Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EDITORIAL CRíTICA
Grupo editorial Grijalbo
BARCELONA
Título original:
UN LIEU POUR VIVRE. LES ENFANTS DE BONNEUIL, LEURS
PARENTS ET L'ÉQUIPE DES «SOIGNANTS»
Este libro deja a la locura decir una verdad. Los que aquí
hablan son los niños, los padres, los adultos de Bonneuil,1 y con
ellos, especialistas como Roger Gentis, y la gente que se ha pues
to en contacto con nosotros.
A veces hablan en forma de diálogo, como en la película Vivre
a Bonneuil, realizada por Guy Seligmann que nos alentó a escribir
este ensayo colectivo, en el que se .han utilizado algunos fragmen
tos de la película. Aunque la mayoría de los diálogos son inéditos.
En general son reproducidos aquí debates que se han mante
nido cotidianamente en Bonneuil (y fuera de allí). Hemos añadido
testimonios escritos, que se refieren cada uno de ellos a un aspecto
particular de la vida en Bonneuil (y fuera de allí), y que forman
parte del proceso realizado por los adultos y los niños, teniendo
como base una continua reinterrogación de la práctica.
La última parte de esta obra deja un amplio espacio al trata
miento clínico. La elaboración teórica que está implícita lo debe
todo al material aportado por los propios pacientes y por sus
padres.
Finalmente, que quede claro una cosa: hemos dado la palabra
es, entre otras cosas, la amistad. Las relaciones que se tejen fuera
de las grandes ciudades son otros tantos eslabones de una vasta
cadena de solidaridad, en la que los jóvenes construyen algo que
se asemeja a una acogida, con sus alegrías y sus penas. Esta noción
de acogida se ha perdido en el mundo industrializado.3 Se ha
perdido, al mismo tiempo que ha desaparecido la etapa de la
adolescencia. Los adolescentes de hoy ya no sienten ninguna
pasión (ésta se ha reducido a la adquisición de un ciclomotor o de
una moto). Cerrados al mundo de la imaginación, influyen en la
realidad sus sueños perdidos. Y algo de estos sueños perdidos
es lo que restituyen los jóvenes adultos de Bonneuil (y de su red
en el campo) a los niños, redescubriendo con ellos cómo poder
reinventar continuamente la vida.
Pero esto implica dificultades. El joven adulto necesita, a su
vez, un tiempo para realizar un determinado proceso antes de
poder comprender el sentido profundo de lo que está hacien
do allí.
Es frecuente que la gente fantasee de que Bonneuil es un
lugar donde-todo-está-permitido, y a partir de esto, se puede ne
gar la noción misma de trabajo y de servicio prestado. Pero a ello
hay que responder: los niños que se sumerjan en este «malestar»
de los adultos, sólo encontrarán mayores motivos para permane
cer ausentes (de la vida). Recordemos que las mínimas referencias
que necesitan para vivir son referencias de prohibición, inheren
tes al propio lenguaje (un hermano no es lo mismo que un mari
do, etc.). Lo que hay que restituir a estos niños que están al
margen del tiempo es una dimensión que les permita el acceso
a todas las posibilidades de superación.
El goce absoluto es un engaño. Hay que perder algo para
ganarlo a otro nivel. Si a Léon parece que le esté prohibido acce
der a una satisfacción total (todo placer sexual desemboca para
él en algo mortal) es porque quiere todos los goces (las satisfac·
M. M.
NIÑOS Y ADULTOS
«TRASTORNADOS POR EL SISTEMA »
2. -MANNONI
Cuando se tiene un niño así, hay que
vacunarle, dice la gente. Y yo le dije a
una mujer: No tema, no es contagioso.
1. LOS INICIOS DE BONNEUIL *
}ACQUES y MAUD
Pero, en fin, para vivir en sociedad, hay que esconder estas ideas
y tener una apariencia seria.
M. M.: Pero ¿conoces a gente con la que te sientes acompa
ñado, de vez en cuando, y que acepta que no seas serio?
]acques: Tengo algunos amigos y conocen todas mis teorías
antichicas y antimujeres. Y a están acostumbrados. A veces cuando
me estropean demasiado los oídos con su música podrida, enton
ces les suelto un rollo de teoría antichicas y ponen una música
mejor.
M. M.: Ah, es verdad que tú estás en contra de la música pop.
Jacques: No, en esto he cambiado. Ahora me he convertido.
Me sigue gustando la música clásica, pero casi nunca escucho.
A veces, por casualidad . . .
LA MADRE DE LÉON
l. Libertad que tiene como límite el no molestar a los demás. (M. M.)
ALGUNOS NIÑOS, ALGUNOS PADRES 27
LA MADRE DE ROLAND
EL PADRE DE LUCIEN
Sr. V.: Mi hijo nació asfixiado, lo que supuso que fuera trata
do durante tres meses en el hospital. Muy pronto nos dimos
cuenta de que el niño presentaba ciertas anomalías en su compor
tamiento, cuando tenía un año.
A nivel motor, no tenía un atraso muy importante; lo tuvo
más bien en el lenguaje, más tarde; tenía dificultades, que se
puede decir que se acentuaron a los tres años; entonces, realmen
te, era insufrible, asocial...
G. S.: ¿En qué se manifestaba esto? ¿Estaba excitado?
Sr. V. : Tenía una gran ansiedad; incluso intentaba hacerse
daño, quería destruirse. Esto, evidentemente, para nosotros supo
rúa una angustia total. No podíamos calmarle más que con la
música, era la única solución.
Pero pronto intentamos saber qué era lo que provocaba estas
crisis. ¿Era tal vez una consecuencia de la asfixia? Le llevamos a
diferentes médicos y fue una serie continua de visitas a médicos,
especialistas, neuropsiquiatras, pediatras y, finalmente, frente al
desconcierto de todos ellos, por influencia -mayor o menor
de la gente que nos rodeaba, de nuestra familia, quisimos llevarle
a un hospital para niños.
Entonces empezamos la ronda de hospitales. El caso era mo
lesto, en seguida nos dimos cuenta de ello; en primer lugar, por
que nosotros, como padres, de inmediato hacíamos preguntas, que
ríamos saber, y creo que para el cuerpo médico esto significa
querer conocer y profundizar en misterios que los clientes no de
ben saber. No sé. Esto afectaba a gente que estaba rodeada de una
aureola, si quiere. Y luego, hay que reconocer que el caso del niño
desconcertaba a la gente, parecía que se sintieran impotentes. Nos
recomendaron diferentes medicamentos, pero sin ninguna eficacia.
G. S. : He visto en el informe que se trataba de medicamen
tos a dosis muy elevadas.
Sr. V. : Éramos muy conscientes de que el niño se estaba
convirtiendo en una farmacia. Y también creo que el niño era un
caso interesante para estudiar.
3.-MANNONI
.34 UN LUGAR PARA VIVIR
los niños psicóticos, pero tal vez hablando de ellos se llega al fon
do del problema.
Resulta un poco difícil de explicar, porque habría que referirse
a toda una corriente de ideas, que es lo que se denomina antipsi
quiatría. A grandes rasgos, la antipsiquiatría pretende, creo que
con razón, que a algunos enfermos hay que dejarles hacer, hay
que aceptar su delirio, su comportamiento por muy loco que
resulte, por perturbado que sea, porque es su propia manera de
buscar su camino y su curación, y ésta sólo es posible al final
de esta búsqueda, a veces muy larga y muy difícil de aceptar por
las personas que le rodean.
G. S. : ¿Hay que dejar que se exprese la locura?
R. G. : Sí, en toda la amplitud posible. Hay que darse cuenta
de que en el marco de una familia corriente esto es totalmente
imposible; la vida social actual no puede aceptar esta posición.
G. S. : ¿Y por qué esto no se puede hacer en un hospital psi
quiátrico?
R. G. : Simplemente porque ahora empiezan a salir de un lar
go período de oscurantismo; ante todo, estaban destinados a
mantener el orden público. La primera función de lo que se llama
ba manicomios era excluir de la sociedad a una cierta categoría de
desviados.
Había un cierto número de gente que, a pesar de todo, se
curaba, pero en general eran depósitos de locos.
Esto está cambiando, hace ya tiempo que las cosas van cam
biando; pero aún hay enfermos que están muy mal tratados, mal
aceptado3, mal tolerados en los hospitales psiquiátricos ; y a este
respecto, los niños psicóticos son posiblemente la categoría me
nos favorecida.
Esto se debe a la dificultad de comunicación con estos rtiños y
de comprenderles. Los adultos psicóticos, en general, son más fáci
les de comprender por parte de un personal con experiencia, que
tenga una cierta capacidad de escucharles, que conozca un poco
las ideas freudianas; mientras que los niños psicóticos, sobre todo
los que se vuelven psicóticos muy temprano, son realmente muy
misteriosos, muy herméticos . . . En fin, supongo que Maud Mannoni
ya os lo habrá dicho, son chavales que tienen fantasmas sobre la
40 UN LUGAR PARA VIVIR
.3. Lo que aquí se critica es una determinada concepción del mundo. La salud,
actualmente, se ha convertido en una obligación. Las «altas esferas de la adminis·
tración» niegan la acusación de querer asfixiar la psiquiatría progresista. Los finan
cieros hacen observar que la ideología en que se basa la seguridad social procede de
los propios médicos, que son responsables del mantenimiento de las estructuras
jerárquicas y de una hipermedicalización de la psiquiatría (con vistas a garantizar
el poder médico). El hecho de que Bettelheim haya tenido que abandonar sus
experiencias en Estados Unidos, con la obligación de retitarse y la denominación
de un médico psiquiatra en su lugar, es suficientemente explícita de los obstáculos
con los que se enfrenta una práctica psiquiátrica diferente. (M. M.)
44 UN LUGAR PARA VIVIR
4. - MANNONI
4. LA INSTITUCIÓN ESTALLADA *
l. Con los niñ.os de Bonneuil y Noelle Filippi, Maud Mannoni, Hélene Marcha
dier, Dominique Misset, Michel Polo, Alain Vanier, así como los médicos y educa·
dores que estaban de paso.
* Los cursos de la enseñanza secundaria francesa van desde el 6.0 (a los 11 años)
hasta el 1.0 (a los 16) y el «terminal» (a fos 17). (N. de ed.)
60 UN LUGAR PARA VIVIR
yo era el loco. Desde que estoy allí, me hacen ser así y ahora el
carnicero es el que está enfermo.
8. Hyacinthe va una vez por semana a trabajar con un cerrajero. (M. M.)
'· - MANNONI
66 UN LUGAR PARA VIVIR
10. A veces sucede que un adolescente que tiene «una crisis» solicita la protec
ción de un hospital. En este � tenemos la posibilidad de mandarle a Créteil, a
una habitación individual. La duración de estas hospitalizaciones nunca ha sido
superior a las veinticuatro horas. (M. M.)
68 UN LUGAR PARA VIVIR
poco la corriente. «Hay que hacer descansar este cuello que duele
tanto. Reposo total.»
A. V. : Cuando íbamos hacia el hospital, ha hecho ver que se
iba a tirar por la puerta, porque estaba endemoniado.
Lucien ( 1 3 años): 11 Hay que dejar en paz a los médicos. No
entienden nada, ¿verdad, Mannoni?
A. V. : Lo que hace falta es que pueda cambiar de registro.
M. M. : El viernes, Paul decía: quiero ir a enterrar a mi abue
la y luego vuelvo al trabajo.
M. P. : Después del funeral fue cuando Paul se sintió mal
y adoptó una postura de catatónico. Hicimos una buena comida
y luego propusimos una sesión de cine.
A. V. : Como si fuera necesario borrar el duelo que se estaba
viviendo.
M. P. : Paul empieza a trabajar el lunes en la obra en cons-
trucción.
Paul: Está muerta.
M. M. : Sí, está muerta.
Paul: Me ha conmovido, pero hay que seguir viviendo.
Arabelle: Conocí a una niña, su madre había muerto de un
cáncer generalizado.
Paul: No me hables más de muertes.
Arabelle: Y ahora esta niña es huérfana. Y a los nueve años
no es nada divertido.
M. M. : ¿Es agradable vivir en Gratte? 12
Paul: Allí estás como enterrado. A largo plazo no resulta
nada divertido.
Un educador: En Gratte acogen a los que salen del hospital
psiquiátrico.
M. M. : Paul tiene razón cuando dice que Gratte puede ser
como un entierro. Depende de lo que vayas a hacer luego. Esta
11. A veces, en estas reuniones con los niños, los adultos discuten un problema
que les afecta. En general, estas reuniones constituyen un escenario en el que el
niño puede «representar» su locura, apoyado por un coro constituido por el grupo
de adultos y los niños que están presentes. (M. M.)
12. Gratte es una comunidad donde pasó una temporada uno de los adoles
centes.
LOS NIÑOS EN LA INSTITUCIÓN 69
DE UN TRAYECTO EN BONNEUIL
6. EL MOMENTO DE LA ESCUELA *
D. M. : Cuentos, poesías . . .
A. V. : Y luego venderemos el periódico a la gente que quie
ra comprarlo, a los que les interese . . .
Paul: Tenemos que ir con cuidado porque vender está prohi
bido. Hay que hacerlo de la forma más discreta posible, para no
tener problemas. Conozco a una gente que vendían periódicos así
y se los llevó la poli. Hay que tener cuidado.
D. M. : Está prohibido vender en la calle. Pero si vas a casa
de un amigo y le dices : mira, hemos hecho un periódico, ¿que
réis comprarlo? Nadie te puede prohibir que hagas esto.
78 UN LUGAR PARA VIVm
II
III
6. - MANNONI
7. LAS «MATES» : NO ESTAMOS AQUf
PARA PASAR EL RATO
BRUNO MANNONI
0 0 0 0
o o o o
8 ) Relaciones en un árbol genealógico.
9 ) Se dibujan seis conejos y cuatro patos. Se pide que se
ñalen todos los conejos, todos los animales, todos los conejos.
Finalmente, se pregunta:
-¿Hay más animales o conejos?
10) Caracterización del mediano (más grande que el más
pequeño y más pequeño que el más grande).
0 0 0
000
Entonces se le pregunta: « ¿Dónde hay más fichas?». Variante:
0 0 0 0 0
000000
Piaget pregunta al niño: « ¿Son iguales?». Si responde afirma
tivamente, significa que está realmente integrado en el molde
88 UN LUGAR PARA VIVIR
Didier
Primera sesión
1
Y sostiene obstinadamente que el del medio es el más grande.
¿Qué conclusión se puede sacar? ¿Que «Didier no controla
las series? ». En absoluto; por el contrario, el brib6n las conoce
perfectamente. Nunca pierde; pero hay que saber lo que ocurre.
Didier es el hermano mayor. Tiene dos hermanos más. Y el del
medio es tan alto como Didier (que para su edad es bajo). Enton
ces Didier reproduce perfectamente una situación familiar que
le angustia y de la que no puede abstraerse.
Segunda sesión
Tercera sesión
Cuarta sesión
Las escaleras.
A B
Quinta sesión
Sexta sesión
Séptima sesión
Novena sesión
Undécima sesión
Decimotercera sesi6n
Sabine
Primera sesión
Segunda sesión.
-¿Qué es un tío?
-Pues es el hermano de mi padre.
-Y para tu hermano ¿no es el hermano de tu padre?
- .
. .
1 1 . En los años 1880, cuando los métodos de Cantor conocían una gran expan
sión, Kronecker declaró que las definiciones de base sólo eran palabras, porque en
general no permitían decidir si un cbjeto dado satisfacía la definición. En 1908,
Brouwer, a su vez, avanzó que la lógica clásica nació de las matemáticas de los
conjuntos finitos. «Olvidando este origen, se utilizó la lógica como algo superior
y anterior a todas las matemáticas, y finalmente se la aplica, sin justificación, a las
matemáticas de los conjuntos infinitos.»
NO ESTAMOS PARA PASAR EL RATO 97
Tercera sesión
No sabe ( quiere) hacer nada ya. Con Sabine tuve que dejar
de lado todos los ejercicios de series, para dedicarme a los ejer
cicios de «lateralización». (Distingue con dificultad la izquierda de
la derecha. )
. . . Y todo para decir que no quiere saber nada más del árbol
genealógico. Por otra parte, entusiasmado después de la primera
sesión con Sabine, sugerí este ejercicio a otros niños. También
tuvieron algunas decepciones parecidas.
Cada cual a lo suyo y entonces las vacas estarán mejor guar
dadas.
Es LA REGLA
Émile
7. - ldANNONI
98 UN LUGAR PARA VIVIR
Una sesión
(Empezamos a jugar.)
12. Pierre Lavalle, Le Coq Hlron, n.0 2 (Centre J:!tienne Marce!). Se trata de
círculos divididos en tres partes: se dispone de tres lápices de colores (azul, verde,
rojo). Cada parte del círculo tiene que ser coloreada con uno de estos colores.
Se juega por turnos y la regla consiste en colorear cada círculo de forma diferente
a los anteriores.
NO ESTAMOS PARA PASAR EL RATO 99
(Seguimos el ¡uego.)
EL SENTIDO
CLAUDE HALMOS
Debemos saber que tenemos tres meca
nismos en la cabeza, cada uno con su trin
quete de reloj: lo natural, las convenciones
sociales y la locura.
Junto con las palabras, las que se dicen y las que se escriben
en la hoja, los niños nuevos pierden, poco a poco, toda una forma
de pintar, una imaginería heredada de la escuela: la casa, el
hombre, el camino, todos ellos estereotipados.
Henriette, dieciocho años, pasó de las palabras escritas (que,
por otra parte, estigmatizaban la locura de su vecina) a estos
dibujos aprendidos y luego a la pintura, después de que le dijé-
l. Matisse, Écrits et Propos sur l'art, Hermann (col. cSavoir»), París, 1975.
8. - MANNONI
1 14 UN LUGAR PARA VIVIR
ramos que los pintores, igual que ella, tenían insultos metidos
en la cabeza, pero que encontraban sus colores y con ellos hacían
cuadros.
Y cuando, al final de la sesión, guardábamos los trabajos en
lo que llamamos la «Casa de la pintura» y, como cada semana,
dibujábamos una «piedra», una piedra más para ir construyendo
la casa, Hentiette pintó para la casa una hilera de ladrillos, «como
en las casas del norte», dijo, donde ella ha nacido.
Entre las cosas que sorprenden al que viene por primera vez
hay que subrayar otra : la importancia del blanco.
En algunas técnicas (escolares), la pintura sólo está termi
nada cuando todo está lleno . En el taller, los colores se inscriben
en grandes espacios blancos. Y también el taller surge del blanco
porque, en círculo, alrededor de la hoja blanca en el suelo, pro
nunciamos las palabras rituales .
De la llamada del «blanco» que dejó un cuadro al ser sacado
de una pared surgió en una mujer, de la que habla Mélanie Klein,2
el deseo de pintar, como un eco al vacío que sentía en su interior
y que nunca había podido ser colmado.
El blanco, el fondo, el vacío : encontramos su importancia
subrayada en los escritos de numerosos pintores modernos. Miró
confiesa :
«El vacío siempre me ha fascinado, una tela sin nada y en
una esquina, ¡hop! sólo un pequeño punto, casi nada.» 3
Para Van Gogh, el genio del pintor se alcanzaría si pudiera
pintar en blanco sobre una pared blanca. Lo que, sin duda, no era
nada difícil para aquel que se imaginaba muriendo en plena luz;
cosa, por otra parte, que conseguirá hacer.
Para alcanzar una mayor autenticidad hemos tenido que aban
donar muchas cosas en el camino.
En primer lugar, toda referencia a lo «bello» o lo «no bello»,
en provecho de lo que era verdadero o no. «Lo esencial -dice
era ya una manera d e decirme algo. Este «no quiero saber nada
de ti» era ya una palabra que se me dirigía. Y me puse a esperar
el momento de ser invitada a otra cosa.
Y esto sucedió con Léon. Estaba convencida de que Léon,
con su comportamiento de huida, me había hecho una señal y me
quedé estupefacta cuando comprendí que, callando, podía darme
a entender que sabía muchas cosas y no de las más insignificantes .
Un día estábamos solos en el comedor; yo estaba leyendo y
él jugaba en la chimenea. De repente, sin que yo lo esperara, se
puso a apretarme la garganta, mirándome fijamente, intensamen
te, como si quisiera hablarme. Yo estaba sorprendida de su expre
sión, porque sólo le conocía una mirada vaga, vacilante, que
miraba siempre a otro lado, una mirada «ausente» como se dice,
en oposición con esta mirada que venía de dentro, que también
tendría más tarde en los juegos en el agua. (Existe una oposición
entre estas dos miradas: mientras una parecía no tener fronteras
y nunca tropezaba con ningún límite, la otra, por el contrario,
reflejaba el placer sin límites del descubrimiento de un espacio
corporal interior. Léon pasaba horas enteras en el agua satisfa
ciéndose mirando este interior.)
No lo entendí; de todas formas, tengo que confesar que
tampoco esperaba comprender. Volvió a la chimenea, luego vino
de nuevo y me apretó la garganta muy fuerte.
-¿Qué sucede? -le dije-. No entiendo lo que quieres, no
me hagas daño.
Se marchó de nuevo, volvió y puso algo en mis rodillas y
entonces se apretó su propia garganta, manifestándose así la im
portancia de su gesto. Miré entonces hacia mis rodillas: en ellas
había dejado un pájaro muerto.
No sé lo que me hizo sentir entonces este niño que, muerto
a la palabra, era tan capaz de mostrar a alguien la muerte; pero
esto hizo más patente la certidumbre de que este niño, que hasta
entonces había sido capaz de decirme que no quería estar con
migo, acababa de decidir, hablándome así, que yo era una amiga.
Habían sido necesarios casi seis meses para que las circunstancias
me empujaran de esta forma a proseguir lo que acababa de ama
rrarse y que tanto había esperado.
1 18 UN LUGAR PARA VIVIR
6. Más allá del principio del placer, existe siempre en alguna parte un males
tar, ligado a la pulsi6n de muerte. El deseo, para ser asumido, debe estar marcado
por la castración. Lacan ha demostrado que el dilema no gira en torno al hecho
de tener o no tener falo, sino en reconocer que el sujeto no es el falo. A partir
de esto puede sostenerse un deseo (sin anularlo y sin correr el riesgo de poner en
su lugar una neorrealidad delirante). (M. M.)
III
MICHEL
dije: «No voy a empezar otra vez como el otro día». Y esta vez
no puse barrotes.
-Pues, imagínate, yo creía que en Bonneuil había barrotes.
Y cuando ayer vi a Francine, me dijo que en Bonneuil no había
barrotes.
- ¡Que no hay barrotes en Bonneuil! ¡ Sí! , en la puerta de
entrada.
-Ella me dijo que era una villa.
-Sí, pero hay una puerta, y luego hay barrotes. Lo siento.
Hay un pequeño muro de un metro y medio aproximadamente,
y después unos barrotes.
-Sí, pero de todas formas no es lo más importante.
-Desde luego que no. Además ahora ya no están.
-Bien. ¿Quieres explicarme esta historia ?
-¿Estás leyendo?
-No, vamos, empieza.
-Cada mañana llego a Bonneuil en el pequeño autobús del
señor Guérin. Luego, tenemos que reunirnos todos alrededor de
una mesa para hablar de nuestra jornada. Esto se llama la charla.
»Luego, hay que ir a trabajar. Algunos van de compras y otros
van al jardín. Y también hay una biblioteca.
»Luego vamos a comer y luego hay tiempo libre. Yo voy a
jugar con mis compañeritos. Durante este tiempo, los adultos
toman café dentro de la casa.
»Luego vuelvo a la biblioteca y luego es el momento de vol
ver a mi casa. Tengo que darme prisa y digo adiós a todos mis
compañeros.
»Luego me voy a casa en el pequeño autobús del señor
Guérin.
-Bien. Tengo la impresión de que tu explicación es un poco
limitada, porque . . .
-Yo llego.
-Llegas en el autobús del señor Guérin, vale. Y luego dices:
«Hay que ir a trabajar. Algunos se van a hacer compras».
-Después de la charla, hay una actividad. No vamos a que
darnos así en Bonneuil, como papamoscas. O sea que nos vamos
a trabajar. Hay algunos que van a hacer compras para la comida.
UNA AGENCIA DE PUBLICIDAD 129
9. - MANNONI
130 UN LUGAR PARA VIVIR
que ver más o menos lo que voy a poner en cada casilla y hacerlas
con orden, con lo que va en cada una.
-Pero la casilla no es lo que hace el dibujo, sino que es el
dibujo el que hace la casilla.
-Vale. Entonces, ¿primero hay que hacer el dibujo y luego
encuadrarlo?
-Porque si no te ocurre lo mismo que a la gente que hacen
una superficie y luego se limitan a ella. Y en cambio de esta
forma no estás limitado. Tienes lápices, papel, puedes dibujar
todo lo que quieras en el espacio que quieras.
-Mis casillas no son para que yo trace . . .
-El dibujo o lo que tú vas a poner en tu dibujo es lo que
te dará idea del espacio. Y no a la inversa.
-Si no, estoy limitado.
-Lo que quisiera es : bien, empiezas y te encuentras con un
problema con el que yo he tropezado muy a menudo; te hallas
frente a un cuadrado en blanco y ¿qué haces? ¿ Qué sucede? No
hay nada peor que un cuadrado blanco.
-De acuerdo.
-Entonces, ¿sabes ya al principio lo que piensas hacer?
¿De qué tema te apetece hablar?
-No sé, tengo que pensarlo. Espera un momentito.
-Creo que antes tendríamos que hablarlo. Del tema . . . La
última vez me dijiste: «Me has impuesto un dibujo y esto no
me gusta, no tengo ganas de hacerlo» . Lo empezaste dos veces.
Y ahora te digo : «Ahora no se te impone nada. Haz el dibujo,
el comic que quieras y explicas lo que quieras». Y antes, vas
y me dices : «Vale. Pues voy a contar mi vida». Y luego me has
dicho : «No, voy a contar la historia de un conejo». Y esto son
dos cosas diferentes. O sea que me gustaría que me dijeras . . .
-¿ Cuál de las dos? Tal vez hable de un conejito.
-¿Prefieres explicar la historia de un conejito en lugar de
la tuya? Vale. Pero antes hace falta lo que se llama un «boceto»,
es decir, las grandes líneas de esta historia. Un conejito . . .
-O sea que te la resuma en . . .
-Sí. Antes de empezar. Porque tal vez hay cosas que no vale
la pena contar ; y, en cambio, otras pueden ser interesantes .
132 UN LUGAR PARA VIVIR
que mostrar por fuerza. Y tú, con el resto, haces lo que quieras.
-Se dice: «Hay un conejo que vive en una madriguera».
Entonces se podría hacer una especie de gruta .
-Entonces, el personaje, es decir, el conejo; el decorado,
o sea, la madriguera, o . . .
-Vale. Empezamos así.
-. . . el paisaje que lo rodea, su amigo el mapache.
-No, el conejo Clapo, el conejo. Te dije que es más fácil
hacer un conejo que . . .
-Entonces quieres hacer dos conejos . . .
-Sí, dos conejos.
-Entonces, hay que diferenciarlos bien, porque si no, se pue-
den confundir . . .
-Pero los conejos se parecen todos bastante, ¿no?
-Pero si tienes dos conejos en un mismo comic, llegará un
momento en que no sabrás cuál es uno y cuál el otro, ¿no?
-¿Y si ponemos bocadillos encima?
-De todas formas tienen que ser conejos un poco persona-
lizados.
-A uno le pondré gafas y al otro no.
-Es una buena idea.
-Y para que se entienda bien, en la primera imagen en la
que hablo de Jeannot pondré unas gafas y un bocadillo encima:
«Buenos días, Clapo» .
-Puedes definir a Jeannot. En l a primera imagen puedes
describirlo. Puedes dibujarlo por una parte y luego describirlo y . . .
-No, hay . . . Bueno, vale. En la segunda hago una flecha
encima del conejo que lleva gafas y en el bocadillo se pone:
«Jeannot. . . ». No, no, no, se pone: «Buenos días, Clapo» . Por
tanto ya se verá que no es Clapo, porque él dice: «Buenos días,
Clapo» . No va a darse los buenos días a sí mismo. Y en la otra:
«Buenos días, Jeannot».
-Pero esto se hace luego. Ahora puedes empezar a dibujar
el primer conejo, es decir, el personaje y lo que le rodea; y luego
empiezas la historia. ¿Empezamos?
-¿Y aquí escribo algo antes de empezar el segundo dibujo,
cuando Clapo visita a Jeannot?
1.34 UN LUGAR PARA VIVIR
Alain: E, A, dos N, O, T.
Michel: J, E, A . . .
Alain : Sí, creo que sí. Pero los nombres propios pueden es
cribirse como se quiera.
Michel: Dos N, dos N.
Alain: O, T. Pero también puedes escribir, J, A, N, A, U, D,
si te gusta más.
136 U N LUGAR PARA VIVIR
Alain : Por otra parte, nos dimos cuenta de una cosa: cuando
Michel llegó, entró a formar parte de un ambiente simpático, por
decirlo de alguna manera, porque siempre ponemos un poco de
música, hay un perro. Y luego hacemos un trabajo que, algunas
veces, supone utilizar cintas magnéticas o material bastante cu
rioso e interesante, o sea que Michel podía pensar que se trataba
de un juego. Tal vez tenía la impresión de que el trabajo que
hacíamos era un juego; por otra parte, no se equivoca, porque
esto nos gusta, es un trabajo de creación, es cierto. Es el aspecto
agradable de lo que hacemos. Lo que pasa es que, de hecho, no
estamos aquí para divertirnos.
O sea que a veces ha sucedido que, cuando yo no estaba aquí
-porque tengo la impresión de que necesita que una persona,
de vez en cuando, le dé explicaciones- no había ningún control
sobre Michel; es decir, que tenía tendencia a aprovecharse un
poco de esto. Y hace poco le echaron, porque era demasiado
molesto o porque no hacía el trabajo que se esperaba de él. Y se
le dijo amablemente que se volviera a su casa y que volviera
cuando tuviera la intención de trabajar.
G. S. : Michel, ¿estás de acuerdo en lo que ha dicho Alain?
Michel: Sí.
G. S. : ¿Crees que es necesario que hagas algún trabajo?
Michel: Sí, estoy de acuerdo.
II
2. Basaglia, L'Institution en négation, Seuil, París, 1972; hay trad. Cll:St. : :.,,
institución negada, Barral, Barcelona, 1972.
144 UN LUGAR PARA VIVIR
10. - MANNONI
12. EL TEATRO
A. ALICIA SE MARAVILLA *
-Hace calor.
El corazón me late.
Los pájaros anuncian su presencia.
Empieza la aventura de Alicia.
¡Escuchad!
Ved este conejo blanco de ojos rosados.
¡Escuchad ! ¡Ved! Alicia le sigue. Corre, ¡ aprisa!
Más rápido, más rápido, más rápido.
Pero, ¿ adónde va? Pero, ¿adónde va?
¿Qué le ocurrirá?
Alicia es arrastrada y cae en un túnel, en el fondo de la tierra.
¿Adónde irá a parar?
Cae lejos, lejos.
Va a parar lejos de la tierra.
Y el conejo. . .
Ella cae, cae. Cae lejos, lejos.
¡Dang! ¡Dang!
Todo está oscuro, todo son obstáculos: muro, agujero. Pero,
¿ dónde estamos?
¿Dónde estoy?
-¿Dónde estoy?
¿Dónde estamos?
¿Y dónde estamos?
¿Dónde estoy?
Tengo miego. Tengo miedo.
Tengo miedo.
Miedo. ¿Dónde estamos?
¡Oh, mirad!
¡El sol! ¡ La luz!
¡Mirad allá abajo!
AMBIENTE
¡Un jardín maravilloso ! Tengo una puerta.
¿Una puerta? ¿Para ir adónde? ¿Al otro lado? Alicia quiere ir
al otro lado.
Quiero pasar al otro lado.
¡al otro lado!
Una puerta, una cerradura, una llave.
¡Una llave!
¡Una llave! No.
¡Una botella!
Mis pies entran en mi cabeza.
Mis pies entran en mi cabeza.
Es muy pequeña. Pero está al otro lado.
-¿Y la llave?
¡ Cómeme!
¿Qué sucede?
¡Adiós, pies míos!
¡Adiós, cabeza!
¡Oh! Mis pies.
Pero, ¿qué sucede ahora?
¡Mi cabeza!
Pero ahora soy demasiado grande.
¡Demasiado grande ! O demasiado pequeña, o demasiado grande.
¿Qué va a ser de mí?
¿Qué va a ser de mí?
¿Qué va a ser de mí?
¿Nunca podré pasar al otro lado?
¿Nunca?
¿al otro lado?
¿Nunca?
¡Nunca ! ¡Nunca!
¿Nunca al otro lado?
¡Nunca !
Demasiado pequeña, demasiado grande.
¿Adónde vamos?
Soy demasiado grande. Todo está cerrado.
EL TEATRO 149
- ¡Alicia!
¡Nunca!
no puede pasar.
Nunca, al otro lado. No es posible.
No se puede salir.
Es imposible.
Nunca pasaremos al otro lado.
¡Nunca! ¡Nunca!
¡Nunca!
Demasiado grande o demasiado pequeña . . .
Alicia se desespera, llora. La rodea un verdadero mar de
lágrimas.
lágrimas.
Ahora ha desaparecido todo. Ya no hay ninguna puerta peque
fia, ni pequeños pasos precipitados.
El conejo blanco. ¡Corred en seguida! ¡Y traedme un par de
guantes y un abanico!
un abanico
un par de guantes
un abanico
un par de guantes.
Alicia aterrorizada
unos guantes.
Un abanico.
Aterrorizada por este orden, Alicia entra en la casa del señor
Juan Conejo.
Un abanico. Unos guantes.
¿Tenéis los guantes?
¡Los guantes, pronto!
¡El abanico!
El abanico. Los guantes.
¡No!
un abanico, los guantes.
¿Una botella?
¡Una botella !
¡Oh, oh! ¡Aquí está!
150 UN LUGAR PARA VIVIR
¡ Un cerdo!
Gruñe
Es feo, es feo.
¡ Danggg!
Ahora, muy cerca, muy cerca, el borde, la entrada del jardín.
Un gran rosal pintado de rojo.
Alicia se acerca. « ¡ Ten cuidado ! »
Date prisa, que está por llegar.
Venga. Date prisa.
Que va a llegar la reina .
Date prisa.
¡ Cállate, Cinco !
¡ Date prisa! Más rápido.
Más rápido. Más rápido, Dos.
Date prisa, Cuatro.
No es el Cinco, es el Siete.
Ven aquí, Dos. Ven aquí, Dos.
Pero, Dos, ¡ date prisa! ¡ Aprisa!
¡ Date prisa!
Apresúrate, que va a llegar la reina.
Espera. Espera. Espera, Dos.
El cortejo.
Démonos prisa. Démonos prisa.
Despacio, Tres.
Venga, Cuatro, más rápido.
Démonos prisa. ¡ Rápido ! ¡ La Reina !
Más rápido, Cuatro.
¡La Reina!
¡Viva la Reina !
Dos.
¡La Reina!
Date prisa. Venga, Cuatro.
¡ Adelante! ¡ Desfilad ! ¡ Desfilad !
En fila. En fila.
As de corazones.
As de tréboles.
As de diamantes.
As de picas.
Empieza el partido de cróquet.
¡A vuestros sitios!
152 UN LUGAR PARA VIVIR
¡A vuestros sitios !
¡ Que le corten la cabeza!
¡Cortadle la cabeza!
¡ Cortadle la cabezal
La cabeza. La cabeza.
¡La cabeza !
Que ruede.
Una cabeza sin cuerpo, un cuerpo sin cabeza.
Pierde la bola.
La cabeza, la bola.
Cortadle la cabeza.
Un cuerpo sin cabeza.
¡ Cortadle la cabeza !
Pero ¿se puede cortar una cabeza sin cuerpo?
Un cuerpo sin cabeza.
La cabeza sin cuerpo.
Un cuerpo, una cabeza.
¡Ah! Cortadle la cabeza. Cortadle la cabeza, la cabeza. ¡Ah!
Ha perdido la cabeza.
Ha perdido la cabeza.
Ha perdido la bola.
Ha perdido la bola.
¡Alicia !
¡La bola!
El proceso.
¡Alicia!
¡Presente!
¡El jurado!
Señores, el Tribunal.
Artículo 42: «Toda persona que mida más de mil quinientos
metros deberá abandonar inmediatamente la sala de audiencia
del tribunal».
¡ Pero ella no mide mil quinientos metros!
¡Mide esto por lo menos!
No.
Sí.
Sí. Sí.
Por lo menos tres mil metros.
Tres mil metros.
Cuatro mil metros.
EL TEATRO 153
¡Es la ley!
Es culpable, pero ¿de qué?
Si no fuera culpable, ¡no se defendería de esta forma!
¿De qué es culpable?
¿Culpable de qué?
Es culpable.
¿Tú eres culpable?
Ha robado al estado.
¿Al estado?
Mide más de mil metros.
Es demasiado grande.
Miente y . . .
No tenéis el derecho de. . .
¡Dejadla crecer!
¿Crece porque ha robado al estado?
No es cierto.
Pero de todas formas ha crecido.
Pero de todas formas ha crecido, y no tenía el derecho de crecer.
¿Es cierto que ha robado al e . . . estado?
Sí.
Nosotros no lo sabemos.
¿Es cierto, no?
Ah, no sabemos.
¡Es cierto!
No sois vosotros, ¡yo soy vosotros!
¿Entonces es cierto?
Sí.
No es justo.
Ah, tú no eres justa, de acuerdo. ¿Qué es lo que haces?
Y por otra parte. . .
Es ella. ¿Vale?
Acabamos de encontrar una carta que prueba que es culpable.
Pero esta carta no está firmada. No está firmada.
Precisamente no la habéis firmado, ¡porque os sentís culpables !
Pero ¿a quién va dirigida?
¿A quién va dirigida?
Precisamente ¿ a quién va dirigida?
Pues, a nadie.
¿A ti?
¡ A nadie!
EL TEATRO 155
La cabeza. La cabeza.
Le cortamos la cabeza.
Cortadle la cabeza.
Venid a cortarle la cabeza.
No.
Es culpable. La cabeza es culpable.
No.
¡Ahí va!
El juego.
El juego de cartas.
El juego entero wela por los aires y luego cae en desorden sobre
Alicia.
Está echada sobre el talud, con la cabeza apoyada en las rodillas
de su hermana que, delicadamente, le va sacando de la cara las
hojas muertas, caídas de los árboles vecinos.
Las hojas muertas.
¡Alicia! ¡Despierta!
Despiértate, Alicia.
Despierta.
II
11. - MANNONI
162 UN LUGAR PARA VIVIR
2. Maud Mannoni, Jjducation impossible, Seuil, 1973, pp, 76-77, 227-232, 253·
254.
3. Damos las gracias a todos aquellos que nos han ayudado en esta realización:
los equipos del Biothéitre, del Vrai Chic Parisien y en especial a Alain Mallet
y su equipo del Café d'Edgar, que siempre nos han ayudado, a pesar de las candi·
dones, a veces difíciles, que nosotros les planteábamos.
EL TEATRO 1 63
10. El comentario de Lacan sobre el caso «Dick» de Mélanie Klein nos ayudó
mucho a elaborar la teoría de nuestra práctica. Cf. Le Séminaire, libro I, Les
Ecrits tecniques de Freud, Seuil, París, 1975, pp. 85 ss.
168 UN LUGAR PARA VIVIR
12. O. Mannoni, Clefs pour l'imaginaire ou l'Autre Sc�ne, Seuil, 1969, p. 304.
13. J. Lacan,
Seminario d.el 16 de noviembre de 1955 (inédito).
EL TEATRO 171
Ahora bien, los niños «que no son como los otros», son sus
propios síntomas, portadores de un mensaje de crítica respecto
a una sociedad que remite siempre al nivel de la necesidad lo
que requiere hacerse entender al nivel del deseo. El trabajo reali
zado con ellos, a partir de Alicia, muestra suficientemente cómo,
a partir de lo que son, pueden emitir una palabra, productora de
efectos significativos, de los cuales algunos espectadores guardarán
un recuerdo durante mucho tiempo.
En ocasión de este trabajo, han podido entrar en los circuitos
económico,16 cultural,17 social 18 y político.19 Tanto para los adultos
como para los niños, supuso la ocasión de entrever la posibilidad
de introducirse en los desfiladeros de sus deseos.
DEBATES
12. - MANNONI
14. LOS PADRES
" Fragmentos de varias reuniones de los lunes, con Michel Polo, Maud Man
noni y los padres (y a veces un niño) de Bonneuil.
180 UN LUGAR PARA VIVIR
II
111
IV
VI
VII
VIII
13. - MANNONI
194 UN LUGAR PARA VIVIR
IX
XI
XII
XIII
14. - MANNONI
210 UN LUGAR PARA VIVIR
XIV
que la niña viera a su padre, porque había otra mujer. Todo estaba
tan bloqueado que la niña no tuvo más remedio que momificarse.
Sandrine estaba como muerta. Obligar al padre a «visitar» a su
hija no tiene sentido. El padre no quiso hacer esta comedia. Es
totalmente consciente del drama: «Si hiciera valer la ley (jurídica)
-nos dijo-, mi mujer se hundiría» . Y antes de correr el riesgo
de hacerse responsable de la muerte de una u otra, ha preferido
ausentarse. De hecho, ha preferido sacrificar a su hija, «que ya
tenía dificultades». Un divorcio bien resuelto habría sido positivo
para todos.
V
ALGUNAS PROPUESTAS
Una gran parte de lo que pretende ser la
«ética médica» es un conjunto de reglas
paternalistas, cuya consecuencia evidente es
la infantilización permanente y el dominio
del paciente por parte del médico.
TuoMAs SzAsz.
Le Mythe de la maladie mentale
15. LA FORMACIÓN D E LOS ADULTOS,
EL «TRATAMIENTO»
Y EL ORDEN ADMINISTRATIVO
MAUD MANNONI
15. - MANNONI
226 UN LUGAR PARA VIVIR
RoBERT LEFORT
podía hacer nada para evitarlo, que era más fuerte que él. Piensa
que se trata de lo que dicen los psiquiatras : esquizofrenia. Su
malestar existencial ha escogido, pues, el camino del discurso del
Otro; acaba hablando de sí mismo como de un objeto de estudio;
se contempla a sí mismo viviendo según las reglas que supone
que son las de la nosología psiquiátrica. Su conclusión es la del
«psiquiatra de sí mismo» en que se ha convertido: está dispuesto
a extender su propia receta de medicamentos, incluidas las dosis.
Pero ya no tendrá más crisis durante las sesiones. Habla del
ambiente que hay en su familia, en el que se mezclan sentimientos
de rechazo por parte de su madre y de rivalidad por parte de su
hermano mayor (también psiquiatrizado ).
Llegan las vacaciones de verano y se va al campo con un
grupo de Bonneuil. Allí prepara progresivamente el escenario de
un intento de suicidio. Empieza con una especie de fuga, una
tarde, en que su atención se fija especialmente en un poste eléc
trico de alta tensión. Ya lo había observado en varias ocasiones,
me dice, al igual que la placa clavada en el poste: «prohibido
subir, peligro de muerte». Al día siguiente, por la noche, vuelve
a irse y se dirige hacia el poste mortal y empieza a subirse a él.
Felizmente, parece que todavía no está al alcance de los hilos
cuando le alcanzan unas chispas que le hacen caer al suelo. Saldrá
de ello con algunas quemaduras superficiales en el antebrazo dere
cho y en la parte interna del muslo derecho. Se queda al pie del
poste durante dos horas, lanzando gritos de socorro que, final
mente, son oídos por los habitantes de las casas vecinas, que en
su opinión estaban muy asustados.
Cuando me cuenta este episodio dramático, en un primer
momento, parece hablar todavía de sí mismo con seriedad, como
si se tratara de otro; pero a medida que se acerca a lo que le
afecta en su piel, a las quemaduras, le entra un ataque de risa.
Disociación, dirán algunos; y otros, angustia. De acuerdo respecto
a la angustia, pero ésta aporta algo de su objeto cuando Patrice
dice que la quemadura de la parte interna del muslo no se curará
de forma espontánea. Como si dijera que allí siempre faltaría
algo, un trozo de piel. Como si de este encuentro con un objeto
relacionado con la muerte, le quedara para siempre algo imposible
CUESTIONES POLÍTICAS 231
Lo PSIQUIÁTRICO Y LO ADMINISTRATIVO
L A POLÍTICA EN LA INSTITUCIÓN
POLÍTICA y GOCE
BONNEUIL Y EL ESTALLIDO
12. Ibídem.
16. - MANNONI
242 UN LUGAR PARA VIVIR
EL TRABAJO y BONNEUIL
El inconsciente, como saber que no pien
sa, ni calcula, ni juzga, lo que no le impide
trabajar (por ejemplo, en el sueño). Se puede
decir que es el trabajador ideal, el que }.1arx
erigió en la flor de la economía capitalista,
con la esperanza de que reemplazara el dis
curso del amo . . .
J. LACAN, Télévision 13
Dice que en este trabajo buscaba «creer que su vida todavía tenía
sentido»; pero la continuación de su análisis le lleva a un punto
de vista más radical: en primer lugar, a la imagen de un c�1erpo
reducido a la mera función vital, de carn a su supervivencia ;
y luego, a la descripción de una sociedad que se crea, c o n una
jerarquía, una élite, un poder que colabora con las SS y la apari
ción de grupos que luchan unos contra otros.
Más allá de todo tipo de identificación con el perseguidor, se
esboza el papel del trabajo de los prisioneros. El análisis psicoló
gico con sus motivaciones pierde su orientación, para dejar paso
a un hecho en bruto : unos hombres situados en las peores con
diciones de vida material y moral, con su subjetividad confiscada
por un trato degradante, pero que a pesar de todo trabajan;
y muchos trabajan bien. Algunos dicen que hay que « t rabajar
bien para sentirse un hombre». Con este rodeo de la relación
con el trabajo, se crea una organización, con unas relaciones muy
duras, en las que están en juego la vida y la muerte y «la conse
cuencia era que cuanto mayor era la eficacia, más redundaba en
beneficio de las SS». El trabajo, más aún que la represión, hada
el juego a los perseguidores. Bettelheim insiste en esta función
del trabajo como defensa contra «una desintegración de la perso-
nalidad». Por parte de las SS, el trabajo aparece, por otra parte,
en esta misma función excéntrica en relación a su sistema de valo
res. Bettelheim cita el caso de Hoess, comandante de Ausch
witz, que hablaba de exterminaciones masivas puramente como
un técnico y que no cesaba de reclamar a sus superiores de Berlín
más medios para llevarlas a cabo.
Tanto en el caso de los deportados como en el de los verdugos
funcionarios, la relación con el trabajo se superponía a una rela
ción con el Otro. La subjetividad está ligada a unas identifica
ciones paradójicas, contrafóbicas, sin tener en cuenta ningún valor
ético, en una perspectiva puramente defensiva, con la única valo
ración «del trabajo bien hecho».
Las SS, en los campos, y los responsables de Berlín utilizaban
esta relación del hombre con el trabajo, que a menudo puede ser
el único valor que queda, por muy engañoso que resulte.
No hay necesidad de insistir en la constante de este compo
nente en la resistencia al cambio de todo orden social, sea cual
sea.
Esta referencia a una situación límite la hemos considerado
para situar el trabajo en la estructura y liberarlo de las aparien
cias de su significado.
El trabajo constituye una realidad y como tal está abierto a
todos los sentidos imaginarios que se le concedan. Como realidad,
se encuentra en el mismo registro que la relación sexual. Como
ésta, participa en la división radical del sujeto; el sujeto del dis
curso lo aprehende pero no puede decir su verdad.
La producción de un objeto (material, pero también de cual
quier otro tipo) en la realidad, como hemos dicho, es lo que, en
el encuentro con el Otro como ser que desea, puede hacer surgir
el goce. El objeto, entonces, como huella de este goce, puede
situarse en otro registro, simbólico, del intercambio, y dar al tra
bajo su dimensión social.
Pero el trabajo tendrá siempre, en la estructura, su dimensión
propia de lo real: como una dimensión del cuerpo, más allá de
todo significado. Entonces lo que está en cuestión es el status del
sujeto dividido, en el equilibrio incierto entre su cuerpo y su
discurso. Es muy evidente que halla en ello una cierta compen-
CUESTIONES POLÍTICAS 247
17. No existe ninguna medida común entre la cuestión del trabajo en Bonneuil
y la planteada por la ley Royer, sobre el ingreso en el trabajo antes de los 16 años
(edad límite de la escolaridad obligatoria), para los niños que no tienen un nivel
escolar suficiente. En Bonneuil, se trata de una problemática del sujeto, en una
perspectiva analítica. La ley Royer, en cambio, es el signo de una política general
que, en una época todavía reciente, tiene como consecuencia el poner en el mer
cado de trabajo a una mano de obra no cualificada y barata.
248 UN LUGAR PARA VIVIR
18. Es decir, del sujeto como causa de la Historia y no como sujeto cuyo
objeto «a>> es la causa del deseo. Esto es lo que abordamos ya a propósito del goce,
distinguiendo «gozar» del «gozar de». En el discurso político, la alienación del
sujeto dividido no es la de su subjetividad individual, sino la del lugar de «a» en
la Historia que él ocupa.
19. La relación de estas ideologías con lo real da la medida de su consistencia:
si lo real es la estructura, la ideología se aparta de ella para ligarse sólo al enca
denamiento lógico de las ideas que tiende a cerrar el sistema, un sistema que tiene
que tener respuesta para todo, y según el caso predica el gran fantasma libertario
o la justicia distributiva. Pero para el poder, tanto si es liberal como si no, lo que
siempre prevalece en la realidad es la preocupación por hacer respetar el orden.
i Hay que ser chino para tener una práctica distinta.)
CUESTIONES POLÍTICAS 249
21. Cf. El episodio alucinatorio del dedo cortado de L'Homme aux loups de
Freud.
22. Represiones policíacas, universo de campos de concentraci6n, explosiones
racistas, explotaciones esclavistas. . . en las que la oferta crea la demanda.
252 UN LUGAR PARA VIVIR
refugia el goce que no cae bajo la égida del principio del placer».23
A este nivel a puede interrogarse al goce, como cuerpo, en todo
ser; pero la psicosis y la perversión son ilustraciones que nuestra
práctica nos ofrece como lentes de aumento.
« Somos las máquinas de la Providencia», decía, en su época,
Voltaire ; actualmente, somos las máquinas de la burocracia y del
Estado. En esta maquinaria de un goce desconocido y delirante,
los papeles están repartidos, pero nunca están fijados, entre el
Otro y el a.
En este sentido, el loco dice, en su delirio y con su cuerpo,
algo de la verdad, a través de un goce paradójico.
ANEXO
MAUD MANNONI
PSICOANÁLISIS Y PSIQUIATRÍA
17, - MANNONI
258 UN LUGAR PARA VIVIR
ADAPTARSE AL NIÑO
EL FRACASO DE LA SIMBOLIZACIÓN
EL OBJETO AUTÍSTICO
11. Frances Tustin, Autism and Cbildbood pncbosis, Science House inc., 1972.
(Próxima traducción en Seuil.)
CUESTIONES CLÍNICAS 267
14. Cf. Histoire de deux meres, Denoel-Gonthier, 1970, pp. 191-287. «Tenemos
-escribe la madre de una pequeña oligofrénica- los juegos de piel, / los juegos
de aire y los juegos de agua; / los juegos de cosas, / los juegos de no me atrevo
y me atrevo, / los juegos de palabras, los juegos del perro, / los juegos sonoros, /
los juegos de todo, los juegos de nada, / los juegos de todavía.»
270 UN LUGAR PARA VIVIR
LA SEPARACIÓN
LA COMUNICACIÓN
II
LA ADOLESCENCIA
18. - MANNONI
274 UN LUGAR PARA VIVIR
16. R. D. Laing, Le Moi divisé, trad. Claude Elsen, Stock, París, 1970, p. 134.
(Hay trad. cast.: El yo dividido, FCE, México, 1978.)
CUESTIONES CLÍNICAS 275
UN DOBLE DISCURSO
igual que la ideología nazi, pudo ser abandonada más tarde, cuan
do, para sentirse real, ya no necesitaba provocar al adulto.
Yo estaba sensibilizada respecto al juego con la locura ( a nivel
significante). Y por el hecho de que la escucha no se centró sobre
el significado (y la explotación política que fácilmente se hubiera
podido hacer de él) este muchacho tuvo la posibilidad de pasar
por metamorfosis y transposiciones sucesivas, sin que nunca se le
paralizara con una identidad, a causa de una interpretación-denun
cia (identificación con el «loco», el «perverso», el nazi) . La con
fianza en un planteamiento dinámico de la situación nos sitúa,
como analistas, en una posición de soporte de un discurso (que
se remite a otro discurso) que, si puede mantenerse, acabará
recibiendo la respuesta a su pregunta por parte del Otro . En estos
casos, las intervenciones apresuradas sobre el contenido conscien
te causan mucho más daño que la abstención (ésta, por lo menos,
tiene la ventaja de permitir que el discurso tenga lugar, sin per
juicio de que sea interrumpido de golpe,19 cuando ha llegado el
momento de concluir, tras haberse respetado el tiempo necesario
para comprender).
El día en que el analista (Octave Mannoni) pudo decir a Jac
ques: «No eres un drogadicto, sino que la droga es tu "sistema",
al igual que tus teorías antichicas y tu discurso nazi» éste dio un
verdadero giro (y abandonó inmediatamente la droga). Este giro,
por otra parte, sólo fue posible pasando por un período depresi
vo, que corresponde al abandono de las defensas.
Los PADRES
MAUD MANNONI
LA FUNCIÓN DE LA TERAPÉUTICA
EL MEDIO
hace falta a veces muy poca cosa: una cierta acogida, disponi
bilidad, pero sobre todo la seguridad de encontrar a un adulto
que no os pida que cambiéis. El sujeto, protegido hasta enton
ces tras sus defensas, podrá a partir de aquel momento, sin peli
gro, intentar un cambio de registro (y de juego). Así pues, la
mejor intervención de cara al llamado psicótico es, en primer
lugar, la abstención; pero una abstención en un marco que no
sea el del abandono.9
Hay que añadir que, para poder oír al niño psicótico sin ana
lizarle de forma salvaje y equivocada, es necesario que uno mis
mo esté analizado.
Esta disponibilidad del adulto y este informalismo son puntos
a partir de los cuales, en Bonneuil, se ha realizado un encuentro
entre el psicoanálisis y la antipsiquiatría, si que nunca se haya
intentado unirlos, como se hace con los ingredientes de un medi
camento.
II
EL ASPECTO ANTIPSIQUIÁTRICO
13. Christian Flavigny llamó nuestra atención sobre este problema, que em
pieza a ser muy conocido por los pedopsiquiatras.
19. - MANNONl
290 UN LUGAR PARA VIVIR
ESTANCIAS ALTERNADAS
TERAPIA NEGATIVA
1.5. El hecho de que esta palabra sólo puede a veces adquirir una función en
una lengua extranjera (que no es la lengua de la madre) deja abierta una cuestión.
En Le Sehizo et les langues, Louis Wolfson (que tenía problemas con su madre)
señalaba cómo tiene que cambiar cada vez de lengua cuando ha establecido una
relación demasiado íntima con alguien. En cierta manera busca siempre posibili
dades nuevas de enmascaramiento. Las palabras están llenas de un aspecto imaginado,
hasta el punto de remitirse a las figuras más feroces y más amenazadoras. En la
realidad del neurótico, existe la posibilidad de recurrir a la fantasía. Esta fantasía
es una función que hay que encontrar en la psicosis (de ahí la importancia que se
da en Bonneuil al teatro).
292 UN LUGAR PARA VIVIR
sólo puede hacerse desde el lugar del Otro,16 de otro que piense
en él, lo que permite una relación que vulgarmente se llama de
confianza, relación que el niño pondrá a prueba, para comprobar
si puede o no contar con Otro.
Encontrarse como sujeto no es tan sencillo e incluso puede
decirse que sobre este punto tiene lugar el encuentro entre el niño
y los jóvenes adultos de Bonneuil que aún se sienten en cuestión
en su análisis personal.
Cuando el «malestar» del niño se remite a las interrogaciones
metafísicas de los jóvenes adultos que están analizándose, el resul
tado no siempre es feliz (porque entonces el niño es el encargado
de resolver la cuestión del adulto) . Lo que sería deseable, desde
un punto de vista ideal, es que los jóvenes adultos hubieran ya
efectuado un proceso suficiente en su análisis para no utilizar
Bonneuil como sustituto del diván analítico.
El niño necesita encontrar a un adulto que al mismo tiempo
tenga referencias y acepte exponerse. La presencia de jóvenes
adultos ( suficientemente «natural») que no se estén analizando es
importante para el equilibrio del grupo, porque es muy cierto que
el niño también hace su camino con el no-entender del adulto.
«El juego de la autenticidad» al que a veces se dedican los
jóvenes adultos entre ellos es eminentemente mortal y debido a
una concepción equivocada de lo que está en juego en un análisis.
Un fantasma respecto a Bonneuil ( que corre fuera de Bonneuil}
es ¡que el adulto viene aquí «para vivir sus afectos»! Como si
«lo vivido» (le «vécm>) y el «afecto» fueran tan fácilmente com
prensibles. Lo que está en cuestión es una posición del sujeto en
relación al ser, es decir, en relación a una dimensión simbólica, en
la cual irrumpe una realidad molesta.17 Esto no tiene nada en
común con la relación imaginaria que un sujeto puede tener con
«lo vivido». Si existe una dimensión ética que se desprende a
causa de la presencia de jóvenes adultos en un lugar como Bon
neuil, es para que el niño no tenga que pagar el precio del acceso
a su deseo. El peligro de algunas comunidades reside precisamente
LA NEGACIÓN
JUEGO Y TRABAJO
18. En Education impossible, Seuil, París, 1973, p. 171, también pp. 144-145 de
este libro.
296 UN LUGAR PARA VIVIR
19. El proyecto de Bonneuil corre el riesgo de ser integrado por una ideología
de «reeducaci6n y readaptaci6n por el trabajo» que esconde el deseo de obtener un
beneficio; se utiliza entonces al niño con problemas (a través de empresas indus
triales, agrícolas, comerciales) en un contexto que acentúa la segregación de Ja que
estos niños ya son objeto. Esta posición mercantilista implica, como reacción, la
posicl6n basada en una ideología libertaria del no trabajo absoluto, en la que el
adolescente también se siente prisionero. El problema, efectivamente, está en otra
parte.
PSICOANÁLISIS Y ANTIPSIQUIATRÍA 297
Hay que estar atento a lo que está en juego entre el niño y los
habitantes del lugar. Hemos estado muy sensibilizados respecto
a la importancia que tenía, para el niño de Bonneuil, que los
adultos de Bonneuil mantuvieran relaciones cálidas con la red de
la gente que les alberga y que les acompaña en su trabajo, puesto
que el niño se encuentra luego metido en esta red de lazos trans
ferenciales y puede así escapar a las consecuencias «racistas»,
inherentes a todo grupo.
Es una equivocación total el interpretar las actitudes terapéuti
cas de Bonneuil en términos sociopolíticos. Bonneuil no se propo
ne poner el acento en la vida en el campo, el trabajo artesanal y
los mitos arcaicos. Pero creemos poder utilizar lo que queda de
ellos en nuestra sociedad para fines terapéuticos indispensables,
Esto sugiere, por ejemplo, a nivel sociopolítico que este resto
cumple una determinada función, y que si se redujera demasiado,
en un intento de uniformización, aún habría más individuos a los
que la sociedad sólo podría ofrecer un lugar de «excluidos», en
instituciones que, sea cual sea el nombre que se les dé, son luga
res de encierro, de jornada completa o a media jornada ,
Los nombres de los niños y los de sus padres son, evidentemente, ficticios.
Arabelle, 59-71, 80-81, 276 Luden (señora U.), 11, 33-37, 79-81,
Armand (señora F.), 165-170, 173, 181· 100, 169-170, 185-217
217, 271 Martinien (señora B.), 186-217
Corine, 268 Michel, 127-138
Didier, 64-71, 89-94 Noémie, 210
Edmond, 113 Paterne (señor O.), 59-71, 215-217
:Émile, 97-100, 265-267 Patrice (señora Q.), 60-71, 79-81, 214·
�ric (señora l.), 206-217 217' 229-251
Francis (señora V.), 203-217 Patrkk, 66-71, 78-81
Hector, 184-217 Paul (señora E.), 59, 60-71, 75-81, 139·
143, 273-280, 286-298
Henriette (señora R.), 25, 59-71, 114, Prosper, 80-81, 202-217, 274-280, 285·
185-217
298
Hyacinthe, 59-71, 77-81, 196 Roland (señora D.), 30-32, 173
J. M., 59, 71 Sabine, 64-71, 95-97
Jacques, 13, 19, 21-26, 144, 278-280 Sandrine (señora Z.), 105-108, 179-217
Julíen (señora A.), 205-217 Théophile (señora P.), 111-112, 185-217
Léon (señora X.), 15, 26-30, 69, 117· Urbain (señora H.), 182-217, 206-207
124, 193-217 Víctor, 110-112
fNDICE
Agradecimientos 9
Prólogo . . . 11
I
NIÑOS Y ADULTOS
«TRASTORNADOS POR EL SISTEMA»
II
DE UN TRAYECTO EN BONNEUIL
6. El momento de la escuela . . . . . . 75
7. Las «mates»: no estamos aquí para pasar el rato
(Bruno Mannoni) . . . . . . . . 82
8. Pintura (Claude Halmos) . . . . . 104
9. Juegos en el agua (Hélene Marchadier) . 1 16
20, - MANNONI
.306 UN LUGAR PARA VIVIR
III
DE UN TRAYECTO FUERA DE BONNEUIL
IV
DEBATES
V
ALGUNAS PROPUESTAS