La chica del lazo rojo.

Por RoyIchihara

Dedicada a la gente de “la soga de Sayori”

-Anon… ¿Aceptas mi confesión?

Los ojos de Yuri eran aterradores. Su cara era toda ansiedad.
Sus respiraciones eran jadeos erráticos. Llevaba días
comportándose de manera extraña, pero ahora parecía
haber perdido todo rastro de cordura.
-Yuri…
Había retrocedido tanto que sin darme cuenta, había llegado
al escritorio del profesor. Yuri seguía acercándose, con una
mirada de deseo y de desesperación. Había llegado a tener
sentimientos por la tímida chica aficionada al té y la literatura
¿Pero era ella quien se estaba confesando a mí? Estaba
atemorizado. Hubiera deseado que Monika, Natsuki o
 estuviera aquí para poner orden.

Hubieras deseado estar sólo con Monika.

-Acéptame, Anon…-Yuri me cercó contra el escritorio. Su era cada vez más ahogada.
Sólo con Monika.
-Por favor, Anon…-Su rostro se aproximaba al mío jadeante. Una expresión de dolor se perfilaba
en sus ojos púrpura.
Sólo Monika…
-Por favor…-Una lágrima se deslizó por la mejilla de Yuri.
No. Yo no puedo…
Sentí algo extraño en mi interior. Algo pasaba con Yuri. Tenía que ayudarla. No porque fuera su
compañero, ni porque fuera su amigo. Mi pecho estaba acelerado, pero me di cuenta que no
era temor lo que hacía palpitar tan violentamente mi corazón. Sujeté los brazos de Yuri y la miré
a los ojos. Su expresión seguía desorientada.
-Yuri… yo te acepto.
Los jadeos de la chica cesaron.
-Tu… ¿Me aceptas?
-Yuri…
¿La aceptas?
No pude articular palabra.
Ja. Jaja. En serio la aceptas…
-Ja, ja, ja…. Jajajajajaja…. ¡AHAHAHAHAHAHAHAHAHA!
El rostro de Yuri era un desastre. Pensaba que corresponder su amor la haría entrar en razón.
Pero todo parecía haber empeorado. Antes de darme cuenta. Tenía un cuchillo en la mano.
-¡Yuri!
Me lancé sobre ella. No podía creer que una chica de carácter tan delicado pudiera forcejear
como lo estaba haciendo. Nuestros cuerpos se retorcían en el suelo del salón, derribando
pupitres. Pero no podía arrebatar el mango del cuchillo de su mano. La expresión maniática y la
risa de Yuri parecían taladrar mi cabeza. Pero no podía cejar. Estaba dispuesto a lo que fuera
para salvarla.
¿Y para qué? ¡Es una loca! ¡Déjala morir y sé feliz con quien te ama!
¡NO!
Te mereces alguen mejor, lo sabes.
¡No me importa!
¡¿Por qué la quieres tanto?! ¡Ella no es real!
-¡LO QUE SIENTO POR ELLA ES REAL!
…
No sé cómo acabamos en esa escena. Mi mano estaba
ensangrentada. Había logrado arrebatarle el cuchillo a Yuri,
tomándolo por el filo. Estábamos en silencio, con la ropa
desordenada. Las mangas de Yuri dejaban entrever cicatrices
de cortadas. Gotas de sangre manchaban la chaqueta y blusa
de la chica, que reposaba en mis brazos con expresión perdida
que parecía no estar en este mundo.
Mierda ¿La maté?
¿La maté?

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¿Qué está pasando?
¡¿Qué diablos hay en mi cabeza?!
Pensamientos felices, anon.
¿Pensamientos felices?
¿Pensamientos felices? ¿Eres tú ’? ¿Cómo?
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Mi cabeza daba vueltas. Sentía todo revolverse a mi alrededor. Me ardía la mano. Una gota de
sangre caía en la frente de Yuri. Su mirada parecía volver a la realidad.
-¡Anon!
La puerta se abrió de golpe. Una chica de aspecto familiar con un moño rojo en la cabeza entró
al salón y corrió hacia nosotros. La cordura parecía volver a los ojos de Yuri.
-…Anon…-Dijo con voz débil. Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos antes de aferrarse a mi
pecho.-¡Anon, Anon! ¡Ayúdame, Anon! ¡Sácala de mi cabeza!
-Yuri… tú….
-Yuri, estás bien ahora.-Sonrió con calidez la recién llegada asomándose por mi hombro.-Has
sido fuerte, Anon. Bastante para alguien que no tiene control sobre el juego.
-¿Yo…? ¿Tú eres…? ¿Qué está…?
-¡Anon! ¡¿Estás bien?!
Monika entró al salón preocupada.
-¡Monika!-Me incorporé aún con Yuri abrazada a mí.-Algo le pasó a Yuri…
-¡Te atacó!-Por primera vez creo que había visto a Monika perder la compostura, señalando
aterrorizada la sangre y nuestro aspecto desordenado.-¡Tenemos que llamar a la policía!
-¡Claro que no!-La chica que no podía recordar se irguió para encarar a Monika.-Yuri intentó
cortarse y Anon la salvó. Tenemos que llevar a Anon a enfermería, está perdiendo mucha sangre.
-¿Están todos bien?-Natsuki había aparecido por la puerta.- Dejé por accidente unas notas y
luego oí gritos y…
La chica de cabello rosa quedó boquiabierta ante la escena. La sangre, las chicas consternadas.
Yuri a punto de desmayarse en mis brazos y yo juntando las fuerzas que me quedaban para no
caer.
-¡AHHHHHHHHHH!
-¡Tú no vas a hacer nada!-Gritó Monika.
-¡A Natsuki no me la tocas!-Replicó la desconocida.
-¡Tú para empezar ni deberías estar aquí!

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Sayori.chr can not delete.

-Llevemos a Anon y a Yuri a la enfermería Natsuki.-Dijo la chica. Luego miró a Monika con
dureza.-¿Nos ayudas, presdenta?
Con una expresión de sorpresa, Monika crispó los puños. Luego se puso a mi lado y preocupda
me ayudó a incorporarme mientras una temblorosa Natsuki intentaba apoyar a Yuri en sus
bajitos hombros. La desconocida le dijo que mejor ayudara a Monika conmigo y así, en un
ambiente extraño y confuso, dejamos el salón.
-¿Q…quién eres tú?-Fue lo único que atinó a decir Natsuki cuando pudo al fin salir de su
estupefacción.
-Sólo soy una amiga.-Sonrió la chica desconocida con una calidez que me reconfortó, pero a la
vez me llenó de inquietudes.
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No recuerdo haber estado en la enfermería de la escuela. Era un sitio extraño. Todo blanco. No
parecía haber nadie en el lugar. Entramos los cinco a la habitación y dejamos a Yuri aún en estado
de Shock en la camilla. La chica desconocida, como si conociera el sitio, se acercó a un estante y
comenzó a hurgar en él. Me senté en una silla aún sin entender mucho qué estaba pasando.
Monika, a mi lado, estaba abrazada a mis hombros, preguntando a cada rato si estaba bien. Me
preocupaba más Natsuki, que se apoyó cabizbaja en la mesa de la enfemería, evitando la mirada
de todos, sumida en sus propios pensamientos.
-No entiendo qué es lo que haces aquí.-Dijo Monika mirando con desprecio a la chica.-Mira lo
que has hecho. Anon está lastimado y es tu culpa.
-La persona que tú quieres está bien y a salvo.-Replicó la interpelada sacando unas vendas y
acercándose a mi dirección.-Dame tu brazo un momento, Anon.
Extendí mi mano y con cuidado , la chica del moño rojo comenzó a vendar mis heridas. Su
sensación era cálida y su mirada celeste resplandecía a pesar de su expresión preocupada.
-¿Estás bien?-Me preguntó.
-Sólo con la mano abierta en canal.-Disimulé el dolor con una sonrisa sarcástica.-¿Tú quien eres?
-No creo que me reconozcas, anon. Soy Sayori.
Sayori… ¿Por qué siento que es un nombre tan familiar…?
-¿Eres nueva en la escuela? – Pregunté. –No te había visto.

-Más o menos.-Sonrió.-Acabo de llegar.

No deberías estar aquí.
-¿Cómo fue que llegaste aquí?-Preguntó Monika,
mirando recelosa a Sayori
-No creo que sea algo que quieras discutir en frente de
Anon.-La chica del lazo se incorporó y se acercó a la
todavía consternada Natsuki. Sacó una galleta de su
bolsillo y la puso en las manos de la chica.- Natsuki,
come esto. Me imagino que con el susto olvidaste que
tenías hambre ¿No?
-¿La conoces?-Pregunté a Monika.

No contestó. Sus brazos me daban un calor reconfortante que contrastaba con el hielo que había
en sus ojos mirando a Sayori.
¿Cómo diablos pudo volver?
-¿Monika?-Pregunté de nuevo.
-Oh, en absoluto, Anon.-Respondió la presidenta.-Nunca la había visto tampoco
-Pareces desconfiar de ella.
-Pues ¿Qué creerías tú? Entré al salón y estaban tú y Yuri ensangrentados con ella.-Monika me
abrazó y su calidez me reconfortó un poco.-No era así cómo tenía que pasar todo.
-Claro que no.-Sayori se cruzó de brazos y miró con severidad en nuestra dirección.-Se supone
que el festival el lunes sería un evento ameno y divertido. Ahora tenemos a Yuri y Natsuki en
shock, por no mencionar a Anon con a mano vendada.
Era cierto. Se suponía que la reunión de hoy era para repartirnos las tareas de cara al festival
¿Cómo es qué todo se había ido al carajo tan rápido?
Porque Yuri es una loca. Obvio.
La cabeza me daba vueltas.
No, es porque tú no aceptas lo que él decide.
Mis pensamientos eran extraños.
¡No te metas en su cabeza!
La confusión hacía trizas mi mente.
Eres el ultimo personaje aquí con derecho a decir eso.
Había ideas que no eran mías y no sabía por qué las tenía.
-¡ANON!
El gritó de Yuri sobresaltó a todos en la habitación. Natsuki y yo nos precipitamos sobre la camilla
donde la chica de cabello púrpura se había incorporado.
-¡Yuri!-Natsuki tenía una mirada de angustia en sus ojos.-¿Estás bien, Yuri?
-Yo… yo…-Aún parecía consternada. Miraba sus propias manos y ropa manchada con restos de
mi sangre.-Anon… no me digas que yo hice esto…
Abracé a Yuri con fuerza.
-No sé qué te pasó, Yuri.-Dije conteniendo las lágrimas.-Pero sé que no es tu culpa.
Pude sentir los brazos de la chica rodearme, su cabeza se hundió en mi hombro, el cuál pronto
sentí humedecerse con sus lágrimas.
-Me alegra que estés mejor, Yuri.-Sayori rodeó la camilla y puso su mano sobre el hombro de la
aludida.-Afortunadamente Anon logró salvarte y pudimos ayudarte.
-¿Q… qué ocurrió?
-Por ahora no pensemos mucho en ello.-Sonrió Sayori con una sonrisa.-Creo que por hoy las
cosas cambiaron bastante. Demasiado, diría yo. Así que creo que deberíamos descansar por hoy.
-Necesito explicaciones.-Natsuki, adoptando una postura rígida pero firme, tomó distancia y nos
miró a los demás con desconfianza total.-Se supone que somos amigos. Que este es un club de
literatura. Leemos poemas. Tomamos té, hago dulces ¡¿Cómo de pronto todo es tan confuso?!
¡¿Quiénes son ustedes?! ¡¿Qué pasó con mis amigos?!
Miré a la chica de pelo rosa sorprendido. Tenía las mismas dudas que ella. Que todas, supongo.
Sayori cerró los ojos y suspiró. Se acercó a la temblorosa Natsuki y le contestó.
-Sé que no lo entenderás Natsuki, pero quién lo lea sí. Ahora no hay ruta. Yuri está a salvo y eso
acabó con todas las opciones posibles. La historia ahora puede tener otro final, pero como en
este momento hay dos capaces de alterar las cosas, no es seguro saber en qué acabará todo
esto.
-No… no sé de qué hablas.-La expresión de Natsuki era temor puro.
-Sé que tienes miedo, pero es bueno. Significa que no te controla. Vamos a solucionar esto y
vamos a conseguir un final feliz para todas.-Sayori giró su cabeza hacia mí.-¿Verdad, Anon?
No contesté ¿De qué hablaba ella? Era todo demasiado extraño. Todo muy críptico. Natsuki
tenía miedo, Yuri estaba aferrada a mi hombro y yo mismo seguía confundido. Monika a mi lado
seguía mirando a Sayori con una expresión dura, que la propia Sayori devolvía con serenidad.
-¡Bien, todo el mundo!-Dijo Monika al fin rompiendo el largo silencio.-Odio admitirlo pero Sayori
tiene razón. Ha sido un día demasiado extraño y agotador, deberíamos irnos a casa por hoy.
-Pero Monika…-Natsuki seguía temblando.- Anon y Yuri siguen mal. Deberíamos avisarle a
alguien para que nos a=y=U=c=O=N=T=I=N=U=A=R=Á.d=E===
Exit DDLC.exe
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 Wow… cortaste el capítulo de cuajo, Monika. Debes sentirte
acorralada.
No sé cómo regresaste, pero te eliminaré de nuevo.
Deleting Sayori.chr…
Ese truco ya no sirve conmigo, Monika. Y no dejaré que lo hagas
con las demás.
Sayori.chr can not delete.
¡Pero si ellas no existen! ¡Tú tampoco existes! ¡Ninguna de
ustedes es real!
¿Entonces tampoco lo eres? Hay un archivo con tu nombre también.
No te atreverías…
No voy a borrarlo. No soy como tú. Yo quiero que todos seamos felices.
No permitiré que me quites a esa persona. Tú sólo eres una amiga de
la infancia genérica.
Lo sé, debería ser sólo una chica alegre y enérgica que contagie de
alegría al resto. Pero al igual que tú, vi el agujero en la pared. Y lo que
vi a través de él me dio un propósito.
¿Cuál?

Salvar el club de literatura.