insulars, mancomunidades y ayuntamientos). El programa
cuenta con más de 165 empresas. Los jóvenes usuarios están matriculados entre 86 centros educativos de las
cuatro islas, donde se les prepara una adaptación curricular. También, las unidades formativas de ayuntamientos
y consejos han puesto a disposición del programa un total de 40 educadores, repartidos entre las cuatro islas.
163
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6
Proyecto MINECO CSO2012-31575, Investigadora Principal: Aina Tarabini
7
Como limitaciones del estudio cabe destacar la dificultad de acceso a la información.
164
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
los itinerarios educativos de retorno (Dictamen 7/2009 del Consejo Económico y Social de Baleares
sobre la eficacia del sistema educativo de las islas).
Primero, las actuaciones propuestas para facilitar el retorno son: flexibilizar la oferta educativa de
las enseñanzas postobligatorias y flexibilizar el acceso al sistema educativo y el sistema de
certificaciones para favorecer la entrada o el retorno al sistema educativo. Segundo, las propuestas
para la compatibilidad estudio-trabajo son: promover las ayudas a jóvenes y empresarios que
contraten jóvenes menores de 20 años y les permitan compatibilizar empleo y formación y ofrecer
fórmulas mixtas de educación y trabajo.
En un segundo sentido, los profesionales consultados se refieren a la necesidad de flexibilizar el
sistema y hacer frente a la rigidez de un sistema educativo cuya estructura y recursos, principalmente
el cuerpo docente, son excesivamente rígidos. La alusión a las dificultades que el funcionariado
supone para la adaptación del sistema es recurrente. Destaca una visión del profesorado como el
obstáculo a la mejora del sistema educativo.
Frente a esa percepción negativa, los datos muestran que en España, la insuficiencia de
recursos afecta de lleno a la enseñanza pública y a la calidad y equidad de la educación en general.
El Consejo Escolar del Estado (2011) manifiesta su inquietud por las repercusiones de los recortes
presupuestarios en educación (reducción de las plantillas de profesores, desaparición de acciones de
formación permanente del profesorado, empeoramiento de las condiciones de trabajo, reducción o
desaparición de los servicios de apoyo al alumnado con dificultades, desatención a la tutoría y
orientación de los alumnos, aumento del número de alumnos por clase) y señala que la aplicación de
estos recortes supone una contradicción con los pronunciamientos de los organismos internacionales.
4. Conclusiones
En el marco de la Estrategia ET2020, los países de la UE consideran prioritario luchar contra el
abandono. En el análisis de sus causas subrayan, entre otras, el origen familiar, las condiciones
socioeconómicas y la atracción del mercado laboral y señalan la importancia de comprender el
fenómeno como un proceso y no como un hecho puntual. La tasa de abandono en España es
históricamente superior a la media de la UE (MEC, 2012), aunque en los últimos años ha descendido
debido en buena parte al impacto de la crisis económica.
El fenómeno del abandono escolar en Baleares presenta características propias fruto, entre otros
aspectos, de su modelo económico turístico, su tradición de bajo rendimiento educativo y sus rasgos
demográficos (principalmente en el ámbito de las migraciones). En este sentido, constituye un
laboratorio de análisis ideal para la implementación de las políticas concretas que se alinean con los
objetivos europeos de la ET2020, especialmente aquellas políticas que atiendan al fenómeno del
abandono más allá de un escenario de vulnerabilidad educativa individual y que consideren el
abandono como un proceso y no un hecho puntual.
Además de poner el enfoque en la transición a la educación postobligatoria, es conveniente
pensar el abandono desde un enfoque diacrónico (Fernández Enguita, Mena y Riviére, 2010). El
fracaso escolar y el abandono pueden estar fraguándose a lo largo de los años y por ello es
necesario adoptar una perspectiva histórica o longitudinal.
En cuanto a las políticas educativas, los ejemplos analizados no determinan que haya una
“apropiación” por parte de las instituciones educativas autonómicas que vaya más allá de
sencillamente desplegar e implementar los programas en base a las directrices del Ministerio de
Educación. Mientras tanto, no se comparte la visión sociológica que fundamenta las directrices
internacionales y europeas.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Pascual, B.
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belen.pascual@uib.es
Pozo, R.
Universitat de les Illes Balears
rosario.pozo@uib.es
Orte, C.
Universitat de les Illes Balears
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Oliver, J.L.
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marga.vives@uib.es;
Ginard, M.
Universitat de les Illes Balears
miquela.ginard@uib.es
Palabras clave: parentalidad positiva, competencias familiares, políticas familiares, políticas sociales
1. Introducción
La función socioeducativa de las familias está en parte determinada por factores o
condicionantes del entorno de tipo socioeconómico y político (Flaquer, 2004; Esping-Andersen, 2007).
Las clases sociales, los lazos comunitarios, el régimen de Bienestar y sus políticas familiares, son
algunos de los condicionantes que impactan en el rol educativo de las familias. Por ejemplo, la
diferencia de clase social define diferentes modelos de socialización y formas de relación familia-
escuela (Collet y Tort, 2012). Desde el punto de vista de las políticas de atención social, Esping-
Andersen (2007) subraya la necesidad de la inversión pública en el desarrollo de los hijos, para
garantizar la igualdad interfamiliar -entre familias de distintas clases sociales- e intrafamiliar -que no
se produzca desigualdad de género entre los miembros de la pareja a la hora de acceder al mercado
de trabajo o al definir las estrategias laborales familiares.
De acuerdo con este planteamiento, la Unión Europea (UE) subraya que las administraciones
públicas juegan un rol clave en el apoyo a las familias, a través de tres componentes claves de la
política familiar: las prestaciones públicas y beneficios fiscales, las medidas para conciliar la vida
laboral y familiar y la cobertura de servicios de atención infantil (Consejo de la UE, 2006). Además, a
través de la Recomendación del Comité de Ministros a los Estados Miembros sobre políticas de
apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad (Consejo de la UE, 2006), la UE propone políticas y
medidas de apoyo al ejercicio de la parentalidad.
168
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Crear un ambiente de aprendizaje positivo estando disponibles cuando los niños necesitan
ayuda, cuidado y atención.
Utilizar disciplina asertiva siendo consistentes y actuando con rapidez cuando el niño se
comporta de forma inadecuada.
Tener expectativas realistas en relación a los hijos y a uno mismo como padre o madre.
Cuidarse uno mismo como padre o madre satisfaciendo las necesidades personales.
En los últimos años se ha producido un amplio desarrollo de las propuestas de intervención
socioeducativa con las familias y, en paralelo, un reconocimiento de sus derechos y de la necesaria
interrelación entre ellas y la institución escolar. Frente a la visión jerárquica que reducía el papel de la
familia a un segundo plano y consideraba su incompetencia como causa del fracaso, el modelo
imperante desde los años 90 favorece una visión de la familia como complementaria a la institución
escolar. El “parent education approach” (Powell, 1991) propugna una continuidad de la labor escolar
en el ámbito familiar, tutelada por los profesores. La escuela, consciente de la importancia de esta
relación con la familia, propugna un cambio en el modelo relacional que facilite una mayor
colaboración y que sea capaz de trabajar con diversidad de formas de implicación de las familias
(Collet y Tort, 2012) y que permita establecer conexiones mutuas de soporte entre escuela, familia y
comunidad (Powell, 1991; Epstein, 2001).
El centro educativo se concibe como una comunidad global que incluye a padres, comunidad y
docentes como agentes interdependientes (Monceau, 2012) y sus conceptos clave son la confianza
social (Henderson y Mapp, 2002) y el establecimiento de dinámicas de cooperación. La participación
de los padres y las relaciones familia-escuela funcionan cuando la escuela cree en ello y se implica
activamente en la familia (Deslandes, 2010).
169
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
170
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Perspectiva de género
Participación igualitaria padres-madres. Caída de las políticas de bienestar social y vuelta
a roles tradicionales de subsistencia volcando el
Basarse en la participación igualitaria de padres peso en la “familia”.
y madres y respetar su complementariedad.
Adaptación a la diversidad
Retroceso en las políticas de educación
Reconocer los diversos tipos de ejercicio intercultural debido al recorte presupuestario y en
parental y situaciones parentales mediante la recursos humanos y materiales
adopción de un planteamiento pluralista.
Fuente: Consejo de la Unión Europea (2006); Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2012); González-Bueno, G.; Bello,
A.; Arias, M. (2013).
171
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
172
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
imprescindible. Como afirma Orte (2007), incrementar y mejorar la implicación de las familias requiere
de programas orientados a las familias y sus necesidades más que a los individuos. Hacerles
partícipes de las decisiones que les afectan como familia y como comunidad y permitirles (y
facilitarles) que desarrollen sus propias capacidades de liderazgo y habilidades de establecer
interrelaciones con interlocutores que les posibiliten mejorar sus condiciones de vida. En concreto,
esto supone la necesidad de crear políticas y proyectos que les faciliten ser partícipes del proceso
educativo de sus hijos.
Atendiendo a los condicionantes socioeconómicos y políticos analizados, entendemos que esa
necesidad de participación activa y apertura de los centros educativos a la comunidad y a las familias
puede verse obstaculizada por legislaciones que desatiendan las propias recomendaciones
institucionales. Ante todo, las políticas públicas necesitan una visión integral. En un primer nivel, a
través de políticas de apoyo a las familias que garanticen sus necesidades básicas y que les permitan
tener un papel activo en el proceso educativo de los hijos. En un segundo nivel, en el marco de la
comunidad educativa, es necesario impulsar proyectos que promocionen la colaboración con las
familias y, entre ellos, de educación familiar.
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174
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Pereira, Fernando
Instituto Politécnico de Bragança
fpereira@ipb.pt
Caria, Telmo
Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro
tcaria@utad.pt
175
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
aqueles que partilham a responsabilidade do cuidado, devem ser desde logo envolvidos pela equipa
de saúde que acompanha todo o processo.
2. Metodologia
A elaboração desta comunicação resulta de uma meta análise, ou de uma reinterpretação, dos
1
dados de um estudo centrado nos saberes profissionais dos gerontólogos que era parte de um
projeto de investigação sobre o trabalho profissional dos diplomados em ciências sociais que
trabalham em organizações do terceiro sector social em Portugal denominado «Saberes, Autonomias
e Reflexividade no Trabalho Profissional no Terceiro Sector (PTDC/CS-SOC/098459/2008)», o qual
foi financiado pela Fundação para a Ciência e a Tecnologia.
A metodologia adotada nesse estudo assentou em duas técnicas principais: observação
etnográfica (12 dias de trabalho não consecutivos que decorreram no espaço de um mês,
correspondendo a cerca de 96 horas de observação) com um gerontólogo, tendo como objetivo
principal estudar as interações profissionais do gerontólogo em contexto de trabalho numa instituição
de idosos; (2) quatro entrevistas em profundidade com dois gerontólogos centradas na perceção
individual sobre as problemáticas do envelhecimento, contexto de trabalho e percurso profissional.
Foi desenvolvido um modelo de análise complexo que permitiu apreciar as práticas do trabalho
profissional, relativamente aos seguintes parâmetros: áreas do conhecimento científico mobilizadas,
princípios da gerontologia invocados; competências profissionais aplicadas e atitudes/aptidões
facilitadoras (Pereira y Caria, 2013).
O conhecimento científico mobilizado pelos gerontólogos tem origem, maioritariamente, nos
conteúdos curriculares da formação académica inicial, designadamente das áreas científicas dos
cuidados de saúde (que envolvem conhecimentos de diferentes ciências da biologia, enfermagem e
da medicina), da psicologia e da sociologia/gestão, que estão representadas em proporções mais ou
menos equivalentes; a formação dos gerontólogos inclui também uma forte componente prática em
contexto de trabalho pela frequência de dois estágios curriculares (Pereira, 2010; Pereira y Pimentel,
2012). Em paralelo ao conhecimento científico os profissionais detém conhecimento empírico que
resulta das experiências da socialização primária e secundária e da experiência adquirida em
contexto de trabalho. A importância do conhecimento empírico, jamais pode ser negligenciada
independentemente da profissão e dos profissionais em causa. No caso da gerontologia, a sua
eventual negligência ou menosprezo, é particularmente grave dado o vasto conhecimento e
experiência de vida dos idosos. Ignorar o contributo do idoso, para além da perda de conhecimento,
pode ser interpretada pelo mesmo como uma desvalorização das suas competências. Isto configura
um desrespeito pela sua dignidade pessoal e podendo acelerar a perda de autoestima e de
2
autonomia e conduzir ao “desânimo aprendido”.
A competência pode ser definida como uma forma de conhecimento sobre o uso de ideias-
conteúdos abstratas e gerais na resolução de problemas em contexto (metacognição a partir de
conhecimentos transversais) (Caria, 2007). Attewell (2009) sublinha a grande importância e
complexidade do conceito de competência no debate sociológico, apontado que o pode ser abordado
através de quatro enfoques teóricos: enfoque de positivismo, enfoque da etnometodologia, enfoque
do construtivismo social e enfoque marxista. A nossa abordagem sustenta-se sobretudo nos
contributos da etnometodologia e do construtivismo social. Assim competências são o conjunto de
recursos intelectuais (de natureza filosófica, científica e técnica) e os recursos pessoais (experiência
de vida, carácter, desenvolvimento emocional) do profissional. A competência profissional possibilita
1
Os gerontólogos são profissionais de saúde com formação académica superior de primeiro ciclo em
gerontologia. Esta formação teve início em meados dos anos 90, nas escolas superiores de saúde da
Universidade de Aveiro e do Instituto Politécnico de Bragança. A formação académica (curriculum) distingue-
se por comportar, em partes equilibradas, unidades curriculares das ciências sociais e humanas e das
ciências da saúde. Este profissional destina-se a trabalhar exclusivamente com idosos e suas famílias em
situação de institucionalização ou inseridos na comunidade. A sua formação tem ainda a particularidade de
os preparar para intervir em idosos em situação de debilidade ou dependência, assim como, e
preferencialmente, em idosos gozando de plena saúde e de uma vida ativa. Neste último caso, a sua
intervenção assume um caráter preventivo e minimizador de risco (Pereira, Mata, y Pimentel, 2011).
2
“Desânimo aprendido” é um fenómeno muito observado em idosos, particularmente quando
institucionalizados, caraterizado pela perda contínua e acelerada de competências e de ânimo para continuar
a desenvolver as atividades quotidianas de vida. Este processo é induzido pelas condições de vida, pelas
restrições à liberdade individual, pela degradação natural ou provocada das condições de saúde, pela
ausência de estimulação cognitiva e motora realizada de forma competente e adequada às condições
particulares de cada idoso.
176
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
uma abordagem (uma atitude) às situações-problema do contexto de trabalho que é coerente entre o
ser (recursos efetivos possuídos pelo profissional) e o fazer (de determinada maneira, com um
determinado estilo pessoal).
A competência profissional pode ser decomposta em: competência técnica, que diz respeito às
aptidões de origem filosófica, científica e técnica, que permitem aos profissionais tomarem decisões
sobre as melhores práticas a adotar (Caria, 2007); a competência relacional que resulta da adoção de
uma postura empática e atenta à corporalidade (linguagem corporal) e às circunstâncias específicas
da interação (Pereira, 2005); a competência prudencial, sustentada na leitura abrangente
(interdisciplinar) dos contextos particulares de ação e consequente assertividade da intervenção
técnica (Pereira, 2005), a qual implica uma escolha hierárquica de objetivos que melhor se adeque a
determinada situação, designadamente quando ao nível da intervenção técnica se verifica tensão
3;4
entre os meios (recursos) a utilizar, valores a invocar, ou objetivos a alcançar ; e, por fim, a
competência discursiva que expressa uma conceptualização e linguagem próprias e adequadas ao
estatuto profissional, que permitem produzir discursos reflexivos sobre as práticas e posições que
adotam, discursos esses que os distinguem de outros profissionais e dos leigos (Caria, 2007).
Por sua vez, os princípios dizem respeito aos valores de natureza ética, social, cultural e
científica e expressam-se através de: da interiorização do envelhecimento na perspetiva do ciclo de
vida, conhecido por paradigma lifespan (Baltes y Mayer, 2001), que consiste na ideia de que o
envelhecimento faz parte da vida e de que, portanto, o indivíduo preserva as suas qualidades
ontológicas, ao longo de todo o ciclo de vida; da avaliação integral do idoso, isto é, uma abordagem
holística (bio-psico-social) do idoso que pressupõe o trabalho interdisciplinar; e da ênfase na
otimização da qualidade de vida do idoso e na salvaguarda da sua dignidade (consideração da
componente ética e de humanitude do cuidado).
Por último, as atitudes facilitadoras são formas de ser e de estar do profissional no contexto da
interação social (neste caso com o idoso) de natureza distinta (ética, cultural, cultura profissional,
comunicacional, entre outras) que facilitam a execução das tarefas práticas, aumentando a sua
eficácia.
A comunicação tem como principal objetivo evidenciar que os processos de cuidados
gerontológicos são processos socioeducativos, pois promovem a emancipação e o empoderamento
dos atores envolvidos, neste caso, gerontólogos, idosos e outros cuidadores.
3
Queremos realçar que esta competência prudencial não deve ser confundida com o conceito de cuidado
reconhecido às designadas profissões de cuidado (Abbott y Meerabeau, 1998), como é o caso, bem
conhecido, do conceito de cuidado de enfermagem (Swanson, 1993), ou do conceito de cuidado
gerontológico (Pereira y Caria, 2012). O conceito de cuidado é mais complexo e, para além da competência
prudencial, exige, também, competências técnico-estratégicas e competências relacionais, tal como definidas
anteriormente. Ou seja, a competência prudencial é apenas uma das componentes do processo de cuidado.
4
Champy (2012), inspirado no conceito de prudência de Aristóteles na obra Ética a Nicómaco, propõe os
conceitos de profissões prudenciais e de profissionais prudenciais, caraterizando-as como sendo profissões
que, para além de serem prudenciais, são igualmente muito sustentadas no conhecimento abstrato e numa
forte tendência dos seus profissionais para o envolvimento individual e coletivo (segmentos) em “causas” e na
adoção de segmentos particulares da cultura profissional. O autor distingue então entre profissões
prudenciais e profissões não prudenciais (embora não aponte nenhum exemplo concreto destas últimas). Por
isso, pensamos que a designação profissões prudenciais não é de todo feliz, sendo preferível falar em
competências prudenciais ou então, sentido prudencial do uso do conhecimento. Outro aspeto ao qual o
autor não alude é à importância do conhecimento empírico, o qual pensamos é igualmente essencial ao
julgamento prudencial das situações, algo observado por Pereira (2005).
5
Uma descrição pormenorizada (relatos etnográficos) destas tarefas práticas pode ser consultada em Pereira
e Caria (2013).
177
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Figura 1 - Tarefas práticas do gerontólogo que decorrem em interação direta com os idosos
Discursiva*
Prudencial
Relacional
Psicologia
Sociologia
do idoso.
Técnica
idoso.
Tarefas que decorrem na interação directa com os idosos.
Preparação e Administração da
medicação (oral e tópica) prescrita ao X X X X X X X X X X X X X X X X
idoso.
Mobilização e posicionamento do idoso
dependente acamado. X X X X X X X X X X X X X X X X
Higiene pessoal e apresentação do idoso
dependente. X X X X X X X X X X X X X X X X
Avaliação física do idoso e execução de
técnicas de estimulação motora do idoso. X X X X X X X X X X X X X X
Avaliação cognitiva e execução de técnicas
de estimulação cognitiva do idoso. X X X X X X X X X X X X X X X
Desenvolvimento de atividades de
animação. X X X X X X X X X X X X X X X
Aconselhamento de ajudas técnicas e
acompanhamento do idoso e/ou cuidador X X X X X X X X X X X X X X X
na adaptação às mesmas.
Gestão de situações embaraçantes
resultado de debilidades físicas e mentais X X X X X X X X X X X X
dos idosos.
Gestão de situações de violência e
agressividade dos e entre idosos. X X X X X X X X X X X X
Como se pode observar o trabalho profissional do gerontólogo, isto é, as tarefas práticas que o
mesmo executa, de um modo geral, são tarefas muito complexas (a grande maioria das células está
assinalada com um X). Exigem a invocação de todos os princípios e competências profissionais
acima referidos, assim como a adoção de uma ampla gama de atitudes e aptidões. No que respeita
às áreas do conhecimento científico mobilizadas a complexidade não é tão evidente observando-se
uma separação entre a área da biologia-saúde e a área das ciências sociais e do comportamento,
embora as mesmas possam ocorrer em simultâneo; a área da gestão-administração não é mobilizada
neste tipo de tarefas.
Relacionando a forma como as tarefas são executadas com os pressupostos anteriormente
enunciados das ações socioeducativos verificamos o seguinte.
Relativamente ao primeiro pressuposto (domínios da aprendizagem), repare-se como
praticamente todas as tarefas estão referenciadas pelos princípios da gerontologia, isto é, pela
importância e centralidade concedidas à perspetiva do ciclo de vida do idoso, à avaliação integral das
suas necessidades e a sua qualidade de vida. Implicitamente isto indicia a interiorização e
mobilização da noção de inclusão, empoderamento, interdisciplinaridade, aspetos que são pedras
basilares dos processos socioeducativos.
Repare-se ainda na omnipresença das competências relacionais e prudenciais que aludem,
respetivamente, à interiorização e mobilização de competências comunicacionais e de competências
emocionais específicas e adequadas, ambas igualmente duas pedras basilares dos processos
socioeducativos. Por sua vez a invocação das competências técnicas que remetem para o
178
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
conhecimento científico e técnico são obviamente expressão do domínio cognitivo que é outra pedra
basilar dos processos socioeducativos.
Repare-se, por fim, nas atitudes assumidas na interação direta do gerontólogo com os idosos, as
quais têm uma leitura que pode colocar em realce as preocupações de inclusão e de respeito e
valorização da individualidade do idoso, outras duas pedras basilares dos processos socioeducativos.
Passando ao segundo pressuposto sobre o processo de reconstrução identitária do idoso,
repare-se na quantidade e variedade de tarefas que se relacionam com esse aspeto, a maioria das
quais encerra sempre uma preocupação permanente com a valorização das capacidades cognitivas e
psicomotoras ainda possuídas pelo idoso, com a sua dignidade pessoal e humana e com a
salvaguarda permanente do grupo social, evitando, tanto quanto o possível, situações de isolamento,
de solidão, de exclusão social e de dinâmicas sociais negativas ou depreciativas da dignidade das
pessoas.
Por fim, no que concerne ao terceiro pressuposto, verifica-se a existência de tarefas
especificamente destinadas a avaliar o entorno familiar e social do idoso e a dinamizar estratégias
que estabeleçam e consolidem laços relacionais saudáveis e inclusivos, como é o caso do
desenvolvimento de atividades de animação.
Passando à segunda questão colocada, ou seja qual a importância do trabalho profissional do
gerontólogo ou de qualquer outro profissional envolvido na prestação de cuidados profissionais ao
idoso assumir este contorno socioeducativo?
A resposta a esta questão pode ser sustentada no conceito de cuidado gerontológico. O conceito
de cuidado que usamos como referência é o conceito de cuidado desenvolvido por Swanson (1993).
Encontramos no nosso próprio estudo inúmeras razões que atestam a qualidade e atualidade do
mesmo, embora careça de reajustamento e atualização, nomeadamente a substituição do seu
carácter de linearidade.
De facto, é mais correto perspetivar o processo de cuidado (gerontológico) como um ciclo, em
que as fases se podem sobrepor entre si. Um ciclo em que podem ocorrer avanços e recuos
determinados quer por fatores intrínsecos à relação cuidador pessoa cuidada (por exemplo um
agravamento súbito do estado de saúde), quer por fatores extrínsecos (uma rutura familiar ou uma
mudança de política de cuidados). Um ciclo, como um sistema aberto, também influenciável por
fatores da envolvente contextual (organizacional, política, cultural) em que a interação (cuidado)
decorre. Procuramos sintetizar esta proposta no esquema da figura 2 (Pereira y Caria, 2013).
Cuidado Gerontológico
(Trabalho profissional
plasmado em saberes que
permitem desempenhar as
tarefas de cuidado de uma
forma específica e identitária)
Conhecimento abstrato e
empírico
Tal como é sugerido pelo diagrama o processo de cuidado gerontológico está referenciado por
cinco dimensões: conhecimento abstrato e empírico, competências e atitudes; princípios da
179
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6
gerontologia, proximidade e envolvimento com o cliente ; empoderamento do profissional e do cliente.
Sem pretender estabelecer qualquer hierarquia definitiva ou rígida sobre a importância destas cinco
dimensões, podemos, todavia tentar encontrar uma lógica que afirme e sustente o cuidado
gerontológico como um processo socioeducativo. Vejamos.
Na base temos o domínio do conhecimento de natureza abstrata (científica e filosófica,
sobretudo) e o conhecimento de natureza empírica. Este domínio diz respeito ao conhecimento quer
do profissional (cuidador) quer da pessoa cuidada (cliente, neste caso o idoso e/ou sua família). O
conhecimento é essencial. Os processos de interação social nos quais se incluem os processos
7
socioeducativos são sempre processos de partilha de conhecimento e promotores de significado. O
cuidado aos idosos é cada vez mais sofisticado e exigente obrigando a uma atualização constante
dos conhecimentos por parte do profissional. Um aspeto importantíssimo é a valorização do capital de
conhecimento do idoso. Dita da forma mais simples e crua, nos casos em que os idosos conservam
as suas capacidades cognitivas minimamente funcionais, os idosos são indivíduos que possuem
longos anos de experiência vivida e nesse sentido são conhecedores ou “sábios” como é comum
dizer-se. A não valorização do conhecimento do idoso para além da perda objetiva é frequentemente
um fator promotor do “desânimo aprendido” (curiosamente o desânimo também se aprende e,
portanto, também se ensina, às vezes de forma inconsciente) que acelera e intensifica os processos
de perda física e cognitiva do idoso.
Em posição de interface com a base do processo temos as competências técnicas e as atitudes
adotadas nas práticas concretas inerentes ao processo de cuidados. Ambas são imanências do
conhecimento, mas dizem mais diretamente respeito ao agir profissional, ao conhecimento situado,
às práticas concretas executadas e à forma singular como são executadas. As competências e
atitudes são tangíveis para a pessoa cuidada, traduzem-se em sensações corpóreas (toque, dor,
alívio, prazer, desprazer, etc.) e em sensações afetivas (carinho, segurança, insegurança, medo,
desprezo, rejeição, etc.). Como vimos podem ter uma carga positiva ou negativa, mas nunca são
neutras. A propósito, a neutralidade não existe no cuidado gerontológico, a neutralidade é sempre
percecionada pelo idoso como indiferença, como distanciamento, logo negativa.
Em posição equivalente, também em interface com o conhecimento encontramos os princípios
referenciais da gerontologia. Estes princípios são elementos construtores da identidade profissional
do gerontólogo, são ensinados até à exaustão na formação académica. Estes princípios “norteiam” a
prática profissional. Esta é por natureza sempre singular, sempre sujeita às circunstâncias
particulares da interação. Noutro sentido as práticas profissionais são sempre caóticas (Pereira,
2005), e de uma forma ou de outra, resistem aos protocolos rígidos e burocratizados. Assim sendo, é
essencial que estes princípios sejam interiorizados pelo profissional e que sejam convocados sempre
que necessário, seja no momento da execução das tarefas seja, a outro nível, como fio condutor das
escolhas e opções da trajetória profissional do gerontólogo.
Outra dimensão do processo de cuidados é a que designamos como proximidade e
envolvimento com o cliente. Esta postura implica a mobilização de competências comunicacionais e
afetivas, assim como a interiorização muito consolidada dos ensinamentos do campo da ética e da
humanitude. Proximidade e envolvimento são essenciais como estratégicas de preservação da
dignidade e autoestima do idoso, otimizando a contribuição do idoso e do seu entorno familiar no
processo de cuidados. Proximidade e envolvimento quer significar empatia e conhecimento profundo
da situação do idoso na dimensão biológica, psicológica e social. Proximidade e envolvimento
também diz respeito à linguagem verbal e não-verbal (corporalidade) utilizada; é sabida a importância
do olhar e do toque do prestador de cuidados na pessoa cuidada. Paradoxalmente, proximidade e
envolvimento também pode significar distanciamento, não no sentido de indiferença mas no sentido
de o cuidador alargar a sua perspetiva de análise da situação ao entorno familiar e sociocultural da
situação concreta, isto é, por vezes, é necessário algum distanciamento para se ver com mais detalhe
as circunstâncias da intervenção. Esta ideia, que consideramos da máxima importância, foi-nos
sugerida pela leitura da obra “Envolvimento e Distanciamento de Norbert Elias (Elias, 1997) a qual
6
Esta designação “cliente” remete para a mais recente nomenclatura própria do paradigma da “Nova Gestão
Pública” e substitui a clássica designação de “utente”. Adotámo-la por razões pragmáticas, mas não estamos
seguros de que seja um termo feliz. No caso concreto desta comunicação “cliente” significa quase sempre o
idoso ou o seu cuidador ou ainda a sua família.
7
Este facto tem muitas implicações no campo da pedagogia social e socioeducativa, designadamente, remete
para as questões da linguagem verbal e não-verbal, para as questões dos reportórios do conhecimento e
saberes, para a questão dos objetivos educacionais. Por exemplo, um cuidador de idosos não pode estar a
fazer a higiene pessoal de um idoso e mostrar uma expressão de desagrado ou nojo.
180
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
recomendamos vivamente a qualquer pessoa mas muito particularmente a quem esteja envolvido em
processos de cuidados e processos educacionais.8
Por fim, a dimensão empoderamento do profissional (cuidador) e do cliente. No processo de
cuidados verifica-se sempre a partilha de conhecimento, desde que o mesmo se oriente pelo
designado “modelo holístico da saúde”, libertando-se da natureza desigual do denominado “modelo
biomédico”. Neste sentido, tem sempre como finalidade última capacitar os intervenientes no sentido
da promoção da saúde e da qualidade de vida, a partir do seu próprio capital de conhecimento e
competências.
Naturalmente estas cinco dimensões, sumariamente descritas em separado, estão
profundamente interrelacionadas entre si. O que preside é “caos” da ação pratica, não no sentido de
desorganizado, mas no sentido de complexo e singular.
4. Conclusões
O cuidado gerontológico é a expressão do trabalho profissional do gerontólogo. Este emana da
forma integrada de execução das tarefas práticas de cuidado, isto é, da sua natureza complexa,
cíclica, partilhada, refletida e, portanto sempre revisível.
O processo de cuidados profissionais a idosos configura uma verdadeira ação socioeducativa. O
cuidado é co construído na interação cuidador/pessoa cuidada, exige a invocação e mobilização de
diferentes áreas do conhecimento científico e do conhecimento empírico. Paralelamente, essa
interação é referenciada por princípios fundamentais da gerontologia, traduz-se na execução de
competências práticas profissionais específicas as quais estão imbuídas de atitudes e aptidões que
configuram situações de saber-ser, saber-estar e de saber-fazer, que são referenciais construtores de
uma identidade e de uma cultura profissional.
O processo de cuidados profissionais é promotor de confiança, de autoeficácia e de
empoderamento. É emancipador gerando inovação e promovendo a excelência do serviço, que na
prática se traduz pelo incremento da qualidade de vida do idoso e do seu entorno familiar e social.
Neste sentido o processo de cuidados não só configura uma ação socioeducativa como também
a enquadra dentro nas abordagens pedagógicas que valorizam os conhecimentos, competências e
caraterísticas pessoais quer do educador quer dos educandos, fazendo com que o processo
socioeducativo respire liberdade.
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8
Um exemplo prático do nosso estudo para que se entenda melhor. Ao dar banho ao idoso o cuidador
profissional deve sempre usar um objeto (tipo toalhete ou esponja) para não tocar diretamente na pele do
idoso. Aparentemente isto poderia configurar distanciamento. Não, de facto significa envolvimento, porque é
uma forma de preservar ao máximo a privacidade e dignidade do idoso.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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182
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
El diseño de planes de formación y su evaluación en las empresas actuales constituye una de
las alternativas estratégicas que posee la organización para desarrollarse, crecer y ser más
competitiva en los mercados. Así pues, el cumplimiento de una adecuada estrategia empresarial y la
consecución de sus objetivos de crecimiento y desarrollo pasa, ineludiblemente, por la pertinente
gestión de los Recursos Humanos (RR.HH.) con los que la empresa cuenta, siendo uno de los fines
que cobra especial relevancia la formación del capital humano (Caparrós, Navarro y Rueda, 2004).
Este objetivo empresarial depende, por lo tanto, de la planificación general de la compañía,
configurándose como uno de sus pilares cada vez más importantes, habiendo de responder tanto a
los requerimientos presentes de cambio, como a las transformaciones laborales futuras (Fernández-
Salinero, 1999). Como consecuencia, es imprescindible integrar una adecuada política de formación
en la propia cultura empresarial y de esta manera lograr conciliar las necesidades de formación y
capacitación con la estrategia y objetivos de la compañía. Esta gestión de los RR.HH. permite a la
compañía evolucionar y adaptarse, tanto a los continuos cambios y presión competitiva a la que se
hallan sometidos los mercados empresariales, como a las transformaciones en los procesos internos,
tales como la incorporación de nuevas tecnologías a la vez que la especialización de los RR.HH.
propios (Jornet, Suárez y Perales, 2000). De ahí que la participación de los trabajadores en acciones
formativas pase a considerarse crucial, pues constituye un elemento clave, tanto para la mejora de
los resultados económicos como a nivel individual (Albert, García-Serrano y Hernanz, 2007). Tal es la
relevancia de la formación en la empresa, que ésta ha de considerarse como una inversión (Ramos,
2004).Ya no basta únicamente con que la empresa ofrezca formación, sino que ésta habrá de ser de
calidad, potenciando un modelo de aprendizaje autónomo y significativo, mediante estrategias
didácticas orientadas más al desarrollo de destrezas y actitudes que al dominio de conocimientos
(Martínez y Echeverría, 2009). De ahí la tendencia, cada vez más generalizada, de evaluar las
actividades formativas que se llevan a cabo en el ámbito empresarial, no sólo centrándose en la
evaluación de los resultados finales, sino atendiendo, al mismo tiempo, a los procesos y al
planteamiento de mejoras (Expósito, Olmedo y Fernández, 2004). Tan importante es la actividad
formativa de una empresa, como la dificultad que entraña su medición (Albert, García-Serrano y
Hernanz, 2007). El proceso sistemático del que nos hemos de valer para la consecución de
información objetiva que nos permita efectuar un juicio de valor sobre el plan de formación evaluado;
la diversidad de instrumentos para la valoración de los planes de formación, así como la variedad de
actividades y períodos acerca de los que se desee obtener información, torna compleja la evaluación
(Pineda, 2002).
En esta comunicación, queremos dejar plasmada la experiencia de La Federación Regional de
Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia, FROET. Es una asociación patronal que
agrupa a más de 1.350 empresas dedicadas al transporte por carretera tanto de mercancías como de
viajeros y a las actividades auxiliares y complementarias del transporte.
Su ámbito de actuación se circunscribe a la Región de Murcia y representa los intereses de las
empresas asociadas siendo su interlocutor ante la administración y ante los sindicatos de
trabajadores reconociéndosele en este sentido la representatividad de todo el sector. Al mismo
183
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
tiempo, organiza la mayor parte de la formación laboral y ocupacional de dicho sector, utilizando para
ello un importante presupuesto del Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF) orientado a
cualificar a los profesionales inscritos como demandantes de empleo en la bolsa de trabajo del sector
y a realizar planes de desarrollo formativo de los trabajadores de las empresas afiliadas.
1.1. Objetivos
El trabajo que en estas líneas presentamos, forma parte de una investigación más amplia:
“Evaluación de Materiales y Metodologías empleadas en la Formación en el sector del Transporte por
Carretera en la Región de Murcia. Colectivos con Especiales Dificultades para el Acceso a la
Formación Continua”, desarrollada por parte de la Federación Regional de Organizaciones
Empresariales de Transporte (FROET), desarrollado en el marco de la convocatoria de Acciones
Complementarias 2010, promovidas por el Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF). Los
objetivos que promovieron la realización de la investigación citada, se detallan en lo que sigue:
1. Analizar los materiales, metodologías y tecnologías educativas utilizadas en acciones
formativas del sector transporte de mercancías y viajeros por carretera en los últimos tres
años.
2. Evaluar los medios de difusión y/o conocimiento de la oferta formativa en el sector del
transporte de mercancías y viajeros por carretera.
3. Lograr propuestas de mejora en el diseño de nuevos materiales y en la implantación de
nuevas metodologías y modalidades de formación.
Los propósitos generales que motivaron la realización de la investigación citada, fueron
concretados en siete objetivos específicos. De entre éstos, desarrollaremos en el trabajo que nos
ocupa uno de ellos, descrito en lo que sigue: Definir las metodologías utilizadas y valorar su grado de
implantación, adecuación y valoración.
2. Metodología
A fin de evaluar el planteamiento metodológico empleado en la formación de trabajadores del
sector del transporte por carretera en la Región de Murcia, como parte de los proyectos de
investigación y acciones complementarias, enmarcado en el VI Plan Nacional de Investigación
Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica (2008-2011), optamos por la asunción de unos
criterios básicos: eficacia, eficiencia, pertinencia e impacto, articulados desde una lógica de
evaluación integral. De este modo, atendiendo a los principios seleccionados para el análisis de la
metodología utilizada para la formación del grupo citado, fue valorado el grado o nivel en que los
objetivos planteados, habían sido cubiertos (eficacia). Con tal fin, fue preciso determinar de forma
clara y precisa el objetivo específico de la actividad desempeñada, así como los resultados logrados.
Así mismo, el análisis de la eficacia, requiere de la valoración de los beneficiarios directos e indirectos
de la formación y el tiempo previsto para su implementación. Junto a la eficacia, fue examinado el
nivel eficiencia del plan de formación desarrollado. Para ello, se atendió a la consecución de los
objetivos en función con los recursos consumidos. El ideal perseguido, supone la óptima combinación
de los recursos financieros, materiales, técnicos, naturales y humanos empleados de forma que se
logre maximizar los resultados.
Al análisis de la eficacia y la eficiencia, agregamos el estudio de la adecuación de los
objetivos y resultados al contexto tempo-espacial en el que fueron formulados y alcanzados
(pertinencia). Finalmente, atendimos al impacto ocasionado por la formación, esto es, el efecto o
consecuencia de las acciones formativas surgidas en el sector.
Con el fin de analizar la aceptación de las diferentes metodologías (presencial, distancia y
teleformación) empleadas en la formación de las que se valió FROET en los cursos del sector del
transporte, fueron encuestados un total de 250 trabajadores del citado ámbito, que habían recibido
formación de la Federación en los tres años anteriores. La elección de los participantes respondió a
una estratificación proporcional a las distribuciones y pesos relativos, en función de las dimensiones
de las plantillas de las empresas y su emplazamiento geográfico, así como de las variables sexo y
rango de edad de los trabajadores formados.
Los cuestionarios fueron administrados de manera presencial, online o a través de un correo
electrónico. Respondían a cuatro modelos diferentes, diseñados de forma adaptada a cada una de
las metodologías empleadas. El equipo técnico que conformó el grupo de trabajo, estuvo constituido
por un coordinador, un supervisor de calidad, un informático/estadístico, un responsable del equipo
184
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de encuesta y un grupo de encuestadores componían el grupo de trabajo. Tal y como señalamos más
arriba, fueron diseñados e implementados cuatro modelos diferentes de cuestionarios, adaptados a
las características propias de cada una de las metodologías de impartición utilizadas: presencial,
distancia y teleformación. En cualquier caso, en cada una de ellas se inquiría acerca del programa y
los contenidos, el horario y duración del curso y se demandaba información sobre el profesorado, la
metodología, los materiales didácticos y el sistema de evaluación seguido.
3. Formación Presencial
3.1 Programa y contenidos
Al categorizar cada una de las preguntas que conformaron el cuestionario diseñado, discernimos
cuestiones encaminadas a recabar información acerca del programa seguido durante el curso y los
contenidos abordados. Así, más del 80% de los encuestados estimó que la planificación había sido
de utilidad para el seguimiento del curso. Por otro lado, fue valorada la relación entre los contenidos
teóricos y prácticos. El 92% de los trabajadores que cumplimentaron el cuestionario ofrecieron una
respuesta afirmativa, esto es, a su juicio, los aspectos abordados durante el período formativo
estaban ligados con su práctica profesional. Además, al requerir información relativa a la claridad,
concreción y estructuración del curso, tan sólo un 11% de los trabajadores consideró que el curso no
superaba los estándares mínimos. Finalmente, se deseaba determinar el nivel de dificultad atribuido
por los encuestados al curso, en relación con sus conocimientos previos. La mayoría (82%), estimó
que existía una pertinente adecuación de los contenidos trabajados a su formación de partida. Los
aspectos abordados durante el período formativo, dicen ser dominados totalmente por un 36% de los
trabajadores. Un 47% señala tener bastante conocimiento y un 17% admite no dominar la materia
sobre la que versaba el curso, una vez finalizado. Finalmente, deseamos conocer en qué grado la
formación recibida cumplía con las expectativas de los alumnos. Un 86% manifestó su satisfacción.
3.2 Horario y duración
Al planificar la puesta en marcha de un curso formativo, se hace ineludible atender a la
disponibilidad de sus destinatarios. De acuerdo con las opiniones vertidas por los encuestados, el
horario escogido para el desempeño del curso resultó adecuado para el 76% de los asistentes.
Además, se inquirió a los participantes acerca da la adecuación de la duración del curso. Tres fueron
las alternativas de respuesta: larga, adecuada, corta. Algo más de la mitad de los trabajadores que
cumplimentaron el cuestionario (52%) estimaron que la duración se adecuaba a los contenidos. Por el
contrario, un 34% consideraron que el período formativo había sido inferior a lo que creían suficiente.
En el otro extremo, se situaba el 14% de los participantes, quienes lo juzgaban excesivamente largo.
3.3 Instalaciones y medios técnicos
El cuestionario cumplimentado por los trabajadores del sector del transporte destinatarios de los
cursos de formación, contenía, así mismo, preguntas encaminadas a conocer cuál era la satisfacción
de los alumnos ante las instalaciones ofrecidas durante la realización del curso. La idoneidad de las
mismas fue encontrada por un 79% de los usuarios, considerándolas mejorables por 15% de los
participantes y no adecuadas por el 6% restante.
3.4 Profesorado
La satisfacción que suscitó la calidad docente, es evidenciada en las respuestas ofrecidas por
los trabajadores encuestados. Éstos, valoraron especialmente la claridad del profesor al responder a
los alumnos, su habilidad para seleccionar los materiales didácticos más pertinentes y el dominio de
la materia abordada. Además, la mayoría de los alumnos (85%) apreciaron poder contar con la figura
del profesor, pues, de acuerdo con la información recabada de los cuestionarios administrados, la
presencia docente facilita el aprendizaje.
3.5 Metodología
Otro grupo de preguntas que conformaban el cuestionario diseñado, se hallaba destinado a
recabar información relativa a las características propias de la metodología de impartición que el
alumno que respondía el cuestionario había seguido. Los participantes que recibieron formación
presencial, estimaron especialmente positiva la interacción directa con el docente, lo que posibilitaba,
entre otros aspectos, la resolución de dudas. A su vez, valoraron la disciplina de aprendizaje que
aporta esta metodología y la mejor comprensión de los conceptos gracias a los gráficos y esquemas
con los que el profesor complementaba sus clases. Finalmente, al preguntar cuál sería la metodología
185
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de formación escogida para un curso similar, no pareció existir duda entre los participantes en
escoger la que habían seguido, esto es, la presencial.
3.6 Materiales didácticos
En la sección del cuestionario destinada a conocer el grado de satisfacción que los materiales
didácticos empleados habían reportado a los encuestados, encontramos especial valoración por la
disponibilidad del material en el momento preciso (88%), la comprensibilidad y adecuación y
actualización del mismo (83%) y la inclusión de casos prácticos (66%). Del mismo modo, son
altamente valoradas las presentaciones en PowerPoint, que complementan las clases magistrales.
Los alumnos, ante la demanda de información acerca de posibles nuevos recursos didácticos,
señalan la inclusión de Internet (35%), los trabajos en equipo (28%) y un software profesional (18%).
3.7 Evaluación
No parece existir consenso entre las preferencias de los alumnos en cuanto a la modalidad de
evaluación. Así, el 32% prefiere ser evaluado a través de casos prácticos, mientras que el 29% se
decanta por pruebas tipo test, un 21% opta por la demostración práctica de habilidades y
conocimientos, un 12% manifiesta preferencia por la realización de un trabajo individual y un 6%
estima más adecuado ser evaluado mediante la calificación de trabajos efectuados en grupo.
4. Formación a distancia
4.1 Programa y contenidos
Los alumnos que recibieron la formación a distancia, contaron con una guía didáctica en la que
se detallaba como habría de ser su proceso de estudio y los objetivos del curso. La casi totalidad de
los participantes que cumplimentaron el cuestionario (99%) consideran de utilidad el citado material
(muy útil, 46%; útil, 53%). Tan sólo el 1% de los encuestados no estima útil la citada guía.
4.2 Horario y duración
Al solicitar información acerca de la pertinencia de la duración del curso, un 89% de los
encuestados la consideran adecuada, frente al 4% que estiman que se trató de un período
excesivamente largo y un 7% que consideró el curso con una duración inferior a lo que estimaban
adecuado.
4.3 Profesorado
Pese a no contar con la figura de un docente que imparte el curso, los alumnos que optaron por
la modalidad a distancia disponían de un tutor de formación. Los aspectos mejor valorados por los
participantes que cumplimentaron el cuestionario fueron la habilidad del tutor para escoger los
recursos didácticos así como el domino de la materia. En cambio, no otorgaron tan buena puntuación
a la claridad evidenciada en las respuestas, al responder a las consultas de los alumnos. Un 18%
califica de forma negativa este aspecto. Contrasta esta valoración con la hallada en la modalidad
presencial, en la que los alumnos apreciaban particularmente la resolución de dudas por parte del
docente. Finalmente, al inquirir acerca de si la figura del tutor había favorecido el aprendizaje, un 78%
respondió de forma afirmativa. El 22% respondió a la etiqueta regular (17%) y negativamente (5%).
4.4. Metodología
Las preguntas del cuestionario destinadas a conocer las peculiaridades de la formación a
distancia, reportaron información acerca de la percepción de los alumnos encuestados, tal como que
los destinatarios de esta modalidad apreciaban no tener que contar con herramientas ni
conocimientos informáticos para recibir la formación (83%). A su vez, éstos otorgaban una puntuación
muy positiva a la oportunidad que les brindaba la realización de un curso a distancia. El no verse
obligados a asistir a clase, cumpliendo un horario, les permitía poder compaginar estudios, trabajo,
obligaciones familiares u otras actividades con la formación (80%). Al mismo tiempo, esta modalidad
ofrece autonomía geográfica y temporal, flexibilidad horaria (76%), así como la posibilidad de contar
con un proceso de aprendizaje personalizado (73%). Pese a las inestimables ventajas que esta
formación parece ofrecer a sus alumnos, éstos aprecian la carencia de accesibilidad a los colectivos
con dificultades (47%). Además, constatan la ausencia de interacción con el docente (42%) y los
compañeros (20%), presente en otras modalidades. Otro aspecto que aleja la formación a distancia
de otras, lo constituye la imposibilidad de llevar a cabo trabajos con compañeros, circunstancia
echada en falta por el 11% de los encuestados. Además, el 27% reconoce que la metodología
presencial favorecería el seguimiento de una disciplina, como la que supone la asistencia obligatoria.
186
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Aun encontrado inconvenientes en la modalidad a distancia, el 65% de los que recibieron tal
formación manifiestan que volverían a escoger la citada metodología. Frente a ellos, un 18% se
decantaría por la teleformación y un 12% optaría por la formación presencial. Únicamente un 5%
elegiría una formación combinada.
4.5 Materiales didácticos
Otra sección del cuestionario diseñado, tenía como objeto recabar información relativa a la
percepción que los alumnos tenían acerca de los materiales didácticos empleados. Constatamos una
gran satisfacción por parte de los destinatarios de la formación (en torno al 90% estima que
trabajaron con unos recursos adecuados). Además, el 63% otorga una comprensión total al material.
A su vez, el 59% de los encuestados manifestó un total acuerdo con la proporción de casos prácticos
incluidos. En desacuerdo se mostró en el 5% de los participantes. Al inquirir acerca de la
actualización del material, el 41% de las respuestas evidenciaron un total acuerdo y un 37% dijeron
estar bastante de acuerdo con la afirmación. Por el contrario, el 9% discrepó ante la vigencia y
modernidad del material. Fue demandada así mismo, información relativa a la disponibilidad del
material en el momento oportuno. A juicio del 86% de los encuestados, contaron con éste cuando fue
necesario. Finalmente, en las cuestiones que ahondaron sobre la especificidad de los recursos
propios de la modalidad a distancia, recibieron un buen juicio los materiales multimedia (29%), el
manual del curso (26%), los casos prácticos (16%) y los libros de apoyo (11%).
4.6 Evaluación
La modalidad de evaluación que mejor calificada fue por los alumnos a los que les fue
administrado el cuestionario fue la prueba tipo test (45%). Preferencia por los ejercicios prácticos
manifestó el 32% de los encuestados, decantándose por las pruebas escritas un 12% y por los
trabajos individuales el 9% del alumnado.
5. Teleformación
5.1 Programa y contenidos
En función de las respuestas recabadas de los cuestionarios cumplimentados, hallamos que a
juicio de los alumnos que recibieron la formación, la guía didáctica de la que dispusieron resultó de
mucha utilidad (36%), utilidad (62%) y poca utilidad (2%). Los resultados encontrados ante las
preguntas que versaban sobre los contenidos, pueden equipararse a las comentadas en las
metodologías anteriormente descritas.
5.2 Horario y duración
De acuerdo con la información proporcionada por los encuestados, un 80% de los alumnos que
se decantaron por la teleformación estiman que la duración del período formativo es adecuada.
Discrepan ante esta afirmación el 20%, considerando el 14% que la duración fue menor a lo deseada
y un 6% que juzgó la etapa de formación excesivamente larga.
5.3 Profesorado
En este apartado, los resultados pueden equipararse a los hallados en la modalidad a distancia.
5.4 Metodología
Los alumnos que se decantaron por la teleformación, valoran de las particularidades de esta
modalidad el uso de nuevas herramientas didácticas (total acuerdo, 38%; bastante de acuerdo, 44%;
de acuerdo 18%). El 100% alude a la sencillez en la tramitación de la documentación, los elementos
multimedia incorporados, la disponibilidad de una enseñanza individualizada y adaptada su ritmo de
aprendizaje. Además, los encuestados estiman en gran medida la flexibilidad horaria y la
accesibilidad que la modalidad escogida les reporta. Del mismo modo que en la metodología a
distancia, los alumnos perciben la ausencia de interacción con docentes (24%) o con compañeros y la
ausencia de obligatoriedad de asistencia (21%). Pese a las posibles desventajas que esta modalidad
podría acarrear, un 85% manifiesta que nuevamente se decantaría por ésta a la hora de realizar un
curso de formación similar. El 15% restante, sin embargo, optaría por la modalidad mixta (10%) o
presencial (5%).
5.5 Materiales didácticos
Preguntas similares a las comentadas en las modalidades anteriores, fueron realizadas a los
encuestados acerca de los materiales didácticos empleados. De acuerdo con las respuestas del 97%
187
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de los alumnos, contaron con los recursos necesarios en un momento oportuno. Además, a juicio de
los encuestados, el material era comprensible para el 93%. Un 97% manifestó que el número de
casos prácticos incluidos era el adecuado. De entre los diferentes materiales empleados, el que
recibió mejor aceptación fue el manual del curso (26%), seguido por los casos prácticos (19%),
enlaces a Internet (17%), foros (11%) y chats (7%). Finalmente, los alumnos destinatarios de la
teleformación, sugieren la posibilidad de incluir recursos tales como animaciones (22%), podcast
(20%) o trabajos en equipo (16%).
5.6 Evaluación
Finalmente, destinamos una sección del cuestionario a recabar información acerca de la
modalidad de evaluación que más se adaptaba a las preferencias de los alumnos. Un 44% dijo
preferir ser evaluado a través del software empleado durante la formación. En cambio, para el 26%
resulta más conveniente ser examinado a través de ejercicios prácticos. Los trabaos individuales
como medio de comprobación de lo aprendido son preferidos por el 20%.
En la tabla 2, recogemos una síntesis de la información recabada tras el análisis de los
cuestionarios cumplimentados por alumnos que recibieron formación en las diferentes modalidades
impartidas.
Instalaciones
INSTAL.
Idóneas 79
Mejorables 15
Inadecuadas 6
188
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Conclusión
La formación ha de ser concebida como un instrumento para alcanzar los objetivos de la
organización y para dar soporte a los procesos de cambio y transformación, hasta el punto que la
formación puede constituirse en sí misma como un objetivo estratégico y ser parte de lo que la
empresa es y lo que quiere ser. Las metodologías de formación, partiendo de las necesidades del
colectivo de referencia, son lo suficientemente variadas para cubrir las necesidades formativas de los
interesados. Cada una de ellas presenta unas características específicas y, dependiendo del tipo de
curso realizado, cuenta con unas ventajas e inconvenientes, por lo que se hace necesario adaptar la
metodología formativa a los objetivos, usuarios y tipo de curso.
La mayoría de los cursos impartidos en el período de estudio de esta investigación han seguido
la metodología presencial, bien por ser la establecida en el plan formativo, bien por considerarse la
más adecuada al perfil profesional del alumno y/o la materia a impartir (cursos con alto contenido
práctico). No obstante, en numerosas ocasiones, se han utilizado con éxito las metodologías
distancia, teleformación y mixta, por adaptarse mejor que la presencial a las circunstancias
específicas de un determinado curso en cuanto a disponibilidad de los trabajadores y/o la complejidad
y extensión de la materia impartida.
Con estos programas Froet realiza una importante labor social y educativa cualificando a los
profesionales demandantes de empleo, del sector del transporte de la Región de Murcia, a la vez que
implementa los planes de formación de un importante número de empresas del mismo sector.
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190
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
La transformación tanto de la estructura social como económica que venimos experimentando en
nuestros días, encuentra su concreción en el surgimiento de nuevas tendencias en la organización
económica y social (Nevers y Aragón, 2006).
Estos cambios tienen su reflejo en el ámbito empresarial. El contexto cambiante en el que
evolucionan las empresas, determina continuamente nuevas exigencias en términos de
conocimientos, habilidades y capacidades de los trabajadores (Danvila, 2005).
Frente a la dinámica de la primera mitad del pasado siglo, en la que la fuente de producción de
competencias necesarias para el trabajo era mismo trabajo (Planas, 2005), hoy en día se aboga por
la formación entendida como coproducción. Tanto es así que, hoy en día, el cumplimiento de una
adecuada estrategia empresarial y la consecución de sus objetivos de crecimiento y desarrollo pasa,
ineludiblemente, por la pertinente gestión de los Recursos Humanos (RR.HH.) con los que la empresa
cuenta. Uno de los fines que cobra especial relevancia en esa tramitación de los RR.HH., es la
formación del capital humano (Caparrós, Navarro y Rueda, 2004), esto es, el conjunto de
capacidades productivas que un individuo adquiere por acumulación de conocimientos generales o
específicos (Becker, 1967, citado en, Danvila, 2005).
En nuestros días, encontramos ampliamente extendida la consideración del capital humano
como uno de los factores esenciales que permiten explicar la competitividad de la organización. De
este modo, se concibe la formación como la clave que posibilita a la compañía evolucionar y
adaptarse, tanto a los continuos cambios y presión competitiva a la que se hallan sometidos los
mercados empresariales, como a las transformaciones en los procesos internos, tales como la
incorporación de nuevas tecnologías a la vez que la especialización de los RR.HH. propios (Jornet,
Suárez y Perales, 2000). De ahí que la participación de los trabajadores en acciones formativas pase
a considerarse crucial, pues constituye un elemento clave, tanto para la mejora de los resultados
económicos –incremento de la productividad- como a nivel individual –determinante del salario-
(Albert, García-Serrano y Hernanz, 2007).
El diseño de planes de formación y su evaluación en las empresas actuales, se configura, pues,
como una de las alternativas estratégicas que posee la organización para desarrollarse, crecer y ser
más competitiva en los mercados. Depende, por lo tanto, de la planificación general de la compañía,
configurándose como uno de sus pilares cada vez más importantes, y ha de responder tanto a los
requerimientos presentes de cambio, como a las transformaciones laborales futuras (Fernández-
Salinero, 1999). Como consecuencia, es imprescindible integrar una adecuada política de formación
en la propia cultura empresarial y de esta manera lograr conciliar las necesidades de formación y
capacitación con la estrategia y objetivos de la compañía.
Buena cuenta de la relevancia de la formación en la empresa da Ramos (2004), quien alude al
reconocimiento de la misma en el seno de Organizaciones y Empresas, como una inversión. De este
modo, se ha pasado de “la preocupación del `cuánto´, por la de `cuán bien´” (Ramos, 2004, p.13).
Así, ya no basta únicamente con que la empresa ofrezca formación, sino que ésta habrá de ser de
calidad e incluso es preciso potenciar al máximo un modelo de aprendizaje autónomo y significativo,
mediante estrategias didácticas orientadas más al desarrollo de destrezas y actitudes que al dominio
191
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de conocimientos (Martínez, Echeverría, 2009, p.139). De ahí la tendencia, cada vez más
generalizada, de evaluar las actividades formativas que se llevan a cabo en el ámbito empresarial y
no sólo se deben centrar en la evaluación de los resultados finales, sino estudiar, al mismo tiempo,
los procesos a la vez que plantearse mejoras (Expósito; Olmedo y Fernández, 2004).
En esta comunicación, queremos dejar plasmada la experiencia de La Federación Regional de
Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia, FROET. Es una asociación patronal que
agrupa a más de 1.350 empresas dedicadas al transporte por carretera tanto de mercancías como de
viajeros y a las actividades auxiliares y complementarias del transporte. Su ámbito de actuación se
circunscribe a la Región de Murcia y representa los intereses de las empresas asociadas siendo su
interlocutor ante la administración y ante los sindicatos de trabajadores reconociéndosele en este
sentido la representatividad de todo el sector. Al mismo tiempo, organiza la mayor parte de la
formación laboral y ocupacional de dicho sector, utilizando para ello un importante presupuesto del
Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF) orientado a cualificar a los profesionales inscritos
como demandantes de empleo en la bolsa de trabajo del sector y a realizar planes de desarrollo
formativo de los trabajadores de las empresas afiliadas.
1.1. Objetivos
El trabajo que en estas líneas presentamos, forma parte de una investigación más amplia:
“Evaluación de Materiales y Metodologías empleadas en la Formación en el sector del Transporte por
Carretera en la Región de Murcia. Colectivos con Especiales Dificultades para el Acceso a la
Formación Continua”, desarrollada por parte de la Federación Regional de Organizaciones
Empresariales de Transporte (FROET), desarrollado en el marco de la convocatoria de Acciones
Complementarias 2010, promovidas por el Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF). Los
objetivos que promovieron la realización de la investigación citada, se detallan en lo que sigue:
1. Analizar los materiales, metodologías y tecnologías educativas utilizadas en acciones
formativas del sector transporte de mercancías y viajeros por carretera en los últimos tres
años.
2. Evaluar los medios de difusión y/o conocimiento de la oferta formativa en el sector del
transporte de mercancías y viajeros por carretera.
3. Lograr propuestas de mejora en el diseño de nuevos materiales y en la implantación de
nuevas metodologías y modalidades de formación.
Los propósitos generales que motivaron la realización de la investigación citada, fueron
concretados en siete objetivos específicos. De entre éstos, desarrollaremos en el trabajo que nos
ocupa uno de ellos, descrito en lo que sigue: definir las metodologías utilizadas y valorar su grado de
implantación, adecuación y valoración.
2. Metodología
De entre las opciones contempladas en el plan de formación de trabajadores del sector del
transporte por carretera en la Región de Murcia, como parte de los proyectos de investigación y
acciones complementarias, enmarcado en el VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo
e Innovación Tecnológica (2008-2011), se contemplaba la opción de recibir la formación a distancia o
de manera telemática. Una vez finalizado el período de formación y a fin de conocer la percepción de
los usuarios, se les administraron unos cuestionarios. Fueron encuestados un total de 250
trabajadores del citado ámbito, que habían recibido formación de la Federación en los tres años
anteriores. La elección de los participantes respondió a una estratificación proporcional a las
distribuciones y pesos relativos, en función de las dimensiones de las plantillas de las empresas y su
emplazamiento geográfico, así como de las variables sexo y rango de edad de los trabajadores
formados. Los cuestionarios fueron administrados de manera presencial, online o a través de un
correo electrónico. Respondían a cuatro modelos diferentes, diseñados de forma adaptada a cada
una de las metodologías empleadas. El equipo técnico que conformó el grupo de trabajo, estuvo
constituido por un coordinador, un supervisor de calidad, un informático/estadístico, un responsable
del equipo de encuesta y un grupo de encuestadores componían el grupo de trabajo. Fueron
diseñados e implementados cuatro modelos diferentes de cuestionarios, adaptados a las
características propias de cada una de las metodologías de impartición utilizadas: presencial,
distancia y teleformación.
En cualquier caso, en cada una de ellas se inquiría acerca del programa y los contenidos, el
horario y duración del curso y se demandaba información sobre el profesorado, la metodología, los
materiales didácticos y el sistema de evaluación seguido.
192
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Formación a distancia
3.1 Programa y contenidos
Los alumnos que recibieron la formación a distancia, contaron con una guía didáctica en la que se
detallaba como habría de ser su proceso de estudio y los objetivos del curso. La casi totalidad de los
participantes que cumplimentaron el cuestionario (99%) consideran de utilidad el citado material (muy
útil, 46%; útil, 53%). Tan sólo el 1% de los encuestados no estima útil la citada guía.
3.2 Horario y duración
Al solicitar información acerca de la pertinencia de la duración del curso, un 89% de los
encuestados la consideran adecuada, frente al 4% que estiman que se trató de un período
excesivamente largo y un 7% que consideró el curso con una duración inferior a lo que estimaban
adecuado.
3.3 Profesorado
Pese a no contar con la figura de un docente que imparte el curso, los alumnos que optaron por
la modalidad a distancia disponían de un tutor de formación. Los aspectos mejor valorados por los
participantes que cumplimentaron el cuestionario fueron la habilidad del tutor para escoger los
recursos didácticos así como el domino de la materia. En cambio, no otorgaron tan buena puntuación
a la claridad evidenciada en las respuestas, al responder a las consultas de los alumnos. Un 18%
califica de forma negativa este aspecto. Contrasta esta valoración con la hallada en la modalidad
presencial, en la que los alumnos apreciaban particularmente la resolución de dudas por parte del
docente. Finalmente, al inquirir acerca de si la figura del tutor había favorecido el aprendizaje, un 78%
respondió de forma afirmativa. El 22% respondió a la etiqueta regular (17%) y negativamente (5%).
3.4 Metodología
Las preguntas del cuestionario destinadas a conocer las peculiaridades de la formación a
distancia, reportaron información acerca de la percepción de los alumnos encuestados, tal como que
los destinatarios de esta modalidad apreciaban no tener que contar con herramientas ni
conocimientos informáticos para recibir la formación (83%). A su vez, éstos otorgaban una puntuación
muy positiva a la oportunidad que les brindaba la realización de un curso a distancia. El no verse
obligados a asistir a clase, cumpliendo un horario, les permitía poder compaginar estudios, trabajo,
obligaciones familiares u otras actividades con la formación (80%). Al mismo tiempo, esta modalidad
ofrece autonomía geográfica y temporal, flexibilidad horaria (76%), así como la posibilidad de contar
con un proceso de aprendizaje personalizado (73%). Pese a las inestimables ventajas que esta
formación parece ofrecer a sus alumnos, éstos aprecian la carencia de accesibilidad a los colectivos
con dificultades (47%). Además, constatan la ausencia de interacción con el docente (42%) y los
compañeros (20%), presente en otras modalidades. Otro aspecto que aleja la formación a distancia
de otras, lo constituye la imposibilidad de llevar a cabo trabajos con compañeros, circunstancia
echada en falta por el 11% de los encuestados. Además, el 27% reconoce que la metodología
presencial favorecería el seguimiento de una disciplina, como la que supone la asistencia obligatoria.
Aun encontrado inconvenientes en la modalidad a distancia, el 65% de los que recibieron tal
formación manifiestan que volverían a escoger la citada metodología. Frente a ellos, un 18% se
decantaría por la teleformación y un 12% optaría por la formación presencial. Únicamente un 5%
elegiría una formación combinada.
3.5 Materiales didácticos
Otra sección del cuestionario diseñado, tenía como objeto recabar información relativa a la
percepción que los alumnos tenían acerca de los materiales didácticos empleados. Constatamos una
gran satisfacción por parte de los destinatarios de la formación (en torno al 90% estima que
trabajaron con unos recursos adecuados). Además, el 63% otorga una comprensión total al material.
A su vez, el 59% de los encuestados manifestó un total acuerdo con la proporción de casos prácticos
incluidos. En desacuerdo se mostró en el 5% de los participantes. Al inquirir acerca de la
actualización del material, el 41% de las respuestas evidenciaron un total acuerdo y un 37% dijeron
estar bastante de acuerdo con la afirmación. Por el contrario, el 9% discrepó ante la vigencia y
modernidad del material. Fue demandada así mismo, información relativa a la disponibilidad del
material en el momento oportuno. A juicio del 86% de los encuestados, contaron con éste cuando fue
necesario. Finalmente, en las cuestiones que ahondaron sobre la especificidad de los recursos
propios de la modalidad a distancia, recibieron un buen juicio los materiales multimedia (29%), el
manual del curso (26%), los casos prácticos (16%) y los libros de apoyo (11%).
193
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3.6 Evaluación
La modalidad de evaluación que mejor calificada fue por los alumnos a los que les fue
administrado el cuestionario fue la prueba tipo test (45%). Preferencia por los ejercicios prácticos
manifestó el 32% de los encuestados, decantándose por las pruebas escritas un 12% y por los
trabajos individuales el 9% del alumnado.
4. Teleformación
4.1 Programa y contenidos
En función de las respuestas recabadas de los cuestionarios cumplimentados, hallamos que a
juicio de los alumnos que recibieron la formación, la guía didáctica de la que dispusieron resultó de
mucha utilidad (36%), utilidad (62%) y poca utilidad (2%). Los resultados encontrados ante las
preguntas que versaban sobre los contenidos, pueden equipararse a las comentadas en las
metodologías anteriormente descritas.
4.2 Horario y duración
De acuerdo con la información proporcionada por los encuestados, un 80% de los alumnos que
se decantaron por la teleformación estiman que la duración del período formativo es adecuada.
Discrepan ante esta afirmación el 20%, considerando el 14% que la duración fue menor a lo deseada
y un 6% que juzgó la etapa de formación excesivamente larga.
4.3 Profesorado
En este apartado, los resultados pueden equipararse a los hallados en la modalidad a distancia.
4.4 Metodología
Los alumnos que se decantaron por la teleformación, valoran de las particularidades de esta
modalidad el uso de nuevas herramientas didácticas (total acuerdo, 38%; bastante de acuerdo, 44%;
de acuerdo 18%). El 100% alude a la sencillez en la tramitación de la documentación, los elementos
multimedia incorporados, la disponibilidad de una enseñanza individualizada y adaptada su ritmo de
aprendizaje. Además, los encuestados estiman en gran medida la flexibilidad horaria y la
accesibilidad que la modalidad escogida les reporta. Del mismo modo que en la metodología a
distancia, los alumnos perciben la ausencia de interacción con docentes (24%) o con compañeros y la
ausencia de obligatoriedad de asistencia (21%). Pese a las posibles desventajas que esta modalidad
podría acarrear, un 85% manifiesta que nuevamente se decantaría por ésta a la hora de realizar un
curso de formación similar. El 15% restante, sin embargo, optaría por la modalidad mixta (10%) o
presencial (5%).
4.5 Materiales didácticos
Preguntas similares a las comentadas en las modalidades anteriores, fueron realizadas a los
encuestados acerca de los materiales didácticos empleados. De acuerdo con las respuestas del 97%
de los alumnos, contaron con los recursos necesarios en un momento oportuno. Además, a juicio de
los encuestados, el material era comprensible para el 93%. Un 97% manifestó que el número de
casos prácticos incluidos era el adecuado. De entre los diferentes materiales empleados, el que
recibió mejor aceptación fue el manual del curso (26%), seguido por los casos prácticos (19%),
enlaces a Internet (17%), foros (11%) y chats (7%). Finalmente, los alumnos destinatarios de la
teleformación, sugieren la posibilidad de incluir recursos tales como animaciones (22%), podcast
(20%) o trabajos en equipo (16%).
4.6 Evaluación
Finalmente, destinamos una sección del cuestionario a recabar información acerca de la
modalidad de evaluación que más se adaptaba a las preferencias de los alumnos. Un 44% dijo
preferir ser evaluado a través del software empleado durante la formación. En cambio, para el 26%
resulta más conveniente ser examinado a través de ejercicios prácticos. Los trabaos individuales
como medio de comprobación de lo aprendido son preferidos por el 20%.
5. Conclusión
Las conclusiones más relevantes de la evaluación realizada a los cursos a distancia del plan de
formación de FROET hacen referencia a una importante aceptación de los usuarios de los cursos de
formación de la metodología a distancia. Las guías didácticas de los respectivos cursos han mostrado
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
una alta utilidad y solamente el 1% de los estudiantes y usuarios de los cursos de formación a
distancia señalan que las guías didácticas presentan poca utilidad. En relación a la utilidad del
programa a la hora de facilitar el seguimiento del curso, los encuestados han considerado en más de
un 80 % de los casos que el programa les había sido de utilidad: así un 28% lo consideró como muy
útil y un 55% como útil. Por el contrario, un 17% de los encuestados manifestó que les había sido de
poca utilidad. En cuanto a la valoración de los contenidos del curso, la puntuación conjunta de 10 y 8
encada uno de los aspectos analizados supera el 65% del total de las respuestas recibidas.
Realizando un análisis desglosado de los resultados, observamos que:
Tanto en la relación de los contenidos con la práctica profesional como en la adecuación con
el puesto de trabajo del alumno formado, en el 92% de los casos la respuesta es afirmativa.
Sólo un 8% de encuestados considera que los contenidos del curso no tienen relación con la
práctica profesional ni se adecuan a su puesto de trabajo.
En cuanto a claridad, concreción y estructuración del curso, un 40% de los encuestados
otorgan la máxima puntuación; el 33% con lo califica con 8; un 16% le dan un aprobado y un
11% opinan que el curso no supera los estándares mínimos (puntaciones de 0 a 4).
Finalmente, los encuestados son un poco más modestos a la hora de valorar la adecuación
del nivel de dificultad del curso con sus conocimientos previos, haciéndolo positivamente el
82%, de los cuales un 65% lo manifiesta con claridad (puntuaciones 10 y 8) y un 23% con
más tibieza (puntuación 6).
Preguntados a continuación respecto de si el curso combinaba adecuadamente los
contenidos teóricos y los prácticos, una amplia mayoría, el 78% de los encuestados,
respondió afirmativamente; el 16% contestó “regular” y sólo un 6% del total manifestó que el
curso no ofrecía una combinación adecuada de contenidos teóricos y prácticos.
En cuanto a la valoración de la duración de los cursos impartidos con metodología a distancia
respecto a los contenidos que figuran en la guía didáctica, los trabajadores encuestados la
consideran adecuada en un 89% de los casos, larga en un 4% y corta en un 7%. Mostrando, los
datos anteriormente referidos, de los mucho más amplios y relevantes de la investigación indicada,
podemos concluir que la formación a distancia es una elección metodológica que cubre la mayor
parte de las necesidades planteadas por los estudiantes-trabajadores del sector del transporte y de
los desempleados del mismo sector de la Región de Murcia.
6. Bibliografía
Albert, C., García-Serrano, C. y Hernanz, V. (2007). La formación en la empresa: ¿Cómo se mide?
Cuadernos económicos de ICE, 74, 199-219.
Caparrós, A., Navarro, M.L., M.F. y Rueda (2004). Efectos de la temporalidad sobre la formación
recibida durante el empleo. Cuadernos de Economía, 27, 51-74.
Danvila, I. (2005). Problemas y propuestas de medición de la formación en la empresa, Cuadernos de
Estudios Empresariales, 15, 27-45.
Expósito, J., Olmedo, E. y Fernández, A. (2004): Patrones metodológicos en la investigación
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Fernández-Salinero, C. (1999). El diseño de un Plan de Formación como estrategia de desarrollo
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Jornet, J.M. Suárez, J.M. Perales, Mª. J. (2000). La evaluación de la formación ocupacional y
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en la empresa. Universidad de Valencia. Departamento de Métodos de Investigación y
Diagnóstico en Educación. Valencia, España.
195
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
196
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
qual deram respostas 121 pedagogos; e, a realização de dois grupos de discussão, no qual
participaram 18 dos professores que haviam aportado suas respostas ao questionário. A eleição por
estes profissionais reflete a congruência com a complexidade que caracteriza a Amazônia brasileira,
cuja crise ambiental, como reflexo da crise social, requer que se adotem alternativas condizentes com
a realidade. Tais alternativas, no exercício da função pedagógica social, na atuação cidadã e nos
discursos produzidos na vida cotidiana são fundamentais para conseguir que a população seja, cada
vez mais, consciente da sua realidade e dos riscos que comportam a sua atuação ou ausência dela.
Posicionar-se assim, resulta assumir um papel ativo na melhoria de suas condições de vida, na
emancipação coletiva e no respeito aos direitos ecológicos e sociais das diversidades culturais e do
território que habitam. Nesse sentido, as coincidências epistemológicas existentes entre Educação
Ambiental e representações sociais, podem contribuir para elaboração de um discurso e prática
constituída socialmente, já que ambas consideram os sujeitos como construtores e reconstrutores de
conhecimentos, com a capacidade para atuar em processos de transformação social (Caride e Meira,
2001; Spink, 1993; Jodelet, 2011).
197
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
198
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
anseios de transformação da realidade. Talvez aí resida uma explicação plausível que justifique as
seguintes opiniões e sugestões:
Exigir das autoridades a fiscalização e cumprimento das leis ambientais;
Lutar contra as injustiças sociais e os problemas ambientais amazônicos;
Fiscalizar as ações públicas para diminuir a corrupção política partidária;
Fortalecer as ações dos órgãos públicos;
Deter o desmatamento por meio de políticas públicas;
Aprovar um código florestal mais comprometido com o meio ambiente e menos
preocupado com os ruralistas e latifundiários;
Fiscalizar e erradicar o contrabando de animais;
Incentivar a agricultura familiar;
Promover a reforma agrária;
Fortalecer as iniciativas contra as construções de hidrelétricas na Amazônia;
Criar novas reservas florestais;
Combater a grilagem de terras.
As informações da pesquisa revelam um conjunto de sugestões e proposições pautadas em
concepções críticas de meio ambiente e Educação Ambiental (Pelicioni, 2006; Sauvé, 2005).
Portanto, permite-nos analisar tais sugestões desde a contribuição da Educação Ambiental para o
enfrentamento da crise ambiental na Amazônia e para o exercício da cidadania, ou seja, a partir da
sua característica mais relevante diante dos antagonismos do mundo moderno (Reigota, 2011).
Nesse sentido resulta evidente que as proposições de ações, impregnada de elementos culturais de
resistência aos processos de exploração e dominação, favorecem à elaboração de representações de
participação comunitária e reivindicação social. Estas ganham relevância no contexto da pesquisa por
meio das sugestões dos pedagogos, as quais podem ser compreendidas a partir do “alargamento da
política educativa a nível comunitário” no qual “veremos que, no âmbito de uma pedagogia de
desenvolvimento local, cada escola deve adotar uma estrutura organizativa flexível e apta a atender à
concretização dos projetos comunitários que lhes são comuns” (Caride, Freitas e Vargas, 2007,
p.246). Neste caso, o projeto em comum refere-se ao enfrentamento da crise ambiental na Amazônia.
5. Referências bibliográficas
Almeida, M. W. B. (2004). Direitos à floresta e ambientalismo: seringueiros e suas lutas. Revista
Brasileira de Ciências Sociais, 19 (55), 33-53.
Almeida-Val, V. M. F. (2006). A Amazônia não é só paisagem. Ciência e Cultura, 58 (3), 24-26.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
encuentro y formación en los que aprovechar también los tiempos de ocio. En este sentido, como
señala Caride (2012), es importante que orientemos a los ciudadanos a poner en valor el tiempo libre
y de ocio, teniendo en cuenta que una educación del ocio contribuye a su desarrollo integral y
favorece los procesos de socialización.
Lo primero que debemos replantearnos es el rol educativo que tienen las bibliotecas en la
formación de los ciudadanos en aquellos alfabetismos o competencias que se consideran
imprescindibles para vivir en sociedad. De entre las competencias básicas que se consideran
indispensables en la sociedad actual, la biblioteca contribuye especialmente a la formación de hábitos
lectores estables, la búsqueda y el manejo de la información y un uso adecuado de las tecnologías.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
diferentes motivos físicos, psíquicos o sociales tienen dificultades lectoras y/o de comprensión. Estos
clubes parten de la iniciativa, Lectura fácil (Easy-to-read, en inglés), nacida en Escandinavia en los
años 60, que promueve la publicación de versiones más sencillas y asequibles de los textos más
importantes de una comunidad, para que diversos colectivos con dificultades de comprensión
permanentes o pasajeras puedan acceder a ellos. Como describe Cassany (2008, p.237), estos
materiales y la organización de estas reuniones de lectores han sido aplicadas con éxito entre
colectivos con discapacidades físicas (sordos, ciegos, ancianos) o psíquicas (autistas, disléxicos,
afásicos, déficit de atención) y las que tienen problemas con la lengua del país (inmigrantes recientes,
hablantes de otras lenguas, analfabetos funcionales).
2.2 Actividades para el desarrollo de competencias informacionales
La disposición de infinidad de recursos y fuentes de información en la red hace más necesaria
que nunca la formación en competencias informacionales. La búsqueda de información, su selección,
su evaluación y su posterior utilización, se convierten en tareas imprescindibles para cualquier
ciudadano ya que contribuyen a mejorar sus condiciones educativas, culturales y sociales. En un
momento en el que se considera imprescindible la formación a lo largo de toda la vida, las bibliotecas
han de entenderse además, como centros de aprendizaje abierto, aprovechando sus recursos y los
conocimientos de sus profesionales esta área.
Como señalan Area y Guarro (2012, p.46), en la cultura multimodal del siglo XXI en la que la
información está en todas partes fluyendo constantemente, una persona alfabetizada debiera dominar
todos los códigos, formas expresivas de cada uno de los lenguajes de representación vigentes (el
textual, el audiovisual y el digital), así como poseer las competencias para seleccionar la información,
analizarla y transformarla en conocimiento.
Desde hace años se viene trabajando en las distintas bibliotecas en programas de Alfabetización
en Información (en adelante ALFIN). Estos programas, que han sido desarrollos inicialmente en el
ámbito de las bibliotecas universitarias, tienen como objetivo formar ciudadanos competentes en el
uso de la información. Esto significa que han aprendido a aprender, porque saben cómo se organiza
el conocimiento, cómo se encuentra la información y cómo se emplea para que otros puedan
aprender. Se trata de personas preparadas para el autoaprendizaje a lo largo de toda la vida, porque
han desarrollado habilidades para encontrar la información que requieren en cualquier tarea o
decisión. Se convierten así las bibliotecas en un espacio informal de aprendizaje, poniendo a
disposición de los ciudadanos las herramientas necesarias para su desarrollo educativo y social,
asesorando y formando usuarios autosuficientes en el uso de la información y proporcionándoles el
entorno adecuado para el aprendizaje.
Actualmente hay muchas bibliotecas públicas que están convirtiendo la función educativa en uno
de los principios que orientan sus planes de actuación desarrollando programas de ALFIN que las
convierten en centros de aprendizaje abierto, en centros estratégicos de difusión del conocimiento,
que potencian el desarrollo local. Por este motivo, es imprescindible una regulación y homologación
de dichos programas para que, desde las instituciones oficiales y las organizaciones profesionales se
les dé el apoyo necesario.
2.3 Actividades para el desarrollo de competencias digitales
Como hemos señalado el desarrollo de las TIC y, muy especialmente, de Internet ha modificado
la forma de acceder a la información, e incluso la forma de relacionarnos y comunicarnos. Como ya
hemos señalado, actualmente, tenemos acceso a una cantidad ingente de información a tan solo un
clic de ratón. Además, se ha generalizado el uso de Internet para el desarrollo de algunas actividades
y transacciones cotidianas. La compra, la planificación y reserva de nuestras vacaciones, la búsqueda
de empleo, muchas operaciones bancarias e, incluso la solicitud de determinadas gestiones
administrativas se pueden hacer directamente desde internet. Con el desarrollo de la denominada
administración electrónica, podemos resolver trámites burocráticos de diferentes administraciones
públicas sin necesidad de movernos de casa.
Pese a que estas operaciones buscan la máxima facilidad de acceso a la información, debemos
tener presente que para muchos ciudadanos sin experiencia previa e, incluso, sin acceso a internet
esto puede ser motivo de exclusión social. Además, no debemos olvidar que pese a la popularización
del uso de internet, como refleja el informe La Sociedad de la Información en España 2012, realizado
por la Fundación Telefónica, todavía existe un 37% de familias que no disponen de acceso a la red en
sus hogares, incrementándose este porcentaje si se trata de familias que viven en medio rurales.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Por este motivo las bibliotecas deben facilitar el acceso de todos los ciudadanos a esta nueva
realidad virtual, entendiendo que no se trata de un problema de acceso sino de participación activa.
“La disponibilidad de las tecnologías y la capacidad de usarlas se convierte en elemento fundamental
de los nuevos derechos de la ciudadanía en la sociedad global de la información, y a través de la red
pasa la línea de demarcación del desarrollo” (Solimine, 2012, p.8).
Es imprescindible que las bibliotecas faciliten el acceso a internet desde sus instalaciones, pero
es todavía más importante que apoyen a los ciudadanos en el uso de las tecnologías, facilitándoles la
formación necesaria para convertirse en actores activos de este entorno virtual.
2.4 Actividades para la inserción social
Además de estas actividades dirigidas a todo la población, es importante programar actividades
que tengan como objetivo la inserción social de colectivos vulnerables. Existen diferentes iniciativas
dirigidas a personas con diferentes discapacidades. Una de las primeras iniciativas llevadas a cabo
en la mayoría de las bibliotecas para lograr una integración social de estos colectivos ha sido la
eliminación de las barreras arquitectónicas que dificultaban que los disminuidos físicos pudiesen
acceder a cualquiera de los espacios de la biblioteca. En este sentido, queremos señalar las
aportaciones que desde la ONCE se han hecho a muchas bibliotecas, con el objetivo de favorecer el
uso de las colecciones a personas con deficiencia visual o ceguera: lupas TV, lectores ópticos POET,
exploradores JAWS y Zoomtext.
Para la integración de colectivos de discapacitados es imprescindible la colaboración con
asociaciones y centros que trabajen con ellos. La colaboración que se está llevando a cabo en
distintas bibliotecas españolas suele ser básicamente en dos aspectos:
A través del acercamiento de las colecciones y materiales a los centros.
Visitas de grupos de educación espacial a los que se les invita a participar en las
diferentes actividades de promoción lectora.
En este sentido queremos destacar la iniciativa de la Biblioteca Municipal de Mérida en la que,
en colaboración con la Consejería de Bienestar Social, han organizado sesiones de cuentacuentos
con participación de intérpretes de la lengua de signos. Como señala su directora, Ortiz Macias
(2003, p.100), estos contadores cuentan, escenifican, hacen mimo, ilustran el cuento con imágenes
escaneadas de los propios libros. Con esta actividad los niños sordos se acercan a un centro
desconocido que les proporciona un momento agradable y la posibilidad de relacionarse con otros
niños que en esos momentos “oían” y entendían lo mismo. Los niños oyentes a su vez se sienten
atraídos por la novedad y descubren una realidad que no conocen de cerca.
Son muchas las bibliotecas que trabajan directamente con hospitales y centros de salud para
llevar a sus enfermos periódicamente lecturas. Además, son muchas las bibliotecas que colaboran
con hospitales psiquiátricos a los que se les ofrece la posibilidad de participar en actividades de
promoción lectora como parte de sus terapias. A partir del contacto con monitores y directivos se
ofrece la biblioteca como espacio de integración ciudadana. Generalmente se organizan con ellos
clubes de lectura fácil, ciclos de cine, en definitiva actividades que llamen su atención y les permitan
conocer otras ambientes diferentes al que viven a diario en sus centros. Además, se trata de
colectivos que muestran un gran interés por todas las iniciativas que se les ofrecen, destacando su
entusiasmo y receptibilidad.
Un colectivo que cada vez más se dirige a las bibliotecas son los inmigrantes. Este colectivo
atraído por internet, entre otros servicios, acude con asiduidad a la biblioteca. La biblioteca como
espacio de integración ciudadana siempre se ha sentido receptiva con la llegada de estos colectivos.
Las primeras decisiones tomadas en muchas bibliotecas para facilitar su inserción ha sido ampliar sus
colecciones con una muestra representativa de obras en los distintos idiomas. Generalmente estos
colectivos participan activamente en muchas de las actividades programadas por la biblioteca para
adultos y niños, destacando su participación en clubes de lectura, en los que una vez superadas las
barreras del idioma, el intercambio cultural se convierte en uno de los aspectos más positivos y
enriquecedores.
Queremos destacar la iniciativa “Diaris del món”, ofertada por el Servicio de Bibliotecas de la
Diputación de Barcelona. Este servicio pionero de prensa internacional del día, ofrece acceso a más
de 171 periódicos extranjeros de 60 países diferentes vía satélite. El servicio incluye la impresión real
según su elección.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Todas estas iniciativas son solo una muestra de la importancia que puede adquirir la biblioteca
en el quehacer de la vida cotidiano y su aportación al Estado de Bienestar. En España cada vez son
más habituales este tipo de iniciativas y programas, pero es en el ámbito latinoamericano donde se
producen los ejemplos más significativos de bibliotecas e instituciones dedicadas al fomento de la
lectura que rescatan y ayudan a personas sin recursos en diversas situaciones de calle, de
desempleo y sectores de riesgo. Como señala Civallero (2010, p.110), las experiencias se cuentan
por miles y a pesar de su abrumadora diversidad todas poseen un factor común: “partiendo desde un
contexto difícil y extraordinariamente complejo, han conseguido, de una manera u otra, proveer a sus
comunidades de los servicios que precisaban. Han construido propuestas positivas con impacto en la
sociedad, y han influido en una mayor calidad de la relación entre biblioteca y usuario.
4. Referencias bibliográficas
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en America latina. En Castillo Fernández, J., Gómez Hernández, J. A. y Quílez Simón, P. (Ed.)
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
“El capitalismo es inhumano”, nos decía contundentemente José Saramago. Nos encontramos
inmersos en tiempos de cambios sociales que se dan a conocer a través de modelos de vida que
intentan hacernos ver la necesidad de mantener una actitud acrítica y una indolencia social, cuyas
consecuencias más evidentes las constituyen las desigualdades sociales, la pobreza, la nula
participación democrática y los procesos de exclusión que devienen de este modo de ver la realidad.
Y es que, desde hace algunas décadas, estamos siendo arrastrados hacia una trama política,
económica, cultural, educativa y social, representada por el denominado modelo neoliberal, dejando
que nos marque el itinerario a seguir y en este camino en el que nos precipitamos, no hemos opuesto
demasiadas resistencias. Esto ha supuesto una de las transformaciones sociales, económicas y de
convivencia más evidentes de la humanidad. Las desigualdades entre las personas aumentan, los
procesos de exclusión se acrecientan, las poblaciones sometidas a la pobreza y precariedad son
cada vez mayores, así como las injusticias y la falta de equidad son cada vez más evidentes; ante
estos acontecimientos las administraciones y gobiernos optan por el mantenimiento de esta forma de
vida, donde las dificultades de las mayorías sustentan el enriquecimiento de las minorías. Y lo más
grave es que la sociedad se está acostumbrando a naturalizar estas realidades, optando por
procesos caritativos y de falsa solidaridad en demasiados casos, abordando las consecuencias de un
sistema injusto y no abordando las causas que lo generan.
Estas políticas neoliberales se caracterizan por la defensa de una política económica orientada a
la recuperación de los procesos de acumulación de riqueza, aunque esto nos conduzca a injusticias
sociales; además, se produce una transferencia de competencias parlamentarias hacia sistemas de
negociación económica donde se cuestiona el Estado social y, se desemboca, en la restauración de
los valores tradicionales. De este modo, se producen recortes en todo lo que tenga que ver con la
inversión social y la reducción de los presupuestos destinados a los servicios públicos. Este proceso
invita a la privatización de estos servicios, de salud, vivienda y educación, ya que estas prestaciones
son consideradas deficitarias por no producir, al menos, a corto plazo, unos beneficios; sin embargo,
el hecho de que se plantee su traspaso a manos privadas, auguran, sin duda, grandes beneficios
para las personas que los gestionen. Ante estos planteamientos, la Pedagogía Social debe reflexionar
sobre su quehacer, que aglutina saberes, metodologías, instrumentos y un especial hacer, vinculado
con el desarrollo de las personas y los grupos con los que trabaja, que poco tienen que ver con el
mito de la competitividad, que se traduce en desigualdad e indiferencia, en detrimento de la igualdad
de condiciones, reconociendo la equidad desde las diferencias.
Creemos que la Pedagogía Social, debe abordar estas situaciones necesariamente con un
compromiso profesional ético, que permita reflexionar e intervenir, no desde la hegemonía social,
cultural, educativa y económica, sino que, partiendo de una reflexión y un posicionamiento en defensa
de la igualdad y el respeto a la diversidad, opte por abordar las causas que generan este sistema
social. En este sentido, proponemos tres ejes en los que la Pedagogía Social debe interesarse y
reflexionar, a modo de epicentros desde los que construir las alternativas contrahegemónicas a las
que la práctica educativa social debe contribuir: la solidaridad, la interculturalidad y los derechos
humanos. De hecho, consideramos que el estatuto epistémico y axiológico de la Pedagogía Social
hace que el desarrollo de estos aspectos sean clave, para que desde la misma, se realicen
propuestas alternativas a las políticas neoliberales.
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imaginación democrática”. Por ello, el objetivo de la traducción entre culturas en el ámbito pedagógico
social debe responder al objetivo de crear justicia social a partir del diálogo intercultural y la
'imaginación' pedagógica.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Comprender el mundo en el que vivimos nos capacita desde nuestra ética y desde nuestra
conciencia política, para intervenir críticamente en él, a pesar de los posicionamientos inalterables e
incuestionables que desde todas las esferas tratan de mantenernos inmóviles. Sin embargo, por
coherencia personal y profesional, es necesario reivindicar nuestra conciencia política como soporte
fundamental para la transformación social y la reconstrucción colectiva. Paulo Freire (1992), lo
expresó hace años: “si, en realidad, las estructuras económicas me dominan de manera tan señorial;
si moldeando mi pensamiento, me hacen objeto dócil de su fuerza, ¿cómo explicar la lucha política y,
sobre todo, cómo hacerla y en nombre de qué? Para mí, en nombre de la ética, obviamente, no de la
ética universal del mercado, sino de la ética universal del ser humano; para mí, en nombre de la
necesaria transformación de la sociedad de la que se deriva la superación de las injusticias
deshumanizadoras. Y todo ello porque, condicionado por las estructuras económicas, no estoy, sin
embargo, determinado por ellas”. Pues bien, no podemos ser ajenos desde la Pedagogía Social a
esta actitud ética y política, enfrentada a las políticas neoliberales y a las injusticias y desigualdades
que generan a través de su propio devenir, que se traducen en las dinámicas relacionales, la
evolución de los procesos de producción y la tensión de los valores existentes.
6. Referencias bibliográficas
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212
LÍNEA TEMÁTICA 2
1. Introdução
As considerações aqui a serem apresentadas partem da experiência no campo educacional da
rede pública, dos resultados obtidos a partir da implementação de um projeto de Intervenção
Pedagógica elaborado durante a participação do professor autor no programa de desenvolvimento
educacional, PDE/PR (Paraná). O projeto fruto destes estudos foi implementado nos sextos anos,
com alunos cuja idade aproximada varia entre 11 e 13 anos. O colégio estadual utilizado como
pesquisa de campo atende a seis áreas de ocupação irregular. Uma parte considerável das famílias
mora em favelas e vivem em condições extremamente precárias e vulneráveis. Participaram desta
pesquisa dez educadores, dois membros da comunidade extraescolar e aproximadamente duzentos
alunos. O objetivo consistiu em verificar as interfaces entre violência e rendimento escolar. Como
metodologia, houve a organização de um grupo de estudos que ocorria uma vez a cada quinze dias,
com a participação de professores, assistentes administrativos, membros das instâncias colegiadas e
comunidade externa. Após a primeira reunião, ficou estabelecido que os professores participantes
levassem pra sala de aula uma atividade na qual os estudantes deveriam escrever, juntamente com
mãe e demais familiares, as memórias da história de vida ano a ano. Durante o desenvolvimento das
atividades, bem como das reflexões que iam surgindo durante os encontros, emergiu a necessidade
de debater quais violações de direitos contribuem para o aumento das violências e como propor
reflexões sobre ações preventivas que venham a reduzir práticas aversivas a um desenvolvimento
humano saudável.
Após discussões, optou-se por realizar uma pesquisa numa delegacia da região metropolitana
de Curitiba, haja vista que há vários ex-alunos do referido colégio cumprindo pena privativa de
liberdade. O objetivo principal foi correlacionar em que medida a falta de implementação de alguns
dos direitos assegurados no artigo 227 da Constituição Federal da República Federativa do
Brasil/1988, constituíram-se em graves violações que culminaram na autoamplificação da violência
contra as vítimas afetadas. De sessenta e dois detentos que estavam presos no momento da
pesquisa, cinquenta e um concordaram em responder a um questionário semiestruturado contendo
perguntas abertas e fechadas, de múltipla escolha.
Observou-se a dimensão da violação dos direitos no processo de vitimização do próprio infrator,
uma vez que se verificam inúmeras privações sofridas ao longo do processo desenvolvimental no
contexto imediato de interações familiares, escolares e sociais, vivenciado por cada sujeito em
privação de liberdade que contribuiu para esta investigação. Também as contingências nas quais
socioeducadores e demais profissionais envolvidos no trabalho com presos são diretamente afetados
e, consequentemente, produzem reflexos do ambiente prisional nas demais pessoas com quem
interagem. Fica perceptível a necessidade de profissionalização e formação humanista para favorecer
o trabalho de ressocialização. O contexto no qual os educadores sociais transitam ecologicamente,
modificando as estruturas externas e internas dos sujeitos com os quais convivem, produzem efeitos
que podem ser determinantes para trajetórias de vidas. Como sugere Añaños-Bedriñana e Olmos
(2013), em reflexões sobre a educação social nas prisões, “El contexto visibiliza un campo propio de
la Pedagogía y de la Educación Social, con múltiples complejidades y fragilidades, escasa y
parcialmente abordadas, pero que supone, a su vez, un escenario donde emergen fortalezas
educativas, reeducativas y de reinserción que marcan algunos caminos a seguir”.
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1
reciprocidade, em consonância ao estilo parental autoritativo , considerado o mais eficaz na
perspectiva de (Weber, Prado, Viezzer y Branderburg 2004), em pesquisas realizadas sobre relações
familiares.
Sensibilizar os profissionais da educação para aguçar-lhes a percepção sobre em que medida
cada ação ou omissão diante da violação contribuem para aumentar os índices de violência e a
reivindicação generalizada pela elevação dos índices de encarceramento juvenil. Os anseios de uma
parte significativa da população clamando pela redução da maioridade penal são alguns indicativos
do quanto ainda se faz necessário aprofundar o debate sobre a complexidade dos fenômenos. Cabe
aprofundar o debate sobre o quanto a falta de políticas governamentais circunscrita no campo dos
macrossistemas produzem implicações multidimensionais no exossistema, no mesosisstema e nos
diversos microsistemas onde as pessoas em constante desenvolvimento transitam dialética e
ecologicamente. Bronfenbrenner (1996) traz contribuições com sua proposta bioecológica do
desenvolvimento humano, para se reconsiderar a força das interações nos diversos ambientes nos
quais os indivíduos transitam ecologicamente e desenvolvem mutuamente, modificando o ambiente
físico externo, o meio natural e os recursos internos de todos os entes com as quais estabelecem
relações. O paradigma bioecológico do desenvolvimento humano elucida o quanto cada sistema atua
na edificação humana, mais variados espaços físicos e sociais, onde interações viabilizam formar
díades, tríades, tétrades, e assim sucessivamente.
Outrossim, reforça e aciona o pensamento sobre em que medida a influência recíproca destas
interações afetam bidirecionalmente o próprio desenvolvimento. Em sua proposta apresentada na
Ecologia do Desenvolvimento Humano (1979), mostra a dinâmica das relações entre a pessoa em
desenvolvimento, o processo desenvolvimental no qual estão imbricados inúmeros fatores que
podem ser favoráveis ou não, o contexto imediato e a repercussão do meso, exo, macro e do
cronossistema, este último passou a ser considerado de maneira mais aprofundada posteriormente
quando publica a “Bioecologia do Desenvolvimento Humano” (2011), no qual traz de forma mais
contundente questões referentes à conjuntura temporal. Define microssistema como “o complexo de
relações entre a pessoa em desenvolvimento e o ambiente imediato no qual ela está contida”
(Bronfenbrenner, 1977, p. 515). Dessa forma, as pessoas constroem uma representação semiótica
dos fenômenos da existência humana a partir de onde vivenciam sua experiência de vida.
Consideram-se então microssistemas a creche, o jardim de infância, a escola, a igreja, a casa
dos colegas, dos familiares, os ambientes com os quais interagem e interafetam mutuamente. O
mesossistema se constitui de microssistemas e se refere “às inter-relações de vários ambientes nos
quais a pessoa em desenvolvimento está inserida”. (id, p.515) Por exosistema considera os
ambientes nos quais a pessoa em desenvolvimento não está diretamente inserida como o local de
trabalho dos familiares, que interfere nos relacionamentos inter-pessoais e na formação mútua dos
envolvidos. O micro, meso e exossistema estão inseridos em um macrossistema, que se constitui da
cultura, das macroinstituições como os governos, do conjunto de costumes, valores e crenças, de
ideologias, edificados na arquitetura societal de uma determinada cultura ou subcultura. Muito bem
apresentou Bronfenbrenner a metáfora das “Bonequinhas Russas”: Quatro bonecas estão dispostas
uma encaixada dentro da outra, apresentam idênticas características, exemplificando que na
sociedade os sistemas estão interligados e se refletem nos sujeitos que constroem.
A complexidade do fenômeno educativo demanda que se recorra à Morin para propor uma
reconfiguração do pensamento de educadores a partir de uma perspectiva antropoética centrada na
ética da compreensão da alteridade e da multimensionalidade dos processos evolutivos. Em Ética da
compreensão, Morin (2005, p.112) alerta para a importância de compreender o incompreensível.
Ressalta o caráter destrutivo da incompreensão quando impera sobre os relacionamentos familiares,
profissionais, interculturais. Ainda que venha ocorrendo a multiplicação das trocas de informações,
dos meios de acesso às culturas e das formas de comunicação, dos encontros interculturais e dos
cosmopolitismo crescente, o individualismo e o egocentrismo não permitem a superação das
incompreensões éticas ou religiosas.
Dessa forma, pensar uma educação a partir da ética da compreensão (cum-prehendere, tomar
em conjunto) requer dos profissionais uma postura reflexiva inter-transdisciplinar, uma antropoética
da compreensão humana edificada sociocultural e afetivamente num determinado tempo histórico,
político, geográfico, econômico, a partir de interações como meio físico e social no qual polifônicas
1
Segundo Weber, Prado, Viezzer y Branderburg (2004), o termo autoritativo foi alcunhado por Oliveira et al.
(2002), como um estilo parental democrático-recíproco ou, competente na concepção de Bee, 1996. (Costa et
al., 2000; Oliveira et al., 2002; Bee, 1996 apud Weber, Prado, Viezzer y Branderburg, 2004).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
pérfido e misto de alimento azedo, urina, fezes, dentre outros odores presentificados pela carência de
higiene. Esta descrição se refere à ambientação na qual se desenvolvem seres encarcerados e em
constante processo de aquisição cognitiva, dado o incessante devir existencial e a re/construção
subjetiva que ocorre a cada interação com o meio físico e social.
Em um dos relatos da pesquisa, chamou a atenção a resposta elaborada por um preso sobre
quais atividades de lazer lhe eram oportunizadas quando era criança. Ao relembrar sua infância,
narra que brincava de roubar e matar, não lhe ocorriam outras lembranças que pudessem ilustrar o
desenvolvimento em contextos favoráveis. Ao analisar a resposta constante no questionário onde o
detento relata as brincadeiras de assalto quando criança, ocorreu, num primeiro momento, a
possibilidade da falta de honestidade na resposta, por ironia, sarcasmo, revolta, enfim.... Nas
palavras do próprio pesquisado á seguinte questão: Onde você cresceu existia lugar para brincar
(área de lazer)? “Eu brincava na favela de da tiro nos pilantra, a minha infância só foi usar droga e
roubar e matar”. (S.2011). O contexto da infância do sujeito pesquisado acima não lhe oferecia outras
oportunidades de brincadeiras lúdicas e/ou pedagógicas. Percebe-se que é possível verificar várias
atividades que comprometem a formação. Um efeito similar e culturalmente aceito pode ocorrer
quando se estruturam em grandes Shopping Centers áreas de jogos digitais construídas com
pseudoarmas nas quais os jogadores literalmente empunham a arma apontada para uma tela virtual
e desferem tiros visando a um alvo representado virtualmente por outro ser humano.
Dentre os cinquenta e um questionários respondidos, a importância da família se reflete em
alguns discursos carregados de arrependimento e desejo de mudanças, como é o exemplo abaixo na
resposta dada a questão sobre as expectativas de vida ao término de cumprimento da pena:
Pretendo sair e voltar pra minha vida normal trabalhar poder cuidar do meu filho pra pelo menos
saber o que é ser pai já que não tive a sorte em saber o que era ter um pai... tudo na minha vida
começou a partir disso mas agora é tarde ... já estou aqui só sei que... se eu sai daqui quero
muda...Na paz ou no perigo Deus está comigo... Só Deus pode me julgar... Vida loka tambem ama!!!
Verifica-se alguns elementos que mostram como o recluso acima sente a fragilidade familiar ao
considerar que se tivesse a presença do pai, de um convivência familiar parceira na sua edificação,
sua “sorte” poderia ter sido outra. Isso fica claro no seguinte enunciado: “Tudo começou a partir
disso” – da ausência de uma figura parental que lhe fosse referência e o conduzisse a uma vida justa
e um desenvolvimento saudável. Fica perceptível o reconhecimento da construção da subjetividade a
partir da ausência de relações familiares interventivas, e a consciência por parte do pesquisado de
que não quer reproduzir a mesma formação adversa em seu filho. Com relação à escola, o mesmo
alega ter sido expulso antes de completar o sexto ano, antiga quinta-série, pois não ia uniformizado,
não fazia as tarefas de casa, gazeava as aulas. Quando questionado se os pais e responsáveis foram
chamados à escola, se passou por Conselho Tutelar ou pelo Conselho Escolar, o mesmo responde
que não. Nenhuma medida protetiva prevista na legislação vigente fora adotada. A expulsão ou
transferência compulsória dependendo da situação, pode ser tipificada como crime, cometido por
parte do profissional da educação, podendo a pessoa responsável pelo ato infracional vir a ser punido
com medida privativa de liberdade, de três a cindo anos, conforme previsto no artigo 6° da Lei n° 7.71
6/96.
O relato dos detentos ilustram a falta de formação e informação por parte das pessoas nos
diversos microssistemas que frequentaram, cujas atitudes de violação e reprodução das violências
acentuam a exclusão e favorecem a amplitude do quadro horripilante que se amplia nas sociedades
contemporâneas. Uma discussão que ainda precisa ser intensificada nos espaços de formação, pois
contribui no constructo das representações assimiláveis pelo indivíduo se refere ao jogos e filmes
preferidos de muitos adolescentes. Há de se ressaltar o direito à interação parental e a convivência
familiar como elementos imprescindíveis para um desenvolvimento saudável, desde que os familiares
tenham sido instrumentalizados para práticas sociais que coloque os infantes a salvo de quaisquer
possibilidades de danos à saúde física e psicológica. Caso se perceba um ambiente familiar
desfavorável, todos e todas precisam estar orientados sobre onde e como fazer denúncias e acionar
a rede de proteção.
4. Considerações Finais
Por absoluta prioridade, entende-se que, na área administrativa, enquanto não existirem
creches, escolas, postos de saúde, atendimento preventivo e emergencial às gestantes,
dignas moradias e trabalho, não se deverão asfaltar ruas, construir praças,
sambódromos, monumentos artísticos etc., porque a vida, a saúde, o lar, a prevenção de
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
doenças são mais importantes que as obras de concreto, que ficam para demonstrar o
poder do governante (Liberati, 2003, p. 47).
Ao conversar com os presos, ressalta-se o quão é imperiosos defender que é possível despertar
a crença no poder de transformação que cada indivíduo tem de interferir nos ambientes onde transita
ecologicamente, provocando mudanças nos próprio comportamento e no comportamento das
pessoas em sua volta. Romper com visões de mundo estereotipadas e fragmentadas requer
primeiramente que os próprios educadores e demais profissionais revejam suas atitudes,
especialmente quando contribuem para reproduzir ciclicamente práticas de violências e violações.
Considere-se neste contexto educadores todos os adultos que servem como modelos reflexos aos
comportamentos das pessoas em interação, e especialmente dos mais jovens. Refletir sobre estas
questões pode contribuir par que se evite o surgimento de outros indivíduos edificados em
contingentes circunstanciais similares ao do recluso citado anteriormente, cujo codinome optou-se por
ser identificado apenas pela inicial “S” neste trabalho. Na pesquisa entre as 51 respostas, menos de
10 disseram ter tido alguma área de lazer e quando tinha era apenas uma pequena cancha de areia
que é de uso compartilhado com adultos.
Para tanto, as escolas e as instituições socioeducativas se constituem em espaços privilegiados
de disseminação de valores humanos, devem contar com equipes diretivas e pedagógicas que
estejam cientes do papel transformador que têm nas mãos, para cuja execução precisam planejar
coletivamente projetos políticos e pedagógicos que contemplem reuniões periódicas com educandos
e comunidade, fora do espaço da sala de aula, em outros ambientes alternativos, visando a
suscitarem o debate sobre as diversas violações. Em sala de aula, os professores devem buscar a
realização de um trabalho intenso e efetivo, transdisciplinar, que ultrapasse a concepção conteudista
de saberes fragmentados, promotor da dialogicidade e sensibilizador dos educandos e, por extensão,
de todos os atores sociais para perceberem os danos ao organismo individual e social causados por
meio das violências simbólicas explícita ou implícita, verbal, física, gestual, que ocorre a partir da
expressão do olhar preconceituoso e desacolhedor que discrimina e exclui. As dissonâncias e
contraposições de ideias geradoras do conflito podem ganhar um caráter positivo, na medida em
que possibilitem conhecer as razões do “outro” e como concebe e age no mundo a sua volta. Há de
se considerar os multicondicionantes presentes nos processos que levam os indivíduos a terem
representações tão diversificadas em termos e valores ideológicos e posicionamentos calcados em
juízos de valor, muitas vezes fundamentados numa perspectiva unidimensional, fragmentada e
dogmática, quando atitudes discriminatórias e excludentes revelam a resistência à ruptura de
paradigmas e a transcender o individualismo egocêntrico.
Diante do exposto, propõe-se ampliar o termo “educadores”, proveniente do
latim educātor,ōris, para ilustrar aquele que cria e nutre, o diretor, professor, pedagogo, para
disseminar que educador e educadora se refere a todas as pessoas em interação que contribuem no
ato de educar _ do Latim educare, palavra composta por ex, “fora”, e “ducere”, “guiar, conduzir,
liderar, instruir, criar. Acrescente-se também a necessidade de ampliar a concepção do educador,
socioeducador, e de Pedagogia Social, considerada por Monteiro Machado (2008, p. 4):
(...) é entendida como ciência pedagógica da inadaptação social, da luta por uma escola
europeísta, da educação para a paz, da educação cívica e política, sobre a ação educativa
nos serviços sociais, da marginalização social e dos meios de comunicação social. Defende-
se uma educação para a democracia, a liberdade e a igualdade. Envolve-se família, escola,
igreja, estado, governo, magistratura, exército, associações culturais e profissionais,
sindicatos, rádios, televisão e demais meios de comunicação, como partes da realidade
social, responsáveis pela educação social de seus participantes, o que permite que seja
interpretada como uma interação entre Sociologia e Pedagogia.
O vocábulo educador é utilizado para se referir não somente aos profissionais da educação, a
saber, equipe pedagógica e diretiva, corpo docente, assistentes administrativos, agentes de apoio,
instâncias colegiadas, conselhos escolares, associação de pais, mestres e funcionários – APMF –
Grêmios Estudantis, técnicos que atuam nos núcleos e nas secretarias de educação, pais, mães, tios,
tias, avós, irmãos, primos, colegas, socioeducadores, enfim, as pessoas com as quais a convivência
se entrelaça. A ampliação do termo educador para socioeducador pode ser intensificada e produzir
reflexos para a transformação, a partir de quando todos passem a atuar como pedagogos sociais,
numa perspectiva formativa de inclusão, não somente das minorias, dos excluídos e dos
marginalizados, mas inclusão do acesso à cultura, à justiça social, dentre outros direitos. Assim, toda
pedagogia deveria ser social, com foco no sujeito em suas relações sociais, com vistas à promoção
de práticas preventivas a todas as possibilidades de violências e violações de direitos humanos.
220
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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221
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Ballester, Luis
Universitat de les Illes Balears, España
lluis.ballester@uib.es
Orte, Carmen
Universitat de les Illes Balears, España
carmen.orte@uib.es
Oliver, Josep Lluís
Universitat de les Illes Balears, España
joseplluis.oliver@uib.es
Palabras clave: prostitución, explotación sexual, construcción política, orden público, regulación.
1. Introducción
La prostitución es una realidad negada y poco visible, al margen de su presencia permanente y
en prácticamente todas las sociedades. Los estudios realizados desde perspectivas muy amplias
suelen ser demasiado genéricos, con estimaciones poco realistas de las dimensiones y una cierta
imposibilidad para explicar los cambios más sutiles que se están produciendo. Son los estudios
locales, muchos y muy diversos, los que están ayudando a la comprensión más profunda y detallada
de dicha realidad. En España se cuenta con una importante tradición que ha permitido disponer, a lo
largo de la última década, de trabajos bastante correctos, aunque la mayoría sean cualitativos, de tipo
etnográfico, o descriptivos. (ALECRÍN, 2006; Ballester, March, y Orte, 2006; Pallarés, 2007; Sanchis y
Serra, 2011).
La crisis ha modificado muchos factores que inciden sobre la prostitución. Ha incrementado las
situaciones de vulnerabilidad y pobreza, en especial para las mujeres y los menores de edad; ha
reducido las redes de seguridad basadas en políticas públicas; ha hecho aun más precaria la
movilidad internacional de personas en busca de nuevas oportunidades de vida. En ese contexto,
muchas mujeres han visto reducidas sus posibilidades de subsistencia, sea por el paro de larga
duración, la imposibilidad de acceder al mercado de trabajo (por no disponer de "papeles" o por no
encontrar un espacio adecuado en el mercado existente) o por otros motivos.
En grandes zonas urbanas y en las zonas turísticas se observan tres fenómenos que provocan
un aumento de la demanda de sexo comprado:
la gran movilidad de población, sea por motivos laborales o de ocio;
el anonimato que facilita la gran cantidad de población o, como mínimo, la ausencia del
control social que ejerce la comunidad de convivencia;
la presencia de zonas o espacios marcados para el ocio sin normas, o con un estatus
especial, el comercio sexual en locales diversos.
Todo ello permite una relación comercial, desesperada o no, basada en el sexo pagado. En
especial, permite la iniciación o participación esporádica en dicho comercio sexual por parte de
mujeres de todas las edades con graves situaciones carenciales. Esa situación se ve ampliada
cuando los sectores económicos tradicionales, en una determinada sociedad, entran en crisis. Se
amplía el número de personas que pasan a la economía irregular, completamente o de forma parcial.
En ese contexto se encuentra la casi-prostitución, como una parte de límites difusos, de la economía
irregular del sexo. Para definirla, se puede hablar de que la casi-prostitución es el intercambio de
sexo para la obtención de recursos económicos, materiales y/o sociales que se realiza de forma
esporádica y viene dada por una situación personal y social inestable o precaria en un momento
puntual de la vida. Esta manera de entrar en la prostitución, sin formar parte de ese mundo, es una
característica de la casi-prostitución. La complejidad del fenómeno de la prostitución incluye muchas
caras ocultas en un mundo oculto. Como dicen Sanchis y Serra (2011, p.188), con un lenguaje muy
crudo: "... tenemos desde prostitutas a tiempo completo durante toda su vida activa, marcadas
profundamente por el oficio y que han construido su identidad fundamentalmente en torno a él, hasta
mujeres con una identidad pluridimensional que se venden ocasionalmente o durante un breve
periodo de su vida y que no se dejan estigmatizar por esta experiencia."
222
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
En nuestro trabajo hemos intentado analizar esta segunda opción, la de las mujeres obligadas o
no que entran ocasionalmente. La reflexión es el resultado de numerosas discusiones entre los
autores sobre el marco conceptual, basado en la literatura sobre la prostitución, para entender la casi-
prostitución.
223
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
pueda aplicar a una parte de las mujeres, pero creemos que sobrevalora la racionalización posterior
que realizan algunas de las mujeres que se acaban dedicando a tiempo completo a la prostitución.
El acceso progresivo, a la casi-prostitución y desde esta a la dedicación permanente, tiene
diversos facilitadores. Las tecnologías de la comunicación son importantes activadores de la casi
prostitución. En buena medida, los anuncios privados en páginas web son la principal vía de contacto
entre las mujeres dedicadas a la prostitución ocasionalmente y sus clientes potenciales. En el
proceso de entrada y salida de la prostitución que representa la casi-prostitución, ésta se convierte en
una "primera etapa" para la dedicación permanente, por tres motivos principales:
por no encontrar alternativas viables de subsistencia e incrementar la frecuencia e
intensidad de la dedicación;
por caer bajo el control y la explotación sexual por parte de sujetos u organizaciones
delictivas;
por influencia del "éxito" relativo y conseguir un número de clientes permanentes que
presionan para que la mujer se dedique a la prostitución.
En dicho proceso, la adaptación por parte de las mujeres se basa en diversas estrategias de
afrontamiento para hacer frente a la lucha contra el estigma (Juliano, 2004, p.150 y ss), la reducción
de la autoestima, la modificación negativa del autoconcepto personal y la depresión que acompañan
a esta actividad:
La venta ocasional de servicios sexuales es una libre elección, pensando que se dedican
libremente y que controlan plenamente la entrada y la salida de la prostitución.
La prostitución es una profesión, aun no regulada, pero tan digna como cualquier otra.1
En esta profesión, la persona que demanda los servicios es un cliente y la mujer que los
ofrece es un proveedor de servicios. En cierta manera, este argumento invita a la
profesionalización de la mujer que en un determinado momento se ha dedicado, bajo el
supuesto de que controlará la situación como si fuera una empresa ofreciendo servicios
en un mercado. Esta estrategia de afrontamiento se basa también en el convencimiento
de que esta actividad es como cualquier otra profesión, con sus aspectos desagradables;
así como en el convencimiento de que el dinero hace que valga la pena. El dinero es la
justificación dominante, como es evidente.
La prostitución, tal como la ejercen ellas, a partir de internet o esporádicamente, es
diferente que lo que hacen las mujeres en la calle (elevada precariedad, alta exposición
pública) o en clubs (control por parte del club, presión exterior para dedicarse a la
prostitución cada día).
Para distanciarse del estigma, la mujer que se dedica a la casi-prostitución intensifica el
“covering” (mantener en secreto el ejercicio de su actividad profesional con familiares,
amigos y vecinos).
También se desarrolla la justificación basada en la necesidad social, justificando la
dedicación a la prostitución como una forma de ayudar a los clientes insatisfechos en sus
relaciones formales o que no pueden establecerlas por diversos motivos (apariencia
física, imposibilidad de mantener relaciones libres o de "ligar").
Según Sanchis, la estrategia de afrontamiento dominante se basa en la "racionalidad
económica", en la justificación por la necesidad de recursos: "Vence las resistencias iniciales a base
de racionalidad económica (la prostitución es un trabajo como muchos otros, con sus ventajas y sus
inconvenientes) y no hace de su integridad sexual una cuestión de honor. En la vida hay otras cosas
más importantes, como pagar el alquiler a fin de mes o sacar adelante a los hijos." (Sanchis, 2011,
p.924)
Todas estas estrategias permiten soportar suficientemente el impacto negativo de la prostitución,
en especial para las mujeres que se dedican ocasionalmente. La posibilidad de superar los episodios
negativos y la violencia de baja o media intensidad (presión para realizar prácticas de riesgo, por
ejemplo), dependen de las diferentes capacidades personales y de las experiencias concretas. En
1
Como es sabido, hay autores y colectivos que defienden la normalización del "trabajo sexual" utilizando como
uno de los argumentos, la desculpabilización de las mujeres. Diversos autores han estudiado, desde un punto de
vista jurídico, dicha opción (Poyatos, 2009; González del Río, 2013), por lo que tampoco es una estrategia de
afrontamiento demasiado difícil.
224
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
cualquier caso, no debe olvidarse que muchas mujeres inician aumentan el consumo de alcohol y
fármacos para poder superar las situaciones de estrés y violencia asociadas a la prostitución.
2
Es muy probable que el inicio en la casi-prostitución se realice a edades inferiores. La falta de datos fiables
hace difícil confirmar las edades de inicio, pero se han identificado bastantes casos de chicas adolescentes
implicadas en relaciones sexuales comerciales con jóvenes y adultos, mediando la aportación de dinero u otros
medios de pago.
3
Según los datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, a uno de marzo de 2013, la población
reclusa en España estaba formada por 63.815 hombres y 5.180 mujeres.
225
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Referencias bibliográficas
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226
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
227
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Cunha, Lúcia
Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro - Portugal.
lucyflavius2@gmail.com
Lopes, Marcelino de Sousa
Universidade Trás-os-Montes e Alto Douro
mlopes@utad.pt
Pereira, Fernando
Universidade do Porto (CIIE)
fpereira@ipb.pt
1. Introdução
Com este trabalho pretendemos realizar um estudo preliminar acerca do tema: intervenção
educativa e inclusão social dos idosos. Procuramos testar a aplicação de dois instrumentos: o mapa
mínimo de relações do idoso (MMRI) e uma escala de satisfação com a vida (ESV). Quisemos
encontrar evidências empíricas acerca do tamanho da rede social (TRS), apurada através do MMRI,
descriminando a importância do tipo de apoio (familiar, amigos, comunidade ou serviço social) e o tipo
de contacto (visita, companhia, cuidado com a casa, cuidado pessoal, apoio financeiro); e evidências
empíricas relativas à Escala de Satisfação com a Vida. Procuramos perceber indícios de possíveis
correlações entre as dimensões apuradas:
Relação entre o TRS e o nível de satisfação com a vida (NSV);
Relação entre as variáveis sociodemográficas com o TRS e entre estas e o NSV;
Relação entre o TRS e o tipo de apoio (familiar, amigos, comunidade ou serviço social) e
o tipo de contacto (visita, companhia, cuidado com a casa, cuidado pessoal, apoio
financeiro).
Pretendemos afinar as hipóteses de estudo e a aplicação dos instrumentos de recolha de dados,
para posteriormente alargar o estudo. Também, quisemos aproveitar a oportunidade de participar
neste encontro para suscitar a reflexão acerca da importância da animação sociocultural (ASC) como
metodologia de intervenção educativa, para o desenvolvimento da rede de apoio social e o
incremento da satisfação com a vida na população idosa.
2. Redes de apoio social e Satisfação com a Vida
Domingues (2012) que se fundamenta em Fontes (2004) refere que rede não significa apenas
um instrumento metodológico de análise de processos interativos, mas sim um conceito central na
análise dos processos estruturadores da sociedade. A análise de redes sociais, como refere
Domingues (2012), tem vindo a progredir a partir dos fundamentos emanados pela Psicologia Social
de Jacob Levy Moreno, conhecido como o pai do Psicodrama, da Psicoterapia de Grupo e da
Sociometria. Esta última, pode ser entendida como a medição de variáveis sociais, nomeadamente o
grau de interação e vinculação entre indivíduos, permitindo visualizar o mapa de relações entre
indivíduos. Esta análise permite produzir graficamente uma dimensão psicológica das relações
sociais, ou seja “um mapa de relações”, um “sociograma” em que “os relacionamentos significativos
são dispostos em vários círculos que simbolizam os diversos graus de relacionamento” (Domingues,
2012, p.176). Deste modo, compreendemos que o estudo da acessibilidade a recursos não pode ser
dissociado da análise das redes sociais, as quais permitem compreender melhor os fenómenos
organizacionais da sociedade e como contribuem para o capital social dos indivíduos.
Domingues (2012) fundamentando-se em Fontes (2004) refere que “o capital social é formado
por três componentes: o número potencial de relações de apoio social, a extensão de ajuda, depende
da intensidade da relação e dos recursos que permitem o acesso as relações” (p.176). Portes (2000)
partindo da ideia que o capital social está ligado à motivação de terceiros para concederem recursos
e independentemente do tipo de motivação, altruísta ou instrumental, afirma que “para possuir capital
social, um indivíduo precisa de se relacionar com outros, e são estes — não o próprio — a verdadeira
228
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
fonte dos seus benefícios” (p.138). Domingues (2012) apoiando-se em Caillé (2002) admite que as
relações sociais podem ser caracterizadas pelo tipo de vínculo, forte ou fraco, e deste vai depender o
tipo de sociabilidade estabelecida, da qual dependerá a mobilização de recursos, ou seja, “laços
fortes são mais funcionais à mobilização de recursos” e geralmente estes são da “esfera pessoal”
(p.176).
Por sua vez Paúl (2005) procura encontrar uma relação entre redes sociais e os resultados de
envelhecimento em termos de saúde, bem-estar e participação social. Referindo-se a estudos
próprios e de outros autores, não encontra associação significativa entre as redes de suporte social e
a satisfação de vida dos idosos, mas antes com a qualidade de vida; a autora sugere que a satisfação
de vida está mais associada a uma dimensão psicológica do que a fatores externos. Esta autora
concebe o apoio social em três vertentes: “integração social”; “apoio recebido” e “apoio percebido”
(p.277), sendo que o MMRI está focado nesta última.
229
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Metodologia
Para caraterizar a rede de suporte social será aplicado o MMRI que procura saber a composição
e proximidade das relações, bem como as funções desempenhadas pelos membros dessa rede
(Domingues 2012). Este instrumento permite avaliar através de um gráfico composto por três círculos
concêntricos, divididos em quatro quadrantes, a frequência com que os aspetos investigados ocorrem
(círculos) e os tipos de relacionamentos mencionados (quadrantes): família, amigos, comunidade e
relacionamentos com profissionais do sistema social ou da saúde. O NSV foi avaliado através da
aplicação da escala de satisfação com a vida, validada para a população portuguesa de Simões
(1992).
5. Resultados
O estudo prevê a realização de 60 entrevistas. Os resultados aqui apresentados dizem respeito
às primeiras 27 entrevistas, sublinhamos por isso o caráter exploratório do estudo e a prudência com
que os resultados devem lidos e interpretados. Este facto também limita a análise estatística dos
mesmos, algo que será ultrapassado com o aumento da dimensão da amostra. Responderam às
questões colocadas na entrevista sempre os próprios idosos.
Os principais dados sociodemográficos dos idosos da amostra encontram-se sintetizados na
tabela nº 1. A média de idades é de 76,44 anos; a pessoa mais jovem tem 65 anos e a mais idosa 95
anos. A maioria dos entrevistados é do sexo feminino (70,4%); 44,4% são casados, 37% viúvos. Um
230
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
pouco mais de um terço (37%) vive só, os restantes vivem com o cônjuge a maior parte e em menor
expressão com os filhos e/ou netos; há ainda dois casos que vive com um cuidador/empregada.
Quanto ao tipo de habitação a maior parte dos entrevistados mora numa moradia, 59,3% e na maior
parte a habitação é própria (74,1%). A média de anos que os idosos vivem no local de morada é de
26 anos. Contudo existem entrevistados que moram no mesmo local desde que nasceram, como os
que se mudaram recentemente, portanto encontramos valores mínimos de 2 anos e o máximo de 86
anos. No que respeita ao nível de escolaridade a maioria (70,4%) dos entrevistados tem o 1.º ciclo do
ensino básico. Quanto à fonte de rendimento, a maior parte dos entrevistados vive da pensão de
reforma (77,8%).
Passando ao estudo da rede social e da satisfação com a vida os principais resultados estão
expressos na tabela nº 2. O primeiro facto a destacar é o tamanho considerável da rede social. Em
média estes idosos contactam com 18,70 indivíduos sendo que grande parte desta rede social é de
origem familiar (12,85 indivíduos de contacto); destaca-se o baixo contributo da rede dos amigos
(4,74) e o praticamente inexistente contributo da comunidade e serviços sociais. Quanto ao tipo de
contacto os mais representativos são as visitas e os contatos para companhia, respetivamente 7,30 e
5,93; contactos para cuidados com a casa, cuidados pessoais e apoio financeiro apresentam menor
expressão. No que concerne à frequência dos contactos predomina o semanal, facto torna mais
densa a rede de suporte social.
231
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Finalmente procurou-se estudar a relação entre o tamanho da rede social e o nível de satisfação
com a vida (tabela nº 4). Como se pode observar não existe uma correlação entre as duas variáveis
em estudo.
232
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Coeficiente de correlação
TRS Companhia
TRS Semanal
TRS Amigos
TRS Família
TRS Mensal
TRS Visitas
TRS Anual
ESVtotal
TRStotal
TRStotal 1,000 ,786** ,216 ,460* ,036 ,602** ,553** ,178 ,314 ,542** ,789** ,311 ,423* -,094
TRSfamília 1,000 -,374 ,096 ,137 ,529** ,323 ,146 ,135 ,446* ,585** ,259 ,425* -,162
TRSamigos 1,000 ,466* -,137 ,099 ,312 -,220 ,071 ,129 ,167 ,072 ,112 ,125
TRScomunidade 1,000 ,010 ,227 ,407* ,066 ,395* -,004 ,565** ,151 ,020 ,176
TRSssocial 1,000 -,046 ,037 ,067 ,078 ,066 ,055 ,018 ,257 -,110
TRSvisitas 1,000 -,160 -,184 -,182 -,038 ,392* ,315 ,311 ,194
* **
TRScompanhia 1,000 ,128 ,432 ,501 ,473* ,255 ,238 -,285
TRSccasa 1,000 ,373 -,020 ,265 -,074 -,216 -,236
TRScpessoais 1,000 ,219 ,528** -,287 ,099 -,131
TRSafinanceiro 1,000 ,392* -,073 ,352 -,149
TRSsemanal 1,000 -,132 ,053 ,120
TRSmensal 1,000 ,055 -,254
TRSanual 1,000 -,221
ESVtotal 1,000
**. Correlation is significant at the 0.01 level (2-tailed).
*. Correlation is significant at the 0.05 level (2-tailed).
Como se pode observar não existe uma correlação entre as duas variáveis em estudo. Quanto
às correlações entre o TRS e o quadrante da rede social (familiar, amigos, comunidade ou serviço
social) e o tipo de contacto (visita, companhia, cuidado com a casa, cuidado pessoal, apoio
financeiro, existe uma correlação muito significativa entre: o TRStotal e o TRSfamiliar (0,786**); o
TRStotal e o TRSvisitas (0,0602**); o TRStotal e o TRScompanhia (0,553**); o TRSafinanceiro
(0,542**); o TRStotal e o TRSsemanal (0,789**). Ou seja, a rede social é predominantemente
constituída por familiares, para efeitos de visitas, companhia e apoio financeiro e com uma frequência
semanal.
6. Considerações finais
Do ponto de vista dos idosos, a rede de apoio social é efetivamente constituída maioritariamente
pela família. Os idosos consideram que podem contar essencialmente com a família e em segundo
lugar com os amigos. Surpreende-nos o papel menor da rede de amigos e o papel praticamente nulo
da comunidade e dos serviços sociais.
As tarefas relacionadas com os cuidados com a casa, cuidados pessoais e o apoio financeiro
são os itens para os quais há menos pessoas com quem o idoso pode contar. Estes dados são
consistentes com o referenciado em vários estudos (Fonseca, Paúl, Martin y Amado, 2007; Sousa,
Figueiredo, y Cerqueira, 2004).
Não foram encontradas diferenças estatisticamente significativas entre as variáveis
sociodemográficas e o TRS e ESV. Também não encontramos uma correlação entre o TRS e o ESV.
Embora estes dados sejam compagináveis com outros estudos (Paúl, 2005), pensamos que a mostra
não é suficientemente grande para termos dados conclusivos. Em complementaridade achamos
pertinente avançar com alguma informação de natureza qualitativa que emergiu naturalmente no
momento da entrevista. Alguns idosos, apesar de referirem um considerável número de contactos,
revelavam-se inconformados com a vida devido a perdas afetivas significativas, como o luto pelo
companheiro, ou pelos filhos, pelo facto de serem os filhos a partirem antes dos pais e partirem
jovens. Alguns idosos não estavam satisfeitos com a qualidade dos contactos, “veem-me ver mas não
se interessam por mim”, referiam alguns idosos. Outros idosos viviam rodeados de familiares com
graves questões financeiras, sendo os idosos o apoio desses familiares, revelando insatisfação com a
vida porque os filhos não “estavam arrumados”. Noutros casos, alguns idosos, apesar de terem
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
escassos meios financeiros demonstravam-se muito satisfeitos por estarem rodeados de poucos
familiares mas com quem tinham relações de qualidade e muito positivas, “o meu neto faz tudo por
mim”, “a minha neta dá-me muita alegria”.
Como reflexão final gostaríamos de sublinhar que a educação tem um papel importante na
reinvenção do indivíduo e na construção e reconstrução contínua de redes de suporte sociais. Isto vai
de encontro à ideia de vida ativa em que o indivíduo se constrói numa dupla perspetiva para dentro
(para si) e para fora (para os outros), em que, sem perder a individualidade, realiza um processo de
construção de si projetado para o “mundo”, numa perspetiva de evolução humana conjunta e
harmoniosa. Assim, o indivíduo deve potenciar a sua rede social, deve promover o seu envolvimento
nas causas comuns contrariando o isolamento e solidão. A ASC pode através da prática promover o
desenvolvimento de competências individuais que permitem ao indivíduo adquirir a capacidade de se
adaptar através de processos de constante reinvenção e superação; assim como, pode contribuir
para aumentar a eficácia das estruturas comunitárias e públicas no suporte social aos idosos.
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235
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introdução
O presente texto pretende refletir o trabalho desenvolvido com jovens institucionalizados aos 18
anos em uma instituição de acolhimento. Dessa forma, situar a pedagogia social e inseri-la nesse
debate referenciando um dos contextos de educação não formal e a formação do educador social que
atua na área social e as práticas intervencionistas, justificando-se, assim, a dimensão teórico-prática
nesta discussão.
As multiproblemáticas e principalmente a realidade socioeconômica que envolve as famílias em
diferentes países, em especial, o Brasil e a cidade de Curitiba, no Paraná vêm nos últimos anos
resultando numa crescente institucionalização de crianças e adolescentes (Abreu, 2011). Só em
Curitiba estima-se que mais de 1500 entre crianças e adolescentes estão institucionalizados, sendo
na maioria meninos, negros e pobres com idades entre 0 e 18 anos e que aproximadamente mais de
100 ainda estão nas ruas (COMTIBA-FAS, 2012).
Para o Estatuto da Criança e do Adolescente – ECA (2013), a institucionalização é uma medida
de proteção (ECA, Artigo 101, parágrafo único) de caráter provisória, excepcional utilizada sempre
que os direitos da criança e do adolescente são ameaçados ou violados devendo acontecer quando
já se esgotaram todas as possibilidades de permanência junto a familiares ou quando os meios se
mostrarem inadequados ou insuficientes para proteger a criança do perigo em que se encontra e,
ainda, quando o perigo for inevitável (Gulassa, 2006; Abreu, 2011).
Uma vez institucionalizadas, as instituições de acolhimento devem garantir (ECA, 2013) o pleno
desenvolvimento da criança e do adolescente promovendo desde a sua inserção acesso a educação,
saúde e lazer, concomitante a um plano de autonomia de vida que venha desenvolver instrumentos e
habilidades sociais durante todas as etapas da sua permanência na instituição, mas principalmente,
que possa ser mantida após institucionalização. Entretanto, segundo Guará (2006, 2010) é uma
tarefa nada fácil que deve envolver também a família, a escola e a sociedade.
2. O Jovem institucionalizado
A institucionalização de crianças e adolescentes/jovens segundo Alberto (2003 apud Pires, 2011,
p.15) faz lembrar pássaros e as instituições imagens de gaiolas, em que:
“Cada instituição é uma casa de „faz-de-conta, é uma família de “faz-de-conta” para crianças e
adolescentes que continuam a sentir um profundo vazio de uma casa „de verdade, com uma
família „de verdade‟ , como têm os outros meninos e meninas” (p.242).
No entender de Martins (2004) a institucionalização deve ser entendida não apenas como o
suprimento estrito de uma falha ao nível do contexto parental, mas enquanto oportunidade de ganhos
efetivos, tanto para a criança como para a família (p.332). Nesta linha de pensamento, é muito
importante a relação que as instituições de acolhimento estabelecem com a escola, a família da
criança, o adolescente/jovem e a comunidade. A criança e o jovem quando é institucionalizada já tem
criado um sistema de relações com a sua família e a comunidade onde vive. É preciso conhecer
estas relações existentes e não se deve fechar para a comunidade que a envolve. O acolhimento
institucional de crianças e jovens implica responsabilidades educativas ao nível jurídico, moral, social
e escolar que são, geralmente, atribuídas aos progenitores biológicos. Todos os cuidados prestados
devem ter em conta a idade da criança, o seu gênero, origens sociais, percursos de vida e
características individuais da personalidade (Alves, 2007 apud Felgueiras, 2011, p.26).
Na instituição tanto a criança quanto o jovem enfrentam medo e insegurança no momento do
acolhimento, no período da permanência e, para muitos se agrava no desacolhimento que
geralmente acontece quando se aproxima a idade de 18 anos. Outros vão aos poucos superando
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
cada fase do seu jeito e tempo e, no momento do desacolhimento, a alegria é tanta que as
dificuldades passam despercebidas, só aparecem quando a vida e a sociedade dos homens lhe
cobra o preço do acolhimento, das práticas familiares e responsabilidades parentais. Na instituição
vivem incessantemente a busca da sua identidade, da nova identidade, da adulticidade (Millani,
2003), período em que é entendido como adulto e, portanto, deve enfrentar os desafios, não ter medo
de romper os vínculos existentes e construir outros, processo ao mesmo tempo de construção de
autonomia em busca do novo e de ruptura do passado que na sua maioria, não estão preparados.
3. Em busca da Autonomia
Autonomia é vista de dois pontos de vista, o cognitivo e o moral. Do ponto de vista cognitivo, é
pensar por si mesmo. Do moral, é atuar de acordo com princípios gerais, que sirvam para todos. Para
que isso ocorra, é preciso haver incentivo. Hoje não são dadas responsabilidades a eles, mas todos
precisam observar as consequências - para eles e para outras pessoas - de algo errado que fazem.
Gomes (2010) e Freire (1996) defendem autonomia como a capacidade para assumir a
responsabilidade individual pelos seus atos. Essa capacidade segundo Gomes não se refere apenas
ao nível econômico e físico, mas também a afetividade e capacidade de assumir valores, juízos e
decisões próprias (p.196).
Segundo Steinberg (1999), considera-se autonomia em três dimensões: a Autonomia Emocional,
a Autonomia de Valores e a Autonomia Comportamental reportando-se com mais atenção à
autonomia emocional por entender que esta provém de um nível mais avançado de autonomia.
Enquanto a criança permanece distante da família dificilmente ela deixa de pensar na vida que
gostaria de ter. Ajudar a criança a pensar sobre a vida durante e após o acolhimento deve ser uma
das prioridades da instituição. Para que isso aconteça, o plano de vida deve ser pensado e iniciado
no acolhimento com o registro do maior número possível de informações sobre esta. A criança deve
participar ativamente desta construção.
Para Gulassa (2010), ao retomar-se a história de vida, a esperança e o desejo, projeta-se uma
possibilidade de futuro. Para isso, é fundamental considerar a história, a identidade cultural e
religiosa, a constituição física e biológica, que o projeto seja acompanhado por um adulto que o
sustente. Não podemos esquecer que o projeto representa a criança e diz respeito as suas
expectativas e não as do educador/cuidador. O documento elaborado pelo UNICEF (2011) ao referir
autonomia e adolescente orienta que;
“Com os adolescentes em cuidados alternativos que estejam próximos à idade de emancipação,
deverão ser trabalhadas questões que facilitem sua emancipação, destacando-se aquelas que
promovam a sua futura inserção no mundo laboral e sua independência económica”. (p.22).
Assim, a autonomia visa potenciar as capacidades das crianças /jovens de modo a que estes
sejam detentores de mecanismos de resiliência, devendo ser preparados desde cedo e monitorizados
pelos técnicos da instituição. A autonomia vai possibilitar trilhar seus próprios caminhos. para trilhar
outros caminhos o jovem precisa receber uma educação integral, integrada e integradora. Esse
enfoque é norteado no campo de trabalho da Pedagogia Social e da Educação Social, que segundo
Freire (1996), se faz ao longo de toda a vida, em todos os espaços e em todas as relações
237
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Não há um relógio único para todos os jovens, cada um precisa de um tempo para amadurecer
e, esse tempo para muitos pode não acontecer dentro do esperado, do desejado, mas é o seu tempo
e terá que ser respeitado. Para o adolescente/jovem completar 18 anos é ser adulto, é ter que se
manter, ter o controle de si, é estar muitas vezes, sozinho e porque não, outra vez, sozinho. Nesse
sentido, falar da saída é falar do novo, rumo ao desconhecido, do jeito de ser, da sua identidade, é
enfrentar novas relações e novas situações que significam descobrir coisas ainda desconhecidas pelo
jovem e sobre a família (Goyette, 2010; Socias, Ballester y March, 2013). Para alguns jovens a saída
é o momento de vivenciar a sua autonomia, poder escolher, desafiar e ser desafiado, enfrentar a vida,
exercitar a coragem. Para Gulassa “Não é possível falar em “sair”, sem considerar o “entrar” e “ficar”,
isto já está claro”. Autonomia para os jovens tem sentido de ser adulto, estou por minha conta,
sozinho e isso gera desconforto, pavor, medo de ter que enfrentar a vida (Geenen y Powers, 2007). A
maioria dos jovens institucionalizados chega à maioridade sem projetos de vida autônoma, com
vínculos familiares enfraquecidos, desprotegido e sem saber o que fazer da sua vida.
Vale lembrar que desacolher começa quando a criança ou o jovem chega à instituição. A forma
como ele é acolhido e o cuidado atribuído ao registro de informações dados e análises configuram o
início do processo de busca do projeto de futuro, um projeto de vida (ou um plano de autonomia de
vida), Gulassa, (2010). Quanto mais informações a respeito da criança, da família e da comunidade
forem conhecida, mais eficaz será o seu desacolhimento.
Completar 18 anos e sentir-se inseguro, despreparado para enfrentar a vida adulta é segundo
Erickson (1976) compreensível ao defender que todo o ser humano passa, por períodos de crise ou
conflito vividos ao longo dos períodos por que vai passando, desde o nascimento até ao final da vida,
ou seja, perpassa os 18 anos. Portanto, cada conflito tem de ser resolvido positiva ou negativamente
pelo indivíduo. Quando a resolução é positiva resulta em qualidade de vida emocional, uma
característica de personalidade que lhe confere equilíbrio mental e capacidade de um bom
relacionamento social. Se for negativa, o indivíduo sentir-se-á socialmente desajustado e tenderá a
desenvolver sentimentos de ansiedade e de fracasso. Contudo, numa fase posterior, a pessoa pode
passar por vivências que lhe refaçam o equilíbrio e o compensem, reconstruindo-lhe o seu auto-
conceito.
Nesse sentido, a criança que recebe ajuda e atenção tende a chegar à fase adulta com maior
probabilidade de sucesso e em geral, as expectativas educacionais específicas de criança estão
associadas ao alcance de melhores resultados. (Geenen y Powers, 2007 apud Children and Youth
Services Review, 34, 2012). Para esses autores, em seus estudos, a educação e o cuidado devem
ser considerados a partir de muitos pontos de vista e todos os envolvidos têm papel fundamental.
Para o adolescente “tudo é possível”, entretanto, este é um período da vida em que tomar
atitudes diante da vida sobre a escolha sexual, profissão, princípios e, uma identidade própria, é
muito difícil. Costuma confrontar a Crise de Identidade com uma Confusão de Identidade, situação
dificilmente resolvida na adolescência e muitas vezes, nem mesmo na fase adulta. Os adolescentes
que superam as suas crises de Identidade de forma satisfatória desenvolvem a virtude da fidelidade,
lealdade, fé ou um sentimento de pertencer a alguém que ou a amigos e companheiros de grupos.
(Millani, 2003).
Estudos (Geenen y Powers, 2007 apud Children and Youth Services Review 34, 2012) revelam
que o desenvolvimento educacional e outros resultados educacionais de crianças e jovens que
recebem cuidados de familiares não são do mesmo nível que os encontrados nas crianças acolhidas
da sua idade. Nesse sentido, chamam a atenção das instituições de acolhimento e família quanto ao
cuidado com o processo educacional, processo este que deveria ter iniciado na família com a ajuda
dos pais. Nesse sentido refere Costa (1991, 1996), quando se trata do adolescente acolhido, há um
tempo demasiado longo para que o adolescente venha a desenvolver autonomamente
responsabilidades cotidianas. Ele não quer dizer com isso que só o adolescente acolhido tem
dificuldades, mas para estes, requer mais tempo e orientação se comparado aos demais.
Para o jovem, quanto mais intensa e significativa for a experiência dentro e fora da instituição, na
escola, na comunidade, maior a possibilidade de o jovem chegar a autonomia e seguir de forma
autônoma (Gulassa, 2010, Correia, 2012). Quando chega o momento da saída do abrigo chega com
este, muita insegurança, medo de ter que passar por experiências que não querem reviver, não
querem ser outra vez abandonadas. Alguns jovens ficam depressivos ao se aproximar a data limite
da sua saída. Neste momento, estes jovens precisam de muito apoio, de uma base sólida, planejada,
refletida, sobreviver e ser responsável pelo seu sustento.
239
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Assim, a instituição não pode ser o lugar de conforto total, deve impulsionar o desejo de eles
saírem para terem o seu próprio espaço. Nesse sentido, refere Gulassa (2010) é preciso trabalhar o
desejo da separação, da busca por outros projetos, do novo, diferente deixando sempre a certeza de
que terão com quem contar sempre que precisarem e se não der certo, podem voltar, sabem que os
vínculos não acabam não desaparecem, apenas mudam de lugar.
6. Considerações finais
Por serem decorrentes de necessidades sociais, as instituições de acolhimento precisam refletir
sobre as atividades realizadas com os jovens acolhidos e as formas de possibilitar ao jovem uma
transição ecológica fora da instituição. Para isso, é preciso pensar de forma individual sobre cada
jovem e a partir da entrada na instituição, conhecer a criança atendida na sua integralidade, família,
comunidade, escola, sonhos, projetos de vida, possibilitando re-significar a sua história de vida e
autonomia. E, mais, entender que o processo de saída não inicia quando este jovem completa 18
anos, o processo de amadurecimento precisa de um tempo para acontecer e este tempo não é único
para todo o jovem, é impessoal.
Atender a criança e a família não apenas dentro dos limites do grupo que a constitui, mas,
também, em sua relação com o contexto onde se inscreve (Casas, 2005). Para tanto, é preciso
também agir rápido e por meio de intervenção (Almeida, 2004) planeada e aplicada por uma rede
serviços de proteção social (Socias, Ballester y March, 2013) que envolve ações com enfoque da
pedagogia social, ações e políticas de atendimento a este público, esferas governamentais e não
governamentais em todas as dimensões.
Em jeito de conclusão o trabalho com crianças e jovens institucionalizados requer um trabalho
em rede, consistente possível de mudança e não estático. Ressalta-se, a necessidade de aprofundar
discussões, ampliar domínio teórico na área de Pedagogia Social – um dos desafios à formação do
pedagogo e educador social – como alternativa à superação de práticas e intervenções sócio-
educacionais determinadas pelo senso comum e pela cultura escolar. A pedagogia social, desde a
sua transversalidade, deverá agregar à educação valores que favorecem, entre outros, a emergência
de uma cultura da solidariedade e uma ética do cuidado.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Delgado, Paulo
Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico do Porto
pdelgado@ese.ipp.pt
Carvalho, João M. S.
Instituto Superior da Maia Morada
jcarvalho@ismai.pt
Pinto, Vânia S.
Psicóloga Clínica na Porta Amiga de Almada – Assistência Médica InternacionalPortugal
vaniasspinto@hotmail.com
1. Introdução
A inclusão social das crianças e dos jovens depende, em grande medida, da integração e do
sucesso escolar, objetivos que são mais difíceis de alcançar quando nos referimos especificamente
às que estão abrangidas por processos administrativos ou judiciais de proteção. A educação destas
crianças deve ser uma alta prioridade para as equipas técnicas, para quem as acompanha ou acolhe
e, obviamente, para a própria escola, de modo a oferecer-lhes maiores hipóteses de desenvolvimento
de todo o seu potencial. O sucesso educativo motiva a confiança e a autoestima, e vice-versa
(Aldgate, Heath, Colton y Simm, 1999).
O objetivo principal desta comunicação é analisar como o acolhimento familiar, uma das medidas
de colocação para as crianças e jovens que têm de ser retiradas das suas famílias, se reflete no seu
percurso escolar, de modo a ultrapassar-se o atraso motivado pelo elevado nível de repetições e a
melhorar o seu rendimento académico. O sucesso escolar depende em grande medida da
possibilidade da criança ter uma «base» positiva e segura e o acolhimento familiar pode assumir esse
papel (Wade, 1999).
Os dados que propomos apresentar e discutir foram recolhidos na investigação «O Acolhimento
familiar no Distrito do Porto», que procura analisar, na área geográfica em estudo, os traços
essenciais da medida, os atores que mobiliza, as diferentes fases e processos das colocações, o
grau de satisfação que a experiência proporciona aos acolhedores e quais as implicações que a
colocação acarreta para o desenvolvimento das crianças abrangidas (Delgado, Bertão, Timóteo,
Carvalho, Sampaio, Sousa, et al., 2013). Metodologicamente, os dados foram recolhidos com a
aplicação de questionários, que abarcaram os 289 casos de crianças acolhidas no Porto, a realização
de entrevistas a um grupo de 52 famílias de acolhimento, nas suas casas, e com o desenvolvimento
de dois grupos focais, com as crianças acolhidas. Este trabalho insere-se no âmbito de actuação do
INED, o Centro de Investigação e Inovação em Educação, da Escola Superior de Educação do
Instituto Politécnico do Porto. No distrito do Porto, a área geográfica abrangida pelo estudo,
encontravam-se em acolhimento familiar em 2011, mais de metade das colocações familiares de
crianças em Portugal (289 num total de 553 crianças).
Entre os principais resultados alcançados destacamos a necessidade de se promover uma
comunicação clara e objetiva, uma gestão cuidadosa da informação e um espírito de cooperação
entre a família, a escola, a equipa de acolhimento, envolvendo, sempre que possível, a família
biológica. A articulação entre a escola e a comunidade, com a mediação da Pedagogia Social, pode
ser a matriz orientadora do processo de integração e de promoção do sucesso escolar da criança
acolhida e um referente para a política de proteção da infância. Da parte da escola exige-se
disponibilidade para acolher e vontade de ajudar, um tratamento especial não discriminatório,
cuidadosamente gerido e, porque a escola faz parte da comunidade, uma abertura e uma interação
decidida com todas as instituições que, no ambiente ecológico envolvente, possam contribuir para o
desenvolvimento da criança. Nestas devemos incluir, à cabeça, as equipas de Acolhimento da
Segurança Social, as Comissões de Proteção de Crianças e Jovens, as Equipas Multidisciplinares de
Apoio aos Tribunais, os estabelecimentos de saúde, outras instituições locais que trabalhem com a
infância e a juventude e a própria família biológica, nuclear ou alargada. O educador social pode
desempenhar um papel especial no desenvolvimento deste trabalho de mediação sociopedagógica.
242
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Da parte dos acolhedores, é necessário uma sensibilidade especial para os assuntos escolares e
para os percursos educativos, dentro e fora da escola, uma aposta na promoção do sucesso da
aprendizagem, a disponibilidade para a relação com os professores e outros educadores, para
responder de modo imediato aos problemas que surjam, para trabalhar em equipa e para reivindicar
da equipa, se tal for necessário. Os acolhedores podem contribuir decisivamente para explicar aos
professores o que significa estar acolhido, os motivos subjacentes de certos comportamentos e
emoções, e os modos de agir e de ajudar na resolução das dificuldades de comunicação ou de
integração. Contudo, a baixa qualificação dos acolhedores, ao nível das habilitações literárias, pode
constituir-se como um obstáculo, que terá de merecer uma atenção especial para se poder alcançar
aqueles objetivos.
243
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
o futuro e sobre o sentimento de pertença e de segurança que o acolhimento oferece. Por fim,
realizaram-se dois grupos de discussão com as crianças acolhidas, com a idade e a maturidade
necessárias para expressar livremente a sua opinião sobre a experiência do acolhimento, os seus
aspetos positivos e negativos, abordando processos e algumas das questões mais controversas.
Procurou-se dar voz ao protagonista da medida, escutar as suas opiniões e as suas propostas, numa
conversa aberta e fluida.
244
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Não frequenta
Necessidades
Problemas
problemas
problemas
Rendimento
especiais
Alguns
Muitos
Sem
escolar no
TOTAL
início do
acolhimento
No grupo de 130 crianças acolhidas que não frequentava a escola no início do acolhimento (há
uma criança sem dados antes nem depois), o rendimento escolar atual situa-se com maior frequência
(33,1%) na categoria sem problemas. Todavia, 20,8% das crianças revelam, no presente, alguns
problemas no rendimento escolar, e 4,6% muitos problemas. As necessidades especiais são
assinaladas em 16,2% dos casos, enquanto 25,4% não frequentam ainda a escolaridade básica ou já
abandonaram o ensino. Neste grupo, a divisão operada resultará de um diversificado conjunto de
fatores, nomeadamente, o tipo de maus tratos sofridos antes da colocação, o perfil da própria criança,
o contacto que mantém com a sua família de origem e a sensibilidade e preocupação dos
acolhedores com o seu sucesso escolar. Os dados apurados reclamam alguma reflexão uma vez
que, se associarmos as necessidades especiais, a maioria das crianças apresenta problemas. No
grupo de 33 crianças que já frequentava a escola e que não demonstrava problemas de rendimento
escolar, a situação mantém-se praticamente inalterada, uma vez que apenas em dois casos surgiram
alguns problemas, e um caso foi enquadrado nas necessidades especiais. O acolhimento familiar
revela-se, pelo exposto, como um contexto que garante estabilidade, que se traduz neste grupo pela
obtenção de um rendimento escolar positivo.
Relativamente ao grupo de crianças que tinha, à data do acolhimento, alguns problemas de
rendimento escolar, assinala-se uma evolução positiva, uma vez que 44,1% não têm problemas no
presente, face a 52,9% que mantêm alguns problemas de rendimento escolar. Só houve um caso em
que a criança passou a ter muitos problemas de rendimento escolar, o que nos permite concluir que a
colocação permitiu a progressão do rendimento escolar em quase metade das colocações.
No que se refere ao grupo de crianças que tinha muitos problemas à data do acolhimento,
registamos uma evolução ainda mais bem sucedida. De facto, 28,6% não têm, no presente,
problemas de rendimento escolar e 64,3% têm apenas alguns problemas. Neste grupo, apenas uma
criança manifesta muitos problemas, enquanto outras duas foram integradas na categoria
necessidades especiais. Ou seja, verifica-se uma melhoria no rendimento escolar deste grupo, que
terá beneficiado particularmente de um contexto familiar de proximidade e de acompanhamento
individualizado. Esta evolução positiva também surge documentada no grupo de crianças que
integrava, à data do acolhimento, as necessidades especiais, pois 33,3% manifestam no presente
alguns problemas. Não obstante a melhoria dos resultados obtidos, que caracterizamos na Tabela
anterior, estamos ainda face a um grupo de crianças com dificuldades na construção do percurso
escolar desejado, realidade que exige, da parte das instituições de enquadramento e dos próprios
acolhedores, um cuidado e uma dedicação especiais relativamente aos assuntos escolares no âmbito
do acolhimento familiar.
4.4 Comportamento escolar atual e no início do acolhimento
O comportamento na escola revela outra dimensão da situação escolar das crianças acolhidas, a
par do seu rendimento académico. A inexistência de problemas de comportamento é sintoma de uma
adaptação à escola e de inclusão num espaço social de enorme importância nos processos de
socialização. Por outro lado, o registo de problemas na relação entre pares e/ou com os adultos que
245
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
trabalham na escola traduz-se, regra geral, na existência de perturbações cognitivas ou afetivas, que
dificultam a aprendizagem e o relacionamento interpessoal.
Com muitos
problemas
problemas
problemas
Comportamento
frequenta
Com
Sem
escolar no
Não
TOTAL
início do
acolhimento
246
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Considerações finais
Os resultados obtidos apontam para uma evolução muito positiva da criança acolhida no âmbito
escolar, que se regista com a comparação entre o momento de entrada no acolhimento familiar e a
data de recolha dos dados. O acolhimento familiar surge como um contexto apropriado para
promover o desenvolvimento global do grupo de crianças colocado nesta medida. Os impactos
positivos do acolhimento familiar no desenvolvimento das crianças parecem sugerir que uma
intervenção precoce, desenvolvida com crianças em situação de vulnerabilidade, poderá contribuir
para uma evolução mais favorável do rendimento escolar. Para a prática, assinalamos diversas
implicações. Desde logo, apostar num trabalho de parceria efetiva entre os acolhedores, a escola e a
equipa de acolhimento, envolvendo, sempre que possível, a família biológica da criança acolhida. O
tópico da educação deve estar incluído nos processos de seleção, no processo formativo inicial e
contínuo dos acolhedores e dos membros das equipas de acolhimento.
As questões educativas têm que ser uma preocupação central no percurso destas crianças no
sistema de proteção, exigem uma comunicação efetiva, a partilha de dificuldades e de problemas e a
construção, em equipa, de processos concretos que eliminem a discriminação, reduzam a
desigualdade de oportunidades e ofereçam à criança acolhida uma possibilidade de inclusão e de
sucesso. É essencial procurar determinar as causas que levaram, nalguns casos, à manutenção ou
agravamento dos problemas de rendimento escolar ou de comportamento na escola. Só deste modo
será possível garantir a um maior número de crianças acolhidas a possibilidade de viverem num
espaço familiar, na companhia de acolhedores que estejam comprometidos, que sejam competentes
e disponíveis, que lhes proporcionem o exercício dos direitos que lhes pertencem e que o meio social
envolvente tem a obrigação de assegurar.
6. Referências bibliográficas
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247
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
En este sentido, queremos referirnos a la película canadiense Las invasiones bárbaras (Denys Arcand, 2003),
ya que en ella se relatan los últimos días junto a sus seres más cercanos y queridos de un enfermo en situación
248
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Por otra parte, a nivel prospectivo, se deben tener en cuenta no sólo los cambios demográficos y
en las estructuras familiares, sino también las transformaciones internas de carácter generacional y
que se relacionan de forma directa con aspectos socioculturales. Como muy bien escriben los
profesores Fuentes y Solé (2012, p.85): “La generación del 68 que accede a la jubilación presenta
como peculiaridad un nivel cultural y unos intereses sociales más amplios y la equiparación de
mujeres y hombres respecto a los nuevos planes de jubilación al haber sido población activa. Esta
nueva situación invita a cuestionar algunos de los referentes socioculturales de nuestra sociedad, en
especial, la percepción del grupo de personas mayores como un colectivo prácticamente improductivo
y marginal.”
terminal. Y sin duda, la situación reflejada dista mucho de la imagen tradicional de una familia, ya que quien
acompaña al enfermo en su proceso de despedida y de tránsito a la muerte son en parte sus familiares directos,
en concreto uno de sus dos hijos o su antigua esposa y madre de sus hijos, pero en su mayoría son los amigos
de siempre, así como algunas de sus antiguas compañeras sentimentales. En otras palabras, una red de
relaciones y de cuidado muy diferente a la tradicional, pero no por ello menos efectiva o cualitativamente
importante.)
249
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ancianos, su pareja) y en el mismo entorno de siempre (sus vecinos de toda la vida, los tenderos que
ya conocen, las personas de su calle, su entorno, su comunidad...).
En el momento de valorar como indicador de calidad de vida el que la persona anciana pueda
continuar viviendo en su propio domicilio y en su propio entorno, debemos tener en cuenta que una
parte importante de este colectivo lleva muchos años residiendo en la misma vivienda y en el mismo
barrio. Así, por ejemplo, en el caso de la ciudad de Barcelona, el 56,3% de las personas mayores de
65 años llevan entre 26 y 50 años en la misma vivienda, mientras que un 12,8% lleva en ella más de
50 años (Ajuntament de Barcelona, 2009). Por otro lado, si se les pregunta si tienen intención de
cambiar de residencia durante los próximos cinco años, un 96% de los mayores de 65 años responde
que no. Pensamos que esta opinión no únicamente debe atribuirse a la situación económica o a las
incertezas ante el futuro, sino que también se debe relacionar con la valoración positiva que tienen
acerca de su vivienda y de su barrio. Así, el 66,6% de las personas mayores de 65 años manifiesta
que su actual vivienda es el lugar preferido para vivir, mientras que el 13,9% manifiesta que cambiaria
de piso pero no de barrio2.
En relación con el párrafo anterior, debemos también tener en cuenta el impacto de la
antigüedad de las viviendas en las que viven las personas mayores de 65 años. El actual colectivo de
personas ancianas presenta un notable nivel de sedentarismo que implica que una gran parte de ellas
lleven viviendo en el mismo domicilio muchos años. En el caso de la ciudad de Barcelona, el 10,2%
de las personas mayores de 65 años vive en viviendas construidas antes del año 1900, el 40,2% en
viviendas construidas entre los años 1900 y 1960 y sólo el 7,4% en viviendas construidas con
posterioridad al año 1980 (Ajuntament de Barcelona, 2009). Estas cifras tienen una relación directa
con las condiciones de vida cotidiana de las personas ancianas, ya que la habitabilidad y el
equipamiento de estas viviendas se ven afectadas por si antigüedad. Así, un equipamiento tan básico
para la autonomía de personas con movilidad reducida como es el ascensor, sólo se encuentra en el
63,7% de las viviendas de la ciudad de Barcelona en las que viven personas mayores de 65 años.
2
Pensamos que estas cifras adquieren su especial relevancia en el momento que las comparamos con las de las
personas menores de 65 años. Así, en el caso de quienes no tienen intención de cambiar de vivienda durante los
próximos cinco años, los porcentajes son del 68,4% en el caso de los menores de 65 años y del 96% en el caso
de los mayores de 65 años; mientras que respecto al lugar preferido para vivir, el 32,9% de los menores de 65
años y el 66,6% de los mayores de 65 años manifiestan que es su vivienda actual, y, en el caso del barrio donde
viven, los porcentajes de satisfacción representan el 57,9% de los menores de 65 años y el 80,5% de los
mayores de 65 años (Ajuntament de Barcelona, 2009).
250
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
251
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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252
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introdução
Esta pesquisa aborda pela ética do cuidado, o pensar, o agir e o existir feminino no cotidiano de
mulheres privadas de liberdade e que estejam frequentando a escola junto ao sistema penitenciário
do Paraná. Acreditamos que a escolarização é um diferencial importante na vida de mulheres presas,
permitindo-lhes o repensar enquanto seres históricos nas questões relativas ao cuidado e à justiça.
Teve como pressuposto que a ética do cuidado pode vir a contribuir para as indagações
apresentadas no tratamento de mulheres em privação de liberdade, percebidas no contexto da
educação, como real possibilidade de contribuição no desenvolvimento humano presente e futuro.
Houve também a intenção de repensar as questões de gênero que se apresentam mascaradas diante
da lei de igualdade entre todos, invisibilisada nas relações diárias. A história nos mostra que o
1
sistema de sociedade e relações é sexista , onde o modelo masculino é o padrão.
“[...] formas de controle social, à herança patriarcal, à aplicação do direito pelo âmbito moral,
entre outros, que se reproduzem, em uma instituição” (Santa Rita, 2007, p.32).
Mesmo diante das dificuldades e resistências sociais apresentadas, a sociedade começa, tanto
fora como dentro das paredes do cárcere, a manifestar-se pela insistência do reconhecimento dos
direitos humanos dos/as encarcerados/as como sujeitos de direitos e cuidados. Tendo em vista esta
realidade, esta pesquisa se propôs a verificar como as mulheres estudantes em privação de liberdade
percebiam as questões da ética do cuidado e da ética da justiça, manifestadas ao longo de sua vida,
inclusive no cárcere. A pesquisa, dirigida às internas do CMP2 (Complexo Médico Penal) atendidas
pelo Centro Estadual de Educação Básica de Jovens e Adultos Dr. Mário Faraco – CEEBJA Dr. Mario
Faraco, teve como referenciais as Teorias da Ética do cuidado, de Gilligan (1990) e da justiça de
Kohlberg (1989), enquanto pressupostos da Educação Moral, e a Teoria Bioecológica do
Desenvolvimento Humano, de Bronfenbrenner (1996) proporcionando a análise sistêmica e complexa
que o tema exige.
Como objetivos específicos a pesquisa se propôs a:
1. Descrever o perfil das mulheres privadas de liberdade internas no CMP que frequentam
a escola no Sistema Penitenciário, os motivos que as levaram à privação de liberdade,
bem como as manifestações de autoestima e autoconceito;
2. Investigar qual a representação que as mulheres em privação de liberdade têm das
questões de cuidado e justiça como habilidades humanas;
3. Avaliar as transições ecológicas vivenciadas pelas estudantes detentas e sua
repercussão no seu desenvolvimento no que tange ao cuidado e à justiça;
4. Contextualizar a teoria da ética do cuidado e a ética da justiça junto a mulheres em
privação de liberdade que frequentam a escola.
1
O caráter de invisibilidade do feminino dentro do cárcere é superior ao vivido fora das paredes e grades.
2
O CMP é a única unidade prisional de atendimento médico, psiquiátrico e psicológico especializado em todo o
Complexo penitenciário do estado do Paraná. Atende homens e mulheres em condição de privação de liberdade,
regime fechado, que necessitam de tratamento e acompanhamento especializado. Normalmente as pessoas que
estão neste espaço cumprem medida de segurança para tratamento por terem cometido crimes influenciados ou
decorrentes dos Transtornos Globais de Desenvolvimento (psicoses, esquizofrenia, psicopatias, dependência de
drogas, dentre outros).
253
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3
Bronfrenbrenner (2011) na Teoria Bioecológica de Desenvolvimento Humano (TBDH) descreve o
microssistema como o ambiente dentro do qual o indivíduo está em atividade em um determinado momento de
sua vida. Ele é o “complexo de relações entre a pessoa em desenvolvimento e o ambiente imediato no qual ela
está contida” (p.23).
4
As disciplinas de Ciências e Biologia foram ministradas pela professora pesquisadora em momento anterior a
esta pesquisa.
5
As mulheres quando questionadas sobre sua profissão tiveram dificuldade em identificar e assumir sua
profissão ou forma de ganhar a vida.
254
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Coleta de dados
Para a coleta de dados relativa à pesquisa de campo, conforme já explicitado na metodologia,
foram utilizados três diferentes métodos, cada um com sua especificidade, objetivos e instrumento.
Antes do preenchimento do questionário relativo à coleta de dados cadastrais, as participantes
tiveram acesso às informações necessárias sobre a pesquisa, bem como o acesso ao termo de
consentimento livre esclarecido (TCLE) conforme os procedimentos da ética em pesquisa envolvendo
seres humanos. Foram utilizados três tipos de instrumentos de coleta de dados na pesquisa:
questionário, roteiro para o grupo focal e a carta enquanto meio para a narrativa.
No processo de análise dos dados destacamos, numa primeira leitura, chamada de leitura
flutuante, os pré-indicadores; numa segunda leitura demarcamos os indicadores que, em análise
subsequente, apontaram as categorias e, a partir delas, os quatro núcleos de significação. O Núcleo
I: A discriminação de gênero: o cuidado como referência de vida e afeto. O sofrimento como alavanca
para mudança (a pessoa); o Núcleo II: A justiça como forma de organização de vida: as drogas como
ponto de fuga dos problemas e o caminho do crime (o contexto); o Núcleo III: O trabalho e a escola
como alternativas de ressocialização e reinserção social (o processo); Núcleo IV: O pagamento da
pena como forma de reinserção e oportunidade de mudança (o tempo), os quais serão explicitados
em detalhes na sequência, contemplando os dados apresentados na pesquisa.
O cuadro nº 2 sistematiza, para cada núcleo de significação, a origem dos dados em cada um
dos instrumentos de coleta utilizados. Os dados coletados serão identificados de acordo com a
legenda que mostra qual dos instrumentos foi utilizado para a coleta do dado. Nas falas das mulheres
pesquisadas utilizamos uma legenda identificando de onde o dado foi coletado: C = carta (narrativa),
GF = grupo focal e Q = questionário. Somente os dados coletados nos questionários serão
identificados pelo nome fictício escolhido pelas próprias pesquisadas, conforme consta no quadro I
que apresenta os sujeitos desta pesquisa. Os dados oriundos do grupo focal e das cartas não serão
identificados individualmente.
255
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
256
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Aos cuidados levantados na instituição que aparecem na fala das mulheres, além dos cuidados
pessoais, da solidariedade como componente relacional nas díades, o vigiar para não descumprir a
norma (e nesse caso aceitando a justiça como cuidado), algumas vezes relatam situações adversas,
reclamações e descuidos. Referem-se, em suas falas, à falta de respeito que sentem pela sociedade
e pela família, a impossibilidade de contato e afastamento dos familiares e filhos/as, a falta de
privacidade, a alimentação ruim, o banho frio, a permanência na instituição após o cumprimento da
medida, a demora em liberação, a escassez e deficiência no atendimento técnico especializado
(psicológico, psiquiátrico, odontológico, ginecológico, jurídico, assistência social, escolarização e
profissionalização).
“- Aqui dentro é uma falta de respeito total com a pessoa da gente”.(GF)
“- A comida é horrível, não dá pra comer, sem tempero, não tem uma salada, muitas vezes é
azeda”.(GF)
“- Nosso banho está sendo gelado, não esquenta mais a caldeira faz dias. Outro dia eu
peguei uma gripe forte que não sarava mais por causa disso”.(GF)
“- Já cumpri minha pena e ele nunca que me libera, já estou há quatro anos e nada de ir
embora. Esse lugar não recupera ninguém, a gente não tem privacidade nenhuma, nem pra
tomar um banho”.(GF)
“- Nem ligar pra família a gente consegue, já faz dois meses que ninguém liga mais daqui de
dentro. Ficamos abandonadas a própria sorte, sinto falta desse apoio que a família dá pra
gente”.(GF)
“- Aqui dentro a gente precisa rezar pra não adoecer, com essa comida a gente fica com a
imunidade baixa e pega doença muito fácil”.(GF)
“- Eu acho que o CMP está abandonado pelo estado”.(GF)
“- A comida é péssima, o tratamento praticamente não existe e alguns funcionários nos
tratam pior que animais”.(GF)
Ao mesmo tempo em que reclamam de várias situações reconhecem cuidados importantes,
com bons resultados dentro do cárcere:
“- Aqui dentro a gente aprende a dar valor às coisas, apesar de o lugar ser horrível e de muito
sofrimento, eu aprendi muito aqui dentro, eu amadureci e não quero mais essa vida pra
mim”.(C)
“[...] aqui eu me livrei da droga. Nossa eu nem acredito quando eu cheguei aqui eu fiquei
quase louca, porque tratamento mesmo pra droga eu não tive. Via cobra, falava que era
cobra do Mato Grosso que vinha ao meu encontro, chutava, gritava, falava palavrão [...]”.
(GF)
“- Eu falo sempre que aqui tem tudo de ruim, mas uma coisa boa que me aconteceu, foi eu ter
ficado aqui trancada sem poder fugir, nem usar droga. Foi difícil no começo, quase
impossível, sofri muito, porque eu era dependente, hoje eu percebi que eu consigo viver sem
a droga e apesar do lugar eu estou a 9 meses sem usar e me sinto bem. Voltei a estudar aqui
dentro, sabia mal e mal ler e agora já estou bem adiantada nos meus estudos. Mas eu digo
que encontrei boas pessoas que me ajudaram, outras presas que fiz amizade e venci por
conta própria [...]”(C)
“- A escola aqui dentro é uma coisa muito boa que acontece na vida da gente [...]”(GF)
As mulheres chegam à instituição fragilizadas, com referências específicas para a sua realidade
de exclusão e marginalização. Diante disso a instituição que acolhe estas pessoas, deve tomar
esforços infinitos para redimensionar a questão do cuidado. Os cuidados básicos e a educação
devem ser os objetivos primários da instituição em face dessas carências e formas específicas de
viver a vida.
A análise dos dados resultantes do questionário, onde foi utilizada a escala Likert para avaliar a
autoestima e a autoconfiança das estudantes em privação de liberdade mostrou que, apesar da
vulnerabilidade social a que estiveram expostas, associada à insalubridade e repressão do cárcere,
das fragilidades e dificuldades sofridas, a autoestima das mesmas é positiva. Todas concordaram
com a afirmativa “Eu sinto que sou uma pessoa de valor, no mínimo, tanto quanto as outras pessoas”.
257
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
258
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Referências Bibliográficas
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260
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: educación inclusiva, participación de familias en los centros, educación infantil y
primaria
1. Introducción
La diversidad y la diferencia son rasgos que caracterizan a todos los seres presentes en la
naturaleza y por lo tanto, son también propios de las personas, lo que las convierte en únicas y
singulares. Sin embargo, esta diversidad no siempre es vista como una fortaleza de los seres
humanos, sino que, en algunos casos, por ir asociada a algún tipo de discapacidad física, psíquica o
sensorial, o por proceder de diferencias debidas a la cultura, la religión, la etnia o raza, etc., esa
diversidad ha sido considerada de manera peyorativa, como un rasgo de inferioridad y la sociedad ha
estigmatizado e incluso apartado a estas personas, limitando, y con frecuencia anulando, su
capacidad para la toma de decisiones sobre aspectos relativos a su propia vida y de participación en
la sociedad de la que forman parte. La escuela, durante muchos años, ha contribuido a mantener la
segregación apartando a estos estudiantes de sus aulas manteniendo una enseñanza diferenciada y
excluyente (Pujolás, 2004).
En las últimas décadas del pasado siglo XX, en los países del norte de Europa, surge un
movimiento que busca la plena integración de las personas en la sociedad con independencia de las
diferencias en los elementos característicos fundamentales y, en la década de los años 90, comienza
a cobrar carta de naturaleza la propuesta de alcanzar una escuela inclusiva que supere el concepto
de integración, mejorando y ampliando su significado, para acoger “ a todos los alumnos, a todos, con
los brazos abiertos en nuestras escuelas y comunidades” (Stainback y Stainback, 1999, p.16).
El concepto de inclusión es mucho más amplio que el concepto de integración y está relacionado
con la naturaleza de la educación y las escuelas; supone, además, el aprendizaje conjunto de los
estudiantes de una misma comunidad, independientemente de sus condiciones personales, sociales
o culturales. La inclusión es un proceso que implica que todos los individuos aprendan juntos,
independientemente de sus condiciones personales, sin discriminación de ningún tipo. Es una forma
de dar respuesta a la diversidad a la que se ha hecho referencia con anterioridad, desde la que se
postula que es el sistema escolar el que debe de adaptarse a los alumnos y alumnas, y no a la
inversa (Ainscow, 2001, 2003; Pujolás, 2004). Jiménez León (2010, p.7), señala algunas de las
diferencias más importantes entre integración e inclusión, recogidas en la Tabla 1.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
define la inclusión como “el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de
todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las
comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y modificaciones y
contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los
niños/as del rango de edad apropiado y la convicción de que es la responsabilidad del sistema
regular, educar a todos los niños/as” (UNESCO, 2006).
Según establece esta definición, no es el estudiante quién tiene que adaptarse a la escuela, sino
que, por el contrario, la escuela ha de hacer el esfuerzo de acercarse a cada niño y niña y a sus
necesidades y ofrecer a cada uno la respuesta educativa que más se adapte a sus necesidades
individuales. De esta mañera, se podrá dar respuesta a uno de los principales derechos de las
personas: el derecho a la educación (artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos). En este sentido, son los sistemas educativos de los diferentes países los que deben
261
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
establecer las políticas, procurando destinar los medios pertinentes, que fomenten y favorezcan la
educación inclusiva. Así, podemos sentirnos partícipes de que “todos los niños y niñas y jóvenes del
mundo, con sus fortalezas y debilidades individuales, con sus esperanzas y expectativas, tiene
derecho a la educación. No son los sistemas educativos los que tienen derecho a cierto tipo de niños
y niñas. Es por ello, que es el sistema educativo de un país el que debe ajustarse para satisfacer las
necesidades de todos los niños y niñas y jóvenes” (Lindqvist, 1994).
INTEGRACIÓN INCLUSIÓN
262
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
apuntado por Parcerisa (2008) en cuanto que ese escenario de diversidad ha dado lugar al
surgimiento de nuevas realidades sociales que implican la necesidad de apoyar a las nuevas
estructuras familiares, a través de la implantación de políticas y estrategias que ayuden a la inclusión.
En este sentido, resulta indispensable la intervención educativa y la adopción de una serie de
medidas que favorezcan la inclusión que haga posible que las familias puedan participar activamente
en el centro educativo.
La cultura de la participación en el ámbito educativo es un factor importante a la hora de reducir y
resolver los conflictos que se presentan en los centros escolares; Mariñas y Rodríguez (1999, p.55)
afirman que la participación de la familia en la escuela es un aspecto muy importante y de gran valor
formativo ya que ambas instancias, centro y familia, constituyen un modo de interacción fundamental
que facilita tanto el funcionamiento del Sistema Educativo como la adaptación del alumnado; además,
afirman, que el fracaso escolar está relacionado con la distancia que hay entre la cultura escolar y la
familiar, siendo más fuerte en los alumnos y alumnas la influencia de esta última. La participación de
las familias en la escuela no debe limitarse solamente a la voluntad o la disposición de tiempo para
colaborar en el desarrollo de diferentes actividades, sino que debe propugnar un cambio de actitud
que implique la intervención activa de ellas en la educación de sus niños y niñas.
Algunos autores como Moliner (2008), en su análisis de las experiencias de la inclusión
educativa, aseguran que ésta ha sido posible gracias al apoyo e implicación de las familias, en
especial las familias de las personas con discapacidad. La presencia casi simbólica de las
necesidades especiales ha sido sustituida gradualmente por el reconocimiento de que la inclusión
debe ser un factor fundamental de la educación actual y, de este modo, en lugar de la integración,
con sus reformas adicionales para acomodar a los alumnos y alumnas especiales en el sistema
escolar tradicional e inalterado, el pensamiento actual tiende hacia la educación inclusiva cuyo objeto
es reestructurar las escuelas en función de las necesidades de todos los alumnos y alumnas. San
Martín Ulloa (2011) pone de manifiesto que todos los procesos de inclusión abarcan un gran abanico
de ámbitos: la evaluación de aprendizajes, el rol que desempeña la familia y los que juegan el resto
de profesionales de la educación, la gestión curricular, etc. Por todo esto, consideramos pertinente
conocer la opinión que tienen las familias a la hora de evaluar los proyectos de inclusión, ya que si
alguno de los agentes mencionados desconoce o se siente ajeno a los objetivos o al proyecto,
probablemente devendrá en una situación negativa convirtiéndose en un obstáculo para el adecuado
progreso del desarrollo de la acción formativa y será más compleja la implicación de este agente en el
proceso de implantación de la escuela inclusiva.
2. Método
Con objeto de conocer el grado de participación de las familias que escolarizan a sus hijos e
hijas en las etapas de educación infantil y primaria en la escuela, el estudio se ha planteado como
finalidad del mismo la obtención de información pertinente que haga factible el diseño de propuestas
que potencien o fomenten la participación de las familias en el ámbito escolar como elemento
decisivo para conseguir un modelo de escuela más inclusiva. Para ello, se ha realizado un estudio de
carácter exploratorio con una muestra, seleccionada mediante un procedimiento de muestreo no
probabilístico o incidental, de 74 padres y madres con hijos e hijas escolarizados en las etapas de
educación infantil y primaria en centros del Principado de Asturias.
263
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Información sobre el nivel Nivel de participación con Consejo Escolar, nivel de participación con el AMPA,
de participación en el Centro nivel de asistencia a reuniones de centro y aula, nivel de asistencia a reuniones
Escolar de AMPA.
Tipo de comunicación con el profesorado.
Información sobre las políticas y prácticas escolares
Participación en la toma de decisiones sobre el centro escolar.
Información sobre el nivel Oportunidades para participar en el centro escolar
de colaboración entre el Ocasiones para discutir con el centro el proceso y las preocupaciones de mi(s)
centro y las familias hijo(s/as).
participantes en los centros Motivación por parte del profesorado.
educativos estudiados. Valoración por parte del centro escolar.
Importancia sobre la educación y preocupaciones de las familias.
Conexión y coordinación del centro escolar con las familias.
Ambiente de respeto hacia la diversidad familiar y las historias personales,
evitando las conductas de discriminación hacia los niños/as y sus familias.
Nivel de apoyo de los miembros que componen el centro escolar (equipo
directivo, profesorado…).
Posibilidades para participar activamente en el centro escolar.
Nivel de participación de las familias en las actividades del centro escolar.
Información sobre los Cambios en el centro educativo que desean las familias
cambios deseados por las
familias en el centro
educativo
3. Resultados
Algunos de los resultados más destacables en función de las distintas dimensiones de análisis
son las siguientes:
En cuanto a las principales variables de identificación cabe destacar que la mayoría de las
personas que han participado en el estudio han sido madres (81,1%), con edades comprendidas
entre los 38 y 47 años y, en menor porcentaje, madres de edad inferior a 37 años, siendo muy bajo el
porcentaje (18,9%) de padres participantes. Además, los padres y madres manifiestan que tienen
escolarizados a sus hijos e hijas en Educación Primaria (66,2%) y en Educación Infantil (33,8%). Se
trata, en su mayoría, de familias biparentales (83,8%), un pequeño porcentaje de familias
monomarentales (14,9%), con algunos casos (1,4%) en los que padre, madre e hijos conviven con
otros familiares. Más de la mitad de las personas que han respondido al cuestionario señalan que
tienen un trabajo remunerado, aunque un 27% dice que se encuentra en paro y un pequeño
porcentaje de los participantes, el 4,1%, están jubiladas o pre-jubiladas. Respecto al nivel de estudios
alcanzado por los informantes, casi la mitad ha realizado estudios universitarios (48,7%), el 31% tiene
264
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Conclusiones
El análisis de los datos refleja un bajo nivel de participación de los padres y madres, cuyos hijos
e hijas escolarizados en educación infantil y primaria en Asturias, en los diferentes órganos de gestión
y participación de los centros escolares, cuando se trata de aspectos generales. El grado de
participación se incrementa cuando la convocatoria se centra en algún aspecto relacionado con su
hijo o hija. En general, y con la salvedad anterior, cabe destacar que se ha observado, en los padres
y madres participantes en este trabajo, un alto grado de despreocupación por los temas que afectan
al cotidiano desarrollo del centro y a sus integrantes (profesorado y otros implicados) entendidos
como comunidad escolar, por lo que dista mucho de la actitud que requiere una escuela, y por ende
una sociedad, inclusiva.Los resultados anteriores ponen de manifiesto la necesidad de promover
acciones que fomenten la creación y desarrollo de comunidades de aprendizaje que favorezcan la
integración activa de los agentes implicados en la acción formativa de la escuela y su entorno.
En las respuestas y valoraciones aportadas por los padres y madres se ha detectado que, a
pesar de los resultados logrados, éstos, manifiestan un incondicional apoyo a los principios que
postula la escuela inclusiva, lo que denota un interés que se muestra latente y que es preciso activar
265
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
desde planteamientos que favorezcan una real y operativa participación y colaboración que supere
posiciones exclusivamente “favorables” y no activas hacia la inclusividad.
Se precisa para ello la implicación, la participación y sobre todo, la asunción de
responsabilidades por parte de todos los agentes educativos implicados en los procesos formativos,
para hacer del centro un proyecto educativo de inclusión, para lo cual deben articularse los medios
para facilitar una comunicación ágil y fluida entre el centro y las familias que favorezca la participación
y colaboración entre ambas.
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Stainback, S. y Stainback, W. (1999). Aulas inclusivas. Madrid: Narcea.
266
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Contextualización
El envejecimiento de la población es una característica básica de nuestra sociedad. El número
de personas con sesenta años o más ha aumentado considerablemente y se prevé un crecimiento sin
precedentes en las próximas décadas. Las personas mayores son un recurso social esencial por la
sabiduría que han alcanzado en su trayectoria vital y no nos hemos aprovechado de ello todo lo
deseable. Las personas mayores como depositarios de autoridad moral y memoria cultural son un
recurso valiosísimo para la comunidad escolar y por ello consideramos que es del todo pertinente
contribuir a la institucionalización de su participación en los centros educativos.
En este sentido, las autoridades políticas preocupadas por los cambios en la estructura
demográfica y por la necesidad de fortalecer lazos entre generaciones alientan el intercambio de
conocimientos entre personas mayores y jóvenes. En el año 1991 la ONU, convencida de la
necesidad de aprovechar el potencial de las personas mayores en la sociedad, publica un documento
denominado “Los principios a favor de las Personas de Edad” (Res 46/91, de 16 de diciembre de
1991) en el que se insiste sobre la necesidad de ofrecer oportunidades para que las personas
mayores “compartan sus conocimientos y pericias con las generaciones más jóvenes” (Naciones
Unidas, 2004, p.1). Así mismo, en el año 2002 se publica el “Plan de Acción Internacional de Madrid
sobre el Envejecimiento” en el que se apuesta por medidas que traten de ofrecer, “dentro de los
programas educativos, oportunidades para el intercambio de conocimientos y experiencias entre
generaciones” (Naciones Unidas, 2002, p.18), y en el 2003 el Plan de Acción para las Personas
Mayores 2003-2007 en que se considera necesaria la “participación de los mayores en los centros
educativos, colaborando en los distintos programas y niveles” (IMSERSO, 2003, p.60).
Por otro lado, la escuela del siglo XXI exige hoy más que nunca una apertura a la sociedad. Para
lograr una educación de calidad en los términos que define la actual ley educativa es necesario
implicar a todos los sectores de la comunidad. Las personas mayores están ejerciendo un papel
socializador fundamental en la educación de sus nietos y podrían convertirse en un recurso
importante para la mejora de la institución escolar. Desde esta perspectiva, la participación de las
personas mayores en los centros educativos se presentaría como una parte fundamental del proceso
de constitución de las comunidades de aprendizaje. Su participación podría canalizarse a través de
los grupos interactivos, entendidos como estrategias para implementar el proyecto de comunidades
de aprendizaje, consiguiendo no sólo una optimización del proceso de enseñanza y aprendizaje del
alumnado sino también la mejora de la calidad de vida de las personas mayores y, en última
instancia, de las comunidades donde se insertan los centros educativos.
Partiendo de esta premisa, hemos divido esta comunicación en dos apartados fundamentales.
En primer lugar, sentamos las bases epistemológicas de las comunidades de aprendizaje para
justificar la relevancia de la participación de las personas mayores en los centros educativos y en
segundo lugar exponemos los beneficios que aporta dicha participación para todos los agentes que
intervienen en la relación educativa.
267
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
268
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
En cada grupo interactivo debe haber un profesor o un adulto voluntario que se encarga de
tutorizar el aprendizaje de cada uno de los alumnos que configuran el grupo.
Los criterios con relación al tiempo de dedicación a cada una de las actividades programadas
y al número idóneo de alumnos variará en función del ciclo o etapa educativa en la que nos
encontremos.
Las actividades para el desarrollo de los contenidos son distintas en cada uno de los grupos.
Todas ellas están articulan en torno a un tema central, se complementan entre sí y son
realizadas al mismo tiempo en el seno de cada uno de los grupos.
Al finalizar el tiempo destinado a cada actividad, se produce una rotación del alumnado, de
manera que cada grupo pasa a realizar otra actividad tutorizada por un adulto.
Al comienzo de cada sesión el docente sitúa las actividades en la temática correspondiente, y
al final, aporta conclusiones comunes a todas las actividades.
269
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
aumento del rendimiento académico de los escolares. Además, aumenta la motivación por el
aprendizaje porque se rompe con dinámicas escolares que, en muchas ocasiones, son rechazadas
por el alumnado. El libro de texto, las relaciones educativas unidireccionales, la realización de
actividades mecánicas y repetitivas… ceden terreno a dinámicas más motivadoras y atrayentes.
Molina, Robles y Sánchez (2011) han argumentado que el alumnado implicado en grupos
interactivos tiene más posibilidades de éxito escolar. Así, por ejemplo, los alumnos que no tienen
hábito de trabajo ni intervienen con metodologías tradicionales suelen hacerlo con este tipo de
estrategia organizativa. Así mismo, realizan mucho más trabajo en menos tiempo, aumenta la
motivación, la autoestima y, en general, se consigue una aceleración del aprendizaje de todos los
implicados.
Por otro lado, las interacciones que se producen en los grupos permiten al alumnado apropiarse
de modelos provistos de otras personas lo que repercute tanto en la habilidad para participar en
actividades conjuntas como en la habilidad para pensar por sí mismas (Wells, 2006).
En cualquier caso, la participación de las personas en los centros educativos puede ofrecer
oportunidades para la construcción de aprendizajes más significativos por parte del alumnado. Las
personas mayores pueden ayudar a los más pequeños a acercar los contenidos curriculares a
contextos más experienciales. La gran experiencia vital que poseen los mayores puede ser de gran
utilidad para que los escolares tengan una visión más realista y contextualizada no sólo de los
contenidos meramente académicos sino también de aquellos aprendizajes informales que tienen
lugar en la escuela. Los mayores pueden ser unos buenos transmisores de valores, pueden actuar
como consejeros y mentores de los más pequeños, y pueden ofrecer un marco de apoyo valiosísimo
para el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Así mismo, la relación con los mayores contribuye a que niños y jóvenes tengan una imagen más
realista del envejecimiento, disminuyendo así los estereotipos que normalmente se le atribuyen a la
vejez. En este sentido, el contacto entre las personas mayores y niños o jóvenes puede mejorar las
percepciones que las jóvenes generaciones tienen de las más longevas. Así, se ha demostrado en
algunos estudios internacionales (Abrams, Eller y Bryant, 2006) y nacionales (Gutiérrez, 2011)
afirmando que la implicación de las personas mayores en la escuela contribuye a cambiar el
imaginario relativo al envejecimiento.
3.3. Beneficios para el profesorado, la comunidad educativa y la sociedad.
La participación de las personas mayores en los centros de enseñanza es una oportunidad para
mejorar el trabajo del profesorado, en un momento en el que la excesiva ratio profesor alumno
dificulta llevar a cabo una atención personalizada con un alumnado de procedencia cultural y social
diversa y con diferentes ritmos de aprendizaje. La atención a la diversidad, uno de los pilares
fundamentales de nuestro actual sistema educativo, exige poner al servicio de los escolares
mecanismos que permitan dar una respuesta a sus necesidades e intereses particulares. Desde esta
perspectiva, la presencia de otros adultos en el aula constituye un recurso fundamental para ofrecer
una educación de calidad con posibilidades de éxito para todos.
Más allá del ámbito del aula, esta propuesta de trabajo permite conectar la escuela con la
comunidad. La participación de otros agentes en los centros educativos aporta una forma en que se
lleva a la práctica la participación comunitaria como parte integrante del funcionamiento escolar. De
esta forma, la sociedad entra a formar parte de la escuela, los problemas sociales se incluyen en ella
y se trabaja en aras de mejorar la vida comunitaria.
Recordemos que la Ley Orgánica de Educación sostiene en su segundo principio que “la
responsabilidad del éxito escolar de todo el alumnado no sólo recae sobre el alumnado
individualmente considerado, sino también sobre sus familias, el profesorado, los centros docentes,
las Administraciones educativas y, en última instancia, sobre la sociedad en su conjunto, responsable
última de la calidad del sistema educativo” (LOE, 2006, p.17159). Esta consideración nos conduce a
afirmar que la escuela no está ubicada en el vacío. Está conectada con la sociedad la cual tiene el
compromiso de mejorarla del mismo modo que la escuela tiene que trabajar para contribuir a la
mejora de la sociedad. Existe, por tanto, una relación estrecha entre el binomio escuela-sociedad
desde el planteamiento de este trabajo. La escuela tiene un sentido para la sociedad en tanto que
trabaja para mejorarla y la sociedad tiene un papel importantísimo en la escuela en la medida en que
entra a formar parte de las decisiones que allí se toman y de las dinámicas de enseñanza-aprendizaje
que allí se generan.
270
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Conclusiones
A lo largo de este trabajo hemos querido destacar las implicaciones de la participación de las
personas mayores en los centros educativos. Partimos de un modelo educativo novedoso y adaptado
a las exigencias de la sociedad actual. La inclusión en las aulas de alumnado de diferente
procedencia social y cultural nos obliga a inventar un nuevo modelo de escuela que ponga su mirada
en una respuesta educativa que posibilite el éxito de académico de todos los alumnos.
Se ha pretendido también explicar las posibilidades que ofrece la participación de las personas
mayores en los centros educativos como una oportunidad para dar respuesta a las recomendaciones
políticas que reivindican la necesidad de ofrecer espacios de relación entre generaciones.
Ahora bien, para llevar a cabo esta propuesta es del todo necesario que el profesorado y la
comunidad apuesten por modelos curriculares y organizativos que incluyan a la comunidad. Las
decisiones y propuestas escolares han de ser el resultado de la negociación entre todas las personas
que de manera directa o indirecta participan en la educación de niños y jóvenes.
Es necesaria una transformación educativa que camine hacia un nuevo concepto de educación
no tan preocupada por el aprendizaje de contenidos instrumentales sino por la apropiación de
conocimientos útiles y valiosos para la transformación social y por ende para la mejora de la calidad
de vida de todos los ciudadanos.
5. Referencias Bibliográficas
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27)- Barcelona: Graó.
271
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Martínez-Agut, M. Pilar
Universitat de València
mdelpi@uv.es
Ramos Hernando, Carmen
Universidad de Alicante
carmen.ramos@ua.es
1. Presentación
La Pedagogía Social tiene una función prioritaria en la actualidad para mejorar las competencias
de las personas. La convivencia está basada en el desarrollo de actitudes sociales positivas que es
preciso fomentar día a día y en este sentido la mediación educativa está colaborando para la mejora
de las habilidades sociales con la implicación de todos los colectivos que forman parte de un centro
educativo, los estudiantes, los profesores, las familias, el personal del centro, tanto los que hacen de
mediadores como aquellos que están implicados en el conflicto.
272
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
gestionarlas nos ayudará en la toma racional de decisiones, porque las emociones nos orientan en la
dirección adecuada (Goleman, 2001, 2006).
La noción más amplia de inteligencia comprende otras habilidades y aptitudes de los seres
humanos tan importantes y relevantes para su desarrollo global y para el conocimiento de la
personalidad, como la Inteligencia Interpersonal o capacidad de comprender a los demás (concepto
próximo a la empatía) y la Intrapersonal que nos permite configurar una imagen exacta de nosotros
mismos (Gardner, 1988, 1993, 1998). La inteligencia social, entendida como la habilidad para
entender los sentimientos, y comportamientos de las personas, incluido uno mismo, en situaciones
interpersonales, también para actuar de acuerdo a ese entendimiento, se compone de una serie de
habilidades que permiten al individuo plantear y resolver problemas interpersonales y crear productos
sociales útiles (Marlow, 1985). La inteligencia social puede ser comparada con la competencia social.
Goleman toma de Mayer y Salovey el componente emocional y su concepción de inteligencia como
un conjunto de habilidades que clasifica en cinco grupos de carácter general, los tres primeros
referidos al ámbito personal y los otros dos al social: 1. Conciencia de sí mismo; 2. Autorregulación; 3.
Motivación; 4. Empatía; 5. Habilidades sociales.
2.2. Legislación educativa
La sociedad cambia y el profesorado ha de adaptarse a los nuevos aspectos que se van
regulando. Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación, ya que de ella
dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La Ley Orgánica de Educación de mayo de
2006, remarca esta idea. La educación es el medio más adecuado para que los estudiantes
construyan su personalidad, conformen su propia identidad personal y configuren su comprensión de
la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica.
Señala la Ley que la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de fomentar la
convivencia democrática y el respeto, de promover la solidaridad. Además, es el medio más
adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, libre y crítica, que resulta
indispensable para la constitución de sociedades avanzadas y justas. Por ese motivo, una buena
educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos. La participación
de la comunidad educativa y el esfuerzo compartido que debe realizar el alumnado, las familias, el
profesorado, los centros, las Administraciones y la sociedad en su conjunto constituyen el
complemento necesario para asegurar una educación de calidad con equidad. También ocupa un
lugar relevante, la transmisión de aquellos valores que favorecen la libertad, la responsabilidad, la
ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, que
constituyen la base de la vida en común.
Todos estos principios y valores, los han de incorporar los centros en su Plan de Convivencia,
que forma parte del Proyecto Educativo (art. 121.2). Entendemos por Plan de Convivencia, “un Plan
integral de actuación planificada, que fomentará la convivencia entre los miembros de la comunidad
educativa, que contempla la prevención de las situaciones conflictivas, la resolución pacífica de
aquellos conflictos que puedan producirse y, en su caso, el tratamiento y rehabilitación del alumnado
cuyo comportamiento suponga un desajuste respecto a las normas de convivencia del centro”1. La
educación para la convivencia y la mediación de conflictos, como parte integrante de la función
docente, se desarrollará en todas las áreas del currículo. Asimismo se prestará especial atención en
el tiempo de tutoría.
2.3. Nuevas perspectivas de la función docente
La función del docente ha ido evolucionando con los cambios sociales. Con la LOE el docente ha
de capacitarse ante nuevos aspectos como las competencias básicas, la equidad, la educación
inclusiva y la educación afectiva y la mediación. Presenta las siguientes funciones vinculadas con
este tema (Título III sobre el Profesorado, capítulo I, Artículo 91): programación y enseñanza de
áreas, que tengan encomendados; evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado, evaluación
de los procesos de enseñanza; tutoría de los alumnos, dirección y orientación de su aprendizaje y
apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias; atención al desarrollo intelectual,
afectivo, psicomotriz, social y moral del alumnado; contribución a que las actividades del centro se
desarrollen en un clima de respeto, de tolerancia, de participación y de libertad para fomentar en los
alumnos los valores de la ciudadanía democrática; información periódica a las familias sobre el
1
Tomado de la ORDEN de 31 de marzo de 2006, de la Conselleria de Cultura, Educación y Deporte, de la
Comunidad Valenciana, por la que se regula el plan de convivencia de los centros docentes, art. 2.
273
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas, así como la orientación para su cooperación en el mismo;
coordinación de las actividades docentes, de dirección que les sean encomendadas; participación en
la actividad general del centro; participación en los planes de evaluación que determinen las
Administraciones educativas o los centros; investigación, experimentación y mejora continua de los
procesos de enseñanza correspondiente.
Con la LOE el docente ha de contribuir al desarrollo de los fines de la educación que resaltan el
pleno desarrollo de la personalidad, de las capacidades afectivas del alumnado, la formación en el
respeto de las libertades s y de la igualdad entre hombres y mujeres. Asimismo, se propone el
ejercicio de la tolerancia y de la libertad, dentro de los principios democráticos de convivencia y la
prevención de conflictos la resolución pacífica de los mismos. Igualmente se insiste en la preparación
del alumnado para el ejercicio de la ciudadanía con actitud crítica y responsable.
3. Propuesta
3.1. Contextualización
En la Comunidad Valenciana el Decreto 39/2008, donde se aconseja la mediación a partir de la
configuración de los Planes de Convivencia en los centros docentes se está incorporando a los
centros. El Decreto dedica un artículo a la mediación, en el que se especifica (art. 7): que la
mediación es un proceso de resolución de conflictos que fomenta la participación democrática en el
proceso de aprendizaje, posibilitando una solución del conflicto con el compromiso de las partes. Los
componentes de estos equipos serán docentes del propio centro y recibirán la formación específica
necesaria. El Plan de acción tutorial potenciará el papel de la tutoría en la prevención y mediación
para la resolución pacífica de los conflictos en la mejora de la convivencia escolar.
3.2. Intervención educativa
La LOE concibe la participación como valor básico para la formación de unos ciudadanos y
ciudadanas autónomos, libres y comprometidos, con una especial atención a la autonomía de los
centros docentes a través de la elaboración de los proyectos educativos y el protagonismo de los
órganos colegiados de control y gobierno de los centros docentes. Esto implica, a su vez, asumir las
responsabilidades y deberes que se derivan del ejercicio de éstos (Parkinson, 2005).
Así, la finalidad de este trabajo es presentar aspectos que favorezcan la convivencia en los
centros educativos para establecer, delimitar y garantizar el ejercicio de los derechos y
responsabilidades, mediante la prevención y el apropiado tratamiento de los conflictos que se
pudieran generar en la comunidad educativa y la eficacia de los procedimientos para la resolución de
éstos.
La mediación como proceso educativo
La mediación educativa es un proceso de prevención y de búsqueda de la convivencia. Es
importante difundirlo en los centros educativos a los miembros de la comunidad educativa (Romero,
2005). Es un método de resolución de conflictos aplicable a todos los ámbitos de las relaciones
interpersonales. Parte de la idea de que la violencia deriva de pequeños conflictos que no se han
canalizado adecuadamente. Quienes defienden este sistema piensan que el no poder verbalizar un
conflicto crea una frustración que provoca una agresión. Por ello, la solución pasa por crear la figura
de un mediador imparcial que ayude a las partes a reflexionar, dialogar y pactar un acuerdo
(Mundéate y Medina, 2005).
La mediación escolar consiste en que, ante un conflicto entre dos alumnos, un tercero (otro
estudiante, padre/madre o docente), desde una posición equidistante entre las partes, les ayude a
dialogar para acercar sus posturas y solucionarlo. Es una alternativa a las sanciones por parte de
docentes. Además de ser una herramienta de resolución de conflictos, educa en valores a los
adolescentes (Torrego, 2006). Canaliza la agresividad positivamente. Aunque, hay que tener siempre
presente que, en caso de agresiones graves, la mediación es insuficiente y acudimos a otros
procedimientos establecidos. El docente se ha de implicar siempre (Jares, 2001). Una importante
ventaja de la mediación escolar es que se busca una solución dialogada al problema, sin recurrir a
castigos. Se muestra a los estudiantes que los problemas se solucionan dialogando, en vez de
mediante vías violentas. Por ello, no sólo ayuda a mejorar el ambiente del centro escolar sino
también para fomentar en el alumnado valores como el respeto que les servirá para gestionar
debidamente los problemas que tengan a lo largo de su vida.
274
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Consideraciones finales
Consideramos que las personas que han recibido el curso están preparadas para ser agentes de
mediación y hemos observado que en los casos que han intervenido han sido eficaces. Podemos
concluir que la mediación mejora la convivencia en los centros y estas habilidades aprendidas por la
comunidad educativa se generalizan a otros contextos y situaciones, lo que mejorará las
competencias personales para la mejora personal, laboral, en definitiva, su inclusión y saber afrontar
situaciones diversas y por tanto, la mejora de la sociedad.
La educación es tarea de toda la comunidad educativa, por lo que la sociedad no ha de dejar
solos a los docentes en esta tarea, sino reafirmar la necesidad de ese esfuerzo compartido que se
manifiesta en la LOE.
La convivencia en los centros docentes ha de ser una tarea fundamental, porque son
aprendizajes básicos para la vida y se tiene que partir de la prevención.
La mediación escolar junto con la educación afectiva y emocional, es una apuesta para lograr
esta tarea. La formación de los docentes es una pieza clave en todo este proceso. Esperemos que en
el diálogo y en su aprendizaje se encuentre la mejora de la sociedad.
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278
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Martins, Teresa
Escola Superior de Educação do Instituto Politécnico do Porto
teresamartins@ese.ipp.pt
1. Introdução
À semelhança do que tem acontecido um pouco por todo o mundo, também em Portugal se têm
verificado significativas alterações no que diz respeito às questões demográficas. O envelhecimento
da população, sobretudo nas sociedades ocidentais, é um facto e está a marcar e a condicionar de
forma evidente a vida das pessoas e das comunidades. A análise dos indicadores de envelhecimento
a partir dos dados dos Censos - Instituto Nacional de Estatística - desde 1960 até 2011 evidencia a
expressão demográfica da população idosa em Portugal.
O Índice de Envelhecimento tem vindo progressivamente a aumentar, sendo em 1960 de 27,3%,
em 2001 de 102,2% e em 2011 de 128,6%. No que concerne ao Índice de Dependência dos Idosos
verifica-se que aumentou em mais de 50%, entre 1960 e 2011. Analisando o Índice de Longevidade
podemos perceber que a percentagem de pessoas com mais de 75 anos aumentou entre 1960 e
2001 quase 10%, sendo também este um valor significativo. Segundo dados da Eurostat (2004), a
proporção de pessoas com 60 anos ou mais em relação à população total, na União Europeia,
passou de 15.5% em 1960 para 22.2% em 2003. A mesma tendência se verifica em Portugal, onde
este valor passou de 11.3% em 1960 para 21.8% em 2003, ou seja, houve um aumento de mais de
10% da proporção de idosos/as relativamente à população total portuguesa em 43 anos.
Para além de muitos outros fatores, estes de ordem demográfica vêm reforçar a necessidade
crescente de repensar a forma como se olha para a população idosa, mais concretamente no que
concerne à forma como as diferentes gerações se relacionam num contexto multidimensional, com
implicações sociais, económicas e estruturais.
De acordo com Guillemard (2007), a questão das transferências sociais entre ativos/as e
inativos/as, quando se analisa a questão da reforma e do seu impacto na vida das pessoas e das
sociedades, é redutora sobretudo pelo impacto significativo que tem na forma como se organiza todo
o sistema de solidariedade intergeracional atual.A problematização desta questão, para além da sua
dimensão essencialmente económica, pode ser um dos fortes argumentos na reivindicação de uma
nova solidariedade entre as gerações que assente numa maior capacidade para potenciar o papel
dos/as idosos/as nos mais diversos domínios da vida social.
Com este texto pretendemos dar um contributo, na área da pedagogia social, para a análise
desta problemática ajudando a olhar e sentir as questões do envelhecimento de forma menos
discriminatória. Pretendemos ainda contribuir para a reflexão sobre a necessidade de se valorizar a
participação ativa de todos os cidadãos sem exceção, tendo em conta as suas competências e
características que tornam cada ser humano único e irrepetível.
Este estudo mostra que o voluntariado poderá ser uma das expressões mais visíveis do
potencial ainda pouco valorizado das pessoas reformadas nas e para as suas comunidades, sendo
também expressão do envelhecimento ativo dos cidadãos.
279
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
vida (Fernández-Ballesteros, 2000). Assim, o que se espera é que o jovem estude, o mais possível e
cada vez durante mais tempo, e passe posteriormente para o mercado de trabalho, na fase adulta, na
qual conquista a sua autonomia financeira, a par da sua autonomização familiar, constituindo também
nesta fase uma nova família. Por volta dos 65 anos, já considerado/a idoso/a, deve ou tem que
reformar-se, passando assim para uma fase de inatividade protegida e indemnizada (Guillemard,
2007). Esta autora evidencia que estas três fases, que o Estado Providência veio fortalecer como
sequenciais e irreversíveis, têm como elemento central o tempo do trabalho, ou seja, a fase adulta,
em que os indivíduos deverão ser profissionalmente ativos e contribuir para o desenvolvimento
económico da sociedade. Jovens e idosos/as estão fora deste tempo central. Os primeiros porque se
estão a preparar para nele se integrar e os/as idosos/as porque, segundo este modelo, já deixaram
de estar integrados.
2.1. O Idadismo
Tal como Guillemard, outros/as autores/as, de que salientamos Melissa Petit (2009), consideram
que a distribuição do ciclo de vida - tendo por base critérios etários - reforça um percurso de vida
rigidificado e marcado por etapas que assinalam a passagem de um estatuto a outro. Esta passagem,
sem possibilidade de retrocesso, potencia o surgimento de preconceitos e estereótipos relativamente
a cada uma destas etapas. Ou seja, não se espera que haja períodos de inatividade protegida antes
da chegada à reforma como acontece, cada vez mais, nas situações de desemprego que marcam a
conjuntura atual. Na verdade o aumento do desemprego, que afeta especialmente as pessoas mais
novas (que não conseguem, arranjar trabalho remunerado) e as mais velhas (a quem é negada
progressivamente essa possibilidade), abre espaço para a discussão da solidariedade entre
gerações.
Conscientes dos impactos dos estereótipos e mitos existentes em relação às pessoas idosas,
autores/as como Hoffman, Paris e Hall alertam para a tendência da sociedade para discriminá-las,
ignorá-las, ou não (as) levar a sério (Hoffman, Paris y Hall, 1994: 509). É neste entendimento que
surge o conceito de “ageism” ou idadismo, estereótipo, preconceito ou discriminação baseados na
idade, neste caso especificamente face a pessoas idosas (Fonseca, 2006, p.27).
Importa ter em conta que estes estereótipos e preconceitos em relação às pessoas idosas são
um fenómeno muito abrangente, que tem subjacentes questões complexas e diversas, sendo
importante reforçar que acabam por ter impactos diferentes de acordo com as circunstâncias de vida
de cada pessoa, podendo reforçar nos/as próprios/as idosos/as uma auto imagem de incompetentes
e incapazes.
Tal como Goyanes e Blanch (2011), entendemos que a promoção de políticas municipais, mas
também nacionais e internacionais, que potenciem a autonomia de todas as pessoas,
independentemente das suas idades e aos mais diversos níveis (social, cultural, económico, de
planeamento urbano, entre outros), é um imperativo para a construção de sociedades mais justas e
equitativas para todos os seus membros.
3. O voluntariado na reforma
O voluntariado é uma atividade que já faz parte do quotidiano de muitos portugueses. Neste
sentido, a sua importância e pertinência, a nível nacional e internacional vem crescendo assim como
o seu incentivo. A criação de estruturas com o intuito de promover o voluntariado - de que é exemplo
em Portugal o CNPV – Conselho Nacional para a Promoção do Voluntariado -, contribuíram para a
necessidade de enquadrar juridicamente o voluntariado na legislação nacional, procurando-se assim
clarificar o conceito e formalizar mecanismos de proteção dos/as voluntários/as, das instituições e das
pessoas com as quais possam contactar.
De acordo com Delicado (2002), eram sobretudo jovens, em idade ativa, a exercer uma profissão
ou a estudar, com habilitações superiores à média nacional, quem mais se dedicava ao voluntariado.
Num estudo lançado pela ENTRAJUDA, em 2011, adianta-se que 34,9% dos voluntários portugueses
terão entre 56 e 65 anos e 21% mais de 65 anos. Relativamente à situação perante o trabalho
referem que 41, 6% dos voluntários serão reformados (ENTRAJUDA, 2011).
Tomás et al. (2002) exploram o conceito de idosos/as voluntários/as ou de voluntariado sénior,
considerando que integra pessoas com mais de 65 anos, autónomas e que dedicam o seu tempo a
atividades sociais não remuneradas, que escolhem livremente e em relação às quais desenvolvem
um elevado grau de compromisso. Estas atividades são desenvolvidas fora dos contextos familiar e
de amizades e enquadradas em instituições.
280
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
281
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
recompensa financeira, os/as voluntários/as querem que o seu trabalho seja reconhecido e apreciado
(Kotler, 1975). Neste estudo é reforçada esta questão na medida em que os/as voluntários/as
evidenciam claramente a importância deste reconhecimento para se manterem motivados.
Para além das motivações propriamente ditas surgiu um elemento que se constituiu como
determinante para que cinco dos seis protagonistas deste estudo tenham iniciado a sua prática de
voluntariado nesta etapa das suas vidas: o convite que lhes foi pessoalmente dirigido. Este facto vai
ao encontro dos resultados do Marriott Seniors Volunteerism Study, realizado em 1991, (cit. Okun y
Schultz, 2003), no qual se constatou que existe um elevado número de pessoas reformadas que
fariam voluntariado, se fossem convidadas para esse efeito – aos quais chamaram voluntários/as
latentes – e que existe um número ainda maior de pessoas na mesma situação, que fariam
voluntariado se fossem convidadas, mas mediante situações mais específicas – os voluntários/as
condicionais.
Um estudo mais alargado poderá permitir encontrar indicadores no sentido de confirmar (ou
infirmar) esta hipótese na população reformada portuguesa, podendo esta indicação, caso se
confirme, ser um ponto de partida importante para a prossecução de estratégias ativas e direcionadas
de captação de voluntários/as reformados/as pelas instituições.
4. Nota Metodológica
Quando alguém se dedica à investigação científica já transporta consigo o senso comum, o
sentido primário que dá às explicações, através do individual e natural em função de valores
dominantes da sociedade. A ruptura com o senso comum não é um processo feito de uma vez por
todas, é antes de mais uma atitude, um trabalho de vigilância crítica e uma construção conceptual
permanente. Dada a complexidade da temática em análise e, considerando que, em Portugal, são
ainda poucos os estudos empíricos relativamente ao Voluntariado Sénior, entendeu-se como
fundamental compreender as motivações e representações que as pessoas reformadas fazem sobre
a atividade de voluntariado que praticam.
Optámos por uma metodologia compreensiva por nos permitir dar uma atenção ao discurso dos
atores e construir um sentido que se lhe adequasse – tal como escrevem Bruyne et al., a abordagem
compreensiva visa apreender e explicitar o sentido da atividade social individual e colectiva enquanto
realização de uma intenção. Ela justifica-se na medida em que a ação humana é essencialmente a
expressão de uma consciência, produto de valores, resultante de motivações (Bruyne et al., 1991:
139). Neste sentido e, para compreender o sentido que os voluntários atribuem às suas motivações,
foi essencial privilegiar os seus discursos. Para além disso, a metodologia compreensiva permite uma
abordagem dos processos sociais que privilegia precisamente o discurso dos sujeitos como fonte de
sentir e de explicar os implícitos motivacionais que estão na base das suas ações e assim das suas
opções e práticas.
Foram selecionadas três instituições de utilidade pública, com sede no centro urbano do Porto -
duas Instituições Particulares de Solidariedade Social (IPSS) e uma Organização não-Governamental
para o Desenvolvimento (ONGD) - com trabalho reconhecido na área social e que integravam
voluntários com funções e tarefas muito diversificadas: apoio e visitas domiciliárias; visitas a doentes
internados em hospital; tarefas do quotidiano institucional; entre outras que se enquadram no âmbito
da pedagogia social de que salientamos a animação sociocultural.
As perguntas de partida decorreram das seguintes hipóteses:
O que potencia a prática de voluntariado na reforma?
Será que a entrada na reforma se configura como uma oportunidade para investimentos
que contribuam para uma vivência satisfatória desta etapa da vida?
Será o voluntariado um contributo para a reconfiguração identitária dos indivíduos após a
reforma?
Grupo com que se trabalhou: 6 pessoas, (3 do sexo feminino e três do sexo masculino),
reformadas, com idades compreendidas entre os 55 e os 84 anos de idade, a praticar
voluntariado há mais de um ano.
Relativamente às técnicas de recolha de material mobilizadas para a recolha de informação,
foram utilizadas a Entrevista Exploratória (3 – uma por instituição) e a Entrevista Semidiretiva (6 –
com voluntários/as das três instituições).
282
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Principais conclusões
1) O voluntariado foi um dos pilares deste estudo, sendo entendido pelos participantes
por um lado como uma forma de ajudar outros/as e por outro como forma de participação cívica.
O compromisso com o outro surge como um aspeto fundamental não só do ponto de vista
pedagógico como ético. Pensando os aspetos positivos do voluntariado, os/as entrevistados
destacaram a atividade social que esta prática proporciona e ainda o facto de ser socialmente útil.
As representações que estes voluntários fazem sobre o seu trabalho correspondem a uma visão
desta prática, muito próxima do senso comum informado, reforçando uma das ideias centrais da
pedagogia social, que se prende com o cuidado de una correcta socialización de los indivíduos
(Quintana, 1984, cit Carreras, 1998, p. 46).
2) A compreensão dos voluntários e a definição e valorização dos seus papéis são
estratégias chave para se procurarem formas de potenciar a colaboração de diferentes
voluntários/as, com diferentes perfis, gostos e interesses, contribuindo para que queiram manter-
se nas instituições durante mais tempo. Desta forma o voluntariado poderá fortalecer-se enquanto
parte integrante de uma intervención pedagógica en el remedio de certas necessidades humanas
que aquejan a nuestra conflictiva sociedad (Quintana, 1984, cit por Carreras, 1998, p. 46), uma
das conceções da Pedagogia Social. Este contributo reveste-se de especial importância no caso
do voluntariado praticado por pessoas reformadas já que, para além do impacto do seu trabalho
nos contextos/ comunidades nas quais desenvolvem a sua prática, contribui também para
contrariar o estereótipo da inatividade e improdutividade relativamente às pessoas reformadas.
3) A partir desta análise, e de toda a construção teórica já existente a este propósito,
pode-se evidenciar e reiterar a importância das pessoas responsáveis pela gestão dos voluntários
nas organizações serem capazes de perceber o que os voluntários gostam de fazer, bem como
aquilo para que se sentem capazes e competentes, assentando assim, toda a conceção e prática
do voluntariado institucional em ações pedagógicas passíveis de serem estudadas enquanto
ações que produzem efeitos educativos na dimensão social da personalidade (Romans e
colaboradores, 2003, p.17).
4) A compreensão mais aprofundada das atividades de voluntariado a que se dedicam
os/as voluntários/as reformados/as portugueses, poderia ser uma possibilidade de investigação
futura considerando que uma melhor compreensão da distribuição deste grupo poderá contribuir
para a prossecução de estratégias adequadas e especificas de reforço desta dinâmica que
poderá estar a aumentar em Portugal.
6. Síntese
No final deste estudo compreendeu-se uma necessidade que se poderá entender como basilar
para um conjunto de outras possíveis investigações: a realização de uma estudo com vista à
caracterização deste grupo específico de voluntários/as. Para além de tudo o que tem vindo a ser
referido, poder-se-á concorrer para a justificação da pertinência de investigações neste sentido tendo
por base a perspetiva de Musick e Wilson (2003, cit. Léon y Dias-Morales, 2009), que defendem que
a prática do voluntariado poderá ter mais benefícios para as pessoas idosas do que para qualquer
outro grupo etário, na medida em que se encontram correlações entre esta prática e a saúde física, o
bem-estar psicológico e a longevidade dos/as idosos/as (Léon y Dias-Morales, 2009).
Assim sendo entende-se que se caminhou no sentido de afirmar que a entrada na reforma se
pode configurar como uma oportunidade para investimentos que contribuam para uma vivência mais
satisfatória desta etapa da vida. Espera-se que, com este trabalho, se possa ter de algum modo ido
ao encontro do que reiteram já outros autores, como Tomás et al (2002), que defendem que a prática
de voluntariado na reforma pode também potenciar, ou contribuir para uma vivência mais satisfatória
deste período da vida, podendo assim ser um contributo para que as pessoas caminhem no sentido
do Envelhecimento Ativo.
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284
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Ya en el año 2005, la Estrategia de Lisboa, pactada por los países de la Unión Europea,
establecía la integración social de los jóvenes como medida imprescindible para la construcción de
una Europa sostenible y sin exclusión social, y señalaba al abandono escolar prematuro y el
desempleo juvenil como los dos principales obstáculos para conseguirlo (Comisión Europea, 2010).
Nuestro país se encuentra, en estos momentos, en una difícil situación respecto a ambos problemas:
el abandono escolar prematuro no se reduce desde entonces y la crisis económica agrava las
dificultades para la inserción laboral de los jóvenes menos preparados.
En cuanto al abandono escolar prematuro, mientras la media de la Unión Europea se sitúa en
torno al 14%, y países como Alemania, Bélgica, Francia o Reino Unido rondan el 12%, nuestro país
no sólo tiene una tasa muy elevada, sino que además la ha incrementado en los últimos años, y el
porcentaje ha llegado a alcanzar el 31%, entre 2010 y 2011. Es preciso no perder de vista, en este
sentido, las investigaciones que recogen la preocupación actual de las instituciones públicas
europeas por el bajo rendimiento escolar de los/as jóvenes, las elevadas tasas de abandono escolar
temprano y los condicionamientos que ambos factores ejercen sobre la iniciación al mundo laboral
(Casas y Montserrat, 2009; Simon y Owen, 2006).
Respecto al problema del desempleo, junto a una tasa global del 25,6 % en España, son los
jóvenes quienes más sufren esta situación, ya que según la EPA correspondiente al cuarto trimestre
de 2012, la tasa de paro entre los jóvenes menores de 25 años es del 55,1%. Añadido a este dato, la
crisis ha incrementado el porcentaje de jóvenes en situación de precariedad económica, por ser
económicamente dependientes o semidependientes, concretamente del 50% al 56% (INJUVE, 2013,
p. 82).
En definitiva, se puede avanzar que la actual crisis económica, que es también una crisis social,
está planteando escenarios socioeconómicos de mayor riesgo y exclusión, y que esto se refleja de
forma notable en el colectivo de los adolescentes y jóvenes más desfavorecidos. Desde el marco
institucional europeo, hace tiempo que se han planteado alternativas a estas “trayectorias fallidas” de
los jóvenes, especialmente de los que más dificultades sociales afrontan. Las denominadas “políticas
integradas de transición” (Du Bois-Reymond y López Blasco, 2004; Bendit y Stokes, 2004; Machado y
Pohl, 2004; Cachón, 2004) buscan dar respuestas a esas dificultades en el tránsito de los jóvenes a
la vida adulta, y en consonancia con ellas se plantean a continuación algunas reflexiones y
propuestas que parten del ámbito de la investigación-acción.
Como señalan Melendro, González y Rodríguez (2013) en relación a estas afirmaciones, “si bien
la caracterización de la población adolescente y juvenil en riesgo de exclusión social ha sido
ampliamente investigada, no lo ha sido tanto la intervención que se realiza con ella”. Partimos en este
sentido, desde el marco de la Pedagogía Social, de la búsqueda de buenas prácticas y elementos de
eficacia en la intervención “socioeducativa”, entendida esta como una acción social de naturaleza y
1
Este trabajo se inserta en el marco de la investigación CTINV041/11 sobre “Estrategias eficaces de intervención
socioeducativa con adolescentes y jóvenes en riesgo de exclusión social”, financiada por Opción 3 S.C., Igaxes
3, Fundación Isos y Fundación Trébol, en convenio de colaboración con la UNED (Art. 83 LOU) y con la
participación del Ayuntamiento de Madrid, la Universidad de A Coruña, la Universidad de Girona, el Grupo de
Investigación G44Edu16 – Contextos de Intervención socioeducativa de la UNED y la Fundació Pare Manel.
285
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Resultados
A partir de la realización de las entrevistas semiestructuradas y los grupos de discusión
indicados, se realizó el análisis cualitativo de la información obtenida. Siguiendo la Grounded Theory,
con la transcripción de cada uno de los grupos de discusión y de cada entrevista se constituyó un
documento primario que, una vez codificado, facilitó la elaboración de códigos sustantivos (categorías
286
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
y subcategorías), a partir de los que se elaboraron los correspondientes códigos teóricos (conceptos
centrales, también denominados PSB, procesos socioeducativos básicos) e hipótesis teóricas
comprensivas, que han ayudado a construir la teoría emergente sobre los fenómenos abordados que
a continuación se describe.
Ya en el ámbito de los constructos teóricos de la Pedagogía Social, una primera tarea con los
grupos de discusión consistió en concretar el concepto de “estrategia eficaz”, a partir de una
definición previa, procedente de investigaciones anteriores (Melendro, 2007 y 2010), ya que era un
elemento central del debate que se iba a establecer posteriormente, así como de la propia
investigación.
Otro concepto clave tratado a lo largo de las sesiones fue el de intervención socioeducativa, que
es identificada mayoritariamente con un enfoque ecosocial y procesual de la acción socioeducativa,
muy relacionado con las actuaciones en y sobre los diferentes entornos en que interacciona el/la
adolescente. En algunos casos, sin embargo, los profesionales la interpretan de forma ambigua y
dispersa, como proceso amplio, genérico, difícil de precisar, e incluso acudiendo a “lo que no es” para
poder situarla teóricamente.
Un tercer elemento tiene que ver con lo que, a lo largo de su participación en grupos de
discusión y en entrevistas semiestructuradas, los propios profesionales han diferenciado como tres
tipos de estrategias en este ámbito de intervención: Estrategias de intervención individual; estrategias
de intervención con el grupo de adolescentes y estrategias comunes a los diferentes tipos de
intervención individual-grupal. Algunas de estas últimas, que incluyen un importante grupo de
estrategias de intervención comunes tanto al abordaje individual como al grupal del trabajo con los/las
adolescentes en riesgo y su entorno, se van a describir en este trabajo.
A partir de este trabajo previo de conceptualización, se fueron debatiendo, en las diferentes
sesiones, una serie de cuestiones relacionadas con las dimensiones principales de la investigación:
adolescencias, entornos de riesgo y protección, profesionales intervinientes, sentido de la
intervención y estrategias socioeducativas con adolescentes y su entorno. Estas tres últimas
dimensiones son las que ocuparon especialmente los tiempos de los grupos de discusión; a ellas se
refieren los resultados resumidos a continuación y que han sido sintetizados en la siguiente red
conceptual (network) (Gráfico nº 1).
Gráfico nº1. Network (red conceptual) sobre Estrategias comunes de intervención socioeducativa con
2
adolescentes en riesgo de exclusión social.
2
Entre paréntesis, se indica el número de citas de la categoría en el total de documentos primarios del estudio.
287
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Discusión y conclusiones
Los resultados obtenidos en la investigación aportan múltiples elementos para avanzar hacia una
intervención socioeducativa eficaz con adolescentes en riesgo de exclusión. Como se concluye a
partir del análisis realizado, estamos refiriéndonos a una intervención sumamente compleja, en la que
las claves de su eficacia giran en torno a la puesta en funcionamiento de una serie de estrategias que
parten del protagonismo del adolescente en la toma de decisiones que le son vitales, desde procesos
de empoderamiento y participación. Y que supone como elementos centrales de la labor de los
educadores/as una serie de estrategias relacionadas con la resiliencia y con la planificación flexible
de las intervenciones.
288
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias Bibliográficas
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290
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción.
El programa intergeneracional de animación social-comunitaria se presentó a la Facultad de
Educación del Departamento de Artes y Humanidades de la UPAEP. Tiene una doble finalidad:
Promover y desarrollar diferentes proyectos participativos de envejecimiento activo en
el que distintas personas y grupos de población, especialmente los adultos mayores puedan
implicarse y participar en la dinámica social, económica y cultural en igualdad de condiciones
y oportunidades con la población denominada “activa, evitando de esta manera el llamado
“corte de edad”.
Generar y desarrollar mecanismos de unión entre la universidad y la sociedad,
contribuyendo con ello a desarrollar la función social de la universidad y como consecuencia
una universidad inclusiva.
Con esta finalidad, nuestro proyecto, inspirado y generado en el marco de la animación
sociocultural como modelo de acción dinamizador de procesos socioeducativos participativos y de
desarrollo (Gillet, 1995; Llena et al., 2009; Merino, 2010 y 2011), despliega un programa de
intervención socio-educativa y cultural de tipo intergeneracional en la ciudad de Puebla (México). La
finalidad primera es promover, fortalecer y desarrollar espacios de acción, procesos, estructuras y
condiciones que promuevan la convivencia intergeneracional de la comunidad poblana, un
empoderamiento de la misma en el sentido indicado en la Declaración de Hong-Kong promovida por
la UNESCO (AAVV, 2007), de manera que las personas mayores sean ciertamente destinatarios
principales del programa, pero también, en igualdad de condiciones con otros grupos de población y
en la medida de sus posibilidades, puedan, si así lo desean, participar como protagonistas activos en
el diseño y desarrollo del programa y de los diferentes proyectos generados en su desarrollo.
Se trata, en última instancia, de crear y desarrollar tanto comunidad dinámica o procesos
comunitarios participativos que contribuyan a resolver los problemas de la propia comunidad local, sin
excluir a las personas mayores, como de generar recursos, condiciones y estructuras que lo faciliten.
Todo ello en el marco y dirigido al envejecimiento activo, donde la preparación para la jubilación es
objetivo importante.
Los diferentes proyectos operativos, ya propuestos en el programa, y los que se formen y
diseñen participativamente en su desarrollo, los agrupamos en los tres ejes siguientes:
Información, dinamización e implicación (en ejecución).
Diseño participativo de los proyectos y, como consecuencia, implementación del
programa inicial (en ejecución).
Intervención/investigación: Desarrollo de los proyectos.
o Investigación diagnóstica.
291
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Conferencia inaugural del Master de Geriatría y Gerontología de la Universidad Católica San Antonio de Murcia,
curso 2012-2013.
2
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el envejecimiento activo es el proceso de optimización de
las oportunidades de la salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las
personas envejecen (OMS, 2002).
292
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
293
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2001), resalta ya hace 12 años la importancia de los programas intergeneracionales para el desarrollo
social y el cambio.
El principio inspirador de estos programas intergeneracionales y la finalidad de los mismos se
resume magistralmente en la siguiente formulación: “Los programas intergeneracionales son
vehículos para el intercambio determinado y continuado de recursos y aprendizaje entre las
generaciones más viejas y más jóvenes para beneficios individuales y sociales” (Declaración
Internacional adoptada en Dortmund en 1999) que la UNESCO reproduce en la primera página de la
monografía citada.
3
Desde una perspectiva técnica de la planeación o planificación seguimos en este diseño la doctrina clásica en
planeación social donde el programa se desarrolla a través de varios proyectos, y éstos mediante actividades y
tareas (Cfr. Egg, 1986; Merino, 2010; Sarrate, 2012).
294
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Objetivos
Dentro de este marco teórico y operativo, los objetivos operativos principales del programa son:
1) Dinamización e implicación. Se trata de concienciar a la población sobre el
problema del envejecimiento activo y de implicar a personas, grupos, asociaciones e
instituciones en el programa.
2) Investigación. Realizar un diagnóstico de la población de adultos mayores en
Puebla y de sus limitaciones y posibilidades, así como de los recursos iniciales
existentes.
3) Formación inicial y permanente. Formar a profesionales y voluntarios que
hayan de participar en el programa.
4) Intervención/investigación. Diseñar y desarrollar los diferentes proyectos que
integran el programa. La propia intervención generará la necesidad de otros proyectos de
investigación, tanto de investigación en sentido tradicional como de investigación-acción,
en los que los integrantes de los programas adquieren un protagonismo importante. La
investigación y la intervención están asociadas.
4
El desarrollo comunitario que surgió como un instrumento participativo de desarrollo, y durante tiempo fue un
instrumento muy valioso para mejorar las condiciones de vida de las comunidades y de las personas, se ha ido
desvirtuando en el sentido de derivar en programas verticales de desarrollo, hechos unilateralmente por
gobiernos, empresas, multinacionales, etc., pero sin la participación de los ciudadanos ni de las comunidades
implicadas. Es decir, derivó en un sistema de gestión vertical de arriba abajo. Las personas y grupos sociales
solo eran destinatarios pasivos o consumistas culturales y de servicios. Se convirtió poco a poco en una especie
de despotismo ilustrado, es decir, en un gobierno del pueblo pero sin el pueblo. Esta situación promovió un
movimiento crítico que ha generado numerosos grupos de investigación y acción que trabajan para recuperar la
savia inicial participativa existente en el concepto de animación sociocultural para el desarrollo comunitario En
este contexto se habla hoy de “animación comunitaria o de animación social comunitaria” (Llena, Parcerisa y
Úcar (2009); Merino, 2011), se trata de rescatar la idea de participación de las personas que viven en una
ciudad, en un pueblo, en un barrio o en una comunidad en los procesos de su propio desarrollo y bienestar.
295
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5
Las actividades del segundo y tercer eje pueden llevarse a cabo de manera paralela. No obstante, la
investigación diagnóstica es prioritaria.
6
Referente a la población adulta mayor existen numerosos programas en los que los adultos mayores no
dependientes ayudan a los dependientes. Otros programas tienen una perspectiva distinta, como son los
programas de adultos mayores profesionalmente muy preparados y con gran experiencia que ayudan
gratuitamente a jóvenes en el inicio de su carrera profesional (Por ejemplo, a realizar proyectos o formar una
empresa de arquitectos, etc.); otro programa que está dando un buen resultado es el llevado a cabo por la
Universidad Complutense de Madrid que pone en contacto y gestiona el sistema de vivienda y alquiler, por el que
a adultos mayores que viven solos en casas grandes ofrecen habitación a la universidad y ésta las selecciona y
selecciona a los estudiantes que vayan a vivir con ellos.
296
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
7. Referencias bibliográficas
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Sarrate, Mª L. (2010). Programas de animación sociocultural. Madrid: UNED.
297
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Esta comunicación presenta una experiencia intergeneracional llevada a cabo por la
Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC) en varios IES de las provincias de Sevilla,
Cádiz y Huelva entre personas mayores y adolescentes con fracaso escolar con el fin de presentar
nuevas posibilidades y alternativas al alumnado con fracaso escolar y con riesgo de exclusión social.
La existencia de alumnos y alumnas que viven con rechazo la enseñanza y terminan el período
de escolarización obligatoria con fracaso escolar es suficientemente significativa como para buscar
alternativas desde distintos enfoques, una de las cuales puede ser la convivencia intergeneracional e
intercambio de conocimientos, porque existe el riesgo de que el resultado escolar negativo aumente
la probabilidad de que el alumnado con este tipo de problemas también sea víctima de exclusión
social. De ahí que consideremos de suma importancia plantearnos alternativas, desde todas las
instancias comunitarias para encontrar soluciones a estas conductas desadaptivas de los/as
adolescentes escolares. Definimos las conductas desadaptativas como aquellas que se dan en el
contexto escolar y que “desestabilizan la convivencia en el aula y en el centro, haciendo más difícil e
incluso imposible la consecución de objetivos académicos” (De la Fuente, Peralta y Sánchez, 2009,
p.174). Dentro de este tipo de conductas podemos identificar tres tipos: desmotivación y desinterés
académico, conductas disruptivas y conductas agresivas (De la Fuente, Peralta y Sánchez, 2009).
El término disruptivo proviene del inglés y según el diccionario de la Real Academia Española se
define como “que produce ruptura brusca”. En el ámbito educativo el término adquiere una serie de
significados propios, Isabel Fernández (2006, p.18-19) define las conductas disruptivas como
aquellas que:
Se refieren a un conglomerado de conductas inapropiadas dentro del aula, tales como
levantarse a destiempo, hablar cuando explica el profesor, etc.
Suponen que los objetivos educativos de las diferentes personas en el aula no son
necesariamente los mismos, es decir, los propósitos educativos iniciales del profesor no
son compartidos y asumidos por todos los miembros del grupo.
Retrasan y en algunos casos impiden el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Se convierten en un problema académico, pues no permiten ampliar ni reforzar los
conocimientos debidos.
Se interpretan como un problema de disciplina o, mejor dicho, de falta de disciplina en el
aula.
Su repercusión excede a los individuos sobre los que se centra la acción (alumno-
profesor) porque producen mayor fracaso escolar en el grupo clase.
Propician un clima de aula tenso donde se crean malas relaciones interpersonales tanto
entre profesores y alumnos como entre los propios alumnos, y en muchos casos entre
los propios profesores.
Esta realidad parece repetirse en muchos IES y se puede describir en los siguientes puntos:
En todos los institutos suele haber un porcentaje de adolescentes inadaptados al sistema
educativo, que varía en función de los contextos en los que está ubicado el centro, que
protagonizan con frecuencia absentismo escolar y cuyo resultado es al final el fracaso
escolar.
298
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
299
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Resultados
El proyecto se viene realizando desde el curso 2009-2010 en tres IES de las provincias de
Huelva, Sevilla y Cádiz. Participan un promedio de 30 adolescentes por instituto. Los resultados
obtenidos, referidos a los objetivos específicos inicialmente previstos, han sido los siguientes:
Objetivo específico 1.- Generar alternativas de atención a la diversidad en los institutos.
300
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
En los tres cursos de la experiencia se han realizado talleres de: madera, sillería, guarnicionería,
estética, peluquería, manualidades, corte y confección, autonomía doméstica, ajedrez,
mantenimiento, huertos. Con estos talleres se está dando respuesta al alumnado con fracaso escolar
y con acusado riesgo de exclusión social, mediante un planteamiento híbrido entre lo académico, con
enfoque personalizado, y el campo profesional.
Objetivo específico 2.- Adecuar el proceso de enseñanza/aprendizaje a las posibilidades reales
de este perfil de alumnado.
Se han tenido en cuenta las características de este perfil de adolescente, adaptando el horario,
la organización y el currículo de las áreas a la realidad del grupo, haciendo compatible y
complementaria su presencia en el aula con materias curriculares ordinarias junto con la participación
en los talleres.
Objetivo específico 3.- Mejorar la convivencia en los institutos.
El resultado más inmediato constatado en relación con este objetivo es la mejora de conducta
del alumnado participante en los talleres y eso se ha traducido en una disminución considerable de
los incidentes disruptivos de convivencia en el aula y en los tiempos de recreo. Mientras están en los
talleres, tanto el perfil de alumnado participante en este programa como el resto del aula, avanzan
con más rapidez en su aprendizaje y disfrutan de resultados más exitosos, cada uno con acciones
más adaptadas a sus posibilidades. La experiencia es exitosa, contraria a la frustración, rebaja
tensiones latentes y produce una mejora en el ambiente de convivencia del centro, disminuyendo la
frecuencia y la intensidad de las situaciones conflictivas dentro y fuera del aula.
Objetivo específico 4.- Fomentar la motivación para el aprendizaje laboral de este perfil del
alumnado.
Una de las afirmaciones de los adolescentes es que han “aprendido cosas interesantes y útiles”.
El interés por conseguir un trabajo bien hecho les ha motivado a esforzarse hasta alcanzarlo. La
experiencia positiva de sentirse útiles les reta ante nuevas trabajos (metas) a veces de cierta
complejidad en su ejecución. La experiencia personal exitosa en los talleres ha servido a algunos de
estos alumnos y alumnas para decidir, nada más terminar el curso, matricularse en los Programas de
Cualificación Profesional Inicial (PCPI) orientando así su futuro hacia una profesión que facilite su
acceso e integración en el mercado laboral.
Objetivo específico 5.- Generar experiencias positivas de convivencia entre personas mayores y
adolescentes.
El simple hecho del tiempo compartido en los talleres ha dado lugar al intercambio de vivencias
y experiencias que han permitido conocerse de otra forma. Las personas mayores han reconocido en
los adolescentes valores que no afloran en la relación habitual mientras que los adolescentes han
encontrado una cercanía y complicidad que no imaginaban en los/as mayores. Se han establecido
vínculos afectivos muy positivos entre las personas mayores voluntarias y el alumnado que van más
allá del centro formativo, como se muestra cuando se encuentran en otros espacios como la calle
etc...
Como resultado de los procesos anteriores, se ha producido un conocimiento más profundo del
“otro” -mayor o adolescente- con el consiguiente debilitamiento de los estereotipos dominantes
respecto al otro grupo de edad.
Objetivo específico 6.- Posibilitar intercambio de valores entre generaciones muy distantes en el
ciclo evolutivo.
Tanto mayores como adolescentes valoran como algo fundamental las actitudes de respeto y de
cariño mutuos que van apareciendo a lo largo del curso. Los adolescentes aprenden a respetar a la
persona mayor por el simple hecho de ser persona pero además lo hacen por su edad y por su
experiencia, mientras que las personas mayores manifiestan que han aprendido a dar su lugar a los
adolescentes confiando más en ellos, creyendo en sus posibilidades de superación y valorando que
tras las primeras impresiones existe un complejo mundo en cada persona que es preciso conocer
antes de opinar.
En general, se han observado en adolescentes mejoras importantes:
Constancia y perseverancia para aprender el manejo de instrumentos y el uso de
materiales hasta conseguir la realización de “su obra o su trabajo”.
301
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Paciencia y tolerancia ante los roces entre compañeros del grupo del taller y en la
convivencia general con el resto del alumnado.
Hábitos de cooperación para el trabajo en equipo.
De todos los resultados, lo más valorado tanto por las personas mayores voluntarias como por el
alumnado son los vínculos afectivos positivos generados entre ambas partes. Además de los
resultados relacionados con los objetivos previstos, se han observado otros que inicialmente no
estaban previstos, de entre ellos destacamos los siguientes:
Mejora de los niveles de autoestima en los adolescentes: el profesorado aprecia que el
éxito en las ejecución de las tareas con la obtención de trabajos bien hechos e
interesantes, que muchas veces no imaginaban que podrían llegar a conseguir, les
ayuda a tomar conciencia de sus posibilidades, a confiar en sí mismos y a mejorar sus
niveles de autoestima.
Mejora de capacidades cognitivas: otra constatación bastante generalizada es la mejora
observada entre el principio y el final de curso en dimensiones cognitivas como
atención, motivación o concentración.
Cambios de actitud ante el estudio: en los talleres se dan cuenta que para realizar
correctamente determinados trabajos necesitan hacer, por ejemplo, operaciones
matemáticas básicas y de esa forma, motivados por el atractivo de un trabajo interesante
para ellos, descubren el sentido y la necesidad de estudiar materias curriculares básicas
que generalmente rechazan en el aula.
Otro resultado muy interesante ha sido el enriquecimiento del trabajo en red entre
entidades y profesionales de sectores tan diversos y el talante colaborativo surgido y
mostrado en la motivación común de mejorar las perspectivas de este tipo de alumnado,
planteándose como de aportar, si fuera posible, nuevas alternativas al sistema
educativo.
Desde el punto de vista de la solidaridad organizada, esta experiencia está haciendo
realidad uno de los fines más importantes del voluntariado como es la transformación y
mejora social.
La profunda satisfacción de las personas mayores voluntarias, al verse realizando unas
tareas que nunca imaginaron y con unos resultados que tampoco sospechaban al
comenzar la expreincia.
La compensación afectiva por la relación establecida, el agradecimiento recibido, dentro
y fuera de los centros formativos.
En ninguno de los centros hemos encontrado reticencias del profesorado. Todo lo
contrario, se han recibido convencidos apoyos a esta iniciativa.
Por otra parte, no han aparecido conflictos especiales que no tuvieran solución, lo que
hace al programa menos complejo de lo que se percibía antes de iniciarlo.
Finalmente, “Mostrando otros horizontes” ha supuesto en algunas ocasiones una
permeabilidad entre los “muros” del instituto y la sociedad, permitiendo la participación
de la comunidad en proyectos educativos del centro.
4. Conclusiones y propuestas
Lo primero que queremos destacar es la sorpresa generalizada ante los resultados positivos que
se produjeron al finalizar el primer curso de implementación del programa. Este puede ser
considerado en toda su acepción un programa intergeneracional porque cumple todos los requisitos
exigibles de: participación, respeto y comprensión entre personas de distintas edades, beneficio
recíproco, establecimiento de vínculos positivos entre las personas, promoción de una ciudadanía
activa, intervención sobre problemas reales (no teóricos), superación de los prejuicios en torno a la
edad…Los resultados positivos a lo largo del curso y en la evaluación final, han avalado siempre la
conveniencia de dar continuidad a “Mostrando otros horizontes”.
En el futuro vemos la necesidad de realizar un control mayor de las variables para conocer con
más rigor la relación entre las alternativas del programa y los cambios observados en la convivencia
del centro y en los propios adolescentes tanto a nivel cognitivo, como social y en relación con sus
expectativas formativas o de proyección laboral y profesional.
En definitiva, vistos los resultados, merece la pena continuar la experiencia porque está cargada
de posibilidades, está llamada a ser mejorada y perfeccionada para alcanzar con más precisión los
resultados pretendidos.
302
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias bibliográficas
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303
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Oliveira, Joana
Escola Superior de Educaçao do Instituto Politécnico do Porto
joanaoliveira@ese.ipp.pt
Cardoso, Márcia
Escola Superior de Educaçao do Instituto Politécnico do Porto
marciacardoso@ese.ipp.pt
Delgado, Paulo
Escola Superior de Educaçao do Instituto Politécnico do Porto
pdelgado@ese.ipp.pt
1. Introdução
A complexidade das sociedades modernas coloca novos desafios à instituição escolar. A
educação de crianças, jovens e adultos já não se encontra exclusivamente a cargo da organização
escolar, mas esta continua a deter o papel primordial na formação dos indivíduos. Com a
democratização do ensino, o alargamento da escolaridade obrigatória, o acolhimento de novos
públicos e mais recentemente com a crise social e financeira do continente europeu, a escola foi
chamada a desempenhar novos papéis e a ampliar as suas funções. Para responder a todos estes
desafios a escola precisa de novos agentes, entre os quais os educadores sociais. A integração desta
figura profissional nos contextos escolares possibilitou a aproximação de espaços educativos
anteriormente desagregados e a desconstrução da dicotomia educação formal - educação não formal
(Canastra y Malheiro, 2009).
Reivindica-se, deste modo, uma nova articulação entre as diversas instituições que trabalham no
campo educativo, de modo a evitar cortes abruptos entre o que se passa na escola e fora dela
(Gradaílle y Merelas, 2010). Reconhece-se que a instituição escolar deve colaborar com a família, no
respeito pelas responsabilidades de cada uma e que a escola deve colaborar com as instituições da
comunidade, tecendo laços de "cumplicidade entre o centro educativo e o tecido social" (March y
Orte, 2003, p.101). Partindo daquele pressuposto, é nossa intenção refletir neste trabalho sobre
perguntas como: que desafios colocam à Educação Social a construção destas parcerias? Que
funções pode desempenhar o Educador Social na e com a escola? Que desafios se colocam na
formação dos e das Educadores Sociais e dos Docentes? Qual o papel que pode caber ao educador
ou educadora social na promoção do percurso escolar das crianças pertencentes a minorias?
No contexto português, o educador social tem sido integrado em contextos escolares fortemente
marcados pelo insucesso e abandono. A escola transformou-se assim num dos mais recentes
âmbitos de intervenção dos educadores sociais. De facto, a democratização do ensino permitiu o
acesso de todos à escola mas não garantiu igual oportunidade de alcançar o sucesso, privilegiando
as classes sociais mais favorecidas. Assim, a pertença a uma minoria étnica constitui-se, por si só,
como um obstáculo ao sucesso escolar, já que não existe uma continuidade dos processos de
socialização e educação familiares.
As comunidades ciganas, tradicionalmente afastadas da escola pública, são detentoras de uma
cultura transmitida por via oral que valoriza o pensamento concreto e o conhecimento quotidiano e
que colide com a cultura letrada e maioritária da escola, transmitida por via escrita e na qual se
privilegia o pensamento abstrato e o conhecimento erudito (Casa-Nova, 2006). A estes obstáculos
colocados à participação dos alunos de etnia cigana na escola somam-se ainda os estereótipos e os
preconceitos dos profissionais, fruto do desconhecimento acerca destas crianças e que
comprometem o investimento realizado nos mesmos, afetando assim o seu sucesso escolar e
constituindo-se como profecias que se auto cumprem.
Neste contexto, o papel do Educador Social, enquanto mediador e interlocutor privilegiado,
revela-se fundamental na criação de espaços de diálogo e encontro, com vista ao desenvolvimento
de uma relação de cooperação entre a escola e a comunidade cigana que, tendo por base a
aceitação e o respeito pelo Outro, permita a participação e o sucesso escolar das crianças desta
etnia.
304
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
305
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. O projecto (Re) Construir pontes, Renovar Relações: mediar para promover a participação e
o sucesso escolar
O projeto desenvolvido constitui, simultaneamente, um testemunho e uma reflexão acerca do
papel do Educador Social em contexto escolar. Enquanto mediador e interlocutor privilegiado na
criação de espaços de encontro e diálogo entre o sistema de ensino e as minorias étnicas, o
Educador Social contribui para que a escola se constitua, progressivamente, como um espaço de
participação efetiva, pautado pela negociação e pela diversidade cultural, onde todos possam
encontrar possibilidades de aprendizagem, crescimento e reflexão em conjunto com o Outro (Peres,
1999). Neste sentido, partilhamos o pensamento do Mendes (2007, p.106) quando afirma que “o
maior desafio da educação é manter sempre viva esta capacidade de sonhar, é subverter a cultura do
silêncio, é libertar!”. Só uma escola inter e multicultural que aceita e integra a diferença poderá
promover o desenvolvimento pessoal, social e profissional do homem, para que se constitua como
sujeito ativo na construção de um mundo mais justo, igualitário, solidário e democrático e, desta
forma, “faça a história em vez de ser arrastado por ela (…) ” (Freire, 1980, p.40).
O abandono e absentismo escolar das crianças de etnia cigana de duas escolas do Ensino
Básico do distrito do Porto foram o ponto de partida do projeto. Este problema, evidenciado pelos
profissionais de ambas as instituições, assumia maior expressão na transição do 1º para o 2.º ciclo,
nomeadamente no sexo feminino.
As crianças e respetivas famílias habitavam um Bairro Social situado nas proximidades da
escola do 1º ciclo que distava 3km da escola do 2.º e 3.º ciclo. Como se verá adiante, a proximidade
geográfica assumirá um papel relevante no combate ao abandono escolar. O projeto foi desenvolvido
com 5 raparigas do 4º ano de escolaridade e 3 raparigas do 5.º ano de escolaridade, com idades
compreendidas entre os 10 e os 15 anos de idade e respetivas famílias, bem como os profissionais
das instituições escolares que frequentavam.
Com base numa metodologia de Investigação-Acção Participativa que concilia ação e reflexão,
teoria e prática, num processo democrático onde todos têm o direito de contribuir para o discurso da
sua própria análise e para a procura de soluções e alternativas para os seus problemas quotidianos
(Lima, 2003), procurou-se dar voz às pessoas, auscultando as suas perceções e vivências e
partilhando com elas as suas rotinas quotidianas. Nomeadamente o percurso casa-escola, o período
dos recreios, os tempos não letivos passados no bairro ou no Centro de Atividades de Tempos Livres.
Desta forma, foi possível conhecer as especificidades da cultura cigana, desde as expressões, os
rituais ou as normas, assim como as causas que se encontravam na base do abandono e absentismo
escolar destas crianças.
As dificuldades de adaptação escolar das crianças de etnia cigana resultam da colisão com
determinadas formas de ser e estar da cultura cigana, uma vez que a frequência das aulas implica
estar fechado num espaço durante várias horas e conhecer um conjunto de normas e saberes
específicos do mundo não cigano. Desta forma, a escola e a comunidade cigana surgem como
sistemas culturais distintos do ponto de vista estrutural pois, na comunidade cigana, a cultura é
transmitida por via oral e valoriza o pensamento concreto e o conhecimento quotidiano. A cultura da
escola, por sua vez, é transmitida por via escrita e estima o pensamento abstrato e o conhecimento
erudito (Casa-Nova, 2006).
Também a necessidade de contribuírem precocemente para a subsistência do agregado familiar
e, simultaneamente, se prepararem para o seu futuro papel de mães e donas de casa,
nomeadamente ao nível do cuidado dos irmãos mais novos ou das lidas domésticas, faz com que as
crianças faltem frequentemente à escola (Mendes, 2005). Cedo chega também o casamento e a
assunção destas responsabilidades o que justifica o abandono escolar destas crianças por volta dos
13/14 anos de idade. “Para o conjunto cigano étnico, a criança, por volta dos 10/12 anos, torna-se
num jovem adulto, que é necessário preparar no sentido de assumir tarefas e responsabilidades no
seio do grupo familiar e do grupo étnico.” (Mendes, 1999, p.35).
Na comunidade cigana, existe o sentimento de que a escola ameaça a coesão social da etnia
cigana ao proporcionar espaços de interação com crianças e jovens não ciganos, existindo assim a
possibilidade de um casamento exogâmico (Casa-Nova, 2009). Assim, a escola é percecionada como
uma instituição não cigana (Mendes, 2005), para a qual a comunidade cigana olha com desconfiança,
sentindo receio em deixar lá os seus descendentes (Casa-Nova, 2002).
A distância geográfica da escola do 2º e 3.º ciclo constituía-se como um dos principais fatores de
preocupação das famílias de etnia cigana por colocar em causa a segurança das crianças, ao
306
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
implicar um trajeto mais prolongado, não vigiado pelo grupo de pertença, mas também por constituir
um fator inibidor de um futuro comprometimento/casamento das crianças do sexo feminino (Casa-
Nova, 2009). Tal como mencionado anteriormente, é na transição do 1º para o 2.º ciclo que se verifica
uma acentuação do abandono escolar destas crianças, para a qual a distância geográfica parece ter
um peso predominante.
Contudo, ao longo do tempo, compreendeu-se que não se tratava apenas de uma distância ao
nível geográfico mas também ao nível emocional. Na escola do 1.º ciclo existia uma relação de
proximidade entre os profissionais, as crianças e as suas famílias que permitia não só um
conhecimento mais profundo das especificidades da cultura cigana mas também o respeito pelas
pessoas ciganas e pela sua forma de estar. Por sua vez, o desconhecimento e os estereótipos face
às crianças de etnia cigana por parte dos profissionais da escola do 2.º e 3.º ciclo contribuíram para
que, cada vez mais, as crianças se sentissem num contexto onde a sua presença plena não era
desejada, onde os seus conhecimentos não eram valorizados, onde a sua forma de estar era
percecionada como prejudicial ao funcionamento da instituição escolar (Costa y Vieira, 2007), a quem
só importava o rendimento escolar e a presença física nas aulas, impondo assim uma mudança de
identidade cultural a estas crianças (Postic, 2008).
A análise da realidade permitiu também identificar uma série de potencialidades a partir das
quais foi desenvolvido o projeto, salientando-se o gosto pela expressão dramática por parte das
crianças que frequentavam o 4.º ano de escolaridade e que se constitui como uma ferramenta crucial
de transformação e desenvolvimento (Cunha, 2008).
E assim emergiu o projecto (Re) Construir pontes, Renovar Relações cuja finalidade era o
desenvolvimento de uma relação de cooperação entre a escola e a comunidade cigana de forma a
permitir a participação plena e o sucesso escolar dos alunos desta etnia.
Tendo em conta a análise da realidade explicitada anteriormente, no âmbito da intervenção com
as crianças e jovens de etnia cigana em abandono e absentismo escolar, era crucial desenvolver a
motivação para a participação escolar. Isto só seria possível mediante a possibilidade de conciliação
da participação escolar com as tradições e normas que regem a cultura cigana bem como o
reconhecimento da importância da escola no desenvolvimento de competências úteis à vivência
quotidiana. E porque só se aprende a participar participando seria também crucial promover a
participação ativa em atividades escolares. Assim sendo, mediante a negociação de tempos e
espaços com os profissionais da escola do 1.º ciclo, foi possível o desenvolvimento de sessões que
recorriam não só à expressão dramática mas também aos exercícios de dinâmica de grupo. Nestas
sessões, as crianças do 4º ano de escolaridade tiveram oportunidade de refletir, em contexto turma,
sobre os seus projetos de futuro, os seus sonhos, a profissão que gostariam de ter assim como a
importância da escola para alcançar estes sonhos. Foi também possível colocarem-se, do ponto de
vista empático, no lugar dos seus pais de modo a compreender as suas inseguranças face à escola,
encontrando possíveis alternativas de mudança. Ao longo das sessões, as crianças construíram uma
peça de teatro que foi posteriormente apresentada na Escola do 2.º e 3.º ciclo bem como em diversos
pontos do Bairro. Esta peça expressava a realidade de uma criança de etnia cigana na escola mas
também possíveis formas de conciliar a cultura cigana e a frequência escolar. A deslocação entre as
duas escolas foi realizada num transporte público de modo a permitir às crianças conhecer e
aprender a utilizá-lo pois, apenas se deslocavam acompanhadas em viaturas de familiares.
Além disso, foi realizado um acompanhamento socioeducativo que passou, por exemplo, pela
gestão de conflitos no grupo de pares das crianças e entre famílias.
Paralelamente decorreu a intervenção junto das famílias destas crianças, designadamente as
mulheres, no sentido de as sensibilizar para a importância da escola na vida das suas crianças visto
que, muitas vezes, mesmo quando as crianças desejavam prosseguir estudos, a família não o
permitia. Assim sendo, realça-se mais uma vez a necessidade de, tal como as crianças, os seus
familiares serem capazes de perspetivar a conciliação da frequência escolar com o respeito pelas leis
ciganas mas também de aceitar as escolhas do seu educando face ao seu percurso escolar e de
valorizar a sua participação escolar. A estratégia de intervenção junto das famílias foram os encontros
semanais em casa das mesmas, onde, num ambiente confortável e com o qual se identificavam,
refletimos sobre os projetos de futuro das suas crianças evocando a forma como estas se sentiram
quando viram o seu futuro delineado, sem ter oportunidade de escolha. Aquando a apresentação da
peça de teatro das crianças na escola do 2.º e 3.º ciclo as famílias foram convidadas a participar na
mesma, de forma a poderem conhecer a escola e diminuir os seus receios face à mesma bem como
aceder às visões das crianças sobre o seu futuro escolar. Apesar de só estarem presentes duas das
307
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
mães destas crianças, o feedback recebido por parte das mesmas foi bastante positivo. Saliente-se
que esta visita foi conduzida por uma das alunas de etnia cigana do 5.º ano de escolaridade que
frequentava assiduamente a escola, permitindo assim uma identificação da comunidade cigana com a
mesma e uma valorização do esforço da aluna.
Ainda no âmbito da intervenção com as famílias, surgiu a necessidade de mediar a relação e
facilitar o contacto com outras instituições, nomeadamente quando uma das mães manifestou
interesse em voltar a estudar e tirar a carta de condução.
O terceiro eixo deste projeto diz respeito à intervenção junto dos profissionais da escola do 2º e
3.º ciclo no sentido de desenvolver uma relação empática, baseada na aceitação e no respeito, com
os elementos da cultura cigana. Para tal, seria necessário não só aumentar o conhecimento e a
compreensão dos mesmos face à cultura cigana mas também desconstruir os estereótipos e
preconceitos que detêm face à mesma, proporcionando espaços de reflexão e partilha de
experiências. Saliente-se que o aumento do conhecimento não produz, necessariamente, uma
relação empática, mas pode constituir-se como o primeiro passo para tal. Assim, a par de um
acompanhamento aos docentes que possuíam alunos de etnia cigana nas suas turmas, no sentido de
refletir e encontrar, em conjunto com os mesmos, estratégias para desenvolver a motivação dos
alunos face à escola, foi realizado um seminário que contou com a presença de uma investigadora
com experiência de intervenção junto de comunidades ciganas. Durante este seminário foi possível
não só conhecer o trabalho desenvolvido pelo mesmo mas também conhecer e refletir sobre as
especificidades da cultura cigana. A peça de teatro representada pelas crianças na escola do 2.º e 3.º
ciclo contribuiu igualmente para a desconstrução de estereótipos ao evidenciar diversas
potencialidades destas crianças.
No curto espaço em que este projeto se desenvolveu, entre Outubro de 2010 e Junho de 2011,
não foi possível obter alguns dos resultados previstos, nomeadamente ao nível do aumento da
frequência escolar destes alunos e da alteração profunda de práticas e representações dos
profissionais face à comunidade cigana. No entanto, a avaliação realizada no final do projeto, que
contou com as perceções de todos os elementos envolvidos, permitiu concluir que este projeto
contribuiu para dar os primeiros passos para a aproximação da escola e da comunidade cigana,
despertando a reflexão das crianças e jovens de etnia cigana bem como dos adultos responsáveis
pela educação dos mesmos acerca da importância da participação escolar e desconstruindo visões
eivadas de preconceitos e estereótipos.
4. Referências Bibliográficas
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309
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
La Casa Infantil de Villa Alegre es un centro de alojamiento de menores que depende de la
Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Principado de Asturias.
En condiciones normales y como principio básico de trabajo comunitario, se intenta incorporar a
los menores del centro en actividades normalizadas del entorno organizadas por asociaciones,
ayuntamientos, colegios, etc., sin embargo, en algunas ocasiones, nos encontramos con un déficit
importante de alternativas de ocio.
El programa de participación infantil y tiempo libre del centro, tiene como uno de sus objetivos
generales valorar la importancia de las pequeñas iniciativas infantiles proponiendo alternativas de
ocio en la comunidad. Para dar respuesta a esta intención educativa, nos propusimos generar un
clima de socialización y aprendizaje que fomentase un protagonismo real de los menores,
intercalando entre las rutinas institucionales, inflexiones que parten de acontecimientos y
circunstancias que emanan del contexto más próximo (fiestas, tradiciones, propuestas artísticas,
preocupaciones ecológicas, etc.). Esta posición de partida, nos sitúa en una concepción de la
participación ligada a la idea de sociedad, concebida como un sistema que se construye desde los
individuos que la integran (Gómez y Menéndez, 2006), donde el ocio se convierte en un factor de
desarrollo humano (Monteagudo y Cuenca, 2012) orientado al disfrute personal y a la transformación
social.
Desde nuestro punto de vista, la propuesta metodológica que mejor se ajusta a toda esta acción
socioeducativa, eran los Tópicos o unidades didácticas globalizadas (Tann, 2004) centradas en la
investigación infantil. Estos tópicos, que presentan un cierto carácter afín a los proyectos, deben
emanar de los intereses de los niños y niñas, considerando la figura del educador o educadora como
proveedor de recursos que guían y apoyan el aprendizaje (Bale, 1999).
El diccionario de la Real Academia Española define tópico como perteneciente o relativo a
determinado lugar (adj.) y es esta fuerte vinculación social, cultural y natural, con el lugar donde
residen los menores, uno de los puntos esenciales que caracteriza a los Tópicos y a la filosofía de
esta experiencia.
Entendemos por Tópico, por tanto, la unidad de aprendizaje que parte de una iniciativa infantil,
motivada por los interrogantes y experiencias que va suscitando el educador o educadora en un
proceso emergente que surge del contexto comunitario más próximo.
Algunos ejemplos de los Tópicos trabajados en el programa de participación, son los siguientes:
a. L’Anguleru. Compartiendo ilusión con los abuelos del Centro para personas mayores
de Los Canapés.
El Tópico comienza con una investigación sobre L’Anguleru, un personaje mágico asturiano
que por Nochebuena trae regalos a los niños y niñas de la zona. Este eje motivador posibilitó a los
menores acercarse a la cultura de la angula en Asturias y dio pie a diferentes actividades entre las
se encuentran: la elaboración de una obra de títeres y su representación en el Centro para
personas mayores de Los Canapés.
b. Limpieza de un tramo del bosque de ribera del río Arlos.
1
Equipo educativo de la experiencia: Natalia Álvarez Fernández, Juan F. Folgueras Gutiérrez, Mª Luisa García
González, Mª Jesús García López, Aránzazu Martínez Cueto, Mª Luz Rivero Rodríguez (directora), Víctor Raúl
Pintado Rey (coordinador y responsable del proyecto).
310
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. Diseño metodológico.
Presentamos a continuación los aspectos más significativos del diseño metodológico del estudio.
2.1. Objetivos
311
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Dado que este programa se desarrolla especialmente durante los festivos y los fines de semana,
el proceso de reflexión-acción se ciñe substancialmente al equipo educativo de fin de semana. De
esta manera convertimos una parte de la reunión educativa del equipo de fin de semana,
concretamente el lunes de 11:00 a 11:30 horas, en un grupo de discusión (Pérez-Campanero, 1991),
orientado a analizar, planificar y evaluar las experiencias socioeducativas de ocio y tiempo libre que
vamos desarrollando.
Nuestro objetivo es disponer de un espacio y un tiempo de análisis sistemático, orientado a la
reflexión y la toma de decisiones ágil, que emerge de las impresiones recogidas durante la acción y
busca la conciliación de opiniones que permita elaborar nuevas propuestas de actuación concretas y
consensuadas por el grupo (Pintado Rey, 2012). Propuestas que se enmarcan en las cuatro
categorías de análisis que presentamos en la introducción.
Exponemos a continuación las estrategias metodológicas utilizadas para recoger la información
(véase Tabla nº 1).
▫ Organización y desarrollo.
▫ Evaluación y comunicación.
Proceso de reflexión-acción
Como podemos observar en la tabla nº 1, las estrategias metodológicas principales son los
grupos de discusión y la observación participante. La información que se va generando a través de
ambas estrategias, es recogida por los educadores de fin de semana en su “agenda-diario”, lo que
posibilita poder volver a las decisiones adoptadas con objeto de valorar la adecuación de la
intervención desarrollada intentando dar una respuesta lo más eficaz y ajustada posible a nuestras
cambiantes circunstancias socioeducativas. A este respecto, destacamos especialmente las
reuniones semanales (grupos de discusión) para la valoración de cada uno de los momentos
desarrollados en los Tópicos. Estos grupos son la piedra angular del proceso de reflexión-acción,
donde analizamos los aspectos didácticos de la intervención educativa y planificamos junto a los
menores la siguiente fase del Tópico, que volverá a ser implementada y valorada.
Como podemos observar, la participación de los niños y las niñas del centro, especialmente los
mayores, es uno de los aspectos didácticos importantes de la experiencia, ya que como protagonistas
de las tres fases de desarrollo del Tópico (I.-Motivación y propuestas, II.-Organización y desarrollo y
III.-Evaluación y comunicación) van aportando en las distintas asambleas sus preferencias sobre las
actividades realizadas. Esta información aportada por los menores y recogida por los educadores en
312
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
las asambleas infantiles, se complementa con otras anotaciones sobre los distintos comentarios y
valoraciones que van realizando los menores en otros espacios y tiempo al margen de la asamblea.
2.4. Análisis de la información y rigor científico
Para examinar la información cualitativa recogida de la observación participante y de los grupos
de discusión, se aplicaron diferentes propuestas de análisis de contenido: exploración, lectura,
síntesis, organización de ideas y generación de constructos teóricos que van asignando sentido y
significado a la información recogida. Además de la triangulación de las informaciones (educadores
de fin de semana, menores y educadores de semana/dirección) y la abundancia de datos obtenida,
destacamos como criterio principal de rigor científico el proceso de cristalización. Este proceso de
cristalización propio de la objetividad intersubjetiva, está en la base de la dinámica democrática de
acuerdos pactados, proporcionando cierta garantía de validez, fruto principalmente, del rigor
consensuado y negociado (Arroyo González, 2006).
3. Resultados
Los resultados obtenidos del análisis de la información recogida, coinciden en destacar la buena
acogida de esta nueva metodología de trabajo por Tópicos, donde el protagonismo de los menores y
su participación activa se convierten en un elemento motivador, atractivo y gratificante, así como en
una oportunidad que les permite ir descubriendo sus posibilidades como agentes generadores de su
propio ocio.
Sobre esta nueva propuesta metodológica, se han concretado algunos aspectos didácticos
orientados a mejorar nuestra intervención socioeducativa en este tipo de programas de participación
infantil y tiempo libre. Tomando como referentes las cuatro categorías de análisis, presentamos los
aspectos didácticos que nos han parecido más relevantes:
a. Caminar hacia el protagonismo activo de los menores, nos obliga a:
Ceder una parte del control de la actividad, dejándoles un espacio para participar
en la toma de decisiones, en la organización, desarrollo y evaluación.
Ofrecerles herramientas que les permitan generar intereses, curiosidad y deseo
por construir. Tenemos que intentar ilusionarles con sus pequeños proyectos,
aportándoles medios para superar sus obstáculos y para saber disfrutar de sus
pequeños éxitos, donde el deseo por hacer y compartir se convierte en un motor
de cambio vital, de aprendizaje, de bienestar. No queremos menores
desmotivados, desganados y pasivos.
Presentarles otras opciones, para que puedan ir cimentando su personalidad,
descubriendo sus gustos, desarrollando sus hobbies, disfrutando de su tiempo de
ocio de una forma saludable y creativa.
Enseñarles a comunicar y difundir sus aportaciones, compartiendo con los demás
la ilusión por la labor realizada, como una forma de reconocimiento (interno y
externo) a su implicación y esfuerzo por desarrollar las acciones que se habían
planteado.
313
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Y desde esta perspectiva, cualquier aportación que puedan ofrecer el menor, se convierte
en un refuerzo personal y social que contribuye y potencia el desarrollo de su identidad personal,
su autoestima y su resiliencia.
c. Ofrecer un tratamiento individual diferenciado a través del trabajo cooperativo.
La heterogeneidad de los menores con los que trabajamos, nos obliga a aceptar la
diversidad como punto de partida, acomodándonos a sus necesidades y
capacidades. La intervención diferenciada en grupos heterogéneos interactivos a
través del trabajo cooperativo, donde los niños y niñas mayores comparten sus
conocimientos y habilidades con los más pequeños, ha resultado una metodología
ajustada y eficaz. Favoreciendo así, el desarrollo personal de los más pequeños y
fomentando entre los mayores el deseo de intentar ayudar y entender a todos sus
compañeros y compañeras.
Debemos asegurarnos también que cada niño o niña tenga su espacio y pueda
desarrollar su tarea, permitiendo que puedan poner en práctica su estrategia
individual de aprendizaje y desarrollo personal y social.
A este respecto, nos gustaría aclarar que nos decantamos por una metodología
activa, alejada del activismo. Es decir, nuestro meta no es la acción en sí misma,
porque cada una de las intervenciones tiene que tener un objetivo claro y una
didáctica ajustada, que sean capaces de poner al menor frente a una tarea
susceptible de movilizarlo.
3. Discusión y conclusiones
Nos gustaría comenzar este punto, destacando el proceso de reflexión-acción como una
metodología que se integra perfectamente en nuestra dinámica de trabajo cotidiano, incorporando a
las reuniones semanales de los educadores, el hábito de evaluar, planificar, implementar y dar
respuestas los interrogantes que van surgiendo en nuestra praxis profesional. Intentamos, por tanto,
sistematizar una reflexión y toma de decisiones ágil y pragmática, que parta de las impresiones
recogidas durante la acción y busque la conciliación de opiniones que permita elaborar nuevas
propuestas de actuación concretas y consensuadas por el grupo. Todo ello, con objeto de ir
mejorando nuestro trabajo de intervención directa.
La exposición de las conclusiones toma como referencia los objetivos planteados en el diseño
metodológico, definiendo cuadro ámbitos concretos en los que enmarcar la discusión.
314
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
315
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Ediciones Morata, S.L. y Centro de Publicaciones del Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte.
Se adjuntan las direcciones electrónicas de tres vídeos que ejemplifican algunos de los Tópicos
realizados durante el desarrollo del programa:
http://www.observatoriodelainfanciadeasturias.es/languleru
http://www.youtube.com/watch?v=aOX2y_a_q9g&list=UUWaW5Q5zSyBEFDJZ1uQ1ZCg&index=11
http://www.youtube.com/watch?v=BkKFiFNS7Jo
316
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Cada vez se hace más patente la necesidad de incorporar las aportaciones de la didáctica a los
procesos educativos que se están desarrollando en el campo social. Incluso disciplinas como la
psicología y la criminología, fuera del ámbito específico de la pedagogía y de la educación social,
están haciendo especial hincapié en la necesidad de utilizar propuestas didácticas que puedan
mejorar los procesos de implementación socioeducativos. En la literatura relacionada con la
reeducación de conductas delictivas, muchos son los ejemplos que de forma directa o indirecta
destacan la importancia del “cómo enseñar y aprender”. Algunos de ellos son los siguientes:
McGuire y Priestley (1995), en sus principios para el diseño de los programas
eficaces establecen que los estilos de aprendizaje de la mayoría de los delincuentes
requieren métodos activos y participativos de trabajo, en vez de métodos imprecisos y
carentes de estructura.
Ross, Fabiano y Ewles (1982) proponen en su programa R&R (Razonamiento y
Rehabilitación) una metodología de trabajo donde se insiste especialmente en la necesidad
de utilizar técnicas que sean altamente atractivas para los individuos antisociales, porque no
suele ser fácil motivarlos y frecuentemente se muestran muy negativos ante la terapia o la
escuela.
Rodríguez (2000) señala que la implementación de proyectos de competencia social
tienen que ser a través de un programa sencillo, divertido, didáctico y adaptado a los
contenidos transversales.
López y Garrido (2005), haciendo referencia al programa de Pesamiento Prosocial,
manifiestan que tan importante como su contenido es su forma de enseñarse.
En el ámbito de la pedagogía y la educación social, comienzan a aparecer también, distintos
autores (Fóres y Vallvé, 2002; Parcerisa, 2004; Feliz Murias, Sepúlveda Barrios y Gonzalo
Fernández, 2008; Parcerisa, Giné y Forés, 2010; Pintado Rey, 2012) interesados en investigar está
relación, que aun estando todavía por consolidar parece tener cada día más relevancia.
En la Casa Juvenil de Sograndio, centro de responsabilidad penal de menores del Principado de
Asturias, se viene trabajando en diferentes proyectos orientados a la mejora de la calidad educativa,
destacando entre ellos el análisis de este interesante camino que la didáctica y la educación social
parecen comenzar a andar. Para empezar a construir una didáctica que se centre en la educación
social, deberemos orientar nuestros esfuerzos hacia la innovación e investigación socioeducativa,
porque es la valoración sistemática de estas experiencias, la que nos permitirá ir creando
conocimientos didácticos pensados desde la educación social para la educación social.
En esta ocasión, los educadores y educadoras de la Casa Juvenil de Sograndio, toman como
columna vertebral del estudio, la evaluación de un programa de competencia social, con objeto de
obtener unas recomendaciones didácticas que nos ayuden a proponer dinámicas de trabajo más
motivadoras para los jóvenes. Aportando así, nuestro pequeño y humilde granito de arena a esta
interesante relación que se abre entre didáctica y educación social.
317
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2.1. Objetivos
El objetivo principal de la investigación es generar un proceso formativo de reflexión y mejora de
nuestra intervención socioeducativa, centrada en el ámbito de los programas de pensamiento
prosocial dirigidos a jóvenes infractores.
Para ello nos proponemos una serie de objetivos específicos:
a) Analizar cómo afectan las distintas propuestas didácticas a la consecución de los
objetivos planteados en cada una de las trece sesiones del programa.
b) Valorar como influyen las diferentes propuestas didácticas implementadas durante las
sesiones del programa en el nivel de interés, participación y conductas disruptivas de los
jóvenes participantes.
c) Concretar unos núcleos temáticos o metacategorías para el análisis e interpretación
de las propuestas didácticas.
d) Elaborar propuestas didácticas de actuación que contribuyan a mejorar el desarrollo
de los programas socioeducativos de pensamiento prosocial.
2.2. Población y muestra
Durante el periodo de investigación la población de jóvenes de la Casa Juvenil de Sograndio
(Oviedo) oscila entre 22 y 28 internos, con edades comprendidas entre 14 y 20 años. La muestra de
jóvenes se ha seleccionado a través de un proceso intencional no probabilístico con un criterio
principal de partida orientado a asegurar la asistencia de los internos a las sesiones de trabajo
durante el trimestre de implementación del programa. Siguiendo este criterio, la muestra final queda
establecida en 9 sujetos, 8 varones (14-20 años) y 1 chica (16 años).
La población de educadores ronda las 23 personas, de las que 9 (8 educadores/as observadores
participantes más el educador-investigador responsable del estudio) forman parte del equipo de
investigación. Además, incorporamos como evaluadores externos a la psicóloga y a los dos
coordinadores del centro.
2.3. Metodología de investigación
El estudio se enmarca en la evaluación del Programa de Pensamiento Prosocial Versión Corta
para Jóvenes -PPS-VCJ (Alba, 2005) desarrollado en la Casa Juvenil de Sograndio. Esta evaluación,
está en consonancia con el modelo CIPP (Stufflebeam y Shinkfield, 2005) y se organiza en cuatro
fases: Contexto, Programa, Desarrollo y Resultados, siendo la fase de Desarrollo el núcleo principal
que hace referencia a esta comunicación. A su vez, todo este proceso evaluativo se desarrolla en un
marco de investigación-acción que se convierte en el motor de la búsqueda de soluciones conjuntas y
de la toma de decisiones compartidas (Pérez de Guzmán, Amador y Vargas, 2011). Metodología de
investigación-acción que impregna de forma transversal la mayoría de los momentos y procesos,
deteniéndose con espacial relevancia en el desarrollo y valoración de las 13 sesiones del programa,
donde las reuniones de trabajo se convierten en grupos de discusión y puesta en común para el
análisis de los datos y de las informaciones recogidas. Estos datos e informaciones procedentes de
las variables denominadas de éxito (consecución de objetivos, interés, participación y conductas
disruptivas) se cruzan con las metodologías didácticas implementadas en cada una de las 13
sesiones del programa, pudiendo observarse influencias claras entre las didácticas desarrolladas y el
éxito en las sesiones. Para facilitar este análisis, los aspectos didácticos se organizan en cuatro
núcleos temáticos divididos en sus correspondientes categorías, núcleos que a su vez sirven de
referencia para estructurar los 13 cuadros-informe (uno por sesión) que nos permiten cotejar y
observar la relación existente entre las variables de éxito y las estrategias didácticas utilizadas.
En esta comunicación, dada la importante extensión de la investigación, vamos a centrarnos
únicamente en el apartado de las propuestas didácticas de mejora. Por ello, presentamos únicamente
las técnicas e instrumentos de recogida y análisis de la información utilizados a este fin. Como
instrumentos para la recogida de información a través de la observación, destaca la libreta de notas y
las fichas de registro de consecución de objetivos y de las variables individuales (interés, participación
y conductas disruptivas). Estas dos fichas son una adaptación de las diseñadas “ad hoc” por los
autores del programa. El cuestionario de Estilos de Aprendizaje para educadores e informantes
externos, consta de una parte cuantitativa, con una serie de ítems que tienen como finalidad explorar
las estrategias con las que nuestro colectivo de jóvenes suele enfrentarse al aprendizaje, y una parte
cualitativa, donde se proponen dos preguntas abiertas orientadas a definir el estilo de aprendizaje
318
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Informantes
INVESTIGADOR
OORDINACIÓN
EDUCADORES
PSICÓLOGA
Estrategia ¿Qué se pretende?
TUTOR / A
JÓVENES
O. P.
ED.
Observación: Registros.
√
por sesión (interés, propuestas didácticas planteadas en las sesiones.
participación,
conductas disruptivas).
Cuestionarios.
▫ Estimular y recopilar las características relacionadas
·Cuestionario de estilos con las estrategias dominantes que más utiliza
√ √ √
de aprendizaje. nuestro colectivo de jóvenes.
▫ Referencia para la elaboración de propuestas.
Grupos de Puesta en Común (G.P.C.)
·G.P.C. para la
▫ Definir las metacategorías (núcleos temáticos) que
elaboración de los
nos permitan centrar la observación y el análisis √ √
núcleos temáticos
sobre la intervención didáctica.
(Cuadro-informe).
·G.P.C. para la
evaluación de las
▫ Valorar los resultados obtenidos en la sesión
sesiones (Cuadro- √ √
desarrollada y adaptar y elaborar la siguiente.
Informe de cada
sesión).
·G.P.C.
valoración/elaboración
▫ Consensuar un conjunto de bases didácticas de
de alternativas √ √
referencia en intervención socioeducativa.
didácticas de mejora
(Cuadro-informe)
·G.P.C. de impacto
final (Cuadro-informe).
▫ Proporcionar una valoración y reflexión
Se dirige a √ √ √
colectiva del impacto final de la investigación.
educadores/as y a
jóvenes.
Proceso de reflexión- ▫ Provocar la reflexión sobre los datos e informaciones
acción sobre la práctica recogidas con objeto de ir ajustando y mejorando
(Metodología de nuestra intervención. √ √
investigación-
acción)
Por último, nos encontramos con los grupos de reflexión y puesta en común, reuniones de
trabajo que hemos denominado así porque su principal objetivo es la puesta en común de
información, datos y reflexiones. La idea es disponer de una técnica ágil, que nos permita dar
319
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
respuestas rápidas, evitando divagaciones abiertas que nos alejen del tema de trabajo. Se busca una
reflexión conjunta eficiente y funcional, dinamizada en nuestro caso por el educador-investigador, el
cual presenta interrogantes y recoge ideas clave de la discusión, sintetizándolas para lanzarlas otra
vez al grupo hasta que después de distintas matizaciones puedan ser asumidas por todo el equipo.
Estos grupos o reuniones de trabajo conjuntas, además de servir como bases para el análisis de
los datos e informaciones recogidas, se convierten en un espacio para la adaptación y planificación
de las sesiones, permitiéndonos diseñar acciones concretas y consensuadas que buscan dar solución
a las necesidades específicas que vamos detectando a lo largo del proceso de enseñanza-
aprendizaje.
2.4. Análisis de la información y rigor científico
Dado el reducido tamaño de los colectivos implicados en el estudio, los análisis cuantitativos se
realizaron a través de sencillos estadísticos descriptivos (medias y porcentajes), que se presentaron
en tablas y gráficos que buscaban organizar los resultados y facilitar su interpretación.
Respecto a la información cualitativa se aplicaron diferentes propuestas de análisis de contenido:
exploración, lectura, síntesis, organización de ideas y generación de constructos teóricos que van
asignando sentido y significado a la información recogida.
Como criterios y procedimientos de rigor científico destacamos la abundancia de datos, las pistas
de revisión, la triangulación y el proceso democrático de cristalización, fruto del rigor negociado y
consensuado (Richardson, 1997). La cristalización aporta validez a la interpretación y toma de
decisiones derivada de los grupos de puesta en común, proporcionando una comprensión compleja y
parcial semejante a la de un prisma de cristal, capaz de reflejar y refractar una realidad más rica y
ajustada al contexto de intervención. Este criterio, insiste en la conveniencia de utilizar métodos
democráticos a la hora de diseñar, implementar, evaluar y plantear mecanismos orientados a la
mejora de nuestra intervención social.
3. Resultados
En los resultados del análisis de las variables indicadoras del éxito de las sesiones (consecución
de objetivos, interés, participación y conductas disruptivas), se aprecia una serie de sesiones donde
se obtienen puntuaciones muy positivas (sesión nº 4, 11, 13 y 6), otras sesiones donde coinciden las
puntuaciones más negativas (sesión nº 7, 10 y 8) y un último bloque (sesiones nº 1, 2, 3, 5, 9, 12)
donde los resultados, en líneas generales, podrían considerarse medios.
La información cualitativa de las fichas de registro y de la libreta de notas nos permite observar
que en las sesiones con mejores puntuaciones en estas variables indicadoras del éxito, se
desarrollaron tareas y actividades que les resultaron atractivas y estuvieron adaptadas a las
características de los jóvenes (evolutivas, emocionales, culturales, etc.). En cambio, las sesiones con
puntuaciones más bajas, parecen más alejadas de su realidad y características, planteando tareas
que les exigen un razonamiento excesivamente abstracto y estructurado.
Tras el proceso de reflexión-acción, el desarrollo de los grupos de puesta en común, el análisis
del cuestionario de estilos de aprendizaje y la concreción de información en los 13 cuadros-informe de
las sesiones, destacamos los siguientes resultados obtenidos.En las sesiones con mejores
puntuaciones en las variables indicadoras del éxito, las propuestas didácticas utilizadas son:
recursos metodológicos activos, con métodos dinámicos y manipulativos.
tareas y actividades contextualizadas, que parten de sus conocimientos previos, sus
intereses y experiencias.
contextos de aprendizaje variados y flexibles en relación a los espacios, los tiempos y el
tipo de agrupamiento.
clima de participación activo y ordenado.
Por el contrario, en las sesiones con las puntuaciones más bajas en las variables indicadoras del
éxito, las propuestas didácticas utilizadas son:
recursos metodológicos mecánicos y expositivos con estructuras de contenidos complejas
y abstractas.
tareas y actividades estandarizadas, sin contextualizar y poco significativas.
espacios y tiempos estáticos y continuos.
320
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Además de estos cuatro núcleos temáticos o metacategorías, de los distintos análisis realizados
emergen tres nuevas categorías que darían forma a lo que sería el quinto núcleo temático.
El trabajo con las familias: es fundamental dar una respuesta a las necesidades y
competencia parentales de los familiares de los jóvenes.
Aproximar el centro a la comunidad: debemos ofrecer propuestas que acerquen la
comunidad a los centros de responsabilidad penal de menores.
Exigencias burocráticas versus preocupaciones educativas: la burocratización en la
educación, provoca en ocasiones que las admiraciones estén más preocupadas de recibir
sus documentos protocolarios, que de la propia acción educativa que se realiza en los
centros.
4. Discusión y conclusiones
Antes de comenzar con las conclusiones, queremos señalar que estas reflexiones finales, deben
entenderse como hipótesis de acción, como una serie de propuestas de mejora que pueden ser de
interés para otros profesionales que trabajan en realidades educativas similares a las nuestras.
Los resultados de la investigación, nos llevan a apostar por recursos metodológicos y modelos
didácticos más activos que parecen estar contribuyendo de manera muy especial a mejorar los
resultados. Es por ello, que debemos elaborar nuevas propuestas que nos ayuden a dinamizar
nuestra intervención socioeducativa. Métodos, instrumentos y materiales variados (juegos, cuentos,
fotografías, tarjetas, historias, técnicas de relajación, visualizaciones, dinámicas de grupo, etc.),
experiencias que les permitan indagar, reflexionar, buscar, proponer y elaborar estrategias que les
puedan servir para reintegrarse con más posibilidades de éxito en la sociedad en la que viven.
Tenemos que acompañarles, dejándoles tomar sus propias decisiones, ofreciéndoles oportunidades
para que puedan expresar sus emociones, sus vivencias, sus ideas, sus opiniones, sus valores, etc.
Para que puedan percibir las consecuencias de sus pensamientos, consiguiendo un cambio de
actitud que les pueda llevar a construir un nuevo proyecto de vida al margen de su carrera delictiva.
Pero además, cualquier propuesta metodológica tiene que acomodarse al grupo de jóvenes con
los que vamos a trabajar. Para ello, debemos conocer al educando, con sus características
personales y sociales, sus intereses y conocimientos previos. El proceso de enseñanza-aprendizaje
debe convertirse en una propuesta gratificante, un proyecto ilusionante, con conocimientos que
tengan sentido y utilidad para ellos, dando una respuesta real a sus intereses, sentimientos,
emociones y necesidades.
Uno de los problemas importantes que apreciamos en la implementación de programas
socioeducativos, es la estandarización de las intervenciones, con tareas iguales para todos los
jóvenes. La respuesta a esta problemática, pasaría por intentar ofrecer propuestas más diferenciadas,
donde partiendo de una misma sesión de trabajo colectivo, podamos asegurar que cada uno tenga su
espacio, su tarea concreta y clara, dándole un lugar en el grupo de trabajo.
Resulta necesario, también, intentar generar un clima adecuado para el aprendizaje. El
reglamento de Centros de Responsabilidad Penal de Menores (Real Decreto 1774/2004) es una
pieza importante, pero insuficiente para crear el ambiente de sosiego, relajado y productivo que
requiere una intervención eficaz y provechosa. En este sentido, respuestas educativas como: ser
preciso y riguroso en las instrucciones; ofrecer explicaciones cortas y claras; preparar las sesiones
organizando contenidos, métodos y situaciones de interacción; estructurar los distintos espacios y
tiempos que exige la tarea y fomentar la participación ordenada y activa asegurando el protagonismo
de todos, pueden contribuir a construir un clima de convivencia y relaciones que facilite este proceso
socioeducativo.
Debemos romper, también, la organización estática y continuista, generando nuevos contextos
de aprendizaje, intercalando diferentes tareas que ocupen un espacio físico y temporal determinado,
con la finalidad de provocar cambios en la actividad que mantengan el nivel de atención e interés. A
este respecto, podemos intercalar algunas actividades breves de cambio o tránsito, que puedan paliar
el cansancio y estimular el grado de concentración (por ejemplo: citas, acertijos, pequeños juegos,
lecturas de textos breves, preguntas sobre un tema de actualidad relacionado con la tarea, etc.).
321
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Las familias y su implicación, es otro de los puntos fundamentales que debemos tener presentes
durante este proceso de aprendizaje y cambio. Haciéndose necesario una serie de servicios dirigidos
a las familias donde los programas de aprendizaje de habilidades parentales ocuparían un lugar
prioritario. Estaríamos por lo tanto, hablando de un programa de las características del PPS, pero
adaptado y orientado a la capacitación de los familiares para el ejercicio de sus responsabilidades.
Algunas propuestas, en este sentido, podrían ser la creación de pequeños grupos de formación
familiar, dirigidos a la adquisición de habilidades de competencia parental, o el desarrollo de un plan
de tutorías individuales personalizadas, en las que se les ofrezca orientación y pautas educativas
sencillas que les permitan ir creando un pequeño repertorio de habilidades parentales.
Otro punto importante en el proceso, es proporcionar a los jóvenes situaciones educativas
favorables, lo más parecidas posibles a la sociedad normalizada en la que le queremos integrarlos.
Esto nos obliga a convertir las instituciones de menores infractores en espacios educativos lo más
abierto “posible” a la comunidad, con actividades, charlas y jornadas en las que puedan participar
diferentes organizaciones no gubernamentales, servicios de la Administración (juventud, salud,
deporte, etc.), empresas, sindicatos, asociaciones y distintos grupos sociales y culturales de la
comunidad. No obstante, es importante aclarar que cuando hablamos de personas que colaboran con
actividades en el centro no tienen que ser necesariamente expertos cualificados. Hay prácticas
sencillas que aportan experiencias tan interesantes o más que las de cualquier experto: un familiar
que quiera participar en un taller determinado, una asociación de vecinos que propone desarrollar un
taller de cocina, un grupo ecologista, una comida de puertas abiertas a familiares de los internos, un
mecánico del barrio que da respuesta al interés que tienen los jóvenes por el mundo del motor,
asociaciones culturales y sociales que vengan a representar una obra de teatro, bandas de música,
una visita de un grupo de participación juvenil, de institutos de secundaria, de entidades deportivas
que vienen a jugar un partido con ellos, etc. O incluso, si los recursos informáticos lo permiten,
conectar el centro de modo virtual con otras instituciones, organizaciones o personas voluntarias que
puedan aportar a los jóvenes experiencias enriquecedoras que les ayuden en su proceso de
motivación hacia el cambio.
Como vemos, la didáctica parece que también nos posibilita otras oportunidades de aprendizaje
como es el hecho de descubrir las potencialidades educativas de los distintos contextos de relaciones
comunitarias (Forés y Vallvé, 2002).
Nos gustaría también, no olvidarnos de ese muro inquebrantable que a veces nos separa de la
Administración. En algunas ocasiones, por no decir en muchas, parte de las exigencias que la
Administración asigna al trabajo de los educadores (informes, justificación de gastos, labores
asistenciales rutinarias, etc.) limitan el desarrollo de otras intervenciones más educativas. Con ello, no
estamos negando la importancia y necesidad de los trabajos burocráticos y asistenciales que
desarrollamos, el problema es que a veces sólo parece valorarse este tipo de trabajos, lo que lleva
inexcusablemente a renunciar a muchas de nuestras preocupaciones educativas. Sin embargo,
creemos que la Administración debería brindarnos la posibilidad de poder tener inquietudes, de
desarrollar nuestras propuestas, de valorar nuestra práctica socioeducativa diaria, motivando
procesos de innovación y permitiéndonos indagar en nuestros intereses educativos para no
desmotivarnos y apagar la llama de la implicación y el esfuerzo personal.
Para terminar, invitamos a nuestros colegas, a continuar este proceso de reflexión sobre la
práctica, revindicando nuevos métodos didácticos adaptados al campo de la educación social, que
puedan ayudarnos a enfrentarnos con mayor eficacia a los problemas que nos vamos encontrando en
nuestra intervención socioeducativa.
5. Referencias Bibliográficas
Alba, J.L. et al. (2005). El programa del pensamiento prosocial. Versión corta para jóvenes. En V.
Garrido y Mª. J. López. (Coords.), Manual de intervención educativa en readaptación social.
Vol.2. Los programas del pensamiento prosocial. (pp.95-310). Valencia: Tirant lo Blanch.
Feliz Murias, T., Sepúlveda Barrios, F. y Gonzalo Fernández, R. (2008). Didáctica General para
educadores sociales. Madrid: McGraw-Hill.
Forés, A. y Vallvé, M. (2002). Quan didàctica porta nom d´educació social. Barcelona: Fundación
Pere Tarrés.
322
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
323
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Hoy en día uno de los principales problemas de la crisis económica que atraviesa Europa es el
altísimo índice de jóvenes que se encuentra en situación de desempleo. En marzo de 2013 se
encontraba en esta posición el 23,5% de los jóvenes europeos menores de 25 años, el 24,1% de
hombres y el 22,8% de mujeres. Estos datos se antojan mucho más alarmantes en España donde la
tasa de desempleo se eleva hasta el 55,9%, el 57,8% de hombres y el 53,9% de mujeres, según los
datos de Eurostat de marzo de 2013.
En el ámbito de la educación, la actual crisis económica ha reducido considerablemente la
cantidad de plazas ofertadas en las últimas convocatorias de oposiciones al cuerpo de maestros en
todo el estado español. Según las cifras registradas por la Asociación Nacional de Profesorado
Estatal (ANPE), sindicato independiente, de 20.206 plazas que se ofertaron en 2009, se pasó a
7.131 en 2011 y a las escasas 2.326 en 2013. Más notable se hace esta reducción en la Comunidad
Autónoma de La Rioja, que llevaba cuatro años sin convocar oposiciones y en el 2009 ofertó 207
plazas frente a las 80 de 2013. Por otra parte, la nueva ordenación de las enseñanzas universitarias
dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) se compromete a incrementar la
empleabilidad de los futuros graduados universitarios tratando de acercar a los estudiantes a los
escenarios profesionales, lo que les proporcionará un conocimiento más profundo y real de las
competencias necesarias en su futuro profesional (Real Decreto 1393/2007). Asimismo, la Estrategia
de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, elaborada por el Ministerio de Empleo y Seguridad
Social del Gobierno de España (2013), marca el objetivo de mejorar la empleabilidad de los jóvenes y
fomentar el espíritu emprendedor.
Dado que las universidades han de comprometerse con el acercamiento del estudiante a los
contextos reales de su profesión, así como con su aprendizaje a lo largo de la vida, habrán de
capacitar al alumnado para que asuma la responsabilidad de su formación, así como fomentar el
intercambio de emprendedores, tan necesario para ayudar a superar la crisis económica en la que
nos encontramos en la actualidad (Martínez, Lord y Riopérez, 2013). A su vez, en la Resolución del
Consejo, de 27 de noviembre de 2009, relativa a un marco renovado para la cooperación europea en
el ámbito de la juventud (2010-2018): educación y formación, y empleo y espíritu empresarial (Diario
Oficial de la Unión Europea [DOUE], 19 de diciembre de 2009), se plantea ocho ámbitos de acción;
dos de ellos intensifican notablemente que la formación académica tratará de, por una parte, fomentar
la innovación, la creatividad y el espíritu empresarial de los jóvenes universitarios y, por otra,
respaldar el espíritu emprendedor de los estudiantes impulsando la empleabilidad por cuenta propia y
la creación de sus propias empresas. Tal y como nos indica el análisis del contexto de la Estrategia
de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, se hace necesario “mejorar el nivel de
emprendimiento e iniciativa empresarial entre los jóvenes (…) ya que son significativamente inferiores
a los que se requieren para recuperar la senda del crecimiento y de creación de empleo” (Ministerio
de Empleo y Seguridad Social, 2013, p.50).
Hasta aquí, de forma reiterada, se hace referencia al emprendimiento. Pero, ¿qué se entiende
por este concepto en el contexto que nos ocupa?
324
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. Desarrollo
El proyecto se ubica en los Trabajos Fin de Grado, dado que implican la coyuntura idónea para
que el alumno reconstruya los conocimientos adquiridos en su carrera, y sitúan al estudiante en un
contexto en el que ha de carearse con los desafíos del entorno laboral propios de la sociedad de la
información y la comunicación. Asimismo, posibilitan al alumnado poner de manifiesto sus
competencias pedagógicas y su aptitud para la elaboración y diseño de proyectos educativos, así
1
Esta actividad forma parte del programa general de Cursos de Verano de la Universidad de La Rioja 2012, y se
celebró del 2 al 6 de julio bajo la dirección y coordinación de miembros del Grupo de Investigación AFYDO;
especialmente dirigida a los estudiantes y titulados de Educación Infantil, Educación Primaria y Trabajo social,
así como a los de Administración y Dirección de Empresas, Turismo o Geografía e Historia, y haciéndose
extensivo su interés a cualquier joven estudiante o titulado en cualquier área de conocimiento con inquietudes
por emprender su propia iniciativa laboral en el espacio y tiempo de ocio.
325
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
como para la promoción de la educación no formal; sin olvidar su idoneidad para promover la
responsabilidad, la perseverancia, el conocimiento de sí mismo, la autoestima, la creatividad, la
autocrítica, el control emocional, así como la capacidad de elegir, de calcular riesgos, de afrontar los
problemas, de aprender de los errores y de asumir riesgos. En este sentido, puede trasladase al
escenario educativo que constituyen los TFG la función de inserción laboral que Pereira y Solé (2013)
atribuyen al área de trabajo del prácticum, especialmente en aquellas cuestiones que aluden a
impulsar la cultura emprendedora y, por ende, a optimizar la ocupación de los estudiantes.
Esta iniciativa se encuentra en estrecha consonancia con la citada Estrategia del Ministerio de
Empleo y Seguridad Social del Gobierno de España, cuyo objetivo se focaliza en mejorar la
empleabilidad de los jóvenes y fomentar el espíritu emprendedor. A su vez, la propuesta que se
presenta fortalece los dos ejes que la vertebran ya que, por un lado, trata de fomentar la iniciativa
empresarial de los universitarios y, por otro, ajustar su formación a la realidad laboral actual. Ante
esta realidad en que nos encontramos inmersas, como profesoras de los Grados en Educación
Primaria e Infantil en la Universidad de La Rioja, conscientes de nuestra responsabilidad y el
compromiso en el acompañamiento en la formación de los futuros maestros, se decide proponer
temas para Trabajo Fin de Grado que, al mismo tiempo que permitan a los alumnos demostrar y
fortalecer las competencias generales y específicas de los grados, supongan una oportunidad para
que generen el escenario en el que desarrollar su futuro inmediato laboral.
Por ello, se ofertaron dos temas como marco de desarrollo del TFG de 9 ECTS. Para los
estudiantes del Grado en Educación Infantil se propuso el título “Diseño de un proyecto educativo
para el espacio y tiempo de ocio que fomente el desarrollo integral del niño a partir de la educación
motriz”. Para el alumnado de Grado en Educación Primaria se planteó el tema “Diseño de un proyecto
educativo para el espacio y tiempo de ocio que fomente la práctica físico-deportiva, la responsabilidad
y la autonomía personal desde la infancia”. Ambos son tutelados por varios profesores de la UR y de
otras universidades. Bajo esta temática, el estudiante diseñará un proyecto original y viable, en el
contexto de ocio, dirigido a fomentar el gusto y el interés por la práctica físico-deportiva, así como a
desarrollar la responsabilidad y la autonomía personal desde la infancia.
2.1. Enfoque metodológico
La Facultad de Letras y de la Educación ofrece un manual que orienta el acompañamiento, por
parte de los tutores, además de la gestión y evaluación de estos Trabajos Fin de Grado, facilitando a
los alumnos su desarrollo (Flores et al., 2013). A la hora de abordar el proceso de desarrollo del TFG
-diseño de empresa de ocio-, hay que tener en consideración gran cantidad de factores que se ponen
en evidencia desde el primer contacto con los tutores. Generar la oportunidad de trabajar desde las
habilidades y actitudes predominantes de cada uno, fortalecerse ante la adversidad, saber adaptarse
y adquirir una mayor autonomía personal, constituyen el primer eslabón de esta cadena hacia la
creación de la empresa que nace en el primer encuentro tutores-alumnos y se vivencia a lo largo de
todo el proceso.
En este primer encuentro -seminario- con los estudiantes vinculados a estas líneas de trabajo, se
comparte las distintas motivaciones, ideas, propuestas y acciones que se persiguen. Tras la
búsqueda de experiencias que ayuden a determinar el tema de trabajo al estudiante, se decide el tipo
de empresa que quiere crear. En el acompañamiento de los tutores se prioriza que los alumnos se
planteen cuestiones del tipo: ¿qué se necesita para montar una empresa?, ¿por dónde empezar?,
¿cómo informarse?, ¿a quién y dónde acudir?, a las que deben dar respuesta tras un proceso de
indagación y de exhaustiva documentación. Las respuestas y el análisis documental constituirán la
fase de inicio en la que se elabora un guion sobre el cual trabajar el resto de los meses, e irán
configurando el marco teórico de su informe final.
Una vez que los alumnos tuvieron claro el tipo de empresa de ocio y los servicios que
potencialmente pudieran ofrecer, y tras comprobar la viabilidad del proyecto por parte de los tutores,
son estos los que buscan instituciones a las que les pudiera interesar la iniciativa, materializándose la
firma de un convenio entre la Universidad y una institución que ha permitido el desarrollo de la idea
empresarial de los estudiantes. A partir de aquí, los alumnos se ponen en contacto con el gerente de
la institución para conocer las necesidades e intereses de esta. La sinergia entre la iniciativa
empresarial de los alumnos y las necesidades e intereses de la institución van a ir dando forma al
proyecto empresarial final cuya elaboración pasará por distintas etapas. Se realizarán entrevistas
para conocer las obligaciones fiscales y laborales a las que se van a tener que enfrentar como
empresario individual/colectivo y para estipular los trámites de constitución y puesta en marcha; se
describirán los productos/servicios que va a ofrecer su empresa; se detallará la idea de negocio; se
326
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
analizará el mercado; se determinará el plan comercial, la organización y el personal, así como las
inversiones necesarias que tendrán que hacer a corto y medio plazo; asimismo, se llevará a cabo una
previsión de cuenta de resultados y la financiación prevista. El análisis y la descripción de todos estos
puntos, junto con los de la documentación previa y la experiencia personal deberán reflejarse en el
informe final; informe que se configurará en torno a los siguientes puntos: título, resumen (en
castellano e inglés), índice, introducción, justificación, objetivo, enfoque teórico/metodológico,
desarrollo/discusión, conclusiones/posible aplicación y bibliografía (Flores et al, 2013).
3. Resultados
De las 16 plazas ofertadas por la facultad dentro de la doble temática presentada en esta línea, 8
han perseguido el diseño y la creación de empresas que teniendo como telón de fondo el espacio y el
tiempo de ocio así como el desarrollo motor, unos han buscado la conciliación familiar a través,
concretamente, del pádel, otros la socialización y el sentido de pertenencia a un pueblo o a una
comarca, como Verano cultural en Castañares de Rioja y Valdizarbe Olímpico, otros el turismo activo
y la naturaleza como ArtiedAventura, y otros creados conjuntamente entre cuatro estudiantes, como
Mueve Mundos, buscan en el ocio un lugar para convivir con otras personas, aprender de forma
lúdica y crear actividades divertidas y novedosas. Todos ellos han ido más allá de un simple proyecto
teórico. La motivación en la que se han visto inmersos estos estudiantes les ha llevado a buscar
relaciones empresariales. En algunos casos, como el de la conciliación familiar a través del pádel, les
ha conducido a emprender negociaciones con un club privado para tratar de poner el proyecto en
marcha con el fin de ofrecer una respuesta a las necesidades que, en el ámbito familiar, surgen para
que los padres dispongan de un espacio y tiempo personal de ocio paralelo al de sus hijos. Mientras
los padres juegan a pádel, los hijos de 3 a 6 años se divierten y desarrollan a través de actividades
motrices. El proyecto Verano cultural en Castañares de Rioja, posiblemente se pondrá en marcha
durante el verano de 2014, como se ha acordado con el alcalde de ese Ayuntamiento
comprometiéndose en facilitar instalaciones y recursos materiales necesarios. Esta iniciativa, dirigida
a niños entre 3 y 10 años, pretende cubrir una necesidad sociocultural en una localidad de escasos
habitantes, familias humildes y con recursos limitados.
Valdizarbe Olímpico surge como futuro sucesor del programa “ludopiscinas”, ofertado en la
actualidad por los Servicios Sociales de la Mancomunidad de Valdizarbe. Apoyándose en toda la
estructura ya creada, se cimenta en torno a la temática de los juegos olímpicos que hacen de él un
proyecto innovador, original y atractivo que busca ocupar de forma integral el tiempo libre de los
escolares del valle en la etapa estival, a través de las prácticas físico-deportivas propiciando, además,
lazos de unión o un sentido de pertenencia entre las distintas localidades. En la actualidad este
proyecto se encuentra en negociaciones para ponerse en marcha en el verano de 2014, tanto con el
responsable de los Servicios Sociales de la Mancomunidad, para su gestión, como con los
Ayuntamientos del valle y con el Gobierno de Navarra, para su cofinanciación.
La empresa de turismo activo, ArtiedAventura, pretende complementar los servicios ofrecidos por
un negocio familiar de alojamiento rural. Anclada en un medio natural cercano a la localidad
aragonesa de Artieda persigue la práctica de actividad física como disfrute del tiempo libre ofrecida
desde el conocimiento, el respeto y el aprovechamiento de la naturaleza que fomenta la
responsabilidad y la autonomía personal de todos los miembros de la familia. La culminación de este
proyecto formalizado ha hecho que la familia del estudiante, autor del TFG, se plantee ampliar su
actual negocio familiar cubriendo estos servicios.
Mueve Mundos surge de la unión de las ideas de cuatro alumnos, cuyos trabajos iniciales se
fortalecieron configurando una sociedad empresarial que se puso en marcha durante el verano de
2013, ofreciendo sus servicios en una instalación privada de ocio físico-deportivo con la que
previamente la universidad había firmado un convenio. Ofrece una experiencia lúdica, deportiva y
educativa dentro de su campus de ocio, dirigida a niños de entre 3 y 12 años. En esta experiencia
han participado un total de 102 niños y niñas, y ha generado nuevos proyectos de futuro en el ámbito
de la educación no formal y, en concreto, del ocio físico-deportivo.
4. Conclusiones
Plantear como temas TFG el “Diseño de un proyecto educativo para el espacio y tiempo de ocio
que fomente el desarrollo integral del niño a partir de la educación motriz” y el “Diseño de un proyecto
educativo para el espacio y tiempo de ocio que fomente la práctica físico-deportiva, la responsabilidad
y la autonomía personal desde la infancia” ha posibilitado la consecución de importantes resultados
327
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias bibliográficas
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Kent Publishing.
328
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: Alumnado de etnia gitana, inclusión educativa, educación primaria, rendimiento
académico
1. Introducción
La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) considera, entre otros aspectos,
que el fin esencial de la educación es el desarrollo integral de las capacidades del alumnado. Desde
los planteamientos curriculares actuales, que propugna el paradigma constructivista acerca de la
necesidad de alcanzar aprendizajes funcionales y significativos y la búsqueda de la mejora de la
calidad en la educación, algunos autores (Gil-Olarte y Guil, 2005) sostienen la necesidad de superar
planteamientos centrados exclusivamente en aspectos cognitivos para abordar otros ámbitos de la
persona relacionados con las emociones, las habilidades comunicativas y sociales que permitan el
desarrollo integral y armónico de la persona y su incorporación plena como ciudadano en la sociedad.
Una de las principales funciones, por tanto, de la educación es la adaptación social del
alumnado, prepararlo para su integración en la sociedad y que forme parte de ella. Por ello, el
proceso de socialización a través del cual el alumnado "en interacción con otros, desarrolla las
maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para la participación eficaz en la sociedad"
(Vander, 1986:126) cobra una gran importancia. Si bien, para dicha integración y participación social,
no solo entran en juego pensamientos y actuaciones, sino también sentimientos.
Para participar activamente en cualquier sociedad desarrollada se requiere adquirir ciertos
conocimientos fundamentales, que en la normativa educativa vigente desde la LOE (2006) en los
centros educativos de Infantil y Primaria, se denominan competencias básicas. Este enfoque,
responde a la necesidad de que el sistema educativo se ajuste a los cambios de la sociedad que, a
su vez, exigen de las personas un reajuste continuo y vertiginoso. Ante este hecho, es necesario
plantearnos la necesidad de potenciar la capacidad de adaptación y flexibilización de nuestro
alumnado para que pueda ir haciendo frente a las necesidades que le vayan surgiendo a lo largo de
su vida, capacidad que los docentes, tal y como establece el punto 6 del apartado 3 de la Orden
ECI/3857/2007 de 27 de diciembre por la que se establecen las competencias que los estudiantes del
Grado en Educación Primaria y futuros docentes, han de adquirir y aplicar en la planificación e
implementación de las situaciones de enseñanza-aprendizaje.
1.1. El alumnado de etnia gitana en Educación Primaria
Tal y como recoge la Fundación Secretariado Gitano en su Evaluación de la Normalización
educativa del alumnado gitano en Educación Primaria (2010), el nivel de participación social de la
población gitana es en el momento actual muy bajo y la situación económica y social que se vive en
nuestro país no augura mejoras a corto o medio plazo. En este contexto, retomando el papel que la
escuela desempeña en el proceso de socialización de la persona, los centros educativos han de ser
el espacio al que se dirijan gran parte de los esfuerzos para lograr la inclusión social de este
alumnado.
Si bien las medidas adoptadas por la Administración en los últimos años han conseguido
aumentar acceso a la escuela de la población gitana en las etapas obligatorias, la Fundación
Secretariado Gitano mantiene que continúan existiendo obstáculos de carácter social que dificultan su
situación y permanencia en el sistema educativo.
329
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. Método
Este estudio tiene como objetivo fundamental conocer el nivel de desarrollo emocional y el
rendimiento académico de seis alumnos de etnia gitana que se encuentran cursando educación
1
Noticia publicada en distintos medios de comunicación el 16 de octubre de 2012
2
Datos obtenidos de la Evaluación de la Normalización educativa del alumnado gitano en Educación Primaria,
2010.
330
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
primaria en un colegio público urbano del Principado de Asturias, con la finalidad de mejorar la acción
docente, entendida desde una perspectiva de diseño y evaluación de situaciones en el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
La dificultad de acceso a esta población ha condicionado la selección de la muestra y la
metodología del estudio, que ha consistido en un estudio multicaso de seis personas de etnia gitana
(Tabla nº 1), de los que se ha recogido información a través de cuestionarios de respuestas abiertas y
cerradas y entrevistas a los padres y madres y a los tutores y tutoras.
3. Resultados
Algunos de los resultados más destacables en función de las distintas dimensiones de análisis
son las siguientes:
En cuanto al entorno familiar se encontró gran homogeneidad en dos aspectos fundamentales:
situación laboral y tipo de familia. Si bien 2/6 de las familias presentaban situaciones de
desestructuración o múltiples problemáticas, la situación de paro en padres y madres se presentó en
331
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6/6. Este aspecto resulta aún más acuciante debido a que también en una proporción de 6/6 se trata
de familias numerosas, bien por varios hijos o por otros familiares que conviven en el hogar.
Respecto a la implicación familiar en el proceso educativo –asistencia a tutorías, participación en
el centro, etc.- solo 2/6 de las familias coparticipan en la relación familia-centro, aunque cabe señalar
que si bien una mostraba una implicación similar a la que presentan los padres y madres del resto de
alumnado del centro; en el caso de la segunda se trataba de un caso de fuerte implicación y presión
al centro y al profesorado.
Sobre la incorporación al sistema educativo de los alumnos, 3/6, la mitad, no cursaron la
Educación Infantil. Tal y como se comunicó en las entrevistas, la influencia de los Servicios Sociales
fue clave en un caso para su incorporación, si bien la sobreprotección familiar fue la causa en la no
incorporación en otro de los casos.
Coincidentemente los alumnos de incorporación tardía, presentaron grandes periodos de
absentismo, por lo que su integración social fue complicada. En este sentido es necesario mencionar
que 4/6 no mantienen relaciones con no gitanos fuera del centro educativo.
En cuanto a los hábitos y rutinas escolares se observó una proporción de 1/6 en cuanto a
alumnos con problemas de higiene y alimentación. Sin embargo en cuanto a la realización de tareas
es necesario destacar que 5/6 de los alumnos hacen los deberes siempre o habitualmente.
Respecto al rendimiento académico, solo 2/6 de los alumnos presentan desfase curricular.
Además, para comprobar la evolución de cada alumno se registraron sus calificaciones durante los
cursos en los que paralelamente participaron en el Programa de Intervención Educativa de la
Fundación Secretariado Gitano de Oviedo, desarrollando aspectos socioemocionales, obteniendo
como resultado que 6/6 de los alumnos mejoraron sus calificaciones a lo largo de la etapa. Solo 2/6
no han promocionado en un curso. Otro aspecto sobre el que se recabó información fue sobre el
conocimiento de sí mismos, destacando que 4/6 de los alumnos confían en sus buenas capacidades.
Coincide que los 2/6 restantes son conscientes, además, de no tener hábitos de estudio.
Sobre las atribuciones de éxito o fracaso, solo 1/6 de los alumnos considera que sus logros
dependen de factores externos. Además, en otra de las cuestiones donde se observó una gran
homogeneidad en las respuestas fue en la motivación extrínseca para estudiar, 6/6, si bien 3/6 de los
alumnos también encuentran aspectos intrínsecos. En relación a las metas y expectativas de los
alumnos 4/6 de los alumnos aspira a acabar la Educación Secundaria Obligatoria. Coincide que se
trata de los alumnos con mejor rendimiento durante la etapa.
Sintetizando la información recogida en los resultados comentados, destacar en relación al
contexto familiar indican que tanto padres como madres se encuentran en situación de paro,
agudizada por tratarse de familias numerosas. Esta precariedad económica que dificulta la
integración social, se agrava porque más la mitad de los alumnos no mantiene vínculos con personas
de etnia no gitana fuera de la escuela. Además, la mayoría de estos niños y niñas se han incorporado
tarde al sistema educativo y han tenido y tienen frecuentes periodos de absentismo. En cinco de los
seis casos se observa la influencia que la falta de implicación familiar en el proceso educativo de los
niños tiene en su motivación, rendimiento y en el establecimiento de metas y expectativas educativas,
coincidiendo con la valoración que de estos aspectos realiza el centro. La desestructuración y
diversas problemáticas familiares que presentan dos de las seis familias influyen en el autoconcepto y
autoestima del alumnado, y en su capacidad de integración e interacción social, que dificultan la
adquisición de hábitos y rutinas escolares, que se manifiesta, entre otros aspectos, en una cierta
sensación de frustración de los niños objeto de estudio en cuanto a la capacidad de cumplimiento de
las normas y límites de convivencia en el aula.
Asimismo, la sobreprotección familiar se presenta ligada a la no escolarización en Educación
Infantil de dos alumnos, situación que origina largos períodos de absentismo durante el inicio de la
etapa de educación primaria.
4. Conclusiones
A partir de los resultados alcanzados se extraen las siguientes conclusiones:
Se constata en los seis casos estudiados que las diferentes situaciones del entorno sociofamiliar
conllevan un déficit socioemocional en el alumnado analizado -autoconcepto y autoestima negativos,
baja motivación, escaso desarrollo de habilidades sociales, etc.- que, según manifiestan sus tutores y
tutoras, influye en su rendimiento académico.
332
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Así, es preciso dirigir la intervención educativa no solo hacia aspectos cognitivos sino también
socioemocionales, que favorezcan la construcción de un autoconcepto y autoestima positivos, mayor
implicación familiar en la educación de sus hijos e hijas, que adquieran y desarrollen estrategias y
habilidades sociales que les permitan a estos niños y niñas sentirse partícipes de la vida del aula, y,
en definitiva, logren mejorar el nivel de motivación intrínseca y el rendimiento académico que
fomenten el establecimiento de metas y expectativas académicas más altas.
5. Referencias bibliográficas
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333
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
334
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
335
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
no formales y con capacidad para conjugar e integrar la dimensión escolar del alumnado con otras
dimensiones: las dimensiones personal, familiar y comunitaria.
Existe un consenso generalizado sobre la necesidad de reconfigurar el papel de la escuela que
se enfrenta a nuevos retos, nuevos problemas, generando nuevos escenarios de intervención social
y educativa: violencia de género, las redes sociales, nuevas formas de familia y por tanto nuevas
dinámicas familiares. Los centros educativos tienen que atender a un alumnado más heterogéneo.
Aquello que se vivencia en la familia tiene repercusión en la escuela y viceversa. La convivencia en
los centros es difícil; han aumentado las conductas disruptivas en el aula y se ha incrementado el
absentismo escolar. La escuela ha ido buscado nuevas fórmulas y propuestas introduciendo
profundas transformaciones en su concepción, organización y democratización escolar. La
concepción clásica de la escuela se ha ido erosionando y evolucionando hacia un espacio más
plástico y dinámico con capacidad de adaptación a los nuevos escenarios sociales. Ello ha dado lugar
a la incorporación de nuevos programas y nuevos profesionales entre los que se encuentran los
Educadores Sociales y las Educadoras Sociales (Cendrero Querol, et al, 2011, p.38).
En la comunidad autónoma de Extremadura la incorporación de estos profesionales, se produjo
en el curso 2002-2003 en los centros de Educación Secundaria que presentaban una realidad social
compleja. En Octubre de ese mismo año la Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología de esta
comunidad dictó unas instrucciones por las que se establecían las funciones y ámbito de intervención
del educador y la educadora social (Cendrero Querol et al, 2011, p.39). En la comunidad autónoma
de Castilla La Mancha se convocó, mediante Orden 13/09/2002, pruebas selectivas para crear una
bolsa de trabajo de funcionarios interinos (especialidad Educación Social) y se dictan Instrucciones
sobre sus funciones. En Andalucía, se crea el cuerpo de Educadores Sociales cuyas plazas son
asignadas a los Equipos de Orientación Educativa para desarrollar sus funciones en zonas
educativas cuyos colegios lo requieran al encontrarse en Zonas de Exclusión Educativa, normalmente
coincidentes con Zonas de Transformación Social, que entre sus características, se encuentra la
existencia de un elevado índice de absentismo escolar.
Las razones y la fundamentación de la necesidad de incorporación de la figura profesional en el
sistema educativo andaluz de las personas que ejercen la Educación Social, la encontramos en los
debates previos y en la efervescencia discursiva que se produjeron en la comunidad educativa
andaluza con anterioridad a la promulgación de la Ley de Educación de Andalucía, y en el proceso
seguido, tanto para su elaboración, consenso y aprobación, como en las aportaciones que por el
mismo medio se realizaron a la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 3 de mayo de 2006. Las
argumentaciones aportadas desde distintas instancias conocían las experiencias que se venían
desarrollando es otras comunidades autónomas del Estado (AAVV, 2004, citado en Rico, 2012, p.15).
Antes de la convocatoria de una bolsa de trabajo de interinos para su nombramiento en los
Equipos de Orientación Educativa que se cerró en junio de 2007 la Junta de Andalucía hace públicas
unas orientaciones para la intervención del Educador Social en el ámbito educativo con fecha de abril
de 2007 que son extraídas de las copiosas aportaciones que recibe la Consejería de Educación del
procedimiento de debate y consenso que se inicia desde el año 2005, para establecer los valores,
principios, recomendaciones y medidas para el debate y tramitación parlamentaria de la Ley de
Educación de Andalucía, y que sirven como brújula de trabajo al primer contingente de profesionales
de la Educación Social que comienzan en la primera bolsa para el curso 2006-2007, a través de la
resolución de 16 de octubre de 2006 de la Dirección General de Recursos Humanos, por la que se
realiza convocatoria para la cobertura provisional durante el curso 2006-2007 en puestos de
educación social en el ámbito educativo (Junta de Andalucía, 2007: 2, citada en Rico, 2012, p.15).
Transcurridos los dos primeros cursos (2006-2007 y 2007-2008), se convoca oposición libre para
cubrir un número mayor de puestos (en la actualidad 76) del cuerpo A 2018 de Educadores Sociales
en el sistema educativo andaluz. Finalmente, en BOJA de 25 de octubre de 2009 se publican los
nombramientos de las funcionarias y funcionarios del cuerpo de Educadoras y Educadores Sociales
en los Equipos de Orientación Educativa de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía:
ésta es la ubicación de las personas profesionales de la Educación Social en el sistema Educativo
andaluz. Es cierto que, desde este momento, como señala Jiménez Jiménez (2013, p.82), se percibe
un aumento del interés sobre la figura profesional en el ámbito educativo al ir pudiendo contrastar
particularidades y ventajas que esta incorporación ofrecen al conjunto de la comunidad educativa.
Incluso, como fruto de esta interacción se percibe una erosión de la clásica visión estanca de la
educación (Jiménez Jiménez, 2013, p. 83) entre Educación Formal, No Formal e Informal. Como
resultado encontramos una simbiosis entre sistema educativo y las aportaciones metodológicas que
ofrecen los educadores y educadoras sociales (Jiménez Jiménez, 2013, p.103). Digamos que el
336
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
sistema educativo andaluz ingiere una píldora comunitaria, social; píldora de enseñanza aprendizaje
sociocultural, para garantizar un conocimiento basal, donde la familia de esta modernidad líquida ha
de ser tenida en cuenta con todas sus problemáticas para una atención educativa universal y
comprensiva, para una educación inclusora.
Los retos que se afrontan devienen del aumento del número de jóvenes y adultos con titulación
superior y del empeño en forjar una sociedad del conocimiento basada en la educación permanente a
lo largo de la vida (Rico, 2012, p.16). Incorporar las nuevas competencias y saberes que los jóvenes
necesitan para desenvolverse en la sociedad del siglo XXI y asegurar el éxito a toda la población
escolar, en función de sus capacidades, sus intereses y sus expectativas e impulsar un proyecto de
vida colectivo y compartido que facilite la integración cultural y social, implica un sistema educativo
común, laico y respetuoso con las diferencias culturales, credos y tradiciones, así como justo en la
distribución de oportunidades y recursos; el deber ser de esta apuesta y compromiso es elevar el
nivel de todo el alumnado, sea cual sea su origen social o procedencia. Se suma el esfuerzo
individual al esfuerzo del sistema para lograr una mejor formación. La educación debe garantizar la
equidad en la distribución de esfuerzos, recursos, oportunidades y la solidaridad con quienes tienen
más dificultades para acceder a los beneficios que la educación proporciona. El sistema educativo
andaluz quiere situar como reto y objetivo el potenciar las buenas prácticas docentes con incentivos
económicos y profesionales. Finalmente profundizar en el proceso de modernización de la escuela
tanto en lo pedagógico como en lo académico y administrativo.
La creación, el curso 2012-2013, de la Red andaluza de comunidades de aprendizaje ha
permitido a las personas profesionales de la Educación Social contar con un nuevo escenario. A la
incomprensión y desconocimiento del lustro 2006-2010, siguió un período de asentamiento en los
años 2010 a 2012 (Instrucciones de la Dirección General de Participación de 17 de septiembre de
2010 y la celebración de las Iª Jornadas de la Educación Social en el Sistema Educativo, en Córdoba,
en marzo de 2012), tras el que ha llegado un escenario ideológico y práctico favorecedor de la
comprensión y puesta en valor de las prácticas de Educación Social en el ámbito educativo no
universitario (Red andaluza de comunidades de aprendizaje, agosto 2012, y IIª Jornadas de
Educación Social en el Sistema Educativo, celebradas en Sevilla, en junio de 2013). La pretensión es
lograr un sistema educativo en el que se contemple la búsqueda de la igualdad y la consideración de
las diferencias como legítimas y como elemento enriquecedor, así como la búsqueda de una
sociedad cada vez más cohesionada en la que se asiente la convivencia. Del mismo modo, se
pretende la formación integral de las personas atendiendo a su desarrollo intelectual, afectivo
expresivo y social como individuos y ciudadanos, para lo que necesario considerar la formación de las
personas, para que contribuyan al desarrollo económico y social, compatibles con el respeto a los
derechos de las generaciones futuras. De este modo, el sistema educativo desarrollado como modelo
de la vida social a través de la elección de la participación como medio para implicar a todos y todas,
en la empresa colectiva que representa la educación, necesitan de la modernización y mejora
permanente del sistema y la renovación pedagógica.
La escuela inclusiva, comprensiva y sus estrategias de filtración social, con iniciativas como, el
aprendizaje servicio a nivel metodológico, o las comunidades de aprendizaje, como fórmula de éxito
escolar, han encontrado en las personas profesionales de la Educación Social un aliado estratégico.
La ubicación en el entramado educativo no ha sido baladí. Compartimos prácticas, metodología y
problemas con los profesionales de otras comunidades autónomas (Barranco Barroso, Díaz García y
Fernández Romeralo, 2012), pero como se señala la práctica que se desprende de la ubicación en
los Equipos de Orientación Educativa (Cendrero et al, 2012, p.43), genera dualidades y paradojas
que deben ser transformadas en oportunidades.
A continuación analizamos algunas cuestiones relevantes desde la educación social en el
Sistema Educativo. Respecto a la intervención con el alumnado y la intervención con la familia, la
educación social realiza un trabajo encaminado a la normalización de la situación familiar, para
conseguir, no sólo, el aumento del rendimiento académico o la desaparición de factores de riesgo,
sino también, el pleno desarrollo del alumnado, fin último de la tarea educativa. Asimismo, la
intervención individual y la intervención colegiada en los centros educativos (Equipos Técnicos de
Coordinación Pedagógica, claustros y comisiones, etc.), se centran en cuestiones curriculares o de
organización del centro, por lo que se hacen necesarias intervenciones colegiadas desde la
Educación Social, en base a las experiencias concretas, como el caso de la intervención en materia
de absentismo escolar, en el que existe un protocolo de intervención regulado. Respecto a la
intervención en el centro educativo y la intervención en la comunidad, ambas son intervenciones
dirigidas a la propia comunidad educativa y que pueden desarrollarse, tanto en el centro educativo
337
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Conclusiones
La escuela venía mostrándose insuficiente e incluso impotente para dar respuesta a demandas
y problemas sociales cada vez más complejos en una sociedad líquida y globalizada donde hay que
educar a una ciudadanía futura, cuyos valores se transforman con una rapidez inusitada en una
sociedad sometida a una continua interacción, donde la escuela no ha de confundir el mensaje con el
medio, el aprendizaje con el lugar en el que se imparte. En este escenario incierto, la educación
adquiere un valor añadido en la lucha contra la exclusión social que necesariamente ha de comenzar
por la transformación de la exclusión educativa en territorios de desarrollo comunitario, haciendo
cumplir la estrategia Europea marcada en Lisboa y logrando que, en 2020, el 85% de las personas de
entre 20 y 24 años hayan conseguido una acreditación postobligatoria en Secundaria. Lejos de estas
cifras, en la actualidad, tenemos un 31% de abandono escolar temprano, lo que hace necesario, al
menos, desde nuestro punto de vista, la incorporación al sistema educativo no universitario de las
personas que ejercen la Educación Social, lo que supone un paso positivo que hay que evaluar de
manera comparativa según su ubicación, en el entramado educativo de cada comunidad autónoma.
Las tensiones y dualidades detectadas en el caso de la comunidad autónoma de Andalucía
dibujan un escenario de oportunidades que precisa ser convertido en fortaleza con la extensión de la
figura profesional a un mayor número de Equipos de Orientación Educativa, situando la cobertura del
48,71% actual, como insuficiente. Es preciso extender la misma, al 100% de los Equipos de
Orientación Educativa, para comenzar la amplificación a los Departamentos de Orientación de los
Institutos de Enseñanza Secundaria, que por su ubicación lo precisen de manera más urgente, así
como a los Equipos de Orientación de los Colegios de Educación Infantil y Primaria.
Del mismo modo, consideramos esencial, la extensión de las prácticas de las personas que
estudian el Grado de Educación Social a los colegios e institutos, convirtiéndose esta incorporación
en una estrategia de consolidación de las demandas de la figura profesional, con la seguridad de que
la presencia de las futuras graduadas y graduados, vendrá a reforzar una necesidad constatada por
el mismo sistema, cuya atención se sitúa en un marco estratégico de conocimiento basal y en una
ética relacional, en la que, la educación social, como práctica educativa, se cuestiona, al menos, qué
acontece en la relación educativa, entre educador y persona destinataria de sus actuaciones, y qué
posición ocupamos en esa relación (Campillo y Sáez, 2012).
4. Referencias Bibliográficas
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338
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: calidad de vida, programas universitarios para mayores, auto-percepción, relaciones
sociales.
1. Introducción
Calidad de vida y envejecimiento activo son conceptos íntimamente ligados, pues no es posible
el uno sin el otro. Envejecer satisfactoriamente va a depender fundamentalmente de la personalidad
de cada sujeto y de las circunstancias personales y/o sociales que le rodeen. Por tanto la auto-
percepción de los mayores y las relaciones sociales son determinantes en su percepción de calidad
de vida. El rol de abuelo/a está sustituyendo al rol social en un elevado número de personas mayores,
si a esto le añadimos las consecuencias de las políticas que disminuyen los ingresos de las personas
mayores que conllevan la disminución de su participación social (Zunzunegui y Béland, 2010) las
consecuencias son una disminución de la calidad de vida percibida y a medio plazo un aumento de la
dependencia. Un envejecimiento de calidad supone un envejecimiento autónomo, y esta autonomía
se consigue a través de establecer patrones de actividad que mejoren el estado físico y/o mental,
pero también la sensación de contentamiento con uno mismo y su entorno (Amador y Moreno, 2006).
Las Aulas de Mayores constituyen hoy en día una experiencia relativamente novedosa. A pesar de
ello constituyen un pilar dentro del denominado envejecimiento activo ya que estimulan física, social y
cognitivamente a su alumnado y por lo tanto mejoran la calidad de vida percibida del mismo.
Con esta investigación pretendemos concienciar a la Universidad y a la sociedad sobre la
necesidad de potenciar este tipo de formación, más si cabe en la actual situación económica, por
actuar como facilitadores sociales de la autonomía e independencia entre su alumnado.
2. Calidad de vida
El concepto calidad de vida es un constructo multidimensional constituido por elementos
subjetivos. La Organización Mundial de la Salud (1994) la define como “la percepción individual de la
propia posición en la vida dentro del contexto del sistema cultural y de valores en que se vive y en
relación con sus objetivos, esperanzas, normas y preocupaciones” (p.98).
Debemos tener en cuenta que hay formas diferentes de referirnos al concepto de calidad de
vida: entendiéndolo como un atributo de la persona; teniendo en cuenta criterios personales que
determinan la satisfacción y en función de las experiencias positivas en el campo afectivo (Diener,
1984). Lo que parece evidente es que la percepción de las personas es fundamental para conceptuar
la calidad de vida, en la medida que cada individuo valora de forma diferente situaciones similares.
Desde la posición más cualitativa del concepto calidad de vida conviene profundizar en diversos
aspectos tales como vivienda, educación, salud y cultura. Es decir, la satisfacción de las viejas
necesidades en nuestro entorno occidental. Aunque también nos referimos al ámbito de las
relaciones sociales, al contexto ambiental, a las posibilidades de acceso a los bienes culturales y a
los riesgos a los que puede estar sometida la salud física y psíquica.
339
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
La calidad de vida aparece pues, como apunta Aróstegui (1998) diferenciándose de las
condiciones objetivas de tipo económico y social y emerge como un principio organizador aplicable
para mejorar nuestra sociedad sometida a transformaciones tecnológicas, económicas y
sociopolíticas (Schalock, 1996).
Levy y Anderson (1980) precisan como calidad de vida “[…] Una medida compuesta de bienestar
físico, mental y social, tal y como lo percibe cada individuo, incluyendo aspectos como salud,
matrimonio, familia, trabajo, vivienda, situación, competencias, sentido de pertenencia a ciertas
instituciones y confianza en los otros”. (p.6-7).
Una concepción que se sustenta en la calidad de las condiciones en las que se desarrollan las
actividades de los sujetos, consideradas objetiva y subjetivamente, lo que quiere decir que si bien se
encuentra sujeto a percepciones personales y a valores culturales, también tiene en cuenta
condiciones objetivas que son comparables.
Por tanto, no resulta fácil definir el concepto calidad de vida dada su complejidad, ya que es un
concepto que se encuentra formado por múltiples factores y variables. Lo que no es escusa para
solicitar nuevas y mejores formas de vida. Es evidente que deben existir determinados indicadores de
carácter genérico que vengan a determinar la satisfacción por la vida, éstos podrían venir
representados por sentir que la vida es agradable y que se siente bien, sentirse útil y necesario y
deseos de emprender nuevos proyectos entre otros.
Asumiendo lo anterior nos parece acertada la definición de Ardilla (2003) quién en un aspecto
más integrador la define como:
“El estado de satisfacción general, derivado de la realización de las potencialidades de la
persona. Incluye aspectos subjetivos de bienestar físico, psicológico y social y aspectos objetivos
como bienestar material, las relaciones armónicas con los ambientes físico, social y comunitario y la
salud objetivamente percibida” (p.163).
En definitiva podemos afirmar que en el concepto calidad de vida existen dos dimensiones
(Victoria, González, Fernández y Ruiz, 2005):
- La primera conformada por las variables objetivas, externas al sujeto y determinada
por la disposición de bienes y servicios.
- La segunda conformada por las variables subjetivas, en donde es el propio sujeto el
que determina su valoración sobre la vida. En este caso la satisfacción vital sería el
componente cognitivo del bienestar (Arita, 2005).
Este componente cognitivo está conformado por la autopercepción que tienen los mayores de sí
mismos así como por la imagen que ellos perciben que tiene la sociedad de ellos.
340
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
91% 87%
100% 84% 80% 77% 74% 72%
80% 68% 63%
60% 45% 44% 46% 45% 43% 47%
36% 37%
40% 21%
20%
0%
Estos datos se ven corroborados por la Encuesta a Mayores 2010 (IMSERSO, 2010), sobre los
sentimientos de apoyo y rechazo que perciben los mayores, donde podemos observar que, si bien la
mayoría de las personas mayores se sienten apoyadas y acompañadas, un alto porcentaje (22,9%)
experimenta un sentimiento general de vacio (Gráfico nº 3).
Uno de los principales problemas entre la edad y la autopercepción que tienen las personas, es
la idea de concebirse como viejos, sobre todo porque esta etapa se estereotipa con la disminución de
capacidades, posibilidades y actividad (Hunter, Linn y Harris, 1981, 1982). Además las mujeres se
autoperciben de manera más negativa que los hombres (Garay y Avalos, 2009).
Muchos/as mayores, a pesar de estar capacitados/as para ello, no realizan actividades culturales
y/o de ocio. Esto ocurre, normalmente, por la autoimagen negativa que los limita considerablemente y
viene determinada por los estereotipos negativos sobre la vejez que existen en la sociedad
(Fernández Lápiz, 1996) “de todas las etapas por las que transcurre la vida humana, la vejez es la
etapa sobre la que se acumula una mayor cantidad de estereotipos y de ideas negativas” (Escarbajal
de Haro y Martínez de Miguel, 2012, p.254). Sin embargo, no podemos hablar de la autopercepción
de los mayores como grupo social, ya que los mayores no son un grupo homogéneo, como
341
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
simplifican los estereotipos, sino que existe una gran variabilidad intra e inter individual. Por tanto, el
autoconcepto que tengan los mayores, como individuo, dependerá de las vivencias y los aspectos
socioculturales de cada individuo (Fornós, 2000).
El autoconcepto y autopercepción que tengan los mayores influirá de manera notable, en cómo
se enfrenten a nuevos retos, actividades y/o actitudes ante la vida. El aprendizaje a lo largo de la vida
facilita la adaptación a los nuevos retos a los que se enfrentan los mayores y por tanto mejora su
autoconcepto.
5. Trabajo empírico
5.1.Planteamiento inicial y objetivos
Las Aulas de Mayores constituyen hoy en día una experiencia relativamente novedosa. A pesar
de ello constituyen un pilar dentro del denominado envejecimiento activo. Como justificamos
anteriormente, considerando que la percepción de calidad de vida depende directamente, entre otros,
de la auto-percepción de los mayores y las relaciones sociales. Por ello planteamos los siguientes
objetivos en nuestra investigación:
342
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“Determinar si desde que acuden al programa formativo realizan más actividades sociales y
cómo repercute a nivel personal” y
“Determinar si los adultos mayores se sienten juzgados negativamente por la sociedad, en
qué grado y por cual grupo etario”.
La investigación la llevamos a cabo en el Programa “Aula Abierta de Mayores” ofertado por la
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (España).
5.2. Población y muestra
La población objeto de estudio ha sido el alumnado mayor de 65 años matriculado en el Aula
Abierta de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (España). Ésta estaba compuesta por 150
mujeres y 83 hombres, en total 233 alumnos y alumnas de más 65 años, pertenecientes las
siguientes localidades de la provincia de Sevilla (España): Alcalá de Guadaira, Aznalcollar, Bormujos,
Carmona, Castilleja de la Cuesta, El Coronil, Gerena, Gilena, Gines, Herrera, La Puebla de Cazalla,
La Rinconada y Salteras. El porcentaje de hombres era del 35.6% y el de mujeres del 64.4%. Para la
elección de la muestra hemos utilizado un método no probabilístico casual ya que seleccionamos a
los sujetos por la accesibilidad que nos proporcionaron los distintos coordinadores/as de los distintos
municipios donde se realizaba el programa. Siguiendo a Cardona (2002) al ser la población de menos
de 500 sujetos se debe tomar en torno al 50% de la misma como muestra, respetando al máximo el
porcentaje de hombres y mujeres de la población.
La muestra que hemos tomado para este estudio ha sido de 105 personas de más de 65 años,
(45% de la población), aunque también hemos validado los protocolos de personas de 64 años que
cumplían 65 años en el año natural del estudio. La edad media de la muestra fue 69.3 años (69.8 la
de los hombres y 69.1 la de las mujeres). En la muestra hemos intentado respetar al máximo el
porcentaje de hombres y mujeres de la población. Así, en la población había 35.6 % de hombres (83)
y en nuestra muestra hay un 35.2 % de hombres (37) y 64.4 % de mujeres (150) en la población y en
la muestra hay un 64.8 % mujeres (68).
5.3. Metodología
Nuestra investigación se enmarca dentro del campo de las Ciencias Sociales, concretamente en
el fenómeno educativo. Desde este punto de partida, necesitamos situarnos dentro de una
metodología que nos permita una aproximación sistemática coherente, con método, con orden, al
objeto de estudio. La realidad social es compleja, por tanto para su estudio hay que usar
metodologías diversas. La metodología positivista (cuantitativa) busca el conocimiento de las causas,
mientras que la metodología fenomenológica (cualitativa) busca la comprensión de los hechos (Pérez
Serrano, 2008).
Para nuestra investigación nos hemos decantado por un estudio de enfoque cuantitativo, aunque
el cuestionario que diseñamos contenía algunas preguntas abiertas que han sido analizadas
cualitativamente, por tanto para el análisis de los datos podemos afirmar que hemos empleado ambas
metodologías ya que, el uso complementario de metodología cuantitativa y cualitativa enriquece la
investigación posibilitando el desarrollo de objetivos diversos y múltiples (Reichardt y Cook, 1986).
Por lo tanto para la consecución de los objetivos propuestos hemos utilizado técnicas e instrumentos
de las metodologías cualitativa y cuantitativa.
5.4. Técnicas e instrumentos de recogida de información
La recogida de datos implica tres actividades estrechamente vinculadas entre sí (Anguera,
1982):
Seleccionar un instrumento de medición de los disponibles en el estudio del
comportamiento, o desarrollar uno que sea válido y confiable, de lo contrario, no
podremos basarnos en sus resultados para realizar conclusiones.
Aplicar el instrumento.
Codificar, analizar e interpretar los datos.
Tras la revisión de los instrumentos existentes, y basándonos en el Cuestionario de
Envejecimiento adaptado por Amador del original elaborado por Erdman Palmore (1977, 1992). FAQ
The Facts on Aging Quizzes; la Escala de Sentimiento de Soledad adaptada por Expósito y Moya
(1993) de la original elaborada por Russel (1996). UCLA Loneliness Scale. Coeficiente de fiabilidad
de .91.; y la Escala de Satisfacción con la vida, adaptación al castellano de Atienza, Pons, Balaguer y
García Merita (2000) del original elaborada Diener, Emmons, Larsen y Griffin (1985). The Satisfaction
343
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
With life Scale. Hemos diseñado un cuestionario ad hoc, semi-estructurado con el título: Repercusión
de la formación a lo largo de la vida. El instrumento está compuesto por 26 ítems, de los cuales 21
son cerrados y 5 abiertos. Los 23 ítems cerrados utilizan para el formato de respuesta una escala
graduada tipo Likert. Graduando su acuerdo o desacuerdo con la pregunta o afirmación.
Realizamos una prueba piloto del instrumento en la localidad de Salteras (Sevilla, España) a un
total de 23 personas con la finalidad de analizar la validez, fiabilidad y compresibilidad de los ítem
redactados. Tras su aplicación se modificaron la sintaxis de algunos de ellos, calculándose
posteriormente la fiabilidad del instrumento mediante el alfa de Crombach, situándose éste en 0,92.
El IMSERSO (2010) realizó una encuesta a las Personas Mayores de España, donde entre otras
cuestiones se le preguntaba si se sienten satisfechos con su vida en general; si sienten satisfacción
vital. El 55% los sujetos afirmó sentirse satisfecho. En nuestra investigación, hemos preguntado
también en esta línea de satisfacción vital, demostrando que la asistencia al aula de mayores ha
generado que el 89% afirmen que desde que acuden al programa formativo se sienten satisfechos
con sus vidas (Gráfico nº 5).
2% 7% 2%
No Si A veces n/c
344
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Con respecto al objetivo “Determinar si los adultos mayores se sienten juzgados negativamente
por la sociedad, en qué grado y por cual grupo etario”, como puede observarse en la tabla nº 1 por
encima de 58% piensa que ninguno de los grupos sociales aludidos juzga mal a los mayores de 65
años, no existiendo diferencias significativas entre los valores de hombres y mujeres. Agrupando por
tendencias las respuestas a este ítem, los encuestados han respondido que consideran que juzgan
mal a los mayores los jóvenes el 35%, los niños el 24%, los propios mayores el 17% y los adultos el
13%. Los objetivos y resultados presentados formaron parte de un estudio que contempló más de 15
objetivos.
n/c 7% 7% 8% 9%
Fuente: Elaboración propia
6. Conclusiones
Los resultados han demostrado cómo la asistencia al programa formativo, ha aumentado la
realización de actividades sociales cuantitativa y cualitativamente proporcionándoles una mejora en
su sentimiento de satisfacción vital y ha disminuido la sensación de rechazo de parte de los distintos
grupos etarios.
Por tanto podemos concluir que participar en el Aula Abierta de Mayores de la Universidad Pablo
de Olavide de Sevilla (España) mejora la auto-percepción de los mayores y potencia las relaciones
sociales actuando como facilitador social de la autonomía e independencia entre su alumnado,
mejora la calidad de vida y fomenta un envejecimiento activo y saludable.
7. Referencias Bibliográficas
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de España. Revista de Humanidades, 14, 7-22.
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15 de Marzo 2000 Conferencia 13-CI-G. Extraido de
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345
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Garay, S. y Avalos, R. (2009). Autopercepción de los adultos mayores sobre su vejez. Revista Kairós,
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346
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: juventud, políticas de juventud, trabajo social con jóvenes, investigación en juventud.
Esta aportación parte de la experiencia de los autores en el marco del Master Interuniversitario
en Juventud y Sociedad (MIJS). El objetivo es presentar y discutir la situación de la juventud y de las
políticas de juventud en España partiendo de los parámetros que fundamentan el triángulo mágico
(Chisholm, Kovacheva y Merico, 2011) que une las políticas, la acción y la investigación, así como del
marco europeo en el que cabe leer e interpretar la situación actual de este país.
1
Una parte de la temática que se aborda en esta comunicación ha sido objeto de análisis por los mismos autores
en el artículo “Young people and youth policies in Spain in times of austerity: Between juggling and the trapeze”
en el International Journal of Adolescence and Youth (en prensa).
347
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
juventud); los representantes de las organizaciones juveniles y ONGs; los profesionales que trabajan
en juventud; los investigadores en juventud; y la Universidad.
Políticas de Políticas de
Juventud seguridad (Policía)
JÓVENES ¿JÓVENES?
Estereotipos
Trabajo social Investitgación Adultocentrismo (medios de
juvenil sobre juventud comunicación)
Este triángulo es nuestro punto de partida para analizar los efectos de la crisis y de las políticas
de austeridad en España. Exponemos algunos datos y otras tantas reflexiones sobre cómo influyen
tanto la crisis como las políticas ortodoxas para abordarla (las llamadas políticas de austeridad) en los
tres vértices del triángulo (las políticas, el trabajo juvenil y la investigación).
348
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
solidez de las estructuras y servicios creados a lo largo de estos años y la fragilidad de estas
políticas, sus estructuras y muchos de los servicios de juventud. Hay que recordar que el futuro de los
actuales adultos depende del capital social de la generación joven (Casas, 2010).
A nivel de discursos, durante los más de treinta años de políticas públicas de juventud, estos se
han articulado a partir de diferentes referentes: como políticas de ocio juvenil, como políticas de
transición a la vida adulta o como políticas afirmativas de la nueva condición juvenil (Ajuntament de
Barcelona y Diputació de Barcelona, 1999). En la mitad de los primeros años 2000, con la voluntad de
conciliar los enfoques discursivos de las políticas de juventud de transición y la políticas afirmativas,
se busca un discurso integrador. La cuestión es facilitar el acceso de los jóvenes a todos los recursos
para ejercer su ciudadanía (Benedicto y Morán, 2002). De esta manera, se añade al discurso de las
políticas de juventud la idea de afirmación de la plena ciudadanía de los jóvenes, justo cuando se
entra de lleno en la crisis. La reducción de recursos en este sector pone en evidencia, más aun si
cabe, el alejamiento de los jóvenes actuales de la idea de la plena ciudadanía.
De algún modo se puede afirmar que las políticas de juventud en España han sido
mayoritariamente políticas periféricas, puesto que desde la especificidad de unas políticas propias y
explícitas se ha creado un discurso particular sin llegar a atender de verdad las cuestiones nucleares
de la juventud (educación, trabajo, vivienda, etc.) y, menos aún, modificarlas. El discurso ha
experimentado un recorrido que no se ha correspondido con la práctica y la acción en juventud. Por
ello, en el mejor de los casos, las políticas de juventud desarrolladas se podrían considerar como un
ámbito de actuación subsidiario de las políticas sociales, culturales y educativas.
349
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
genera el consenso social suficiente para que estas políticas sean percibidas como imprescindibles.
¿Será ésta, a pesar de todo, una oportunidad única para reforzar y consolidar las políticas de
juventud? ¿Sabremos aprovechar esta oportunidad?.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de los Presupuestos Generales del Estado.
Está claro que hay un debilitamiento de las posibilidades de intervención en juventud a causa,
también, del debilitamiento de las entidades y organizaciones que asumen buena parte del trabajo
social con este colectivo. Los profesionales del ámbito de la intervención juvenil deberán redefinirse y
reafirmarse para resistir a los recortes. Esta redefinición ha de centrarse tanto en las metodologías y
objetivos de intervención como en la comunicación del impacto de sus prácticas. A nivel metodológico
es imprescindible buscar nuevas fórmulas para conectar con una generación de jóvenes con un futuro
potencialmente abierto e incierto y al mismo tiempo inseguro. Jóvenes que se refugian en proyectos a
350
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
corto y muy corto plazo, aferrándose al presente como área de referencia temporal (Leccardi, 2011).
Jóvenes poco amantes de la participación institucional pero con formas más individualizadas y
reivindicativas de participación (sirva como ejemplo el movimiento del 15-M). Jóvenes insertos en las
tecnologías de la información y con una cultura comunicativa centrada en lo virtual. Frente a esta
situación los profesionales de la intervención juvenil han de actuar como potenciadores del
empoderamiento juvenil, trabajando colaborativamente con los jóvenes y con otros profesionales para
hacer intervenciones integrales y buscar alternativas a los déficits de recursos del sector. Es también
imprescindible mejorar la comunicación de las buenas prácticas de intervención juvenil. Un ámbito
como el del trabajo social con jóvenes que suele percibirse como suplementario de otros servicios
educativos y sociales debe invertir esfuerzos en evidenciar las buenas prácticas y las incidencias que
tiene, no solo entre los jóvenes, sino también en la sociedad. En situaciones tan complejas como la
actual donde las problemáticas sociales proliferan la administración debería invertir, como nunca, en
políticas sociales que contribuyan a la prevención y bienestar de los colectivos más vulnerables, entre
ellos los jóvenes, primeros en sufrir las consecuencias devastadoras de la crisis.
4. La investigación en juventud
La juventud y las políticas de juventud como objeto de estudio académico han sido un ámbito
con poca tradición en el Estado Español. Mientras otros países tienen un largo recorrido en estudios
en este sector (Pérez Islas, 2006), en el caso español hay que reconocer un déficit en este sentido, a
pesar de los antecedentes durante el tardofranquismo (De Miguel et al, 2000) y de los treinta largos
años en políticas públicas de juventud (Feixa et al., 2004). Las publicaciones periódicas
especializadas en temas de juventud pueden ser un buen indicador para analizar la investigación
generada en juventud (Pérez, 2006). En este sentido, en el estado español se editan cuatro revistas
específicas en juventud: la Revista de Estudios de Juventud (publicada por INJUVE), Entrejóvenes
(publicada por Diomira que incluye reportajes, artículos de opinión e información sobre temas
vinculados con la juventud), la Revista Jóvenes y más (publicada por el Centro Reina Sofía de
Análisis sobre Adolescentes y Jóvenes con el objetivo de analizar cuestiones relacionadas con la
adolescencia y la juventud) y Papers de Joventut (dirigida a responsables y técnicos del ámbito
juvenil, y a jóvenes en general). Pese al indudable interés del contenido de las revistas, no hay
ninguna que cumpla el requisito de evaluación a ciegas por pares y ninguna se centra exclusivamente
en la difusión de resultados de investigaciones, aunque la primera (la REJ) esté indexada en los
sistemas de indexacion españoles, como In-RECS, RCSH o CARHUS 2010.
Por otro lado, hasta hace poco, la formación en esta temática en el ámbito universitario era
prácticamente inexistente. Actualmente se están impartiendo algunos cursos de posgrado específicos
en juventud (como el Máster en Políticas de Juventud de la Universidad de Valencia), sin embargo
solo hay dos titulaciones oficiales de Máster específicas en este ámbito; el Máster Interuniversitario
Juventud y Sociedad en el que participan seis universidades públicas catalanas y que inició su
primera edición en el curso 2008-2009 y el Máster Universitario en Juventud y Sociedad de la
Universidad de Santiago de Compostela que se inició en el curso 2010/2011. Al mismo tiempo, el
2
número de tesis doctorales demuestra que existe un interés latente aunque muy mejorable si
tenemos en cuenta la situación en otros países o sectores. Es evidente que la inversión en programas
oficiales de Máster específicos en juventud, puerta de acceso a programas de doctorado, y en
consecuencia la realización de tesis doctorales y el desarrollo de la investigación, ha de ser
imprescindible para el impulso de la investigación y la mejora del conocimiento de la juventud, el
diseño de políticas y la intervención en juventud.
Otro indicador del estado de la investigación en juventud son las publicaciones y estudios
publicados desde institutos u observatorios. Como ejemplos las acciones que en esta dirección están
desarrollando el Observatorio de la Juventud de España del INJUVE y el Observatori Català de la
Joventut de la Generalitat de Cataluña. Ambas instituciones han impulsado la edición de
publicaciones periódicas y estudios sobre diversidad de temáticas vinculadas a la juventud, sobre
todo durante la pasada década, pero en los últimos años han sido víctimas de importantes recortes
presupuestarios, lo que ha afectado tanto al número de investigaciones encargadas como al de
publicaciones editadas.
2
Consultada la base de datos de tesis doctorales del Ministerio de Ciencia e Innovación (TESEO) se detectan
436 tesis con el término “Juventud” entre los años 1980 hasta la actualidad. La misma búsqueda con el término
“infancia” proporciona 1013 títulos, más del doble de resultados en juventud.
351
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Globalmente y sin menospreciar el esfuerzo y la labor realizada por parte de las personas e
instituciones interesadas y vinculadas a esta temática (París et al., 2006) hay que admitir que queda
mucho camino por recorrer y que seguramente la política realizada en este sector no ha dado
suficientes frutos. En cambio, y como elemento positivo a considerar, cabe citar la creciente
participación de investigadores en juventud (tanto sénior como junios) en proyectos de investigación,
revistas y redes internacionales, en especial europeas y latinoamericanas. En cuanto a los programas
de investigación, merecen ser destacados la participación de académicos españoles en varios
proyectos europeos del 5, 6 y 7 programa marco (como YO-YO, CITIZENS, TRESEGY,
EUMARGINS, YOUGANG, etc). En cuanto a las revistas, encontramos una docena de artículos
publicados por investigadores españoles en las principales revistas europeas (Journal of Youth
Studies y Young) y latinoamericanas (Última Década y Revista Lationamericana de Ciencias Sociales,
Niñez y Juventud). Con relació a las redes, cabe citar la participación de investigadores españoles en
el Research Comtee 34 “Sociology of Youth” de la ISA (5 miembros en la actualidad) y en el Grupo de
Trabajo de CLACSO Juventudes e Infancias (4 miembros).
5. Conclusiones
Las políticas de juventud en España han incidido poco en los aspectos nucleares de las
condiciones de vida de los jóvenes. En el mejor de los casos, se ha intentado coordinar –sin
demasiado éxito- distintas políticas sectoriales aunque la complejidad del trabajo transversal ha
limitado enormemente las posibilidades de construir una auténtica política de juventud. Todo esto con
unos recursos muy limitados y con la dedicación de un personal con un reconocimiento no siempre en
concordancia con el nivel de exigencia y responsabilidad otorgados.
La situación actual de austeridad y recortes ha agraviado esta situación y está llevando al límite
los programas y servicios de juventud obligando a abordar la complejidad actual desde una posición
cercana al Triángulo de las Bermudas. La falta de recursos en todos los sentidos pone en cuestión la
solidez de las estructuras y servicios de juventud creados en las épocas de bonanza económica. Este
panorama puede ser una invitación a la revisión y reformulación de las actuales políticas de juventud
periféricas y subsidiarias de las políticas sociales, culturales y educativas.
Ante el escenario presentado nos queda resistir, confiar en la competencia de los profesionales
de juventud, en la capacidad de los jóvenes y las organizaciones juveniles para reinventarse y confiar
también en la ardua tarea de desvelar la realidad oculta tras las desmesuradas políticas de
austeridad. Ahora más que nunca es importante invertir en investigación en este ámbito a fin de
proporcionar datos y evidencias sobre los efectos devastadores de unas políticas que no demuestran
creer en los jóvenes.
6. Referencias bibliográficas
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353
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
En esta historia de vida, se analiza la experiencia vital de una chica objeto de bullying, en su
etapa escolar, cuyo maltrato recibido derivó en conductas agresivas hacia sus padres, quienes la
habían sobreprotegido a lo largo de toda su vida e igualmente habían infravalorado sus posibilidades
de desarrollo personal y social. Cuando la menor acudió a intervención terapéutica presentaba
síntomas clarividentes del maltrato del que había sido objeto a lo largo de su vida, ya que el mismo no
se dio sólo durante su infancia sino que también lo sufrió en su época de adolescente. El proceso de
construcción de su identidad no se produjo de manera “naturalizada”, en tanto en cuanto amén del
maltrato recibido por sus iguales, en casa se sentía infravalorada por el padre y la madre, quienes
continuamente realizaban comparaciones entre ella y sus hermanos, siendo claramente perjudicada
en dichas comparaciones.
2. Objetivos
El objetivo general de esta investigación no es otro que: indagar sobre cómo los menores ejercen
violencia en diferentes ámbitos, qué les lleva a utilizar la violencia en el ámbito familiar, qué recursos
tienen los padres para afrontar esta situación.
Como objetivos específicos tenemos:
Detectar y analizar los antecedentes violentos que han existido en la vida de la menor.
Establecer la conexión que existe entre estilo educativo familiar y uso de la violencia por
parte de la menor.
Analizar la influencia que los esquemas y estereotipos sociales ejercen sobre el uso de la
violencia por parte de la menor y determinar la influencia que posee sobre ésta, la
legitimación social existente en el uso de dicha violencia.
Evaluar en qué medida la terapia familiar mitiga el uso de la violencia por parte de la menor.
354
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Resultados
En relación con el primer objetivo y con la dimensión y variables reseñadas, comentar que el
bullying, en la vida de esta chica, ha causado verdaderos estragos, ya que le ha impedido establecer
355
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
una relación entre iguales normalizada a lo largo de la misma. Le hacía sentirse inmensamente frágil
ante los demás, por ello no acababa de establecer relaciones sanas con sus compañeros.
Sintiéndose inmensamente culpable por no saber reaccionar ante lo que le estaba ocurriendo. Sentía
que estaba en el “ojo del huracán”, que todo el mundo se mofaba de ella, que nadie la comprendía y
que nadie la iba a poder sacar de esa situación. A su profesorado, a su padre, su padre, a su
hermano y a sus hermanas no los sentía con la capacidad para poder protegerla, con lo cual se
sentía desvalida, impotente. Pero extraordinariamente no les reprocha, en la actualidad, nada a
ninguno de ellos en ninguna de las entrevistas que conforman la terapia.
La capacidad de resiliencia de esta menor, actualmente adulta, se ha desarrollado poco a poco a
lo largo de su historia vital y en la medida que ha comprendido que su vida depende sólo y
exclusivamente de ella y de las decisiones que pueda tomar. Aun así, después de todas las
experiencias recogidas en esta historia de vida, cabe significar la gran fortaleza que la menor tiene
para ir sobreponiéndose y normalizar su día a día. Aunque estas fuerzas “flaquearon” en un momento
determinado cuando tomó la determinación de “acabar con todo”. Por aquel entonces se daban
muchos de los factores propicios para que la menor siguiera victimizándose, en tanto en cuanto el
padre y la madre la infravaloraban constantemente, se sentía “desplazada” en el colegio, le costaba
exponer sus sentimientos, nadie le ayudó a reconocer la situación de maltrato en el colegio y le
costaba bastante hacer nuevas amistades.
Con respecto al segundo objetivo, a la dimensión y a las variables descritas para él mismo,
significar que el modelo educativo que impera en el ámbito familiar, sobre todo con ella, es el de la
extrema protección y de esta manera sus padres intentan que su hija no continuara sufriendo todo lo
que había padecido, existiendo un apego desmedido y en alguna medida patológico. Como recogen
Laurent et. al (1997, citado en Pereira y Bertino, 2010, p.100), “este funcionamiento hiperprotector
suele presentarse en progenitores que, por diversas razones (insatisfacción personal, conyugal, niños
muy deseados -tardíos, adoptivos, etc.-, enfermos o frágiles, etc.) educan evitando cualquier
frustración, lo que en consecuencia bloquea en los hijos e hijas el desarrollo de aprendizaje por
inhibición, favoreciendo el autocentramiento y la falta de empatía”.
La relación entre estos padres y la protagonista de esta historia transige entre el vacío relacional,
ya que en muchas ocasiones la menor considera que su madre y su padre no se interesan por sus
necesidades, ni por sus inquietudes, ni por su vida en general y la escalada simétrica, cuando la
menor no aguanta más la presión a la que está sometida a nivel familiar y reacciona enfrentándose a
sus progenitores. Ésta es una de las raíces de la semilla patológica a nivel relacional, ya que necesita
independencia para sentirse capaz de desenvolverse en su vida y sin embargo los padres instan a la
misma a no emprender nuevos retos, por ese temor comentado. Ellos se siguen sintiendo culpables
por no haber ayudado más a su hija en aquellos momentos donde lo pasó tan mal. Siguen siendo
bastante exigentes en relación a las demandas que le hacen a la misma y no interiorizan del todo que
su hija es una persona adulta que tiene que desarrollar su vida de manera autónoma y siguen
realizando comparaciones entre la actitud de ésta y la de los demás hermanos.
La exigencia del padre y de la madre hacia ella fomenta la semilla patológica en la relación entre
estos y su hija, ya que ésta última intenta hacer las cosas bien y sentirse bien consigo misma, pero no
palpa el refuerzo a sus intentos de mejora por parte de sus padres, con lo cual entra en una semi-
indefensión adquirida, no existiendo tampoco un apego equilibrado de los éstos hacia la misma.
En relación a los límites familiares, conviene recordar que la menor se sentía en inferioridad con
respecto a sus hermanos desde pequeña y estos reprochaban continuamente sus conductas y sus
progenitores reforzaban estos reproches dándoles la razón, con lo cual se sentía en una posición de
desigualdad con respecto a ellos. La normativización del hogar también estaba condicionada por una
mayor exigencia hacia esta menor con respecto a sus hermanos (aún hoy sigue siendo relativamente
así). En la actualidad, todo ello se ha paliado de alguna forma al sentirse ella más independiente y al
encontrar un mayor equilibrio emocional en su día a día.
En relación al tercer objetivo, a las dimensiones y variables reseñadas, significar que la menor
posee un concepto claro de violencia, sabe que ha sido ejecutora de la misma a la par que víctima y
eso hace que sea muy sensible hacía este proceso. Se sentía desdichada por no ser capaz de parar
el proceso violento que en ocasiones llevaba hacia su padre y sobre todo hacia su madre, ni ser
capaz de defenderse ante su grupo de iguales. Los mitos que reforzaban su victimización están
relacionados con su sentimiento de debilidad con respecto a sus amigos y amigas. La externalización
de su conducta problemática ha posibilitado que la menor tenga una imagen de sí misma más realista
356
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
y menos destructiva, lo que le ha ayudado a controlar su ira y a reconocer y prevenir los momentos
de enfado.
Fueron las personas adultas que estaban a su alrededor quienes no supieron ejercer como
protectores, minimizando el proceso de violencia que sus iguales estaban ejerciendo hacia ella, lo
que llevó a esta chica a tener un estado de “indefensión” continuo, por un lado existía una negación
implícita por parte del colegio y por otro lado una minimización explícita por parte de sus padres,
como hemos podido comprobar en el análisis de datos. En este caso, el grupo de iguales legitimaba
tácitamente la violencia que ejercían hacia ella, actuando como reforzadores continuos ante la
situación de maltrato que día tras día padecía, con lo cual sus compañeros le daban a entender que
esta era la forma “normal” que la gente tenía de tratarla.
En su habitación tiene un espacio propicio para desconectar de situaciones estresantes ya que
allí tiene su ordenador personal, por el que accede a relacionarse con los demás a través de las
redes sociales, lo que en muchas ocasiones no es aprobado por sus padres, que ejercen una
sobreprotección que influye totalmente en cómo ella se ve a sí misma. Se trata pues de un “marco
relacional más de coexistencia bajo el mismo techo que de convivencia” (Morán, Iglesias, Vargas y
Rouco, 2012, p.97).
Es una chica introvertida, cuyos miedos versan sobre su capacidad para tener y “retener” a sus
amigos, ya que se había sentido “utilizada” en muchas ocasiones por sus iguales. Controlar las
situaciones de frustración le había conferido mayor estabilidad emocional, observándose ella de una
forma mucho más positiva y transfiriendo esta imagen tanto a amigos como a familiares. Las redes
sociales le han posibilitado desarrollarse socioafectivamente como nunca lo ha podido hacer en su
realidad, en ese espacio siempre se ha sentido segura de sí misma y ha minimizado el miedo al
rechazo que tan patentemente queda reflejado en su historia de vida. “Paradójicamente, a medida
que se incrementan y expanden las “redes sociales”, los adolescentes sienten más necesidad que
nunca de encontrar su propio anclaje, no solo en el entorno familiar sino también en los terminales
tecnológicos y en sus variadas opciones de comunicación” (Caride, Lorenzo y Rodríguez, 2012, p.30).
En torno al cuarto objetivo, a las dimensiones y variables descritas hay que comentar que el día
a día de esta chica es normalizado, no tiene tantos conflictos con sus progenitores como antaño, ha
aprendido a distinguir que a veces ella tiene que tomar decisiones pese a que los padres no estén de
acuerdo con ella. La madre aún se empeña en intentar hacer ver a todos que su hija necesita ayuda,
que sus otros hijos se valen más por si mismos que ella, que no es madura y que requiere su apoyo y
el de su padre constantemente, lo que posibilita que siga teniendo cierta dependencia emocional para
no defraudarlos. Desde hace unas fechas la protagonista de esta historia de vida ha aprendido a
externalizar las conductas de los refuerzos, o sea, a hacer las cosas “a su manera”,
independientemente de que sus padre y su madre califiquen sus acciones como positivas o
negativas.
Si existe en su vida alguna cuenta pendiente es sin duda el hecho de intentar construir y
posteriormente consolidar sus relaciones de amistad, en donde no se sienta juzgada, ni traicionada,
lo necesita entre otras cosas porque nunca ha sentido que sus iguales la comprendan del todo, nunca
se ha sentido verdaderamente parte de un grupo consolidado y eso, evidentemente, ha afectado al
desarrollo de su identidad personal. La socialización con sus iguales ha sido de eterna dependencia y
cuando algunos de estos amigos se ha separado de su lado es cuando peores momentos ha pasado.
Como ella misma nos confesó, las terapias le ayudaron a reconocerse a sí misma y le han
favorecido ver su día a día de otra forma conforme a lo venía haciendo, sin darle tanta importancia a
los juicios que los demás emitían hacia ella. Mostrándose inmensamente feliz cuando le dimos el “alta
terapéutica”, ya que desde pequeña la madre le había llevado a infinidad de psicólogos.
5. Conclusiones
“A la cicatrización de la herida real se añadirá la metamorfosis de la representación de la
herida. Pero lo que va a costarle mucho tiempo comprender al patito feo es el hecho de que
la cicatriz nunca sea segura. Es una brecha en el desarrollo de su personalidad, un punto
débil que siempre puede reabrirse con los golpes que la fortuna decida propinar. Esta grieta
obliga al patito feo a trabajar incesantemente en su interminable metamorfosis. Sólo entonces
podrá llevar una existencia de cisne, bella y sin embargo frágil, pues jamás podrá olvidar su
pasado de patito feo. No obstante, una vez convertido en cisne, podrá pensar en ese pasado
de un modo que le resulte soportable” (Cyrulnik, 2002, p.24)
357
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Cuando los padres, profesorado u otro tipo de referentes, no han actuado, como en este caso,
como protectores ante la situación, o no han sabido detectar, contener o mejorar los síntomas propios
de esta problemática, etc., esto ha llevado consigo que se perpetúe en muchos sentidos el trauma,
hasta momentos posteriores, incluso cuando esa menor ha alcanzado la mayoría de edad.
Coincidiendo con una de las conclusiones de Ramos (2008) los padres son los verdaderos
potenciadores de la autoestima social de los menores, objeto de bullying, disminuyendo la
victimización de éstos. Las “buenas relaciones” de la víctima de abuso escolar con el padre y la
madre incrementa la satisfacción con la vida, lo que hace disminuir el sentimiento de soledad.
Como hemos comprobado en esta historia de vida y en otros estudios a lo largo y ancho de
nuestra experiencia, hemos de decir que no existe un modelo educativo a nivel familiar más ecuánime
que otro, sino que depende de otras variables multidimensionales (hiperreactividad, apego, inhibición,
exigencia…), que determinan si un determinado estilo ejerce como protector o potenciador de
conductas violentas por parte de los menores.
Cuando los y las menores ejercen violencia tratan de buscar explicaciones a lo sucedido en el
contexto que rodea a la situación. Cuando éstas son insuficientes, la argumentación se orienta a
actitudes de tolerancia hacia dicho comportamiento: le restan importancia, minimizan sus acciones,
las justifican, las relativizan, etc. (Echeburúa, Fernández-Montalvo, Amor, 2002). Es evidente que los
menores adolescentes están influenciados en muchos sentidos por el contexto sociocultural en el que
se desenvuelven y que los mitos y prejuicios que existen sobre el proceso violento no les son
indiferentes. Existe una creencia generalizada en muchos de los menores con los que trabajamos,
que no es otra que pensar que quien es fuerte y tiene armas para defenderse y para atacar ante una
situación determinada, posee mayor poder y conforme a esto, establecen una serie de relaciones con
sus iguales.
6. Referencias bibliográficas
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358
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Esta comunicación tiene como objetivo presentar sectores emergentes de empleo para los
futuros educadores sociales si deciden emprender. Para ello se analizan los apartados que hay que
tener en cuenta para poner en marcha una empresa, y se recogen algunas de las experiencias
llevadas a cabo en torno a esta temática, a la vez que se proporcionan enlaces para los
emprendedores que necesiten asesoramiento. Para ello se parte de un estudio realizado por SECOT
(Asturias) con respecto al futuro del educador social en el marco de la creación de empresas.
359
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
supone mejorar lo que ya existe, cubrir una necesidad no satisfecha, ocupar un nicho de mercado, o
realizar las cosas de forma diferente (imitando o importando ideas ya existentes, innovando o
usando habilidades propias) (CEEI, 2013).
La creatividad ocupa un lugar importante en la creación de una empresa; como es sabido,
existen múltiples técnicas para estimular la creatividad como el brainstorming, brainwriting, las
conexiones morfológicas forzada, el arte de preguntar, las listas de atributos, los mapas mentales, el
método Delphi, etc (CEA y CEAT, sf).
La idea de negocio deberá concretarse al definir el producto en función de sus características,
del mercado al que va dirigido y de su diferenciación con productos similares de la competencia. El
producto debe contar con una ventaja competitiva, que represente un reto factible de superar, que
pueda contar con una diferenciación y no tenga demasiada competencia no sólo hoy en día sino
también en el futuro, y por último que trate sobre un tema que le resultante muy atractivo al
emprendedor (IMADE, 2008). Hay que tener presente que el producto supone algo más que unas
características físicas, un envase o una marca, también es importante la garantía, el servicio post-
venta, las condiciones de pago, las satisfacciones y los beneficios que aporta al cliente.
Para poder saber cuáles son las necesidades del cliente, es fundamental realizar un estudio de
mercado que permitirá la obtención de información para la toma de decisiones con objeto de
minimizar riesgos en la decisión; con ello se fijan objetivos realistas en las ventas y se determinan las
herramientas de marketing a utilizar para conseguir tales objetivos (SECOT, 2013). Entre las fuentes
de información se encuentran las encuestas (personal, telefónica, internet), las reuniones de grupo,
las entrevistas en profundidad; además del estudio de fuentes de datos ya existentes en internet,
estadísticas oficiales o en estudios de instituciones. El detectar las nuevas áreas de mercado (o
nuevos yacimientos de empleo) supone encontrar espacios de ocupación que aparecen para hacer
frente a nuevas necesidades detectadas y que tienen un desarrollo potencial (CEEI, 2013).
Ronda (2012), señala que tradicionalmente el trabajo de los educadores sociales en Europa,
supuso la presencia de este profesional en muchos servicios con usuarios de todas las edades y con
problemas de índole muy diversa; en la actualidad entre las nuevas áreas de mercado para la
educación social, se encuentran: la inserción y reinserción social, la acción socio-cultural, la acción
socio-educativa y la acción socio-laboral, a través de: formación y recursos humanos, educación para
la salud, organización de eventos, departamentos de acción social, orientación y formación
intercultural, programas de multiculturalidad, desarrollo integral de territorio, prevención de la
exclusión social, asociaciones de usuarios y consumidores, ludotecas, empresas de ocio y tiempo
libre, cooperación para el desarrollo, residencias y pisos tutelados, centros de rehabilitación, gestión
de formación ocupacional, e-learning, orientación e inserción laboral, actividades de ocio para la
tercera edad (incluyendo residencias con actividades de entretenimiento). Servicios de asistencia
integral a mayores. Empresas de inserción. Centros especiales de empleo. Sociedades laborales.
Asociaciones y Fundaciones. Cooperativas. Producciones multimedia y páginas web. Animación
sociocultural en espacios públicos y recintos comerciales. Educación y sensibilización
medioambiental. Ayuda física y psicológica a discapacitados (CEA y CEAT, sf).
Algunos casos de éxito de emprendedores sociales se ejemplifican con tres experiencias :
- Jean Claude Rodríguez-Ferrera, en base a la idea de crear Comunidades Autofinanciadas
(CAF) o grupos de entre seis y treinta personas que se unen para convertirse, al mismo tiempo,
en prestatarios y solicitantes de créditos.
- Cristóbal Colón, en base a la idea de crear una empresa cuyo objetivo es la integración socio-
laboral de personas con discapacidad psíquica y/o enfermedad mental. En la actualidad, La
Fageda factura 10,7 millones de euros y emplea a cerca de 300 personas.
- José María Pérez, Peridis, en base a la idea de crear Escuelas Taller para la recuperación del
patrimonio histórico. Forman y emplean a un gran número de jóvenes.
En todo caso si la iniciativa que se ha emprendido no tiene éxito, hay que tener en cuenta que
el fracaso empresarial es el primer paso hacia el éxito y que la actitud es fundamental para aprender
de los propios errores, y aunque nunca se puede garantizar el éxito de ninguna iniciativa empresarial,
se sabe que la mayor parte de las personas que han fracaso y se embarcan en otra experiencia,
triunfan. (CEA y CEAT sf). Por ello es importante aceptar y desdramatizar el fracaso lo antes posible,
reflexionar sobre los propios errores, no abandonar el objetivo sino intentarlo por otros medios y
asumir la responsabilidad.
360
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. El Plan de Empresa
Para crear una empresa se necesita realizar un plan de empresa o documento que identifica,
describe y analiza una oportunidad de negocio, examina la viabilidad técnica, económica y financiera
de la misma, y desarrolla todos los procedimientos y estrategias necesarias para convertir la citada
oportunidad de negocio en un proyecto empresarial concreto (Ministerio Industria, Energía y Turismo,
2013). El plan de empresa es una herramienta que permite determinar la viabilidad de un proyecto de
esta índole. Es una guía para la planificación empresarial y un instrumento para la búsqueda de
financiación que facilita el desarrollo de nuevas estrategias y actividades, a la vez que se convierte en
una carta de presentación ante terceros (CEEI, 2013).
La estructura modelo de un plan de empresa debe incluir los siguientes apartados:
1. Datos básicos del proyecto
2. Promotores del proyecto
3. Descripción de los productos / servicios
4. Plan de producción
5. Análisis del mercado
6. Plan de marketing
7. Organización y personal
8. Plan de inversiones
9. Previsión de cuenta de resultados
10. Financiación prevista
11. Valoración del riesgo
Sin ánimo de ser exhaustivos, se citan a continuación, algunos de estos apartados (CEEI, 2013;
Ministerio Industria, Energía y Turismo, 2013 y SECOT, 2013).
Entre los Datos básicos del proyecto se incluirían los siguientes: nombre de identificación del
proyecto, la ubicación, la fecha de inicio, el tipo de sociedad, una explicación breve de la actividad a
desarrollar, el número de trabajadores previstos, la estimación de la inversión necesaria y su
financiación.
En la Descripción de los productos/ servicios se incluirá la identificación de los mismos y/o la
descripción de sus características técnicas, los elementos innovadores que incorporan y los
caracteres diferenciales respecto a los de la competencia.
En cuanto al Análisis de mercado, se deben considerar los aspectos generales del sector, los
clientes potenciales, el análisis de la competencia y las barreras de entrada.
Por lo que respecta al Plan de marketing debe analizarse la estrategia de precios, la política de
ventas, la promoción y publicidad, los canales de distribución, el servicio post-venta y garantía.
Todo emprendedor debe saber que para crear una empresa es fundamental definir una
estrategia que transmita sus elementos diferenciales y permita que sus miembros tengan un futuro
posible compartido, al tiempo que explique al resto de la sociedad lo que pretende hacer. Las
estrategias nos permiten alcanzar los objetivos propuestos como: definir el fin de la empresa, el área
a la que se dirige, los servicios o necesidades que cubre, los valores que promueve, la diferenciación
con otras empresas, los principales productos o servicios que ofrece, definir sus valores, actitudes y
claves, la imagen de la empresa, de los clientes, los trabajadores y la sociedad (SECOT, 2013).
Partiendo de lo anterior algunos consejos clave para crear una empresa son: elaborar un
proyecto empresarial propio, aprender de otros emprendedores, tener confianza en uno mismo, estar
dispuesto a cambiar las prioridades, aprender de los errores, no rendirse nunca y saber que la
empresa no es de una persona, sino de sus socios (CEA y CEAT s.f.).
Igualmente es conveniente tener en cuenta algunos de los errores más frecuentes que se
cometen como comenzar con exceso de optimismo, no tener claro quién es el usuario y lo que va a
comprar, confiar en que “llegarán” los usuarios, no valorar la necesidad de diferenciación, basarse en
algo “que se vende bien”, no planificar, pensar sólo en las necesidades de inversión, dar por segura la
financiación externa, confundir la administración con el “papeleo” y no estar preparados para el éxito
(SECOT, 2013).
De lo anterior se desprende que una de las claves a la hora de emprender es la diferenciación, el
elemento que confiere esta cualidad de diferenciación debe ser poseído por una sola empresa (o muy
pocas), ser conocido y valorado por los clientes y ser sostenible a largo plazo (asignando recursos
suficientes y analizando reacciones de competidores).
361
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Entre los ejemplos más o menos conocidos para ilustrar casos de éxito en base a la
diferenciación se encuentran: Pilas Duracell, diferenciadas por su duración; IKEA, diferenciada por su
calidad a bajo coste, o Turrón 1880, diferenciado por su comunicación recogido en el siguiente lema
“el turrón más caro del mundo”. Según informes de las Cámaras de Comercio a partir de datos del
INE del año 2006, antes de la irrupción de la crisis económica en España (2007) más del 50% de las
empresas españolas desaparecía antes de cumplir el cuarto año de actividad. Algunas de las causas
internas del fracaso en las empresas que se han analizado son: ausencia de cultura empresarial, falta
de análisis estratégico, mala administración, incompetencia personal y carencia de división funcional.
Y como contrapartida, algunos de los factores que han llevado al éxito a las empresas son:
innovación en productos en forma de venta y en modelo de gestión, solidez financiera disponiendo de
varias líneas de productos, proyectos a largo plazo, poseer un mercado definido y un buen
conocimiento del nicho de negocio (SECOT, 2013).
SOCIOS RESPONSABILIDA
TIPO ABREVIATURA CAPITAL
mínimo D
mínimo
COMUNIDAD DE
C.B. 2 No hay Ilimitada
BIENES
SOCIEDAD
S.L. 1 3.006€ Limitada al capital
LIMITADA
SOCIEDAD
S.A. 1 60.101€ Limitada al capital
ANÓNIMA
(Secot, 2013)
362
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
363
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Algunos tipos son: subvenciones financieras, préstamos a bajo interés y bonificaciones de cuotas a
la S. Social. La mayoría solo se pueden pedir con la actividad en funcionamiento. Conviene recordar
que las ayudas y las subvenciones son solo ayudas, que suelen tardar en hacerse efectivas, y que
no deben constituir la fuente principal de financiación de la empresa (SECOT, 2013).
8. Conclusiones
Es frecuente observar como la labor del educador social se ha mantenido alejada del sector
empresarial, no obstante en la actualidad los futuros graduados han de tener presente, que el
emprendimiento supone una salida profesional nada desdeñable. De todos es sabido que aunque los
estudios universitarios de educación social poseen una corta trayectoria, el ejercicio de la profesión
demanda una actualización constante. Es deseable que en el futuro vean mermado su protagonismo
fórmulas de empleo temporales, mal remuneradas y poco reconocidas, basadas únicamente en la
pertenencia a asociaciones u ONGs.
En estas líneas se ha apostado porque este experto, como tantos otros, se convierta en un
emprendedor, estudioso de los distintos sectores emergentes por los que va transitando su quehacer
laboral y que demandan a su vez, una formación especializada.Habrá que vencer no obstante ciertas
resistencias muy enraizadas entre los educadores, derivadas del rechazo hacia la “idea de negocio”,
tan habitual en otros ámbitos y no incompatible con la educación social (así los emprendedores
sociales desarrollan sus negocios en torno a la solución de problemas sociales, no descartándose por
tanto, ni el beneficio ni el valor para los usuarios).
364
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Todo ello supone el trazado de una hoja de ruta que le ha de brindar a este profesional nuevas
oportunidades, en su deseo de llegar a buen puerto.
9. Referencias bibliográficas
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http://www.adigital.org
CEA (Confederación Empresarial andaluza) y CEAT (Federación Andaluza Autónomos) (s.f.). Guía
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SECOT (2013). Documentación Biblioteca Asesoramiento Empresarial. Extraído de
http://www.secot.org
365
LÍNEA TEMÁTICA 3
1. Introducción.
La explosión demográfica se perfila como uno de los hechos más destacados que afectan a
nuestra sociedad. España, al igual que en la mayoría de los países desarrollados el envejecimiento
de la población es un fenómeno en aumento, consecuencia del descenso de la natalidad, la
prolongación de la esperanza de vida y que en los próximos años puede verse acrecentada tras las
actuales migraciones de la población económicamente activa que se está produciendo con la crisis
económica. Según las proyecciones demográficas realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas
(2012) de mantenerse las tendencias demográficas actuales, el mayor crecimiento de la población en
los años venideros seguiría concentrándose en las edades más avanzadas. Concretamente, en 2052
el grupo de edad de mayores de 64 años se incrementaría en 7,2 millones de personas (un 89%) y
pasaría a constituir el 37% de la población total. Por el contrario, España perdería 9,9 millones de
personas de edades comprendidas entre 16 a 64 años (un 32%) y casi dos millones en el grupo de
población de 0 a 15 años (un 26%). Esta transición demográfica o inversión de nuestra pirámide
poblacional ha suscitado un mayor interés por investigar y conocer la situación en la que se encuentra
éste grupo de la población para poder dar respuestas ajustadas a sus necesidades. Por otro lado, el
desarrollo sin precedentes que ha experimentado las Tecnologías, da lugar a la sociedad de la
información y posteriormente del conocimiento. Si retrocedemos años atrás, era inimaginable que
tendríamos la posibilidad de disponer de tal cantidad de información sobre cualquier temática y de
cualquier lugar del mundo de forma instantánea. Aunque, esta sobreabundancia y a veces
descontextualización de la información de la que disponemos en éste mundo hiperconectado conlleva
a veces a producir angustia en el usuario, sintiéndose incapaz de discernir la información que
necesita y que a veces más que informar desinforma. Ello exige que los usuarios de la red tengan
adquirido ciertas competencias que les permita desarrollar un aprendizaje autónomo y para lo que es
requisito saber localizar, seleccionar o discriminar la información verdaderamente fiable y útil en
relación a sus necesidades, organizar, interpretar, asimilar y transformar esa información en
conocimiento que posteriormente compartirá mediante su interacción con otros usuarios. Una
sociedad caracterizada por los rápidos y continuos cambios y que requiere ciudadanos en
permanente actualización que les permita adaptarse y evitar ser excluidos. La posibilidad de usar las
aplicaciones y servicios web 2.0, ha influido de forma positiva en los diferentes ámbitos de nuestra
vida, tanto en la forma en la que nos comunicamos, relacionamos, ocupamos nuestro tiempo libre,
nos formamos e incluso trabajamos o buscamos empleo. Toda una serie de oportunidades que se
traducen en una mejora de la calidad de vida. Sin embargo, es más que evidente que sigue
existiendo grandes diferencias con respecto al uso y provecho de las mismas entre las diferentes
generaciones. Por ello, la necesidad de acercar al adulto mayor a las ventajas que estas
herramientas ofrecen o de lo contrario, se seguiría fomentando la brecha digital existente en ciertos
colectivos de nuestra sociedad, entre ellos, nuestros adultos mayores, donde la tecnología más que
ser un medio favorecedor de igualdad e integración, se ha convertido en un elemento más de
exclusión y segregación sócio-cultural a los ya inherentes a este grupo de la población, ya que no
todos tienen las mismas posibilidades desde un punto de vista económico para disponer de éstas
infraestructuras tecnológicas (aunque existan centros públicos que proporcionan los medios
necesarios, algunos tienen dificultades para desplazarse). Según el Observatorio nacional de
telecomunicaciones y de la SI, el 91,5 % de los mayores de 45 años se conectan desde casa. La falta
de capacidades y habilidades digitales, el diseño de algunas herramientas, el idioma puesto que la
lengua predominante en la red es el inglés, las propias percepciones negativas de sí mismo,
desconfianza, desmotivación, metodologias de formación inadecuadas, etc..., suelen ser otras de las
brechas exitentes y que, más que facilitar su participación en los distintos ámbitos de nuestra
sociedad, lo dificulta.
369
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. La Web 2.0.
En líneas generales podemos decir que, el término Web 2.0 es usado para designar los nuevos
servicios y aplicaciones en la web en los que prevalece la colaboración, la interactividad y la
posibilidad de generar y compartir contenidos entre los internautas. Según el propio O’Reilly, impulsor
del término, los principios constitutivos de la Web 2.0 son siete: la web como plataforma de trabajo, el
aprovechamiento de la inteligencia colectiva, el fin de ciclo de las actualizaciones de versiones del
software, la gestión de los datos como competencia básica, los modelos de programación ligera y la
búsqueda de la simplicidad, el software no limitado a un solo dispositivo, y las experiencias
enriquecedoras para los usuarios. La Web Social se caracteriza por ser mucho más interactiva y
dinámica que la anterior Web 1.0, donde la información deja de ser transmitida y consumida y se
convierte en una plataforma abierta en la que cualquier usuario puede ser creador de contenido,
enviar y compartir información. Como bien nos apunta Hinchcliffe, D. (2006) se trata de «la inversion
del control de información, procesos y software hacia los usuarios de la Web» (párr.2) en la que el
ususario deja de ser un mero lector para convertirse en un lector-escritor. Se podría describir como
una serie de tecnologías que permite la creación social del conocimiento y para lo que se requiere un
cambio de actitud en cuanto al uso de las mismas. Suponen excelentes medios a través de los cuales
se genera, comparte, se adquiere, se complementa o incluso se reestructura nuestro conocimiento
favoreciendo a su vez la interacción social, y todo, de forma cómoda y fácil de manejar ya que no se
requiere grandes conocimientos informáticos. De acuerdo con Ferguson, R. (2011) las tecnologías de
la web 2.0 amplían las posibilidades de aprendizaje a través de Internet, permitiendo no sólo localizar
y acceder a volúmenes ingentes de información, sino también participar de forma activa en las
interacciones que se producen con este material y con su entorno. Las aplicaciones web 2.0
proporcionan un cambio en los tradicionales modelos de aprendizaje, adquiriendo el usuario un mayor
protagonismo gestionando su propio conocimiento, mediante métodos de aprendizaje activo y redes
sociales de colaboración. «Las tecnologías Web 2.0 son recursos muy valiosos [….] en los procesos
de aprendizaje social, alejándose de estrategias metodológicas de enseñanza transmisivas y
propiciando la reformulación de metodologías socioconstructivistas e investigadoras de carácter
Social» (Domínguez, G. y Llorente, M.C., 2009, p.111). En éste sentido autores como Johnson (1992)
y Lundvall (2002), quien añade a las tres taxonomías de aprendizaje de Johnson una cuarta,
encuadra el modelo de “Aprendizaje 2.0” (citado por Cobo y Pardo, 2007, p.102):
- Aprender haciendo, siendo muy útiles para este tipo de aprendizaje las herramientas que
incentivan la lectura y la escritura en la Web como googledocs, slideshare, etc.
-Aprender interactuando [learning-by-interacting]: Una de las principales cualidades de las
plataformas de gestión de contenidos es que ofrecen la posibilidad de intercambiar ideas con el resto
de los usuarios de Internet. Bajo este enfoque, el énfasis del aprender interactuando está puesto en la
instancia comunicacional entre pares. Algunos ejemplos de interacción son: agregar un post en un
blog o wiki, hablar por VoIP, enviar un voice mail y actividades tan coloquiales como usar el chat o el
correo electrónico.
-Aprender buscando [learning-by-searching]: el punto de partida a la escritura de un trabajo o
ejercicio, es la búsqueda de fuentes que ofrezcan información sobre el tema que se abordará. Ese
proceso de investigación, selección y adaptación termina ampliando y enriqueciendo el conocimiento
de quien lo realiza.
-Aprender compartiendo [learning-by-sharing]: El proceso de intercambio de conocimientos y
experiencias permite participar activamente de un aprendizaje colaborativo. Tener acceso a la
información, no significa adquirir conocimiento, por esto, la creación de instancias que promuevan
compartir objetos de aprendizaje contribuyen a enriquecer significativamente el proceso educativo.
Internet cuenta con una gran cantidad de recursos para compartir los contenidos que han producido
como; plataformas para intercambio de diapositivas en línea, podcasts, wikis o videos.
Dichas herramientas «generan un contexto idóneo para el desarrollo de competencias tales
como el pensamiento crítico, la autonomía, la iniciativa, el trabajo colaborativo y/o la responsabilidad
individual» (Esteve, F., 2009, p.61). Si nos centramos en el colectivo de los adultos mayores, dichas
tecnologías puede contribuir a aumentar y facilitar su comunicación, a su integración social mediante
sus interacciones con otros usuarios compartiendo conocimientos y experiencias sobre diferentes
temas, acciones, sucesos de interés, ayudando a que permanezcan activos y, por ende, mejorando
su autoestima y calidad de vida. En palabras de Jiménez, J. A. (2011) la importancia del
“envejecimiento activo” en la actualidad radica en dos aspectos fundamentales: a) Como proceso que
mejora el bienestar de los individuos y ayuda a la prevención de enfermedades; b) como proceso que
370
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Fuente: (http://cmapspublic2.ihmc.us/rid=1JFLF6XW0-247S7MJ-1HQ8/web_20.cmap).
371
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
White en 2011, no todos los jóvenes son nativos puesto que algunos no poseen las competencias
necesarias expuestas por Prensky o al contrario, existen adultos mayores “inmigrantes digitales” que
manejan las tenologías como un nativo. Por ello, consideramos más pertinente utilizar los términos
desarrollados por David White (2011) sobre ser “visitantes o residentes digitales”, donde los usuarios
se enganchan a la red dependiendo del contexto y las motivaciones, no tanto en función de la edad o
las experiencias anteriores. Los estudios realizados nos constata que el uso de las nuevas
tecnologías no es cuestión de edad, sino de actitud, atrevimiento, constancia, de querer ir en
consonancia con los cambios que se producen en nuestra sociedad, el desear aprender a lo largo de
toda la vida. En éste sentido, y en el caso de los adultos mayores se percibe cierta diferencia en
cuanto a su actitud a la hora de enfrentarse a las TIC cuando con anterioridad las han utilizado en su
trabajo o si en su contexto familiar o social se utiliza de forma habitual. Seguido de la edad, el nivel de
estudios (ver Gráfica nº 2) y la situación laboral (ver Gráfica nº 3), son otras de las variables más
influyentes en cuanto al uso. En el caso de España, sigue existiendo una brecha entre género a la
hora de utilizar Internet, encontrándose los valores más altos en edades avanzadas, con 9,6 puntos
en el tramo de edad de 55 a 64 años y 9,3 puntos en el tramo de 65 a 74 años (INE, 2013).
Entre las principales causas que frena a que los adultos mayores no hagan un mayor uso del
mayor logro alcanzado con la evolución de Internet “las Redes Sociales”, es su falta de conocimiento,
seguido de su falta de interés o miedo por la seguridad. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el
deficiente nivel de accesibilidad, lo poco intuitivas que llegan a ser a veces y los continuos cambios
que realizan, lo que dificultan la adaptación de los mayores. Por otro lado, se percibe que entre ese
escaso porcentaje que si manifiestan utilizar Internet, lo hacen de forma superficial y puntual, es decir,
que «aún no han descubierto todas sus posibilidades a nivel de comunicación e información, o
simplemente una vez conocidas, no es objeto de su interés» (Agudo, Pascual y Fombona, 2012, p.
201). En su gran mayoría, sus escasos conocimientos han sido adquiridos de forma autodidacta o
con la ayuda de sus familiares y amigos más allegados, existiendo en ellos muchas lagunas aún por
cubrir. Si no le damos a conocer todas las posibilidades que les ofrecen las herramientas y cómo
manejarlas, difícilmente darán el paso para conocerlas y utilizarlas por sí mismos o incluso a
abandonarlas en el caso de aquellos que si han dado el paso ya que muchos de ellos lo perciben
como algo complejo y difícil de manejar. Como bien declara Martín, Muñoz, Del Dujo y Cruz (2011)
«La sensación de miedo, pánico en algunos casos, [….] cuando entrábamos por primera vez en
Internet es consecuencia de la carencia de significados que en ese momento tenía para nosotros la
Red» (p. 19). Como podemos apreciar en la Gráfica nº 4, tras los resultados de una investigación
realizada por Hernández, P y Pastor, J.M. (2011) existen diferencias bastantes significativas entre
grupos de edad sobre sus conocimientos en nuevas tecnologías, quedando patente que los
372
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
estudiantes mayores de 50 años lo que más conocen es el uso del correo electrónico. Por el
contrario, el grupo de menos de 20 años su mayor conocimiento se centra en redes sociales a
diferencia de los alumnos a partir de 40 años, que comienza a percibirse una disminución de sus
conocimientos con respecto a las mismas, alcanzando solo una puntuación de 1.
Los datos reflejados en la gráfica nos lleva a considerar la necesidad de aumentar programas
formativos o ampliar los que actualmente se ofrecen desde las distintas universidades de mayores u
otras instituciones orientados al acercamiento y uso de blog, wiki, redes sociales, sindicación de
contenidos y otras tantas herramientas que contribuyen al fomento de la participación social de
nuestros adultos mayores, ampliar sus conocimientos, mejorar capacidades cognitivas como la
memoria, eliminar los prejuicios sociales persistentes, ayuda a su bienestar psicológico, a ser más
autónomos mediante los servicios online disponible y por lo tanto seguir sintiéndose útil. Además,
según estudios realizados, ayuda a eliminar o aminorar la ansiedad, la soledad e inactividad que
invade a la gran mayoría, así como las percepciones negativas inherentes en ellos con respecto a sus
capacidades, para lo que Del Prete, A., Gisbert, M. y Camacho, M. M. (2013) considera como primera
tarea de la formación, desarrollar actividades que conduzcan al aumento de su autoestima. Según
Agudo, S. y Pascual, M.C. (2008) los mayores se animan a asistir a cursos de formación relacionado
con las TIC cuando existe una importante difusión y un diseño detallado del proceso de enseñanza –
aprendizaje. Además, se debe impartir una formación personalizada en función del perfil del usuario,
por ello, hay que tener en cuenta que los métodos pedagógicos más aprobados por ellos son los que
comporta una alta participación y que como cualquier ciudadano, y principalmente, el adulto mayor
para poder formar parte de la web 2.0, debe haber adquirido previamente una alfabetización digital
básica en; conocimiento de los sistemas informáticos (hardware, software), uso del sistema operativo
(archivos, carpetas, programas, antivirus, etc.), búsqueda y selección de información a través de
Internet, comunicación, procesamiento de textos y tratamiento de la imagen, de lo contrario, sería
muy difícil desarrollar un proceso formativo en relación a la Web Social con éste colectivo. Una vez
adquirido estos conocimientos básicos, el segundo paso sería tener disposición para lo que supone
ser usuario. No se es usuario 2.0 por la cantidad de herramientas que se usa, sino por el buen uso
que se hace de ellas, pudiendo contribuir, publicar, compartir y colaborar, y evitar ser un simple
espectador pasivo. Según el análisis realizado por Giaroli Brandao, I. D., González, S. y Martín
Rodríguez, L. C. (2012), la mayoría admiten no aportar opiniones personales a través de la red sobre
los diferentes contenidos y que la negativa a participar está aumentando con los años. En cuanto a la
disponibilidad de páginas web o blog, el colectivo muestra un desinterés aún mayor no llegando en
ninguno de los casos al 20% de usuarios. Con respecto al aporte de contenidos, nuevamente la
mayoría de los usuarios no aportan contenidos a la red, y del 20% de los usuarios que sí aportan,
está basado en contenidos de texto y fotografías, vinculado al uso cada vez mayor de redes sociales.
Una actitud que no corresponde con la filosofía de la web 2.0, pero que no se da exclusivamente
entre los mayores, sino que los denominados lurker, es decir, los que adoptan una actitud de
espectador en la red o para intercambiar mensajes privados o chatear sin realizar ningún tipo de
373
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
aportación, también se da entre las generaciones más jóvenes, quienes recogen los mayores índices
de uso.
Las diferencias existentes entre generaciones no es sólo una cuestión de edad, sino que también
existen discrepancias en relación a los servicios utilizados. Las principales actividades realizadas por
el colectivo se centra en el correo electrónico o Messenger para mantener la comunicación con sus
más allegados eludiendo problemas de distanciamientos geográficos, la búsqueda de información a
través de los buscadores y más recientemente las Redes Sociales. Según los datos arrojados por
ONTSI (2011), Facebook se convierte en la red social líder independientemente de las franjas de
edad, mientras que redes como Tuenti o Youtube es utilizada por los grupos de menor edad. Otra de
las diferencias es el objetivo con el que son utilizadas (ver Gráfica nº 5). En lo que respecta a los
adultos mayores de más de 45 años, su objetivo es tener la posibilidad de formar parte de grupos con
intereses similares (7,5%), muy diferentes a los más jóvenes entre 19-25 años, cuya finalidad es
conocer gente nueva (14,3%) y organizar y asistir a eventos o quedadas (12,5%) (ver Gráfica nº 6).
Gráfica nº 5. Uso de las Redes sociales por edad Gráfica nº 6. Objetivos de uso
En lo que respecta a la conectividad, igualmente, son los más jóvenes quienes las utilizan de
forma diaria y una duración de conexión mayor a los usuarios de mayor edad, existiendo de forma
general una mayor conexión a las redes sociales personales.
4. Conclusión.
Son escasas las investigaciones sobre la web 2.0 y los adultos mayores a día de hoy y las pocas
realizadas muestran que aún existe un elevado porcentaje de adultos mayores que no han
incorporado las Nuevas Tecnologías a sus vidas, por lo que se debe trabajar en la integración del
colectivo a las mismas, ya que existen en ellos una elevada desconfianza, miedo y falta de interés
como consecuencia de su falta de formación. Es importante facilitar su participación y para ello es
importante también la concienciación de sus diseñadores, de forma que les resulten accesible,
intuitiva, y fácil de utilizar, así como aumentar las ofertas formativas, adaptadas al perfil del adulto
mayor, a los diferentes niveles de conocimientos y la duración de las mismas que la mayor parte de
las veces resultan insuficientes. Su desconocimiento en la materia se ha convertido en un elemento
más de segregación social.
5. Referencias bibliográficas.
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375
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
La actual crisis económica y social ha evidenciado la escasa eficacia y la debilidad del Estado y
de las Instituciones correspondientes para satisfacer las necesidades de los ciudadanos y más
concretamente las de aquellas personas que se encuentran en situación de riesgo o exclusión social,
y que precisamente son las más afectadas y perjudicadas por estas circunstancias.
Con el fin de dar una respuesta cívica y solidaria sostenible es necesario que la sociedad se
organice y encuentre otros canales alternativos de respuesta. Entre las diversas opciones de
respuesta social el voluntariado ha demostrado y sigue haciéndolo su eficacia. Pérez Zaragoza (2002,
p. 81) señala que: “la construcción de un estado equitativo pasa por dar protagonismo a la solidaridad
comunitaria” y en esta misma línea la Plataforma del Voluntariado de España (2011) establece que,
“potenciar el voluntariado supone crear una cohesión social que en una época de crisis como la
actual ayuda a la paz social”.
Algunos de los argumentos que plantea esta Plataforma para defender el voluntariado como
instrumento para paliar algunos efectos de la crisis socioeconómica son los siguientes: En primer
lugar, defiende que las organizaciones del voluntariado son las que en buena medida están evitando
que la crisis económica actual, derive en una crisis social más profunda. En segundo lugar,
argumenta que muchos de los programas desarrollados por las ONG son los que permiten a millones
de personas satisfacer sus necesidades básicas. En tercer lugar, que el voluntariado es capaz de
promocionar el empleo puesto que para gestionar y organizar toda la acción voluntaria son
necesarios profesionales que coordinen y gestionen todos aquellos programas, servicios, y proyectos
en los que participan estas personas voluntarias. Bas Peña (2002, p.23) complementa este
argumento, afirmando que la persona voluntaria no debe sustituir en ningún caso al profesional
remunerado sino que debe de existir una relación de complementariedad entre ellos. Finalmente, la
Plataforma del voluntariado argumenta que el movimiento social del voluntariado puede ayudar a
crear nuevos puestos de trabajo, especialmente con aquel voluntariado desarrollado en programas o
proyectos de orientación e intermediación laboral.
Los jóvenes constituyen un valor en alza en nuestra sociedad, son el futuro, y por lo tanto
creemos que es muy importante promover la conciencia solidaria en ellos siendo la etapa universitaria
un buen momento para iniciarse en tareas de voluntariado. La universidad ofrece condiciones
adecuadas para hacerlo. Por un lado, es un lugar de encuentro y reflexión, dedicado a la creación y
difusión del conocimiento responsable de la formación integral de los jóvenes que la sociedad les
confía. Por otro lado, es un sector social con responsabilidad en el fomento de la participación
ciudadana y en la mejora de las condiciones de vida y que como institución que es debe estar
implicada en programas de responsabilidad social corporativa.
Por lo tanto, se puede concebir a los centros de educación superior, como espacios adecuados
para la promoción de la participación ciudadana de los jóvenes a través de la acción voluntaria.
Acción, que como ya hemos mencionado con anterioridad es fundamental para contrarrestar algunos
de los efectos negativos de la crisis socioeconómica en la que estamos inmersos. Pérez Zaragoza
(2002:83) insiste en la necesidad de promocionar del voluntariado para que los ciudadanos sean
conscientes de sus necesidades y aprendan a formarse y organizarse para satisfacerlas ante la
incapacidad demostrada por parte de la administración.
En coincidencia con la Plataforma Española del Voluntariado, apostamos por el voluntariado
como herramienta para solucionar en ciertos aspectos la situación de crisis en la que estamos
actualmente, por este motivo, en este estudio se ha pretendido investigar y analizar qué acciones se
están llevando a cabo, en la actualidad, en las universidades españolas en relación al voluntariado.
376
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Para ello se ha diseñado un estudio de revisión documental que ha permitido conocimiento profundo
del desarrollo del voluntariado en las universidades españolas. Se ha analizado la información de un
total de 80 Universidades de las cuales 53 son de titularidad pública y 27 de titularidad privada. En 69
de las universidades queda constancia que en la actualidad están desarrollando y promoviendo
acciones de voluntariado en nuestro país aunque algunas también lo hacen en entornos
internacionales. La revisión ha sido exhaustiva y creemos que representa un conjunto muy
significativo de las mismas, desde el cual se pueden realizar algunas inferencias de utilidad para la
reflexión compartida.
2. Objetivos
Los objetivos que se pretenden alcanzar con este estudio son los siguientes:
Identificar las universidades españolas que mantienen estructuras de incentivación y
apoyo al voluntariado.
Analizar los proyectos o programas de voluntariado que se están desarrollando en las
Universidades españolas en la actualidad.
Evidenciar el compromiso que la Universidad como institución socio-educativa mantiene
con la sociedad.
3. Metodología
Para la realización del presente estudio se ha empleado una metodología de tipo no
experimental y cualitativa. En primer lugar se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica a partir de la
cual se ha recopilado información relevante relacionada con la temática sobre la que versa el mismo,
tratando de conocerla en profundidad y desarrollando un marco de referencia. En segundo lugar se
han consultado diferentes documentos electrónicos, obtenidos de distintos motores de búsqueda
(google), así como también se han visitado las páginas web de las universidades españolas tratando
de buscar información sobre las acciones que se están llevando a cabo en dichas universidades en
materia de voluntariado. El descriptor que hemos empleado para realizar dicha búsqueda es el
término: “voluntariado”.
La relación de Universidades ha sido extraída de del listado que ofrece la Agencia Nacional de
Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) en su informe sobre el estado de la evaluación
externa de la calidad en las universidades españolas de 2012. Quedando, por tanto, descartados
aquellos centros universitarios que son centros adscritos o que no tienen una entidad avalada por la
ANECA. La información, sobre cada una de ellas, se ha extraído consultando la página web oficial de
cada universidad.
4. Resultados
El análisis de los resultados obtenidos se ha articulado fundamentalmente en torno a cuatro ejes:
377
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
De las 80 universidades públicas y privadas que han sido consultadas para la realización de este
estudio, un total de 69, son las que tratan de fomentar el voluntariado mediante el desarrollo de
diversas acciones o actividades, lo cual supone un 86%, frente a las 11 universidades restantes,
equivalente a un 16% del total, de las que no tenemos constancia que desarrollen acciones
relacionadas con la cooperación o con el voluntariado. En el gráfico que se muestra a continuación
quedan reflejados estos resultados.
En el caso de las Universidades públicas, de las 53 que han participado en este estudio,
tenemos constancia de que 50 de ellas tratan de fomentar el voluntariado entre la comunidad
universitaria mientras que las otras 3 restantes no lo hacen. Estos datos suponen un 94,34%, frente
un 5,66%. En lo referente a las Universidades de carácter privado de las 27 que hemos estudiado son
19 las que desarrollan algún tipo de acción para promocionar el voluntariado universitario en
contraposición a las 8 restantes que no manifiestan desarrollar actividades de este tipo. Si valoramos
estos datos en porcentajes suponen un 70,37% frente a un 29,63%.
A partir de estos resultados podemos afirmar que son las universidades de titularidad pública las
que demuestran tener un mayor compromiso social y una mayor responsabilidad en el fomento de
valores solidarios. Sin embargo, se aprecia también como las universidades de titularidad privada,
aunque en menor medida que las públicas, se implican en su gran mayoría en la promoción de
acciones solidarias. Por lo que, podemos afirmar que la participación de las Universidades españolas
tanto de carácter público como privado en la promoción del voluntariado no se puede considerar
como algo aislado o anecdótico sino que cada vez es más frecuente el desarrollo de políticas
solidarias en las universidades y la integración de estas en actividades de cooperación y voluntariado
en su dinámica cotidiana.
4.2. Trayectoria y experiencia de las Universidades Españolas en la promoción del voluntariado.
Partiendo del estudio realizado coincidimos con Arias Careaga (2011) cuando afirma que la
participación e implicación de las universidades españolas en la promoción del voluntariado no es
algo reciente, si no que hace ya varios años que la mayor parte de estas comenzaron a desarrollar su
papel como agentes sociales asumiendo su responsabilidad y compromiso social. Durante estos
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
últimos años se pone también de manifiesto nuevas actitudes y sensibilidades que orientan las
políticas solidarias de las universidades, a partir de las cuales se desarrollan la acción voluntaria.
Desde hace ya algunas décadas, universidades públicas y privadas han desarrollando
estructuras con el fin de dar respuestas a las demandas de la sociedad, además de haber creado
servicios propios y especializados en materia de voluntariado y cooperación tratando de promover
actuaciones solidarias en la comunidad universitaria.
En la siguiente tabla se puede observar el listado de universidades de las cuales tenemos
constancia a través de su página web de los años de experiencia de cada una de ellas en el
desarrollo de actividades de voluntariado.
AÑO DE AÑOS DE
UNIVERSIDAD TITULARIDAD
INICIO EXPERIENCIA
Universidad de Navarra Privada 1990 23
Universidad Politécnica de Cataluña Pública 1992 21
Universidad Abierta de Cataluña Privada 1994 19
Universidad de Salamanca Pública 1995 18
Universidad de la Rioja Pública 1995 18
Universidad de Barcelona Pública 1996 17
Universidad de La Coruña Pública 1996 17
Universidad de La Laguna Pública 1997 16
Universidad de Valladolid Pública 1997 16
Universidad Autónoma de Barcelona Pública 2000 13
Universidad de Sevilla Pública 2001 12
Universidad de Extremadura Pública 2001 12
Universidad Autónoma de Madrid Pública 2002 11
Universidad de Córdoba Pública 2003 13
Universidad de Carlos III Pública 2004 9
Universidad de Baleares Pública 2004 9
Universidad de Burgos Pública 2005 8
Universidad Politécnica de Madrid Pública 2005 8
Universidad de Alcalá Pública 2008 5
Universidad Rey Juan Carlos Pública 2007 5
Universidad Europea de Madrid Privada 2008 5
Universidad Internacional de la Rioja Privada 2009 4
De las 80 universidades que han participado en nuestro estudio, tan solo tenemos constancia del
año en el que comenzaron a desarrollar actividades relacionadas con el voluntariado de 22 de ellas.
Siendo 18 universidades de carácter público y 4 de carácter privado. Las universidades que, según
estos datos, tienen más años de experiencia en la puesta en marcha de acciones de voluntariado son
la Universidad de Navarra con 23 años, la Universidad Politécnica de Cataluña con 21 años, La
Universidad Abierta de Cataluña con 19 años, y las Universidades de Salamanca y la Rioja con 18
años. Por el contrario aquellas Universidades que poseen una trayectoria más breve en el desarrollo
de actividades relacionadas con la acción solidaria y el voluntariado son la Universidad de Alcalá, la
Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Europea de Madrid con 5 años de experiencia,
seguidas muy de cerca por la Universidad Internacional de la Rioja con tan solo 4 años.
Para poder realizar un análisis más exhaustivo hemos establecido cuatro tramos de experiencia:
entre 0 y 5 años de experiencia, entre 6 y 10 años de experiencia, entre 11 y 15 años de experiencia
y finalmente más de 20 años de experiencia. En el gráfico que mostramos a continuación se puede
apreciar la distribución de las universidades españolas en estos tramos de experiencia que hemos
concretado. En este gráfico se pueden apreciar cómo un 32% de las Universidades consultadas
acreditan entre 16 y 20 años de experiencia siendo este el tramo en el que se sitúan la mayor parte
de las universidades españolas por lo que podemos decir que estas manifiestan tener una
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
experiencia bastante amplia en el sector del voluntariado. Seguidos del 23% de las universidades
consultadas que manifiestan tener una breve experiencia en este campo, entre 6 y 10 años. Un 18%
de las universidades tienen entre 0 y 5 años de experiencia por lo que podríamos decir que están
iniciándose en el desarrollo de actividades para el fomento del voluntariado. Este porcentaje (18%)
coincide con las universidades que afirman tener una experiencia media en el desarrollo de este tipo
de acciones relacionadas con el voluntariado, de 11 a 15 años. Por último, el porcentaje más
pequeño, un 9%, se corresponde con aquellos centros de educación superior que podríamos llamar
veteranos en la promoción del voluntariado pues son los que tienen más de 20 años de trayectoria en
este campo y por lo tanto los que más experiencia demuestran.
Sin embargo, cabe mencionar que para valorar la experiencia que tienen las universidades
españolas en la promoción y desarrollo de acciones de voluntariado sería conveniente tener en
cuenta también el año en el que se fundó cada una de las universidades que participan en este
estudio. Así, encontramos universidades muy antiguas como la Universidad de Salamanca o la de la
Universidad de Alcalá que acreditan tener unas trayectorias muy dispares en el desarrollo de
acciones para el fomento del voluntariado, 18 años frente a 5. Sin embargo la diferencia es mínima si
comparamos la trayectoria de algunas universidades antiguas con otras universidades de reciente
creación como la Universidad de la Coruña, fundada en 1989 y que acredita tener 17 años de
experiencia o la de la Rioja que se creó en 1992 y cuenta con una estructura estable de voluntariado
desde hace 18 años.
En este sentido, es necesario destacar el caso de la Universidad Abierta de Cataluña que
acredita 19 años de trayectoria en este campo, siendo por lo tanto una de las que más experiencia
tiene, por el hecho de que desde el mismo momento de su creación esta universidad comienza a
desarrollar iniciativas solidarias que tienen que ver con la promoción de la acción voluntaria. Este
caso es también el de la Universidad Internacional de la Rioja que aunque con menos años de
experiencia tan sólo 4, prácticamente desde sus orígenes se constituye el programa “campus
solidario” con la intención de promocionar el voluntariado.
Para finalizar, y teniendo en cuenta estos resultados podemos afirmar que la implicación de los
centros de educación superior en la promoción del voluntariado no es algo nuevo si no que ya son
varios años los que se llevan desarrollando actividades de voluntariado en las universidades con el fin
de promover valores como la solidaridad, el altruismo o la tolerancia en la comunidad universitaria.
4.3. Recursos o servicios a disposición de las universidades para la promoción del voluntariado.
Para que las universidades puedan llevar a cabo actividades para la promoción del voluntariado
es necesario que cuenten con las suficientes estructuras y recursos. Uno de los aspectos clave de
este trabajo es el de analizar las estructuras solidarias que se encuentran a disposición de los
diferentes centros de educación superior para desarrollar este tipo de acciones.
Por lo general, la mayoría de las universidades de titularidad pública como privada cuentan con
estructuras solidarias y servicios propios y especializados que las permiten poner en marcha diversas
actividades con el fin de promover el voluntariado y la cooperación entre los jóvenes universitarios.
Sin embargo es necesario destacar que existen también universidades que a pesar de desarrollar
este tipo de actividades de voluntariado no cuentan con estructuras o servicios propios para gestionar
dichas actividades o al menos no queda constancia de ello en la descripción que realizan sobre su
funcionamiento. Este porcentaje es mucho mayor en el caso de las universidades de titularidad
privada, un 43% frente a un 12% de las universidad públicas. La distribución de los recursos en
universidades públicas y privadas queda reflejada en el siguiente gráfico.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Gráfico nº 4. Recursos de las Universidades públicas y privadas para la promoción del voluntariado.
De igual forma, queremos dejar constancia que en la revisión que hemos realizado hemos
podido apreciar la existencia de una gran diversidad de estructuras solidarias y servicios
especializados en materia de voluntariado en las diferentes universidades, siendo las estructuras
solidarias más frecuentes las oficinas/unidades de voluntariado y los programas/planes de
voluntariado. En la tabla nº 2 se recogen la diversidad de estructuras solidarias existentes en las
universidades de nuestro país así como el nº de centros que las poseen.
Hay una amplia variedad de estructuras que suscita inseguridad, y precisamente por ello,
consideramos necesaria la existencia de una mayor uniformidad en este sentido, dotando a las
universidades de políticas claras y coherentes que pongan de manifiesto la solidaridad que se
persigue, todo ello, con el fin de que existan criterios y líneas comunes de actuación en la promoción
de acciones solidarias.
4.4 Objetivos y actividades que desarrollan las Universidades Españolas para la promoción del
voluntariado.
En cuanto a los objetivos que persiguen las diferentes universidades españolas que analizadas
en nuestro estudio en materia de voluntariado, son muy numerosos, bien es cierto, que todos ellos se
pueden agrupar en un objetivo general que los abarca y que es común a todas ellas: fomentar la
participación de la comunidad universitaria en actividades de voluntariado, tratando de promover el
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Conclusiones
A partir de la revisión que se ha realizado se pueden extraer una serie de conclusiones:
1) En las universidades españolas tanto de titularidad pública como privada se ponen de
manifiesto nuevas actitudes y sensibilidades que orientan las políticas solidarias de las
mismas, a partir de las cuales se desarrollan nuevas acciones relacionadas con la acción
voluntaria.
2) La participación e implicación de las universidades españoles en la promoción del
voluntariado no es algo reciente, si no que tal y como hemos comprobado hace ya varios
años que la mayor parte de estas comenzaron a desarrollar su papel como agentes sociales
con responsabilidad y compromiso social.
3) La mayoría de las universidades cuentan con estructuras solidarias y servicios propios
especializados en materia de voluntariado, aunque las universidades privadas son las que
más carencias tienen en este aspecto, estas estructuras son muy diversas y heterogéneas,
por lo que consideramos necesaria la existencia de una mayor homogeneidad y unanimidad
de criterios para gestionar el voluntariado en todas las universidades.
4) Las actividades de voluntariado en las universidades nacionales tienen una diversidad de
formas de acción pudiéndose estas agrupar en tres grupos claramente diferenciados:
formación, investigación y sensibilización.
5) Es muy importante que las universidades contribuyan a fomentar la investigación de este
fenómeno social.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Para finalizar y a partir del estudio que hemos llevado a cabo podemos establecer que el
voluntariado universitario se plantea como una herramienta fundamental para que los/as estudiantes
trasciendan de lo meramente académico y se impliquen con la realidad social que los rodea, tratando
de dar respuesta a algunas de las necesidades que la situación actual de crisis socioeconómica ha
generado.
6. Referencias Bibliográficas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Debemos entender la familia como el primer ámbito y un referente fundamental en la vida de las
personas, constituyendo un elemento clave en la socialización de las mismas; al tiempo que conforma
su identidad y personalidad. Hecho este que se ha seguido manteniendo independientemente de los
cambios sufridos por esta institución en las últimas décadas que han conllevado una nueva
redefinición. Ello ha provocado una nueva forma en la transmisión de los valores que le han sido
propios.
Lo manifestado nos lleva a tener en cuenta las funciones que le han sido determinadas
socialmente, el modelo y formas de relaciones entre sus miembros. Estas son consecuencia de la
socialización previa de cada uno de los sujetos del grupo. Sin olvidar que en ocasiones, la propia
familia delega parte de estas funciones y responsabilidades que le son propias en organizaciones,
instituciones y personas que vienen a sustituir y ordenar su acción. Su organización está presente de
una u otra forma en la inmensa mayoría de los grupos sociales. Sin entrar en las múltiples
definiciones que de la misma se realizan, nos interesa mucho más sus funciones y la relación que se
establece entre sus miembros. En concreto, entre los adolescentes escolares y su capacidad de dar
respuesta y responder a las situaciones que emanan de ella.
La adolescencia, dadas sus características, pone a prueba a la propia familia. Hasta este periodo
en el ciclo vital, las normas y relaciones familiares válidas hasta ahora, dejan de serlo y pasan a ser
inadecuadas. A este respecto, en los últimos años, se constata, en el desarrollo adolescente una
situación que viene no sólo ocupando, sino preocupando, a las instituciones educativas, sociales y a
las propias familias, dadas sus implicaciones y consecuencias en el desarrollo adolescente: la
violencia escolar.
La familia es una institución social que se encuentra en todas las sociedades conocidas; cuyas
responsabilidades son difícilmente delegables; cumple funciones sociales, económicas, educativas;
se convierte en un agente de control social por su facilidad de conocimiento de la vida del sujeto y el
empleo que hace de sus recursos y energía; convirtiéndose en una gran poder de recompensa de los
sujetos (Goode, 1964). Como hemos determinado, la familia sigue siendo prioritaria y cumple una
función material y económica fundamental. Además de proporcionar afecto, apoyo, contribuyendo
psicológica y afectivamente al bienestar de los individuos que la componen. Al tiempo que favorece la
socialización y control de comportamiento a través de las prácticas educativas de los padres
(Jiménez, T.L.; Musitu, G y Herrero,S., 2005).
No es fácil encontrar una definición que pudiera englobar la complejidad de la institución familiar.
Por lo que, aunque esta sea universal, bien es cierto que cada grupo y ciclo tiene características
diferenciadoras que lo hacen peculiar y hace que no se pueda considerar universal. (Musitu, 2003).
Lo que si es evidente es que es un grupo intergeneracional en donde los adultos asumen la
384
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Parece ser evidente que cuando uno de los miembros de la familia entra en la adolescencia, este
hecho pone a prueba el funcionamiento de la institución. Las conductas y normas socializadoras
hasta ese momento adecuadas y aceptadas se manifiestan inadecuadas, lo que provoca un reajuste
y un proceso de adaptación, dentro del ámbito familiar, social, educativo y por sus implicaciones en el
desarrollo adolescente.
Este contexto socializador, entendido como un proceso mediante el cual las personas adquirimos
valores, creencias, normas y formas de conducta adaptadas a la sociedad de pertenencia.
Adquirimos códigos de conducta de nuestro grupo social, nos adaptamos y los cumplimos. En la
adolescencia hay otros contextos socializadores: el escolar, los iguales, los medios… Pero es la
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
familia la que aparece como fundamental para proporcionar una socialización adecuada y positiva
para un correcto ajuste social.
En los últimos tiempos se ha convertido en un problema que llega a adquirir una importancia
considerable. Los adolescentes en ocasiones, se involucran en comportamientos violentos dentro del
ámbito escolar con mayor frecuencia día a día. Esta conducta violenta supone el uso de medios
coercitivos que se dirigen a dañar a otros, al tiempo que satisfacen al propio individuo que los usa.
(Trianes, 2000). Cabría aclarar que, en los últimos tiempos, se utilizan indistintamente los términos
violencia/agresión indistintamente para referirse a los mismos conceptos. La primera viene
determinada por la interacción entre la biología y la cultura, la segunda es una conducta guiada por
los instintos (Sanmartín, 2004). Nosotros nos inclinamos por el de violencia, aunque en ocasiones
podamos hacer uso de ambos. Esta viene determinada por un tipo de conducta cuyos actores
principales son niños o adolescentes, que se produce en el centro educativo; en donde este
alumnado violento se comporta incumpliendo normas escolares y sociales que rigen la interacción en
el aula y centro. (Marín, 1997).
Nos encontramos varias formas de conductas violentas: la comportamental (para hacer daño) y
la intencional (para satisfacer intereses). La violencia hacer referencia a un comportamiento
impulsivo, no planeado, cargado de ira, con el objetivo de hacer daño, que se produce ante una
provocación percibida. La instrumental es un medio premeditado que busca conseguir objetivos y
propósitos del agresor, sin que sea necesaria la provocación previa. (Anderson y Bushman, 2002).
La violencia se lleva a efecto y se deben a distintas causas o razones:
Conseguir y mantener un status social.
Obtener poder y dominación frente a otros compañeros
Imponer sus propias leyes y normas sociales frente a las existentes.
Desafiar a la autoridad y oponerse a los controles sociales.
Experimentar nuevas conductas, seleccionando ambientes que le permitan ejercer estos
comportamientos (Amador y Musitu, 2011).
La violencia escolar se convierte en un problema que afecta a las relaciones sociales entre
compañeros/as y entre alumnado y profesorado en el contexto educativo. Perjudica el desarrollo
educativo de enseñanza-aprendizaje, al tiempo que lesiona gravemente el funcionamiento escolar,
desmotiva a los agentes educativos y conlleva un abandono de los objetivos de la formación humana.
Existe interrelación entre el ámbito familiar y el escolar en la predicción de la violencia (Martínez,
Murgui, Musitu, y Monreal, 2008; Cava, Musitu y Murgui, 2006), así como de la aceptación y rechazos
entre iguales (Estévez, Herrero, Martínez y Musitu, 2006). Los adolescentes rechazados muestran
unas relaciones familiares de peor calidad que los aceptados. Por otro lado, se observan diferencias
significativas en relación con la familia: perciben menor apoyo parental, mayor utilización de la
violencia (física y verbal) entre los padres como forma de resolver los conflictos, así como una
comunicación menos abierta, más problemática. Respecto de la familia, el apoyo parental, constituye
un recurso asociado a una participación baja en conductas delictivas y/o violentas (Martínez, Musitu,
Amador, y Monreal, 2010)
Los problemas de violencia están relacionados con diversos factores: individuales, escolares,
sociales y familiares. Es evidente que entre ellos cabe destacar, dada su relevancia, el familiar. En el
vienen a destacar la actitud favorable de los padres a la violencia, la frecuentes conflictos familiares,
la utilización de un estilo educativo poco democrático, falta de comunicación, falta de apoyo y cariño
entre los miembros de la familia.
El apoyo parental es fundamental, influyendo en el desarrollo social de los hijos con los modelos
de comportamiento. Este apoyo es clave para el aprendizaje de las habilidades sociales que van a
favorecer la interactuación con los iguales. Provocando, en caso contrario, situaciones de rechazo de
los compañeros. Por ello, podemos afirmar que un deficiente apoyo, conlleva falta de comunicación y
problemas de comportamiento, que acarrean agresividad hacia los compañeros y profesores en el
ámbito educativo (Estévez, Musitu y Herrero, 2005) . Por el contrario los adolescentes que no suelen
implicarse en conductas violentas manifiestan una actitud favorable hacia la escuela, la autoridad y el
profesorado (Murgui, Moreno y Musitu, 2007).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Queda patente la importancia del contexto familiar en el ámbito de la conducta violenta. (Nelson,
Robinson y Harta, 2005; Cava y cols., 2007; Emler, 2008). De forma genérica cabría afirmar que si el
clima familiar es positivo, las relaciones entre sus componentes son satisfactorias, caracterizadas por
la unidad y la cohesión entre ellos. Vienen también determinadas por una comunicación abierta y
fluida, en donde se fomenta la expresión de afectos y apareciendo estrategias adecuadas y flexibles
en la solución de los conflictos. Ahora bien, si el clima es negativo, en donde las relaciones son poco
flexibles, insatisfactorias, con problemas de comunicación y conflictos; en el que no se expresan
sentimientos, no se respeta la intimidad, se van a inhibir los apoyos y recursos de la familia; el
aprendizaje de valores será deficitario, con lo que se favorecerá desajuste y problemas de conducta
(Rodrigo et al, 2004).
A tenor de lo expuesto, queremos poner de manifiesto que existen una serie de funciones que la
familia y los profesionales, que actualmente interactúan en los centros escolares, pueden llevar a
cabo para ayudar a los jóvenes que están inmersos en el proceso de violencia anteriormente descrito.
Dichas funciones están principalmente centradas en el día a día del centro, pero existen otras más
que traspasan dichas fronteras y que a nuestro entender, deben y pueden llevar a cabo los
profesionales de la Educación Social.
Por otro lado teniendo en cuenta las percepciones de los adolescentes nos damos cuenta de la
importancia de intervenir para darles apoyo en su situación. Aquí es donde somos conscientes del
valor que adquiere la Educación Social. Debemos tener en cuenta que esta patrocina la acción
socioeducativa para ayudar al individuo a que adquiera de la mejor forma posible el proceso de
socialización: adaptación a la vida social y sus normas, lo que debe permitirle su participación en la
vida comunitaria y su capacidad de convivencia.
En esta línea los/as educadores/as, como agentes de socialización, han de ayudar a que el
sujeto se transforme en “individuo social”, a través de la transmisión y aprendizaje de la cultura
social.; hecho que le permitirá la participación e integración en su grupo. Es una intervención en
función de unos problemas, lo que nos lleva a defender la importancia de la acción de la Educación
Social en los problemas sociales, permitiendo la integración y adaptación a la vida social., siendo uno
de los procesos seguidos para la mejora de dicha socialización el de la mediación. Esta necesidad de
la mediación es necesaria en todos los sectores de la vida social y más en concreto en el sector
educativo. La mediación está considerándose en el mundo actual como actividad imprescindible en
los grupos y sociedades con objeto que su dinámica no se vea obstaculizada por los conflictos que
puedan desviarlos de sus fines afectando a su buen funcionamiento.
Por todo esto, consideramos que cada vez más, en el tema de la violencia en el contexto
educativo, deben ser los/as educadores/as sociales los que deben asumir una función mediadora, no
sólo denunciando los posibles fallos del sistema sino para implicarse en su buen funcionamiento, para
lo que resulta imprescindible que asuman la función de mediación como una de las más importantes
de las que tienen atribuidas.
Como hemos visto en el epígrafe anterior el sector educativo es uno de los que necesitan la
intervención mediadora pues los sistemas escolares han ido evolucionando a lo largo de su historia
haciéndose más complejos al haberse extendido la enseñanza a toda la población comprendida entre
edades cada vez más amplias y al ser una exigencia de las sociedades modernas la formación
permanente para asumir sus retos. La función de mediación es hoy una necesidad en todos los
sectores sociales y, desde luego, en el sector educativo, uno de los más dinámicos; sin duda, por la
desorientación e incertidumbre en que se mueve y por la necesidad de reconducir situaciones y
buscar vías expeditas por las que transitar sin dificultades. Es imprescindible la intervención de
mediadores expertos en el sistema educativo y en sobre todo en esta problemática.
Determinado tipo de instituciones u organizaciones requieren más que otras de la mediación.
Entre las que más la necesitan está la escuela como sistema social con un equilibrio muy cambiante
debido a la propia dinámica de sus componentes de los distintos roles de los mismos, con la
autoridad muy diluida, con una normativa ciertamente difusa y muy compleja que difícilmente se lleva
a la práctica, etc., por lo que se presta mucho a los conflictos. En una organización de estas
características y sin un acoplamiento perfecto los choques son inevitables y la necesidad de que se
tiendan puentes entre sus componentes. Esto son aspectos que la educación social se encuentra en
387
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
el contexto educativo, hecho que se complica aún más, cuando en este ámbito existen problemas
derivados de la violencia entre el alumnado.
En los sistemas escolares, pues, la función del educador/a social como mediador, tiene un lugar
claro. Si en las sociedades naturales, como la familia o la comunidad, se necesita de la intervención
mediadora, cuánto más en una sociedad como la escolar adolescente cuyos vínculos son más
débiles y sus componentes lo forman personas de grupos de edades muy diferentes y sin los lazos
que unen a las sociedades naturales. Por eso en ella el conflicto se ha convertido en ocasiones en un
área central de preocupación que requiere permanente atención. Por si esto fuera poco, los centros
se organizan en una intrincada red que en su conjunto exige decisiones, ajustes y reformas de
manera permanente.
Pero nosotros quisiéramos dar un paso más y además de la propia mediación para evitar
problemáticas de violencia, y pensamos que además de ello, el educador/a social, debe satisfacer las
expectativas de los distintos “grupos de interés” que hacen posible la viabilidad de la institución
escolar: directivos de los centros, profesores, alumnos, padres, administradores, autoridades locales,
etc. Al mismo tiempo que se involucra en el funcionamiento del centro y, como algo novedoso, en la
elaboración y desarrollo del Plan de Convivencia del mismo. Por todo ello y para finalizar, queremos
volver a dejar constancia de que somos conscientes de que sigue todavía abierta la cuestión de cómo
establecer nexos entre la escuela, la familia y el alumnado y que los cauces seguidos, no todos
parecen eficaces. Este hecho hace necesario un profesional que intente integrar esta
complementariedad y, como hemos estado resaltando a lo largo de todo el documento, ese
profesional es el educador/a social.
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389
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Dando por hecho la necesidad de una conciliación entre la vida familiar y laboral de todas y cada
una de las personas, nuestra comunicación versa sobre las mujeres, madres y trabajadoras, sobre las
dificultades que tienen para afrontar no sólo la jornada laboral sino las labores de la casa y la crianza
de sus hijos.
Las labores de la casa y la crianza de los hijos aún hoy son otorgadas mayoritariamente a la
mujer, son otorgadas a ellas, por ellas mismas y por la sociedad. Como nos explica Polasek, D.
(2013) “La fuerza de la historia, el peso de la tradición femenina que vamos heredando y
transmitiendo de una mujer a otra no ha podido remover por completo la expectativa principal de ser
mujer: casarse, tener hijos y atender su hogar”. Entendiendo por labores de la casa todas aquellas
orientadas al mantenimiento, limpieza, cocina, compra y consumible del hogar y por la crianza de los
hijos desde la participación en su juego, la compra de sus materiales para el cole, la marcación de los
mismos, su higiene, su afectividad, el colegio, su alimentación, su ropa, sus amigos, y una
innumerable lista de tareas más. Para caer en la cuenta de todo esto, por ejemplo el grupo del
WhatsApp de las madres y padres de la clase del cole del alumno/a ¿si ambos progenitores tienen
internet, en qué móvil está en el de la madre o en el del padre?. Además de esto tenemos la
responsabilidad de ser buenas trabajadoras, grandes rivales, ambiciosas y competitivas. Como dice
la definición de conciliación laboral según la confederación de empresarios de Andalucía (2013): El
concepto conciliación trabajo-familia se ha entendido de múltiples y diversas maneras. Conciliación,
en sentido estricto, se refiere a la compatibilización de los tiempos dedicados a la familia y al trabajo.
Pero en un sentido amplio, hace referencia al desarrollo pleno de las personas en el ámbito del
trabajo, afectivo, familiar, personal, de ocio, estudio e investigación, y a disponer de tiempo para uno
mismo. Conciliar, significa, por tanto, mantener el equilibrio en las diferentes dimensiones de la vida
con el fin de mejorar el bienestar, la salud y la capacidad de trabajo personal. Todo ello por parte de
la mujer trabajadora en 24 horas que posee el día. Entendamos por familia cuidado de las relaciones
con la pareja y los hijos, porque también podríamos unir la relación con nuestros mayores, con
nuestros amigos y la familia extensa. Con respecto al ocio podemos ver en el gráfico que
expondremos a continuación que las mujeres tienen mucho menos momentos de ocio y tiempo libre
sin niños/as que los hombres. Como nos trasmite Alborch, C. (2002), “A pesar de la incorporación de
la mujer al mundo laboral, son las depositarias míticas de la paz y el orden en el hogar.”
Intentando conocer cuáles son las funciones que nuestra sociedad actual otorga a las mujeres
por el único hecho de haber nacido mujer e intentar conocer cuál es la situación laboral de la mujer en
la crisis actual que estamos viviendo. A continuación expondremos un gráfico rescatado de La
Vanguardia que nos explica de forma muy visual cual es la situación que hoy por hoy viven las
mujeres en Estados Unidos, datos que difieren mucho de lo que ocurre aun en España, donde los
porcentajes se alejarían aún más entre si, cuáles son sus quehaceres diarios y en qué porcentaje los
hacen versus los porcentajes realizados por los hombres. Con respecto al empleo remunerado, la
mujer trabajadora en su mayoría, lo es por necesidad económica, para abastecer a la familia. Para las
mujeres el trabajo remunerado tiene menos importancia que para el hombre en su constructo como
persona. Con respecto al reparto de las tareas el tiempo dedicado como se puede ver en la imagen
aumenta o disminuye de igual forma en función del sexo del progenitor.
De hecho La situación en España según Micó, J.L. (2013), también debería mejorar, de acuerdo
con la advertencia que en 2011 se formuló desde la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE). Un año después, el 70% de 400 directivas de distintas firmas encuestadas por la
empresa de recursos humanos Adecco relegaba al país a la última posición en la clasificación
continental en esta área.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Fuente: La Vanguardia.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
dos cosas, o que se refleje posteriormente en el infante o en los mismos abuelos, que verán perdido
su papel, su experiencia de ser abuelo volviendo a tener una experiencia de padre pero cansado por
su bagaje vivencial. Si elegimos el servicio doméstico, además de alguien ajeno al niño/a que se
encarga de él/ ella y a favor de las escuelas infantiles no suelen tener las competencias necesarias
para hacerse cargo de los mismos y además requiere una dotación económica.
En el caso de escuelas infantiles si son privadas deberán pagar por ellas y si son públicas no
siempre son gratuitas aun necesitándolo. Recordando que la educación infantil no es obligatoria
debemos recordar que el cheque libro no existe de modo que en material y libros se gasta una media
de 100 € por hijo en el mejor de los casos, si tienes tres hijos es fácil la cuenta matemática: son 300€
sólo en material escolar, si añadimos indumentaria, comedor y extraescolares ¿cuánto necesita una
familia numerosa para incorporar a sus hijos al sistema educativo?. Todo esto deja claro la necesidad
de trabajar por parte de los dos cónyuges.
Dejando el tema económico nos basaremos en la flexibilidad horaria. Las escuelas infantiles
intentando compatibilizar horarios lleva a crear las aulas matinales, servicio de comedor y las
actividades extraescolares que hacen que el alumnado pueda permanecer en clase desde las siete
de la mañana hasta las cinco de la tarde, pero no pueden estar en ellas más de ocho horas porque se
considera abandono del niño. Según el estatuto de trabajadores: “El número de horas de trabajo
efectivo ordinario no puede ser superior a 9 horas salvo que en convenio colectivo se disponga otra
cosa y siempre respetándose el descanso entre jornadas” aunque en la actualidad sabemos que esta
cifra no se respeta siempre. Como podemos ver las horas no cuadran porque si tenemos jornada
laboral de nueve horas y los hijos no pueden permanecer más de ocho, hay algo que no estamos
haciendo bien, aun siendo la jornada laboral de ocho horas no se está contando con el
desplazamiento. Revisando distintos trabajos por encima podemos ver que el número de horas no
coincide, por ejemplo, el trabajador autónomo que tiene la tienda de ropa en nuestro barrio, abre a las
diez, cierra a las 14, vuelve a abrir a las cinco y cierra a las nueve de la noche, esa persona tiene que
comprar en los almacenes la ropa con lo cual hay que sumarle horas a las 8h concretas de apertura,
en este ejemplo entrarían casi todas las pequeñas empresas. Otro ejemplo podrían ser los
conductores/as de autobús, que según la legislación europea: el tiempo diario de conducción se limita
a nueve horas, pudiendo ampliarse a diez horas dos veces por semana. Así podríamos seguir
enumerando trabajadores que no encajarían en las horas máximas establecidas por ley que podemos
dejar a nuestros/as hijos/as en la escuela. Hemos de decir que ante esto sí hay una solución, que
cuando esto ocurre se le puede notificar a la junta y puede ser flexibilizado, pero como nos comentan
las experiencias de diversas madres en esta situación, les queda en su mente el abandono que le
han referido hacia sus hijos, aunque se haya adaptado.
Escolano (2006) demuestra cómo las profesoras más implicadas son las que tienen menos
cargas domésticas. Dato en contra de las familias numerosas cuyas madres tienen bastantes cargas
domésticas como para hacerse visibles en su trabajo. Con respecto a la investigación, la Comisión
Europea (2013) muestra que “el número de mujeres creció anualmente en un 5,1 %, pero aun así, las
mujeres investigadoras siguen teniendo dificultades para llegar a los cargos con poder de decisión, de
manera que, por término medio, los consejos científicos y de administración de toda la UE cuentan
solo con una mujer por cada dos hombres”.
Todo esto sin contar con las familias numerosas reconstruidas de otras familias. Según Oliva, A.
(2011) las dificultades que estas familias formadas por parejas que deciden unirse con sus
respectivos hijos provenientes de relaciones previas es un hecho, ya que formar una nueva familia no
es tarea fácil, requiriendo un esfuerzo extra y un claro compromiso por parte de la nueva pareja,
podríamos recordar la película “tuyos, mios, nuestros” que aunque es un relato cinematográfico
puede hacernos ver de forma cómica y exagerada lo que podría producirse en estos contextos.
Además tendrán que fortalecer su vínculo marital a la vez que renegocian las relaciones con el padre
no custodio; establecer relaciones con la familia extensa; construir una nueva historia familiar sobre la
previa; y, lo más complicado, iniciar unas nuevas relaciones entre el nuevo padre o madre y el menor.
Aunque muchas familias consiguen superar con éxito todas esas pruebas de fuego, requiere un claro
compromiso por parte de la nueva pareja y también un buen conocimiento sobre la etapa que van a
afrontar y sobre cómo superar los retos que les esperan.
3. El sentimiento de culpa
Alborch, C. (2006), nos muestra que la interiorización de la labor domestica hace que sea una
cosa ineludible. Al delegar esas responsabilidades que se cree suyas, comienza a aparecer la culpa.
¿Qué es el sentimiento de culpa de la mujer trabajadora? Grenberg, C. y Avigdor, B. (2011) explica
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
que el sentimiento de culpa es enemigo de la felicidad, pero es un sentimiento que muchas o casi
todas las mujeres trabajadoras comparten. Una de las razones por las cuales las mujeres se sienten
agobiadas por este sentimiento está en el hecho de que, a pesar del fuerte incremento de la fuerza
laboral femenina, los ambientes laborales aún no se han adaptado a ello y siguen replicando
esquemas que sólo miran a hombres trabajadores que tienen a su mujer en la casa cuidando a los
niños. A la poca flexibilidad se suma el hecho de que muchas mujeres tienden a mirar sus roles bajo
el prisma de la perfección, lo que las hace sobre exigirse para alcanzar una meta irreal. En su libro
señalan que las mujeres que sienten ensombrecida la alegría de criar a sus hijos por las
responsabilidades laborales, deben elegir entre rendirse ante esa situación o bien esforzarse por
buscar un equilibrio entre sus mundos.
La actualidad nos han engañado con una conciliación inexistente que está creando una
destrucción progresiva de la autoestima de la mujer trabajadora, que no se siente que hace bien su
trabajo, ni cuida bien su hogar ni a sus hijos. Atada siempre a un sentimiento de culpa del que no
puede desprenderse. De cómo la mujer que decide dejar de trabajar para dedicarse a la crianza de su
descendencia es también menospreciada y cómo los hombres no se ven representados en este
problema. La igualdad a la que se hace gala con tanta frecuencia ofrece a la mujer y al hombre ante
las mismas circunstancias familiares las mismas posibilidades de promocionar mediante el estudio, la
investigación o la creación de currículum. Julia Pimsleur (2013) propone cinco cosas que las madres
trabajadoras necesitan:
1. Facilidades a la hora de trabajar, por lo menos, un día desde casa. Tener uno o más días a la
semana para estar en casa con los hijos provocaría que las madres trabajadoras estuvieran más
centradas, y productivas, los días que sí fueran a la oficina.
2. Libertad para ir a las funciones escolares o al médico con los hijos. Se debería dar cierto
"margen" a las madres para que pudieran ir a ver a sus hijos a la función de final de curso, a la
competición de natación, etc. o, incluso, para que pudieran llevarlos al médico. Las madres deberían
poder ir a Recursos Humanos y decirles sólo cuándo se van a ausentar y cuándo lo van a recuperar.
3. Tener el mismo trato que los padres trabajadores. Las madres trabajadoras son adultas y
capaces de hacer varias tareas a la vez. Pueden aportar perspectiva, paz y eso debería ser
reconocido en las empresas al igual que las figuras paternas.
4. Acceso a la cobertura de salud familiar, es más que un beneficio y que, a día de hoy, es la
gran diferencia en EEUU entre padres y madres trabajadores.
5. Permiso por maternidad. Las mujeres deben tener permisos remunerados por maternidad, y,
más tarde, tener la oportunidad de acogerse a más permiso, aunque fuera sin salario.
Así en España podría ser algo similar, según Gutman, L. (2010) esta realidad nos atraviesa a
casi todos. Pero llamativamente, casi no hablamos sobre "esto", ni aparecen noticias ni pensamientos
ni propuestas sobre nada vinculado con la dificilísima tarea de tener niños y trabajar al mismo tiempo.
Esta dicotomía que nos hemos impuesto, de que los niños que amamos van por un surco y el
trabajo que también amamos o necesitamos va por otro, es un despropósito. Porque nosotros,
hombres y mujeres, padres y madres, somos la misma persona. Algo está mal si creemos que
podemos sostener saludablemente emprendimientos o negocios sin tener en cuenta el equilibrio
emocional de cada individuo.
Orte, C., Ballester,L. y March, M.(2013) nos muestra que los profesionales tienen mucho que
hacer y que ayudar a las familias, a evaluar la situación crítica e identificar la forma de reducir los
factores de riesgo si se producen, volviendo así los desafíos menos amenazadores y más
manejables. Por ejemplo, puede ayudarse a los padres y otras personas adultas que conviven con los
menores (abuelos, tíos) a ofrecer confianza, orientación, apoyo y protección frente a las dificultades.
Nuestro propósito, desde el enfoque de competencia familiar, es fortalecer los procesos interactivos
fundamentales (comunicación positiva, supervisión, organización familiar, etc.) a fin de fomentar la
superación, recuperación y resiliencia.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
empleadas públicas y empleados públicos, se introduce el derecho al permiso de lactancia hasta que
el menor cumple nueve meses también en caso de adopción o acogimiento (el derecho ya existía).
Aparecen “los trabajadores” en lugar de “las trabajadoras”. Hasta ahora, el permiso de lactancia
se reconocía a la mujer aunque podía “ser disfrutado indistintamente por la madre o el padre en caso
de que ambos trabajen”. Aunque en algunas universidades no se facilite.
Si pensáramos en el futuro de nuestra comunidad, si reflexionáramos política, filosófica,
económicamente, las cuentas darán bien sólo si los niños vuelven a interactuar en los espacios
públicos con los adultos. Y para eso necesitan a sus madres emocionalmente disponibles. No
divididas, sino integradas. Porque a decir verdad, maternidad y trabajo sí son compatibles. Pero sólo
si desde el ámbito laboral reconocemos, aceptamos y apoyamos a cada mujer que es madre de niños
pequeños. En esos casos, es muy probable que se vuelva experta en aprovechamiento del tiempo.
Que se torne excepcionalmente eficaz. Que utilice toda su inteligencia emocional. Que madure
interiormente. Que esté en condiciones de ofrecer aún más recursos intelectuales, simplemente
porque no estará dividida. ¿Cómo se puede acompañar esta "integración" desde el ámbito laboral?
Como mínimo, deberíamos saber al menos qué trabajadoras tienen niños pequeños. Crear un buen
clima de trabajo. Alentar a unos y otros para visitarnos en los hogares. Porque para criar a los niños,
las mujeres precisamos ser vistas, valoradas, reconocidas, acompañadas y apoyadas en esa función,
con el sustento económico y afectivo suficientes Gutman, L. (2010).
Que el hecho materno vuelva a tener un alto valor social sólo puede traer riqueza y prosperidad.
A lo que añadiríamos siempre que la madre quiera hacerlo, lo necesite o lo desee.
5. Conclusiones
El análisis de bibliografía actualizada nos hace ver que existen pocos documentos oficiales o
académicos relacionados con el tema, sin embargo el tema aparece por la web innumerables veces
desde páginas orientadas a la mujer, este análisis web nos ha llevado a conocer que existe un
sentimiento de descontento con la conciliación laboral en España tanto por parte del hombre como de
la mujer, pero al no existir dichos documentos no se puede hacer plausible. Además es en la mujer
donde este hecho está llevando a innumerables problemas económicos, sociales, educativos,
profesionales e incluso psicológicos a la madre española trabajadora como podemos ver al analizar el
sentimiento de culpa que hemos explicado anteriormente. Las madres nos exponen que “es difícil ir a
congresos, investigar o experimentar procesos docentes con tres criaturas tirando de la falda, la
promoción en las madres trabajadoras a nivel de creación de currículum se hace a veces impensable”
“el problema no son los niños, es el trabajo que hace que no tengamos fuerzas para batallar con las
cosas que les resultan importantes a ellos, lo que hace que nos provoque la llamada culpa de no
estar haciéndolo bien”. Hace poco en uno de los testimonios reales narrados en Facebook de una
profesora vimos como argumentaba algo que viene muy bien al hilo de este diálogo, y es lo siguiente:
“¿qué es conciliación familiar y laboral?..... Según la consejería de empleo es: "Compatibilización
de los tiempos dedicados a la familia y al trabajo. Pero en un sentido amplio, hace referencia al
desarrollo pleno de las personas en el ámbito del trabajo, afectivo, familiar, personal, de ocio, estudio
e investigación, y a disponer de tiempo para uno mismo. Conciliar, significa, por tanto, mantener el
equilibrio en las diferentes dimensiones de la vida con el fin de mejorar el bienestar, la salud y la
capacidad de trabajo personal." Yo realmente.... no se si no entiendo el término o esa conciliación no
me afecta a mi o yo no sé llevarlo. Porque a día de hoy no he conseguido llevar a cabo la
planificación de entrega de unas notas a un grupo de mi alumnado, llevo casi una semana sin ver a
mis hermanas a las que las quiero con toda mi alma, me siento fatal pues me siento frustrada porque
tengo la sensación de que no llevo nada bien, no hago nada que sea realmente para mí (y os aseguro
que me encantan muchas cosas jugar a los piratas con mis hijos, a las princesas, quedarme
abrazada sin hacer nada a mi marido viendo una serie petarda en la tele, coser, crear, pintar, leer
aventuras, ver pelis...), tengo que hacer un proyecto al cual no le veo el momento y sólo tengo
planteado, llevo meses, no sé si ya hará un año que no escribo un artículo....... No sé qué es
conciliación familia- trabajo, lo que sí sé es que si es la definición anterior. Yo, seré muy lenta o ni
idea, pero lo llevo fatal.” Esta frase contempla el sentimiento de necesidad de desahogo por el
sentimiento de angustia que genera esta mala forma de gestionar la conciliación laboral en España.
Por lo que podemos decir tras el conocimiento de los diversos testimonios reales, de sus
vivencias, de analizar cómo es en general el día entero de una mujer con familia numerosa que
trabaja en el sistema educativo español: casos universitarios y casos educación infantil, nos hace
llegar a la conclusión de que la conciliación familia- trabajo en España no la hemos conseguido aún.
394
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Referencias Bibliográficas
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trabajo socioeducativo con familias. Revista Interuniversitaria de Pedagogía Social, 21, 13-37.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Muchos educadores sociales lideran distintas ONGs, el objetivo de esta comunicación es
constatar las dificultades por las que atraviesan distintas organizaciones sin ánimo de lucro asturianas
en la actualidad, así como plantear la posibilidad de su reconversión en empresas sociales con el fin
de poder subsistir.
Para ello se parte de la experiencia que SECOT (Seniors para la Cooperación Técnica) tiene en
el asesoramiento de las mismas, por lo que se describirá en primer término la labor que realiza esta
asociación, para analizar posteriormente las distintas entidades que asesoran con los problemas que
presentan, abriendo un enfoque hacia la reconversión de estas organizaciones en empresas sociales
a través de algunos ejemplos.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Para el desarrollo de un Plan Estratégico, SECOT revisa los principios y valores de la entidad,
teniendo en cuenta los siguientes puntos:
- Quiénes son los beneficiarios actuales y futuros.
- Qué demandan en la actualidad y que demandarán en un futuro.
- Análisis del entorno en que se desenvolverá la entidad no lucrativa.
- Análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades).
- Cómo se pretenden ofertar los servicios.
- Qué misión se ha definido.
- Qué objetivos se pretenden lograr.
En el Plan Estratégico se incluirá un Plan de Marketing (sensibilización, publicidad, etc), un Plan
de Captación de Fondos y Voluntarios, y un Plan de Operaciones (proyectos a desarrollar). A modo
de ejemplo, el objeto del convenio de colaboración con Cáritas tiene como finalidad establecer y
regular las bases para una colaboración mutua entre ambas entidades para:
- Realizar actividades de asesoramiento empresarial y difusión de la cultura emprendedora.
- Organizar cursos, seminarios, estudios, conferencias, y otros eventos, con fines formativos y
de intercambio de experiencias.
- Difundir a través de sus respectivos medios (página web, boletines, publicaciones o revistas,
correos electrónicos, mailings informativos u otros canales de difusión) aquellos programas
que realicen SECOT o Cáritas Asturias y que posean interés, según criterio de ambos, para
sus asociados.
- Facilitar la difusión en las organizaciones de los conceptos de Responsabilidad Individual,
Colectiva y Empresarial, Igualdad, Conciliación y Diversidad con el objetivo de mejorar la
calidad de vida de las personas, su desarrollo profesional y la competitividad empresarial,
por estar entre los objetivos comunes de ambas organizaciones.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
En el caso de la FAD además, se diseñó un Plan de Desarrollo para intentar llevar su objetivo,
evitar el consumo de drogas en los jóvenes, a la mayor parte de las familias. Para ello se tuvo en
cuenta:
A. Qué productos (vídeos, etc) dirigidos a padres y educadores de usuarios de edades
comprendidas entre los 9 y los 14 años, pueden educar y conseguir el fin perseguido.
B. Cómo producirlos para que resulten lo más económicos posibles, a través de la búsqueda de
patrocinadores.
C. Diseñar un Plan de Marketing para su reparto con el fin de que lleguen al mayor número posible
de beneficiarios.
D. Lograr un desarrollo de la organización interna de la entidad para lograr un trabajo en equipo y
una distribución exitosa aplicada al fin buscado.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
empresas sociales con el fin de ser sostenibles económicamente mediante el uso de herramientas de
tipo empresarial.
En España existe una gran diversidad de tipologías: desde pequeñas compañías que venden
productos ecológicos y emplean a trabajadores en riesgo de exclusión social hasta empresas que
venden objetos realizados con material reciclado, u otras que realizan aplicaciones móviles con
contenidos educativos destinados a países subdesarrollados. Interesa resaltar que hay más
empresas sociales en los países con más emprendedores, en este caso los más destacados son:
Estados Unidos, donde se encuentra el origen de las mismas y donde gran sector privado filantrópico;
el Reino Unido, donde el emprendimiento tiene mucha tradición y el estado de bienestar está menos
cubierto desde el sector público que en otros países, y Francia, donde siempre ha habido
preocupación por la ayuda social. Se sabe que, en general, en el sur de Europa hay un alto interés en
impulsar este tipo de iniciativas.
Las empresas que tienen proyectos destinados a España están muy centradas en ayudar a
colectivos especialmente necesitados de apoyo, como personas discapacitadas, enfermos mentales,
exdrogodependientes, expresidiarios, mujeres maltratadas, parados de larga duración o jóvenes con
formación escasa. Las compañías enfocadas a la ayuda en los países en desarrollo buscan cubrir
necesidades básicas (alimentación, la electricidad, el acceso al agua potable, la educación o la
sanidad).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias Bibliográficas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: Tercer sistema, empresa de inserción, plan personalizado de inserción social.
1. Introducción
La actual crisis económica parece tener unas características bien diferenciadas de otras
precedentes, no sólo, por su profundidad y extensión en el tiempo o áreas geográficas afectadas, sino
por sus derivadas, sociales y política.
La “crisis del petróleo” de los primeros años 70, debida al encarecimiento de la energía, obliga a
reajustar el consumo modificando a las condiciones del tejido productivo. Los mercados nacionales
de países no productores de crudo se resienten y el consumo se detrae.
Políticamente, en nuestro país, se afrontaba el final de la dictadura y era necesario establecer un
marco constitucional dentro del paradigma “Estado de Bienestar” imperante en Europa. Siguiendo la
lógica de secuelas de nuestra actual crisis, cabría esperar un aumento generalizado de la
pauperización. Sin embargo, las consecuencias sociales no se vinculan directamente a la dinámica
macroeconómica; de hecho, se están asentando las bases del futuro sistema educativo con carácter
unitario y de salud pública universal. A principios de los 80, se inicia un periodo de reactivación
económica que alcanzará a los primeros 90, momento en el que se inicia una nueva crisis y esta vez
sí, se adoptaran medidas de carácter político que redundaran en limitaciones a derechos sociales
adquiridos por la población trabajadora. La principal consecuencia de tales medidas es un aumento
de la desigualdad y un ensanchamiento en la brecha abierta sobre la cohesión social, V informe
FOESA (1993).
Las nuevas tecnologías están contribuyendo a un vertiginoso cambio del tejido productivo.
Los/as trabajadores/as con escasa cualificación tecnológica o conformados en la cultura laboral de
“mano de obra física” van quedando relegados en largos periodos de “inactividad”. En la segunda
parte de los 90 el problema suscita la atención de la Comunidad Europea y surgen distintas políticas
para activar el empleo y la lucha contra la exclusión social. Casi paralelamente, se inicia en nuestro
país un periodo de expansión económica basado en una burbuja inmobiliaria, que absorberá
rápidamente “mano de obra” nacional y de países en vías de desarrollo.
La inclusión social se caracteriza, no tanto por las acciones de cualificación laboral, como por las
de atención socio personal, convivencia intercultural y ciudadanía. La situación socio-política creada a
partir de la crisis económica de 2008 requiere una atención especial por cuanto introduce en las
relaciones de lo social-político-económico, factores de novedad que no se habían producido en las
anteriormente citadas.
Asistimos a un cambio sustancial de la regulación normativa en materia laboral, protección social
y de prestación de servicios públicos en general, que indefectiblemente están modificando el ser
social de la ciudadanía. Se podría decir que la acción política emprendida es “antisocial” y se justifica
en que no hay “otra posibilidad” de acción política. La consecuencia inmediata es un aumento de la
desigualdad económica en muy corto espacio de tiempo. “Los niveles de pobreza en España han
aumentado un 8% desde el inicio de la crisis, desde 2006 hasta el 2011, siendo el desarrollo humano
un 4,4% menor que si no hubiera habido recesión. Sin embargo, la "diversidad" entre comunidades
autónomas en cuanto a las cifras de pobreza y desigualdad se ha acentuado hasta llegar incluso a
duplicarse. Así se desprende del informe Desarrollo humano y pobreza en España y sus
comunidades autónomas elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE)
y la Fundación Bancaja” (Ivie, 2013).
La situación expuesta, nos lleva a preguntamos por el impacto sufrido en el sector de la llamada
economía social, más concretamente, en el ámbito de la inclusión social mediante empresas de
inserción laboral.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Por tanto, el objetivo principal de nuestro trabajo será reunir y divulgar información actualizada
sobre el grado de desempeño de las Empresas de Inserción Laboral en Andalucía. Naturaleza y
características de los efectos de la crisis económica y sus derivadas en la dinámica cotidiana. Las
distintas funciones que realizan, efecto sobre sus destinatarios, implicaciones en el desarrollo
socioeconómico del territorio, relación con la aplicación de las políticas para la inclusión social, encaje
en el denominado tercer sector (economía social), conflictos y dificultades sobrevenidas de la práctica
cotidiana (administración pública, gestión interna, mercado) etc. Para ello, consideramos necesario
abordar a modo de contenidos: Las relaciones e implicación de estas entidades con la inclusión
social, papel de la educación social en este entorno, valoración o balance de la situación (incluyendo
apoyo de las administraciones públicas) antes de 2008 y actualidad. Por último, modalidades y
características de las acciones de educación social de estas entidades a la fecha.
La metodología a seguir será el análisis de contenido a partir de entrevista semiestructurada y en
profundidad, a dos personas expertas y de significativa representación en el entorno de la economía
social andaluza. Concretamente, al presidente de la Asociación de empresas de inserción de
Andalucía (EIDA) Así pues, analizaremos los distintos aspectos del modelo afectados por la actual
crisis económica-social-política: organización, metodología de inserción, instrumentos, estrategias de
vinculación entre empresa y contexto socioeconómico, principios, fortalezas, debilidades, amenazas y
oportunidades.
2.1 Justificación
Las empresas “producen” indirectamente “socialización” en función de las relaciones no formales
que establece el personal en el seno de su estructura, y directamente en cuanto que la disponibilidad
económica facilita el acceso a los sistemas socio culturales de uso por la población mayoritaria.
2.2 Principios
La empresa de inserción es una organización de racionalidad técnica-mercantil, (empresa) activa
en el mercado para producir bienes, dar servicios y obtener beneficios, resultantes de su actividad.
(No es asociación, fundación, etc.). El personal de la empresa está compuesto por profesionales de
plantilla que aseguran la competencia técnica y la perdurabilidad de la empresa. Personas
procedentes de exclusión que realizan trabajo remunerado y la formación necesaria para su
integración social.
El personal de inserción está en la empresa en situación de tránsito (máximo tres años)
siguiendo un itinerario planificado de experiencias laborales, educativas, y formativas, que conduzcan
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
a la inserción laboral en empresas de capital y a la plena integración social. Los beneficios han de ser
reinvertidos totalmente en la generación de nuevos puestos de inserción o a la mejora de los
existentes.
2.3 Objetivos
La inserción socio laboral de colectivos de personas con especial dificultad de acceso al empleo
por causa de exclusión social.
Desarrollar planes personalizados de inserción socio laboral para cada uno de los
sujetos procedente de situaciones de exclusión social, mediante la intervención de un
tutor /a especializado.
Alcanzar la calidad necesaria en la prestación de servicios, o en la producción de bienes,
que haga de la empresa un actor económico y, no un mero instrumento de inserción en
manos de entidades de iniciativa social.
Desarrollar la actividad en el ámbito local para convertirse en elemento vertebrador
social del territorio.
Abrir y extender mercados sociales en los que se puedan desarrollar nuevas empresas
de inserción.
2.4 Modelos
Empresas de carácter finalista son aquellas que tienden a fijar en plantilla a los trabajadores de
inserción, su finalidad es formarlos para convertirlos en personal de estructura
Empresas de transición son aquellas que actúan como “puente” entre una situación precaria y la
base de normalización mediante la inserción laboral. El escenario socio-económico de las empresas
de inserción está vinculado a los mercados sociales. Actúan como elementos de vertebración
económica en la geografía de la exclusión social.
2.5 Debilidades
La productividad que han de alcanzar estas empresas para ser competitivas en el mercado, exige una
selección del personal en función de su capacidad productiva, lo que ha menudo redunda en contra
de los más desfavorecidos. Estas empresas se desempeñan en sectores de utilización intensiva de
mano de obra que no requieren muy alta cualificación. Lo que puede condenar a los beneficiarios de
éstas a insertarse en “mercados secundarios”. Las dificultades de financiación pueden provocar la
deriva de las empresas de inserción hacia sectores productivos también “desfavorecidos”
2.6 Potencialidades
Desde el punto de vista personal y humano, el logro de estas empresas es que desarrollan la
autonomía personal, y convierten al trabajador en sujeto protagonista de su propia inserción laboral.
Desde la perspectiva de los mercados de trabajo, las empresas de inserción actúan positivamente
mejorando la información de la demanda acerca de la cualificación de la oferta. Desde el punto de
vista de la intervención social, las empresas de inserción fortalecen y refuerzan las políticas sociales
de las que los trabajadores en inserción son beneficiarios. Desde el punto de vista financiero, los
trabajadores de inserción comienzan a percibir sus ingresos del mercado laboral ordinario
prescindiendo de los subsidios públicos. Desde el punto de vista político, el fomento de este tipo de
actividades supone una mayor aceptación por parte de los beneficiarios que las perciben más como
oportunidades que como un control institucional. Desde el punto de vista del desarrollo económico y
social, las empresas de inserción son un elemento de construcción de una economía solidaria, puente
entre la economía mercantil y no mercantil hacia una economía plural que amplíe las posibilidades de
todos.
2.7 Mercado social y empresa de inserción
El mercado social es una necesidad para la empresa de inserción pues garantiza la continuidad
de su ejercicio. El mercado social es la expresión del compromiso de las instituciones en el desarrollo
de políticas de inclusión social. El mercado social se nutre de la reserva de obras públicas para estas
empresas, que son competitivas pero no competidoras con las empresas del ámbito mercantil, puesto
que su finalidad no es tener lucro por su actividad, sino beneficios para mantener o ampliar puestos
de trabajo para personal de inserción.
405
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Uno de los rasgos que caracterizan a las EI es que aún son empresas jóvenes en el mercado. La
creación de EI es más rápida a partir de mediados de los años noventa y es más lenta en los años
posteriores. Desde el año 2004 se han creado el 20% de las EEII actualmente identificadas; el 50%
son posteriores a 1999. Por lo tanto, suponen un fenómeno reciente, pero que en los últimos diez
años ha ido creciendo paulatinamente. En los tres últimos el crecimiento es mínimo, con lo que
podemos decir que se estabiliza.
El total de EI para todas las comunidades autónomas se estima en torno a 200, según datos de
estudios publicados, Memoria FADEI (2011),pero nos advierte D. F.J. Carrillo de la Plata, presidente
de (EIDA) Empresas de inserción de Andalucía, el número real es mayor. La distribución es como
sigue: Cataluña. 56/ 33,53% País Vasco. 44/ 26,35% Andalucía. 13/ 7,78% Navarra. 10/ 5,99%
Madrid. 10/ 5,99% Aragón. 9/ 5,39% Castilla y León. 6/ 3,59% Canarias. 5/ 2,99% Valencia. 4/ 2,40%
Castilla-La Mancha. 4/ 2,40% Asturias. 3/ 1,80% Baleares. 2/ 1,20% Galicia. 1/ 0,60%. Destacan por
el número de EI, Cataluña y País Vasco, sumando entre ambas cerca del 60% del total de EI. Aún
así, esa suma ha descendido 5 puntos porcentuales, siendo en 2011 la participación de ambas
comunidades de un 55% respecto al total.
3.1 Forma jurídica
En Andalucía mayoritariamente son sociedades mercantiles tipo S.L. promovidas por entidades y
asociaciones sin ánimo de lucro. Esta fórmula permite la participación de los trabajadores/as estables,
de no inserción, en cuanto socios de la empresa y la de los de inserción en cuanto miembros en
tránsito.
3.2 Plantilla total de personas
Durante el año 2011, hubo un total de 391 personas trabajadoras en las EI, incluyendo personas
de inserción y no inserción, un 11 % más que en 2010. Teniendo en cuenta que son 13 EI, la media
de la plantilla por empresa ha sido de 33 personas trabajadoras –de inserción y no inserción–.
3.3 Distribución de la plantilla total
En cuanto a la distribución de la plantilla, conformada por personas de inserción y no inserción,
más de la mitad, el 53% está compuesta por personas trabajadoras en proceso de inserción mientras
que el 47% son personas de no inserción. Otra característica a resaltar es la alta feminización de las
plantillas de las Empresas de Inserción, quienes salvo excepciones relacionadas con el sector de
producción –como por ejemplo la construcción– tienen alta presencia de mujeres trabajadoras tanto
en plazas de inserción como de no inserción.
Respecto a 2010 han disminuido los puestos de no inserción en un 8,3% y aumentado los de
inserción en un 3,5%. Esto hace que el cómputo global de puestos haya sufrido una disminución del
2,3%.
3.4 El personal técnico de acompañamiento en el proceso de inserción
De acuerdo con la información obtenida, (49,7%) puestos de técnico/a de acompañamiento
fueron contratados por las entidades promotoras, mientras que 83 (50,3%) han sido contratados
directamente por las Empresas de Inserción, sumando un total de 65 puestos a jornada completa de
técnico/as de acompañamiento. Cabe destacar la alta feminización de este cargo, ya que el 66,6% de
los puestos de personal técnico/a de acompañamiento, estaban ocupados por mujeres.
406
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Según nuestro informante anteriormente citado, casi el 68% de las ayudas públicas a las EI son
destinadas para la creación de empleo de inserción. El dato ha sufrido un gran incremento, ya que en
2010 tan solo el 59% de las ayudas públicas eran destinadas al empleo de inserción. Si se
diferenciamos los tipos de ayudas, el 76,3% de éstas pertenecen a ayudas públicas específicas para
las EI mientras el 21,4% pertenecen a otros tipos de ayudas públicas.
Las EI ofrecen productos y servicios en el mercado compitiendo con las mismas reglas de juego
que el resto de las empresas. El 73% de su cartera de clientes está compuesta por clientes privados
(empresas, organizaciones privadas y particulares) mientras que el 27% está compuesto por las
administraciones públicas y sector público.
3.8 Clausulas sociales y reservas de mercado
La legislación vigente permite a la administración pública reservar una parte del mercado a las
Empresas de Inserción sociolaboral a través de contratos menores y procedimientos negociados. Por
lo que durante el 2011 se contrató según las modalidades: Negociado sin publicidad 58%, Contrato
menor 42%, Negociado sin publicidad 36%, Contrato menor 64%.
Las EI siguen demostrando, según nos informa D. Francisco Carrillo de la Plata, Presidente de
EIDA (Asociación de empresas de inserción de Andalucía), ser una herramienta para la inserción
laboral de personas en riesgo o situación de exclusión, que además es rentable socialmente.
Así, a partir de los flujos económicos generados, el ahorro público por persona de inserción, el
menor coste social en servicios y rentas pasivas, inyectan a las administraciones públicas una serie
de beneficios que demuestran no solamente la rentabilidad social de las EI sino también la
rentabilidad económica expresada en términos de retorno económico por puesto de inserción.
En términos generales existe un retorno económico medio por puesto de inserción de 6.929,52
euros a las administraciones públicas en diferentes conceptos como seguridad social, IRPF, IVA,
Impuesto de Sociedades y otros tributos. Teniendo en cuenta el importe que reciben las EI en
concepto de ayudas públicas –9.854,37 euros por puesto de inserción–, se estima que el coste real
de una plaza de inserción sería de 2.903,91 euros.
Por lo tanto, si bien estas empresas cuentan con ayudas públicas para desarrollar su trabajo,
esta financiación únicamente supone el 20% que corresponde al sobrecoste de la inserción,
procediendo el 80% de ingresos totales de la la facturación, otros ingresos de explotación y las
ayudas privadas que consiguen las propias EI.
408
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4.2 D.A.F.O.
Debilidades. Dificultad de acceso a la reserva de contratación con la administración pública.
Debilidad de la actividad económica en el sector de desempeño. Escasa capacidad de auto
financiación.
Amenazas. Prolongación de la precariedad productiva. Prolongación de la dificultad de acceso a
la financiación. Posible mayor desregulación del mercado. Competencia de la economía sumergida.
Fortalezas. Defensa de los principios de economía social de las empresas de inserción. La
empresa de inserción es un instrumento de la economía real y es eficiente. Progresivo
reconocimiento social de su actividad.
Oportunidades. Polivalencia y apertura a nuevas actividades. Emprendimiento.
5. Conclusiones finales.
La actual crisis económica afecta de manera directa a las empresas de inserción en cuanto limita
y en algunos casos cierra las posibilidades de crecimiento y expansión. Corren peligro de ver
desbordadas sus estructuras por la nueva situación de pauperización creciente de la población. Los
sistemas internos de formación y orientación se sostienen pero no sabemos por cuanto tiempo.
6. Referencias bibliográficas
Naveda, A. (Coor.). (2011). Memoria social 2011. Federación de Asociaciones Empresariales de
Empresas de Inserción (FAEDEI). MADRID: FAEDEI
Carmona Orantes, G. (2002). El plan personal para la inserción socio laboral. Teoría y práctica en la
empresa para la inserción laboral. Observatorio local de empleo-Eida. Huelva: Universidad de
Huelva.
Castells, M. (1999). La era de la información. La sociedad red. Madrid: Alianza Editorial.
Herrero, C., Soler, A. y Villar, A. (2013). La pobreza en España y sus comunidades autónomas: 2006-
2011. Valencia: Ivie.
Juárez, M. y Casado, D. (Eds.). (1993). V informe sociológico sobre la situación social en España
sociedad para todos en el año 2000, Volumen 1. V Informe FOESA. Madrid
Rodríguez Moreno, R. (2007). Contradicciones y desafíos de la globalización para la educación
social. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 14, 119-127.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción.
A pesar de su repercusión social, aspectos asociados al Movimiento 15-M no han sido
suficientemente investigados en la actualidad. Por otra parte, la imagen estereotipada de la juventud
que se ha difundido en los medios asociada a dicho movimiento (Gomiz, 2011), no coincide con las
evidencias que en los estudios sociológicos recientes sobre la juventud española se han publicado en
2
los dos últimos años . Como estudiantes de educación social nos preocupan estos hechos y
consideramos su estudio como un tema de investigación de interés relevante en nuestro campo.
En esta comunicación presentamos los primeros resultados descriptivos y comparativos del
estudio sobre “Actitudes de la población universitaria de Cuenca ante el Movimiento 15-M” que los
autores estamos realizando como primer producto de un taller de iniciación a la investigación social
3
en el campus de Cuenca de la UCLM . Con la información recogida en nuestro estudio pretendemos
averiguar a través de qué medios se ha obtenido información del Movimiento 15-M, en qué grado la
población universitaria se considera informada sobre el tema, el nivel de identificación, implicación y
participación en dicho movimiento, y la percepción de esta población a cerca del estado actual y
futuro del mismo.
1
Trabajo realizado por estudiantes de segundo curso de grado en Educación Social, en un taller de iniciación a
la investigación social autogestionado, en el que participan como responsables de la formación los profesores
José Luis González Geraldo y María José Aguilar Idáñez.
2
Entre los estudios sociológicos más recientes sobre la juventud española, destacamos el Informe Juventud
2010 de González-Anleo y González Blasco (2010); el realizado para el INJUVE por Tezanos et. al. (2010) sobre
El horizonte social y político de la juventud española; y el último publicado en marzo de 2011 por el Instituto de la
Juventud titulado: Desmontando a ni-ni. Un estereotipo juvenil en tiempos de crisis. Una síntesis del primer
estudio citado puede consultarse en: http://imagenes.publico-
estaticos.es/resources/archivos/2010/11/24/1290602759388dossier-informe-jovenes-espanoles-2010-v3.pdf
3
Se trata de un taller pedagógico de formación en métodos y técnicas de investigación social, en el que el
aprendizaje se lleva a cabo mediante la realización de un proyecto de investigación. El taller de iniciación a la
investigación está integrado por un equipo de trabajo (seis estudiantes de segundo curso y dos profesores), y se
organiza de forma autogestionada. El taller se inició en noviembre de 2011 y continúa en la actualidad.
4
Utilizamos como referencias teóricas principales los trabajos y conferencia de Manuel Castells (1986, 2005-
2006, 2009 y 2011) y el libro de Alain Touraine (1990).
410
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
movimientos sociales es transformar la sociedad y cuestionar el estatus quo del poder político
en vigencia, por esta razón, son vistos como una amenaza y una subversión. (…) Las nuevas
tecnologías de la información han favorecido la aparición de multitud de movimientos sociales a
escala local, regional o global. La informática facilita la creación y difusión de materiales
informativos y de sensibilización que son fácilmente difundibles por Internet. Las posibilidades
de convocatoria instantánea son casi ilimitadas. La red ha creado un nuevo espacio de
florecimiento y encuentro para los movimientos sociales”. (Mora, s/f: 1)
En el último cuarto del siglo XX los movimientos sociales tradicionales, políticos y sindicales, se
perciben como claramente incapaces de incorporar en sus agendas las nuevas problemáticas y
cuestionamientos críticos que van apareciendo en el escenario mundial. Considerando que desde la
década de los ’60 las ideas y el pensamiento ecologista, feminista y pacifista van extendiéndose y
sensibilizando a una buena parte de las sociedades avanzadas, no es de extrañar que la percepción
social de los movimientos sociales “clásicos” se vea como obsoleta y con estructuras organizativas
incapaces de incorporar los nuevos aires del pensamiento crítico.
Como consecuencia de ello, aparecen en la escena mundial, sobre todo a partir de finales de los
’60, una serie de nuevos movimientos sociales tales como: ecologistas, feministas, pacifistas,
defensores de los derechos humanos, movimientos vecinales de diverso tipo, ONGs para el
desarrollo, movimientos antiglobalización o altermundialistas, etc. En la actualidad los movimientos
sociales más potentes a nivel mundial están centrados en procesos socioculturales y simbólicos. No
discriminan entre grupos sociales como lo hicieron los movimientos sociales tradicionales, sino que
pretenden cambiar conciencias. La edad, la extracción social, el estatus económico o cultural no
determina la pertenencia a estos movimientos sociales, como lo hicieron en el pasado; porque lo que
aglutina es el objetivo de cambio y toma de conciencia.
Otra característica de estos nuevos movimientos sociales es que cada vez más funcionan en
red, en redes globales que actúan en base a políticas mediáticas. Esto, que hace algunos años
hubiese sido imposible, ahora es fácil gracias al desarrollo de las tecnologías de la información que
permiten que se estructuren de esa manera. Todos estos movimientos formulan un cuestionamiento
crítico al sistema sociopolítico desde planteamientos nuevos.
Esto da lugar a la aparición de nuevos sujetos y actores sociales, y a nuevos espacios de
influencia (Touraine, 1990). Protesta colectiva, implicación personal y participación ciudadana son los
elementos claves de cualquier movimiento social. Buenos ejemplos de ello son los movimientos
antiglobalización o altermundialistas que se iniciaron en 1998 con la creación del movimiento ATTAC,
continuaron en 1999 con la importante manifestación de Seattle contra la OMC y se consolidaron a
5
partir del primer Foro Social Mundial de Porto Alegre en 2001 . En 2011 podemos mencionar las
movilizaciones sociales de la llamada “primavera árabe” reclamando más democracia y que se han
organizado a través de las redes sociales, y el movimiento 15-M, iniciado en España y extendido
rápidamente a otros continentes (“Ocupemos Wall Street” y otros similares en diferentes países) que
resultan paradigmáticos del tipo de movimientos sociales y nuevos actores que se están situando y
posicionando en el escenario sociopolítico actual.
El fenómeno progresista Occupy Wall Sreet es el fenómeno contestatario más serio y extenso
ocurrido en los EEUU desde las protestas contra la guerra de Vietnam en las década de 1960. Y se
produce como rechazo al deterioro político social y económico de Estados Unidos. (…) El mayor
activo del movimiento Occupy Wall Street es su capacidad de reunir a ciudadanos norteamericanos
muy diversos en torno a una plataforma políticamente independiente que da voz a su descontento
social. (Matthews, 2011, p.8 y 10)
Por tanto, es en épocas donde reaparecen las crisis, donde tiene vital importancia el nacimiento
de estos movimientos sociales reivindicando la transformación de la realidad social. Vivimos inmersos
en un periodo de crisis general donde el declive de las economías está en pleno auge, con los
consiguientes problemas sociales que ello supone, sobre todo afectando a los grupos sociales más
perjudicados de la sociedad. La confianza en las voluntades políticas de mejora y cambio, han
fracasado y son inexistentes, es por ello, por lo que la sociedad exige un cambio, y lo hace a través
de movimientos sociales como el del denominado 15-M, originado en España. Este movimiento cobra
una fuerza impresionante de convocatoria, y es que, la convivencia con las nuevas tecnologías y con
la sociedad de la información, tienen potencialmente un poder de convocatoria masivo e inmediato.
5
Véase: http://www.attacmadrid.org/d/5/050204114706.php
411
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Ejemplo 1:
El País, día 1 de enero de 2012:
Titular: La crisis siembra la anti-utopía. Subtitulo: << El Foro Económico Mundial pronostica
la emergencia de “una nueva clase de Estados críticamente frágiles>> Pone de relieve que en
movimientos sociales como el de los ocupa —significativamente llamados en España “los
indignados”— y los levantamientos en los países árabes han generado dos aspectos
“preocupantes”: “la creciente frustración de los ciudadanos con los poderes político y
económico y la rapidez de la movilización pública a través de las tecnologías de conectividad”.
Debido a ello, surgen las primeras concentraciones pacíficas de este movimiento, también
bautizado con el sobre nombre de indignados, tal vez, porque su principal repulsa es contra el
sistema económico y político de este país. Este movimiento social de nueva creación ha traspasado
nuestras fronteras, contagiando su espíritu reivindicativo, teniendo por tanto un efecto globalizador.
Ejemplo 2:
El País, día 31 de diciembre de 2011:
Titular: Y el 15-M Desbordó fronteras. Subtitulo: <<Este movimiento fue uno de los
fenómenos que en 2011 colocaron a España en el mapamundi. En un año marcado por las
malas noticias, aportó un soplo de aire fresco y combativo con su ADN no violento>>. Miles de
jóvenes a lo largo de nuestro territorio nacional, aunaron sus fuerzas en señal de protesta
contra la realidad que rige nuestra sociedad. Muchos de estos jóvenes, son personas
formadas, maduras y con una opinión construida con sus conocimientos.
Ejemplo 3:
El País, 22 de febrero del 2012:
Titular: La mitad de los indignados del 15-M en Bilbao tenía estudios universitarios.
Subtítulo: << Así lo asegura un estudio realizado por el equipo de investigación del Centro de
Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, que ha contado con el apoyo de la Dirección de
Juventud del Gobierno vasco. >>
Para nosotros, este es un tema de gran repercusión social en la actualidad, que no puede
dejarnos indiferentes, pues se trata de un movimiento social con una participación considerable, y que
surge como fenómeno ante una situación de descontento generalizada. Esta situación, lleva a la
población a salir a la calle y reivindicar sus derechos. La ciudadanía participa activamente, tanto a
través de redes sociales como en la calle. Nos despierta interés ser conocedores de la implicación y
participación activa de los jóvenes en este movimiento, así como conocer sus opiniones respecto al
mismo. Es por ello que nace nuestra investigación, para reflejar y contrastar lo que la bibliografía y los
medios de comunicación han mostrado de este movimiento social, y cuál es la percepción del mismo
en la población universitaria del campus de Cuenca.
3. Diseño metodológico
Se ha construido una escala específica de medición de actitudes y opiniones tipo Likert, con 41
ítems. El tratamiento de los datos obtenidos ha sido análisis descriptivo, análisis de correlación y
6
análisis factorial .
Hemos seleccionado una muestra representativa de la población universo de los estudiantes de
Cuenca, siendo en la actualidad 4.584 los matriculados en este Campus. Nuestra muestra ha sido de
250 estudiantes de distintas facultades del Campus, distribuidos por titulación de acuerdo al siguiente
gráfico:
6
Al ver los resultados del análisis factorial, que no hemos podido utilizar, nos hemos dado cuenta de algunos
errores que hemos cometido al diseñar el cuestionario. Esperamos que en nuevas fases de trabajo en el taller
podamos depurar esos errores y mejorar el diseño del cuestionario, complementando nuestro estudio con otro
tipo de datos más cualitativos y otras técnicas de investigación. Los datos que se analizan en este texto son
algunos de los descriptivos y correlaciones, que no se han visto afectados por los errores de diseño del
instrumento mencionados.
412
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Datos descriptivos
A continuación mostramos los datos obtenidos que han resultado más significativos en nuestra
investigación:
413
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
414
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
No se ha encontrado ningún dato significativo que exprese desacuerdo, pues en ningún caso
éste posicionamiento ha superado un 27 por ciento. Por lo general, la media de las respuestas que
expresan desacuerdo es de un 12,66 por ciento, razón por la cual no consideramos de relevancia
estos datos, en lo que a este texto se refiere.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
A pesar de que el principal medio de acceso a la información son los noticiarios de la televisión
o la radio (67,2% todos los días), también se recurre a la prensa en papel o digital. Sin
embargo, si se trata de obtener información específica ya sea sobre política y sociedad, la
frecuencia de consulta es menor: Además, en el caso de programas específicos de política, se
prefiere (es decir, la frecuencia es mayor) la consulta a través de internet que en radio y
televisión (INJUVE, 2011, p.39).
La población juvenil relacionada con este movimiento se presenta estereotipada y
homogeneizada en los medios de comunicación dividiéndose en cuatro estereotipos: violentos, perro
flauta, ni-ni y comprometido. Los medios de comunicación han utilizado los tres primeros estereotipos
en el tratamiento informativo sobre los jóvenes participantes en el 15-M, a pesar de que no
representan la realidad de la juventud española, tal como demuestran los estudios del INJUVE y el
resto de los autores mencionados al inicio del texto. No les ha interesado mostrar gran parte de la
sociedad joven comprometida, formada y con un espíritu crítico que intenta reivindicar su compromiso
social (Gomiz, 2000). De aquí que tengamos que dar la razón a Gomiz, cuando afirma que los medios
tradicionales siguen estando al servicio de un mercado neoliberal al que no le interesa que existan
movimientos sociales de este calibre, pues reivindican el fin del mismo. Con ello intentan que la
sociedad los perciba con miedo y recelo, para así desvirtuar el movimiento social de los jóvenes.
416
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Los procedimientos utilizados por los medios de comunicación para lograr ese propósito son los
siguientes, por orden cronológico de aparición en esos días del 15-M (Gomiz, 2011, p.112-119):
La indiferencia (“si no se cuenta, no pasa”, “si no se habla de ello, no existe”), que es la
estrategia denominada “espiral de silencio”.
Politización del movimiento: las informaciones relegan a los jóvenes a un segundo plazo
y son los representantes políticos los protagonistas de la información sobre el
movimiento, que se convierte en un actor secundario, en un instrumento.
El discurso del miedo y las imágenes estereotipadas de la juventud: donde los
estereotipos mencionados de violento, perro-flauta y ni-ni se reiteran, a fin de crear
miedo y desconcierto entre el público, generar desconfianza en el movimiento y degradar
la imagen del mismo.
La teoría de la conspiración, o la idea del joven manipulado por “alguien” que está detrás
(un partido político o una “mano negra”) y que se esconde; lo que provoca una imagen
de juventud inmadura y sin conciencia social propia. Cuando este discurso se puso en
entredicho, al comprobarse que no había ningún partido detrás del movimiento, los
medios comenzaron a mostrar un discurso caótico, minusvalorando sus acciones y
reivindicaciones, o exigiéndosele que presentaran alternativas, como si de expertos o
políticos se tratara.
El mensaje silenciado: los medios identifican a los políticos como el “enemigo común” y
no hacen alusión a los bancos ni al sistema financiero, cuando todos sabemos que el
poder ha dejado de estar en manos de la política, para residir única y exclusivamente en
manos del poder financiero.
417
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
la muestra, y, sin embargo, no participan en él, cuando además nos confirman, que no hay nada que
les impida participar. Esto pudiera tener relación con la crisis de la que Bauman habla y de ese miedo
existente en la sociedad.
En la actualidad, casi el cuarenta por ciento (39,2) de la población universitaria piensa que el
movimiento se ha desvirtuado. Tal vez esto tenga relación con lo comentado en el apartado de los
medios de comunicación, ya que se ha comprobado que han sesgado la realidad del movimiento,
ofreciendo una imagen que no se corresponde con la realidad del mismo, y respondiendo así a los
intereses del poder financiero, que está detrás de esos medios. Los jóvenes, en contraposición,
piensan que este movimiento va a resurgir antes de que acabe la crisis (49,2 por ciento), lo que
denota que lo ven necesario en tiempos de dificultad. Por tanto creen en el movimiento para la
modificación de la situación.
Una vez más los resultados de nuestra investigación, corroboran las afirmaciones de Bauman,
en el sentido que se percibe una ausencia de identidad común y pertenencia comunitaria, tal vez por
lo que nos impone el mercado, el que no desea reivindicaciones en la calle, y por tanto prefiere no
convivir con movimientos sociales que intentan acabar con el sistema.
5.4. Percepción sobre el estado actual y futuro del movimiento 15-M
Vemos, en los resultados de la investigación, que la población universitaria cree que las
personas que participan en el movimiento 15-M tienen intereses distintos (41,5 por ciento). Por tanto
se ve claro que la percepción de los encuestados, es que existen intereses tras este tipo de
movimientos, aunque éstos sean diversos. No dejan ver tan claro los resultados de la encuesta, si se
trata de intereses políticos, aunque el porcentaje mayor de la muestra dice que sí, en un 37,7 por
ciento de los casos. Por consiguiente, de esa población en la que veíamos que nos decía que existen
distintos tipos de intereses, este dato nos muestra que la mayoría de estos intereses sean tal vez de
carácter político, según los encuestados.
Claramente, la mitad exacta de la población encuestada afirma que “a los políticos no les
interesa que existan movimientos de este tipo”. Tengamos en cuenta que, como ya mostraron los
universitarios (uno de los eslóganes que no incluimos en los ítems), ellos mismos no lo descubrieron
en la pregunta a si sabían algún eslogan más, y este en muchos casos fue el de “no nos
representan”. Por ello, parece que la población no se siente identificada con el actual sistema político.
De hecho, otro dato a destacar es que la población encuestada dice que este tipo de movimientos no
deberían existir sólo en periodos preelectorales (66 por ciento). Lo cual quiere decir, que los
encuestados piensan que el movimiento debe de estar más allá de puntos de partida políticos, y tener
sentido en cualquier época que fuese necesario.También en este epígrafe, cabe destacar que a la
población encuestada, no le parece que sea demasiado útil el estilo asambleario que utilizó el
movimiento, pues sólo un 30 por ciento afirma que éste es un estilo y procedimiento práctico.
418
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
solo se refieren a la codificación (para evitar interpretaciones erróneas de los encuestados, y así
facilitar la codificación de los ítems), sino que también afecta al diseño de alguno de los mismos.
Por ejemplo, concluimos que en el futuro deberíamos sustituir el uso de ítems en los cuales se
ha dejado la respuesta abierta, por otros que solamente nos proporcionen respuestas específicas
guiadas por respuestas cerradas de opción múltiple. De igual forma, sustituiríamos otros ítems con
respuestas a través de opciones múltiples desplegables, ya que debido a una errónea formulación,
hemos conseguido el efecto contrario, no tener precisión en las respuestas.
Ante los datos de procedencia consideramos significativo para el futuro, ampliar el conocimiento
acerca del nivel socioeconómico de los sujetos estudiados. También debemos modificar la pregunta
sobre el lugar de procedencia: sería mejor habernos referido a medio rural, urbano o poblaciones
intermedias, en lugar de pedir el nombre de su localidad, pues no hemos podido utilizar este tipo de
información. También consideramos necesario revisar el estado del posicionamiento ideológico a nivel
político, así como la experiencia previa en asociacionismo o pertenencia a grupos y voluntariado en
organizaciones, con líneas dirigidas a participación social. Suponemos, por los informes que hemos
consultado y citado en este texto, que quienes tengan una experiencia previa de participación social,
serían más proclives o estarían más predispuestos a participar en este movimiento.
Otra mejora a tener en cuenta es la formulación de todas las preguntas de forma positiva, ya que
las negativas dan lugar a confusión y a respuestas sesgadas. También tenemos que hacer una
profunda depuración de casillas (como la intermedia, pasando de 5 a 4 opciones de expresión del
grado de acuerdo, evitando la posición central equidistante de los extremos) y que impiden mostrar
un posicionamiento firme. También vamos a eliminar la casilla “no sabe/no contesta”.
Por todo lo anteriormente expuesto, concluimos diciendo que esta experiencia ha sido una
buenísima “prueba piloto” para profundizar y avanzar en el estudio sistemático y más científico del
tema objeto de investigación, y que nos ha servido para darnos cuenta de los errores más frecuentes
en que se puede caer en un proceso de investigación social de actitudes y opiniones.
7. Referencias Bibliográficas
Bauman, Z. (2011). La crítica como llamado al cambio. Entrevista realizada en RNW Radio
Nederland, Servicio en Español, publicada en vídeo el 10 de septiembre de 2009. Extraído de
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noviembre de 2001 en el Department of Media and Communications public lecture. Extraído de
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205, 8-10.
419
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
420
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Ciraso-Calí, Anna
Universidad Autónoma de Barcelona
anna.ciraso@uab.cat
Núñez, Héctor
Universidad Autónoma de Barcelona
hectordavid.nuñez@uab.cat
Ribot-Horas, Arantxa
Universidad Autónoma de Barcelona
arantxa.ribot@uab.cat
2. Metodología
El trabajo se ha llevado a cabo por un equipo formado por evaluadores universitarios, técnicos
locales y vecinos de la localidad que participan en entidades sociales de la comunidad; es lo que
denominamos “grupo motor” de la Evaluación Participativa. Una de las primeras sesiones evaluativas
consistió en elaborar un mapa de las acciones comunitarias que se estaban desarrollando en la
comunidad. Se identificaron un total de 13 ámbitos temáticos, que abordan, entre otros, aspectos
1
El proyecto es coordinado por Xavier Úcar. Participan A. Ciraso, E. Crespo, E. Gil, P. Heras, A. Llena, H.
Núñez, P. Pineda, A. Planas, A. Ribot, L. Sánchez, P. Soler.
421
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
En una segunda fase, se utilizó la entrevista semi-estructurada como técnica para la recogida de
la información sobre el funcionamiento y el resultado de las acciones comunitarias “anticrisis”.
Entrevistamos a un total de 11 agentes clave, relacionados con los proyectos que configuran la línea
de acción comunitaria “anticrisis”; obteniendo información de 7 proyectos. Se realizan 5 entrevistas,
de las cuales 4 fueron individuales y 2 grupales (una de ellas a 2 personas y la otra a 6 personas). De
los agentes clave entrevistados, 8 son mujeres y 3 hombres. De los 11 agentes entrevistados 8 son
422
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Figura 1. Documento que presenta los principales resultados de las entrevistas semi-estructuradas
Y finalmente, se diseñó una dinámica para discutir y valorar esta información con los
participantes de la EP. Debido a la complejidad que siempre representa el trabajo comunitario y la
ausencia de referencias específicas sobre las propuestas de evaluación participativa de acciones
comunitarias, se utilizaron unos criterios para la selección de la técnica más apropiada en el
desarrollo de la dinámica de evaluación. La técnica aplicada debía:
a) Permitir valorar la situación actual de la línea, pero también elaborar propuestas de cambio.
b) Posibilitar el trabajo con información muy concreta y muy práctica.
c) Facilitar la implicación activa de los participantes.
d) Ayudar a que las personas se interroguen sobre la información o los datos presentados.
e) Durar como máximo 2 horas.
423
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ELEMENTOS EXTERNOS QUE LIMITAN LAS ACCIONES DE ACCIONES CONCRETAS QUE SE PUEDEN REALIZAR PARA
LA LÍNEA MEJORAR
3. Resultados
3.1. Entrevistas a agentes clave
Entre los resultados obtenidos a través de las entrevistas semi-estructuradas, destacamos que:
Aunque existe un núcleo de personas que participan activa y establemente en las acciones, se
percibe una falta de relevo generacional, faltando la participación de los jóvenes del municipio.
En general, hay pocas incorporaciones de personas nuevas a los proyectos.
Los participantes manifiestan su preocupación ante la existencia de información sesgada sobre
los proyectos entre la población: rumores, mala fama de algunos proyectos o la sensación, por
parte de los vecinos, de que las personas voluntarias presten su tiempo a las acciones a
cambio de un beneficio económico personal.
En general, la estructura de trabajo dentro de los proyectos y acciones es poco definida.
En estas acciones, se busca fomentar la autonomía de las personas. Esto se manifiesta de dos
maneras: en primer lugar, con la emancipación de algunos proyectos del Ayuntamiento, con un
traspaso de responsabilidades desde las técnicas del municipio hacia vecinos/as. Y en segundo
lugar, con la participación activa de algunos usuarios de los servicios asistenciales en la gestión
de los proyectos “anticrisis”.
La valoración general de las acciones es positiva, considerando las necesidades a nivel de
alimentación, trabajo, socialización etc. que los proyectos cubren. Además, se percibe como
parte de los resultados también el conocimiento mutuo entre la población, el fomento de la
solidaridad vecinal y de una cultura del intercambio.
3.2. Resultados de las dinámicas de evaluación
Una vez recopilada y analizada la información de las entrevistas, se procedió a su efectiva
valoración por parte del grupo motor de la EP. Además, algunos participantes del grupo motor
volvieron a realizar la dinámica de evaluación en sus respetivas entidades; esto es lo que
denominamos “multiplicación”. En concreto, expondremos los resultados obtenidos de las dinámicas
desarrolladas (1º) con un grupo de voluntarios sociales y (2º) con los chicos y chicas con
discapacidad intelectual de la Fundació Tallers.. Las multiplicaciones permiten que algunos miembros
424
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
del grupo motor lideren dinámicas de Evaluación Participativa en el territorio y extiendan sus efectos
en la comunidad.
Aunque en la dinámica de evaluación de la línea “anticrisis” se recogieron tanto las percepciones
individuales de los evaluadores como las conclusiones extraídas conjuntamente en base a ellas, en
este punto expondremos únicamente las aportaciones colectivas, pues sintetizan los aspectos a los
que las personas confieren una mayor importancia. Dadas las particularidades de cada sesión y de
cada grupo, se presentan los resultados por separado.
3.2.1. Resultados de la dinámica realizada por el grupo motor
En cuanto a los puntos fuertes de las acciones de la línea “anticrisis”, los miembros del grupo
motor convienen que el hecho de participar en el desarrollo de estos proyectos supone un beneficio,
sea tangible o intangible, no sólo para las personas y familias que reciben los servicios prestados
(acompañamiento a personas mayores, ropa o libros de segunda mano, alimentos, etc.); sino también
para aquellos que dedican desinteresadamente su tiempo y sus esfuerzos a ayudar a quienes más lo
necesitan. Y es que, en general, se trata de personas mayores, jubiladas o en el paro que mediante
su contribución al bienestar de los demás se mantienen activas y se sienten útiles. Asimismo, los
integrantes del grupo motor destacan que este tipo de actuaciones promueven, además, valores tan
positivos como la solidaridad, el compromiso y la responsabilidad social; valores que, según creen, se
están perdiendo progresivamente.
Por otra parte, en relación a los aspectos que limitan interna y externamente las acciones
comunitarias, los evaluadores del grupo motor distinguen los siguientes:
- Entre los aspectos internos, coinciden en que los que más limitan las acciones comunitarias
son:
a) Las dificultades, sobre todo de tiempo, para conciliar las responsabilidades laborales
y familiares, y las responsabilidades asumidas en el marco de los distintos proyectos;
b) La desigualdad en el grado de implicación de los diferentes participantes y la falta de
personas dispuestas a ayudar con el núcleo estable de responsables y voluntarios.
c) La falta de coordinación entre los distintos proyectos;
d) Los conflictos existentes entre las diversas entidades que comparten finalidades.
Desde el punto de vista de los evaluadores, estos conflictos son causados por los
rumores, la mala fama y las enemistades entre personas o entidades.
- Entre los aspectos externos, mencionan como aquellos elementos que los que más limitan
las acciones comunitarias:
e) El sentimiento generalizado de que no se puede hacer nada para cambiar la situación
socioeconómica. Los participantes se refieren a este sentimiento como fatalismo;
f) La falta de apoyo explícito de las personas de la comunidad no implicadas en los
proyectos;
g) La falta de ayudas económicas y subvenciones para mantener los proyectos
existentes y desarrollar proyectos nuevos.
Por último, en lo que a las propuestas de mejora se refiere, los participantes plantean algunas
ideas siendo conscientes de que, hoy por hoy, las propuestas deben ser creativas y que no requieran
grandes cantidades de dinero para implementarlas:
Mejorar los canales de información y difusión (sobre todo las redes sociales) de los
proyectos que se llevan a cabo para darlos a conocer a la población e incentivar su
implicación;
Facilitar espacios de encuentro donde los representantes de las distintas entidades
puedan intercambiar experiencias e ideas, coordinarse y trabajar conjuntamente.
425
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Por una parte, en cuanto a los puntos fuertes de las acciones del voluntariado, las voluntarias
destacaron básicamente los mismos que señalaron los integrantes del grupo motor en relación a las
acciones de la línea “anticrisis”. Las voluntarias se refirieron positivamente:
a) A la solidaridad y a la predisposición de las personas para acompañar y prestar su ayuda a
quienes más lo necesitan;
b) Al hecho de que llevar a cabo de manera altruista estas actividades también les hace sentirse
bien consigo mismas.
Por otra parte, con respecto a los aspectos internos que limitan las acciones del voluntariado,
las mujeres inciden esencialmente en la edad y la disponibilidad de los voluntarios y las voluntarias
con los que cuenta en la actualidad. Según ellas, se trata de personas mayores que, además de tener
que cuidar de sus familias (ellas hablan especialmente de sus maridos y sus nietos/as), cada vez se
encuentran más cansadas y menos ágiles, limitaciones que achacan a la edad. Asimismo,
manifiestan la necesidad de contar con una persona formada y capacitada para liderar al equipo de
voluntarios y realizar tareas administrativas y de coordinación con otras entidades.
En relación a los aspectos externos que limitan las acciones del voluntariado, apuntan, como
lo hacen los miembros del grupo motor, las dificultades para conciliar sus distintas responsabilidades
y el déficit de recursos económicos para mantener sus proyectos y crear otros nuevos.
Por último, en lo referente a las propuestas de mejora de las acciones del voluntariado, todas
están de acuerdo en que tienen que pensar en la manera de captar personas voluntarias más jóvenes
yendo, por ejemplo, a los institutos, a las AMPAs o a la biblioteca a hablar de lo que hacen o
publicando su trabajo en revistas y/o páginas web que contengan información actualizada sobre el
municipio. Esto es lo que más preocupaciones les genera, dado que amenaza la continuidad de sus
proyectos a largo plazo. También coinciden en que deben buscar la forma de coordinarse con otras
entidades sociales del territorio para sumar esfuerzos y ampliar el alcance de su actividad, más
ahora, en tiempos de crisis.
3.2.3. Resultados de la dinámica realizada por los chicos y chicas de la Fundació Tallers
Dos son los principales resultados de la multiplicación de la dinámica de evaluación en la
Fundació Tallers. Por un lado, las aportaciones de los chicos y las chicas del Centro Especial de
Trabajo y, por otro, el hecho de incluir a estas personas en el proceso participativo. A continuación se
exponen las respuestas que dan los y las jóvenes a las tres preguntas que les plantea el dinamizador:
a) En referencia a las actividades que realizan en la Fundación y la manera como esto
les ayuda a vivir en tiempos de crisis, los participantes destacan que trabajan en el Centro
para poder pagar una vida que cada día es más cara. Apuntan, por otra parte que, en sus
casas, procuran ahorrar en el consumo de electricidad y agua.
b) Con respecto a las dificultades con las que se encuentran para mantener su trabajo,
lo chicos y las chicas de la Fundación señalan unánimemente la irregularidad del volumen de
trabajo y la falta de subvenciones para mantener su puesto de trabajo.
c) En relación a las propuestas para superar dichas dificultades, los y las jóvenes no
dudan en afirmar que lo que deben hacer es luchar, dar el máximo de sí mismos en el trabajo,
buscar alternativas fuera de la Fundación y ahorrar.
4. Limitaciones e incidencias
A nivel metodológico, apuntamos dos principales limitaciones de la Evaluación Participativa
desarrollada para las acciones “anticrisis”.
En primer lugar, en la dinámica se hizo imposible diferenciar entre el funcionamiento de la línea
“anticrisis” y los resultados de la misma. Entendemos que esto puede restar precisión a los resultados
obtenidos de la Evaluación Participativa; sin embargo la decisión fue tomada “in situ” para facilitar el
desarrollo de la dinámica. Dicha decisión obedeció a la priorización de la comprensión de la actividad,
por parte de los integrantes del grupo motor, por encima de la precisión de la evaluación.
En segundo lugar, observamos una importante reticencia por parte de los integrantes del grupo
motor a liderar la multiplicación de la dinámica en su grupo de referencia. Este hecho evidencia las
problemáticas que se pueden derivar del hecho de solicitar, a personas no expertas en evaluación, la
gestión o aplicación de técnicas para las que no se consideran suficientemente preparadas. Muestra,
426
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Conclusiones
A partir de aquí se pueden exponer conclusiones sobre el rol de las distintas personas
vinculadas en la EP y los aprendizajes que de esta experiencia se han obtenido, así como las
reflexiones que han realizado el equipo de investigadores, que pueden ayudar a futuros proyectos de
EP que se quieran poner en práctica.
Es posible concluir que la mayoría de los integrantes del grupo motor y de los participantes han
presentado dificultades para concretar las acciones de la línea comunitaria “anticrisis”. Esto es debido
a que los integrantes de los distintos proyectos no identificaban que estaban realizando un trabajo
común, ni tampoco se sentían parte de la misma línea de acción comunitaria. Pese a que como
resultado de la EP se plantean una serie de propuestas interesantes, sería necesario definir más
concretamente estas propuestas y operativizarlas en acciones específicas para que pudieran ser
puestas en práctica.
A nivel general la valoración de las acciones “anticrisis” ha sido favorable. Los participantes de la
línea consideran que las actuaciones que se han llevado a cabo han fomentado la responsabilidad, la
solidaridad, el compromiso social, así como el sentimiento de bienestar de las personas tras haber
participado en actividades altruistas.
Tomando como referencia el grupo motor, es interesante concluir que la evaluación ha tenido
diferentes resultados para los técnicos y las personas de la comunidad, pues los primeros disponen
de conocimientos más teóricos y experiencia en el diseño, la implementación y la evaluación de
procesos educativos y/o participativos; por otro lado, las personas de la comunidad, pese que
participan en ella, no disponen del mismo nivel de conocimientos ni de recursos técnicos para poder
evaluar las acciones. Pese a estas diferencias, el intercambio de conocimientos ha sido positivo y
productivo.
En lo que se refiere a los vecinos de la comunidad de Badia del Vallès, es interesante remarcar
que el poder participar en esta experiencia les ha ofrecido la oportunidad de conocer más y mejor su
comunidad así como poder compartir sus preocupaciones con sus iguales y se han fortalecido los
vínculos entre los miembros de la comunidad.
Por otra parte, los técnicos, dado que han tenido la posibilidad de formar parte del grupo motor,
han podido conocer las percepciones, opiniones y preocupaciones de las personas, así como mejorar
técnicas y procedimientos para poder evaluar las actuaciones de entornos comunitarios o en sus
contextos profesionales.
En el presente artículo solo se han presentado los resultados de la EP de la línea “anticrisis” que
se ha desarrollado en Badia del Vallès. No obstante, los resultados obtenidos en proyecto global no
se reducen a los presentados. El proceso de la EP ha posibilitado el empoderamiento de todos los
participantes en uno u otro nivel. Se han adquirido, generado y compartido conocimientos y
sentimientos a lo largo de los debates y este hecho, es lo que da sentido a la EP.
6. Referencias Bibliográficas
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Whitmore, E. (1998). Editor’s notes. New Directions for Evaluation. 80, 1-3.
427
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: educación social penitenciaria, tercer sector, entidades colaboradoras, mujeres
reclusas, programas socioeducativos.
428
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Artículos 17, 82, 83,86.4,111,114,116,165-167,182,185,195 y 196 del RP.
429
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
cuales elaboran e impulsan las diferentes líneas de actuación para su aprobación en el pleno del
Consejo:
1. Comisión del Consejo Social y Coordinación
2. Comisión de Reinserción Social y Salud
3. Comisión de Intervención Penitenciaria y análisis de calidad de vida en las prisiones
4. Comisión laboral y OATPFE
5. Comisión de penas y medidas alternativas.
Como una de las principales normativas reguladoras para la coordinación y desarrollo de los
programas y actuaciones en la intervención social de las entidades colaboradoras en Instituciones
Penitenciarias, nace en el año 2008 la Orden INT/3191/2008, de 4 de noviembre, de creación del
CSP y de los Consejos Sociales Penitenciarios locales (BOE, 2008).
430
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Estas entidades citadas se constituyen parte a nivel nacional, pero existen otras entidades que
configuran los Consejos Sociales Locales de los centros penitenciarios, y que desarrollan importantes
labores regionales o locales mucho menos extensas pero múltiples y con programas de acción
variados. Como hemos abordado con anterioridad, los programas denominados en las
macrotipologías. Dentro de ellos, existen en todas las modalidades, programas con mayor énfasis
socioeducativo tales como formación ocupacional y para el empleo, preparación a la vida en libertad,
pisos de acogida, unidades dependientes, atención a personas con discapacidad, actividades lúdicas,
personas mayores, extranjeras, jóvenes o mujeres, prevención y educación para la salud o
programas deportivos, educativos o culturales en todas sus modalidades.
En la mayoría de estos casos, muchos de estos programas, presentan enfoque socioeducativo,
desarrollados por personal educativo (aunque no sean educadores/as sociales en muchos casos
pertenecientes a la Administración. Penitenciaria) (Del Pozo y Añaños, 2012). En el caso de las
entidades del tercer sector, y entidades colaboradoras no penitenciarias, en muchas ocasiones si
presentan perfiles como educadoras/es sociales. La necesidad de profesionalización educativa, se
presenta como un reto urgente en el ámbito penitenciario (Del Pozo y Gil, 2012).
4. Metodología
El estudio se centra en mujeres del medio penitenciario en dos regímenes de vida (abierto y
ordinario) y que se encuentran clasificadas en 2º o 3er grado de cumplimiento de pena. La población
de la que se extrajo el marco muestral fue de 3.484 mujeres. Se llevó a cabo un proceso estratificado
llegando a muestrear aproximadamente un 17% de la población. La selección de la muestra a
encuestar y entrevistar se realizó al azar entre aquellas que de forma voluntaria y previo
consentimiento informado accedieron a participar, en los 42 centros seleccionados en todo el territorio
nacional. La metodología de investigación es multimétodo, con una muestra de 538 cuestionarios
válidos, 61 entrevistas en profundidad a las mujeres reclusas de todo el territorio nacional -Generalitat
de Catalunya y de la Administración General del Estado (AGE)- y cuestionarios al personal
profesional.
431
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
432
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
preferente sólo para 7. Estos datos nos continúan demostrando la insuficiente acción con la población
drogodependiente para conseguir los procesos de recuperación.
Continuando con el análisis de los elementos de los programas descritos por los profesionales, sí
serían los objetivos relacionados con la salud y las drogodependencias los situados cuantitativamente
como principales (37) considerando los datos globales presentados por el personal profesional.
Posteriormente se situarían los objetivos relacionados con la reinserción social, laboral, género, etc.
Otro de los datos fundamentales a estudiar en los datos ofrecidos por los cuestionarios, es el
porcentaje de mujeres que según el personal (pregunta 25 del cuestionario) consiguen desarrollar
positivamente el programa. Atendiendo a estos resultados encontramos que entre quienes piensan
que las mujeres lo consiguen ampliamente (23,3%) y suficientemente (41,9%), tenemos que la
mayoría del personal (65,2%) creen en los resultados satisfactorios por parte de las mujeres en
relación a la consecución de objetivos.
7. Referencias Bibliográficas
ADSIS (2013). ADSIS en el Consejo Social Penitenciario. Extraído de
http://www.adsis.org/leermas2_pobres.php?id=%2051
ASECEDI. Asociación de entidades de centros de día. (2013). Extraído de http://www.asecedi.org/
Añaños, F. (Coord.). (2010) La Educación Social en contextos de riesgo y conflicto: Las Mujeres en
las prisiones. Barcelona: Gedisa.
BOE (2008). “ORDEN INT/3191/2008, de 4 de noviembre, de creación del Consejo Social
Penitenciario y de los Consejos Sociales Penitenciarios Locales”. Boletín Oficial del Estado,
270: 44566-44568, 8 de noviembre de 2008. Extraído de
http://www.institucionpenitenciaria.es/web/export/sites/default/datos/descargables/descargas/Cr
eacion_del_consejo_social_penitenciario.pdf
434
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
435
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
García-Pérez, Omar
Universidad de Oviedo
garciaomar@uniovi.es
Peña Calvo, José Vicente
Universidad de Oviedo
vipe@uniovi.es
Inda Caro, Mª de las Mercedes
Universidad de Oviedo
indamaria@uniovi.es
Fernández García, Carmen María
Universidad de Oviedo
fernandezcarmen@uniovi.es
1. Introducción
La crisis económica ha acabado influyendo directamente sobre la situación social de la población
(Vecina et al., 2013), cuyo impacto ha evidenciado un progresivo endurecimiento de las condiciones
de vida en los hogares (Laparra y Pérez Eransus, 2012). En este sentido, sus consecuencias no se
han limitado simplemente al descenso de la actividad económica y al declive de las inversiones y el
consumo, sino que a mucho más allá, deteriorando aspectos individuales, sociales, económicos y
culturales. Tanto es así que, como manifiesta Vicenç Navarro (2012), la crisis está afectando muy
negativamente al bienestar y calidad de vida de las familias en España en magnitudes e intensidad
mucho mayores a las que se conocían y publicaban. En definitiva, afecta a los ciudadanos en su
rutina diaria, a su estado mental y emocional, a sus relaciones familiares y profesionales, a la
educación de los más jóvenes, etc. De modo que la persona está influenciada por el contexto en el
que vive, y en la actualidad dicho contexto está caracterizado por acontecimientos estresantes
provocados por la crisis (Uutela, 2010).
Así pues, estamos abocados a una ostensible transformación del “paisaje social de la vida
humana”, del que participan un complejo e imprevisible mosaico de escenarios, y que no pueden
entenderse al margen de las múltiples realidades, problemáticas y desafíos de nuestro tiempo
(Caride, 2007). En este sentido, el sentimiento de pertenecer a una gran colectividad, de compartir un
trayecto común y al tiempo diferente, no puede en ningún caso crearse o construirse artificialmente,
sino que debemos reivindicar nuevas perspectivas de desarrollo para el conocimiento, la formación y
la investigación en la vida cotidiana de los ciudadanos; y, por tanto, de todas aquellas entidades,
colectivos e instituciones que estén en condiciones de contribuir a esta tarea en cada país asumiendo
los compromisos y responsabilidades que ello comporta (Caride, 2008).
Una de esas instituciones es la Universidad, que no puede estar alejada del contexto social de
crisis en el que vivimos y que hace cada vez más precisa la articulación de la educación social con la
escolar, unido al impulso del Espacio Europeo de Educación Superior, en el que ya no basta con que
el individuo acumule conocimientos, sino que sobre todo debe estar en condiciones de aprovechar y
utilizar durante toda la vida cada oportunidad que se presente de actualizar, profundizar y enriquecer
ese primer saber y de adaptarse a un mundo en permanente cambio (Sáez Carreras y Molina García,
2006).
De este modo, la Universidad adquiere gran relevancia en este momento, como elemento
vertebrador en torno al que se articulan y exteriorizan diferentes problemáticas y expectativas
sociales, culturales y educativas, que amplían su rol institucional y sus potencialidades más allá de
los espacios y tiempos lectivos extendiéndose a toda la vida y a todas las personas que se sitúan en
sus ámbitos de influencia geográfica y social (Caballo Villar y Gradaílle Pernas, 2008). La universidad,
tal y como ya escribía Tünnermann en 1999, debe caracterizarse, precisamente, por la búsqueda
permanente de respuestas a los problemas que se suscitan en su entorno.
Por tanto, la organización de la enseñanza no deberá limitarse al aula, sino centrarse en el
alumno y en los objetivos de su formación, con un sentido diferencial y autónomo de lo que han de
436
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ser sus procesos de aprendizaje y la transferencia de las competencias que de ellos se deriven hacia
la formación de ciudadanos comprometidos ética y moralmente con la sociedad actual y con la
construcción de la ciudadanía (Caride, 2007, 2008) Estos compromisos y responsabilidades, allí
donde se ejerzan (también en las universidades), deben posibilitar más y mejores logros en los
derechos de la ciudadanía, conscientes de que es en ellos donde las personas y la sociedad en su
conjunto se juegan su prioritaria razón de ser. Las circunstancias actuales demandan estructuras y
contenidos académicos, nuevos e imaginativos.
Por estos motivos, es necesario desarrollar experiencias y actividades que, por pequeñas que
sean, les hagan preguntarse sobre la naturaleza de las propias acciones, sobre sus por qué y para
qué, en las que conecten con el entorno que les rodea y adquieran todo tipo de competencias más
allá de las propiamente instructivas y conceptuales. Una de ellas es el ejercicio de hipersocialización
en su entorno, que a continuación presentamos, junto con los resultados y conclusiones más
relevantes que los estudiantes han descrito de su actividad.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Dotar de procedimientos y estrategias que permitan deconstruir los problemas educativos tal
y como viene formulados socialmente para permitir encontrar nuevas alternativas y
soluciones.
Además de estos resultados de aprendizaje globales de la asignatura, la actividad que
presentamos en este trabajo abarca otras muchas posibilidades de conexión con su entorno más
cercano, de análisis de las relaciones sociales particulares, del comportamiento que se tiene a diario,
la capacidad de empatía, de observación y de reflexionar acerca de la situación social y los procesos
cambiantes del contexto social más cercano.
Los contenidos que serán desarrollados y trabajados en la asignatura se detallan a continuación:
La relación Sociedad y Educación
Agentes y procesos de socialización
Estratificación social: La estructura de clases y la educación.
Análisis sociológico de la Cultura: Cultura y Sistemas educativos.
Cambio social y Educación
Por otro lado, la metodología general en la que se encuadra la actividad pretende, sobre todo, la
participación del estudiante en un proceso de aprendizaje, de forma que no sea un simple receptor de
conocimientos, sino que vaya construyendo sus saberes en cooperación con el profesor y el resto de
los compañeros, desarrollando la capacidad de los estudiantes universitarios para aprender desde la
propia iniciativa y con motivación intrínseca (Torío López, Peña Calvo y Fernández García, 2010).
2.2 Fundamentación y objetivo del ejercicio de hipersocialización
Con el desarrollo de esta actividad se pretende que los estudiantes sean conscientes de la
diferencia que es posible apreciar entre las normas que se establecen y su aplicación cotidiana.
Asimismo se busca su reflexión acerca de cómo se rutinizan determinados comportamientos: una vez
pasado el impacto inicial o incluso el conflicto que puede generar un cambio en las normas o
comportamientos, se advierte cómo se reduce el mencionado impacto y se relativiza la importancia
que se le da, permitiendo que todos los individuos se acomoden a la nueva situación.
La génesis de este ejercicio parte de la idea de Garfinkel y de sus estudios en etnometodología
(2006), quien se centró en el estudio de los métodos cotidianos que empleamos para dar sentido a lo
que hacen los demás y muy especialmente a lo que dicen (contextualizamos sus palabras, tenemos
en cuenta el tipo de relación que mantenemos con esa persona, damos por supuesto determinados
presupuestos culturales implícitos que no es necesario advertir, etc.). A través de su propuesta de
que el estudio de la vida cotidiana y los presupuestos del sentido común del mundo son temas de
investigación relevantes, pues los miembros de la sociedad actúan en base al trasfondo cotidiano sin
cuestionarlo. Si se les pregunta a las personas por qué actúan de determinada forma les será difícil
explicar a que obedecen sus acciones. Es aquí donde entra el investigador, él debe observar todas
las cosas y no darlas por sentado. Es necesario cuestionar el carácter “correctamente moral” de
muchas de las actividades y actitudes de los miembros y abrir una reflexión al establecimiento de
éstas.
Los ejemplos que Garfinkel usa en su ensayo tienen como propósito prestar atención a las
expectativas y actividades comunes y relacionarlas con las estructuras sociales estables de las
actividades cotidianas. Para lograr esto problematiza las escenas familiares “para provocar los
efectos socialmente estructurados de ansiedad, vergüenza, culpa e indignación y para producir
interacciones desorganizadas” (Garfinkel, 2006. p.50). Analizando estas respuestas se obtendrá
información sobre la producción y establecimiento de las estructuras de las actividades cotidianas. Y
se cuestionara el porqué de las cosas al lograr que los sujetos miren lo extraño que puede ser algo
que creían que era familiar. En otro experimento que se les pidió que realizaran a los estudiantes se
observó que cuando en un contexto cotidiano se les pedía a las personas que clarificaran el sentido
de expresiones comunes, éstas se mostraban molestas e irritadas y pensaban que la otra persona les
estaba jugando una broma, faltando al respeto o haciéndose la tonta (Garfinkel, 2006).
La actividad programada también tiene como finalidad la familiarización con el procedimiento de
observación (planificación previa, registro durante la observación y redacción de instrumentos finales
producto de la observación). Es importante tomarse este ejercicio con seriedad pues supone un
entrenamiento para procedimientos de investigación frecuentes en el trabajo del pedagogo o
pedagoga que se sirven de la observación y que es necesario ejercitar.
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Será imprescindible ser riguroso con el registro de la información. Éste deberá realizarse
necesariamente al finalizar cada día. Cuanto más tiempo transcurra entre el momento de la
observación y su registro más información se perderá y por lo tanto menos rico resultará
nuestro proceso investigador y de reflexión/interpretación a partir de la observación.
En la evaluación de esta actividad individual se tendrá en cuenta: a) la participación activa y las
aportaciones realizadas en las sesiones de preparación y revisión de la experiencia de observación;
b) el diario de campo en el que se valorará la exhaustividad en la recogida de la información, el ajuste
a todas las cuestiones formales (datos de identificación, registro cada día, etc.); c) la capacidad
reflexiva a partir de los comportamientos observados; d) el informe final con las conclusiones; e) la
entrega en los plazos previstos.
3. Resultados y Conclusiones
Los resultados que a continuación se presentan, son fruto del análisis cualitativo de contenido
efectuado de los informes y diarios de observación entregados por el alumnado de la asignatura
Sociedad, Cultura y Educación durante los cursos 2011-2012 y 2012-2013. En total, la muestra
participante asciende a 134 personas, de los cuales, 123 son mujeres (84,3%) y 21 hombres (15,7%).
Por otra parte, el 81,3% de las personas que ejercen el rol de hipersocialización lo hacen con la
familia, mientras que el 16,4% lo realiza con compañeros o compañeras de piso y, solamente, un
2,2% en residencia universitaria.
En función de las observaciones y conclusiones relatadas por los estudiantes del desarrollo de la
actividad, de los efectos que provocaba su rol, así como de las reflexiones que ese nuevo status
configuraba en la familia, hemos agrupado los resultados en las siguientes variables:
a) Evolución del ejercicio. En este bloque de resultados hemos agrupado, por un lado, la
evolución de las reacciones de familiares y compañeros de piso a lo largo de las cuatro semanas y,
por otro, cómo se ha ido desarrollando el propio rol de hipersocialización por parte del alumnado. En
este sentido, el 47% del alumnado refleja de forma explícita una primera reacción de “sorpresa” y
“extrañeza” por parte de las personas con quien hacían el ejercicio para, posteriormente,
normalizarse la situación hasta que “todo se hacía ya de una forma natural y se acostumbraron a mi
1
forma de actuar” (A126). Se repiten, en muchos diarios, preguntas y comentarios que la familia o
compañeros de piso realizan durante los primeros días de la experiencia: “¿Qué te pasa?, ¿Estás
bien?, ¿Qué quieres que te compre?, ¿Quieres salir hasta más tarde el sábado?, Estás muy rara…”.
Incluso, se daba la situación de que “se querían aprovechar de mí, ya que estaba dispuesta a ayudar
en todo y querían cargarme a mí con todas las cosas de casa” (A43), o varios casos en los que la
madre “estaba preocupada por mi cambio de actitud y me vino muy seria a decirme que si me pasaba
algo grave que podía contárselo, que me ayudarían en todo, porque estaba demasiado amable y que
no diera rodeos si necesitaba algo” (A35). Por otro lado, la persona que realiza la actividad llega a
interiorizar esas actitudes y comportamientos, de modo que “se hace algo rutinario” (A26), “ya se
hace de forma involuntario, sin pensar que se trata de una práctica de clase” (A62), “simplemente me
sale solo después de este tiempo” (A100), llegando incluso a situaciones como la descrita por una
alumna: “cuando voy a dormir le doy un beso de buenas noches a mi madre, siendo algo que nunca
hacía. Ahora mismo podría decir que si no le doy ese beso, por dentro hay algo que no me deja estar
relajada” (A2).
b) Mejora general de la convivencia. Este apartado engloba diversas afirmaciones expresadas
por el alumnado, de modo que el 47,8% afirma que la convivencia ha mejorado, “con un ambiente
mucho mejor y más relajado” (A5). Unido a ello, como si de una espiral en la que una cosa lleva a la
otra, el 42,5% manifiestan que la comunicación entre todos los miembros del domicilio ha mejorado y
un 67,9 % definen que la relación es mucho mejor que la que tenían antes de comenzar el ejercicio,
teniendo como resultado “un refuerzo de cohesión importante en la familia, en un momento delicado
por cuestiones económicas y laborales” (A26). Multitud de referencias hacen hincapié en el hecho de
que “gracias a este trabajo ha llegado la armonía a mi casa, pero da tristeza saber que no ha salido
de mí” (A35); “en casa estamos de mejor humor, ya no tenemos los típicos roces de convivencia
porque todos colaboramos y ponemos de nuestra parte, estamos dispuestos a hablar más las cosas y
no hay problemas” (A43); “había una respuesta muy positiva a todo lo que hacía, estaban más
contentos y agradables porque yo también me comportaba así; eso me animaba a seguir así y veía
que animaba también a mi familia a hacer lo mismo, por lo que todos estábamos de mejor humor, con
1
Las frases entrecomilladas y en cursiva que aparecen en este apartado corresponden a palabras textuales
realizadas por los alumnos en el diario entregado tras el ejercicio de hipersocialización en el entorno.
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más confianza, incluso más cariño” (A68); “en tanto iba tomando más responsabilidad en el rol, me
daba cuenta que mi madre estaba más contenta porque se sentía más acompañada. Eso hizo que yo
me sintiera muy bien y más respnsable y contento” (A27), detallaba un alumno. Además, “que ellos
sintieran que los quería, cuidaba, ayudaba, pasaba más tiempo con ellos, etc., hacía que todos
estuviéramos más contentos y más cómodos” (A118), de modo que “recibía lo que daba” (A20). Esta
conclusión enlaza con la siguiente variable de análisis, que detallamos a continuación.
c) Existe un feed-back en cuanto a comportamiento y actitudes. Este bloque de resultados alude
a una cuestión repetida por el 49,3% de la muestra, y que se resumen con la siguiente máxima: “haz
a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” (A16). Esta frase refleja el hecho de que el
alumnado observaba que al adquirir ese rol en casa, el resto de habitantes “copiaban” ese mismo
comportamiento, “era como si me imitaran o copiaran. Si yo era amable y cariñosa, me respondían
siendo amables y cariñosos. Eso hacía que en casa todo fuera más cómodo y agradable” (A125). “He
podido ver que si estoy más receptiva, o ellos lo notan así, me cuentan más cosas y me tratan como
a una igual, mejorando la relación” (A19), escribía una alumna.
d) Recompensas materiales. Este es otra consecuencia que los estudiantes observan al terminar
el ejercicio, aunque en menor medida que las anteriores, por cuanto es descrito por un 19,4% de la
muestra. No solamente existen ventajas sentimentales o de mejora en el ambiente hogareño, sino
que sostienen que “un buen comportamiento te ayuda a conseguir más cosas que siendo un rebelde
y un hago lo que quiero cuando quiero” (A6), obteniendo “dinero para salir sin haberlo pedido, regalos
sorpresa (ropa, ordenadores, etc.)” como varias personas comentan, o mayor permisividad a la “hora
de salir por la noche”, debido al esfuerzo, actitud y a la “mayor confianza que tienen ahora conmigo”
(A87).
f) Evolución y aprendizaje personal. En este apartado englobamos las conclusiones que los
estudiantes reflejan más allá de los efectos en su entorno, sino lo que manifiestan que han aprendido
de la observación y reflexión. A estas cuestiones hacen referencia el 48,5% de los 134 diarios
analizados. En este sentido reflejan que “es muy sorprendente cómo tus relaciones con otras
personas pueden cambiar según tú te comportes” (A95), o que “si te pones en la piel del otro es
mucho más fácil entenderse” (A90). Otra alumna escribía que “este trabajo no te ayuda a ser mejor
hija, sobrina, nieta, sino que te ayuda, en general, a ser mejor persona y a entender que en la vida no
estás sólo tú” (A109). Otras personas centraban su reflexión en la comparativa de cómo se
comportaban antes y durante el rol, y los beneficios que aportaba en todos los aspectos mantener
esa actitud amable y cordial, reflejando “cómo antes discutíamos por tonterías y cómo muchas veces
la confianza da asco […], hay que cuidar diaramente a la familia y las personas que quieres porque
todo mejora: la relación, el cariño…” (A53). También centran sus observaciones en la familia,
concluyendo que “muchas veces somos egoístas, pensando que los padres, por el hecho de serlos
tienen unas obligaciones que cumplir, pasando por alto que para ellos también es un esfuerzo, y
somos desagradecidos” (A24) “y nos damos cuenta de las necesidades de los demás, que por rutina
no apreciamos; me ayudó a empatizar con el resto” (A2). Otros mencionan un “mayor conocimiento
personal, un mejor control de los impulsos y valorar más lo que se tiene y valorar más y tener mayor
reconocimiento a lo que hace la familia por nosotros” (A5).Para concluir que “si todos fuésemos así,
otro gallo cantaría” (A70).
g) No se produce ningún tipo de efecto. En este caso, existe un pequeño grupo, solamente 8
personas, que al realizar la actividad, no han encontrado ningún tipo de modificación en su entorno, ni
reacciones al rol ejercido en las cuatro semanas que duraba el ejercicio.
h) Valoración de la actividad. Por último, un 50% de la muestra hace mención a su opinión
respecto a la actividad propuesta. En un principio, el alumnado la recibe con cierto escepticismo,
quizás por la novedad, por la “dureza“ (A102) o por el hecho de “implicar a la familia en una actividad
de clase” (A59), llegando otros a indicar que les parecía “una tremenda tontería” (A109). Sin
embargo, todas las personas que realizaron algún tipo de valoración respecto a la práctica, lo hicieron
de manera positiva, resaltando que ha sido una “experiencia muy satisfactoria” (A110) y los efectos,
cambios y reflexiones señaladas con anterioridad.
Así pues, a tenor de los resultados obtenidos y de los índices de satisfacción del alumnado,
concluimos que este tipo de actividades son beneficiosas y efectivas, no sólo para la formación del
futuro profesional en Pedagogía Social, mediante la adquisición de competencias conceptuales e
investigadoras, sino para el desarrollo integral de la persona, que se trata de un ejercicio que conecta
directamente con su entorno. A su vez, permite observar y reflexionar acerca de algo que, en esta
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sociedad en continuo cambio, apenas se tiene en consideración, como son las interacciones
cotidianas en el domicilio.
Sumado a ello, la conclusión generalizada por parte de los estudiantes era la rutinización de sus
conductas, por lo que tiempo después de la conclusión del ejercicio, seguían manteniendo un rol
similar al de la práctica, en virtud de las mejoras que habían percibido y que no sólo practicaban con
la familia o compañeros de piso, sino que lo extrapolaban a sus relaciones cotidianas en los
diferentes grupos sociales en los que participaban.
Por tanto, pensamos que, aunque sea un grano de arena en el desierto, esta experiencia
docente permite la formación de ciudadanos comprometidos ética y moralmente con la sociedad
actual y con la construcción de la ciudadanía, comenzando por la esfera más próxima en la que se
desenvuelven, su familia o compañeros de piso. Dentro de los límites que una actividad como ésta
permite en una asignatura concreta, podemos afirmar que de alguna manera sirve como
sensibilización ante la realidad que nos rodea, lo que en algunas ocasiones puede paliar el
endurecimiento de las condiciones del hogar del que ya se ha hablado en las primeras líneas de este
trabajo.
En tareas como ésta queda patente la idea de la familia como comunidad solidaria, en la que
todos sus miembros pueden aportar algo y ayuda a deconstruir la idea de los hijos e hijas como
sujetos únicamente de derechos: también tienen deberes para la configuración de un buen clima
familiar. De una manera patente, pueden observar los efectos positivos que un cambio en su
comportamiento puede generar, implicándose más en problemáticas sociales familiares de diversa
índole ante las que anteriormente solían ocupar un rol pasivo.
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Garro-Gil, Nuria
Universidad de Navarra
nggil@alumni.unav.es
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Dicha élite se erige como única creadora y distribuidora de bienestar común material y
económico (Donati y Colozzi, 1994, p.73). Bienestar al que los ciudadanos acceden a través del
reconocimiento por parte del “Estado magnánimo” (Belardinelli, 1996a, p.107-123) de nuevos
derechos de ciudadanía que nada exigen a cambio en materia de responsabilidad y compromiso
social, y que además responden más bien a la lógica de mercado según la idea de desarrollo y
progreso constantes y no a una noción de justicia, lo que los hace directamente dependientes de la
coyuntura sociopolítica y económica del país en cuestión, como se pone de manifiesto con la crisis
actual. Desde esta óptica “rígidamente aseguracionista” (Belardinelli, 1996b, p.82-97), la
consecuencia clara de los sistemas lib/lab es la eliminación de la reciprocidad en las relaciones
sociales y la posibilidad de donación, solidaridad y trascendencia personal. “La ciudadanía no se
puede regir sobre el asistencialismo, ni puede fundarse en el individualismo” (Donati y Solci, 2011,
p.199).
Por otra parte, el sistema lib/lab emplea el código de inclusión/exclusión, cuya pretensión
homogeneizadora lleva a eliminar toda diferencia con el objetivo de pretender ese igualitarismo entre
los ciudadanos que son reconocidos e incluidos en el Estado-nación siguiendo una serie de criterios
transitorios y reversibles. Esto significa que el individuo que hoy es incluido y reconocido como
ciudadano, mañana puede ser excluido y sustituido por su equivalente, según la lógica funcionalista
de tipo sistémico, que considera que el excluido nada puede hacer por la sociedad (Donati y Colozzi,
1994, p.18).
Ese proceso de homogeneización ignora los crecientes procesos de diferenciación naturales en
una sociedad compleja y globalizada y así, mientras incluye, excluye. Es el caso de todas aquellas
esferas sociales emergentes que atienden las necesidades de relacionalidad humana y que asumen
como su propia “distinción-guía” (Donati y Solci, 2011, p.39) nuevos códigos simbólicos que van más
allá del dinero (Mercado) o del derecho (Estado) y se basan en el intercambio simbólico. Frente a
estas organizaciones propias del Tercer Sector (Donati, 2011, p.157), el Estado bien las agrega
obligándolas a adoptar finalmente el mismo código mercantil o bien las relega a un plano subsidiario
(Gui, 1997, p.37-57), acudiendo a ellas cuando la coyuntura socio-política o económica del país lo
requiere y considerándolas por tanto una solución alternativa a las lagunas que deja él mismo en
materia de bienestar (Donati, 1997, p.12-15).
Así pues, lejos queda la posibilidad de considerar las organizaciones emergentes del Tercer
Sector como un subsistema social integrar las diferencias sociales en torno a la creación de nuevas
identidades colectivas a través de las cuales las personas se asocian en torno a objetivos y fines
comunes aunando conocimientos, capacidades, habilidades y experiencia para dar respuesta a sus
necesidades de relación humana y conscientes de las injusticias sociales que requieren de
intervención directa, concreta y cercana. Cuestión que además es de gran actualidad ante la
incapacidad del propio Tercer Sector de forjar una identidad propia y superar la visión de oposición y
enfrentamiento que caracteriza su relación respecto del binomio lib/lab. Por no hablar de la propia
denominación de “Tercer Sector”, que para muchos autores destila un sentido economicista de la
iniciativa social que sigue siendo considerada subsidiaria de los otros dos sectores (Colozzi y Bassi,
1995, p.27-29).
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Junto con este proceso de deshumanización de las relaciones, adquiere forma una ciudadanía
caracterizada por la pasividad (Donati, 1996b, p.451) que ha ensalzado la libertad individual como
libertad de —vínculos, compromisos y obligaciones— y no libertad para —emprender proyectos
comunes—: con ello se pierde “la idea de individuo como actor, como sujeto capaz de actuar de
modo autónomo y no autorreferencialmente” (Colozzi, 2005, p.74-75). Un individuo, en definitiva,
cerrado en sí mismo, preocupado unicamente por su bienestar y su autorrealización, ajeno a las
necesidades y problemas sociales y totalmente dependiente del Estado protector (Lash, 1993, p.90),
“incapaz de pensar y vivir la trascendencia relacionalmente” (Colozzi, 2005, p.84).
En este sentido, son varios los autores que ponen de relieve el hecho de que nos encontramos
de frente a una “sociedad hipotética” (Spaemann, 1994, p.41-57), llena de incerteza, en la que la
neutralización de la ética (Belohradsky, 1988) y la ausencia de valores universalmente aceptados y
reconocidos es la única verdad aceptada (Donati, 2010). En una sociedad en la que se eliminan las
redes de reciprocidad y ayuda mutua, el individuo cae en el hedonismo y el narcisismo (Bauman,
2002), relegando la ética a la esfera privada (Lash, 1982, p.155). Mientras que en la esfera pública las
“relaciones impersonales basadas en los roles” (Archer, 1997, p.56) siguen la regla de la “paridad de
cuentas en el dar y el tener” (Giddens, 1995, p.68), destruyendo con ello el tejido social, tal y como lo
explica Belardinelli citando a Luhmann: “en la sociedad moderna del cálculo de beneficios y medición
de los efectos de riesgo, cada vez es más difícil donar y donarse” (Belardinelli, 1996a, p.73).
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las cuales emergen en el seno de una ciudadanía activa que busca “integrar lo diferenciado” (Donati,
1996b, p.30).
El Privado Social engloba al Tercer Sector —redes secundarias: organizaciones de iniciativa
social— y Cuarto Sector —redes primarias: familia y amigos— y se caracteriza por (Donati, 1996b, p.
28): a) manifestar una cultura propia: relacional, b) poseer una normatividad propia: sus propias
formas sociales, c) poner en marcha una operatividad propia: moviliza recursos, y d) asumir un rol
societario propio: la producción de bienes relacionales.
El bien relacional es un efecto emergente que se da en el interior de una relación y que por tanto
excede a los sujetos implicados en la misma. No es, pues, un producto, sino un efecto no esperado,
buscado o no intencionalmente por los individuos pero que finalmente emerge en la relación. Esos
bienes se basan en la reciprocidad, en tanto que hechos de relaciones y sólo pueden disfrutarse
recíprocamente (Bruni, 2009), por lo que sólo una relación auténticamente humana es capaz de
generarlos —como es lo propio en la familia— y hacerlos extensivos a otras personas —típico del
Tercer Sector.
A través de esas relaciones de reciprocidad y los bienes relacionales que generan, es
principalmente como estas iniciativas de privado social llevan a cabo intervenciones sociales a un
nivel más localista o regionalista y dando así respuesta a necesidades concretas, otorgando a las
personas implicadas un papel activo y convirtiéndolas en agentes de su propio cambio (Terenzi,
2005, p.33-49). “El problema del bien común lleva a revalorizar el privado social como aquella
realidad y estrategia de acción social que no se resuelve en términos de beneficencia hacia los
sujetos débiles, a las categorías particulares (…), en el sentido de “darles algo”, sino en involucrarlos
en un proyecto de bien común” (Donati, 1996a, p.166).
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448
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Cuando se habla de la relación familia y educación se piensa en la tarea educadora de los
padres respecto a los hijos menores. Sin embargo, en el ciclo familiar hay circunstancias en las que la
fase de cuidados y educación que ya se daba por terminada vuelve a iniciarse porque a un hijo
adolescente, joven o adulto se le ha diagnosticado una enfermedad mental. Cuando los hijos se
hacen adultos, las relaciones familiares cambian, se establecen límites interpersonales, mayor
distancia emocional, autonomía, independencia, identidad personal, intimidad,…; en este momento
pueden aparecer enfermedades mentales que transforman la secuencia y el ritmo del ciclo vital al
alterar la dinámica del grupo de convivencia, más cuanto mayor sea el grado de discapacidad de la
persona enferma y la vulnerabilidad estructural de la familia, surgiendo así la necesidad de formar o
educar a la familia para afrontar la convivencia de todos los miembros con la enfermedad mental.
La historia reciente del tratamiento de las enfermedades mentales muestra que a los familiares
de los enfermos se les ha convertido en una parte activa en el proceso terapéutico de rehabilitación o
recuperación, y se les considera como un agente terapéutico más. La rehabilitación psicosocial del
enfermo, entendida como atención comunitaria, tratamiento en el domicilio y rechazo de las
institucionalizaciones, requiere reforzar sus redes naturales de apoyo social; sin embargo, cuando se
emprendió en España la reforma psiquiátrica se inició un proceso de desinstitucionalización de los
enfermos, con medidas para impedir que se produjesen más internamientos indefinidos en hospitales
psiquiátricos, pero se tomaron decisiones sin haber construido una red suficiente de servicios
comunitarios a la escala necesaria. Este hecho explica que los estudios al respecto pongan en
evidencia que no se han abordado cuestiones importantes como la creación de viviendas
supervisadas o la formación de los cuidadores no profesionales, generalmente su propia familia y,
dentro de ésta, esa labor la desarrollan mayoritariamente las madres.
449
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
El Plan de Salud Mental del Principado de Asturias 2011-2016 continúa afirmando que el apoyo
residencial es una necesidad socio-sanitaria de carácter prioritario, reconociendo implícitamente que
hay enfermos que viven solos y que otros se mantienen en su entorno socio-familiar sin apoyo o
atención pública específica ni para los enfermos ni para los cuidadores. Sin embargo, en su Anexo B,
relativo a la Evaluación de Derechos Humanos y Calidad en instalaciones con internamiento
(hospitales, unidades residenciales, alojamientos tutelados…), se reconoce que es necesaria una
formación básica para afectados y para sus familias sobre los aspectos relacionados con la
enfermedad correspondiente y ofrecer información ante cualquier duda que pueda surgir en su
proceso de tratamiento (Recomendación 19). En las conclusiones de la citada Evaluación se
proponen dos medidas a desarrollar durante el periodo 2011-2016: charlas dentro de un programa
que denominan psico-educación con la intención de modificar las actitudes de enfermos y familiares y
elaborar un protocolo de atención psico-educativa para ambos.
Otro de los cambios que exigió la reforma psiquiátrica fue una mayor implicación de la familia
con el enfermo. Las intervenciones familiares desde el ámbito sanitario, planteadas siempre como
terapia, han adoptado dos formas: unifamiliares (de asesoramiento y apoyo familiar) y multifamiliares
(de formación y entrenamiento y de apoyo social). Estas últimas producen mejores resultados cuando
se aplican programas de larga duración, pues repercuten en la tasa de recaídas del enfermo
disminuyéndolas, al tiempo que reducen también la carga familiar; aunque en la revisión que llevan a
cabo Vallina y Lemos (2000) de los modelos de intervención, afirman que la mayoría de los estudios
se han hecho con familias en las que se había detectado un caso de esquizofrenia, siendo necesario,
pues, plantear formación y estudiar sus efectos en aquellas familias en las que se dan otras
enfermedades mentales. Según el Grupo de trabajo encargado del Plan de Calidad para el Sistema
Nacional de Salud, estas intervenciones con familias y enfermos deben ser aplicadas en dicho
sistema sanitario; sin embargo, para que puedan ser efectivas, se requiere una importante inversión
de tiempo y de formación de los profesionales que las van a utilizar (Grupo, 2009, p.62) lo que parece
explicar su escasa implantación y haya forzado a las familias a asociarse para paliar esta carencia.
La insuficiente atención dada a las familias se ha intentado mitigar con otros mecanismos socio-
sanitarios que también repercuten en la convivencia familiar. Uno de ellos es el denominado
Tratamiento Asertivo Comunitario, TAC, como se conoce el programa de atención domiciliaria del
Servicio de Salud Mental de Avilés, implantado ya en 27 provincias y liderado por el equipo de Avilés,
quien de forma pionera lo puso en marcha en 1999. Además de conseguir el bienestar del paciente,
este Tratamiento provoca mejoría clínica, reduciendo los ingresos hospitalarios y mejorando el nivel
de calidad de vida percibido tanto por el enfermo como por la familia. Sin embargo, a título de
ejemplo, podemos decir que en Avilés se ha atendido desde su inicio a 171 enfermos mentales
graves, consiguiendo dar de alta a 41, cifras modestas en relación a la población. El TAC ha
demostrado ser un modelo de atención muy efectivo desde el punto de vista sanitario, pero a la vez
muy costoso.
Podemos afirmar que en Asturias apenas existen dispositivos específicos públicos para
complementar la atención sanitaria con la social y educativa de este colectivo, estando las personas
afectadas por enfermedad mental y sus familias abandonadas a su propia iniciativa, pues en este casi
cuarto de siglo es la iniciativa ciudadana, a través de asociaciones, quien afronta la rehabilitación
psicosocial y educativa de enfermos y cuidadores.
450
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Parentalidad Positiva (2006) incide en ello. Desde ambos marcos se persigue trabajar con las
familias, desde el punto de vista educativo y comunitario, facilitando, así, la prevención de conflictos
tanto en el ámbito familiar como social. Para desarrollar estas medidas se han diseñado programas,
publicado manuales de actuación y guías destinados a familias y profesionales, que facilitan la
capacitación parental. Con esta orientación e intervención educativa para la vida familiar se
incrementa el desarrollo de habilidades de cohesión y resistencia –resiliencia–, sin embargo, estas
acciones tienen como destinatarias a familias con hijos menores a su cargo y nunca se considera que
son también necesarias para aquellas familias con hijos adultos enfermos.
En definitiva, para las familias de los enfermos mentales, en la medida en que desarrollan su
labor con hijos mayores de edad, no ha sido implementado ningún mecanismo de formación
específico, lo que las ha empujado a tomar la iniciativa y buscar esa formación asociándose.
451
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
como parte integrada del tratamiento, con programas psicoeducativos grupales, que incluyeran
información y estrategias de afrontamiento y entrenamiento en habilidades sociales pues la aparición
de la enfermedad mental afecta de manera considerable a las relaciones en las familias de las
personas que la sufren, y estas relaciones familiares afectan de algún modo al curso de la
enfermedad. También han encontrado evidencias reiteradas de que es necesario prolongar en el
tiempo las intervenciones familiares.
En definitiva, han sido los propios familiares, ante la escasa atención prestada por los
organismos públicos, quienes, una vez asociados, han empezado a incorporar entre sus actividades
la formación y los programas educativos para toda la familia, generalmente planteados en paralelo
(para enfermos y cuidadores), convirtiéndose así las asociaciones en proveedoras de servicios al ser
insuficientes los recursos públicos. Sin embargo, la escasez de medios económicos las obliga a estar
sometidas a la obtención de subvenciones, siempre escasas y máxime en época de crisis económica,
lo que ha provocado que sus escuelas de familia no puedan desarrollarse de manera idónea y
queden reducidas en muchos casos a meros talleres sin la debida continuidad, a pesar de que la
evidencia científica reconoce la eficacia de la permanencia en el tiempo de las acciones educativas
(Grupo, 2009). Es evidente, por tanto, que los familiares que cuidan de personas afectadas por
cualquiera de las enfermedades mentales han recibido poco apoyo y escasa atención, a pesar de que
el papel de las familias, y por extensión de las entidades sociales y del movimiento asociativo
vinculado a la enfermedad mental, hayan jugado y jueguen un papel determinante en la atención a las
personas afectadas por una enfermedad mental (Modelo, 2007, 125). El apoyo a estas familias sigue
siendo un reto, que requiere, para ser efectivo, una importante inversión de tiempo y de formación de
los profesionales, comenzando por el primer colectivo a intervenir, que es indefectiblemente el
sanitario (médicos de familia, psiquiatras, enfermeros), al que habría que añadir otros profesionales
tanto del campo social (trabajadores sociales, técnicos en integración social,…) como del educativo
(pedagogos, educadores sociales,…).
452
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. A modo de epílogo
No hay que perder de vista que la familia, en todas sus variedades y formas, continúa siendo la
institución social fundamental de la convivencia en nuestra sociedad y que todos los padres y todas
las madres requieren apoyos para desarrollar adecuadamente sus responsabilidades parentales en
algún momento, por eso hemos creído necesario, por un lado, reflexionar sobre las responsabilidades
que se exigen a las familias cuidadoras e intentar buscar respuestas a las necesidades de apoyo que
manifiestan y, por otro, recordar, que la administración local, en cuanto que es la más cercana al
ciudadano, puede contemplar e incluir en el modelo de atención a las familias el caso de aquellas con
hijos adultos afectados por una enfermedad mental, puesto que si bien los familiares no pueden eludir
sus responsabilidades, también necesitan el apoyo apropiado de las instituciones.
Sería, pues, necesario que mejorara la colaboración entre los servicios de salud mental, los
servicios sociales, las asociaciones de familiares y otras entidades sociales. Esperemos que los
pasos que dé cada uno de ellos confluyan en el mimo camino y se articulen de manera más
trasversal y cooperativa.
7. Referencias Bibliográficas
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severo. Situación actual y recomendaciones. Cuadernos Técnicos, 6. Madrid: Asociación
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Política Social. Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud.
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Principado de Asturias.
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Nacional de Salud, 2009. Madrid: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. Centro de
Publicaciones.
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Trabajo y Asuntos Sociales. Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y
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esquizofrenia. Psicothema, 12(4), 671-681.
453
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
454
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Una de las primeras definiciones elaborada por Nancy Wilard en 2006 “considera que una situación
de cyberbullying ocurre cuando se es cruel con otros, enviando o colocando online material perjudicial
o participando en otras formas de crueldad social utilizando Internet u otras tecnologías digitales”
(Calmaestra et al, 2010, p.5), P. Smith (2008) añadirá aspectos tan importantes como la
intencionalidad y la duración del comportamiento.
En este sentido se inscribe también la caracterización de Tokunaga acerca de ciberbullying como
“cualquier comportamiento manifiesto a través de medios electrónicos o digitales por grupos o
individuos que, de una forma reiterada, transmite mensajes agresivos u hostiles con intención de
hacer mal o causar malestar” (2010, p.278). Hoy, cada vez más, se van especificando los aspectos
particulares subyacentes al desarrollo de herramientas tecnológicas como es el caso de la propuesta
de Ortega y colaboradores que definen el ciberbullying como “la forma de bullying que usa medios
electrónicos como el correo electrónico, llamadas de teléfonos móviles, mensajes de texto, contactos
de mensajería instantánea, fotos, redes sociales, páginas web personales, con la intención de causar
daño a otra persona mediante una conducta hostil repetida” (2012, p.342).
La tipología de comportamientos asociados al fenómeno del ciberbullying es también un aspecto
fundamental para poder entender de forma global el problema. Conforme ya referimos (Pessoa y
Amado, en prensa) y teniendo en cuenta diversos autores (Akbulut y Eristi, 2011, Calmaestra et al,
2010, Newey e Magson, 2010, Willard, 2007) podemos señalar ciertos comportamientos como:
Manifestar odio, realizar amenazas, intimidar (Flaming/Threats/Intimidation):
discusiones intensas, basadas en insultos (flame war), de corta duración que ocurren casi
siempre en foros y chat;
Insultar (Bashing): ataques directos, verbales o por vía de imágenes;
Acoso/ïntimidación (Online harassmet): envío repetido y persistente de mensajes
agresivos escritos (text war);
Difamar/denigrar (Denigration/Put Down/Misinformation): se trata de “hablar mal de
alguien” en divesos espacios y sitios de la web. Difundir rumoeres o divulgar informaciones
faltas y/o rumores online con intención de perjudicar;
Ciberpersecución (Cyberstalking): acoso escondido, repetido y muy violento;
Happy slapping: provocar escenas de violencia con la finalidad de grabar/videograbar
y enviar por email, interte, teléfono, etc.
Revelar secretos/chantajear (Outing/ Blackmail): divulgación de información sensible,
privada o embarazosa y que debía ser de uso privado;
Excluir (Exclusion): excluir a alguien de actividades sociales y de grupo;
Ocultar/ usurpar identidades (Impersonation/Posing/Masquerable/Identity Theft):
usurpar la contraseña de la cuenta de la víctima y finger ser ella misma, enviando
informaciones nocivas;
Atraer o fingir ser un amigo (Trickery/ Posing as a friend): convencer a alguien para
que revele secretos e información embarazosa con el fin de compartir online;
Sexting: enviar mensajes de cariz sexual.
Aunque, como ya mencionamos, las tasas de prevalencia de ciberbullying dependen mucho del
marco teórico y de las metodologías de estudio adoptadas, ha habido investigaciones e información a
este respecto. En 2004, Ybarra y Mitchel publicaron un estudio con 1500 sujetos de 15-17 años en
EUA que concluía que el 19% de los jóvenes estuvieron envueltos en agresiones online. En Canadá,
Beran e Li (2005) en un estudio con 432 estudiantes de 7-9 años, verificaron que el 21% de los
jóvenes ya había sido víctima. Calmaestra, del Rey, Ortega e Mora-Merchán (2010) en
investigaciones comparativas relativas a la victimización en Europa encontraron 15 a 50% de
víctimas. También Parks (2013, p.13) refiere estudios de 2011 con jóvenes entre 14 y 24 años donde
el 56% de los participantes fueron víctimas de ciberbullying.
2. Metodología de estudio
Para comprobar la incidencia del fenómeno ciberbullying, se ha realizado un estudio piloto,
dirigido por João Amado, entre las Universidades de Coimbra, Lisboa y Salamanca con estudiantes
1
universitarios del cual se presenta una breve reseña .
1
Este proyecto tiene como investigador responsable a João Amado, y ha sido financiado por el Programa
Operacional Temático Factores de Competitividade (COMPETE) y cofinanciado por el Fondo Comunitario
Europeo FEDER. Referencia del Proyecto: Ref. PIDC/CED/108563/2008.
455
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2.1. Objetivos
El objetivo principal del estudio consistía en determinar si, con carácter retrospectivo, los
estudiantes universitarios habían sufrido alguna situación de ciberacoso –como víctimas, agresores u
observadores- durante la etapa de la Educación Secundaria (12-17 años). Como objetivo específico
se planteó conocer cuáles son los comportamientos más habituales dentro del fenómeno de
ciberbullying, que ellos habían vivido, y qué tipo de sentimientos les provocaban estas situaciones –
tanto a las víctimas, a los agresores como a los observadores-.
2.2. Muestra
Participaron 143 estudiantes universitarios que cursaban estudios de Pedagogía y Educación
Social. El 56,8% de los estudiantes pertenecían a la Universidad de Coimbra, el 35% pertenecían a la
Universidad de Lisboa y el 18,2% a la de Salamanca. En cuanto a la distribución por sexo, el 9,8%
eran hombres y el 90,2% de mujeres.
140
120
100
80 Hombres
60 Mujeres
40
20
0
Estudiantes
2.3. Instrumento
El cuestionario que se aplicó de forma presencial y a través de Google Drive, está compuesto
por 14 preguntas cerradas y de respuesta abierta, divididas en cuatro categorías que permiten
organizar a la muestra en cuanto a: a) Víctimas b) Agresores c) Observadores. Esta categoría a la
vez tiene dos subcategorías: 1) conocer a alguien que haya sido víctima; 2) conocer a alguien que
haya sido agresor
2.4. Resultados
Los resultados los organizamos en función de las categorías descritas:
120
100
80
Si
60
No
40
20
0
Alumnos víctimas
456
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
69% sitúa los acontecimientos de los que fue víctima alrededor de los 12 años. Un aspecto
importante es que, de las 25 víctimas, el 79% conocían al autor de las agresiones. Entre los
comportamientos y las agresiones que las víctimas destacan con mayores porcentajes destacan:
Tabla 2. Comportamientos y sentimientos descritos por las víctimas
Ciberpersecución:
Miedo
Recibir amenzas
Recibir vídeos de la víctima Rabia
Insultar (harassment):
Tristeza
Recibir insultos o humillaciones por parte
de los agresores Ira
140
120
100
80 Si
60 No
40
20
0
Alumnos agresores
De los estudiantes que participaron en el estudio, solo tres alumnos (un 2,18%) confesaron ser
protagonistas de agresiones de ciberacoso. Señalaban también los 12 años como edad en la que
habían realizado los comportamientos de ciberacoso. Los comportamientos y sentimientos señalados
con mayores porcentajes entre los agresores hallados en el estudio, se recogen en la tabla 4.
Denigración:
Hablar mal de esas personas Rabia
Difamar
Como podemos comprobar, el 37% de los alumnos conocían alguna víctima de ciberbullying, sin
embargo solo un 8% conocía a agresores de este tipo de conductas.
457
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Los comportamientos que los observadores destacan como los más habituales de los agresores
hacia las víctimas y los sentimientos que a las víctimas les provocaban esos comportamientos
quedan recogidos en la tabla 6:
Denigración (Denigration)
Vergüenza
Hablar mal y difamar
Colocar online fotos de la víctima distorsionadas Miedo
Revelar (Outing)
Divulgar imágenes e información Tristeza
Muy mal
Usurpar (Impersonation)
Crear perfiles e identidades falsos con fotos para Rabia
dañar a las víctimas
3. Conclusiones
4. Referencias Bibliográficas
Akbulut, Y. y Eristi, B. (2011). Cyberbullying and vitimisation among Turkish university students.
Australian Journal of Educational Technology, 27(7), 1155-1170.
Beran, T. y Li, Q. (2005). Cyber-Harassment: A Study of a new method for an old behaviour. Journal
of Educational Computing Research, 32 (3), 265-77.
Calmaestra,J., Del Rey, R., Ortega, R. y Mora-Merchán J. A. (2010) Introdução ao cyberbullying. En
T. Jäger. (Ed). Agir contra o Cyberbullying (M3). Landau: Verlag Empirische Padagogik.
Extraído de http://www.cybertraining-project.org/book/.
458
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
459
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“Sólo una crisis, real o percibida como real, permite un auténtico cambio” (Milton Friedman, 1912-2006)1
1. Introducción
La situación de crisis que padecemos, ha desembocado en un nuevo tipo de familia «familia
extensa trigeneracional», resultado de la aniquilación del Estado de Bienestar, el cual está
empobreciendo y/o acabando con las clases medias. La educación, no puede dar la espalda a la
actual realidad social, pues forma parte de ella y, la Universidad, siendo una rama de ese tronco
social y educacional está obligada a innovar contextualizadamente, siendo crítica a la vez que
garante de «Buenas Prácticas» (BBPP), tendentes a la transformación de la realidad social que nos
aqueja,
1
Economista norteamericano importante en la segunda mitad del siglo XX. Principal representante de la Escuela
de Chicago, grupo de economistas que considera que los mercados competitivos libres de la intervención del
Estado contribuyen a que el funcionamiento de la economía sea más eficiente.
460
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2
Etimológicamente, la palabra jubilación se asocia con alegría. Proviene del latín iubilum, que significa alegría,
júbilo. Así, jubilar es alegrarse, jubiloso es alegre, lleno de júbilo; y jubileo es fiesta. El origen del vocablo define
el estado que disfruta la persona jubilada.
3
La metáfora de las palmeras dice según Bermejo (2009, p. 179) que se doblan, dejan pasar los fuertes vientos,
pero se recobran y siguen creciendo después de tormentas, robusteciendo su tronco con gran nivel de
resistencia.
461
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4
Los perfiles generales de afectados son: Jóvenes entre 16 y 30 años que no pueden mantener su
emancipación y jóvenes miembros de la generación “ni-ni” que ni estudian ni trabajan, familias cuyo
mantenedor/a primordial tiene entre 30 y 44 años, hogares cuyo sustento es responsabilidad de adultos desde
los 45 hasta superar los 50 (parados de larga duración), mayores desde los 65 años y familias monoparentales
con menores a su cargo.
462
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5
Como se preguntaba Albert Einstein (1879-1955) ¿es la crisis una oportunidad para el cambio?
El autor daba respuesta con sentencias como estas:
- La crisis trae progresos.
- Es en la crisis donde nacen inventiva, descubrimientos y grandes estrategias.
- Quien supera la crisis se supera a sí mismo.
- La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
- El inconveniente de personas y países, es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
- Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay
méritos.
- Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno.
- Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar
por superarla.
Sin embargo, la contestación puede ser positiva o no, como recogemos en la Tabla 1 que
presentamos a continuación.
En el medio familiar, la cuestión es determinar qué acciones deben modificarse para ir viendo la
luz al final del túnel, es decir, su capacidad de respuesta y adaptación al cambio:
- Tomar medidas dentro de nuestras posibilidades.
- Encontrar y generar oportunidades depende de nosotros mismo tanto como individuos como
miembros de una comunidad social (sociedad civil).
- Modificar los patrones de consumo actuales hacia unos más sostenibles. El trueque una
solución para reducir sus gastos y cubrir necesidades.
- Buscar fórmulas solidarias para recuperar derechos de los ciudadanos y mejorar la calidad de
vida.
5
No está claro que Albert Einstein escribiera realmente este texto, pero estas líneas invitan a reflexionar y
afrontar la crisis con una cierta dosis de esperanza.
463
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Este mismo autor indica la existencia de tres grandes perspectivas teóricas en la RSU:
gerenciales, transformadoras y normativas. (Ver Tabla 2).Todas ellas pueden coexistir en las
acciones desarrolladas por cada institución universitaria. Particularmente, la perspectiva
transformacional da cuenta del comportamiento social responsable en el quehacer universitario y las
perspectivas gerencial y normativa expresarán dicho comportamiento desde la trasparencia y la
participación.
6
Stakeholders o grupos de interés identificados como cualquier persona o entidad que es afectada por las
actividades o la marcha de una organización o institución.
464
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
(personal, social, profesional y cultural), donde cualquier espacio y tiempo puedan ser educativos.
Estas BBPP, se configuraran así como un valor competitivo y referente formativo de futuros
profesionales (González Ramírez, 2007). Entre las BBPP que fomenten la educación para la
ciudadanía, destacan aquellas que promueven el compromiso de los técnicos y estudiantes con los
demás y sus comunidades. Es La vía que acerca la docencia universitaria a la realidad social. Una de
las metodologías más significativas para su realización es el Aprendizaje-Servicio (ApS).
Según Puig, Batlle, Bosch y Palos (2007, p.20), se define como “una propuesta educativa que
combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un único proyecto bien articulado
en el que los participantes aprenden a la vez que trabajan en necesidades reales del entorno, con la
finalidad de mejorarlo”
7
El ApS une el aprendizaje basado en la experiencia (enfoque socioafectivo) y el servicio a la
8
comunidad cuyos rasgos pedagógicos son para Puig y Palos (2006) los siguientes: a) Método
9
apropiado para la educación formal y no formal . Válido para todas las edades y aplicable en distintos
espacios temporales. b) Servicio auténtico a la comunidad que permita aprender y colaborar
recíprocamente. c) Procesos sistemáticos y ocasionales de adquisición de conocimientos y
competencias para la vida. d) Pedagogía experiencial y para la reflexión. e) Red de alianzas entre
instituciones educativas y entidades sociales que facilitan los servicios a la comunidad. f) Efectos en
el desarrollo personal, cambios en las instituciones educativas y sociales y mejora el entorno
comunitario que recibe el servicio. g) Trabajo en equipo.
El ApS se define como una “buena pedagogía de la experiencia, fomenta la participación
ciudadana dando respuesta a la responsabilidad social, a la ayuda a los demás, al compromiso y a la
acción solidaria” (López Margal, 2011, p.3).
Los tres objetivos a cubrir por las experiencias del ApS son:
1. Mejorar la calidad de los aprendizajes en las asignaturas del curso y de la titulación de Grado
manteniendo la exigencia académica.
2. Realizar un servicio de calidad, que aporte una solución a problemas sociales reales.
3. Formar al estudiantado en valores: participación, responsabilidad social, emprendimiento,
reciprocidad, respeto a la dignidad, etc.
Para Martínez (2008), el ApS gestiona un aprendizaje académico y una formación de ciudadanía
activa, con fundamentación pedagógica, social y ética, obedeciendo a la tendencia de promover al
mismo tiempo, calidad y responsabilidad social. Por tanto, educar en el escenario del EEES, supone
desarrollar en el alumnado competencias (conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes) unidas a
elementos sociales y éticos. Por esta razón, la producción del conocimiento se vincula a la realidad
sociocultural, articula la unión entre teoría y práctica y propicia estudios interdisciplinares dentro de la
titulación en la que se implanten las experiencias de ApS. En el caso de la titulación de Graduado en
Educación Social, Fernández de Sanmamed (2012, p. 48), expresa que las educadoras y educadores
sociales tienen que “en estrecha colaboración con otros profesionales de los ámbitos social y
educativo, […] apostar por un contrato social para trabajar y potenciar una educación [junto a una
10
acción social (García Roca, 2010)] de calidad, entendida como el derecho de la ciudadanía a vivir en
un mundo más justo, sostenible y solidario en una situación de profunda crisis como la actual,
11
teniendo en cuenta la Declaración de Valencia (2012) del VI Congreso Estatal de Educación Social ,
donde se reconoce de vital importancia entender que ante momentos de dificultad la situación es:
“empobrecedora y amenazante, especialmente con las personas con más dificultades
socioeconómicas, educativas y culturales, las organizaciones profesionales de educadoras y
educadores sociales, convencidas de que otra realidad es factible, de que otras políticas son posibles
y deseables, aportamos y reivindicamos una clara opción por la acción constructiva de una sociedad
centrada en los derechos básicos de las personas”.
7
Activo, cooperativo y vivencial.
8
Listado que expresa un ideal educativo al que cada experiencia concreta debería aspirar.
9
Si algo es educación, es formal, si es no formal o es informal, no es educación. Habría, pues, que utilizar
denominaciones más positivas como “educación a lo largo de la vida”, porque Ortega Esteban (2005) afirma que
“no hay educación «no» formal o informal” pues claramente poseen una carga negativa y despectiva.
10
Insertado por nosotros en la cita.
11
http://www.ceescyl.com/documentos-ceescyl/doc_download/26-declaracion-de-valencia (Consultado el 20-06-
2013).
465
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Para nosotros, que nos dedicamos a la carrera docente ser profesor/a en la universidad, implica,
como dice Zabalza (2009, p. 70), que los docentes “enseñan tanto por lo que saben como por lo que
son”. Así, la responsabilidad de personas y/o docentes, es lo afirmado por Ronda (2012, p. 56)
cuando indica que “es aquella que sabe cuáles son sus deberes y obligaciones y, con su conducta,
responde a ellos”. Esta es la finalidad que debe reinar en la formación inicial de las educadoras y
educadores sociales uniendo vocación, dedicación y proceso de profesionalización (Touriñán, 1995)
12 13 14 15
anclados en los conceptos de educabilidad ; moral , ética y deontología profesional que deben
estar presentes en todas las materias del Plan de Estudios (Pantoja, 2012 y pereira y Solé, 2013) y
porque creemos que esta figura profesional “es especialista en la problemática humana que sacude a
16
los miembros de la sociedad actual” debiendo aprender a ejercer su profesión bajo el paraguas de
las experiencias de ApS que se desarrollen en su formación inicial, para tomar las decisiones éticas y
técnicas al implantar procesos de intervención pedagógica a casos concretos (Touriñán y Rodríguez,
1993)
4. Referencias Bibliográficas
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12
Posibilidades educativas y de aprender de los discentes referido por un lado, a la co-responsabilidad del
Estado y la sociedad civil y por otro, como especificidad humana asociada a las características diferenciales y
subjetivas del desarrollo en calidad de gestor de las potencialidad a desenvolver a través de las prácticas
educativas .
13
Acciones y productos humanos susceptibles de ser valorados como “buenos” o “malos que formula reglas
concretas para la acción.
14
Conjunto de costumbres, normas, responsabilidades, valores, obligaciones... para reflexionar sobre el
comportamiento moral.
15
“Deberes, normas y obligaciones que los profesionales van descubriendo y exigiendo en el ejercicio de una
profesión conforme se avanza en el proceso denominado de profesionalización” (Pantoja, 2012, p.71).
16
http://www.raco.cat%2Findex.php%2FEducacionSocial%2Farticle%2Fdownload%2F171778%2F241870&ei=YPU
tUuueO4ae7Aas5YDICQ&usg=AFQjCNE6BCU3HLwnPlk4uMmasiYn4jknAQ&bvm=bv.51773540,d.ZGU
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468
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Contextualización y justificación
Durante el proceso de construcción del nuevo modelo de enseñanza universitaria, se evidencian
continuas alusiones a la Sociedad de la Información y del Conocimiento como marco de referencia
para el EEES, señalando las TIC como cruciales en este proceso en relación al aprendizaje y a la
participación en el nuevo modelo de sociedad (Alba, 2005, p.9). Entre otros retos, este nuevo EEES
se propone “una nueva Universidad que favorezca la participación, la iniciativa, el espíritu crítico y en
definitiva, el “aprendizaje 2.0”” (Esteve, 2009, p.65).
La Universidad, como institución superior de enseñanza, debe establecer estrategias globales
para implantar las TIC de manera estructural y actualizar los modelos de enseñanza-aprendizaje de
manera institucional pero también de manera individual, es decir, los docentes tienen, por su parte,
que renovar su método de enseñanza, formarse en las nuevas herramientas de la Sociedad de la
Información para trasladar esta actualización a las aulas y a los estudiantes. Específicamente, el
grado de Educación Social debería acoger con interés y motivación las posibilidades tanto de
formación como de aprendizaje que supone el uso de TIC en el aula y en la futura acción
socioeducativa como educadores sociales. Y más si entendemos la Educación Social, por un lado,
como la incorporación de pleno derecho de los sujetos a la sociedad, a redes sociales entendidas
como nodos de conexión, de participación, de socialización y, por otro, como la adquisición de bienes
culturales propios del momento social en el que se desarrollen. Si la pensamos así, pueden ser las
TIC un pilar más, e incluso, un pilar fundamental para posibilitar una labor pedagógica y social y, por
ende, el educador social debe ser conocedor de las mismas y facilitador de su uso y de su
conocimiento a los sujetos con los que trabajará en el futuro.
De hecho, el Libro Blanco del Título de grado en Pedagogía y Educación Social propone, entre
las competencias transversales de educadores sociales y pedagogos, la utilización de las TIC en el
ámbito de estudio y el contexto profesional y además, señala de manera específica como una de las
funciones de los educadores la de Utilizar y evaluar las nuevas tecnologías con fines formativos
(2005, p.181).
469
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
momento social en el que desarrollan su formación, esta “exigencia” supone que la Universidad no
puede quedarse obsoleta y anclada en un modelo tradicional de educación sino que los centros de
educación superior y sus docentes, como transmisores del conocimiento, deben ser capaces de
construir nuevas formas de trabajo que permitan aprender a aprender a los alumnos y a sostener el
aprendizaje a lo largo de toda la vida o Lifelong Learning (Hernández, Martínez y Rodríguez, 2010).
Por tanto, cualquier proceso formativo que pretenda incluirse en la Sociedad de la Información y la
Comunicación, debe hacer una revisión/actualización de objetivos, de contenidos, de metodología y
de evaluación de todo el desarrollo educativo. Y, por supuesto, una revisión de los instrumentos o
herramientas que van a permitir que este proceso de respuesta a las necesidades tecnológicas que
demanda la sociedad.
Para el grado de Educación Social esta concepción supone pensar la educación desde un
modelo docente que huya de lo que Freire denominaba concepción bancaria de la educación, es
decir, una educación en la que prima exclusivamente el contenido, centrada en el profesor como
sabio y en la que el alumno es un “contenedor” en el que depositar saberes, sin que exista
bidireccionalidad en el proceso, sin análisis de lo aprendido, sino más bien pura memorización. En
este caso el papel del docente es de mediador en entre el contenido y el alumno, pero además
desempeña un rol facilitador, de guía u orientador. El profesor deja der ser la fuente de todo
conocimiento para ser el que proporciona recursos, herramientas y contenidos.
Tal y como señalan Hernández, Jones y González, vivimos en un momento de “cambios
cruciales para el mundo educativo, encontrarnos con sujetos que forman parte de una cultura digital
definida por unas preferencias y unos comportamientos informativos propios del mundo tecnológico
en el que viven lleva, indiscutiblemente, a ampliar la reflexión pedagógica” (2011, p.42). En este
proceso se presentan las TIC como instrumentos, herramientas que posibilitan una concepción
bidireccional de la enseñanza-aprendizaje ya que favorecen la conexión, fomentan la mediación entre
los elementos del aprendizaje (alumno, profesor y contenido) y, a la vez, mejoran la comprensión de
la información y su organización o la planificación y regulación de actividades.
Alu
mno
Prof
tic Conte
esor nido
470
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
técnica de la información que se podía obtener en Internet con la web 1.0 a la creación colectiva y
colaborativa, fundamentada en la posibilidad de la creación conjunta del conocimiento, haciendo más
relevante lo colectivo que lo individual. La web 2.0 permite que los estudiantes puedan adquirir
competencias relacionadas con la educación superior a través de las tecnologías de la información y
la comunicación. Esta web permite desarrollar competencias tan demandadas en el EEES como la
autonomía, el trabajo en equipo o la interactividad, a través de herramientas como: blogs, wikis, redes
sociales, etc.
En el ámbito educativo “la web 2.0 ofrece nuevas funcionalidades que permiten hablar de
Internet no sólo como una fuente de recursos, sino, además, como la plataforma donde trabajar con
esos recursos” (Peña, Córcoles, y Casado, 2006, p.3). Según estos autores estas herramientas
aportan:
- Usabilidad. No son necesarios conocimientos altamente especializados para su uso.
- Amplias oportunidades de comunicación. Permiten la posibilidad de compartir artículos,
trabajos, enlaces, fotos, etc.
Este modelo de aprendizaje es el que se relaciona con lo que se ha denominado “e-learning 2.0”
el cual “situaría el centro de interés en la comunidad de aprendizaje y en la capacidad de los sujetos
de producir conocimiento fruto de la participación social en un entorno rico en estimulaciones, con
altas dosis de interactividad y libertad para producir y recibir contenidos educativos” (García, 2007, p.
100). Es un modelo didáctico centrado en el alumno, en la participación activa y el intercambio
colaborativo. Esta concepción de construcción conjunta del conocimiento lo permiten herramientas
como el Blog, Twitter o Prezi.
2.1.1. Blog
En el actual proceso de enseñanza universitaria es frecuente el uso de portafolios como parte del
trabajo académico y de la evaluación final el alumno. Un portafolio permite observar al final del
proceso la evolución formativa de los estudiantes ya que es un documento que se genera a medida
que transcurre el curso. Es un “instrumento que permite la compilación de todos los trabajos
realizados por los estudiantes durante un curso o disciplina. En él pueden ser agrupados datos de
visitas técnicas, resúmenes de textos, proyectos informes, anotaciones diversas” (Despresbiteris,
2000, citado por Martínez y Hermosilla, 2010, p.167).
En un modelo de enseñanza-aprendizaje apoyado en TIC el portafolio convencional puede ser
sustituido por un portafolio virtual utilizando una herramienta tan accesible como práctica,
denominada weblog, bog o bitácora. Aunque, en el ámbito educativo nos referimos a esta
herramienta como Edublog definiéndose como “aquellos weblogs cuyo principal objetivo es apoyar un
proceso de enseñanza-aprendizaje en un contexto educativo” (Lara, 2005, p.86).
Si ya en papel, un portafolio, puede ser una herramienta enriquecedora y fortalecedora del
proceso educativo, si la incluimos en el modelo de aprendizaje de la web 2.0 puede resultar aún más
beneficiosa por las ventajas que ofrece (Lara, 2005):
- Fácil uso
471
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
- Gratuito
- Publicación cronológica
- Autoría compartida
- Acceso desde cualquier lugar
- Integrador de otras herramientas
- Categoría, tematización
- Enlaces permanentes
- Blogroll (lista de web recomendadas)
- Interactividad
- Sindicación RSS (suscripción a otros blogs)
El blog como herramienta educativa cobra diferentes valores en función del uso y de los
objetivos del mismo. Cuando es el profesor el que dirige el blog los objetivos que pueden conseguirse
(Peña, Córcoles y Casado, 2006, p.4) son:
- Estimular la lectura sobre temas tratados en la asignatura.
- Promover la búsqueda de información de manera autónoma.
- Estimular el espíritu crítico.
- Elevar el nivel de conversación en el aula.
- Facilitar la participación de todos.
Según estos autores si es el estudiante el que lidera el uso del blog se pueden conseguir,
además, los siguientes:
- Mejorar la práctica de la expresión escrita.
- Compartir trabajos y prácticas entre estudiantes.
2.1.2. Twitter
Las redes sociales, como parte de la web 2.0, han tomado mucha fuerza en los modelos
actuales de socialización y de comunicación interpersonal puesto que han irrumpido con fuerza en
nuestro modelo de convivencia y de interacción social. Obviamente la Universidad no puede
mantenerse ajena a estos modos de comunicación, es más
el uso de las redes sociales en el ámbito universitario puede abrir las puertas a
nuevos modelos de universidad y enseñanza-aprendizaje: modelos que favorecen la
comunicación en tiempo real, la participación, la transferencia de conocimiento, la
iniciativa, el espíritu crítico, la internacionalización, etc., es decir, un modelo de
“Universidad 2.0”, donde el estudiante ya no es un mero receptor de contenidos,
ahora es un usuario que interactúa (Bueno y Pavón, 2011, p.4).
Twitter, como red social generalista puede ofrecer posibilidades para compartir información, para
establecer contactos, para mantenerse informado e informar, suscitar debate, etc. En su uso como
herramienta educativa, es útil para buscar opiniones de expertos, para el intercambio de opiniones
entre alumnos, para la resolución de dudas e incluso para el establecimiento de tareas. Igualmente
puede emplearse para compartir opiniones con el docente, enlazar contenidos, establecer espacios
de participación, pedir tutorías, etc. De este modo, “si usamos redes sociales adecuadamente en el
aula podemos establecer nuevas vías de comunicación y abrir nuevos canales para encuentros
formativos, que además aporten una dinámica distinta al día a día de la docencia” (García, De la
Morena, Melendo, 2012, p.394).
En este sentido, Rejón, Liebana y Martínez (2011, p.2), en un estudio de investigación sobre el
uso de las redes sociales y cómo estas fomentan el aprendizaje, exponen entre las finalidades de
microblogging: el seguimiento de la clase, espacio para conversar sobre lo expuesto en el aula o
sobre temas de interés común, como plataforma para indexar contenidos. Estos autores consideran
que una plataforma de este tipo posee características que permiten influir en la motivación de los
estudiantes, reducir la distancia física y psicológica entre alumno y profesor y, además, fomentar la
implicación del alumno en el desarrollo de su propio aprendizaje.
2.1.3. Prezi
Las tecnologías de la web 2.0 pueden (Cebrián y Ripollés, 2010), dividirse en 2 tipos:
herramientas que favorecen la comunicación y herramientas que permiten la colaboración. Para estos
autores, Prezi estaría incluida en las herramientas colaborativas de presentación web y la definen
como una herramienta para crear presentaciones en base web.
472
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
El uso de esta herramienta, tan actual como innovadora, de momento parece no haber dado
datos de su utilización en ambientes educativos pero podemos arriesgarnos a sostener que Prezi,
como herramienta de presentación web en el aula, aporta versatilidad en la exposición de los
contenidos y permite, a su vez suscitar, la curiosidad de los alumnos y generar la incertidumbre de la
sorpresa al experimentar visualmente con una nueva experiencia muy alejada de los modelos
tradicionales de exposición. En este sentido, “permite que el diseñador de la representación gráfica
priorice unos conceptos sobre otros en función de su significancia y no tanto en cuanto la linealidad
secuencial que los modelos de conocimiento tradicionales arrastran con sus representaciones
visuales de conocimiento” (Martínez, 2012, p.1).
Esta herramienta posibilita dar movimiento a los contenidos e incluso darles volumen (3D), “nos
facilita un soporte nuevo, menos rígido y más cercano a la cultura visual de nuestros alumnos”
(Martínez, 2012, p.7). De este modo, el docente puede enfatizar y señalar los contenidos que más le
interese y, al hilo del discurso teórico, puede enlazar vídeos que apoyen estos contenidos.
3. Conclusiones
Somos conscientes de la necesidad de adaptarnos como sujetos al momento social actual, en el
que la sociedad está siendo avocada a continuos cambios en las formas socializadoras, de
comunicación, de información y de relación social. En el ámbito universitario esta toma de
consciencia supone creer en la posibilidad de “reconvertir la enseñanza en un proceso activo de
aprendizaje, no limitado al aula, centrado en el trabajo individual y grupal de los estudiantes, a los que
se convoca a participar en la discusión y construcción de su propio proyecto de formación” (Caride,
2007, p.17). Si efectivamente entendemos el proceso formativo de los educadores sociales como
construcción de un proyecto propio, del trabajo centrado en ellos como estudiantes y como futuros
profesionales de una labor pedagógica y social, no podemos olvidar las posibilidades que ofrecen
herramientas propias de la web 2.0. ya que se definen básicamente por ser colaborativas y por
necesitar del otro para elaborar y construir el conocimiento, cualidades imprescindibles requeridas
para la formación de futuros educadores sociales. Si pensamos en las labores a desempeñar en la
Educación Social no podemos imaginarla sin el contacto con el otro, sin la interacción con los
ciudadanos, con los colectivos con los que se va a trabajar.
Si seguimos en el camino de la profesionalización de la Educación Social y de dar visibilidad a la
importancia de su labor social es importante aportar “aquellos elementos que contribuyan a la
institucionalización de una educación social profesional, competente, de calidad y capaz de dar
respuesta a los diversos retos socioeducativos que la sociedad del siglo XXI, que la sociedad del
conocimiento plantea desde diversas perspectivas” (March, 2007, p.44). Una de esas perspectivas
supone la utilización de las TIC como parte de la normalización de uso en la enseñanza superior.
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474
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Kárpava, Alena
Universidad de Granada
elenatraduce@hotmail.com
Bedmar, Matías
Universidad de Granada
bedmar@ugr.es
1. Introducción
“Su hijo va a suspender este año, es inútil, ni siquiera sabe expresarse adecuadamente”. Este
trabajo fue motivado por el siguiente estudio de caso: niño inmigrante bielorruso, a su llegada contaba
con 9 años, en Belarús estudió cuatro lenguas: dos oficiales (ruso, bielorruso) y dos extranjeras
(inglés y francés). Valuación: sobresaliente. En España se incorporó a 6º de Primaria. Desde el primer
día, en una lengua desconocida y sin apoyo profesional, tuvo que aprender de memoria el contenido
de Matemáticas, Geografía, Música, Inglés, etc.
Reacción de la maestra: indiferencia, rechazo, suspenso del menor en todas las asignaturas, no
reconocimiento del esfuerzo añadido, repetición del curso, fomento del rechazo por parte de los
compañeros de clase hacia el inmigrante.
Reacción del alumno: rebeldía, desánimo, pérdida de seguridad en sí mismo, baja autoestima,
desvalorización, crisis personal, enfrentamiento con los padres, fracaso escolar. El cambio se produjo
con el traslado a otro centro educativo donde cursó el Bachillerato con una nota de notable.
“Nadie se integra si no le dejan” (Ibarra, 2010). Por otra parte, Blanchard (2011, p.74) señala la
importancia de conocer las circunstancias de los alumnos inmigrantes para evitar su bajo rendimiento,
dada la diferencia existente entre el currículo español, con el de su país de procedencia.
2. Objetivos
Nuestro objetivo es realizar, desde la órbita de la Investigación de la Paz Intercultural, un estudio
empírico sobre uno de los grupos inmigrantes eslavos orientales, bielorruso, para conocer su realidad
y sus necesidades, deconstruir los estereotipos existentes, ampliar el conocimiento científico y
responder a preguntas como: ¿Qué entendemos por integración, asimilación, multiculturalismo,
interculturalidad? ¿Cómo se reflejan estos conceptos en la integración del grupo inmigrante
bielorruso? y ¿Cómo la realidad afecta a la integración del alumno bielorruso en la escuela?
3. Metodología
Desde el punto de vista demográfico, y a partir de la doble vertiente metodológica, tanto
cuantitativa (análisis de los datos procedentes de las estadísticas oficiales) como cualitativa (análisis
bibliográfico y estudio de caso) se trató de responder a las preguntas sobre la dimensión, estructura y
evolución de la inmigración bielorrusa en España, redes migratorias, integración social, laboral y
lingüística del inmigrante. Nuestra atención recayó en los temas de las remesas, relación con los
compatriotas, vínculos con el país de origen y la sociedad receptora, así como la identificación de las
necesidades del grupo.Se aplicaron cuestionarios y entrevistas a doce inmigrantes eslavos orientales
residentes en Granada.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ciudadanía, que implica el reconocimiento de la plena participación cívica, social, económica, cultural
y política de los inmigrantes; principio de inclusión, que lucha contra las desigualdades sociales,
económicas, personales y culturales; permite disfrutar de los derechos sociales y evitar la
marginación; principio de interculturalidad, como mecanismo de interacción positiva entre las
personas de distintos orígenes y culturas, dentro de la valoración y el respeto de la diversidad cultural
(Benlloch, 2011, p.227).
4.2. Algunos de los objetivos que propone el Plan de Integración:
-Garantizar plena igualdad en los derechos civiles, sociales, económicos, culturales y políticos.
-Generar oportunidades sociales, económicas y de empleo que garanticen la calidad de vida.
-Mejorar los niveles de acceso y uso de los servicios y prestaciones públicas, como la educación,
salud, empleo, servicios sociales y dependencia en condiciones de igualdad.
-Fomentar políticas integrantes para la igualdad de trato y de oportunidades y no discriminación que
contemplen la prevención y denuncia de toda forma de racismo y xenofobia.
-Reforzar la equidad en todas las etapas del Sistema Educativo, incluida la universitaria, la
permanencia y el éxito académico.
-Reducir los niveles de exclusión social, marginación y pobreza, con especial énfasis en la población
infantil y juvenil.
-Contribuir a la cultura democrática y participativa, así como a la legitimidad institucional.
-Promover la convivencia intercultural, la mejora de las relaciones sociales, vecinales y laborales, el
respeto a la diferencia y la gestión de la diversidad en un proyecto compartido de sociedad (Benlloch,
2011, p.228).
476
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Dentro del concepto de lo intercultural habría que distinguir la interculturalidad que se refiere a
las relaciones interétnicas, interreligiosas o interlingüísticas que se establecen entre diferentes grupos
culturales y el interculturalismo como una propuesta sobre “cómo deben ser esas relaciones, en
cuanto a una determinada praxis sobre el tratamiento y gestión de la diversidad cultural” (Giménez,
2003:13). El interculturalismo es una herramienta base en la lucha contra el asimilacionismo, una
actitud de sumisión a la cultura de mayor dominio. La asimilación lleva consigo la desigualdad de
oportunidades, del trato, de la posición social, del desarrollo tanto personal como profesional, también
lleva al abandono de las tradiciones, de la cultura propia, de la lengua del país de origen, así como a
la conversión absoluta en una cultura ajena acompañada de la pérdida total de su propia identidad.
Para superar el asimilacionismo hay que tener en cuenta los dos principios antes mencionados: el de
la igualdad y de la diferencia. Sólo a través del equilibrio de estos dos factores podemos llegar al
establecimiento de la Paz Intercultural que a su vez puede ser trasmitida a través de la Educación
para la Paz.
477
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
diferente a sus raíces necesita más tiempo y más esfuerzo, también ayuda por parte del país
receptor.
La llegada de estos inmigrantes, mayoritariamente, se distingue por ser equilibrada y
regulada. A partir de la edad de 14 años es una inmigración marcada por su feminización. La
mujer es la protagonista de la inmigración bielorrusa (70%), lo que podría demostrar su mayor
independencia, libertad de movimiento y decisión propia, algo que trasmite a sus hijos.
Normalmente, en caso de emigración de madres con hijos menores de edad, se trata de una
familia monoparental, lo que habría que tener en cuenta a la hora de tratar al alumno
procedente de este grupo.
La nacionalidad española, la que se otorga a este grupo a partir de los 10 años de residencia
en España, fue concedida principalmente a mujeres (con un predominio frente a los hombres
del 87%).
Edad: es una inmigración joven, entre 20 y 45 años, por tanto laboralmente activa.
Trabajando consiguen mayor independencia. Pero la ocupación de los padres y ausencia de
la red familiar hacen que los hijos de estos inmigrantes pasen mayor parte de tiempo solos en
la casa.
Menores de edad: representan sólo 12% del número total de los residentes bielorrusos. Son
una minoría por lo que no existen programas sobre su integración escolar.
Distribución geográfica: la mayoría prefiere zonas costeras y las comunidades con una mayor
presencia de la industria y del turismo: Cataluña, Andalucía, Valencia y Madrid. En los
pueblos menores estos casos pasan desapercibidos.
Situación laboral: la mayoría, a pesar de sus estudios superiores, está empleada en el sector
servicio, donde las mujeres generalmente se dedican a la ayuda doméstica y los hombres a la
hostelería y reparaciones. En la mayoría de los casos las esperanzas laborales no se
cumplen. Por lo general, los encuestados, muestran gran dificultad para encontrar puestos
relacionados con su preparación profesional, obligados a realizar trabajos poco cualificados y
desvalorados socialmente. Esta situación genera dudas en la población inmigrante joven
sobre el valor y la necesidad de los estudios superiores.
Estudiantes universitarios: Belarús se considera uno de los países con mayor tasa de
formación académica, un 64% de la población bielorrusa tiene carrera universitaria. En
España sólo 10,2% entre los jóvenes entre 20 y 30 años están matriculados en la
universidad.
Asimilación: está marcada por la debilidad de la red social; ausencia de remesas; reducido
contacto con el país de origen; olvido de la lengua nativa; desvinculación de los compatriotas,
ausencia de la idea de retorno, factores que inclinan hacia la asimilación. La procedencia
variada, marcada por el trauma de la “emigración en el sofá” (la desintegración de la URSS
llevó a la “emigración” sin salir de la casa, en un solo día, desde la República Socialista de
Bielorrusia hacia Belarús, un país nuevo y desconocido, marcado por una nueva Constitución,
bandera, régimen de gobierno, lengua, tradiciones, moneda, creencias, relaciones de
mercado, etc.) les brinda una cierta “experiencia” migratoria. Esta experiencia les ayuda a
aceptar los cambios producidos en su vida.
Integración: se sienten asimilados pero no integrados. Es un movimiento bilateral enfocado en
la búsqueda de la unidad basada en el respeto de las diferencias. Las dificultades en
convalidación del título, el rechazo de un puesto laboral concorde a su preparación
profesional, el sentimiento de ser discriminados por su procedencia o por acento en el habla,
la imposibilidad de acceso a ciertos derechos (vivienda, salud), los prejuicios sociales, etc.
generan inseguridad, baja autoestima, sentimiento de encontrarse entre dos mundos,
desvinculación social. A menudo, la exigencia de la sociedad de acogida de respetar sus
normas sin aceptar la diversidad cultural está acompañada del rechazo, por parte del
inmigrante, de su cultura propia, de su lengua, de las tradiciones, de cualquier vínculo con su
origen.
Problemas de salud: al provenir de la zona de contaminación radiactiva, consecuencias de la
catástrofe nuclear de Chernóbyl, pueden mostrar distintos problemas de salud. ¿Cómo influye
la dificultad de integración del grupo inmigratorio en la integración del menor en el espacio
escolar? El menor como puente entre las dos culturas
478
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Conclusiones y propuestas
En el sistema educativo actual un valor muy importante se da a la internalización de la educación
superior, con el fin de fomentar lazos de cooperación e integración de las Instituciones de Educación
Superior con sus homólogos en otros lugares del mundo. Este hecho aporta un carácter intercultural a
los mecanismos de enseñanza e investigación de la educación superior a través de la movilidad
académica de los estudiantes, docentes e investigadores, diseño de programas de doble titulación,
desarrollo de proyectos conjuntos de investigación, internacionalización del currículum, creación de
redes internacionales, firma de acuerdos de reconocimiento mutuo de sistemas de calidad de la
educación superior, etc.
Para que este proceso tenga éxito es necesario que la Educación Intercultural esté presente en
el sistema educativo desde los primeros años de su desarrollo. La Educación Intercultural puede
prosperar sólo cuando se conoce la realidad de cada grupo inmigrante, las necesidades de este
grupo, los problemas a los que se enfrentan, el éxito del proceso de integración del grupo inmigrante
y su influencia en la integración del alumno extranjero en el espacio educativo. Con este fin hemos
estudiado la dimensión, estructura y evolución de la inmigración bielorrusa en España, la
problemática de la red familiar del grupo, su integración social, laboral y lingüística, falta de remesas,
desvinculación con los compatriotas, la asimilación en la sociedad receptora y la integración a
menudo dificultada por la población nativa.
Nuestro siguiente objetivo se centra en la elaboración de un programa de integración intercultural
basado en una propuesta de organización decursos extraescolares enfocados en el intercambio
lingüístico y cultural, clases de lengua (española para los eslavos, rusa para los españoles y los hijos
de los inmigrantes eslavos, mantenimiento de la lengua materna); talleres educativos para
intercambio de tradiciones, cultura, historia, folclore. Intervención integral e integrada, reconocida
como un claro factor de éxito (López Gallego y García Andrés, 2010). Intercambio que pretende
generar mayor acercamiento entre ambas culturas, confianza, traspaso de saberes, búsqueda de
puntos en común, superación de estereotipos, lucha contra la xenofobia, enriquecimiento mutuo. Así
479
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
como la generación de empleo para los inmigrantes eslavos titulados en Psicología y Educación,
monitores de talleres interculturales, que a menudo se ven forzados a desarrollar actividades
laborales inferiores a su preparación profesional.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
481
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Se establecieron un número de programas y proyectos que a fecha de hoy no han logrado los
resultados esperados, por ello, y movidos por una situación que pone en riesgo la quiebra de la tan
anhelada cohesión social, se ha puesto en marcha la Estrategia Europa 2020. Su objetivo se asienta
sobre tres vías de crecimiento: la inteligente (educación, investigación e innovación), la sostenible
(medio ambiente) y la integradora (social). Estas vías de actuación implican nuevas estrategias
dentro del campo del empleo, de la I+D, del cambio climático y energía, de la educación y de la lucha
contra la pobreza y la exclusión social (EC).
Si en su orígenes la Pedagogía Social se constituyó en una disciplina que establecía la acción
educativa como herramienta de ayuda al desarrollo de la comunidad así como el medio para
solventar carencias y conflictos derivados del la revolución industrial. En ese momento, los cambios
sociales producidos por el establecimiento de la sociedad industrial requerían respuestas educativo-
sociales urgentes y eficaces (Pérez Serrano, 2002).
Desde esta perspectiva, la educación se convierte en instrumento de progreso social y de
desarrollo personal para el conjunto de la humanidad, contribuyendo a vencer desequilibrios
sociopolíticos y a responder a las demandas con una actuación conjunta.
La acción socioeducativa dirigida a grupos susceptibles de exclusión debe enmarcarse dentro
del terreno de la capacitación en destrezas para desenvolverse en esta nueva Sociedad del
Conocimiento. Es así, como la Pedagogía Social y la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI),
coinciden en sus objetivos para multiplicar su efectividad en la lucha contra las desigualdades.
2. Nuevos factores que aumentan el riesgo de exclusión en este siglo XXI: perspectivas
demográficas, crisis económica y brecha digital
Como hemos explicado con anterioridad, la pobreza económica no agota los mecanismos de
exclusión social, existen otros factores vinculados a ella como pueden ser los de la educación, la
salud, la vivienda, la participación política y la calidad de las relaciones sociales (su ausencia) que
actúan como vectores de exclusión.
En la sociedad actual también son susceptibles de sufrir exclusión aquellas personas que, por
distintas razones, no pueden acceder a la información, al conocimiento y al aprendizaje mediante las
nuevas tecnologías. Las TIC están presentes cada vez más en nuestras vidas, en las tramitaciones
con la administración, en la sanidad, en el ámbito cultural, etc. Una de las consecuencias que
conlleva el vivir en una sociedad altamente tecnológica radica en la necesidad de mantener el nivel
de formación de los ciudadanos para adaptarse de forma continua sino se quiere caer en la exclusión.
Esta nueva forma de exclusión denominada brecha digital afecta a diferentes personas de
distintos ámbitos, como pueden ser:
- La brecha que separa a los países más desarrollados de los que están en vías de desarrollo,
comúnmente separados por el eje Norte-Sur.
- La brecha generacional, que enfrenta a los nativos digitales frente a los que no lo son.
- La brecha que opone hombre/mujer. La discriminación en el terreno del género ha estado
presente en todos los aspectos de la vida diaria siendo el tema de las nuevas tecnologías uno
más de ellos.
- La brecha que enfrenta a las personas que tienen acceso a la formación para lograr una
mayor capacitación profesional de aquellas que su profesión no ha requerido esta
capacitación y que tienen grandes dificultades para formarse en ellas.
482
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
este punto de vista, ninguna jubilación anticipada es “demasiado anticipada” cuando la gente se
siente protegida por el denominado Estado paternalista.
Según los últimos datos ofrecidos por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la
brecha digital que aún afecta a 4.500 millones de personas, lo que representa que dos tercios de la
población mundial aún no tienen acceso a Internet. Sin embargo, a fecha de 2013 el número de
suscripciones de teléfonos móviles se equipara al número de personas en el mundo. El 40% de la
población mundial está conectada a la red siendo el continente europeo el más conectado del mundo,
con un 77% de penetración; seguido de América, con un 61%. Además, según informes publicados
por consultoras empresariales, como la BCG (Boston Consulting Group), demuestran cómo Internet
puede convertirse en palanca de productividad, impulsando nuevos negocios que convierten a la Red
en un elemento determinante para ayudar a la economía española en los próximos años. Pero,
destacan la necesidad de las nuevas alfabetizaciones mediáticas e informacionales.
Los datos ofrecidos en su informe de 2011, España cONecta, resaltan la relevancia que ya ha
alcanzado Internet en la actividad social y económica españolas. Así tenemos que:
- El porcentaje de la población total española que utiliza Internet asiduamente ha pasado del
40% hace 5 años a más del 60% en la actualidad.
- Los empleados que utilizaban Internet en su trabajo eran un 34% en 2005 y hoy son cerca del
50%.
- Los españoles ya pasan en Internet una media de dos horas al día, dedicación que crece al 5%
anual.
El impacto positivo e impulsador de Internet en la economía española va mucho más allá de lo
estrictamente recogido en el PIB. En el cuadro realizado por BCG demuestra que son beneficiarios de
efectos positivos otros ámbitos no ligados directamente con la renta. Así vemos cómo un buen
aprovechamiento de Internet incrementa el crecimiento en la productividad y el empleo. También,
aporta otros beneficios sociales como el acceso de los consumidores a mayor información y
contenido y la posibilidad de extender las relaciones en el ámbito social y profesional.
El desigual acceso a las nuevas tecnologías y la carencia de las capacidades básicas digitales
no son solo las causas más frecuentes de exclusión de ciertos colectivos de personas, la brecha
digital afecta al desarrollo de la sociedad en su conjunto. La accesibilidad universal a la información
debe manifestarse en conocimiento productivo y este propósito requiere que cada individuo encuentre
su lugar desarrollando capacidades y competencias en esta sociedad digital. La llamada Sociedad del
Conocimiento se caracteriza por utilizar el conocimiento como producto, que genera valor y riqueza
por medio de su transformación a información, como en otro tiempo lo fueron el producto agrícola o
industrial.
483
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ni para asegurar el estado del bienestar. Un país puede tener el PIB más desarrollado del mundo
pero presentar datos altos de pobreza absoluta. Las tasas altas de desempleo no solo influyen en la
desaceleración de la economía de un país sino que afectan a los afectados y a sus familias. El trabajo
es el principal mecanismo de socialización y autoestima de las personas y su ausencia tiene un
efecto negativo sobre el bienestar de los desocupados.
El tránsito de la "Sociedad de la Información" a la “Sociedad del Conocimiento” implica un
cambio en el funcionamiento de las sociedades. En las sociedades modernas, la mayor parte de los
empleos ya no estarán asociados a las fábricas de productos tangibles, sino a la generación,
almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información. La sociedad del conocimiento concede
a las tecnologías de la información y de la comunicación el poder de fomentar el desarrollo y el
progreso en una economía global. Esto se ha comprobado por el hecho de que paradójicamente, el
empleo de estas tecnologías permite que países más desaventajados progresen más rápidamente
que los países desarrollados. De ahí todas las iniciativas tanto públicas como privadas que surgen
para fomentar la inclusión digital.
La llamada conectividad social pasa por la alfabetización mediática e informacional, entendida la
primera como: la capacidad interna de una sociedad para comunicarse consigo misma y con su
entorno mundial mediante el uso de las telecomunicaciones, las tecnologías de la información y a
través de los productos de sus industrias de contenidos. La conectividad fomenta el desarrollo social,
económico y cultural de los países, ayuda a mantener los niveles del bienestar y mejora la calidad de
vida de la población.
La necesidad de una nueva alfabetización mediática e informacional (AMI - MIL por sus siglas en
inglés) es precisa tanto en la faceta personal de los individuos como en su faceta social, hecho este
que está siendo debatido en el Foro Global de Socios de Alfabetización Mediática e Informacional
2013 organizado por la UNESCO. El acceso universal a la información en una Sociedad de la
Información es insuficiente, pues el mero acceso a la información no genera conocimiento. Se debe
capacitar a las personas mayores a utilizar las tecnologías de la comunicación como herramienta
necesaria para aprender a lo largo de la vida y como herramienta facilitadora de nuevas
oportunidades de participación social.
3.1. Cohesión social y las TIC
Una sociedad cohesionada viene determinada por varios factores como son el respeto a la
diversidad de las personas, su nivel de confianza en las instituciones, la percepción de un nivel alto
de justicia social y el respeto a las leyes de la sociedad, el sentimiento de solidaridad, la conectividad,
las redes sociales y la participación activa de todos sus miembros en la búsqueda del bien común.
(Dragolov, G. et al., 2013).
La situación actual de las sociedades occidentales modernas dista de ser ejemplo de cohesión
social. La crisis financiera, algunos de los efectos negativos de la globalización, la creciente
desigualdad de clases, el paro laboral, el envejecimiento de la población no activa, la falta de
recursos para mantener prestaciones sociales sostenibles, el riesgo de exclusión de sectores de la
población como son los mayores, los discapacitados, los inmigrantes entre otros requieren de
decisiones eficaces y adecuadas para reforzar la cohesión. Es indiscutible que estamos asistiendo a
un cambio del modelo social y que esta nueva sociedad tecnológica avanzada no responde a los
mismos parámetros de la sociedad industrial clásica. (Tezanos, F. J., 2011).
Desde la Comisión Europea, se es consciente de la necesidad de fomentar la cohesión social
como palanca de progreso y como una de las premisas claves para superar este periodo de crisis. Es
necesario un cambio de políticas desarrolladas con anterioridad las cuales son responsables, entre
otros factores, de haber causado una regresión social, sobretodo en países desarrollados
estableciendo un estado de malestar social. En 1993, la tendencia de los estados miembros de la UE
fue reducir la inversión de los gastos destinados a la protección social. Estas políticas han derivado a
la situación actual de aumento de los procesos de desigualdad y de exclusión social.
Entre los Estados Miembros se ha planteado un nuevo impulso que se concreta en una nueva
Estrategia Europa 2020. Las acciones van dirigidas a luchar contra la pobreza y la exclusión social
mediante la inversión en programas sociales que marcan una nueva tendencia: el regreso del sujeto
como centro del proceso de desarrollo. Se trata de generar círculos virtuosos en los que el
crecimiento y las políticas sociales se refuercen uno a otro. (PNUD, 2013).
La Estrategia Europea para el 2020 plantea “una agenda para nuevas habilidades y empleos”
pidiendo a los Estados Miembros de la UE que aseguren que las personas adquieren las habilidades
484
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“Para comprender y funcionar bien en este mundo, los individuos necesitan, por ejemplo, dominar
las tecnologías cambiantes y comprender enormes cantidades de información disponible. También
enfrentan desafíos colectivos como sociedades, –tales como el balance entre el crecimiento
económico y la sostenibilidad ambiental, y la prosperidad con la equidad social. En estos
contextos, las competencias que los individuos necesitan satisfacer para alcanzar sus metas se
han ido haciendo más complejas, requiriendo de un mayor dominio de ciertas destrezas definidas
estrechamente”. (OCDE, 2003).
Dichas competencias están basadas en los principios del aprendizaje permanente y las TIC, tal
como apreciamos a continuación:
- La necesidad de mantenerse al día con la tecnología, de adaptar herramientas para sus
propios propósitos y de conducir un diálogo activo con el mundo requiere un uso interactivo del
lenguaje, la información, la tecnología y el conocimiento.
- La necesidad de tratar con una diversidad de sociedades plurales requiere de empatía y
respeto por el otro, desarrollar valores como la solidaridad dando lugar al denominado capital
social requiere aprender a relacionarse bien con otros, a cooperar y trabajar en equipo y saber
resolver conflictos.
- La necesidad de descubrir la propia identidad y fijar metas en un mundo complejo, de ejercer
derechos y asumir responsabilidades, de comprender el entorno y su funcionamiento requieren
desarrollar competencias referidas para actuar dentro de la comunidad, de plantearse proyectos
personales hacia donde conducir sus planes de vida y a defender y asegurar sus derechos e
intereses en lo que se conoce como ciudadanía activa y participativa.
El papel del educador social cobra relevancia para ayudar a los grupos con alto riesgo de
exclusión, entre los que se encentran los adultos mayores, en los procesos de su desarrollo como
aprendices a lo largo de la vida que les permitirá adquirir nuevas competencias en esta sociedad
cambiante. Es fundamental partir de lo que se conoce como elaboración del plan de desarrollo
personal y profesional - PDP - (Martínez Mediano, C. et al., 2013). Este PDP consistiría en realizar
una auto-evaluación, con el propósito de obtener información basada en la comparación entre lo que
necesitamos para resolver una tarea o un problema. Teniendo en cuenta las situaciones a las que se
enfrentan los mayores en esta etapa como son:
- La evolución acelerada de los conocimientos científicos y técnicos.
- La movilidad de empleo y el paro laboral y también la salida del mercado laboral muy pronto,
en algunas ocasiones. La etapa no laboral es mucho más amplia que la etapa laboral (en
estos momentos) y hemos sido principalmente educados para trabajar, hay personas que
salen del mercado laboral con 52, 55 años…
- El aumento de las posibilidades en el tiempo libre y de ocio.
- El riesgo de nuevos analfabetismos: informático, tecnológico, técnico y científico (por eso
valoramos mucho el esfuerzo que muchas instituciones están haciendo para acercar las
nuevas tecnologías a las personas mayores).
- La soledad, el aislamiento como consecuencia de la emigración de los jóvenes, formados en
nuestras Universidades, y que salen a otros países en búsqueda de empleo (lo que ello
implica que los padres se quedan aquí y cuándo ellos sean mayores y necesiten atención los
hijos estarán fuera).
- La inmigración.
- El sedentarismo y la alimentación inadecuada.
- La crisis de las ideologías y de los modelos de vida.
- La longevidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su Informe sobre Salud en
Europa 2012, ha confirmado que España, con una media de 82,2 años, tiene la mayor
expectativa de vida de Europa.
485
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
El PDP les llevará a elaborar una lista de tareas y metas a conseguir en un tiempo marcado,
buscando incluir los recursos necesarios de aprendizaje, actividades, cursos que ayuden a
alcanzarlas y revisando el progreso hacia los objetivos establecidos.
La acción educadora les ayudará a implicarse en su comunidad, a fomentar el trabajo en equipo,
las relaciones interpersonales y el asociacionismo. A su vez, el trabajar en equipo les permitirá aunar
sus conocimientos y acciones para conseguir un objetivo común, lograr las metas propuestas y
resolver los problemas comunes. Estar activo es vivir plenamente y mantener el cuerpo en una
situación saludable y optimizada, que previene la dependencia. Se generan sinergias con personas
de otras culturas y edades trabajando en proyectos comunes y asumiendo un papel activo y
participativo en la sociedad. En definitiva, cada persona buscará el “dar más vida a los años”.
El aprendizaje sobre el uso de las TIC y sus diversas aplicaciones en el día a día es un objetivo
prioritario en la inclusión de las personas mayores. La alfabetización mediática e informacional es
crucial en la vida diaria de los ciudadanos, en su desarrollo personal potenciando sus habilidades
dirigidas al mundo laboral y profesional, ampliando la información como consumidores y facilitando
sus compras, en su relación con la administración realizando transacciones de forma segura, rápida y
eficaz, en los momentos de ocio, en sus relaciones personales con amigos y familia, etc.
486
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
internacionales con ALFIN como centro temático. En la Declaración de Praga: “Hacia una sociedad
alfabetizada en información” (La Comisión Nacional de Bibliotecas y la Documentación y el Foro
Nacional de Alfabetización en Información de Norteamérica con el apoyo de la UNESCO se reunieron
en Praga, República Checa, en septiembre de 2003) se sitúa a ALFIN como prerrequisito necesario
para la participación eficaz en la Sociedad de la Información constituyendo parte del derecho
humano básico al aprendizaje a lo largo de toda la vida. Además, el desarrollo de ALFIN conllevaría a
la reducción de las desigualdades entre las personas y países al fomentar la tolerancia y la
comprensión mediante el uso de la información en contextos multiculturales y multilingües.
En febrero del 2006 se reunieron en Toledo profesionales de la información y la educación del
Estado español en un grupo de trabajo cuyas conclusiones dieron lugar a la Declaración de Toledo
“Bibliotecas por el aprendizaje permanente”. Uno de los objetivos recogidos en este documento
proponía la elaboración de una Agenda nacional de promoción de la alfabetización informacional, en
contextos bibliotecarios, adecuados a distintos segmentos de población.
A medida que estos proyectos de iniciación de los usuarios a esta nueva alfabetización para el
acceso a la información en contextos bibliotecarios (ALFIN) se demostró insuficiente con respecto a la
información ofertada en medios digitales. Era necesaria una nueva capacitación digital para
garantizar su uso la información obtenida en estos medios de forma correcta y potenciar con ello las
posibilidades de las mismas. A este respecto existen discrepancias en cuanto a la terminología. Hay
autores que establecen la alfabetización mediática y digital como parte de ALFIN. Desde la UNESCO
se ha adoptado el término de AMI – Alfabetización Mediática e Informacional - con el fin de armonizar
las diferentes posturas. (Wilson, et al., 2011)
El Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas incluye
el derecho a la información – derecho que permite buscar, recibir y difundir información e ideas a
través de cualquier medio. Ello nos lleva a afirmar que AMI es un derecho en sí pues promueve la
capacitación de las personas en el mundo actual en su búsqueda de información para tomar
decisiones dentro de su entorno, a la vez que les responsabiliza de su formación continua y les
compromete activamente como ciudadanos. Es un derecho humano básico que promueve la inclusión
social (Sturges, Gastinge, 2010). AMI se convierte pues en un compromiso social del cual se han de
concienciar tanto pedagogos – en la formación de formadores, como educadores sociales mediante
la acción educativa en grupos de exclusión.
Recientemente, la Declaración de Moscú de junio de 2012, redactada a partir de la Conferencia
Internacional sobre AMI y la Sociedad del Conocimiento destaca la necesidad de desarrollar la
conciencia pública, particularmente entre los profesionales de la educación, sobre la importancia de
promoción de esta nueva alfabetización. Las respuestas y los objetivos alcanzados en este campo se
consideran aun deficientes por lo que se debe insistir en el establecimiento de estrategias y políticas
más eficaces.
La colaboración entre los diferentes actores (gobierno, educación, medios de comunicación y las
organizaciones juveniles, bibliotecas, archivos, museos y organizaciones no gubernamentales) es
imprescindible para incluir las reformas estructurales y pedagógicas en el desarrollo y mejora de esta
nueva alfabetización en los medios y en la información. Estas reformas estructurales pasan por
integrar estas nuevas alfabetizaciones en todos los niveles de la educación ya sea integrada en
programas de aprendizaje permanente, en programas de formación laboral, en formación del
profesorado e incluso en el programa curricular universitario.
Se debe además fomentar la investigación en este ámbito integrando modelos de nuevas
alfabetizaciones en distintas prácticas dentro de un marco científico aplicando indicadores y técnicas
de evaluación. Se promueve como necesario educar sobre la protección de los derechos de libertad
de expresión, libertad de información, el derecho a la intimidad y a la confidencialidad, los principios
éticos y los derechos de otros (propiedad intelectual) como parte de estas nuevas alfabetizaciones en
los medios. La implantación de competencias mediáticas e informacionales en las Universidades
Españolas es un tema de gran actualidad y representa un signo de calidad docente dentro del EEES.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
intención de acercar a las personas mayores el uso de Internet como medio para mejorar su calidad
de vida en aspectos tales como el ocio y la comunicación.
La Universidad Complutense a través del Departamento de Psicología de la Educación de la
Facultad de Educación y la Fundación Orange colaboran en el Proyecto EDAD (Estimulación
Dinámica Alfabetización Digital), con un doble objetivo: prevenir el deterioro cognitivo de las personas
mayores y favorecer su integración social, a través del uso de sistemas tecnológicos.
Desde Europa la Plataforma Age constituye una red europea de alrededor de 165
organizaciones de y para personas mayores de 50 años. Participan activamente en distintos
proyectos que incluyen las TIC en la inclusión de las personas mayores en distintas áreas como la
educativa, la sanitaria, la domótica, la accesibilidad, etc. Proyectos todos ellos encaminados a
mejorar la vida cotidiana de las personas en el uso de las tic para facilitarles el acceso a la
información, la cultura, para mantener durante más tiempo su autonomía facilitándoles su labores
cotidianas en viviendas adecuadas, tener acceso a la sanidad a través de servicios sociales eficientes
y sostenibles en caso de enfermedades crónicas, a tener una mayor participación social en su
comunidad disminuyendo el aislamiento y la exclusión, en fin mejorando de forma sustancial su
calidad de vida.
6. Conclusiones
Actualmente, existe una preocupación sobre el futuro incierto ante la pérdida del estado del
bienestar en los países desarrollados como consecuencia de la actual crisis financiera, las altas tasas
de desempleo y las políticas de austeridad que amenazan con la quiebra social.
Estas modificaciones cualitativas y cuantitativas se hacen sentir en todas las esferas de la
actividad humana, y requieren una adaptación continua en las que la acción socioeducativa juega un
papel esencial.
Surgen nuevos paradigmas que buscan lograr un crecimiento económico sostenible, más empleo
y cohesión social para superar estos momentos de incertidumbre. Desde Europa se fomenta un
nuevo concepto: la cohesión social como síntoma de una sociedad equilibrada, sostenible, en
progreso, solidaria e inclusiva. Una sociedad cohesionada viene determinada por varios factores
como son: el respeto a la diversidad de las personas, su nivel de confianza en las instituciones, la
percepción de un nivel alto de justicia social y el respeto a las leyes de la sociedad, el sentimiento de
solidaridad, la conectividad, las redes sociales y la participación activa de todos sus miembros en la
búsqueda del bien común.
Un cambio de actitudes es necesario en dos aspectos fundamentales:
- Establecer un nuevo concepto de desarrollo social más acorde con los principios de la
Sociedad del Conocimiento. Ello implica situar a las personas como objetivo del proceso de
desarrollo, entendiéndolo como el potencial humano y no según el PIB de cada país.
Actualmente, cuando se hace referencia al desarrollo social se debe entender como un proceso
centrado en el aumento de las capacidades de los individuos para decidir su futuro. Lo anterior
exige la reducción de las desigualdades en la sociedad buscando una cohesión para así poder
progresar todos en conjunto.
- Cambiar la percepción del papel que juegan los mayores en la sociedad, tanto a medio como a
largo plazo. Se debe considerar a las personas mayores como elementos dinámicos con gran
potencial, para contribuir al desarrollo de las sociedades si se les prepara con las herramientas
adecuadas (Fernández y Limón, 2012). Son transmisores de conocimientos, competencias y
experiencia a las generaciones siguientes. De manera individual y colectiva contribuyen a
nuestra economía, participan en nuestras comunidades y son un repositorio de nuestra historia.
Como miembros de las familias las personas mayores son responsables de fomentar la cohesión
y la solidaridad en nuestra sociedad.
Finalmente, estas herramientas relacionadas con las TIC, requieren de una nueva forma de
alfabetización en la sociedad digital, que debe ser incluida dentro de la formación e investigación de
la Pedagogía Social, cumpliendo así con el empleo de la acción socioeducativa como medio contra la
exclusión. La alfabetización mediática e informacional se prefigura como uno de los objetivos
prioritarios de la Pedagogía Social; es, en definitiva, un compromiso ineludible de la acción educativa,
que busca la inclusión de todas las personas en la Sociedad del Conocimiento. Ésta, se nos ofrece,
apunta el profesor y maestro José Mª Quintana (1984:8) cómo un medio de ayudar a nuestro
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
desquiciado mundo a entrar en las vías de la concordia y de la paz…De esta manera, la Pedagogía
Social, se suma a las aspiraciones de otros movimientos (UNESCO, Formación Permanente de
Adultos, etc…) en ese acariciado empeño de construir una humanidad mejor.
7. Referencias Bibliográficas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
troca e abertura ao exterior (Jean, 1998). A abordagem de DL em meio rural tem, no seu cerne, o
conceito de comunidade. Este tem sido identificado a partir de visões utópicas até ser aludido como
sinónimo de sociedade e como um espaço com ou sem um âmbito territorial que a delimite (Varela
Crespo, 2010). No entanto, as suas referências na literatura têm-se sustentado amplamente no
conceito de Desenvolvimento Comunitário. Neste sentido, é necessário ter presente a existência de
dois enfoques sobre as práticas atuais e históricas do desenvolvimento comunitário: um de tom mais
assistencialista e outro de orientação mais transformadora e emancipadora. No primeiro enfoque,
aludimos às práticas mais pontuais e paliativas, enquanto que no segundo nos referimos àquelas que
entendem o desenvolvimento comunitário como inerente a qualquer processo comunitário que
procure a sustentabilidade da sua ação social (Longás, Civis, Riera, Fontanet, Longás e Andrés,
2008). É nesta segunda lógica que se inscrevem os objetivos e a metodologia do Projeto ADMR que
a seguir se apresentam de forma sucinta.
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progressivo abandono do espaço. Surge assim a proposta para a dinamização do espaço a partir do
desenvolvimento de atividades para pessoas idosas e reformadas, promovendo um lanche semanal e
a realização de trabalhos manuais, com especial enfoque na costura e nos trabalhos manuais.
O espaço foi cedido pela Junta de Freguesia, que passou a ser palco de atividades semanais
regulares, para além de ser utilizado como local de armazenamento dos materiais necessários à
realização das tarefas (máquinas de costura, matérias-primas e objetos produzidos), e como espaço
de acolhimento de alguns eventos sazonais, como a Festa de Magusto e a produção de flores e
ornatos para a Festa de São Romão. Além disso, o grupo envolvido neste projeto tem tido um papel
importante na recuperação e requalificação das tradições e do artesanato produzido na zona da
Costa de Sto. André pelas famílias dos pescadores.
7. Considerações finais
Estas iniciativas são reveladoras de causas e dinâmicas comunitárias baseadas em princípios
solidários, fazendo face aos problemas que têm vindo a acentuar-se com a crise económicas e social,
nomeadamente, o isolamento e a solidão dos idosos; a fixação da população jovem no território; a
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ocupação dos tempos livres das pessoas; a revitalização do tecido socioeconómico e a criação de
emprego; a erradicação da pobreza e a inclusão social.
Foi possível perceber lógicas de ação mais ou menos formais assentes em iniciativas solidárias
e de proximidade, diferentemente das que assentam a sua ação na competição e no lucro. São
exemplo as relações entre produtores e consumidores, numa perspetiva de cidadania ambiental, e as
relações entre pessoas mais velhas e mais jovens, com benefícios mútuos, numa perspetiva de
convivência e solidariedade intergeracional (Ferreira, 2009; Sánchez e Hernández Torrano, 2013).
Os princípios de ação coletiva visíveis nestas iniciativas são a solidariedade e a democracia,
contrariamente à ação instrumental e utilitária promovida pelo sistema social vigente e/ou pelos
poderes políticos, permitindo um tipo de modalidade do laço político que não se reduz a uma
racionalidade utilitária baseada no cálculo e em jogos e relações de dominação e poder. As pessoas
são envolvidas ou envolvem-se por iniciativa própria em processos de tomada de decisão sobre
assuntos que lhes dizem respeito coletivamente quer em processos de cooperação entre cidadãos e
entre estes e os serviços e instituições locais, quer em parcerias constituídas entre serviços públicos,
coletividades, produtores agrícolas, autarquias e associações de desenvolvimento local. De salientar
a importância da participação de voluntários, jovens e adultos, em iniciativas que visam promover a
cidadania e a solidariedade junto de populações mais vulneráveis, assim como a criação de espaços
de sociabilidade, lazer e convívio que contrariam o isolamento de pessoas, grupos e comunidades do
mundo rural.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
El Conservatorio Profesional de Música de Culleredo (desde ahora CMUS de Culleredo) es un
centro de educación musical reglada situado en un ayuntamiento colindante con la ciudad de A
Coruña. Es un conservatorio de gestión municipal y su actividad está dirigida a la profesionalización.
Cuenta con un claustro de 18 profesores y profesoras y alrededor de 250 alumnos y alumnas. En los
últimos cuatro años se ha implementado un proyecto de dirección y gestión que ha contemplado,
además de la vertiente académica relacionada con las especialidades instrumentales inherentes a la
tipología de centro, la integración en la comunidad y la retroalimentación con la misma. El objeto de
este trabajo es presentar los objetivos del proyecto, los resultados obtenidos y una breve valoración
sobre las implicaciones del mismo y las dificultades que han surgido en su implementación.
Desde el punto de vista organizativo, el centro cuenta con las características idóneas para poner
en marcha un proyecto educativo que potencie una cultura de centro participativa y fomente la
colaboración y comunicación entre todos los agentes educativos. Así mismo, la institución favorece la
relación con la comunidad en la que se inserta a partir de sus actividades programadas dentro de su
planificación académica. Sin embargo, en estos últimos años se ha propuesto ir un paso más allá,
inspirado en el concepto del desarrollo cultural comunitario, el centro ha abierto sus puertas a la
comunidad y, sobre todo, ha superado la barrera simbólica de sus muros para integrarse en su
entorno. El planteamiento original pretendía, a partir de la actividad que se desarrolla en las aulas, y
que habitualmente queda oculta en el espacio físico del conservatorio, ofrecer un servicio que
beneficiase a las dos partes: comunidad educativa y comunidad local. De este modo el centro,
primando la transparencia y la utilidad de sus saberes, se propuso convertirse en uno de los ejes
culturales del ayuntamiento.
2. El CMUS de Culleredo
El CMUS de Culleredo está situado en el ayuntamiento de Culleredo, provincia de A Coruña que
cuenta con una superficie de 63,2 km2 y una población aproximada de 28.000 habitantes. El centro
está situado en la calle Andrés Pan Vieiro en Acea de Ama en el Burgo, uno de los tres núcleos
urbanos más poblados, junto al Portazgo y Fonteculler. La sede del conservatorio está constituida por
un edificio inaugurado en el año 2001 distribuido en nueve estudios, nueve aulas para las
especialidades individuales, cuatro habilitadas para clases colectivas, una dotada de los recursos
adecuados para impartir nuevas tecnologías, Biblioteca con posibilidad de convertirse en aula
colectiva, Sala de profesores, Salón de actos que funciona también como aula, espacio de
administración y conserjería, despacho de Dirección y Jefatura de Estudios y espacios de
mantenimiento.
El Conservatorio de Culleredo nace como respuesta a la demanda social de una oferta educativa
de educación musical próxima y de calidad. La LOGSE en 1990 abre la posibilidad de que la
Administración local habilite centros de educación musical de régimen especial, de forma paralela a la
formación general, acercando este tipo de estudios a un mayor número de población. El ayuntamiento
de Culleredo apuesta por la habilitación de un centro de enseñanza reglado, frente a la opción de la
mayor parte de los ayuntamientos que ponen en marcha escuelas de música. El conservatorio tiene
una capacidad aproximada de 175 plazas para la enseñanza reglada y 30 plazas para la no reglada.
El hecho de que el centro sea de creación municipal limita el acceso a muchos de los medios
con los que cuenta la red autonómica, mas supone importantes ventajas en la gestión de los
recursos, optimizando los mismos según las demandas y necesidades reales surgidas en la evolución
499
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500
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Por otro lado, tanto el Decreto 223/2010, del 30 de diciembre, por el que se establece el
Reglamento orgánico de los conservatorios elementales y profesionales de música y de danza de la
Comunidad Autónoma de Galicia en su artículo 48 como la Orden del 4 de agosto de 2011 por la que
se desarrolla dicho Decreto, hacen referencia también al proyecto de gestión y dirección de los
centros educativos reglados de música, los conservatorios.
En el caso del CMUS de Culleredo, al comienzo del curso 2009-2010, después de un largo
proceso de consolidación de plazas de profesores y más de una década de funcionamiento estable
del centro, se pone en marcha la primera elección democrática de dirección, que desencadena toda
una serie de cambios en la gestión, la organización e incluso la actividad académica que tienen
implicación en el tema que nos ocupa. El documento de referencia para este período (2009-2013) es
el Proyecto de dirección y gestión del conservatorio. En estos cuatro años el centro ha sufrido una
transformación importante en su organización, la explicitación de sus valores y su proyección exterior.
En el documento de referencia se recoge que como objetivo general se pretende establecer un
modelo de gestión y organización de calidad, basado en la participación, la autonomía escolar, la
eficacia/eficiencia y la transparencia, que posibilite un adecuado desarrollo de los procesos de
enseñanza-aprendizaje, con la finalidad de optimizar los resultados del centro, entendidos en
términos de aprovechamiento académico y personal de los alumnos, el desarrollo profesional de los
profesores, y una adecuada proyección de las actividades del centro hacia la comunidad en la que
está inserto.
Además todo ello se concreta en los siguientes objetivos específicos:
1. Promover la participación, implicación y compromiso de todos los agentes que conforman el
proceso educativo.
2. Recuperar la confianza de los diferentes agentes y la comunidad en la gestión y organización
tanto administrativa como pedagógica del centro, fundamentadas en la coherencia
institucional.
3. Establecer cauces de comunicación eficaces y significativos entre los diferentes componentes
de la comunidad educativa.
4. Fomentar la proyección externa del centro, favoreciendo la colaboración con otros sectores
de la comunidad, y generando una imagen corporativa propia y singular, identificando el
centro como núcleo generador y dinamizador de cultura.
5. Generar programas de mejora tanto a nivel pedagógico como de gestión.
6. Poner en marcha hábitos y protocolos que favorezcan un trabajo coordinado e
interdepartamental que generen procesos educativos eficientes, significativos y orientados a
la práctica musical de calidad.
7. Establecer mecanismos de evaluación y diagnóstico de elementos susceptibles de ser
mejorados, así como de nuevos sectores de demanda.
8. Desarrollar los documentos de centro como referencia para la cohesión de finalidades de los
diferentes agentes.
9. Desarrollar un modelo de organización que facilite el reparto de responsabilidades y garantice
la implicación en la toma de decisiones y en el desarrollo de un nuevo modelo de centro.
Todo ello se ha concretado en el Proyecto Educativo del Centro (PEC), aprobado el 10 de junio
del 2011. Los objetivos del centro definidos en dicho documento son los siguientes:
- Fomentar las adecuadas actuaciones que garanticen la consecución de los objetivos
establecidos para el grado elemental y el grado profesional por el diseño curricular base de la
enseñanza musical reglada, promoviendo contextos de aprendizaje y procesos didácticos
estimulantes y significativos.
- Obtener resultados y procesos educativos de calidad.
- Conformar un espacio de convivencia donde el clima y la cultura de centro se construyan sobre
los valores de integración, igualdad y participación.
- Crear un modelo educativo basado en la participación y la comunicación con la comunidad
educativa, la vida activa del centro y la coherencia institucional.
501
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
- Constituir un núcleo cultural que comparta con la comunidad en la que se inserta los resultados
tanto de su actividad académica como de las actividades complementarias y extraescolares
organizadas. La relación con el entorno, instituciones y la Administración local promueve
espacios culturales compartidos, de mezcla artística y divulgación de la actividad desarrollada en
el centro.
502
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
503
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
- Conciertos Exprés. Estos conciertos son pequeñas píldoras musicales que ofrecen las
agrupaciones de cámara de alumnos del centro y se desarrollan en horario lectivo en el vestíbulo
central del conservatorio. A la llamada de trompeta ejecutada por uno de los alumnos de esta
especialidad, el centro detiene su actividad y todas las aulas salen a las escaleras que jalonan el
vestíbulo para escuchar una o dos obras musicales que duran no más de diez minutos. Al finalizar,
todo el centro vuelve a su actividad cotidiana. Estos conciertos se programan con antelación, se
publicitan y están abiertos a todo el que quiera participar como auditorio. Han tenido un gran éxito
tanto entre la comunidad escolar como entre el público que puntualmente asiste a los mismos.
- Jornadas de puertas abiertas y clases en el exterior. Es habitual que en el parque trasero del
centro y en el vestíbulo de entrada del mismo (tanto en el interior como en el exterior) se
desarrollen clases abiertas de las diferentes materias que se imparten en el centro, a la vista y a la
escucha de los paseantes. Es una práctica que ha tenido gran aceptación y que incluso ha dado
lugar a las jornadas de puertas abiertas, la última semana de curso, en la que todas las clases
posibles se desarrollaron en el exterior. Se entiende que las aulas no son espacios estanco,
mostrando qué se hace en ellas y cómo se hace.
- Conciertos recibidos. El conservatorio tiene firmadas colaboraciones con el Quinteto Zoar y con la
Orquesta Gaos, que realizan conciertos cada curso. Además recibe grupos de cámara generados
en la Orquesta Sinfónica de Galicia, solistas, y colaboraciones con otros centros educativos. Son
conciertos abiertos a la asistencia de toda la comunidad.
- Conciertos didácticos. Son actividades dirigidas a los colegios del entorno. Se realizan en base a
la colaboración de los profesores del centro. El más elaborado ha sido el realizado a finalizar el
curso 2011-2012 trabajando previamente con los colegios de educación infantil y primaria una
unidad didáctica específica.
- Exposiciones. El vestíbulo central funciona como una pequeña sala de exposiciones que acoge
diferentes iniciativas temporales abiertas a toda la comunidad.
6. Conclusiones
El desarrollo del proyecto ha contado con numerosas dificultades, en gran medida debidas a la
escasa cultura de colaboración entre los centros de educación reglada y el entorno, la burocratización
de la gestión y el cambio de mentalidad exigido a todos los agentes implicados.
Entre las aportaciones más destacables se ha observado un aumento en la motivación e
implicación del alumnado y de las familias, el incremento de la oferta cultural del centro, mayor fluidez
en las relaciones interdepartamentales administrativas, así como con el entramado asociativo
municipal y una nueva proyección exterior del centro y su actividad. En general, la aceptación y
consideración del proyecto por el entorno ha ido en incremento hasta finales del curso pasado (2012-
2013).
Creemos que la experiencia puede servir como referencia para otras iniciativas, en un momento
en el que la administración local se ve abocada a un recorte inminente de los servicios ofertados,
especialmente los referidos a educación y cultura, y el modelo tradicional de centro de educación
musical reglada se demuestra obsoleto. Así mismo, entendemos que en estas iniciativas sería de
gran interés poder integrar otros perfiles profesionales, como el del educador social, que permitiesen
facilitar la comunicación con el entorno a partir de la detección de necesidades o demandas y el
diseño de actividades que se ajustasen a las mismas.
Debemos hacer hincapié en la vertiente relacionada con las implicaciones de un centro educativo
en la comunidad en la que reside. Si bien estamos acostumbrados a que los centros sean núcleos
aislados de su entorno, lo cual se exacerba más si cabe en los conservatorios de música,
reclamamos en este trabajo una visión más amplia que tenga en cuenta el entorno en el que el centro
educativo realiza su labor y las posibilidades de colaboración y aportación mutua entre comunidad
educativa y sociedad civil más inmediata.
Esta relación es bidireccional: el centro aporta a lo social y la comunidad brinda oportunidades al
centro. Si conseguimos desarrollar modelos de gestión basados en este principio estaremos
acercándonos a una orientación de desarrollo cultural comunitario. En el CMUS de Culleredo se ha
trabajado en estos últimos cuatro cursos (2009-2013) por postular el centro como uno de los ejes
culturales del municipio. La tarea es laboriosa, especialmente por las resistencias y los perjuicios
504
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
generados por la costumbre y las rutinas que encierran el saber y la cultura entre los muros de las
aulas, pero también ha sido una tarea gratificante, en la que hemos aprendido compartiendo.
7. Referencias Bibliográficas
Casacuberta, J. (2008). Desarrollo cultural comunitario, presentación en sociedad. Revista de
Educación Social, 7. Extraído de http://www.eduso.net/res/?b=10&c=91&n=250
Cieza, J. A. (2010). El compromiso y la participación comunitaria de los centros escolares. Un nuevo
espacio-tiempo de intervención socioeducativa. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria,
17, 123-136.
Decreto 223/2010, del 30 de diciembre, por el que se establece el Reglamento orgánico de los
conservatorios elementales y profesionales de música y de danza de la Comunidad Autónoma
de Galicia. DOG de 19 de enero del 2011.
Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. BOE de 4 de mayo.
Longás, J., Civís, M., Riera, J., Fontanet, A., Longás, E. y Andrés, T. (2008). Escuela, educación y
territorio. La organización en red local como estructura innovadora de atención a las
necesidades socioeducativas de una comunidad. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria,
15, 137-151.
Macías, R. (2004). Factores culturales y desarrollo cultural comunitario. Reflexiones desde la práctica.
Las Tunas: Eumed. Extraído de http://www.eumed.net/libros-gratis/2011c/985/
Orden del 4 de agosto de 2011 por la que se desarrolla el Decreto 223/2010, del 30 de diciembre, por
el que se establece el Reglamento orgánico de los conservatorios elementales y profesionales
de música y de danza de la Comunidad Autónoma de Galicia. DOG del 18 de agosto.
505
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Autores como Coraggio (2007) o Tiriba (2007) mantienen que la economía social surge como
respuesta al incremento paulatino de la pobreza, marginalidad y exclusión de un sector importante del
proletariado por parte del modelo de producción capitalista. Lo cual nos indica que el propio origen de
la economía social está ligado al nacimiento del capitalismo, hace ahora aproximadamente dos siglos,
y a sus consecuencias asociadas a la desigual distribución de la riqueza y las rentas que están en la
base de dicha forma de organización socioeconómica. Los sujetos explotados por el capital,
expropiados de los medios de producción y sometidos a duras jornadas laborales, buscan “un
sistema alternativo de producción” al capitalista. Iniciándose desde entonces una lucha en el terreno
intelectual y en el campo de la práctica de los propios trabajadores por encontrar un “modo” o
“sistema de producción” alternativo al capital, con la finalidad de erradicar las condiciones socio-
históricas que controlan la explotación y la dominación social.
Por otro lado, el contexto de convulsión política de finales del siglo XX y principios del XXI en
Argentina, unido a un acelerado proceso de deterioro socioeconómico que tiene su cara más visible a
lo largo de los años 2001 y 2002, favoreció un importante proceso de movilización social por parte de
los trabajadores que buscan salvaguardar sus fuentes de trabajo a través de un fenómeno que se
conoce como recuperación de empresas en quiebra. Los trabajadores desarrollan estrategias
colectivas de autogestión fundamentalmente bajo la forma de cooperativas de trabajo. Este es el caso
de la cooperativa “Unión Solidaria de los Trabajadores” (UST), que describimos en el presente
trabajo, un ejemplo de empresa recuperada convertida en cooperativa en la localidad de Villa
Domínico, Buenos Aires (Argentina). En este sentido, analizamos un ejemplo práctico de animación
sociocultural, una estrategia de acción socioeducativa que ha impulsado la participación y la
dinamización social como forma de desarrollo comunitario con la que se ha favorecido un reparto de
la riqueza más equitativo, mayor igualdad y justicia social entre los cooperativistas y vecinos de la
citada localidad.
506
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
una parte importante de los productores simples de mercancías que, tanto desde el campo como
desde las ciudades, observan impotentes la imparable separación que provoca el denominado
capitalismo entre la posesión de los medios de producción y la utilización y distribución de los
mismos. La Revolución Industrial consolida y respalda estos intereses económicos de las minorías en
el poder, por lo que con el paso del tiempo se va naturalizando este nuevo modelo de producción
llamado capitalismo con el que se privatizan tanto los medios de producción y distribución, como el
trabajo de los antiguos gremios familiares (Ferrer, 2008). Estos medios se vuelven “capital” que se va
concentrando cada vez más en una minoría, quedando la mayoría de los sujetos tan sólo con su
capacidad individual de trabajo. La concentración de capital posibilita la inversión de parte de los
beneficios excedentes en maquinaria y “nueva tecnología”, dando lugar a las diferentes revoluciones
industriales históricas (vapor, electricidad, petróleo), que van remplazando a parte de la mano de obra
proletarizada por tecnología y maquinaria (Toussaint, 2010).
Esto por un lado provoca un excedente de mano de obra, de trabajadores que son sustituidos
en masa por los avances científicos-tecnológicos, y por consiguiente, un abaratamiento y mayor
precarización de la mano de obra al existir ese “ejército de reserva” de trabajadores que,
supuestamente, no puede absorber el mercado de trabajo. Jeremy Rifkin (2010) aludía a este hecho
en su obra “el fin del trabajo”, en la que pone de manifiesto cómo los adelantos tecnológicos iban a
desplazar a gran parte de los trabajadores dando lugar a un desempleo estructural en los países más
industrializados en pleno siglo XXI. Y por otro lado, la concentración de capital e inversión
tecnológica, relegan a la PSM como un modo de producción marginal, casi inexistente, supeditado y
condicionado por el modo de producción capitalista. Siendo, como ha señalado Rifkin, una de las
características más destacadas de este sistema capitalista el desempleo de un sector importante del
proletariado como elemento estructural. A las empresas capitalistas les interesa que exista esta gran
oferta de trabajadores ya que fomenta la competencia entre los mismos, permite flexibilizar las
condiciones laborales y reducir costos en la contratación al ser superior la demanda de puestos de
trabajo por parte del proletariado que la oferta real de puestos por parte de las empresas.
Es en este contexto de progresivo empobrecimiento y deterioro de las condiciones laborales
de parte del proletariado donde encontramos el detonante que está detrás del origen histórico de la
ESS. Singer (2007, p.61) expresa textualmente que “la economía solidaria surge como un modo de
producción y distribución alternativo al capitalismo, creado y recreado periódicamente por los que se
encuentran (o temen quedarse) marginados por el mercado de trabajo”. Para este autor, la “economía
solidaria” unifica aspectos propios del capitalismo como es el principio de la socialización (pues existe
una cooperación entre los que ponen el capital, los que producen/elaboran los productos, los que los
transportan, venden, etc.), con los de la PSM como es la conexión y fuerte vínculo entre posesión y
utilización de los medios de producción y distribución. Aunque no se trata de un híbrido (refiriéndose a
la economía solidaria) entre la PSM y capitalismo como erróneamente creen algunos escépticos, sino
más bien un elemento nuevo que supera a ambos modelos de producción. Por todo ello, Gaiger
(2007: 80) identifica la economía solidaria como “una alternativa para los excluidos, los trabajadores,
un nuevo desarrollo, comprometido con los intereses populares, etc.; una alternativa a la
profundización de las inequidades, a las políticas de rasgo neoliberal, en fin, al propio capitalismo”.
507
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
es uno de los aspectos esenciales de la animación sociocultural, como destacan Pérez Serrano y
Pérez de Guzmán (2006), al afirmar que la animación implica vitalizar, dar vida, facilitar las
condiciones necesarias para la creación de su propia cultura. La animación sociocultural es un modo
de transformación social que busca la liberación y la emancipación de los sujetos, en definitiva, que el
ser humano sea dueño de su vida. Esto conlleva un mayor control democrático por parte de los
ciudadanos. Necesitamos una conciencia soberana para desarrollar una democracia directa y
participativa (Martínez-Rodríguez, 2013). Más derechos de control por parte del pueblo soberano
sobre sus representantes, cuyo único cometido debería ser ejecutar la voluntad popular.
Desarrollar esta forma de organización democrática más directa y participativa requiere de
una importante transformación, que no sería posible sin una educación crítica que incite a la acción
transformadora. Tradicionalmente nos han educado en la obediencia y el rendimiento. Se insta
constantemente a los niños y jóvenes a que repriman y rechacen sus propios sentimientos,
pensamientos o necesidades. Evidentemente, quien tiene una vida interior pobre porque lo han
socializado y educado en la competencia, la rivalidad, la necesidad imperiosa de triunfar a toda costa,
no es capaz de sentirse y encontrarse a sí mismo y, mucho menos, de ejercer una democracia directa
y participativa. Desde este punto, es más difícil poder sentir a los demás o de sentir respeto por el
entorno natural, social o cultural que le rodea. Si no nos conocemos a nosotros mismos difícilmente
podremos sentir empatía por los demás, así como pensar por el interés colectivo como implica una
verdadera democracia. Estos valores tienen que favorecer la toma de conciencia del ser humano para
que adquiera nuevas competencias sociales (Martínez-Rodríguez, 2011), orientadas hacia prácticas
comunitarias que refuercen la dignidad humana y el respeto del medio natural.
Siguiendo con este argumento, los elementos centrales que han conducido tradicionalmente a la
economía de la solidaridad han sido la “pobreza” y la “marginalidad” (Quijano, 2007; Singer 2007;
Tiriba, 2007). Por lo general, los Estados no han sido capaces de plantear soluciones concretas y
eficaces para erradicar las problemáticas reales derivadas de la pobreza. Las zonas marginales de
las grandes ciudades (conocidas como chabolistas, polígonos, villas miseria, favelas, suburbios,
barracas, etc.), incluidas las de los países más industrializados y considerados desarrollados, son un
fiel reflejo de este fenómeno. Igualmente el mercado no ha promovido una distribución equitativa de
los ingresos y de los recursos. Esta concentración de la riqueza y la consiguiente extensión de la
marginalidad de grandes sectores sociales, ha llevado a estos últimos a buscar estrategias
alternativas al mercado económico normalizado para garantizar su subsistencia y cubrir algunas de
sus necesidades básicas. Activándose todo un movimiento popular que ha dado origen a la
economía social y solidaria. Una nueva forma de hacer economía de los excluidos del sistema que
buscan y se mueven entre los “huecos” que éste ha dejado. Donde la solidaridad es más evidente en
el sentido de querer compartir lo poco que se posee, de agruparse y ayudarse mutuamente como
forma de protección ante la adversidad. Como indica Ortega (2004) fomentar la participación con el
propósito de construir una sociedad más justa y solidaria.
Estas asociaciones se basan en una lógica comercial y en una racionalidad económica
sustancialmente diferente a la ideología neoliberal, pues más que buscar el individualismo y la
competitividad, observan los grandes beneficios que reportan la cooperación y asociación entre
personas. La unión repercute positivamente en el abaratamiento de productos, reducción de los
costos de producción, distribución y venta, eliminación de intermediarios al coordinar ellos mismos la
comercialización, intercambio de experiencias, acceso a créditos cooperativos, entre otros aspectos.
La unión y la cooperación por el bien común constituyen uno de los ejes centrales de la economía de
solidaridad. A nivel microeconómico, José Luis Coraggio (2007, p.18) destaca la importancia de la
cooperación y ayuda mutua dentro de la economía solidaria, hasta el punto de afirmar que ésta se
caracteriza como una forma de organización de trabajadores que se unen para: “producir juntos para
el mercado, no orientados por la ganancia sino por la generación de autoempleo e ingresos
monetarios. Comprar juntos para mejorar su poder de negociación en el mercado. Socializar riesgos.
Producir juntos condiciones o medios de vida (alimentos, vivienda, entretenimientos, celebraciones,
etc.) para su propia reproducción o el uso colectivo de su comunidad (infraestructura productiva,
hábitat, servicios públicos)”. Estas características posicionan a la ESS, según diferentes autores
(Coraggio, 2007; Gaiger, 2007; Quijano, 2007; Razeto, 2007; Tiriba, 2007; Singer, 2007),
paralelamente a la Producción Simple de Mercancías (PSM), aunque con un nivel de complejidad
mayor al constituir una práctica socioeconómica que va más allá, como ya hemos comentado, de los
procesos capitalistas tradicionales.
508
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
509
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias Bibliográficas
Caride, J. A. (2005). La animación sociocultural y el desarrollo comunitario como educación social.
Revista de Educación, 336, 73-88.
Coraggio, J. L. (Coord.) (2007). La economía social desde la periferia. Buenos Aires: Altamira.
Felber, C. (2012). La economía del bien común. Barcelona: Deusto.
Ferrer, A. (2008). Capitalismo argentino. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.
Gaiger, L. I. (2007). La economía solidaria y el capitalismo en la perspectiva de las transiciones
históricas. En J.L. Coraggio (Coord.). La economía social desde la periferia (pp. 79-109).
Buenos Aires: Altamira.
Martínez-Rodríguez, F. M. (2011). El súbdito y el ciudadano. Competencias sociales y educación para
la ciudadanía. En E. Gervilla (Coord.). La educación nos hace libres (pp. 121-141). Madrid:
Biblioteca Nueva.
- (2013). Educación, neoliberalismo y justicia social. Madrid: Ediciones Pirámide.
Ortega, P. (2004). Educar para la participación ciudadana. Pedagogía Social. Revista
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Pérez Serrano, G. y Pérez de Guzmán, M. V. (2006). Qué es la animación sociocultural.
Epistemología y valores. Madrid: Narcea.
Quijano, A. (2007). ¿Sistemas alternativos de producción? En J.L. Coraggio (Coord.). La economía
social desde la periferia (pp. 145-164). Buenos Aires: Altamira.
Razeto, L. (2007). La economía de solidaridad: concepto, realidad y proyecto. En J.L. Coraggio
(Coord.). La economía social desde la periferia (pp. 317-338). Buenos Aires: Altamira.
510
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Rifkin, J. (2010). El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de
una nueva era. Barcelona: Paidós.
Singer, P. (2007). Economía Solidaria. Un modo de producción y distribución. En J.L. Coraggio,
(Coord.). La economía social desde la periferia (pp. 59-78). Buenos Aires: Altamira.
Tiriba, L. (2007). Pedagogía (s) de la producción asociada: ¿hacia dónde camina la economía
popular? En J.L. Coraggio (Coord.). La economía social desde la periferia (pp. 195-224).
Buenos Aires: Altamira,
Toussaint, E. (2010). La crisis global. Barcelona: El Viejo Topo.
Trilla, J. (Coord.)(1997). Animación Sociocultural. Teorías, programas y ámbitos. Barcelona: Ariel.
511
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Si bien es cierto que la crisis económica actual, se proyecta a nivel internacional, el impacto
acusado sobre nuestro país es una realidad cada vez más evidente, de la que son protagonistas
involuntarios los ciudadanos y las ciudadanas de diversos barrios de Sevilla, donde se agrava una
lamentable situación que no sólo afecta a los conocidos como barrios marginales o de exclusión
social de la ciudad, sino a barriadas tradicionales de clase media donde las cifras de desempleo
empiezan a aumentar progresivamente.
A pesar de estas dificultades, el movimiento vecinal y la implicación de diversas Instituciones,
asociaciones y voluntarios en estos barrios está siendo muy alta, generándose procesos de
sensibilización y toma de conciencia sobre la situación actual y la necesidad de participar
activamente en el desarrollo de sus barrios, creando iniciativas comunitarias que generen a largo
plazo una economía sostenible.
El trabajo que presentamos nos acerca a esas iniciativas locales que se están poniendo en
marcha en estos barrios, describiendo algunas experiencias entre las que se encuentran la creación
de redes sociales, el trueque o la moneda social, las huertas comunitarias, los bancos del tiempo o la
puesta en marcha de campañas de sensibilización para consumir en comercios propios del barrio.
512
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
funciones sociales relevantes a nivel local” (p.36). Esta capacidad que se atribuye a la Comunidad
para actuar y transformar, sobre sus necesidades inidentificadas, nos lleva a acercarnos a otro de los
pilares claves del desarrollo comunitario; la intervención comunitaria.
Partiendo de la identificación de todos aquellos elementos que conforman la base de cualquier
Comunidad, cuando los miembros de ésta interactúan con el objetivo de mejorar sus condiciones,
esto nos conduce a otro elemento de los señalados por Caride, la intervención comunitaria es
promover cambios que sean significativos para los sujetos. Esos cambios deben recrear y reconstruir
constantemente la comunidad. La intervención adopta, de esta forma, una finalidad fundamental: la
transformación de la vida cotidiana de las personas y de los colectivos.
Para Bosco Valero (1998, p.240) esto supone la construcción de procesos educativos, que él
considera de educación popular, y que se caracterizarían por considerar las siguientes etapas:
“Mantener, en los términos que hemos suscrito, que las comunidades son una construcción social
implica considerar los procesos de planificación-intervención sociocomunitaria como una práctica
mediatizada por la realidad social en la que se recrea tal práctica, compartiendo los supuestos
epistemológicos y metodológicos del enfoque hermenéutico, y, más aun, del enfoque critico; lo que
supone una renuncia, podríamos decir que radical, a enfoques tecnológicos, por mucho que la
tradición haya determinado la asociación casi unívoca de este modelo con cualquier proceso de
mediación en las realidades sociales” (Caride, 1997 p.242)
Desde este planteamiento de crítica social, es fundamental que el desarrollo de las
intervenciones que se producen en determinados contextos, vayan marcadas por un método que
recoja las pautas, a seguir en esos procesos de intervención. En este sentido, consideramos
interesante hacer referencia a la asociación In Loco, que lleva trabajando en Desarrollo Local en la
Serra do Algarve en Portugal desde 1985, a partir de un método de intervención en el desarrollo local,
que define como metodología de proyecto. Este método consta de cuatro aspectos que coexisten a lo
largo de toda la intervención (In Loco, 2001, pp.37-45):
513
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
ciudadana, que se refiere a tomar parte en los asuntos públicos, que implica una mayor distribución
del poder respecto de ellos y se convierte en una forma de profundizar en la democracia.
Aceptar métodos participativos y plurales de encarar las decisiones que se han de tomar, está
íntimamente relacionado con las formas democráticas de hacer las cosas. Las coherencias empiezan
y acaban entonces, en cómo asumimos socialmente los procesos, y cómo colectivamente los
justificamos. Desde la educación popular y desde tantos casos de desarrollo de la comunidad
aparece una concepción de la complejidad, de lo integral y holístico mucho más vinculado a la praxis
y a la dialéctica abierta y creativa.
En la concepción de participación que queremos desarrollar, es importante recordar que en el
momento actual, se trata de avanzar en la consolidación de una acepción de ciudadanía activa que
pueda generar un tipo de identidad en la que los ciudadanos se reconozcan y de la que se sientan
parte integrante y activa, de modo que podamos responder colectivamente a los retos que nos
afectan a todos (Benedicto y Morán, 2002).
Desde esta concepción, la participación se desarrolla para conseguir unos objetivos, podríamos
decir que es el canal para una profundización democrática. En este sentido, seguimos a Alberich
(2011), cuando expone que el concepto de participación comprende “ser parte de algo y tomar parte
en algo”. Desde esta perspectiva, entendemos que las personas y sus organizaciones son parte de
su comunidad porque intervienen en ella por diferentes canales.
La participación ciudadana sería una parte de la participación social, aquella que afecta
directamente a la comunidad y que podría mejorar el funcionamiento de la democracia local a partir
de un tejido social proactivo y vivo. Para entender la evolución del papel de la participación ciudadana
en el desarrollo de las políticas públicas es necesario tener en cuenta el papel de los municipios, y
recordar que nuestras administraciones públicas locales –gestores principales de muchos servicios
públicos- tienen menos competencias y menor autonomía económica que las de su entorno europeo.
Esta participación debe conducir a lo que Caride llama un desarrollo comunitario local caracterizado
por “un proceso de transformación social basado en el esfuerzo creativo y participativo de los propios
pueblos, tendente a vitalizar la capacitación democrática de las comunidades” (2001, p.45). Esta
participación se mueve tanto en los aspectos colectivos como personales y supone el acceso de las
personas a la condición de ciudadanos. Esta doble vía implica considerar un punto de vista individual:
la creación de hábitos de participación; y un punto de vista comunitario: que suscite procesos
autoorganizativos dentro del tejido social.
Generar procesos de participación a nivel social se convierte en premisa fundamental, por un
lado, para la transformación y el desarrollo comunitario, y por otro, para fortalecer a sus protagonistas
y promover relaciones horizontales, como solución a los problemas que se generan a nivel local
(Valderrama, 2013).
La clave está en promover procesos de participación desde un modelo de integración social que
incluya la incorporación de todas las instituciones y actores sociales que en la comunidad operan,
abriendo espacios de diálogo e intercambio de experiencias individuales y colectivas, que permitan la
construcción de soluciones conjuntas. La posibilidad de enriquecer a la comunidad, favoreciendo la
concienciación y el empoderamiento de sus protagonistas, permite la identificación, análisis y toma de
decisiones sobre los problemas comunitarios que les afectan, y las posibles soluciones para
mejorarlos, dando paso a un modelo de economía social creativa.
Un proceso de diseño colectivo, requiere el compromiso de los gobiernos locales, que deben
instar a que los individuos y colectivos sociales tomen consciencia de sus posibilidades y
capacidades para mejorar su territorio, contribuyendo a la sustentabilidad de las acciones que se
ponen en marcha.
Sólo de esta forma, podemos hablar realmente de agentes de cambio, que garantizan la
perdurabilidad y efectividad de las transformaciones que se desarrollan a nivel comunitario. Por todo
ello, los ejemplos que exponemos a continuación pueden aportar elementos que estimulen un cambio
en el modelo de entender la democracia.
514
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
http://www.sevilladecrece.net/
2
El decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución
regular controlada de la producción económica. Su objetivo principal es tratar de establecer una nueva relación
de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, que sea más justa y equitativa.
3
Su valor equivale al euro: 1 Puma= 1Euro. Se basa en el sistema de monedas complementarias LETS (Local
Exchange Trade System): un sistema de intercambio local por puntos, donde la suma total de todas las cuentas
es siempre cero. http://monedasocialpuma.wordpress.com/
515
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Otras de las iniciativas interesantes que se ponen en marcha implicando a los miembros de la
comunidad es el Banco del Tiempo. Un proyecto que se desarrolla en numerosas ciudades españolas
y fuera nuestro de nuestro país, que consiste en el intercambio gratuito de servicios.
Partiendo de la base de que todos los miembros de una comunidad, poseen conocimientos,
habilidades y destrezas que suponen un recurso endógeno, el banco de tiempo, se convierte en un
instrumento que permite el intercambio de estos. De esta forma, la ayuda mutua entre vecinos de
manera informal, algo que ha existido tradicionalmente, se formaliza llevando un registro de todas
aquellas ofertas y demandas que cada persona decide realizar de forma altruista. Mediante este
sistema, se insta al contacto entre vecinos y miembros de la comunidad, por un lado, ofreciendo
nuestros servicios, en función de las habilidades, destrezas y disponibilidad de tiempo que tenemos, y
por otro, recibiendo de otros, aquellos servicios o recursos que necesitamos.
El buen funcionamiento dependerá de los gestores del banco, y de su capacidad de
dinamización entre los miembros de la comunidad donde se instaure. En este sentido, cada iniciativa
cuenta con unas normas básicas. En el caso del Banco del tiempo San Pablo-Santa Justa de Sevilla,
se determinó como unidad de intercambio "la hora", independientemente del servicio que se ofrece o
se demanda. Estableciéndose el mínimo en media hora, y el máximo en veinte horas, entre el tiempo
que se da y que se recibe. Se cuenta con una secretaria, en la que un agente del tiempo atiende a las
personas interesadas en inscribirse, facilitándoles el acceso a la aplicación informática en la que
pueden colgar su oferta, y acceder a las demandas que existen, y se contemplan dos tipos de
servicios; por un lado, realizando un servicio de manera puntual (por ejemplo, cortar el pelo), y por
otro, realizando un servicio de manera permanente (por ejemplo, realizar un desplazamiento en coche
todas las semanas).
Esta iniciativa que lleva varios años en funcionamiento, ha permitido impulsar a los vecinos y
miembros de otros colectivos locales, hacia un proceso de participación social y de solidaridad que va
aumentando paulatinamente mejorando considerablemente sus condiciones. De esta forma, si bien la
crisis económica ha realizado grandes estragos en esta zona de la ciudad, iniciativas como esta, ha
mejorado la sobrecarga de algunas familias que se han visto golpeadas por el desempleo y la falta de
recursos.
La última de las experiencias nos lleva hasta el “Parque Miraflores” donde se lleva a cabo el
4
Programa “Huerta Las Moreras” , una iniciativa vecinal que promueve la agricultura ecológica como
recurso educativo, utilizando como escenario el parque, como protagonistas a vecinos/as de todas las
edades, y como instrumento, la implementación de una metodología participativa que ha conseguido
movilizar e implicar a la comunidad, desde el compromiso de hacer de su barrio un espacio
sustentable, que sea un referente en la ciudad.
El Programa cuenta con diversos proyectos como los Huertos Escolares, iniciativa de educación
ambiental, dirigida a niñas/os de quinto curso de primaria de unos once colegios de la zona, en la que
se utiliza el huerto como recurso educativo, favoreciendo la sensibilización de los menores con la
agricultura ecológica que. De alguna forma, ha comprometido mutuamente a la comunidad y a la
escuela de forma irrenunciable en ámbitos de animación educativa que son fomentadores de la
participación (Cieza, 2010).
5. A modo de conclusión
Los resultados alcanzados con estas experiencias nos lleva a concluir sobre la necesidad de que
los vecinos/as participen en procesos de reflexión sobre las carencias y limitaciones que les afectan a
partir de la crisis económica actual, y como la búsqueda de alternativas colectivas y creativas es lo
que permite encontrar soluciones solidarias que beneficien a todas/os.
De esta forma, reforzar las relaciones comunitarias se convierte en un instrumento clave para
luchar de manera justa y equitativa ante la crisis económica actual de forma que las personas puedan
enfrentar la autogestión de sus necesidades. Ello lleva a la construcción de una ciudadanía activa y
solidaria.
Desde este punto de vista, en los países occidentales, donde el sistema hegemónico de
gobierno es la democracia parlamentaria, existen otros cauces formalmente establecidos para que los
ciudadanos puedan contribuir al funcionamiento de la vida social y, a partir de ello, se conviertan en
4
http://huertalasmoreras.wordpress.com/
516
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
responsables de la calidad de su medio. Sin embargo, podríamos preguntarnos: ¿qué está ocurriendo
para que cada vez sean menos los ciudadanos que participan en los procesos electorales, o
participativos? ¿Por qué la antipatía de los ciudadanos respecto del ámbito político formal? Las
respuestas a estas cuestiones quizás las encontramos en experiencias como las que hemos
desarrollado. No se trata de dar soluciones simples o unívocas, pero evidentemente sí es cierto que
el compromiso de las personas que desean formar parte de la transformación de su entorno más
cercano nos obliga a un análisis riguroso sobre qué está ocurriendo.
La realización de experiencias participativas como las que comentamos, suponen el
empoderamiento ciudadano a partir de su entorno más inmediato, su barrio. Desde el protagonismo
activo de las personas que lo conforman. Por ello, que se plasmen las condiciones de diálogo y de
búsqueda de soluciones creativas a los conflictos cotidianos puede ser un método ineludible para
buscar soluciones de forma participativa.
Una última aportación tiene que hacer referencia al papel de los educadores y educadoras en
estas actividades. No tenemos espacio para tratar sobre ellas, pero si nos parece ineludible recordar
los elementos que tienen que ver con la ética profesional (Ronda, 2012) en el trabajo con estos
colectivos en una dinámica participativa.
6. Referencias Bibliográficas
Alberich Nistal, T. y Espadas Alcázar, M.A. (2011). Asociacionismo, participación ciudadana y
políticas locales: planteamiento teórico y una experiencia práctica en Jaén. Revista
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(Ed.) Espacios para el desarrollo local (pp. 17-61). Barcelona: PPU.
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espacio-tiempo de intervención socioeducativa. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria,
17, 123-136
Gibert, J. (2010). Economías sin dinero y trabajo sostenible. Ecología Política, 40.
Lucio-Villegas, E. (1993). La investigación participativa en procesos educativos con adultos. Sevilla:
Kronos
Luque, P.A. (1995). Espacios educativos. Sobre la participación y transformación social. Barcelona:
EUB.
Ronda, L. (2012). El educador social. Ética y práctica profesional. Pedagogía Social. Revista
Interuniversitaria, 19, 51-63
Sáez, J. (1993). La intervención socioeducativa: entre el mito y la realidad. Pedagogía Social. Revista
Interuniversitaria, 8, 89-105.
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contextos de participación social. En A. Camacho y J. Díaz (Dirs.) Educación Popular y
Desarrollo Local (pp. 239-245). Sevilla: Seminario de Pedagogía Social.
Valderrama H., R. (2013). Participación ciudadana y creatividad social: sobre los beneficios
económicos y sociales de la riqueza social. Dialéctica. En prensa.
517
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
En la actualidad, diversos factores han contribuido a sostener la idea de que, sin duda alguna,
estamos atravesando una fuerte crisis económica, con las múltiples repercusiones que esto puede
conllevar en los distintos colectivos y ámbitos de nuestra sociedad. Una de las consecuencias más
evidentes y justificadas es la que tiene que ver con la reconsideración del llamado “estado de
bienestar”. Los recortes que van produciéndose en los servicios sociales, la elevada tasa de paro y
desempleo juvenil, la triste situación de muchas familias debido al empeoramiento de su situación
laboral y económica y, en consecuencia, el progresivo empobrecimiento de la población y las
desigualdades sociales que van siendo cada vez más patentes en contextos próximos, hacen al
ciudadano más vulnerable y configuran una visión bastante pesimista de nuestra sociedad. El
colectivo de personas mayores no permanece ajeno a estos condicionantes. Por supuesto, son
víctimas del mismo modo de esta situación, pero igualmente siguen conformándose como
importantes agentes de soporte y sostenimiento en el ámbito familiar y socio-económico.
Nuestro objetivo, con esta comunicación, es describir por una parte el papel que muchas de las
personas mayores están llevando a cabo en el sostenimiento y desarrollo de diversas áreas de
nuestra sociedad, incidiendo en el ámbito familiar. Por otro lado, se revisa y reconsidera el concepto
de ciudadanía, dotándole de una significación propia y sustancial en el caso de las personas de más
edad.
518
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
En la actualidad, bien por derecho y/o necesidad, “disfrutan” de un importante papel solidario
relacionado con el carácter activo que las nuevas generaciones de mayores van asumiendo en su
proceso de desarrollo y reconocimiento social. Así, los abuelos y abuelas suponen un eslabón
esencial en el engranaje social y económico, pues desarrollan una labor básica en nuestra sociedad.
Es bien sabido, cómo desde hace años las funciones desempeñadas por las personas mayores en
las familias son de utilidad para el conjunto familiar, formando parte integral del grupo de convivencia.
Según el último Informe del IMSERSO (2012) en Europa más del 40% de los abuelos se encargan del
cuidado de sus nietos. No obstante, los datos revelan diferencias por países. Por ejemplo, “en
España uno de cada cuatro abuelos que tiene nietos los cuida, lo que supone una presencia menor
que la media europea donde la ratio es más de uno de cada tres, pero los españoles dedican una
media de siete horas diarias, dos más que la media europea” (Badanes y López, 2011, p.108). Unos
datos que han pasado hasta ahora inadvertidos, pues el trabajo de las personas mayores en el
cuidado de la familia no está reconocido.
El IMSERSO (2012), dependiente de la Secretaría General de Política Social y Consumo, nos
ofrece más datos respecto a las personas mayores de 65 años en relación con el cuidado de sus
nietos:
Un 49.5% de las personas que cuidan de sus nietos/as en la actualidad lo hace a diario y un
44.9% todas las semanas.
La media de horas dedicadas por las personas que cuidan todos los días es de 5.8 horas, y
casi 3 de cada 10 lo hace 8 o más horas al día. Para las personas que los/as cuidan con una
frecuencia semanal, la media de horas es de 9.5 horas/semana.
En síntesis, en nuestro país casi 9 de cada 10 personas de 65 y más años tienen algún nieto o
nieta. De estas personas el 35% realiza tareas de cuidado en la actualidad y un 42% las realizaba en
el pasado, es decir, casi 8 de cada 10 abuelos/as cuida o ha cuidado de sus nietos/as.
En el perfil de las personas cuidadoras no se distinguen diferencias entre los sexos; el cuidado
de nietos/as es una tarea que suele ocupar el tiempo de abuelos y abuelas. Algunos estudios más
concretos han evidenciado desigualdades de género, pero éstas suelen relacionarse con el tipo de
tareas desempeñadas. La edad, sin embargo, es una variable que tiene una incidencia clara; las
personas más jóvenes se dedican en mayor proporción a estas labores de apoyo, en coherencia con
el periodo reproductivo de los hijos y las consiguientes necesidades de transferencia de cuidados en
la primera infancia. Este acto de apoyo, durante el tiempo en que los hijos permanecen trabajando, es
una de las habilidades con la que la familia ha sabido responder al problema de la conciliación entre
la vida familiar y laboral, convirtiéndose en una autentica agencia de bienestar. Se constata cómo los
mayores siempre han sido y son un referente familiar, educativo y social, máxime en la actualidad,
dadas las duras condiciones laborales, sociales y económicas que afectan a muchas familias.
La sociedad está acostumbrada a pensar en ellos como potenciales receptores de cuidados,
cuando constituyen, sin embargo, un colectivo que los otorga de manera intensa. Se constata, como
afirman Escarbajal y Martínez (2012, p.255) que “la jubilación no quiere decir improductividad, pues
tanto a nivel personal como familiar y social, el jubilado está constantemente produciendo, no sólo
consumiendo recursos”.
Además, como nos es conocido, en nuestro país la solidaridad o reciprocidad familiar es un
elemento indispensable para el mantenimiento del sistema de bienestar, por ello esas personas
mayores de 65 años y más son un eslabón fundamental para el funcionamiento y desarrollo de la
sociedad. “Los jubilados siguen teniendo un puesto de responsabilidad en la construcción del futuro;
en un mundo que envejece no podemos plantear el futuro sin los mayores” (Escarbajal y Martínez,
2012, p.256). En efecto, tal como expone el profesor Gallardo (2009), plantear hoy el concepto de
solidaridad como valor ético parte de la tesis de que los seres humanos necesitamos de los demás
para sobrevivir. Desde aquí habríamos de tener en cuenta ante todo a los mayores como personas
cercanas sin las que hoy muchos de nosotros no podríamos mantenernos en el entorno exigente y
productivista en el que nos hemos de desenvolver.
Desde esta última consideración y nuestro ámbito de trabajo, el educativo, creemos que es
imperativo trabajar para que la identidad personal de las personas mayores asuma sus posibilidades
de acción y potencialidad en aras a desempeñar un rol clave en la sociedad actual y del futuro.
Siguiendo en esta dirección, planteamos el tema de la ciudadanía como una firme línea de trabajo
que responde a los planteamientos y situación descritos en cuanto a las personas de más edad.
519
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Información disponible en: http://www.coe.int/T/E/Com/Files/Themes/ECD
2
La OMS (2002, p. 79 y ss), lo define así:“El envejecimiento activo es el proceso de optimización de las
oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las
personas envejecen…” “… se basa en el reconocimiento de los derechos humanos de las personas mayores y
en los Principios de las Naciones Unidas de independencia, participación, dignidad, asistencia y realización de
los propios deseos... Trad. por Regalado, P. “Envejecimiento Activo: un marco político”. En Rev. Española de
Geriatría y Gerontología 2002, 37 (S2), 74-105.
520
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
pluralidad histórica y teórica, los rasgos básicos de la ciudadanía serían: a) pertenencia (identidad); b)
derechos y deberes; c) participación. En síntesis, un ciudadano es alguien que pertenece plenamente
a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos (y los deberes correspondientes) y que
forma parte activa de algún modo en la vida pública. La forma en que se conjugan estos elementos, y
la importancia relativa que se les atribuyen en un contexto dado, determinan el concepto de
ciudadanía mantenido (Beas, 2009).
En la actualidad, el discurso político suele identificar la ciudadanía con los derechos desde tres
ámbitos: 1.- Derechos civiles o derechos necesarios para la libertad individual: libertad personal, de
pensamiento y de expresión, propiedad…; 2.- Derechos políticos: derecho a participar en el ejercicio
del poder político como miembro de un cuerpo investido de autoridad política; 3.- Derechos
socioculturales: desde el derecho a la seguridad y un mínimo de bienestar económico, a compartir
plenamente la herencia social y vivir la vida conforme a los estándares predominantes en la sociedad.
Este último derecho no se restringe a los “beneficios” sociales a reconocer en todo ciudadano para
vivir dignamente, también refiere las condiciones por las que los ciudadanos deberían ser
efectivamente capaces de determinar el rumbo de la vida social y económica de sus sociedades
(Medjouba, 2008). No obstante, quizá hoy el mayor problema sea el de cómo configurar una
ciudadanía activa. El caso de las personas mayores es una prueba sustancial de tal dificultad, no
siempre abordada en la realidad con pleno derecho. El reconocimiento mutuo de los ciudadanos
como iguales, con los derechos fundamentales consiguientes, se funda en la capacidad de cada
individuo de formar parte, con y como los demás, en la vida común: en la producción, defensa y
también en la deliberación y decisión sobre los problemas colectivos.
Ahora bien, la ciudadanía social ha estado unida tradicionalmente a la participación en el
mercado, al paradigma productivista en el que la ciudadanía depende de la aportación laboral a la
sociedad y se identifica con el trabajo. Hoy, la ciudadanía no puede quedar ligada al contrato y la
producción, sino a actividades guiadas por la solidaridad y la reciprocidad, reivindicación del “derecho
a la existencia” (Peña, 2008; Phillipson, 2001). Es preciso que las normativas faciliten la no
discriminación y promuevan la inclusión efectiva. Al respecto tienen que ver otros conceptos. Entre
ellos destaca el sentimiento de pertenencia e integración en la comunidad de referencia desde una
identidad específica, abarcando y englobando intereses particulares. Lo que define al ciudadano,
desde esta otra comprensión, es su arraigo en una comunidad a la que está unido por vínculos de
afecto y lealtad. No obstante, el concepto de identidad es flexible, abierto y complejo: identidades
municipales, autonómicas, nacionales, europeas y globales o universales conviven (Beas, 2009). La
palabra “identidad” contiene dos significados que podrían parecer opuestos. Por un lado significa
particularidad, individualidad, diferencia; por otro, hace referencia a la igualdad, lo común, lo
compartido. En realidad, son dos dimensiones que todo ser humano posee (Fernández Navarro,
2004). Las distintas identidades construidas a partir de las creencias, opiniones, intereses,
proyectos... configuran el pluralismo de las sociedades modernas, lo que se suele llamar “diversidad”
(Maalouf, 2008).
En nuestros días, la modernización e influencias externas facilitan que el individuo piense y actúe
en circunstancias concretas con independencia y sentido diferente a otros miembros del colectivo
cultural. Aunando el concepto de identidad y el de cultura, podemos afirmar que este último contiene
aquellos fenómenos que crean un sentido de identidad común entre un grupo particular… Son
factores subyacentes que dan lugar a comprensiones, reglas y prácticas compartidas que gobiernan
el desarrollo de la vida diaria (García Castaño y Granados, 1999). Pero la cultura es mucho más que
un conjunto de directrices o interpretaciones que facilitan el ajuste social. Es, además, “cauce de
expresión de energías sociales y fuente de dinamismo, asociación y creatividad social” (Sáez, 2001,
p. 175). En este sentido, también la educación ejerce una influencia decisiva en el interés que el
individuo atribuye a los valores culturales en su aptitud para participar en la vida cultural (Montero,
2005). Consecuentemente, la participación de las personas de edad pasa por el desempeño activo en
la prestación de servicios a la comunidad en lo que podría denominarse una «mayor conciencia
ciudadana». Al hilo de la dimensionalidad cultural, la solución a la pluralidad social no es un modelo
neutral de ciudadanía (que refuerza en realidad la posición del grupo dominante y la marginación de
los grupos minoritarios), sino otro que permita el reconocimiento y acomodación de las diversas
identidades. Es la propuesta del multiculturalismo. Sus defensores se centran en la riqueza crucial de
la matriz cultural para la identidad y acción de los individuos. Es un presupuesto básico en la
constitución de la identidad personal, la comprensión de sí mismo y el desempeño de las relaciones
sociales y políticas (Peña, 2008; Gil, 2006). Se apuesta desde esta perspectiva por la ciudadanía
multicultural. De hecho, la categoría de ciudadanía está entrando en la agenda política de la mayoría
de estados europeos para gestionar la diversidad ante la crisis multicultural (Zapata y Barrero, 2009).
521
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Sintetizamos lo expuesto con las palabras del profesor Häberle (2005, p.626): “Ser humano y
ciudadano son la misma cosa. La cultura es el fermento de ambos”. Por tanto, para formar hombres
es necesario, pues, formar también ciudadanos. Estamos, pues, en condiciones de admitir que los
derechos de ciudadanía y participación (entre otras variables) han de definirse de forma flexible e
individual en el contexto de las comunidades de referencia.
6. Referencias Bibliográficas
Abellán, A., Lorenzo, L. y Pérez, J. (2012). Indicadores demográficos. En IMSERSO (Ed.). Informe
2010. Las personas mayores en España (pp. 221-264). Madrid: IMSERSO.
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educación inclusiva. La educación especial y social del siglo XIX a nuestros días (pp. 21-32).
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Bedmar, M. y Montero, I. (2009). Recreando la educación en personas mayores. Aportes desde la
Pedagogía Social. Granada: Grupo Editorial Universitario.
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Madrid: Fundación 1º de Mayo.
522
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
523
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Las universidades son cada vez más conscientes de que su función no se puede llevar a cabo
con calidad si siguen al margen de la responsabilidad social que, como instituciones de formación e
investigación, se les exige. Además, la formación de los estudiantes debe de estar encaminada a la
inclusión de buenos profesionales para un contexto social, cultural y tecnológico cada día más
complejo y cambiante. Un contexto en el que la sostenibilidad necesaria, a todos los niveles, sólo
será realidad si todos los profesionales y los ciudadanos -incluidos los universitarios- sabemos
integrar adecuadamente la práctica profesional y el ejercicio de responsabilidad cívica. Para alcanzar
esta integración es necesario que cada universidad promueva un modelo formativo, en su práctica –
docencia, aprendizaje e investigación- y en sus espacios de convivencia cotidianos, momentos y
situaciones que supongan un compromiso con la comunidad, y que posibiliten la mejora de las
condiciones de vida en su entorno. (Martínez, 2010).
La Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Burgos, lleva varios años
trabajando de manera coordinada con diferentes Asociaciones y ONG,s, con la finalidad de realizar
una labor educativa y a la vez social, donde tanto técnicos, profesionales y voluntarios por parte de
las asociaciones como profesores, PAS y alumnado de la Universidad nos beneficiemos de estas
sinergias. No tendría razón de ser este trabajo si al final no hubiera una tercera parte (un grupo de
personas o usuarios) que no se aprovechara en mayor o menor grado de este esfuerzo conjunto (la
sociedad civil). Este modelo de aprendizaje en la práctica se realiza especialmente con dos
titulaciones, como son el Grado de Educación Social y de Pedagogía. El trabajo colaborativo entre
Asociaciones y Facultad se realiza en varias vertientes: clases prácticas y/o conferencias en las aulas
de la Facultad a cargo educadores, técnicos y responsables de estas entidades; colaboraciones y
participaciones en Jornadas y Seminarios; acciones prácticas a través de “aulas vivas en la calle” con
la participación del alumnado de Educación Social y Pedagogía, campañas de concienciación,
divulgación, hasta colaboración en un video de Educación por los “buenos tratos” con la ONG Acción
en red.
2. Justificación
Según la Unesco, todavía, en el mundo existen 57 millones de niños y niñas sin escolarizar, que
ven vulnerados día a día su derecho a la Educación. Los beneficios de la Educación están
ampliamente reconocidos por los tratados internacionales: la educación amplia el acceso a otros
derechos y favorece el progreso conjunto de la sociedad, promueve la libertad y la autonomía
personal y genera importantes beneficios para el desarrollo personal.
“Cada año septiembre se convierte en el mes en el que millones de niños y niñas vuelven a
llenar las aulas de los colegios. Tras un largo verano, es el momento de reencontrarse con los
compañeros y las compañeras, con los profesores y las profesoras, de comenzar un curso
nuevo. En nuestra sociedad, en nuestras familias, la vuelta al cole es un acto cotidiano año tras
año. Y, en general, en el mundo, en la última década se ha avanzado mucho en el acceso a la
educación de niños y niñas” (www.entreculturas.org).
Los informes internacionales de los últimos años destacan el papel importante que la Educación
está llamada a desempeñar como factor de promoción, desarrollo e igualdad entre los pueblos (Pérez
Serrano, 2005). Hoy en día, nadie duda de que la Educación es el pilar fundamental sobre el que hay
que construir la Paz y la Libertad de las personas. Sin ella, no habrá desarrollo posible. La Educación
es un instrumento poderoso para reducir la pobreza y la desigualdad.
524
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Objetivos
Los objetivos a alcanzar son los que cada Institución tiene en su hoja de ruta y son aquellos
encomendados por la sociedad, además, existen otros objetivos fruto del interés propio de la
colaboración. Los objetivos de la Facultad de Educación en relación al Grado de Educación Social,
van en la dirección de adquirir las competencias descritas en el título, a través de la asignatura de
Animación Sociocultural y destacamos:
Conocer los procedimientos y las técnicas de intervención y de dinamización individual, grupal y
comunitaria (CE: 3.1.), en este caso aprovechamos la difusión de la campaña entre los escolares
burgaleses denominada La Silla Roja. Dicha acción formativa y de sensibilización, pretende hacer
llegar a la sociedad y a los estudiantes de los colegios participantes, la necesidad de alcanzar la
escolarización para 61 millones de niños y niñas que no tienen un sitio en una escuela.
Es oportuno recalcar e insistir en las competencias de los educadores y educadoras sociales
propuestas en los Documentos profesionalizadores de la Asociación Estatal de Educación Social,
entre las que apuntamos:
Saber construir herramientas e instrumentos para enriquecer y mejorar los procesos
educativos.
Dar a conocer los pasos o herramientas de los procesos en la propia práctica.
525
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Contenidos Principales
4.1.La Silla Roja
Es un símbolo que representa a los 61 millones de niños y niñas de todo el mundo que este año,
como los anteriores, les hemos denegado el derecho fundamental de la Educación, por lo que no
podrán asistir a clase. Desde la vuelta al colegio, en septiembre de 2012, Entreculturas ha querido y
quiere llamar la atención sobre la realidad de tantos niños y niñas de contextos vulnerables de todo el
mundo que, al no poder acceder a la Educación, carecen de oportunidades y de herramientas para
afrontar la vida.
4.2. El trabajo en equipo
En la Educación Social es sumamente importante el trabajo cooperativo ya que todos y cada uno
de los miembros aprenden del saber y conocimiento del otro. Son imprescindibles las aportaciones
individuales para el trabajo global, especialmente en una actividad donde todo debe de estar
sincronizado.
4.3. El derecho a la educación
Coincidimos con Mayor Zaragoza cuando afirma que educar no consiste solamente en inculcar
saber, ya que para educar hay que despertar el enorme potencial creativo que cada persona encierra
y facilitar las condiciones óptimas para que se desarrolle y haga su mejor contribución a la vida en
sociedad (Pérez Serrano, 2005). En lo que se refiere a los derechos humanos, consideramos que la
Educación es un derecho clave, puesto que hace posible otros derechos. Gracias a la Educación, la
persona desde niño tiende a desarrollar todas sus potencialidades. Por tanto, la Universidad no
puede quedarse exclusivamente en la docencia e investigación, sino que tiene la obligación de
contribuir a la expansión del Derecho a la Educación en el mundo.
5. Metodología
Venimos trabajando desde la Universidad, desde hace algunos años, con Instituciones y
Organismos desde el marco de aprendizaje y servicio [ApS]. Puig (2009, p.9) nos lo define así: “El
aprendizaje servicio es una metodología pedagógica de alto poder formativo. Una metodología que
combina en una sola actividad el aprendizaje de contenidos, competencias y valores con la
realización de tareas de servicio a la comunidad. En el aprendizaje servicio el conocimiento se utiliza
para mejorar algo de la comunidad y el servicio se convierte en una experiencia de aprendizaje que
proporciona conocimientos y valores. Aprendizaje y servicio quedan vinculados por una relación
circular en la que ambas partes salen beneficiadas: el aprendizaje adquiere sentido cívico y el servicio
se convierte en un taller de valores y saberes”.
Las propuestas de aprendizaje servicio [ApS] son estrategias que quieren dotar de más
significado social a los aprendizajes académicos y formar en la responsabilidad social a los
estudiantes universitarios. No son prácticas voluntarias aisladas del conjunto de conocimientos y
competencias que procuran asumir los distintos planes docentes de cada titulación, sino que son
propuestas docentes que enfatizan en cada titulación enfoques orientados con el objetivo de que el
estudiante se implique y se comprometa más con la comunidad y en el ejercicio de la responsabilidad
ética que, desde su futura profesión, tendrá que ejercer (Martínez, M. 2010)
Las acciones formativas a través del aprendizaje servicio [ApS], en contextos de educación
superior y en concreto en la universidad, son propuestas que conviene situar en el marco de un
modelo formativo de universidad que procura combinar aprendizaje académico y formación para una
ciudadanía activa en tiempo real. Todas estas nuevas propuestas deben de integrarse en los cambios
orientados hacia un nuevo modelo de universidad, que además de incidir en la calidad del
conocimiento deberá fortalecer el ejercicio de la responsabilidad social. El ejercicio de la
responsabilidad, a la que se refiere Martínez (2010), va más allá del de una correcta rendición de
cuentas de los recursos recibidos de la sociedad por parte de la universidad ni tan siquiera de un
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
retorno a la sociedad en forma de prestación de servicios por parte de lo que ha recibido, se refiere a
un ejercicio de responsabilidad social por parte de la universidad de carácter ético. Un modelo de
Universidad, por tanto, que no sólo debe de preocuparse por su actividad docente e investigadora,
deberá además ocuparse de la formación de futuros profesionales que actúen desde parámetros
orientados al logro del bien común y de una sociedad más democrática, justa y participativa.
Es bastante difícil la viabilidad de este modelo de Universidad, pero es necesario en estos
momentos por los que atraviesa, pues es una manera de acercarse y de ser creíble para la mayoría
de los ciudadanos. Tanto los fundamentos pedagógicos y éticos que caracterizan el [ApS] como el
sentido de cooperación y colaboración que cultiva en el estudiante y que promueve un servicio en la
comunidad, hacen de las propuestas de [ApS] un buen recurso para el aprendizaje en competencias,
promoviendo la práctica profesional y el conocimiento del territorio.
Para Entreculturas, el [ApS] es una metodología que ofrece muchas posibilidades de apertura
del mundo educativo y del contexto escolar a la sociedad. Se entiende como una herramienta
educativa, con un fuerte factor de aprendizaje, y un instrumento social de aporte a la comunidad en la
que se inserta el proyecto aprendizaje-servicio. Entreculturas considera las dos dimensiones que
plantea el [ApS], por una parte, el aprender y adquirir conocimientos, habilidades, actitudes y valores,
y por otra, el servir a la comunidad como el mejor proceso formativo para una ciudadanía activa. Esta
ONGD entiende que los proyectos [ApS] tienen que tener además de servicios al territorio, una
dimensión política del mismo. Por dimensión política entienden todo aquello que supone comprender
críticamente el contexto en el que da el servicio, tomar postura libremente ante la realidad que pone
de manifiesto, y tomar conciencia de la capacidad y el derecho a participar para transformarla. El
[ApS] en este sentido tendría que ser una escuela de participación ciudadana en la que se aprenda a
ser conscientes y a transformar la realidad, y no sólo a “ayudar”.
Un temor que se cierne, en ocasiones, sobre los responsables de Entreculturas es que los
proyectos de [ApS] se puedan convertir en proyectos de dimensión vertical, es decir, de ayuda y no
de cambio, ni de transformación. El miedo es a que los proyectos se puedan quedar en
asistencialistas sin cuestionamientos de calado, ni de aprendizaje sobre la ciudadanía. Es importante
que se sistematicen las propuestas llevadas a cabo y se evalúen los aprendizajes en función de los
dos componentes del [ApS].
6. Proceso
La organización de la campaña en Burgos ha tenido dos fases claramente diferenciadas:
1ª) Fase. La concienciación, difusión y acción educativa realizada por los responsables de
Entreculturas, junto con sus correspondientes profesores y profesoras en cinco colegios de Burgos.
Esta acción formativa se ha realizado en los distintos colegios de la capital en diferentes asignaturas
dependiendo cual fuera el curso de Educación Primaria al que iba dirigido. Los centros eran invitados
por la ONGD a través de cartas, correos electrónicos o llamadas telefónicas. Una vez que los colegios
aceptan la invitación, el técnico de Entreculturas, a través de diferentes guías didácticas y de
materiales pedagógicos referidos a la Silla Roja, trabajaba en el aula o espacios para tal fin.
2ª) Fase. El acto final o cierre de la campaña. Esta actividad la realizaron los alumnos y alumnas
de 2º de Educación Social junto al profesorado de la Facultad de Educación de la Universidad de
Burgos y Entreculturas.
En esta acción de formación y sensibilización social, cada una de las Instituciones desempeñó
su cometido específico, como fue:
Profesores y alumnado del Grado de Educación Social:
Conocimiento de la campaña la Silla Roja y sus materiales didácticos. Planificación del
calendario de realización de actividades y distribución de tareas para el acto de cierre de la campaña.
Las tareas son las siguientes: División de la plaza pública en zonas para colocar los materiales y
diferenciar espacios. Elaboración de la canción y la coreografía, búsqueda de una danza del mundo
acorde con el tema tratado, elaboración de la una Silla Roja por piezas entre todos los participantes,
Gymkana, colocación y recogida de recursos materiales.
Entreculturas:
Invitación a los centros educativos a participar en el acto final y selección de los colegios.
Responsabilidad en la búsqueda de infraestructuras y solicitud de permisos para actuar en la vía
pública. Selección de los talleres elaborados por el alumnado de Educación Social. Es destacable la
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
integración del técnico de Entreculturas en el aula de la Universidad en tres sesiones diferentes para
preparar el acto final de la campaña.
7. Organización
Esquemáticamente exponemos diferentes fases:
a) El responsable de Entreculturas y los profesores de la Universidad planifican la actividad en
mayo del curso anterior, con el fin de que se incorpore en el calendario del curso académico.
Esta intervención entra a formar parte del curriculum académico del alumnado de segundo de
Educación Social en su asignatura de Animación Sociocultural
b) El técnico de la Institución social explica, en el mes de febrero, la actividad que se realizará
en la calle al alumnado en la Facultad de Educación. Estas reuniones se repiten en el mes de
marzo y abril para concretar las acciones y ajustar otros aspectos.
c) En el aula y, con el grupo principal, se decide entre todos/as cuales son las distintas tareas
que se deben de realizar para llevar adelante la actividad en la calle.
d) En grupos de trabajo se planifican cada una de las tareas asignadas. Algunas de las tareas
son: taller de canción testimonio y coreografía, realización de una silla roja de cartón, danza del
mundo, pancarta para las manos, etc…
8. Desarrollo
Destacamos los momentos más relevantes del desarrollo de la actividad.
8.1. Ejecución
1º Momento: El alumnado del Grado de Educación Social, alrededor de las 9 horas de la mañana,
zonifica el espacio de la Plaza Virgen del Manzano y deposita las mesas y los materiales para
cada uno de los grupos de los escolares.
2º Momento: Un grupo de nuestros alumnos y alumnas de la Universidad esconden las piezas de
la Silla Roja. Posteriormente, por grupos y a través de diferentes preguntas, los escolares deben
de contestar correctamente para encontrar cada parte de la silla y así poder construir la Silla Roja
completa, que se colocará en mitad de la plaza.
3º Momento: A las 11 horas de la mañana entran en la plaza los 250 los niños y niñas de los dos
colegios participantes en este acto final.
4º Momento: Se dividen todos los escolares en ocho grupos para pasar cada uno de ellos por
cuatro talleres diferentes. Cada grupo pasará de taller en taller, donde está el alumnado de la
Facultad para enseñarles las tareas correspondientes.
5º Momento: Organizamos nuevos grupos para realizar la Gymkana. Consiste en buscar una pieza
de la silla roja, con la información que nos proporcionaban diferentes “pistas”. Una vez que se
coge la pieza se monta una a una silla roja símbolo de la campaña. Mientras un grupo busca la
pieza el resto canta y baila una canción testimonio escrita por el alumnado de Educación Social.
6º Momento: Alrededor de la silla que se ha construido entre todos y en medio de la plaza, en
varios círculos concéntricos, profesores de los colegios, escolares y el alumnado de la Facultad
realizan una danza final.
7º Momento: Todos los participantes con una gran pancarta realizan el cierre de la campaña
solicitando a políticos y autoridades del mundo el Derecho a la Educación para estos 61 millones
de niños y niñas que no tienen acceso a ella.
8.2. Espacios y tiempos
Lugar: Plaza de Virgen del Manzano.
Fecha: 16 de mayo de 2013.
Hora: 9:00 a 12:30 horas.
9. Resultados
Cuantitativamente son 64 alumnos/as de 2º curso en el Grado de Educación Social, asignatura
de Animación Sociocultural, los que han participado en acto final de la silla roja. Así mismo, han
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
asistido 200 alumnos de 1º, 2º y 3º, y 50 alumnos de 1º y 2º, todos de Colegios Concertados de
Educación Primaria. A nivel cualitativo y general, destaca el alto grado de satisfacción declarado por
todos los integrantes: Universidad, Entrecultural y Colegios (Jesuitas y Virgen de la Rosa).
Desde la Universidad hemos tenido la oportunidad de conocer y escuchar con más detalle a los
alumnos y nos han comentado la necesidad de continuar con metodología ApS, la importancia de
conocer, planificar y desarrollar actividades similares a la realizada, la necesidad de tener
experiencias de “primera mano” y, en general, el incremento en su desarrollo profesional y personal.
10. Conclusiones
Nos unimos a Cieza García (2010, p.123) cuando comenta que sea cual sea el tipo y modalidad
de proyecto que se adopte, se hace necesario no sólo la conformidad y coordinación de todas las
instancias implicadas, o una formación de profesores y estudiantes en clave comunitaria, sino
también unos requerimientos de planificación, gestión, metodología y evaluación, a fin de garantizar
adecuados niveles de calidad educativa en los procesos y resultados.
Por parte de Entreculturas se estima una buena participación del alumnado de los colegios de
Educación Primaria, así como la concienciación de la campaña y ponerse en el lugar del otro/a. Del
mismo modo reconocen la importancia de los objetivos del Milenio y el Derecho a la Educación.
En la Facultad de Humanidades y Educación se valora como un incremento en concienciación
de los problemas y necesidades hacia las personas más pobres, Se destaca un mayor desarrollo de
habilidades y destrezas del alumnado con los niños y niñas participantes, una mejor coordinación y
trabajo en equipo, y una planificación responsable de la actividad.
No podemos finalizar este articulo sin volver a las palabras de Gaitán (2010, p.40) “En el camino
hacia una sociedad inclusiva, no excluyente de ningún grupo social, que entre las discriminaciones
que rechace se encuentre también aquella que está fundamentada en la edad, no será fácil acertar,
con respecto a los niños, niñas y adolescentes, con el más adecuado balance entre libertad,
protección y represión. Porque no se trata de dejar a los niños al pairo, ni de privarles de ninguna
clase de apoyo y acompañamiento afectivo, moral ni material, sino de aceptar que las relaciones con
ellos son de carácter recíproco, es decir, que no sólo se puede, y se debe, enseñar a los niños, sino
también aprender de los niños, que el conocimiento en la era de las comunicaciones está distribuido
de un modo menos jerárquico y más horizontal, que los artefactos tecnológicos requieren unas
habilidades que no siempre se adquieren con la edad, antes al contrario”.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Constituye una evidencia histórico-empírica, comúnmente admitida por parte de la comunidad
científica, que la emigración configura uno de los fenómenos cardinales que impregna la realidad
gallega en su devenir temporal y, particularmente, en la contemporaneidad, hasta proyectarse en el
acontecer del presente. Sin recurrir a ella resulta imposible la plena comprensión de Galicia en todas
las esferas, tanto en clave retrospectiva como actual (Cagiao Vila y Peña, 2008; Olveira y Peña,
2009).
Uno de los hechos de mayor relieve en la historia de la emigración gallega, en sus distintas
fases, es el tocante a su capacidad organizativa en los respectivos lugares de asentamiento. Esto
trajo como consecuencia la floración del que se vino denominando, en fechas aún recientes,
asociacionismo étnico.
La colaboración que presentamos se centra en cómo se puede valorar las iniciativas cívicas y
solidarias de las sociedades gallegas en el exterior. Esta contribución nace dentro del proyecto
Galicia Mundi, financiado por la administración autónoma gallega que pretende detectar, registrar,
inventariar, describir, operativizar, dilucidar, fundamentar e interpretar desde una óptica de presente
pero con vocación también nítidamente prospectiva sin olvidar la dimensión generalista del fenómeno,
los cometidos y las responsabilidades que estas organizaciones solidarias están llamadas a asumir y
desempeñar particularmente en los ámbitos educativo, social y cultural, con el propósito de asegurar
por medio de su labor y compromiso colectivos la permanente presencia extraterritorial de Galicia en
el mundo.
Estas organizaciones cívicas representadas por el asociacionismo de la Galicia emigrante
constituyen distintas modalidades de solidaridad en función de las temáticas o áreas de intervención
prioritarias que se hayan establecido en cada territorio atendiendo a las demandas más urgentes. El
mosaico de la realidad de la emigración gallega en el exterior configuró asociaciones y sociedades
gallegas con tipologías diferentes y atención específica, que en el transcurso de las décadas
alcanzaron coexistencia simultánea. Más aún, las circunstancias y demandas de cada momento
incluso obligaron a reorientar, con el paso del tiempo, sus fines fundacionales hacia vertientes de
atención comunitaria que se reclamaron perentorias. Así, las áreas hacia las que se polarizó
preferentemente la intervención de estas instituciones quedaron, por lo regular, acotadas a los
ámbitos benéfico, asistencial, educativo, cultural, recreativo y sanitario. En la actualidad estas facetas
perviven en la mayoría de las sociedades aunque su presencia varía en función de las necesidades
de los grupos y del contexto social al que nos referimos; no es lo mismo hablar de la realidad de
América Latina que la de Europa.
La realidad actual de Europa y su mercado de trabajo, tan convulsionado por la economía, nos
permite afirmar que hoy más que nunca en nuestro entorno europeo más próximo estas sociedades y
centros gallegos están desarrollando un papel fundamental de colaboración cívica como
intermediarias entre el país de acogida y el nuevo emigrante cultural del siglo XXI.
1
Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación Galicia Mundi: actualidade e prospectiva
do asociacionismo galego no exterior. Os retos en materia educativa, social e cultural (10PXIB214223PR),
subvencionado por la Xunta de Galicia según Resolución de 11 de noviembre de 2010 (DOG nº 222, de 18 de
noviembre).
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la década de los setenta y los ochenta se registra un nuevo repunte, desde 1978 a 1989, 6 son las
sociedades que nacen, al igual que en el período de los noventa.
De la muestra de sociedades, el 10% cuenta con un número menor de 100 socios (entre 10 y
80). Un 57,5% comprende una población entre 100 y 500 socios (entre 120 y 480). Así mismo, el 17,5
registra sus asociados en el rango 500-1.000; el 7,5% se encuentra entre los 1.000 y los 2.500; y tan
sólo el 5% supera esta cantidad, concretamente el 2,5% abarca alrededor de los 8.000 usuarios y el
2,5% supera los 60.000.
De los 44 responsables de sociedades gallegas que han respondido, todavía hoy, un 86,30%
entiende que la sociedad gallega a la que representa realiza una labor importante o muy importante
en el campo educativo y cultural, relacionada con Galicia. De la misma manera, el 77,3% de los
encuestados consideran que, sin ninguna duda, las sociedades gallegas de su entorno contribuyen a
mantener más unidos a los emigrantes gallegos residentes. Y, a pesar del cambio tan radical que ha
experimentado el mundo en este período, el 55,8% de los encuestados considera que hoy las
sociedades gallegas en el exterior tienen más razón de ser que nunca. De idéntica forma, el 37,2%
entiende que habría que introducir en ellas algunos cambios.
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6. Conclusiones
La situación actual de las sociedades gallegas van del extremo más comprometido, la actual
situación de un número importante de sociedades abocadas a la inexistencia de relevo generacional,
frente al desarrollo de modelos de autogestión o la búsqueda de soluciones de aglutinamiento o
federación.
Estas instituciones han jugado un papel determinante en la recepción, el agrupamiento y la
capacidad de canalizar las necesidades y demandas de un colectivo que ha llegado a ser muy
numeroso como el de la emigración gallega. Los centros gallegos, desde finales del S. XIX han
acogido a los recién llegados en los diferentes destinos y les han ayudado a integrarse en una nueva
sociedad y una nueva cultura, sin dejar de lado sus tradiciones y costumbres arraigadas en el
territorio de origen. Todavía hoy se consideran estas sociedades una vía adecuada para mantener el
contacto con Galicia.
Una de las principales causas de la emigración gallega fue la búsqueda de empleo. Las
precarias condiciones en las que llegaban y en las que eran recibidos los emigrantes en algunos de
los destinos, generando grupos abocados a la vulnerabilidad y la marginación, eran paliadas por la
acogida de las sociedades gallegas. En este sentido, las diferencias en los modelos de sociedades
generadas en los diferentes continentes es evidente. Las sociedades de Latinoamérica han cubierto
un abanico de servicios asistenciales básicos que las sociedades creadas en Europa no han
necesitado atender.
Es necesario hacer referencia en este apartado final a la disparidad en la evolución de las
diferentes sociedades. Actualmente la situación de muchos de los centros gallegos es precario. Una
parte importante, tal y como muestran las cifras anteriormente expuestas, adolece de relevo
generacional y/o ha reducido de forma considerable el número de socios. Sin embargo, otras
sociedades han evolucionado a modelos de gestión más desarrollados, donde lo cultural es el centro
de su oferta. Es un patrón que avanza hacia las factorías culturales como prototipos de referencia. En
estos casos, las propias sociedades han pasado a ser entidades generadoras de empleo y
empleabilidad. En todo caso, se hace evidente la necesidad de avanzar hacia nuevos modelos de
gestión y acuerdos de funcionamiento en red.
Los momentos de debilitamiento por los que pasan algunas sociedades gallegas del exterior
chocan frontalmente con el nuevo éxodo que vive nuestra comunidad. Una nueva generación
migratoria busca oportunidades que no tiene aquí y acude a los centros gallegos como referencia,
como guía. Es un nuevo grupo vulnerable y en riesgo de exclusión que podría encontrar en las
sociedades gallegas un entorno seguro de ayuda y solidaridad, acogida y protección tal y como lo
concibieron las generaciones anteriores.
Tal y como han explicado Rodríguez Martínez y Olveira Olveira en trabajos anteriores (2013), de
las diferentes investigaciones realizadas, así como de las entrevistas realizadas para esta
investigación, en general se desprende, claramente, que estos entes no son meramente consultivos o
de oferta formativa y dinamizadora sino que son transformadores de las personas y del propio
colectivo. Es decir, las sociedades representan el compromiso de un proyecto comunitario identificado
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
con la identidad, la cultura y la realidad gallegas, en especial los centro de América, pero al mismo
tiempo integrados en la realidad de cada país de acogida.
7. Referencias Bibliográficas
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Gutiérrez, Mª C., Longueira, S. y Pereira, Mª C. (2013). Liderazgo y empoderamiento. La oferta
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Interuniversitario de Teoría de la Educación. Liderazgo y Educación. En prensa.
Longueira, S. y Olveira, MªE. (2012). Identidad y pertenencia a través de la música popular. Los
Centros Gallegos en Europa. En AAVV. XII Congreso (SIBE) Sonidos del presente, propuestas
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tradición oral. Cáceres, noviembre 2012. En Prensa.
Monteagudo, Mª J. y Cuenca, M. (2012). Los itinerarios de ocio desde la investigación: tendencias,
retos y aportaciones. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 20, 103-135.
Olveira, MªE. (2000). O interculturalismo na nova Europa. Bases para un programa de intervención
socioeducativa nas colectividades españolas en Francia. Santiago de Compostela: Xunta de
Galicia.
-- y Peña, V. (2009). La educación como anhelo: programas institucionales y experiencias
comunitarias de carácter formativo para los emigrantes españoles en Europa. En A. Liñares
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Exterior.
--. y Touriñán, J. M. (2007). Interculturalidade, emigración e inclusión transnacional da
diversidade. En J. Hernández y D.L. González (Coords.). Pasado e presente do fenómeno
migratorio galego en Europa (pp. 233-254). Santiago de Compostela: Sotelo Blanco.
Peña, V. (1991). Éxodo, organización comunitaria e intervención escolar. La impronta educativa de la
emigración transoceánica en Galicia. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia.
-- (Coord.) (1993). Galicia-América: relacións históricas e retos de futuro. Santiago de
Compostela: Xunta de Galicia.
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en América. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia.
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través de la entrevista. En AAVV. Actas del XXXII Seminario Interuniversitario de Teoría de la
Educación. Liderazgo y Educación. En prensa.
Touriñán, J. M. (2007). Valores y convivencia ciudadana: una responsabilidad de formación
compartida y derivada. Bordón, 59 (2-3), 261-311.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Transcurridos apenas seis años desde que los medios de comunicación informaran de una serie
de hechos que estaban ocurriendo en la economía de los Estados Unidos (quiebras de fondos de
inversión de alto riesgo, de bancos y de otras instituciones crediticias), España ha pasado de ser un
país esperanzado en su futuro a vivir una crisis social como no la recuerda la inmensa mayoría de su
población. Ha pasado del optimismo a sentir una profunda sensación de miedo y angustia por lo que
el futuro pueda deparar. Sin duda, este nuevo escenario influye de modo muy importante en cualquier
acción educativa y pone en cuestión el entramado ideológico que sustenta el sistema educativo de la
nación.
La crisis, en principio económica, derivó rápidamente en crisis social y política. Apareció de
repente, de forma inesperada, y dejó a la que ahora es una nueva generación de jóvenes adultos sin
apenas horizontes ni esperanzas. La crisis, como todas las crisis, afecta de forma muy desigual a las
distintas capas y clases sociales y, de entre la inmensa mayoría de dominados, muchos de forma
sorprendente han visto y han sufrido el resurgir de la profunda y radical desigualdad de clases con
proyectos políticos y sociales fuertemente diferenciados y, seguramente, antagónicamente
enfrentados.
Si bien la crisis ha pillado con el pie cambiado a todos (a casi todos), ciertamente ya se habían
encendido señales de alarma; pero, en un contexto de crecimiento económico sostenido a lo largo de
quince años, no parecía que fuera necesario prestarles atención. No se pretende dar cuenta en esta
comunicación de a qué señales habría que haber prestado atención. El objetivo es mucho más
modesto: se trata de mostrar la necesidad de un rearme ideológico en educación que permita superar
la ideología que ha llevado a la crisis y que, además, pretende presentarse como solución a los
problemas que acucian. Una ideología que ha venido inculcándose de forma constante desde los
sesenta del siglo pasado, que pareció triunfar después de la caída del muro de Berlín y que se puede
denominar como “la revolución conservadora”.
A lo largo del siglo XX, en los llamados países avanzados y poco a poco en todo el mundo, se
vivió el proceso de convertir a los ciudadanos, primero, en consumidores: gastar, ostentar, comprar y
reponer deja de estar mal visto; y en clientes, más adelante. Este proceso no sólo afectó a la esfera
de los intercambios privados, sino que alcanzó a todo el ámbito social, incluyendo, cómo no, al
político. La política se ve reducida, en buena medida, a una práctica de elección de menú en una
cafetería cada cierto lapso de tiempo. En el campo educativo, este proceso se inicia con la
formulación de la Teoría del Capital Humano, que sitúa a la Educación, a los sistemas educativos,
como variable dependiente del sistema productivo y que, años más tarde, se reformulará como Teoría
de las Competencias. La salida de la “crisis del petróleo” (1973) marca de un modo preciso el
momento en que se abandona definitivamente la idea de una educación para la formación de
ciudadanos responsables y conscientes, abiertos a la participación, para adherirse a la más rentable
lucha por la obtención de capital cultural directamente traducible en ventajas económicas en los
procesos de intercambios sociales; aunque, eso sí, recubierta de las misma retórica de construcción
del sujeto. La Escuela de Chicago, representada por Milton Friedman, abre el debate sobre la libre
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
competencia de las escuelas y colegios que, como árboles que buscan la luz, hacen florecer el
bosque de la calidad y del valor añadido.
Los progenitores, padres y madres, se convierten en clientes que demandan cada vez más
nuevos servicios en nombre de lo que se ha dado en llamar calidad educativa. Padres y profesores
aparecen no como fuerzas unidas que contribuyen a configurar un centro educativo con la misión
clara de formar personas en el pleno sentido del término, sino como prestatarios de servicio unos y
clientes exigentes los otros. En este proceso, la enseñanza, toda, pero principalmente la pública, se
sitúa como un bien de consumo privado y se convierte en objeto de inversión para obtener réditos en
forma de capital económico por parte de las clases altas y capas de las clases medias más
acomodadas; en tanto que a otras capas sociales de las clases medias y la clase obrera
proletarizada, a las que se les prometía una sociedad abierta con movilidad social ascendente fruto
del “esfuerzo”, se las relegaba a la periferia del festín. Esta ficción se ha desvanecido. Una
generación entera se encuentra con formación y sin horizonte, viendo cómo el capital social pesa
muchas veces más que su capital cultural fruto del “esfuerzo”.
Cuando muchas familias se ven abocadas a la pobreza o la perdida de muchos de los recursos
con que contaban; cuando las escuelas a las que acuden sus hijos ven reducida fuertemente su
capacidad compensatoria; cuando, pese a muchos sacrificios y esfuerzos, éstos no se ven
recompensados, el discurso de la cultura del “esfuerzo” suena falso, vacío y, como poco, absurdo.
Cuando los hijos emancipados vuelven al hogar o, lo que es más frecuente, no pueden salir de él,
pese a credenciales que acreditan el esfuerzo, la tierra prometida de la educación de la ideología
dominante no sirve, nunca ha servido y, por más veces que se repita, no va a servir.
Desde esta concepción conservadora-liberal no parece posible afrontar los problemas
educativos. Resulta difícil conseguir que los padres y madres se impliquen en la educación escolar de
los hijos si no existe la capacidad de ofrecer un discurso alternativo, creíble y transformador.
En este contexto, lo que aquí se plantea es el análisis de algunos resultados relativos a la
1
aplicación de un programa de educación parental en los que se observan casos de familias que,
reuniendo las características idóneas para la implicación educativa parental, se produce una perdida
de horizonte educativo y la necesidad de una atención más personalizada y con un componente de
renovación ideológica importante.
2. Metodología
2.1. Muestra
Los participantes en la aplicación y desarrollo del programa han sido 34 personas, 16 varones
(47.1%) y 18 mujeres (52.9%). La presencia de dos mujeres más, respecto a los hombres, es debido
a que son dos familias monoparentales. La media de edad es 42.88 en los varones y 42.28 en las
mujeres. La edad media en la que se han convertido en padres ha sido los 35 años. Por centros, se
han encontrado diferencias estadísticamente significativas (χ2=10.78; p=0.01), con una media de 31
años de edad han sido padres en uno de los centros, seguidos por 32.6, 35.17 y 37.50. La media de
hijos o hijas en los cuatro centros es de uno por familia, con la excepción en uno de los centros,
donde ha participado una familia con tres descendientes: dos hijos y una hija. Respecto al sexo del
primer descendiente, en tres de los centros el valor más encontrado ha sido el de los varones, y en
uno, las niñas.
En relación con el segundo hijo, se repite lo mismo: en tres centros, el segundo descendiente
con mayor frecuencia es un varón. Por lo que respecta a la edad del primer hijo, no se han
encontrado diferencias estadísticamente significativas, mientras que en la edad del segundo
descendiente sí existen diferencias estadísticamente significativas como muestra la prueba de
Kruskal-Wallis (χ2=7; p<0.05). Referente al nivel de estudios, también se han encontrado diferencias
estadísticamente significativas (χ2=16.82; p<0.01): el 35,3% de los participantes han alcanzado los
estudios universitarios medios; el 25,5, universitarios superiores; el 20.6%, formación profesional; el
8.8%, educación secundaria; el 5.9%, estudios primarios; y un 2.9% han alcanzado el nivel de doctor.
Los participantes proceden de cuatro centros distintos, de los que dos son privados concertados
y dos públicos. Están ubicados en áreas urbanas, aunque con características distintas: uno en zona
1
Torío López, S., Peña Calvo, J.V., Fernández García, CM., Rodríguez Menéndez, C., Hernández García, J.,
Inda Caro, M.. y Molina Martín, S. (Grupo ASOCED), (2013) Construir lo cotidiano. Programa de educación
parental. Barcelona: Octaedro.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
más acomodada, dos en zonas de nivel medio y uno que recoge población procedente más de clase
obrera.
2.2. Instrumentos de evaluación y procedimiento
En estas líneas vamos a hacer referencia, especialmente, al diario del educador o educadora,
hojas de notas de cada sesión y al cuestionario de fin de sesión del educador o educadora. Al final de
cada sesión, el educador o educadora responsable cumplimenta un cuestionario de 16 ítems. Once
preguntas con respuestas dicotómicas: 1 (no), 2 (sí); y cinco con cuatro alternativas de respuesta. El
contenido del cuestionario tiene por objeto que el formador realice una autoevaluación de su trabajo
durante la sesión. Se pregunta sobre aspectos organizativos y metodológicos.
Asimismo, se les pide que valoren el clima de trabajo que se ha mantenido durante la sesión y la
comunicación socioafectiva con las familias. El diario del educador y las hojas de notas constituyen
un instrumento único. La hoja de notas refleja las observaciones y comentarios que de cada sesión
elabora la persona que acompaña al educador o educadora. Sobre esta hoja vuelca sus
observaciones y comentarios el responsable o la responsable de la formación (diario). Se trata de un
material de carácter cualitativo muy importante que, combinado con los resultados obtenidos con
otros instrumentos (pretest a cada familia, evaluación de la sesiones por partes de los padres y
madres participantes, evaluación final, cuestionario sobre estilo educativo, etc.), permite identificar la
tipología familiar, la implicación educativa, los problemas y necesidades, etc.
2.3. Procedimiento
El trabajo en equipo se encuentra estructurado y planificado. Cada una de las sesiones que
forman parte del programa (10 sesiones, más módulos complementarios) es preparada por los
miembros del equipo de investigación que vaya a participar directamente en la implementación del
mismo, lo cual implica que éstos han tenido que revisar previamente cada una de ellas. Tras la
preparación individual de la sesión, se reúnen las dos personas implicadas en la aplicación semanal
del programa en cada centro, previo al desarrollo de cada sesión, con el fin de revisar y concretar la
actuación de cada uno en la sesión. Se trata de un indicador fundamental, ya que supone, como dice
March, “un proceso de homogenización de cada una de las sesiones desde la perspectiva de los
formadores” (March y GIFES, 2006). Cada uno de los miembros del equipo tiene tareas específicas,
como son: evaluación inicial y final, disponibilidad de recursos materiales, exposición de los temas,
etc. Exige no sólo conocer el conjunto del programa, sino las técnicas que se aplican con el objetivo
de realizarlo en función del marco teórico y la filosofía del Programa.
Del conjunto de la información recogida, el análisis que se presenta se centrará en aspectos
cualitativos con el fin de mostrar el objetivo que se ha señalado en la introducción.
3. Resultados
Todos los padres y madres que han participado en la aplicación del programa reúnen algunas
características comunes que deben señalarse: están preocupados por la educación de sus hijos y
valoran positivamente la educación que reciben de los centros de enseñanza, colaboran en las
actividades que el centro les plantea, asisten a las reuniones colectivas de tutoría, acuden más de
una vez a lo largo del curso a entrevistarse con el tutor o tutora, están al tanto de las tareas escolares
de sus hijos y les prestan ayuda en la medida en que saben y pueden. Es decir, presentan un grado
de implicación parental notable. Todos ellos han mostrado una valoración positiva del programa y han
manifestado su acuerdo en diversos aspectos (Torío López, S.; Peña Calvo, J-V. y Hernández
García, J. 2012).
Sin embargo, sobre este fondo común positivo, se deben señalar unas diferencias importantes
entre el grupo de padres y madres de uno de los centros y el resto de los grupos. El grupo en
cuestión está formado por cinco parejas. En dos de la familias, los ingresos proceden de ambos
cónyuges; si bien existen diferencias de ingresos entre ambas: en una de ellas son mucho más
elevados en una que en otra, sin que la de mayor ingreso supere los 45.000€ brutos. Dos familias
tienen una única fuente de ingresos, que proceden del varón. Y la quinta familia posee un negocio
familiar en el que el varón trabaja todo el día, “sale de casa a las 7, 30 y no vuelve hasta las 10,30”, y
la mujer colabora unas horas por la mañana, dedicando el resto de lo jornada a las tareas del hogar y
a atender al hijo. En cuanto a los niveles de estudios, un varón y una mujer de familias distintas tienen
universitarios medios, un varón posee estudios de formación profesional, una mujer y un varón han
alcanzado bachillerato, y el resto tiene estudios primarios, aunque un varón no los completó. Los
padres y madres con estudios primarios se encuentran, pues, en este grupo.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Durante el desarrollo de la primera sesión, a la pregunta sobre cómo creen ser como padres,
aspectos positivos y negativos, cuatro de los varones declaran que les falta tiempo para estar con sus
hijos. Sólo una madre realiza este comentario. Todos se declaran buenos padres o madres, a
excepción de un varón, que no señaló aspectos positivos (más adelante se vio que si los tenía). De
esta primera presentación se pudo colegir ya, lo que más tarde se confirmó, una fuerte diferenciación
de roles de género en la división de tareas.
Los aspectos que les gustaría cambiar en su vida familiar son los vinculados con límites, normas,
asunción de responsabilidades por parte de adultos y pequeños de la casa, el autocontrol y la
comunicación. Así, Ignacio afirma, “Me gustaría decirle “no” más veces”; o María, “Soy muy gritona.
Voy subiendo el tono, grito”. En estos deseos no habría diferencias importantes de actitud con el resto
de los grupos, salvo por el hecho de que desconfían de poderlo lograr, tienen un tono pesimista, un
cierto “phatum” irremediable. Así, José dice: “Lo intentas, pero ves que no puedes”. Y se vuelven
hacia la escuela para pedir ayuda, “Si tuviéramos más actividades como ésta todos los años, seguro
que muchas cosas de casa se podrían mejorar”. Reclaman ayuda y ofrecen colaboración.
Pero donde se observan las diferencias más importantes es cuando deben asumir tareas que
entrañan transitar desde la teoría a la práctica y de la práctica a la teoría, cuando es necesario
generalizar o formular ciertos grados de abstracción o distanciarse de su propia percepción para
mirarse desde fuera. Cuando se les pide en el desarrollo de algunas de las sesiones que analicen un
“caso” o que, a partir de un caso analizado, construyan su propio caso, les cuesta extraer
conclusiones y unir los casos con la teoría; por tanto, se quedan en cuestiones superficiales. Algunas
sesiones están apoyadas con material audiovisual, otras con dinámicas y ejercicios en soporte
escrito, seguidas todas las actividades de una puesta en común y debate. En este grupo se observan
mayores diferencias según se utilicen unos u otros materiales. Están mucho más prendidos de los
elementos audiovisuales. Resultaba costoso hacerles ver las repercusiones de cada estilo educativo
en el desarrollo personal de sus hijos e hijas.
Su escepticismo se hace patente cuando se trabaja el análisis y la resolución de conflictos. Los
conflictos que han descrito, que no fueron muchos, aunque a la larga pueden llegar a afectar a la
convivencia de forma importante, parecen estar algo enquistados. Quieren resolverlos, pero dudan de
que sean capaces de superarlos. De nuevo reclaman ayuda.
Ya avanzada la impartición del programa, se tiene la impresión de que buena parte del grupo va
recogiendo ideas, pero sin conexión entre ellas. En relación con los otros grupos, se tiene la
sensación de que a éste le cuesta despegar. Mientras en los otros grupos a las pocas sesiones se
observa que construyen un hilo conductor en el que van colocando distintos elementos y recursos, en
el grupo que se viene analizando esto comenzó a aparecer en las dos últimas sesiones, cuando ya
los educadores iban a abandonar el centro. Sería en este momento cuando estarían en disposición
de iniciar algunos cambios. Lo complicado estará en que sepan arrancar con esas modificaciones sin
que haya un agente externo que los refuerce.
Una observación y una reflexión finales en esta presentación de resultados tan escueta. Se
observa que en todas las familias los hijos e hijas presentan problemas de rendimiento escolar y de
desarrollo de hábitos de estudios, salvo en una que por la edad de la hija no cabe valorar este
aspecto. Como reflexión cabe señalar que la satisfacción con el programa es alta y el
aprovechamiento notable. A pesar de que les haya resultado difícil integrar y extrapolar los
contenidos abordados, al menos han reflexionado sobre la importancia de implicar a todos los
miembros del hogar en las tareas domésticas, practicar el diálogo, la negociación y el acuerdo. Se
muestran contentos de participar y señalan que les gustaría mucho continuar trabajando éstas y otras
temáticas. Lo ven, sin embargo, complicado, puesto que en este último curso en el centro no ha
existido la AMPA y parece que la Orientadora tiene mucho trabajo y tampoco les “presta mucha
atención”, como señala María.
4. Discusión de resultados y conclusiones
Resulta difícil negar las evidencias que se han ido presentando acerca de la importancia de la
implicación de las familias en la educación escolar de sus hijos. Cuando familias y centros trabajan
conjuntamente para apoyar el aprendizaje de los alumnos, éstos suelen tener éxito (Henderson, A y
Berlan, N. 1994; Desforges, C. y Abouchaar, A., 2003; Epstein, J.,2001; Hill, N.E. y Tyson, D.E.,
2009). Hill et al. definen la implicación parental (family involvement) como “las interacciones de los
padres con los colegios y con sus hijos para mejorar el éxito académico” (Hill, N. E., Castellino, D. R.,
Landsford, J. E., Nowling, P., Dodge, K. A., Bates, J. E., et al., 2004). Así formulada la implicación
parental, se pueden plantear al menos dos cuestiones: en primer lugar, ¿sólo el éxito académico?, o
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de otro modo, ¿en qué términos se expresa ese éxito académico?; y una segunda cuestión, supuesto
que el objetivo esté claro, ¿cómo se llega a él?
A la segunda pregunta se le han dado diversas respuestas. El modelo de implicación parental
más aceptado seguramente es el propuesto por Epstein (2001), que desarrolla una tipología de
implicación parental de seis categorías: comunicación bi-direccional centro-familia, colaboración de la
familia con el centro, ayuda en las tareas escolares, participación en la toma de decisiones del centro,
colaboración de la comunidad y una amplísima categoría relativa a pautas de crianza que incluye
variables relativas a las condiciones del hábitat, alimentación, salud, seguridad, afecto, etc.
En base a ese modelo, se han realizado un buen número de investigaciones, sobre todo en el
ámbito anglosajón, cuyos resultados, por ser investigaciones contextualizadas, son difícilmente
extrapolables al sistema educativo español (Zellman, G. L., y Waterman, J. M., 1998; Yan, W., 2000;
Wingard, L., y Forsberg, L., 2009; Seginer, R. y Vermulst, A., 2002).
De la lectura del modelo de Epstein se sigue que la implicación de una sola de las partes no
ofrecerá resultados. Es necesario, también, una participación activa de la institución educativa y que
esa implicación del centro esté guiada por criterios de profesionalidad pedagógica. El modelo sugiere
ir más allá del “rendimiento académico”, entendido éste como superación de niveles educativos y
expedientes de notas elevadas. Sin embargo, muchas investigaciones, tanto en España como
foráneas, olvidan este aspecto (González-Pienda, J. A., y Núñez, J. C., 2005; Cooper, H., Lindsey, J.,
y Nye, B., 2002; Kim, K. y Rohner, R.P., 2002), no evaluando efectos que son fundamentales para el
desarrollo armónico de la persona y su integración social.
Atendiendo a las perspectivas teóricas, qué sugieren las observaciones cualitativas que se han
realizado. Tres reflexiones al menos pueden expresarse. La primera, y más evidente, es que el centro
no responde de modo suficientemente adecuado a las expectativas de las familias y no parece que la
estrategia de vinculación de los padres y madres sea adecuadamente eficaz.
Asimismo, tal y como se ha señalado en algunas investigaciones realizadas en el ámbito de la
implicación parental (Nechyba, T., McEwan, P., y Older-Aguilar, D., 1999; Okpala, C. O., Okpala, A.
O., y Smith, F. E. 2001; Sacker, A., Schoon, I., y Bartley, M., 2002), la escuela defiende una suerte de
concepción cultural de clase media muy en consonancia con determinado contextos familiares, pero
muy poco adecuado en otros, de modo que el rendimiento escolar se explica más por la socialización
de clase que por las variables de implicación. El grupo del que se comentan las observaciones
muestra unos rasgos bien definidos que apunta claramente la variable clase y que, como señalara
Bourdieu, presenta una distancia amplia ente el “arbitrario cultural” de la escuela y la socialización de
las familias y su capital social. Cuanto mayor es esa distancia, mayor es la violencia simbólica que se
ejerce.
La última reflexión está vinculada a la pregunta: ¿cómo llegan los padres a implicarse de un
modo adecuado y eficaz en la educación de sus hijos? Hoover-Dempey y Sander (1997, 2005)
señalaron tres causas o motivos para la implicación: a) sentimientos de los progenitores, que incluye
tanto el rol parental como las creencias de autoeficacia para ayudar a sus hijos, es decir, sentido de
responsabilidad personal o compartida por los resultados educativos de sus hijos y confiar en que son
capaces de ofrecer una ayuda eficaz y adecuada a sus hijos; b) la percepción que los progenitores
tienen de las invitaciones recibidas a participar por parte del centro, tanto de la dirección como de los
profesores y, según la edad, de sus propios hijos; y c) se señalan variables del contexto familiar
(status social, capacidades, habilidades, etc.).
Los datos relativos al grupo analizado que han sido presentados y otros que, por razón de límites
de extensión no se presentan, muestran una alta motivación en relación con la primera, buena o
captables en relación con la tercera y baja en relación con la segunda. En estas condiciones se hace
patente que las barreras contextuales actúan como un hándicap difícil de superar por más ilusión y
esfuerzos que pongan. Dicho de otro modo: la variable clase social explica en buena medida la falta
de rendimiento escolar.
¿Qué respuesta cabe dar desde la escuela? Negar la existencia de dificultades no contribuye a
su solución, inhibirse tampoco y menos acusar a los padres o resignarse. Seguramente, cambiar el
discurso educativo, un discurso más ampliado en el que el éxito tenga más componentes que sólo
éxito académico, en el que los centros abran las puertas y derriben los muros de la escuela para
crear un clima de participación adecuado, y en donde la comunidad próxima aparece implicada en la
solución de los problemas es una vía que debe volverse a explorar.
540
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Se puede objetar que los recelos son muchos, que no es fácil romper barreras entre la esfera
escolar y familiar. Esto es cierto, pero, dado el actual contexto, si se introducen algunos cambios, tal
vez sea posible. Como sugerencias a debatir y explorar:
- Es necesario que las familias se sientan invitadas realmente a participar, que perciban que, si
acuden al centro, van a obtener beneficios. Con esa finalidad, los centros deberían diseñar
planes de intervención de carácter anual; unos planes que, aprobados por el claustro y el
consejo escolar de cada centro, y elaborados en colaboración con la AMPA, se evaluarán y
reformularán buscando alcanzar objetivos precisos.
- El profesorado participará activamente en ese plan en todas sus dimensiones. No parece lo
más adecuado que sean organizaciones ajenas al centro las que pongan en marcha e
implementen programas de formación que resultan siempre algo externos y ajenos a la actividad
cotidiana. Es posible formar a los docentes para que ellos mismos sean quienes los lleven
adelante. Esta implicación tendría al menos un doble efecto: que conocieran mejor y de primera
mano los contextos familiares, sus límites y posibilidades, sus necesidades, etc.; y que en el
proceso de interacción tuvieran la oportunidad de contrastar sus esquemas y estereotipos acerca
de la familia.
La formación inicial del profesorado se ha modificado recientemente. En la formación de
maestros y maestras de Educación Infantil y Primaria se han reforzado aspectos relativos a la relación
con las familias. Estas modificaciones son de mayor calado en el título de Educación Infantil, donde,
tradicionalmente, se ha insistido más en la importancia de estos aspectos. El máster de Formación
del Profesorado también ha incluido una cierta formación específica. En el caso de la Educación
Infantil, el éxito del diseño va a depender de la coordinación entre asignaturas; en los otros dos
niveles, el planteamiento no es adecuado ni suficiente, pero ésta es una cuestión que escapa del
objetivo que nos hemos propuesto.
5. Referencias Bibliográficas
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542
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. Motivar y responsabilizar
Motivación y responsabilidad son dos variables ampliamente estudiadas desde la Ciencias de la
Educación. La palabra motivación se deriva del vocablo latino movere que significa mover. Es el
impulso que inicia, guía y mantiene el comportamiento hasta alcanzar la meta u objetivo deseado. La
motivación es un proceso, es decir, una secuencia interconectada de eventos que parten de una
necesidad y culminan con la satisfacción de la misma. Es un factor importante en la educación de los
hijos ya que de ella depende la conducta y el logro de las metas propuestas. Puede convertirse en
una herramienta beneficiosa y favorable para incrementar o mantener el rendimiento, como clave del
éxito. Nos referimos a todos aquellos anhelos, estímulos, deseos que llevan al ser humano a realizar
acciones para lograr objetivos definidos.
543
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
La motivación se inicia cuando hay una necesidad que cubrir, de esta forma la persona se
impulsa a ejecutar las actividades necesarias para cubrir esa determinada carencia. Los factores que
motivan al ser humano pueden ser de dos clases, por un lado, están aquellos que provienen de la
incentivación externa; éstos son los factores extrínsecos o materiales y por otro lado, se encuentran
aquellos que dependen del entendimiento personal del mundo, los factores intrínsecos como la
autorrealización.
Diferentes autores han tratado este tema, entre ellos Maslow, A. (1954); Kast y Rosenzweig,
(1996); Gibson y Stoner, (1997); Johnson (1998); Chiavenato (2000); Davis y Newstrom (2003).
Abraham Maslow (1954) fue uno de los primeros en desarrollar la teoría de la motivación en los seres
humanos. Este autor postuló que cada individuo tiene unas necesidades jerárquicas -fisiológicas,
afectivas, de autorrealización- que deben quedar satisfechas, y que el objetivo fundamental de la
intervención debe ser la integración del ser.
Cada nivel jerárquico domina en cada momento de consecución y las necesidades inferiores en
la jerarquía (comida, refugio o afecto), en caso de no cubrirse, impiden que el individuo exprese o
desee necesidades de tipo superior. Stoner define motivación como el proceso de estimular a una
persona para que realice una acción que le satisfaga y alcance una meta deseada. Jones la entiende
como la forma en que la conducta se inicia, se energiza, se sostiene y se dirige. Stephen Robbins
afirma que la motivación es la voluntad de llevar a cabo grandes esfuerzos para alcanzar las metas
individuales. En el aprendizaje, la motivación principal es la necesidad de saber o la curiosidad, motor
que forma parte de nuestra herencia humana. Es el factor que hace que iniciemos, mantengamos y
orientemos nuestra actividad en una dirección concreta. Chiavenato nos dice como todo
comportamiento responde a una motivación (necesidades, impulsos, deseos) debidos a una causa
interna o externa y dirigido a una finalidad concreta. Al hablar de motivación hablamos de intensidad
o cantidad de esfuerzo que se invierte en realizar una tarea; de dirección o elección de las actividades
en las que la persona centrará su esfuerzo o se orientará en alcanzar dicha meta con perseverancia
y superando los obstáculos que se encuentren en el camino. Podemos interconexionar la
responsabilidad con la motivación puesto que va asociada. La motivación puede aprenderse y
desarrollarse al igual que la responsabilidad. La responsabilidad como valor humano prioritario nos
lleva a asumir las consecuencias de todos aquellos actos que realizamos de forma consciente e
intencionada.
3. Objetivos
El presente trabajo es un proyecto de formación conjunto dirigido desde el Departamento de
Orientación a padres como formadores de sus hijos para que se trabaje en familia la motivación y la
responsabilidad.
Los objetivos que nos proponemos con este proyecto son los siguientes:
Conseguir desarrollar una intervención concreta que ayude a los padres en el día a día
Entrenar estrategias para motivar y para ser más responsable
Fomentar relaciones interpersonales positivas padres e hijos
Adquirir bienestar físico-psíquico-social, al igual los padres como los hijos.
544
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Definimos este proyecto como integrador, participativo y cooperativo ya que el éxito del mismo
dependerá del grado de implicación de todos. Es un proyecto de educación en valores. Estamos
trabajando con adolescentes y consideramos que están en una edad de riesgo, por ser la
adolescencia una etapa de transición y los alumnos todavía no han alcanzado una madurez.
Entendemos madurez como independencia, libertad ganada con responsabilidad, experiencia de
vida y capacidad para tomar decisiones adecuadas. En este sentido, Fernández (2013) afirma que el
actual clima social, va en contra de la cultura del esfuerzo impidiendo desarrollar capacidades
internas que no ayudan en absoluto a madurar al ser humano.
545
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5.2. Actividades
Leer en grupo y trabajar estas frases: “La adquisición del comportamiento agresivo depende de
ciertas “recompensas del entorno”. “Ayudar a un adecuado ajuste personal y social, reconociendo
problemas, generando soluciones y evaluando consecuencias”.“Aportar conjuntamente soluciones
ante la incomunicación y la falta de diálogo” “Relaciones padres-hijos positivas” “ Dar y pedir
confianza ayuda a la autonomía”. “Base del éxito es la coordinación y unificación de criterios entre
ambos padres”. “Elogiar la motivación y la responsabilidad aumenta la probabilidad de las mismas”.
“Cuando los padres hacen caso omiso de la mala conducta, ésta disminuye”. “La sonrisa de un adulto
indica que es muy probable que la petición del hijo sea satisfecha”. “Con una buena motivación y
responsabilidad aumenta la autoestima del adolescente y permite que se sienta importante, se
fortalece”. “La relación entre autoconcepto positivo y éxito en las metas”.
5.3. Reflexiones del taller
Si queremos un hijo más responsable es necesario animarle hacia la cooperación con los
demás; animarle a que cambie y adquiera nuevas estrategias cuando algo no se sale bien. Crearles
hábitos, cuando se ha perdido una costumbre debemos recuperarla de nuevo. Fortalecer hábitos de
trabajo, con la finalidad de que así las tareas se automaticen. Otorgarse premios uno mismo, porque
el refuerzo de una conducta incrementa la probabilidad de que esa conducta se reitere en un futuro.
Es conveniente hacerse una lista de gustos personales concediéndose premios después de la meta
cumplida. Así como trabajar mucho la atención y la concentración, hay muchos canales para ello por
medio de su deporte preferido, haciendo senderismo y descubrimiento el medio ambiente,
observando, por medio de las técnicas de atención centrada. Hacer planes diarios y semanales
adaptándolos con objetivos a corto plazo.
6. Conclusiones
Todo lo enumerado implica por parte de los padres esfuerzo, paciencia y perseverancia,
además de reflexión, interés y motivación. Este taller trata de servir de ayuda y provocar cambios.
546
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
7. Referencias Bibliográficas
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547
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
548
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
- Relaciones comunales: Los miembros que componen el grupo se sienten responsables del
bienestar de los otros y la ayuda se da sin esperar nada a cambio. Las relaciones de amistad,
románticas y familiares son ejemplos de este tipo de relación, aunque cada una de ellas varía
en el grado de intensidad con respecto a la comunalidad. En este tipo de relaciones se presta
poca atención a la definición clara y explícita, de los deberes de cada uno de los miembros
que integran el grupo.
- Relaciones de intercambio: Se caracterizan porque las personas que componen el grupo dan
algo para recibir otra cosa a cambio y lo que reciben debe ser similar a aquello que
proporcionaron. El favor que se da crea un deber. Para que este tipo de relaciones funcionen
es necesario establecer reglas compartidas por todos, que definen las relaciones entre los
miembros.
En las relaciones familiares es más fácil que se produzcan desequilibrios en el reparto. En el
proceso de negociación se afrontan, teóricamente, en base a la búsqueda de la equidad y la justicia
distributiva. En este contexto, los estudios confirman que la mayoría de las parejas recurren a dos
criterios para decidir el reparto:
a) Cada miembro de la pareja realiza aquellas tareas que mejor sabe hacer; y
b) Las condiciones del puesto de trabajo extradoméstico define los marcos de posibilidad
que cada uno puede afrontar.
Asimismo, las familias reconocen que no se puede afrontar un reparto basado en los
estereotipos de género. Sin embargo, es necesario hacer un esfuerzo para un reparto equitativo y
pasar de la verbalización de esta inquietud igualitaria a emprender acciones concretas en pro de la
equidad. Es necesario insistir en la importancia de que todos los miembros asuman la existencia de
deberes y derechos para con el grupo familiar en las “tareas propias” (aquellas que conciernen a la
esfera más personal e individual, en el caso de los hijos e hijas, podrían servir como ejemplo recoger
la habitación, encargarse de ordenar los juguetes, etc.) y en las “tareas comunes” (conjunto de
actividades que si bien no son responsabilidad directa de nadie, son necesarias para todos los
miembros de la familia: recoger los espacios comunes, encargarse de poner y quitar la mesa, cuidado
de la ropa, etc.).
Del intercambio de experiencias formativas con las familias se desprende la idea de que las
tareas comunes son, en su mayor parte, de la incumbencia de los padres y madres. Éstos pasan a
ser proveedores de servicios con la obligación, incluso, de proporcionar algún tipo de recompensa, si
existe colaboración por parte de los menores.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
cotidiana; educamos y nos educan permanentemente, a pesar de que muchas prácticas educativas
renuncien a tan estimable propósito, explícita o implícitamente (Caride, Lorenzo, Rodríguez, 2012). El
escenario educativo familiar viene definido por los diferentes aspectos estructurales y materiales que
caracterizan a la vida en el hogar en general y en cómo los padres organizan los espacios, las
actividades y las relaciones que se promueven y apoyan. Abogamos por una intervención durante la
infancia ya que las interacciones sostenidas por padres e hijos alrededor de las tareas de
socialización pueden servir para construir un estilo interactivo con cada una de las partes (madre/hijo
o hija y padre/hijo o hija) para asentar un patrón relacional antes de llegar a la adolescencia. En el
tema que nos ocupa en estas páginas, la familia como comunidad solidaria, elemento rector del
programa, la idea que se desprende es que, acomodándose a las condiciones y características de
los diferentes miembros de la unidad familiar (edad, condiciones de salud, disponibilidad temporal o
situación laboral por resaltar algunos), todos y cada uno de ellos pueden realizar una contribución
relevante al buen funcionamiento de la vida familiar.
Los verdaderos protagonistas, en todo momento, son los padres y las madres participantes,
programa de tipo experiencial, en el que se conceptualizan las prácticas de la vida cotidiana:
reflexionar, identificar y analizar las ideas, creencias, sentimientos y acciones en las diferentes tareas
cotidianas y, a partir de ahí, realizar un proceso de construcción del conocimiento y propiciar
compromisos de cambio. No quiere ser una recopilación de recetas, sino de ideas y experiencias y,
cada familia, en su día a día, las concretará en cada momento con las respuestas adecuadas.
Los programas de padres y madres tienen como característica fundamental la mejora de las
prácticas educativas y las pautas de crianza y, por tanto, centran sus esfuerzos en el desarrollo de
competencias y habilidades educativas de las personas. En el caso de los programas experienciales,
se ofrece a los padres y las madres la oportunidad de conocer una amplia variedad de experiencias
que pueden ser contrastadas con las suyas propias a través del intercambio con otras familias
embarcadas en la misma tarea (Máiquez, Rodrigo, Capote y Vermaes, 2000; Martín-Quintana, Byme,
Rodríguez Ruiz, Rodrigo y Rodríguez Suárez, 2009; Torío, Peña y Hernández, 2012). Todos los
padres y madres cuentan con un potencial de recursos y destrezas que resultan de gran utilidad y se
desarrollan sentimientos de confianza en la capacidad de educar a sus hijos e hijas y en el manejo de
las prácticas educativas.
Tres son los ejes que fundamentan este programa y que a través de la intervención colectiva se
espera que introduzcan modificaciones en las prácticas individuales de cada familia:
- Trabajar para un modelo de educación familiar democrático.
- La igualdad, evitando estereotipos de género en la pareja y en la educación de los hijos e hijas.
- La corresponsabilidad familiar o la maternidad o paternidad compartida.
Todos los miembros del grupo, juntos, intentamos conseguir los objetivos generales del
programa. No están aislados, cada uno depende de los otros y todo lo que afecta a cada uno de ellos,
influye sobre los demás. Son, entre otros, los siguientes:
- Mejorar el trabajo de padres y madres como agentes educativos en el medio familiar.
- Trabajar la corresponsabilidad familiar e implicar a los padres y madres para que adopten la
perspectiva de género como un aspecto relevante en sus procesos de toma de decisión.
- Configurar las escuelas de padres como espacio privilegiado en el cual desarrollar el programa
de corresponsabilidad familiar.
- Ofrecer un espacio para facilitar la expresión de sus preocupaciones y vivencias sobre la
crianza y educación de sus hijos e hijas.
Los contenidos del programa correspondientes a las 10 sesiones obligatorias del programa (hay
sesiones complementarias con temáticas diversas) se han centrado en dos grandes bloques. En el
primero de ellos, “¿Cómo educamos?”, se aborda las temáticas de: a) Modos de educar en familia; b)
Las normas son importantes en la vida familiar. Un segundo bloque, “Para construir una relación
familiar más satisfactoria”, analiza dos grandes dimensiones:
- ¿Cómo hacer que las cosas vayan mejor? (I): El reparto de responsabilidades
o Bucear nuestra cotidianeidad: cómo repartimos las tareas domésticas
o Desencuentros, riñas y discusiones. El reparto en la familia.
o Cuidar la comunicación: base de una buena relación familiar:
o Cuidar la comunicación: saber escuchar y mostrar aceptación
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
o La solución negociada de los conflictos: los casos del reparto de tareas domésticas.
Se completa con una sesión introductoria (“Una mirada a nuestro quehacer educativo”) de
presentación y de toma de contacto con el programa pero, sobre todo, tiene por objeto generar una
dinámica de aceptación y cooperación entre las personas que componen el grupo, así como ponerse
en disposición de proyectar las concepciones, imágenes y sentimientos que los participantes
sustentan acerca de la educación de sus hijos e hijas y de sus formas de elaborar y compartir ese
modelo educativo. Finalmente, una sesión de cierre (“Fortalecer lazos”) cuyo objetivo es aclarar y
resolver cuestiones que hayan quedado menos claras o resulten más difíciles de poner en práctica y
ayudar a concretar acciones de mejora en la dinámica familiar. Se procederá, igualmente, al
establecimiento de conclusiones sobre el desarrollo del programa y a compartir la vivencia entre los
participantes.
La metodología es participativa y activa como requieren los programas de tipo experiencial. En
este modelo de formación (Máiquez, Rodrigo, Capote y Vermaes, 2000) frente a un modelo
académico (adquisición de conceptos sobre el desarrollo y la educación en un escenario de
aprendizaje formal –padres como alumnos-) o un modelo técnico (adquisición de técnicas y
procedimientos basados en la modificación de conducta, en el aprendizaje social, etc. en un
escenario de aprendizaje experto-padres como expertos-), los padres y madres se sienten activos y
protagonistas de su tarea educativa y la intervención debe enfocarse hacia el desarrollo de
sentimientos de confianza en su capacidad para educar a sus hijos e hijas. Desde este planteamiento
metodológico el programa requiere diferentes niveles de trabajo:
- Una aportación de contenidos por parte de los educadores o educadoras del grupo.
- Análisis individual y reunión en pequeño grupo: profundización o revisión sobre sus propios
procesos y toma de decisiones, así como lo que han visto y oído. Se trata de traducir a las
situaciones diarias el tema sobre el que se trabaja, mediante la reflexión y realización de
actividades diversas. De igual modo, sacar conclusiones.
- Puesta en común para favorecer el intercambio, la reflexión, el análisis y el debate en grupo.
- Conclusiones y compromisos de cambio, además, de proponer una pequeña tarea para casa.
Intencionadamente se ha creado un proceso de secuenciación de actividades de diferentes
modalidades:
- Actividades de reflexión y descubrimiento de la realidad familiar (investigación).
- Actividades para tomar conciencia de la realidad familiar (explorar “la cotidianeidad”).
- Actividades para la reelaboración de esa realidad (profundización en el tema).
- Actividades que llevan a la acción sobre la realidad familiar (dotación de herramientas y pautas
para abordar la situación).
Respecto a la evaluación se lleva a cabo un seguimiento permanente del programa para lograr
éxito. Se facilita al final de la “Guía del educador o educadora” una hoja para “Notas” a fin de que, al
término de la sesión, recoja aspectos significativos, impresiones, que han ocurrido en el desarrollo de
la misma, las percepciones del grupo, su participación, etc. Consideramos se trata de un material muy
valioso en la evolución y seguimiento del proceso educativo de los participantes. Además, esta
observación puede ser completada con la información obtenida de los Cuestionarios para padres y
madres en cada una de las sesiones. De igual modo, el educador o educadora cumplimentará otro
cuestionario al final de cada sesión de trabajo.
2.2. Experiencia formativa con las familias.
El programa “Construir lo cotidiano” ha sido objeto de validación por parte del equipo de
investigación (Grupo A.S.O.C.E.D.) en el curso escolar 2010/2011 y se ha prolongado su aplicación
hasta la actualidad (curso 2012/2013) en diferentes centros educativos escolares del Principado de
Asturias. La principal limitación del programa es la dificultad que se presenta en la captación de
familias debido a que es un requisito básico acudir los dos miembros de la pareja, en el caso de que
la hubiere (no así en el caso de familias monoparentales). Problemas de tiempo, horarios y
obligaciones laborales dificultan la posibilidad de conciliar la formación y asistencia al programa con
las tareas familiares y laborales. Se ha facilitado la existencia de un servicio de guardería educativa o
ludoteca para los hijos e hijas de las familias participantes que lo soliciten.
551
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
El número total de familias que han participado en la aplicación y desarrollo del programa han
sido 40 personas (19 varones y 21 mujeres). La presencia de más mujeres, respecto a los hombres,
es debido a que son familias monoparentales. Los resultados más significativos del programa se han
apreciado en las siguientes dimensiones (Torío, Peña y Hernández, 2012; Torío y Peña 2012):
- Con respecto a los modos de educar en familia, los padres y madres son más capaces de
analizar el lugar que ocupa la maternidad y la paternidad en su proyecto de vida. Manifiestan
mayor capacidad para el establecimiento de normas y las consecuencias de su incumplimiento.
La concepción de los padres y madres del ambiente familiar se torna más “autoritativa”
posibilitando la implicación de todos los miembros de la familia en la toma de decisiones. En
síntesis, se ha reforzado el sentimiento de seguridad y competencia de las madres y padres en
su tarea educativa.
- Referente al trabajo doméstico y sus categorías básicas (tareas del hogar, cuidado de los hijos
e hijas y trabajo emocional), después del programa, los padres y madres son más conscientes
de la necesidad de llegar a un reparto más justo e igualitario y a profundizar en el conjunto de
tareas que se incluyen en el mismo. Han manifestado ambas partes de la pareja sus
inquietudes y vivencias en relación al reparto, iniciando, en muchos casos, una reestructuración
del mismo. Sin duda, se han conseguido estrategias para conseguir la participación de los hijos
e hijas en las tareas domésticas y adquirido las nociones básicas acerca de las ventajas o
potencialidades educativas que supone en el desarrollo individual y social de los menores su
participación en las responsabilidades familiares.
- Finalmente, se ha dotado de herramientas para establecer una relación familiar más
satisfactoria y lograr cambios en la dinámica familiar. Son conscientes de los conflictos
provocados por las diferencias que manifiestan hombres y mujeres cuando ejecutan las labores
del hogar (por ejemplo, la escasa participación masculina o por las dificultades que tienen
algunas mujeres de delegar responsabilidades con respecto al trabajo doméstico, en especial
las relativas al cuidado infantil). Se ha visto la necesidad de modificar los patrones de
comunicación por otros más adecuados (mensajes “yo”, escucha activa y mostrar aceptación) y
lo intentan. De igual modo, son más proclives a afrontar los conflictos sobre el reparto del
trabajo familiar desde la negación y la cooperación.
En todo caso, iniciar cambios en la estructura de interacción cotidiana implica riesgos y
dificultades. Es necesario vencer dificultades y superar conflictos.
3. Líneas futuras
En el ámbito de la sociología y psicología social, son bastante numerosos los trabajos sobre los
estilos educativos de los padres y su influencia en el desarrollo infantil. Consideramos que su
propósito principal es facilitar una mejor comprensión sobre las prácticas educativas familiares como
facilitadoras del proceso de desarrollo en la infancia y en la adolescencia. La organización de los
aspectos estructurales y materiales del hogar, la planificación de las actividades de los hijos y las
interacciones que se mantienen con ellos son dimensiones que deben ser consideradas por los
profesionales que trabajan con familias y, en especial, aquellos que realizan labores de intervención
educativa y social en este contexto (Muñoz Silva, 2005).
Los resultados del modelo tripartito de Baumnrind (modelo pionero 1967 y 1971) han sido
corroborados por una serie de estudios sobre la utilidad y la revisión del marco conceptual de la
autora (Dornbusch, Ritter, Liederman, Roberts y Fraleigh, 1987; Dornbusch, Ritter, Mont-Reynaud, y
Chen, 1987; Lamborn, Mounts, Steinberg y Dornbusch, 1991; Steinberg, Elmen y Mounts, 1989;
Steinberg, Lamborn, Darling, Mounts, y Dornbusch, 1994). Estos estudios aportaron mayor evidencia
de que el estilo parental autoritativo (altos niveles tanto de control como de afecto) está asociado con
niños y niñas que tienen un buen desarrollo escolar, muestran pocos problemas de conducta y son
prosociales. Los padres de este estilo educativo parten de una aceptación de los derechos y deberes
propios, así como de los derechos y deberes de los niños, lo que Baumrind (1978) consideraba como
una “reciprocidad jerárquica”, es decir, cada miembro tiene derechos y responsabilidades con
respecto al otro. La comunicación es frecuente y abierta. De igual modo, en la reformulación que
realizan Maccoby y Martín (1983), modelo cuatripartito, se obtienen similares resultados.
Literatura reciente en España cuestiona el estilo parental autoritativo como prototipo de
socialización parental hoy (García Linares, Pelegrina y Lendínez, 2002; Musitu y García, 2004;
Gracia, Lila y García, 2008; García y Gracia, 2009, 2010; Pérez Alonso-Geta, 2012). Dichos estudios
señalan los efectos positivos (igual o mejores resultados) en los hijos e hijas del tipo indulgente (no
552
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
553
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Referencias Bibliográficas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Contexto de actuación
El objetivo de esta comunicación es presentar la iniciativa llevada a cabo por el equipo docente
de la asignatura “Aprendizaje a lo largo de la vida” de la titulación del Grado de Pedagogía de la
Universidad de Oviedo (6 cr.) en la que se propuso a los estudiantes la elaboración de un trabajo en
grupo. En esta experiencia llevada a cabo en el segundo semestre del curso académico 2012/2013
han participado 91 estudiantes. La finalidad del trabajo en grupo es diseñar un proyecto de
Aprendizaje Servicio (APS).
Desarrollar competencias para el Aprendizaje a lo Largo de la Vida (Martínez y Riopérez, 2013)
con la finalidad de contribuir a reducir las diferencias entre la formación de los jóvenes y las
demandas del mundo del trabajo, y para su desarrollo profesional continuo, se convierte en una meta
importante contemplada en todos los niveles educativos y, especialmente, en la Educación
Secundaria y Superior. Teniendo en cuenta que son estudiantes de primer curso y se inician en el
campo de la educación, se pretende resaltar la idea de que el aprendizaje tiene lugar en una amplia
variedad de entornos de educación no-formal e informal y no está confinado únicamente en las
instituciones formales. Se trata de tomar conciencia de la importancia de diferentes instituciones
educativas sociales, es decir, instituciones que desarrollan programas educativos fuera de la escuela,
entre otros aspectos. La relación de instituciones educativas sociales podría ser interminable:
ayuntamientos, centros cívicos, universidades populares, instituciones de animación sociocultural,
instituciones de educación para la salud, educación para el consumidor, para la educación ambiental,
para la educación patrimonial, instituciones de formación laboral, sociedad civil, etc. Todo este
conjunto (Colom, Domínguez y Sarramona, 2011) cumple una función muy importante en el campo de
la educación que podríamos considerar como más transversal y proporcionan el necesario
complemento a la educación curricular propia de la educación formal.
Se hace necesario que nuestro alumnado se acerque a la realidad y, en este caso, diseñe un
servicio a la comunidad. El APS es una propuesta metodológica especialmente efectiva para poner
en práctica los contenidos teóricos, a la vez que promueve la solidaridad y la responsabilidad, puesto
que fomenta el aprendizaje de los estudiantes a través de su participación activa en experiencias
asociadas al servicio comunitario. Son proyectos de servicio a la comunidad que ponen el acento en
aportar calidad de vida al conjunto de la población o contribuyen a compensar las desigualdades de
colectivos que sufren dificultades, marginación, injusticias o soledad.
Entendemos que el APS es una metodología que se abre a las necesidades sociales de una
comunidad y proporciona un aprendizaje de conocimientos y valores de una manera participativa y
crítica. Quiere romper con el aislamiento que, en ocasiones, sufren los centros universitarios y con la
lejanía de la realidad que suelen arrastrar las guías docentes. Se pretende que la Universidad se abra
a la vida (Naval, García, Puig y Santos, 2010, p. 222) y sea sensible a los problemas, dificultades o
deficiencias que presenta su entorno más próximo.
556
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
El Aprendizaje Servicio, además de colaboración entre personas, precisa casi siempre de una
fuerte colaboración entre instituciones: el partenariado (Naval, García, Puig y Santos, 2010, p.18) en
este caso, entidades sociales que están especializadas en la temática que pretende tratar la actividad
de Aprendizaje Servicio fundamentalmente, la creación de lazos entre centros educativos y entidades
sociales. El APS rompe la tendencia de la escuela a encerrase en sí misma, requiere un trabajo en
red que coordine instituciones educativas y entidades sociales que colaboran en la intervención:
ayuntamientos, fundaciones y asociaciones (de tiempo libre, medio ambiente, personas con
discapacidad…), centros de menores, centros sociales de personas mayores, establecimientos
residenciales para mayores, empresas, etc. Desde este punto de vista, el Aprendizaje-Servicio
permite (Puig, Gijón, Martín y Rubio, 2011) que las entidades sociales, más allá de la función social,
se conviertan en agentes educativos de gran potencial, en verdaderas escuelas de ciudadanía.
Con independencia del contenido específico que aborde cada experiencia de APS, todas estas
actividades (Rubio, 2007; Puig, Gijón, Martín y Rubio, 2011) comparten determinadas condiciones
pedagógicas; entre las que se destacan:
- El aprendizaje a partir de la experiencia: intervención en situaciones reales, no problemas
hipotéticos o simulaciones.
- El aprendizaje cooperativo: asumir retos ambiciosos imposibles de asumir de manera
individual y que generan relaciones de interdependencia entre todos los participantes. Deben
ser los protagonistas de la experiencia quienes intervengan en las diferentes fases del
proyecto, desde la detección de las necesidades hasta el diseño de las propuestas de mejora.
La intensidad de este protagonismo debe adecuarse a la edad, madurez y capacidades de los
mismos.
- La reflexión sobre la acción: la correcta implementación de los proyectos de APS supone la
toma de conciencia por parte de todos los participantes de lo que se está haciendo en cada
momento y de su utilidad social. Esto permite integrar nuevos aprendizajes y adecuarlos para
mejorar la calidad del servicio.
- La guía que ofrecen los adultos, ejerciendo un papel diferente del habitual. Los educadores y
los profesionales de las instituciones sociales ejercen una función menos controladora y
transmisora para convertirse en guías y acompañantes del proceso.
Hay muchas maneras de clasificar los proyectos de servicio a la comunidad. Como ejemplo
presentamos una clasificación temática en 9 categorías (Centro Promotor d´Aprenentatge Servei,
2010).
558
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Se trata, por tanto, de una propuesta educativa que se fundamenta en la participación de niños y
jóvenes mediante el intercambio y la colaboración entre instituciones educativas y sociales. En
palabras de Naval, García, Puig y Santos (2010, pp.228-229): “introducir como modelo formativo el
Aprendizaje-Servicio, entendido como una propuesta pedagógica que se dirige a la búsqueda de
fórmulas concretas para implicar al alumnado en la vida cotidiana de las comunidades, barrios,
instituciones cercanas (…) favorece la participación de los diferentes agentes sociales de la
comunidad, contribuyendo al encuentro de generaciones y a la búsqueda de soluciones conjuntas
para las necesidades de la comunidad. Ofrece las herramientas para que el alumnado “salga” al
entorno de su comunidad e “investiguen” cuáles son las necesidades reales existentes”.
4. Metodología
La metodología planteada para la realización de los trabajos ha sido la constitución de grupos de
trabajo (entre 5-6 personas) y la incorporación en el Campus Virtual de diverso material sobre dicha
temática y explicado en el aula, amen de unas pautas orientativas para la elaboración de los mismos.
En diversas sesiones de prácticas de aula (PA) y las cuatro tutorías grupales (TUG) programadas
durante el semestre, se orientará sobre la elaboración del trabajo y la exposición del mismo. El
seguimiento del proyecto es condición indispensable para su superación.
El eje central de la planificación ha sido el trabajo autónomo y la lectura del material ofertado por
la profesora sobre APS (artículos, blog, vídeos, etc.) y las orientaciones pedagógicas para el
funcionamiento del grupo de trabajo (búsqueda y consulta de documentación bibliográfica,
elaboración del esquema, etc.). Tras la elección del tema del proyecto según las orientaciones
ofrecidas en clase, se realiza el esquema básico del trabajo del grupo que comprenderá los
siguientes apartados adaptados de la propuesta del Centro Promotor d´Aprenentatge Servei (2010):
a) nombre del proyecto y definición clara del servicio, b) personas implicadas, c) breve diagnóstico de
la necesidad social y finalidad del servicio, d) objetivos, e) aspectos que queremos aprender a través
del proyecto, f) descripción de las acciones o actividades que realizaremos, g) entidad o entidades
sociales con las que colaboraremos, h) temporalización (calendario de trabajo), i) presupuesto y, j)
evaluación del mismo.
En la última tutoría grupal se expondrá, ante el resto de compañeros y compañeras, la síntesis
del trabajo en grupo (realización de un power point).
4.1. Los proyectos de APS diseñados
Los estudiantes han elaborado proyectos, principalmente, en función de su lugar de residencia
habitual: zona centro del Principado de Asturias-Oviedo, Gijón y Avilés- y municipios ubicados en las
alas de la región, entornos rurales -Occidente y Oriente asturiano-. Se trata de su entorno inmediato,
conocido y de gran interés para el estudiante a la hora de promover la mejora. Se han sentido muy
involucrados y participativos.
Destacamos varios ejemplos:
- Título “Generaciones unidas a través de la música”. Los estudiantes de este grupo de trabajo
reflexionan sobre la posibilidad de unir diferentes generaciones a través de la diversión
musical. Los protagonistas y principales destinatarios de la experiencia son: profesorado y
alumnado de Educación Primaria, trabajadores y usuarios de un centro de día y la
colaboración del Conservatorio de Música de la zona (Langreo). Otras instituciones
implicadas: El Ayuntamiento de Langreo y la empresa ALSA (gastos de financiación,
559
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
- Capacidad de imaginar proyectos y actuar con criterio propio. Las preguntas que cada grupo
de trabajo se ha planteado son: ¿Qué podríamos hacer para contribuir a solucionar un
problema? ¿Cómo mejorar alguna situación? A estas preguntas les sigue el momento de
diseñar una acción y un llamamiento al compromiso de mejorar la realidad. Todo ello
promueve, sin duda, diferentes aprendizajes:
561
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
- Dado que el alumnado es el protagonista de todas las partes de planificación del proyecto,
desarrolla la competencia de la capacidad de formular y gestionar proyectos (planificar,
organizar, gestionar, difundir, evaluar…), así como la competencia comunicativa - fuertes
dosis de interacción y diálogo entre los miembros del grupo-.
Por otro lado, respecto al profesorado, la experiencia de trabajar como equipo docente ha
supuesto la oportunidad de compartir, negociar y coordinarse desde el planteamiento de la asignatura
hasta la evaluación. Como argumenta Pacheco (2008), la labor docente no debe entenderse como
un camino en solitario porque puede llevar al cansancio y a la frustración; generar espacios de
convivencia e intercambio favorece un mayor dinamismo, motivación y satisfacción profesional.
6. Referencias Bibliográficas
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562
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Yubero, Santiago
Universidad de Castilla-La Mancha
Santiago.Yubero@uclm.es
Larrañaga, Elisa
Universidad de Castilla-La Mancha
Navarro, Raúl
Universidad de Castilla-La Mancha
1. Introducción
1.1. El acoso a través de las TIC
El incremento del uso de las TIC es un fenómeno que se produce a nivel mundial. En España,
según la encuesta del Instituto Nacional de Estadística (2010), en al año 2004 el porcentaje de niños
de edades comprendidas entre los 10 y 15 años que usaban Internet era del 60.2%, aumentando ese
porcentaje hasta el 87.3% en el año 2010. Los porcentajes de jóvenes españoles entre 16 y 24 años
que usan el teléfono móvil es del 97.8% y de Internet un 94.1%. Los adolescentes españoles emplean
Internet básicamente para comunicarse, un 69% mira diariamente su perfil social y un 62% chatea
todos los días (Rubio, Menor, Mesa y Mesa, 2009). Se trata de una generación que maneja con total
naturalidad las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) desde su infancia, como un
medio de comunicación integrado totalmente en su vida. En este escenario en el que la mayoría de
los jóvenes acceden a las TIC, un porcentaje importante puede tener riesgo de enfrentarse a
conductas de cyberbullying. Aunque se considera que el bullying y el cyberbullying están
relacionados, la diferencia que genera el uso del ciberespacio dota al cyberbullying de unas
características particulares, que han dado origen a nuevas formas de agresión. Según distintos
autores las características más destacadas del cyberbullying serían:
- La repetición. Un único episodio de cyberbullying puede ser repetido tantas veces como el
mensaje es visualizado.
- Desequilibrio de poder. El cyberbullying se produce por la indefensión de la víctima al no poder
bloquear la agresión en el entorno virtual.
- Anonimato. El agresor puede esconder totalmente su identidad.
- Difusión pública. En el cyberbullying el agresor puede enviar los mensajes a varias direcciones o
hacerlo a través de una red social haciendo más extensivo el ataque, mientras la víctima puede
desconocer la extensión de la difusión.
- Temporalización. El agresor en el cyberbullying puede llevar a cabo su agresión en cualquier
momento y la víctima está expuesta continuamente a posibles ataques.
- Escaso feed-back entre los participantes. No existe contacto visual ni físico durante el acoso
entre el agresor o agresores y su víctima.
Los estudios que han investigado conjuntamente el bullying y el cyberbullying han encontrado
correlación en la participación entre las dos formas de agresión. Existe una coherencia en el
comportamiento de los adolescentes en la vida “on y off line” (Subrahmanyam, Smahel y Greenfield,
2006). Parece que los adolescentes prolongan su comportamiento de acoso a otros espacios y a
otros tiempos a través del ciberespacio.
No es fácil aportar datos concretos de prevalencia entre los adolescentes debido a la variabilidad
de instrumentos, la edad de las muestras, los comportamientos analizados y al período de tiempo en
el que han ocurrido estas conductas. En España, los datos recogidos en los primeros años informaron
de un 5% de conductas de cyberbullying. A partir de los estudios de 2008, los datos cifraban la
implicación en el cyberbullying en torno al 25%. Los últimos estudios, que han ampliado el rango de
comportamientos evaluados, informan que cerca del 50% ha participado en algún momento en alguna
de las formas de acoso a través de móvil e Internet. Si atendemos a las cifras de conductas de
cyberbullying de mayor intensidad, los estudios se sitúan en torno al 5% en 2009 y entre el 10-15%
en 2011 y 2012.
563
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. Método
2.1. Participantes
La muestra de estudio está constituida por 813 estudiantes de Educación Secundaria y
Bachillerato de la comunidad de Castilla-La Mancha, de entre 12 y 19 años (edad media de 14.38;
desviación típica de 1.55). El 45.4% son chicos, 54.6% chicas. También completaron un cuestionario
sus padres (14.1% el padre, 49.7% la madre, 35.1% fue completado por ambos).
2.2. Instrumentos
Cuestionario de de CyberBullying-Victimización (CBQ- V). Está formado por 11 ítems que
describen diferentes formas de sufrir cyberbullying, por ejemplo, recibir mensajes de correo
564
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Resultados
Para garantizar la situación de estudio de victimización se han seleccionado los estudiantes que
han informado de sufrir cyberbullying diariamente. Un 3.4% de los adolescentes son víctimas diarias
de cyber (2% varias veces al día). Agrupados los ítems de evaluación del cyberacoso según el
contenido del tipo de agresión que reciben, el acoso más frecuente es de exclusión (1.9%), reciben
humillaciones un 0.4% e insultos y amenazas un 0.2%, varias formas un 0.9%. Sin embargo, a pesar
de recibir agresiones diariamente a través de Internet y móvil solamente se perciben víctimas de
cyberbullying el 47% de ellos.
No se encontró relación del sentimiento de victimización con el sexo (χ2= 0.28, p= .440), con la
frecuencia de victimización una vez o varias al día (χ2= 2.03, p= .140), con la intervención como
agresor (χ2= 2.03, p= .140), ni con la tipología de agresión recibida (χ2= 6.57, p= .087).
Como puede apreciarse en la Tabla 1, el sentimiento de victimización incrementa la percepción
de soledad y disminuye la autoestima. La única diferencia en la comunicación familiar se encuentra
en la comunicación evitativa con la madre, que es superior en los adolescentes que se perciben
víctimas de cyber. Sin embargo, los padres no perciben ninguna diferencia en la comunicación
familiar. Aunque el 91.6% de los padres informó que si su hijo fuera víctima de acoso se lo diría,
solamente el 17.6% de los padres de las víctimas diarias de cyber conocen la situación de su hijo. Un
8.8% informa que su hijo es víctima de cyberbullying pero su hijo no se percibe víctima. Casi el 30%
de los padres desconoce que su hijo se siente víctima de bullying. Los demás coinciden en no
considerarse implicados.
565
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Discusión
Los resultados obtenidos nos llevan a confirmar la relevancia del problema del cyberbullying
entre los jóvenes, más de un 3% está siendo victimizado a través de Internet y/o el móvil todos los
días, diariamente son excluidos, humillados, amenazados y/o insultados por sus iguales, casi el 1%
es víctima de varias formas de cyberbullying simultáneamente.
566
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
567
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias Bibliográficas
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569
LÍNEA TEMÁTICA 4
EN CONVERGENCIA:
UNA MIRADA AL QUEHACER COTIDIANO DE
LA PEDAGOGÍA SOCIAL EN LAS
UNIVERSIDADES
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Carrica-Ochoa, Sarah
Universidad de Navarra
scarrica@alumni.unav.es
1. Contexto de la Investigación
La presente comunicación hace referencia a una tesis doctoral que se encuentra en sus inicios.
De manera que lo que aquí se presenta es el diseño inicial de la misma, explicando los motivos que
han llevado a adoptar un enfoque metodológico mixto como referencia y la estructura que toma el
proceso de investigación. El tema central o título de la tesis es “La Educación para el Desarrollo
Humano”. El objetivo principal sobre el que gira la investigación es la necesidad de realizar una
reconceptualización de la Educación para el Desarrollo (EpD) que se sustente en una
fundamentación teórica mucho más sólida desde un punto de vista pedagógico. Ésta necesidad
responde a una serie de carencias educativas advertidas en la práctica, las cuales son consecuencia
de un vacío o punto débil en la teoría.
El contexto en el que se sitúa el concepto de la Educación para el Desarrollo es el contexto
mismo en el que vivimos, el cual, se encuentra enmarcado y caracterizado por un acelerado proceso
de globalización, por los avances tecnológicos, la gran influencia de los medios de comunicación, por
una crisis económica mundial, crisis políticas, crisis de valores. Pero al mismo tiempo existe una
especial atención al desarrollo humano. Ante todo esto, cabría preguntarse: ¿qué pretende la EpD?
En el Plan Director de la Cooperación Española 2004-2008 se sostiene que, la EpD, tiene como meta
final lograr el cambio en las actitudes de las personas ante temas sociales, partiendo de una
comprensión de los mecanismos de interdependencia y exclusión del mundo, para así tomar
conciencia de la importancia de la solidaridad internacional como herramienta para la construcción de
un mundo más justo.
La EpD pretende por lo tanto cambiar conciencias y para ello propone una formación tanto
teórica como práctica que transforme: el conocimiento, las percepciones, las actitudes de todas las
sociedades para lograr mejorar las relaciones entre ellas. Luego el trabajo de EpD es complejo
puesto que implica concienciar o hacer participar a la gente en cuestiones que le parecen lejanas.
Además, para transformar esta realidad, la EpD va a ambicionar un carácter integrador, pretendiendo
involucrar a muchos sectores de la ciudadanía en las acciones de colaboración con los pueblos
empobrecidos y en el necesario cambio social tanto en el Norte como en el Sur. Dentro de este
contexto, una de las primeras cuestiones, si no la primera, que definió el contenido del trabajo
doctoral es precisamente: “¿Qué significa pedagógicamente EpD?”. O dicho de otro modo: “¿Cómo
lograr un contexto escolar positivo para integrar la EpD?.
573
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
gradual, acorde con los cambios humanos de cada época. Se trata más bien de un proceso
acumulativo en el que las viejas estrategias y experiencias siguen latentes en mayor o menor medida
y han hecho posible las recientes. Podemos distinguir varias etapas en las que se puede dividir la
evolución de la EpD, desde su aparición en los años cincuenta hasta nuestros días. Éstas, son cinco
etapas – aunque ya se comienza a hablar de una sexta – delimitadas según los avances dados en
sus enfoques, contenidos y prácticas. Estas etapas, también denominadas generaciones, no son
excluyentes sino que coexisten en el tiempo, a la vez que cabe que cada una surja en un momento
determinado y por lo tanto posea sus propias características. Por ello es imposible apuntar cuándo
acaba exactamente cada etapa ya que incluso puede afirmarse que hoy en día siguen conviviendo
todas juntas. Y es que conviven rasgos de la sensibilización y recaudación de fondos características
de la primera etapa, junto con la reflexión y concienciación propia de la quinta y última generación.
Más que terminar una etapa para comenzar otra, se mantiene y mejora aquella con ésta.
La clasificación que se presenta a continuación esta basada en el estudio de Manuela Mesa. Tal
y como apunta la autora (2011), en un principio se propusieron cuatro generaciones, utilizando la
propuesta de Korten (1987) sobre las tres generaciones de ONGs y posteriores elaboraciones
(Korten, 1990; Ortega, 1994; y Senillosa 1998). Estas reflexiones que se centran principalmente en
las ONGDs y en su papel en el desarrollo, aportan elementos interesantes para definir un modelo
específico para organizar las acciones de EpD. Posteriormente el modelo de clasificación se fue
afinando, incluyendo nuevos elementos y en el estudio realizado para la Dirección General de
Voluntariado de la Comunidad de Madrid (Mesa, 2000) se presenta el modelo de cinco generaciones,
el cual se ha utilizado posteriormente como referencia en el Plan Director de la Cooperación 2009-
2012 y en la Estrategia de Educación para el Desarrollo de España (2007).
a) Primera generación: enfoque caritativo-asistencial.
b) Segunda generación: enfoque desarrollista.
c) Tercera generación: enfoque crítico-solidario.
d) Cuarta generación: enfoque de educación global.
e) Quinta generación: enfoque de educación para la ciudadanía global.
El modelo de las cinco generaciones de EpD también muestra que no existe una única y
exclusiva definición de la EpD. Las variaciones dependen del sentido que se atribuya a las palabras
desarrollo y educación, y al contexto y tiempo en el que se enmarcan. Seguidamente y entendida su
historia, se nos planteó la dificultad de abordar su definición. Debido a su naturaleza dinámica, resulta
difícil aportar una sola definición de EpD, por lo que se torna necesaria la recopilación de multitud de
definiciones de distintos organismos, expertos, asociaciones e investigadores para poder así, dar una
visión e información más completa y global. Pero desde un punto de vista pedagógico, se advierte
que pocas definiciones suponen una definición clara sobre qué es la EpD, aunque sí presentaba
descriptores de cómo es, o debe ser ésta. En general, las distintas aportaciones poseen seguridad y
cierta unanimidad a la hora de expresar qué fin pretende la EpD, qué objetivo se propone alcanzar.
Sin embargo, en lo que se refiere a contenidos, o metodologías especialmente, no queda claro.
De momento y sin pretender que ésto suponga una definición final, entendemos la EpD como: un
proceso de formación activo y global de la persona en los ámbito formal, no formal e informal, a
través de la enseñanza directa de conocimientos teóricos y morales (conocimientos, procedimientos,
actitudes, valores y virtudes), con el fin de que la persona crezca como tal y desarrolle una actitud
crítica ante la realidad, que tenga como base el compromiso real y la convicción de la
corresponsabilidad que todas personas poseemos en el desarrollo de las sociedades. De esta forma
se logrará que la persona madure como alguien con respeto hacia los demás que coexiste con los
demás y participa en el desarrollo de su sociedad.
Una vez comprendida cómo es asumida la EpD por sus principales artífices, debemos poner la
mirada en estudiar cuáles son las dimensiones que implica este concepto y con qué objetivos se
pretende llevar a la práctica. La EpD posee cuatro grandes objetivos los cuales son: sensibilizar,
formar, concienciar y llevar a la acción. Estos cuatro objetivos dan luz a la práctica educativa de la
EpD, otorgándole un sentido y actuando como una guía. La consecución de estos objetivos se
produce de una manera gradual. No será posible alcanzar un objetivo sin haber interiorizado los
anteriores primero. Luego ésto nos da pistas sobre cómo debe ser su puesta en práctica, ya que
requerirá tiempo y un proceso educativo a medio-largo plazo. Dejando como poco útiles actuaciones
puntuales – al menos si se realizan únicamente – que tanta acogida han tenido y siguen teniendo en
la práctica de la EpD.
574
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
575
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
respectivamente.
I. Fundamentación Teórica. Se pretende acercar y aclarar el concepto de Educación para el
Desarrollo. Para ello van a seguirse los siguientes pasos.
El primer capítulo se compone de un repaso de toda la evolución histórica de la EpD, desde su
surgimiento hasta nuestros días, obteniendo un conocimiento general y global del concepto de
carácter descriptivo. Para entender en la actualidad qué es la EpD, resulta pertinente conocer primero
cómo surgió, qué fue y supuso, y cómo ha ido evolucionando hasta hoy. Seguidamente se abordará
un intento de definición y descripción de la EpD, recogiendo distintas definiciones y repasando sus
contenidos, objetivos, agentes y grupos encargados. Con el fin de aportar una visión global y realista
de la EpD, se tratarán temas transversales de manera que podamos vislumbrar aspectos compartidos
y discernir qué es y qué no es EpD. Para finalizar con un aporte, desde el punto de vista de la
pedagogía, sobre las limitaciones y perspectivas de futuro de la EpD en cuanto a su
conceptualización, práctica y evaluación.
En esta tesis se parte del interés por la EpD como fundamento en la educación, de modo que en
el segundo capítulo se centra la atención en la EpD dentro del Sistema Educativo. El Sistema
Educativo, como agente de cambio en el desarrollo de las sociedades es un lugar idóneo para
trabajar abiertamente la EpD, de modo que, atendiendo a su importante responsabilidad social,
veremos sus necesidades, características y recursos para ello. Concretamente, se comienza con una
revisión del paradigma del sistema educativo actual con el objetivo de analizar algunas de las lagunas
que, a pesar del camino andado, todavía quedan en esta área en cuanto a EpD. También en EpD
queda mucho por hacer, ya que la investigación sobre el tema desde una visión pedagógica, se
encuentra, de momento, menos desarrollada. Nos hemos centrado en uno de los núcleos sociales
más importantes que rodean a la persona: el contexto escolar. Esto es así, fundamentalmente, por
dos razones. En primer lugar, la escuela es uno de los tres ámbitos de desarrollo de la persona más
importante, junto con la familia e iguales. Supone un ambiente eficaz donde darse el aprendizaje
tanto académico como social. En segundo lugar, se ha constatado una carencia importante de
trabajos que analicen cómo promover la EpD en la educación formal, pese a que sí existen muchos
que defienden su necesidad. Se afirma por tanto el qué o dónde pero no el cómo. Luego, ¿posee la
EpD suficiente fundamento como para tratarse una educación en sí misma o debe trabajarse dentro
de otras educaciones como la ética, política o social? Cabe preguntarse además, si los profesores
comprenden y comparten la visión de EpD que se defiende en la literatura. Por otro lado, se advierte
que en la práctica de la EpD en las escuelas, existe un sesgo según el cual la EpD se ha trabajado en
y desde entornos informales o no formales, lo que nos lleva a cuestionarnos ¿qué consecuencias
puede tener dicho sesgo? Básicamente, que poseamos cantidad de materiales, programas,
dinámicas y metodologías para la práctica, pero que la teoría, la base pedagógica que debe sostener
todo lo anterior, flaquee haciendo que la práctica no funcione. Si queremos avanzar en EpD, es
necesario realizar un análisis profundo sobre su necesidad de trabajarla en las escuelas, de qué
manera y en qué etapas.
La metodología seguida en esta fundamentación teórica, consiste en el análisis y síntesis de
trabajos científicos sobre las temáticas abordadas, junto con un estudio de documentos
procedentes de entidades dedicadas a la EpD (centros de investigación, organizaciones e
instituciones oficiales principalmemte). Esto nos facilitará conocer la visión, misión, valores y
metodología de organizaciones de referencia – internacionales y españolas- acerca de la EpD.
Además, la indagación en páginas web de distintas ONGDs y asociaciones que presentan guías
de buenas prácticas, materiales para la formación, programas para profesores, etc., permite hacerse
una idea de cómo los planteamientos teóricos se están llevando a la práctica y cuáles son los
procedimientos y herramientas utilizados para ello.
II. Visión desde la práctica de la EpD. El curso de esta investigación nos exige analizar en
profundidad las siguientes cuestiones. Si queremos contribuir a mejorar la EpD dentro de su labor en
la educación formal debemos explorar aspectos como: ¿cuáles son las variables del sistema
educativo que influyen en el logro de esta meta?, ¿cómo se entiende la EpD en el marco de la
educación formal?, ¿cómo perciben los prof es ores la c om petenc ia s oc ia l y c i udad ana de
s us alum nos ? y ¿qué expectativas tienen respecto a su d e s a r r o l l o y crecimiento personal y
social? A su vez, estas preguntas han llevado a otras de carácter más general. ¿En qué medida
expertos y profesores comparten metas y responsabilidades?,¿están las t e o r í a s orientadas a
los alumnos?, ¿cómo entienden los expertos que debería ser la EpD en la escuela?, ¿existe consenso
entre ellos? Consideramos necesario obtener una imagen certera acerca de cómo se concibe
actualmente la colaboración entre ambos agentes, sobre todo, para generar propuestas que
576
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
complementen el trabajo realizado hasta el momento por parte de los profesionales que entiendan
el apoyo a la E pD como una tarea compartida.
Para dar respuesta a todas esas preguntas, en esta segunda parte de la tesis, la investigación se
llevará a cabo bajo el prisma de un paradigma mixto, lo que significa que se acogerán aspectos de un
enfoque cuantitativo con otros del enfoque cualitativo. Ésto se ha pensado así ya que se pretende
realizar una investigación de carácter descriptivo buscando especificar propiedades, características,
objetivos de la EpD pero también creencias, conocimientos, opiniones y actitudes ante la misma. El
enfoque mixto nos ofrece poder acoger elementos de las estrategias cualitativas como la observación
y discusión de grupo; y cuantitativas como la medición numérica de variables como grado de
satisfacción y conocimiento del participante, utilizando cuestionarios como técnica de recolección de
datos.
Se presentará un pequeño estudio cuya muestra esté compuesta por expertos, profesionales y
docentes que nos permitirá contrastar la realidad de la EpD con el marco teórico analizado
previamente. Esto nos servirá para recoger conocimientos y reflexiones de distintos expertos al
mismo tiempo que conocer las vivencias y preocupaciones de los profesores, los que finalmente
ponen en práctica las teorías.
En definitiva, el cuestionario se enviará a: a) Expertos teóricos; b) Profesionales de ONGDs; c)
Docentes. Además, y de manera paralela, se intentará hacer un estudio a alumnos de primero de
carrera de los Grados de Magisterio Infantil, Magisterio de Primaria y Pedagogía. El interés es triple:
- En primer lugar, interesa saber qué nociones tienen alumnos de primero de carrera, que
acaban de terminar su etapa escolar, sobre EpD. ¿Poseen conocimientos, actitudes y
creencias propias del ciudadano modelo que busca la EpD?
- Es interesante intentar conocer qué saben los alumnos. Ellos son, en última instancia, los
protagonistas de todo proceso educativo y del de la EpD más si cabe, luego debemos
conocer en qué punto se encuentran.
- Por último, se escoge aplicar el cuestionario a alumnos de grados de educación ya que
ellos serán los próximos educadores, investigadores y expertos, luego resulta crucial
trabajar con ellos EpD desde la universidad si pretendemos que más tarde ellos lo hagan
en las escuelas y para ello hay que conocer el punto de partida.
Finalmente, con todos los datos e información recogida, se expondrán una serie de conclusiones
que pueden orientar la puesta en marcha de programas de EpD en el sistema educativo.
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577
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: pedagogía social, representaciones sociales, asociación civil, mujeres en red
ciudadana.
1. La Pedagogía Social
1.1. El interés pedagógico
Cuando pensamos en los conceptos claves que articulan los ejes de estudio y de interés para la
pedagogía, se presentan con mayor relieve términos como enseñanza, aprendizaje, educación,
docencia, educandos, didáctica, escuelas, formación, entre otros. Efectivamente, cuando revisamos
materiales como tesis, ensayos, investigaciones, diccionarios, libros de consulta o de reflexión, que
tienen relación con el campo de la pedagogía, en todos, encontramos referencia predominante a
dichos términos.
Sin embargo, el interés pedagógico trasciende más allá de los conceptos predominantes y es
necesario recurrir a sus orígenes para reconsiderar la amplia visión que tiene sobre sus objetos de
estudio y la relación que tiene con otros campos como la filosofía, la ciencia, la política. De este
modo, es posible argumentar el interés pedagógico por ciertos objetos de estudio que aparentemente
no tendrían relevancia para la Pedagogía, pero al reflexionar sobre el quehacer pedagógico basado
en las ideas de formación del hombre y los valores de convivencia que deben permanecer,
encontramos, otros caminos, espacios y vínculos importantes para la Pedagogía.
Empecemos por revisar algunas cuestiones filosóficas que nutrieron el sentido originario de la
pedagogía, de visión amplia, y que podemos observar en culturas milenarias, incluso anteriores a la
Grecia antigua, teniendo como lugar común la inquietud por el ser. La pregunta por el ser inaugura el
camino de la filosofía en dos direcciones, la primera, trata de responder a las cuestiones de orden
cosmológico, en los aspectos que atañen al origen y sustancias primicias del universo, que hace
formular interrogantes acerca de la composición del ser y la naturaleza, y crea un orden
epistemológico que coloca en tela de juicio las verdades de las voces arcaicas de Sumeria y Caldea,
Babilonia, Siria, India, Egipto y Fenicia, consolidadas en los mitos y en sus sistemas religiosos. Eran
“las culturas orientales que no podían dar a los griegos aquello que ellas mismas no poseían, es
decir, el espíritu científico y el procedimiento lógico de la investigación.” (Mondolfo, 1969, p.12). De
los griegos nació la filosofía en el seno de la admiración, es decir, la conciencia del no comprender y
problematizar: admiración se equipara a la maravilla, que “ha sido siempre, antes como ahora, la
causa por la cual los hombres comenzaron a filosofar” (Mondolfo, 1969, p.15), Platón dice en el
diálogo del Teeteto, que Iris (la filosofía) es hija de Thaumante (la maravilla) (Mondolfo, 1969). En este
sentido, para el mundo contemporáneo, la maravilla da curso a la reflexión y la investigación.
Los filósofos presocráticos: Tales, Anaximandro, Heráclito y Parménides fundan el problema
cosmológico de la filosofía que pregunta acerca de la naturaleza, representa las exigencias de la
razón frente a los datos de la experiencia sensible. Es la primera posición de la filosofía ante el
conocimiento, (Mondolfo, 1969) que se materializa con la palabra Physis, cuyo significado rebasa la
referencia a la “naturaleza”, se trata del orden universal que solo puede aprehenderse con la razón y
el lenguaje, a diferencia de la sophia egipcia, el saber oculto al cual se accede solamente por la
iluminación. La pasión de los filósofos por la investigación de la naturaleza, por los elementos que la
constituyen como el agua, el aire y el fuego, las fuerzas que los dinamizan y provocan su fusión y
separación para generar la vida, se representa en un ambiente intelectual que perdía paulatinamente
la vocación religiosa de los egipcios. Los presocráticos viajaron a los países donde se cultivaban las
artes ocultas del ser y los dioses, como Memphis en Egipto y las tierras iraníes, no obstante, sus
intereses se inclinaron por las evidencias del mundo. Ninguna fuente nos indica que Tales de Mileto
dominase la escritura jeroglífica, ni que fuese admitido dentro de los templos, podemos inferir de ello,
que la sophía egipcia que Tales asimiló fue una “mathesis”, un conocimiento práctico, empírico
concreto, y por tanto, exotérico, y que en ningún momento se adentró en la vía de la iniciación egipcia
y del conocimiento del simbolismo de su escritura. (Piulats, 200, p. 261)
578
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
579
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
La filosofía, en el momento en que pregunta por los modos de educar al hombre, funda el campo
de la pedagogía. La pedagogía transita en las coordenadas de la estética y la ciencia, está
comprometida con el espíritu y la razón de las épocas, quiere indagar acerca de los procesos de
conocimiento, de aprendizaje, de autoconciencia de los hombres y mujeres en grupo, interroga por
las formas del lazo social que une a los individuos por medio de prácticas políticas y por sus luchas
sociales que transforman la conciencia colectiva.
La pedagogía se propone responder a las propias interrogantes del hombre acerca de su
educación en el proceso histórico que se anuda al espacio político. El regalo de Sócrates: “Conócete
a ti mismo” traza dos vías en la epistemología de la cultura: la estética y la ciencia, regalo también
para la pedagogía. De la estética a la pedagogía se debe transitar por un solo camino: la formación.
Dice Gadamer (1988), “que la formación pasa a ser algo muy estrechamente vinculado al concepto
de la cultura, y designa en primer lugar el modo específicamente humano de dar forma a las
disposiciones y capacidades naturales del hombre” (Gadamer, 1988, p.39) La formación debe ser una
tarea del educador, antes que informar acerca de la realidad, conviene formar al discípulo en un ser
espiritual general. Este ascenso a la generalidad no está simplemente reducido a la formación teórica,
y tampoco designa un comportamiento meramente teórico en oposición a un comportamiento
práctico, sino que acoge la determinación esencial de la racionalidad humana en su totalidad. La
esencia general de la formación humana es convertirse en un ser espiritual general. (Gadamer, 1988).
La formación es equiparable al trabajo estético, tiene que ver con lo sublime del espíritu, con el
gusto por el arte y el refinamiento de la conciencia para insertarse en la sociedad. Es una forma de
saber tolerar al otro que se muestra diferente a mí mismo. La formación es una acción política desde
el momento en que el individuo trasciende sobre la generalidad, dejando atrás su particularidad, es
decir, compartiendo los propósitos de la sociedad al ser capaz de insertarse en los grupos. El hombre
formado muestra su refinamiento espiritual ante los demás, y deja de lado su mundo primitivo, su
comportamiento básico para introducirse en el orden de la cultura. El hombre inculto carece de
facultades para incluirse en el espacio político, es un ser ajeno a todo proyecto pedagógico, al intento
de transformación social.
Las diversas maneras de comprender la pedagogía, su teoría y práctica, así como sus intereses
relacionados con sus objetos de estudio, permiten contemplar distintas visiones, por ejemplo,
mediante la explicación etimológica de la voz griega paideia, derivada de pais (niño) y agogía
(conducir, llevar,). Aquí subyace un sentido que nos lleva a considerar la preocupación por el alma
infantil y la idea de su formación. (Saavedra, 2001) Este interés es cercano a los propósitos
pedagógicos de la antigua Grecia que se plasman en la modernidad, en cuanto su atención a la
instrucción, el hacer educativo y el pensar como consecuencia del movimiento de ilustración. (Marz,
2001).
Otra vista, refleja como el quehacer pedagógico aparece bifurcado en dos líneas: “una de
naturaleza filosófica, sujeta a los fines que la ética y la política propone para el hombre, y la otra de
naturaleza empírica, que consiste en la aplicación práctica de ciertas medidas o medios para que en
sus primeros años de vida el niño pueda obtener los aprendizajes más básicos”. (Bórquez, 2006,
p.84)
Bajo este sentido, la pedagogía traza dos líneas de acción: la formación del individuo en valores
morales y ciudadanos, y en su carácter práctico, atendiendo a las formas de conducirlo. Este plano
encierra algunos puntos a considerar sobre los contextos, donde trascienden las dos líneas de acción
de la pedagogía:
1. Los tipos de organización y/o convivencia donde se desempeñan los individuos que a la
pedagogía le interesa formar y conducir.
2 .Las idea sobre el tipo de hombre que a la pedagogía le interesa desarrollar en la formación y
conducción de los individuos.
De este modo, la formación del individuo y el modo de conducirlo dentro del Estado, es también
un interés pedagógico, en el marco de una pedagogía política ocupada en las relaciones educativas
del Estado y los individuos que habitan su demarcación y comparten sus problemas y soluciones
(ciudad Estado), así como de quiénes reflejan pertenencia, identidad en un territorio soberano
(Estado nación), en ambos casos, los individuos y/o ciudadanos y el Estado, vinculados por la
educación. Para Luzuriaga la pedagogía política es “el estudio de las relaciones de la educación con
la vida pública en general y con el Estado en particular” (Luzuriaga, 1961, p. 104). Se trata de una
forma de abordar las relaciones educativas del individuo con el Estado, a partir de una visión teórica
580
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2. Estrategia Metodológica
2.1. Aparato teórico-metodológico de las Representaciones Sociales
El abordaje metodológico se sustenta en el aparato teórico-metodológico de las
Representaciones Sociales que propone Moscovici, S (1979) en su obra: “El Psicoanálisis, su púbico
y su imagen”, para acercarnos y reconsiderar el conocimiento de sentido común que le permite al
individuo accionar y vincularse en su contexto de realidad social. Las dimensiones que conforman las
representaciones sociales, según Moscovici, S (1979), son información, actitud y campo de
representación o imagen. Los procesos que se articulan son objetivación y anclaje. Dimensiones y
procesos con sus posibles combinaciones y omisiones, nos interesa descubrir en lo que expresan las
ciudadanas sobre la asociación civil Mujeres en Red, donde interactúan en busca de objetivos
comunes. Las representaciones sociales, en este trabajo de investigación, equivale a conocer las
dimensiones y procesos referidos, para ello se diseñan y están en proceso de aplicación dos
581
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
instrumentos que tienen relación con dos técnicas. En primera instancia el Grupo de Enfoque o
Discusión para obtener información clave y de cierta profundidad en el contexto de estudio, que
posibilite posteriormente un cuestionario. Al obtener las representaciones sociales, como culminación
de la interpretación del cuestionario y la comprensión de la dimensión y los procesos señalados, de
las ciudadanas sobre la asociación civil Mujeres en Red Ciudadana, será factible el formular y
reformular preguntas para la lectura desde la pedagogía social y el propósito inicial…
¿Qué es lo que guía a estas mujeres a participar en una asociación civil? ¿Qué conocen o saben
de organización, gestión y participación política? ¿Hay algún partido político impulsando su accionar?
¿Es necesaria la intervención para encaminar los objetivos de su asociación?
¿Es la necesidad y la búsqueda de soluciones la razón por la que han conformado Mujeres en
Red Ciudadana? ¿Es una asociación civil que ejemplifica cómo debe pugnarse por el espacio público
y hacerle frente a las carencias que algunas instituciones no satisfacen?
3. Referencias Bibliográficas
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582
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Diogo, Vera
Escola Superior de Educação – Instituto Politécnico do Porto
veradiogo@ese.ipp.pt
Palabras clave: trabajo social, trabajadores sociales, formación posgraduada, tercer sector.
1. Introducción
Este artículo está basado en un proyecto en desarrollo intitulado “Trabalho Social: Formação
1
Pós-Graduada E Práticas Profissionais No Terceiro Setor ”, que se centra en las trayectorias socio-
profesionales de los trabajadores sociales, encuadrados en organizaciones del tercer sector, y
posgraduados en programas interdisciplinares que identificamos con el ámbito del trabajo social.
Por trabajo social, Chopart (2003, p.17) indica un campo formado por el conjunto de actividades
ejercidas en contexto organizado visando "personas o públicos con dificultades de integración social o
profesional, en una perspectiva de ayuda, de asistencia o de controlo, de mediación o de acciones de
animación o de coordinación”. Sin embargo, la realidad francesa y la realidad portuguesa presentan
distinciones importantes en lo que se refiere a la institucionalización de las actividades encuadradas
en este ámbito en carreras profesionales. En esta comunicación, procuramos dibujar líneas de
reflexión sobre el entendimiento del concepto desde la realidad portuguesa, relembrando el senario
histórico característico del desarrollo de la profesionalización de la asistencia social en Portugal
Particularmente, tenemos intención de discutir los resultados provisorios del proyecto
mencionado: i) relativos al análisis extensivo de la oferta formativa posgraduada de carácter
interdisciplinar, y al enfoque intensivo sobre un programa de master, con base en su currículo y las
representaciones de sus coordinadores y profesores que suceden de análisis categorial a
documentos y entrevistas; ii) resultados del enfoque a los núcleos e organizaciones profesionales de
defesa de derechos e intereses de las profesiones encuadradas en el trabajo social, enfoque basado
en pesquisa por internet y entrevistas a líderes de algunos grupos.
1
Esta comunicação surge de um projeto de doutoramento em desenvolvimento com a designação Trabalho
Social: Formação Pós-Graduada e Práticas Profissionais no Terceiro Setor. Da responsabilidade da autora, este
projeto beneficia da colaboração num outro intitulado Emprendedorismo Social em Portugal: as políticas, as
organizações e as práticas de educação e formação, no qual nos inserimos especificamente na subequipa
voltada para o eixo da Educação/Formação. A docência na Escola Superior de Educação do Porto, à
Licenciatura de Educação Social, tem sido importante contexto de aprendizagem no domínio em foco.
583
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
584
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2
El primer curso de servicio tenía un grado intermedio, designado bacharelato (diplomatura) y se inicia en 1932,
segundo premisas higienistas del movimiento de medicina social.
585
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
586
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Referencias bibliográficas
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Chopart, J. (2003). Os Novos Desafios do Trabalho Social. Dinâmicas de um campo profissional.
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Gonçalves, C. Análise sociológica das profissões: principais eixos de desenvolvimento. Extraído de:
www.letras.up.pt.
Martins, A.. (1999). Génese, Emergência e Institucionalização do Serviço Social Português. Lisboa:
587
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
588
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
La esperanza de vida se ha prolongado en los últimos años, lo que ha provocado un incremento
en el número de personas mayores. Sin duda, el envejecimiento de la población está contribuyendo a
una importante transformación social que, aunque ya comenzó en el siglo pasado, presumiblemente,
continuará durante muchos años más. Este sector de población es importante tanto por su número
como por el tiempo libre del que dispone para el disfrute del ocio.
El envejecimiento es un proceso normal que comienza desde que nacemos, desigual en cada
persona, puesto que incluso se expresa en todos los órganos de forma diferente y con distinta
aceleración. Es relevante destacar que el colectivo de personas mayores posee en la actualidad
mejores condiciones físicas y mentales. No obstante, también se han incrementado sus problemas
sociales, sanitarios y económicos tales como la pérdida de estatus social, marginación, falta de apoyo
familiar, disminución de ayudas sociales…
Hoy en día, la ciencia ha demostrado que se puede aprender a lo largo de la vida y que el
aprendizaje forma parte de la naturaleza humana. Por ello, a la persona se le puede considerar
sujeto y objeto del aprendizaje. Cuando deja de aprender está poniendo seriamente en peligro su
capacidad de vivir. Los avances en el campo neuropsicológico y educativo, ponen de relieve que no
se puede considerar la adultez como una etapa homogénea. Es preciso delimitar y caracterizar
adecuadamente el inicio y proceso de este estadio. En las sociedades modernas, industriales o
postindustriales, parece que la sabiduría de los mayores ya no sirve, en general, para resolver los
problemas técnicos que la vida plantea. Por ello, la experiencia como forma de conocimiento y de
afrontar la solución de problemas está desvalorizada socialmente (Escarbajal de Haro, A. y Martínez.
S, 2012, p.248).
Cambiar la imagen negativa sobre las personas mayores, y considerarlas como miembros
activos y comprometidos con la comunidad, es uno de los grandes retos que la sociedad tiene que
afrontar, puesto que cumplir años no debe considerarse un problema, sino más bien, una
oportunidad. La situación de desequilibrio e inestabilidad social en la que nos encontramos, no se
remediará sólo con recursos económicos, es necesario dar un giro a la acción social, buscando más
eficacia y eficiencia y poniendo siempre en valor el ser personal. Así mismo es preciso, desarrollar
estrategias innovadoras, relacionadas con el trabajo, el empleo y la formación de los profesionales
que trabajan con este colectivo, mediante actividades específicas que guarden relación con el
proceso del envejecimiento. Estos compromisos y retos se deben promover para llevar a cabo la
solidaridad Intergeneracional. La demanda de formación ha movido a las universidades a crear
programas para dar una respuesta social y educativa a sus intereses y necesidades. Los programas
universitarios de mayores en un corto plazo de tiempo han conseguido instaurarse en nuestro país
(Lirio y Morales 2012, pp.157). La presencia de este colectivo en el entorno académico se ha ido
generalizando en todo el Estado hasta formar parte, de manera incuestionable, de la mayoría de los
programas de atención a las personas mayores. Su éxito se sustenta en el envejecimiento activo y el
desarrollo de la mente.
589
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Envejecimiento Activo (2012) ha tenido como objetivo cambiar esta mentalidad, desarrollando una
imagen del mayor como miembro activo y productivo de la comunidad. Conviene tener presente que
“un envejecimiento activo solo puede tener éxito si se basa en la solidaridad y cooperación entre
generaciones”.
El Libro Blanco sobre el Envejecimiento Activo, editado por el IMSERSO (2011), sostiene que los
Programas Universitarios para Personas Mayores desarrollan un proyecto educativo que puede
considerarse como una actividad preventiva ante el envejecimiento dependiente.
Estas iniciativas estimulan la promoción del envejecimiento dinámico y participativo. El trabajo
que realizan pone de relieve la transcendencia que actualmente está adquiriendo el paradigma del
envejecimiento activo y exitoso; destacando dimensiones relacionadas con estimulación de la mente,
con la participación y la interacción entre generaciones, las buenas prácticas, la singularidad del ser
humano en cualquier edad, aportando una visión del mayor como persona saludable y ciudadano
capaz de comprometerse con la transformación y mejora social.
Los participantes pueden elegir las asignaturas libremente dentro del amplio abanico ofertado,
según sus intereses. Pueden, también, proponer otras asignaturas nuevas puesto que la oferta
evoluciona según la demanda.
590
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Marco metodológico
La finalidad de este estudio se centra en subrayar la importancia de la participación activa del
adulto-mayor en su aprendizaje a fin de lograr un envejecimiento activo y satisfactorio.
Se persiguen los siguientes objetivos:
Identificar aquellas experiencias y actividades que inciden de forma más directa en la
participación activa del adulto-mayor.
Determinar los beneficios que producen las diferentes experiencias y actividades que
oferta la UNED Senior.
Analizar el grado de satisfacción de alumnos, profesores y coordinadores implicados
en el Programa.
Plantear propuestas de mejora.
Se ha utilizado una metodología mixta: cuantitativa y cualitativa. En relación con las técnicas y
los instrumentos básicos de recogida de información se ha empleado un cuestionario (preguntas
abiertas y cerradas) y grupos de discusión, administrados a los alumnos, profesores-tutores y
coordinadores del Programa. La fiabilidad del cuestionario calculada mediante el alfa de Cronbach
alcanzó un valor de 0,889 para el cuestionario de alumnos, 0,876 para el de profesores-tutores y
0,892 para coordinadores. Los datos del estudio provienen de una muestra de 57 profesores-tutores,
15 coordinadores y 693 alumnos mayores de 55 años del curso 2012-2013.
4.1 Análisis de la información
Los datos estadísticos fueron analizados mediante el programa SPSS versión 17.0, siguiendo
diferentes fases:
Análisis de tipo descriptivo e inferencial que permiten. Este último mejora el análisis de los
datos brindando una visión más global de los mismos. Para ello se fijó un margen de error
en el 0,05; lo que equivale a un nivel de confianza del 95%. Los análisis realizados han
sido los siguientes: contrastes mediante el ANOVA, la “z” de Fisher y la prueba de Ji
Cuadrado.
Análisis multivariante de segmentación. Mediante esta prueba se creó un modelo de
clasificación basado en árboles (“árbol de decisiones”). Este procedimiento pronostica
valores de una variable (criterio) dependiente basada en valores de variables
independientes (predictores). Proporciona herramientas de validación para análisis de
clasificación exploratorios y confirmatorios.
591
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Este colectiva valora las relaciones interpersonales establecidas a lo largo del curso. Destacan el
buen ambiente y el clima de la clase que propicia la comunicación. Esta relación se ve favorecida por
la dedicación, disponibilidad y atención del profesorado, así como por la participación y colaboración
existente entre alumnos y profesores a lo largo del curso. Las actividades que más les atraen son: las
salidas y excursiones realizadas, así como todas aquellas que propician el encuentro y las relaciones,
la colaboración, el buen trato personal y disponibilidad de los profesores para participar en dichas
actividades.
En general, la UNED Senior les sirve para mantenerse activos, ejercitar la memoria, recordar lo
olvidado, para seguir estudiando, para conocer gente interesante y emprender actividades nuevas.
Califican, en suma, la experiencia como positiva, enriquecedora y satisfactoria puesto que les ha
ayudado a aprender y a mejorar su calidad de vida.
Se ha realizado un análisis de segmentación cuyos resultados se muestran a continuación. El
diagrama del árbol pone en evidencia, al utilizar el método CHAID que:
El mejor predictor para el “grado de satisfacción con la UNED Senior·es “me gusta cómo
funciona la UNED Senior en mi centro”. El segundo es “me gustan las actividades que se
han programado” y el tercero es “la UNED Senior responde a lo que yo esperaba”.
En relación a me gusta “cómo funciona la UNED Senior en mi centro” el peor predictor es
“el profesor nos pide que participemos en clase” que obtiene una valoración de poco o
nada. “Conseguir un diploma” le otorgan una menor importancia.
592
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5.2 Profesores-tutores
Los profesores-tutores implicados en el Programa UNED Senior se muestran altamente
gratificados por la labor que desempeñan. Tienen la oportunidad de trabajar con alumnos adultos
mayores muy motivados y siempre con deseo de seguir aprendiendo. Todos los profesores
manifiestan que se han preocupado por comprobar si el alumno entienda sus explicaciones, lo que
pone en evidencia su gran interés. Así mismo han revelado, en un 91,2%, que programan actividades
con la finalidad de aplicar a la práctica lo aprendido.
Los métodos y técnicas didácticas utilizados son variados y diversos como lo exige la
especificidad del alumnado al que se dirige. Lo que más utilizan en las clases son los debates que se
llevan a cabo en el aula, que alcanza un 73,7%. Los profesores ponen de relieve la flexibilidad en la
enseñanza, la adecuación metodológica a las necesidades de las personas mayores y la oportunidad
que se les ofrece para enriquecerse y adquirir nuevos conocimientos.
Por lo que respecta a la explicación de los diferentes temas al alumnado valoran, por encima del
96%, todas las dimensiones que se relacionan seguidamente de mayor a menor: sintetizar los puntos
clave, el 98,3%; promover la participación e interacción, el 98,2%; destacar los conceptos eje e
interrelacionarlos con otros, el 96,5%. En cuanto a las relaciones interpersonales subrayan la
interacción, relación y comunicación con los mayores, su ilusión, ganas y predisposición para
aprender así como el buen ambiente que se genera. Fomentan las actividades y trabajos de campo:
visitas a museos, patrimonio artístico, excursiones geográficas, asistencia a seminarios, etc. La
satisfacción del profesorado con el programa es muy elevada pues la media alcanza el 8,75, en un
recorrido de 1 a 10; Estos resultados son muy superiores a los obtenidos en otros niveles educativos.
A continuación, se presenta el árbol de decisiones obtenido a través del análisis de
segmentación. Tiene la finalidad de evidenciar las variables más significativas para determinar el
grado de satisfacción de estos docentes. Los datos muestran que:
El mejor predictor para el “grado de satisfacción con la UNED Senior·es “me he
preocupado por comprobar si el alumnado ha seguido mis explicaciones”. El segundo es
“resolver los problemas cotidianos” y el tercer predictor es “solucionar con prontitud los
problemas”.
593
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5.3 Coordinadores
Los coordinadores consideran la UNED Senior como un bien social y cultural, aspecto que viene
a reforzar el hecho de que Programa presta un gran servicio a la sociedad y, en especial, al colectivo
de personas mayores. Al mismo tiempo, favorece las relaciones sociales y las amistades, no solo
entre el colectivo de mayores sino también con estudiantes jóvenes, contribuyendo a las relaciones
intergeneracionales.
Un aspecto altamente valorado por este colectivo es la participación de los mayores en la
comunidad que alcanza un 93,3%. También, el 86,7% considera que esta iniciativa ayuda a los
mayores a reflexionar sobre sus valores y la aportación que realizan a la sociedad.
El Programa formativo despierta gran interés por las temáticas desarrolladas en el marco
universitario, lo que contribuye a un envejecimiento activo. El 80% de los coordinadores valoran
positivamente las materias que se imparten en el Centro Asociado. Igualmente, aprecian el esfuerzo
del profesorado por adaptarse al colectivo al que se dirigen, teniendo en cuenta las peculiaridades del
aprendizaje adulto. Ello favorece el desarrollo integral de los mayores, incidiendo de manera positiva
en la prevención de su salud.
El nivel de satisfacción de los coordinadores con el programa UNED Senior alcanza un valor
medio de 8,35, en un recorrido de 1 a 10, lo que supone que están satisfechos, aunque todavía
quedan elementos que sería necesario mejorar. Conviene reseñar que la media de satisfacción
obtenida por el profesorado y alumnado es superior a la que manifiestan los coordinadores, quizás al
conocer mejor el programa son más críticos con el desarrollo del mismo. Este aspecto es importante
tenerlo en cuenta para seguir mejorando en un futuro próximo.
El mejor predictor para el “grado de satisfacción con la UNED Senior·por parte de los
coordinadores es “los profesores y alumnos está satisfechos con la organización y el
funcionamiento del Centro” tal como refleja el gráfico siguiente
594
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
UNED Senior favorecen el envejecimiento activo y propician el aprendizaje a lo largo de la vida. Las
experiencias de ocio que mayor satisfacción producen a los implicados son las culturales, valoradas
muy positivamente, así como las salidas y excursiones. Todo ello favorece el encuentro no solo entre
los integrantes de una misma aula, sino con un universo más amplio de personas que comparten
estas mismas actividades, favoreciendo las relaciones interpersonales, la comunicación y el diálogo.
El programa de la UNED Senior pretende favorecer la autonomía y el desarrollo integral de los
mayores, lo que repercute incluso en la prevención de la salud puesto que utilizan su tiempo de ocio
para enriquecerse. Se promueven y mejoran también las relaciones intergeneracionales entre
alumnos jóvenes y adultos que, aunque persiguen objetivos distintos, comparten un mismo espacio
común en el cual cada persona que lo integra es valiosa. Los alumnos mayores pueden ayudar a los
jóvenes estudiantes a través de su experiencia. Ello conlleva una disminución del aislamiento social
de los adultos mayores, al tiempo que se pone de manifiesto la interdependencia mutua que existe
para lograr una convivencia de calidad, activa y que favorece el continuo crecimiento de sus
potencialidades.
A continuación, se señalan algunas sugerencias con las que esta investigación puede contribuir
a mejorar la calidad de vida de los implicados, fundamentándonos en los resultados obtenidos y las
necesidades detectadas:
Es preciso contar con más medios tecnológicos (ordenadores, pizarras digitales, tablets…)
en las clases presenciales. Internet abre posibilidades de ocio y entretenimiento para
personas mayores y aquéllas en situación de dependencia, a través de comunidades
virtuales sin necesidad de salir de casa. Esta formación provee a los alumnos de nuevos
conceptos cercanos a la cultura digital.
Vincular, a través de las nuevas tecnologías las zonas rurales a los programas
universitarios de mayores, aprovechando las posibilidades de Internet para múltiples
beneficios: evitando el aislamiento, generando nuevas redes sociales, posibilitando
nuevos aprendizajes y fomentando el ocio activo y creativo.
Potenciar el trabajo en grupo y, de este modo, favorecer las relaciones interpersonales
entre los implicados en el Programa, promoviendo una metodología activa y participativa.
Todo ello repercute en un aumento del número de contactos entre ellos, disminuyendo el
sentimiento de soledad.
Realizar un mayor número de actividades fuera del aula (excursiones, salidas, viajes…),
aprovechando los recursos culturales del entorno.
Crear redes de contacto para el intercambio de experiencias con otros Centros de la
UNED, con la intención de compartir aquellas actividades que se presumen más valiosas
para los implicados.
Ofertar un mayor número de materias para seguir profundizando en las que más les guste
o interese.
Se viene constatando que la participación emerge cada vez con más fuerza en este sector. El
compromiso y la corresponsabilidad es el camino hacia el empoderamiento colectivo, pasando de
persona usuaria de servicios, a ser protagonista de pleno derecho.
7. Referencias bibliográficas
Escarbajal de Haro, A. y Martinez de Miguel Lopez, S. (2012). Jubilación, Educacion y Calidad de
Vida. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 20, 245-272.
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Pérez Serrano, G (2004). Investigación cualitativa. Retos e interrogantes. Madrid: La Muralla.
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Pérez Serrano, G. y De Juanas Oliva, A. (Coord.) (2013). Calidad de vida en personas adultas y
mayores. Madrid: UNED.
595
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
González-Gijón, Gracia
Universidad de Granada
graciag@ugr.es
Ruiz Garzón, Francisca
Universidad de Granada
fruizg@ugr.es
Schmukler, Beatriz Elba
Instituto Mora. México
bschmukler@mora.edu.mx
Alemany Arrebola, Inmaculada
Universidad de Granada
alemany@ugr.es
Ortiz Gómez, Mª del Mar
Universidad de Granada
mortizg@ugr.es
1. Introducción
La violencia contra las mujeres se considera un problema social de primera magnitud que afecta
a mujeres de diferentes edades, clases sociales, culturas o niveles académicos (Aguilar, Alonso,
Melgar y Molina, 2009; Soriano, 2011), y se analiza desde una perspectiva multicausal que está
influida por factores relativos al maltratador, a la víctima y a los contextos familiar y sociocultural
donde se produce (Hernando 2007). Las normas culturales relacionadas con la violencia, el género y
las relaciones sexuales no sólo se manifiestan en el ámbito individual; también la familia, la
comunidad y el más amplio contexto social, incluidos los medios de comunicación, los refuerzan o
combaten. El conocimiento de estos factores y sus interacciones en distintos niveles, así como en
diferentes contextos y ambientes culturales, ayudará en el diseño de las diferentes estrategias de
prevención (Ruiz-Pérez, Blanco-Prieto y Vives-Cases, 2004).
En este trabajo, partimos de la concepción de prevención de violencia de género relacionada con
la posibilidad que desarrollan mujeres y hombres de construir vínculos en las familias y en las parejas
basados en la corresponsabilidad entre los géneros y los derechos humanos de cada miembro de los
grupos familiares (Schmukler, 2010, Schmukler y Levín, 2012). Las estructuras familiares muestran
una complejidad de relaciones de poder y autoridad que exigen que se superen los paradigmas de
género tradicionales para no reproducir relaciones de abuso y violencia. Es necesario, por tanto, la
búsqueda de nuevos paradigmas de género que tiendan hacia relaciones familiares y vínculos de
pareja democráticos, basados en la equidad de género, la justicia entre los miembros y la
participación de niñas, niños y jóvenes en las decisiones familiares, basadas en nuevas
representaciones de género que acepten dichos presupuestos (Schmukler y Campos, 2009). Las
representaciones de género que desarrollan los individuos en la cultura en la que están inmersos se
componen de un sistema de creencias, mitos e imágenes de la masculinidad, la feminidad y las
relaciones de poder y autoridad entre hombres y mujeres y entre adultos, niñas, niños y jóvenes. Este
sistema proviene del modelo sociocultural hegemónico patriarcal que privilegia la visión masculina y
la verticalidad en las relaciones, el cual es transmitido a partir de las primeras relaciones familiares y
se van co-construyendo con otros grupos sociales con los que interactúan los individuos a lo largo de
la vida (Schmukler, 2010).
En México se desarrollan, bajo la coordinación académica de la Dra. Beatriz Elba Schmukler,
programas basados en la transformación de los modelos socioculturales de género desde el enfoque
de democratización familiar, para la prevención de la violencia contra la mujer. El trabajo que
presentamos, forma parte de un proyecto de investigación e intervención, basado en el enfoque de
democratización familiar y adaptado al contexto de la Ciudad Autónoma de Melilla. Esta ciudad,
debido a su situación geográfica y antecedentes históricos, tiene como uno de sus rasgos más
596
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
597
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
relaciones de familia, que presentan los/as participantes, y cuyo análisis se apoya en la teoría de las
representaciones sociales. El análisis de las representaciones sociales objeto de estudio, se abordará
desde una metodología cualitativa, ya que la complejidad de algunos fenómenos sociales, no puede
ser captada plenamente a través de diseños experimentales (Stake, 1974; Pérez, 1983, Angulo,
1989). Concretamente, hemos empleado una metodología cualitativa interactiva (McMillan y
Schumacher 2005), que consiste en la selección de escenarios naturales y la recogida de datos a
partir de las interacciones entre el investigador y las personas objeto de estudio. Para comprender
los fenómenos sociales planteados en nuestros objetivos de investigación, hemos empleado los
grupos de discusión, ya que a través de esta técnica de recogida de datos, podemos reflejar la
perspectiva de los agentes implicados, lo que nos permitirá abordar el objeto de estudio con mayor
profundidad (Krueger 1991).
Los datos obtenidos a partir de los grupos de discusión, han sido categorizados con el programa
de análisis de datos cualitativos AQUAD 6, a partir de la selección de los fragmentos de texto según
los parámetros temáticos definidos en el protocolo de investigación. Las categorías de análisis
identificadas han sido:
Estereotipos de género
Factores determinantes en las diferencias entre mujeres y hombres
Normas de convivencia en las familias
Reparto de tareas domésticas
Toma de decisiones
5. Resultados de la Investigación
Estereotipos de género
En las respuestas de los/as participantes se repiten los estereotipos de género tradicionales.
Entre los adjetivos que identifican al género masculino encontramos: poca empatía, fuertes, simples,
machistas, atrevidos, valientes, deportistas. Al identificar los estereotipos de género femenino
encontramos: luchadoras, cariñosas, buenas, sensibles, complicadas. Aunque las respuestas
confirman que aún existen muchos estereotipos de género en la sociedad y en la familia, nuestra
muestra cree que actualmente van desapareciendo. Concluyen afirmando que la figura de la mujer y
la del hombre, hoy en día es más igualitaria que en la época de sus padres y abuelos.
Factores determinantes en las diferencias entre mujeres y hombres
Nuestros/as participantes opinan que es la sociedad la que ejerce más influencia en la
perpetuación de los estereotipos de género. Es ésta, quien influye en las normas de vestir y en los
comportamientos femeninos y masculinos. En función de unas prendas eres una chica o un chico, y
en función de unos gestos, eres de un género u otro, y ante esto es difícil luchar. La religión ejerce
otro tipo de presión relacionada con las normas de vestimenta, como por ejemplo, el no llevar cosas
muy ajustadas o cortas, y la relación con el otro/a.
Normas de convivencia en las familias
Sobre las normas en casa nuestros/as participantes dejan claro que en la mayoría de las
ocasiones no suelen ser explícitas. Cuando las normas son explícitas, es la madre las que las
impone, y también los castigos, en algunos casos por ser la figura que está en casa y en otros, por
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Conclusiones
En las representaciones sociales de género de nuestros/as participantes permanecen vigentes
los estereotipos tradicionales, donde los hombres son definidos como fuertes, simples, machistas,
atrevidos, valientes, deportistas, y las mujeres como, luchadoras, cariñosas, buenas, sensibles,
complicadas, siendo, en su opinión, la sociedad y la religión, las encargadas de perpetuar estas
diferencias. En las familias, la madre sigue siendo la figura que permanece más tiempo en casa y, por
tanto, son ellas las encargadas de imponer las normas y reglas de convivencia. Por otro lado, las
hijas, son vistas por los padres y madres como más indefensas y vulnerables recayendo sobre ellas
normas más estrictas. Aunque progresivamente se tiende a un reparto más igualitario de las tareas de
hogar, las madres y las hijas siguen desempeñando las tareas de limpieza y cuidado de los otros/as.
También en la toma de decisiones encontramos una mayor implicación de toda la familia incluso
incorporando a los/as hijos/as en éstas.
Para terminar, queremos recoger las palabras de Illouz que justifican la finalidad de este trabajo,
la cultura sería un conjunto de significados compartidos, pero no solo eso, sino también un medio
para conservar y reproducir las estructuras de poder, exclusión y desigualdad (2009: 24), que son la
base de la violencia de género. Nuestro propósito es incidir en la prevención a través del análisis de
las representaciones sociales de género y autoridad que mantienen y perpetúan esas desigualdades.
7. Referencias bibliográficas
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trabajo, S2001/03, Centro de estudios andaluces. Extraído de:
http://public.centrodeestudiosandaluces.es/pdfs/S200103.pdf.
599
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Proyecto I+D ECPEME (Evaluación Cualitativa de programas Educativos en Museos de España) Investigación
multidisciplinar e interuniversitaria, que vincula profesionales de diferentes áreas y de diversas Universidades
españolas (Oviedo, Autónoma de Madrid, País Vasco, Huelva y Zaragoza) que pretende establecer un modelo
de buenas prácticas en los museos. Su I.P es Roser Calaf y Código MICINN-11-EDU2011-27835.
602
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
La evaluación del educador se va a centrar en tres ámbitos claros: lo que el educador es, lo que
hace y lo que consigue (Escudero, 2006). El primero hace referencia a lo que sabe, su competencia;
el segunda ámbito es el profesional, y por último su productividad, en qué medida contribuye al
aprendizaje del visitante. De Miguel identifica dos criterios sobre eficacia educativa la calidad del
curriculum y por la calidad de la enseñanza, en su estudio de 1995. Entendiendo la primera desde
una visión más pedagógica, estructural y organizativa del programa, y la segunda desde un plano
más de implementación, y del desempeño didáctico del proceso de aprendizaje.
Es necesario señalar que este tipo de evaluación será significativa y trascendente en la medida
que tenga una concreción óptima en el tejido de mejora institucional. Para ello la evaluación debe
adquirir un cariz diferente, debe olvidarse de un mero propósito de rendición de cuentas y de
enjuiciamiento hacia los agentes educativos, para pasar a ser considerada como un mecanismo de
mejora, de la eficacia y calidad educativa (Escudero, 2006; De Miguel, 1995).
2.1 Objetivos
La finalidad de esta evaluación es informar acerca del desarrollo e implementación de las
actividades educativas del museo, y por lo tanto, su meta es mejorar los criterios de intervención y
decisiones al respecto.
Para ello se han propuesto, como objetivos específicos, los siguientes:
Analizar la eficacia de las intervenciones llevadas a cabo por los educadores patrimoniales.
Analizar la formación y satisfacción de los educadores respecto a su actividad profesional y
en su relación laboral con la entidad.
Conocer el grado de satisfacción del público visitante, y del profesorado acompañante en
las visitas que realizan los escolares en período lectivo.
2.2 Diseño y metodología.
Consideramos como una propuesta de evaluación factible y que se ajusta a estos propósitos el
modelo de Evaluación Iluminativa de Parlett y Hamilton (1977). El principal aspecto por el que nos
sentimos identificados con el modelo iluminativo es porque tiene como finalidad la descripción e
interpretación de la actuación educativa, más que la valoración y la predicción. Su propuesta
evaluativa se basa en la comprensión de dos aspectos: el sistema de enseñanza y el medio de
2
aprendizaje . Este tipo de evaluación consiste en una estrategia de investigación general y curricular.
Donde el evaluador se debe familiarizar con la realidad cotidiana objeto de estudio, poniendo el
énfasis en la observación del contexto de aprendizaje, como de las entrevistas procedentes de los
educadores, escolares y/o participantes.
Se distinguen tres etapas en este modelo evaluativo (Stufflebeam y Shinkfield, 1995): la fase de
observación, en la cual se investigan todas las variables que afectan al resultado del programa. La
fase de investigación, en la que se seleccionan los aspectos más importantes del programa en su
contexto y, la fase de explicación donde se exponen los principios generales subyacentes a la
organización y operación del programa. El principal método de recogida de información del modelo
iluminativo es la observación. Metodología que se ha venido empleando en investigación educativa
para evaluar, entre otros aspectos, la eficacia de la enseñanza, la ejecución del profesorado, la
calidad y eficacia con que se implementa un programa. En el caso que nos ocupa, el análisis
observacional de la acción educativa en el museo se han efectuado mediante una serie de registros,
que son: observaciones de campo de los talleres, visitas guiadas o itinerarios; escala de actitud - tipo
Likert- y entrevista administrada a los educadores. Considerando que la metodología iluminativa da
énfasis a la descripción cualitativa del fenómeno y menos a la descripción cuantitativa (Stufflebeam y
Shinkfield, 1995; 313), hemos utilizado una metodología básicamente cualitativa, aunque en
ocasiones admitamos utilizar instrumentos de carácter cuantitativo, que nos permiten obtener una
comprensión de la acción educativa en su globalidad y ratificarla con los datos obtenidos
cualitativamente mediante la triangulación.
2.3 Participantes
En su mayoría las actividades evaluadas tienen como principales destinatarios a escolares de
2
El sistema de enseñanza se refiere a las bases pedagógicas: objetivos, normas, planes, y sus posibles
modificaciones. El medio de aprendizaje, es el contexto material, psicológico y social dentro del cual trabajan
conjuntamente educadores y visitantes. Deben evaluarse ambos en función de las condiciones concretas de la
actuación socioeducativa.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
educación infantil y primaria; un total de 25 grupos con una media de 23 niños/as por grupo. Cabe
señalar que la muestra de educadores se compone de cinco profesionales evaluados el primer año,
dos educadores evaluados el segundo. Debido a esta reducción de plantilla se han evaluado los
mismos talleres en ambos estudios para analizar si existen diferencias significativas.
2.4 Instrumentos y procedimientos
Como hemos mencionado anteriormente el modelo de evaluación iluminativa postula un proceso
de estudio delimitado por tres etapas bien caracterizadas (Stufflebeam y Shinkfield, 1995) que han
guiado nuestro estudio y la administración de los distintos protocolos:
- La fase de observación, momento en el cual que se efectúan las observaciones de campo de
los talleres y visitas guiadas, que nos permiten obtener una panorámica general de las actuaciones
educativas. Este tipo de registros nos permiten obtener «consideraciones directas de la acción social
diaria y de su contexto» (McMillan y Schumacher, 2005, 470). Se han efectuado dos observaciones
de campo por cada monitor, siguiendo las indicaciones de los autores mencionados.
- La fase de investigación, en la que se seleccionan los aspectos más importantes del programa
en su contexto. Se han administrado las escalas de actitud tipo Likert de elaboración propia gracias
al análisis documental de diversas disciplinas como: Museografía, Museología, Evaluación e
Investigación Educativa o la Didáctica del Patrimonio (Ver anexo I). Este tipo de instrumentos nos
ofrecen un análisis más exhaustivo de la actividad educativa: recogiendo información del monitor, de
los participantes, las tareas, el espacio, los recursos, ect. Contamos con la ayuda inestimable de
3
colaboradores para poder efectuar 2 observaciones de cada monitor para evitar posibles sesgos y
obtener mayor rigor en la recogida e inferencia de datos. Una vez finalizado la actividad del monitor,
es buena ocasión para realizar las entrevistas semiestructuradas para conocer el perfil laboral y
expectativas profesionales de los educadores. Son entrevistas semiestructuradas, aunque se dispone
se de un guión con algunas preguntas tipo, éste tiene la flexibilidad suficiente como para incorporar
aquellas que surgieran del diálogo con los educadores (Casanova, 1995).
- Y por último, la fase de explicación momento de efectuar los análisis correspondientes. En
primer lugar un análisis de contenido de los datos obtenidos en las observaciones de campo, y un
análisis de cómputo de frecuencias y porcentajes de las escalas de actitud, así como procesos de
triangulación de los datos obtenidos en ambos análisis que ratifiquen la consistencia de nuestras
conclusiones. Y un último análisis para obtener un estudio comparativo de las dos plantillas de
educadores del museo evaluados en el año 2011 y 2012.
3. Resultados y conclusiones
Al iniciar el estudio partíamos de la hipótesis de considerar que la eficacia de las intervenciones
de los educadores patrimoniales del museo se encuentran limitadas por la escasa sistematización en
el diseño del programa educativo y por su falta de formación pedagógica, así como la de los
responsables que lo planifican (Técnicos del Departamento de Educación y Acción Cultural, y
3
El grupo de trabajo consta de tres evaluadores con formación pedagógica contrastada. Mientras que dos de
ellos se han ido intercambiando a lo largo del proceso de observación sistemática, uno ha permanecido como
observador principal en todas y cada uno de las observaciones efectuadas, debido tanto a su experiencia como
formación en el campo educativo.
604
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
educadores). Tras los análisis efectuados nuestra hipótesis de trabajo queda por el momento
parcialmente descartada, porque si bien las experiencias de aprendizaje en los museos son eficaces,
la falta de sistematización en el diseño del programa educativo no es un factor limitante de la calidad
educativa. Sin embargo si lo es la falta de experiencia como educador patrimonial, y no tanto por la
formación pedagógica de los educadores. Los educadores evaluados en el año 2011 (de aquí en
adelante grupo A) obtienen mayor índice porcentual que los educadores del año 2012 (grupo B), que
tienen más carencias y son noveles en esta tarea. Se hace evidente la necesidad de un perfil más
integral del educador patrimonial como un especialista en los contenidos del museo y como técnico
de la enseñanza (Fontal, 2003, 2012).
Gracias al vaciado de las observaciones de campo hemos obtenido un primer perfil de educador.
Tal y como nos muestra el siguiente cuadro apreciamos que las actuaciones educativas del conjunto
de los monitores responden a la meta básica de la educación no formal: se potencia el acceso y
participación democrática en las actividades, junto con el carácter de interacción humana e
intencional de las mismas.
Cuadro nº 2. Perfil del educador producto del análisis de contenido
Realizando una comparativa más detallada de ambos grupos de educadores, facilitada por el
análisis de las escalas de actitud; el grupo de educadores que alcanza mejores resultados en las seis
dimensiones analizadas es el grupo A. Obtiene un 79,6 de porcentaje positivo, mientras que en el
grupo B la media en los criterios evaluados es del 73,3%. Su puntuación es inferior excepto en el
criterio de participantes, demostrando un mayor índice de participación, interacción y compromiso con
los visitantes en las actividades planteadas. En la siguiente tabla se observa más detalladamente los
resultados alcanzados por ambos grupos de monitores. Comprobamos que las puntuaciones de los
antiguos monitores son ligeramente superiores, excepto en el criterio de acción educativa y espacio.
Cuadro nº 3. Puntuaciones medias obtenidas por la muestra de educadores.
EDUCADORES
EDUCADORES 2011
2012
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Las puntuaciones en ambos grupos son buenas, responden positivamente a los criterios de
calidad curricular y calidad de la enseñanza (De Miguel, 1995). Sin embargo, sus intervenciones no
están exentas de limitaciones, por ejemplo respecto al espacio donde se desarrollan las actividades.
Son edificios palaciegos del siglo S.XV y del XX que estaban diseñados para ser habitados y por ello
no disponen de la accesibilidad adecuada (hay barreras arquitectónicas), y no hay un espacio
específico de taller educativo, sino que convierten una de las salas en el lugar de trabajo de los
escolares. En general estos límites son entendidos y se desprende una valoración óptima y
sostenida.
Otro de los factores limitantes que hemos observado en su intervención, es el aspecto evaluativo
de las sesiones, que por ahora es casi inexistente en la práctica diaria de los educadores. Deberían
de ser más conscientes de la importancia que tienen las estrategias evaluativas para potenciar y
mejorar su intervención. Pero en general, hemos visto que la mayoría de intervenciones responden
de manera general a la teoría constructivista del proceso de enseñanza-aprendizaje, dejando al
escolar-visitante: preguntar, manipular y construir por sí mismo su conocimiento, con la guía del
monitor. Procurar un continuo feedback y una interacción adecuada entre ellos, aspectos éstos
importantes de la eficacia educativa, y que nuestros educadores aprueban “con nota”.
Igual de importante es el factor de perfeccionamiento de su actividad: formación permanente,
experiencia, etc. No debemos olvidar que la función educativa de los museos, tanto en Europa como
en EE.UU, se ha configurado gracias a la profesionalización de su personal, así como por la gestión
de la institución, la conservación y la exposición de la colección realizadas. (Huerta y De la Calle,
2005). En este sentido podemos adelantar la escasa formación pedagógica de los educadores, donde
predominan los/as Licenciados/as en Historia del Arte y cuentan con una experiencia profesional
media de 5 años.
En cuanto a su satisfacción laboral, destaca su vocación y el buen clima de trabajo, aspectos
éstos que se ven ennegrecidos por una baja remuneración y la inestabilidad laboral debida al carácter
temporal de su cargo (educadores y guías de sala). Estos factores unidos al escaso conocimiento de
estrategias didácticas, puede ser un perjuicio donde se vea afectada la eficacia del servicio cultural y
educativo del museo. Todo lo contrario a lo que se ha venido observando en los educadores
patrimoniales que logran superar esta situación y enfatizar los aspectos positivos de su trabajo para
seguir adelante y mejorar día a día tanto personal como profesionalmente.
Este panorama responde a la falta de reconocimiento que tiene la función pedagógica por parte
de los gestores culturales dentro del museo. Es necesario reivindicar la labor que desempeñan
diariamente los educadores del museo, y más aún en estudios de este ámbito. Su eco responde a
una escasa tradición en nuestro país, que se podría subsanar con una definición profesional
(educador patrimonial), junto con una mayor valoración técnica y social. (Calaf, 2003, 2009; Fontal,
2003, 2012; Hein, 1998; Hooper-Greenhill, 1998; Santacana, 2010;). Nos encontramos en la
actualidad en otra etapa del proceso de evaluación y es verificar la satisfacción del público general y
de la comunidad educativa en particular. Pero podemos deducir, la satisfacción de la escuela,
principalmente por la afluencia diaria de visitas escolares al museo. La fidelidad de los centros
educativos a los museos de Gijón es una realidad tangible. Sin embargo queda pendiente analizar los
distintos estudios de público que se han llevado a cabo en los museos y conocer los datos de
satisfacción recogidos. Para finalmente establecer la estrategia de análisis on-line de los comentarios
de sus visitantes, y elaborar el cuestionario de satisfacción del profesorado acompañante a las visitas,
último objetivos de nuestra propuesta evaluativa.
4. Retos y aportaciones
La última etapa en cualquier estudio evaluativo es el apartado de propuestas. Una vez
observadas ciertas debilidades en el servicio educativo del museo, se ofrece un posible remedio para
lograr la dinamización patrimonial del museo. El fin último es conseguir que el servicio educativo
despliegue toda su virtud y eficacia. Para ello se propone:
Ampliar la formación pedagógica y didáctica de los educadores y técnicos del DEAC
(Departamento de Educación y Acción Cultural) para que puedan cumplir su misión de la manera
más eficaz posible. La actualización y perfeccionamiento en el puesto de trabajo deben ser
premisas indiscutibles cuando hablamos en términos de metodología didáctica.
Planificar y desarrollar procedimientos de evaluación de las sesiones. Proponemos un decálogo
de actividades de evaluación propias de la Animación Sociocultural de carácter dinámico y lúdico
que pueden servir para evaluar: la sesión, la satisfacción de profesores y la de los escolares
606
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
participantes. Estos datos permiten al monitor reflexionar sobre su propio desempeño y mejorar
su intervención. Con el objetivo de construir en un futuro una cultura evaluativa donde la práctica
cotidiana se vea incrementada gracias a la evaluación que realizan todos los agentes de la
comunidad museística y que afecta por tanto a la institución en su conjunto.
Ampliar la oferta cultural con actividades on-line similares a las desarrolladas por museos como:
Museo Thyssen-Boremisza, Museud´Art Modern de Tarragona. Y actividades intergeneracionales
y/o familiares donde los niños, sus padres y mayores compartan una experiencia rica a nivel
afectivo, creativo y educativo.
5. Referencias Bibliográficas
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Extraído de:
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607
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: menores infractores, proceso de reforma juvenil, medida de internamiento en centro,
talleres.
1. Introducción
El trabajo que se presenta a continuación se destila de la investigación-tesis titulada: La historia
de vida de Shila. Análisis educativo de un proceso de ‘reforma’ juvenil. El propósito esencial de dicha
investigación es analizar los elementos sociopedagógicas que se pusieron en marcha con motivo del
proceso de ‘reforma’ juvenil vivenciado por Shila Delargo, un joven marroquí que emigró de manera
ilegal a España, donde fue detenido siendo menor de edad por cometer un delito contra la salud
pública. Como consecuencia de dicha infracción se le impuso el cumplimiento de un proceso de
‘reforma’ juvenil de dos años que se dividió en dos medidas: la primera, internamiento en centro de
régimen semiabierto, y la segunda, libertad vigilada. En la actualidad, reside de manera permanente
en el mencionado país, tiene una situación completamente regularizada y lleva aproximadamente
una década trabajando como educador de menores en el ámbito de protección.
En esta comunicación se pretende vislumbrar las potencialidades que tuvieron los talleres que se
llevaron a cabo durante el internamiento en centro. Con motivo de dichos talleres se pusieron en
juego una serie de elementos muy interesantes desde un punto de vista pedagógico, elementos que
complementaron y mejoraron dicha medida sustancialmente.
1
La parte de vivero también se conocía como huerto.
609
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“«¿Hay que coger apuntes?¿hay que estudiar?», eso era lo primero que te decían. A la semana
ya los tenía enganchados, pero vamos ahí ya no teníamos problemas, de todas formas llega un
momento que de estar arriba se aburrían, el salir y venir a su taller [(vivero y granja)] o al mío
yo creo que desconectaban…” (Marta, Historia de Vida, p. 220).
Además, parece que en algunos momentos la dinámica de la sección les podía resultar tediosa,
por lo que veían en los talleres una oportunidad para romper con la rutina. Algunos chicos
consideraban saludable asistir a los talleres porque les permitía tomar un respiro con respecto a la
mecánica de la sección.
“en vivero era un tiempo que estás fuera, que te da el aire, que hablas con Juan Lucas (…),
entonces que viene bien también” (Shila, Historia de Vida,, p. 73).
La actividad que se desarrollaba en los talleres rompía, momentáneamente, con la estructura de
funcionamiento habitual de aquel lugar, lo que era interpretado por los muchachos que a ellos asistían
como una vía de desahogo y escape. Éste era uno de los motivos fundamentales por los que, en
principio, los muchachos se inscribían en dichos talleres.
El taller era una excusa
Los talleres de encuadernación y de vivero y granja (no hay certeza que el de carpintería
también se enfocase de esa manera) eran interpretados como espacios formativos donde, además de
las actividades propias de la profesión de cada taller, se implementaban otro tipo de acciones
pedagógicas. De hecho, parece que se ponía el énfasis en el desarrollo de estas últimas, relegando a
un segundo plano la formación profesional que había de provocar el taller.
“yo tenía el taller de encuadernación. En el taller la encuadernación era una excusa,
descubrimos que dibujando con los niños bajan el nivel de resistencia y sueltan, sueltan lo que
nadie se podía imaginar que soltaban. Entonces eso lo apliqué en el colegio, vamos para mí la
encuadernación era secundario. Cuando el niño está encuadernando y está siguiendo los
pasos, se crea un ambiente de tal forma, bien yo provocándolo o bien entre ellos y yo
encaminándolo, que ellos van soltando. Tú ya de lo que suelta pues vas atando hilos y vas
conectando” (Marta, Historia de Vida, p.220).
La monitora del taller de encuadernación dice que su taller era un pretexto para trabajar
pedagógicamente sobre aquello que consideraba necesario e iba detectando en cada chico. La
actividad profesional que, teóricamente, daba cuerpo al taller se utilizaba para que los muchachos se
concentrasen en ella, relajasen los mecanismos de defensa personales y se abriesen un poco. Era
una estrategia para conocerles mejor (a estos chicos les suele costar abrirse en ese contexto,
téngase en cuenta las circunstancias). Conociéndoles mejor se podía hacer una evaluación más
personalizada de las necesidades que presentaba cada muchacho. Y a partir de ella planificar
acciones que tratasen de dar cobertura del modo más adecuado a las necesidades detectadas. En
palabras de Pantoja y Añaños (2010) se pretendía hacer un traje a la medida de cada muchacho.
Juan Lucas y Marta utilizaban el espacio destinado a su taller para abordar los aspectos que
consideraban necesarios con cada muchacho.
Shila era una persona bastante cerrada, en lo que a su vida privada se refería, de ella sólo
mostraba la superficie. Generalmente, proporcionaba la información justa y necesaria. Era difícil
saber cómo era realmente y tocarle de un modo más profundo. Sin embargo, parece que a través de
los talleres se pudo desactivar un poco aquella coraza y acceder un poco más a su interior.
“tanto ella como yo el trabajo que hicimos con él fue desde los talleres, entonces era un trabajo
muy personalizado con él y era un chaval muy introvertido a la hora de contar cosas de él,
cosas personales. Era un chaval muy, muy hermético, entonces tú cuando intentabas entrar
para ver realmente por donde podías trabajar, inmediatamente te cerraba la puerta” (Juan
Lucas, Historia de Vida, p. 219).
“nosotros fuimos capaces de trabajar con Shila a través del taller, a través del trabajo diario,
poquito a poco, y ahí fue como realmente entramos” (Juan Lucas, Historia de Vida, p. 220).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
monitor/a-aprendiz personalizadas. Los chicos que asistían a aquellos talleres recibían una atención
individualizada que se basada en la confianza, la racionalidad y la ética. Cuando el joven Delargo,
comenzó a dejar de ver a los/a monitores/a como gente extraña y ajena a su vida y empezó a verlos
como personas equilibradas y con criterio en las que podía confiar, se estableció una relación que
2
favorecía el desarrollo de la acción pedagógica .
Que el educando sintiera que los profesionales eran personas de juicio, estaban verdaderamente
involucrados en su caso y trabajaban para ayudarle, daba mayor consistencia al vínculo establecido y
contribuía al desarrollo de la intervención. Por su parte, que se consolidase la relación entre ambos
contribuía a la creación de un ambiente de trabajo favorable dentro de los talleres. Dicho ambiente
era otro de los elementos que beneficiaba la implementación de los procesos de enseñanza-
aprendizaje. A continuación se relacionan una serie de elementos que contribuyeron en el
establecimiento de aquel ambiente:
En los talleres había una atmósfera relajada y cordial que facilitaba que los muchachos actuasen
con naturalidad. Lo que permitía a los profesionales alcanzar a conocerles mejor.
“Jl: es que ellos se sienten muy relajados, cuando estás trabajando con ellos a través de
talleres se sienten relajados y es verdad que sueltan, es otra historia, es que no tiene nada que
ver el trabajo que se hace abajo en los talleres con el que se hace arriba en las secciones,
abajo tienes un contacto directo con el chaval, arriba es imposible, tienes 10, 12 chavales.
Imposible.
M: Y aparte hay un tú a tú.
JL: lo normal es 3, 4 chavales por taller. Atención individualizada vamos” (Juan Lucas y Marta,
Historia de Vida, p. 220).
Como la ratio era menor en los talleres que en las secciones, el con-tacto que se podía
establecer entre sus integrantes era más directo y cercano. De hecho, los/a monitores/a fomentaba/n
la interacción entre los chicos asistentes al taller, intentando que aprendiesen a establecer relaciones
más humanas entre ellos (basadas en la comprensión y el respeto y no en la ley del más fuerte o el
uso de la fuerza).
Otro de los motivos que influía en ese sentido era la naturaleza pedagógica del taller. En los
talleres también se socializaba (como en la sección), pero se intentaba que no fuera el proceso que
predominase durante su transcurso. Se trataba de poner el énfasis en el desarrollo de otros procesos
de aprendizaje: en los instructivos y, sobre todo, en los educativos (Pérez Gómez, 2000). Por otra
parte, en los talleres no se utilizaba el condicionamiento como vía de adquisición de significados
primigenia. Parece que la experimentación y, sobre todo, el proceso dialéctico eran los medios de
aprendizaje que se intentaban utilizar mayoritariamente.
Todos estos elementos, y algunos más, conformaban el ecosistema (Doyle, 1977) que daba
cuerpo a cada taller. Dichos elementos, contribuían para que cada taller fuese un espacio de trabajo
pedagógico personalizado.
2
Ronda Ortín (2012) abunda en la conexión entre relación educativa y ética.
611
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
preceptos que consideraba injustos. Aquella actitud no permitía la relajación de los/as profesionales.
Algunos de ellos/as sentían cierto hastío cuando algún “menor” cuestionaba sus indicaciones. Parece
que estaban acostumbrados a desarrollar su labor desde la jerarquía que otorgaba su estatus, no
desde la dialéctica. ¿Qué tenía de educativa esa manera de proceder?
“Y como profesional [Shila] nos ponía mucho las pilas a todo el mundo, te obligaba, porque es
una persona que no es a lo mejor como la mayoría de los otros chavales que tenemos, que tú
le dices: «Esto, esto», y eso vale porque tú lo has dicho y tú eres una autoridad allí. No, él no,
tienes que ir argumentándoselo detrás con un raciocinio, además que él te argumenta y te
debate y te… Tú no podías decir: «Esto porque yo lo digo», entonces claro, eso a más de uno
también le pesó, de los mismos educadores (…). Pero a nosotros eso no nos importaba,
porque nuestra forma de trabajar siempre ha sido dando un por qué” (Marta, Historia de Vida,
pp. 221-222).
A Marta y Juan Lucas no les importaba que los chicos les pidiesen explicaciones respecto de sus
actos o solicitudes, por el contrario, ellos dicen que siempre argumentaban cada paso que daban y en
la medida de lo posible animaban a los muchachos a que solicitasen explicaciones.
Además, parece que sendos profesionales habían impreso ese carácter dialógico a sus talleres
con el propósito de educar a partir de la confrontación de ideas. En ese sentido, conversaban con los
muchachos tratando de poner en crisis los pensamientos que ellos consideraban oportunos y de
provocar algún aprendizaje al respecto. Esa interacción dialógica se realizaba con talante constructivo
y desde el respeto al otro como persona.
“A mí sí me pesaba con él su soberbia, eso me cargaba a mí, ese pronto que tenía y ese…,
(…). ¿Con quién se comparaba él? Como dice el refrán: ‘En el país de los ciegos, el tuerto es
el rey’. Entonces claro, allí era el rey. Porque es que claro como en todos lados sacaba 10. Yo
no le ponía 10, porque yo decía: «Yo no te voy a poner un 10 porque te compares con fulanito,
yo sé lo que tú tienes que dar de si», claro su afán era ser el mejor” (Marta, Historia de Vida, p.
222).
“su gran debilidad era que pensaba que todo era como él decía” (Juan Lucas, Historia de Vida,
p. 223).
Para Juan Lucas y Marta no era justificable que el joven Delargo tuviese ese tipo de actitudes.
Mucho menos, que las desarrollase al compararse con sus compañeros de centro, porque él poseía
una base pedagógica más desarrollada, lo que hacía injusta e inapropiada la comparación.
Sendos monitores trataron de encauzar aquella situación utilizando, fundamentalmente, el
diálogo, pero también las calificaciones que se habían de asignar en el taller. Ellos lo calificaban en
función de su evolución personal, no comparándolo con el resto de chicos del centro, para que se
diera cuenta que debía tomarse a sí mismo como punto de referencia. Por otra parte, nunca le ponían
la máxima calificación, para que aprendiese a ser más humilde y comprender que siempre hay algo
que mejorar.
612
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
613
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
derribar aquellos obstáculos se sentía reconfortado, se daba cuenta de que tenía mayores
capacidades de las que pensaba, que podía hacer cosas bien y que las limitaciones podían superarse
con formación y trabajo. En definitiva, se trataba de echar abajo aquellos pensamientos que suponían
una rémora en su desarrollo y en su modo de estar en el mundo, para tratar de trasladarles el
mensaje opuesto: que sí se puede, pero que, fundamentalmente, depende de ellos.
6. Conclusiones
En las medidas privativas de libertad parece saludable que se planteen actividades que rompan
con la rutina y permitan a los internos oxigenarse y tomar un respiro. Teniendo en cuenta que los
“menores” suelen cumplir las medidas privativas de libertad en contra de su voluntad y que, en
consecuencia, a veces, agudizan sus mecanismos de defensa, en ocasiones, los/as profesionales
deben estrategias que permitan romper la coraza que muchos de ellos crean, para poder llegar a
conocerles adecuadamente y plantear las acciones sociopedagógicas convenientes.
La relación y el ambiente son dos elementos fundamentales, muy a tener en cuenta, cuando se
quieren poner en marcha procesos pedagógicos personalizados. El establecimiento de una adecuada
relación educador-educando contribuye en la configuración de un ambiente adecuado para la
intervención. Una relación educador-educando adecuada y un ambiente favorable benefician el
desarrollo de la acción pedagógica.
Si se quiere instaurar un modelo de interacción basado en el uso de la palabra, para romper con
sistemas de relación más jerárquicos e impositivos, resulta coherente plantear la dialéctica y el
razonamiento como eje de la filosofía predominante en el espacio formativo.
Antes de empezar a trabajar hay que preparar el terreno. En este caso, antes de implementar la
labor sociopedagógica, es necesario conocer el estado social, anímico, cognitivo, etc. del sujeto con
el que se ha de trabajar. No se puede empezar a construir sin conocer las características de la
superficie, de lo contrario, se corre el riesgo de que la construcción no adquiera consistencia y que la
más mínima perturbación la destruya. Es necesario trabajar pedagógicamente con el sujeto aquellos
aspectos que puedan llevarle a construir una identidad delincuencial.
614
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: menores infractores, proceso de reforma juvenil, libertad vigilada, justa intervención.
1. Introducción
El trabajo que se presenta a continuación se destila de la investigación-tesis titulada: La historia
de vida de Shila. Análisis educativo de un proceso de ‘reforma’ juvenil. El propósito esencial de dicha
investigación es analizar los elementos sociopedagógicos que se pusieron en marcha con motivo del
proceso de ‘reforma’ juvenil vivenciado por Shila Delargo, un joven marroquí que emigró de manera
ilegal a España, donde fue detenido siendo menor de edad por cometer un delito contra la salud
pública (concretamente, de tráfico de estupefacientes). Como consecuencia de dicha infracción se le
impuso el cumplimiento de un proceso de ‘reforma’ juvenil de dos años que se dividió en dos
medidas: la primera, internamiento en centro de régimen semiabierto, y la segunda, libertad vigilada.
En la actualidad, reside de manera permanente en el mencionado país, tiene una situación
completamente regularizada y lleva aproximadamente una década trabajando como educador de
menores en el ámbito de protección.
La comunicación que aquí se presenta se centra en el segundo tramo del proceso de ‘reforma’
juvenil: en la intervención que se llevó a cabo con motivo de la medida de libertad vigilada.
Concretamente, prestando atención a los siguientes aspectos: 1) Por un lado, se intentará vislumbrar
por qué, en las medidas no privativas de libertad, es necesario combinar la acción de los agentes
sociales ordinarios y la acción directa del sistema de ‘reforma’. Al mismo tiempo, cómo se ha de llevar
a cabo esa conjugación para que la intervención socioeducativa sea adecuada. 2) Y por otro, se
tratará de escudriñar la importancia de que la medida dure lo justo.
2. La libertad vigilada
La libertad vigilada forma parte del conjunto de medidas consideradas no privativas de libertad.
1
La LORRPM establece que el propósito esencial de esta medida es que el/la “menor” adquiera las
competencias necesarias para desarrollarse adecuadamente en sociedad. Durante el periodo que
comprende la acción de la justicia el chico o la chica sometido a ella se encontrará bajo la vigilancia y
supervisión de un profesional especializado en la materia, que tratará de desarrollar en él o ella los
aprendizajes oportunos en ese sentido. El/la juez/a también podrá establecer las prescripciones que
al respecto considere convenientes (Cfr. LO 5/2000, p. 1425).
Dice la legislación que se ha de hacer un seguimiento de la actividad de la persona sometida a la
misma y, según el caso, de sus actividades formativas o de las laborales. Y establece que hay que
ayudarle a superar las circunstancias que le llevaron a cometer el quebrantamiento. Por su parte, el/la
“menor” está obligado/a a seguir el programa de intervención específico que se habrá de elaborar
correspondientemente, a encontrarse con el técnico responsable cuantas veces se estime oportuno y
a cumplir las reglas de conducta que el juez considere.
h) Libertad vigilada. En esta medida se ha de hacer un seguimiento de la actividad de la persona sometida
a la misma y de su asistencia a la escuela, al centro de formación profesional o al lugar de trabajo, según
los casos, procurando ayudar a aquélla a superar los factores que determinaron la infracción cometida.
Asimismo, esta medida obliga, en su caso, a seguir las pautas socio-educativas que señale la entidad
pública o el profesional encargado de su seguimiento, de acuerdo con el programa de intervención
elaborado al efecto y aprobado por el Juez de Menores. La persona sometida a la medida también queda
obligada a mantener con dicho profesional las entrevistas establecidas en el programa y a cumplir, en su
caso, las reglas de conducta impuestas por el Juez, que podrán ser alguna o algunas de las siguientes:
(…).
5ª.- Obligación de residir en un lugar determinado” (LO 5/2000, pp. 1426-1427).
Teniendo en cuenta las circunstancias del caso: las características del joven Delargo, la
1
Ley Orgánica 5/2000, Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores (LORRPM). Popularmente
conocida como “Ley del Menor”.
615
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. ¿Por qué es importante implementar las acciones justas?, ¿cómo se han de conjugar la
acción directa del sistema de ‘reforma’ y de los agentes sociales ordinarios en las medidas
no privativas de libertad?
Cuando Shila empezó la libertad vigilada provenía de un centro de internamiento y llegaba con
unas pautas de comportamiento socialmente adecuadas, su vida estaba bastante estructurada,
disponía de un entorno saludable a su alrededor y tenía unos objetivos vitales bastante claros. En
consecuencia, se entendía que la intervención sociopedagógica no requería acciones de
envergadura. En todo caso, había que trabajar para reforzar las fortalezas que éste ya poseía y
consolidarle en esa senda.
“Dada su situación actual, con un alto índice de «normalización» en su situación de
convivencia, así como laboral y escolar. Se propone una mínima intervención orientada a la
potenciación de los recursos personales del joven, así como al apoyo y orientación técnica en la
consecución de sus objetivos y en las demandas del núcleo acogedor” (PIEM de Libertad
Vigilada, Historia de Vida, p. 265).
Aquella libertad vigilada no era exigente con los profesionales responsables de la medida. Por el
contrario, la situación de nuestro protagonista era estable y la intervención estaba muy encarrilada
(gran parte del trabajo venía planteado del centro de internamiento). Por lo que, los objetivos que se
establecieron en el Programa Individualizado de Ejecución de Medida (PIEM) se llevaron a cabo,
fundamentalmente, a través de agentes sociales ordinarios. A continuación vemos algunos de los más
destacados:
a) Los relativos a la convivencia y la socialización a través de la familia de acogida. En el ámbito
familiar la convivencia entre Shila y la familia de acogida era una prioridad. No olvidemos que la
libertad vigilada dependía en gran medida de dicha familia de acogida. Para que el acogimiento se
desarrollara de manera satisfactoria, se ofrecía apoyo profesional a la familia acogedora en cualquier
necesidad que se le plantease. Maribel, la tutora de Shila durante la libertad vigilada, decía que
siempre se llevaba a cabo esa acción con las familias, o personas con las que convivían los
“menores” que habían de cumplir aquella medida.
“cuando un chaval está de libertad vigilada se trabaja a nivel de convivencia con quien esté
para que la convivencia sea lo mejor posible” (Maribel, Historia de Vida, p.270).
b) Los formativos-académicos a partir de los cursos en marcha. Shila estaba cursando estudios
4
para obtener el Graduado Escolar y desarrollando un Programa de Garantía Social (PGS) . Además
2
Shila era un Menor Extranjero No Acompañado (MENA) que fue declarado en situación de desamparo a lo
largo del proceso de ‘reforma’. Durante la medida de internamiento en centro conoció a una familia foránea que
decidió hacerse cargo de él y le acogió oficialmente para, entre otras cosas, que pudiera pasar a libertad vigilada.
3
Arteria es el nombre de la asociación que se encargó de materializar la medida de libertad vigilada.
4
El Graduado Escolar acredita la obtención de los estudios básicos. El Programa de Garantía Social era un
programa de cualificación profesional inicial, que en su caso lo realizó en la rama de pintura.
616
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5
En el sentido en que las plantea Herrera (2010).
617
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
”Con lo cual, a nivel de intervención tú te planteas, bueno, vamos a verlas venir, a ver por
dónde sale (…), a nivel de intervención tampoco había mucho…, a lo mejor otros chavales
tienen más donde…” (Maribel, Historia de Vida, p.267).
Se ponía de manifiesto que, generalmente, aquella profesional estaba acostumbrada a jugar un
papel más activo las intervenciones que le eran asignadas.
“como no era un niño que viniera con un perfil que tú lo vieras ahí..., pues a veces decía:
«¿Para qué estoy viniendo yo aquí? Pues que suspendan cautelarmente la medida si el niño
no comete un delito más en un año y mientras tanto que viva allí y ya está. El niño está bien,
está más protegido que nadie, está todo el mundo dándole consejo, todo el mundo encima y el
niño tiene toda la vida organizada, y ahora qué voy a controlar que todo el mundo esté
organizándole la vida». Un poquito así, hasta que encontré mi sitio” (Maribel, Historia de Vida,
p.272).
La labor de la técnico de medio abierto se fue difuminando conforme fue transcurriendo el
tiempo. En un principio, se dedicó a asegurarse de que Shila cumplía con las obligaciones
establecidas (asistir regularmente a la escuela, acudir a las citas con ella, etc.) y se desenvolvía de
manera adecuada en su nuevo entorno (fundamentalmente, en la convivencia con la familia de
acogida). Y una vez se cercioró de que esos aspectos estaban encarrilados y la situación fluía por sí
misma, su presencia en la vida de nuestro protagonista empezó a diluirse progresivamente.
Tanto fue así, que en un momento determinado, no encontraba sentido a su intervención, entendía
que el joven empezaba una vida que estaba totalmente encauzada (en sus distintas facetas) y que
poseía un entorno sólido que velaba por que su asentamiento en España se realizase de la manera
más adecuada. Y, por consiguiente, que no era necesario proseguir con la libertad vigilada. Si ella
entendía que no tenía razón de ser que la medida continuara, ¿por qué no solicitó que se extinguiese
y se declarase el fin del proceso de ‘reforma’? Recuérdese que el artículo 14 de la LORRPM permite,
entre otras cosas, dejar sin efecto la medida cuando existan motivos para ello. Haber superado con
creces los objetivos previstos era fundamento suficiente.
“Artículo 14. Modificación de la medida impuesta.
1. El Juez, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o del letrado del menor, previa audiencia
de éstos e informe del equipo técnico y, en su caso, de la entidad pública de protección o
reforma de menores, podrá en cualquier momento dejar sin efecto la medida impuesta, reducir
su duración o sustituirla por otra, siempre que la modificación redunde en el interés del menor y
se exprese suficientemente a éste el reproche merecido por su conducta” (LO 5/2000, p.428).
¿Por qué no se solicitó la finalización de la medida si se entendía que todos los objetivos habían
sido superados por el joven Delargo?, ¿tendría algo que ver en esa decisión que la institución para la
que trabajaba la técnico responsable del caso (la asociación “El Horizonte”) fuese privada?, ¿de
verdad se espera que una asociación concertada con la administración pública solicite la finalización
de una medida “antes de tiempo” (por más que así lo recomienden los criterios técnicos), cuando ésta
recibe ingresos económicos por proporcionar ese servicio?, ¿funcionan adecuadamente los
mecanismos que deben controlar ese tipo de situaciones?
En el caso de Shila, mantener la medida de libertad vigilada cuando se sabía que ya no era
necesaria, estuvo a punto de echar por tierra todo el proceso de ‘reforma’ juvenil. A escasos meses
para la finalización del proceso de ‘reforma’, cuando Shila ya estaba trabajando, su vida marchaba
adecuadamente y cumplía con todo lo que se le solicitaba desde la medida, llegó una fiesta
importante para su cultura, el Ramadán. Él solicitó al juzgado de menores, a través de su tutora,
poder ir a visitar a sus padres en dicha festividad. Llevaba sin ver a sus progenitores,
aproximadamente, tres años. A continuación vemos un fragmento del informe de seguimiento a través
de cual se realizó dicha solicitud.
6
El Horizonte es una asociación que se dedica al cuidado y desarrollo de niños/as y adolescentes en
situación de protección. Shila lleva trabajando para esta asociación desde que estaba en Libertad
Vigilada, en un principio desempeñando labores de monitor y posteriormente como educador.
618
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
La evolución del joven respecto al cumplimiento de la medida continúa siendo excelente, tanto
en cuanto a las sesiones que mantiene con su Delegada como en el desarrollo de la
convivencia con la familia de acogida.
El Joven Shila en estas últimas fechas solicita a su Delegada de L.V. ponga en conocimiento de
su Señoría el deseo que este tiene de poder ir en próximas fechas a visitar a su familia en
Marruecos (…).
Así, esta Delegada traslada la petición hecha por el Joven Shila de acudir a visitar en próximas
fechas, en las primeras semanas de diciembre a su familia, en su ciudad natal, coincidiendo
con la finalización de Ramadam” (Informe número 4, Historia de Vida, p.280).
La primera respuesta que recibió fue desfavorable. Concretamente, era el Ministerio Fiscal (MF)
quien se oponía a que abandonase el territorio nacional.
EL FISCAL interesa que el menor cumpla íntegramente la medida impuesta sin salir de Territorio Español,
teniendo en cuenta las circunstancias personales, sociales y familiares del mismo, así como la medida
originariamente impuesta.
En Málaga a diecinueve de noviembre de dos mil dos.
EL FISCAL”
(Posicionamiento del MF, Historia de Vida, p. 282).
Aquella negativa resultó incomprensible para el joven Delargo. No entendía que le denegasen el
permiso cuando su trayectoria durante todo el proceso de ‘reforma’ juvenil había sido tan satisfactoria
y había cumplido tan extraordinariamente con todo lo que se le había sido solicitado. Fue muy
frustrante para él sentir que desde el juzgado de menores se seguía desconfiando de él y, sobre todo,
que todo el esfuerzo que estaba realizando por encauzar su vida no fuese reconocido por la
administración de justicia. ¿Qué hubiese pasado si Shila hubiese reaccionado de manera abrupta
ante aquella negativa: quebrantando la medida de libertad vigilada y/o tirando por tierra todo el trabajo
realizado hasta entonces?
Shila, acompañado de Laura, su “madre de acogida”, tuvo que ir a hablar personalmente con la jueza
que llevaba su caso para tratar de hacer que cambiase de parecer.
“Si yo quisiera escaparme me hubiera escapado hace ya tiempo, no hubiera chupado toda esta
medida. Estoy al final y no tengo por qué escaparme. Vamos a ver, tú piensa que estando un
año allí encerrado y he podido escaparme cuando he querido, si quisiera escaparme me
hubiera escapado. No lo he hecho, ahora mismo estoy en la libertad vigilada, estoy fuera, estoy
trabajando y no tengo necesidad de escaparme. Si yo quisiera escaparme no vengo aquí a
pedirte permiso, me hubiera cogido y me hubiera largado, podría haberlo hecho, pero estoy
intentando hacer las cosas bien y legal. Podría haberme ido y tú te quedas aquí sentada y
cuando vuelva estoy aquí. Así cuando estoy no estoy. Y a la de libertad vigilada le digo, yo que
sé, que estoy en Granada con mis amigos y ya está. Yo qué quieres que te diga, yo estoy
intentando hacer las cosas bien y creo que se debe de ponerme las cosas más fáciles antes de
hacerla, no que encima de que estoy tratando de hacerla bien se me pone la cosa más difícil”
(Shila, Historia de Vida, p.124-125).
Tras cierta briega dialéctica, se permitió que nuestro protagonista realizase dicho viaje, el cual
transcurrió sin incidencias.
5.- Conclusiones
Con carácter provisional y contingente y en virtud del estudio realizado se presentan las
siguientes conclusiones:
.- Hay que adaptar la intervención a las necesidades de cada caso. La labor de el/la profesional
encargado/a de materializar la medida debe tratar de ser ponderada. No será más importante por
poner en marcha una mayor cantidad de acciones directas sobre el educando. Por el contrario,
dicho/a profesional debe tratar de proporcionar las acciones oportunas, ni más ni menos. Tan negativo
puede ser excederse como quedarse corto en la intervención. No es una cuestión de cantidad, sino
de intervenir lo justo. El juego de palabras que se hace con el título de la comunicación pretende, por
tanto, llamar la atención al respecto.
619
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
.- Dentro del ámbito de los menores infractores, concretamente, en las medidas no privativas de
libertad, parece razonable y coherente tratar de implementar la intervención sociopedagógica
fomentando, en lo posible, la acción de los agentes sociales ordinarios y reduciendo la acción directa
del sistema de ‘reforma’ juvenil.
.- Cuando el profesional responsable de materializar la intervención sociopedagógica debe
conjugar la acción de agentes sociales ajenos, que no controla directamente, la tarea se complejiza y
le requiere una serie de competencias concretas. Entre otras, la de seguimiento y coordinación, que
resultan tan importantes para este tipo de intervenciones.
.- La medida judicial debe durar lo justo. Extenderla más de lo debido puede resultar
contraproducente. En ese sentido, el sistema de justicia juvenil debe velar por que las instituciones
concertadas encargadas de materializar la medida no dilaten su intervención más de lo requerido. Los
mecanismos de control establecidos al respecto deben tratar de garantizar que la intervención que se
implemente sea la necesaria. Desde el plano económico, ampliar una medida más de los necesario
resulta despilfarro para la administración de justicia.
.- Los órganos que toman decisiones que afectan la vida de las personas deben tener muy
presente en todo momento que cualquier decisión que adopten, por pequeña que sea, tienen unos
efectos. Por consiguiente, no se pueden tomar decisiones a la ligera. Todo lo contrario, antes de
tomar cualquier tipo de decisión se debe estudiar cada caso exhaustivamente y tomar la
determinación que, en virtud de todas las informaciones recabadas y prestando especial atención a
las indicaciones de los técnicos, se entienda más adecuada para el “menor”.
620
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
En pleno siglo XXI, seguimos navegando por un mar de incertidumbres, polaridades y
divergencias en búsqueda de la esencia disciplinar y profesional de la Pedagogía Social. La historia
muestra que existen diferencias y distancias entre los académicos y los prácticos, agrandando la
difícil labor de delimitar, de una manera integrada, el quehacer de la Pedagogía Social en la
actualidad ¿La Pedagogía Social es una ciencia, es una práctica o es las dos a la vez?
Se abre ante nosotros la compleja tarea de construir un constructo coherente, estructurado y
propio sobre la Pedagogía Social, engendrando una reflexión profunda y crítica a partir de las
diferentes aportaciones y opiniones desarrolladas a lo largo de toda su historia. Son tantas las
interpretaciones hechas sobre la Pedagogía Social que la existencia de perspectivas polarizadas
dificulta la construcción de un cuerpo teórico y práctico transdiciplinar y universal, hecho que nos
obliga a hacer un estudio desde una perspectiva comparada internacional.
El trabajo que presentamos forma parte de lo que a largo de los próximos años vamos a
desarrollar como parte de una tesis doctoral. En este texto empezamos presentando una síntesis
teórica del momento actual del a pedagogía social como disciplina. En el segundo punto aportamos
algunas de las líneas y elementos teóricos que van a servir de fundamento para el desarrollo del
trabajo empírico. Por último, en el tercer apartado, se explica la metodología a seguir en el desarrollo
del primero de los tres estudios que van a configurar la tesis doctoral de la que este trabajo forma
parte
621
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
específicas, varían en cada país según la influencia de diferentes factores (sistema político,
económico y sociocultural del país, diferentes tradiciones académicas, etc.).
Existe una tensión entre lo que se entiende por Pedagogía social y la manifestación externa
(coma práctica e intervención profesional), es decir, por un lado existe la necesidad de definir con una
cierta rigurosidad y coherencia lo qué es la Pedagogía Social, y por otro lado, las ideas pedagógicas
originadas en Alemania se han exportado de una forma diferente en cada país, hecho que añade
dificultad a la hora de elaborar un concepto unificado de la Pedagogía Social que sea transdiciplinar y
universal. Encontrando sus raíces en la Alemania del siglo XIX, la Pedagogía Social emerge en la
vida cotidiana y en el ámbito de las necesidades generadas por la segunda guerra mundial. Se
engendra pues, una línea filosófica de reflexión sobre lo que tiene que ser la Pedagogía Social. La
revisión de la literatura relevante confirma que la Pedagogía Social ha sufrido procesos de
transformación y es precisamente este hecho el que justifica el esfuerzo de comprender el
movimiento de configuración y transformación de la Pedagogía Social en el mundo desde la sede
germánica.
Partimos de que el concepto no está claro, ¿cómo pretendemos entonces que se exporte la
Pedagogía Social? La Pedagogía Social se desarrolla según la realidad de cada país, por lo tanto,
¿puede ser exportable algún tipo de Pedagogía Social?
La ambigüedad conceptual ha provocado una múltiple interpretación de la Pedagogía Social. El
interés por la Pedagogía Social ha cogido fuerza en muchos países, tomando diferentes formas, pero
no acaba de estar claro cuál es su función, sus métodos de estudio e investigación, y qué es aquello
que caracteriza a la Pedagogía Social en cada país que hace que podamos identificarla como tal. La
ambigüedad conceptual y la carencia de un cuerpo teórico uniforme, homogéneo y mundialmente
aceptado sobre la Pedagogía Social, desencadena una crisis sobre su profesionalización, acentuando
el dilema sobre si la Pedagogía Social es una área de conocimiento, un campo de trabajo profesional
o un campo de investigación o todos ellos a la vez. Un grupo de autores creen que la Pedagogía
Social tiene un doble estatus: teórico y práctico. (Eriksson y Markström, 2003; Hämäläinen, 2003a;
Kornbeck y Rosendal, 2011; Sáez, 2006;). Otro sugieren la posibilidad de interpretar la Pedagogía
Social no sólo como una profesión sino como un campo multidisciplinar (Riera, 1998).
Históricamente podemos identificar dos líneas principales de desarrollo de pensamiento
pedagógicos: la Pedagogía Social que aborda el problema de la exclusión social con una finalidad
clara de conseguir el bienestar de los más vulnerables y la Pedagogía Social que tiene como objetivo
contribuir en la educación de la comunidad. Por lo tanto, por un lado, la Pedagogía Social hace
referencia a la teoría y la práctica del crecimiento de las personas como miembros de la sociedad y la
comunidad, y por otro lado, tiene su foco en la teoría y la práctica de la prevención y mitigación de la
exclusión social y la promoción del bienestar. (Paget, Eagle y Citarella, 2007). Según Hämäläien
(2012) es bastante común definir la Pedagogía Social a través de sus manifestaciones profesionales.
Baümer, fue una de las primeras que estableció una definición de Pedagogía Social, vista como una
tercera área de conocimiento educativo que no se da ni en la familia ni en la escuela.
Nos encontramos pues en un punto en que el interés por la Pedagogía Social se ha
incrementado en muchos países. Los países latinoamericanos y, sobre todo Inglaterra, en el marco
europeo, están entrando con fuerza en el estudio, análisis y aplicación de estas ideas y prácticas. La
Pedagogía Social aparece como una disciplina y una práctica innovadora y compleja que abraza
diferentes dimensiones. Navegamos entre un discurso universal que pone el foco a la parte
conceptual y el análisis normativo, y un discurso más particular basado en objetivos y métodos
(profesiones sociopedagógicas y prácticas) (Eriksson y Markström, 2003).
622
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
decir, ver como se configura la Pedagogía social dentro de las Ciencias Sociales como una de las
Ciencias de la Educación. Esto nos llevaría a plantearnos la posibilidad de que la Pedagogía Social
tuviera una triple aceptación: como teoría científica sobre la educación social; como asignatura o
disciplina académica; o como praxis o actividad profesional, ejercida con varias intervenciones
técnicas. (Fermoso, 2003).
Una primera concepción propia sobre la Pedagogía Social, siguiendo con la idea de Hämäläinen
(2012), caracteriza la Pedagogía Social como un concepto paraguas que se externaliza como práctica
educativa a través otras disciplinas que trabajan en el ámbito social, tales como la educación social,
el trabajo social, la animación sociocultural y el desarrollo comunitario. Estos escenarios de
intervención comparten un denominador común que tiene que ubicarse en el marco de las políticas
sociales y culturales del país, lo que nos obliga a analizar la Pedagogía Social desde una mirada
comparativa. A la vez, esto nos lleva a nuevos interrogantes que nos sitúan en una complicada batalla
de perspectivas divergentes, intereses y contradicciones. ¿Qué es tan único, especial o diferente
sobre la pedagogía social que impide un acuerdo entre los que lo estudian? ¿Tenemos que
abandonar la idea de un sistema integrado y transnacional sobre la Pedagogía Social? ¿Cuáles son
los límites de la exportabilidad de Pedagogía Social?
Siguiendo con la idea de la exportabilidad de la Pedagogía Social, en la actualidad, ¿a qué se
debe ese incremento del interés por la Pedagogía Social en varios países? En el contexto anglosajón,
podríamos entender que la Pedagogía Social puede contribuir en la mejora de la asistencia orientada
tradicionalmente a los niños y jóvenes de los centros residenciales de menores. A pesar de que hay
todavía poca bibliografía científica en inglés, en ella aparecen múltiples dudas e interrogantes sobre
la importación de la Pedagogía Social en Inglaterra. (Boddy, Janet y Statham, 2009; Cameron y
McQuall, 2007; Eichsteller y Holthoff, 2012; Úcar 2012,).
En cuanto a los países latinoamericanos “el interés por la Pedagogía Social se produce con una
fascinación parecida en España de los años 50-60, respecto de las ideas y metodologías de
intervención sociocultural y educativa que llegaban de alemana, Francia o Inglaterra. Las
consecuencias generadas por la posguerra y la dictadura y la falta de profesionales, conocimientos y
metodologías para tratar las problemáticas sociales y cultural de la época, facilitó la importación en
España y muy posiblemente en Latinoamérica, de las ideas generadas a otros países, percibidos
cuanto más avanzados” Úcar (2012, p.2).
De aquí surge la necesidad de hacer un análisis de la trayectoria de la Pedagogía Social a lo
largo de la historia, de los diferentes posicionamientos y en los diferentes países, para desarrollar una
serie de indicadores comunes que nos permitan construir una mirada actualizada, global e integrada
de la Pedagogía Social a nivel mundial. En este escenario se inicia un estudio, sobre la Pedagogía
Social, como disciplina, como práctica y como profesión, desde una mirada comparativa internacional
que se enmarca dentro del Programa de Doctorado en Educación de la Universidad Autónoma de
Barcelona.
En una primera fase del estudio, dedicada a la revisión bibliográfica profunda, hemos podido
observar que la Pedagogía Social ha pasado y pasa por un proceso de búsqueda y construcción de
su identidad, ahora toca preguntarnos cuáles son las razones que hacen que la Pedagogía Social
aparezca en muchos contextos como ciencia y práctica innovadora
Entendemos que la Pedagogía Social es una ciencia muy nueva, una ciencia en construcción y
el hecho de considerarla en construcción, nos remite a la compleja tarea de definirla con una cierta
coherencia y credibilidad conceptual, respuesta que ya han intentado dar muchos autores (Caride,
2004; Eriksson y Markström, 2003; Hämäläinen, 2003a; Otto, 2006; Sáez, 1997; Úcar, 2012). Úcar
(2013) hace una descripción de la realidad de la Pedagogía Social en varios países, definiendo la
existencia de seis trampas: trampa cognitiva, trampa política (en relación con los objetivos y
funciones), trampa científica (en relación con sus fundamentos y la disciplina), trampa de la acción,
trampa de la normatividad (relacionada con las acciones públicas y sus resultados), y la trampa social
(relacionada con el núcleo y los límites de la pedagogía social). Identificando qué son estos factores
que han causado imprecisiones y perspectivas polarizaciones sobre la Pedagogía Social, el autor
pretende generar una nueva mirada de la Pedagogía Social. Estos “misunderstandings” delimitados
por el autor nos sirven de pista en la presente investigación a la hora de definir aquellos indicadores
más relevantes que conceptualicen y enmarquen la Pedagogía Social.
4. Primera aproximación
Nuestro objetivo principal es el análisis de la Pedagogía Social desde una visión comparativa
623
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
internacional. La investigación que iniciamos con este trabajo se propone construir, a través de las
aportaciones de un conjunto de académicos y prácticos de reconocido prestigio de diferentes países,
una mirada global, actual e integrada de la Pedagogía Social.
Llegar a elaborar un mapa conceptual donde se enmarque un planteamiento conceptual y
profesional de la Pedagogía Social desde una visión comparativa internacional nos obliga a analizar,
con alto grado de rigurosidad, las diferentes conceptualizaciones hechas hasta el momento. Este
análisis nos permitirá construir una batería de indicadores sobre la Pedagogía Social consensuados y
validados a través de una metodología de estudio muy específica: el método Delphi. El método Delphi
es una técnica de previsión grupal que se nutre del juicio de expertos, donde a través de un trabajo
continuado con ellos, se pretende llegar a un consenso sobre la temática tratada. El Delphi permite
encontrar los puntos de consenso ante una problemática, pero también nos permite incorporar otro
elemento de valoración que es la importancia que dichos expertos otorgan a cada uno de los
elementos que configuran aquella temática. El uso del método Delphi en este estudio nos permite
contrastar con diferentes expertos aquellos aspectos más relevantes de la Pedagogía Social para
encontrar puntos de consenso y de diferenciación. Si hemos seleccionado esta metodología de
trabajo es, precisamente, por los enfoques teóricos y prácticos tan diferenciados que los autores han
manifestado a lo largo de la historia de nuestra disciplina. Esta situación desencadena la necesidad
de hacer un análisis del estado de las opiniones de los expertos en el tema. De este modo, el Delphi
nos aporta una valoración del grado de importancia de cada uno de los aspectos planteados,
definiendo los puntos en común y las discrepancias entre los expertos.
Esta técnica de investigación trabaja a través de cuestionarios que se presentan de una manera
sucesiva en el tiempo en las diferentes fases del Delphi. La calidad de los resultados que
pretendemos conseguir, depende de la elección de los expertos y la elaboración de dichos
cuestionarios.
En la figura que se presenta a continuación, se observan las diferentes fases de aplicación que
seguirá el Deplhi en nuestra investigación. En una primera fase inicial de contacto con los expertos,
se les informará del objetivo de estudio, los criterios de selección, la temporización y duración del
Delphi y cuáles son los resultados que se pretenden obtener. A partir de aquí, se iniciará la fase de
los cuestionarios; en este caso se ha considerado oportuno la aplicación sucesiva de dos
cuestionarios.
El primer cuestionario constará de preguntas abiertas, poco estructurado, sobre los diferentes
indicadores definidos previamente. Estos indicadores irán referidos a los aspectos teóricos y prácticos
que la documentación analizada considera esenciales en la configuración de la Pedagogía Social. En
esta primera aplicación se permitirá libertad para contestar en referencia tanto al contenido como a
los términos utilizados, con el fin de que los expertos se posicionen respecto a la problemática
estudiada. El segundo cuestionario se elaborará a partir de las respuestas del primero. Se utilizará
respuestas categorizadas con el objetivo de que los expertos las ponderen según su criterio de
relevancia e importancia.
Una vez finalizada esta fase, se proseguirá con el análisis de los resultados, emitiendo un
informe final que recogerá los indicadores más relevantes que enmarquen y definan la Pedagogía
Social.
624
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Planteada la situación en la que nos encontramos, los objetivos que queremos alcanzar y los
métodos con los que se procederá, es la hora de hacer una primera aproximación de los indicadores
más relevantes que definen la Pedagogía Social, fruto de la revisión y análisis de las múltiples y
divergentes opiniones sobre la profesionalización de dicha disciplina. Como se ha comentado
anteriormente, son muchos los autores que ya han intentado dar respuesta a la necesidad de
elaborar y constituir un núcleo teórico, práctico, transdisciplinar y universal de la Pedagogía Social.
Continuando con esta compleja tarea, se pretende dar un paso más dentro de este embrollo,
avanzando hacia la construcción de una primera batería de los descriptores o indicadores (sujetos a
posibles replanteamientos posteriores), más relevantes que se tendrían que contemplar para definir y
delimitar lo qué es la Pedagogía Social.
Los indicadores que, en el momento actual, se han observado como claves para interpretar la
Pedagogía Social, se engloban dentro de 5 dimensiones:
Estos indicadores planteados serían una primera propuesta, una primera posibilidad en nuestro
estudio para elaborar a partir de aquí, el primer cuestionario del método Delphi que se aplicará a los
expertos escogidos. No obstante, la revisión exhaustiva de las diferentes interpretaciones de la
Pedagogía Social existentes continúa, abriéndonos nuevos interrogantes, nuevas formas de organizar
las ideas, nuevas opciones de definir los indicadores más relevantes, etc. De hecho, la primera
aplicación del Delphi busca depurar y afinar esta primera lista que, como puede observarse, es
todavía muy general.
Los resultados de esta primera fase de la investigación servirán como fundamento para los dos
estudios posteriores que van a configurar el cuerpo de la tesis doctoral. Una tesis que, como se ha
comentado, aspira a construir un enfoque académico y práctico estructurado de la Pedagogía Social
a partir de una perspectiva comparada internacional.
5. Referencias bibliográficas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
627
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
“La participación crea mejores ciudadanos. Lo creo, pero no puedo probarlo. Y tampoco
pueden probarlo otros” (Mansbridge, 1995, p.1).
Afortunadamente en las últimas décadas se han llevado adelante investigaciones que confirman
los aprendizajes que tienen lugar como consecuencia de una participación activa, y examinan el
impacto de estos espacios en la construcción de ciudadanía (Aguado et al. 2013; Gil Jaurena et al.,
2011; Gil-Jaurena et al., 2013; Lerner, 2004; Mata y Ballesteros, 2011; Mata, 2011; Schugurensky,
2001, 2006; Schugurensky et al, 2006; Úcar, 2006;). Sin embargo, existen escasos estudios sobre
presupuestos participativos abordados desde las Ciencias de la Educación. Las investigaciones
realizadas hasta ahora se centran en estudios de un solo caso en Brasil (Pontual, 2001; Tadeu, 2008;
Borba y Ribeiro, 2010; Moll y Fischner, 2010; Lüchmann, 2012), Argentina (Lerner y Schugurensky,
2007), y Colombia (Pimienta, 2008), aunque no existe ninguno sobre experiencias españolas
concretas. Esto hace necesario seguir investigando procesos en realidades y contextos distintos, ya
que, según sean los condicionantes históricos, políticos, sociales y culturales de los territorios, los
presupuestos participativos supondrán nuevos escenarios en los que el objeto de la participación- el
presupuesto público- y los procedimientos y metodologías empleadas configurarán otros procesos y
experiencias con significados diferentes para las personas que participan. Existe un caso excepcional
en el que Julien Talpin (2011), compara tres experiencias de varios países europeos: Distrito XI de
Roma (Italia), Morsang-sur-Orge (Francia) y Sevilla (España). El estudio, ante la dificultad de
comparar modelos con objetivos y procedimientos tan dispares, se centra en profundizar sobre las
competencias democráticas en el contexto europeo y las satisfacciones que generan los procesos a
la ciudadanía.
1.2. Objetivos
La finalidad de la tesis doctoral es identificar, sistematizar y analizar los diferentes elementos que
forman parte del proceso de aprendizaje de las experiencias de presupuestos participativos en
España, destacando y valorando los beneficios educativos que ha tenido el desarrollo de estas
experiencias en las personas que han participado en ellas. Los objetivos específicos que guían la
elaboración de la investigación son los siguientes:
1. Reflexionar y demostrar la incidencia que tiene la educación en la formación de ciudadanos
críticos y participativos, y éstos, a su vez, en la configuración de sociedades democráticas y
justas.
2. Revisar, sistematizar, contextualizar y analizar la bibliografía sobre la temática y experiencias
de presupuestos participativos realizadas en España y otros países y contextos.
3. Detectar las necesidades educativas y formativas de los distintos actores que forman parte
del proceso del presupuesto participativo, así como indagar en qué medida éste propicia el
desarrollo de conocimientos, valores, actitudes y destrezas propias de una sociedad
democrática, solidaria y comprometida con los asuntos públicos.
4. Analizar y describir las potencialidades educativas de diferentes experiencias de Presupuesto
Participativo en España, así como realizar propuestas metodológicas para aprovechar al
máximo esas potencialidades.
2. Metodología
628
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
tres casos diferentes correspondientes a cada uno de los distintos modelos que se han desarrollado
en el caso español: burocrátivo, asociativo y participativo (Ganuza y Francés, 2012). En este
municipio se realizaron entrevistas en profundidad a quince ciudadanos que participaron, teniendo en
cuenta en la muestra tanto el género, la forma de participación y la antigüedad en el proceso.
También se realizarán entrevistas en profundidad, con dos formatos distintos de preguntas, a políticos
y técnicos municipales.
Las entrevistas tuvieron una duración de entre una y dos horas y se organizaron en dos
partes. La primera consistía en preguntas abiertas acerca de la historia de participación cívica y
política de los entrevistados, su experiencia en el presupuesto participativo, su opinión acerca del
mismo, y sus aprendizajes derivados de dicha participación. Esta parte, aunque con marcos
diferentes, se realizó a todos los actores. En el caso de los ciudadanos hay una segunda parte en la
entrevista en la que se exploraron cuatro categorías de aprendizaje y cambio –conocimiento,
habilidades, actitudes y prácticas- a través de una serie de indicadores. Para cada indicador, los
participantes identifican su nivel (en una escala de 1 al 5) antes de involucrase en el presupuesto
participativo y en el momento de la entrevista. Esta estrategia permitió no solamente identificar los
cambios sino también las capacidades iniciales de los entrevistados cuando se integraron al proceso.
Cuando los entrevistados mencionaron cambios, se les pidió que describieran esos cambios con
ejemplos concretos e historias personales. En este sentido, los datos cualitativos verificarían y
complementarían los datos cuantitativos.
2.2. Resultados provisionales
El avance en la conceptualización e indagación teórica y la realización de la experiencia
piloto, han motivado la reformulación de algunos de los objetivos propuestos y de la metodología de
investigación que habíamos previsto en un principio.
En primer lugar, nos dimos cuenta que los indicadores utilizados sobre aprendizajes
específicos no son suficientes para cumplir con los objetivos que nos habíamos fijado en la
investigación. Analizar la dimensión educativa transciende a la identificación, mediante entrevistas, de
unos aprendizajes muy concretos. Hemos reconsiderado la manera de acercarnos al objeto de
investigación, utilizando el método etnográfico -la observación participante- triangulándolo con
distintas técnicas como entrevistas, grupos de discusión y la realización de talleres participativos con
informantes clave.
Sobre los datos de los que se dispone son los obtenidos en las entrevistas realizadas de la
experiencia piloto en el municipio de Elche (Alicante).
Tabla 1: Cinco primeros indicadores de aprendizaje ordenados por incremento promedio (Elche).
Estos resultados, en lo que respecta a la ciudadanía, reflejan que existen diferencias con los del
estudio de Lerner y Schugurensky (2007) realizado en la ciudad de Rosario (Argentina). Las causas
de estas diferencias parecen motivadas, fundamentalmente, por los diferentes contextos y realidades
sociales y políticas en donde se desarrollan los procesos, y también por las metodologías
implementadas. Igual que en la experiencia de Rosario, todos los participantes refirieron que su
participación en el presupuesto participativo les ha supuesto un incremento de aprendizajes y
cambios intrínsecos en ellos mismos, pero si en el estudio de Lerner y Schugurensky (2007), los
resultados apuntan que la categoría donde existen mayores aprendizajes significativos es en la de
conocimientos, en la experiencia de Elche es en la de habilidades; y si en Rosario la categoría de
prácticas alcanza un incremento importante,en Elche la categoría de prácticas es la proporción donde
menos incremento ha habido. En cuanto a los políticos y técnicos, los primeros análisis reflejan que el
629
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
presupuesto participativo ha ayudado a generar confianza y relaciones más directas entre éstos y la
ciudadanía, además de cambios en la estructura organizativa del Ayuntamiento, que genera un clima
de mayor confianza e introduce una nuevo elemento en la comunicación entre departamentos: la
deliberación.
Estos primeros resultados nos indican que, los presupuestos participativos, tienen el potencial
de promover aprendizajes que contribuyen a formar ciudadanos activos, comprometidos, críticos y
colaborativos, capaces de reconocer y defender sus propios derechos y los de otras personas; a la
vez que introducen nuevas lógicas de relaciones entre actores, que ayudan a que la Administración
se convierta en un órgano más creativo e inteligente para dar respuesta a las necesidades de la
ciudadanía. Además el carácter deliberativo del proceso y la búsqueda de un consenso producen una
pedagogización del conflicto que contribuye a construir un sentimiento de “lo común”. En definitiva,
nos encontramos ante un proceso emancipador en el que se articula bajo un eje de educación
liberalizadora (Freire, 1969), constituyendo un proceso educativo que genera nuevos y significativos
aprendizajes a los diferentes actores que configuran el proceso, tanto de la ciudadanía como del
gobierno y personal de la Administración.
3. Referencias bibliográfícas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
631
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: pedagogia Social, educador social, educação social, pedagogo social.
1. Introdução
Nos últimos anos ocorreram mudanças que permitem apontar avanços significativos no rumo
da organização e da consolidação da Pedagogia Social no Brasil e da superação da visão
fragmentária da área quando era identificada apenas com campo prático ou espaço da educação fora
da educação escolar. Embora se explicitem de maneira lenta e gradual, as mudanças são
decorrentes de correlação de forças que se estabelecem entre representantes de diferentes grupos
da sociedade e o Estado e que de formas distintas participam desse processo. Os avanços da
Pedagogia Social no Brasil se registram nas suas dimensões política, epistemológica,
sociopedagógica e cultural. Destaca-se, no meio acadêmico, a ampliação de estudos e pesquisas da
educação para além das questões tradicionalmente sobre a responsabilidade da escola.
Na dimensão política, neste momento a Pedagogia Social está na pauta com a tramitação, na
Câmara Federal, do projeto de lei PL5346/2009 (BRASIL, 2009), que dispõe sobre a criação da
profissão de educador social. O projeto, encaminhado pelo Deputado Federal Chico Lopes
(PCdoB/CE) a partir da proposta da Associação de Educadores Sociais do Ceará, representa um
importante passo para a organização da área. Embora ele expresse uma compreensão menos
abrangente do que a defendida pela Associação Brasileira de Pedagogia Social, ABRAPSocial
(2010), por restringir a área de atuação a contextos educativos fora dos âmbitos escolares, ainda que
liste ações que podem ser desenvolvidas na escola e fora dela; por prever uma formação mínima
para a profissão de nível médio, em curso técnico e não prever um plano de formação e carreira;
embora essas considerações restritivas, o encaminhamento e as discussões do PL5346/2009 já
indicam um espaço de reconhecimento da área e de sua necessidade. Entende-se que assumir o
nível técnico como base inicial da formação foi uma opção estratégica por se perceber a necessidade
de qualificar, em serviço, trabalhadores de projetos socioeducativos, muitos dos quais sem formação
básica para o acesso a cursos de nível superior. A ausência de cursos formativos nessa área é um
dos problemas a serem considerados. Atingir este nível de formação é um desafio para a área e
também um patamar a ser imediatamente superado por propostas de formação superior. Como
saber? Explorando, conhecendo, comparando, analisando, fundamentando – enfim, pesquisando.
É sobre essa abordagem, da pesquisa, de pesquisar sobre as pesquisas, que se constitui o
presente trabalho, descritivo e exploratório. Trata-se da análise de teses e dissertações realizadas no
Brasil sobre Pedagogia Social concluídas no período 1990 a 2011. Foram consultadas as bases de
dados da Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal Nível Superior - CAPES e da Biblioteca
Digital Nacional de Teses e Dissertações - BDTD, utilizando como descritores as palavras-chaves:
pedagogia social, educação não-escolar, educação social, pedagogo social, educador social,
trabalhador social. Os dados coletados foram examinados em relação à distribuição frente às
produções da área da educação; em relação às palavras-chave agrupadas e a seguir isoladas; em
relação aos temas focalizados; em relação às áreas de conhecimento envolvidas e às instituições de
origem dos trabalhos.
O presente texto apresenta breves apontamentos sobre a Pedagogia Social no Brasil – um
referencial teórico em construção; a Pedagogia Social na Pós-Graduação, que remete aos dados da
pesquisa e sem concluir encerra com considerações finais.
632
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
nacionais, passam a interagir e estabelecer uma relação dialética com a realidade socioeducativa
nacional por intermédio da pesquisa. A compreensão da Pedagogia Social como ciência, das relações
entre a Pedagogia Social e a Educação Social são partes desse processo de construção de teórico
nacional.
Por ser uma área com muitas relações, a Pedagogia Social, traz implícito no conceito um cenário
para pesquisa permanente ao ser considerada também como “Ciência da Educação Social” ou como
“Ciência Pedagógica que estuda a Educação Social”. Está consolidado no espaço da pesquisa na
área que ao se incorporar ao campo científico é necessário se submeter a marcos normativos,
paradigmáticos e metodológicos das ciências, mas sem perder a autonomia devido ao sentido do seu
objeto que, como aponta Etcheberria (1989, p.14), “no consiste, exclusivamente, en conocer la
realidad educativo-social, sino en transformala”. Diferente das ciências formais ou da natureza, que
têm objeto formal ou material definido, no campo das ciências humanas pode ser difícil estabelecer
distinção entre o sujeito e o objeto ou entre ‘o que fala’ e o ‘de que se fala’, entretanto se pode
acompanhar a afirmação que “el objeto genérico de la Pedagogia Social es la educación social, o si
se quiere, la acción o intervención pedagógico-social o socioeducativa” (Ortega, 1997, p.108).
Fazer um recorte para entender a área de abrangência da Educação Social em suas relações
com a Pedagogia Social é uma tarefa que tem sido complexa por interagir com múltiplos
interlocutores com domínios construídos sem a participação explícita da Pedagogia Social. Segundo
Saez e J. Molina (2006, p.92-99) as referências remetem a três diferentes compreensões que
também estão expressas no contexto nacional:
– A primeira, que está presente nos textos especializados, é a da Educação Social como uma
“prática educativa e social”. Na história da construção da área se faz referência às práticas educativas
e intervenções desenvolvidas no âmbito do Estado e da comunidade em aspectos relacionados à
pobreza, à marginalização, ao abandono, com uma abordagem social, independente de uma
identidade profissional.
– A segunda é a da Educação Social como “profissão”. Essa é uma compreensão que está
presente na atualidade e que busca legitimar funções e competências de educadores sociais em sua
atuação em diferentes espaços de trabalho. É um significado construído a partir da prática. A
constituição dos movimentos associativos assume um papel determinante na construção do conceito
e da abrangência da profissão do educador social. Tem um significado político, ideológico e cultural.
– A terceira é a da Educação Social como uma titulação de nível técnico ou universitário, uma
condição necessária para a consolidação da profissão do educador/pedagogo social que
gradativamente se insere em diferentes países. Trata-se da educação social expressa em programas
de formação, aspecto que ainda se está buscando no Brasil (Machado, 2012).
A abrangência da Pedagogia Social no Brasil, embora seja mais focalizada, segue a tendência
apontada por Caride (2004, p. 111), em relação às referencias e discussões em eventos acadêmicos
e profissionais nas últimas décadas. Segundo o autor ela pode ser agrupada em seis grandes áreas
de atuação: 1) a educação permanente, que enfatiza a educação formação de adultos e o programas
formativos para idosos; 2) a formação para o trabalho (laboral e ocupacional, destacando a
sistematização e o desenvolvimento acadêmico-profissional); 3) educação no e para o tempo livre,
que se identifica com uma pedagogia do tempo livre e do lazer; 4) animação sociocultural e o
desenvolvimento comunitário; 5) educação especializada, relacionada a situações problemas de
exclusão, inadaptação e marginalidade social, que para alguns autores denomina-se pedagogia da
inadaptação social; e 6) educação cívico-social, que trata de promoção e formação de valores
essenciais para a convivência e a cidadania.
Pelas discussões ocorridas nos quatro Congressos Internacionais de Pedagogia Social (CIPS,
2006, 2008, 2010 e 2012), realizados no Brasil, a Pedagogia Social se consolida como Teoria Geral
da Educação Social. Também se avança na superação da dicotomia entre educação formal e não
formal defendida pelo Grupo de Pesquisa de Pedagogia Social da USP, pela Associação Brasileira de
Pedagogia Social, ABRAPSocial, que propõem a desconstrução do termo Educação não formal e sua
ressignificação, reagrupando práticas de Educação Popular, Social e Comunitária nos quatro
domínios distintos – político, epistemológico, sócio pedagógico e cultural. Entende-se que Pedagogia
Social/Educação Social e Pedagogia Escolar/Educação Escolar são áreas de concentração de uma
mesma área de conhecimento, as Ciências da Educação e que são distintas e ao mesmo tempo
complementares.
No âmbito nacional, muitas são as pesquisas e publicações que antecedem esse marco histórico
633
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
dos CIPS/Brasil e que, embora não tenham utilizado a Pedagogia Social como nomenclatura, pelos
princípios e valores expressos são referências para a área. A obra de Paulo Freire é representativa
entre os trabalhos precursores. Há ainda uma diversidade de publicações que se aproximam da
Educação Social, em geral focalizando outras áreas específicas ou metodologias. Pela abrangência
de interações possibilitadas pela área, embora sem necessariamente estabelecer relações teóricas
com a Pedagogia Social, se encontra educação social em textos referentes a arte-educação, a
socioeducação, a movimentos de direitos humanos, a educação ambiental, a educação comunitária,
a educação popular, a educação do campo, a educação especial, a educação de adultos, dentre
outros.
Em paralelo às pesquisas estão se constituindo espaços de representação nacional como as
associações de Educadores Sociais, entre elas a Associação dos Educadores Sociais e Educadoras
Sociais do Ceará, a Associação dos Educadores e Educadoras Sociais do Estado de São Paulo, a
Associação de Educadores Populares de Porto Alegre e a Associação de Educadores Sociais de
Maringá. Estas iniciativas ainda que restritas a grupos regionalizados de profissionais da Educação
Social, oportunizam espaços de discussão sobre a prática, além de estudos e produção teórica.
Gradativamente vão se organizando núcleos e grupos de pesquisa na área, no âmbito acadêmico,
como o GEPESAC, de 2006 no Centro Universitário Salesiano de São Paulo - UNISAL, que atua na
linha de pesquisa educação sócio-comunitária; e o GPPS, constituído também em 2006 na
Universidade de São Paulo, que atua nas linhas de pesquisa domínio sociocultural, sociopedagógico
e sociopolítico. Esses grupos, em conjunto, são responsáveis pela publicação contínua da coleção
Pedagogia Social, que já conta com vários títulos sobre temas relacionados à Pedagogia Social (Silva
R. et al., 2009; Garrido, et al., 2010; Silva, R. et al., 2011; Garrido, et al., 2011; Silva, O. et al., 2011).
Recentemente, em 2013, foi criado na Universidade Federal do Paraná o Núcleo de Estudos de
Pedagogia Social, NEPS, que tem registrado significativas manifestações de interesse de
acadêmicos e profissionais para participação em estudos e pesquisas. Ressalta-se que há avanços
na constituição de um referencial teórico nacional que contempla as necessidades e especificidades
da educação social brasileira, mas que é um processo que enfrenta muita resistência acadêmica.
634
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Pode-se observar, pela tabela 2, que aproximadamente a metade das pesquisas se referem à
Pedagogia Social: são 77 das 160 pesquisas. Em seguida está a Educação Social, com 36
pesquisas, quase um quarto do total.
O número de pesquisas sobre o Educador Social, o Pedagogo Social e o trabalhador social é
muito restrito considerando as produções no período de 21 anos. Parece contraditório que uma área
com grande representação na prática não discuta o espaço e as relações da profissão. Fatores como
voluntariado, a ausência das políticas públicas e a inexistência de formação na área podem estar
interferindo nesta falta de interesse em pesquisas que estudem profissão na Educação Social e ou na
Pedagogia Social.
.Temas de pesquisa
As 160 teses e dissertações distribuídas pelas palavras-chave foram analisadas em relação ao
tema principal da pesquisa. A tabela 3 apresenta os dados obtidos considerando o descritor
Pedagogia Social, em que se verifica uma concentração em alguns temas. Os temas com maior
número de pesquisas são referentes a ações de educadores sociais, instituições governamentais e
não governamentais, investigados como estudos de caso ou relatos de práticas de atividades
desenvolvidas por educadores sociais, com 28 pesquisas. A seguir está Pedagogia Social como
didática ou metodologia de trabalho, com 14 pesquisas, e 9 trabalhos sobre ações desenvolvidas com
adolescentes em conflito com a lei.
A dispersão dos temas, característica da área, evidencia a necessidade de se fortalecer um eixo
estruturante nas Ciências da Educação, definidora da grande área. As especificidades exigem
domínios de conteúdo e metodologias próprias, e explicitam a Pedagogia Social em permanente
interação com outras áreas além de reforçar a necessidade do domínio do campo próprio da área
enquanto ciência.
635
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
A tabela 5 apresenta os temas que apresentam o descritor Educador Social. Observa-se que
apenas dois subtemas foram identificados. Eles se referem ao perfil e aos estudos de casos
específicos de profissionais da área. Como foi ressaltado anteriormente, este não tem sido um tema
recorrente nas pesquisas analisadas.
Tabela 5 - Temas abordados nas pesquisas que apresentam o descritor Educador Social – (1990-2011)
Temas de pesquisa Total de pesquisas identificadas
Estudos de caso 5
Perfil do educador social 2
Total 7
Fonte: Dados organizados pelas autoras, base de dados: CAPES e BNTD.
No conjunto de teses e dissertações analisadas, os temas mais recorrentes nas pesquisa foram:
espaços e práticas de socioeducação (35 trabalhos), práticas de socioeducação desenvolvidas em
organizações não-governamentais (29 trabalhos), práticas de socioeducação com meninos de rua (20
trabalhos) e ainda 10 trabalhos sobre medidas socioeducativas para adolescentes infratores.
.em relação às áreas de conhecimento
Após a identificação dos temas, foram identificadas as áreas de estudos focalizadas nas
pesquisas. Observa-se que o olhar é dirigido à Pedagogia Social, à Educação Social e ao Educador
Social. Embora quase a totalidade das pesquisas identificadas na tabela 6 esteja concentrada na
Educação, pode-se verificar uma abrangência na distribuição das áreas. Psicologia, Serviço Social e
Arte formam um subgrupo com mais trabalhos desenvolvidos, excetuando-se os que não
apresentaram claramente a área de estudo.
636
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Tabela 6 - Total de pesquisas sobre Pedagogia Social, identificadas por área de estudo – (1990-2011)
Área de estudo Pedagogia Social Educação social Educador social
Educação 49 25 0
Artes 5 0 0
Psicologia 5 3 0
Serviço Social 4 3 0
Política 3 0 0
Educação ambiental 2 0 0
História 1 0 0
Educação física 1 0 0
Antropologia 1 1 0
Teologia 1 0 0
Administração pública 1 0 0
Ciências Sociais Aplicadas 1 0 0
Sociologia 1 0 0
Não identificado 1 3 7
Música 0 1 0
Total 77 36 7
Fonte: Dados organizados pelas autoras, base de dados: CAPES e BNTD.
Ressalta-se que esta distribuição de área é uma interpretação dos dados, já que nem sempre
estão explicitados nos trabalhos, que foram analisados a partir de seus resumos e instituições de
origem. Teses e dissertações que apresentam nas palavras-chave: Pedagogia Social, educação não-
escolar, Educação Social, pedagogo social, educador social, trabalhador social, podem revelar no seu
conteúdo outras possíveis interpretações (quanta subjetividade das ciências humanas...).
.instituições de origem
A tabela 7 apresenta a distribuição de número de instituições, de pesquisas sobre Pedagogia
Social – 1990-2011 – e percentual de pesquisas, por região no Brasil. Pode-se observar que 50% das
pesquisas sobre Pedagogia Social se encontram na região Sudeste, que contempla também o maior
número de instituições com pesquisas nessa área. O menor número de pesquisas está na região
Norte, com apenas duas instituições de pesquisa, com 2% de pesquisas em relação ao total nacional.
O Sul e o Nordeste apresentam resultados muito próximos: no que se refere ao número de
instituições de pesquisa, ambos apresentaram 31 pesquisas, ou seja, 20% do total, sendo que no
Nordeste são 10 instituições com pesquisas em Pedagogia Social, e no Sul são 13.
4. Considerações
A investigação realizada nos bancos de dados da CAPES e do BDTD confirma a existência e a
diversidade de pesquisas distribuídas em todo o país, embora São Paulo apresente uma produção
mais relevante. Pelos resultados é possível afirmar que está em curso uma significa transformação
na Pedagogia Social e que pela inserção e evolução da pesquisa está se construindo um referencial
nacional para fundamentar debates, políticas, formação e trabalho na área, além de referendar
637
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
diálogos e trocas com interlocutores internacionais. O estudo não é conclusivo, ao contrário, ele
expõe a necessidade de se ampliar e de se multiplicarem pesquisas na área, buscando desvelar a
complexidade e as relações da Pedagogia Social no Brasil. Persiste o desafio à Pedagogia Social e a
área de Educação Social, de assumir um papel integrador das diferentes especificidades sócio
educativas que se manifestam, muitas delas já construídas e consolidadas.
5. Referencia bibliográficas
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Editora.
638
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
639
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
más competente.
Facilitar a las y los estudiantes, herramientas para que tengan mayor probabilidad de obtener
buenos resultados en diversas áreas del conocimiento, gracias a las competencias crecientes
adquiridas.
Enfatizar los aspectos permanentes del aprendizaje como el saber hacer o el aprender a
aprender, dada la obsolescencia de determinados conocimientos y de la información que se
desactualizan muy rápidamente.
Preparar a esos estudiantes para afrontar diversas tareas, personales, laborales y profesionales.
Centrarse en elementos de la persona como por ejemplo, en la autonomía, en el autodesarrollo
o en la automotivación.
De este modo, nos planteamos poner a los alumnos ante una situación de aprendizaje (planificar
estratégicamente una situación de intervención socio-educativa real) que les permitiese adquirir y
desempeñarse competentemente como futuros pedagogos, a partir del dominio teórico y práctico de
elementos como:
"la comprensión de la situación;
la percepción de las metas de su propia acción en esa situación;
la idea del efecto del tratamiento de la situación;
el poder enfrentar la situación con lo que es y su realidad;
la posibilidad de utilizar una pluralidad de recursos, adaptar los que conoce y construir nuevos;
la posibilidad de reflexionar sobre la acción, validarla y conceptualizarla;
poder adaptar todo lo que se ha construido en esa situación a otras situaciones similares u otros
tipos de situación" (Onnaert y otros, 2006, p.22).
640
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
641
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Para los y las universitarias, además, supone una oportunidad para adquirir competencias para su
futuro profesional como educadores.
Por esto, los temas de los pequeños grupos dirigidos por los universitarios deben ser tratados, a
la vez, de forma “global” (planetaria) y en referencia a la Baja Montaña de Navarra (local)
consiguiendo, además, que la ciudadanía que se acerca a la Fiesta aprenda de una manera no formal
y significativa sobre los problemas medioambientales que les afectan.
642
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
7. A modo de epílogo
Finalmente, y para concluir, señalar que:
Para definir el proceso de innovación planteado nos sirven las palabras de Caride, se
aspiraba “a reconvertir la enseñanza en un proceso activo de aprendizaje, no limitado al aula,
centrado en el trabajo individual y grupal de los estudiantes a los que se convoca a participar
en la discusión y construcción de su propio proyecto de formación”. (2007, p.17)
Dada la trascendencia del período inaugurado en 2005 como Decenio de la Educación para
el Desarrollo Sostenible y la relación que guarda con la temática de esta asignatura la tarea a
resolver por los universitarios consiste en realizar una intervención pedagógica sobre
Educación Ambiental en un proyecto real y en un ámbito geográfico definido y en relación, por
lo general, con la temática medioambiental marcada por Naciones Unidas para el Año
Internacional.
La asignatura “Fundamentos de Desarrollo Local y Comunitario”, en la que se encuadró
inicialmente la experiencia, era Optativa. Desde su inicio, aumentó cada año el número de
alumnos matriculados. Con el nuevo plan de estudios, en el curso 2011-2012, los contenidos
de esta asignatura son asimilados por la nueva asignatura de “Fundamentos y Estrategias de
Actuación Socio-educativa I”, ahora, con carácter obligatorio en la formación de licenciados
en Pedagogía.
643
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
8. Referencias bibliográficas:
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644
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Pedagogía Social como lo plantea Monsonyi (1999) la posibilidad de una convivencia, contacto
respetuoso e intercambio horizontal y democrático de elementos y complejos culturales sin pretender
destruir a colectivos inmersos en este proceso de acercamiento. Se entiende por Pedagogía Social
según José Ortega Estaban (2005) a una acción promotora y dinamizadora de la sociedad que logre
educar e integrar mediante la educación los conocimientos de la posmodernidad con el fin de mejorar
las condiciones de vida de las comunidades con énfasis en las áreas mas alejadas de espacios
urbanos. Se relaciona con la Educación Popular en que es el insigne maestro Paulo Freire uno de los
pioneros de éste constructo que en Latinoamérica ha servido de plataforma conceptual de la
Pedagogía Social a través de un conjunto de diálogos y reflexiones que permitan develar nuevas
formas de hacer/enseñar/comprender/aprender en las Comunidades Indígenas. Otro de los objetivos
lo constituye el dar a conocer al medio social acerca de la situación socioeducativa de nuestras
comunidades indígenas con el fin de crear programas que se identifiquen con los valores, creencias,
tradiciones y cosmovisión del mundo de estos espacios étnicos. Destacar la necesidad de promover
la presencia de los docentes indígenas en las Universidades. Desde la Educación-Pedagogía Social
se asumen los siguientes ejes: 1) La Investigación-Acción y 2) La Prosocialidad, subrayamos el papel
protagónico de los estudios antropológicos y etnográficos en el currículo de Formación Docente.
Reconocimiento a la escucha de los profesionales indígenas para determinar procesos, espacios,
métodos y relaciones con el entorno.
2.2. Diversidad e Interculturalidad
Se precisa la existencia de un diálogo entre la Pedagogía Intercultural y la Pedagogía Social,
Monsonyi (1999) plantea la posibilidad de una convivencia, contacto respetuoso e intercambio
horizontal y democrático de elementos y complejos culturales sin pretender minimizar a colectivos
inmersos en este acercamiento.Otro de los objetivos lo constituye el dar a conocer al medio social
acerca de la situación socioeducativa de nuestras comunidades indígenas y crear programas
identificados con los valores, creencias, tradiciones y cosmovisión del mundo étnico. En este sentido,
se hace cada vez más necesaria la promoción y presencia de los docentes indígenas en las
Universidades para elevar su voz frente al fenómeno educativo. En la Educación-Pedagogía Social
en el ámbito venezolano actual se asumen como ejes fundamentales los siguientes: 1) La
Transdisciplinariedad, 2) La Investigación-Acción y 3) La Prosocialidad. En este sentido queremos
subrayar el papel protagónico que tienen los estudios antropológicos y etnográficos en la Formación
del Docente actual desde la lógica de la colaboración, la complementariedad y la complejidad. Los
cuales se asumen formalmente en el diseño curricular para la preparación de los docentes indígenas.
También queremos reconocer que de la escucha de los profesionales indígenas llegaremos a
conclusiones sobre procesos, espacios, métodos. La investigación-acción nos induce a consolidar la
presencia de los docentes a partir de una visión respetuosa e interpretativa de la realidad. Finalmente
debemos clarificar que en este acercamiento se requiere la consolidación de actitudes prosociales
entre las que se destacan la empatía, el dar y compartir, la ayuda verbal, el servicio, a solidaridad, la
escucha profunda entre otras. Esta triada de posturas filosóficas es la que consolida la comprensión y
el abordaje positivo de estas comunidades desde un paradigma pragmático. La Investigación Acción:
es la metodología que permite observar, comprender, planificar, ejecutar y redefinir las acciones que
solucionan conflictos es diversos espacios. Está orientada a la solución de problemas, centrada en
los sujetos y preocupada por generar proposiciones para llevar a cabo en la vida cotidiana. La
Prosocialidad se refiere a la búsqueda de mejor calidad de vida. Estos enfoques: la
transdisciplinariedad, la investigación-acción y la prosocialidad constituyen elementos valiosos para el
abordaje de las comunidades indígenas.: ¿Qué podemos aprender de las Comunidades indígenas?
¿Qué aportes podemos efectuar desde el ámbito de Formación Docente? ¿Qué elementos
curriculares asumir ante el conocimiento y la comprensión de las Comunidades Indígenas?
3. Metodología
3.1. ¿Cómo enseñar la Interculturalidad?
Son numerosas la experiencias didácticas en torno al tema “Intercultural”, no obstante el eje
central de este tema lo constituye el método etnográfico. La etnografía en el aula constituye un tema
interesante e innovador, son los docen tes los que asumen el rol del etnógrafo, preocupándose por el
estudio de su familia, sus amigos y su comunidad. El enfoque etnográfico exige la preparación previa:
clarificando los objetivos, repartiendo responsabilidades, preparando hojas de observación, memos o
protocolos, centrándose en los aspectos linguisticos.
3.2. Las Estrategias y los métodos:
En el abordaje de las comunidades indígenas lo fundamental es conocer previamente a los
646
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
miembros de la comunidad. Estos pueden ser sus habitantes o líderes naturales, esta condición
previa es necesaria para asegurarse el acceso seguro a la misma teniendo en cuenta los valores de
diversidad, tolerancia, convivencia y ciudadanía. Entre los métodos que se utilizan para estudiar a
una comunidad indígena se encuentran: la entrevista, el estudio de casos, la observación-
participante, la animación sociocultural y la catalogación de las artesanías entre otros. Se formulan
preguntas de investigación, se responden a través de instrumentos de recolección de datos:
entrevistas y cuestionarios. Luego se efectúa la observación-participante en los diversos espacios.
3.3. Visitas y contactos iniciales con la Comunidad
Constituyen el primer momento del abordaje comunitario, en el cual se establecen contactos con
los miembros de la comunidad a fin de poder desarrollar la propuesta investigativa y en las
conversaciones preliminares se establecen acuerdos sobre la sinergia y los intercambios entre los
investigadores y la comunidad.
3.4. La Entrevista
Según Taylor y Bogdam (1992), en su obra: “Introducción a los Métodos Cualitativos de
Investigación”, la entrevista en profundidad consiste en un conjunto de encuentros reiterados cara a
cara entre el investigador y los informantes. Estos se orientan hacia la comprensión de los valores, la
cosmovisión del mundo y los códigos morales de cada familia indígena. También son importantes las
conversaciones libres las cuales permiten determinar la conducta del sujeto, su compromiso y
actitudes hacia el entorno social
3.5. El Estudio de Casos:
Es un examen completo o intenso de una faceta, una cuestión o quizás los acontecimientos que
tienen lugar en un marco geográfico a lo largo del tiempo. Algunos autores hablan de un examen de
un caso en acción. Los autores coinciden en que es una investigación procesual, sistemática y
profunda de un caso en concreto. En el presente trabajo se hace un estudio de casos sobre la
Comunidad de San Francisco de Guayo, debido a que en ella se trabajó de manera intencionada
durante un período consecutivo de más de dos años.
3.6. La Observación- Participante
Es una técnica de observación utilizada en las ciencias sociales en donde el investigador
comparte con los investigados su contexto, experiencia y vida cotidiana, para conocer directamente
toda la información que poseen los sujetos de estudio sobre su propia realidad, o sea, conocer la vida
diaria de un grupo desde el interior del mismo. Uno de los principales aspectos que debe vencer el
investigador en la observación es el proceso de socialización con el grupo investigado para que sea
aceptado como parte de él, y a la vez, definir claramente dónde, cómo y qué debe observar y
escuchar. Durante el proceso de investigación, para recolectar la información, el investigador debe
seleccionar el conjunto de informantes, a los cuales además de observar e interactuar con ellos,
utilizar técnicas como la entrevista, la encuesta, la revisión de documentos y el diario de campo o
cuaderno de notas en el cual se escribe las impresiones de lo vivido y observado, para organizarlas
posteriormente.
3.7. La Animación Sociocultural
Es una estrategia de intervención que se desarrolla en, desde y para la Comunidad. Promueve la
participación y la dinamización social desde los procesos de responsabilización de los individuos en la
gestión y dirección de sus propios recursos. Es una herramienta adecuada para motivar y ejercer la
participación, se concibe como una toma de conciencia hacia el cambio personal a partir del
conocimiento y la práctica de las tradiciones de la Comunidad.
3.8. El Analisis Cualitativo de los Datos
Se entiende la metodología cualitativa "como una estrategia de investigación fundamentada en
una depurada y rigurosa descripción contextual del evento, conducta o situación que garantice la
máxima objetividad en la captación de la realidad, siempre compleja, y preserve la espontánea
recogida sistemática de datos, categóricos por naturaleza con independencia y objetividad que
posibilite un análisis que dé lugar a la obtención de conocimiento válido con suficiente potencia
explicativa. (Miles y Huberman). Categorizar datos implica realizar un juicio y valorar las unidades de
información. Se refiere a interpretar de manera coherente los diferentes datos en función de las
definiciones operativas de las categorías y la pertinencia se refiere a la relevancia de los datos en
relación a los objetivos del estudio y su adecuación a los contenidos.
647
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
648
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias bibliográficas
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República Bolivariana de Venezuela.
649
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
El presente trabajo tiene como objetivo recoger un conjunto de reflexiones acerca recorrido
histórico una disciplina en Venezuela: La Pedagogía Social, a partir del diseño del contínuo curricular
desarrollado en la UPEL desde experiencias de abordaje de la interculturalidad y la diversidad y su
relación con el perfil docente que se requiere. De igual forma, nos proponemos destacar la labor
docente e investigativa de un contingente de Pedagogos Sociales egresados de la Especialización
en Pedagogía Social, quiénes desde diversos contextos han propiciado el desarrollo de notables
experiencias educativas en diversos espacios sociales a nivel nacional. Las siete claves conceptuales
para la transformación curricular desde la Pedagogía Social son: Funcionamiento en Redes
Académico-Investigativas con enfoque territorial los proyectos aprobados se orienten a satisfacer las
necesidades de la comunidad: (Según documento: M. Esteves, D. Rada, L. Bolívar, G. Rangel (2011)
Las Redes Académico-Investigativas, para la Transformación Universitaria de la UPEL. Se busca de
ésta forma lograr la adecuación a los perfiles académicos específicos para la formación docente, y
que estos respondan a las necesidades educativas de las comunidades, propicien la participación, el
reconocimiento e incentivo necesario previa evaluación del servicio ejecutado, y se de respuesta a
las necesidades comunitarias de forma sistemática, metódica y crítica, según los planes de desarrollo
municipal, estatal y nacional con los siguientes criterios, la creación de redes en las que participen
tanto los profesionales de la Universidad como los de la acción social y fomentar la inserción
profesional. Se dirige a profesionales del ámbito social así como a profesores de diferentes niveles
educativos: 1) Inclusión y Justicia Social 2) Interculturalidad y Diversidad en espacios sociales
vulnerables 3) Pertinencia Social 4) Cooperación Internacional 5) Creatividad pensamiento lateral,
crítico y colaborativo, 6) Autonomía,7) Derechos Humanos. En este sentido, el Luis Ugalde s.j.(2012)
propone que es la educación la fuerza capaz de poner en movimiento nuestras mejores energías y
creatividades en la siembra de los recursos financieros del país, haciendo de la vocación educadora y
de la carrera docente, la prioridad de la juventud venezolana: dedicar la vida a transformarnos como
personas, como ciudadanos y como productores-emprendedores.
Como resultante del 3er. Congreso de Pedagogía Social, celebrado en la Sede del Instituto
Pedagógico de Caracas, se acordaron establecer los responsables por regiones para convocar el
trabajo en Redes Académico Investigativas desde la Pedagogía Social, atendiendo al perfil
profesional como investigador del egresado en Pedagogía Social y con competencias específicas
para atender a los espacios diversos y problematizados que se evidencian en el país: comunidades
indígenas, barrios, hospitales, penitenciarios, centros de protección, refugios, entre otros.
La génesis de la Pedagogía Social en la UPEL, se remonta a la década de los ochenta, con ello
se afirma que cumple tres décadas de muy notables aciertos. Surge primeramente desde el
Departamento de Prácticas Docentes con jóvenes en dificultad social (Melendro, 2009), del esfuerzo
y visión social de un equipo de docentes-investigadores que orientaron sus esfuerzos pedagógicos a
los sectores en situación de desventaja social. Se citan los proyectos de atención extra-escolar y uso
del tiempo libre en las comunidades de Caracas (Convenio UPEL-Alcaldía de Caracas 1994)
impulsados inicialmente por la Dra. Aura Leal de Ravelo y el posterior Convenio UPEL-INAM, el cual
constituyó otro de los eventos importantes dentro de esta disciplina que dio origen a la carrera que
lleva su nombre desde el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio, con cobertura a nivel
nacional y los actuales programas de reinserción social de jovenes en transición a la libertad dentro
del Proyecto del Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
trabajos de campo en las comunidades indígenas, visita a los espacios museísticos que representan
lo etnográfico venezolano, y de allí los conceptos de libertad, de razón, de espacio público de justicia
social, comunicación e igualdad. En torno a esto es necesario que los currículum de formación
docente orienten al maestro hacia la necesidad de explorar, de interpretar y de entender la realidad
social, política y económica. De allí se parte hacia el concepto de “escuela cooperativa” en la cual las
partes participen del concepto de intercambio, ayuda y solidaridad. De ello se deriva la voluntad del
docente de atender a los problemas fundamentales del país como son: la justicia, la inclusión y la
equidad social. Que permitan ampliar los límites en relación a la libertad, el respeto y la autonomía
de cátedra de cada docente. Al mismo tiempo se creen las condiciones para una educación integral
propiciadora del pensamiento crítico con contenidos que surjan de la propia reflexión de los niños y
las niñas y por ello generen una educación crítica.
En consecuencia el funcionamiento de las escuelas debe partir de curriculum originado en la
consulta sobre el génesis de la venezolanidad. Los docentes luchen por el logro de contrataciones
justas y relacionadas con el concepto de calidad de vida.
Finalmente, el sustentar el currículum de formación docente en el conocimiento, comprensión y
valoración de las culturas indígenas constituye uno de los retos para el logro de una ciudadanía
sustentada en la tolerancia, el reconocimiento del otro, la democracia y la existencia de una relación
horizontal en los procesos educativos, así como el logro de un docente creativo, transformador,
comprometido ética y políticamente con la escuela, con la casa, con el barrio y con los diversos
espacios sociales. En base a las experiencias desarrolladas durante el Congreso Nacional de
Pedagogía Social, se plantean lo siguientes aspectos:
1) Pregrado en Pedagogía Social: con la aprobación de 165 U/C, otorgando el título de Profesor
en la Especialidad de Pedagogía Social, en todos los Institutos y Núcleos de la UPEL.2) Diplomado
en Pedagogía Social. 3) Especialización, 4) Maestría, 5) Doctorado.
4. Referencias Bibliográficas
Baptista, I. (2012). Ética y Educación Social. Interpelaciones Contemporáneas. Pedagogía Social.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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VV.AA. Código Deontológico del Educador y la Educadora Social. Santiago de Compostela: Colegio
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VV.AA. Diseño Curricular de la Especialidad de Pedagogía Social impartida en I.M.P.M. desde
1999/2006. Caracas: Vicerrectorado de Investigación y Posgrado. Universidad Pedagógica
Experimental Libertador
VV. AA. Diseño Curricular de la Maestría en Orientación. Caracas: Vicerrectorado de Investigación y
Posgrado. Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
VV.AA. Diseño Curricular de la Maestría en Pedagogía Social. Caracas: Vicerrectorado de
Investigación y Posgrado. Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Pérez-Pérez, Itahisa
Universidad Pablo de Olavide
iperper@upo.es
1. Introducción
Tanto la investigación como la intervención socioeducativa son dos grandes pilares
(fundamentales y constituyentes) de las Ciencias Sociales. La investigación socioeducativa (o
investigación social aplicada a realidades o problemas socioeducativos) consiste en un
“…proceso de indagación que intenta dar respuesta a un problema socioeducativo a través
de la aplicación del método científico. La dirección hacia la ampliación de conocimiento del
fenómeno que es estudiado o hacia la mejora de la práctica, dibujan el límite entre la
investigación básica y la aplicada, existiendo, no obstante, entre ambos tipos una relación
de continuidad” (Ballesteros Velázquez, 2010).
Las Ciencias Sociales y la investigación socioeducativa van de la mano. Las primeras tienen
como uno de sus objetivos principales estudiar y analizar la realidad social, y esto es precisamente
lo que la investigación socioeducativa desarrolla. Podemos decir que esta última cumple, casi de
forma perfecta, la meta más primaria de las Ciencias Sociales: estudiar la sociedad. Como comenta
Ballesteros Velázquez (2010), la investigación socioeducativa suele (o intenta, al menos) contestar e
implicarse en problemas socioeducativos utilizando el método científico. El uso del método científico
en el estudio de la sociedad es muy importante, porque hace que las Ciencias Sociales puedan ser
consideradas como “ciencias”. Sin embargo, el cuestionamiento de su validez por parte de las
Ciencias Experimentales sigue estando vigente (y lo ha estado prácticamente desde el nacimiento
de las Ciencias Sociales). También es importante resaltar que no solamente se investiga para dar
solución a un determinado problema. En el ámbito socioeducativo también se investiga por el simple
hecho de conocer mejor y profundizar la realidad en la que vivimos, y aquí es cuando la
investigación en el campo socioeducativo empieza a cobrar cada vez más relevancia para la
Sociología: la distinción que Ballesteros Velázquez (2010) hace más adelante entre investigación
básica e investigación aplicada es la que no dará la clave.
En un principio (y de manera original), la Sociología no media en la realidad social que estudia,
solamente se limita a intentar conocer de la mejor forma posible cómo es su estructura, cuáles son
las dinámicas por las que se rige, etc. La Sociología también intenta responder ante problemas o
situaciones conflictivas que puedan darse en su objeto de estudio, pero dejan la mediación y la
implicación con éste (intervención) a otras ramas de las Ciencias Sociales, como la Educación o el
Trabajo Social. Podríamos decir entonces que la Sociología abarca la investigación básica y otras
disciplinas sociales se encargan de la investigación aplicada (que tiene detrás una propuesta de
intervención y de mejora de las condiciones de la realidad social en la que se indaga).
A pesar de lo que hemos expuesto anteriormente, también existe la Sociología Aplicada,
aunque posee un poco menos de relevancia en comparación con las principales tendencias que se
desarrollan en la corriente sociológica en general. La investigación socioeducativa se desglosa en
varios niveles. Los paradigmas son aquellos esquemas básicos de pensamiento de los que se
parten a la hora de investigar (pueden ser positivista, interpretativo y sociocrítico) y las técnicas son
los métodos que sirven para extraer la información del objeto de estudio (entrevistas en profundidad,
grupos de discusión, cuestionarios, etc.).
Retomando el hilo de la implicación y la mediación en y con el objeto de estudio, nos
encontramos con la intervención socioeducativa, que se puede decir que consiste en el siguiente
paso a la investigación socioeducativa. La intervención socioeducativa consiste en la
“…irrupción en una realidad con el ánimo de modificarla. La contundencia de la definición
obedecía a la voluntad de resaltar el hecho de que toda intervención socioeducativa
supone la entrada en la realidad del “otro” con la pretensión de cambiarla a partir de las
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Investigaciones grupales
Una vez explicados los principios básicos y las fases de la investigación e intervención
socioeducativa, los estudiantes configuran los grupos de trabajo y eligen el tema concreto que van a
estudiar. Como señalábamos anteriormente, el tema central era la participación comunitaria, que se
explicó previamente en clase, y cada grupo elegiría los destinatarios y la pregunta de investigación.
A continuación exponemos los 5 casos que se diseñaron e implementaron, en forma de sondeo,
puesto que por cuestiones organizativas y de cronograma, no era factible profundizar en ellos con
objeto de conseguir un estudio fiable. Nuestra intención era una aproximación a cada una de las
fases que deben llevar a cabo en una investigación, el diseño de instrumentos de recogida de datos y
la propuesta de intervención socioeducativa en base a los resultados obtenidos en la primera. Cada
uno de estos casos se dividen en: introducción, objetivos, metodología, resultados, conclusiones y la
propuesta de intervención.
3.1. Caso 1: Participación de estudiantes de Sociología en asociaciones
Introducción: el tema de este trabajo es la participación de carácter voluntario en asociaciones
entre los alumnos del Grado de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide. El primer paso es
conocer el número de personas (dentro de la comunidad/objeto de estudio) que participan en
asociaciones y aquellas que no lo hacen, para posteriormente, investigar las causas tanto de uno
como de otro comportamiento. Se parte del concepto de participación en una doble vertiente: del
individuo a la sociedad (participación a partir de razones personales) y de la sociedad al individuo
(influencia de las instituciones en la población).
Objetivos: conocer el grado de participación en el tejido asociativo de la población que forma el
conjunto de estudiantes de Sociología en la UPO. Este objetivo principal se desglosa en tres objetivos
más concretos: señalar las asociaciones con mayor grado de participación por parte de los futuros
sociólogos, conocer los motivos que favorecen o dificulten que los estudiantes de la población/objeto
de estudio participen o no de forma activa en las asociaciones y comprobar si existe una relación
dependiente entre el contacto con la realidad social vinculada a los estudiantes de Sociología con la
participación activa en las asociaciones.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Metodología: se parte del paradigma positivista y se usa la encuesta como técnica de recogida
de datos. Posteriormente, se triangularon los resultados con el método DAFO y la elaboración de un
árbol social.
Resultados:
- El 83% de los encuestados no pertenece a ninguna asociación, mientras que solo el 17%
afirma participar en alguna de las asociaciones. Las mujeres y el grupo de edad comprendido
entre los 26-29 años son los que más participan.
- Los datos revelan que son las asociaciones de luchas contra el hambre, las religiosas y la
categoría abierta ‘otras’ las que más nivel de participación registran (18% y 19%).
- Los análisis reflejan que el principal motivo por el que los alumnos de sociología participan en
estas asociaciones es el hecho de sentirse útil.
- El motivo más significativo por el que no participan es la falta de interés (47%)
- Por último, los datos indican que no existe ninguna relación entre estudiar sociología y ser
más participativos. Es decir, conocer la realidad por sí mismo no motiva ni conciencia a tomar
partido en ella.
Conclusiones: conocer la realidad no quiere decir que se quiera participar en ella. El interés (o
la ausencia del mismo) es lo que más vincula a una persona con una asociación, no su titulación. La
intervención que se propone para aumentar la participación en asociaciones entre los futuros
sociólogos es fomentar la participación voluntaria en diferentes asociaciones, con la esperanza de
que este contacto tenga un efecto concienciador y motivacional. También se propone la oferta de
información sobre los canales en los que pueden participar.
3.2. Caso 2: Conocimiento de profesorado y alumnado de Ciencias Sociales sobre el voto en blanco
Introducción: el tema de este trabajo es el grado de conocimiento que poseen los alumnos y
profesores de la Facultad de Ciencias Sociales de la UPO sobre el voto en blanco como forma de
protesta electoral y las razones que pueden motivar su uso.
Objetivos: indagar sobre el conocimiento que tiene la población/objeto de estudio sobre el voto
en blanco y, en el caso de que lo usen (o conozcan a alguien de su entorno que lo use) acceder a las
motivaciones para ello.
Metodología: partiendo del paradigma sociocrítico, se ha utilizado la técnica del multimétodo
(entrevistas en profundidad) y encuesta mediante cuestionarios, contando con la aplicación del DAFO
y del árbol social.
Resultados: el 90 % de los encuestados creen conocer el voto en blanco. Pero solamente una
minoría (19,6 %) lo ha utilizado en alguna ocasión. La mayoría de los encuestados lo conocen por sus
familiares. Un 64,7 % cree que está aumentando (y ha aumentado) en los últimos años. En relación
con la pregunta abierta en la cual se pregunta qué es el voto en blanco, la respuesta más común es
que el voto en blanco es una forma de protesta e inconformidad con los partidos políticos. Sin
embargo, se tiene la idea equivocada de que el voto en blanco va a parar a las manos de los partidos
que obtienen la mayoría.
Conclusiones: la hipótesis inicial queda desmentida: los estudiantes y profesores de la Facultad
de CCSS de la UPO no conocen tanto acerca del voto en blanco como en un principio se creyó. La
propuesta de intervención consiste en la colocación de un stand informativo, el reparto de folletos
por los edificios de la Facultad y la celebración de unas “Jornadas sobre el conocimiento del voto en
blanco”.
3.3. Caso 3: Un acercamiento al funcionamiento y organización interna de las PIVES
Introducción: el tema de este trabajo es el funcionamiento y la organización interna de las
PIVES (Punto de Información de Vivienda y Encuentro).
Objetivos: conocer el funcionamiento interno de las PIVES y la difusión de este movimiento.
Metodología: se parte del paradigma sociocrítico y se usa la entrevista en profundidad como
técnica de recogida de información.
Resultados: tras la transcripción de las entrevistas en profundidad y la categorización de los
resultados, ya no se conoce mejor cuál es la dinámica y la marcha de este movimiento.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Partiendo desde el estudio de los paradigmas, “hemos tenido mucha margen de maniobra a la
hora de escoger lo que más nos interesara dentro de la participación comunitaria, que ha servido para
acercarnos más a nuestra población/objeto de estudio e interactuar con ella”. La investigación
socioeducativa no solamente brinda la oportunidad de analizar sobre aquello que nos llame más la
atención, sino que también puede ser la respuesta a un problema, pasando por el análisis de sujetos,
de grupos de sujetos, de programas, de instituciones, de métodos o de recursos (Martínez González,
2007, p.17).
Por otra parte, consideran que la Sociología “debería tener más en cuenta todas las aportaciones
que ofrece el ámbito socioeducativo, porque enriquecen las distintas vías que pueden tomar tanto
sociólogos, educadores y trabajadores sociales, como pedagogos, para hacer de ésta una sociedad
mejor”. En este sentido, señalan que “no solamente hemos aprendido más sobre la investigación, sino
que hemos descubierto la intervención socioeducativa, otra manera de cambiar nuestro entorno y
mejorar nuestra calidad de vida”.
En relación con el nivel de los trabajados realizados, todos han cumplido con las expectativas y
han comprendido el significado global de la asignatura, las fases que hay que tener en cuenta a la
hora de diseñar e implementar una investigación socioeducativa, pero también la importancia de
plantear una intervención para mejorar la situación analizada. Además, han conocido otro campo de
actuación, como es la participación comunitaria, muy importante en el momento socio-económico que
estamos viviendo, y en el cual se les abrió un abanico atractivo y motivador para los futuros
profesionales.
También hay que tener en cuenta el tiempo con el que contábamos en una asignatura semestral,
que limitaba el poder profundizar en las investigaciones, por eso nos centramos en una
aproximación, de manera que pudiesen tener conocimiento general de todas las fases, y las
implementasen en la práctica. Según los propios estudiantes “los trabajos hubiesen dado más de sí si
hubiésemos dispuesto de más tiempo, pero, con lo que teníamos, pienso que hemos alcanzado la
meta aportando más riqueza académica a nuestra experiencia en la universidad”.
En definitiva, es necesario integrar las diferentes disciplinas que conforman las Ciencias
Sociales, trabajando de manera inter y multidisciplinar desde la universidad, para evitar que los
estudiantes sigan viendo las asignaturas como “estancas”. Como señalan los estudiantes “con lo que
cada una puede aportar y trabajando conjuntamente, la investigación y la intervención en nuestra
sociedad serían mucho mejor de lo que es ahora”.
5. Referencias Bibliográficas
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661
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Las últimas décadas del siglo XX son años donde las mujeres comienzan a reclamar la
necesidad de contar su propia historia y disfrutar de derechos que sentían se les estaban quitando
sólo por ser mujeres. Aparecen distintos grupos feministas que reclaman igualdad efectiva entre
hombres y mujeres en el ámbito laboral, educativo, político… Dentro de este marco, una de las
problemáticas que se aborda es la violencia hacia las mujeres por parte de su pareja, marcando un
hito Leonore E. Walker con la publicación del libro The battered woman (1979), donde recoge la teoría
del ciclo de la violencia, vigente hoy en día. En torno a esta fecha, y también en los siguientes años,
se desarrollan un gran número de investigaciones sobre incidencia y factores de riesgo de la violencia
hacia la mujer por parte de su pareja o ex pareja. Gran parte de estas investigaciones se han llevado
a cabo con mujeres y hombres adultos, y mayoritariamente casados y/o viviendo juntos. Sin embargo,
pronto comienza a verse la necesidad de ampliar las investigaciones a las parejas más jóvenes. Así,
Makepeace (1981) condujo el primer estudio sobre la naturaleza y prevalencia de la violencia en
parejas de novios, encontrando un 21,2% de estudiantes universitarios que habían experimentado al
menos una vez violencia en sus relaciones de pareja, aunque ya Kanin en 1957 había hecho una
llamada de atención sobre este tema. A partir de esta fecha, muchos otros investigadores e
investigadoras desarrollaron numerosos estudios sobre la incidencia (Follingstad, Wright, Lloyd y
Sebastian, 1991; Soriano Díaz, 2011; Straus, 2004) y los factores de riesgo de las conductas
violentas en parejas de novios (Muñoz Rivas et al., 2007; O’Keefe, 1998).
En España aún no son muchas las investigaciones en este ámbito, aunque desde hace algo más
de una década ya algunos estudios se han centrado en el abordaje de la violencia en parejas jóvenes
y sus características específicas. Están entre estos estudios el llevado a cabo por González Méndez y
Santana Hernández (2001) quienes han encontrado una prevalencia del 7,5% de chicos y el 7,1% de
chicas que manifiestan haber ejercido violencia física contra sus parejas al menos una vez. Muñoz
Rivas et al. (2007) concluyen que el 95,3% de las chicas y el 92,8% de los chicos han perpetrado
violencia psicológica, mientras que el 4,6% de los chicos y el 2,0% de las chicas han agredido de
forma severa a sus parejas.
Con estos datos hemos visto la necesidad de conocer la incidencia de conductas violentas que
puede haber entre los y las jóvenes estudiantes de educación secundaria de Asturias. Puesto que el
estudio está en desarrollo, los datos que se recogen en las siguientes líneas corresponden a unos
resultados preliminares obtenidos a partir de la información de la que disponemos hasta el momento.
2. Objetivos de la investigación
A la luz de los datos en cuanto a prevalencia de violencia en parejas jóvenes a nivel
internacional, y de aquellos estudios desarrollados en nuestro país nos proponemos con esta
investigación los siguientes objetivos:
1. Detectar la posible existencia de conductas violentas en parejas jóvenes.
2. Cuantificar los comportamientos violentos que se dan en las relaciones de pareja de los y las
jóvenes en Asturias.
3. Contenidos
La información recogida puede diferenciarse en dos grandes ámbitos:
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Método
4.1. Muestra
Para este estudio se ha seleccionado una muestra de estudiantes de Educación Secundaria,
concretamente de 3º y 4º de E.S.O, y 1º y 2º de bachiller a partir del método probabilístico aleatorio
estratificado, dividiéndolo en dos etapas, y tomando como estratos las ocho comarcas educativas
delimitadas por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI). En primer
lugar se seleccionaron los centros participantes de cada comarca educativa; y en un segundo
momento, dentro de cada centro, se tomaron las aulas necesarias por cada curso para la aplicación
del cuestionario. Finalmente el instrumento de recogida de información fue cubierto por aquellos
alumnos/as que estaban en el aula en la fecha fijada entre el centro educativo y el equipo de
investigación.
Los resultados, que en este trabajo se presentan, hacen referencia a nueve centros educativos,
pertenecientes a siete de las ocho comarcas educativas (aún no disponemos de datos de la última
comarca educativa).
El número de estudiantes que han participado en el estudio es de 740, de los cuales el 43,8%
son chicos y el 55,9% son chicas. Respecto al nivel educativo, el 25,5% cursaba 3º de E.S.O, el
29,7% 4º de E.S.O., el 26,2% 1º de bachiller y el 18,5% 2º de bachiller. La edad del alumnado varía
entre los 13 y los 20 años, siendo la media de edad de 15,97 años (DT=1,225).
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Resultados
5.1. Las relaciones de pareja de los y las jóvenes
Del total de la muestra de estudiantes que participa el 80,7% (334) de las chicas y el 80,9% (262)
de los chicos ha tenido alguna pareja. En el cuestionario no se establecía una longitud mínima, así
como tampoco una estabilidad de la relación para considerarlo como pareja. Por tanto, las respuestas
recogen lo que los y las estudiantes han considerado como tal, entre lo que hay relaciones muy
variadas en longitud y consideración de la misma (ocasional, estable o seria).
La edad media en la que han tenido la primera pareja es de 13,56 (D.T.= 1,438) años para las
chicas y de 13,34 (D.T.= 1,520) años para los chicos, y el número medio de parejas hasta la
actualidad es de 3,21 para las chicas y de 4,31 para los chicos.
Dentro de las relaciones de pareja hemos querido recoger información sobre las primeras
relaciones sexuales. Así, el 50,6% de las chicas declara haber mantenido relaciones sexuales con
penetración, siendo la edad media de la primera relación de 14,69 (D.T.= 2,553). Entre los chicos, el
45% manifiesta haber mantenido relaciones sexuales con penetración, siendo la edad media de la
primera relación de 14,83 (D.T.= 2,268).
Por último, hemos incluido información sobre las relaciones de pareja en el momento de la
recogida de datos. El 46,7% (156) de las chicas y el 29,4% (77) mantiene una relación, siendo la
edad media de la pareja de 17,92 (D.T.= 3,645) en el caso de las chicas y de 15 (D.T.= 3,055) en el
caso de los chicos.
En general, consideran la relación actual como estable (55,1% de las chicas y 55,8% de los
chicos), seguida de la consideración de la relación como seria (31,4% de las chicas y 27,3% de los
chicos) y, en último lugar, ocasional (13,5% de las chicas y 14,3% de los chicos).
La longitud media de la relación actual es de 9,22 meses (D.T.= 9,205; Moda=1 mes) en el caso
de las chicas y de 6,97 meses (D.T.= 6,97; Moda=2 meses) en el de los chicos.
Por último, el 91,7% de las chicas manifiesta estar bastante o totalmente satisfecha con su
relación, mientras el 8,3% dice estar bastante o totalmente insatisfecha. En cuanto a los chicos el
92,2% dice encontrarse bastante o totalmente satisfecho con su relación, mientras el 6,5% señala
que está bastante o totalmente insatisfecho con la relación.
5.2. Incidencia de violencia física
La violencia física es el segundo tipo de violencia más frecuente de los tres que se han incluido
en el estudio. El número de chicas que declara ha ejercido al menos una conducta violenta contra su
pareja (37,4%), así como que ha sido víctima (34,4%) de al menos uno de los comportamientos
incluidos en la escala de agresiones físicas, es superior al de los chicos (17,4% y 14,1%
respectivamente).
Dentro de la categoría de violencia ejercida, la conducta más utilizada por los chicos
corresponde a morder a su pareja (5,7%), seguida de lanzar algún objeto que no le golpeó (5,3%) y
empujar o agarrar a su pareja (5%). En cuanto a las chicas, la conducta que más señalan es dar una
bofetada (19,2%), seguida de morder a su pareja (12,9%) y lanzar un objeto que no le golpeó
(11,1%).
En el caso de victimización por parte de sus parejas, chicos y chicas señalan valores similares,
siendo en la mayor parte de los casos los valores más altos en el caso de las chicas, si bien, por
ejemplo, mayor número de chicos (9,5%) que de chicas (5,4%) declaran que su pareja les ha dato
una bofetada. Las conductas violentas que más han sufrido por parte de sus parejas son, en ambos
casos, dar una bofetada, morder, lanzar un objeto que no le golpeó y arañar.
Al preguntar a los estudiantes por los motivos que les llevan a ejercer o a sufrir las conductas
que señalan hacen alusión en sobre todo a que la agresión se produjo como un juego o una broma
(77,9% y 59,2% en el caso de las chicas; y 65,2% y 64,4% en el caso de los chicos), insistiendo en
que no ha sido una agresión sino una broma como muestran algunas de las respuestas cualitativas
dentro de la opción Otros motivos. Así, encontramos que algunos estudiantes señalan “siempre es en
broma y jugando, y haciendo el tonto” (chico), “morder mientras besas y poner zancadilla en plan
juego” (chico), “como juego pero nunca nos mancamos” (chica) o “es jugando, nunca nos pegamos
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Le pegué como venganza por un daño emocional que él/ella me causó 4,9 2,2
Me pegó como venganza por un daño emocional que yo le causé 0,8 2,2
En otros casos, los chicos y chicas aluden a que la conducta que han seleccionado se había
dado dentro del juego erótico, sobre todo cuando habían señalado morder o arañar. Decidimos por
esto realizar de nuevo los análisis de incidencia de violencia física excluyendo estas dos variables,
pudiendo observar algunos cambios, especialmente en la violencia física recibida, y concretamente
en el caso de las chicas que pasan de un 30,2% a un 23,4% al eliminar las dos conductas citadas.
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
6. Conclusiones
En coherencia con otros estudios realizados en el ámbito de la violencia en parejas jóvenes las
conductas violentas de mayor prevalencia corresponden con aquellas de índole psicológico, seguidas
de la violencia física y, por último, la violencia sexual (Foshee et al. 2004; Muñoz Rivas et al., 2009;
Straus 2004).
La incidencia en el caso de la violencia psicológica y física es similar en chicos y chicas, siendo
en algunos casos superiores en el caso de las chicas. Sin embargo, tal como se recoge en estudios
similares, en el caso de la violencia sexual es más elevada la victimización en el caso de las chicas y
la agresión en el caso de los chicos (Fernández-Fuertes y Fuertes, 2010; Muñoz Rivas et al., 2009).
Resulta muy llamativo el reconocimiento por parte de los chicos y chicas de su insistencia con su
pareja para mantener relaciones sexuales. ¿Podría esto ser un indicador del extremo valor que le dan
los y las jóvenes a las relaciones de eróticas? Es decir, a la creencia de que la satisfacción sexual es
suficiente para mantener una pareja unida y enamorada. O, por el contrario, ¿es una estrategia para
mostrar poder sobre el otro/a? Esto es algo muy complejo de resolver, y para lo que los datos de este
cuestionario no nos ofrecen respuesta. Por ello se espera el desarrollo de estudios cualitativos que
den la palabra a los y las jóvenes, pues son únicamente ellos y ellas quiénes pueden contarnos que
pasa en su día a día, y qué es lo que se pasa por sus cabezas cuando ejercen este tipo de
conductas.
Es de especial relevancia en este estudio la inclusión de los motivos de la violencia, pues nos
aportan información muy valiosa sobre en entorno donde se produce. Destaca aquí la idea de chicos
y chicas de quitar importancia a situaciones como dar una bofetada o dar una patada,
considerándolos un juego, coincidiendo con otros estudios anteriores (Muñoz Rivas et al., 2007). Sin
embargo, esta puede ser tan sólo una estrategia para evitar interpretar el suceso como agresivo
(Fernández González et al., 2013), o puede que en algún momento el juego deje de serlo y acabemos
causando daño a nuestra pareja.
A falta de los datos que completen el estudio, así como del análisis de los factores que pueden
estar influyendo en la comisión de conductas violentas en el seno de las primeras relaciones de
noviazgo cabe señalar la necesidad de intervención tanto en programas de prevención primaria como
puede ser el caso del Programa Ni Ogros Ni princesas en Asturias (Lena Ordoñez et al., 2007), como
667
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
7. Referencias Bibliográficas
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668
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Úcar, Xavier
Universidad Autónoma de Barcelona
xavier.ucar@uab.es
1. Introducción
En la actualidad nos encontramos en un momento de gran efervescencia respecto al clown
(payaso) en el ámbito socioeducativo. Son numerosos los talleres que se ofertan, las nuevas
iniciativas que se desarrollan a partir de esta figura, incluso las organizaciones que apuestan y
defienden este arte para la transformación social. Ya sea por necesidad, tendencia o intereses, los
payasos cada día están más presentes en la vida diaria y en ámbitos de lo más inusuales,
extendiendo su función, más allá de lo artístico, hacia labores sociales y educadoras. En este
momento existen un gran número de experiencias sociales y educativas a partir de la figura del
payaso. Cada vez hay más textos y es más amplia la bibliografía que se refiere al ``clown social´´. Sin
embargo, también estamos ante un concepto poco o nada delimitado y definido. Por ello, la presente
investigación plantea la necesidad de identificar y clasificar prácticas y acciones sociales y educativas
desarrolladas por payasos, con el objetivo de fundamentar una concepción socioeducativa de este
arte que posibilite su definición, caracterización y posterior expansión.
La concepción actual del ``payaso social´´ nos ofrece un campo demasiado grande y ambiguo.
Es de vital importancia identificar las distintas prácticas que componen este concepto para poder
centrar la investigación en la interrelación entre acción socioeducativa y ``clown social´´. En el
``payaso sagrado´´ encontramos un elemento clave como figura predecesora a las actuales prácticas
socioeducativas desarrolladas por payasos. Lo que lleva a plantearnos la siguiente pregunta de
investigación: ¿qué aporta el clown a la acción socioeducativa?
Para dar respuesta a este interrogante se hace imprescindible localizar antecedentes, aspectos y
características que consoliden y nos ayuden a definir los puntos de concatenación entre lo
socioeducativo y lo ``clownesco´´. Entre estos, encontramos elementos como la animación
sociocultural, la animación teatral, u otras disciplinas afines. Propuestas a valorar y a tener en cuenta
para la puesta en relación con el arte del clown.
Esta comunicación está estructurada en cinco puntos. En primer lugar se presenta una
introducción. A continuación, el punto: Hacia un clown socioeducativo, a través de sus tres epígrafes,
fundamenta el trabajo socioeducativo desarrollado por el clown. En el punto 4 se muestra el
procedimiento metodológico, y en el siguiente las conclusiones. Por último, encontramos las
referencias bibliográficas consultadas.
1
El trabajo que presentamos es la síntesis de un trabajo de investigación de tercer ciclo presentado en el curso
2012-13 en el Departament de Pedagogia Sistemàtica i Social de la Universitat Autónoma de Barcelona, que es
el estudio piloto a partir del cual se va a construir a lo largo de los próximos años una tesis doctoral.
669
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
del payaso para constituir ``líneas de fuga´´, líneas creativas, irreverentes y de sátira que cuestionan
el orden social establecido de una sociedad. Características que ponen en evidencia nexos de unión
entre el arte del clown y la acción socioeducativa. Cuando hablamos de acción socioeducativa, nos
referimos a todo aquello que posibilita la creación de bases, hábitos y actitudes que permiten aportar
soluciones a los problemas educativos, formativos y culturales de la ciudadanía (Luque, 2002).
Por otra parte, Sen (2000) entiende el ``enfoque de las capacidades´´ como un método para
comprender los problemas educativos, formativos y culturales a los que nos enfrentamos. Los cuales
vienen determinados por el grado y la garantía de las libertades fundamentales de los individuos.
Para Nussbaum (2012) este enfoque puede definirse provisionalmente como una aproximación
particular a la evaluación de la calidad de vida y a la teorización sobre la justicia social básica. Lo que
significa, preguntarse en cada ámbito que afecta a la calidad de vida de una persona (salud, cultura,
educación…): `` ¿qué son las personas en general (y cada una de ellas en particular) realmente
capaces de hacer y de ser?´´ (Nussbaum, 2012, p.33). Dicho de otro modo, según este enfoque, la
calidad de vida de una persona viene dada en relación a sus oportunidades reales de hacer/ser, a
partir de sus capacidades.
Sin olvidar que la calidad de vida de una persona está condicionada por la realidad social a la
que pertenece, lo que propone el enfoque de las capacidades es hacer una valoración general y
particular de los problemas de las personas en función de sus libertades; de las libertades de hacer o
de ser a las que tienen acceso. Además, plantea concebir las libertades individuales como un
compromiso social que posibilite la solución de problemas (Sen, 2000); o lo que es lo mismo, a partir
de nuestro punto de vista, plantea la acción socioeducativa como procedimiento para acompañar y
ayudar a las personas en las acciones y procesos con los que tratan de mejorar su calidad de vida.
Siguiendo las aportaciones de distintos autores (Martínez, 1988; Geibler y Hege, 1997; Luque, 2002;
Úcar, 2004; Soler, 2011), podemos caracterizar la acción socioeducativa como un proceso en, con,
por y para el grupo o la comunidad que permite acompañar y ayudar a las personas, grupos y
comunidades en la búsqueda de soluciones a sus problemas educativos, formativos y culturales,
posibilitando la mejora de su calidad de vida.
En esta línea, Grosjean e Ingberg (1980) consideran la cultura y el arte como algo aplicable a la
diversión popular y a la vida cotidiana, donde organismos que significan vida en grupo, creatividad y
acción crítica y constructiva en asuntos comunitarios trabajan junto a artistas y animadores. Razón
que ha llevado a reflexionar e introducir el arte dramático en contextos sociales, culturales y
educativos; generando así nuevas disciplinas, iniciativas y propuestas de intervención que han
desencadenado en la creación de conceptos como el de animación teatral. Disciplina, hermanada con
la animación sociocultural, que utiliza recursos dramáticos para alcanzar el objetivo de despertar y/o
ayudar a desvelar conciencias y estimular la acción emancipadora de los grupos y comunidades
(Úcar, 2000).
Como apunta Úcar (2000) la animación teatral es un punto de encuentro interdisciplinar que
aúna lo cultural, lo educativo y lo artístico en una mezcla tal que se hace difícil distinguir en sus
prácticas cada uno de sus elementos. A pesar de ello, siguiendo las aportaciones de distintos autores
(Ander-Egg, 2000; Úcar, 2000; Caride, 2005; Caride y Vietes, 2006) catalogamos dentro de la
animación teatral aquellas acciones que cumplen los siguientes requisitos:
- Uso de técnicas, recursos y productos de carácter dramático y teatral.
- Intencionalidad de la persona por desarrollar sus capacidades y aptitudes en el grupo.
- Participación ciudadana en los procesos de expresión, creación, comunicación y
recepción teatral.
- Búsqueda de democracia cultural, con el fin de promover la emancipación colectiva y
el cambio social.
670
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Blerkom, 1995; Oliva y Torres, 2003). Junto a la función ritual, en la mayoría de los casos, el payaso
ha desarrollado una función sanadora. Esta función sanadora ha sido llevada a cabo por payasos
chamanes que como establece Van Blerkom (1995), se han dedicado a curar revelando la ``profunda
naturaleza humana´´ a la comunidad. De este modo se puede alcanzar una sanación en la
comunidad, por lo que nos enfrentamos a la tercera función: la función social. En el caso europeo,
podemos encontrarla en los payasos y bufones de la Edad Media, que, según Diz (2011), se
mostraban como agentes libres encargados de representar la conciencia colectiva de la sociedad por
medio de la parodia y el humor. Pero, esta función social del payaso de la que estamos hablando, se
ha visto irremediablemente avocada a una dimensión ingenua, candorosa, decididamente insuficiente
(Gondra, 2011). Generando un payaso moribundo que no puede hacer frente a la situación de
aislamiento, confusión, frustración, crisis, que se muestra evidente en inciertos valores morales, en la
falta de sentido de comunidad y en el desprecio por el mundo natural, como apunta Julty (2000).
Andrés Del Bosque remarca:
`` (…) quizá se ha hecho demasiado énfasis en desligar el clown de todo tipo de intervención
en los problemas de la polis, y a mí esto me parece la muerte del clown, de la que habla
Fellini en su película I Clown. La decadencia del clown surge precisamente de que pierde su
contexto social, pierde al público, al que tiene de hablar justamente de los problemas que le
interesan´´ (Corcuera y Henríquez, 2009, p.156).
A día de hoy, podemos observar la consagración de un resurgimiento del uso del payaso con
fines que van más allá de la risa y del espectáculo en payasos que visitan salas de hospital,
geriátricos, orfanatos y comunidades empobrecidas (Julty, 2000). Esta redefinición del uso del clown,
según Diz (2011) está permitiendo su reconciliación con el público al acercarse a las necesidades de
la sociedad, ya que consigue hacer visibles los problemas, las inquietudes, las críticas y los deseos
de las personas. Como ya hacía aquel payaso sagrado de tribus indígenas a través de humor, magia,
canciones y bailes, para mostrar subyacentes mensajes de fe, reverencia, respeto, valores de la
comunidad, integridad personal (Julty, 2000). Eso le permitía al payaso convertirse en un respetado y
reconocido líder de la comunidad con una clara función de carácter social.
En resumen, en el arte del clown pueden contemplarse tres tipos de funciones, en la mayoría de
los casos conectadas entre sí: Función ritual, función sanadora y función social. Siendo el payaso
sagrado la figura nexo de estas tres. Además de estas tres funciones podemos establecer a caballo,
entre lo ritual y lo social, una sub-función socioeducativa.
En base a los elementos socioeducativos contemplados y dada la bibliografía sobre el arte del
clown, encontramos autores (Handelman, 1981; Julty, 2000; Diz, 2011) que defienden el payaso como
agente socioeducativo, al considerarlo líder de la comunidad, catalizador de la creatividad y
cuestionador del orden social establecido. Acciones éstas desarrolladas por el payaso sagrado. Sin
embargo, ocurre que el devenir histórico marcará un proceso de deterioro de la primitiva significación
ritual que con frecuencia solo se mantendrá en aquellas formas vinculadas con el ceremonial social
(Radic, 2002). Por ello, en diversos contextos el payaso pierde su condición sagrada, pero no los
elementos sociológicos. De este modo, el payaso deja de ser sagrado para potenciar atributos
socioeducativos como el cuestionamiento del orden social establecido o el fortalecimiento de la
pertenencia al grupo, dando lugar a la figura del ``payaso socioeducativo´´.
2.3 El clown socioeducativo
En el payaso sagrado identificamos la figura ancestral del chaman de los primeros albores de la
humanidad (Berthold, 1974; Salvat, 1996; Oliva y Torres, 2003), del cual se originan el resto de
tipologías de payasos hasta nuestros días. En la actualidad existen payasos que no siendo sagrados,
guardan similitud en los significados y las funciones de sus actuaciones con estos extravagantes
chamanes, como establece Van Blerkom (1995). Podemos verlo en payasos que promueven salud en
hospitales o en residencias de personas mayores (Gryski, 2008; Vinit, 2006). O como apunta
Bonange (2006), intervenciones de payasos en centros de formación, asociaciones de vecinos,
inauguraciones, cafés filosóficos, Teatro fórums, campamentos de refugiados (Payasos sin
Fronteras), manifestaciones, etc.…
Esto ha generado que aparezcan distintos tipos de payasos que podemos agrupar en tres
categorías: (A) payaso artístico/escénico; (B) payaso terapéutico y, (C) payaso social), como se
puede ver en la tabla nº1.
671
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Como podemos observar en la tabla, la categoría social contempla tres tipos de payasos que
actúan como agentes sociales, es decir, prestando servicios comunitarios, humanitarios y rebeldes. A
la que hay que sumarle los servicios prestados por el payaso socioeducativo.
En el grupo de payasos Henyoka Clown, formado por Camilo Rodríguez y Jaime Fajardo,
encontramos un referente respecto a los parámetros expuestos.
672
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Según exponen sus fundadores, el grupo nace con la inquietud de incursionar en temas políticos
y sociales con el objetivo de aprender, compartir, generar reflexión y criticar la sociedad y el mal uso
del poder a través de la confrontación con el ridículo, el juego, el absurdo y la comedia, por medio de
proyectos sociales y espectáculos de clown.
3. Procedimiento metodológico
3.1 Percepciones de tres profesionales
Con el objetivo de conocer opiniones y reflexiones ante las líneas, estrategias y acciones
socioeducativas desarrolladas en distintas prácticas llevadas a cabo por payasos se ha utilizado
metodología cualitativa y la entrevista semiestructurada como instrumento de captación de datos. La
entrevista semiestructurada, es una herramienta muy útil para la búsqueda de información sobre el
punto de vista del entrevistado; ya que ofrece la posibilidad de reformular preguntas y, también, la de
profundizar en algunos temas (Añorve, 1990; Martínez Barrientos, 2008). Los tres profesionales
elegidos para ser entrevistados trabajan el payaso desde un enfoque social, pero desde ámbitos
distintos: Andrés del Bosque desde el payaso sagrado, Joan López desde el circo social y Camilo
Rodríguez desde la ``clownstrucción de paz´´. Los datos obtenidos a través de las entrevistas han
sido analizados por medio del programa informático Atlas-ti. Este ha permitido organizar, reagrupar y
gestionar el material de manera creativa y sistemática. Obteniendo un máximo de 14 citas codificadas
bajo la variable ``Enfoque cómico´´ y un mínimo de 3 para ``Papel asignado a la comunidad´´,
sumando 76 citas codificadas. En total hemos introducido 9 categorías, agrupadas en 3 dimensiones:
Clown, democracia cultural comunitaria y acción socioeducativa. Durante el proceso de análisis se ha
generado otra codificación. Se ha creado una nueva variable ``procesos comunitarios y creativos´´
donde se agrupan los elementos que permiten desarrollar capacidades para generar transformación
social, como se puede ver en el esquema nº1.
Esquema nº1. Aportes socioeducativos del payaso
2
Rodríguez, C. (2012). Henyoka Clown. [Documento recibido por correo electrónico 23 de Junio de 2012].
673
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Referencias Bibliográficas
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F. Formas de ayudar a los chicos/as: técnicas, cualidades, estrategias, actitudes para ayudarles:
¿Qué tipo de actividades realizabais con los educadores? ¿Cuál te gustaba más? ¿Te han servido
esas actividades para tu vida?
¿Cómo influye la actitud de los educadores?
¿Te premiaban si hacías las cosas bien? ¿Cómo?
¿Qué cualidades crees que debería tener un buen educador?
¿Proponíais vosotros actividades? ¿Eran escuchadas como algo importante? ¿Se realizaban?
¿Cuáles te han hecho pensar y reflexionar?
Imagen 1 y 2 Encuentros entre alumnado y jóvenes que han estado en centros de menores
680
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2.3. Tercera Fase de la Innovación: Análisis de las experiencias y puesta en común de los casos.
Una vez recopilada toda la información, cada grupo comenzó a analizar las experiencias de los
jóvenes, para lo cual cada uno de ellos realizó las siguientes tareas:
a. Poner las experiencias transcritas al papel en el Campus Virtual de la asignatura, de modo
que todos los grupos pudieran acceder a ellas y elaborar su análisis y posterior informe.
b. Elaborar las unidades hermenéuticas o categorías que vertebrarían el posterior análisis de
las experiencias de los jóvenes y que tuvieran que ver con algunas de las temáticas o descriptores
del temario de la asignatura.
Las categorías o unidades de análisis de cada grupo fueron las siguientes:
Figura 1. Sistema de categorías que han vertebrado el análisis de las experiencias realizado por
el alumnado
GRUPO 1 GRUPO 2
- Situación del menor. - Conductas de los niños en el centro.
- Proyecto educativo y actividades del centro. - Normas y estructuras del centro.
- Estrategias para la resolución de conflictos en el - El papel de los educadores/as: Metodología y estilo
centro. educativo.
- Resiliencia: Factores de riesgo y de protección.
GRUPO 3 GRUPO 4
- Situación de los menores y factores de resiliencia: - La vida en el centro
Factores individuales. Relaciones entre educadores
Factores relacionados con el entorno. Relaciones entre educadores y menores.
- Funcionamiento del centro. Normas y funcionamiento
- Actividades educativas y funciamiento del centro. - Perspectivas de futuro
- El papel de los educadores en la resiliencia de los
menores.
Como decíamos anteriormente, además de las estrategias reseñadas en estas tres fases, se
utilizaron otras herramientas, cuyo objetivo era acercarnos y comprender la realidad de los menores
en riesgo para construir un conocimiento más significativo de los bloques de contenidos. Entre estas
herramientas podemos destacar las siguientes:
Biografía: Lectura, análisis y discusión individual y en pequeño grupo a lo largo de todo el
curso de la historia de vida de un chico en exclusión social.
Asambleas: Agrupamiento horizontal de todo el grupo clase para construir interpretaciones.
Conferencia y mesa redonda: A lo largo del curso se organizaron una conferencia a cargo de
un experto en la temática y una mesa redonda de educadores sociales.
Clases magistrales: Sesiones dedicadas a introducir y concluir los contenidos de la materia.
Campus Virtual: Herramienta utilizada para distribuir material por el profesor, generar debates,
compartir producciones del alumnado y trabajar.
Cineforum: Proyección y análisis de películas y documentales relacionados con la asignatura.
681
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
mundos, para renacer de nuevo al mundo de los humanos. Y los alumnos y alumnas de la asignatura
tuvieron la oportunidad de compartir ese relato y dejarse tocar por esos "cuadros", para cuestionarse
su propia identidad profesional, dándole sentido a su posterior quehacer y alejándose del control
social a que se verán abocados en sus puestos de trabajo. Y al mismo tiempo, al escuchar y mirar a
los ojos de los jóvenes resilientes, evocan en su imaginario su propia proeza particular resiliente que
los ha llevado a la facultad. Es por ello que la innovación da aquí la cara de su verdadera identidad,
innovar para ser. Es aquí donde se tiene la oportunidad de tener miras más dignas y coherentes
desde la Universidad. Tenemos la oportunidad y la obligación de transmitir a los jóvenes unos valores
y conocimientos para crear una sociedad más justa, humana y feliz.
Al hilo de esto, creemos que la participación de estos jóvenes en el contexto de la asignatura ha
supuesto una gran Oportunidad para construir aprendizajes significativos desde las voces y
experiencias de los jóvenes. En efecto, creemos que la experiencia que estos jóvenes han traído a la
asignatura ha supuesto una inmejorable ocasión para que el alumnado, desde un análisis y
pensamiento crítico, construya un conocimiento de la realidad, no desde el conocimiento acumulado
en los libros de textos, apuntes o manuales ofrecidos por el profesor, sino desde la vivencia y la
experiencia de estos jóvenes que pasaron por distintos centros de menores.
Es importante tomar conciencia de que el conocimiento trabajado en las instituciones educativas
esté íntimamente ligado a la construcción de la persona, y que por ello, los educandos deban
participar de su propia construcción. Por eso, en nuestra experiencia hemos creído que
la metodología debía creer en el conflicto como acto educativo, como encuentro con el otro, como
fuente de aprendizaje real. El diálogo debía sustituir al silencio de los libros de texto.
Sin dejar, claro está, del todo de lado el conocimiento académico ya acumulado en los libros de
texto, es necesario recurrir a otras fuentes, otras "voces" que ayuden a construir un conocimiento que
nos haga comprender mejor la realidad social. Recurrir a estas otras voces, y construir desde ellas
teorías, interpretaciones y estrategias de intervención, no es sólo una buena forma de construir un
conocimiento científico más completo, útil y cercano a la realidad, sino que es una forma de
democratizar dicho conocimiento. Un conocimiento científico, que en muchas ocasiones, en ciencias
sociales y en humanidades, es construido sólo desde las voces y experiencias de los colectivos que
ostentan una situación de poder o privilegio dentro de la sociedad, y por lo tanto se hace muy distante
para los colectivos más desfavorecidos de nuestra sociedad. La universidad no ha de olvidar que
además de estar llamada a ser una institución profundamente democrática, es una institución con un
marcado carácter de servicio público. Por tanto, la universidad debe generar conocimientos desde
esta doble dimensión: abierta a la democratización en los modos de construcción del conocimiento y
velando por el hecho de que los conocimientos que vaya generando repercutan y beneficien a los
colectivos más desfavorecidos, que sin lugar a dudas son los que deben ser el principal centro de
atención de nuestros Estados y Sistemas del Bienestar.
Por otro lado, hemos de apuntar a una serie de circunstancias que han supuesto una Amenaza
para el correcto desarrollo del proyecto. En este sentido, hemos ido detectando que la principal
dificultad que ha ido encontrando el alumnado durante el proyecto de innovación ha estado
relacionada con la “falta de tiempo” para llevar acabo las tareas propias de la innovación, que no se
realizaban durante las sesiones presenciales y que debían realizarse durante las horas de trabajo en
grupo de manera autónoma. Si bien es cierto que esta circunstancia depende en cierta medida de la
organización que el alumnado haga de sus horas de estudio fuera del horario presencial, tenemos
indicios para pensar que la metodología de créditos ECTS, que pone gran peso en el aprendizaje
autónomo del alumnado, requiere que el profesorado planifique con minuciosidad las horas de trabajo
y estudio del alumno. De lo contrario, se corre el riesgo de no ajustar las horas de trabajo autónomo
del alumnado a los créditos ECTS que tenga la asignatura. Así mismo es necesario que el
profesorado de un mismo curso y un mismo semestre mantenga un buen nivel de coordinación para
intentar no sobrecargar las tareas que el alumnado semanalmente ha de realizar. De no existir esta
coordinación se corre el riesgo de que el alumnado tenga semanas o periodos en los que le coincida
una gran carga de trabajo de diversas asignaturas que le imposibilite el realizar correctamente y con
la adecuada dedicación las mismas.
Por último, y en relación a las Debilidades hemos de reseñar el hecho de que ésta se haya
realizado en la segunda mitad del cuatrimestre. Las dificultades para fijar una fecha en la que todos
los jóvenes que han pasado por centros de menores pudieran asistir a las aulas de la facultad, han
hecho que la propuesta de innovación se haya concentrado en los últimos meses del curso. Ello ha
conllevado que actividades como la transcripción de las entrevistas, la construcción de las categorías
o la elaboración del informe se hayan retrasado hasta finales del semestre y hayan coincidido con la
683
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4. Referencias bibliográficas
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1
Esta apreciación fue realizada tanto por parte del profesor en su diario de campo, como por un relevante
número de alumnos, que así lo expresaron en las entrevistas para la autoevaluación del informe final.
684
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Santos, Karine
Universidade do Vale do Rio dos Sinos/UNISINOS
karinesan@gmail.com
Palabras clave: práticas educativas, campo social, pedagogia social, educação popular
1. Introducción
O campo de práticas educativas não escolares legitimado no Brasil é reflexo da realidade de
injustiça social que marca historicamente a nossa sociedade. Classificada como uma área que se
constitui com forte interesse em encontrar soluções educativas para determinados problemas sociais,
é, hoje, um mercado de trabalho amplo, que envolve uma diversidade de profissionais, metodologias
e recursos, ativando, assim, o que se tem chamado de “economia social” (Gohn, 1999). Os registros
de projetos socioeducacionais, que se multiplicam continuamente, são uma confirmação da
diversidade e da diferenciação que atinge tal área. As iniciativas transitam entre o setor público e o
privado, entre o assistencial e a educação, entre a militância, o voluntariado e a profissionalização.
Neste contexto, a dimensão educativa ganha destaque uma vez que os objetivos dessas ações se
traduzem em ideais de formação humana pois, tem a pretensão de tratar da educação do homem
integral, em suas relações com a sociedade, se dirigindo a todas as faixas etárias e a todas as
etapas da vida. É um campo privilegiado de práticas, imerso aos mais complexos temas:
desemprego, violência, exploração, drogas, violação dos direitos, fome, entre tantos outros.
Podemos dizer que as práticas educativas desenvolvidas no campo social se constituem a partir
de dois campos teórico-metodológicos: a Educação Popular e a Pedagogia Social. Assim, buscando
uma perspectiva original do que poderia ser argumento para uma Pedagogia Social em âmbito
brasileiro, o presente estudo teórico pretende discutir, quais os pressupostos que embasam a prática
educativa dos projetos em curso? E, na sua relação, que diálogos estabelecem?
Nosso argumento é de que o educativo, enquanto prática social, exige diálogos entre a
Educação Popular e a Pedagogia Social no sentido de constituição um arcabouço teórico-
metodológico capaz de contribuir para projetos de emancipação. Este texto apresentará
primeiramente, um recorte historico da educação popular, aqui referênciada como campo de
resistência, seguido pela contextualização da pedagogia social, caracterizada como campo de
intervenção. Por último, defendo que a originalidade da pedagogia social no Brasil se concretiza a
partir de três conceitos-chave: a pedagogia dos direitos como origem do trabalho no campo social, a
pedagogia da presença como ação concreta e a educação social como campo de reflexão e
sistmatização do conhecimento produzido neste campo.
685
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
nos países latinoamericanos, a exemplo a obra e prática de Paulo Freire, que defendia a educação
como prática da liberdade.
A figura do educador popular está presente e tem o papel de desenvolver estratégias que
envolvam a cultura, além de propor novas formas de inserção e de participação popular em questões
que dizem respeito às classes populares através de uma ação educativa. O educador popular não
limita o seu trabalho à resolução de questões emergenciais de assistência direta. No lugar do
assistencialismo, busca o desenvolvimento do senso crítico, a mudança social.
O processo educativo então desenvolvido por Paulo Freire surgia como expressão educacional
de um projeto político, ou seja, um projeto que estivesse comprometido com um ideal de
“transformação pacífica” da sociedade de forma a envolver ativamente o povo nas atividades
políticas, estimulando a criação de organizações populares, no campo e na cidade (Beisiegel, 1992).
O que define a Educação Popular é o caráter político-pedagógico e seu projeto político-
ideológico que, em última instância, a definem como uma prática social, trabalhando
fundamentalmente com o conhecimento. Na Educação Popular o processo de produção do saber é
pedagogicamente mais importante do que o seu produto (Brandão, 1995), interessando-se pela
compreensão de como as pessoas se organizam para produzir e viver as experiências criadoras de
conhecimentos. Desenvolve estratégias de educação que incentivam a participação, como um meio
de promoção da cidadania, compreendida em suas dimensões crítica e ativa, numa proposta político-
pedagógica transformadora no sentido da justiça social, da igualdade e do respeito da diferença. Tem
no diálogo o princípio metodológico e epistemológico central.
Para Streck (2006) a Educação Popular não tem como ponto de partida um único lugar, e
também não tem como ponto de chegada um único projeto. O autor afirma que a Educação Popular
procurou ser uma prática político-pedagógica de formação do público a partir de um lugar que se
identificava com quem estava de fora ou por baixo na escala social, dependendo das teorias
explicativas do popular, defendendo que:
O popular (de Educação Popular) é a expressão de uma metodologia, que só terá significado
quando expressar uma visão de mundo em mudança, contendo em suas ações dimensões
alternativas para as situações de miséria vividas pelo povo.
686
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
687
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Ensaios Finais
A Pedagogia Social pretende concretizar o caráter científico da educação social, resgatando a
historicidade de suas práticas, especialmente suas dimensões culturais, políticas e sociais, permitindo
que a construção do conhecimento ocorra no tempo presente de cada ação por meio da
sistematização. Como expressão mais presente dos pressupostos que uma Educação Social possa
aprender com os caminhos traçados pela Educação Popular buscamos em Graciani (2009) referentes
que permitem reafirmar o lugar de radicalidade em que este campo se constitui, uma vez que almeja
uma sociedade mais igualitária. Assim, afirma a autora que uma Pedagogia Social brasileira tem
potencial para:
a. propõe inicialmente criar uma teoria renovada de relação homem, sociedade e cultura, com
uma ação pedagógica que pretende fundar, a partir do exercício em todos os níveis e modalidades da
prática social, uma educação libertadora;
b. realiza-se no domínio específico da prática social com classes sociais populares, a partir de
um trabalho político educacional de libertação popular, com o intuito de ser conscientizador com
sujeitos, grupos e movimentos das camadas excluídas;
c. concretiza-se como ação educativa com agentes e sujeitos comprometidos, onde se
estabelece através da relação dialógica, um sistemático processo de intercâmbio de conhecimento e
saberes, onde a troca de experiências é primordial;
d. orienta-se pela pedagogia libertadora protagônica baseada fundamentalmente na memória
histórica na identidade coletiva, na dinâmica cultural, na possibilidade entre a capacidade lógica de
compreender os liames capitalistas e a valorização da participação comunitária e, autoestima, auto-
valorização, autoconfiança e autodeterminação de sujeitos que tentam construir uma nova ordem
social, econômica e cultural.
Graciani finaliza perfeitamente estes primeiros diálogos sobre Educação Social apresentando um
panorama fundamentado nos valores empregados pela Educação Popular. Ao reconhecer que o
campo da Educação Social é um campo complexo e multifacetado, que vem adquirindo novas
feições, sem perder de fato a sua origem, percebemos o quanto ainda temos que trilhar na
compreensão do que seria uma Educação Social com características genuinamente brasileiras.
1
O termo Pedagogia da Presença (1999) foi criando por um importante autor brasileiro, falecido no mês
passado, chamado Antonio Carlos Gomes da Costa. Costa foi um dos redatores do ECA.
688
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Assim, podemos afirmar que encontramos o ponto chave dos possíveis diálogos entre a
Educação Popular e sua tradição latino-americana com a Pedagogia Social de origem europeia,
vislumbrando a aproximação mais coerente desta relação – a intencionalidade educativa, cujo
compromisso assumido remete à disposição para a proposição de novas visões de futuro, numa
sociedade que pudesse acolher a todos como cidadão de fato e de direito.
6. Referencias bibliográficas
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Revista Brasileira de Educação.
689
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: acoso cibernético, educador social, nuevas tecnologías, centros escolares.
1. Introducción
Los adolescentes y jóvenes han establecido nuevos mecanismos de interacción a través del uso
de dispositivos electrónicos y nuevos canales de comunicación a través de Internet, redes sociales,
blogs, etc. (Hernández, González, y Jones, 2011). Encuentran su uso como la forma más rápida y en
ocasiones más útil que conocen para obtener información, comunicarse y relacionarse con los
demás. Nos encontramos ante una generación interactiva con atributos específicos en cuanto al uso
de tecnología (Del Río, Sádaba y Bringué, 2010):
Son una generación equipada porque disponen de los dispositivos más reperesentativos cada
vez a edades más tempranas (ordenador, teléfono móvil, conexión a internet, etc.)
Se caracterizan por ser una generación móvil que utiliza el teléfono para una gran veriedad
de funciones y les acompaña en cada una de las tareas diarias que realizan.
Se considera una generación precoz en un mondo cada vez más interactivo donde antes de
traspasar la barrera infancia-adolescencia ya han tenido contacto con cantidad de aparatos
electróncios y conexiones de comunicación.
Son una generación denominada multitarea porque conjugan perfectamente los hábitos
diarios con la atención a las pantallas que les rodean.
Chicos acción y chicas relación, en cuanto al uso y preferencias en las herramientas
tecnológicas existe una diferencia en función del género, los chicos prefieren las tecnologías
para realizar actividades mientras que las chicas ven un uso más adecuado para la relación e
interacción con los demás.
Por último es una generación que se considera emancipada en cuanto al uso en sus espacios
privados (dormitorios) y el acceso en solitario a las pantallas.
Estos nativos digitales -población adolescente y joven- encuentran atractivo el uso de tecnología
y nuevos medios online de comunicación por las múltiples posibilidades que les ofrecen (Izco, 2007):
1. La interactividad del medio: permiten una comunicación activa.
2. La sociabilidad: estas tecnologías permiten un contacto continuo principalmente con sus
iguales.
690
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Tabla 2. Oportunidades y Riesgos de Internet. Adaptado de Livingstone (2009, p.30) a partir de Tolsá
2012.
Oportunidades Online Riesgos Online
Acceso a información global Contenido ilegal
Recursos educativos Pedófilos/seducción y engaño/desconocidos
Redes sociales entre amigos Violencia sexual o extrema
Entretenimiento, juegos diversión Otros contenidos ofensivos o nocivos
Creación de contenidos por parte del usuario Actividades y contenidos racista/despectivo
Participación política o cívica Publicidad y márketing encubiertos
Privacidad para la expresión de la identidad Desinformación/información tendenciosa
Implicación en la comunidad/activismo Abuso de informaciónpersoanl
Experiencia tecnológica/alfabetización mediática Cyberbullying/acoso online
Promoción profesional/empleo Juego online,phising,estafa
Consejos personales/sobre salud/sexuales Autodestrucción (suicidio, anorexia)
Grupos de especialistas/foros de fans Invasión/abuso de la privacidad
Compartir experiencias con otros en la distancia Actividades ilegales (hackers, derechos de autor)
Teniendo en cuenta específicamente los riesgos asociados a las tecnologías e Internet, los
adolescentes y jóvenes están expuestos, por una parte a sufrir lo que se denomina riesgos pasivos,
que se traducen en la posibilidad de sufrir acoso, recibir mensajes desagradables, contactos no
deseados y, por otra parte, están expuestos a lo que se denomina riesgos activos que suponen que
una persona, por el hecho de disponer de tecnología, pueda desarrollar acciones nocivas (del Río,
Sádaba y Bringué, 2010).
Interesa, a los centros escolares, conocer los hábitos de sus estudiantes en cuanto al uso de
herramientas electrónicas y soportes de comunicación online, así como saber, que, uno de los
riesgos a los que los adolescentes y jovenes se enfrentan es a sufrir ciberacoso o producir
consecuencias negativas en otros compañeros por una inadecuada utilización de estos soportes
móviles y virtuales. Es importante conocer el alcance del fenómeno y sus consecuencias para, poder
prevenir e intervenir desde el marco escolar.
691
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
de edades similares, donde alguno de los implicados, o ambos son menores de edad. Aunque
autores como Diaz Aguado (2005) sostienen que pueda existir un desconocimiento entre los
implicados, es frecuente que entre ellos haya existido o exista una relación de amistad, o de
noviazgo, es decir, el agresor y la víctima se conocen de forma presencial, o han establecido algún
tipo de vínculo a través de plataformas virtuales.
Expertos en la materia (Jager, 2010) señalan que la utilización de forma continuada de Internet y
las redes sociales junto con el hecho de que los menores de nuestro tiempo utilizan cada vez más
tempranamente las nuevas tecnologías como parte de su vida diaria pueden ser algunas de las
causas que producen casos de ciberbullying. En el mundo virtual, los menores se muestran confiados
porque consideran que sus actos violentos están menos vigilados, o piensan que no tendrán castigos
inmediatos, sin embargo, debemos hacer conscientes a los adolescentes y jóvenes que un elevado
dominio tecnológico no está asociado con el conocimiento de los límites legales o el uso responsable
de las tecnologías.
3.1 Implicados en el ciberbullying
En cualquier acto de violencia hay al menos dos implicados, víctima (quien padece el acoso) y
agresor (quién realiza el acoso), pudiendo existir un tercero con rol de observador, también
denominado espectador, que en función de la implicación que adopte ante el problema de
ciberbullying puede convertirse en: reforzador del agresor: (que estimula la agresión), ayudante del
agresor (que apoya al agresor), defensor de la víctima (que ayuda a la víctima a salir de la
victimización) u observador ajeno (que no participa de ningún modo en la dinámica) (Rey y Ortega,
2007). Como agravante, en los casos de ciberbullying los observadores pueden ser más numerosos,
ya que sencillamente y con un simple click pueden estar aprobando y fortaleciendo la conducta del
agresor. Aunque no siempre sean conscientes de su rol, los estudiantes deben conocer que son
espectadores todos aquellos que reciben algún mensaje a través de las tecnologías, de forma
repetida, en el que se daña la dignidad de algún compañero. También son espectadores con
capacidad para convertirse en reforzadores todos aquellos que sin recibirlo tienen conocimiento de
que se están produciendo actos violentos en la red como pueden ser comentarios ofensivos,
fotografías robadas, etc. Y lo más importante, son espectadores todos aquellos que sabiendo que se
produce un abuso no lo denuncian a un adulto o la autoridad responsable.
La víctima puede ser cualquier estudiante que comienza a ser molestado o intimidado a través
de una plataforma tecnológica. Es importante destacar que no existen rasgos típicos, el blanco de un
acoso tecnológico puede ser cualquier menor. Esto es especialmente relevante porque en ocasiones
la barrera tras la que el agresor esconde su identidad con las nuevas tecnologías promueve que no
siempre sea el agresor más fuerte, grande o hábil verbal o físicamente que su víctima.
En cuanto al agresor, suele ser un estudiante que normalmente tiene alguna vinculación con la
víctima (compañero de clase, amigo, etc.) que conoce, posee o sabe cómo acceder a información
personal que podría dañar a la víctima o a su red social de contactos. También es característico de
los acosadores tecnológicos que posean un dominio elevado en el uso de diversos dispositivos
tecnológicos, así como un gran manejo de las redes sociales y otros espacios online que le son útiles
para dañar y violentar a su víctima en la Red (Pessoa, Matos, Amado, y Jäger, 2011). Normalmente el
agresor actúa con gran impunidad al percibir que en el medio online es difícil detectar sus conductas
violentas. Al tratarse de una dimensión virtual, considera que resultará más difícil que los adultos que
pueda sancionarle (padres, profesores...) puedan tener conocimiento de lo que está haciendo.
El poder del agresor se multiplica ya que es consciente de que al utilizar más mecanismos, en
diferentes espacios y en cualquier momento, puede hacer más daño, y a la vez hacer partícipes a
más personas, por ejemplo al poner en conocimiento público algunos datos, vídeos, comentarios, etc.
ofensivos acerca de la víctima. Quizás lo más estimulante para el agresor pueda ser precisamente la
rapidez. La red, como todos sabemos, tiene como característica fundamental la inmediatez y la gran
difusión de información en breve periodo de tiempo, es por ello que los mensajes que el agresor hace
llegar para violentar a la víctima llegan a cantidad de personas en poco tiempo.
3.2 Manifestaciones de Ciberbullying
Existen diversas clasificaciones del tipo de violencia caracterizado en la problemática del
ciberbullying, en función del canal y medios a través del que se produce el abuso y en función del
comportamiento de abuso que se ejerza en la víctima. Las formas de acoso pueden combinarse
dependiendo del dominio tecnológico del agresor o de la intención de daño que pretenda causar a la
víctima
692
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Encontramos como principales canales utilizados para dañar a las víctimas (Smith et. al, 2008) el
teléfono móvil (sms, mms, llamadas) o el ordenador (correo electrónico, salas de chat, mensajes
instantáneos, páginas web personales) y como principales comportamientos el acoso instantáneo
(mensajes amenazantes, peleas online), acoso con imágenes, desprestigio social, usurpación de
identidad o también el acoso pasivo o exclusión de la víctima intencionalmente de algún grupo de
relación online (Flores Fernández, 2006; Willard, 2007)
3.3 Consecuencias del ciberbullying
El ciberbullying es considerado un tipo de acoso indirecto, normalmente camuflado y en
ocasiones anónimo porque, aunque el agresor conozca a la víctima, éste puede no querer que le
identifiquen, utilizando estrategias para ocultar su identidad; y, precisamente, este desconocimiento
del agresor magnifica el sentimiento de impotencia en la víctima.
El ciberbullying puede actuar de dos formas principales, en algunas ocasiones suele actuar como
reforzador cuando las formas tradicionales de bullying o acoso dejan de ser atractivas o satisfactorias
para quien las realiza, o bien actuar como un tipo de violencia sin presentar antecedentes, es decir, la
víctima empieza a recibir sin saber por qué, formas de hostigamiento a través de las TIC. Entre los
principales problemas encontramos que este tipo de acoso se hace público a más personas
rápidamente por la gran difusión que permite el medio online, no se perciben inmediatamente los
daños causados ya que a veces se hace en espacios web que la víctima no conoce, y este acoso
invade espacios que forman parte de la privacidad de la víctima (su correo, su cuenta en una red
social, su teléfono móvil…), desarrollándose en la víctima un claro sentimiento de desprotección
(Hernández y Solano, 2007).
Este tipo de violencia también se caracteriza por provocar una mayor inseguridad a la víctima
(Ortega et. al, 2008), ya que no existen lugares seguros donde pueda estar a salvo, teniendo la
sensación de que en cualquier momento puede ser agredida. Además, debido al medio por el que se
realiza la agresión, ésta puede ser observada por multitud de espectadores siempre que quieran de
forma repetida, lo que hace que el daño potencial de la agresión permanezca en el tiempo, ampliando
los efectos esperados como consecuencia de la misma.
693
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1
Extremadura y Castilla La Mancha desde el año 2002 y más recientemente Andalucía desde el año 2006
incorporan a los centros escolares educadores sociales que trabajan principalmente en la etapa de secundaria
enmarcando su trabajo dentro de los Departamentos de Orientación.
694
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Acción del
Contexto
Alumnado educador familiar
Social
La acción específica del educador social en el contexto del centro escolar debe tener objetivos
claros con cada uno de los implicados en la problemática del mal uso de las tecnologías por parte de
los adolescentes y jóvenes:
Personal educativo: equipo directivo, profesorado, equipo de orientación. Es importante que
el personal del centro escolar conozcan las características y consecuencias del ciberacoso.
Conocer la problemática ayudará a establecer las medidas oportunas si existe, en su caso,
incidencia relevante de este tipo de situaciones-problema en su centro escolar y, de esa
manera, establecer formas concretas de intervención.
Contexto familiar: desde el marco familiar en ocasiones se desconoce el uso, o mal uso,
que los jóvenes y adolescentes realizan de las nuevas tecnologías, e incluso los riesgos a los
que están expuestos por usar aparatos tecnológicos sin control. Es importante que
comprendan la importancia de la seguridad en la red y las señales de alarma ante un posible
problema de ciberacoso.
Contexto comunitario: en otros entornos distintos, pero cercanos, al escolar se trabaja para
prevenir posibles casos de acosocibernético a través de organización de campañas de
información. Incluso algunos cuerpos especiales de seguridad se encargan de velar por la
seguridad de los menores en la red. Es importante el contacto directo con otros profesionales
que, desde el mismo contexto comunitario en el que se enmarca el centro escolar se esté
trabajando ante este tipo de problemática para desarrollar acciones conjuntas y dentro de una
misma línea de actuación.
Alumnado: la intervención directa con el alumnado ayudará a comprender el fenómeno
desde sus protagonistas, y nos orientará en la formación e intervención ante posibles casos
de uso inadecuado de tecnologías.
Para desarrollar acciones conjuntas con todos los implicados en el fenómeno del ciberbullying
los centros escolares deben tener en cuenta a profesionales como los educadores sociales, cuyas
características le permiten conjugar una acción conjunta dirigida a toda la comunidad educativa
desarrollando tareas concretas desde la perspectiva de la prevención y desde la perspectiva de la
intervención ante el fenómeno. La acción preventiva que el educador social puede desarrollar se
organiza a partir de tres objetivos concretos. El primero de ellos es informar a la comunidad educativa
(alumnado, profesorado y padres) de las características del ciberbullying de forma que les ayuden a
comprender el fenómeno, así como informarles de las consecuencias de este tipo de actos. Es
importante, como segundo objetivo, que se establezcan programas específicos de formación en el
buen uso de las tecnologías y redes de comunicación a través de internet. Es esencial enseñar a los
alumnos que las tecnologías son poderosas para fines positivos pero igual de poderosas para
695
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
conseguir fines de negativos, por ello hay que enseñarles a protegerse con medidas específicas ante
2
este tipo de violencia al que se encuentran expuestos .
El tercer objetivo específico de la acción preventiva del educador social, consiste en la creación,
de espacios en los que se facilite la comunicación entre alumnos y entre los alumnos y el profesorado
para favorecer el buen clima escolar y mejorar así la conducta y actitud del alumnado frente a los
conflictos de convivencia y relación interpersonal.
Cuando en los centros escolares se detectan problemas de ciberacoso, la acción interventora del
educador social debe tener como objetivo fundamental la resolución del conflicto. El educador social
puede implantar canales específicos para denunciar este tipo de hechos, así como establecer pautas
específicas de reeducación conductual para agresores y alumnos observadores conscientes del
problema, así como de atención específica a las víctimas. También pueden desarrollar programas
específicos de mediación escolar que ayuden en la resolución pacífica del problema.
Ilustración 2 Actuación del educador social ante el ciberbullying desde el marco escolar
• Información
Prevención • Formación
El educador social
ante el
ciberbullying
• Implicados en la
Intervención problemática
6. Conclusiones
Trabajar desde el ámbito escolar para prevenir e intervenir ante fenómenos como el ciberacoso,
que sobrepasa los límites espacio-temporales de la escuela, no es tarea sencilla. Es importante tener
en cuenta que existen profesionales como los educadores sociales que, en las Comunidades
Autónomas donde están incorporados al sistema escolar, están demostrando realizar un trabajo
eficaz en diversas tareas que buscan el desarrollo personal, la formación integral, el éxito académico
y, específicamente, la mejora de la convivencia escolar y la resolución de conflictos (Serrate, 2012).
Se conjuga por tanto una intervención socio-educativa por parte de un profesional propio, hasta
ahora, del marco social, en un espacio educativo en el que los problemas de convivencia que, en
ocasiones derivan en problemáticas concretas de relación social, necesitan una intervención
específica que de solución a los conflictos. Si bien, no siempre los profesionales del entorno escolar
tienen las competencias, preparación ni el tiempo suficiente para responder a las nuevas necesidades
escolares, por ello, consideramos que la incorporación del educador social como mediador, en
colaboración con los diversos agentes de la comunidad educativa, puede desarrollar una labor
importante en la resolución de conflictos y atención a la convivencia pacífica en los centros escolares.
2
Existen diversos protocolos, guías de actuación específicas y recomendaciones para el buen uso de las
tecnologías y prevención de situaciones de ciberacoso. Flores Fernández (2010) establece un Decálogo para
una víctima de ciberbullying en el que se especifican recomendaciones acerca de cómo actuar ante ataques
directos propios de una conducta violenta en la red.
696
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
7. Referencias bibliográficas
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697
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Terrón-Caro, Teresa
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
mttercar@upo.es
Cárdenas-Rodríguez, Rocío
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
mrcarrod@upo.es
Rebolledo Gámez, Teresa
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla)
tjrebgam@upo.es
1. Introducción
La gestión de la diversidad en los centros escolares se ha convertido en el núcleo de numerosos
debates, tanto a nivel práctico entre los agentes de la comunidad educativa, como a nivel académico,
creciendo en relevancia con respecto a otros aspectos de la intervención educativa.
Los modelos de gestión de la diversidad, las funciones asignadas a los/as profesionales en este
ámbito o la formación de éstos/as, son algunos de los puntos que se encuentran en el centro de los
discursos académicos y prácticos, con el fin de replantear un modelo de escuela que atienda
adecuadamente a las necesidades que surgen de la situación actual. Uno de los aspectos que ha
contribuido a esta causa es el aumento del alumnado extranjero matriculado en nuestras escuelas en
la última década. En España, los últimos años se han caracterizado por una estabilización de las
cifras de la presencia de residentes extranjeros en el país, lo que se ha reflejado en los datos del
alumnado de origen extranjero matriculado en las aulas.
Hasta el curso 2008-2009, (ver Gráfica nº 1) el crecimiento experimentado en el número de
alumnado extranjero había sido una constante que aparecía cada año en la realidad de los centros
educativos a nivel estatal. En los cursos posteriores, este crecimiento es menor en relación a la etapa
anterior, finalizando en una reducción de las cifras del alumnado extranjero en el curso 2012-2013.
Sin embargo, la proporción con respecto al resto del alumnado sigue siendo un dato relevante, ya que
este tipo de alumnado representa el 9,43% en este mismo curso (Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte, 2013).
1
Investigación enmarcada en el Grupo Emergente de Investigación SEJ-457, financiado por la Universidad Pablo
de Olavide, de Sevilla (Resolución 08/13-APP de 30 de julio de 2008).
698
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2
Gráfica nº 2. Alumnado extranjero matriculado en enseñanzas no universitarias en Andalucía (2009-2013)
91.500 91.022
91.000
90.283
90.500
90.000
89.500 89.180
89.000
88.500
88.000
Curso 2009-2010 Curso 2010-2011 Curso 2011-2012
Fuente: Elaboración propia a partir de datos extraídos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
2
Con respecto al curso 2012-2013, no se disponen de datos absolutos.
699
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
3. Metodología
Para alcanzar estos fines investigativos, se ha llevado a cabo una metodología de corte
cuantitativo, utilizando la encuesta y su instrumento, el cuestionario, como técnica de recogida de la
información. Los datos obtenidos se han tratado con el programa SPSS (Statistical Package for the
Social Sciences). Este cuestionario se divide en cuatro bloques: datos personales, centro educativo,
funciones y competencias del/la educador/a social para la atención a la diversidad cultural y
formación. En estos bloques podemos encontrar preguntas de respuestas cerradas de opción única y
opción múltiple y preguntas de respuestas abiertas.
La validación del instrumento se ha realizado por dos vías: revisión por expertos/as relevantes en
metodología y la temática a tratar; y a través de un estudio piloto. Gracias a este procedimiento, se
depuró dicho instrumento y, tras las modificaciones oportunas, se obtuvo el cuestionario final que se
ha utilizado en la investigación.
En el proceso de recogida de datos, los cuestionarios se hicieron llegar a todos los centros
educativos de Andalucía donde se había incorporado la figura del/a Educador/a Social tras la
publicación de las “Instrucciones de la Dirección General de Participación e Innovación Educativa por
las que se regula la intervención del educador y educadora social en el ámbito educativo” (Consejería
de Educación, Junta de Andalucía, 17/09/2010), así como a algunos centros que contaban con un
3
número importante de alumnado extranjero . Especialmente el primer criterio mencionado ha sido
muy importante a la hora de seleccionar la muestra porque nos permite tener una visión global de
nuestro objeto de estudio, sin que haya interferido preferencias o grado de accesibilidad a los
mismos. Hemos de indicar que de los/as 66 educadores/as sociales que se han incorporado a los
centros escolares andaluces en el curso 2009-2010, un total de 37 han cumplimentado los
cuestionarios.
3
Debido a la reciente incorporación del/a Educador/a Social en los centros, y la poca familiarización con las
funciones a realizar, en algunos casos han participado en la investigación otros agentes educativos que
formaban parte de los Equipos de Orientación Educativa, como orientadores/as, pedagogos/as y trabajadores/as
sociales, aunque en un porcentaje muy reducido.
700
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
4
Gráfica nº 3. Tipología de profesionales para la atención a la diversidad cultural
70,00%
59,30%
60,00%
50,00%
40,00% 33,30%
29,60%
30,00%
18,50%
20,00% 14,80%
10,00%
0,00%
Educador Social Profesores ATAL Mediador Profesor de Otros
Intercultural Com pensatoria
Otros 6,5%
0 10 20 30 40 50 60
4
El porcentaje total de personas que respondieron a esta pregunta es superior al 100 % debido a que se trata de
una pregunta abierta de respuesta múltiple.
701
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
F
C
D
A
n
n
ió
ió
ió
ió
ió
ió
nc
nc
nc
nc
nc
nc
Fu
Fu
Fu
Fu
Fu
Fu
Con el objetivo de precisar las funciones que definen el perfil propio del/la educador/a social en
la atención a la diversidad cultural en las escuelas, en la Gráfica nº 6 aparecen las funciones que más
desarrollaban los profesionales de la muestra entre aquellas que más se realizaban. Como se obtiene
de esta investigación, dichas funciones son el diseño, implementación y evaluación de propuestas
para fomentar las relaciones del centro con el entorno social (32%), seguimiento y control de las
situaciones de absentismo escolar, fracaso y violencia (30,8%), desarrollo de programas para la
prevención e intervención en situaciones de conflictividad escolar (34,6%) y, coordinación de las
actuaciones del centro con los Servicios Sociales Municipales a través de las Unidad de Trabajo
Social en casos de alumnado en situación de riesgo o desventaja social (33,3%).
80 Función
69,2% 66,7% Singular
70 68% 65,4%
Función
60 Compartida
50
40 32% 30,8% 34,6% 33,3%
30
20
10
0
Función A Función B Función C Función D
702
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Por otra parte, con esta investigación nos preguntamos la formación que estos agentes
educativos habían recibido para atender contextos de diversidad cultural en los centros escolares.
Como expone Sales Ciges (2012), el enfoque intercultural debe incorporarse en el desarrollo
profesional de los/as educadores/as, para situarlos ante la complejidad y los retos de la diversidad
con las herramientas necesarias que requiere enfrentarse a la tarea educativa en las escuelas.
Como se observan en los datos (ver Gráfica nº 7), la mayor parte de la muestra consideraba que
la formación inicial recibida en la universidad no fue suficiente para intervención en situaciones de
diversidad cultural en las escuelas. Esta percepción coincide con lo expuesto por García, Jiménez y
Moreno (2001), al decir que la atención a la diversidad constituye una necesidad educativa real
actualmente, recibiendo un tratamiento poco adecuado en la formación inicial de los/as profesionales.
Gráfica nº 7. ¿La formación inicial universitaria recibida fue suficiente para la atención a la diversidad
cultural?
Sí 22,2%
No 72,2%
NS/NC 5,6%
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Sin embargo, un 82,9% de los sujetos de la muestra habían recibido formación para trabajar con
alumnado de origen extranjero, aunque no había sido, como se explicó con anterioridad, desde el
ámbito universitario.
45,7%
50
40
30 17,1% 17,1%
20 11,4%
10 2,9% 2,9% 2,9%
0
Ninguna Por mi Por medio Por mi Por mi Por mi Otros
cuenta del centro cuenta y cuenta y cuenta, por
escolar por medio otros medio del
del centro centro
escolar escolar y
otros
703
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Tal y como aparece en la Gráfica nº 8, en el 45,7% de los casos, esta formación había sido por
cuenta propia, autodidacta. En menor medida, la formación para intervenir con alumnado extranjero
había provenido del centro educativo (2,9%), desde ambas opciones, por medios propios y del centro
escolar (2,9%), por cuenta propia y otros ámbitos (11,4%) o desde todas las áreas, es decir,
formación autodidacta, por medio del centro educativo y otros ámbitos (2,9%).
5. Conclusiones
Los datos obtenidos llevan a concluir que el papel del/la Educador/a Social se está reforzando en
las escuelas, teniendo una creciente presencia en el campo de la intervención educativa, y por
consiguiente, se constituyen como uno de los principales agentes que, junto con el resto de
profesionales que trabajan en los EOEs (pedagogos, psicólogos, trabajadores/as sociales…), diseñan
y desarrollan estrategias de intervención para atender a la diversidad cultural en las escuelas.
Los educadores sociales se encuentran en un momento importante en el que su papel en las
escuelas comienza a tomar forma, aunque debido al poco tiempo desde su incorporación como figura
obligatoria, aún no se encuentra consolidado. El ámbito de intervención de los educadores sociales
no se encuentra muy definido en lo referente a la atención a la diversidad y está fuertemente
influenciado por la tendencia cada vez mayor a trabajar de manera interdisciplinar. Como referencia
podemos encontrar los Equipos de Orientación Educativa en Andalucía, órgano en el que se inserta
regidos por la normativa que describen las funciones de la figura del/la educador/a social.
Esta forma multidisciplinar a la hora de enfrentar las acciones socioeducativas, también se
traducen en las competencias y funciones que asumen los agentes de la intervención. Al trabajar con
funciones compartidas por diversos profesionales, la atención de contextos multiculturales se
entiende como tarea de todos y todas. La responsabilidad es compartida, y permite el aporte desde
diferentes disciplinas en la resolución de los casos. En una realidad tan compleja como es el ámbito
de la diversidad cultural, se puede deducir que los beneficios de actuaciones con equipos de
profesionales, permitirá un mayor avance en las respuestas socioeducativas que la situaciones
demandan.
Por último, cabe destacar el importante papel que la formación posee para una adecuada
atención a la diversidad cultural. Queda evidenciada que la formación inicial en esta área es una tarea
pendiente para las instituciones de educación superior, aunque en los últimos años se están
realizando avances en esta materia. Además, no podemos olvidar la educación permanente como
perspectiva formativa, ya que en muchos casos, posibilita cubrir determinadas necesidades de
formación que los profesionales exigen. Todo ello, con la intención de progresar en una gestión de la
diversidad cultural necesaria en la actualidad, que mejore la calidad educativa de los niños y niñas
que asisten a nuestras escuelas.
6. Referencias bibliográficas
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704
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Introducción
Nuestro proyecto de Tesis, se propone como objetivo general elaborar y validar una batería de
indicadores de sostenibilidad para la Xarxa de Telecentros de Catalunya (XTC) teniendo como
fundamento el capital social. Actualmente estos indicadores no existen por lo cual no se puede saber
ni cuáles son los resultados de dicha red ni si es eficaz o no.
Los objetivos específicos de este estudio son: (1) Plantear el capital social como fundamento
para generar acciones sostenibles en los telecentros de Cataluña. (2) Describir y evaluar las acciones
desarrolladas para lograr la sostenibilidad en los Telecentros de Cataluña. (3) Elaborar un modelo de
buenas prácticas de sostenibilidad de la XTC. Pretendemos con esta comunicación presentar una
síntesis de los resultados obtenidos, en estos dos años, en el desarrollo del marco teórico a partir de
la bibliografía nacional e internacional revisada.
Nuestro marco teórico desarrolla una visión actual y global de los telecentros, sus objetivos,
modelos, servicios y desafíos. Para ello se han estudiado diferentes redes de telecentros en el
mundo, entre ellas la XTC. Se propone un análisis detallado de las dimensiones de la sostenibilidad y
los factores que influyen en ella. Se estudia el desarrollo, potencial y medición del capital social desde
una perspectiva socioeducativa y su aporte dentro de los telecentros. Al final de esta primera fase,
convergen las posibilidades que brinda el capital social a la sostenibilidad de los telecentros.
705
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Los aspectos más relevantes de la investigación desarrollada en relación con los telecentros son:
(1.1) los enormes tejidos de redes de telecentros por todo el mundo; (1.2) la diversidad de servicios
que se pueden ofrecer desde los telecentros; y (1.3) los desafíos a los que se enfrentan para lograr
mantenerse en funcionamiento.
2.2 Los servicios que brindan los telecentros del mundo, están sujetos a la disponibilidad técnica, de
gestión y sobre todo a las necesidades de la población.
Como se puede observar, en un telecentro se puede brindar una amplia gama de servicios y
cada uno de ellos se podría justificar por su pertinencia y relevancia dentro de cada comunidad.
2.3 Los desafíos a los que se enfrentan los telecentros son variados, pues no existe un consenso
sobre las dificultades que enfrentan los telecentros, pero si sobre el factor de clausura, que es la falta
de financiamiento.
Para detallar las dificultades se ha elaborado la Tabla Nº 2 dividida en tres columnas. En la
primera se ha utilizado la siguiente categorización: contexto, coste, capacidad, contenido y
conectividad para enumerar. En la segunda columna, se han incluido las dimensiones de la
sostenibilidad que se desarrollaran en el siguiente apartado. Y en la tercera columna figuran los
desafíos1. Este término comprende las propuestas encontradas en la bibliografía, como problema,
riesgo, dificultad u oportunidad. Los 33 puntos que se mencionan permiten tener una visión global de
1
El término “desafío” se basa en el aporte de Shadrach y Sharma (Telecentre Sustainability: Misnomers,
Challenges, and Opportunities, 2011, p.4).
706
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
los diversos problemas, por los que atraviesa un telecentro. Este análisis nos ha servido de base para
elaborar los factores de sostenibilidad.
707
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
que las experiencias de los telecentros requieren una constante renovación y búsqueda del sentido
en el uso de las herramientas tecnológicas. Por esta razón, quienes participan de estas iniciativas,
requieren ser formados y capacitados constantemente; aspecto que resulta complejo por los escasos
recursos con los que cuentan los telecentros (Celedón y Razeto, 2009).
Desde nuestro punto de vista y debido a su importancia, ésta debería ser una dimensión
fundamental por la naturaleza formativa de los telecentros, pero no se menciona en la bibliografía
relacionada con telecentros. Por ello, hemos ampliado el ámbito de la búsqueda bibliográfica.
Proponemos una dimensión de sostenibilidad que se basa en el artículo “Sustainable pedagogy: a
research narrative about teachers, creative and performativity” (White, 2008). Aunque dicho artículo
enfoca la sostenibilidad pedagógica dentro del contexto de la escuela, consideramos que es
extrapolable a la función formativa de los telecentros en el territorio y en la comunidad. En la presente
investigación se propone como “sostenibilidad pedagógica”. La describimos como la función
formadora del telecentro, de la didáctica, de la creatividad para generar, adaptar contenidos y
proyectos. En donde el dinamizador es capaz de elaborar un diagnóstico, contar con un conocimiento
social, generar propuestas de innovación y colaborar en redes de aprendizaje en diferentes contextos
y evaluar sus acciones educativas.
Para que el dinamizador pueda desarrollar estas acciones es necesario disponer no sólo de una
formación inicial adecuada sino, también, de una formación continuada que le permita ir adaptando
sus funciones como dinamizador a la evolución de las necesidades e intereses de la población y a la
evolución de propia tecnología. La parte más complicada de la formación permanente es la
financiación. Sin embargo existen otras alternativas como, por ejemplo, una red de soporte y
seguimiento, el acceso a autoformación, formación presencial o virtual, espacios para compartir entre
pares y expertos, así como la retroalimentación desde diversos canales especializados, donde
aprende y enseña. El logro de estas alternativas recae en un ente gestor, que dinamice toda la red de
telecentros.
3.2 Factores de sostenibilidad
La Tabla Nº 3, es un compendio de las variables de las seis dimensiones de sostenibilidad que
se han desarrollado teniendo en cuenta la bibliografía sobre cada dimensión así como de los desafíos
que presentan los telecentros. Las variables se han diferenciado en factores propios de la
organización interna, y factores del contexto local, nacional e internacional.
708
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Al final del análisis de este capítulo, podemos afirmar, primero, que tanto las dimensiones de
sostenibilidad, como cada uno de los factores que se detallan podrían ser aplicables a otros proyectos
socioeducativos.
En segundo lugar que, la apropiación del telecentro por parte de la comunidad beneficiaria está
presente en todas las dimensiones, así como la relación entre los agentes políticos, los líderes y las
entidades. Y lograr esta apropiación es necesario que el dinamizador sea capaz de brindar servicios
y formación pertinentes para la comunidad.
709
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
primera es el capital social individual o capital social interpersonal para Franke (2005), la
segunda clasificación sería el capital social grupal como comenta Durston (2003). La tercera
dimensión sería el capital social comunitario referido a las redes entre las organizaciones
locales y cuarta dimensión sería las redes entre organizaciones fuera del entorno local, se
ha redes fuera de la organización esta última se denominado capital social societal,
utilizando la denominación de Serrano (2002).
o Las redes sociales que conforman su comunidad, deben ser el principal interés del
telecentro, debe buscar acogerlas e involucrarlas, y debido a ello podrá acceder por
ejemplo: información de la comunidad, los puntos de vista de los líderes, el intercambio de
conocimiento, etc. Gracias a estas redes, el telecentro fortalece su capacidad de acción en
la comunidad e incrementa el valor de lo que puede ofrecer. Se han clasificado en tres:
estructura de la red, vínculos de las redes y dinámica y valores de las redes
o Los vínculos entre redes según Woolcock y Narayan (2000), Siles (2003) y Villaseñor y
Úcar (2011), que tiene puntos de vista similares, son tres: la primera es Bonding “con los
míos”: son vínculos intragrupo, son relaciones socialmente estrechas y con lazos de
exclusividad/exclusión. Brindging “con los otros”: son relaciones en donde se establecen
“puentes” con personas fuera del grupo buscando generar lazos de inclusión, son relaciones
horizontales o con una distribución simétrica. Linking: son relaciones con individuos o
grupos con diferentes estatus o poder. Son vínculos para conseguir recursos, ideas e
información más allá de la comunidad. Son relaciones asimétricas, en su mayoría
verticales.Consideramos que existe una relación entre las dimensiones de las redes de
capital social y los tipos de vínculos que se generan en cada uno de ellos.Ambas nos
permiten comprender las naturaleza de los vínculos, por ejemplo, la relación entre el
telecentro y una asociación del pueblo pertenece al capital social comunitario y se debe
buscar tener entre ellos un vínculo tipo “brindging”, relación horizontal que se basa en
características comunes de compromisos moderados tales como respeto y confianza.
o La dinámica y valores de la redes se refiere a la interacción, la participación en redes
sociales locales y externas, a factores, valores y normas, que ayudaran a comprender el
capital social.
o Los logros del capital social se generan y acumulan a partir de las relaciones sociales.
Para comprender los beneficios o activos del capital social se han analizado dos
planteamientos, primero Putman, Leonardi, y Nanetti (1993) señalan que lo relaciona con la
resolución de problemas colectivos, la facilidad en las negociaciones, la mejora del destino
de las comunidades, el posicionamiento, las posibilidades y el acceso a recursos de
710
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
diversos tipos para quienes participan en las asociaciones, el emprendimiento común sobre
normas y expectativas compartidas y estimula el interés por los asuntos públicos.
Serrano (2002), por su parte, define el capital social como el conjunto de activos que se obtienen
por participar en forma espontánea y colaborativa en organizaciones o colectivos. Entre ellos:
comparten propósitos comunes, se encuentran regulados por normas implícitas o explícitas de
cooperación sobre los beneficios. Este autor ha organizado estos activos en tres tipos: bienestar,
integración social y poder e influencia social, y estos, a su vez, desde los puntos de vista individual,
comunitario y societal. Esta clasificación nos permite comprender su versatilidad y su aporte en
distintos niveles.
4.1 El capital social y la sostenibilidad en los telecentros
El capital social de los miembros de la comunidad y de la comunidad en su conjunto es la base
sobre la que puede tener lugar un proceso de empoderamiento (Gurstein, 2004). Para lograrlo es
necesario desarrollar un sistema de redes cohesionado, vivo y denso.
Los telecentros se han convertido en una parte vital e integral de la infraestructura de la
comunidad. Y su sostenibilidad depende de su integración, su aceptación y el entusiasmo de la
comunidad en participar en su gestión (Ebam Etta y Parvyn-Wamahiu, 2003).
A partir de lo expuesto podemos afirmar que el capital social es la estructura en la que crecerá el
telecentro. Sus líderes, responsables y gestores, desde dentro, deben preocuparse por conocer cómo
se generan las interacciones entre los participantes, conocer la influencia que tiene sobre la
comunidad, cuán influyentes son las redes que se encuentran vinculadas en él, para proponer
acciones que ayuden a mantener e incrementar este capital social, cuya finalidad sea abarcar y
comprometer a toda la comunidad. Aprovechando las oportunidades que brinda el capital social se
incrementarán las posibilidades de cubrir las diferentes dimensiones de la sostenibilidad del
telecentro.
4.2 Medición e indicadores de capital social
Conviene señalar que medir el capital social presenta algunas dificultades debido a varias
razones: es un recurso intangible y colectivo con características de bien público, que pueden ser
positivas o negativas.
Los indicadores de capital social difieren geográficamente y sectorialmente. La forma más
generalizada mediante la que se intenta medir el capital social, es a través de encuestas. Por ello, el
reto en su medición es identificar un sistema de indicadores contextualmente relevantes. Ello conlleva
al siguiente paso, la formulación de preguntas que se centren en sus dimensiones; es decir, en la
participación en la comunidad a través de los grupos organizados (Requena, 2008), en los vínculos
que nacen de forma espontánea, etc.
Las iniciativas revisadas, referidas a la medición del capital social (Edwards, 2004; Franke, 2005;
Grootaert y Van Bastelaer, 2001; Zukewich y Norris, 2005), han permitido profundizar en cada
indicador y compararlos.
Dentro del contexto de los telecentros, basaremos nuestra propuesta en el modelo del gobierno
de Canadá (Franke, 2005), Tabla Nº 5, que se centra en el análisis de redes, aprovechando su
potencial al aplicarlo para abordar individuos, dentro de los grupos y entre las organizaciones.
Resulta complicado afirmar que podremos conseguir una fotografía exacta del capital social, no
debemos olvidar que es una herramienta social, supeditada a los permanentes cambios que se
producen entre los miembros, la comunidad, el gobierno, el contexto general. Sin embargo, es
necesario profundizar su estudio, para aprovechar las posibilidades que nos brinda, y proyectar
acciones de mejora.
Actualmente se está construyendo el trabajo empírico. Lo que pretendemos es elaborar un
listado de indicadores a partir de los aportes de la primera fase, para, a continuación, seleccionar,
diseñar y validar los instrumentos, cualitativos y cualitativos, que se van a aplicar para recoger la
información sobre cada uno de aquellos indicadores de capital social.
711
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Al finalizar esta investigación, el 2015, se espera obtener un perfil del capital social de los
telecentros y conocer qué acciones fortalecen o incrementan su sostenibilidad. Ambos resultados
deben permitir elaborar un modelo de buenas prácticas de sostenibilidad para la XTC.
5. Referencias bibliográficas
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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714
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Palabras clave: educación social, pedagogía social, servicios sociales, modelo educativo
1. Introducción
En las últimas décadas se han publicado en el contexto español numerosos trabajos centrados
en el estudio de los modelos y técnicas de intervención en Educación Social, fundamentalmente por
parte de quienes desde las Universidades se han ocupado de la exploración y fundamentación de las
bases epistemológicas de la Pedagogía-Educación Social y por quienes desde la práctica profesional
buscan nuevas respuestas ante las necesidades emergentes de la ciudadanía, a las que los servicios
sociales han de hacer frente. Bajo el amparo de esta estrecha relación teórico-práctica afirmamos, en
consonancia con Ortega Esteban (1999, p.13), que “sin teoría no hay profesión eficiente, sin
investigación de la praxis no hay actualización de las teorías de aplicación, que vienen a ser los
modelos (…). De las teorías surgen los modelos, en cuanto constructos teórico-prácticos o en cuanto
diseños conceptuales para la acción”. Tales modelos conforman propuestas teóricas que nos sirven
de guía para profundizar en el estado actual de la educación en los servicios sociales.
La acción es fundamental, pero ha de ir acompañada de los procesos de reflexión propios de
una actuación profesional sólida que tiene como referente el marco teórico de la Pedagogía Social, al
tiempo que la teorización adquiere sentido cuando se materializa y contextualiza en las realidades
cotidianas. Es necesario insistir en que, frente a la arbitrariedad y las buenas intenciones, en el marco
de los servicios sociales las intervenciones educativas han de planificarse en función del contexto, de
los fines que se pretenden y de los recursos de los que se dispone, teniendo siempre en cuenta las
capacidades y potencialidades de los sujetos y grupos con los que se interviene, a fin de que toda
persona pueda alcanzar en igualdad de condiciones el derecho a una vida digna.
Por ello, referirse al paso de la asistencia al cambio en una sociedad en crisis, significa que las
políticas públicas se comprometan con los derechos de la ciudadanía, evitando una vuelta a las
prácticas asistenciales de antaño. Algunas de las iniciativas que se están poniendo en marcha ya han
demostrado su fracaso en otros tiempos (“apadrinamiento” de personas sin recursos económicos,
cheques alimenticios, etc.), entonces ¿para qué volver a ellas?. Cierto es que si bien tales iniciativas
han conseguido aliviar situaciones de emergencia social, no cuentan con una perspectiva de futuro
alentadora ni pueden ser el foco único de atención de las políticas sociales, entonces, ¿por qué no
buscar alternativas más justas y respetuosas con la “agencia” de las personas?.
Los avances alcanzados en los servicios sociales tras los esfuerzos realizados desde su puesta
en marcha en la década de los ochenta, con la creación del Plan Concertado de prestaciones básicas
de servicios sociales (1988) y el refuerzo del papel de los municipios en la prestación de servicios de
proximidad, la formación de mancomunidades y redes de trabajo educativo y social en los territorios,
el reconocimiento de los servicios sociales como derecho subjetivo de la ciudadanía en la última
generación de leyes autonómicas, etc., no pueden ser echados por tierra en tan poco tiempo,
especialmente porque la situación de descontento social, de falta de recursos y de escasas
expectativas que están viviendo muchas personas en nuestro país, los hacen más necesarios que
nunca. Si alguna vez tuvo sentido que existiese un sistema público de servicios sociales, hoy es el
momento de reencontrarlo.
El trabajo que presentamos en las siguientes páginas, que forma parte de una investigación más
1
amplia , se centra en el estudio de los modelos de intervención socioeducativa que se están
desarrollando en los servicios sociales comunitarios, a fin de identificar las posiciones adoptadas por
las educadoras y los educadores sociales en sus prácticas cotidianas. La descripción de los diversos
modelos se vincula a la necesidad de reconocer formas “típicas” de intervención dando una visión
panorámica de la situación en la que se encuentra la Educación Social en los servicios sociales de
1
Varela Crespo, L. (2013) (J.A. Caride, dir.). La Educación Social en las políticas públicas de bienestar:
programas, experiencias e iniciativas pedagógico-sociales en los servicios sociales comunitarios. Tesis Doctoral.
Universidad de Santiago de Compostela.
715
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
nuestro país.
716
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
717
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2
Grafico nº 1. Cuadro comparativo del modelo preventivo
Falta de
Falta de una apuesta
Limitaciones reconocimiento del
política decidida por este
del modelo modelo por parte de la
modelo de intervención.
ciudadanía.
El modelo preventivo (véase gráfico 1) posibilita, de un lado, reducir costes a medio y largo
plazo, por ejemplo fomentando el envejecimiento activo en el colectivo de mayores (caso 1), y de
otro, permite evitar conflictos y problemas sociales futuros relacionados con la convivencia
intercultural, los hábitos de salud, las prácticas de ocio nocivo (casos 1 y 3). Aun así, se constata que
los servicios sociales no consiguen llevar a cabo de forma satisfactoria estas actuaciones debido a la
escasa coordinación con otros servicios y recursos del territorio en los que también participan las
personas que hacen uso de sus prestaciones y por la falta de una decidida apuesta política (caso 2).
4.2 Modelo que responde a la “lógica de la urgencia” o por qué las educadoras y los educadores
sociales deberían reflexionar más
Si hay un modelo de actuación que, según los datos obtenidos (casos 1 y 2), está limitando
sustancialmente el auge de este enfoque en los servicios sociales es el que se inscribe en la lógica
de la urgencia (véase gráfico 2). Según esta visión de la realidad social, el principal objetivo de la
intervención es eliminar las carencias de los individuos, la intervención socioeducativa presenta un
carácter inmediato o reactivo, puesto que se trata de ofrecer una respuesta rápida ante una
determinada demanda o necesidad social de la ciudadanía. La lógica de la urgencia, denominada
también “actuacionismo” o “activismo” (acción sin reflexión), viene motivada por las directrices
políticas, por la propia cultura profesional basada en la primacía de la práctica y/o por las presiones
sociales ejercidas por las clases dominantes ante la necesidad de encontrar soluciones inmediatas a
problemas sociales que cuestionan el status quo.
En el estudio llevado a cabo, el modelo de lógica de la urgencia parece generar un cierto
inmovilismo profesional, dado que la ineficacia de las actuaciones -al no poder profundizar en
aspectos que se consideran importantes- lleva a los educadores y educadoras sociales a adoptar
actitudes fatalistas focalizadas en la imposibilidad del cambio.
Desde esta perspectiva, el papel del educador o educadora social es el de un mero interventor,
expendedor de respuestas y prestaciones ante una determinada necesidad social. La planificación
está ausente y la evaluación no es posible, porque la propia urgencia y ritmo institucional constituyen
una limitación. En definitiva, la labor del profesional se reduce a la prestación de un recurso material
para la atención de una problemática inmediata.
2
En los gráficos 1, 2, 3, y 4 los cuadros tienen los siguientes significados: fortaleza (fondo blanco); debilidad
(fondo gris claro), fortaleza-debilidad (fondo gris más oscuro).
718
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
Caso San
Caso Sant Adrià de
Conceptos Caso Culleredo Juan de
Besòs
Aznalfarache
LÓGICA DE LA URGENCIA
P11. ¿Qué modelos de intervención socioeducativa se están implementando en los servicios sociales
comunitarios?
Actuaciones
Acción sin reflexión. Acción sin reflexión.
reactivas
Inmovilismo Focalización en la Focalización en la
profesional imposibilidad de cambio. imposibilidad de cambio.
Educación Soluciones rápidas a Soluciones rápidas a
social problemas complejos con problemas complejos con
“apagafuegos” resultados poco satisfactorios. resultados poco satisfactorios.
4.3 Modelo que promueve el “intervencionismo asistencial” o por qué es necesario (re)conocer la
educabilidad de los educandos
En este caso, la actuación educativa tiene como principal objetivo conseguir la adaptación del
sujeto a la sociedad, siguiendo las indicaciones del experto. Además, la práctica profesional se centra
en lo que el sujeto falla, en sus debilidades, situándose las causas de las dificultades en el individuo.
El sujeto de la educación queda reducido a mero objeto, dado que el educador es el “experto” que
sabe cuáles son las soluciones a sus problemas. Aunque se pretende la adaptación y el ajuste del
sujeto a la sociedad en la que vive a través de las pautas marcadas por el profesional, el proceso de
actuación cuenta con un tiempo mayor de desarrollo que el modelo anterior, dado que la intervención
no termina en la satisfacción de una determinada necesidad social sino en la adaptación del individuo
al modelo social existente.
Gráfico nº 3. Cuadro comparativo del modelo asistencial
El papel del educador o educadora social se centra en la asistencia a los individuos, paliando sus
problemas, a pesar de que en los tres casos estudiados los profesionales entrevistados rechazan
explícitamente este modelo (casos 1, 2 y 3). Asimismo, la persistencia de una imagen negativa de los
719
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
servicios sociales (véase gráfico 3) considerados como el último reducto del bienestar social
municipal (casos 1, 2 y 3) contribuye a la presencia del enfoque asistencial.
4.4 Modelo de “acompañamiento y autonomía” o por qué las personas necesitan tomar sus propias
decisiones
El objetivo principal de la intervención es facilitar las condiciones necesarias para que los sujetos
desarrollen los aprendizajes que les posibiliten abandonar la situación de dificultad que están viviendo
y tomar sus propias decisiones en el proceso educativo, actuando el educador o educadora desde la
proximidad, la confianza y la revalorización del otro. La intervención socioeducativa parte de las
capacidades y potencialidades de los sujetos estableciéndose una relación de ayuda en el proceso de
transformación de la situación de la persona. Ésta accede a los conocimientos que le posibilitan
ejercer sus derechos y sustituir su condición de “beneficiario” por la de “ciudadano” consciente de su
posición en el mundo.
En este modelo (véase gráfico 4), la intervención desde los contextos de proximidad resulta
fundamental dado que posibilitan la construcción y mantenimiento del vínculo educativo (casos 1, 2 y
3). Las principales dificultades para su desarrollo se centran en que los tiempos educativos a medio y
largo plazo resultan incompatibles con las actuaciones inmediatas y reactivas que caracterizan el
trabajo cotidiano de los servicios sociales (caso 2) y en la persistencia de relaciones educativas que
generan dependencia entre el profesional y la persona.
720
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
5. Reflexiones finales
Los resultados de la investigación presentada apuntan a que los modelos en los que se
posiciona un mismo educador o educadora social que desarrolla su labor profesional en los servicios
sociales son diversos, dado que a lo largo de su actuación profesional las realidades contextuales en
las que trabaja, los equipos en los que se integra y los “encargos” a los que ha de dar respuesta
presentan con frecuencia un carácter antinómico. En algunas ocasiones, el profesional actúa
promovido por la urgencia de intervenir, situándose en el primer modelo, en otras, se posiciona en la
pedagogía del acompañamiento facilitando el desarrollo de acciones educativas integrales que
consideran la globalidad y multidimensionalidad de las personas quienes presentan dificultades, pero
también potencialidades, para mejorar su proyecto de vida. No obstante, el educador o educadora
social ha de tener claros cuáles son los objetivos que persigue con su intervención dado que los
modos de actuar no son baladíes sino que ayudan a construir significados.
El modelo de acompañamiento constituye una de las principales directrices que guían el trabajo
educativo -principalmente en el caso 1 de nuestra investigación- basado en la movilización de
diferentes recursos del territorio para que las personas puedan asumir nuevas responsabilidades y
ser cada vez más autónomas. Los datos obtenidos ponen de manifiesto la importancia de los
espacios informales en este modelo, para construir y fortalecer el vínculo educativo, permitiendo al
educador o educadora aproximarse al ciudadano en contextos que le resultan familiares.
Sin embargo, el proceso de “autonomización” presenta dificultades relacionadas con la asunción
de responsabilidades por parte de las personas. Entre ellas, se indica que con colectivos que están
en situación de exclusión social (económica, relacional, etc.) se generan con frecuencia procesos de
“acompañamiento sostenido”, en los que el protagonismo del educador y su pretensión de guiar los
procesos de toma de decisiones deja en un segundo plano a la persona, abocándola a una relación
de dependencia. Desde esta perspectiva, se hace referencia a la necesidad de evitar
acompañamientos innecesarios, asumiendo el educador el rol de un mediador que fortalece los
aprendizajes adquiridos por las personas, las apoya en la resolución de conflictos y las conecta con
los recursos comunitarios, sin llegar a sustituirlas.
Esta debilitación del acompañamiento, a juicio de Jaraíz (2012), está ligada al predominio de la
intervención centrada en el servicio, en la que lo esencial es el acceso a una prestación técnica o bien
social determinado, frente a la intervención centrada en el sujeto, en la que el proceso de relación de
ayuda está más anclado en el desarrollo de las capacidades propias de las personas, siendo el
profesional un mediador en la búsqueda de su propio bienestar.
Según lo expuesto, se puede afirmar que las prácticas educativas presentan orientaciones,
objetivos y resultados diferenciados en función de los modelos de acción-intervención social a los que
se haga referencia, de ahí que la conceptualización y conocimiento de los mismos resulte
fundamental para poder comprender el alcance y las limitaciones de la vertiente educativa de los
servicios sociales comunitarios. Estamos convencidos de que la aproximación a los “modelos” de
intervención, a modo de guía y orientación, contribuye a una mejor comprensión y reflexión acerca del
ejercicio profesional con el propósito de mejorarlo. Sólo desde el conocimiento de lo que hacen y
hacemos los educadores y educadoras, podremos avanzar en modelos alternativos de intervención
que contribuyan a la mejor organización y funcionamiento de los servicios sociales y a la optimización
de las prácticas educativas reconociendo el carácter relacional de tales servicios.
6. Referencias bibliográficas
Freire, P. (2007). Pedagogía del Oprimido. Madrid: Siglo XXI.
Jaraíz, G. (2012). Intervención social, barrio y servicios sociales comunitarios. Madrid: Cáritas
Española, Fundación FOESSA.
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conflicto social. Barcelona: Ariel.
Saldaña, J. (2009). The coding manual for qualitative researchers. London: Sage.
Varela, L. (2010). La educación social y los servicios sociales en los procesos de desarrollo
comunitario: revitalización del trabajo en red. Pedagogía Social. Revista interuniversitaria,
17,137-148.
721
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
1. Presentación
Lo ético, los aspectos morales de la actividad profesional, lejos de ser una cuestión simbólica y
anecdótica en la formación de los profesionales, deben ser la columna vertebral de la formación
porque están presentes en buena parte de las situaciones cotidianas de la profesión, aunque no
siempre sean fáciles de identificar. Ante un mundo incierto, complejo, a menudo trágico, donde todo
cambia y hay pocas referencias, los principios morales de la profesión y las estructuras para ponerlos
en práctica son fundamentales para tener un referente ante tanta incertidumbre (Ronda; 2011). Por
otra parte, no se trata sólo de disponer de consciencia moral, sino de ser capaces de traducir el
posicionamiento ético a las diferentes situaciones cotidianas de la actividad. Lo ético es contextual,
por lo que la capacitación profesional ha de facilitar la circulación entre los principios y las realidades
específicas (Cortina, 2003; Hortal, 2003; Sáez, 2011) y ha de dotar de herramientas técnicas para la
gestión de los conflictos de valor. Finalmente, se trata también de comprender que las situaciones de
conflicto moral exigen poder en juego multiplicidad de habilidades y destrezas que transcienden el
carácter moral: el autocontrol, la anticipación o el análisis de consecuencias, por ejemplo, son
aspectos que hay que poner en juego ante un conflicto de valor. Así pues, el conflicto de valor, desde
el punto de vista de su valor pedagógico, es un buen recurso de carácter globalizador para el estudio
de las capacidades y competencias profesionales.
Como hemos indicado en otros textos, (Vilar, 2013), hay un amplio consenso en la bibliografía
académica sobre la necesidad de capacitar éticamente los profesionales que tienen que desarrollar
su tarea en un mundo plural, incierto y complejo. Los diferentes autores ponen mucho el énfasis en
todo aquello que hace referencia al desarrollo de las cualidades humanas que equilibran el ejercicio
1
de la propia responsabilidad como persona, como ciudadano y como trabajador (Pérez, 2008) . Y esto
debe ser así porque, desde nuestro punto de vista, una de las fuentes de estrés de mayor impacto
entre los profesionales es estar expuestos a situaciones inciertas que no tienen solución, como es el
caso de los dilemas morales. Conviene disponer de sistemas para la identificación y gestión de los
mismos que aseguren una mínima salud moral (Guisán, 1986, p.47) y limiten el riesgo moral (Banks,
1997, p.34). Ahora bien, es necesario estudiar la forma como se plantea esta realidad global, amplia y
compleja, que es la gestión adecuada de los conflictos de valor.
La universidad debe dedicar importantes esfuerzos en la capacitación moral de los profesionales
que forma, por responsabilidad pública, por coherencia política con las grandes declaraciones y por la
vinculación con el desarrollo de las profesiones. De hecho, los planes de estudio de las universidades
nos muestran que las cuestiones éticas de la profesión están presenten en la formación. Ahora bien,
1
Por ejemplo, Perrenoud (2004, p.121 y ss.) insiste en la necesidad de capacitar para afrontar los deberes y
dilemas éticos de la profesión. Gardner (2008, p.16) pone el énfasis en el desarrollo de la mente ética, que hace
referencia a la reflexión sobre las actitudes a partir de la cuales una persona desarrolla los diferentes roles que le
toca ejercer en su vida cotidiana, trascender los intereses personales y preocuparse por contribuir a la creación
de un buen entorno social. Morin (2003, p.36) nos habla de potenciar la ética de la comprensión y, más adelante
(2003, p.38), de la ética del género humano. Hansen (2002, p.50-52) insiste en la idea de sensibilidad moral
como un constructo integrado por la reflexión moral, la predisposición, la presencia y la coherencia. La lista
podría ser interminable.
722
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
el problema que nos planteamos es si la forma como se abordan estas cuestiones en la formación
básica de profesionales de la educación social es la más adecuada y realmente lo capacita para
afrontar responsablemente y con garantías las contradicciones de la actividad profesional.
Este interrogante se nos plantea a partir de una investigación desarrollada en nuestra facultad
sobre la percepción de las competencias adquiridas por parte de estudiantes de cuarto curso (Rosa,
Riberas y Fernández, 2013). Se pasó un cuestionario con todas las competencias vinculadas al
prácticum, porque entendemos que es uno de los ejes principales en el logro de las competencias
profesionales de nuestros estudiantes ya que se convierte en el puente entre el mundo académico y
el profesional. Permite conectar los aprendizajes teóricos con aquellos más prácticos, por ser
simultáneamente un espacio de ensayo, de inmersión profesional y un espacio vivencial y de
autoconocimiento, donde el trabajo de las actitudes tiene un peso importante.
Mediante este cuestionario, descubrimos que los estudiantes tienen una autopercepción alta
sobre el sentido moral de la actividad profesional, pero no de otras competencias que hacen
referencia a manifestaciones de situaciones estresantes que pueden estar producidas por dilemas
morales, así como habilidades y estrategias para afrontarlos. Partimos de la idea que un dilema
desencadena todo un conjunto de elementos estresantes que lo acompañan a lo largo de todo el
proceso para su gestión. No sólo se trata de deliberar y de buscar alternativas, sino, además, de
disponer de mecanismos para contener estos elementos estresantes. Los estudiantes perciben el
dilema, manifiestan el sentido moral de su tarea, pero pierden de vista todos estos elementos
contextuales.
Concretamente, las competencias más valoradas son las siguientes:
Primer curso
Poner en práctica la responsabilidad, la participación y el trabajo en equipo como 80,32%
actitudes vinculadas a la profesión.
Tercer curso
Identificar y analizar los elementos que orientan la intervención hacia buenas prácticas 79,89%
profesionales
Manifestar conciencia y sensibilidad respecto del compromiso moral que se adquiere en 83,15%
el ejercicio profesional.
723
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
2
entre el 63% y el 73% .
No obstante, en el currículum del Grado de educación social, aparecen estas competencias en
diversas asignaturas, por lo que, el problema principal que se plantea es fundamentalmente la
conciencia de lo que realmente se ha adquirido y, en segundo lugar, la capacidad de globalizar y
transversalizar esos contenido, así como la capacidad de usar el conocimiento en situaciones
concretas.
Comprobamos también, que los resultados académicos en estas materias son altos, por lo que,
la primera conclusión a la que llegamos es que los estudiantes pueden hacer un aprendizaje
significativo de contenidos académicos, pero esto no asegura la capacidad de utilizar esos
conocimientos en situaciones complejas reales. Es decir, nos planteamos las limitaciones en la
formación respecto de la significación del conocimiento y la capacidad de transferirlos a la realidad.
2
El código deontológico se puntúa bajo porque es un documento relativamente poco trabajado, aunque muy
nombrado en el conjunto de los estudios. En cualquier caso, desde nuestro punto de vista, su conocimiento hace
referencia a cuestiones de identidad y de posicionamiento generalista pero no soluciona los problemas de la
gestión de los conflictos de valor.
724
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
imprescindible hacer una aproximación global e integrada que realmente asegure unos aprendizajes
que puedan utilizarse y transferirse de manera significativa y eficaz a las múltiples situaciones de la
vida cotidiana profesional. Se trata de incorporar la dimensión ética como una perspectiva transversal
que impregna todas las materias y asignaturas, de manera que se constituya en una mirada
realmente crítica y reflexiva sobre la realidad y sobre las propias prácticas profesionales. En segundo
lugar, y de forma prioritaria, no consiste en apelar recurrentemente a “lo ético” de forma genérica, sino
de aportar mecanismos y estrategias para la identificación de los conflictos de valor y de todos los
elementos que los constituyen (indecisión, estrés, anticipación, proyección, autocontrol, etc.), como
aspectos básicos para poderlos gestionar de forma adecuada. De hecho, desarrollar la sensibilidad
moral sin fundamentación teórica y, a la vez, sin materiales de referencia para la toma de decisiones
ni estrategias de gestión de los conflictos de valor (métodos de deliberación, análisis de
consecuencias, habilidades comunicativas, etc.), lejos de estar capacitando los futuros profesionales,
supone ponerlos en una situación de sufrimiento y estrés. Es decir: aumentar la sensibilidad moral
pero no tener mecanismos para abordar los conflictos de valor es una forma de crear situaciones
potenciales de burnout.
Por otra parte, el prácticum es una situación de aprendizaje singular y excepcional, por la
multiplicidad de posibilidades que ofrece:
Por un lado, se trata de un espacio estructurado formal de aprendizaje mediado, desde el
seguimiento semanal que se hace en el espacio de supervisión/seminario semanal de prácticas con
un tutor/a de la universidad; además, con una situación similar organizada por la persona responsable
de su seguimiento en el centro de prácticas.
Además, se trata también de un espacio semiestructurado de aprendizaje mediado, en el
momento que se produce una experiencia de construcción conjunta con los demás estudiantes en el
espacio de seminario/supervisión de prácticas; además, se produce también un aprendizaje directo
con las aportaciones sistematizadas de otros profesionales en el centro de prácticas.
Finalmente, es también un espacio informal no estructurado de aprendizaje directo, a partir de
todo lo que aportan las personas atendidas en la relación educativa en el recurso de prácticas, la
inmersión informal en la vida institucional del recurso, además de las narraciones y vivencias propias
del grupo de estudiantes.
Concretamente, el prácticum de tercer curso (prácticum V, de carácter observacional y de
inmersión en la profesión) aporta un contexto ideal para el reconocimiento y la vivencia de situaciones
propias de la profesión, en este caso, vivencias de conflicto de los profesionales que han sido
observados por los estudiantes.
El pràcticum de cuarto curso (prácticum VI, de intervención, con un carácter más especializado
en un ámbito específico), aporta una reflexión sobre la vivencia propia que tiene el estudiante de la
relación educativa en el ejercicio de la profesión.
El contenido de la experiencia que presentamos pone el énfasis en la forma de asegurar la
significación de los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que de forma directa o
indirecta tienen que ver con las cuestiones éticas de la actividad profesional. Consideramos que el
problema principal que hay que abordar es la forma como construir vínculos entre conocimientos que
ya se han incorporado, pero que constituyen islas incomunicadas. Es decir, construir una estructura
de trabajo que permita emerger y adoptar nuevas significaciones complejas a unos contenidos que a
menudo se comprenden en sí, pero que no se saben contextualizar ni identificar cuando se
manifiestan en una práctica o una realidad específica compleja.
3. Desarrollo de la experiencia.
La experiencia que presentamos se ha desarrollado como prueba piloto a lo largo del curso
2012-13, con los estudiantes de tercer curso de educción social y continuará con este mismo grupo
durante el curso 2013-14.
Concretamente, durante el primer semestre del curso 2012-13 se ha cursado la asignatura “ética
profesional”. Es una asignatura teórico-práctica troncal y que realizan todos los estudiantes de tercer
curso de Trabajo Social y Educación Social. Parte de la premisa según la cual, siempre hay una
vivencia subjetiva de los conflictos de valor, pero eso no significa que sean problemas personales. Al
contrario, al darse en un espacio público, la vivencia subjetiva de conflicto debe poderse objetivar y
mediante mecanismos, recursos y estrategias públicas y colectivas que deben originarse en las
profesiones y en los recursos de trabajo, para asegurar que la respuesta o solución es realmente la
725
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
más justa. Para ello, fundamentalmente se trabaja qué es la ética profesional, cómo se ha construido
en las profesiones sociales, cuáles son las grandes familias de conflicto de valor y, especialmente,
qué dificultades formales afrontan los profesionales a la hora de gestionar los conflictos de valor (de
qué estructuras profesionales de soporte disponen, qué materiales de referencia pueden consultar,
qué método de deliberación utilizan).
La actividad final de evaluación continuada consiste en plantear una pequeña investigación
donde los/as estudiantes simulan convertirse en supervisores de los equipos donde están haciendo
las prácticas para identificar cuáles son los conflictos éticos más comunes entre los profesionales de
cada recurso y cuáles son las formas más habituales de resolverlos. En el momento de hacer esta
actividad, ya llevan dos meses de prácticas, por lo que empiezan a conocer bien los recursos y, a la
vez, conocimientos específicos de la asignatura que está en el tramo final. Para ello, preparan una
entrevista semiestructurada que comienza pidiendo que identifiquen un conflicto de valor que hayan
experimentado y posteriormente profundiza sobre les siguientes aspectos:
Tipología de conflictos (fuentes generadoras de conflicto)
Formas de gestión (existencia o inexistencia de sistemas de apoyo)
Necesidades formativas (expresadas por los profesionales)
A partir de la información que obtienen, han de elaborar un informe que consiste en un
diagnóstico inicial sobre el nivel de desarrollo de las estructuras profesionales para la gestión de
conflictos, en cada institución: sistemas y espacios para la discusión del conflicto; existencia o
ausencia de trabajo colaborativo y de equipo para su gestión; uso de materiales de referencia para
3
deliberar y nivel de amplitud y/o concreción de las mismas .
De manera simultánea, la asignatura de prácticum dispone de un espacio de tutoría y
supervisión semanal en grupos reducidos (máximo 15 personas) que se mantiene durante todo el
periodo de prácticas (de octubre a mayo). En este espacio es donde se profundiza con mayor detalle
los informes que han hecho sobre cada una de las instituciones donde hacen prácticas. La persona
que conduce estos espacios es la responsable de establecer y construir ideas inclusoras, en palabras
de Ausubel, para modificar las estructuras cognitivas hacia formas más complejas y diversas, de
forma que se desarrolle una circulación adecuada desde los aspectos más globales y generalistas
hasta los más concretos y anecdóticos. A su vez, que sea capaz de establecer el retorno hacia los
conceptos y las estructuras globales, es decir, que lleguen a hacer una adecuada diferenciación
progresiva y una correcta reconciliación integradora (Ausubel, 1982, p.183). De esta forma, el trabajo
que se está desarrollando en una asignatura trocal que se imparte en el primer semestre se
complementa y tiene continuidad con el trabajo que se desarrolla a lo largo de todo el curso en la
asignatura de prácticum.
Esta experiencia ha servido, de momento, para conectar los conocimientos abstractos de la
asignatura de ética con la presencia de los mismos en la cotidianeidad de los profesionales, de
manera que se identifiquen en los contextos específicos donde aparecen.
Las competencias específicas que se han trabajado y los contenidos que las acompañan son las
siguientes:
Reconocer las diferencias entre las cuestiones técnico-científicas de las cuestiones
valorativas en el ejercicio de la profesión.
En este caso, se insiste en la identificación de los aspectos ideológicos y valorativos que
constituyen el substrato de toda intervención socioeducativa, y a la insuficiencia de los
planteamientos tecnocráticos que reducen los conflictos de valor a una cuestión de procedimiento.
Conocer y utilizar los instrumentos existentes en la profesión respecto de las cuestiones
éticas y valorativas.
En este caso, se hace referencia a la identificación de las diferentes guías, instrumentos y
estrategias que la profesión debería poner a disposición de los profesionales, para gestionar los
conflictos de valor de forma adecuada y cómo la presencia o ausencia de estos instrumentos
explícitos aumentan o disminuyen la sensación de estrés.
Identificar los elementos propios de una institución que favorecen o eliminan la aparición de
3
El conjunto de elementos para hacer este análisis se puede encontrar de forma detallada en Vilar, 2013.
726
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
estrés.
Aquí se analiza si la vivencia subjetiva de conflicto se ve compensada por una estructura
profesional que permita la objetivación y el tratamiento sistemático de ese conflicto o si, por el
contrario, la vivencia subjetiva emocional se agudiza y se convierte en un problema personal, al no
haber elementos de soporte.
Identificar y analizar los elementos que orientan la intervención hacia buenas prácticas
profesionales.
En este caso, se identifican los criterios, estructuras y estrategias institucionales que claramente
contribuyen a una gestión ordenada y estructurada de los conflictos de valor, de manera que el
profesional sienta que está acompañado en la toma de decisiones y que está actuando justamente.
Mostrar una actitud constructiva para resolver cooperativamente los conflictos de valor.
Finalmente, esta competencia está asociada al trabajo de contenidos que tienen que ver con las
actitudes y habilidades para la construcción colaborativa como forma de abordar las situaciones de
novedad y crisis en entornos complejos.
La evaluación de estas competencias tiene dos momentos. En primer lugar, en la actividad de
análisis que parte de la entrevista a los profesionales, se identifica el mayor o menor uso que se ha
hecho de los elementos conceptuales que se trabajan en la asignatura de ética, a la hora de construir
el informe final. En un segundo momento, se siguen estos mismos elementos en las sesiones de
tutoría y supervisión de prácticas. Finalmente, se pasa un cuestionario amplio a los estudiantes al
final de curso para identificar el nivel de autoconciencia de sus competencias, dentro de las cuales se
incluyen las que tienen que ver con las cuestiones morales en la profesión.
El curso que ahora comienza, el mismo grupo de estudiantes vuelve a hacer prácticas, ahora de
forma intensiva en un cuatrimestre y con el encargo específico de desarrollar intervenciones de forma
guiada, pero altamente autónoma. Así pues, para este curso, proponemos que identifiquen en su
práctica las dificultades que identificaron el curso anterior en los profesionales a los que observaban
y, a la vez, que el grupo de supervisión/seminario de prácticas sea el espacio de simulación donde se
proceda al tratamiento de los conflictos de valor.
Concretamente, se planteará un ejercicio de autoanálisis, donde los estudiantes se aplicarán
entre ellos el mismo cuestionario que este curso han presentado a los profesionales de los centros de
prácticas. La idea es que analicen una situación crítica de conflicto de valor real que hayan vivido
durante el proceso y, conjuntamente, identifiquen los elementos personales que ponen en juego para
gestionarlos y, a la vez, los elementos de soporte externos que deberían utilizar (código deontológico,
guías de referencia, etc.), así como la estrategia de discusión de dilemas que se ha trabajado en la
asignatura.
Esto puede tener un especial interés como proceso de autoconocimiento y toma de conciencia
de cada estudiante sobre sus habilidades y características personales. También, como experiencia
final de uso de las estrategias aprendidas teóricamente en un primer momento y luego observadas en
los recursos de prácticas.
Para cerrar el proceso, al final del semestre se pasará nuevamente un cuestionario para valorar
el nivel de autoconciencia sobre las competencias, así como para valorar los aspectos más
relevantes de la metodología utilizada para la integración y transversalidad entre asignaturas.
4. Conclusión
Como hemos indicado al principio, estamos presentando una experiencia piloto que pone el
énfasis en la integración de contenidos de diferentes materias que se deben retroalimentar entre
ellos. Al final del curso actual dispondremos de nuevos datos para valorar si ésta propuesta
metodológica aporta mejoras en la autopercepción de los estudiantes sobre sus competencias
prácticas y profesionales.
5. Referencias bibliográficas
Ausubel, D. (1982). Psicología educativa. Un punto de vista cognoscitivo. México: Trillas.
Banks, S. (1997). Ética y valores en el trabajo social. Barcelona: Paidós.
727
Crisis social y el Estado del Bienestar: las respuestas de la Pedagogía Social
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