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e625.com/por-culpa-del-pulpito
3 de octubre de
2019
Josué 1:8 fue uno de los primeros versículos que aprendí de memoria y puedo dar
testimonio de cómo ha funcionado en mi vida. Dios le dice al nuevo líder de su
pueblo: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” Y es que en la Biblia tenemos las verdaderas
claves del éxito real para la vida. No un éxito aparente, efímero y superficial acorde a los
cánones de la sociedad de consumo sino uno real, espiritual, integral y hasta eterno. En ella
tenemos los consejos que garantizan pasos firmes y entonces debemos preguntarnos, por
qué incluso tantos cristianos hoy la desconocen.
Obviamente la culpa no es de la Biblia sino humana, y las razones pueden ser tan diversas
como las personas pero cada día estoy más convencido que hay un artefacto que no ha
colaborado y es el púlpito.
Emisores y receptores
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El predicador regular suele encontrar mucho más natural intentar agradar que confrontar.
O incluso entretener que enseñar. Claro que ambas cosas se pueden combinar, pero no
siempre, y es allí donde algunos sólo ceden a esta inclinación natural.
El caso de los receptores no es muy diferente. En una cultura que exalta el placer y en un
contexto con superproducción de entretenimiento, van descendiendo los márgenes de
atención respecto a cualquier cosa que no exacerbe los sentidos. Entender y aprender es
“demasiado trabajo” si no es también entretenido.
Por eso el monólogo brindado desde el púlpito está en problemas y detrás de él nuestra
valoración a la Palabra de Dios. Hoy cautiva más el humor o la elocuencia que la explicación
profunda, aunque ésta sea necesaria.
El gran desafío
Hoy contamos con un alto porcentaje en nuestras iglesias de jóvenes que no conocen la
Biblia, y esto es un gran problema ya que a través de la Palabra de Dios se nos inhala fe en
el corazón. La necesitamos para seguir creyendo y confiando, para saber cómo decidir
mejor y aún la necesitamos para tener éxito en nuestras relaciones interpersonales.
Por eso me da escalofrío notar que en algunos círculos la hemos cambiado por
entretenimiento religioso o principios de sabiduría popular que suenan a cliché de tarjeta de
“Hallmark”; y el púlpito tiene mucha culpa en esto, por la falta de integridad de algunos,
pero también por la falta de eficacia del método.
Cambiando el medio
En E625 creemos en la Biblia. Creemos que Dios no sólo se reveló en ella, sino que
mediante la acción de su Espíritu se sigue revelando hoy cuando llegamos a ella buscándole
a Él. Por eso permanentemente seguimos creando materiales que ayudan a enseñar la
Biblia de forma creativa. Yo soy consciente de que necesito la Biblia para oxigenar mi fe y
espero que todos nuestros libros y materiales ayuden a quienes Dios ama a crear un
hambre por ella. Por eso no sólo hago la declaración de que la Biblia debe volver a ocupar el
centro de nuestras predicaciones, sino que debemos dejar de depender tanto de los
púlpitos y comenzar a enseñar la Palabra de Dios de una manera más testimonial,
conversacional, relacional, multisensorial e interactiva.
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