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SANTO DOMINGO.

-Cuando el pasado 27 de febrero el presidente Danilo Medina tildó


de “inaceptables” para el país los términos del contrato con la minera Barrick Gold, la
sociedad dominicana pareció despertar de un letargo, tras descubrir que 500 años
después seguía “cambiando espejitos por oro”, algo a lo que había que poner fin.

Pero el pulso que hasta ayer libraron el Estado dominicano y la empresa de capital
canadiense y norteamericano tiene su historia.

2001, Placer Dome

En efecto, los antecedentes del referido contrato “inaceptable” se remontan al año 2001,
cuando el Gobierno dominicano y la Placer Dome suscribieron un contrato minero para
la explotación de 25 millones de onzas de oro de la mina de Pueblo Viejo, Cotuí, el cual
establecía que esta minera invertiría US$300 millones en una nueva planta de proceso
metalúrgico. Ese contrato original le garantizaba al Estado dominicano cerca del 50%
de los beneficios.

…Y llegó la Barrick Gold

En 2005, la Barrick Gold, una de las principales empresas mineras del mundo, compró
a la Placer Dome y adquirió los derechos del contrato minero que esta había suscrito
con el Estado dominicano. De inmediato comenzó a cabildear para cambiarlo.

Modificación del contrato

En 2009, cuatro años después de haber adquirido Placer Dome, Barrick Gold logra una
modificación al contrato a través de la cual amplió sus beneficios.

“Barrick le pidió al presidente Leonel Fernández una modificación que eliminara el


25% de participación en las utilidades netas y le concediera exención impositiva hasta
que la empresa haya recuperado su inversión inflada, y no auditada, y hasta obtener una
tasa interna de retorno de un 10%, dejando apenas el 3.2% del retorno neto de fundición
por las ventas de oro”, explica el geólogo Osiris de León.

De León destaca que la empresa habla ya de una inversión de US$4,500 millones, lo


cual aleja el tiempo en que el Estado comenzará a recibir beneficios por los minerales
extraídos de la mina de Pueblo Viejo.
Sin leerlo

Obedeciendo la línea que bajó desde el Palacio el entonces presidente de la República y


líder del PLD, Leonel Fernández, los legisladores peledeístas, con el apoyo de colegas
perredeístas y reformistas, aprobaron en un santiamén el contrato, como lo quería la
Barrick Gold. De hecho, de 178 diputados, solo 11 votaron en contra, 25 se abstuvieron
y 27 se ausentaron.

Legisladores, como el senador Félix Nova y el diputado Víctor Terrero admitieron


luego que aprobaron la modificación “sin haber leído el proyecto”.

“Leonel Fernández, quien siempre ha sido extremadamente generoso con todo aquello
que le garantice mantenerse en el poder, ordenó a los legisladores aprobar, sin leer, la
urgente modificación al contrato, tal y como lo pidió la Barrick Gold, y de inmediato el
pueblo dominicano mostró su irritación, porque ahora sólo nos queda un 3% de las
ventas del oro”, expresa en un artículo el ingeniero Osiris de León.

El presidente Leonel Fernández llegó a decir que el contrato con la Barrick Gold, con
las modificaciones aprobadas e impulsadas por su Gobierno, servía de modelo a nivel
internacional.

La firmeza de Barrick

La posición del presidente Medina de que había que renegociar el contrato ha recibido
el respaldo casi unánime de la población, y entidades de la sociedad civil organizaron
varias movilizaciones pidiendo una revisión del acuerdo… Pero Barrick Gold se
mantuvo más firme que un lingote, y en principio alegó que una modificación afectaría
la seguridad jurídica. La empresa consentía adelantar parte de los recursos al Gobierno,
pero no el monto.

Paren los embarques

Aunque el Presidente advirtió el 27 de febrero que si la Barrick no se sentaba en la mesa


del diálogo procedería a gravar con nuevos impuestos las ganancias imprevistas, debido
al alza de los precios del oro, no tuvo necesidad de usar este recurso, le bastó paralizar
por algunas horas algunos embarques para hacer entrar en razón a los inversionistas
extranjeros.
Un primer embarque de doré (mezcla de oro y plata) fue retenido el 13 de marzo, otro
el día 22 y un tercer cargamento fue retenido desde el 1 de mayo hasta ayer.

En todos los casos las autoridades de Aduanas “descubrieron” irregularidades, tales


como la declaración del origen de los embarques, que en lugar de República
Dominicana decía Estados Unidos, lo cual es penado por la Ley con hasta el doble del
valor de la mercancía. El director de Aduanas, Fernando Fernández dijo hace una
semana que la Barrick Gold debía pagar cerca de mil millones de dólares por concepto
de multas.

Con un cargamento valorado en 22 millones de dólares retenido por Aduanas, ejecutivos


de la Barrick vinieron al país, flexibilizaron su posición y accedieron a renegociar el
contrato.

Ayer, más o menos en el “tiempo prudente” dicho por el Presidente, las partes
acordaron que el país recibirá el 51.3% de los beneficios brutos que genere la mina.
Gracias a esta renegociación, el país recibirá seis veces más que lo que hasta ahora

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