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ANALISIS DEL SISTEMA DE EVALUACION Decreto 1290,

la evaluación y la calidad del aprendizaje

Por German Herrera J.

SOBRE EL CONCEPTO, PROPOSITO Y LOS INSTRUMENTOS DE LA


EVALUACION.

Concepto de evaluación
Casi todos los autores coinciden en afirmar que la evaluación tiene como propósito
medir el resultado del aprendizaje de los estudiantes en los procesos educativos,
en particular, de los estándares, logros y competencias propuestos en un
determinado grado, nivel o proceso. [1]

De modo general, la tendencia actual es la de concebir a la evaluación desde una


perspectiva comprehensiva en cuanto a su objeto, funciones, metodología y
técnicas, participantes, condiciones, resultados, efectos y determinantes. Se
manifiesta con fuerza el reconocimiento de su importancia social y personal desde
un punto de vista educativo, formativo, así como para el propio proceso de
enseñanza-aprendizaje por el impacto que tiene el modo de realizar la evaluación y
la forma en que el estudiante la percibe, en el aprendizaje. No obstante, esta
tendencia que se manifiesta en la conceptualización teórica contrasta con cierta
estrechez y rigidez que matizan su práctica en las instituciones educacionales y al
interior del aula; así como la servidumbre de la evaluación a demandas sociales de
selección, clasificación y control de los individuos y las instituciones mismas, que
aún persisten con fuerza. [2]

El significado más aceptado en el presente se aproxima a las definiciones más


globales y amplias que se encuentran en los diccionarios generales; la de apreciar,
valorar, fijar el valor de una cosa, hecho o fenómeno.

La mayoría de las definiciones actuales coinciden en reconocer, como procesos


básicos de la evaluación, la recogida de información y la emisión de un juicio
valorativo. No obstante, existen discrepancias en la extensión del concepto, y por
tanto del proceso evaluativo en su totalidad, en lo que se refiere a la inclusión o no
del juicio valorativo y de la toma de decisiones derivadas de la información y
valoración que se realizan, así como de la ejecución de esas decisiones y sus
resultados.

Por eso lo primero que se debe tener claro a la hora de definir los procedimientos
y el sistema de evaluación de una institución educativa es cuál es el objetivo de la
evaluación en términos de los estándares, logros o competencias que se quieren
alcanzar.

3. Fines y funciones de la evaluación. ¿Por qué, para qué evaluar?


La finalidad de estas evaluaciones es obtener información confiable que permita
tomar decisiones hacia un mejoramiento continuo y progresivo de la calidad de la
educación. En varios de los países mencionados se han implementado programas
focalizados que han permitido mejorar la calidad de los aprendizajes de los
estudiantes; así como también, acciones dirigidas a retro-alimentar y enriquecer el
trabajo de los docentes.

El objetivo de la evaluación del aprendizaje, como actividad genérica, es valorar el


aprendizaje en su proceso y resultados. Las finalidades o fines marcan los
propósitos que signan esa evaluación. Las funciones se refieren al papel que
desempeña para la sociedad, para la institución, para el proceso de enseñanza-
aprendizaje, para los individuos implicados en éste.

Las finalidades y funciones son diversas, no necesariamente coincidentes; son


variables, no siempre propuestas conscientemente, ni asumidas o reconocidas.
Pero tienen una existencia real. Están en estrecha relación con el papel de la
educación en la sociedad con el que se reconoce de modo explícito en los objetivos
educativos y con los implícitos. Están vinculadas con la concepción de la enseñanza
y con el aprendizaje que se quiere promover y el que se promueve.

Durante la primera mitad del siglo xx y hasta la década de los 60, la función de la
evaluación fue la de comprobar los resultados del aprendizaje. Ya se tratase en
términos del rendimiento académico o del cumplimiento de los objetivos propuestos.

Dentro de las funciones pretendidas o no, de la evaluación están:

Las funciones sociales que tienen que ver con la certificación del saber, la
acreditación, la selección, la promoción.
Función de control. Esta es una de las funciones relativamente oculta de la
evaluación. Oculta en su relación con los fines o propósitos declarados, pero
evidente a la observación y análisis de la realidad educativa. Por la significación
social que se le confiere a los resultados de la evaluación y sus implicaciones en la
vida de los educandos, la evaluación es un instrumento potente para ejercer el poder
y la autoridad de unos sobre otros, del evaluador sobre los evaluados.
Funciones pedagógicas. Bajo este rubro se sitúan diversas y constructivas
funciones de la evaluación que, aunque tratadas con diferentes denominaciones por
diversos autores, coinciden en lo fundamental respecto a sus significados.
Entre ellas se nombran las funciones: orientadora, de diagnóstico, de pronóstico,
creadora del ambiente escolar, de afianzamiento del aprendizaje, de recurso para
la individualización, de retroalimentación, de motivación, de preparación de los
estudiantes para la vida.

Las funciones nombradas no agotan todo su espectro. Ante tal amplitud algunos
autores han optado, sabiamente, por usar clasificaciones más genéricas. Así
Rowntree (1986) las reduce a dos, según se use la evaluación para 1. Enseñar al
estudiante y/o 2. Informar sobre el estudiante. Cardinet (1988) propone tres
funciones: predictiva, formativa y certificativa. En el ámbito nacional, O. Castro
(1998) propone la clasificación siguiente: función pedagógica, función innovadora y
función de control.
La determinación de los resultados del aprendizaje y la calidad de éstos. Si se ha
alcanzado o no el aprendizaje esperado _u otros no previstos_ y qué características
o atributos posee, de acuerdo con los criterios asumidos a tal fin. En tal caso la
principal función es la de comprobación de resultados.
De otro lado el propósito de la evaluación viene definido incluso por el modelo
pedagógico o la tendencia pedagógica en la cual se halla inscrito el sistema mismo
de evaluación. Así, para la escuela constructivista el propósito más importante de
la evaluación no es demostrar, sino perfeccionar (Stufflebeam y Shinkfield, 1987; p.
175), el fin último no es demostrar lo que no se sabe, ni poner en relieve los errores
de los alumnos para sancionarlos, por el contrario, la información recopilada debe
proporcionar una panorámica de una situación actual del objeto de evaluación, as
como los elementos para emitir un juicio de valor con el fin de intervenir y mejorar
el proceso educativo. [3]

Pero además, tal panorámica tiene que brindar elementos para reconocer el grado
o nivel en que se encuentra el objeto evaluado, de hecho el término evaluación se
asocia con un efectivo o inefectivo, con un adecuado o inadecuado, con un bueno
o malo, con un valioso o invalorable, y con un apropiada o inapropiada es una
acción, proceso o producto en términos de las percepciones de la persona que hace
uso de la información que proporciona un evaluador (Isaac y Michael, 1981; p. 2).

Si un estudio no proporciona esta información, entonces no se puede considerar


como una evaluación. De esta manera, la evaluación es el proceso de identificar,
obtener información útil y descriptiva acerca del valor y el mérito de las metas, la
planificación, la realización y el impacto de un objeto determinado, con el fin de
servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los problemas de
responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados
(Stufflebeam y Shinkfield, 1987; p. 183).

4. Sobre el objeto de la evaluación. ¿Qué evaluar?


La delimitación del objeto que se evalúa es un asunto central. De ella se deriva, en
gran medida, las decisiones sobre cómo se realiza la evaluación: los instrumentos,
procedimientos, momentos, indicadores, criterios, que se utilicen en el proceso
evaluativo.

La respuesta a qué se evalúa depende de los fines de la evaluación; de la


concepción de enseñanza y de aprendizaje; de los objetivos y contenidos de
enseñanza; de las condiciones en que se realiza el proceso, que incluye la
factibilidad y la facilidad para la selección de los instrumentos y procedimientos de
captación y valoración de la información sobre el aprendizaje de los estudiantes.
Estas últimas razones han dado lugar a la reiterada crítica de que se evalúa aquello
que es más fácil de evaluar y, quizás ellas expliquen el apego a formas de
evaluación que solo demandan niveles reproductivos del conocimiento aun cuando
los objetivos de enseñanza planteen mayores exigencias cognitivas.

Al igual que los fines, la definición del objeto, tiene connotaciones ideológicas y
axiológicas. La decisión de qué se evalúa, supone la consideración de aquello que
resulta relevante, significativo, valioso del contenido de enseñanza y del proceso de
aprendizaje de los estudiantes; es decir, qué contenido deben haber aprendido,
cuáles son los indicios que mejor informan sobre el aprendizaje. Al comenzar un
proceso de evaluación ya existen prejuicios sobre lo que resulta relevante o no.

Las tendencias históricas en cuanto a la consideración del objeto de evaluación del


aprendizaje, trazan direcciones tales:

Del rendimiento académico de los estudiantes, a la evaluación de la consecución


de los objetivos programados.
La primera línea enunciada se mantiene, en lo fundamental, centrada en los
productos o resultados. En los primeros decenios del presente siglo la atención al
rendimiento académico de los estudiantes, fue el aspecto privilegiado en la
evaluación del aprendizaje. Se asoció a un sistema de referencia estadístico,
basado en la curva normal, que permitía establecer la posición relativa de un alumno
respecto a su grupo o cualquier población pertinente al efecto, reflejo de una
concepción espontaneísta del aprendizaje y de la enseñanza, en última instancia.

La evaluación de y por objetivos, surge y se constituye en el paradigma, aun


dominante, de la evaluación del aprendizaje. Se trata igualmente de fincarse en los
productos del aprendizaje para valorarlos, pero marca diferencias importantes
respecto al simple rendimiento o aprovechamiento docente anteriormente referido.
Subraya el carácter no espontaneísta, sino propositivo, orientado, dirigido, del
aprendizaje que se da en el contexto de la enseñanza, que se expresa en sus
objetivos; los mismos que guían la acción educativa y sirven de criterios para su
evaluación.

Sin embargo esta evaluación es insuficiente, porque desatiende el proceso de


aprendizaje. Sus limitaciones aparecen, además, a la luz del análisis de la
formulación y del contenido de los propios objetivos: determinaciones imprecisas,
ambiguas; objetivos cuestionables como metas. Se añade, el demostrado hecho de
la existencia de aprendizajes no previstos, que son ignorados si solo se evalúan los
objetivos. Esto no implica que los objetivos pierdan su importancia como guías y
sistema de referencia, máxime si se tiene en cuenta que expresan el encargo social
respecto a la formación de los estudiantes, acorde con los intereses, ideales,
aspiraciones de una sociedad determinada. Los objetivos son necesarios pero no
suficientes para la evaluación.

En las últimas décadas se ha consolidado la evaluación del nivel de partida de los


estudiantes, al iniciar un proceso de enseñanza. Los aportes de la psicología
cognitiva fundamentan la relevancia del conocimiento previo de los alumnos para
su aprendizaje ulterior

Un punto de especial significación lo constituye la relación que se establece entre


conocimiento y habilidades. Desde esta perspectiva no resulta legítimo separar -y
evaluar- los conocimientos de las habilidades, en tanto todo saber (conocimiento)
“funciona”, se expresa, a través de determinadas acciones, que conforman
habilidades. Todo saber implica un saber hacer, con independencia de sus
diferentes niveles de demanda cognitiva, por lo que la acción ocupa un papel rector
en la formación, la restauración y la aplicación del saber. De ahí que el análisis de
la acción en la que se expresa “el conocimiento” sea un aspecto crucial para la
evaluación, al inicio, durante y al final de un proceso de enseñanza aprendizaje. No
es por azar que las diversas taxonomías de objetivos establezcan niveles cognitivos
a partir de la distinción entre acciones.

De la evaluación de productos (resultados), a la evaluación de procesos y


productos.
La evaluación del proceso de aprendizaje trae consigo el viejo problema de la
individualización de la enseñanza, en el sentido de reconocer y atender las
diferencias individuales entre los alumnos. Es bien conocido que los estudiantes
pueden llegar a similares resultados, siguiendo vías diversas, con modos diferentes
de proceder, pertinentes e impertinentes en relación con los procedimientos
científicos correspondientes y con las operaciones intelectuales implicadas.

Por otra parte, los estilos de aprendizaje, los ritmos, las diferentes visiones,
intereses, propósitos, conocimientos previos, proyectos de vida; que suelen quedar
implícitos en los resultados “finales” del aprendizaje, aparecen en un primer plano
durante el proceso y pueden condicionar los resultados. La evaluación debería
penetrar hasta las diferencias individuales de los sujetos de la actividad y
proporcionar a los profesores y a los propios estudiantes la información que permita,
respetando esas diferencias, orientar el proceso hacia el logro de los objetivos
comunes, socialmente determinados.

De la búsqueda de atributos o rasgos estandarizables, a lo singular o idiosincrásico.


De la fragmentación, a la evaluación holística, globalizadora, del ser (el estudiante)
en su unidad o integridad y en su contexto.
La evaluación holística o globalizadora reclama la visión del estudiante en su
integridad y en su contexto. Tendencia actual que surge como alternativa a la
fragmentación del aprendizaje (y de su sujeto), en ámbitos o esferas cognitivas,
afectivas, psicomotoras, presente en las taxonomías que clasifican objetivos y
aprendizajes. Y de aquellas posiciones que limitan el aprendizaje a aspectos
“puramente” cognitivos, cuyos productos son los conocimientos y las habilidades,
despojadas de todo sentido personal. Además, se aproxima en mayor medida a la
realidad del acto evaluativo y de los fenómenos implicados en él, como los que
devienen de la naturaleza de la percepción humana y de la formación de juicios
valorativos, cuyo reconocimiento es imprescindible para lograr una mayor
objetividad en la práctica de la evaluación.

Estas tendencias no se dan de modo paralelo, tienen múltiples puntos de contacto


y funciones entre sí. Algunas van perdiendo fuerza dentro de las ideas pedagógicas,
aun cuando dominan la práctica; otras se vislumbran como emergentes.

5. Tipos o clases de sistemas de evaluación


La evaluación tiene diversas funciones y puede realizarse en diferentes momentos.
Se reconocen principalmente tres funciones de la evaluación: diagnóstica, sumativa
y formativa.

Evaluación diagnostica

De manera generalizada se reconoce que la evaluación diagnóstica evalua los


conocimientos previos de los alumnos antes de comenzar con una etapa de
aprendizaje con el propósito de realizar la plantación del curso. Se lleva a cabo al
inicio de cualquier proceso y su propósito es obtener información pertinente sobre
el conocimiento previo de los alumnos para apoyar la planeación de estrategias de
enseñanza que promuevan el aprendizaje.

Evaluación sumativa

También se reconoce que en la evaluación sumativa se evalúan productos con el


propósito de verificar el logro de los objetivos planeados. Tiene el proposito de
verificar el grado de logro de aprendizaje de los estudiantes a traves de productos
finales y con ello certificar si se alcanzaron los objetivos planeados y así decidir si
se acredita o no.

Evaluación formativa

En la evaluación formativa se evalúan procesos más que productos y su propósito


es proporcionar información para mejorar el aprendizaje así como la enseñanza. Se
encamina a recolectar información a lo largo del tiempo para conocer el proceso de
aprendizaje de los alumnos con el propósito de proporcionarles retroalimentación
para mejorar su aprendizaje, además de dar cuenta del nivel de desempeño en que
se encuentran. Finalmente, la evaluación proporciona también información
relevante al maestro para ajustar la enseñanza a las características de los alumnos.

Sin embargo es necesario aclarar que el momento en que se realiza la evaluación


no es el factor decisivo para diferenciar su función, es decir, no por el hecho de
evaluar en varios momentos a lo largo de un curso se está privilegiando la función
formativa, es necesario tomar en cuenta también el propósito para el que se evalúa.

Evaluación autentica

Un tipo de evaluación alternativa coherente con la evaluación de competencias es


la evaluación auténtica, la cual se presenta como una alternativa a las prácticas de
evaluación centradas en los resultados del aprendizaje y cuya principal fuente de
recolección de información es por medio de pruebas objetivas y de lápiz y papel
(Daz-Barriga, 2006). Se le denomina evaluación auténtica porque, a través de
actividades significativas, exige de los alumnos, el empleo de sus conocimientos
previos y el aprendizaje reciente en conjunción con estrategias y habilidades, que
los conduzcan al desarrollo de actividades significativas con cierto grado de
complejidad, de pertinencia y trascendencia personal y social. Las características
de una evaluación auténtica pueden resumirse en los siguientes puntos (Paris y
Ayres, 1994): Es consistente con las prácticas del aula. Tiene validez instruccional
y curricular porque los procedimientos de evaluación y su contenido se derivan del
aprendizaje diario de los alumnos. Recopila evidencias diversas de múltiples
actividades. Promueve el aprendizaje y enseñanza entre los alumnos. Refleja
criterios y valores locales. Los criterios se establecen con base en acuerdos entre
maestros y entre maestros y alumnos y por tal razón, pueden ser modificados.

Lineamientos de evaluación

1. El objeto de evaluación son las competencias en su conjunto y sus componentes


de manera integral. Por un lado, la evaluación debe contemplar las competencias
genéricas, las competencias disciplinares y, según el sistema, las competencias
profesionales en conjunto. Por otro lado, debido a su naturaleza multidimensional,
los competentes de la competencia (conocimientos, habilidades y actitudes)
requieren evaluarse integralmente. De esta manera, la sola evaluación de
conocimientos o de procedimientos no hace referencia a la evaluación de
competencias.

2. La función de la evaluación es formativa y es parte integral de la enseñanza y del


aprendizaje. La enseñanza y la evaluación trabajan en conjunción y se acompaña
a lo largo del proceso de aprendizaje. No puede concebírseles de manera aislada
ni como partes separadas de un mismo proceso, ambas confluyen en las mismas
actividades significativas, razón por la cual, estas deben considerarse
frecuentemente en la planeación para que los alumnos tengan la oportunidad de
enfrentarlas con frecuencia y con ello puedan mejorar sus propios desempeños.
Cada actividad propuesta a lo largo del ciclo escolar, es susceptible de evaluarse y
en estas condiciones, la evaluación adquiere su característica de auténtica y su
función formativa que permite hacer adecuaciones a la enseñanza.

3. La evaluación de competencias se desarrolla a través de actividades


significativas. Las competencias se demuestran en la ejecución de una actividad
significativa donde los alumnos muestran un determinado grado de desempeño
movilizando sus recursos. Las actividades significativas deben utilizarse
frecuentemente para dar oportunidad a los alumnos de demostrar nuevos
desempeños.

4. La evaluación debe proporcionar información sobre el desempeño de los


alumnos. Se requiere de información cualitativa donde se describa el grado de
desarrollo que ha alcanzado un alumno en un determinado momento en el
desempeño de alguna actividad significativa, misma que difícilmente puede
brindarse con la sola asignación de una calificación.

5. Los instrumentos de evaluación deben dar cuenta del desempeño mostrado en


una actividad significativa. Con la evaluación auténtica se promueve el uso y diseno
de instrumentos de evaluación que den cuenta del proceso de aprendizaje de los
alumnos o recaben evidencias sobre Alan desempeño demostrado. Entre los
instrumentos reconocidos para evaluar competencias se encuentran principalmente
los portafolios de evidencias y las rubricas. En el caso de las rubricas es necesario
que un grupo de maestros acuerden y establezcan primero los indicadores a evaluar
y posteriormente describan sus respectivos niveles de desempeño. No se rechaza
el uso de pruebas objetivas, pero se aboga por que estas no sean el único criterio
de evaluación ni el más importante, pues estos, en su mayora, se centran en
verificar conocimientos, pero el enfoque de competencias requiere que además se
evalúen habilidades y actitudes.

6. El proceso de evaluación debe promover constantemente la evaluación,


coevaluación y autoevaluación. El maestro debe promover en el aula un clima de
respeto para que los alumnos tengan la posibilidad de evaluar su propio desempeño
y el de sus compañeros y con ello promover una cultura de la evaluación que se
aleje de su función instrumental donde los alumnos se autoevalúan con estándares
altos porque desean obtener promedios altos, sin importar la calidad o el nivel de
desempeño mostrado. Por el contrario se requiere promover en los alumnos el
desarrollo de procesos meta cognitivos que les permitan desarrollarse de manera
autónoma en diversas actividades.

SOBRE LA ESCALA DE VALORACION (EVALUACION CURRICULAR)

Cuando aparece la evaluación

La sociedad, desde la época de los grandes filósofos griegos siempre se ha


preocupado por las cuestiones inherentes a demostrar y evaluar el grado de
conocimientos que van adquiriendo los individuos en sus procesos de desarrollo
cultural y educativo; en virtud de que un aprendizaje de este tipo no puede ser
tocado, olido o visto en su esencia pura, tiene que ser inferido objetivamente de una
forma tal que a la vez permita medirlo y pueda ser seguido evolutivamente, situación
que de lleno metió a la sociedad en un nuevo conflicto, idear y desarrollar una
modalidad para evaluar ese proceso, que fuera totalmente neutral. Ante tal
necesidad, surge un sistema especial de valorar el desarrollo educativo, se da el
sistema de calificaciones, el miso que sirve para valorar y reforzar los aprendizajes
adquiridos dentro del aula y fuera de esta.

En la actividad docente se debe de tener en cuenta que la denominada “puesta de


notas” o dicho en otras palabras calificar el aprendizaje, no es una cosa efímera y
superficial, sino que es un acto que conlleva mucha responsabilidad, compromiso y
ética, ya que las calificaciones o notas no solamente van a servir para dar alegría al
estudiante y pasar de curso, sino también para algo muy fundamental, que es
determinar el nivel de aprendizaje del estudiante (medir y determinar sus
capacidades. habilidades, actitudes y valores). Para ello se crea una escala de
calificación, con el fin de orientar al docente en el proceso evaluativo a no caer en
errores o imprecisiones que puedan dañar su labor realizada en el aula de clases o
afectar y alterar la actividad del alumno. [4]
Precisamente, el presente trabajo, está orientado a señalar de una forma más
dinámica diversos aspecto del campo educativo en lo que se refiere a la evaluación
y escalas de calificaciones; en donde se observara el desarrollo de diversas
interrogantes que van desde; que es la evaluación, cual son sus propósitos, sus
criterios generales, así como también la escala de calificación, hasta los diversos
aspecto inherentes a la evaluación en Historia y Geografía.

Aspectos importantes de la evaluación

Puntos que son muy importante tomar en cuenta, para realizar una adecuada y
responsable labor dentro del campo educativo y mas aún dentro del proceso
evaluativo, el mismo que siempre debe procurar fortalecer los aprendizajes.

Como regla general, sabemos que todo en el mundo, es decir, que todas las cosas
que nos rodean se dan siempre a través de un proceso; es así, que el ser humano
nace, crece, se reproduce y muere, el ser humano es producto de un proceso, pero
de un proceso natural; cumpliendo esta regla universal y general, que se aplica en
todo ámbito de la realidad; en esta línea de pensamiento procedemos a señalar
ciertas acepciones de la locución Evaluación, antes de entrar al tema de Escala de
Calificaciones en si, puesto que, además, debemos de tener en cuenta que las
calificación forma parte del proceso de evaluación.

El término de evaluación aparece a partir del proceso de industrialización que se


produjo en Estados Unidos, luego, con el transcurrir del tiempo aparecieron términos
como, tecnología educativa, diseño curricular, objetivos de aprendizaje o evaluación
educativa. En la última década se tiende a un concepto holístico de la evaluación,
es decir, abarca a todos y cada uno de los componentes de un sistema.

La evaluación aplicada al ámbito educativo, es considerada como una actividad


sistemática y necesaria dentro del proceso educativo, y como un subsistema, es un
dispositivo dentro del sistema de enseñanza y aprendizaje.

La evaluación no es una acción esporádica, circunstancial o de momento de los


profesores y de la institución escolar, sino, un dispositivo muy especial y curioso
que sirve para obtener una valoración propia de los conocimientos vertidos en el
aula; dicho proceso evaluativo debe estar presente y perenne en la práctica
educativa, la misma que se debe de aplicar permanentemente en el aula.

La eficacia de la evaluación, está a conseguir el fin que persigue, depende de las


condiciones en que ésta se realice y obliga a actuar de una manera rigurosa,
sistemática y fundamentada a lo largo de todo el proceso en que se desarrolla,
comenzando por el momento en que decide y define qué es lo que se persigue con
la evaluación y concluyendo cuando se hacen públicos sus resultados o
conclusiones.
Conceptos sobre el termino evaluación

Definir el proceso de evaluación puede llegar a ser tan complejo como interesante
en relación al número de autores, corrientes y teorías que lo han hecho, es por ello
que damos ciertas concepciones de dicho proceso:

La evaluación es un proceso mediante el cual se observa, recoge y analiza


información relevante, respecto del proceso de aprendizaje de los estudiantes, con
la finalidad de reflexionar, emitir juicios de valor y tomar decisiones pertinentes y
oportunas para optimizarlo.
La evaluación es un proceso mediante el cual se obtiene información sobre los
niveles de desarrollo de las competencias y necesidades de los estudiantes, para
formar un juicio de valor razonado con el propósito de tomar decisiones en relación
con el curso de las actividades de aprendizaje.
La evaluación es un proceso que consiste en seleccionar y obtener información
relevante referida a personas, fenómenos, y cosas; así como a sus interacciones;
con el propósito de emitir juicios orientados a toma de decisiones.
La evaluación es el conjunto de actividades que permite observar y describir con
mayor precisión los aspectos cuantitativos y cualitativos de la estructura, el proceso
y el producto de la educación. Su finalidad es facilitar una predicción y un control lo
más exacto posible del proceso educativo.
La evaluación es la acción permanente por medio de la cual se busca apreciar,
estimar y emitir juicio sobre los procesos pedagógicos, así como sobre sus
resultados con el fin de elevar y mantener la calidad de los mismos.
La evaluación es un proceso permanente de información y reflexión sobre los
aprendizajes. Este proceso permanente de reflexión e información sobre el
desarrollo de las competencias se puede lograr desde dos instancias: desde el
propio alumno y desde los otros: sus compañeros, profesores, autoridades
educativas y padres de familia.
Tras analizar las diversas concepciones del proceso de evaluación, nos damos
cuenta, que tales definiciones presentan una misma estructura, es por ello que
coinciden en afirmar que la evaluación es:

Un proceso de obtención de información sobre el nivel de logro de los aprendizajes.


Un proceso mediante el cual se analiza la situación de la enseñanza vertida en el
aula de clases.
Un proceso que tiene fundamentalmente dos entes; en donde uno es emisor y el
otro receptor; en donde uno analiza su rol y los saberes que emite en clases y el
otro manifiesta lo captado o aprendido en clases.
Hacer un juicio de valor razonado para una toma de decisiones con respecto al
proceso de aprendizaje.
Estimar cuantitativamente y cualitativamente el valor de la enseñanza vertida y del
aprendizaje realizado.
Como ya sabemos, la evaluación es un proceso muy especial e interesante que se
vierte en el aula de clases, en donde el docente tiene que tener una visión adecuada
y metódica para conseguir su propósito (descubrir y valorar), los diversos aspectos
de desarrollo del alumnado. Ante eso, damos una última definición de la evaluación:
La evaluación es un proceso permanente e interactivo orientado a recoger
información sobre una realidad y valorar el nivel de logro alcanzado por el estudiante
en el desarrollo de competencias, con la finalidad de tomar decisiones que lleven a
mejorar la práctica educativa. Este concepto de evaluación es el más acorde con la
realidad educativa, es por ello, que el grupo a decidido desmembrarlo para darle
cierta interpretación; así tenemos:

Proceso permanente e interactivo de recopilación de información


Porque así como el aprendizaje es un proceso, es importante y necesario conocer
los niveles de desarrollo de las competencias y las necesidades de un estudiante
durante dicho proceso. La información obtenida debe ser válida y confiable, es decir
debe ser pertinente, con respecto a lo que se pretende evaluar, y debe ser el reflejo
más fidedigno de la realidad que se pretende conocer.

Acción permanente para interpretar y valorar el nivel de logro del estudiante en el


desarrollo de sus competencias
La información recogida nos permitirá formarnos un juicio de valor razonado con el
propósito de tomar decisiones en relación con el curso de las actividades de
aprendizaje, teniendo en cuenta los niveles previstos en el desarrollo de las
competencias y las necesidades de los estudiantes. Como los estudiantes avanzan
en sus procesos de aprendizaje según el ritmo de sus capacidades y habilidades.

Con la finalidad de tomar decisiones que lleven a mejorar la práctica educativa.


El conocer interpretar y valorar las situaciones reales del aprendizaje de los alumnos
carece de relevancia si no va acompañado de una acción estratégica que se oriente
a superar y dar solución a las dificultades, problemas e intereses detectados con la
evaluación. Es así que el éxito de los procesos de los alumnos y del maestro se
orienten en gran medidas a las tomas de decisiones acertadas, pertinentes y
oportunas.

Una de las decisiones más importantes en el proceso de la evaluación, se relaciona


con la necesidad de diseñar estrategias para potenciar los aprendizajes de los
estudiantes con rendimiento especialmente alto y superar las carencias de los
estudiantes con rendimiento especialmente bajo, teniendo en cuenta sus
necesidades y las posibilidades que ofrecen las actividades de aprendizaje.

La Calificación

Los profesores, en su práctica cotidiana, están sometidos a una serie de


obligaciones propias de su labor. Entre otras, deben crear situaciones de
aprendizaje, controlar la convivencia dentro de la sala de clases, responder a las
formalidades necesarias para comunicar el desarrollo de sus alumnos, entrevistar a
padres, conversar con sus alumnos, preparar materiales, evaluar los aprendizajes
de sus alumnos. La calificación es también una de las tantas actividades del docente
que, en muchas ocasiones, se realiza en forma rutinaria y sin el alcance que
merece. Sin embargo, la calificación, como parte del proceso de evaluación, tiene
una relevancia especial puesto que despierta expectativas en los alumnos, en sus
padres y en el sistema. Junto a esto, la calificación es la certificación del
aprovechamiento escolar y la “carta de presentación” para futuras instancias
educacionales.

Ante ello, señalamos que las calificaciones son expresiones de juicios de valor, que
resumen y comunican el proceso de evaluación de los aprendizajes y que tienen
importantes consecuencias psicológicas y sociales. Esto obliga a considerar que la
asignación de puntajes o de notas no es un evento aislado, sino que tiene un “antes”
y un “después”. De este modo es posible dar significancia y alcances
verdaderamente pedagógicos al proceso de la evaluación de los aprendizajes.

Desconocer esta característica esencial de la calificación, significa seguir poniendo


notas como expresión aislada de un juicio de valor, desconectado de los otros
aspectos de la evaluación: medición, congruencia con los objetivos propuestos e
información para la toma de decisiones. Calificar debería ser una instancia para
expresar y comunicar juicios responsables acerca de los logros de los alumnos y
alumnas, tomando en cuenta las observaciones y mediciones hechas durante el
proceso de aprendizaje.

La calificación de los aprendizajes en el Perú se expresa mediante calificativos que


se consignan en el “Registro de Evaluación de los Aprendizajes “, y luego se
trasladan a la “Libreta de Información” en Secundaria. En estos documentos hay un
espacio para los comentarios del docente y de los padres de familia o apoderados.

La calificación como juicio es una realidad en la vida escolar. Frente a la dimensión


de los aprendizajes, los padres de familia quieren saber “cómo están sus hijos”, los
alumnos quieren conocer “cómo van sus notas”, los profesores jefes necesitan tener
idea del progreso de su curso, el sistema educacional solicita información. Las
respuestas a esas solicitudes son juicios expresados en calificaciones.

La nota escolar, o el concepto, que se asigna a un alumno, es un elemento que está


en el límite entre las prácticas evaluativas del profesor y las consecuencias sociales
y psicológicas para el alumno, su familia y la sociedad. Estimar de esta forma a la
calificación da sentido a las exigencias de una evaluación realizada con seriedad,
profesionalismo y de acuerdo a las declaraciones curriculares del respectivo instituto
escolar.

Componentes de las calificaciones

La nota de los estudiantes en cada asignatura y para cada período, excepto el caso
de la conducta, se obtendrá sumando la calificación de los siguientes componentes:

Trabajo cotidiano
Trabajo extra-clase
Pruebas
Concepto
Asistencia
A.- Trabajo cotidiano

Se entiende por trabajo cotidiano todas las actividades educativas que realiza el
alumno con la guía del docente. Este trabajo se observa en forma continua, durante
el desarrollo de las lecciones, como parte del proceso de aprendizaje y no como
producto. Para su calificación se debe utilizar la información recopilada con las
escalas de calificación y otros instrumentos técnicamente elaborados.

B.- Trabajo extra-clase

Se entiende como trabajo extra-clase aquellos trabajos planeados y orientados por


el docente, o por éste en conjunto con los estudiantes, cuyo propósito es que el
alumno repase o amplíe los temas desarrollados por el docente de acuerdo con los
objetivos. En otras palabras, el alumno no solo se va nutrir con lo obtenido en clase,
sino también, con lo que investigue en horarios que son fuera de clase.

Estos trabajos, en un primer momento deben de consistir en tareas cortas,


orientadas a reafirmar los aprendizajes desarrollados en clase; luego con el
transcurrir del tiempo, gracias a la experiencia de los alumnos, estos trabajos
pueden ser tareas, proyectos o investigaciones que realizará el estudiante en forma
individual o grupal fuera del horario lectivo. Estos trabajos se asignarán de acuerdo
con el nivel que curse y las posibilidades personales del estudiante. Dejando, bien
claro, que estos trabajos no deben asignarse para ser desarrollados durante los
períodos de vacaciones o de pruebas calendarizadas en la institución.

C.- Las pruebas

Las pruebas, que pueden ser escritas, orales o de ejecución, son un instrumento de
medición cuyo propósito es que el estudiante demuestre la adquisición de un
aprendizaje cognoscitivo o motor, el dominio de una destreza o el desarrollo
progresivo de una habilidad.

El contenido de las pruebas siempre esta en manos de docente, por ello, esté
colocara el contenido que juzgue necesario, las pruebas no deben tener carácter
acumulativo durante un mismo período. Tanto la prueba escrita como la oral deben
ser resueltas individualmente. Además, estas pruebas y las de ejecución deben
aplicarse ante la presencia de un docente. La realización de trabajos en el aula o
extra-clase no sustituyen, en ningún caso, a una prueba. Las pruebas cortas deben
tener carácter formativo, salvo el caso de las aplicadas a los estudiantes con
necesidades educativas especiales.

D.- El concepto

El concepto constituye el juicio profesional valorativo y global que emite el docente


con respecto al desempeño y actitud que demuestra el estudiante durante el
proceso de aprendizaje en cada una de las asignaturas. En esta calificación no
deben considerarse la puntualidad, la asistencia, ni aspectos relacionados con la
evaluación de la conducta. Por ello, muchos pedagogos señalan que el concepto,
no debe ser exteriorizado de manera ordinaria por el docente, ya que si fuera así
crearía un ambiente de exclusión.

E.- La asistencia

La asistencia se define como la presencia del estudiante en las lecciones y en todas


aquellas otras actividades escolares a las que fuere convocado.

Las ausencias y las llegadas tardías podrán ser justificadas o injustificadas. Se


entiende por ausencia justificada aquella provocada por una razón de fuerza mayor
ajena a la voluntad del estudiante, que le impide presentarse a la institución o al
lugar previamente definido por el docente para cumplir con sus obligaciones
habituales como estudiante. Tales razones son:

Enfermedad, accidente u otra causa de fuerza mayor.


Enfermedad grave de cualquiera de sus padres o hermanos.
Muerte de algún familiar hasta el segundo grado de consanguinidad y hasta por una
semana.
Cualquier otro motivo justificable a juicio del docente o, en caso de ausencia de
éste, del orientador respectivo.
De igual forma, la llegada tardía justificada es aquella provocada por razones de
fuerza mayor ajenas a la voluntad del estudiante y que le impiden presentarse
puntualmente a la hora previamente definida, a juicio del docente.

Principios de las calificaciones

Con respecto a las calificaciones, estas se encuentran marcadas por determinados


principios, así tenemos:

Claridad: Cualquiera sea el sistema que se utilice ha de quedar perfectamente claro


qué significan los símbolos, términos y conceptos utilizados.
Sencillez: Debe ser comprensible para los diferentes usuarios de la información: los
propios alumnos, los padres, la administración, otros profesores, orientadores, etc.
Homogeneidad: Tratar que los criterios de calificación usados por los diversos
profesores sean lo suficientemente homogéneos en los símbolos utilizados y en los
estándares de valoración.
Facilidad: El sistema de calificación debe ser medianamente económico a nivel del
esfuerzo y del tiempo que exige para su cumplimiento por parte de todos los
profesores.
Convergencia de indicios: Junto a la exigencia de objetividad, es necesario
considerar todos los datos que se posea del alumno, aceptando que la calificación
tiene, como expresión de juicio de valor, una cierta carga de subjetividad. Esto
permite valorar datos relevantes, desde la perspectiva del proceso de enseñanza-
aprendizaje, que exceden a la cuantificación, pero que inciden en la calificación. Por
ejemplo, no abusar de los promedios cuando se ven claros indicios de un avance
en los aprendizajes.

Exigencias en las calificaciones

Para responder a las exigencias, de este mundo globalizado, los profesores y la


dirección de la institución educativa enfrentan tres desafíos:

Buscar, de acuerdo a las opciones valóricas de cada proyecto educativo y al


conocimiento acumulado sobre el tema, las mejores formas de evaluar los
aprendizajes.
Aplicar calificaciones que expresen lo más certeramente posible los resultados de
las evaluaciones.
Reconocer en las calificaciones una función informativa. Cuanto más informativas
resulten éstas, tanto más cumplirán su auténtica función en todo el proceso de
evaluación y más y mejores consecuencias educativas se pondrán extraer de ella.

Criterios generales

Los criterios son hitos o referencias instrumentales que permiten determinar el


progreso del estudiante en el desarrollo de sus capacidades y actitudes, así como
en la adquisición de los conocimientos correspondientes a un área de desarrollo
curricular. Teniendo en cuenta, que un área curricular puede tener varios criterios
de evaluación. Señalamos que los criterios de evaluación sirven para comparar,
analizar e interpretar el aprendizaje logrado por el alumno.

Criterios generales de evaluación

Con respecto al proceso evaluativo, tenemos los siguientes criterios generales:

Sobre la capacidad de diseñar y construir objetos o sistemas técnicos para la


resolución de problemas tecnológicos sencillos.
Sobre la capacidad de participar en la realización de actividades con autonomía y
creatividad, manteniendo una actitud abierta y crítica en la organización del trabajo
individual y colectivo.
Sobre la capacidad de analizar y comprender objetos y sistemas técnicos, así como
utilizar el vocabulario y los recursos gráficos necesarios que permitan expresar y
comunicar las ideas.
Sobre la capacidad para realizar un plan de ejecución de un proyecto técnico, así
como, para fijar las pautas y directrices y establecer las condiciones que posibiliten
su realización.
Sobre la adquisición de procedimientos y estrategias adecuadas en la realización
de tareas, tanto manuales como intelectuales, así como sobre la responsabilidad en
cuanto al cumplimiento de las normas básicas de seguridad en el manejo de
herramientas, su cuidado y uso y la correcta manipulación de los materiales
empleados.
Sobre la capacidad crítica ante los procesos tecnológicos generales en aspectos
como: la oportunidad de la utilización de recursos en la obtención de bienes y
servicios, los procesos de transformación en la elaboración de productos finales, los
residuos que genera la actividad productiva y las consecuencias del uso o consumo
de esos productos por el ser humano.
Sobre la capacidad para integrarse en un grupo mostrando actitudes y
comportamientos positivos hacia compañeros y compañeras
Sobre la autonomía para regular su propio aprendizaje y adoptar estrategias que
conduzcan a la resolución de problemas tecnológicos.

Criterios generales de calificación

Con respecto, al proceso de valorar responsablemente el aprendizaje obtenido por


el estudiante, el cual se materializa por signos convencionales, tenemos los
siguientes criterios generales:

En las pruebas escritas de carácter teórico, con el fin de comprobar la adquisición


de los conceptos por parte del alumno, se considerarán como criterios para la
calificación los siguientes: Respuestas exactas o razonables Vocabulario y
terminología adecuados. Presentación correcta.
En los ejercicios de cálculo propuestos por el profesor/a para la comprobación de la
adquisición de procedimientos por parte del alumno/a, se considerarán como
criterios para la calificación los siguientes: Planteamiento y respuesta correcta.
Planteamiento correcto y respuesta “razonable”.
En los trabajos monográficos de carácter individual o en pequeño grupo para la
evaluación de los conceptos y procedimientos adquiridos, se considerarán como
criterios para la calificación los siguientes: La originalidad y carácter personal del
mismo. El contenido técnico de los mismos. La correcta representación en gráficos
y esquemas. La presentación general del mismo (materiales, ortografía,
mecanografiado, o buena letra, etc…)
En los debates y pruebas orales, se considerarán como criterios para la calificación
los siguientes: La exposición ordenada y razonada de los elementos de la discusión.
El empleo de términos técnicos y precisos. El respeto a las opiniones ajenas y la
confrontación respetuosa de las opciones contrapuestas.
En los trabajos prácticos de montaje o desmontaje, se considerarán como criterios
para la calificación los siguientes: Seguimiento correcto del proceso de trabajo.
Realización correcta del trabajo (buena presentación). Funcionamiento correcto del
dispositivo. Uso correcto de las herramientas y del equipo. Seguimiento de las
normas de seguridad en el uso de herramientas y máquinas. Tiempo empleado en
la realización. Orden y limpieza en el trabajo.

El esquema anterior nos muestra que existen doce factores que inciden de manera
recurrente e imbricada en la decisión del docente al momento de la asignación de
la calificación a sus alumnos: mandato institucional, formación profesional del
docente, alienación social, pedagogía de la evaluación, motivación, preferencias,
parafernalia de la evaluación, sentimientos y emociones, memorización, exclusión
y facilismo, fraudes y finalmente el factor de angustia y nerviosismo.
El mandato institucional, la formación del docente, la alienación social y la cultura
de la estratificación, selección y exclusión escolar de alguna manera son producto
del esfuerzo refinado del sistema dominante para mantenerlo vivo pero
respondiendo a sus propios intereses en lo más posible. De tal manera que al
percibir que sus métodos sistematizados ahogan a la generación joven que no está
totalmente alienada, buscan nuevas estrategias para continuar reproduciendo lo
que no quiere perder a través de una alienación subliminal legitimada por los
mismos candidatos a alienar. Por ello, una vez que el docente durante su formación
profesional ha interiorizado a través del currículo formal y del oculto, lo que el otro
quiere que reproduzca sin convulsiones sociales; el Estado ha legitimado y
asegurado esa transmisión a través del docente por medio de la investidura de una
autoridad pedagógica6, el cual, consciente o inconscientemente reproducen

lo que ellos recibieron durante su formación escolar, lo cual se refleja en el hombre


dominando al hombre bajo formas legitimadas por la sociedad, que todos vemos
como normales, natural e inofensivas y que en la gran mayoría de los casos ni
siquiera percibimos.

Escala de calificación

La escala de calificaciones es entendida como aquel instrumento, en el cual se


determina en forma precisa los logros de aprendizaje en el alumno, mediante
determinados números, símbolos o imágenes. El docente mediante la escala de
calificación determina con cierto margen de precisión si el alumno está o no
haciendo su labor escolar, ello le sirve como instrumento para poner énfasis en el
proceso de enseñanza y aprendizaje.

La escala de calificación es aquel mecanismo que se plantea como una forma


concreta de informar cómo va evolucionando el proceso evaluativo, por ello el
docente tiene que ser cuidadoso en la forma de cómo califica.

El juicio que resulta del proceso evaluativo necesita ser comunicado. La calificación
asume ese rol comunicativo, a través de símbolos numéricos, escalas, conceptos o
descripciones. Ciertamente que es un medio imperfecto, porque no alcanza a
expresar en su totalidad la riqueza que tiene la evaluación, pero es lo que se espera
y se exige, con sus ventajas y desventajas.

Por ello señalamos que la escala de calificaciones es un instrumento que contiene


un listado de palabras, frases u oraciones que señalan en forma específica, ciertas
acciones, tareas, procesos o productos de aprendizaje, frente a las cuales se
incluyen columnas con escalas que miden el grado de cumplimiento. Estas Escalas
sirven para evaluar el nivel de actuación en cada etapa del procedimiento, mediante
una cuantificación.

Escalas numéricas.- Valoran los objetivos o indicadores mediante una serie de


números. Estas consisten en un listado de aseveraciones, en la misma línea se
ponen números que representan los grados de logros en el alumno, por ejemplo el
máximo grado de logro puede ser el 4, si el tiene más logro que errores un número
3, si tiene más errores que logro un 2 y si no hay logro un 1.

Escalas gráficas.- Las escalas gráficas se caracterizan por estar constituidas por un
enunciado acompañado de una escala en cuyos extremos se presentan conceptos
de significado opuesto y entre ellos números que representan grados intermedios.

Escalas descriptivas.- Las escalas descriptivas, se utilizan para medir el nivel de


aprendizaje desarrollado por el alumno, mediante una serie concatenada de frases,
que sirven de mucho ayuda al momento de evaluar

Al finalizar cada período, los estudiantes tendrán un calificativo por cada criterio de
evaluación. Éste se obtendrá promediando los calificativos que los estudiantes
hayan obtenido en dicho criterio durante el período de estudios (bimestre o
trimestre).

En cada período también se obtendrá un calificativo de área que resultará al


promediar los calificativos de los criterios de área. El calificativo anual del área o
taller se obtendrá al término del año escolar, promediando en forma simple los
promedios obtenidos en cada período de estudios (bimestre o trimestre).

Problema terminológico

En la práctica suelen confundirse los conceptos de evaluación, calificación,


medición, estimación y seguimiento, asumiéndolos como sinónimos, pero que en
realidad difieren mucho entre sí, lo que puede conducir a errores, razón por la cual
a continuación se definen cada uno de ellos:

Calificación y evaluación

En primer lugar, la calificación, es aquel mecanismo valorativo que sintetiza el


proceso de evaluación y que tiene como objetivo mejorar los resultados de la
actividad educativa, recalcando que la calificaciones son parte del proceso
evaluativo y no es el proceso en si; en segundo lugar tenemos a la evaluación, que
es un proceso permanente e interactivo orientado a recoger información sobre una
realidad y valorar el nivel de logro alcanzado por el estudiante en el desarrollo de
competencias, con la finalidad de tomar decisiones que lleven a mejorar la práctica
educativa

Calificación y medición

En primer lugar, la calificación, es aquel mecanismo valorativo que sintetiza el


proceso de evaluación y que tiene como objetivo mejorar los resultados de la
actividad educativa, recalcando que la calificaciones son parte del proceso
evaluativo y no es el proceso en si; en segundo lugar tenemos la medición, esta
vendría a ser el acto o proceso de determinar la extensión y/o cuantificación de
alguna cosa, la medición se consigue a través de instrumentos elaborados
especialmente para captar los datos de acuerdo a objetivos educacionales
planteados por el docente y criterios establecidos.

Calificación y estimación

En primer lugar, la calificación, es aquel mecanismo valorativo que sintetiza el


proceso de evaluación y que tiene como objetivo mejorar los resultados de la
actividad educativa, recalcando que la calificaciones son parte del proceso
evaluativo y no es el proceso en si; en segundo lugar tenemos la estimación, esta
vendría a ser el conjunto de actos o actividades mediante el cual se verifica una
determinada circunstancia, siendo dicho proceso mas subjetivo;

Calificación y seguimiento

En primer lugar, la calificación, es aquel mecanismo valorativo que sintetiza el


proceso de evaluación y que tiene como objetivo mejorar los resultados de la
actividad educativa, recalcando que la calificaciones son parte del proceso
evaluativo y no es el proceso en si, y en segundo lugar tenemos, el seguimiento,
que se basa en un conjunto de actividades mediante el cual se logra registrara,
medir, recopilar, procesar una serie de informaciones que revelan la marcha o
desarrollo de una actividad programada para asegurar el logro de los objetivos
previstos en el programa; mientras que la evaluación, es aquel proceso analítico
mediante el cual se lleva a cabo un enjuiciamiento de esos logros y su nivel de
obtención.

Propósitos de la evaluación

El propósito central de la evaluación es tomar decisiones en relación con el curso


de las actividades de aprendizaje, sobre la base de los juicios de valor, para reforzar
los aprendizajes, corregirlos o cerrar una programación de acuerdo con los
resultados obtenidos en la evaluación.

La evaluación como parte esencial del proceso pedagógico sirve para:

Asegurar el éxito del proceso educativo y por lo tanto evitar el fracaso escolar.
Afianzar los aciertos y corregir oportunamente los errores.
Determinar si el alumno está listo para un programa instruccional.
Dar información al profesor de donde se encuentra el alumno en ese momento y
ayudarlo a decidir ¿Qué se debe programar o reprogramar?
Permitirle adquirir información de lo que el estudiante ya sabe y domina, de tal
manera que ellos puedan ser conscientes de lo que pueden saber y revisar lo que
necesita aprender.
Promover, certificar o acreditar a los alumnos.
Orientar el proceso educativo y mejorar su calidad.

Visión global de la evaluación


El término evaluación se ha convertido con el transcurrir de tiempo en una palabra
de uso frecuente y que forma parte del lenguaje habitual. Diariamente, en los medios
de comunicación oímos y leemos que se va a evaluar o se ha evaluado el impacto
de una actividad humana, las consecuencias que puede tener la puesta en marcha
de determinada medida, las causas de un determinado suceso o fenómeno, la
eficacia de la aplicación de una política, etc.

Pero no sólo conocemos y utilizamos con naturalidad este término, sino que también
lo aplicamos en el día a día. Aunque de forma intuitiva y, quizás, poco rigurosa,
ejecutamos en la vida cotidiana numerosas acciones que se asemejan a una
evaluación. Así, cuando nos planteamos la compra de un artículo de consumo,
valoramos si nos gusta, sopesamos el precio, comparamos con otras alternativas o
posibilidades y, por último, decidimos si realizar o no la compra.

¿A partir de qué se evalúa?

Del currículo (capacidades terminales y sus criterios de evaluación).


¿Cómo es la evaluación?

Continua. Se realizará por Módulos Profesionales, considerados en el marco del


ciclo formativo y la competencia general que establece.
¿Qué se evalúa?

El aprendizaje de los alumnos: “los criterios y los procedimientos de evaluación.


tendrán en cuenta la competencia profesional característica del título, que
constituye la referencia para definir los objetivos generales del ciclo formativo y los
objetivos expresados en términos de capacidades, de los módulos profesionales
que lo conforman, así como la madurez del alumnado.”

FUENTES

[1] http://www.eduteka.org/EvaluacionBogota.php

[2] http://bvs.sld.cu/revistas/ems/vol15_1_01/ems10101.htm

[3]
http://www.dgb.sep.gob.mx/portada/lineamientos_evaluacion_aprendizaje_082009
.pdf

[4] http://www.monografias.com/trabajos71/escala-calificaciones-evaluacion-
curricular/escala-calificaciones-evaluacion-curricular.shtml

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