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1
documento que dé cuenta de la suma debida y les permita iniciar un Juicio
Ejecutivo, teniendo que recurrir a una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva de Confesión de Deuda, y, solo si es exitosa está gestión, iniciar
un Juicio Ejecutivo, teniendo el ejecutado la posibilidad de oponer todas las
excepciones propias del mismo, sin contar el gran desgaste que se provoca
de la actividad jurisdiccional y de las mismas partes, que deben contratar
abogados, y realizar un sinnúmero de gastos adicionales, todo lo cual toma
una gran cantidad de tiempo, y, en muchos casos, puede llevar a la ruina a
un pequeño comerciante, que, al no cumplírsele una obligación debida,
debe contraer el una deuda para solventar sus propias obligaciones, y, en
muchos casos, evitando que pueda pagar a otros pequeños comerciantes,
formándose un circulo vicioso y muy difícil de ponerle fin.
2
Así esperamos poder determinar, al menos a nivel doctrinal, si es
factible su aplicación en Chile, y elaborar unas bases para crearlo.
CAPITULO I
1.- Concepto
3
El término “monitorio”, el cual proviene del latín “monitorius”1 (=
amonestar), a sido definido por la Real Academia Española como “... lo que
sirve para avisar o amonestar…”2.
1
En tal sentido, la AP de La Rioja, Secc. 1ª, en sentencia de 07 de Junio de 2004,
señaló: “… acude en defensa de la tesis contraria a consideraciones semánticas…la de
atribuir una significación a la denominación del procedimiento, enraizándolo con el
prefijo de origen griego ‘monos’, que significa único, en vez de asociarlo al vocablo
latino ‘monitorius’ o a su verbo ‘moneo’ del que procede la expresión actual que como
adjetivo aplicado a personas y cosas, se dice del que avisa o amonesta o de lo que sirve
para avisar o amonestar, significación que guarda bastante más relación con la
naturaleza de este procedimiento”.
2
La definición completa que hace la Real Academia en su Diccionario de la
Lengua Española del adjetivo monitorio es: “Dícese de lo que sirve para avisar o
amonestar, y de la persona que lo hace”, y en una segunda acepción, lo define como
“Monición, amonestación o advertencia que el Papa, los obispos y prelados dirigían a los
fieles en general para la averiguación de ciertos hechos que en la misma se expresaban,
o para señalarles normas de conducta, principalmente en relación con circunstancias de
la actualidad”.
3
Incluso, el destacado autor español ALCALÁ - ZAMORA y CASTILLO,
Niceto. Cuestiones de terminología procesal. México, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, 1972. pp. 31 y 126, critica el uso de los términos “monitorio” e “inyuncional”
para referirse a este procedimiento, siendo especialmente severo con el uso de este
último, declarando al respecto que “hace años, al dar a conocer en castellano ‘El
procedimiento monitorio’ de Calamandrei (Buenos Aires, 1946), el doctor Sentís
Melendo creyó oportuno lanzar a la circulación el término ‘inyunción’ para el exacto
traslado del italiano ‘ingiunzione’. Se basaba para ello en que en el Diccionario de la
Lengua figura el verbo ‘inyungir’ del que con facilidad se extrae ‘inyunción’. Pero como
no obstante el gran prestigio del traductor, tal verbo pertenece a la categoría de los que
ninguno emplea, y como nadie sabe su significado, creo preferible calificar como
‘intimatorio’ o ‘conminatorio’, y no como ‘inyuncional’ el título que origina el llamado
juicio monitorio”.
4
cualquier intento por definir este concepto es una tarea más doctrinal que
práctica, toda vez que por la variedad de situaciones que posibilita y a la
diversidad de legislaciones que lo han normado, sería en extremo difícil
encontrar una definición completa de procedimiento monitorio que fuera
aplicable en los diferentes ordenamientos jurídicos.
4
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. Madrid, Colex. 2005. t.
II.
5
EM de la PRE, ap 2.1.2.
5
contentieu’, junto con la protección de los derechos de la defensa que se
concreta en la oportunidad de evitar la expedición de un título ejecutivo,
constituyen las características esenciales del proceso monitorio.”
6
CORREA DELCASSO, Juan. Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. Marcial Pons, Madrid. 2000. 37p.
7
Destaca este autor, en su obra “El proceso monitorio en la nueva ley de
enjuiciamiento civil”, op. cit., 37p., que el adjetivo “plenos”, el cual no se había incluido
en las anteriores definiciones que el mismo había formulado, fue añadido para subrayar,
en mayor medida, el efecto de cosa juzgada que produce el procedimiento monitorio
finalizado inaudita altera parte, evitando de esta manera confusiones con otros
procedimientos sumarios que también producen el efecto de cosa juzgada, aunque solo
limitados a lo que ha sido objeto del debate de los mismos.
6
GIMENO SENDRA8 lo define como “un procedimiento para obtener
un requerimiento judicial para el pago rápido de una deuda acreditada por
documentos con determinada virtualidad probatoria y que, en función de la
conducta del deudor, puede abocar en pago, en un proceso de ejecución o
declarativo ordinario en función de la cuantía, dependiendo de si el deudor
no se opone o se opone, respectivamente”.
8
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil, op. cit., t. II.
9
GARBERÍ LLOBREGAT, José, TORRES FERNÁNDEZ DE SEVILLA, José
M. y CASERO LINARES, Luís. El cobro ejecutivo de las deudas en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. Ejecución dineraria, proceso monitorio y juicio cambiario.
Barcelona, Bosch, 2002, t. II.
7
Por su parte, en Italia CRISTOFOLINI10 señala que “es aquel
procedimiento a través del cual, concurriendo las condiciones requeridas
por la ley, el juez emite una resolución sobre el fondo (normalmente idónea
a provocar la ejecución forzosa), a petición de una de las partes, sin el
previo contradictorio de la parte frente a la cual la resolución ha sido
emitida".
10
CRISTOFOLINI, Giovanni. Processo d’ingiunzione. Ed. Cedam, Padova.
1939, citado por CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio. Barcelona,
J.M. Bosch Editor, 1998, 211p., quien critica la definición del autor italiano, señalando
que, por un lado, el juez no emite en todos los casos un pronunciamiento sobre el fondo:
en determinadas ocasiones ni siquiera lleva a cabo un mínimo examen probatorio y ni
tan siquiera lo hace él, sino uno de sus auxiliares, como sucede hoy día en Alemania con
el Rechtspfleger. Por otro lado, la resolución que emite en el proceso monitorio siempre
es idónea para provocar la ejecución forzosa (y no sólo "normalmente" como
equivocadamente señala), puesto que si finaliza este proceso con una sentencia,
interpuesta una oposición por el deudor, como si termina de inaudita altera parte, dicha
resolución produce siempre efectos de cosa juzgada. Por último, indica Correa Delcasso,
de la anterior definición no se desprende con claridad uno de los caracteres esenciales
del proceso monitorio como es el de la inversión de la iniciativa del contradictorio.
11
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A. 1959. t. I.
8
La jurisprudencia española también a definido al procedimiento
monitorio. En este sentido, la AP de La Rioja12, señaló que “este tipo de
procedimiento permite que una persona que considera ser acreedora de una
deuda pecuniaria vencida, liquida y exigible, que no exceda del tipo
económico fijado…, y que este documentada, pida al tribunal competente
que formule un requerimiento de pago a quien considera su deudor para que
éste bien atienda el requerimiento y pague, bien se oponga al pago dando
razones, en cuyo caso será necesario sustanciar un proceso declarativo
ordinario, o bien, ni pague ni se oponga en cuyo caso se despachara
ejecución frente al deudor…”
12
SAP La Rioja, Secc. 1ª, de 07 de Junio de 2004.
13
SAP Toledo, Secc. 1ª, de 20 de Febrero de 2002.
14
SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 28 de Julio de 2003.
9
de cuantía no superior a los cinco millones de pesetas en el que, la falta de
oposición al requerimiento judicial de pago librado por el juez a instancia
del acreedor, previo examen de los documentos por él aportados y sin
audiencia previa del deudor, da lugar a la creación, de un título ejecutivo
con efectos de cosa juzgada”.
15
CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A, 1953. pp. 29 y 30.
10
Sin embargo, existen también sistemas “mixtos” o “híbridos”, que
toman elementos del puro y del documental y los “funden” en una nueva
clase de procedimiento monitorio, más acorde a la política procesal del país
que lo va a emplear16.
16
Es el caso del procedimiento monitorio español, cuya naturaleza “mixta”
examinaremos al ver las “características”.
11
novo sobre la originaria acción de condena, como si la orden de pago no
hubiera sido nunca emitida” 17.
17
CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. op. cit. 33p.
12
jurisdiccional algún examen del fondo –aunque sea sumario-, de la
pretensión18, limitándose el examen a verificar el cumplimiento de los
requisitos formales de la demanda. En el mismo sentido, la PRE19 indica
que el examen previo a la expedición del requerimiento europeo de pago se
centrara únicamente el cumplimiento del ámbito de aplicación del proceso,
con arreglo a lo dispuesto en los artículos 1 y 2 y en los requisitos formales
de la petición, con arreglo a lo dispuesto en el 3.
18
Para una mayor profundización sobre el proceso monitorio alemán, véase
GOLDSCHMIDT, James. Derecho procesal civil, trad. de Prieto Castro. Barcelona, Ed.
Labor, 1936. pp. 462 y ss., y LEIBLE, Stefan. Proceso civil alemán. Medellín, Dike,
1999. pp. 460 y ss.
19
EM de la PRE, comentarios al art. 4.
20
LV, ap. 3.3.10.
13
forma del proceso monitorio puro, pues dispone en el art. 8.2 que “…el
traslado al proceso ordinario (cuando se haya interpuesto oposición) se
regirá por la legislación del Estado miembro en el que se emitiera el aviso
europeo de pago”, por lo que, dependiendo de legislación a la que se remita
el monitorio europeo, será automático o a petición de parte el inicio del
subsiguiente proceso ordinario21.
21
Así p. ej., en Austria, Italia y Portugal la oposición trae como consecuencia
una remisión automática al procedimiento ordinario correspondiente, en cambio, en
Alemania, Luxemburgo y Suecia el inicio de un proceso en contradictorio posterior
dependerá de que una de las partes así lo solicite (LV, ap. 3.3.10.). El caso de España es
más complejo, pues, dependiendo de la cuantía de la oposición, se citará de inmediato a
las partes a la vista del juicio verbal, o, se le dará un plazo al acreedor para que
interponga la correspondiente demanda para abrir un proceso ordinario (art. 818.2 LEC).
22
En tal sentido, SAP Granada, Secc. 3ª, de 12 de Enero de 2004.
14
mandatum derivantes de la falta de cognición previa, venían resueltas con la
justificación que el proceso recibe de la cláusula que en el se contiene (si
sensereis reus te gravatum, compareas coram nobis complementum
iustitioe recepturus). En razón de esta cláusula, el curso del procedimiento
podía llegar a estos dos resultados opuestos: o el deudor intimado no
comparecía, y entonces el mandato se confirmaba pasando en autoridad de
cosa juzgada, o bien el deudor comparecía, y entonces su sola
comparecencia hacía que el procedimiento especial cesara, teniéndose que
seguir los tramites del juicio ordinario”23.
23
GUTÍERREZ-ALVÍZ Y CONRADÍ, Faustino. El procedimiento monitorio.
Estudio de derecho comparado. Sevilla, Publicaciones de la Universidad de Sevilla,
1972. 17p., citado por CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio. op. cit.
14p.
24
CHIOVENDA, Giuseppe. Ensayos de derecho procesal civil, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A, 1949. t. I.
15
simple oposición del deudor) se encuentran presentes en el monitorio puro,
el cual, justamente por mantener estas características, probablemente
denomino CALAMANDREI como proceso monitorio “puro”.
2.º Que “la oposición del deudor no hace caer sin más el mandato de
pago, pero tiene, en cambio, el efecto de abrir un juicio de cognición en
contradictorio, en el cual el tribunal, valorando en sus elementos de derecho
y de hecho las excepciones del demandado, debe decidir si éstas son tales
que demuestren la falta de fundamento del mandato de pago o si por el
16
contrario, éste merece, a base de las pruebas escritas ya proporcionadas por
el actor, ser, sin embargo, mantenido y hecho ejecutivo”25.
25
CALAMANDREI, Piero. El proceso monitorio. op. cit. pp. 37 y 38.
17
pues le falta el que considera este autor el carácter típico de los procesos
monitorios, esto es, el despacho del requerimiento de pago sin anterior
cognición de merito, susceptible de caer en la nada por la simple oposición
desmotivada del demandado, crítica que es refutada por
CALAMANDREI27, que señala que el elemento característico y que le da
su fisonomía propia al monitorio no es la falta absoluta de toda cognición
de mérito, sino el poder que tiene el juez de “pronunciar la inyunción sin
previamente oír al demandado y atribuyendo a éste la carga de provocar el
contradictorio…”.
26
SEGNI, Antonio, L’opposizione del convenuto nel processo monitorio, en
Studi Sassaresi, 1924, citado en una nota polémica por CALAMANDREI, Piero. El
proceso monitorio. op. cit. pp. 241 y 242.
27
CALAMANDREI, Piero. El proceso monitorio. op. cit. pp. 242 - 245.
18
Manifestaciones del proceso monitorio documental lo encontramos
en el procedimento d’ingiunzione italiano (paradigma de los sistemas
monitorio documentales), que prescribe en el art. 633 CPCi, que para ser
admitida la demanda monitoria es necesario que se dé prueba escrita del
derecho alegado, y luego en el 638, señala que la demanda se depositará en
secretaria junto con aquellos documentos que se presenten en sustento de la
pretensión. A su vez, el art. 640 señala que “el juez, si considera
insuficientemente justificada la demanda… la rechaza a través de un
decreto motivado”, y, el art. 641, por su parte, indica que “si concurren las
condiciones previstas en el art. 633, el juez, mediante decreto motivado,
ordena a la otra parte el pago del importe reclamado…”, disposiciones de
las cuales se desprende que debe llevarse a cabo un examen por el juez de
las razones propuestas y de las pruebas acompañadas por el solicitante, en
lo que consiste un mínimum de instrucción28. En el mismo sentido, el art.
1.102a. del Código de Processo Civil brasilero dispone que la acción
monitoria le corresponde a quien pretende con base en prueba escrita sin
eficacia de título ejecutivo, el pago de una suma de dinero, la entrega de una
cosa fungible o de un determinado bien mueble. Sobre la solicitud de
monición y la prueba escrita debe el juez realizar una cognición sumaria y
superficial29antes de despachar el correspondiente mandato de pago (art.
1.102b).
28
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil. op. cit. t. III.
29
En este sentido, CARREIRA ALVIM, José Eduardo. Ação Monitória e Temas
Polêmicos da Reforma Processual [libro electrónico]. 4ª ed. Río de Janeiro. Forense,
2004, y THEODORO JÚNIOR, Humberto. Curso de direito processual civil. t. III.
[libro electrónico]. 34ª ed. Río de Janeiro. Forense, 2005.
19
En lo que respecta a la oposicion al requerimiento de pago, se
observa en el procedimiento monitorio italiano que el escrito de oposición
(que se asemeja a una contestacion de demanda) debe contener los
fundamentos de hecho y de derecho y cumplir con una serie de requisitos de
forma y de fondo (arts. 645.1 y 163 CPCi), y, una vez planteada la
oposición, “el juicio se desenvuelve según las normas del procedimiento
ordinario que rigen ante el juez competente; pero los plazos de
comparecencia se reducen a la mitad”30. Sin embargo, “la oposición, en
lugar de hacer caer en la nada la orden de pago como ocurre en el
procedimiento monitorio puro, suspende la eficacia ejecutiva de la
inyuncion; de suerte que el juicio en contradictorio al cual la oposicion da
lugar, se dirige a decidir si debe mantenerse o si debe revocarse la
inyunción, a la cual el paso de la sentencia que rechaza la oposición da
fuerza ejecutiva irrevocable”31. Por su parte, el art. 1.102c. del Código de
Processo Civil brasilero, dispone, al igual que el CPCi, que la interposición
de oposicion solo suspende la eficacia del mandato de pago, y que si fuera
esta rechazada, se seguira contra el deudor un juicio ejecutivo conforme
titulo ejecutivo judicial.
30
Art. 645.2 CPCi.
31
CALAMANDREI, Piero. El proceso monitorio. op. cit. 44p.
20
Esta variante del proceso monitorio es empleada en países como
Bélgica, Brasil, Francia, Grecia, Luxemburgo, Italia y, según algunos, en
España32.
32
Si bien nosotros pensamos que el sistema español es un sistema “mixto”, no
cabe duda que es bastante más similar al “documental” que al “puro”, y quizás por eso
algunas sentencias (p. ej. SAP Barcelona, Secc. 17ª, de 11 de Marzo de 2002 y SAP
Málaga, Secc. 5ª, de 17 de Junio de 2003) inscriban al proceso monitorio español dentro
del sistema “documental”.
21
3.- Características del procedimiento monitorio
33
Resaltan esta característica del procedimiento monitorio, entre otras, SAP
Toledo, Secc. 1ª, de 20 de Febrero de 2002 y SAP Valladolid, Secc. 1ª, de 26 de Marzo
de 2001.
34
En igual sentido, CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. op.
cit. 62p.
22
sólo en cuanto aquel al que la orden se notifica lo pida”35. Continúa el
citado autor señalando que en las órdenes de pago del proceso monitorio
“la cognición puede extenderse en principio a cualquier cuestión, pero en
vía meramente delibatoria (de examen superficial); es pues, una cognición
incompleta no por ser parcial, sino por ser superficial, y da un grado
mínimo de certeza jurídica”36. En el mismo sentido, su destacado discípulo,
Enrico Tullio LIEBMAN37, señala que se realiza en el monitorio una
“cognición sumaria”, esto es, incompleta o superficial de los normales
presupuestos de la pretensión del actor. Completando lo señalado por estos
dos grandes maestros italianos, podemos señalar que la cognición, si bien es
superficial, es completa en relación a los puntos que examina.
35
CHIOVENDA, Giuseppe. Ensayos de derecho procesal civil. op. cit. t I.
36
CHIOVENDA, Giuseppe. Ensayos de derecho procesal civil. op. cit. t. I.
37
LIEBMAN, Enrico Tullio. Manual de derecho procesal civil, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A, 1980. pp. 138 – 140
23
no hacen más que retardar el juicio. Incluso, en el monitorio español se han
eliminado actos exigidos por otras legislaciones38, como por ejemplo la
necesidad del acreedor de instar al tribunal a que despache ejecución contra
el deudor una vez transcurrido el plazo para oponerse sin que el deudor lo
haya realizado, siendo admitido hoy en día por la mayor parte de la
jurisprudencia39 que, en ausencia de norma al respecto, es el tribunal quien
de oficio tiene que despachar ejecución una vez transcurrido el plazo de
oposición si esta no ha sido formulada por el deudor (o bien, si habiendo
sido formulada es inadmitida por el tribunal).
38
así, en Alemania, si no se presenta oposición dentro de plazo, el acreedor debe
solicitar dentro de los seis meses siguientes la declaración de ejecutoriedad del
requerimiento de pago (Ver GOLDSCHMIDT, James. Derecho procesal civil. op. cit.
pp. 466 y 467, y CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio. op. cit. pp.
179 – 183).
39
En tal sentido, SAP Cádiz, Secc. 8ª, de 13 de Enero de 2004, declaró que el
art. 816 LEC “no establece la necesidad de que se deba plantear demanda ejecutiva
posterior al monitorio, ni que se deba presentar escrito alguno a tal efecto. El precepto
declara que el juzgado "dictará auto en el que despachará ejecución por la cantidad
adeudada", por lo que no es necesario instar nueva demanda ejecutiva, sino que
simplemente el tribunal debe dictar auto por el que se despacha la ejecución. En
resumen, si el requerido no comparece o no paga, se produce el despacho de ejecución
en su contra por la cantidad adeudada. El proceso monitorio sería así un proceso
especial… en cuyo seno se permite la rápida creación del "titulus executionis" del que
carece el acreedor, dando lugar a un proceso de ejecución de sentencias”. En igual
sentido SAP Cádiz, Secc. 8ª, de 08 de Enero de 2004.
24
muchos justiciables y, en especial, de profesionales y empresarios medianos
y pequeños” (EM, ap. XIX). En ese sentido, la AP de Cádiz, declaró que “el
procedimiento monitorio, tal y como señala la exposición de motivos de la
LEC, tiene por finalidad la protección rápida y eficaz del crédito dinerario
líquido de muchos justiciables, por ello la simplicidad de sus requisitos
formales, limitándose a la presentación de un escrito (que puede ser impreso
o formulario) y la aportación de documentos de los que resulte la apariencia
de la deuda”40.
40
SAP Cádiz, Secc. 1ª, de 17 de Febrero de 2003
41
RUBIÑO ROMERO Juan José. El proceso monitorio en la Ley de Propiedad
Horizontal. Barcelona, J.M. Bosch Editor, 2005. 55p.
25
practicar, ni por ninguna característica propia del recurso, sino por el tipo de
resolución a que da lugar.
d) El proceso monitorio acabará con una resolución de la que se
puede predicar los efectos de la cosa juzgada.
42
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. 3ª ed., Madrid, Instituto
de Estudios Políticos, 1968. t. II.
43
Por su parte, PODETTI, Jorge Ramiro. Teoría y técnica del proceso civil.
Buenos Aires, Ediar, 1963. pp. 277 y 278., señala que son procesos especiales “todos
aquellos cuya sustanciación se encuentra prevista en la ley, en todas sus etapas o
trámites o con referencia al proceso tipo o a un determinado proceso especial, pero con
modificaciones sustanciales, que atañen particularmente a los plazos procesales o a la
supresión de determinadas etapas normales”.
26
procedimiento especial puede deberse a una “razón de derecho material”, o
a una “preocupación concreta de orden procesal”44.
44
GUASP DELGADO, Jaime. op. cit. t II.
45
CALAMANDREI, Piero. op. cit. 63p.
27
La opinión antes expresada es compartida por la mayoría de la
jurisprudencia46 y de la doctrina47, no obstante lo cual debe admitirse que
autorizadas voces se han manifestado en contra de esta opinión, es decir,
califican al proceso monitorio como un proceso común48.
46
En este sentido, SAP Sevilla, Secc. 5ª, de 07 de Enero de 2004, SAP Toledo,
Secc. 1ª, de 20 de Febrero de 2002, y SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 28 de Julio de 2003.
47
Entre otros, califican al monitorio como un procedimiento especial CORREA
DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil.
op. cit. pp. 43 y 44, RUBIÑO ROMERO Juan José. op. cit. pp. 45 y 46, y ORTELLS
RAMOS, Manuel. Apuntes tomados por el autor en el ciclo de conferencias para los
académicos del Departamento de Derecho Procesal sobre la reforma al procedimiento
civil español, dictadas por el citado profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad
de Chile. Santiago, 2003.
48
Entre estos, ver LORCA NAVARRETE, Antonio María. De los procesos
monitorio y cambiario. En Comentarios a la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil.
coordinados por el autor. Valladolid, Lex Nova, 2000. t. IV, y GONZÁLEZ LÓPEZ, Roberto.
Sobre la debatida naturaleza jurídica del proceso monitorio [en línea] <http://
www.derecho.com/boletin/articulos/articulo0108.htm> [consulta: 16 Abril 2005].
28
A este respecto, el Digesto señalaba que “qui semel est haeres,
munquam dessinit esse haeres” (“el que calla, parece que consiente”49). Por
su parte, Las siete partidas indican que “el que calla non confesa, nin
tampoco es visto negar. E aun dixeron que aquel que calla, non se entiende
que siempre otorga lo quel dizen, manguer no reponda; mas esto es verdad,
que non niega lo que oye”50.
49
Reglas clásicas del derecho. México, D.F., Iure editores, 2002. 42 pp.
50
RUIZ, Jácome. Principios y aforismos jurídicos. México, D.F., Iure editores,
2002.
51
COLOMBO CAMPBELL, Juan. Los actos procesales. Santiago, Editorial
Jurídica, 1997. t. I.
52
Prosigue el citado autor indicando que “…puede señalarse que la preclusión,
sanción importante de ineficiencia de los actos procesales, se basa en el silencio procesal
traducido en la inactividad del sujeto a quien le corresponde actuar de acuerdo al
procedimiento aplicado en la sustanciación del proceso.” (COLOMBO CAMPBELL,
Juan. Los actos procesales. op. cit. t. I.
29
manifestación de voluntad. Sin embargo, no faltan en la ley casos en que se
considera al silencio como manifestación de voluntad…” Ahora bien,
manifiesta el mencionado jurista chileno que “como enseñaba el profesor
Darío Benavente en su curso de derecho procesal ‘quien calla no otorga’.
No obstante –prosigue COLOMBO-, la formulación de esta premisa, la
inactividad de los sujetos del proceso produce importantísimas
consecuencias en los actos regulados por nuestra disciplina. En efecto, todo
el avance del proceso está basado en la operación del principio de orden
consecutivo legal, y ello supone que si la parte no hace uso de sus derechos
procesales dentro de las oportunidades que le señala la ley y no responde a
sus cargas, los pierde por el silencio que guarda frente a la alternativa que la
ley de procedimiento le ofrece de actuar. En esta condición, podemos
aparentemente entrar en una contradicción al afirmar que el silencio no
produce efectos procesales, para luego sostener que la base de todo el
procedimiento es la aplicación del principio de preclusión”53.
53
Para observar como se resuelve esta aparente contradicción, ver COLOMBO
CAMPBELL, Juan. Los actos procesales op. cit. t. I.
54
COLOMBO CAMPBELL, Juan. Apuntes tomados por el autor durante el ciclo
de clases de derecho procesal impartidas por el citado profesor en la Escuela de Derecho
de la Universidad de Chile. Santiago, 1998-2000.
30
3.3.- Proceso facultativo
55
En el mismo sentido, FUENTES LOJO, Juan Ventura. La Ley de Propiedad
Horizontal después de la reforma de 6 de abril de 1999. Barcelona, J. M. Bosch Editor,
2000. t. I.
56
SAP Granada, Secc. 3ª, de 12 de Enero de 2004.
31
Si bien no es discutido que quien tiene un crédito apto para cobrarse a
través del monitorio puede recurrir si lo desea al juicio ordinario que
corresponda según la cuantía de la deuda –quien puede lo más puede lo
menos-, podrían generarse dudas respecto de la aplicación del monitorio
para el cobro de deudas que tienen preestablecido un procedimiento
especial, como en el caso de los créditos que constan en letra de cambio,
cheque o pagaré, para cuyo cobro la ley a establecido el “juicio
cambiario”57, regulado en los arts. 819 y ss. LEC.
57
El art. 819 LEC dispone que “Sólo procederá el juicio cambiario si, al incoarlo,
se presenta letra de cambio, cheque o pagaré que reúnan los requisitos previstos en la
Ley cambiaria y del cheque”.
32
efectiva su reclamación dineraria si bien respecto al juicio cambiario
solamente procederá cuando se presente ‘letra de cambio, cheque o pagaré’,
no es menos cierto que en el plano contrario, el acreedor podrá acudir al
proceso monitorio cuando disponga entre otros de ‘documentos, cualquiera
que sea su forma y clase... proveniente del deudor’, ello no supone más que
declarar que a través del proceso monitorio no se impide al ciudadano-
acreedor acudir con todo documento, entre los que cabe incluir, desde
luego, a la letra de cambio, al cheque y al pagaré, a los Tribunales de
Justicia. Debe decirse además que no existe norma expresa alguna en la
LEC que excluya dicha posibilidad de elección de los aludidos
procedimientos en el caso de reclamaciones dinerarias, y es más, siempre
queda la posibilidad contemplada el artículo 818 de la LEC en cuanto que
opuesto el deudor, el asunto se resolverá definitivamente en juicio que
corresponda, teniendo la sentencia que se dicte fuerza de cosa juzgada”58.
58
SAP Valencia, Secc. 6ª, de 29 de Julio de 2002. En el mismo sentido, SAP
Toledo, Secc 1ª, de 20 de Febrero de 2002 declaró que “art. 812 dice que el acreedor
"podrá" acudir al proceso monitorio cuando acredite la deuda mediante cualesquiera
documentos que aparezcan firmados por el deudor (entre los cuales parece evidente que
deben incluirse las letras de cambio, cheques y pagarés).
59
Entre otras, SAP Cádiz, Secc. 8ª, de 13 de Enero de 2004.
33
admitido esta posibilidad. El fundamento central es que el art. 517 LEC no
es excluyente con el 812, y así, por ejemplo, si quien tiene un titulo
ejecutivo (que no sea una resolución judicial o arbitral) recurre al monitorio,
deberá dársele tramitación al asunto a través del monitorio, debiendo
considerarse como principio de prueba documental, obviamente, el titulo
ejecutivo presentado. Ahora bien, podemos preguntarnos por que alguien
que posee un título ejecutivo recurre al monitorio y no directamente al
juicio ejecutivo; pues bien, una de las ventajas es que la sentencia que
obtendrá el acreedor en el monitorio si el deudor no comparece (es decir el
auto de ejecución), da lugar a un juicio ejecutivo regido por las normas
establecidas para la ejecución de las sentencias (algo así como el
procedimiento incidental de cumplimiento de sentencias en Chile), el cual
limita las causales de oposición que puede interponer el deudor ejecutado.
3.4.1.- Prevenciones
34
Señala el distinguido profesor uruguayo don DANTE BARRIOS DE
ANGELIS60 que existe una confusión entre los conceptos de
“contradicción”, “principio de contradicción” y “contradictorio”, aclarando
el mencionado maestro que es común que el término “contradictorio” se use
como sinónimo de “procedimiento contradictorio” y “procedimiento en
contradictorio”.
60
BARROS DE ANGELIS, Dante. El proceso civil, comercial y penal en
América Latina. Buenos Aires, Depalma, 1989. pp. 322 -324 y de forma más
desarrollada en su obra Teoría del proceso. Reimpresión de la 2ª ed. Actualizada.
Buenos Aires, B de F, 2005. pp. 199 -201, 229 – 335 y 255 – 264.
35
cualidad: uno afirma lo que el otro niega. Por lo cual, necesariamente, uno
de ellos es falso; y demostrado que uno es verdadero, el otro es falso… Es
la expresión de que la pretensión de verdad de dos juicios contradictorios no
es lógicamente posible. El es un juicio de verdad, que abre la puerta a la
investigación de cuál de los juicios opuestos es verdadero. E impone la
consecuencia de que si uno de ellos lo es, el otro es falso. De modo que la
prueba de la verdad o de la falsedad de uno de ellos elimina la
contradicción”.
61
Distingue el citado autor entre contradictorio de coordinación (que es al cual
nos referimos en este momento y a lo largo de la presente memoria), que consiste en el
control que se da entre sujetos que se encuentran en situaciones jurídicas análogas o
equivalentes, como la del demandante frente al demandado o entre tribunales de igual
jerarquía, en las contiendas de competencia -y que es al que la doctrina llama
propiamente “contradictorio”-, y el contradictorio de subordinación, -el cual ha sido
poco estudiado por la doctrina y nosotros no trataremos aquí- y que consiste en el
control que se efectúa entre sujetos con poderes desiguales, como por ejemplo del
Tribunal a los actos de la parte (por ej. control de admisibilidad) y viceversa (por ej. a
través de los recursos procesales que deducen las partes en contra de las resoluciones del
Tribunal). Para profundizar el tema, ver BARROS DE ANGELIS, Dante. Teoría del
proceso. op. cit. pp. 199 – 201.
36
funciones (“actividades definidas por una finalidad suficientemente
diferenciada”).
62
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil. op. cit. t. III.
37
“postergado”. En virtud del contradictorio eventual, que es el adoptado en
el proceso monitorio, la parte a la que ha perjudicado el decreto d’
ingiunzione, una vez que ha tomado conocimiento de el, habría tenido
derecho a impugnarla mediante oposición; en cambio, el contradictorio
postergado consiste en que es la parte que ha obtenido una resolución
favorable, para obtener su confirmación, necesita “provocar el
contradictorio” mediante la citación de la parte que resultó gravada por la
resolución.
38
Sin embargo, en cuanto estructura (la cual viene preordenada por la
Ley), el contradictorio o posibilidad de examinar e impugnar tanto los
fundamentos de la pretensión de la parte contraria como de impugnar (u
oponerse) a la resolución dictada inaudita et altera parte es desplazada,
pero no por que el deudor requerido solo tendrá la oportunidad de
contradecir en un momento posterior dentro del monitorio, sino que es
desplazada la contradicción para un proceso posterior.
39
Ahora bien, y esto no significa que justifiquemos la tesis de la
“inversión de la carga del contradictorio”, es cierto que en países como
España, a diferencia de Italia63, el juicio declarativo ordinario posterior al
monitorio no está dirigido a rebatir la pretensión de tutela monitoria
planteada por el acreedor en su petición inicial o a revisar la resolución que
se dictó inaudita et altera parte (el requerimiento de pago), sino que el
nuevo juicio se dirige a debatir sobre la existencia y legitimidad del derecho
de crédito del acreedor y de su incumplimiento por parte del deudor.
Exponemos lo anterior para tratar de justificar la tesis de maestros como
CALAMANDREI64, que señalaban que “el juicio sobre la oportunidad de
abrir el contradictorio, y, por consiguiente, la iniciativa de provocarlo, debe
dejarse a la parte en cuyo interés el principio del contradictorio tiene
inicialmente valor”. Sin embargo, y como postula BARRIOS DE
ANGELIS65, “la inversión de la carga del contradictorio es una
contradicción en si misma; nadie puede tener la carga de una estructura. Lo
que significa, rectamente, esa expresión de CALAMANDREI es que se ha
invertido la carga de contradecir, que en su comienzo no corresponde al
actor sino al demandado… Pero también es evidente que dicha conclusión
63
Es interesante anotar que la legislación italiana es de las pocas que define el
principio del contradictorio, pues, señala lo siguiente en su art. 101 del CPCi:
Il giudice, salvo che la legge disponga altrimenti, non può statuire sopra alcuna
domanda, se la parte contro la quale è proposta non è stata regolarmente citata e non è
comparsa. (“Principio del contradictorio. Salvo que la Ley disponga otra cosa, el
juzgador no podrá estatuir sobre ninguna demanda, si la parte contra la que se proponga
no ha sido citada en regla y no ha comparecido”).
64
CALAMANDREI, Piero. op. cit. pp. 24 y ss.
65
BARROS DE ANGELIS, Dante. Teoría del proceso. op. cit. 258p.
40
es falsa: como en el juicio ordinario, el actor promueve la contradicción, es
el titular de la tesis; y como en el juicio ordinario, contra la tesis del actor –
en este proceso cuando la tesis es acogida por el Tribunal- tiene la carga de
la contradicción el demandado”66.
66
Otros autores que tratan el llamado “principio de contradicción” son ALCALÁ
ZAMORA y CASTILLO, Niceto. Proceso, autocomposición y autodefensa. México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas, Reimpresión de la 3ª ed. 2000. 150p.
CARNELUTTI, Francesco. Cómo se hace un proceso, trad. de Sentís Melendo. Bogotá,
Temis, 1999. pp. 81 -84, DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría general del proceso. 2ª
ed., Buenos Aires, Ediciones Universidad, 1997. pp. 205 – 211, LIEBMAN, Enrico
Tullio. op. cit. 8p. (quien vincula el principio del contradictorio con la cosa juzgada)
PALACIO, Lino Enrique. Manual de derecho procesal civil. 16ª ed. Buenos Aires,
Abeledo Perrot, 2001. pp. 66 y 67, y PEYRANO, Jorge W. El proceso civil. Buenos
Aires, Astrea, 1978. pp. 145 – 158,
67
En similar sentido, LORCA NAVARRETE, Antonio María; De los procesos
monitorio y cambiario. En Comentarios a la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil,
coordinados por el autor. op. cit. t. IV.
41
de que el órgano jurisdiccional no ha examinado si la reclamación es
verídica68.
68
RUBIÑO ROMERO Juan José. El proceso monitorio en la Ley de Propiedad
Horizontal. op. cit. pp. 57 -58
42
proceso ordinario de cognición, con plenos efectos de cosa juzgada69,
abriendo así la posibilidad de iniciar un juicio ejecutivo a través del
requerimiento de pago obtenido en el proceso monitorio.70
Hemos visto como "el proceso monitorio regulado en los arts. 812 a
818 de la LEC, constituye una novedad absoluta en nuestro derecho
procesal, tiene por finalidad la reclamación y el cobro de determinadas
69
Así lo confirma, entre otras, la SAP Toledo, Secc. 1ª, de 20 de Febrero de
2002, y es, justamente esta característica del monitorio lo que lo hace sumamente
ventajoso frente a otros procedimientos.
70
No obstante, algunas sentencias como la de la AP de Cádiz, Secc, 8ª, de 13 de
Enero de 2004 consideran que es “una figura intermedia entre el proceso de cognición y
el de ejecución que pretende dotar de una protección rápida y eficaz al crédito dinerario
líquido”.
71
SAP Toledo, Secc. 1ª, de 22 de Noviembre de 2001.
43
deudas y su característica principal es que mediante la alegación de la
existencia de la deuda y la aportación de un principio de prueba de la
misma, previo requerimiento al designado como deudor, la inactividad de
este da lugar a que se produzca una situación equivalente a la existencia de
una sentencia firme de condena de cantidad liquida”72, y que básicamente
consiste en un proceso declarativo, plenario y rápido que tiende a la
creación de un título ejecutivo en aquellas hipótesis determinadas en la Ley.
72
SAP La Rioja, Secc.1ª, de 07 de Junio de 2004.
73
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil, Madrid, Colex, 2005. t.
II.
74
Para el profesor COLOMBO CAMPBELL, Juan. La competencia. 2ª ed.
Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2004. pp.125 y 126, “competencia contenciosa o
jurisdiccional es la que tiene un tribunal para decidir conflictos de intereses de
relevancia jurídica por medio del proceso y con efecto de cosa juzgada”; por otra parte,
en la denominada competencia no contenciosa o voluntaria “una parte solicita la
44
intervención del juez en un determinado asunto sin que exista conflicto” o, citando a
don Fernando Alessandri, es “la que habilita a un tribunal para conocer de
determinados asuntos que no son pleitos y que la ley entrega expresamente a su
conocimiento”. Por su parte, el destacado jurista español PRIETO-CASTRO,
Leonardo. Derecho Procesal Civil, Madrid, ed. Revista de Derecho Privado, 1965. t. II.,
anota que etimológicamente, el concepto “jurisdicción voluntaria” proviene del
Derecho romano (iurisdictio voluntaria),en donde se utilizaba para denotar la
intervención oficial en negocios determinados, “como la adopción, la emancipación y
semejantes, siendo en él acertado el calificativo, ya que la autoridad actuaba sine
causae cognitio, o sea, no con fines de preparación o de examen de un negocio
contenciosamente, a diferencia de aquellos otros casos en que la actuación judicial
tenía por base una causae cognitio y eran considerados como cuestiones contenciosas
(iurisdictio contenciosa). Continúa este profesor señalando que en el estudio de la
jurisdicción voluntaria se tropieza con varias dificultades, entre ellas la del concepto.
En la Ley de Enjuiciamiento civil (en la antigua LEC, en la de 1881) hay una
definición de la jurisdicción voluntaria, dada partiendo de los negocios que ella
asigna, a la misma. Expresa la antigua LEC que "se consideran actos [o también
negocios] de jurisdicción voluntaria todos aquellos en que sea necesaria o se solicite
la intervención del juez, sin estar empeñada ni promoverse cuestión alguna entre par-
tes conocidas y determinadas" (art. 1.811). Luego expresa que “la Ley se inspira
manifiestamente en las ideas del Derecho común, donde se decía que esta
jurisdicción era ejercitada ínter volentes. Es acertado el concepto cuando recoge las
notas de exclusión de litigio o disceptación y de que no se trata de un proceso de
partes; pero yerra al dar por supuesto que únicamente los jueces actúan con
funciones de esta naturaleza. Para obviar las dificultades que ofrece el hallazgo
del concepto se suele decir que es de jurisdicción voluntaria todo negocio que la
ley positiva incluye dentro de esa categoría. Pero desde el punto de vista
doctrinal, este expediente es inaceptable, por lo que se debe tratar de dar un
concepto orientador, científicamente útil y que incluso sirva para la crítica del
Derecho positivo y de orientación para el futuro legislador… Tampoco es
admisible la opinión de los que creen que la jurisdicción voluntaria se ocupa sólo de
negocios entre personas que proceden de acuerdo (ínter volentes), mientras que
consideran la contenciosa como un orden de coacción; aunque es cierto esto último
acerca de lo "contencioso", y no menos lo es que estamos en presencia de lo
"voluntario", siempre que los tribunales realizan actos con exclusivos fines pacíficos,
hay, sin embargo, una serie de casos en los cuales dentro de la jurisdicción
voluntaria se cumplen deberes y se ejerce la coacción (por ejemplo, conminaciones
para que se acepte un cargo tutelar o para forzar el cumplimiento de
determinadas obligaciones o para lograr las prestaciones alimenticias en medidas
provisionales en relación con las personas, etc.)”. Indica asimismo el citado profesor
de España, que, siguiendo a Wach, “advertimos que parte del concepto de que la
jurisdicción voluntaria es una función del Estado y que tiene por objeto la tutela del
orden jurídico privado, lo mismo que la jurisdicción contenciosa, pero la inclusión de un
45
jurisdiccional que la Ley atribuye al Tribunal civil, y por eso piensa, entre
otros motivos que el monitorio no es un proceso jurisdiccional, sino que
pertenece a la jurisdicción voluntaria. Además, otros autores consideran que
el monitorio en sentido estricto “muere” una vez que hay oposición
(nosotros también pensamos eso), lo cual es otra prueba que no es un
verdadero proceso jurisdiccional.
negocio en cualquiera de las dos esferas no puede hacerse partiendo del carácter
contencioso o no contencioso de la relación jurídica a que el mismo afecta, pues la
actividad procesal (en sentido estricto) no supone necesariamente una relación jurídica
controvertida {piénsese en los casos de rebeldía, de allanamiento del demandado y de
renuncia del actor), como, al contrario, la jurisdicción voluntaria adopta en ocasiones la
forma de un procedimiento sobre relaciones jurídicas litigiosas (cabe citar como
ejemplos las cuestiones que puedan surgir entre el tutor y el consejo de familia, las
disceptaciones en materia de medidas provisionales en relación con las
personas…etc.)”.
46
“jurisdicción voluntaria”, pues esta situación también puede ocurrir en el
proceso ordinario. Lo importante es que la estructura del proceso monitorio
contempla la posibilidad de ejercer oposición, por lo tanto nos encontramos
ante un verdadero proceso jurisdiccional, cuyo fin último es la creación de
un titulo ejecutivo con plenos efectos de cosa juzgada, asimilable en cuanto
a su ejecución a la sentencia de condena obtenida en un juicio ordinario
común.
75
COLOMBO CAMPBELL, Juan. La competencia. op. cit. pp.128 y 129.
47
(regla general en los asuntos contenciosos)… ya que aquí no existe
controversia y, por lo tanto, demandado”76.
Ahora bien, el art. recién citado, en su inciso 2ª, señala que “En todo
caso, no serán de aplicación las normas sobre sumisión expresa o tácita
contenidas en la sección 2.ª del capítulo II del Título II del Libro I”.,
prescribiendo por lo tanto que no procede la prorroga de la competencia,
otorgando así un elemento a quienes piensan que el monitorio pertenece a la
competencia voluntaria (pues la competencia no contenciosa es
improrrogable). No obstante, pensamos que está disposición legal fue
establecida más bien para otorgarle al deudor una mejor posibilidad de
defenderse –dado lo breve de los plazos como asimismo las consecuencias
de su incomparencia-, y por un asunto de otorgarle rapidez a estos juicios, y
76
COLOMBO CAMPBELL, Juan. La competencia. op. cit. pp. 231 y 232..
48
no por que el legislador consideré que no pertenecen a la jurisdicción no
contenciosa.
77
El texto de la ley se halla recogido en nueve títulos (a su vez divididos en
varios capítulos), el primero sobre régimen general, el segundo regula las instituciones
de la conciliación y mediación el tercero los actos de jurisdicción voluntaria en materia
de personas, el cuarto la jurisdicción voluntaria en materia de familia, los quinto, sexto y
séptimo los expedientes de jurisdicción voluntaria en materia de derechos reales,
obligaciones y sucesiones respectivamente el octavo la jurisdicción voluntaria en
materia mercantil y el noveno los relativos al derecho de navegación marítima.
49
general de jurisdicción voluntaria al que puedan reconducirse la mayoría de
los supuestos existentes, procedimiento que servirá con carácter general y
que contiene una norma específica que respeta las peculiaridades que en
algunos supuestos pueda haber introducido o introduzca en el futuro la ley
sustantiva. Paralelamente en algunos supuestos, en que se ha considerado
necesario, se ha mantenido una regulación específica, pero siempre
aplicándose con carácter supletorio y en defecto de norma especial las
dictadas para el procedimiento general”.78
50
no tengan por objeto la condición o estado civil de la persona, o asuntos de
Derecho de familia. Se excluyen también de la competencia de los
secretarios judiciales los expedientes que afecten a derechos y libertades
fundamentales, así como aquellos que tengan por objeto materias sobre las
que los interesados no puedan disponer libremente”.79
51
en tanto no sea revocada o modificada en proceso declarativo promovido
por persona legitimada”.
80
RUBIÑO ROMERO Juan José. El proceso monitorio en la Ley de Propiedad
Horizontal. op. cit. pp. 52 -53.
52
utilizados por el acreedor-peticionario en un proceso monitorio concluido
no podrán utilizarse en un proceso posterior por venir cubiertos por la cosa
juzgada, y, el deudor-requerido, de no comparecer para oponerse en el plazo
conferido a tal fin, verá precluidas todas sus posibilidades, de forma que
todas las excepciones que hubiere podido alegar, tanto hechos impeditivos,
como extintivos, como excluyentes, quedarían cubiertas por la cosa juzgada
aunque no hubieren sido alegadas.
81
CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. op. cit. pp. 67 – 71.
82
CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. op. cit. pp. 48 – 52
53
voluntaria, pues, a su entender, faltaba en estos procedimientos toda huella
de cognición, pues emitía el juez el requerimiento de pago basándose en las
meras afirmaciones del acreedor, sin comprobar, ni siquiera
superficialmente, el fundamento de las mismas (lo cual, pensamos nosotros
no es aplicable en ninguna circunstancia a los procedimientos monitorios
“documentales”, pues, en mayor o menor medida, el juez realiza una
cognición superficial de dichas afirmaciones); le faltaría asimismo a este
procedimiento todo carácter contencioso ya que el requerimiento de pago se
decretaría por el juez en la hipótesis que el deudor no se oponga, pero, si
este se opone en tiempo y forma –demostrando así que en torno a la
pretensión del acreedor existe controversia-, el requerimiento de pago queda
sin efecto y el procedimiento monitorio ha agotado su función. El
procedimiento monitorio “serviría pues, únicamente para crear un titulo
ejecutivo basado sobre el acuerdo entre el acreedor y deudor; la orden de
pago no tendría otro fundamento que la constatación (emitida en la
hipótesis de que el deudor no haga ejecución) de la falta de controversia en
torno a la existencia del crédito”. Por lo tanto, solo surgiría un proceso
contencioso en caso de oponerse oportunamente el deudor, anulando dicha
oposición todo efecto del requerimiento de pago dictado anteriormente por
el órgano jurisdiccional.
54
En este sentido, el mismo CALAMANDREI83 señala que “la
ejecución forzada no puede tener lugar más que en virtud de un título
ejecutivo” (art. 553 del antiguo CPCi), representando así el titulo ejecutivo
una especie “de llave indispensable para abrir la puerta de la ejecución”, a
la cual tiene derecho todo ciudadano a quien no se le ha cumplido
determinada obligación, sirviendo el monitorio para conquistar, esta “llave”
que le permitirá abrir las puertas de la ejecución.
83
CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. op. cit. pp. 19 – 24
55
Siguiendo con la tesis que incluye el procedimiento monitorio dentro
de los contenciosos, observa el jurista italiano84 que “la naturaleza
genuinamente jurisdiccional del monitorio aparece clara asimismo si se
acepta el concepto de Wach”.
84
CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. op. cit. pp. 50 – 52
56
Se debe, por otra parte, poner de relieve que los argumentos sobre los
cuales los mantenedores de la teoría que aquí refutamos basan sus tesis, no
parecen muy exactos tampoco cuando los consideramos uno por uno. No
es exacto, ante todo, afirmar que en el proceso monitorio falte
absolutamente el estadio de cognición… Es inexacto, igualmente, afirmar
que el proceso monitorio rechace todo carácter de contenciosidad; aun
cuando fuese verdad, que no lo es, que la función jurisdiccional no se da sin
contienda, sería, sin embargo, cierto que también como base del proceso
monitorio está un conflicto de intereses no solamente potencial sino actual,
entre acreedor y deudor, derivado del incumplimiento de su obligación por
parte de éste (si tal conflicto no existiese, el acreedor no tendría interés en
pedir la orden de pago); y la eficacia ejecutiva, que la orden de pago
adquirirá con el transcurso del término sin oposición, no deriva ya de la
constatación de un acuerdo celebrado entre las partes, sino del
establecimiento de certeza, por preclusión, de los hechos afirmados por el
actor, los cuales justifican la actuación de la ley (condena) contra el
demandado”.
57
En todo caso, admitimos que el monitorio, como hemos visto y
seguiremos viendo a lo largo de la presente memoria, presenta algunas
particularidades que han dado pie a que prestigiosos autores lo consideren
como un procedimiento voluntario. En definitiva, para determinar con
exactitud si se trata de un proceso contencioso o no contencioso, debemos
primero determinar el alcance de ambos conceptos, tema que excede al
tratado en nuestra memoria, y, una vez resuelto este tema (que también
genera bastante polémica en la doctrina y en la jurisprudencia), estudiar la
legislación que regula al procedimiento monitorio en cada país, no obstante
lo cual, reiteramos, pensamos por las razones antes expuestas que se trata
de un procedimiento perteneciente a la jurisdicción contenciosa
85
MORELLO, Augusto Mario. Juicios Sumarios. 2ª ed., La Plata, ed. Platense,
1968. t. I
58
confesión de deuda, por lo que pensamos sería interesante analizar la
naturaleza jurídica de esta, y, en particular, si se trata de una gestión
contenciosa o voluntaria. Sobre este punto, señala un autor chileno86, que
“la preparación de la vía ejecutiva es indiscutiblemente un procedimiento de
carácter contencioso. Nunca podrá dársele la calidad de una gestión de
jurisdicción voluntaria, ya que ella no se desenvuelve en el interés armónico
de las partes, sino que, por el contrario, tiene por objeto pedir algo en contra
de una persona determinada; a lo que puede añadirse que la preparación de
la vía ejecutiva es el antecedente de un procedimiento contencioso como es
el juicio ejecutivo…En general, se aplicarán a las diligencias preparatorias
de la vía ejecutiva las reglas del procedimiento contencioso, especialmente
las disposiciones relativas al juicio ejecutivo, del cual indudablemente
forman parte dichas diligencias…Asimismo, se ha fallado que ‘las gestiones
preparatorias de la vía ejecutiva son parte del juicio ejecutivo y, por tanto,
el poder conferido en aquéllas es suficiente para intervenir en éste’… Por la
misma razón, si el deudor ha sido notificado personalmente en una gestión
preparatoria, la notificación de la demanda ejecutiva o requerimiento de
pago puede hacerse en conformidad a los arts. 48 a 53 del C. P. C.
86
ESPINOSA FUENTES, Raúl. Manual de Procedimiento Civil. El Juicio
Ejecutivo. 11ª ed. Santiago Editorial Jurídica de Chile, 2004. pp. 82 – 83.
59
completo, como un litigio propiamente tal, ya que sólo tiene por objeto
llevar a efecto la diligencia previa solicitada -confesión de deuda,
reconocimiento de firma, etc.- y sin que puedan discutirse en ella otras
materias. El verdadero litigio lo constituye el juicio ejecutivo del cual la
diligencia preparatoria es sólo el antecedente. En atención a que la
preparación de la vía ejecutiva no constituye un juicio ni una instancia
propiamente tales, la jurisprudencia ha estimado que ‘no procede el aban-
dono de instancia, actualmente abandono del procedimiento, en las
gestiones preparatorias de una ejecución, porque ellas no pueden
considerarse instancia’, y que no procede oponer a la ejecución la excepción
de litispendencia ‘fundada en las gestiones pendientes que tienen por objeto
preparar la vía ejecutiva’, ya que dichas gestiones, por su naturaleza, no
constituyen demanda”.
60
C., que ordena terminantemente al juez denegar la ejecución si el título
presentado tuviere más de tres años, sin contemplar más que una excepción
a esta regla: el caso en que el acreedor compruebe la subsistencia de la
acción ejecutiva, por alguno de los medios señalados en el art. 434 del C. P.
C. Y entre los medios señalados en dicho artículo no figura otro
reconocimiento del deudor que el prestado judicialmente en la preparación
de la vía ejecutiva”.
87
RIOSECO ENRÍQUEZ, Emilio. La prescripción extintiva ante la
jurisprudencia. 2º ed. Actualizada. Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2004. pp.58 y ss
88
También señala que las gestiones preparatorias del juicio ejecutivo
interrumpen la prescripción, el destacado profesor chileno DOMINGUEZ AGUILA,
Ramón. La prescripción extintiva. Doctrina y Jurisprudencia. Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 2004. pp. 95 -106., quien explícitamente reconoce a la citación a
confesar deuda como una gestión preparatoria del juicio ejecutivo que interrumpe la
prescripción.
61
CAPITULO II
Señala el LV89 que una de las líneas divisorias entre las denominadas
escuelas de la “prueba” (se refiere al sistema que hemos denominado
“monitorio documental”) y “sin prueba” (monitorio puro) radica en el hecho
que la primera (Bélgica, Francia, Grecia, Italia, Luxemburgo y España)
otorga la facultad de expedir el requerimiento de pago al juez competente,
y, en cambio, los seguidores de la segunda (Austria, Finlandia, Alemania,
Portugal y Suecia) delegan tal facultad a oficiales del tribunal (secretario,
Rechtspfleger90).
89
Ap. 3.3.3.
90
El Rechtspfleger en Alemania es un funcionario auxiliar del juez que cuenta
con varios años de carrera de derecho.
62
Consecuentemente con la política que ha adoptado el legislador
español de exigir un “principio de prueba del derecho del peticionario”
adjunto al escrito de petición inicial, ha dispuesto la LEC que sea un juez
quien decida si procede o no expedir el requerimiento de pago, para lo cual
tiene que realizar previamente un examen de los presupuestos que deben
verificarse para que proceda admitir a tramite la solicitud (competencia,
cuantía de la deuda etc.) y llevar a cabo una cognición sumaria de los
documentos que acreditan la deuda, y solo si se cumplen todos los
requisitos, emitirá el correspondiente mandato de pago y ordenara su
notificación al deudor.
91
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit. t. I.
92
La prórroga de la competencia es definida como “un acto jurídico procesal
bilateral en virtud del cual las partes deciden someter la decisión de un conflicto a un
tribunal diferente al establecido por la ley” (COLOMBO CAMPBELL, Juan. La
competencia. op. cit .499p.
63
que permanecen aforadas a órganos jurisdiccionales superiores), la materia
y la cuantía”93.
64
especial, y, por lo tanto, prima por sobre la del art. 47 LEC95 (que es de
carácter general) que establece que de los asuntos civiles cuya cuantía no
supere los 90 euros conocerán los Juzgados de Paz.
95
Art. 47 LEC. Competencia de los Juzgados de Paz: “A los Juzgados de Paz
corresponde el conocimiento, en primera instancia, de los asuntos civiles de cuantía no
superior a quince mil pesetas (90 euros) que no estén comprendidos en ninguno de los
casos a que, por razón de la materia, se refiere el apartado 1 del artículo 250”.
96
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit. t. I.
65
del deudor, y, en subsidio y solo si aquellos no fueren conocidos, lo será el
Juez de Primera Instancia del lugar en que el deudor pudiera ser hallado97.
97
Si la deuda reclamada es una deuda comunitaria en virtud del art. 21 de la
LPH, dispone la segunda parte del art.813.1 que además será competente “el tribunal del
lugar en donde se halle la finca, a elección del solicitante.
98
Sentencia del TSJ de Cataluña, Barcelona, de 4 de Julio de 2002.
99
SAP Barcelona, Secc. 19ª, de 20 de Enero de 2004.
66
cual establece que será exclusivamente competente para el conocimiento
del mismo el Juez de Primera Instancia del domicilio o residencia del
deudor o, si no fueren conocidos, el del lugar en que el deudor pudiera ser
hallado a efectos del requerimiento de pago por el Tribunal... Atendida esta
cuestión comprobamos que la norma imperativa de competencia
mencionada tiene como fines tanto lograr la mayor celeridad en la
obtención del título de ejecución como la mejor facilidad del deudor para
oponerse a las pretensiones del actor. Afrontaremos, por tanto, la decisión
sobre competencia territorial en aquellos supuestos en los que el domicilio
del deudor no coincide con el designado por el acreedor en la demanda.
Entendemos que si el deudor ha cambiado de domicilio después de
presentada la solicitud y realizado el requerimiento de pago, habrá de
aplicarse lo dispuesto en el art. 411 en relación con el art. 410 LEC100. Pero
si el deudor no ha podido ser hallado en el domicilio facilitado por el
acreedor y no ha sido, por tanto requerido de pago, y en cambio se conoce
un domicilio correspondiente a otro partido judicial, habremos de seguir el
fuero imperativo y acordar la inhibición por falta de competencia territorial.
La demanda inicial, en este caso , fue admitida atendiendo a un domicilio,
el expresado en la petición, que no era exacto ya en ese momento y ello aun
100
Art. 411. Perpetuación de la jurisdicción: “Las alteraciones que una vez
iniciado el proceso, se produzcan en cuanto al domicilio de las partes, la situación de la
cosa litigiosa y el objeto del juicio no modificarán la jurisdicción y la competencia, que
se determinarán según lo que se acredite en el momento inicial de la litispendencia”.
Art. 410. Comienzo de la litis pendencia: “La litispendencia, con todos sus
efectos procesales, se produce desde la interposición de la demanda, si después es
admitida”.
67
cuando en su día lo fuera, impidió la practica del requerimiento, elemento
esencial al procedimiento que nos ocupa, justificándose de este modo la
declaración de incompetencia antes descrita”.
Por su parte, el art. 813.2 sostiene que las normas sobre competencia
territorial son imperativas, al disponer que “en todo caso, no serán de
aplicación las normas sobre sumisión expresa o tácita contenidas en la
sección 2.ª del capítulo II del Título II del Libro I.” por lo que sin importar
lo que las partes acuerden, en el proceso monitorio las reglas sobre
competencia territorial son inderogables, debiendo estarse a ellas y no a lo
pactado por las partes cuando exista diferencia entre ambos criterios.
101
RUBIÑO ROMERO Juan José. El proceso monitorio en la Ley de Propiedad
Horizontal. op. cit. 92p. En similar sentido, indica GIMENO SENDRA, Vicente.
Derecho procesal civil. op. cit. t. I., que si bien tradicionalmente la competencia
territorial respondía al principio de la autonomía de la voluntad de las partes, siendo
ellas libres para pactar su sumisión a los Juzgados de una determinada demarcación, la
LEC 1/2000 (que entro en vigor solo en Enero de 2001), si bien formalmente admite
estos negocios jurídico-procesales, pues el art. 54.1 dispone que “las reglas legales
atributivas de la competencia territorial sólo se aplicarán en defecto de sumisión expresa
68
Ahora bien, pensamos que en el caso particular del procedimiento
monitorio el legislador optó por prohibir la prórroga de la competencia para
así no dar pie a dilaciones en un juicio que tiene por objeto justamente el
finalizar rápidamente, y, en especial, para evitar que el deudor, dado el
breve plazo que tiene para oponerse, tenga menos oportunidades de hacerlo
oportunamente por ser el tribunal competente uno distinto del contemplado
en el art. 813 LEC.
69
que el Juez de Primera Instancia que conozca de el tendrá competencia para
conocer también de todas las incidencias que surjan durante su tramitación,
como asimismo del proceso de ejecución que surja de la falta de oposición
al requerimiento de pago y del juicio declarativo ordinario (ordinario stricto
sensu o verbal) a que de lugar la oposición en tiempo y forma del deudor.
también para resolver sobre sus incidencias, para llevar a efecto las providencias y autos
que dictare, y para la ejecución de la sentencia o convenios y transacciones que
aprobare”.
104
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 112p.
70
a) Tratándose de las reglas de competencia objetiva, al ser estas
improrrogables, deberán ser apreciadas de oficio por el tribunal en el
momento en que se realiza el examen de admisibilidad de la petición inicial,
absteniéndose Tribunal de admitir a trámite la petición si se considera
incompetente.
Así, dispone el art. 62 LEC que “no serán admitidos a trámite los
recursos dirigidos a un tribunal que carezca de competencia funcional para
71
conocer de los mismos. No obstante lo anterior, si admitido un recurso, el
tribunal al que se haya dirigido entiende que no tiene competencia funcional
para conocer del mismo, dictará auto absteniéndose de conocer previa
audiencia de las partes personadas por plazo común de diez días”.
Notificado el auto a que se refiere el párrafo anterior, “los litigantes
dispondrán de un plazo de cinco días para la correcta interposición o
anuncio del recurso, que se añadirán al plazo legalmente previsto para
dichos trámites. Si sobrepasaren el tiempo resultante sin recurrir en forma,
quedará firme la resolución de que se trate”.
105
Art. 58 LEC. Apreciación de oficio de la competencia territorial: “Cuando la
competencia territorial venga fijada por reglas imperativas, el tribunal examinará de
oficio su competencia territorial inmediatamente después de presentada la demanda y,
previa audiencia del Ministerio Fiscal y de las partes personadas, si entiende que carece
de competencia territorial para conocer del asunto, lo declarará así mediante auto,
remitiendo las actuaciones al tribunal que considere territorialmente competente. Si
fuesen de aplicación fueros electivos, el tribunal estará a lo que manifieste el
demandante, tras el requerimiento que se le dirigirá a tales efectos”.
72
Sin embargo, cabe preguntarse que debe hacer el Juez si, una vez
admitida la petición inicial a tramite, no se puede practicar el requerimiento
de pago en el domicilio que señalo el acreedor en su solicitud, y, por el
contrario, se comprueba que el deudor tiene otro domicilio, fuera del
territorio en que tiene el Tribunal requirente competencia territorial,
domicilio que tenía aún antes de presentarse a tramite la petición inicial 106
A este respecto, pensamos que por ser imperativas las normas que
regulan la competencia territorial y por ser de acuerdo al art. 813 LEC
“exclusivamente competente para el proceso monitorio el Juez de Primera
Instancia del domicilio o residencia del deudor o, si no fueren conocidos, el
del lugar en que el deudor pudiera ser hallado a efectos del requerimiento
de pago por el tribunal”, concluimos que no solo es posible, sino que es un
deber del juez declarar de oficio su incompetencia en cualquier momento en
que así lo note.
73
monitorio las normas sobre sumisión expresa o tácita. En segundo lugar, el
art. 58 de la LEC, al regular la apreciación de oficio de la competencia
territorial, establece que ‘cuando la competencia territorial venga fijada por
reglas imperativas, el Tribunal examinará de oficio su competencia
territorial inmediatamente después de presentada la demanda y… si
entiende que carece de competencia territorial para conocer del asunto, lo
declarará así mediante auto, remitiendo las actuaciones al Tribunal que
considere territorialmente competente’. De dicho precepto se desprende que
la apreciación de oficio de la incompetencia territorial ha de realizarse en un
momento procesal concreto y determinado, cual es, al tiempo de presentar
la petición inicial de proceso monitorio. Ahora bien, dado que no es
admisible la sumisión expresa o tácita, ha de entenderse que es posible su
apreciación de oficio en un momento procesal posterior. Así una vez
admitida a trámite la solicitud de proceso monitorio… puede ser planteada
la falta de competencia territorial de oficio por el propio Tribunal, previa
audiencia de las partes personadas. En tercer lugar, admitiendo pues, la
posibilidad de que el Juez a quo pueda apreciar su incompetencia territorial
en un momento procesal posterior al de la admisión de la demanda, es
necesario que en la misma resolución en que acuerda su falta de
competencia, remita las actuaciones al tribunal que considere competente
territorialmente…”107.
107
SAP Cádiz, Secc. 8ª. De 30 de Enero de 2004.
74
63.1 que “… se propondrá declinatoria para denunciar la falta de
competencia de todo tipo…”.
108
Art. 64.1 LEC: “La declinatoria se habrá de proponer dentro de los diez
primeros días del plazo para contestar a la demanda, o en los cinco primeros días
posteriores a la citación para vista, y surtirá el efecto de suspender, hasta que sea
resuelta, el plazo para contestar, o el cómputo para el día de la vista, y el curso del
procedimiento principal”.
109
En contra, ILUSTRE COLEGIO DE PROCURADORES DE LA CORUÑA.
Boletín Mensual Nº 22, Marzo 2000 [en línea] <http://www.procuradores-
coruna.com/22bm0103.htm> [consulta 22 Septiembre 2005], que declara que “no se
puede plantear declinatoria en el monitorio en su inicio (art. 64) frente al requerimiento
de pago al deudor. Este puede oponerse por la vía del art. 815 pero no puede plantear
declinatoria. Sí que se podrá plantear luego, cuando se abra la vía del juicio verbal o el
ordinario. (Art.818)”. No obstante, la jurisprudencia se inclina por permitir que se
proponga la declinatoria antes que se presente el escrito de oposición. En este sentido, ha
declarado que “una vez admitida a trámite la solicitud de proceso monitorio, considera el
Tribunal que cabe plantear cuestión relativa a la falta de competencia territorial a través
de la declinatoria por el demandado” (SAP Cádiz, Secc. 8ª. De 30 de Enero de 2004), o
que “es indiscutible que el órgano ante el que se presenta un petición de tutela monitoria
cuenta, de conformidad con los artículos 58 y 813 LEC, con facultades de oficio para
decretar a limine litis su incompetencia… del propio modo, el deudor puede denunciar -
también con carácter preliminar- dicha falta de competencia… por medio de la
declinatoria” (SAP Barcelona, Secc. 16ª, de 22 de Mayo de 2002).
75
la cuantía de la oposición corresponde un juicio ordinario y siempre y
cuando el acreedor interponga la correspondiente demanda dentro de plazo
(esto por que el juicio declarativo posterior al monitorio no es una
continuación de este, por lo que deben volver a alegarse todas las
excepciones contenidas en el escrito de oposición). Por ultimo, si no opuso
la declinatoria el deudor dentro del mismo proceso monitorio (sea antes de
oponerse al requerimiento, sea en el escrito de oposición), siempre estará la
posibilidad de interponerla dentro de los diez primeros días del plazo para
contestar a la demanda (si el juicio posterior al monitorio es ordinario), o en
los cinco primeros días posteriores a la citación para vista (si el juicio
posterior al monitorio es verbal).
76
2.- Partes legitimadas y postulación procesal
77
reclama y frente a quien se reclama la satisfacción de una pretensión”111, o,
“quien solicita de los tribunales la tutela jurisdiccional y aquel a quien haya
de afectar la decisión pretendida”112
111
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I.
112
Definición formulada por el autor de esta memoria, en base al art. 5 LEC.
113
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I.
78
representación de otro”114, rigen las reglas generales establecidas en el
derecho español, sin que sufran en el monitorio ninguna variación al
respecto, siendo esta clase de legitimación un elemento de validez del
proceso. Lo mismo respecto de la capacidad para ser parte, que esta
regulada por el art. 6 LEC.
114
COUTURE, Eduardo J. Vocabulario jurídico. 6ª reimpresión, Buenos Aires,
Depalma, 1997. 380p.
115
Todas estas denominaciones señaladas por PEYRANO, Jorge W.
Legitimaciones atípicas. En: La Legitimación, coordinado por Morello, Augusto Mario.
Buenos Aires, Abeledo - Perrot, 1996. pp. 79 – 90.
116
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I. En este
mismo sentido GOZAINI, Osvaldo Alfredo. Legitimación y proceso. En: La
Legitimación, coordinado por Morello, Augusto Mario. op. cit. pp. 39- 63., señala que
“estar legitimado en la causa supone tener una situación personal que le permita contar
con una expectativa cierta a la sentencia, lo cual indica por qué la legitimación (en la
causa) es, antes que nada, un presupuesto de la pretensión”. Por su parte,
CARNELUTTI, Francesco. Sistema de derecho procesal civil, trad. Alcalá - Zamora y
Castillo y Sentís Melendo, Buenos Aires, Uteha, Buenos Aires, 1944. t. II, expresa que
la capacidad (refiriéndose a la capacidad procesal) es la expresión de la idoneidad que
tiene la persona para actuar en juicio, la cual se infiere de sus cualidades personales. La
79
prescribe el art. 812.1 que podrá acudir al monitorio “quien pretenda de otro
el pago de la deuda”, en tanto el 814.1 indica que “el procedimiento
monitorio comenzará por petición del acreedor en la que se expresarán la
identidad del deudor…”, es decir, los sujetos legitimados son el acreedor y
el deudor de la relación jurídico – material controvertida, o mejor dicho,
quien afirme ser acreedor en la relación jurídico – material controvertida y
de quien se afirma es deudor en tal relación, manteniéndose así la regla
general: “cuando se controvierte en juicio sobre una relación de derecho
privado, la legitimación para obrar y para contradecir corresponden
respectivamente al sujeto activo y al sujeto pasivo de la relación sustancial
controvertida (legitimación normal)”117, ahora bien, siendo un poco más
específicos, podemos decir que para tener legitimatio ad causam (activa o
pasiva), es necesario ser titular del interés en que se decida si efectivamente
existe la relación jurídica material, y no ser titular de la relación jurídica
material (lo que supondría que esta siempre existiera)118, es decir, se puede
tener legitimatio ad causam sin ser poseedor del derecho substancial
reclamado en juicio, o dicho de otra manera, el concepto de parte de la
relación jurídico-material puede no coincidir, por distintos motivos, con el
80
de parte de la relación jurídico-procesal119, pues basta para tener
legitimación para obrar el afirmar ser titular del derecho reclamado en
juicio.
81
lo estatuido por las leyes-, establece que pretende a través del monitorio
darle protección rápida y eficaz al crédito de muchos justiciable, y en
especial, pero no exclusivamente, al de los profesionales y empresarios
medianos y pequeños, que sin duda, tanto en España como en Chile, son los
que más afectados se ven con la demora de los procesos de cobro de
deudas, llevándolos en muchos casos a la insolvencia y así a aumentar la
cantidad de deudores que, por razones que escapan de su voluntad, se ven
impedidos de pagar sus deudas.
120
SAP La Rioja, Secc. 1ª, de 07 de Julio de 2004.
82
En aquellos casos en que por algún acto jurídico el acreedor
solicitante en el monitorio no sea la misma persona que el acreedor original
de la relación jurídico-material controvertida y acreditada
documentalmente, deberá acompañar el solicitante –además de los
documentos que acrediten la deuda-, aquellos documentos que den cuenta
de la transmisión o transferencia del crédito; así, en el caso que el acreedor
primitivo haya cedido su crédito al acreedor peticionario, este ultimo deberá
acompañar también los documentos que den cuenta de la cesión.
83
medida de protección al pretendido deudor el juez inadmita la solicitud
inicial, pues, por lo demás, existiría una contradicción entre lo señalado en
la petición y lo establecido en los documentos acreditativos que se
acompañan, por lo que no podría hablarse en este caso de “buena apariencia
jurídica del derecho del peticionario”, ni del “carácter aparentemente
incontrovertido de la deuda”.
84
apariencia jurídica’, con ese examen (artículo 815 de la LEC), que el
Juzgador ha de hacer en relación con los requisitos de la solicitud inicial, y
si la misma es correcta formalmente. Entonces el examen sobre los
documentos presentados para determinar si a través de los mismos el actor
aporta un principio de prueba, que demuestre la existencia del crédito y que
éste es líquido, vencido y exigible, conecta con el problema de la
legitimación tratado, por lo que dándose tales requisitos será admitida a
trámite la petición inicial al manifestarse, ‘prima facie’, aquella”121.
121
SAP Granada, Secc. 3ª, de 12 de Enero de 2004
122
No trataremos en la presente memoria la pluralidad de partes que puede existir
en los juicios monitorios seguidos en virtud de la LPH. Para esta materia, ver RUBIÑO
ROMERO Juan José. El proceso monitorio en la Ley de Propiedad Horizontal. op. cit.
pp. 157 y ss.
123
CHIOVENDA, Giuseppe. Ensayos de derecho procesal civil. op. cit. t. III
define el litisconsorcio como “… una pluralidad de personas que están entre sí en una
cierta paridad de condición frente a una o varias, en una misma litis”. Por su parte,
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I., lo define como “aquel
85
De acuerdo al artículo recién citado, pueden intervenir en un proceso
varias personas, sea como demandantes, sea como demandados.
Consecuentemente, en el proceso monitorio, a pesar de su sencillez
procesal, “ningún inconveniente habrá en admitir que una misma petición
inicial pueda interponerse por varios deudores por una o varias deudas que
provengan de un mismo título o causa de pedir y se dirija, asimismo, contra
uno o varios deudores de la misma… los restantes supuestos, sin embargo
(intervención adhesiva y provocada, reguladas en los arts. 13 y 14 LEC
respectivamente), únicamente podrán surgir de interponerse una oposición
por parte del deudor, en cuyo caso, al iniciarse un proceso ordinario…
ningún óbice existirá en admitir ambos tipos de intervención si no son los
propiamente derivados del objeto litigioso”124.
tipo de pluralidad de partes que se produce cuando los diversos litigantes aparecen no
sólo situados en un mismo plano, sino además, unidos en su actuación procesal: según
que la unión plural afecte a los demandantes, a los demandados o a ambos, el
litisconsorcio se llama activo, pasivo o mixto”.
124
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. pp. 99 y 100. En contra, RUBIÑO ROMERO Juan José. El
proceso monitorio en la Ley de Propiedad Horizontal. op. cit. pp. 169 y 170, y LÓPEZ
SÁNCHEZ, Javier. El proceso monitorio. op. cit. 149p., quien señala que debe
permitirse también la intervención adhesiva (es decir, de los terceros coadyuvantes).
86
cada deudor debe y cada acreedor tiene derecho sólo a una parte de la
prestación total”125, y están consagradas legalmente en el art. 1137 CC que
dispone “la concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores
en una sola obligación no implica que cada uno de aquéllos tenga derecho a
pedir, ni cada uno de éstos deba prestar íntegramente las cosas objeto de la
misma…”. A su vez, el art. 1.138 establece que 1138: “si del texto de las
obligaciones a que se refiere el artículo anterior no resulta otra cosa, el
crédito o la deuda se presumirán divididas en tantas partes iguales como
acreedores o deudores haya, reputándose créditos o deudas distintos unos de
otros”, consagrando así que la regla general en materia de obligaciones con
pluralidad de sujetos es que estas sean mancomunadas, configurando así la
solidaridad una excepción y que por lo tanto no se presume.
125
O'CALLAGHAN, Xavier. Compendio de Derecho Civil (Obligaciones y
Contratos). 3ª ed. Madrid, Edersa, 2001. t. II, v. 1.
126
Art. 72 LEC. Acumulación subjetiva de acciones: “Podrán acumularse,
ejercitándose simultáneamente, las acciones que uno tenga contra varios sujetos o varios
contra uno, siempre que entre esas acciones exista un nexo por razón del título o causa
de pedir.
Se entenderá que el título o causa de pedir es idéntico o conexo cuando las
acciones se funden en los mismos hechos”.
87
obligación mancomunada divisible, a cada uno por la parte que le
corresponda en la obligación obviamente, en un mismo proceso. En tal
evento, si algunos formulan oposición y otros no, la oposición solo
favorecerá a aquellos que la interpusieron, es decir, respecto de aquellos
que ante la notificación del requerimiento de pago no reaccionaron, se
despachara ejecución, en cambio, respecto de los que se opusieron, se
resolverá el asunto en el juicio ordinario correspondiente. En todo caso, es
totalmente facultativo para el deudor reclamar la deuda judicialmente
respecto de algunos si y respecto de algunos no, es decir, no se configura un
caso de litisconsorcio necesario127
127
De acuerdo a PALACIO, Lino Enrique. Manual de derecho procesal civil. op.
cit. 278p., el litisconsorcio es necesario cuando la sentencia sólo puede dictarse
útilmente frente a todos los participes de la relación jurídica sustancial controvertida en
el proceso, de modo tal que la eficacia de éste se halla subordinada a la citación de esas
personas”. Prosigue el autor citado señalando que será necesario “cuando lo impone la
ley o la relación o situación jurídica que constituya la causa de la pretensión”. Otro autor
que analiza el fundamento del litisconsorcio necesario es DEVIS ECHANDÍA,
Hernando. Teoría general del proceso. op. cit. 317p., que indica que existen relaciones
jurídico-materiales sobre las cuales no es posible pronunciarse por partes,
fraccionándolas o calificándolas solo respecto de algunos de los sujetos, porque
necesariamente la decisión comprende y obliga a todos, siendo en estos casos
indispensable la presencia de esos sujetos en el proceso para que la relación jurídico-
procesal quede completa y sea posible decidir validamente en cuanto al fondo.
88
acreedor dirigir la petición inicial en contra de todos los deudores en forma
conjunta. En este sentido, señala GUASP que “el caso típico de declaración
legal expresa de un litisconsorcio propiamente necesario es el del art. 1139
CC, sobre obligaciones mancomunadas indivisibles, ya que en este caso se
exige que el acreedor proceda contra todos los deudores…”128. En estos
casos, si uno cualquiera de los deudores requeridos presenta oposición, el
proceso monitorio terminará respecto de todos, debiendo decidirse el asunto
en el declarativo ordinario posterior correspondiente.
128
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I
129
O'CALLAGHAN, Xavier. Compendio de Derecho Civil (Obligaciones y
Contratos). op. cit. t. II, v. 1º. Este mismo autor prosigue señalando que la obligación
solidaria no es una sola obligación con pluralidad de sujetos, sino que “su verdadera
naturaleza es de pluralidad de obligaciones con diversos sujetos, cuyo nexo de unión es
la identidad de la prestación y que están enlazadas entre sí por las relaciones internas
entre los acreedores o los deudores. Esta naturaleza se evidencia ante un precepto como
el artículo 1140 que establece que la solidaridad podrá existir aunque los acreedores no
estén ligados del propio modo y por unos mismos plazos y condiciones. Asimismo, el
artículo 1144 concede al acreedor acción contra cualquiera de los deudores y el artículo
1148 concede a éstos excepciones que se deriven de la naturaleza de la obligación y las
que sean personales, contra aquél”. En este mismo sentido, un autor chileno, señala que
“nos parece que al margen del texto legal (en referencia al Código Civil chileno) en
realidad en la solidaridad existen varias obligaciones diversas, sólo que ligadas por la
prestación” (ABELIUK MANASEVICH René. Las obligaciones. 4ª ed. Bogotá,
Editorial Jurídica de Chile, 2001. t. I).
89
español “El acreedor puede dirigirse contra cualquiera de los deudores
solidarios o contra todos ellos simultáneamente. Las reclamaciones
entabladas contra uno no serán obstáculo para las que posteriormente se
dirijan contra los demás, mientras no resulte cobrada la deuda por
completo”, configurando así un supuesto de litisconsorcio facultativo130.
Respecto de la oposición interpuesta por uno de los varios codeudores
solidarios requeridos de pago, esta aprovechara a los demás, es decir, el
proceso monitorio finalizará respecto de todos, debiendo discutirse ahora la
deuda en el juicio ordinario posterior que corresponda.
130
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I, señala que
existe litisconsorcio facultativo o voluntario cuando “la unión de los distintos litigantes
se debe plenamente a su libre y espontánea voluntad. La ley, en efecto, a veces autoriza,
aunque no impone, esta actuación procesal común por un principio de armonía y
economía… Su reconocimiento legal se encuentra, en el derecho español, en el art. 156
LEC (actual art. 72 LEC) cuando dice (en su actual redacción) que ‘podrán acumularse,
ejercitándose simultáneamente, las acciones que uno tenga contra varios sujetos o varios
contra uno…’, a lo que abría que añadir: o varios contra varios”
131
Citado por RAMOS PAZOS, René. De las obligaciones. Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 1999. 97p.
90
mismos, pues tan sólo de no resultar cobrada la deuda, en el primero de los
supuestos, podría dirigir la acción posteriormente contra los demás, cual
prevé el artículo 1114 del Código Civil…”.
91
opera la eficacia negativa de la cosa juzgada, puesto que el ‘no serán
obstáculo’ del art. 1144 del CC permite dicha posibilidad; sin perjuicio de
que la doctrina no se muestre pacífica acerca de la procedencia de plantear
un segundo proceso frente a otro deudor solidario antes de que una
sentencia firme haya puesto fin al primero”133.
133
ACHÓN BRUÑÉN, Maria José. Despacho de ejecución a favor o contra
quien no figura en el título ejecutivo. Justicia: Revista de derecho procesal (3-4): 183-
226, 2004. En similar sentido, LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. El proceso monitorio. op. cit.
145p.
134
SAP La Rioja, Secc. 1ª, de 07 de Junio de 2004.
92
aplicación de las normas generales del procedimiento, y el artículo 72 de la
Ley Civil Adjetiva autoriza la acumulación de acciones que uno tenga
contra varios sujetos, constituyendo el único obstáculo el artículo 813 de la
Ley Procesal Civil, cuando los deudores requeridos tengan su domicilio en
distintos partidos judiciales…”.
135
SAP Madrid, Secc. 21ª, de 07 de Septiembre de 2004.
136
Prescribe el art. 53 LEC: “1.Cuando se ejerciten conjuntamente varias
acciones frente a una o varias personas será tribunal competente el del lugar
correspondiente a la acción que sea fundamento de las demás; en su defecto, aquel que
deba conocer del mayor número de las acciones acumuladas y, en último término, el del
lugar que corresponda a la acción más importante cuantitativamente. 2. Cuando hubiere
varios demandados y, conforme a las reglas establecidas en este artículo y en los
anteriores, pudiera corresponder la competencia territorial a los jueces de más de un
lugar, la demanda podrá presentarse ante cualquiera de ellos, a elección del demandante.
93
interpretación de la ley, pues el art. 813 LEC que regula la competencia en
el monitorio, solo prohíbe la sumisión (o prórroga) de la competencia
territorial, pero no deroga al art. 53.2 LEC que permite al demandante
cuando son varios los demandados elegir ante que Tribunal presentar la
demanda cuando de acuerdo a las normas de competencia territorial hay
más de un Tribunal competente. Además, argumenta el acreedor-apelante,
que no consideró el Juez el principio de la “perpetuatio iurisdictionis” (que
ya analizamos nosotros al tratar la competencia en el proceso monitorio)
consagrado por el art. 411 LEC, por que al momento de interponer la
petición inicial el acreedor indicó que los deudores tenían domicilio dentro
del territorio en que el juez era competente.
94
parte actora, no siendo de recibo la tesis de que se está domiciliado en un
determinado lugar porque así se señale en la demanda… por tanto no es
argumento para determinar la competencia del Juez… que el domicilio
indicado en la póliza de préstamo estuviera en esa localidad, ni que lo
afirmara la apelante, ni que desconociera el cambio porque ese
desconocimiento imputable o no a la parte, no es relevante a estos efectos
porque la misma es quien en todo caso debería haber comprobado dónde
residían dadas las características de este proceso”.
95
comparece, y es por las graves consecuencias que tiene la incomparecencia
del deudor dentro del breve plazo establecido en el art. 815 LEC (20 días),
que pensamos que deben dársele a éste todas las facilidades para que pueda
comparecer a defenderse, por lo que adherimos plenamente a la tesis que
plantea que el juez debe declararse incompetente respecto de los codeudores
que no tengan su domicilio efectivo dentro del territorio de competencia del
Juez ante el cual se plantea la petición inicial.
137
En tal sentido, señala STOHEREL MAES, Carlos Alberto. De las
disposiciones comunes a todo procedimiento y de los incidentes. 5ª ed. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 1993. 21p. que “no debe creerse que quien tiene capacidad
procesal puede comparecer en juicio y realizar personalmente los actos de
procedimiento, o, en otras palabras, que tiene capacidad de pedir en juicio… En efecto,
la regla general es que debe comparecer ante los tribunales por medio de procurador y
solo en algunos casos autoriza la ley la comparecencia personal…”.
138
En España, los Procuradores realizan distintas labores y debe cumplir con
distintos requisitos que los que deben cumplir los Procuradores en Chile, en otras
palabras, son dos instituciones diversas. El Procurador en España es el representante
procesal de la parte material, y son Procuradores “quienes validamente incorporados a
un colegio representan a los poderdantes ante los juzgados y Tribunales… Para ser
Procurador se requiere ser español o ciudadano de la Unión Europea, mayor de edad, no
incapacitado o inhabilitado, estar en posesión del título de Licenciado en Derecho y
obtener el título de Procurador que expide el Ministerio de Justicia (GIMENO
SENDRA, Vicente. Introducción al derecho procesal. op. cit. pp. 210 y 211. Para
profundizar este tema, ver la citada obra pp. 209 y ss., y los arts 23 – 30 LEC).
96
intervención de uno o de ambos139, siendo justamente uno de esos casos
excepcionales el señalado en el art. 814.2 LEC, que establece que “para la
presentación de la petición inicial del procedimiento monitorio no será
preciso valerse de procurador y abogado”
139
Si bien en algunos casos no se exige la intervención de Abogado y
Procurador, la parte es libre para contratar el servicio de ambos profesionales, y, en estos
casos, prescribe el art. 32.5 que “cuando la intervención de abogado y procurador no sea
preceptiva, de la eventual condena en costas de la parte contraria a la que se hubiese
servido de dichos profesionales se excluirán los derechos y honorarios devengados por
los mismos, salvo que el tribunal aprecie temeridad en la conducta del condenado en
costas…”.
140
TORIBIOS FUENTES, Fernando. El Proceso Monitorio [en línea]
<http://www.der.uva.es/procesal/monitorio.htm> [consulta: 14 Abril 2005].
97
sin valerse de profesionales del Derecho ha sido duramente criticada por
algunos colectivos profesionales, que han puesto de manifiesto los riesgos
de conlleva la medida, tachándola de no ser respetuosa con el derecho
constitucional a la tutela judicial efectiva, el de provocar y acentuar
desigualdades sociales al dar mayor protección a los grandes litigantes y el
inquietante riesgo de ser una vía de entrada del intrusismo profesional en el
mundo del Derecho”.
141
Para profundizar el rol que el abogado debe jugar en el proceso, ver
DAMASKA, Mirjan R. Las caras de la justicia y el poder del Estado. Santiago, Editorial
Jurídica de Chile, 2000. pp. 243 -250.
98
Ahora bien, tal como lo señalan los arts. 23.2.1º, 31.2.1º y 814.2
LEC, la excepción a la regla general del carácter necesario de la
representación procesal y de la defensa técnica queda limitada a la
presentación de la petición inicial del proceso monitorio.
142
En cambio, la PRE no exige que vaya firmado por Abogado o por otro
profesional del derecho la oposición (art. 13.1.b. PRE), e incluso en su EM, en los
comentarios al art. 13, indica que no es necesaria la intervención de profesional del
derecho “por que los requisitos para impugnar una demanda (en referencia a la
contestación de la oposición al requerimiento de pago) son suficientemente simples”.
Ahora bien, no esta demás recordar que, a diferencia de lo prescrito en la LEC, en la
PRE no se exige que se expresen en el escrito las razones por las cuales no se debe en
todo o en parte la deuda.
99
siempre que la cantidad por la que se despache ejecución sea superior a 900
euros” (art. 539.1. inc. 2º).
CAPITULO III
Señala el inc. 1 del art. 812 de la LEC en su primera parte que “podrá
acudir al proceso monitorio quien pretenda de otro el pago de deuda
dineraria, vencida y exigible, de cantidad determinada que no exceda de
cinco millones de pesetas (30.000 euros)”, cuando la deuda de esa cantidad
se acredite a través de los documentos que a continuación enumera.
143
En este sentido, MAGRO SERVET, Vicente. La petición inicial del
monitorio: ¿se están utilizando los servicios de abogado y procurador pese a que no sea
preceptivo o se utilizan los impresos a que se refiere el art. 437.2 LEC? La Ley, 24
(5719): 1675 – 1678, Feb. 2003.
100
De esta manera, el legislador español abre en la LEC el capitulo
dedicado al procedimiento monitorio limitando el ámbito de operación de
este procedimiento a aquellos créditos que, sin importar su origen144,
cumplan con ciertos requisitos en virtud de los cuales es de suponer que no
serán controvertidos en el eventual proceso iniciado para su cobro145.
144
Un ejemplo de procedimiento monitorio en cual es determinante el origen del
crédito es el procedure d’injoction de payer del derecho francés contenido en el. NCPC,
cuyo art. 1405 exige para que se pueda sustanciar una demanda por este procedimiento,
que la deuda en cuestión tenga un origen contractual o que derive de una obligación de
carácter estatutario (como las contribuciones al plan de pensión) y se eleven a una suma
determinada, como, así mismo, aquellas deudas que provengan de la aceptación o del
libramiento de una letra de cambio, de la suscripción de un pagaré, del endoso o aval de
cualquiera de estos títulos o de la aceptación de la cesión de créditos conforme a lo
dispuesto en la ley nº 81-1 de 02 de Enero de 1981 que facilita el crédito a las empresas.
Asimismo, la Propuesta de Reglamento europeo (PRE) limita la aplicación del
procedimiento monitorio europeo a las deudas dinerarias de origen civil o mercantil,
excluyendo expresamente de su ámbito de aplicación las demandas cuya base sea una
deuda dineraria originada en asuntos fiscales, aduaneros y administrativos, como
asimismo aquellas nacidas de los regímenes matrimoniales y los derechos derivados de
relaciones similares de la quiebra, los convenios entre quebrado y acreedores y demás
procedimientos análogos y de la seguridad social (art. 1 PRE).
145
Reiteradamente la jurisprudencia ha señalado que el proceso monitorio no esta
limitado en razón del origen que tenga el que se pretende cobrar por su medio. En este
sentido, en sentencia de 22 de Enero de 2003, la AP de Cádiz, Secc. 7ª, declaró que
“…en todo caso no es condición de la que dependa la admisibilidad de la demanda
monitoria la posible complejidad del asunto. La Ley no establece tal limitación, que, por
otra parte, sería contraria a la finalidad de esta clase de procedimiento especial, tendente
a agilizar el cobro de deudas vencidas y líquidas, con independencia de la causa de la
que la eventual deuda se derive, causa que, no obstante, podrá ser discutida por el
demandado si se opusiere a la demanda monitoria”.
Esa misma AP, en sentencia de 21 de Enero de 2004, revocando la decisión de un
juzgado de 1ª instancia que no admitió a tramite una solicitud de monitorio para el cobro
de un crédito adquirido por el acreedor en virtud de una cesión de créditos, declaró que
“el art. 812.1, al definir el objeto del procedimiento, no distingue según el origen del
crédito que se reclame, bastando con que se trate de "deuda dineraria, vencida y
exigible, de cantidad determinada que no exceda de cinco millones de pesetas".
101
Sin embargo, para que el juez abra proceso, es necesario, además, que
el crédito en cuestión conste por alguno de los documentos enumerados en
el art. 812 de la LEC.
146
Mención especial merece el Mahnverfahren alemán, puesto que, por reforma
de 03 de Diciembre de 1976, redujo el ámbito de aplicación del procedimiento
monitorio. En efecto, con anterioridad a esa fecha, podía reclamarse por su medio la
entrega de dinero, de una cantidad determinada de cosas fungibles o de ciertos títulos, en
cambio, actualmente el art. 688 ZPO solo permite reclamar una cantidad determinada de
dinero en moneda nacional, e incluso, tratándose de los créditos al consumo, solo podrá
utilizarse el monitorio cuando el tipo de interés sobrepase el máximo establecido en el
mismo artículo.
102
Los motivos por los cuales se optó en el LV por limitar el
procedimiento monitorio a las demandas dinerarias no son difíciles de
imaginar. Así, señala en su apartado 3.2.1. que “al considerar la cuestión
independientemente de si las demandas no pecuniarias deben estar
comprendidas en un proceso europeo armonizado, hay que tener en cuenta
que, dado el abrumador predominio de las demandas de pago en los pleitos
civiles, comparado con un requerimiento de pago un requerimiento de hacer
tendrá relativamente escasa importancia práctica. Además, por definición,
tales obligaciones son menos proclives a tipificarse mediante el uso de
formularios y procesamiento de datos, puesto que la propia demanda (y la
redacción de una resolución ejecutiva) requiere siempre una descripción
precisa a la que se llega más difícilmente que con la mera expresión de una
demanda dineraria en euros y céntimos (u otras monedas)”147.
147
Por su parte, la PRE establece en su Exposición de Motivos, en los
comentarios al art. 2, que “el apartado 1 circunscribe la aplicabilidad del proceso
monitorio europeo al cobro de deudas dinerarias líquidas y vencidas. Por consiguiente,
no podrá utilizarse para las deudas dinerarias que no puedan expresarse en cantidad
determinada (por ejemplo, los daños inmateriales) ni para las demandas relacionadas con
una obligación de actuar o de abstenerse de alguna actuación, como la entrega o
restitución de bienes o la evicción. En teoría, el principio subyacente de la definición de
deuda no impugnada podría hacerse extensivo a otros tipos de demandas que no
impliquen el pago de dinero... Sin embargo, se admite generalmente…, plantearían
muchas más dificultades a la hora de establecer un sistema uniforme. Así por ejemplo, la
simple formulación de la demanda de manera que se cumplan los requisitos de precisión
de un título ejecutivo, supondrá a menudo un obstáculo…”
103
deudas dinerarias-, en Francia, Finlandia, Italia148 y Suecia se permite,
además, perseguir por el cumplimiento de obligaciones no dinerarias, al
igual que en Brasil149.
104
citado autor que las reclamaciones de deudas dinerarias que se originen en
arrendamientos de inmuebles rústicos y urbanos no podrán encausarse por
el procedimiento monitorio, sino que deberá en estos casos recurrirse al
procedimiento ordinario, toda vez que el ordinal 6º del apartado 1 del art.
249 de la LEC prescribe que se decidirán en juicio ordinario las demandas
que versen sobre “cualesquiera asuntos relativos a arrendamientos urbanos
o rústicos de bienes inmuebles, salvo que se trate del desahucio por falta de
pago o por extinción del plazo de la relación arrendaticia”, por lo que, en
aquellas hipótesis en que el arrendador exija de su arrendatario solamente el
pago de las rentas vencidas sin instar al desahucio, no podrá accionar a
través del procedimiento monitorio, debiendo hacerlo por los cauces del
ordinario.
150
LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 64p.
105
monitorio, siempre que concurran todos los requisitos establecidos para el
mismo”151.
151
SAP Tarragona, Secc. 3ª, 29 de Abril de 2003
106
monetario de cada país. En consecuencia, por “deuda dineraria” habrá de
entenderse “únicamente aquella reclamación que se efectúe en moneda de
curso legal, ya sea nacional o extranjera, con exclusión de otros bienes que
pudieran considerarse también ‘dinero’ (en la acepción más amplia del
termino) como, por ejemplo, mercancías fungibles u otro tipo de objetos,
muebles o inmuebles”152.
152
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 64p.
153
SAP Cádiz, Secc. 7ª, 14 de Abril de 2003
154
MENDEZ, R.M. y VILLALTA, A.E. El proceso monitorio. Barcelona, J.M.
Bosch Editor, 2002. 10p.
107
suma debida no ha sido directamente predeterminada, sino que se fija y
concreta posteriormente y con referencia a determinados criterios o medidas
de valor. Una vez concretada la deuda de valor se convertirá en deuda de
dinero y resultará líquida y exigible. En definitiva, en la deuda de valor el
dinero no es propiamente el objeto de la prestación, sino el medio con el
que se tratará de lograr el resarcimiento de otro valor. Para las citadas
autoras, el art. 812.1 solo habla de las deudas de dinero, más no de las de
valor.
155
En tal sentido se pronuncian CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso
monitorio en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. pp. 73 - 75.; LÓPEZ
SÁNCHEZ Javier. op. cit. pp. 66 y ss.
156
En igual sentido, SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 14 de Abril de 2003, la cual, en la
parte pertinente, señala que “este límite opera igualmente cuando la suma reclamada lo
sea en moneda extranjera, pero debiendo tenerse en cuenta, respecto de costas y gastos
que el art. 577 determina que deben abonarse en moneda nacional.”.
108
ejecución de una de ellas exonera de la ejecución de las otras (arts. 1499 y
ss. Código Civil de Chile y 1131 y ss. Código Civil de España), podría
recurrirse al monitorio en la hipótesis de que una de las prestaciones
debidas alternativamente consistiera en dinero y, además, se hubiese
pactado por los contratantes que la elección correspondería al acreedor
(pues tanto en el derecho chileno como en el español, si nada se dice, la
elección de la cosa con que se cumplirá la obligación pertenece al deudor).
Cumpliéndose esa hipótesis, el acreedor impago podría recurrir al
procedimiento monitorio para reclamar el pago de la suma de dinero debida
alternativamente, más no de las otras prestaciones no consistentes en
dinero157.
157
Cfr. LÓPEZ SÁNCHEZ Javier. op. cit. 74p.
109
Prescribe el art. 812 LEC, que, además de ser dineraria la deuda, esta
debe ser de cantidad determinada.
158
LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 77p.
159
SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 14 de Abril de 2003,
160
COLOMBO CAMPBELL, Juan. Apuntes tomados por el autor durante el
ciclo de clases de derecho procesal impartidas por el citado profesor en la Escuela de
Derecho de la Universidad de Chile. Santiago, 1998-2000.
110
liquidarse por simples operaciones aritméticas (con solo los datos que el
mismo titulo suministra).”
161
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. 3ª ed., Madrid, Instituto
de Estudios Políticos, 1968. 140p.
162
PALACIO, Lino Enrique. Manual de derecho procesal civil. 16ª ed. Buenos
Aires, Abeledo Perrot, 2001. 685p.
111
Confirma la “asimilación” que se hace entre los conceptos “cantidad
determinada” y “deuda liquida” una sentencia de la de la Audiencia
Provincial de Sevilla, que, en sus fundamentos jurídicos expresa que
“atendida la finalidad buscada por el legislador… es evidente que el
requisito de que se trate de una cantidad determinada no puede ser
entendida en un sentido mas restrictivo y limitado que el tradicional de la
liquidez de la deuda, y a este respecto conviene recordar la tradicional
doctrina jurisprudencial… según la cual hay liquidez no sólo cuando se pide
una cantidad concreta y determinada, sino también cuando la concreción del
‘quantum’ pedido puede ser determinado por simples operaciones
aritméticas partiendo de datos fijados de antemano, habiendo añadido
también, que el hecho de que a la reclamación de una deuda líquida se sume
la cantidad debida en concepto de intereses, no convierte aquélla en
iliquida”.163
163
SAP Sevilla, Secc. 6ª, de 22 de Diciembre de 2003. En el mismo sentido, SAP
Valladolid, Secc. 1ª, de 26 de Marzo de 2001, declaró “desde luego la Ley exige que la
cantidad que se reclama sea determinada (núm. 1 del art. 812), pero dicho término, esa
previsión, es paralela a la establecida en el art. 520 de la propia norma que, cuando se
trata de los títulos ejecutivos a que se refieren los núms. 4, 5, 6 y 7 solo permite
despachar ejecución por «cantidad determinada» y que ha de interpretarse como
sinónimo de líquida”.
112
solicitud por la que se pide el inicio del proceso monitorio, sin perjuicio de
lo cual, podrá el deudor en su escrito de oposición hacerle presente al juez
esta situación.
164
Ha señalado la jurisprudencia que no es óbice para la apertura del monitorio
que la liquidación acompañada a la petición inicial haya sido unilateralmente generada
por el acreedor, en tal sentido, ver SAP Sevilla, Secc. 5ª, de 30 de Abril de 2004, la cual,
en la parte pertinente, señala que “entre los documentos acompañados a la solicitud
inicial, se acompaña la liquidación practicada, suficientemente clara y detallada, que, si
bien es cierto que se ha producido unilateralmente por la entidad acreedora, ello no es
óbice, en absoluto, para la admisión a trámite de la solicitud inicial, puesto que dicha
liquidación encuentra encaje en el artículo 812, 1, 2º de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
que alude a los documentos que, aún unilateralmente creados por el actor, sean de los
que habitualmente documenten los créditos y deudas en relaciones de la clase de las
existentes entre las partes…”
165
SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 14 de Abril de 2003.
166
Ver CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva
Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. 67p.
113
cantidad reclama en razón de capital y cual en razón de intereses, indicando
además la formula ocupada para su calculo167.
167
En sentencia de 12 de Marzo de 2003, la 1ª Sección de la AP de Cádiz,
confirmando un fallo en que se rechazó abrir proceso monitorio, fundamentó que
“….observamos que en el suplico de la demanda se solicita, no sólo una cantidad de
principal, sino además una cantidad añadida, indeterminada y no liquidada, de ‘intereses
moratorios pactados sobre dicha cantidad principal devengados desde el 10 de
noviembre de 2000’, con lo cual, visto que la demanda se ha presentado en octubre de
2002, se solicita una cantidad imprecisa devengada durante casi dos años. Con lo
anterior, está claro que la documentación inicial no era suficiente para entender que se
reclama una deuda vencida, exigible y, sobre todo, líquida y determinada, con lo cual si
lleva razón el juez en cuanto a su conclusión final alusiva de que de los documentos
aportados con la demanda no queda determinada la deuda que se reclama y, por ende, no
procede la admisión a trámite de la demanda de proceso monitorio formulada…”.
168
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 64p.
169
SAP Cádiz, Secc. 7ª, 14 de Abril de 2003.
114
En cambio, una deuda será exigible cuando no este sujeta en su
nacimiento o cumplimiento a condición, plazo o modo.
170
Dispone el art. 1113 del Código. Civil de España que “será exigible desde
luego toda obligación cuyo cumplimiento no dependa de un suceso futuro o incierto, o
de un suceso pasado, que los interesados ignoren. También será exigible toda obligación
que contenga condición resolutoria, sin perjuicio de los efectos de la resolución”.
171
SAP Cádiz, Secc. 7ª, 14 de Abril de 2003.
172
LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 88p.
115
Al ser requisito que al momento de presentar la petición inicial el
crédito esté vencido y exigible, el procedimiento monitorio “no puede ser
empleado para hacer valer preventivamente un crédito todavía no vencido y
como medio de obtener ahora la condena del deudor para cuando la deuda
esté vencida (condena in futuro)173”. 174
173
CALAMANDREI, Piero. Op. cit. 113p.
174
En este mismo sentido, pero no ya respecto del principal sino de los intereses,
la AP de Cádiz, Secc. 2ª, el 22 de Abril de 2003 sentenció que “los intereses futuros que
se reclaman no están, en absoluto, vencidos y por ello no pueden integrar el objeto de la
demanda monitoria. Y es evidente que el vencimiento es condición de la deuda exigible
al momento de presentación de la demanda. Es por ello que pugna tal posibilidad,
generalmente admitida en los procesos declarativos ordinarios, con las concretas
necesidades de concreción y especificidad que rigen el proceso monitorio…”.
175
Dispone el art. 1129 del Código Civil español que “Perderá el deudor todo
derecho a utilizar el plazo: 1) Cuando, después de contraída la obligación, resulte
insolvente, salvo que garantice la deuda; 2) Cuando no otorgue al acreedor las garantías
a que estuviese comprometido; 3) Cuando por actos propios hubiese disminuido aquellas
garantías después de establecidas, y cuando por caso fortuito desaparecieran, a menos
que sean inmediatamente sustituidas por otras nuevas e igualmente seguras.”.
116
Si bien en un primer momento se dudó sobre la posibilidad de
reclamar deudas con vencimiento anticipado, hoy la mayoría de la
doctrina176 y de la jurisprudencia177 avalan tal posibilidad178.
176
En tal sentido, LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 90p.
177
En tal sentido, SAP Sevilla Secc. 2º, 11 de Noviembre de 2004; SAP Asturias,
Secc. 5ª, 8 de Enero de 2003
178
Incluso, numerosa jurisprudencia, ha admitido que se reclame por la vía del
monitorio el pago derivado de una deuda nacida de la declaración de vencimiento
anticipado de la misma, realizado unilateralmente por la parte acreedora. Aplicando este
criterio, la AP de Barcelona, Secc. 14ª, con fecha 30 de Mayo de 2002, expresó por
medio de una sentencia que “en principio la cláusula que permite al prestamista dar por
vencido anticipadamente el préstamo por incumplimiento del prestatario de su
obligación de pago es válida y admisible (STS 13-2-1996 o 31-7-1996) sin que la
eventual decisión judicial al respecto, en caso de controversia, tenga carácter
constitutivo sino meramente declarativo.” (en el mismo sentido, SAP Barcelona 23 de
Noviembre de 2001 y otra de 17 de Octubre del mismo año).
179
En virtud del Real Decreto 1417/2001, de 17 de diciembre, por el que se
procede a la conversión a euros de las cuantías establecidas en la Ley de Enjuiciamiento
Civil, se modificó el inc. Primero del art. 812 de la LEC, en el sentido de establecer que
las cuantías en pesetas podrán ser utilizadas por los interesados para determinar la clase
de juicio que se haya de seguir y los recursos procedentes en relación con pretensiones
basadas en los hechos anteriores a la entrada en vigor de dicho Real Decreto (1 de Enero
de 2002).Las cuantías en euros serán aplicables, a los efectos antes mencionados, en
relación con pretensiones basadas en hechos posteriores a la entrada en vigor de dicha
moneda.
117
del procedimiento monitorio ha sido uno de los aspectos que más críticas le
ha valido a este nuevo procedimiento180.
180
Además de España, contemplan límites máximos a la cuantía los
procedimientos de Austria, Bélgica y Portugal.
181
El límite austriaco está basado en la intención de prevenir el peligro de poner
en peligro la subsistencia del demandado. En el reciente debate sobre el aumento de la
cantidad máxima, la relación entre la cuantía de una demanda y la probabilidad de que
se impugne también desempeñó un papel considerable. Este criterio debe verse a la luz
del hecho de que el recurso al proceso monitorio es obligatorio en Austria. En los demás
118
En el mismo sentido, en los comentarios al art. 1 de la PRE, se indica
que no se limitará el importe que puede reclamarse a través del proceso
monitorio, pues “el carácter de impugnada o no impugnada de una deuda no
parece depender del importe de la deuda en cuestión en modo alguno que
exija limitar la utilización de este procedimiento para el cobro de cuantías
inferiores a un determinado importe. Aun en el supuesto, como se ha
sugerido en algún caso, de que el número de procedimientos contenciosos
fuera mayor cuanto más elevado fuera el importe reclamado, ello no
justificaría un límite máximo, puesto que es el acreedor quien debe estimar
si la probabilidad de que no haya oposición es lo suficientemente elevada
como para que le merezca la pena recurrir al proceso monitorio; de no ser
así, iniciará directamente un procedimiento ordinario.”.
Estados miembros es el demandante el que decide optar por este proceso si considera
suficientemente probable que el demandado no se opondrá a la demanda (ap. 3.2.3. LV)
182
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil, op. cit., t. II.
119
Sin embargo, existen otros autores que apoyan la “medida de sana
prudencia”183 adoptada por el legislador español184.
183
Esta medida de sana prudencia fue señalada expresamente en el apartado XIX
de la EM, que dice que “la Ley no desconoce la realidad de las regulaciones de otros
países, en las que este cauce singular no está limitado por razón de la cuantía. Pero se ha
considerado más prudente, al introducir este instrumento de tutela jurisdiccional en
nuestro sistema procesal civil, limitar la cuantía a una cifra razonable, que permite la
tramitación de reclamaciones dinerarias no excesivamente elevadas, aunque superiores
al límite cuantitativo establecido para el juicio verbal”.
184
En tal sentido, DE LA OLIVA SANTOS, Andrés. El Anteproyecto de Ley de
Enjuiciamiento Civil, de 26 de diciembre de 1997, y la protección del crédito”, Revista
Tribunales de Justicia, (8-9): 823 - 830,1998.
120
documentos a los que la ley considera suficientes para abrir juicio ejecutivo,
por lo que, ante un incumplimiento en el pago, sería a este procedimiento al
que podría recurrirse
121
artículo 812 que únicamente difiere en su fase inicial, y que para el supuesto
de producirse oposición se generaría una vía declarativa de mayor amplitud
que la ejecutiva, y sin que pueda hacerse una lectura restrictiva para la
opción hacia uno u otro cauce procesal”.
Así, puede ocurrir que una persona que sea acreedora de una suma
mayor que la permitida para recurrir al monitorio (por ej. 31.000 euros),
ante la rapidez y menores costos que tiene este proceso en comparación con
el que le correspondería en atención a la cuantía (procedimiento ordinario),
opte por reclamar solo la parte de la deuda que en atención a la cuantía de la
deuda se permite reclamar por los cauces del monitorio, virtualmente
“condonando” el resto o postergando su reclamación para un juicio
ordinario. Sobre esta situación, señala TORIBIOS FUENTES que “merece
la pena plantear el supuesto… de que la parte, con el fin de poder acudir al
122
proceso monitorio, limite su reclamación a la suma máxima permitida
(5.000.000 pesetas) aunque aporte título o títulos que excedan de dicha
cantidad, renunciando al exceso o reservándose el derecho a reclamarlo de
quien y como corresponda; supuesto que entendemos perfectamente
admisible y ajustado a la letra de la norma.”185
185
Continua el citado autor señalando que “Por ejemplo, el acreedor dispone de
un albarán por importe de 5.005.000 ptas., suma que excede de la máxima admitida en el
proceso monitorio. Dadas las indudables ventajas que le ofrece el monitorio frente al
juicio ordinario ¿puede formular su petición ajustando su reclamación a la suma de
5.000.000 pesetas, renunciando al exceso (5.000 ptas.) o reservándose su derecho a
reclamarlo de quien y como proceda? Entiendo que esta cuestión debe tener una
respuesta favorable, tanto por el propio tenor del art. 6 del Código Civil – renuncia de
derechos – como igualmente por el antecedente legislativo contenido el art. 29.6 del
Decreto de 21 de noviembre de 1952 regulador del juicio de cognición que permite la
renuncia al exceso para ajustar la reclamación al límite cuantitativo del juicio de
cognición.” (TORIBIOS FUENTES, Fernando. El Proceso Monitorio [en línea]
http://www.der.uva.es/procesal/monitorio.htm [consulta: 14 Abril 2005])
123
procedimiento monitorio, materia que profundizaremos en los párrafos
siguientes.
186
RAMOS ROMEAU, Francisco. Apuntes tomados por el autor en la
conferencia sobre reformas al proceso civil español dictada por el citado profesor en la
Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Santiago, 2005.
187
O'CALLAGHAN, Xavier. Compendio de Derecho Civil (Parte General), 4ª
ed. Madrid, Edersa, 2002. t. I. En el mismo sentido, sentencia Juzgado de 1ª Instancia
Palma de Mallorca nº 10, de 21 de Mayo de 2002.
188
PICÓ I JUNOY, Joan. El debido proceso "leal". Reflexiones en torno al
fundamento constitucional del principio de la buena fe procesal Justicia: Revista de
derecho procesal (3-4): 183-226, 2004.
124
procesal, y que viene a ser el equivalente del fraude de ley (fraude
procesal).
189
Así, no se exige la presentación de prueba escrita para despachar
requerimiento de pago en los procesos monitorios establecidos en Austria, Finlandia,
Alemania, Portugal y el contemplado en la PRE.
190
En tal sentido, SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 14 de Abril de 2003.
125
pago, deberá valerse de otro procedimiento en el cual se permita probar los
hechos que dan origen a la deuda por otros medios de prueba.191
191
En el mismo sentido, respecto del proceso de inyunción italiano,
CALAMANDREI, Piero. El proceso monitorio. op. cit. 124p.
192
CALAMANDREI, Piero. El proceso monitorio. op. cit. 125 - 126p.
126
emitir pronunciamiento alguno sobre la existencia del derecho del
solicitante), contemplándose además, la posibilidad de presentar títulos
generados unilateralmente por el acreedor, por lo que, según algunos, el
requisito de acompañar un principio de prueba de carácter documental no
configura una mayor protección al deudor que la existente en aquellos
países en que no se exigen esta clase de pruebas para recurrir al proceso
monitorio, máxime cuando, asiste siempre al deudor la posibilidad de
controvertir la deuda en su escrito de oposición. En parte por esto y en parte
por la dificultad de uniformar para toda la Unión Europea los documentos a
los cuales se les atribuiría prima facie suficiente merito probatorio es que en
el procedimiento monitorio europeo contemplado en la PRE193 se optó por
un proceso monitorio “sin prueba”, el cual, en países como Alemania y
Austria ha tenido muy buenos resultados.
193
Se indica en la EM que “no es (necesario) que el demandante presente, pero sí
que describa alguna prueba en la que se basaría en un procedimiento ordinario si se
impugnara la demanda. Esta condición previa que permite al demandante alegar
cualquier medio de prueba admisible, y no sólo documentos, pero que no le obliga a
aportar una lista exhaustiva de pruebas, es fundamentalmente una condición formal para
la expedición de un requerimiento europeo de pago, que puede verificarse fácilmente.”
(EM, comentarios al art.3).
127
CAPITULO IV
128
al deudor para que, en el plazo de veinte días (plazo fatal y de días hábiles),
pague o de las razones de su negativa.
129
Asimismo, no es necesaria para la interposición de esta solicitud la
intervención de procurador o abogado, con lo cual, sin duda, se diminuyen
los costos necesarios para obtener una efectiva tutela al crédito,
cumpliéndose así, el deseo del legislador español expresado en la EM de
dar una protección eficaz al crédito de muchos justiciables y en especial al
de profesionales y empresarios pequeños y medianos.
194
MAGRO SERVET, Vicente. La petición inicial del monitorio: ¿se están
utilizando los servicios de abogado y procurador pese a que no sea preceptivo o se
utilizan los impresos a que se refiere el art. 437.2 LEC? La Ley, 24 (5719): 1675 – 1678,
Feb. 2003.
195
En este sentido, una sentencia de 10 de Marzo de 2005, dictada por el
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, Sala 6ª, decretó, refiriéndose al
proceso monitorio español que “El juicio monitorio no se incluye dentro de los juicios
declarativos por lo menos en la fase de requerimiento de pago, de hecho la LEC no habla
ni de demanda de juicio monitorio sino de petición inicial (artículo 814 de la LEC), ni de
partes procesales sino de acreedor y deudor.” No obstante, sentencias como la de la AP
130
Cabe señalar además que la interposición de la petición provoca
algunos efectos; entre ellos, coloca en mora al deudor, de acuerdo a lo
prescrito en el art. 1.100 del Código Civil de España196.
131
Asimismo, desde que ha sido interpuesta la petición inicial se
produce la interrupción de la prescripción (adquisitiva y extintiva)197 y la
Discrepa de estos autores LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 89p., que señala
que se constituye en mora al deudor con el requerimiento de pago. Indica además que al
tenor del art. 1.100 CC debe aplicarse la misma solución al derecho español que la
aplicada en el derecho italiano. En este sentido, CALAMANDREI, Piero. El proceso
monitorio. op. cit. 113p., anota que “si el crédito es exigible, pero el deudor no ha sido
todavía constituido en mora…, la constitución en mora tiene lugar con la notificación de
la inyunción…”.Sin embargo, al parecer el citado profesor español olvida que el mismo
CPCi prescribe en su art. 643.3 que “la notificación (de la demanda monitoria y el
mandato) determina la pendencia de la litis”, disposición legal radicalmente distinta a la
norma contenida en el art. 410 LEC.
La jurisprudencia en este punto se ha inclinado en general por considerar que los
intereses y la mora se producen por la simple interposición de la petición. En este
sentido, SAP Cantabria, Secc. 2ª, de 03 de Noviembre de 2005 y SAP Madrid, Secc. 14ª,
de 16 de Marzo de 2005.
En esto difieren la jurisprudencia española de la chilena, pues, en nuestro país,
los tribunales han fallado que “de conformidad a lo que dispone el art. 2518, inc. 3º del
Código Civil, en relación con el art. 2503, Nº 1 del mismo Código, para que se produzca
la interrupción de la prescripción es necesario que la demanda sea legalmente notificada
a la parte demandada”. Así lo señala RIOSECO ENRÍQUEZ, Emilio. La prescripción
extintiva ante la jurisprudencia. 2º ed. Actualizada. Santiago, Editorial Jurídica de Chile,
2004, pp. 59 - 60., quien cita varias sentencias en apoyo de esta tesis. A continuación, el
mencionado autor comenta que “Esta doctrina, que se apoya en un argumento de texto,
responde además a una lógica evidente, puesto que existiendo vínculo obligacional entre
acreedor y deudor, la liberación de este último está directamente relacionada con la
inactividad del primero. Si el acreedor sale de su pasividad mediante el ejercicio de la
acción, ello tendrá eficacia jurídica en la medida en que sea conocido legalmente por el
deudor, esto es, mediante su notificación”. Asimismo, si bien anota que cierta sentencia
decretó que la “interrupción civil de la prescripción se cuenta desde la presentación de
la demanda o del recurso judicial, , y si bien sin su notificación ella carece de significado
procesal, una vez efectuada la notificación se retrotrae en sus efectos a la fecha de
presentación de aquélla. Sin embargo, “la jurisprudencia mayoritaria no acepta esta
doctrina y ha sido explícitamente rechazada”.
197
GUASP DELGADO, Jaime. Derecho procesal civil. op. cit. t. I., respecto de
la prescripción extintiva señala que “la prescripción se interrumpirá por la demanda u
otro cualquier genero de interpelación judicial hecha al deudor, considerándose la
interrupción como no hecha si el actor desistiere de ella o caducara la instancia o fuere
132
litispendencia198, siempre y cuando después sea admitida a tramite la
petición inicial por el juez (diferenciándose así el ordenamiento jurídico
español de otros ordenamientos jurídicos, como el chileno199, en los cuales
es la notificación de la demanda lo que interrumpe la prescripción y
produce litispendencia, además de constituir en mora al deudor), y luego la
“perpetuatio iurisdictionis” consagrada en el art. 411 LEC200.
133
2.2.- Contenido y formalidades
134
de que esté actuando en representación de una persona jurídica, deberá
hacerse referencia a esta circunstancia y a la razón social de la representada.
135
En relación a la cuarta mención, basta con que el acreedor indique el
concepto a que responde la deuda (por ej. la falta de pago de una de las
cuotas del precio de la compraventa de un vehiculo) y las eventuales
relaciones comerciales o profesionales existentes entre él y el deudor.
Asimismo, es importante señalar que deben acompañarse los documentos
que den cuenta de las circunstancias precedentemente expresadas, toda vez
que, recordemos, no basta en el proceso monitorio español con la simple
declaración unilateral del acreedor en relación al origen de la deuda o a las
relaciones comerciales o profesionales existentes entre acreedor y deudor,
sino que, además, es necesario que estas se encuentren respaldadas en algún
tipo de documento.
136
así la carga que tiene el acreedor de señalar todas estas menciones, sin que
sea posible traspasarla hacia el tribunal respectivo203.
203
Sin embargo, tratándose del domicilio o lugar donde pueda ser hallado el
deudor, si el acreedor los señala en su petición inicial, y, luego de la búsqueda negativa
del deudor en los domicilios o lugares señalados el acreedor trata por todos los medios
de averiguar el paradero del deudor sin poder dar con el, será misión del tribunal el
realizar dichas averiguaciones. En este sentido, una sentencia de la AP Cádiz, Secc. 3ª,
de 17 de Marzo de 2004 ha declarado que “no sólo las partes tienen obligación de
investigar el domicilio, también el órgano judicial… y ello dado que la finalidad de las
normas reguladoras del emplazamiento es asegurar que el acto de comunicación cumpla
con su finalidad constitucional, o sea la efectividad real del emplazamiento. El Juzgado
debe exigir del demandante el cumplimiento diligente de los extremos exigidos en el
artículo 155 LEC que tienen como finalidad comprobar que aquel ha intentado conocer
el paradero de los demandados…; hecho lo cual, es el órgano judicial quien ha de
comprobar si es posible localizar al demandado mediante otras averiguaciones”.
204
En tal sentido, MENDEZ, Rosa M. y VILLALTA, A. Esther. El proceso
monitorio. Barcelona, J.M. Bosch Editor, 2002. 19p.
137
En cuanto al petitum del escrito de petición inicial, podemos
consignar que el acreedor deberá solicitar del tribunal que despache el
correspondiente requerimiento de pago205 y que este le sea notificado al
deudor en alguno de los domicilios o lugares señalados, o, si prefiere
redactarse un escrito más completo, puede solicitarse que se requiera de
pago al deudor para que en el plazo de veinte días, pague la suma adeudada,
y para el caso de que el deudor no pague la deuda ni dé razones por escrito
para no hacerlo, se dicte auto ordenando el embargo de bienes suficientes
del deudor para cubrir lo adeudado, todo con condena en costas206.
205
En el mismo sentido GOLDSCHMIDT señala, respecto de la solicitud de
monición en el ordenamiento jurídico alemán, que el petitum “no es de una sentencia”
(se refiere a una sentencia de condena) sino de “la expedición de un mandamiento de
pago.” (GOLDSCHMIDT, James. Derecho procesal civil. op. cit. 463p.)
206
Aún más completo es el petitum contenido en tantas veces mencionados
formularios impresos, pues, terminan estos solicitando al juez: “1º. Que se requiera de
pago al deudor para que en el plazo de veinte días, pague la cantidad reclamada más las
costas, y para el caso de que el deudor no pague la deuda ni dé razones por escrito para
no hacerlo, se dicte auto ordenando el embargo de bienes suficientes del deudor para
cubrir la suma principal más los intereses desde el requerimiento de pago, más la
cantidad en que se presupuestan las costas procesales; y, 2º Que si el deudor se opone
por escrito alegando razones para negarse total o parcialmente al pago, se convoque a las
partes a juicio verbal o se conceda al acreedor el plazo legal de un mes para formular la
demanda de juicio ordinario, pidiendo desde este momento, para el caso de oposición, el
embargo de bienes del deudor, y en su día, la condena a la parte demandada al pago de
la cantidad reclamada más el interés legal (o el pactado si fuera mayor), desde el
requerimiento de pago, así como al pago de las costas procesales”.
Es interesante hacer notar que, contrariamente a lo que piensa la mayoría de la
doctrina española, en los propios formularios proporcionados por el Gobierno español,
los intereses no corren desde la interposición de la demanda, sino desde el requerimiento
de pago.
138
En relación a las formalidades del referido escrito de petición inicial,
como ya se comentó, estas son mínimas, pudiendo incluso presentarse en
formularios que se encuentran a disposición de quien los solicite en los
juzgados y en la página web del Ministerio de Justicia de España, el cual
deberá ir firmado por el solicitante, no siendo necesaria la intervención de
procurador y abogado.
207
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 124p.
139
De acuerdo a lo dispuesto en el art. 71.2 LEC, “el actor podrá
acumular en la demanda cuantas acciones le competan contra el
demandado, aunque provengan de diferentes títulos, siempre que aquéllas
no sean incompatibles entre sí”.
140
cuando el importe total de las distintas deudas no sume más de 30.000 euros
(o 5.000.000 de pesetas).
208
LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit.188p.
141
ellos recaiga, por lo que se ha discutido si es factible la solicitud de medidas
cautelares en el escrito de petición inicial, evitando así que la tutela que
brinda este proceso se convierta en una mera ilusión.
209
Entre otros, adhieren a esta tesis CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El
proceso monitorio en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. 189p.; GIMENO
SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil, op. cit. t. II.; LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op.
cit. 191p.; y, ORTELLS RAMOS, Manuel. op. cit.
210
Dispone el nº 5 del art. 21 LPH que “cuando el deudor se oponga a la petición
inicial del proceso monitorio, el acreedor podrá solicitar el embargo preventivo de
bienes suficientes de aquél, para hacer frente a la cantidad reclamada, los intereses y las
costas. El tribunal acordará, en todo caso, el embargo preventivo sin necesidad de que el
acreedor preste caución. No obstante, el deudor podrá enervar el embargo prestando aval
bancario por la cuantía por la que hubiese sido decretado.”
142
Sin embargo, tal argumentación es desvirtuada por CORREA
DELCASSO211, quien indica que en el primer Borrador de Anteproyecto de
la LEC del mes de Abril de 1997, existía un artículo dentro de la regulación
del monitorio que contemplaba la adopción de medidas cautelares (en
particular de embargo preventivo) para el caso de que el deudor formule
oposición. Pero dicho artículo fue evaluado negativamente por quienes
tuvieron la misión de informarlo al Ministerio de Justicia ese mismo año,
toda vez que se deja indirectamente en manos del deudor la efectividad
practica del embargo preventivo, pues se establecía que había que esperar a
que este último se opusiera al requerimiento de pago para poder solicitar la
medida, sin perjuicio que, en el tiempo que media entre la notificación del
requerimiento de pago y el plazo que tiene para oponerse (20 días), el
deudor tendría tiempo más que suficiente para evadir todos sus bienes y
burlar la ley212.
211
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 156p.
212
Esta misma crítica se le hace actualmente al art. 21 LPH, toda vez que exige
como requisito para decretar el embargo preventivo la oposición del deudor.
143
con los requisitos necesarios213, el solicitar embargo preventivo en el escrito
de petición inicial214.
213
Señala LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit.194p., respecto del requisito del
fumus boni iuris necesario para decretar el embargo preventivo, que este ya viene
cumplido en todo proceso monitorio, toda vez que los mismos documentos que justifican
la admisión de la petición inicial constituyen por si solos apariencia del buen derecho del
solicitante.
214
Sobre este punto, cita GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil,
op. cit. t. II., que una sentencia de la AP de Zaragoza, Secc. 5ª, de 08 de Noviembre de
2002, en la cual se admite la solicitud de medidas cautelares en el escrito de petición
inicial del monitorio después de reconocer que se trata de una cuestión novedosa y que
no ha sido objeto de tratamiento claro ni mayoritario por la doctrina, y en base, entre
otros argumentos, a la similitud que existe entre el monitorio y el cambiario,
procedimiento este ultimo en donde se contempla el embargo preventivo, y a que por la
finalidad misma de toda medida cautelar, que consiste en “asegurar la efectiva tutela
judicial que pudiera otorgarse en la sentencia estimatoria que se dictase”, por lo que
“tampoco se comprende bien por que esa garantía sólo se podrá pedir cuando el proceso
monitorio se convierta en juicio declarativo plenario, ordinario o verbal”.
144
jurisprudencial-, acerca de su admisibilidad, certeza probatoria y naturaleza
jurídica, entre otros aspectos.
215
SAP Málaga, Secc. 5ª, de 17 de Junio de 2003.
216
En tal sentido, CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en
la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. 131p., GIMENO SENDRA, Vicente.
145
Otra cuestión que se ha suscitado a propósito de los documentos es
acerca de la posibilidad de iniciar un proceso monitorio mediante un
documento que no fuese el original, sino una copia de el.
Derecho procesal civil, op. cit. t. II., y DÍEZ RIAZA, Sara. Los procesos especiales (II):
El proceso monitorio y el juicio cambiario. Revista ICADE. (50): 185-205. Mayo 2000.
217
Así, la AP de Málaga, Secc. 5ª, en sentencia de 17 de Junio de 2003, declaró
que “nuestro proceso monitorio exige que la deuda dineraria se acredite
documentalmente, para lo cual hace referencia más que a documentos concretos, a
distintas formas de realizar esa acreditación, enumerando una serie de posibilidades, sin
que ésta constituya un numerus clausus, rigiendo en este punto la libertad de forma…”
218
En tal sentido, en ENCUESTA jurídica ¿Deben presentarse originales de los
documentos a los que alude el art. 812 o son suficientes simples fotocopias? Revista
LEC (26): 57 – 72, Enero 2003, se pronuncian entre otros: ARROYO FIESTAS,
Francisco Javier, CREMADES MORANT. Joan y SEOANE SPIEGELBERG, José
Luís. En el mismo sentido, LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit.115p.
219
LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit.115p.
146
la deuda resulta de una simple copia o de una fotocopia. A ello hemos de
contestar afirmativamente, pues piénsese que puede tratarse de documentos
propios del tráfico en muchas ocasiones, (v. gr. copia de las facturas
originales que se envían al cliente art. 812.1º y 2º). De otro lado, a tenor del
artículo 268.2º si la parte sólo posee copia simple del documento podrá
presentarla surtiendo los mismos efectos que el original siempre que no sea
cuestionada, (lo que aquí no ocurre, pues sólo ha intervenido el acreedor).
En todo caso el deudor puede oponerse impugnando la validez de los
documentos. En conclusión… no es obstáculo a la admisión del monitorio
que la deuda venga documentada en copia o en fotocopia”220.
220
SAP Huelva, Secc. 3ª, de 03 de Septiembre de 2003.
221
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A, 1959. t. I.
147
De esta manera, se configura el titulo monitorio como un documento
“dotado de una particular eficacia, la cual consiste en que el juez debe
inferir de él la existencia de la relación jurídica correspondiente a la
pretensión a los fines de la inyunción, salvo su control mediante el proceso
de cognición, en cuanto éste sea provocado con la oposición”222.
222
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A., 1959. t. I.
223
TORIBIOS FUENTES, Fernando. El Proceso Monitorio [en línea]
http://www.der.uva.es/procesal/monitorio.htm [consulta: 14 Abril 2005]
224
Este concepto “amplio” de documento es recogido en el Código de
Procedimiento Civil de Colombia, que en su art. 251 define documento en los siguientes
términos: “son documentos los escritos, impresos, planos, dibujos, cuadros, fotografías,
cintas cinematográficas, discos, grabaciones magnetofónicas, radiografías, talones,
contraseñas, cupones, etiquetas, sellos y, en general, todo objeto mueble que tenga
carácter representativo o declarativo y las inscripciones en lápidas, monumentos,
edificios o similares”.
148
Sin embargo, indica LÓPEZ SÁNCHEZ225 que si bien “no se
establece ninguna limitación en cuanto al tipo de soporte físico que debe
sustentar al documento, la propia naturaleza de las cosas exige, para que
pueda hablarse de un verdadero documento, que se trate de un soporte que
se relacione con una escritura. Así, deben excluirse de la noción de
documento la fotografía y la impresión magnética o por cualquier otro
método del sonido o de la imagen”. Continúa el citado autor declarando que
confirmación de lo expuesto es la exigencia prescrita en el supuesto del
ordinal 1º del apartado 1 del art. 812 LEC, que exige la presencia de una
firma226, y lo prescrito en el ordinal 2º, que sin hacer precisión del tipo de
soporte en que pueden figurar los documentos, son ejemplificativos de
documentos escritos.
225
LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit.114p.
226
Este mismo autor aclara que “en razón de la flexibilidad de los requisitos
exigidos para la acreditación del principio de prueba determinante de la admisión de la
petición inicial del proceso monitorio, el Legislador permite cualquier tipo de firma,
sello, impronta o marca. También –resulta evidente- la firma electrónica, aunque no
reúna los requisitos de la firma electrónica avanzada (cfr. art. 3 del Real Decreto Ley
14/1999, de 17 de Septiembre, sobre firma electrónica)”. (LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier.
op. cit.116p.
149
los declarativos “no instrumentales” (por ej. los discos, las películas y las
cintas magnetofónicas)227.
227
DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Compendio de la prueba judicial. Buenos
Aires, Rubinzal-Culzoni Editores, 2000. t. II.
228
El mismo autor, señaló en una obra suya que “la determinación de cuales sean
los medios de documentación con eficacia probatoria en un determinado ordenamiento
jurídico y, en particular cuales sean los medios de que resulta la formación de la
escritura considerada como fuente de prueba eficaz, es cuestión a resolver según las
normas del propio ordenamiento jurídico” (CARNELUTTI, Francesco. La prueba civil,
trad. Alcalá – Zamora. 2ª ed. Buenos Aires, Depalma, 2000, 191p.).
229
Igual pensamiento sostiene CALAMANDREI, Piero. op. cit. 143p, quien
sostiene que la locución “prueba escrita”, empleada por el art. 633 CPCi., “excluye, en
primer término, todos aquellos medios de prueba que corresponden, sin embargo, al
concepto de documento en sentido lato”.
230
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil, trad. de Sentís
Melendo. Buenos Aires, E.J.E.A, 1959. t. I.
231
Según SENTIS MELENDO, Santiago. La prueba. Los grandes temas del
derecho probatorio. Buenos Aires, E.J.E.A., 1979. 97p., por principio de prueba,
debemos entender “una prueba incompleta, una semiplena prueba, que no puede
150
requiere, para que el juez acepte la petición inicial232 y despache el
requerimiento de pago, que los documentos aportados junto con la solicitud
inicial le produzcan certeza total respecto de la existencia de la deuda233,
sino que basta que prima facie se acredite el carácter aparentemente
incontrovertido de la deuda.234
151
Así, los documentos que deben aportarse junto con la solicitud inicial
no tienen el carácter de plena prueba, por lo que, si el deudor se opone al
requerimiento de pago, no se alteran las reglas sobre la carga de la prueba y,
en el juicio contradictorio posterior, tal como señaló una sentencia de Mayo
de 2005, de la AP de Baleares, no se produce alteración alguna de la carga
de alegar los hechos constitutivos de las respectivas pretensiones y de la
carga de probarlos según se ordena en el artículo 217 de la LEC..."235.
En todo caso, hay que tener presente que la resolución del juez en
virtud de la cual se admite a tramite la petición inicial y se despacha
requerimiento de pago, no se pronuncia acerca de la existencia del derecho
235
SAP Baleares, Secc. 3ª, de 23 de Mayo de 2005
236
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 130p.
152
del acreedor237, toda vez que este solo acompaña a la solicitud inicial
documentos que constituyen un principio de prueba, los cuales son exigidos
en la LEC más bien como requisito de admisión de la solicitud inicial y de
apertura del proceso que como medio idóneo que permita al tribunal
alcanzar la convicción acerca de la existencia de la deuda.
Distingue el art. 815 LEC238 dos clases de documentos -los cuales son
regulados en el art. 812 LEC en dos apartados distintos239-, siendo aún
237
Confirma lo anteriormente expuesto SAP Málaga, Secc. 5ª, de 17 de Junio de
2003, que declaró que “no ha de verificarse una valoración judicial del mérito alegado,
por lo que no habrá un enjuiciamiento definitivo sobre el fondo en la medida en que el
órgano jurisdiccional lo único que debe hacer es constatar ‘prima facie’ si la petición
inicial constituye el supuesto de hecho que le obliga a emitir un requerimiento de
pago… Todo lo anterior determina que, aunque el órgano judicial puede y debe
contemplar si en el supuesto de hecho concurren los requisitos básicos que el artículo
812 de la LEC establece para la posibilidad de admitir la petición inicial (en otro caso
procedería la inadmisión a trámite de la misma), ello no puede suponer -ante el riesgo de
olvidar la propia naturaleza y finalidad del procedimiento- que deba llevarse a cabo un
análisis de los documentos más allá de lo que la ley requiere porque, en todo caso, el
deudor puede oponerse a la ejecución despachada, con lo que cualquier indicio de
indefensión queda desvanecido puesto que en este momento procesal se declara ningún
derecho del actor”.
238
Prescribe el art. 815 LEC que “… si los documentos aportados con la
petición fueran de los previstos en el apartado 2 del artículo 812 o constituyeren, a juicio
del tribunal, un principio de prueba del derecho del peticionario…”
239
También la EM de la LEC hace una distinción, al señalar que “Punto clave de
este proceso (el monitorio) es que con la solicitud se aporten documentos de los que
resulte una base de buena apariencia jurídica de la deuda. La ley establece casos
153
bastante discutida la finalidad que persiguió el legislador con esta
distinción.
Señala el apartado primero del art. 812 que “podrá acudir al proceso
monitorio quien pretenda de otro el pago de deuda… cuando la deuda de
esa cantidad se acredite de alguna de las formas siguientes:
generales y otros concretos o típicos… Si se trata de los documentos que la ley misma
considera base de aquella apariencia o si el tribunal así lo entiende, quien aparezca
como deudor es inmediatamente colocado ante la opción de pagar o ‘dar razones’…”
(EM XIX).
154
2.º Cuando la deuda se acredite mediante certificaciones de impago
de cantidades debidas en concepto de gastos comunes de Comunidades de
propietarios de inmuebles urbanos.”
Sostienen algunos que a los documentos del apartado segundo del art.
812 la propia ley les otorgaría base de buena apariencia jurídica de la deuda
(por lo que el juez no tendría que analizar si efectivamente resulta de ellos
una buena base de apariencia jurídica de la deuda), en cambio, respecto de
los regulados en el apartado primero, debe ser el juez quien determine si de
ellos resulta una buena apariencia jurídica de la deuda.
240
TORIBIOS FUENTES, Fernando. op. cit.
155
es decir son documentos a los que la ley otorga directamente el ‘fumus boni
iuris’… por el contrario, el resto de documentos que pueden servir de base
para el proceso monitorio, son documentos sin privilegio ni ventaja alguna,
y por lo tanto ordinarios ya que será el tribunal, y no la Ley, quien
determine si son o no base de buena apariencia jurídica de la deuda, es
decir, si son portadores del ‘fumus boni iuris”241.
241
Concuerda con tal tesis GARBERÍ LLOBREGAT, para quien la diferencia
entre ambas clases de documentos consiste en que, a los solos efectos de admisión de la
petición, la Ley presume que de los documentos señalados en el ap. 2º del art. 812 LEC
se desprende automáticamente, ope legis, una apariencia sobre la probable legitimidad
de la deuda, apariencia que exonera, a diferencia de lo que ocurre con los documentos
indicados en el ap. 1º, de la obligación de ponderar tal extremo (GARBERÍ
LLOBREGAT, José, TORRES FERNÁNDEZ DE SEVILLA, José M. y CASERO
LINARES, Luís. El cobro ejecutivo de las deudas en la nueva Ley de Enjuiciamiento
Civil. op. cit. t. II).
156
requerimiento, y de otra los comprendidos en el apartado 1 del 812 , por
cuanto para dictar la providencia requiriendo al deudor, se exige respecto de
estos últimos que constituyan a juicio del tribunal un principio de prueba
respecto del derecho del peticionario, confirmando el origen y cuantía de la
deuda conforme a lo referido en la petición inicial”242.
157
Sin embargo, al acompañarse también junto al citado documento
otros documentos que acreditan una relación anterior duradera (debiendo
asimismo apreciar el juez si efectivamente acreditan la relación contractual
exigida), tendrá este conjunto de documentos un mayor grado de
verosimilitud de aquel que tendría en el caso de que no se hubieran
aportado los documentos acreditativos de la relación anterior duradera entre
el acreedor y el deudor.
158
el apartado primero del art. 812 LEC, toda vez que, a nuestro entender, el
acreedor puede elegir si solo acompaña documentos que acrediten la deuda
y que constituyan un principio de prueba de su derecho, o si, además de
esos documentos, acompaña otros que acrediten la relación comercial
duradera, debiendo el juez, en ambos supuestos (siempre que considere que
constituyen los documentos un principio de prueba), admitir a tramite la
solicitud y despachar el correspondiente requerimiento de pago.
159
Por lo tanto, podemos notar que casi todos los documentos posibles
de imaginar pueden encuadrarse en alguna de las dos categorías contenidas
en el apartado en comento.
243
CABANELLAS DE TORRE, Guillermo. Diccionario jurídico elemental. 14ª
ed. Buenos Aires, Heliasta, 2000. 363p.
160
Por su parte, respecto de los documentos consignados en el art.
812.1.2ª -denominados por nosotros como “documentos provenientes del
acreedor”-, si bien la LEC admite incluso los creados unilateralmente por el
acreedor, no todos los documentos generados por el acreedor pueden
encuadrarse aquí, toda vez que la ley, respecto de estos documentos realiza
una exigencia que no hace respecto de los provenientes del deudor, la cual
consiste en admitir, solamente, aquellos documentos que “sean de los que
habitualmente documentan los créditos y deudas en relaciones de la clase
que aparezca existente entre acreedor y deudor”.
161
habitualmente documentan las relaciones de la clase existente entre el
acreedor- solicitante y el deudor.
244
Sobre el particular pueden verse, entre otros, FUENTES LOJO, Juan
Ventura. La Ley de Propiedad Horizontal después de la reforma de 6 de abril de 1999.
Barcelona, J. M. Bosch Editor, 2000; MANTILLA DE LOS RÍOS VERGARA, Caridad.
El proceso monitorio. Barcelona, Bosch, 2002; y RUBIÑO ROMERO Juan José. El
proceso monitorio en la Ley de Propiedad Horizontal. op. cit.
162
Respecto de los documentos indicados en el art. 812.2.1º, es menester
señalar que ellos se componen al menos de dos documentos cuyas
finalidades son distintas y que, aportados en conjunto, conforma una nueva
clase de documento, llamada por algunos como “documentos privilegiados”
(documento en que consta la deuda + documento que acredita una relación
comercial duradera = documento privilegiado), los cuales, de acuerdo a la
ley, hacen presumir con mayor grado de verosimilitud la existencia del
derecho del peticionario, sin que ellos implique, en ningún caso, que el juez
no deba realizar sobre ellos una labor de apreciación para determinar si
efectivamente ellos dan cuenta, prima facie, de la existencia del derecho del
peticionario.
163
5.- Examen de admisibilidad de la petición inicial. Admisión e
inadmisión.
Dispone el art. 815.1 LEC que “si los documentos aportados con la
petición fueran de los previstos en el apartado 2 del artículo 812 o
constituyeren, a juicio del tribunal, un principio de prueba del derecho del
peticionario, confirmado por lo que se exponga en aquélla, se requerirá
mediante providencia al deudor para que, en el plazo de veinte días, pague
al peticionario, acreditándolo ante el tribunal, o comparezca ante éste y
alegue sucintamente, en escrito de oposición, las razones por las que, a su
entender, no debe, en todo o en parte, la cantidad reclamada”.
164
personería (si se presenta la petición en representación de otra persona),
como asimismo respecto del escrito de petición inicial y de los documentos
aportados.
245
SAP Valladolid, Secc. 1ª, de 26 de Marzo de 2001.
165
sobre la identidad del acreedor y deudor, los domicilios manifestados y
lugar donde pudieran ser hallados, sobre el origen y cuantía de la deuda y su
importe dinerario, vencido, exigible y no superior a cinco millones de
pesetas y sobre la competencia territorial del Tribunal (art. 813 en relación
con el art. 48 que permite al Tribunal apreciar de oficio la competencia) e
igualmente sobre la capacidad procesal para ser parte y, de otra parte, un
segundo control judicial específico que consiste en el de los documentos
aportados con su verdadero alcance y diferencia entre los documentos
ordinarios y los privilegiados”246.
246
SAP Cádiz, Secc. 7ª, de 14 de Abril de 2003
247
Dispone el art. 206.2 LEC que “En los procesos de declaración, cuando la Ley
no exprese la clase de resolución que haya de emplearse, se observarán las siguientes
reglas: 1.ª Se dictará providencia cuando la resolución no se limite a la aplicación de
normas de impulso procesal, sino que se refiera a cuestiones procesales que requieran
una decisión judicial, bien por establecerlo la ley, bien por derivarse de ellas cargas o
por afectar a derechos procesales de las partes, siempre que en tales casos no se exija
166
Sin embargo, algunos autores han señalado, basados en el art. 815.1
de la LEC antes comentado, que la resolución por la cual se admite la
petición es una “providencia”, siendo “muy significativo que el legislador
haya escogido la forma de ‘providencia’ para la resolución a adoptar en el
caso de admitir la petición. Especialmente si comparamos esta opción
legislativa con la decidida para la admisión mediante ‘auto’ de las
‘demandas’ de juicio ordinario y verbal… o de la demanda ejecutiva o de la
cambiaria…”248, lo cual ha llevado ha señalar que el escrito de petición
inicial no sería una demanda249 y que, contra esta “providencia” que decide
expresamente la forma de auto. 2.ª Se dictarán autos cuando se decidan recursos contra
providencias, cuando se resuelva sobre admisión o inadmisión de demanda,
reconvención y acumulación de acciones, sobre presupuestos procesales, admisión o
inadmisión de la prueba, aprobación judicial de transacciones y convenios, anotaciones e
inscripciones registrales, medidas cautelares, nulidad o validez de las actuaciones y
cualesquiera cuestiones incidentales, tengan o no señalada en esta ley tramitación
especial. También revestirán la forma de auto las resoluciones que pongan fin a las
actuaciones de una instancia o recurso antes de que concluya su tramitación ordinaria”.
248
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil, op. cit. t.II.
249
No comparte esta afirmación TORIBIOS FUENTES, Fernando. op. cit., quien
señala que la petición inicial es una verdadera demanda, dando los siguientes
argumentos al respecto: “En primer lugar existe una indudable similitud, por no decir
coincidencia, entre el contenido de la petición inicial del monitorio (art. 814) y el de la
demanda sucinta iniciadora del juicio verbal (art. 437), lo que nos permite afirmar que
en realidad la petición inicial del monitorio es una demanda sucinta, aunque el Proyecto
utilice el término petición. Y en segundo lugar porque cuando en el juicio monitorio se
produce, por la oposición del deudor, la transformación en juicio verbal, no es necesario
la presentación de nueva demanda, haciendo las veces de ella (de la demanda sucinta del
juicio verbal) la petición inicial del monitorio. Ello nos permite afirmar que la petición
inicial del monitorio será la demanda del verbal en que se transforme el proceso con
motivo de la oposición del deudor, lo que nos lleva a la conclusión que, en realidad, la
petición inicial es una verdadera demanda sucinta, y ello con independencia de que el
Proyecto no la denomine como tal”.
167
admitir o inadmitir a tramitación la petición solo podría recurrirse de
reposición.
168
consiguiente derivación de la pretensión al proceso declarativo ordinario
que corresponda”.
250
Entre otras sentencias que han acogido este criterio amplio, encontramos una
de la AP Barcelona, Secc. 11ª, de 14 de Enero de 2004, que declaró “… con la
demanda se acompaña contrato suscrito por las partes, mediante el cual la actora se
compromete a dar a la demandada clases… y el demandado al pago del precio…,
documento más que suficiente para acreditar la relación contractual, por lo que el mismo
es documento suficiente, conforme al art. 812 de la LEC, para la admisión del
procedimiento monitorio, máxime cuando este procedimiento viene precedido por una
fase previa, cuya finalidad no es otra que requerir al deudor a que manifieste de forma
169
Entonces, debe considerarse como una situación excepcional el
rechazo in limine litis de la petición inicial. En este sentido, una sentencia
de la AP de Cádiz, Secc. 1ª, de 17 de Febrero de 2003 declaró, confirmando
el criterio amplio de admisibilidad que deben guardar los jueces, que “… no
es en esta primera fase del procedimiento donde debe acreditarse con
plenitud y exactitud la realidad de la deuda, sino, en su caso, tras la
oposición del deudor, en el plenario correspondiente. En este sentido, esta
Audiencia Provincial… ha entendido que, con carácter general, a la hora de
interpretar los preceptos que regulan el nuevo proceso monitorio, teniendo
en cuenta la filosofía y ‘ratio legis’ de la nueva ley, que persigue la
protección rápida y eficaz de los créditos líquidos documentados en la
forma que determina el artículo 812, entiende que, a la vista de los términos
ampliamente permisivos del citado precepto, se ha de restringir el rechazo
‘a limine litis’ de pretensiones…”.
170
acreedor y lo invite a completar la prueba251. A este respecto,
CARNELUTTI252 declara que “no debe excluirse que el recurrente (el
acreedor) responda a la invitación pidiendo al juez indicaciones, que el juez
le debe proporcionar en torno al contemplado defecto del título…”
251
Art. 640 CPCI. Rigetto della domanda “Il giudice se ritiene
insufficientemente giustificata la domanda, dispone che il cancelliere ne dia notizia al
ricorrente, invitandolo a provvedere alla prova.
Se il ricorrente non risponde all'invito o non ritira il ricorso oppure se la
domanda non è accoglibile, il giudice la rigetta con decreto motivato.
Tale decreto non pregiudica la riproposizione della domanda, anche in via
ordinari”.
252
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso civil. op. cit. t. III.
171
cuando el requerimiento de pago solo pueda ser emitido por una parte de la
pretensión.
Ahora bien, hay que considerar que tanto la PRE (art. 4.2253) como la
ZPO (art. 691.1254) contemplan un momento en el que el acreedor-
peticionario puede rectificar, o completar su petición. Así, el acreedor será
invitado por el órgano jurisdiccional, por ejemplo, a limitar el importe de la
deuda, a no perseguir el cobro de determinados intereses y en general a
subsanar las deficiencias de la demanda, para así poder acoger la pretensión
en su totalidad y expedir a continuación el requerimiento de pago solicitado.
255
253
Dispone el art. 4.2 PRE que “cuando el órgano jurisdiccional considere la
posibilidad de desestimar la petición, por incumplimiento de los requisitos contemplados
en el art. 3, podrá ofrecer al demandante la oportunidad de completar o rectificar su
petición.”.
254
Señala el art. 691.1 que cuando la solicitud sea rechazada deberá darse
audiencia al acreedor, audiencia que, de acuerdo a ROSENBERG, SCHWAB y
GOTTWALD tiene por finalidad completar la demanda, corregir posibles deficiencias o
incluso limitar el objeto de la pretensión (ROSENBERG, SCHWAB y GOTTWALD,
Zivilprosebretch, Munich, Beck, 1993. 995p., citado por CORREA DELCASSO, Juan
Pablo. El proceso monitorio. op. cit. 174p.). Esta audiencia, de acuerdo a los términos en
que esta redactado el citado art. 691 es obligatoria cada vez que se rechace la pretensión,
lo cual es confirmado por GOLDSCHMIDT, James. op. cit 464.
256
En cambio, en el Proyecto de Reforma del Procedimiento Civil elaborado
por la Comisión de postguerra, y publicado en 1920, se prohibía expresamente la
admisión parcial de la pretensión, pues, en su art. 200 inc. 1º disponía que “si la
autoridad judicial considera por cualquier razón que no puede proveer en todo o en parte
sobre la demanda… rechaza con ordenanza motivada la demanda de inyunción.” (este
172
nada obsta a que el órgano jurisdiccional admita solo en parte la solicitud de
monición.
173
Si aceptamos que, al no estar prohibido en la LEC incoar un proceso
declarativo ordinario para obtener el pago de la parte de la deuda que no se
admitió en el monitorio, una de las hipótesis que podría presentarse es que,
sea en el monitorio o en el declarativo ordinario, el deudor alegue algún
hecho que afecte al total de la deuda.
174
cual se seguirá tramitando en relación a la fracción acogida a
tramitación258).
258
Prescribe el art. 451 LEC que “contra todas las providencia y autos no
definitivos dictados por cualquier tribunal civil cabrá el recurso de reposición…”.
.
259
Entre otros, CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la
nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. págs. 168 – 169.; y GIMENO SENDRA,
Vicente. Derecho procesal civil, op. cit. t. II.
260
Dispone el art. 206.2 LEC que “En los procesos de declaración, cuando la
Ley no exprese la clase de resolución que haya de emplearse, se observarán las
siguientes reglas: 1.ª Se dictará providencia cuando la resolución no se limite a la
aplicación de normas de impulso procesal, sino que se refiera a cuestiones procesales
que requieran una decisión judicial, bien por establecerlo la ley, bien por derivarse de
ellas cargas o por afectar a derechos procesales de las partes, siempre que en tales casos
no se exija expresamente la forma de auto. 2.ª Se dictarán autos cuando se decidan
recursos contra providencias, cuando se resuelva sobre admisión o inadmisión de
175
sucintamente motivada, siendo solo admisible en su contra la interposición
de recurso de reposición.
176
respectiva -sea que se considere que debe ser una providencia o un auto-,
cosa juzgada, siempre va a subsistir la posibilidad de iniciar, respecto del
mismo asunto, el juicio declarativo ordinario que corresponda en razón de
la cuantía, o, incluso, la posibilidad de intentar otra vez el cobro por la vía
del monitorio una vez que se subsanen los defectos adolecidos (lo cual solo
será posible en algunos casos, especialmente cuando el defecto sea de forma
y no de fondo).
177
Tampoco se contempla en el procedimiento monitorio alemán recurso
alguno en contra de la resolución que rechaza la petición monitoria, a
menos que esta se haya tramitado mecanizadamente (o “informáticamente”,
dependiendo de la traducción) y el rechazo se funde en que el órgano
jurisdiccional estimó inapropiada esta forma de presentación263.
263
Art. 691.3 ZPO.
264
Dispone el art. 231 LEC: “El tribunal cuidará de que puedan ser subsanados
los defectos en que incurran los actos procesales de las partes, siempre que en dichos
actos se hubiese manifestado la voluntad de cumplir los requisitos exigidos por la ley.”.
Por su parte, el art. 11.3 LOPJ: “Los Juzgados y Tribunales… deberán resolver siempre
sobre las pretensiones que se les formulen, y sólo podrán desestimarlas por motivos
formales cuando el defecto fuese insubsanable o no se subsanare por el procedimiento
establecido en las leyes.”.
178
órgano decide acoger la solicitud, deberá dictar una resolución judicial en
tal sentido, ordenando265 al deudor que pague o comparezca ante el Tribunal
alegando las razones para no hacerlo, bajo apercibimiento que de no hacerlo
se despachara ejecución en su contra266.
265
Si bien de acuerdo art.149.4º LEC son actos de comunicación del Tribunal los
“requerimientos para ordenar, conforme a la ley, una conducta o inactividad”, el tribunal
más que imponer una obligación al deudor lo que hace es imponer una carga, toda vez
que no es exigible coercitivamente la conducta señalada en el mandato de pago, sin
perjuicio de lo cual su silencio será considerado como argumento indirecto de certeza.
En igual sentido, LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 200p.
Así, el deudor tendría la “carga” de pagar o dar razones para no hacerlo,
entendiendo por carga lo que COUTURE, Eduardo J. (Fundamentos del derecho
procesal civil. 4ª ed., Buenos Aires, B de F, 2002. 173p.) definió como “situación
jurídica instituida en la ley consistente en el requerimiento de una conducta de
realización facultativa, normalmente establecida en interés del propio sujeto, y cuya
omisión trae aparejada una consecuencia gravosa para el.”.
266
Como bien anota GIMENO SENDRA, Vicente, Derecho procesal civil. t. II,
el requerimiento es un acto procesal complejo, que incluye una notificación al deudor,
bajo apercibimiento, con información de las consecuencias legales de la
incomparecencia o del impago.
267
En igual sentido, CALAMANDREI, Piero. op. cit. 63p. Por nuestra parte,
pensamos ambos elementos son importantes, aunque, como el autor recién citado indica,
el silencio del deudor requerido es el factor más determinante para que se dicte la
ejecución en el proceso.
179
Estamos por lo tanto ante un caso en que la ley procesal le da al
silencio un significado concreto, ante un caso que, como señala
COLOMBO, “la obligación268 de hablar o de manifestar su voluntad está
impuesta por la Ley y la persona no dice nada. El silencio aquí producirá
una determinada consecuencia, porque así lo dispone la ley”269.
268
O mejor dicho “carga”, pensamos nosotros.
269
COLOMBO CAMPBELL, Juan. Los actos procesales, op cit. t. I.
180
razones” (EM, ap. XIX), o, en palabras de CARNELUTTI270, tiene por
finalidad provocar reacción de la parte requerida, economizando el
contradictorio en aquellos casos en que no hay necesidad de el (principio de
contradictorio eventual).
270
CARNELUTTI, Francesco. Instituciones…, op. cit. t. I.
271
MENDEZ, R.M. y VILLALTA, A.E. El proceso monitorio. op.cit., 21p.,
anotan que “junto con el requerimiento se facilitaran al deudor, para su conocimiento,
copia del escrito y de los documentos aportados por el acreedor”.
181
pago”272, en el cual se informa al deudor acerca de la reclamación y de sus
derechos, cargas y obligaciones procesales, así como de la expedición de un
requerimiento de pago ejecutivo (el “requerimiento europeo de pago”273) de
no presentar escrito de contestación por su parte dentro del plazo de tres
semanas.
272
Prescribe la PRE que: “cuando se cumplan los requisitos… el órgano
jurisdiccional expedirá un aviso europeo de pago… El aviso europeo de pago se
notificará al demandado… El aviso de pago indicará al demandado la posibilidad de
optar entre: a) pagar al demandante la cantidad reclamada, incluidos los intereses y las
costas reclamados, y presentar un escrito de comunicación del pago; o, b) presentar un
escrito de contestación de la totalidad o parte de la deuda ante el órgano jurisdiccional,
en el plazo de tres semanas a partir de la fecha de notificación del aviso europeo de
pago… El aviso informará al demandado de que: a) el órgano jurisdiccional no ha
examinado la justificación de la deuda antes de expedir el aviso; b) si no recibiera un
escrito de contestación o un escrito de comunicación del pago de la deuda…, el órgano
jurisdiccional dictará una resolución ejecutiva…” (art. 6.1, 2, 3 y 4 PRE).
273
Prescribe la PRE que: Si no se presentara un escrito de contestación o un
escrito de comunicación del pago en el plazo establecido…, el órgano jurisdiccional
expedirá de oficio un requerimiento europeo de pago… El requerimiento europeo de
pago se notificará al demandado… El requerimiento europeo de pago informará al
demandado de que dispone de un plazo de tres semanas desde la fecha en que éste le
haya sido notificado… para presentar un escrito de oposición al mismo ante el órgano
jurisdiccional que lo haya expedido. (art. 9.1,2 y 3 y art. 11 PRE).
182
haya decidido no impugnar la deuda con pleno conocimiento de las
consecuencias que implica su actitud, motivo suficiente para considerar, en
principio, que dicha deuda no ha sido ni será impugnada (art. 11 de la EM
de la PRE).
183
6.3.- Notificación del requerimiento de pago
274
Art. 161 LEC. Comunicación por medio de entrega de copia de la resolución
o cédula: 1. “La entrega al destinatario de la comunicación de la copia de la resolución o
de la cédula se efectuará en la sede del tribunal o en el domicilio de la persona que deba
ser notificada, requerida, citada o emplazada.
La entrega se documentará por medio de diligencia que será firmada por el
Secretario Judicial o funcionario que la efectúe y por la persona a quien se haga, cuyo
nombre se hará constar.
2. Cuando el destinatario de la comunicación sea hallado en el domicilio y se
niegue a recibir la copia de la resolución o la cédula o no quiera firmar la diligencia
acreditativa de la entrega, el Secretario Judicial o funcionario designado le amonestará
de la obligación que impone el apartado anterior.
Si insistiere en su negativa, el funcionario actuante le hará saber que la copia de
la resolución o la cédula queda a su disposición en la Secretaría del Juzgado,
produciéndose los efectos de la comunicación, de todo lo cual quedará constancia en la
diligencia”.
A este respecto, expone CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso
monitorio en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. 172p. que “hemos de
entender que la Ley nos remite a la forma habitual en que se hacen en la práctica este
tipo de actos de comunicación, esto es, mediante comparecencia física de del oficial del
Juzgado correspondiente, por delegación del secretario, en el domicilio o domicilios del
deudor consignados en el escrito de petición inicial y la lectura íntegra de la misma con
entrega de la correspondiente cédula.
184
Dispone el art. 815.1 que “…el requerimiento se notificará en la
forma prevista en el artículo 161 de esta Ley, con apercibimiento de que, de
no pagar ni comparecer alegando razones de la negativa al pago, se
despachará contra él ejecución…”, es decir, el requerimiento deberá hacerse
de forma personal al deudor mediante la entrega de la resolución en su
domicilio o lugar donde pudiera ser hallado. Si el domicilio donde se
pretende practicar la comunicación fuere el lugar en el que el destinatario
tenga su domicilio según el padrón municipal o a efectos fiscales o según
registro oficial o publicaciones de colegios profesionales o fuere la vivienda
o local arrendado al deudor requerido, y no se encontrare el allí, podrá
efectuarse la entrega a cualquier empleado o familiar, mayor de 14 años,
que se encuentre en ese lugar. En el caso de que no se halle a nadie en el
domicilio al que se acuda para la práctica del requerimiento, el Secretario
Judicial o funcionario designado procurará averiguar si vive o no allí el
deudor. Si ya no residiese o trabajase en el domicilio al que se acude y
alguna de las personas consultadas conociese el actual, éste se consignará
en la diligencia negativa de comunicación.
275
Señala la LEC que “en los casos en que el demandante (acreedor) manifestare
que le es imposible designar un domicilio o residencia del demandado (deudor), a
efectos de su personación, se utilizarán los medios oportunos para averiguar esas
circunstancias, pudiendo dirigirse, en su caso, a los Registros, organismos, Colegios
profesionales, entidades y empresas a que se refiere el apartado 3 del artículo 155. Al
recibir estas comunicaciones, los Registros y organismos públicos procederán conforme
a las disposiciones que regulen su actividad. En ningún caso se considerará imposible la
designación de domicilio a efectos de actos de comunicación si dicho domicilio constara
185
acuerdo al art. 161 –articulo al cual se remite el art. 815-, deberá procederse
de conformidad con lo establecido en el artículo 156, el cual señala que
podrá llevarse a cabo la comunicación a través de edictos276.
186
CALAMANDREI278, “el Estado considera, sin más, como comprobados los
hechos no contradichos, no ya porque la simple afirmación unilateral sea de
por sí motivo suficiente de certeza, sino porque es argumento indirecto de
certeza (o, si se prefiere decir así, argumento para no indagar si los hechos
son verdaderos o no) la falta de reacción contra la afirmación.”.
278
CALAMANDREI, Piero. op. cit. pp. 62 y 63.
279
En este sentido, señala la jurisprudencia que “La remisión del artículo 815 de
la LEC al artículo 161 de esa norma establece un sistema de notificación personal,
directo y efectivo, incompatible (salvo reclamaciones de la Ley de Propiedad
Horizontal) con la notificación edictal que la generalidad de la doctrina estima útil y
derecho pero que en este caso no es aconsejable habida cuenta las graves consecuencias
que a la inacción del deudor, consecuente al requerimiento le asigna la Ley, por ello y
con independencia de las dudas que suscita la admisibilidad del recurso y en aras de dar
cumplida respuesta al debate entablado se debe desestimar el recurso (SAP Sevilla,
Secc. 8ª, de 21 de Julio de 2004)”.
187
monitorio le basta al acreedor con rendir un principio de prueba para
obtener un titulo ejecutivo.
280
Prescribe esta norma que “en las reclamaciones de deuda a que se refiere el
número 2.º del apartado 2 del artículo 812, la notificación deberá efectuarse en el
domicilio previamente designado por el deudor para las notificaciones y citaciones de
toda índole relacionadas con los asuntos de la comunidad de propietarios. Si no se
hubiere designado tal domicilio, se intentará la comunicación en el piso o local, y si
tampoco pudiere hacerse efectiva de este modo, se le notificará conforme a lo dispuesto
en el artículo 164 de la presente Ley (notificación por edictos)”. La justificación para la
procedencia de la notificación por edictos en esta hipótesis es el incumplimiento por
parte del deudor de la carga impuesta por el art. 9 LPH de designar un domicilio para
que allí se le practiquen las notificaciones y citaciones de toda índole relacionadas con la
comunidad.
188
requerimiento; de modo que la remisión que se realiza al artículo 161.4,
entiende la doctrina que excluye por ser contraria a la naturaleza del
monitorio especialmente cuando dichas averiguaciones se prevén como
requisitos previos a la posibilidad de utilizar la notificación edictal,
absolutamente indebida en este proceso…”281. Asimismo, otras sentencias,
como la de la AP de Guipúzcoa, de 3 de Diciembre de 2004, concuerda con
la inadmisibilidad de la notificación edictal, en virtud del, “carácter
excepcional del principio sobre el que se asienta el proceso monitorio:
presumir que el demandado reconoce el crédito que se le reclama por su
silencio, exige tener certeza de que dicho silencio se ha producido de
manera voluntaria, y eso sólo se logra después de tener constancia de que el
mandato (requerimiento) de pago se ha efectuado personalmente. Y dicha
certeza no se obtiene mediante la vía edictal, que se sustenta sobre la ficción
de considerar que el deudor ha tenido conocimiento del requerimiento con
su mera exposición en el tablón de anuncios del Juzgado, o, en su caso, en
el Boletín Oficial o periódico correspondiente…”.
281
SAP Segovia, Secc. Única, de 31 de Julio de 2002.
282
A favor del requerimiento de pago vía edictos, entre otras, SAP Badajoz,
Secc. 2ª, de 03 de Marzo de 2004, basada en la literalidad de los arts. 815 y 161 y en que
“la Ley no contempla excepción ni matización alguna”; SAP Sevilla, Secc. 5ª de 07 de
Julio de 2004.
189
7.- Pago de la cantidad reclamada
Así, una vez requerido el deudor, dentro del plazo de veinte días,
tiene la opción de no hacer nada, de formular oposición o de pagar,
correspondiendo en este ultimo caso el archivo de las actuaciones y el
término del monitorio, siempre y cuando este pago sea por el total de la
deuda y de los intereses reclamados.
190
Así, prescribe el art. 817 LEC que “si el deudor atendiere el
requerimiento de pago, tan pronto como lo acredite, se le hará entrega de
justificante de pago y se archivarán las actuaciones.”, estableciendo
entonces que el deudor podrá satisfacer extraprocesalmente la deuda, lo
cual se hace mediante el pago de la deuda, pago que podrá hacerse
directamente al acreedor (por ejemplo depositándole la suma reclamada en
su cuenta corriente) o consignado la cantidad debida ante el Tribunal.
191
procedimiento (que de acuerdo a lo señalado por algunos autores283 se
encuentra en la fase de jurisdicción voluntaria).
283
En tal sentido, GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit.
t. II., y CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 190p., quien indica que es el órgano jurisdiccional quien
deberá “poner punto y final así a un procedimiento de naturaleza no jurisdiccional (a
diferencia de cuando se dicta por el juez un auto despachando ejecución…)”.
192
procedimientos especiales regulados en el libro IV”284, interpretación que a
nosotros también nos parece la más adecuada.
Otra sentencia, esta vez del año 2005, señaló que no procedían las
costas por ser equiparable el pago voluntario en el monitorio al
allanamiento. En concreto, indicó que “en el juicio monitorio, el pago del
deudor tras el requerimiento judicial puede equipararse a un allanamiento,
en el que el demandado, no sólo reconoce ser debida la cantidad reclamada,
sino que además hace pago de la misma, evitando así la continuación del
procedimiento. En este caso es de aplicación lo dispuesto sobre costas para
el caso de allanamiento en el art. 395 LEC, al establecer que la regla general
será la no imposición de costas, salvo que el tribunal, razonándolo
debidamente, aprecie mala fe en el demandado”285.
284
SAP Barcelona, Secc. 14ª, de 10 de Junio de 2002. A la misma conclusión,
aunque por un camino diferente, llega la SAP Zaragoza, Secc. 5ª, de 22 de Marzo de
2002, que señaló que “el legislador, para el supuesto de pago prescinde (no lo necesita)
completamente de la regulación de las costas, limitándose a ordenar el archivo de las
actuaciones. No hay en la norma legal laguna ni omisión del legislador que necesite de
integración interpretativa.”.
285
SAP Santa Cruz de Tenerife, Secc. 1ª, de 11 de Abril de 2005.
193
mala fe no admite prueba en contrario…”, por lo tanto, si equiparamos el
pago voluntario dentro del monitorio al allanamiento, debemos concluir
que, si antes de presentar la petición inicial el acreedor requirió de pago
extrajudicialmente al deudor y este ultimo no pagó, el juez deberá condenar
en costas al deudor requerido, no obstante haber pagado de forma voluntaria
dentro del proceso monitorio incoado por el acreedor.
286
SAP Cádiz, Secc. 1ª, de 30 de Septiembre de 2003.
194
Por el contrario, si al pago parcial sigue oposición por el resto
insoluto, deberá seguirse el procedimiento declarativo ordinario o verbal
que corresponda en razón de la cuantía de la parte no satisfecha.
8.1.-Consideraciones previas
287
El titulo ejecutivo que se crea en el monitorio es el auto de despacho de
ejecución que hemos señalado, y que, de acuerdo a la terminología del art. 816, seria una
especie de sentencia de condena que lleva aparejada la ejecución (FUGARDO
ESTIVILL, Josep M. El carácter ejecutivo de las minutas notariales y regístrales al
amparo del art. 517.2.9° LEC. La Notaría. [1-2]: 21-110. Enero 2004)
288
CHIOVENDA, Giuseppe. Principios de Derecho Procesal Civil, trad. Casais y
Santaló. Madrid, Reus. 1922. t. I.
195
la ley como equivalente al conocimiento en esta equiparación”, y es el
silencio del deudor, unido al principio de prueba de la deuda que aportó el
acreedor al iniciar al monitorio (siendo el silencio del deudor el elemento
decisivo), lo que justifica que el juez despache ejecución en contra del
deudor.
289
VERGER GRAU, Joan. La rebeldía en el arbitraje. Anuario de justicia
alternativa, (2): 63-102, Febrero 2001.
290
Art. 496.2 LEC: “La declaración de rebeldía no será considerada como
allanamiento ni como admisión de los hechos de la demanda, salvo los casos en que la
ley expresamente disponga lo contrario”.
196
fase (post litem contestatam) se producía el abandono o la desertio,
quedándole sólo la acción de restitutio in integrum por causa de
inimputabilidad o fuerza mayor que pudiera justificar su ausencia. También
en el monitorio, la ausencia del deudor en la comparecencia y su falta de
pago u oposición da lugar a un auto despachando la ejecución de la deuda”.
Una vez que el juez constate que no se produjo oposición dentro del
plazo de veinte días, deberá de oficio –y en el menor tiempo posible-, dictar
una resolución, con forma de auto, en la cual se le ponga fin al proceso
monitorio y se ordene el archivo de las actuaciones, y se despache ejecución
en contra del deudor.
291
SAP Cádiz, Secc. 8ª, de 13 de Enero de 2004.
197
los procesos civiles de ejecución en los libros de los Juzgados y Tribunales,
que en su artículo quinto dispone que "en los casos en que se despache
ejecución por falta de oposición en un proceso monitorio o cambiario, a
efectos estadísticos, se dará por terminado el proceso y se registrará la
correspondiente ejecución". Significa, pues, que en la misma resolución que
se decreta el archivo, se ha de acordar la incoación, con testimonio del auto
despachando ejecución, del correspondiente proceso de ejecución forzosa, y
todo ello ha de operar de oficio por el propio órgano judicial, sin necesidad
de petición de parte mediante la interposición de la correspondiente
demanda ejecutiva en un momento posterior ni presentación de escrito
alguno”
292
Prescribe el art. 699.1 ZPO que “en base al requerimiento de pago, el órgano
jurisdiccional emite a instancia de parte un mandato de ejecución cuando el deudor no
ha formulado oposición dentro de plazo…”, dejando bastante claro que no puede de
oficio el juez despachar ejecución, sino que se requiere instancia de parte
293
En contra GÓMEZ AMIGO, Luís. La introducción del proceso monitorio en
el sistema procesal español. Actualidad Civil. (38): 1175 – 1212, Octubre 1999.
198
En el mismo sentido, la jurisprudencia ha señalado que el art. 816.1
“no establece la necesidad de que se deba plantear demanda ejecutiva
posterior al monitorio, ni que se deba presentar escrito alguno a tal efecto.
El precepto declara que el juzgado ‘dictará auto en el que despachará
ejecución por la cantidad adeudada’, por lo que no es necesario instar nueva
demanda ejecutiva, sino que simplemente el tribunal debe dictar auto por el
que se despacha la ejecución. En resumen, si el requerido no comparece o
no paga, se produce el despacho de ejecución en su contra por la cantidad
adeudada. El proceso monitorio sería así un proceso especial de naturaleza
ejecutiva en cuyo seno se permite la rápida creación del ‘titulus
executionis’294 del que carece el acreedor, dando lugar a un proceso de
294
De acuerdo a autores como GÓMEZ AMIGO, Luís op. cit.1200p., es el
silencio del deudor el que otorga fuerza ejecutiva al mandato de pago, y que el título
ejecutivo estaría “formado por el mandato de pago, emitido con base en la apariencia de
la deuda, y la declaración del juez de la ejecutoriedad del mismo, una vez que haya
constatado que en el plazo de veinte días, ni ha pagado el deudor, ni ha presentado
oposición”. Por su parte, señala LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 214p. que el
mandato de pago es una mera consecuencia procesal de la admisión de la petición
inicial, en cuanto tiene el carácter de provocación para la iniciación de un proceso
contradictorio. En el proceso monitorio simplemente se produce un supuesto de hecho al
que la ley apareja la posibilidad de despachar ejecución. El título ejecutivo está
constituido por la verificación jurisdiccional de la falta de oposición del deudor a la
pretensión que el actor dedujo a través de un proceso monitorio y esta verificación
consta en el auto por el que se despacha ejecución. Asimismo, puesto que el proceso
monitorio tiene una eficacia equivalente a una sentencia de condena, entendemos que el
crédito reclamado a través del proceso monitorio se alcanzará en virtud de la falta de
oposición del deudor y que el despacho de la ejecución gozará de la preferencia que la
letra B) del ordinal 3.° del artículo 1924 del CC otorga a los créditos que consten en
sentencia firme. La acreditación de dicha preferencia se logrará mediante la presentación
de un testimonio del auto por el que se despacha ejecución y la fecha que debe hacerse
valer a los efectos de la preferencia que el artículo 1924 del CC otorga, será la del auto
por el que se despachó ejecución, no la de la providencia que ordenó el requerimiento de
pago.
199
ejecución de sentencias. Esta tesis se corrobora con el art. 816.2 LEC que
establece que ‘despachada ejecución, proseguirá ésta conforme a lo
dispuesto para la de sentencias judiciales”295.
200
que se regulará por las normas establecidas para la ejecución de
resoluciones judiciales, pudiendo formularse por el deudor-ejecutado la
oposición prevista en el art. 556 LEC297 para estos casos, la cual es limitada
frente a la prevista en el art. 557 para la ejecución fundada en títulos
ejecutivos no judiciales ni arbitrales.
297
Art. 556. 1 y 2. Oposición a la ejecución de resoluciones judiciales o arbitrales
y de transacciones y acuerdos aprobados judicialmente: “1. Si el título ejecutivo fuera
una sentencia o una resolución judicial o arbitral de condena o que apruebe transacción o
acuerdo logrados en el proceso, el ejecutado, dentro de los diez días siguientes a la
notificación del auto en que se despache ejecución, podrá oponerse a ella por escrito
alegando el pago o cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, que habrá de justificar
documentalmente.
También se podrá oponer la caducidad de la acción ejecutiva y los pactos y
transacciones que se hubieren convenido para evitar la ejecución, siempre que dichos
pactos y transacciones consten en documento público.
2. La oposición que se formule en los casos del apartado anterior no suspenderá
el curso de la ejecución.”
201
declarativo para solicitar la devolución de lo que se hubiese obtenido en la
ejecución despachada”298. Este mismo autor señala en nota al pie de página
que el art. 1479 de la antigua LEC de 1881 prescribía que las sentencias
dictadas en los juicios ejecutivos no producían la excepción de cosa
juzgada, quedando así a salvo el derecho de quienes fueron parte del mismo
para promover juicio ordinario sobre la misma cuestión. Esta es una
diferencia con el juicio monitorio, pues, prescribe el art. 816.2 que
“Despachada ejecución, proseguirá ésta conforme a lo dispuesto para la de
sentencias judiciales, pudiendo formularse la oposición prevista en estos
casos, pero el solicitante del proceso monitorio y el deudor ejecutado no
podrán pretender ulteriormente en proceso ordinario la cantidad reclamada
en el monitorio o la devolución de la que con la ejecución se obtuviere”299.
Es decir, la ejecución que se despacha en el proceso monitorio ante la
inactividad del deudor requerido produce plenos efectos de cosa juzgada.
202
Continuando con el tema de la oposición del deudor-ejecutado, señala
un autor300 que no debe admitirse de ninguna forma en la ejecución
subsiguiente al monitorio la oposición prevista en el art. 557 LEC (aquella
fundada en títulos no judiciales ni arbitrales), so pena de incurrir en una
muy grave incorrección teórica al asimilar el proceso monitorio a un juicio
ejecutivo y no a un proceso declarativo especial como realmente es.
300
En tal sentido, CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en
la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. 198p.
203
5.º El contenido del requerimiento de pago que deba hacerse al
deudor, en los casos en que la ley establezca este requerimiento.”.
301
En el mismo sentido, GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil.
op. cit. t. II.
204
excepción de los extraordinarios que procedería en contra de cualquier
sentencia firme302.
302
En igual sentido, CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio
en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. pp. 199 y 200.
No obstante, alguna jurisprudencia ha admitido en contra de este auto el recurso
de apelación. Entre las sentencias que han admitido la apelación contra esta resolución
podemos mencionar la de la SAP Cádiz, Secc. 8ª, de 13 de Enero de 2004. Al respecto,
señala GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit. t. II, que “son muy
numerosos los casos en que se ha admitido (indebidamente a mi juicio) a trámite el
recurso de apelación contra este auto, e incluso se ha estimado y anulado la resolución
impugnada por las Audiencias Provinciales.
303
En tal sentido, SAP Cádiz, Secc. 2ª, de 02 de Febrero de 2004.
304
Serian aplicables en este supuesto las disposiciones contempladas en el art.
556.1 y 2, que prescriben: “1. Si el título ejecutivo fuera una sentencia o una resolución
judicial o arbitral de condena o que apruebe transacción o acuerdo logrados en el
proceso, el ejecutado, dentro de los diez días siguientes a la notificación del auto en que
se despache ejecución, podrá oponerse a ella por escrito alegando el pago o
cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, que habrá de justificar documentalmente.
205
En definitiva, el auto que despacha ejecución, es el titulo ejecutivo
que resultará de la falta de oposición al requerimiento de pago, debiendo el
tribunal dictar de oficio esta resolución una vez que comprueba el
transcurso del plazo sin que se haya opuesto el deudor.
206
8.3.- Efectos del auto que despacha ejecución
307
En igual sentido, LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 221p.
308
SAP Toledo, Secc. 1ª, de 20 de Febrero de 2002. En el mismo sentido, SAP
La Rioja, Secc. 1ª, de 08 de Junio de 2004.
207
ejecutivo, sino uno declarativo que lo que pretende es la obtención de un
título ejecutivo con plenos efectos de cosa juzgada”.
Este efecto está además recogido en la EM, que señala su ap. XIX
que “si el deudor no comparece o no se opone, se despacha ejecución según
lo dispuesto para las sentencias judiciales. En el seno de esta ejecución
forzosa cabe la limitada oposición prevista en su lugar, pero con la
particularidad de que se cierra el paso a un proceso ordinario en que se
reclame la misma deuda o la devolución de lo que pudiera obtenerse en la
ejecución derivada del monitorio. Este cierre de las posibilidades de litigar
es conforme y coherente con la doble oportunidad de defensa que al deudor
le asiste y resulta necesario para dotar de eficacia al procedimiento
monitorio”.
208
intereses, declarando el mencionado autor que “no plantea dudas el devengo
del interés legal del dinero ni el que corresponda por disposición legal
especial, pero no podemos decir lo mismo de la alusión al interés
convencional o pactado. Es evidente que el interés pactado se devenga
conforme a lo convenido por las partes, pero de una lectura conjunta del art.
816 y 576 del Proyecto LEC parece obtenerse una interpretación distinta, en
el sentido de que el interés pactado se devengará ‘desde’ que se dicte el auto
despachando ejecución y no desde el momento en que, según los
particulares acuerdos de las partes, deba computarse. Entendemos que la
interpretación literal de ambos preceptos debe ser corregida para el supuesto
de intereses convencionales o contractuales, en aras de evitar un resultado
contrario al pacto de intereses. En conclusión, le deuda devengará a favor
del peticionario los intereses que, según lo pactado, le correspondan, y sólo
para el supuesto de ausencia de pacto se aplicará el devengo a partir de que
sea dictado auto despachando ejecución”309.
309
TORIBIOS FUENTES, Fernando. op. cit.
209
defensa consagrado constitucionalmente, el otorgar al deudor requerido de
pago una oportunidad para impugnar la supuesta deuda, ya sea por motivos
procesales (p. ej. incompetencia del órgano jurisdiccional) o de fondo (p. ej.
cumplimiento de la obligación).
310
Señala CALAMANDREI, Piero. op. cit. 25p., que “el juicio sobre la
oportunidad de abrir el contradictorio y, por consiguiente, la iniciativa de provocarlo,
debe dejarse a la parte en cuyo interés el principio del contradictorio tiene inicialmente
vigor, esto es, al demandado”.
210
Es destacable que en España, la simple oposición derriba y resta
eficacia al requerimiento de pago, siguiendo así la técnica del monitorio
alemán (puro) y no del italiano (documental)311.
311
Una de las razones para señalar que el monitorio español tiene un carácter
intermedio entre el “puro” y el “documental” es que, como señala CALAMANDREI, es
que, en los procedimientos “puros”, la oposición “hace caer en la nada la orden de pago,
de manera que el juicio en contradictorio, que puede eventualmente desarrollarse en
merito de tal oposición, no se dirige a decidir si la orden de pago debe ser revocada o
mantenida, sino a decidir ex novo sobre la originaria acción de condena, como si la
orden de pago no hubiera sido nunca emitida (CALAMANDREI, Piero. op. cit. 33p.)”
en cambio, en los “documentales”, la oposición, en lugar de hacer caer en la nada la
orden de pago como ocurre en el procedimiento monitorio puro ‘suspende la eficacia
ejecutiva de la inyunción’, de suerte que el juicio en contradictorio al cual la oposición
da lugar, se dirige a decidir si debe mantenerse o si debe revocarse la inyunción
(CALAMANDREI, Piero. op. cit. 44p.)
312
Art. 648 CPCi: Esecuzione provvisoria in pendenza di opposizione. “Il
giudice istruttore, se l'opposizione non è fondata su prova scritta o di pronta soluzione,
può concedere, con ordinanza non impugnabile, l'esecuzione provvisoria del decreto,
qualora non sia stata concessa a norma dell'art. 642.
Deve in ogni caso concederla, se la parte che l'ha chiesta offre cauzione per
l'ammontare delle eventuali restituzioni, spese e danni”.
211
jurisprudencia ha señalado que no obstante el acreedor ofrezca caución, no
esta obligado el juez a conceder la ejecución provisional).
313
Art. 642 CPCi: Esecuzione provvisoria. “Se il credito è fondato su cambiale,
assegno bancario, assegno circolare, certificato di liquidazione di borsa, o su atto
ricevuto da notaio o da altro pubblico ufficiale autorizzato, il giudice, su istanza del
ricorrente, ingiunge al debitore di pagare o consegnare senza dilazione, autorizzando in
mancanza l'esecuzione provvisoria del decreto e fissando il termine ai soli effetti
dell'opposizione.
L'esecuzione provvisoria può essere concessa anche se vi è pericolo di grave
pregiudizio nel ritardo, ma il giudice può imporre al ricorrente una cauzione.
In tali casi il giudice può anche autorizzare l'esecuzione senza l'osservanza del
termine di cui all'art. 482”.
212
actor, no puede desaparecer mientras en el juicio de oposición el
demandado no haya, a su vez, dado prueba de sus excepciones”314, por eso,
“la oposición interpuesta dentro de término no quita a la inyunción la
posibilidad de llegar a ser ejecutiva, sino que tiene simplemente el efecto de
postergar, hasta el pronunciamiento de la sentencia que decidirá sobre la
oposición, el estado de pendencia de la condición”315.
213
Si bien una primera lectura del citado precepto podría dar a entender
que el acto de oposición automáticamente transforma el proceso monitorio
en un juicio declarativo verbal u ordinario –según corresponda por la
cuantía de la deuda-, lo anterior solo es parcialmente cierto, toda vez que la
transformación automática del juicio monitorio al juicio declarativo
correspondiente solo opera en un caso.
316
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit. t. II.
214
contrario, se transformara el monitorio automáticamente en un juicio
declarativo ordinario (“ordinario” en sentido amplio).
317
Al indicar la ley que si dentro del plazo de un mes el acreedor no interpone la
demanda en juicio ordinario se sobreseerán las actuaciones, pareciera que da a entender
que el proceso monitorio solo finaliza una vez que se interpone la demanda. Sin
embargo, no debemos olvidar que el art. 818.1 señala que “si el deudor presentare
escrito de oposición dentro de plazo, el asunto se resolverá definitivamente en juicio que
corresponda, teniendo la sentencia que se dicte (en el nuevo juicio) autoridad de cosa
juzgada”, indicándonos así que la oposición del deudor pondrá término a proceso
monitorio.
318
No está demás señalar que la no interposición de la demanda dentro del plazo
estipulado (y el consecuente sobreseimiento de las actuaciones) no significa de ninguna
manera la renuncia del acreedor a su derecho de crédito, es decir, la no interposición de
215
Antes de continuar, debemos aclarar que si bien la LEC en el art.
818.2, al hablar de la “cuantía de la pretensión”, da a entender que es la
cuantía de la deuda reclamada en la petición inicial el elemento que
determinara si el juicio declarativo posterior a la oposición será verbal u
ordinario, una segunda lectura nos hace pensar que es la cuantía de la
oposición, es decir, de la suma no reconocida como debida lo que
determinara el proceso declarativo posterior que corresponda. En efecto, si
el deudor reconoce como debida una parte de la deuda pero se opone al
resto, la pretensión la constituirá la cantidad no reconocida. Así por. ej., si
en la petición inicial se reclaman 20.000 euros, y el deudor, alegando
pluspetición, reconoce deber 19.500 –oponiéndose por lo tanto en 500
euros-, el procedimiento que seguirá al monitorio será el verbal, que es el
que corresponde con la cuantía de la oposición. Por eso, en lo sucesivo,
hablaremos indistintamente de la “cuantía de la deuda o pretensión” o de la
“cuantía de la oposición”, pues entendemos que si el deudor se opone solo a
una parte de la deuda, la pretensión o deuda reclamada en el juicio ordinario
subsiguiente se reduce a esa suma.
216
y procurador cuando su intervención fuere necesaria por razón de la cuantía,
según las reglas generales”, es decir, deberá ir firmado por abogado y
procurador cuando la cuantía del proceso exceda de 900 euros319.
319
Dispone el art. 23 LEC que “1. La comparecencia en juicio será por medio de
procurador legalmente habilitado para actuar en el tribunal que conozca del juicio. 2. No
obstante lo dispuesto en el apartado anterior, podrán los litigantes comparecer por sí
mismos: 1.º En los juicios verbales cuya cuantía no exceda de 900 euros y para la
petición inicial de los procedimientos monitorios, conforme a lo previsto en esta Ley…”.
Por su parte, señala el art. 31 LEC que “1. Los litigantes serán dirigidos por abogados
habilitados para ejercer su profesión en el tribunal que conozca del asunto. No podrá
proveerse a ninguna solicitud que no lleve la firma de abogado. 2. Exceptúanse
solamente: 1.º Los juicios verbales cuya cuantía no exceda de 900 euros y la petición
inicial de los procedimientos monitorios, conforme a lo previsto en esta Ley”.
320
El art. 11.3 LOPJ prescribe que “3. Los Juzgados y Tribunales, de
conformidad con el principio de tutela efectiva consagrado en el art. 24 de la CE,
deberán resolver siempre sobre las pretensiones que se les formulen, y sólo podrán
desestimarlas por motivos formales cuando el defecto fuese insubsanable o no se
subsanare por el procedimiento establecido en las leyes”. El art. 243.3 y 4 del mismo
cuerpo legal disponen “3. El juzgado o tribunal cuidará de que puedan ser subsanados
los defectos en que incurran los actos procesales de las partes, siempre que en dichos
actos se hubiese manifestado la voluntad de cumplir los requisitos exigidos por la ley. 4.
Los actos de las partes que carezcan de los requisitos exigidos por la ley serán
subsanables en los casos, condiciones y plazos previstos en las leyes procesales”. El art.
231 LEC por su parte prácticamente repite lo señalado en el art. 243.3 LOPJ.
321
Art. 418.1 LEC: “ Cuando el demandado haya alegado en la contestación o el
actor aduzca en la audiencia defectos de capacidad o representación, que sean
217
aunque existe alguna jurisprudencia que lo ha fijado también en cinco
días322.
218
deudor de poner fin al proceso monitorio y, si el acreedor así lo desea323,
discutir la deuda en el proceso declarativo ordinario que corresponda; y, es
a partir de esta premisa que construiremos nuestra tesis acerca de la
motivación de la oposición y de la vinculación existente entre el proceso
monitorio y el eventual juicio ordinario posterior.
323
Decimos que la voluntad del deudor es discutir en un proceso ordinario la
deuda “si el acreedor así lo desea”, por que, en sentido estricto, no es el deudor quien
origina con su oposición el proceso declarativo posterior, sino que será el acreedor quien
deberá interponer una demanda para dar origen al juicio ordinario en el que se debatirá
la deuda. En cuanto al juicio verbal, pensamos que es la propia ley la que le dará origen
una vez reunidos los requisitos, pero incluso en el juicio verbal puede el acreedor no
comparecer, en cuyo caso tampoco habrá un debate en contradictorio.
Todo lo anterior se ve reforzado por cuanto las partes en el juicio ordinario
posterior mantienes sus respectivas calidades, es decir, el sujeto activo del monitorio
mantiene tal calidad en el juicio ordinario posterior, al igual que el pasivo. Es decir, no
se invierte el rol que a cada uno le corresponde en la relación jurídica procesal, ni
tampoco se invierte la carga de la prueba en el juicio ordinario posterior.
219
deudor ha cumplido el mandato legal de alegación de la causa de su
negativa”324.
220
instaurar el debate contradictorio entre las posturas de las partes”, y cuya
eficacia enervante del monitorio y la consiguiente transformación de este en
un proceso ordinario quedan supeditados “a la simple proposición en forma
de la oposición con un mínimo fundamento que no pueda ser considerado ni
abusivo ni fraudulento”, puesto que los vehículos por los cuales se
manifestara la contradicción entre las diferentes posturas serán la demanda
y su contestación -tratándose del juicio ordinario-, o las declaraciones de los
representantes de las partes –en la vista del juicio verbal-326.
326
En el mismo sentido, GÓMEZ AMIGO, Luís. La introducción del proceso
monitorio en el sistema procesal español. Actualidad Civil. (38): 1175 – 1212, Octubre
1999.
327
CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 209p.
221
a) De no exigirse esta mínima motivación, la oposición se presentaría
como un formidable medio para dilatar el pago de una deuda legitima, lo
cual sería constitutivo de fraude o abuso procesal, de acuerdo con los arts.
11 LOPJ y 247 LEC328 e iría en contra del deseo expresado por el legislador
en la EM de dar una protección rápida y eficaz al crédito dinerario.
328
Dispone el art. 247.1 y 2: “1. Los intervinientes en todo tipo de procesos
deberán ajustarse en sus actuaciones a las reglas de la buena fe. 2. Los tribunales
rechazarán fundadamente las peticiones e incidentes que se formulen con manifiesto
abuso de derecho o entrañen fraude de ley o procesal”.
329
Prescribe el art. 818.1 LEC, en su inciso 3º, que “si la oposición del deudor se
fundara en la existencia de pluspetición, se actuará respecto de la cantidad reconocida
como debida…”.
222
dejar sin efecto el requerimiento de pago, debe ofrecerse por parte del
deudor al menos una mínima fundamentación de las razones por las cuales
no debe, en todo o en parte, la cantidad que se le pretende cobrar a través
del monitorio.
223
motivos en que se basa el deudor para oponerse al requerimiento de pago, y
que este (el deudor) no queda vinculado en el juicio ordinario posterior a los
motivos alegados en la oposición. A mayor abundamiento, en el juicio
ordinario posterior ni siquiera se invierte la carga de la prueba,
correspondiéndole al acreedor – demandante la carga de probar su derecho
de crédito.
330
Precisamente este podría ser un argumento para quienes sostienen que se trata
de un proceso perteneciente a la jurisdicción voluntaria. Si es voluntaria, no debe
224
Incluso, creemos que un escrito de oposición en que no se alegue
ninguna razón para oponerse (p. ej. aquel en que solo se dice “no debo
nada”) tampoco puede ser desechado de inmediato por el juez, toda vez que
en la falta de oposición existe inactividad del deudor, en cambio, si este
presenta un escrito de oposición en el cual no se exponen las razones, hay
algo más que una inactividad, pues evidencia la intención de no admitir la
deuda y de discutirla en el juicio declarativo ordinario que corresponda331.
exigirse fundamentación. Esto se asemeja a lo que ocurre hoy en Chile con la gestión
preparatoria de confesión de deuda, en que basta con negar la deuda –sin necesidad de
justificar el motivo- para que se dé por terminada la gestión.
331
Es por esto que pensamos que hubiese sido mejor adoptar el criterio seguido
por la legislación alemana, que admite que se presente oposición sin ninguna clase de
formalidad y sin requerir tampoco motivación expresa (CORREA DELCASSO, Juan
Pablo. El proceso monitorio. op. cit 188p. y GOLDSCHMIDT, James. Derecho procesal
civil op. cit. 465p.), bastando con un simple “me opongo” (o en Chile “niego la deuda”)
para que la oposición se considere como validamente interpuesta y pueda ser acogida
(CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso monitorio en la nueva Ley de
Enjuiciamiento Civil. op. cit. 209p.). En igual sentido, en la PRE se ha establecido que
basta con la simple presentación del escrito de oposición para que el asunto se resuelva
en juicio ordinario (arts. 11.1 y 12 PRE), e incluso, prescribe que basta en el escrito de
contestación que el demandado indique claramente si impugna la totalidad o parte de la
deuda, pero que “no estará obligado a motivar su oposición” (art. 7.2 PRE).
225
voluntad de impugnar la deuda, por lo que podría aplicarse lo dispuesto en
el art. 231 LEC332, el cual permite al tribunal dar una oportunidad a las
partes para subsanar los defectos de sus actos procesales en aquellos casos
en que se hubiere manifestado la voluntad de cumplir los requisitos
señalados por la ley.
332
Dispone el mencionado art. 231 LEC que “El tribunal cuidará de que puedan
ser subsanados los defectos en que incurran los actos procesales de las partes, siempre
que en dichos actos se hubiese manifestado la voluntad de cumplir los requisitos
exigidos por la ley”.
333
RAMOS ROMEAU, Francisco. Apuntes tomados por el autor en la
conferencia sobre reformas al proceso civil español dictada por el citado profesor en la
Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Santiago, 2005.
334
SAP Cádiz, Secc. 3ª, de 29 de Abril de 2002.
226
9.5.- Motivos de oposición al requerimiento de pago
335
En el mismo sentido, CORREA DELCASSO, Juan Pablo. El proceso
monitorio en la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil. op. cit. pp. 219 y 220, GÓMEZ
AMIGO, op. cit., MENDEZ, R.M. y VILLALTA, A.E. op. cit. pp. 26 – 31.
336
De acuerdo a CARREIRA ALVIM, José Eduardo. Ação Monitória e Temas
Polêmicos da Reforma Processual [libro electrónico]. 4ª ed. Rió de Janeiro. Forense,
2004, este es el mismo criterio que sigue el derecho brasilero.
337
MENDEZ, R.M. y VILLALTA, A.E. op. cit. 26p.
227
En cuanto a la oposición por pluspetición338, la LEC dispone una
regulación específica en el inc. 3º del art. 818.1, que prescribe que “Si la
oposición del deudor se fundara en la existencia de pluspetición, se actuará
respecto de la cantidad reconocida como debida conforme a lo que dispone
el apartado segundo del artículo 21 de la presente Ley”.
Pues bien, esta remisión que hace el art. 818. al art. 21.2339 LEC
significa que la oposición basada en pluspetición equivale a un allanamiento
parcial del deudor respecto de la cantidad que se reconoce como debida, y
por lo tanto, en este supuesto el Tribunal deberá dictar un auto que acceda
al allanamiento respecto de la cantidad reconocida como debida, el cual será
ejecutable, y, por proceder de oficio en el monitorio el despacho de la
338
Por pluspetición debemos entender “petición o reclamación de más de lo
debido” o “Exceso o demasía de la demanda” (CABANELLAS DE TORRE, Guillermo.
op. cit. 308p.). COUTURE por su parte, señala que “plus petitio” es una locución latina
que se utiliza para denotar el exceso del que ha pedido en juicio más de lo que le
pertenece (COUTURE, Eduardo J. Vocabulario jurídico. 6ª reimpresión, Buenos Aires,
Depalma, 1997. 460p.).
339
Dispone el art. 21.2 LEC: “Cuando se trate de un allanamiento parcial el
tribunal, a instancia del demandante, podrá dictar de inmediato auto acogiendo las
pretensiones que hayan sido objeto de dicho allanamiento. Para ello será necesario que,
por la naturaleza de dichas pretensiones, sea posible un pronunciamiento separado que
no prejuzgue las restantes cuestiones no allanadas, respecto de las cuales continuará el
proceso. Este auto será ejecutable conforme a lo establecido en los artículos 517 y
siguientes de esta Ley”.
228
ejecución, no es necesario esperar a que el acreedor solicite que se dicte
auto de allanamiento parcial y pida luego su ejecución340.
229
el se expresen los motivos de oposición, limitándose a comprobar su
seriedad y legalidad, debiendo ser admitidos cuando otorguen un mínimo
apoyo a la postura del demandado.
230
apercibimiento de que si no lo hace se sobreseerán las actuaciones y se lo
condenará en costas.
343
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit. t. II.
344
No obstante, un sector muy minoritario de la jurisprudencia ha rechazado las
oposiciones a través de providencias, recurribles de reposición, siendo luego
posteriormente apelable el auto que resuelve la reposición. Ver en tal sentido SAP
Cádiz, Secc. 4ª, de 18 de Marzo de 2003.
345
Un autor que trata el tema de la procedencia de recursos e contra del auto que
no admite la oposición es TORIBIOS FUENTES, Fernando. op. cit., quien señala que
“si el escrito de oposición no cumple los requisitos formales y materiales expuestos, no
será admitido y provocará la prosecución del procedimiento, dictándose auto
despachando ejecución, todo ello sin perjuicio del recurso de reposición (art. 454) que
contra la resolución inadmitiendo el escrito de oposición se pueda interponer.
Nuevamente se plantea aquí el problema antes estudiado respecto de la irrecurribilidad
del auto resolutorio del recurso de reposición, con el problema añadido de la posibilidad
del deudor, al que no se ha admitido la oposición, de recurrir en apelación el auto
231
que un recurso es una acción), la revisión ( también es una acción)346, etc.
232
CAPITULO V
348
Dispone el art. 437.1 LEC que la demanda sucinta es aquella “…en la que se
consignarán los datos y circunstancias de identificación del actor y del demandado y el
domicilio o los domicilios en que pueden ser citados, y se fijará con claridad y precisión
lo que se pida”.
233
transformándose en este proceso el acreedor peticionario en demandante y
el deudor requerido en demandado.
349
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho procesal civil. op. cit. t. II.
350
MICHELI, Gian Antonio. La carga de la prueba, trad. de Sentís Melendo.
Bogotá, Temis, 1989. 426p. En el mismo sentido, LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit.
246p., quien señala que “…en el posterior proceso ordinario que con la oposición se
provoca, el acreedor ostentará la condición de actor y el deudor la de demandado”.
351
Entendemos por demanda el acto jurídico procesal del sujeto activo, por el
cual somete a la decisión jurisdiccional la resolución de un conflicto de intereses de
relevancia jurídica, pidiéndole al juez que abra proceso y en el dicte una sentencia que
acceda a sus pretensiones.
234
LEC352, sin que se invierta tampoco el papel de las partes, es decir, en este
nuevo proceso el acreedor será el demandante y el deudor el demandado.
352
Art. 399. La demanda y su contenido: “1. El juicio principiará por demanda,
en la que, consignados de conformidad con lo que se establece en el artículo 155 los
datos y circunstancias de identificación del actor y del demandado y el domicilio o
residencia en que pueden ser emplazados, se expondrán numerados y separados los
hechos y los fundamentos de derecho y se fijará con claridad y precisión lo que se pida.
2. Junto a la designación del actor se hará mención del nombre y apellidos del
procurador y del abogado, cuando intervengan.3. Los hechos se narrarán de forma
ordenada y clara con objeto de facilitar su admisión o negación por el demandado al
contestar. Con igual orden y claridad se expresarán los documentos, medios e
instrumentos que se aporten en relación con los hechos que fundamenten las
pretensiones y, finalmente, se formularán, valoraciones o razonamientos sobre éstos, si
parecen convenientes para el derecho del litigante. 4. En los fundamentos de derecho,
además de los que se refieran al asunto de fondo planteado, se incluirán, con la adecuada
separación, las alegaciones que procedan sobre capacidad de las partes, representación
de ellas o del procurador, jurisdicción, competencia y clase de juicio en que se deba
sustanciar la demanda, así como sobre cualesquiera otros hechos de los que pueda
depender la validez del juicio y la procedencia de una sentencia sobre el fondo. 5. En la
petición, cuando sean varios los pronunciamientos judiciales que se pretendan, se
expresarán con la debida separación. Las peticiones formuladas subsidiariamente, para
el caso de que las principales fuesen desestimadas, se harán constar por su orden y
separadamente”.
235
2.- Vinculación entre el proceso monitorio y el ordinario a que da
eventualmente origen la oposición
353
En sentido estricto, lo único que pide el acreedor en el escrito de petición
inicial es el despacho por parte del juez de un requerimiento de pago contra el deudor,
por lo tanto, en lo sucesivo no hablaremos de “pretensiones” sino de los “motivos” o
“razones” esgrimidos por el acreedor para justificar el origen de la deuda.
236
Aún más, es necesario determinar si el proceso monitorio y el
declarativo posterior están o no vinculados, es decir, si son dos procesos
totalmente independientes entre sí.
237
Es decir, pensamos que no se puede adoptar el criterio seguido por el
legislador de Italia, que señala en el art. 647.1 CPCi que si no comparece el
demandado (opositor) en el plazo dispuesto para ello, el tribunal, a simple
requerimiento verbal del acreedor, declarara ejecutivo el requerimiento de
pago dictado previamente en el monitorio. De igual forma, señala el art.
653.1 CPCi que si la oposición se rechaza mediante sentencia pasada en
autoridad de cosa juzgada o provisionalmente ejecutiva, o bien se decreta
por resolución la extinción del proceso, el decreto d’ingiunzione, que aún
no la tuviere, adquirirá eficacia ejecutiva354.
354
Sobre este tema, ver CARNELUTTI, Francesco. Instituciones del proceso
civil. op. cit., t. III.
238
2.3.- Vinculación entre la petición inicial y la posterior demanda
en juicio ordinario
239
En este sentido, la AP de Baleares, en sentencia de Mayo de 2005,
pronunciándose sobre la apelación deducida en un juicio verbal
consecuencia de un monitorio, ha declarado que “debe reseñarse que el
presente juicio verbal trae causa de la oposición formalizada por la parte
demandada a la pretensión actora articulada mediante el correspondiente
juicio monitorio, sin que por las partes ni por el tribunal "a quo" se haya
procurado que consten en el presente juicio verbal los documentos
acompañados con el escrito inicial del monitorio, con olvido de que se trata
de dos procedimientos distintos, de manera que, lo actuado hasta el
momento de la oposición queda sin efecto, sin perjuicio, claro está, de que
las partes al formular la demanda y contestación en el juicio contradictorio
posterior, puedan ratificarse en sus anteriores escritos y solicitar que se
traiga al proceso la prueba documental ya aportada, pues en este juicio
contradictorio no se produce alteración alguna de la carga de alegar los
hechos constitutivos de las respectivas pretensiones y de la carga de
probarlos según se ordena en el artículo 217 de la LEC”355.
355
SAP Baleares, Secc. 3ª, de 23 de Mayo de 2005. ORTELLS RAMOS,
Manuel. op. cit., anota que “no se invierte en el nuevo juicio la carga de la prueba, sino
que existe una inversión del debate de la iniciativa procesal, pero no de las cargas de
alegación y prueba”.
240
realizadas por el deudor en el escrito de oposición). Lo que no puede hacer,
ni en la vista del juicio verbal ni en la demanda en el juicio ordinario es
invocar otros motivos (jurídicos o fácticos) en virtud de los cuales tiene el
crédito en contra del deudor, ni mucho menos podrá alegar nuevas
deudas356.
356
Lo que si es admitido por alguna jurisprudencia es que el acreedor, al deducir
su demanda en juicio ordinario o ratificar su pretensión en el juicio verbal amplíe su
pretensión incluyendo los intereses del principal ya reclamado (En tal sentido, SAP
Cádiz, Secc. 2ª, de 22 de Abril de 2003).
241
probatorios que acrediten más que la mera apariencia del derecho
reclamado357.
357
Al respecto señala LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. 226p. que “la
resolución jurisdiccional que acuerda requerir de pago al deudor no entraña un
pronunciamiento sobre el fondo, la oposición no da lugar a un nuevo enjuiciamiento de
carácter, ahora, definitivo, sino que supone entrar a conocer, por vez primera, del objeto
deducido en el proceso. La resolución definitiva que se dicte en este nuevo proceso no se
fundará ya en el silencio del deudor, sino en lo alegado y probado por las partes en el
juicio ordinario que se siga”. De esta forma, el mencionado autor nos indica que, a
diferencia de la resolución que despacha ejecución en contra del deudor en el monitorio,
resolución que se fundamenta básicamente en la falta de oposición de la parte contra
quien esta dirigida, la resolución definitiva que se dicte en el juicio ordinario, sea esta
absolutoria o condenatoria, se fundamentara en lo alegado y probado por las partes.
358
En tal sentido, ILUSTRE COLEGIO DE PROCURADORES DE
ALICANTE. Criterios que se siguen en algunas cuestiones controvertidas o novedosas
de la LEC [en línea] Alicante, 05 de Septiembre de 2002
http://www.icopal.org/PLEITOSVIRTUAL/jurisprudencia/jurisprudencia23.asp [con-
sulta: 23 Septiembre 2005]. Sobre el mismo tema, ha declaro el ILUSTRE COLEGIO
DE PROCURADORES DE LA CORUÑA. Boletín Mensual Nº 22, Marzo 2000 [en
línea] <http://www.procuradores-coruna.com/22bm0103.htm> [consulta 22 Septiembre
2005], que “en el proceso monitorio se pueden aportar documentos en la vista posterior
242
Así, será la misma deuda cuyo cobro se solicito en el monitorio la
deuda que será examinada en el declarativo posterior, con el fin de
determinar su verdadera existencia e incumplimiento por parte del
demandado, y será el acreedor quien tendrá la carga de probar los supuestos
que justifiquen su pretensión, pues, en nada se alteran las reglas de la carga
de la prueba en el juicio declarativo posterior al monitorio, pues, el acreedor
por el simple hecho de haber presentado un principio de prueba, no queda
exento de la carga de probar sus afirmaciones.
del juicio verbal por el peticionario, aunque no los haya aportado con la petición inicial.
No se aplica el art. 270 a la petición inicial del monitorio. Se debe permitir luego
también su aportación en la vista, y también cuando se presenta la demanda en el caso de
que se le dé el plazo de un mes para presentar la demanda del juicio ordinario si la
reclamación fuera superior a las 500.000 pesetas (3.000 euros)”.
243
Entonces, a pesar que el monitorio se extingue con la oposición y da
lugar a un nuevo juicio autónomo, existen algunos elementos de conexión,
y, entre ellos, el crédito cuya tutela se solicitó.
244
En relación con la profundización de los motivos invocados en el
escrito de oposición, como justa contrapartida de la posibilidad que le
reconocemos al acreedor de profundizar en la vista de la causa o en la
demanda ordinaria los motivos invocados en la petición inicial, le
reconocemos también al deudor la posibilidad de profundizar en la vista del
juicio verbal o en la contestación de la demanda ordinaria las razones
alegadas en el escrito de oposición en virtud de las cuales no debe todo o
parte de la deuda.
359
En este sentido, se declaro por SAP Sevilla, Secc. 5ª, de 12 de Septiembre de
2003, que no es en la oposición cuando debe el deudor acompañar los documentos que
la fundan, “pues en un juicio verbal en el acto de la vista cuando el demandado ha de
aportar documentos (art. 264 y 265.4 de la LEC), no teniendo obligación (o “carga”,
como decimos nosotros) de aportarlos con el escrito de oposición a la reclamación del
monitorio”.
245
Sin embargo, surge la duda de si es posible alegar en la contestación
a la demanda o en la vista del juicio verbal causas de oposición a la deuda
no alegadas en el escrito de oposición al requerimiento de pago, es decir,
debemos preguntarnos si son o no vinculantes las causas de oposición
alegadas en el escrito de oposición respectivo.
360
En el mismo sentido, entre otros, ORTELLS RAMOS, Manuel, op. cit., y
RAMOS ROMEAU, Francisco, op. cit. La misma solución debe aplicarse pensamos en
aquellos casos en que el acreedor en el respectivo escrito de oposición se limite a negar
la deuda.
361
En igual sentido, ORTELLS RAMOS, Manuel, op cit.
246
preclusión respecto de las causas alegadas en la oposición, sino que indica
que la simple oposición provocara que el asunto deba resolverse en otro
juicio.
362
SAP Cádiz, Secc. 2ª, de 04 de Junio de 2003.
247
pueden alegarse las mismas razones que sucintamente se alegaron en el
escrito de oposición. Así, una sentencia de la AP de Valencia ha declarado
que “la cuestión se vincula con el art. 815 LEC que, refiriéndose al
contenido del escrito de oposición, exige que en él el deudor ‘alegue
sucintamente las razones por las que, a su entender, no debe la cantidad
reclamada’. Tal exigencia de que se exponga ‘sucintamente’ esas razones
no es gratuita, responde al principio de la buena fe procesal (art. 11 LOPJ,
art. 247.1 LEC), que impone a las partes el deber de no ocultar a la contraria
los fundamentos de su pretensión, de modo que, no le es dado reservarse
‘las razones’, sino que debe exponerlas, aunque de manera sucinta… el art.
136 LEC contempla, con carácter general, el efecto preclusivo del
transcurso del término señalado para la realización de los actos procesales,
de modo que la conjunción de ambos principios, el de buena fe y el de
preclusión, nos llevan a concluir que, sin constreñir el derecho de defensa,
sólo podrán ser desarrolladas en el juicio posterior las razones que hubieren
sido alegadas en el escrito de oposición, pero no aquellas otras que,
conocidas ya entonces por el deudor, no las hubiere desvelado”363.
363
SAP Valencia, Secc. 6ª, de 22 de Junio de 2002. En igual sentido, SAP
Vizcaya, Secc. 3ª, de 04 de Enero de 2005.
248
En este tema, pensamos que el no admitir que se aleguen en el juicio
ordinario motivos no alegados en la oposición es desconocer la naturaleza y
objeto del escrito de oposición, que no es más que un simple escrito cuyo
objetivo es manifestar la voluntad del deudor de poner fin al proceso
monitorio y, si el acreedor así lo desea, discutir la deuda en el proceso
declarativo ordinario que corresponda364.
364
En el mismo sentido LÓPEZ SÁNCHEZ, Javier. op. cit. pp. 228 y 229, para
quien el escrito de oposición es un simple acto de enervación de la eficacia que el
proceso monitorio podría tener que exige un mínimo de fundamentación, pues “el
momento oportuno para manifestar contradicción entre las distintas posturas procesales
se encontraría en el enfrentamiento entre la demanda y su contestación –en el juicio
ordinario- o de las declaraciones de los representantes de las partes –en la vista del juicio
verbal-.
249
CONCLUSIONES
250
documentos que pueden ser confeccionados incluso unilateralmente por el
supuesto acreedor, sin que deban cumplir casi ninguna formalidad, lo cual
solo conlleva discusiones acerca de si los documentos acompañados a la
solicitud monitoria son de aquellos prescritos por la ley como aptos para
iniciar un juicio monitorio o no. De hecho, justamente es en este punto una
de las materias en que más jurisprudencia con posturas contradictorias
existe.
251
5. Para evitar las críticas del legislador y excusas de los
magistrados para aplicar este procedimiento, pensamos es recomendable
también fijar inicialmente un valor máximo para su aplicación, el cual
puede ser aumentado o derogado a medida que este procedimiento se vaya
arraigando en la cultura jurídica chilena.
252
punto es especialmente importante, pues, en España, se ha constatado que, a
pesar de no ser necesaria la representación de abogado o procurador en una
primera etapa, en la práctica, los usuarios del monitorio recurren a ellos.
253
economía procesal (entre otros) implantar un procedimiento como el
monitorio.
254
manera a ponerle fin a los problemas antes mencionados en estas
conclusiones, y a facilitar el tráfico comercial, con lo cual podría
favorecerse al crecimiento económico desde el ámbito legal.
255
PROPUESTA DE BASES DE UNA NORMATIVA PARA UN
PROCEDIMIENTO MONITORIO CHILENO
Artículo 1
COMPETENCIA
365
Si bien en la actual propuesta postulamos que sea el Juez de Letras de Primera
Instancia el órgano jurisdiccional competente para conocer del monitorio, pueden
considerarse otras alternativas. Así por ejemplo en Alemania es competente para
conocer del monitorio en su primera fase el Secretario Judicial (Rechtspfleger) y en
Suecia lo es el Servicio público de ejecución forzosa (Kronofogdemyndighet). El órgano
jurisdiccional competente tiene importancia sobre todo si consideramos que uno de los
motivos para introducir en un determinado ordenamiento jurídico un procedimiento de
estas características es el dar una tutela al crédito dinerario rápida y eficaz, pero, además,
descongestionar los Tribunales y en especial permitir a los Jueces focalizarse en asuntos
contenciosos de mayor complicación que el procedimiento en cuestión.
256
residencia del deudor o, si no fueren conocidos, el del lugar en que el
deudor pudiera ser hallado a efectos del requerimiento de pago por el
tribunal.
Artículo 2
366
Creemos conveniente dejar establecido en la Ley que pueden reclamarse en
un mismo proceso las varias deudas que tenga un mismo acreedor en contra de un
mismo deudor, siempre y cuando el total de ellas no exceda la cantidad máxima que se
podrá solicitar por la vía del monitorio.
257
solicita no exceda de ____________ pesos (o U.T.M.)367.
Artículo 3
PETICIÓN INICIAL
258
quien los solicite tanto en los Tribunales como en la página web del Poder
Judicial de la República de Chile.
4. El origen de la deuda.
exista en los mismos Tribunales personal preparado para ayudar a completar estos
formularios y responder las dudas de los peticionarios.
369
El acreedor, de acuerdo a lo expuesto, tiene entonces la posibilidad de señalar
en su escrito de petición inicial más de un domicilio, lugar de residencia o lugar en que
pudiera ser hallado el deudor, con lo cual se aumentan las posibilidades de encontrar al
deudor a efectos de notificarlo y darle así efectividad al requerimiento de pago, lo cual le
ahorra además al acreedor, en el evento de que no sea hallado el deudor uno de los
lugares mencionados, el tener que presentar un nuevo escrito. Ahora bien, pensamos
nosotros que solo será posible señalar distintos domicilios cuando todos ellos se
encuentren dentro del mismo territorio en que en que tiene competencia el Juez que
deberá de conocer del monitorio.
259
6. La solicitud de que se requiera de pago al deudor para que en el
plazo de quince días, pague la cantidad reclamada, más los intereses y
costas, y para el caso de que el deudor no pague la deuda ni dé razones por
escrito para no hacerlo, se dicte resolución ordenando el embargo de bienes
suficientes del deudor para cubrir dicha cantidad más los intereses y costas
que procedan.
Artículo 4
260
3. La desestimación no obstará para que el acreedor incoe un
procedimiento ordinario en relación a la misma deuda. Si el defecto que
motivó la desestimación fuere subsanable, tampoco obstará la
desestimación para que el acreedor inicie un nuevo370 proceso monitorio,
una vez subsanados los mencionados defectos.
Artículo 5
REQUERIMIENTO DE PAGO
370
Con “nuevo” no me refiero necesariamente a otro distinto (por ej. con un
petitorio distinto), sino que puede ser el mismo procedimiento ahora subsanado.
371
Con el término “razonablemente justificado” queremos significar que, luego
de una cognición sumaria y superficial, no parece como un elemento “irrisorio” o
carente de plausibilidad la existencia de la deuda, es decir, se le entrega completa
libertad al Juez para que aprecie la deuda que origina el monitorio, otorgándosele la
facultad de desestimar la petición si aparece como totalmente injustificada la petición.
En todo caso, pensamos que este es una situación a discutir en el seno de la
Comisión por la distorsión que puede producir esta facultad en un sistema monitorio
como el que se pretende introducir, más cercano al monitorio “puro” adoptado en países
como Alemania que al monitorio “documental” adoptado por países como Italia..
Además, esta facultad podría ser contradictoria con lo señalado en el punto
número 1 de este mismo artículo, es decir, con la advertencia que se le hace al deudor de
que el Tribunal no ha examinado la justificación de la deuda antes de expedir el aviso.
Ahora bien, cualquiera sea la hipótesis, la admisión de la petición no implicará de
ninguna manera que el Juez considere como existente la deuda ni menos aún que al
acreedor le corresponde la pretensión invocada.
261
la deuda, el Juez despachara requerimiento de pago en contra del deudor, el
cual deberá contener:
372
Otra opción es, como señala el art. 692.1.2. ZPO, advertir que el Tribunal “no
ha entrado en el examen de si al solicitante le corresponde la pretensión invocada”.
Asimismo, si el Juez debe realizar una revisión mínima de la plausibilidad de la petición,
pude incluirse en el artículo la palabra “someramente”, quedando así: “La advertencia de
que el Tribunal no ha examinado la justificación de la deuda antes de despachar el
requerimiento de pago o que solo lo ha hecho someramente.
262
ésta por el Tribunal, se despachara de oficio373 en su contra mandamiento de
ejecución y embargo, iniciándose un juicio ejecutivo en su contra.
Artículo 6
373
Pensamos que, a diferencia de lo estatuido por el sistema alemán, no es
necesario que el acreedor solicite una vez expirado el plazo que se emita mandato de
ejecución. En este sentido, nos parece mejor el sistema español, en el cual, según la
mayoría de la jurisprudencia, no es necesario hacer gestión alguna por parte del
acreedor peticionario para que ante la incomparecencia del deudor se despache en su
contra ejecución.
374
Los efectos de la notificación del requerimiento de pago son los mismos que
los producidos por la notificación de una demanda ordinaria. Sin embargo, puede no ser
superfluo señalarlos a propósito del monitorio, pues es previsible que se inicie –al igual
como ha ocurrido en otros países- una discusión acerca de la naturaleza jurisdiccional o
voluntaria del monitorio, y en particular acerca de la naturaleza que tiene la petición
inicial, es decir, si es o no asimilable a una demanda.
263
Artículo 7
Artículo 8
264
encontrará disponible en los Tribunales y en la página web del Poder
Judicial de la República de Chile375. El escrito de oposición deberá ir
firmado por abogado habilitado.
En ella, deberá el deudor requerido señalar las razones por las cuales
no debe en todo o en parte la deuda u otros motivos por los cuales no debe
en definitiva despacharse ejecución en su contra.
Artículo 9
375
Una opción a explorar es la posibilidad de oponerse vía Internet, para lo cual
podría asignársele a cada requerimiento de pago una clave que, junto con el número de
cédula de identidad del deudor, le permitiera desde cualquier computador conectado a la
red oponerse, pudiendo incluso a cada abogado habilitado asignársele alguna clave o
firma electrónica para que tampoco el tenga que concurrir al Tribunal. En fin, las
posibilidades son muchas y, no siendo nosotros expertos en informática, no estamos
calificados para proponer medidas concretas, pero, sin duda, ante la necesidad de ir cada
vez más “informatizando” la labor judicial, un procedimiento simple como el monitorio
ofrece una excelente oportunidad para explorar e incorporar nuevas tecnologías que, a
futuro, pueden extenderse a otros procedimientos.
376
De esta forma, creemos posible equilibrar la exigencia de seriedad que
requiere la oposición, con la realidad de que la verdadera contradicción se desarrollará
no en el monitorio –el cual finaliza una vez que se interpone en tiempo y forma la
oposición- sino en el eventual proceso declarativo ordinario posterior al monitorio,
proceso en el cual se va a discutir acerca del fondo de la pretensión.
265
Formulada oposición por el deudor en tiempo y forma, finalizará el
proceso monitorio.
266
BIBLIOGRAFIA
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Castillo. 2ª ed. Buenos Aires, Depalma, 2000.
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[consulta: 16 Abril 2005].
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utilizando los servicios de abogado y procurador pese a que no sea preceptivo o se
utilizan los impresos a que se refiere el art. 437.2 LEC?. La Ley, 24 (5719): 1675 –
1678, Feb. 2003.
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Buenos Aires, Abeledo Perrot, 2001.
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derecho procesal (3-4): 183-226, 2004.
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Aires, Ediar, 1963.
272
80) VERGER GRAU, Joan. La rebeldía en el arbitraje. Anuario de justicia
alternativa, (2): 63-102, Feb. 2001.
273
ANEXOS
274
ANEXOS
275
2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado anterior y cuando se
trate de deudas que reúnan los requisitos establecidos en dicho apartado,
podrá también acudirse al proceso monitorio, para el pago de tales deudas,
en los casos siguientes:
1.º Cuando, junto al documento en que conste la deuda, se aporten
documentos comerciales que acrediten una relación anterior duradera.
2.º Cuando la deuda se acredite mediante certificaciones de impago
de cantidades debidas en concepto de gastos comunes de Comunidades de
propietarios de inmuebles urbanos.
276
ARTÍCULO 814 (Petición inicial del procedimiento monitorio.)
1. El procedimiento monitorio comenzará por petición del acreedor
en la que se expresarán la identidad del deudor, el domicilio o domicilios
del acreedor y del deudor o el lugar en que residieran o pudieran ser
hallados y el origen y cuantía de la deuda, acompañándose el documento o
documentos a que se refiere el artículo 812.
La petición podrá extenderse en impreso o formulario que facilite la
expresión de los extremos a que se refiere el apartado anterior.
277
2. En las reclamaciones de deuda a que se refiere el número 2.º del
apartado 2 del artículo 812, la notificación deberá efectuarse en el domicilio
previamente designado por el deudor para las notificaciones y citaciones de
toda índole relacionadas con los asuntos de la comunidad de propietarios. Si
no se hubiere designado tal domicilio, se intentará la comunicación en el
piso o local, y si tampoco pudiere hacerse efectiva de este modo, se le
notificará conforme a lo dispuesto en el artículo 164 de la presente Ley.
278
ARTÍCULO 817 (Pago del deudor.)
Si el deudor atendiere el requerimiento de pago, tan pronto como lo
acredite, se le hará entrega de justificante de pago y se archivarán las
actuaciones.
279
2.- TABLA COMPARATIVA DE LOS DIFERENTES
PROCEDIMIENTOS MONITORIOS UTILIZADOS EN ALGUNOS
PAISES EUROPEOS
280
EFECTOS Cosa juzgada, Cosa juzgada Cosa juzgada Cosa juzgada
DERIVADOS aunque cuando
se funde en
documentos
cambiarios,
cabe que el
demandado se
reserve sus
derechos
281
282