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INTRODUCCION

Teoremas de Incompletitud. Afirma que, bajo ciertas condiciones, ninguna


teoría matemática formal capaz de describir los números naturales y la
aritmética con suficiente expresividad, es a la vez consistente y completa. Es
decir, si los axiomas de dicha teoría no se contradicen entre sí, entonces existen
sentencias que no pueden probarse ni refutarse. Las teorías aritméticas para las
que el teorema es válido son básicamente aquellas en las que la deducción de
teoremas puede realizarse mediante un algoritmo.

La prueba del teorema es totalmente explícita: en ella se construye una fórmula,


denotada habitualmente G en honor a Gödel, para la que dada una demostración
de la misma, puede construirse una refutación, y viceversa. Sin embargo, la
interpretación natural de dicha sentencia en términos de números naturales es
verdadera. El segundo teorema de incompletitud es un caso particular del
primero: afirma que una de las sentencias indecidibles de dicha teoría es aquella
que "afirma" la consistencia de la misma. Es decir, que si es sistema en cuestión
es consistente, no es posible probarlo dentro del propio sistema.
TEOREMAS DE INCOMPLETITUD DE GODEL

238 Godel, Kurt la incompleción Godel demostró que la aritmética es incompleta


porque existen ecuaciones de sistema formales, cuatro puntos enunciados, pero
la consistencia de lo aritmético es expreso, es falso”. Gödel reemplazó las la
aritmética, pero esta expresión es lo que fue un ejemplo inexplicable de una
declaración indecible. Él también antiguo lógico griego es incompleto porque el
sistema formal, el paradójico enviado de la imposibilidad. Su frase G afirma que
el sistema lógico. David Hilbert entregó un documento en 1925. El teorema de
incompletitud es el segundo. En el Infinito "en el que argumentó que dentro del
sistema lógico las ex matemáticas se pueden ver como puramente finitas, el
sistema es coherente y luego la actividad formal en la que las cadenas de
símbolos son una declaración de este tipo sería un teoságalo derivado de otras
cadenas de Los sistemas de acuerdo de los símbolos eran inconsistentes, según
las reglas. Aunque podría ser que Gödel pensó que el libro de matemáticas
infinitas no existe, tales entidades no tienen acceso directo a un inmaterial,
Platón, para comprender lo que está sucediendo en la realidad. Muchos ven este
razonamiento como falaz, H expresa la declaración de que gödel pensó que las
respuestas incompletas demostraron que las m entidades humanas se
mencionan en una matemática posible de que existe un sistema que es tan
completo. Esta visión formalista de las matemáticas conduce a que ningún
humano puede Encuentra una afirmación indecidible conocida como el programa
de Hilbert: la de ese sistema, y es posible que todas las matemáticas puedan
expresarse mediante una proposición finita e indecidible para la formalización,
que podría demostrar, sobre el pensamiento humano mismo, que nunca sería
inconsistente. o en caso de que pueda comprobarse una contradicción en la
bibliografía. Si el programa de Hilbert pudiera ser auto- Godel. Escher Bc un corte
de Elernat Golden Brail ned, no habría necesidad de matemáticas. New York:
Basic Bouks. Una computadora podría programarse 1979, y todas las
afirmaciones verdaderas acerca de la intemperie y la mente: la ciencia y la
filosofía serían eventualmente eliminadas. Godel te infinito. Rudy Rucker.
Boston: Birkhäuser demostró que el programa de Hlilbert sería imposible. El
primer teorema de incompletitud de Cödel se ha demostrado como la lógica
estándar de primer orden. Geoffrey Hunte. 1971 y 1982. Mitológica: Una
interpretación a la Meiatheery f Gödel le presentó a su amigo una filo-bibliografía,
una consecuencia sofísticamente poderosa de la teoría Por Gödel de la
relatividad general. Hay distribuciones de über die Vollständigkeit des Logikkaikis
materia en universos posibles, implícito en la lesis de Cödel (1930) a las
ecuaciones de Einstein, que permitirían a un cohete hacer un viaje a través del
espacio matemático que tomaría De vuelta a su origen en el tiempo. El paso del
tiempo, por lo tanto, debe ser una ilusión., aunque aparentemente estaba, Gödel
se convenció de que otros del Continente Generalizado estaban tratando de
envenenarlo. , finalmente, se mató de hambre. El certificado de defunción de la
Oficina de Estados Unidos de América otorgó la causa como malnutrición. La
consistencia del axioma y la inanición causada por la personalidad. Turbia
continua generalizada, "Copia Matemática" y sistemas relacionados, de Choice
Academia de 1938. Teoría de conjuntos, 1940.

Los teoremas de incompletitud de Gödel establecen ciertas limitaciones sobre lo


que es posible demostrar mediante un razonamiento matemático. Para hablar
con precisión sobre qué «puede demostrarse» o no, se estudia un modelo
matemático denominado teoría formal. Una teoría formal consta de una serie de
signos y un conjunto de reglas para manipularlos y combinarlos. Mediante estas
reglas se pueden distinguir ciertas colecciones de signos como fórmulas, y
ciertas sucesiones de fórmulas como demostraciones. Los teoremas de una
cierta teoría son entonces todas las fórmulas que puedan demostrarse a partir
de una cierta colección inicial de fórmulas que se asuman como axiomas.

A una teoría formal se le pueden adjudicar ciertas propiedades en función de lo


que sea capaz de demostrar.

Una teoría consistente no contiene contradicciones, es decir, no es posible


demostrar a la vez una fórmula y su contraria. Una teoría que no sea consistente
no tiene utilidad: debido al principio de explosión, a partir de una contradicción
pueden demostrarse todas sus fórmulas, y no sirve para modelizar
razonamientos matemáticos.

Una teoría completa «responde cualquier pregunta», en el sentido de que para


cada una de sus fórmulas o bien es demostrable, o bien existe una demostración
de su contraria (es refutable). Una teoría completa es óptima, y se corresponde
con la intuición sobre la verdad lógica: al igual que toda sentencia debe ser
verdadera o falsa, en una teoría completa toda fórmula es demostrable o
refutable.

Sin embargo, el primer teorema de incompletitud establece que, bajo ciertas


hipótesis, una teoría formal no puede tener ambas propiedades a la vez. La
primera de ellas es que sea una teoría aritmética, es decir, que sus símbolos
sirvan para describir los números naturales y sus operaciones y relaciones; y que
sea capaz de demostrar algunas propiedades básicas sobre ellos. La segunda
hipótesis es que sea una teoría recursiva, lo cual significa que las reglas para
manipular sus signos y fórmulas en las demostraciones han de poder ejecutarse
mediante un algoritmo: una serie precisa de pasos sin ambigüedad que pueda
llevarse a cabo en un tiempo finito, e incluso implementarse mediante
un programa informático.
Los teoremas de incompletitud de Gödel son dos célebres teoremas de lógica
matemática demostrados por Kurt Gödel en 1931. Ambos están relacionados
con la existencia de proposiciones indecidibles en ciertas teorías aritméticas.

El primer teorema de incompletitud afirma que, bajo ciertas condiciones, ninguna


teoría matemática formal capaz de describir los números naturales y la aritmética
con suficiente expresividad, es a la vez consistente y completa. Es decir, si
los axiomas de dicha teoría no se contradicen entre sí, entonces existen
enunciados que no se pueden probar ni refutar a partir de ellos. En particular, la
conclusión del teorema se aplica siempre que la teoría aritmética en cuestión sea
recursiva, esto es, una teoría en la que el proceso de deducción se pueda llevar
a cabo mediante un algoritmo.

La prueba del teorema es totalmente explícita y en ella se construye una fórmula,


denotada habitualmente G en honor a Gödel, para la que dada una demostración
de la misma, se puede construir una refutación, y viceversa. Sin embargo, la
interpretación natural de dicha sentencia en términos de números naturales es
verdadera.1

El segundo teorema de incompletitud es un caso particular del primero: afirma


que una de las sentencias indecidibles de dicha teoría es aquella que «afirma»
la consistencia de la misma. Es decir, que si el sistema de axiomas en cuestión
es consistente, no es posible demostrarlo mediante dichos axiomas.

Los teoremas de incompletitud de Gödel son uno de los grandes avances de la


lógica matemática, y supusieron —según la mayoría de la comunidad
matemática— una respuesta negativa al segundo problema de Hilbert.1 Los
teoremas implican que los sistemas axiomáticos de primer orden tienen severas
limitaciones para fundamentar las matemáticas, y supusieron un duro golpe para
el llamado programa de Hilbert para la fundamentación de las matemáticas. Por
otra parte, durante algún tiempo ni Hilbert ni otros de sus colaboradores fueron
conscientes de la importancia del trabajo de Gödel para su programa.

Discusión e implicaciones

A Los resultados de incompletitud afectan a la filosofía de las matemáticas,


particularmente a los puntos de vista tales como el formalismo, que usa la lógica
formal para definir sus principios.

Se puede parafrasear el primer teorema diciendo "nunca se podrá encontrar un


sistema axiomático que sea capaz de demostrar todas las verdades
matemáticas y ninguna falsedad".

Por otra parte, desde una perspectiva estrictamente formalista esta paráfrasis se
consideraría sin significado porque presupone que la «verdad» y «falsedad»
matemáticas están bien definidas en un sentido absoluto, en lugar de ser
relativas a cada sistema formal.

La siguiente reformulación del segundo teorema es todavía más inquietante para


los fundamentos de las matemáticas:

Si se puede demostrar que un sistema axiomático es consistente a partir de sí


mismo, entonces es inconsistente. Por tanto, para establecer la consistencia de

Un sistema se necesita utilizar otro sistema , pero una prueba en no es


totalmente convincente a menos que la consistencia de ya se haya probado sin

emplear . La consistencia de los axiomas de Peano para los números


naturales por ejemplo se puede demostrar en la teoría de conjuntos, pero no en
la teoría de los números naturales por sí sola. Esto proporciona una respuesta
negativa al problema número dos de la famosa lista de

Ampliada. cuestiones abiertas importantes en matemáticas de David


Hilbert (llamada problemas de Hilbert).

En principio, los teoremas de Gödel todavía dejan alguna esperanza: podría ser
posible producir un algoritmo general que para una afirmación dada determine si
es indecidible o no, permitiendo a los matemáticos evitar completamente los
problemas indecidibles. Sin embargo, la respuesta negativa demuestra que no
existe tal algoritmo.

Es de notar que los teoremas de Gödel sólo son aplicables a sistemas


axiomáticos suficientemente fuertes. Este término significa que la teoría contiene
la suficiente aritmética para llevar a cabo las instrucciones de codificación
requeridas por la prueba del primer teorema de incompletud. Esencialmente,
todo lo que se exige son algunos hechos básicos sobre la adición y la
multiplicación tal y como por ejemplo se formalizan en la aritmética Q de
Robinson.

Hay sistemas axiomáticos incluso más débiles que son consistentes y completos,
por ejemplo muestra todas las afirmaciones de primer orden ciertas aplicando
sólo la suma.

El sistema axiomático puede consistir en un número infinito de axiomas (tal y


como hace la aritmética de primer orden de Peano), pero para poder aplicarse el
teorema de Gödel debe haber un algoritmo efectivo que sea capaz a verificar la
corrección de las pruebas. Por ejemplo, el conjunto de todas las declaraciones
de primer orden que son ciertas en el modelo estándar de los números
naturales es completo. El teorema de Gödel no se puede aplicar porque no hay
ningún procedimiento efectivo que decide si una cierta declaración es un axioma.
De hecho, que esto sea así es una consecuencia del primer teorema de
incompletud de Gödel.
Otro ejemplo de una especificación de una teoría en la que el primer teorema de
Gödel no es aplicable se puede construir de la siguiente manera: ordenemos
todas las posibles declaraciones sobre los números naturales primero por su
longitud y luego en orden lexicográfico; comencemos con un sistema axiomático
inicialmente igual a los axiomas de Peano, repasemos la lista de declaraciones
una a una, y, si la declaración actual no se puede demostrar ni refutar a partir del
actual sistema de axiomas, entonces añadámosla a la lista. Esto crea un sistema
que es completo, consistente y suficientemente potente, pero no recursivamente
e numerable.

El propio Gödel sólo demostró una versión de los teoremas arriba expuestos que
es técnicamente un poco más débil; la primera demostración de las versiones
descritas arriba fue dada por J. Barkley Roser en 1936.

En esencia, la prueba del primer teorema consiste en construir una

declaración dentro de un sistema formal axiomático al que se le puede dar


la siguiente interpretación meta matemática:

Como tal, puede verse como una versión moderna de la paradoja del mentiroso.
Al contrario de la declaración del mentiroso, no se refiere directamente a sí
mismo; la interpretación de arriba sólo se puede "ver" desde fuera del sistema
formal.

En un trabajo publicado en 1957 los resultados de incompletitud de Gödel


pueden obtenerse para sistemas mucho más elementales que los considerados
por Gödel. Smullyan también ha reivindicado las pruebas más simples con el
mismo alcance, basadas en los trabajos de Alfred Tarski sobre el concepto de
verdad en los sistemas formales. Más simples, pero no menos perturbadoras
filosóficamente. Smullyan no plasmado sus reflexiones sobre incompletitud sólo
en obras técnicas; también han inspirado célebres libros de divulgación
como ¿Cómo se llama este libro?

Si el sistema axiomático es consistente, la prueba de Gödel muestra que (y su


negación) no se pueden demostrar en el sistema. Por tanto es cierto (afirma no
ser demostrable y no lo es) y, sin embargo, no se puede probar formalmente en
el sistema. Fíjese que añadir a los axiomas del sistema no resolvería el
problema: habría otra sentencia de Gödel para la teoría

Roger Pen rose afirma que esta (presunta) diferencia entre lo que se puede
probar mecánicamente y lo que los humanos pueden ver como cierto muestra
que la inteligencia humana no es mecánica en su naturaleza. También John R.
Lucas se ha ocupado de esta cuestión en Mentes, Máquinas y Gödel.7

Esta perspectiva no está ampliamente aceptada, porque tal y como lo


plantea Marvin Minsky, la inteligencia humana es capaz de errar y
de comprender declaraciones que son en realidad inconsistentes o falsas. Sin
embargo, Minsk ha informado de que Kurt Gödel le dijo a él en persona que él
creía que los seres humanos tienen una forma intuitiva, no solamente
computacional, de llegar a la verdad y por tanto su teorema no limita lo que puede
llegar a ser sabido como cierto por los humanos.

Véanse Refutaciones a la interpretación de Pen rose en los Enlaces en Inglés de


la sección Enlaces externos y referencias

La posición de que el teorema muestra que los humanos tienen una habilidad
que transciende la lógica formal también se puede criticar de la siguiente manera:

No sabemos si la sentencia es cierta o no, porque no sabemos (ni podemos


saber) si el sistema es consistente. De modo que en realidad no sabemos
ninguna verdad que esté fuera del sistema. Todo lo que sabemos es lo siguiente:

es indemostrable dentro del sistema, o el sistema es inconsistente.

Esta declaración es fácilmente demostrable dentro del sistema.

Otra implicación es que el trabajo de Gödel motivó a Alan Turing (1912-1954) a


estudiar qué funciones eran susceptibles de poder ser calculadas y cuáles no.
Para ello se sirvió de su Máquina de Turing, una máquina de propósito general
mediante la que formalizó las funciones y procedimientos de cálculo.
Demostrando que existían funciones que no son posibles de calcular mediante
la Máquina de Turing. El paradigma de este conjunto de funciones lo representa
la función que establece "si dada una Máquina de Turing, ésta produce un
resultado o, por el contrario, se queda calculando indefinidamente". Esta función,
conocida con el nombre de Problema de parada (Halting Problem), será pieza
fundamental para demostrar la incomputabilidad de ciertas funciones.

la demostración de los teoremas

La demostración de los teoremas de incompletitud se basa en tres conceptos:

La numeración de Gödel, que permite traducir las teorías formales a operaciones


de aritmética pura.

La potencia expresiva de las teorías formales aritméticas, cuyas expresiones


recogen dichas operaciones.

El lema diagonal, que permite que las fórmulas sean autorreferentes.

El enunciado original debido a Gödel, cuya demostración se esboza en esta


sección, es más débil que el presentado arriba, ya que en lugar de la consistencia
de la teoría T se exige una propiedad más fuerte, la ω-consistencia.
Una teoría aritmética es inconsistente si, para alguno de sus teoremas formales
de la forma ∃x, φ(x), puede refutarse cualquier caso particular, esto es, puede
probarse ¬φ([n]), para cada numeral [n]. Una teoría que no es ω-inconsistente
se dice ω-consistente.

(Los numerales [n] son los símbolos que utilice el lenguaje de la teoría para
especificar los números naturales concretos. En el ejemplo de la aritmética de
Peano en la sección siguiente, los numerales son los símbolos dados por: [0] ≡
0, [1] ≡ S0, [2] ≡ SS0, etc.) La ω-consistencia implica la consistencia (pero no al
revés). El enunciado «fuerte», en el que sólo se requiere la consistencia de la
teoría fue probado por J. B. Rosser mediante un método muy similar.

Numeración de Gödel

La numeración de Gödel es una herramienta que permite relacionar las teorías


formales con la aritmética. El lenguaje de una teoría formal de primer orden está
compuesto por una cantidad —a lo sumo— numerable de signos, como por
ejemplo:

∃ , ⇒ , ¬ , |, =, x , y , z , ... , 0 , + , × , S

en el caso del lenguaje de la aritmética de Peano, donde además de los símbolos


lógicos y las variables, aparecen algunos símbolos adicionales para la aritmética
(donde S es el símbolo para denotar «el número siguiente a»). También el
conjunto de todas las cadenas (sucesiones finitas de signos) es numerable, así
como el conjunto de las sucesiones finitas de cadenas.

Una numeración de Gödel es una asignación de un único número natural para


cada elemento de cada uno de estos tres conjuntos: signos, cadenas de signos
y sucesiones de cadenas.

Puesto que la manipulación de estos signos, cadenas y sucesiones puede


traducirse en manipulación de unos ciertos números, tanto la sintaxis que
distingue las cadenas de signos «con sentido» —las fórmulas− como el cálculo
deductivo que distingue las sucesiones de cadenas «que demuestran algo» —
las demostraciones— se ven traducidas a operaciones aritméticas. Es decir,
existen una serie de relaciones y funciones aritméticas que se corresponden con
las reglas sintácticas y del cálculo deductivo, como por ejemplo

La forma precisa de estas funciones y relaciones es laboriosa y depende del


criterio que se haya escogido para efectuar la numeración de Gödel. En particular
la relación Ax x ha de construirse teniendo en cuenta un cierto conjunto de
axiomas concreto, luego la relación Dem hace referencia a una teoría concreta
que no se ha especificado.

Expresabilidad. Recursividad

Mediante la numeración de Gödel, es posible «traducir» los signos y reglas de


una teoría formal T en números y operaciones aritméticas. Es posible ir más allá,
ya que T es una teoría aritmética y se pueden «recodificar» las mencionadas
operaciones mediante el lenguaje formal de T, al igual que se puede hacer con
otras funciones y relaciones aritméticas como por ejemplo:

La función «multiplicar por 2» está representada por la fórmula: y = [2] × x

La relación de orden x ≤ y, puede expresarse mediante: ∃z, z + x = y

La relación «x e y son primos entre sí» puede expresarse como: ∀z, z ≠


[1] ∧ ∃w, x = z × w ⇒ ¬∃u, y = z × u.

Cada una de estas relaciones es expresada por su fórmula correspondiente, en


el sentido de que si dos números están relacionados, puede demostrarse la
expresión formal correspondiente; y cuando no lo están, puede refutarse. Para
cada entero n, se tiene que si n es par puede probarse la expresión formal ∃x,
[n] = [2] × x; y si es impar, puede refutarse dicha fórmula.

Para cada par de enteros m y n, si se tiene m ≤ n puede demostrarse la


fórmula ∃z, z + [m] = [n]; cuando m > n, puede refutarse dicha expresión.

Que las relaciones presentadas en la sección anterior —como Dem— sean


expresables, implica que una teoría formal aritmética es lo suficientemente
potente como para «hablar» de las características de una teoría formal arbitraria
y, en particular, de sí misma.

Probar que todas estas relaciones y funciones son expresables es sencillo si


son recursivas, es decir, si pueden calcularse o verificarse mediante
un algoritmo, ya que puede demostrarse que toda relación recursiva es
expresable en una teoría aritmética. Las teorías formales para las que esto es
posible —asignar los números de Gödel de manera que distinguir los signos,
cadenas, sucesiones, fórmulas, consecuencias y axiomas, puede llevarse a cabo
con un algoritmo— son las llamadas teorías recursivas, y por ello esta
característica se asume como hipótesis en los teoremas de incompletitud.
Diagonalización

Para construir la sentencia autorreferente G ha de idearse una manera para que


una fórmula hable de las propiedades de su número de Gödel correspondiente.
Esto ha de hacerse de manera indirecta, ya que dada una fórmula φ con número
de Gödel n, otra fórmula que «hable» de φ mediante el numeral [n] en general
tendrá un número de Gödel mayor que n, y por tanto no puede ser la propia φ.
Esto se consigue mediante el llamado lema diagonal. En una teoría aritmética
recursiva, dada una fórmula φ(x) existe una sentencia ψ con número de
Gödel n tal que puede demostrarse ψ ⇔ φ([n]).

En definitiva, dada una propiedad cualquiera φ(x) existe una sentencia ψ que
afirma «mi número de Gödel cumple la propiedad φ».

Primer teorema de incompletitud de Gödel


El primer teorema de incompletitud de gödel se ha demostrado como la lógica
estándar de primer orden. Geoffrey Hunte. Cunstricting un staterment C que
refleja, en Berkeley: University of California Press, 1971 y 1982. Mitológica: Una
interpretación a la Meiatheery f Gödel le presentó a su amigo una filo-bibliografía,
una consecuencia sofíticamente poderosa de la teoría Por Gödel de la relatividad
general. Hay distribuciones de über die Vollständigkeit des Logikkaikis materia
en universos posibles, implícito en la lesis de Cödel

1930) a las ecuaciones de Einstein, que permitirían a un cohete hacer un viaje a


través del espacio matemático que tomaría De vuelta a su origen en el tiempo.
El paso del tiempo, por lo tanto, debe ser (En Formal Indecidible Props1962) una
ilusión. ", Gödel se convenció de que otros del Continente Generalizado estaban
tratando de envenenarlo. Se negó a comer las Actas del Natío y, finalmente, se
mató de hambre. El certificado de defunción de la Oficina de Estados Unidos de
América otorgó la causa como malnutrición. La consistencia del axioma y la
inanición causada por la personalidad. Turbia continua generalizada, "Copia
Matemática" y sistemas relacionados, de Choice Academia de 1938. Teoría de
1940.

El primer teorema de inconmpletitud de Gödel demuestra la existencia de


enunciados indecidibles o independientes en la aritmética de Peano, y tanto el
primero como el segundo muestran ejemplos concretos de enunciados
indecidibles. Desde entonces se han encontrado otros ejemplos de enunciados
independientes de los axiomas de Peano, como por ejemplo el teorema de
Ramsey «fuerte». Existen además numerosos ejemplos de enunciados
independientes en otras teorías formales más fuertes que la aritmética, como
la hipótesis del continuo o el axioma de elección en teoría de conjuntos; o
incluso en teorías no directamente relacionadas con la aritmética, como en el
caso de la geometría elucídela y el paralelas. Juntos,
La demostración de este teorema pasa por construir una cierta fórmula, la
«sentencia de Gödel» G, que no puede ser probada ni refutada en T:
ni G ni ¬G (la negación de G) son teoremas de T. Se dice entonces
que G y ¬G son indecidibles o independientes en T.

Para llegar a esta, Gödel desarrolló un método para codificar signos y fórmulas
mediante números, llamado numeración de Gödel. Usando esta numeración, es
posible traducir las propiedades de una teoría formal T, tales como «estos signos
constituyen una fórmula» o «estas fórmulas no son una demostración en T», a
propiedades aritméticas de dichos números. En particular, la sentencia de
Gödel G es una fórmula aritmética cuyo significado es «no existe una
demostración de G en la teoría T», o en otras palabras, «no soy demostrable en
la teoría T».

Teorema 1 (Godel, 1931) La oración Fq(q) es indecidible en N, es decir en N no


se puede deducir Fq(q) ni su negación. Godel acota en este punto: La analogía
de esta argumentación con la antinomia de Richard salta a la vista; también esta
´íntimamente relacionada con la paradoja del “mentiroso”, pues la oración
indecidible Fq(q) dice que q pertenece a K, es decir según (7), que SQL(q) no es
deducible. Así pues, tenemos ante nosotros una oración que afirma su propia
deducibilidad. Evidentemente el método de prueba que acabamos de exponer
es aplicable a cualquier sistema formal que, en primer lugar, interpretado
naturalmente, disponga de medios de expresión suficientes para definir los
conceptos que aparecen en la argumentación anterior especialmente el
concepto de “formula deducible” y en el cual, en segundo lugar, cada formula
deducible sea verdadera en la interpretación natural. 6 Con este resultado Godel
echa por tierra el famoso “axioma de la solubilidad de todo problema matemático”
que postulaba Hilbert5 (y en su corazoncito cada matemático). Pero las
sorpresas no acaban aquí. De hecho, el resultado más importante desde el punto
de vista de los fundamentos de los sistemas formales es la “sorprendente
consecuencia” del resultado anterior, que Godel agrega inmediatamente al final
de su trabajo (con el ofrecimiento nunca cumplido de demostrarlo rigurosamente
m´as adelante) y expresada en su teorema XI, que dice esencialmente que no
es posible demostrar la consistencia de un sistema formal en su propio marco.
«aplicación» de los teoremas de incompletitud de Gödel a temas con los que no
tienen ninguna relación, volvió a mi cabeza la idea de hablar sobre estos
teoremas en el blog. Para ello preferí intentar contar con la colaboración de algún
especialista en el tema, y casi automáticamente vino a mi mente el nombre
de Gustavo Piñeiro, matemático argentino, autor junto a Guillermo Martínez del
libro Gödel para Todos (editado en 2009 en Argentina y en 2010 en España y
que ya os recomendé para el día del libro en 2012) y responsable del blog El
Topo Lógico, dedicado a la divulgación de la matemática.
Gustavo accedió gustosamente a mi sugerencia de colaboración, y hoy, por fin,
se publica el texto que escribió sobre el primer teorema de incompletitud de
Gödel para Gaussianos. Espero que os aclare todas vuestras dudas sobre ello.
Y si no es así ya sabéis que tenéis los comentarios de este post para plantearlas.
La demostración de este teorema pasa por construir una cierta fórmula, la
"sentencia de Gödel" G y demostrar que no puede ser probada ni refutada en T,
es decir, es independiente o indecidible. Para ello, dado que en una teoría
recursiva toda demostración es un procedimiento algorítmico, Gödel desarrolló
un método para codificar fórmulas y demostraciones mediante números y
operaciones sobre los mismos, llamado numeración de Gödel. Una vez hecho
esto, la sentencia G es aquella que afirma «no existe un número x con la
propiedad P», donde la propiedad P, al ser examinada a la luz de esta
equivalencia entre números y fórmulas, significa «ser la demostración (en la
teoría T) de G». Por lo tanto, la sentencia G afirma «no soy demostrable en la
teoría T». (Véase el razonamiento detallado más abajo).

El hecho de que G no sea demostrable implica que es cierta —pues afirma su


propia indemostrabilidad—, en la interpretación natural en que las variables de
la teoría se interpretan como los números naturales. Esto significa que ninguna
teoría aritmética en las condiciones del teorema puede demostrar todos los
enunciados verdaderos de la aritmética. Además el hecho de que ¬G tampoco
sea demostrable significa que si se toma como axioma, la teoría resultante T' =
T + ¬G es también consistente, a pesar de que ¬G es falsa en su interpretación
natural. Toda teoría de primer orden consistente tiene un modelo, esto es, un
conjunto de objetos matemáticos para los que los teoremas de T son
afirmaciones verdaderas; y un modelo de T' es a su vez un modelo de T (puesto
todos los teoremas de T lo son de T'). Este hecho indica entonces la existencia
de modelos no estándar de la aritmética: cualesquiera que sean los objetos que
describe la teoría T', verifican todos los teoremas aritméticos, pero no son los
números naturales (para los que ¬G es falsa). En otras palabras, el primer
teorema de incompletitud asegura que las teorías de primer orden no pueden
caracterizar totalmente los objetos que describen.

Nótese que tomar G (o su contraria) como axioma da lugar a una nueva teoría
T' en la que G (o su contraria) es trivialmente demostrable. Sin embargo esto no
invalida el teorema, puesto que G (o su contraria) hablan de «demostrabilidad en
T». T' es también incompleta: puede escribirse una nueva sentencia G' que
afirma «no soy demostrable en T'». En definitiva, para una teoría formal que sea
consistente y completa debe fallar alguna de las hipótesis: o bien no es recursiva
y no hay un algoritmo para distinguir los axiomas del resto de fórmulas, como es
el caso de las extensiones consistentes que se construyen en el teorema de
completitud de Gödel; o bien no son aritméticas, en el sentido de que no
describen una porción lo suficientemente grande de los números naturales y sus
axiomas, como la aritmética de Presburger.
Consecuencias
La sentencia de Gödel G no es demostrable pero es cierta, pues afirma
precisamente su propia indemostrabilidad.2 Esto significa que ninguna teoría
aritmética en las condiciones del teorema es capaz de demostrar todos los
enunciados verdaderos de la aritmética.1

Además, aunque ¬G sea falsa (por afirmar lo contrario que G) no es refutable


(puesto G es indemostrable). Esta sentencia puede tomarse como axioma si se
desea y esto no produce una contradicción. La teoría resultante contiene muchos
de los enunciados verdaderos sobre los números naturales y algunos falsos,
empezando por ¬G. Los objetos descritos por una teoría así forman un modelo
no estándar de la aritmética.3

Tomando G (o su contraria) como axioma se obtiene una nueva teoría T' en la


que G (o su contraria) es demostrable automáticamente. Sin embargo esto no
invalida el teorema, puesto que G afirma su indemostrabilidad relativa a la
teoría T. La nueva teoría T' es también incompleta: puede encontrarse una
nueva sentencia independiente G', que afirma «no soy demostrable en T'».

En definitiva, en una teoría formal que sea consistente y completa debe fallar
alguna de las hipótesis: o bien no es recursiva y no hay un algoritmo para
distinguir los axiomas del resto de fórmulas; o bien no son aritméticas, y no
incluyen las propiedades básicas necesarias de los números naturales. Por
ejemplo, en la demostración del teorema de completitud semántica se utilizan
teorías consistentes y completas que no son recursivas. Por otro lado,
la aritmética de Presburger es una colección de axiomas sobre los números
naturales que omite varias de sus propiedades, a tal punto que una teoría basada
en ellos puede ser consistente y completa.

Demostración del primer teorema


Sea una teoría formal aritmética y recursiva T ω-consistente. Sea la fórmula ¬∃z,
DEM (z, x), donde DEM es la fórmula que expresa la relación numérica Dem —
relativa a la teoría formal T—. Por el lema de diagonalización existe una
sentencia G con número de Gödel g, para la que se demuestra G ⇔ ¬∃z, DEM
(z, [g]), es decir, que afirma «ningún número codifica una demostración (en T) de
la fórmula representada por g», o de otro modo, «no soy demostrable (en T)».
La negación de esta sentencia, ¬G, es equivalente a ∃z, DEM (z, [g]), o «mi
negación es demostrable (en T)».

Supóngase entonces que G puede demostrarse. Entonces existe un


número n que cumple Dem(n, g), y en T puede probarse entonces DEM ([n], [g]),
lo cual implica formalmente ¬G; y esto es imposible si T es consistente. Por tanto
no existe una demostración de G, y se cumple ¬Dem(n, g) para todos los
números n, lo cual resulta en un número infinito de teoremas formales ¬DEM ([n],
[g]) para cada numeral [n]. Como T es ω-consistente, no puede ocurrir entonces
que ∃x, DEM(x, [g]) sea un teorema, por lo que ¬G es indemostrable, y Tés
indecidible.

Segundo teorema de incompletitud de Gödel

El segundo teorema de incompletitud muestra otro ejemplo explícito de una


fórmula que ninguna teoría aritmética puede demostrar, además de G. De nuevo,
usando la numeración de Gödel, puede encontrarse una fórmula,
denotada Consis T, cuyo significado es «no puede encontrarse una
contradicción en T», o en otras palabras, «T es consistente».

La demostración del segundo teorema requiere traducir el primero a una fórmula.


El primer teorema afirma, entre otras cosas, que si T es consistente,
entonces G no es demostrable. La fórmula que afirma la consistencia
de T es Consis T, mientras que la fórmula que afirma la indemostrabilidad
de G es la propia G. La fórmula que traduce el primer teorema (una parte de él)
es Consis T ⇒ G, donde «⇒» significa implicación. Gödel demostró que esta
fórmula es un teorema, y que por lo tanto Consis T no es un teorema: si lo fuera,
de las reglas básicas de T como teoría formal se deduciría que G es
demostrable, en contradicción con el enunciado del primer teorema de
incompletitud.

Teorema 2 (Godel, 1931) Sea A un sistema consistente de axiomas que sea


mínimamente expresivo (véase la nota al pie de página número 4). Entonces la
consistencia de A no es demostrable en A. Veamos como probar esto para el
sistema N. Se demuestra que la oración “N es consistente” se puede codificar
con una oración de N, llamémosla Con. Consideremos entonces la formula Con
⇒ Fq(q), que interpretada en N dice “si N es consistente, entonces Fq(q) es
deducible en N”. No es difícil demostrar que esta fórmula es deducible en N.
Supongamos entonces que N pueda demostrar su propia consistencia, es decir
que Con se puede deducir en N. Entonces por modus ponen, Fq(q) sería
deducible en N, lo que sabemos, por el Teorema anterior, que es falso. Por lo
tanto N no puede demostrar su propia consistencia. Después de todo esto Godel
comenta: La prueba entera del teorema XI [nuestro Teorema 2] puede
trasladarse a la teoría axiomática de conjuntos M y a la matemática clásica
axiomática A, y también aquí obtenemos el mismo resultado: No hay prueba
alguna de la consistencia de M (de A) que pueda ser formalizada en M (en A),
suponiendo que M (A) sea consistente.

En las palabras de su famoso discurso de 1900: “Es probablemente este


importante hecho [se refiere a que importantes y viejos problemas finalmente
han encontrado completa y rigurosa solución] junto a otras razones filosóficas lo
que da origen la convicción —que todo matemático comparte, pero nadie hasta
el momento ha apoyado con una demostración— de que todo problema
matemático definido debe necesariamente ser susceptible de una exacta
solución, ya sea en la forma de una respuesta concreta a la cuestión planteada,
o por la demostración de la imposibilidad de su solución y por consiguiente el
necesario fracaso de todos los intentos.” 7 No es difícil imaginar el impacto que
estos resultados provocaron en la ´época. Al extremo que el mismo Godel intenta
suavizarlos comentando al final de su trabajo: “Hagamos notar explícitamente
que el teorema XI (y los resultados correspondientes sobre M y A) no se oponen
al punto de vista formalista de Hilbert”, y en un par de líneas propone algunas
ampliaciones del concepto de formalismo que habría que considerar para
rescatar el programa formalista después de este serio revés. Nunca es triste la
verdad, lo que no tiene el remedio: el golpe en el terreno de los fundamentos de
las matemáticas fue brutal y remecido hasta sus cimientos las formas de
entender los formalismos. Los ecos los seguimos escuchando hoy día. El
enunciado del segundo teorema hace referencia a una fórmula, Consis T, que
puede construirse en cualquier teoría T (ver más abajo), y que afirma que la
teoría T es consistente. La sentencia Consis T expresa sencillamente, utilizando
de nuevo la "equivalencia" entre demostraciones y operaciones numéricas, «no
existe una demostración de 0 = 1» (la ausencia de demostración para alguna
fórmula es equivalente la consistencia de la teoría, debido al principio de
explosión). Entonces se tiene:

Para demostrar que Consis T no es un teorema, se ha de utilizar una vez más la


numeración de Gödel y la capacidad expresiva de las teorías aritméticas para
convertir el primer teorema de incompletitud en el teorema formal Consis T ⇒
¬∃x P(x), donde P es la propiedad mencionada anteriormente de «ser una
demostración de G». Puesto que G afirma su propia indemostrabilidad, este
teorema formal es equivalente a Consis T ⇒ G, por lo que si Consis T fuera
demostrable, por pura deducción formal G también lo sería, lo cual es imposible
si T es consistente (según el primer teorema de incompletitud).

El segundo teorema de incompletitud impone serias limitaciones a la hora de


demostrar la consistencia de una teoría formal T: nunca podrá hacerse utilizando
únicamente la propia T. Si se utiliza una extensión T' en la que Consis T pueda
demostrarse, la propia consistencia de T' no podrá demostrarse ni en T ni en T'.
Consecuencias
El segundo teorema de incompletitud limita las posibilidades de demostrar la
consistencia de una teoría formal T, puesto que no puede hacerse utilizando
únicamente la propia T. Además, si se encuentra una teoría más fuerte T' en la
que Consis T pueda demostrarse, la propia consistencia de T' no podrá
demostrarse en T' ni tampoco en T. Por ello, el segundo teorema se considera
una respuesta negativa al llamado programa de Hilbert, que proponía demostrar
la corrección de los razonamientos matemáticos basados en
objetos infinitos usando tan

solo razonamientos basados en objetos finitos, menos potentes que los


primeros.

Demostración del segundo teorema

La demostración del segundo teorema de incompletitud requiere de un hecho


técnico que Gödel originalmente no probó. Sea una teoría T en las condiciones
anteriores y sea la fórmula Consis T ≡ ¬∃z, DEM (z, [k]), donde k es el número
de Gödel de la sentencia 0 = 1. Consis T afirma que la teoría T es consistente
(pues deja algo sin demostrar). La versión formal (de la primera parte) del primer
teorema de incompletitud puede expresarse como Consis T ⇒ ¬∃y, DEM (y,
[g]) y esto es equivalente precisamente a Consis T ⇒ G. De modo que, de poder
probar formalmente esta sentencia, Consis T sería indemostrable puesto que se
tendría entonces una demostración de G, en contradicción con el primer
teorema.

El hecho técnico que se necesita es precisamente una prueba de que la


demostración del primer teorema de incompletitud puede «traducirse» en una
demostración formal de la sentencia Consis T ⇒ ¬∃y, DEM(y, [g]). Esto es
posible en toda teoría aritmética recursiva, ya que verifican unas
ciertas condiciones de demostrabilidad.

El Programa de Hilbert

Los dos teoremas de incompletitud de Gödel, publicados en 1931, forman parte


de una larga polémica relativa a los fundamentos de las matemáticas. Esta
polémica había comenzado a finales del siglo XIX a causa de los trabajos
de Georg Cantor sobre los conjuntos infinitos, y se había exacerbado a principios
del siglo XX con el descubrimiento de la Paradoja de Russell.

En esta polémica, la escuela intuicionista, encabezada por L.E.J. Brouwer,


sostenía que el uso que había hecho Cantor del infinito en acto era absurdo e
injustificado y que toda su teoría no era más que un juego de palabras sin
sentido. Los únicos objetos matemáticos válidos, sostenía esta escuela, son
aquellos que se pueden construir algorítmicamente en una cantidad finita de
pasos.

Pero el gran matemático alemán David Hilbert no estaba para nada de acuerdo
con la idea de descartar la teoría de Cantor y hacia 1920 intervino en la polémica
para proponer una alternativa al intuicionismo. Fue así como, en una serie de
artículos publicados a lo largo de los diez años siguientes, le dio forma al
llamado Programa de Hilbert, el cual, en esencia, llevaba la exigencia de finitud
y de constructividad de los objetos matemáticos a los razonamientos
matemáticos.

Con más precisión, Hilbert proponía la creación de una nueva ciencia a la que él
llamaba metamatemática. Esta ciencia tendría como objetivo verificar la validez
de los razonamientos matemáticos. Para evitar polémicas, y para asegurarse de
que no surgieran nuevas paradojas, esta ciencia sería puramente finitista, es
decir, la metamatemática trataría a los enunciados y a los razonamientos
matemáticos como si fueran simples secuencias de símbolos sin significado a
los que manipularía algorítmicamente.

Con más precisión, el Programa de Hilbert proponía dar un conjunto de axiomas


para la aritmética que cumpliera estas cuatro condiciones:

1. El sistema debía ser consistente; es decir, no debía existir un enunciado P tal


que P y su negación fueran simultáneamente demostrables a partir de los
axiomas.

2. La validez de cualquier demostración basada en esos axiomas debía ser


verificable algorítmicamente en una cantidad finita de pasos.

3. Dado cualquier enunciado P, o bien él o bien su negación debía ser


demostrable a partir de los axiomas.

4. La consistencia de los axiomas (es decir, la validez de la primera condición)


debía ser verificable algorítmicamente en una cantidad finita de pasos.

(La aritmética es la teoría que habla de la suma y el producto de los números


naturales. Hilbert consideraba que era ésta la teoría fundamental de la
Matemática, y no la Teoría de Conjuntos.)
BIBLIOGRAFÍA

 Barwise, Jon (1989). Handbook of mathematical logic (en inglés).


Elsevier. ISBN 9780444863881.
 Boolos, George; Burgess, John P.; Jeffrey, Richard C. (2007). Computability
and logic (en inglés). Cambridge University Press. ISBN 9780521701464..
 Domeisen, Norbert (1990). Peter Lang, ed. Zentralblatt MATH Logik der
Antinomien (en alemán). ISBN 3-261-04214-1.
 Gödel, Kurt (1931). «Über formal unentscheidbare Sätze der Principia
Mathematica und verwandter Systeme, I». Monatshefte für Mathematik und
Physik (en alemán) 38: 173-198. doi:10.1007/BF01700692.
Traducido al castellano en:

 ——— (1981). Jesús Mosterín, ed. Obras completas. Alianza


Editorial. ISBN 84-206-2286-9.
 ——— (2006). Sobre proposiciones formalmente indecidibles de los
Principia Mathematica y sistemas afines. KRK Ediciones. ISBN 978-84-
96476-95-0.
 Hofstadter, Douglas R. (1989). Gödel, Escher, Bach. Tusquets
editores. ISBN 84-7223-459-2.
 Hofstadter, Douglas R.; Nagel, Ernest; Newman, James Roy
(2002). Gödel's Proof (en inglés). NYU Press. ISBN 0-8147-5816-9.
 Ivorra, Carlos, Lógica y teoría de conjuntos, consultado el 27 de julio de
2011.
 Martínez, Guillermo (2009). Gödel para todos. Seix Barral. ISBN 978-950-
731-605-0.
 Rosser, B. (1936). «Extensions of some theorems of Gödel and
Church». Journal of Symbolic Logic 1 (3): 87-91.
 Smullyan, Raymond (1992). Gödel's Incompleteness Theorems (en
inglés). Oxford University Press. ISBN 0-
REFERENCIAS

éase la parte dedicada a Gödel en la introducción de Hofstadter, 1989.

↑ Esto sólo es cierto en la interpretación natural en que las variables de la teoría


se interpretan como los números naturales.

↑ Véase Hofstadter, 1989, §XIV para una exposición de nivel intermedio sobre la
aritmética no estándar.

↑ Véase Boolos, 2007, §17.2.

↑ Véase Boolos, 2007, §24.

↑ En realidad, la prueba original de Gödel omite ciertos detalles técnicos. [cita reque

Lucas, John R. «Minds, Machines and Gödel» (en inglés). Consultado el 15 de


septiembre de 2011.

↑ De manera rigurosa, se dice que una relación R(n1, ..., nk) es expresable en
una teoría formal aritmética si existe una fórmula φ(x1,..., xk)de forma que si la
relación R(n1, ..., nk) se cumple para unos ciertos números n1, ..., nk entonces
puede demostrarse la fórmula φ([n1],..., [nk]); y si la relación no se cumple,
entonces dicha fórmula puede refutarse. Véase Ivorra,, §6.3 o Boolos, Burgess
y Jeffrey, 2007, §16 (donde se denomina definability).

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