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Bienvenida. Oración.
Padre nuestro que estas en los cielos, santo eres hoy, mañana y siempre, desde la
antigüedad pasada a la presente, desde el Principio hasta el fin, tu eres mi Dios.
Te doy las Gracias por salvarme del imperio de la muerte y darme espíritu de adopción,
espíritu de discernimiento y de poder por el cual podemos decir Abba padre.
Por tu infinito amor, por el cual diste a nuestro señor Jesucristo, para que, por medio
de su muerte en la cruz y su resurrección, mi señor pudiera vencer el imperio de la
muerte y darnos vida, porque, así como Él fue resucitado, así nosotros seremos
vivificados en él y podremos estar en tu presencia y seremos uno contigo.
Te pedimos que hables a nuestros corazones esta noche, tu palabra dice que él quiera
sabiduría, pídala y tú la darás abundantemente, te pedimos hoy entonces que nos des
sabiduría para entender y discernir tu palabra.
Coloca carbones encendidos para que esta noche se predique tu palabra, que es
verdadera no con sutileza de palabra sino con demostración del espíritu y con poder
en Cristo Jesús.
Que esta palabra nos muestre quienes somos en Cristo y nos empodere en quienes
somos y para que estamos aquí, como miembros de la iglesia, y como soldados de tu
ejército.
Porque estamos en una lucha, una lucha que no es contra carne ni sangre, sino contra
principados, contra potestades, contra gobernadores de las tinieblas de este mundo y
contra huestes de maldad en las regiones celestes.
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En definitiva, somo tu ejército, con la única misión de arrebatarle la mayor cantidad
de almas posibles al enemigo. Danos tu poder conforme a tu voluntad, en el nombre
de nuestro señor Jesucristo, Amen.
1 corintios 2:12-13 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
Primero: A nosotros los creyentes se nos dio el espíritu santo por el cual fuimos
sellados para gritar al mundo espiritual que somos propiedad de Dios, que fuimos
comprados por precio de sangre y que no somos ciudadanos de este mundo. El espíritu
de Dios da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Segundo: este espíritu nos permite discernir y entender la palabra de Dios, porque
para las personas que son ciudadanos de este mundo y que no tienen al espíritu de Dios,
para ellos, la palabra de la cruz es locura, pero para nosotros, que somos salvos es poder
de Dios. Entendiendo que ellos jamás podrán entender la palabra de dios porque no
están habilitados para ello, porque lo espiritual se discierne espiritualmente y nosotros
si la podemos entender porque el mismo espíritu no las revela, si buscamos su verdad
en la biblia
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Por lo tanto, de lo antes dicho entendemos que Somos ciudadanos celestiales y somos
hijos de Dios.
Estamos en una Lucha, yo diría que una batalla, tanto es así que Pablo nos
manda a vestirnos con una armadura, cual soldado.
2 Timoteo 4:7 Pablo dice “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he
guardado la fe.”
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2 Timoteo 2:3-4 Dice, “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de
Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado.”
Daniel 10:12-14 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que
dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas
tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia
se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales
príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. He venido para
hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es
para esos días.
En Judas 1:9 se habla de que el arcángel Miguel lucho contra el diablo por el cuerpo de
Moisés, y explica que Miguel no se atrevió a proferir juicio de maldición contra satanás,
sino que le dijo: El Señor te reprenda.
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