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El Uso Del Lenguaje Oral en La Praxi Del Docente
El Uso Del Lenguaje Oral en La Praxi Del Docente
El lenguaje oral es una actividad inherente al ser humano que logra en él,
la constitución de ideas, pensamientos y emociones a través de la
interacción de información acorde con el nivel de aprendizaje, que conlleva
a una comunicación interpersonal, logrando la socialización y desarrollo de
competencias. Bajo esta premisa, el educador como actor principal del
proceso de enseñanza – aprendizaje debe enaltecer la conducción de
ciertos elementos que propicien en él todo proceso de comunicación en los
espacios educativo. En este sentido, el empleo de expresiones propias,
frases y la poca atención en la pronunciación de las letras y vocales dentro
su entorno social han generado en ellos limitantes comunicacionales, como
la difusión de conocimiento de forma errónea propias de un emisor que
proporciona un mensaje sin una codificación de forma correcta utilizando
las técnicas adecuadas y formales del lenguaje oral.
Ahora bien, Echeverría (2003), cada vez que el hombre habla, declara algo,
y lo sostiene a un punto tal que bien se puede decirse que hay un sólo acto
lingüístico, la declaración, con cinco maneras de manifestarse: como
declaración, juicio, afirmación, pedido y promesa que incluye la oferta. En
consecuencia, el hecho de hablar en sí mismo, es más una posibilidad de
acción que su certeza, y no necesariamente producirá un determinado
efecto en el mundo, ya que éste para ocurrir dependerá, en principio, del
contexto en el que ese hablar suceda y de quién sea el que hable e incluso
podría no producir efecto alguno. Es por ello, que Stein (2007) “Una acción
que, además de naturaleza informativa, tendría una naturaleza
comunicativa, dado que el sentido que resulta de la interacción humana es
lo que posibilita que en un momento determinado podamos hablar de
comunicación” (p.62). Al respecto, la comprensión, de cada persona y la
interpretación de lo que significa ser humano, lo concebimos en seres
lingüísticos, donde las actividades giran en función del mismo; dicho de otro
modo, el lenguaje nos permite intercambiar emociones a través de la
comunicación; de tal manera, que pone como eje principal de estudio a las
conversaciones, las cuales constituyen y establecen nuestra particular
forma de ser.
En ese mismo contexto, el lenguaje es sobre otras cosas lo que hace de los
seres humanos el tipo particular de seres que somos. Somos seres que
vivimos en el lenguaje. Somos seres sociales. No hay lugar fuera del
lenguaje desde el cual podamos observar nuestra existencia. El lenguaje es
generativo, nos permite hablar “sobre” las cosas: hace que ellas sucedan.
Por lo tanto, el lenguaje es acción, crea realidades. El idioma que hablemos,
siempre ejecutamos el mismo número restringido de actos lingüísticos: los
seres humanos, al hablar, hacemos declaraciones, afirmaciones, promesas,
pedidos, ofertas. Estas acciones son universales. No sólo actuamos de
acuerdo con cómo somos también somos según actuamos. La acción
genera ser. Uno deviene de acuerdo con lo que hace.
Sin embargo, los seres humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a
través de él. Al decir lo que decimos, al decirlo de un modo y no de otro, o
no diciendo cosa alguna, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros
mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el
futuro. A partir de lo que dijimos o se nos dijo, a partir de lo que callamos, a
partir de lo que escuchamos o no escuchamos de otros, nuestra realidad
futura se moldea en un sentido o en otro. Pero además de intervenir en la
creación de futuro, los seres humanos modelamos nuestra identidad y la del
mundo que vivimos a través del lenguaje.
Por otra parte, es de gran relevancia conocer y utilizar los actos lingüísticos
para generar resultados, sea en sociedad o equipos de gestión, es decir,
estos requieren de un marco o contexto de interrelación permanente, de
dinamismo, ya que comprender cada acto lingüístico como un hecho aislado
que genera un movimiento secuencial que solo ocurre al analizar el proceso.
A su vez, este elemento es diferente de lo que pasa en el suceder, en esa
dinámica en la que todo ocurre a espacios hasta llegar a ser simultáneos.
De este modo, el pedir y el prometer como la acción estratégica que se
utiliza en el lenguaje para establecer un vehículo que combine el abordaje
del conocimiento académico con la praxis de una sociedad cada día más
exigente en el entorno a sus demandas en búsqueda de obtención de
respuestas en los compas del conocimiento. En este orden de ideas, nos
conlleva al quiebre de la acción comunicativa como un concepto que brinda
la posibilidad de tener un discernimiento más profundo de nuestros
procesos lingüísticos, de nuestro juicios y comportamientos, así brindar un
nuevo concepto de transparencia, como la forma primaria que devenimos
en este mundo que prioriza al concepto de la acción, el cual lo atribuye a
una respuesta ante un quiebre. Es decir, la importancia a escuchar, y a las
habilidades de este elemento para comprender las inquietudes, para
aprender a comprometernos con ella y ocuparnos de las expectaciones de
otros. Ahora bien, frente a estos conceptos analizados, con otra perspectiva
lo que implica las conversaciones, tanto internas como externas, los tipos
de estás, con la intención de crear un observador que nos permita tomar
conciencia de ellas proporcionado así un mayor nivel de competencias
lingüísticas y por ende comunicacionales, que aumentan nuestras eficacia
y eficiencia en acciones estratégicas.
Para Rosenblatt citado por Morales (2002). Sostiene que el lector y el texto
como términos genéricos no existen; existen sólo posibles lectores y
posibles textos. Una persona se hace lector sólo cuando se establece la
transacción con el texto. En este sentido, la autora descarta la polaridad
lector-texto como participantes en el proceso de lectura. Por el contrario,
define la lectura como un evento en el que ocurre una transacción, una
fusión entre el lector y el texto en un momento y un contexto determinado
para construir significado.
Al respecto sostiene Smith citado por Morales (2002), ésta es la única forma
posible de lectura; una vez vivida la experiencia, el aprendizaje vendrá por
añadidura. Concibe Eco (1981), bajo un enfoque semiótico, la lectura es un
proceso en el que el lector, valiéndose de su competencia circunstancial y
su enciclopedia, actualiza el contenido del texto, es decir, completa los
espacios en blanco que encuentra en el texto. El texto está plagado de
elementos no dichos, no manifiestos en la superficie, en el plano de la
expresión, los cuales deben ser actualizados. Este proceso de actualización
afecta al lector: contribuye a la formación de su competencia.
En este proceso, el lector va desarrollando una serie de competencias
relativas a los distintos tipos de textos, lo cual le permitirá trasaccionar con
el texto, construir un texto con coherencia, significativo, o le generará
obstáculos y dificultades al enfrentarse a algún tipo de texto. En este
proyecto el autor trabajó con textos expositivos de distintos tipos: literarios,
religiosos, políticos, periodísticos, entre otros, lo cual le ha permitido realizar
una adecuada descripción semio-discursiva, al estudiar la producción de
resúmenes de textos expositivos realizados por escolares.
HALLAZGO
Descripción
Referencias
Eco, U. (1981). El lector modelo. En Lector in fábula (pp.73-95). España:
Ediciones Lumen.
Smith, F. (1990). Para darle sentido a la lectura (2º ed., J. Collyer, Trad.).
Madrid: Visor (Trabajo original publicado en 1978).
Imagen: http://4.bp.blogspot.com/_NVzPnvvYuLg/S_JyrlutHGI/AAAAAAA
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