Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1. Conceptos generales
Composición y estructura interna del hormigón. Funciones de la pasta y de los áridos.
Interacción pasta agregado. Influencia de la calidad de la pasta sobre las propiedades del
hormigón. Estructura de poros. Vinculación con la resistencia, deformabilidad y durabilidad.
Requisitos de calidad del hormigón.
2. Materiales frágiles
Propiedades mecánicas de los materiales frágiles. Comportamiento bajo diferentes
solicitaciones. Compresión, corte y flexión, ensayos, formas de ejecución. Metodologías de
evaluación. Factores de ensayo que modifican la resistencia (tipo de probeta, tipo y
velocidad de carga). Mecanismo de rotura en materiales cuasifrágiles heterogéneos del tipo
del hormigón. Respuesta en tracción y compresión. Solicitaciones multiaxiales. Efecto del
tamaño
4. Ligantes cálcicos
Cales aéreas e hidráulicas. Definición. Obtención, constitución y clasificación. Mecanismo de
endurecimiento. Propiedades en estado fresco y endurecido. Especificaciones. Control de
calidad. Aplicaciones. Yesos. Composición, fabricación, propiedades. Fraguado y
endurecimiento. Especificaciones. Aplicaciones. Cemento portland. Definición. Fabricación,
materias primas. Composición. Hidratación de silicatos y aluminatos. Productos de
hidratación. Estructura de la pasta de cemento hidratada. Propiedades en estado fresco y
endurecido. Métodos de ensayo. Incorporación de adiciones minerales. La reacción
puzolánica. Tipos de adiciones. Puzolanas naturales, escoria granulada de alto horno, filler
calcáreo, microsílice. Tipos de cemento portland de uso general. Normativa. Clasificación.
Composición, propiedades y aplicaciones. Cementos de albañilería. Composición,
fabricación, propiedades. Aplicaciones.
6. Aditivos químicos
Tipos y mecanismos de acción. Reductores de agua. Superfludificantes. Retardadores del
tiempo de fraguado. Aceleradores. Incorporadores de aire. Efecto del aire incorporado sobre
las propiedades del hormigón fresco. Medición del aire incorporado. Condiciones generales
de empleo. Condiciones generales de empleo. Normativas. Especificaciones.
7. Dosificación de hormigones
Variables a tener en cuenta en el proyecto. Relaciones entre pasta y agregados. El método
de los pastones de prueba. Método de American Concrete Institute. Referencias sobre otros
métodos.
En el hormigón la fase continua y las inclusiones poseen propiedades bien diferenciadas entre
sí. Entre las características más importantes se destaca que la matriz es porosa y que dicha
porosidad evoluciona con el paso del tiempo. Es por todos conocida la necesidad de un
correcto curado para que el hormigón alcance las propiedades deseadas; desde el punto de
vista de su estructura interna, el curado asegura las condiciones para que se desarrolle la
hidratación del cemento, lo que a la vez reduce la porosidad.
La matriz contiene poros de diferentes tamaños. Ellos afectan en forma directa tanto a las
propiedades mecánicas como a la durabilidad del hormigón. Además, es en la fase continua o
matriz donde se producen los cambios de volumen debidos a la hidratación del cemento o a
variaciones en el contenido de agua en el interior de los poros.
Por su parte los agregados constituyen la fase que otorga estabilidad dimensional al hormigón;
ocupan entre el 60 y el 80 % del volumen del material y son, en general, más rígidos y más
resistentes que la matriz cementicia. Si bien existen agregados naturales con diferentes grados
de absorción (entre 0,2 y 5 %), su porosidad no es comparable a la de la matriz de mortero (del
orden del 15 ó 20 %).
Otra característica de la estructura del hormigón es que posee zonas de transición o interfases,
con propiedades diferentes a las del interior de la matriz. Las interfases se producen por un
"efecto pared" entre la pasta de cemento y los agregados que hace que el llenado del espacio
durante la hidratación sea menor en la zona de contacto con los agregados que en el interior
de la pasta. Por eso las interfases son más porosas, constituyen las zonas de mayor debilidad
del material y son el camino preferencial para el inicio y desarrollo de la fisuración interna.
Desde el punto de vista mecánico tanto la matriz de cemento como los agregados son
materiales frágiles por lo que no sorprende que el compuesto hormigón también sea un
material frágil o, más precisamente, cuasifrágil. Como otros materiales frágiles el hormigón
posee una muy limitada capacidad de deformación en tracción. Su resistencia a tracción es casi
10 veces menor que la resistencia a compresión y ello posibilita la aparición frecuente de
diversos tipos de fisuras en el material y en las estructuras.
Finalmente, entre las características distintivas de la estructura interna del hormigón se debe
incluir la presencia de grandes poros, mucho mayores que los de la pasta de cemento, que son
consecuencia de defectos de compactación. También se debe mencionar la existencia de
fisuras o microfisuras, que aparecen aún antes de que el material sea puesto en servicio.
Ambos pueden considerarse como defectos. Y si bien casi todos los materiales los poseen en
su estructura interna, en el caso del hormigón su magnitud es importante y puede variar en
forma significativa según el diseño de la mezcla y las acciones sobre el material, en especial las
desarrolladas a edad temprana (primeras 48 horas). Entre las causas que generan estos
defectos se destacan los movimientos de agua por exudación, los cambios de temperatura
debidos al desarrollo de calor durante la hidratación y las variaciones dimensionales de la
pasta por pérdida de humedad en los poros.
Para analizar al hormigón y comprender las vinculaciones entre su estructura interna y sus
propiedades ingeníenles es conveniente situarse en un nivel de observación denominado
"mesonivel" (mesoestructura). En el mesonivel se asume que el hormigón está formado por
una matriz porosa que rodea a un conjunto de inclusiones de diferente tamaño y rigidez. Dado
que las interfases que poseen mayor incidencia sobre las propiedades mecánicas y de
transporte son las que existen alrededor de los agregados de mayor tamaño, es frecuente
considerar que el hormigón es un compuesto de agregados gruesos embebidos en una matriz
de mortero. De todos modos es evidente que, a una escala más fina, el mismo mortero está
constituido por partículas de arena rodeadas por una matriz de pasta de cemento.
Al diseñar las estructuras se trabaja a nivel ingenieril o macronivel. Se asume que el hormigón
es homogéneo y posee propiedades cuantificables como la resistencia, el módulo de
elasticidad, la conductividad, etc. Sin embargo esas propiedades son el resultado de las
dimensiones-y propiedades de sus fases componentes e interfases como así también de los
diferentes tipos de defectos presentes en la mesoestructura. El concepto de mesonivel se
puede aplicar al sistema agregado grueso-mortero o al sistema pasta de cemento-agregados
finos.
Como fuera adelantado, la estructura de la pasta está compuesta por poros, agua y diferentes
productos de hidratación del cemento.
Con un tamaño intermedio aparecen los poros capilares. Son el resultado del espacio que no
ha sido rellenado por los productos de hidratación. Por lo tanto dependen del grado de
hidratación alcanzado y de la razón agua/cemento (a/c) utilizada; lo cual implica que de alguna
manera, dependen del contenido de agua no combinada del hormigón. Estos poros son
determinantes en cuanto a sus efectos sobre las propiedades mecánicas del hormigón. Los que
poseen radios menores a 50 nm afectan la contracción por secado y Ja fluencia bajo cargas
sostenidas. Por su parte, los poros capilares más grandes inciden fundamentalmente sobre la
resistencia y la permeabilidad.
Por último, en la matriz también se alojan poros de mayor tamaño o macroporos. Entre ellos
se pueden incluir los vacíos que generan las burbujas de aire intencionalmente incorporado,
que poseen radios que varían entre 50 y 200 micrones, y otros poros mucho más grandes
(mayores de 1 mm) producto del aire que no fue eliminado durante la compactación. Al igual
que los grandes capilares, los macroporos afectan principalmente la resistencia y la
permeabilidad del hormigón.
Para interpretar el comportamiento del hormigón y las variables que lo modifican, es
fundamental considerar los elementos distintivos de la mesoestructura de este material
(mesonivel): la matriz porosa continua, los agregados, las interfases o zonas de transición y
finalmente los diversos tipos de defectos presentes. Estos elementos son determinantes de la
estructura interna del hormigón y son los que definen en mayor medida su respuesta
mecánica y durabilidad.
Los agregados constituyen la fase discontinua. Son los componentes de menor costo del
hormigón y tienen la importante función de otorgar estabilidad dimensional a la estructura,
minimizando los procesos de contracción o expansión que se producen por los movimientos de
agua en el sistema de poros. Los agregados suelen ser más rígidos y resistentes que la matriz y,
salvo en algunos casos particulares en los que participan de reacciones deletéreas, esta fase es
básicamente inerte.
Los agregados representan un alto porcentaje del volumen total del hormigón. Por ello inciden
fuertemente sobre propiedades como la conductividad térmica, la densidad, el módulo de
elasticidad y la capacidad de deformación en general.
El tamaño y distribución de las partículas del agregado debe adecuarse al tipo de hormigón y a
las características de la obra por su influencia sobre la capacidad de llenado y compactación
del hormigón fresco. Desde este punto de vista, el tamaño y tipo de agregados también puede
afectar el nivel de defectos en estado endurecido.
Cuando el hormigón es sometido a esfuerzos, las diferencias de rigidez entre la matriz y los
agregados producen concentración de deformaciones alrededor de las partículas de este
último. Dicha concentración afecta directamente al inicio y propagación de las fisuras y,
consecuentemente, a la resistencia y otras propiedades del hormigón.
Los agregados provocan un "efecto pared" que cambia la razón a/c en la zona de transición y,
en consecuencia, la porosidad con respecto a la del interior de la matriz. Esto explica por qué
la interfase es una zona rica en algunos compuestos, en particular el CH, también justifica el
hecho que se desarrollen cristales más grandes gracias al mayor espado disponible.
La Figura. muestra un esquema típico de las zonas de transición del hormigón; se destacan los
diferentes productos de hidratación y una mayor porosidad con respecto al interior de la
pasta. Se estima que la zona de interfases se extiende entre 10 y 50 micrones alrededor de los
agregados.
Las zonas de transición constituyen el vínculo más débil del compuesto, el lugar por donde se
inician y desarrollan las fisuras y la vía preferencial de ingreso de las sustancias agresivas. Los
productos de mayor cristalinidad y de menor aporte resistente (CH) se concentran en las
interfases, se orientan y constituyen planos preferenciales de clivaje. Las características de las
interfases se modifican cuando se emplean agregados con diferente grado de porosidad, se
incorporan aditivos químicos que incrementan la fluidez de la pasta o con la incorporación
intencional de aire. La presencia de adiciones minerales y el desarrollo de las reacciones
puzolánicas mejora substancialmente las zonas de transición.
En el hormigón existen otros factores que inciden sobre las propiedades de las interfases. El
hecho de que esa zona de por sí posea mayor porosidad y presente diferencias en los
productos de hidratación, la hace más débil y propensa a la aparición de defectos. Por de
microfisuras en las zonas de interfases; por su parte, como fue comentado, las cargas externas
concentran las deformaciones en las interfases a causa de la rigidez diferencial entre la matriz
y los agregados.
A lo expuesto se suma qüe én las interfases del hormigón se puede acumular agua por
fenómenos de exudación; también puede variar la razón a/c por intercambios con los
agregados en función de la humedad superficial y el'grado de absorción de los mismos. Las
alteraciones derivadas de los procesos de sedimentación que se producen en la transición del
hormigón fresco al estado endurecido se localizan preferencialmente en las interfases de
mayor tamaño (agregados gruesos).
Se ha puntualizado que el hormigón es un material poroso. Es interesante notar que los poros
pequeños se reducen durante la hidratación progresiva del cemento y con el desarrollo de la
reacción puzolánica en la fase pasta de cemento y en la región de interfases. En cambio, los
poros de mayor tamaño o los grandes defectos difícilmente se reducen. Asimismo, la
porosidad puede incrementarse por crecimiento de las microfisuras y cuando se desarrollan
acciones deletéreas.
Vinculación entre resistencia y porosidad, que por cierto no es privativa de los materiales a
base de cemento pórtland. En el hormigón, desde un punto de vista práctico, esta vinculación
se traduce en la altamente conocida relación entre la resistencia (f'c) y la razón agua/cemento
(a/c), que se expresa como:
f'c = Kt / K2 a/c
La zona sombreada inferior muestra que aunque se reduzca la razón a/c, se puede reducir
notoriamente la resistencia si la compactación es insuficiente. La aparición del vibrado como
medio de compactación posibilitó elaborar hormigones con menores razones a/c que los que
podían utilizarse cuando sólo se disponía de una compactación manual; en igual sentido el
desarrollo de aditivos reductores de agua de alta eficiencia ha permitido obtener hormigones
con muy bajas razones a/c (alta performance / alta resistencia) que antes no se podían
compactar adecuadamente.
Para una dada razón a/c y tipo de materiales se ha verificado una relación entre resistencia y el
grado de hidratación del cemento (a), que es la fracción de cemento que se ha hidratado en un
determinado momento. Powers y Brownyard (1946-7) han indicado que existe una vinculación
entre la resistencia y la relación "gel/espacio", que es la relación entre los productos de
hidratación y el espacio disponible para su crecimiento. La relación gel/espacio (X), se puede
expresar en función del grado de hidratación (a) y la razón a/c como:
donde A y.n son constantes y los valores de n varían entre 2,6 y 3. Debe destacarse
que esta vinculación se verifica para diferentes edades de ensayo.
Sin embargo mientras la porosidad de la matriz es el principal factor que modifica la resistencia
del hormigón, el tipo y contenido de agregados es determinante en cuanto a la capacidad de
deformación. En hormigones convencionales el agregado constituye la fase más rígida y la que
ocupa el mayor volumen. La relación entre resistencia y módulo de elasticidad (rigidez)
depende directamente del tipo de agregado. Actualmente, muchos reglamentos incluyen este
factor en las ecuaciones de estimación del módulo de elasticidad, sea considerando la
petrografía del agregado o el peso unitario del hormigón.
Llegado este punto es interesante destacar que el tamaño de agregado modifica la resistencia
y la capacidad de deformación del hormigón. El efecto se verifica tanto para solicitaciones de
tracción como de compresión. En términos generales en hormigones con igual razón a/c, a
medida que crece el tamaño del agregado, menor es la deformabilidad y menor la resistencia.
Dos elementos justifican esta observación, en primer lugar cuanto mayor es el tamaño del
agregado, mayor es el volumen que se puede incorporar dentro del hormigón, de hecho, esto
es lo que indica la buena práctica de diseño de mezclas. Por otro lado un mayor tamaño de
agregado implica interfases más grandes y más débiles, y por lo tanto más proclives a
acumular defectos y a favorecer el crecimiento y la propagación de las fisuras.
Por su parte la muestra en forma análoga el efecto del tamaño de agregado sobre la capacidad
de deformación en tracción para el 90 % de la carga máxima (extensibilidad) y sobre la
deformabilidad en compresión para cargas del orden del 50 % de la resistencia. Existe una
mayor deformabilidad a menor tamaño de agregado y a mayor resistencia; a su vez las
variaciones de resistencia y deformabilidad en función del tamaño de agregado son mayores
en tracción que en compresión.
Es conocido que al aumentar el tamaño máximo del agregado se reduce el volumen de pasta
requerido por el hormigón, lo que en términos prácticos se suele traducir en una reducción en
la demanda de agua. Si se cambia el tamaño del agregado manteniendo el contenido unitario
de cemento se producirán cambios en la razón a/c, con sus consecuentes efectos sobre las
propiedades del hormigón. La influencia del tamaño del agregado sobre la resistencia en
hormigones con contenidos de ligante constante, varía según se trate de mezclas con elevados
contenidos de cemento o mezclas pobres.
Los elementos característicos de la mesoestructura del hormigón como los poros, el tipo de
agregado utilizado o la presencia de microfisuras, inciden en forma directa en el control y
desarrollo de fisuras. La propagación inestable de fisuras por encima del 75 % de la carga de
rotura estática permite justificar el decrecimiento en la resistencia bajo cargas de larga
duración. Los cambios en el mecanismo de falla en hormigones livianos o en hormigones de
alta resistencia elaborados con agregados de peso normal se asocian a los niveles relativos de
resistencia de las fases componentes.
Los efectos de consolidación bajo carga sostenida a menores niveles de tensión, explican las
diferencias de resistencia que se observan entre muestras sometidas a cargas de larga
duración y probetas que permanecieron sin cargar. A modo de ejemplo, la Figura muestra las
diferencias entre las curvas tensión-deformación obtenidas sobre una probeta sometida
durante un año a cargas de larga duración y las curvas de otra probeta del mismo hormigón
que permaneció sin carga.
Finalmente en la Figura se muestran las curvas tensión-deformación obtenidas en ensayos de
compresión sobre dos hormigones elaborados con el mismo tipo de cemento y la misma razón
a/c; el primero en condiciones normales (N) y el otro dañado por ei desarrollo de la reacción
álcali-sílice (RAS). Además de una menor resistencia, es posible apreciar los cambios
significativos de deformabilidad que se producen por la existencia del daño en el interior del
material.
La contracción del hormigón (CH) se puede expresar en función del volumen de agregados (Va)
y de la contracción de la pasta de cemento (Cp), según la siguiente expresión:
CH = Cp (1 - Va)n
donde n es un coeficiente que varia entre 1,2 y 1,7. La Figura muestra valores típicos de
contracción por secado del hormigón para diferentes contenidos de agregado en función de la
razón a/c. Finalmente cabe reiterar que tanto la contracción por secado como la fluencia lenta
(creep) resultan afectadas por los poros de menor tamaño.