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A4857 PDF
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1. Introducción y Fundamentos
Entre un 70% y un 90% de los niños experimentarán pérdidas auditivas de tipo conductivo
fluctuante debido a la otitis media con efusión en los primeros dos años de vida (CWGCH,
2005). En los niños que además presentan una pérdida auditiva de tipo neurosensorial el
diagnóstico temprano y preciso de los problemas de oído medio es fundamental para lograr,
a través del tratamiento adecuado, un máximo aprovechamiento de su capacidad auditiva
residual.
En este momento la técnica no invasiva más eficaz para estudiar la funcionalidad del oído
medio es la que se realiza a través de la medición de la impedancia acústica conocida como
impedanciometría.
La impedanciometría es un medio objetivo de medir la integridad y función del mecanismo
auditivo periférico. A través de ella se puede determinar: la presión existente en el oído
medio, la movilidad de la membrana timpánica, la función de la trompa de Eustaquio, la
movilidad y continuidad de los huesecillos de la cadena osicular y los umbrales del reflejo
acústico y su dinámica. Ello derivará en las correspondientes implicaciones clínicas que se
detallarán más adelante.
El empleo de la impedanciometría para la exploración clínica del mecanismo auditivo fue
propuesto originalmente por Metz en 1946 y desde entonces se utiliza en los países
escandinavos. A partir de la publicación de los trabajos de Jerger en el año 1970 donde se
presenta una nomenclatura para clasificar los distintos resultados es cuando se difunde su
uso de forma más generalizada (Northern y Downs, 1991).
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Impedanciómetro o Medidor Electroacústico de Impedancia. Obsérvese la sonda microfónica en el CAE
provista de sus tres orificios de acceso: a) del parlante que envía el tono de sonda de 220 Hz proveniente del
oscilador, b) del sistema productor de presiones mediante una bomba y su correspondiente manómetro, c)del
micrófono receptor para comparar el nivel de la presión sonora en el recinto hermético comprendido entre el
tímpano y el extremo de la sonda microfónica con respecto al voltaje del puente de impedancia (Adaptado y
reproducido de Northern y Downs, 1991.)
Básicamente el impedanciómetro cuenta con una unidad central, una cánula o sonda
microfónica, una pantalla donde se puede visualizar el curso de la prueba y un sistema de
registro e impresión de los resultados.
Dicha sonda microfónica, que debe ocluir herméticamente el conducto auditivo externo,
presenta tres orificios. A través de uno de ellos se hace llegar al oído un tono de sonda de
frecuencia constante con un nivel acústico situado entre 55 y 65 dB HL, en el valor
máximo, para evitar el riesgo de desencadenar el reflejo estapedial. Esta frecuencia deberá
seleccionarse en base a la edad del paciente. En los niños mayores de 7 meses es apropiado
el uso de la frecuencia 226 Hz. Para niños menores de 7 meses debe utilizarse la frecuencia
1000 HZ (Ver apartado Timpanometría de alta frecuencia)
El segundo orificio de la sonda microfónica corresponde a un dispositivo de presión aérea o
bomba de aire capaz de generar presiones positivas, negativas o iguales a la presión
atmosférica, en el espacio herméticamente cerrado por el extremo de la sonda.
El tercer orificio comunica con un micrófono receptor que mide el nivel de la presión
sonora de la reflexión del tono de prueba en el conducto auditivo. Este valor es
inversamente proporcional a la energía sonora absorbida por el sistema y está determinado
por la compliáncia o elasticidad de la membrana timpánica y la integridad del sistema del
oído medio.
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Desde el punto de vista clínico, y en base a los mismos principios de la impedancia
dinámica, también puede estudiarse la funcionalidad de la Trompa de Eustaquio a través de
las Pruebas de Función Tubárica.
De esta fórmula se deduce que la impedancia acústica aumenta con el rozamiento, la masa
o la rigidez del sistema. Mientras el rozamiento es una variable independiente, la masa y la
rigidez están inversamente relacionadas entre sí y son dependientes de la frecuencia. De
esta manera al aumentar la frecuencia aumenta la masa pero disminuye el efecto de la
rigidez.
El Impedanciómetro funciona en base a la técnica del puente electroacústico de impedancia.
Esta se basa en el principio de que el nivel de presión sonora (NPS) está dado en función
del volumen de una cavidad cerrada. Así dado un estímulo sonoro de intensidad y
frecuencia conocida en una cavidad cerrada, a medida que esta disminuya en volumen (en
cm3) aumentará el NPS (en dB) con una relación precisa. Debido a ello, a partir de la
captación de la energía sonora en el interior de la cavidad creada entre la extremidad de la
sonda microfónica y la membrana timpánica se transforma esta intensidad en dB en cm3 lo
que permite su interpretación.
Así un sistema con alta impedancia reflejará una mayor resistencia al paso del sonido, un
menor volumen y menor movilidad.
La determinación práctica de la impedancia acústica exige la realización de dos mediciones
de volumen equivalente con el tímpano en dos condiciones específicas considerando la
compliáncia. La primera medición (C1) se realiza estando el tímpano sometido a una
presión de +200 mm de H2O, en la que presenta una compliáncia mínima. Esta medición
determina el volumen físico del conducto auditivo externo (medido desde el extremo de la
sonda microfónica a la cara externa del tímpano en esa posición) y será en parte
dependiente de la colocación de la sonda microfónica. Si la membrana timpánica está
intacta, el volumen estimado a +200 mm de H2O debe promediar 0.7 cm3 en niños y hasta
1.1 cm3 en varones adultos. Si la membrana timpánica está perforada, el volumen estimado
será mayor de 2 cm3 en niños y mayor de 2.5 cm3 en adultos
La segunda medición (C2) se efectúa en el punto de máxima compliáncia del tímpano. Para
obtener la compliáncia estática del oído medio deberá restarse el valor C1 al C2 en cm3, es
decir: C2-C1. El resultado en cm3 se tansforma a través de una tabla de conversión en
ohmnios acústicos en una relación inversamente proporcional, a mayor compliáncia menor
impedancia y viceversa.
La compliáncia estática o impedancia acústica es la prueba menos informativa de toda la
batería de impedancia debido a la superposición de los valores de normalidad según las
diferentes edades y patologías.
Aplicaciones clínicas:
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Como pauta general puede decirse que el oído medio se considera anormalmente rígido
con una compliáncia estática inferior a 0,28 cm3 de volumen, y demasiado fláccida cuando
supera los 2,5 cm3.
El máximo de flexibilidad timpánica se obtiene cuando las presiones endo y exo timpánicas
están equilibradas, es decir cuando la presión en el conducto auditivo externo es igual a la
presión existente en la caja timpánica.
Cuando el tono de sonda es de 220 Hz, predomina la influencia de los factores relacionados
con la movilidad (rigidez), mientras que en la utilización de tonos más agudos (660 y 1000
Hz) tiene mayor influencia la masa.
Se definen así, una serie de gráficas tipo denominadas generalmente según la clasificación
alfabética de Jerger (1970)
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Timpanograma Tipo A= Oído normal
Un timpanograma normal indica que el sistema del tímpano y los huesecillos funciona sin
alteración alguna, pero no implica audición normal.
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Timpanograma Tipo Ad= Desconexión
Se caracteriza por una curva plana, con escasa o nula compliáncia ante la variación de
las presiones. No se obtiene un pico definido de máxima compliáncia. Es indicación de
que existe contenido en el oído medio que impide o dificulta el desplazamiento de la
membrana timpánica y aumenta la impedancia. Este contenido puede ser de distinta
naturaleza (mucoso, purulento, epitelial, malformaciones, etc.). También se observa este
tipo de curva en casos de conductos obstruidos por tapones de cerumen, en tímpanos
perforados o con tubos de ventilación no obstruidos con la salvedad de que para poder
determinar estos casos es necesario observar la compliáncia estática.
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Timpanograma Tipo C= Disfunción tubárica
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Timpanograma Tipo P
El pico de máxima compliáncia se encuentra en las presiones positivas. Este tipo de curvas
suelen presentarse en casos de otitis media aguda.
Al margen del empleo de estas categorías para referirnos a los distintos tipos de curvas es
importante contar en cada caso con la reproducción de la curva timpanométrica indicando
la presión en la que se produce el pico de máxima compliáncia –si lo hubiera- indicándolo
como Presión en Oído Medio o POM y así poder valorar su configuración.
Todo esto debe complementarse con la observación otoscópica del estado de la membrana
timpánica. Con respecto a la utilización del otoscopio neumático cabe señalar que las
presiones aéreas utilizadas con este instrumento son mucho mayores a las que utiliza la
impedanciometría por lo tanto puede dar lugar a falsos negativos indicando movilidad
timpánica que luego no se demuestra en la timpanometría.
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los bebés donde predomina el componente de masa, es la utilización de las bajas
frecuencias la que genera resultados confusos.
Los nuevos impedanciómetros que permiten la utilización de tonos de sonda de mayor
frecuencia utilizan como unidad de medida de la compliáncia al micromho o mmho.
Debido a la gran variabilidad en la forma de los timpanogramas no es posible aplicar la
clasificación de Jerger a las timpanometrías realizadas con altas frecuencias. Por esta razón
se utilizan dos criterios de clasificación:
1) La presencia o ausencia de pico: normalidad ante la presencia de un pico o dos y
sospecha de efusión ante un trazado plano.
2) Los valores absolutos de compliáncia: los parámetros de normalidad variarán según
la edad –corregida-. Estos valores aún necesitan ser contrastados y se siguen
realizando investigaciones al respecto pero inicialmente se ha establecido que
valores ‹ 0.2-1.0 mmho son indicativos de efusión.
Implicaciones Clínicas
La utilización de la Impedanciometría de alta frecuencia en los bebés de hasta 7 meses es
necesaria para descartar los falsos negativos.
Comparativa de timpanometrías efectuadas en un mismo oído en un niño de 2-3 meses con distintas
frecuencias de sonda. Nótese que mientras para la frecuencia 226 Hz se registra una timpanometría normal, no
sucede lo mismo cuando se utiliza la frecuencia 1000 Hz. (Extraído y adaptado de Purdy & Williams).
La estimulación del oído sigue la vía acústica, que a nivel de la segunda neurona (núcleo
coclear ventral) no sólo envía información a la tercer neurona del oído ipsilateral sino que
también envía fibras a la tercer neurona contralateral (Núcleo olivar superior). A partir de
allí, a través de la sustancia reticular ambos centros se comunican con los núcleos del
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nervio facial. Los nervios estapedianos son las primeras ramas motoras del nervio facial.
Por esta razón la estimulación de un sólo oído da una contracción de los músculos del
estribo a nivel de los dos oídos efectores.
Una estimulación acústica unilateral a una intensidad superior a los 70 dB sobre el umbral
desencadenará el reflejo acústico-facial o estapedial en ambos oídos.
A través de la medición del reflejo de forma ipsi y contralateral y del análisis de sus
diferentes constituyentes es posible el diagnóstico topográfico de las estructuras afectadas.
Para la determinación del umbral del reflejo estapediano debe considerarse el umbral
auditivo del oído estimulado. La sonda que registra el cambio de impedancia producido por
el reflejo recoge la respuesta del oído indicador. En el reflejo ipsilateral se envía el estímulo
y se registra la respuesta en el mismo oído a través de la sonda microfónica. En el reflejo
contralateral se envía el estímulo a un oído por el auricular y registra la respuesta en el otro
con la sonda microfónica. Los umbrales contralaterales suelen ser mayores a los
ipsitlaterales.
Anacusia del oído estimulado: en caso de cofosis del oído estimulado, el reflejo
estapediano está ausente.
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superior al 50% antes de los primeros 5 seg. Esta prueba se conoce como test de adaptación
auditiva o de Anderson.
Afección del nervio facial: en caso de parálisis facial, es posible explorar la integridad del
arco reflejo; la abolición del reflejo ipsilateral respecto a la parálisis, permite hacer un
diagnóstico topográfico de la afección del nervio facial. La conservación del reflejo
estapediano es un signo de benignidad. La recuperación de este reflejo se hace siempre
antes de la recuperación de otras ramas motoras del nervio.
Afección del músculo estapediano del oído efector: en los casos de otoesclerosis que han
sido intervenidas quirúrgicamente, no existe reflejo estapediano debido a la sección del
músculo del estribo.
Patología del oído medio efector: toda enfermedad del oído medio va a comprender una
disminución o en otros casos una abolición del reflejo estapediano. El estudio del
timpanograma sobre el oído efector es indispensable antes de interpretar una ausencia del
reflejo estapediano.
c. Consideraciones en bebés
En los bebes menores de 7 meses, sin evidencia de patología de oído medio, los reflejos
suelen estar ausentes ante la utilización de frecuencias graves para la sonda o la
estimulación contralateral en una alta proporción de casos, teniendo un escaso valor
diagnóstico. Por este motivo deberían realizarse las mediciones del reflejo ipsilateral con el
tono de sonda de 1000 Hz y utilizando la frecuencia de estímulo de 1000 Hz. El objetivo no
es establecer un umbral de reflejo preciso sino demostrar la presencia o ausencia de reflejo
acústico. Se debería comenzar a una intensidad de 85 dB y confirmar al menos dos veces la
positividad del reflejo. En los bebés menores de 6 meses el máximo nivel de estimulación
no debería exceder los 100 dB debido a que la presión sonora en un oído tan pequeño puede
superar hasta en 20 dB a la recibida por el adulto (CWGCH, 2005).
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3) Su realización es imprescindible ante un resultado negativo en las Otoemisiones
Acústicas, ya que descartar una patología de oído medio que puede remitir antes de
continuar con una batería de tests diagnósticos es fundamental.
4) La presencia del reflejo acústico generalmente está relacionada con umbrales
auditivos inferiores a los 65 dB. Por esta razón si las pruebas audiométricas arrojan
resultados de pérdidas auditivas severas o profundas deberán revisarse
cuidadosamente ante la presencia de reflejoestapedial.
Si bien las pruebas impedanciométricas no determinan umbral auditivo son una forma
rápida y efectiva de valorar la posible existencia de un componente conductivo por lo que
son de gran utilidad complementaria en el momento de efectuar pruebas audiométricas y
corroborar umbrales por vía ósea. Su aplicación en la audiología pediátrica es
imprescindible.
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