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cinco hombres todos jóvenes de personalidades dispares, procedentes de distintas

zonas de estados unidos llegaron a ecuador con un objetivo común ellos habían
respondido a una misma demanda la de predicar el evangelio donde nunca hubiese
sido predicado un mismo y feroz pueblo se les aferró al corazón los aucas para
evangelizarlos sin embargo deberían estar dispuestos a perderlo todo.

ese día el misionero nate saint salió temprano de arajuno, la base de operaciones
de la operación auca y sobrevoló por enésima vez en su pequeño piper cruiser la
aldea de los temibles aucas notó en ella una ausencia de hombres lo cual le llenó de
alegría de vuelta hacia la cabeza de playa que los misioneros habían denominado
palm beach en el río curaray vio un grupo de unos diez hombres que caminaban
precisamente hacia ese lugar adelantándose al grupo en un par de minutos
aterrizó junto a sus compañeros por fin muchachos vienen hacia acá

durante tres meses y dos días habían estado provocando sucesivos acercamientos
por avión dejando caer regalo tras regalo con mensajes de buena voluntad y ahora
por fin había llegado la hora de verse cara a cara en tierra los cinco misioneros
habían invadido territorio auca hacía cinco días y éstos habían decidido por fin
acercarse.

con esa buena noticia nate llamó a las doce y media a su esposa marj que seguía
atenta sus movimientos a través de la radio en shell mera la base de las misiones
cristianas en ecuador oriental con palabras entrecortadas le dijo

una comisión de diez hombres viene en camino parece que van a estar aquí para el
servicio de esta tarde temprano dijo bromeando oren por nosotros este es el día
hablaremos otra vez a las cuatro y media.

ninguno de los misioneros desconocía la historia de la tribu se sabía que vivían en


un ciclo interminable de muerte y venganza su odio hacia el hombre blanco era
producto de sus recuerdos del pasado cuando los primeros colonizadores
explotaron y mataron a cuanto indio se les cruzaba en el camino todo por buscar
caucho oro y petróleo dayuma les dio también datos valiosos sobre su forma de
vida y creencias si de algo estaban seguros estos hombres era que lograr en
contacto amistoso con los aucas era una tarea por demás arriesgada parece que
conocer la historia de la tribu no fue un impedimento para los planes que tenían
para poder alcanzarles con el evangelio de cristo

Se comenzaron a suceder las visitas y los regalos uno tras otro los aucas los recibían con
agrado para el cuarto viaje Nate instaló en el avión un parlante a batería para enviar los
mensajes amistosos que Jim había aprendido a la sexta semana los aucas empezaron a
poner, de vez en cuando algún regalo de vuelta en la canasta Cada signo amistoso de los
aucas era recibido con alborozo por los misioneros.

Nate vio desde el aire acercarse decididamente un grupo de aucas, y entonces llamó a su
esposa, para que estuviera atenta para un contacto por radio para las cuatro y media.

A las cuatro y media las esposas se conectaron, unas desde Shell Mera, las otras desde
Arajuno llamaron a Palm Beach, pero sólo había silencio esperaron hasta última hora esa
noche queriendo creer que el silencio se debía sólo a algún pequeño contratiempo las
horas transcurrieron largas y dolorosas.

Johnny volaba raudo hacia Palm Beach para obtener noticias de sus compañeros a las
nueve y media Johnny remitió su informe que Marj retransmitió escuetamente a todos.

Johnny ha encontrado el avión sobre la playa le han arrancado toda la tela no hay señal de
los muchachos.

colegas misioneros y militares norteamericanos y ecuatorianos organizaron una cuadrilla


de rescate que partió de Arajuno rumbo a Palm Beach ellos abrigaban aún la esperanza de
hallar en cada curva del río a lo menos a alguno de los cinco misioneros regresando a pie.

Cuando llegaron a Palm Beach descubrieron cuatro cuerpos el quinto había sido avistado
poco antes pero fue imposible recuperarlo aguas abajo la patrulla de salvamento llevó a
cabo una pequeña ceremonia de sepultura bajo el gran árbol con la casita.

las viudas fueron invitadas a sobrevolar Palm Beach y pudieron ver por unos instantes la
tumba común de sus esposos al virar de regreso el avión Marj Saint la viuda de Nate dijo
ese pequeño cementerio es el más hermoso del mundo.

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