Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pero el pulso que hasta ayer libraron el Estado dominicano y la empresa de capital
canadiense y norteamericano tiene su historia.
En efecto, los antecedentes del referido contrato inaceptable se remontan al año 2001,
cuando el Gobierno dominicano y la Placer Dome suscribieron un contrato minero para
la explotación de 25 millones de onzas de oro de la mina de Pueblo Viejo, Cotuí, el cual
establecía que esta minera invertiría US$300 millones en una nueva planta de proceso
metalúrgico. Ese contrato original le garantizaba al Estado dominicano cerca del 50%
de los beneficios.
En 2005, la Barrick Gold, una de las principales empresas mineras del mundo, compró
a la Placer Dome y adquirió los derechos del contrato minero que esta había suscrito
con el Estado dominicano. De inmediato comenzó a cabildear para cambiarlo.
En 2009, cuatro años después de haber adquirido Placer Dome, Barrick Gold logra una
modificación al contrato a través de la cual amplió sus beneficios.
Leonel Fernández, quien siempre ha sido extremadamente generoso con todo aquello
que le garantice mantenerse en el poder, ordenó a los legisladores aprobar, sin leer, la
urgente modificación al contrato, tal y como lo pidió la Barrick Gold, y de inmediato el
pueblo dominicano mostró su irritación, porque ahora sólo nos queda un 3% de las
ventas del oro, expresa en un artículo el ingeniero Osiris de León.
El presidente Leonel Fernández llegó a decir que el contrato con la Barrick Gold, con
las modificaciones aprobadas e impulsadas por su Gobierno, servía de modelo a nivel
internacional.
La firmeza de Barrick
La posición del presidente Medina de que había que renegociar el contrato ha recibido
el respaldo casi unánime de la población, y entidades de la sociedad civil organizaron
varias movilizaciones pidiendo una revisión del acuerdo… Pero Barrick Gold se
mantuvo más firme que un lingote, y en principio alegó que una modificación afectaría
la seguridad jurídica. La empresa consentía adelantar parte de los recursos al Gobierno,
pero no el monto.
Ayer, más o menos en el tiempo prudente dicho por el Presidente, las partes
acordaron que el país recibirá el 51.3% de los beneficios brutos que genere la mina.
Gracias a esta renegociación, el país recibirá seis veces más que lo que hasta ahora