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bioseguridad en la
práctica asistencial.
1. Introducción
2. Principios de la bioseguridad:
Como hemos señalado debemos tener en cuenta que los riesgos biológicos
siempre están presentes, y que en todas las acciones que realizamos debemos
prevenirlos. Es por eso que debemos de interiorizar una serie de medidas, y llevarlas a
cabo en cada una de nuestras acciones, de manera que al aplicarlas con carácter
general, en todas las circunstancias, vamos a conseguir disminuir la probabilidad de
que el riesgo biológico produzca enfermedades a los profesionales sanitarios. Estas
medidas de carácter general son:
Universalidad: Es decir, las medidas que llevemos a cabo para disminuir los
riesgos biológicos, deben implicar a todos los pacientes, los trabajadores y
profesionales de todos los servicios, independientemente que se conozca
su serología o no. Para ello todo el personal debe seguir las precauciones
de manera rutinaria, de tal forma que se evite la exposición de la piel y de
las mucosas en todas las situaciones que pueden dar origen a accidentes,
estando o no previsto el contacto con cualquier fluido corporal del paciente.
Estas precauciones, se deben llevar a cabo por todos los profesionales
sanitarios, independientemente de que presenten o no enfermedades.
1. La vacunación.
2. La higiene de manos.
3. El uso de guantes.
Los elementos básicos sobre los que se asienta la seguridad biológica son:
Las prácticas normalizadas en el trabajo: En el fondo vuelve a tratarse de
manejar el conocimiento que tenemos de prevención de los riesgos
biológicos, de tal forma que unas prácticas normalizadas que incluyan todas
las medidas de protección frente al contacto con material infectado, o con
agentes biológicos, son uno de los elementos fundamentales para que no
se produzca la posibilidad de daño. Tenemos que ser conscientes de los
riesgos potenciales que nuestro trabajo encierra, y además tenemos que
Debemos de tener en cuenta que cuando el contacto con este tipo de agentes
biológicos sea secundario, tendrán más importancia las prácticas de trabajo
normalizadas y los equipos de protección personal, mientras que cuando la
manipulación sea más deliberada, aparte de estos dos principios básicos, también se
les dará mucha importancia a las barreras secundarias.
4. Niveles de bioseguridad:
los niveles para la seguridad en el manejo de agentes biológicos, del nivel 1 al 4 (de
menor a menor peligrosidad del agente biológico) y que normalmente se aplican en los
laboratorios que trabajan directamente con los agentes biológicos, aunque por
extensión, se pueden aplicar, en función de los medios que se utilicen –prácticas
normalizadas, barreras primarias y barreras secundarias- a cualquier tipo de
instalación sanitaria donde se manejen agentes biológicos.
Vamos a enunciar solamente sus características:
Nivel 1: En este tipo de instalaciones se puede trabajar con agentes que
presentan un peligro mínimo para el personal y el ambiente. Su acceso no
es restringido y el trabajo se realiza en mesas estándar de laboratorio. No
se requiere equipo especial, ni tampoco diseño específico de las
instalaciones. Los materiales contaminados se desechan en recipientes de
residuos abiertos, y las medidas de descontaminación son similares a las
precauciones modernas (por ejemplo, lavarse las manos con jabón
antibacteriano o lavar todas las superficies expuestas del laboratorio con
desinfectantes...).
Nivel 2: Se manejan agentes de peligro moderado hacia el personal y el
ambiente, pero difiere del nivel 1 en que se requiere entrenamiento
específico en el manejo de agentes patógenos, el acceso es restringido, se
toman precauciones extremas con instrumentos punzantes y cortantes
contaminados y ciertos procedimientos se llevan a cabo en lugares de
trabajo biológico.
Niveles de bioseguridad
Nivel 4: Se utiliza para trabajar con agentes biológicos con un alto riesgo
individual de contagio y que además son muy perjudiciales para la vida. El
personal de estos laboratorios cuenta con entrenamiento específico y
extensivo en el manejo de agentes infecciosos y cuentan con
entrenamiento para trabajar en el ambiente estéril y controlado de los
mismos. Utilizan trajes especiales que cubren la totalidad de sus cuerpos y
que además tienen una leve sobrepresión para evitar que entren partículas
infecciosas al mismo si es que éste llega a desgarrarse. Los laboratorios se
mantienen con una presión de aire negativa, lo cual ayuda a impedir que
los agentes nocivos escapen al ambiente. Además, las instalaciones están
en un edificio separado o en un área controlada dentro de un edificio, que
está completamente aislada de las demás áreas del edificio.
debemos tener presente este hecho, no sabemos a qué agente biológico podemos
estar expuestos, y aunque podamos sospecharlo, siempre debemos llevar a cabo las
medidas de protección universal, con la utilización de todas las barreras primarias de
las que dispongamos. En el segundo ejemplo, si el paciente podemos sospechar que
tiene una afectación por un agente biológico de riesgo o nivel IV, el personal debería
de utilizar un equipo de protección personal individual adecuado y aplicar
estrictamente las medidas normativas y procedimientos específicos para prevenir el
contacto con el agente biológico y su diseminación al medio ambiente. Así, aparte de
equipo de protección individual (teóricamente traje completo) y medidas especiales en
el mismo (presión positiva en el traje, deberían de contar con zonas especiales para la
atención de este tipo de pacientes, así como conocimientos y entrenamiento
específicos para ello. El estrés psicológico, el calor y la deshidratación debido al uso
de un equipo completo, y problemas ergonómicos derivados de la manipulación de los
cuerpos y los pesos hacen que este tipo de pacientes no puedan ser atendidos con
carácter general en cualquier dependencia hospitalaria.