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Madeo Facente, Florencia

Taller de lectura, escritura y oralidad II 2 F

Prof. Progano

Reseña

SOBRE LA HISTORIA CONTRAFACTUAL, H. Beck, 2008

(…) la historia es una materia


indeterminada, una sustancia más
parecida a una nube que a un reloj.

Humberto Beck

Beck nos invita a pensar, en su texto acerca de la historia contrafactual, otra cosa
además de los escenarios históricos “plausibles” y las situaciones latentes que
contiene cualquier marco espacio temporal, y es el ejercicio contrafactual como un
modo de enfrentar los determinismos. Entonces, podemos tener en cuenta una doble
dimensión que, en mi opinión, quedaría esbozada en el texto: por un lado, que la
historia tendría por objeto también lo que no fue, y por el otro, que todo acercamiento
comprensivo de lo “fenomenológico” implica no solo una práctica descriptivo-analítica
sino también imaginativa: recuperar esta conexión tan bastardeada entre lo
imaginativo y lo empírico podría servirnos a nosotros, profesores e investigadores,
para reevaluar la información de nuestro campo y de nuestra época, porque ¿hasta
qué punto lo “evidente” --lo “realizado”-- agota el sentido de un momento histórico?

Beck inicia su texto con la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si…? y subraya que la
historia es, simultáneamente, un método de análisis historiográfico y un género de
creación literaria. En un primer momento, se plantea una divergencia respecto al relato
original y luego se propone una reescritura. Según el autor, Tito Livio expresó el primer
contrafactual: si Alejandro Magno hubiera ido hacia el oeste, habría iniciado una
guerra con el imperio romano. Así, muchos escritores construyeron ficciones sobre
sucesos alternativos, pero el método contrafactual no tuvo tanto éxito en la
historiografía. La pregunta pertinente que podría hacerse desde un análisis histórico
es: ¿por qué interesarse en lo que no pasó?. Beck insiste, en este caso, en el valor
metodológico del ejercicio contrafactual: el análisis comparativo de las explicaciones
causales de la historia. En palabras de él: “las ucronías (…) nos rescatan de la versión
más obstinada del determinismo: la de pensar que las circunstancias del presente eran
la única conclusión posible.” Es decir, el ejercicio contrafactual resulta en una
búsqueda por captar el sentido de los procesos históricos.

¿Estamos diciendo que el estudio de la historia debe dejarse dominar por fantasías?
No, por supuesto, y el peligro es suponer que se está planteando tal exigencia a los
historiadores. Beck, a mi entender, no cae en este reduccionismo: más bien, hay que
tener presente que hablamos de un ejercicio y no de un objeto: la historia no puede
descuidar, precisamente, los “hechos”. Pero cierta cautela podría sernos útil para no
cometer el error de confundir lo ocurrido con lo necesario.

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