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Este documento narra la historia de Aslan, un joven peruano que viaja en un avión con destino a Brasil. A bordo conoce a dos niños, Cesc y Darlene, y se hace amigo de ellos. También conversa con una aeromoza brasileña. Mientras tanto, la tormenta empeora y Aslan tiene un mal presentimiento. Otro pasajero cuestiona sus creencias religiosas.
Este documento narra la historia de Aslan, un joven peruano que viaja en un avión con destino a Brasil. A bordo conoce a dos niños, Cesc y Darlene, y se hace amigo de ellos. También conversa con una aeromoza brasileña. Mientras tanto, la tormenta empeora y Aslan tiene un mal presentimiento. Otro pasajero cuestiona sus creencias religiosas.
Este documento narra la historia de Aslan, un joven peruano que viaja en un avión con destino a Brasil. A bordo conoce a dos niños, Cesc y Darlene, y se hace amigo de ellos. También conversa con una aeromoza brasileña. Mientras tanto, la tormenta empeora y Aslan tiene un mal presentimiento. Otro pasajero cuestiona sus creencias religiosas.
(Un imaginario) Domingo 29 de Noviembre del 2015, a las 4.30
am.
Está muy nervioso, y no sabe qué hacer. El nunca imagino
que el final de sus días seria así, y lo peor de todo morir al lado de unos niños. Por un momento, el comienza a analizar una posible chance o posibilidad, para que los pequeños se salven.
-¿Están bien Cesc y Darlene? Porque necesito que se agarren
fuertemente de lo que sea, para que el viento no se los lleve – dice el joven muy nervioso. -¡Así lo haremos! ¿Crees que nos salvaremos, Aslan? - preguntan los niños al unísono. -¡DIOS quiere que sí! – responde Aslan, aunque con dudas.
En ese momento, Aslan ve algo que parece ser una
salvación, al menos para los niños. Mira fijamente, y se da cuenta que es una paracaídas. Acto seguido, se suelta del fierro, del que se agarraba fuertemente; para ir en dirección donde está el objeto. Él sabe que está arriesgando su vida, pero ya no le importa. Todas las personas que él estimaba han muerto, incluso el posible amor de su vida murió en ese avión, que él considera maldito. Milagrosamente, Aslan atrapa el paracaídas, sin dejar que el viento se lo lleve.
-¡Cesc y Darlene! Ustedes usaran este paracaídas para que se
salven ¿Esta claro? - pregunta Aslan, con mucha exaltación. -Pero, es muy pequeño - dice Darlene. -¡Acá tengo otro! - dice Cesc, mostrando otro paracaídas. -¿Dónde conseguiste ese paracaídas? - pregunta Aslan, muy sorprendido. -Me lo dio un hombre, de gran estatura, y de carácter amable – responde Cesc, muy agitadamente. -¿Cuándo paso eso? – pregunta Aslan. -Antes de llegar a la sala de cargas, me encontré con ese hombre; y cuando llegue aquí, lo deje cerca de esa caja grande; porque tenía que sujetarme, ya que el avión comenzó a descender – narra el niño, ante el asombro de Aslan y Darlene.
Aslan mira fijamente los paracaídas, y se da cuenta que son
unos raros modelos de paracaídas: Unos que solo soportan 90 kilos. Analiza y concluye que los niños deben usar ambos paracaídas; porque si el usara uno, y los niños usaran el otro, podría ser peligroso; ya que los niños no saben el uso adecuado, o podrían soltarse por los fuertes vientos. Es así que Aslan en unos cuantos minutos, enseña a los pequeños el uso adecuado de los objetos.
-Bueno, Cesc y Darlene, ahora que ya saben usar los
paracaídas; deberán saltar ahora mismo – grita Aslan, con muchos nervios, al ver como desciende el gigantesco avión. -Pero, Aslan ¿Qué hay de ti? ¿No vendrás con nosotros? – pregunta Darlene tristemente. -¡Claro que sí! Es solo que creo que hay un paracaídas por aquí, ya que me pareció verlo por esa esquina, y solo quiero que se adelanten – responde Aslan con una sonrisa (y con dudas en su cabeza) a la niña para tranquilizarla, mientras la besa en la mejilla, y se seca las lágrimas de sus hermosos ojos grises.
El joven lanza a los niños, con los paracaídas bien sujetos a
sus frágiles cuerpos. Se pone a pensar que desde que era adolescente, siempre quiso ser padre de una niña; pero prefiere olvidarse de esos pensamientos, en esos momentos, porque ahora está a punto de morir de una manera muy trágica. Aslan ve el cielo negro y tenebroso con relámpagos, y se asusta. Pero ve el mar, y se asusta más. Es negro e infernal, como el de las pesadillas de los marineros. Las olas se mueven, de manera macabra y aterradora. En esos momentos, él se pone a orar, y a postrarse en la superficie fría de la sala.
-¡Oh Dios! ¡Me has quitado todo lo que tengo! Al menos
permite que esos niños se salven, escucha por una única vez a este hijo tuyo – se habla así mismo, mirando al cielo; mientras le implora a una deidad, que él cree que existe.
En esos momentos, aparece una voz a sus espaldas.
-Jajaja, no me digas… ¿Qué eres uno de esos, de los que creen que en un barco, entraron todos los animales? – le pregunta alguien, quien parece estar atrás de él.
Aslan voltea su cabeza, para ver y responderle a la persona
que le ha dicho tal pregunta, que él considera ofensiva.
-Pues, sí ¿Hay algún problema? – responde Aslan, mientras
mira fijamente al sujeto; quien parece ser un hombre asiático, de gran estatura, muy parecido al hombre que describió Cesc. -¡Relájate, hombre! Eres un hombre muy creyente, dueño de una fe única. -¿Me acabas de dar un cumplido? Porque eso si sonó raro de parte de un hombre… Hummm… Tengo una duda, antes de que me comiences a hablar, quisiera que me respondas ¿Fuiste tú el que le dio a Cesc, ese paracaídas? -Sí, son unos niños muy lindos para morir de esta manera ¿No te parece? -Nadie merece morir así, sean niños o adultos. -Me caes bien Aslan, por eso te ayudare a que te salves. -¿Salvarme yo? ¿Qué hay de ti? – pregunta Aslan, aunque luego se pone a pensar que tal vez por ser asiático, no sabe muy bien el idioma español; así que “pasa por alto” las últimas palabras del asiático.
El asiático y él se van para una sala, donde guardan unas
cajas leves, no tan pesadas como las que había en la sala de cargas. Aslan se da cuenta que son objetos de circo, así que piensa que tal vez había gente de circos que viajaba en el avión. Luego, ve que hay globos gigantes, similares a los que vio en un programa de televisión: Esos que pueden soportar elevar a un hombre obeso, si es que fueran bien inflados. Después de eso, se percata que también hay un inflador para los globos.
-Bueno, chino, parece que hay una esperanza para nosotros –
le dice Aslan al asiático, mientras comienza a inflar los globos.
Aslan se extraña que no le responda el asiático, así que se da
vuelta para verlo, y se da con la sorpresa que no hay nadie. Se asusta por un momento, luego mira al cielo y da una sonrisa, como si dedujera que paso exactamente todo a su alrededor. Capitulo 2
Unas horas antes, en la sala de pasajeros del gigantesco avión.
Está mirando el cielo a través de la ventana, que está cerca
de su asiento. Aslan se siente triste y deprimido, y no es para más, luego de haber perdido a su mama y hermana. Ambas fueron atropelladas, y es ese recuerdo lo que deprime a Aslan, cada segundo de su vida diaria. Haberse ganado el viaje a Brasil, no lo relaja ni un poco. Hace más de un año que paso el accidente, y aun no puede superar el dolor, que lo hace llorar, en esos instantes. Trata de relajarse por un momento, y pensar en los logros que ha conseguido para su querido Perú. Tiene un doctorado en educación a sus 24 años, un logro que haría que su mama y su hermana se sientan orgullosas, si aún vivieran. El ve que la noche está muy tormentosa, y siente un presentimiento que no puede explicarse a sí mismo, como si algo malo fuera a pasar.
-¡Sí, que hay muchos relámpagos! ¿No lo crees? – le pregunta
una guapa aeromoza, con una linda sonrisa. -¡Así parece! – responde Aslan, mirando a sus lindos ojos verdes. -¿Eres peruano? -Si ¿Y tú eres…? -Brasileña – interrumpe la chica a Aslan, antes de que termine la pregunta, quien también parece mirarle directamente a los ojos. -¡Tú, sí que hablas bien el español! – dice Aslan, muy sorprendido. -Debo hacerlo, ya que la aerolínea es española, tú sabes ¡“Hay que ser multilingües”, cuando te dedicas a este negocio! -¡Asumo que estas feliz de volver a tu nación! -¡Asumes bien! -Yo no deseo volver al Perú, porque hay mucha corrupción, conformismo; pero tenemos la mejor comida, y eso opaca lo negativo de mi linda nación. -Jajaja, pero todo país tiene cosas buenas y malas. No me digas que por esas cosas malas, radicas en España. -No, yo vivo en España desde los 3 años. Mi tía y mi mama se vinieron para Valencia por motivos de trabajo ¿Y tú desde cuando vives en España? -Casi la misma historia que la tuya, y además que gane una beca para estudiar Aviación comercial. Además, convalide más años de la carrera, y ya falta poco para que sea piloto. Salí de Brasil a los 18 años, y radico en Sevilla. La conversación se pone más interesante para ambos, cuando de repente; otra aeromoza llama a la guapa chica, y le dice algo al oído, como si fuera un regaño. -Te han regañado, y te debes de ir – le dice Aslan a la aeromoza. -¿Tan ruidosa es mi jefa, que la has escuchado como me regaña? – pregunta la chica -Jajaja, si un poco, pero bueno ya no “te quito tiempo”; ve y atiende a los demás pasajeros, ya que no quiero meter en problemas a una linda aeromoza como tú. -Jajaja… de seguro les dices eso a todas. -No lo hago, ya que todas no son como tú. -Bueno, me voy guapo, espero hablar contigo luego. -Aquí estaré esperándote, el tiempo que sea necesario.
La brasileña se retira, y va ayudar a otros pasajeros. Aslan se
queda pensando en ella: en sus rizos y en su forma de ser. Ella le hace recordar a su primer y único amor: esa chica que lo engaño con otro, y pensar en eso le cambia la sonrisa. Se pregunta a sí mismo, el porqué de sus desgracias: la muerte de su mama y hermana, la infidelidad de su ex-enamorada, y el hecho de que lo hayan rechazado de esa gran universidad en Valencia. Mira al cielo, y le pregunta a una Deidad que el adora mucho. En ese momento, alguien toca su hombro. -¿Eres de esos que creen, que después de que una torre se derrumbara, se originaron los idiomas? – pregunta el sujeto. -Si… ¿Qué tiene eso de malo? – responde Aslan, muy amargadamente al sujeto. -No tiene nada de malo, pero yo pienso según todas mis experiencias que he vivido, que “DIOS no existe”. -A veces quisiera creer eso, pero algo dentro de mí me dice: “Debes seguir y perseverar ante toda desgracia, porque DIOS recompensa a todo aquel que crea en EL; no solo en el cielo, sino que aquí también”.
En esos momentos se acercan dónde están ellos, una
hermosa mujer con un lindo niño, haciendo que el sujeto de una gran sonrisa. Aslan no logra entender lo que dice el lindo niño, pero sabe que es idioma portugués, lo que habla el niño. Asume que es una pareja de brasileños con un lindo niño. Él sabe muy bien el acento que tienen los brasileños y los portugueses, ya que ha tenido compañeros de clases brasileños y portugueses, y por eso reconoce fácilmente el acento.
-Bueno, mi estimado amigo, me presento formalmente; y
también presentare a mi linda familia, como veras – le dice el brasileño al peruano, de manera muy alegre. -Ahhh, Ok – responde Aslan, con poco interés -Me llamo Ricardo Nogueira Dos Santos, y ella es mi esposa Thais Márquez Leite, y él es mi hijo Cesc Nogueira Márquez; y somos una linda familia de brasileños, que radica en Madrid. Tú no pareces ser español, por lo que veo. -No lo soy. Soy peruano, y me llamo Aslan, tengo 24 años; radico en valencia, y soy doctor en educación. -¿No eres muy joven para tener un doctorado? – preguntan los esposos al unísono, con mucho asombro. -Sí, ya me lo han dicho ¿Y ustedes a que se dedican, si se puede saber? – pregunta el peruano, mirando los lindos ojos grises de Thais. -Yo soy enfermera, y mi esposo es profesor de inglés – le responde Thais, que esta vez responde, y habla por ella y por su esposo. -Yo también comencé siendo profesor de inglés, antes de obtener mi maestría. -¿Y por qué estas viajando a Brasil, y no a tu Perú? -Me gane el viaje en un concurso, ¿Y ustedes porque viajan a Brasil? -Por razones médicas – responde Ricardo esta vez, que habla por él y por su esposa, quien cambia su sonrisa a una seriedad firme. -Espero que no sea grave la enfermedad – le dice Aslan al brasileño, con un tono más suave para animarlo. -Esperamos lo mismo. -Se solucionara, DIOS quiere que sí ¿Y a todo esto, Quién de ustedes es el que padece o sufre la enfermedad? -Mi hijo -¿Tu hijo? – pregunta el peruano, con mucho asombro. -Sí, lamentablemente. Mi hijo tiene un raro síndrome, que hace que su pelo, sus ojos y su piel cambien de color; en el invierno y en el verano. -No te entiendo, ¿Cómo es eso posible? ¿Podrías ser más específico? -Mi hijo en el verano: tiene el pelo ondulado y rubio, que se degrada a castaño, en la parte de atrás. Su piel es de fototipo 3, y sus ojos grises. Y cuando es invierno: tiene el pelo liso y castaño, que se degrada a rubio, en la parte de atrás. Su piel se vuelve de fototipo 1, y sus ojos cambian a azules. -Estas enfermedades que salen ahora, sí que son raras. -¡Nos lo dirás a nosotros! -¿Lo puede matar? ¿Es peligroso el síndrome? ¿Hay tratamiento? -No lo sabemos aún, solo sabemos que no hay cura para esto; pero si hay un tratamiento, lo que permite que su apariencia cambie, sin sufrir daños internos e irreversibles. -¡Gracias a DIOS! Bueno, Cesc, al menos tu síndrome no es mortal; y podrás vivir tu vida normal y jugar al futbol, y otras cosas que hace un niño de tu edad – le dice Aslan, mientras le acaricia el pelo. -¿Cosas como que? Además, no soy un niño; ya tengo 8 para 9, y nunca he jugado al futbol – le responde Cesc -¡Me sorprendes! Sí, que hablas bien el español. -¡Mis padres me han enseñado! -¡Ya veo! Si fueras un brasileño neto, te llamaría “Cescinho” -¿Cescinho? Suena raro, pero me gusta como suena.
Aslan y los brasileños comienzan una linda conversación de
muchos temas: hablan acerca de su fanatismo por el futbol, el “por qué los brasileños” radican en España, y porque Aslan también radica allá. Comienzan a llevarse bien, aunque en un primer momento, al peruano no le “caía bien” el brasileño. Los temas de conversación van y vienen, y así una nueva amistad se forma. Todos parecen muy felices, sin imaginar que ese sería el último viaje para muchos, incluso para casi todos.
Capitulo 3
Una hora después, en la sala de cargas del gigantesco avión.
Sale de su escondite, después de haberse escondido por
horas. Él ha estado en esa caja grande, que contiene muchos kilos de plátanos. Librarse y escaparse de la justicia, es algo que siempre ha hecho este astuto ladrón. -¡Ya no aguantaba más estar ahí! Pero ¿Qué puedo hacer? Ser huérfano es algo que me ha obligado a ser así, pero te juro DIOS que este es mi último escape, y en Brasil hare una nueva vida – le habla a una deidad que el adora, mientras mira para arriba.
El ladrón no se da cuenta, que sus movimientos han sido
monitoreados por un joven español, que es guardia de seguridad. Este último se ha escondido, y espera para poder atraparlo. Se da cuenta y reconoce al criminal, que parece haberlo visto en las noticias, antes de subir al avión. El ladrón avanza unos pasos, pero no se percata que el joven esta atrás de él; apuntándolo con un arma, para que no logre escapar. -¡Alto ahí, maldito ladrón! – grita el guardián al delincuente. -¡No sabes quién soy, muchacho! – responde el prófugo al joven. -¡Si, se quién eres! Eres el americano prófugo, que robo y asesino a muchas personas ¿Creíste que nunca serias atrapado? Ahora te morirás en prisión.
En esos momentos, un aire brusco golpea al avión, lo que
impide que el español haga su trabajo; y facilita que el americano se esconda en una de las cajas, y saque su arma personal y favorita: una Colt “Ochentera”. -¡Entrégate, Nigel! ¡Estás perdido e iras prisión! – le grita el español al americano, que también se ha escondido en una gran caja. -¡Nunca! ¡De este avión, me bajan muerto! – responde el americano, muy asustado. -¡Razona al menos, un poco! -¡No hay nada que razonar! ¡No negociare contigo! ¡Quiero vivir una nueva vida! ¿Por qué nadie entiende eso? ¡Mi vida es un asco! -¡Vamos, hombre! La vida es dura, pero ¿Por eso vas a ser un desalmado? -¡No sabes nada de mí, ni de la vida! ¡Nunca sufriste como yo! -¡No hagas más difícil tu situación! ¡Tal vez, te reduzcan la condena! -Prefiero irme al infierno, que estar en prisión. -¡Nigel, cálmate! Respira y escucha lo que te quiero decir, por favor. -Ok, tratare de calmarme, para escucharte claramente. -¿Qué te parece, si llegamos a un trato? -“¿Qué tipo de trato?” -Digamos que yo nunca te vi aquí, permito que hagas una nueva vida en Brasil, solo si me prometes algo. -¿En serio no me entregaras a la policía? ¿Qué quieres que te prometa? -Que nunca más robaras, ni mataras a nadie -¡Así lo hare! Arrojemos nuestras armas al suelo, y salgamos para cerrar el trato.
En esos momentos, entran 2 policías vestidos de civiles, y
disparan a Nigel. Una de las balas hiere el brazo derecho del americano. Todo parece perdido para Nigel, pero otro aire golpea al avión, haciendo que caigan al suelo todos en la sala de cargas. El americano agarra su colt, y mata a los policías. El joven español se esconde en una de las cajas, como lo hizo antes de que llegaran los policías.
-¡Eres un traidor! ¡Avisaste a esos 2 estúpidos para que
vinieran para acá! – grita Nigel, mientras dispara hacia donde está escondido el joven. -¡Detente! ¡Dañaras algo en el avión! ¡Podríamos morir todos en el avión! –grita el joven, mientras ve que unos disparos han hecho daño las superficies laterales del avión. -¡Ya no importa morir o vivir! ¡Sal de donde te escondes o juro por DIOS, que hare que este avión se llene de agujeros! -¡Te juro por DIOS, que no llame a esos hombres! -¡Claro que te creo! Y va a nevar en julio, también. No me hagas reír muchacho, ni siquiera se tu nombre. -“Iker”, ese es mi nombre. -Bueno Iker, si no sales de donde estas; hare que este avión se caiga al mar, y con todas estas vidas de por medio. -Ok, Así lo hare, pero promete que no dispararas más. -¡No estás en condiciones de negociar, muchacho! -¡Puedes morir tú, también! ¡Piensa con la cabeza fría! -¡Esta bien! ¡Juro por DIOS, que no le haré daño al avión!
Iker sale de donde está escondido, y se acerca (con los
brazos arriba) hacia donde esta Nigel. El americano le da un puñetazo al español, y luego le golpea la cabeza con su “colt”, ocasionando que se caiga. Tirado en el piso (muy mal herido), Iker piensa que es su fin; y no se equivoca, ya que en esos instantes; el recibe 3 balazos en el estómago, por parte de Nigel.
-¡Pudiste ser un héroe, Iker! Y yo un hombre diferente, a lo
que soy ahora – Nigel se habla así mismo, mientras ve el cuerpo de Iker.
El americano se retira del cuerpo del español, mientras
revisa las pertenencias de los policías. Agarra el dinero de ambos muertos, y sus tarjetas de crédito. Intenta buscar un paracaídas en la carga que hay, pero no encuentra nada.
-¿Buscas un paracaídas, Nigel? – le habla alguien, que está
detrás de él. El americano se da la vuelta, y ve que es un asiático; el que le ha hablado, y que lleva consigo 3 paracaídas. Pero, luego de pestañear 2 veces (cerrando los ojos), se da cuenta que ya no está. Mira a todos lados, y no logra encontrar al hombre. Mira al cielo, y comienza a entender el extraño evento, que le ha pasado.
-¡Muérete! – le dice una voz, que está detrás de él.
-¿Qué…? ¿Cómo…?– dice Nigel, mientras voltea y se da cuenta que es Iker, quien le ha disparado en el corazón. -¡Te iras al infiero, maldito ladrón! – le dice Iker, antes de caer al suelo, y esperar su eventual fin. -¡Ikerrr...! – le grita el americano al español, mientras cae al suelo, junto al lado del cuerpo de su verdugo.
El americano cae, y su sangre se derrama, y se junta con la
sangre de Iker.
-DIOS te imploro que me perdones, por todo lo malo que he
hecho; y si aun así me voy al infierno, será porque así lo has decidido – le dice Nigel a una deidad que él cree mucho, mientras mira para arriba, esperando el inminente final de su vida.
El que Iker haya salido de su escondite, para que Nigel no
disparara contra el avión, fue en vano; porque mientras el americano le disparaba al español, una de las balas perforo una parte del avión; haciendo un pequeño hueco, y generando que el avión descienda. Lo que nunca sabrán aquellas 4 personas muertas en la sala de cargas, es que ellas no serán los únicos muertos, en esa terrible noche.
Capitulo 4
Unos cuantos minutos antes, en la sala de pasajeros.
Aslan mira fijamente a la brasileña, y le sonríe. No puede
creer que alguien tan linda sea aeromoza. Quiere saber su nombre, y que ella sepa el suyo. Él sabe que no debe enamorarse rápido, pero “no puede mandarle” a su corazón. Siempre comete ese mismo error, al igual que la mayoría de personas. La brasileña también le sonríe. Es un juego en el que ambos se miran, se ríen y se sonrojan: es como un idioma que ellos 2 entienden solamente. La brasileña por un instante deja de mirar a Aslan, y se dirige a la sala de pilotos, ante la mirada atenta de Aslan.
Unos minutos antes, en la sala de pilotos.
Está sentado piloteando un avión, que no está bien del todo. Él lo sabe muy bien, pero “que más le da” a Gerd. Últimamente, él ha sufrido mucho. Su esposa le fue infiel, se divorciaron luego; y el hecho de que la mujer que ama no lo ame, lo tiene desconcertado. A su costado esta Noah, su compañero y rival de siempre. A pesar de que siempre ha sido el piloto principal, Noah no le tiene envidia. Gerd, como alemán frio que es, no muestra el aprecio que le tiene; y Noah, como húngaro orgulloso, no intenta “ganar su cariño”.
-¡Noah! Tengo algo que decirte – comienza la charla el
alemán. -¿Es algo bueno? – pregunta con asombro el húngaro. -Bueno, la verdad es que el avión no anda bien y…
Antes de que el alemán termine la oración, el húngaro lo
golpea; y lo tumba al suelo, y comienza a gritarle.
-¿Por qué rayos no me lo dijiste antes? –pregunta Noah, muy
amargo. -Porque me ordenaron no comentar nada de eso – responde Gerd -¿Quiénes? “¿Los socios?” -Sí, ellos me ordenaron que no diga nada. La verdad es que la aerolínea está a “punto de quebrar”. Los aviones no pasan por un mantenimiento adecuado. -¿Que intentas decir? ¿Estas bromeando, no? -A veces la verdad no parece creíble, pero es así de terrible. Incluso, no hay paracaídas modernos. -¡Maldita sea! ¡Miserable alemán! Mi esposa y mi hija están de pasajeros. -Realmente lo siento, pero tenía que decírtelo. -¡Eres un desgraciado! Como tú no eres feliz, quieres que nadie lo sea. -¡Tranquilízate! No es mi culpa que los socios sean así de avaros. Ellos se “estancaron”, y no desarrollaron sus propios aviones; ahora que ya todas las aerolíneas no requieren de proveedores, ellos están siendo afectados. -¡No me digas cosas, que ya se! ¡Con razón tu esposa te fue infiel! Solo piensas en el maldito trabajo.
Antes de que el húngaro siga hablando más cosas, el alemán
lo golpea hasta tumbarlo al suelo, y lo comienza a patear. El húngaro esquiva, y se levanta para defenderse, y golpearlo nuevamente. Los europeos han hecho mucho ruido, ocasionando que la más guapa de las aeromozas, entre donde están ellos. -¿Qué ocurre? ¿Por qué están golpeados? – pregunta la linda aeromoza. -No es nada, Michelle – responde Noah. -¿Cómo que nada? Están golpeados y sangrando -Solo hemos estado jugando – interviene Gerd en la conversación. -Ustedes los europeos, sí que son raros – exclama la brasileña. -Regresa a tu puesto de trabajo, que te deben estar esperando – le ordena Noah.
La brasileña regresa a la sala de pasajeros, y deja a los
europeos que continúen con su trabajo. Gerd la mira fijamente de espaldas, y suspira. Noah lo mira y sonríe, como sabiendo que es lo que le pasa a su colega.
-¿Por qué no le dices que la amas? – pregunta el húngaro.
-¡No sé de qué estás hablando! – responde el alemán - Michelle es una hermosa chica. Incluso si no estuviera casado, “haría de todo”, para que ella sea mi esposa. -¿Podemos cambiar de conversación? Hace poco nos hemos “metido puñetes”, y ahora quieres hablar de quien estoy enamorado. -Jajaja, Ok ¿De qué quieres hablar? ¿Del avión y de que vamos a morir ahogados? -¡No seas sarcástico, estúpido húngaro! Lo que te iba a decir era que el avión no está 100% bien, pero tampoco está “mal del todo”. Solo no debemos usar “el piloto automático”, como normalmente lo hacemos, y no debemos volar muy alto; así ahorraremos combustible, y esta tormenta no representara ningún problema para este asqueroso avión. -¿Solo eso se te ocurre por ahora? -Mis ideas son buenas, no lo puedes negar. Gracias a mis ideales estoy acá, y soy el piloto principal, y tú eres mi asistente, jajaja. -¿Cómo es que no te mato, en este momento? -Porque soy tu jefe, y nunca serás mejor piloto que este, alemán, jajaja.
Los europeos comienzan a hablar, como nunca lo hicieron
antes. Están intentando que el avión funcione correctamente. Sin embargo, ellos no se imaginan el trágico destino que tendrá el avión, dentro de unas horas.
En esos mismos instantes, en uno de los baños de la sala de
pasajeros.
Acaba de salir de baño, y está muy nervioso. Él no sabe qué
hacer para poder verla, y besar sus labios. Aslan se dirige a su asiento, cuando alguien parece jalarlo del brazo; y lo lleva hasta el cuarto del baño, de donde acaba de salir, hace unos instantes. Recibe un beso, y cierra los ojos, y se “deja llevar”. Al terminar el beso, se da cuenta que es la aeromoza, quien lo ha besado.
-¿Por qué el beso? – pregunta Aslan, muy sorprendido.
-No te gusto, acaso ¿eres casado? – pregunta Michelle, mientras se avergüenza.
El peruano no la deja hablar más, y le da un beso de muchos
minutos: esos de que te quitan la respiración, y que no te importa respirar, si es que estás enamorado. Termina de besarla, y comienza a mirarla fijamente, y ella también lo mira.
-Ni siquiera se tu nombre… - dice Michelle.
-Me llamo Aslan ¿Y tú? – pregunta Aslan. -¡Michelle! Y a propósito, es muy lindo tu nombre. -Y tú eres muy linda…
La brasileña esta vez, es la que no lo deja hablar. Los
sudamericanos se besan intensamente sin respirar, se dan pausas para respirar, y luego continúan besándose.
-¿Así besan los peruanos?
-Un poco más intenso, jajaja ¿Así besan las brasileñas? -Ahí vamos ganándoles a las peruanas.
Lo sudamericanos se ríen al mismo tiempo, cuando de
repente, escuchan disparos que vienen de la sala de cargas. Ellos rápidamente se levantan de donde están sentados, y salen del baño; y ven que todas las personas están aterradas, al igual que ellos.
Capitulo 5
Una hora después, en la sala de cargas.
Noah está observando la terrible tragedia que ha pasado en
la sala de cargas, y piensa que podría ser una peor tragedia, si no arregla el desastre que hizo Nigel. A su lado está un asiático de gran estatura, quien milagrosamente cubrió el hueco que hizo la bala de Nigel; además que removió el proyectil que se había alojado, en esa parte del avión. El húngaro no sabe cómo es que el asiático, hizo esa gran hazaña. El piensa que haber encontrado alguien que sepa de aviones, en esos instantes seria casi imparable; pero si sería totalmente imposible, encontrar a alguien con las habilidades del asiático.
-Bueno, Noah, ya está solucionado – dice el asiático.
-¿No hay nada de que temer? – pregunta el húngaro. -Tampoco he dicho que no hay peligro, solo que debes decirle a Gerd que aterricen lo más pronto posible, y arrojar los cadáveres de estas personas. Además, debes decirles a los pasajeros que deberán arrojar la mayoría de sus pertenencias; porque representa mucho peso, y el avión debe estar ligero para volar. -¿Conoces a Gerd? ¿Cómo sabes tanto de esto? ¿Eres ingeniero? Aun no sé, ni como sabes mi nombre, ni se cuál es el tuyo. -Haces demasiadas preguntas, y no agradeces, ni siquiera un poco. -Discúlpame, es que estoy asustado. -Lo sé, tu esposa y tu hija están de pasajeros; y no quieres asustarlas, pero comienza con no asustarte tú mismo. -¿Cómo sabes eso? -Sigues haciendo preguntas, mejor ve y haz lo que te digo. -Lo siento otra vez, y hare lo que me dices. No sé quién seas realmente, pero para mí eres como un ángel caído del cielo. -Pero, ni siquiera crees en DIOS. -Es que EL me ha decepcionado muchas veces. -¿Y acaso tu no lo has decepcionado muchas veces, también?
El húngaro no quiere responder a esa pregunta, y prefiere
hacer lo que le dijo el asiático, antes que le preguntara. Está dirigiéndose a la sala de pasajeros, cuando le vienen recuerdos lindos en la cabeza. Esos recuerdos en que su esposa lo amaba, antes de que sus padres de ella se murieran. Ahora ella se ha vuelto una amargada, y amarga también la vida de Noah, que ya bastante tiene con la muerte de sus padres. Sus padres, sus queridos padres, que fallecieron antes de que el entre a estudiar Aviación. Extraña su Hungría. El deja de pensar en esos recuerdos, y se da vuelta para responderle al asiático; cuando de repente, el húngaro ve que no hay nadie a su alrededor. Noah se asusta unos minutos, pero luego sonríe, y mira hacia arriba. Rápidamente se dirige a la sala de pasajeros, para avisarles lo que deben hacer, para que el avión permanezca ligero.
En esos momentos, en la sala de pilotos.
Michelle esta con Gerd a solas. El alemán la ha llamado, para
que ella informe a los pasajeros; lo que ellos deberán hacer, si es que pasara una tragedia. Él está esperando a Noah, quien ha ido a la sala de cargas; a tratar de solucionar el problema, y descubrir “el por qué” de los disparos. “Está a solas” con el amor de su vida, y el piensa que esta es la oportunidad, para confesarle su amor.
-Michelle, debo decirte algo.
-No me digas, que ya se. -¿Sabes qué? -Que amas a Noah, y por eso te estas divorciando, jajaja. -No bromees con eso, nunca ¿Ok? -Ok, entonces ¿Qué es lo que me quieres decir? -Lo que intento decir es que… -¿Qué intentas decirme?
El alemán se acerca rápidamente hacia a ella, y la besa. Es lo
que siempre quiso hacer, desde que la vio. La brasileña se aleja de él, y le da una cachetada. El alemán y la brasileña no se han dado cuenta de la presencia de Aslan. El peruano, unos minutos antes había estado buscándola; y al no encontrarla por ningún lado, decidió ir a la sala de pilotos. Para su sorpresa, vio el preciso instante, en el que el alemán besaba a la brasileña. Gerd y Michelle ven a Aslan, quien rápidamente sale del cuarto, con lágrimas en los ojos.
-¡Aslannn! - grita Michelle.
-Debes ir a buscarlo – dice Gerd, quien está triste por lo que ha pasado. -Sí, hare eso. -Siento mucho, por lo que acabas de pasar. -Y yo lamento no poder sentir... lo mismo que sientes por mí.
Michelle deja solo a Gerd, mientras va a buscar a Aslan. El
alemán se sienta, y comienza a acordarse de todas las desgracias que le ha pasado. Sus ojos comienzan a lagrimear. Está muy triste y deprimido. Ya no le importa, ni lo que va a pasar con el avión, ni con los pasajeros. Se siente, como si estuviera muerto en vida. -Creí que los europeos eran fríos – le habla alguien, que está detrás de él.
Gerd se voltea, y se da cuenta que la persona que le habla,
es un asiático de gran estatura, y de aspecto amigable.
-Nadie tiene el corazón de piedra – responde el alemán.
-Eso es completamente cierto. Por lo que veo, la quieres mucho mucho a esa chica. -Más de lo que imaginas, pero uno no puede mandarle a su corazón, es este quien nos manda a quien amar. -Que lindas palabras “te salieron”, alemán. -¿Cómo sabes que soy alemán? Bueno, debe ser porque aun hablando español, “no se me va el acento”. -Jajaja, me caes bien, Gerd. Veo que has sufrido mucho en la vida, si ni siquiera merecerlo… -…y este amor no-correspondido es “la cumbre de todas mis desgracias”, mi querido amigo. -No, morir en este avión seria el fin de tus desgracias. -Ni lo digas, nunca permitiría que mueran estas personas, así que haré todo lo posible para que “lleguen a sus destinos”. -Eres lo que llamo, un “buen piloto”, no sería justo que murieras, si pasara algo terrible en este avión. -Tantas cosas malas que me han pasado, a veces pienso que DIOS se ha olvidado de mí ¿Por qué permite que sufra tanto? -Créeme que ya no sufrirás tanto, en el tiempo por venir; incluso te salvaras, si es que el destino del avión “se saliera de control”.
Gerd no tomo tanta importancia a lo que dice el asiático,
debido a que se levanta desde donde está sentado; a ver por una de las ventanas que hay muchos relámpagos, incluso “más de lo normal”. Por unos segundos, “le da la espalda” al asiático y mira lo que puede ser un terrible peligro, para el destino del avión.
-¿Y cómo me salvare? – le pregunta Gerd al asiático, aunque
no lo mira, porque está “de espaldas”.
Gerd se sorprende que el asiático no le responda la
pregunta, así que voltea su cabeza; y ve que no está el asiático, y además ve que hay un paracaídas, en un asiento que usan los pilotos. El alemán mira hacia arriba, y extiende sus brazos; como haciendo un gesto de querer respuesta, a lo que le ha pasado. Capitulo 6
En esos mismos instantes, en la sala de cargas.
Michelle está buscando por todos lados a Aslan, pero no
logra encontrarlo. Se sienta en una de las cajas de carga, y comienza a recordar cuando era más joven. Era una chica que le gustaba “burlarse de los chicos”, tal como ella quería. Más todo eso cambio, cuando se mudó a España, y un español le “destrozo el corazón”. Pensaba que no volvería a amar, pero ahora encontró a Aslan; y este hizo que volvieran esos sentimientos, en tan solo unas horas. Ella sabe que “enamorarse rápido” siempre será un error, pero no sabe qué hacer, para que la conciencia le gane a su corazón.
-Aslannn… ¿Estás aquí? – grita Michelle, alrededor de la sala.
-No quiero verte ¡Lárgate de aquí! – responde Aslan, que está escondido en una de las cajas, llorando sin cesar. -Él fue quien me beso, no yo. -No te creo ¿Por qué DIOS permite que sufra tanto? -¿A qué te refieres? Solo fue un beso, y ni siquiera tengo la culpa. -Me refiero a todo lo malo que me pasa. Mi mama y mi hermana han muerto, hace un año, estoy desempleado, y ahora esto ¿Por qué a mí? -¡Aslan! Hay personas que están en peores situaciones.
Aslan sale de la caja de donde se esconde, no sin antes
secarse las lágrimas, con las mangas de su chompa. Se dirige hacia ella, y la besa apasionadamente. Michelle cierra los ojos, y comienza a acariciarle su pelo. Se besan, una y otra vez. Aslan deja de besarla, y agarra una de las frazadas que se encuentra ahí. La frazada parece ser una pertenencia de un pasajero. El peruano la estira en el suelo, y se recuesta con Michelle, para “terminar de hacer lo que empezó”. Los sudamericanos hacen lo que casi todos hacen, cuando están enamorados, o cuando quieren “solo divertirse”. Después de varios minutos, ambos se miran, y se sonríen entre sí.
-¿Sabes que te quiero? – pregunta Aslan.
-¿Qué? ¿Solo me quieres? Pues yo te amo – dice Michelle. -Yo también, solo que espere que tú lo dijeras primero. -¿Por qué todos los hombres son así? -Jajaja, no sé, es algo involuntario. Ustedes “no se quedan atrás”, también son así de crueles, o incluso más que nosotros. -No, ustedes son peor, jajaja. -No nos vamos a poner de acuerdo con este tema, nunca, por lo que veo. -¡Qué bueno que te resignes, rápido! -Jajaja, sabes quisiera que todo esto nunca se acabe.
La brasileña besa al peruano sin cesar, y parece que quiere
más que un beso. Le dice algo al oído, haciendo que el la mire con asombro.
-¡Queee! ¿Otra vez? – pregunta Aslan.
-No dices que quieres que este momento nunca se acabe – le dice Michelle, mientras lo besa; y hace que se eche en la frazada, que está en el suelo de la sala. -Te amo. -Lo sé ¿Quién no me ama? -Eres una brasileña malvada. -Y tú, un peruano ingenuo.
En esos mismos instantes, en la sala de pasajeros.
-Señores pasajeros, deben arrojar casi todas sus
pertenencias; para que el avión este ligero, y pueda aterrizar – le dice Noah a todas las personas, que están en la sala de pasajeros. “Crece el miedo” y la incertidumbre, entre todos los que están ahí. El avión desciende cada vez más, aunque el asiático haya arreglado el problema. Aunque hay un gran peligro, la mayoría de pasajeros no está de acuerdo, con lo que dice el húngaro. Los padres de Cesc y la esposa de Noah son los únicos que lo apoyan, en esos momentos.
-Señores, debemos hacer lo que él dice –habla Ricardo a los
pasajeros, como apoyando a Noah. -Piensen que podemos morir, si no arrojamos las cosas – interviene Thais en la conversación. -Nuestros hijos son los únicos niños en el avión, y queremos un futuro de vida para ellos –interviene la esposa de Noah, también. -¡No arrojaremos nada! – gritan muchas personas al unísono. -Pero, señores ¿No quieren vivir o qué? – pregunta Noah. El avión está comenzando a descender, cada vez más aceleradamente. Noah, su esposa, Ricardo y Thais presienten algo malo, por lo que les hablan a sus hijos.
-Cesc, busca a Aslan, y haz lo que te diga – le dice Ricardo y
Thais al unísono a su hijo. -Darlene, busca a Michelle, y haz lo que te diga – le dice Noah y su esposa al unísono a su hija. Los pequeños se retiran de la sala de pasajeros, para ir en busca de Aslan y Michelle, ante las lágrimas de sus padres. La esposa de Noah besa al húngaro, y le dice algo al oído.
-Quiero pedirte disculpas por todo, y quiero que sepas; si es
que no logramos sobrevivir, que siempre fuiste el mejor piloto que he visto – dice la húngara. -Kristen, para mi tú fuiste el amor de mi vida; y discúlpame también por no entenderte, en esos momentos duros –responde Noah.
Los húngaros y los brasileños intentan calmar a los demás
pasajeros, y siguen sin poder convencerlos de arrojar sus pertenencias. Mientras tanto, los niños están buscando a Aslan y a Michelle. Ellos entran a la sala de pilotos, y ven que no está el piloto, que se supone que debe estar ahí.
-¿Qué están haciendo aquí, y solos? – le pregunta alguien a
los niños, quien parece estar a sus espaldas. Los niños voltean, y ven que es un asiático de gran estatura.
-¡Buscamos a unos amigos! – dicen los niños al unísono.
-Deberían buscarlos en la sala de cargas, que está por allá. -Mis padres me dicen que no debo hablar con extraños, aunque parezcan amigables – le dice Cesc al asiático. -Mis padres también me dicen lo mismo – añade Darlene. -¡Es verdad! ¡Sus padres tienen razón! Pero yo no soy un extraño, sino que soy alguien “muy conocido”; y me atrevería a decirles que soy más confiable que sus padres. -Entonces ¿Eres una buena persona? – pregunta Cesc. -No lo soy, porque no soy una persona. -Entonces ¿Qué eres? – pregunta Darlene. -Digamos que soy… hummm… alguien diferente.
Los niños no entienden lo que dice el asiático, quien los
abraza.
-¡Vayan a la sala de cargas, ya!
Darlene se dirige rápidamente hacia allá, pero Cesc no la
sigue, porque está amarrándose las zapatillas. El niño no logra ver, que a sus espaldas, se dirige un coche de comidas: esos que usan las aeromozas. El objeto va a matar al niño, pero el asiático eleve su brazo; y hace que el objeto cambie de dirección, y se vaya para la sala de pilotos; algo que no ve el niño, porque está atándose los nudos. Cesc ya está listo para ir a la sala de cargas, pero el asiático le agarra la espalda para detenerlo, y le da un objeto. El niño mira fijamente, y se da cuenta que es un paracaídas. -Te salvara la vida más adelante, así que guárdalo bien – le dice el asiático a Cesc, mientras le agarra la mejilla.
Esas palabras dejan atónito a Cesc, que no logra entender, y
se dirige a donde esta Darlene.
Capitulo 7
En esos momentos, en la sala de cargas.
Michelle está muy asustada, y le pide a Aslan que se quede
en donde está, mientras ella va a la sala de pasajeros. El peruano concuerda con la idea, porque los demás pasajeros podrían pensar mal, si los vieran juntos. -Aslan, promete algo. -¿Qué quieres que te prometa? -He visto que hay 2 niños como pasajeros, a decir verdad, son los únicos niños en el avión. La niña es hija de uno de los pilotos del avión, y el niño es hijo de unos connacionales míos. No quisiera que se murieran. -¿Quieres que haga lo posible para que se salven? -Sí, y para que te salves tú, también. -No podría hacer lo que me pides. Me refiero, a que daría mi vida por ellos y por ti. Sería un egoísta, si solo pensara en mí.
La brasileña besa al peruano, hasta que se quedan sin aire.
Cuando sus labios se separan, ella le acaricia; y luego sonríe, mirándole a los ojos, y se va para la sala de pasajeros. A medio camino, Michelle comienza a llorar. Alguien le toca la espalda, y le da un pañuelo.
-¡Gracias! – agradece Michelle, mientras ve a la persona que
le ayudo, quien parece ser un asiático de gran estatura. -¿Por qué llora una chica hermosa como tú? – pregunta el hombre. -Porque vamos a morir todos, pero quisiera que esos únicos niños que están en el avión, se salven junto con la persona que más amo. -Cesc, Darlene y Aslan se salvaran, y tú también, si sigues teniendo Fe. -¡Gracias por tus palabras! Pero ¿Cómo los conoces? -¡Yo conozco a todos! -¿Sabes todos los nombres de los pasajeros? ¿Eres de la agencia de la aerolínea? -Jajaja, soy más que eso. -¿A qué te refieres con esas palabras? No te entiendo. -¡No importa ya! Veo que darías tu vida por ellos, y yo te afirmo que si sigues con esa fe única, te lograras salvar. -¡Solo DIOS sabe el destino de cada persona! -Ni lo dudes. -Nunca lo hago. -Entonces te salvaras, te lo aseguro.
La brasileña termina de secarse las lágrimas, y al menor
pestañeo, se da cuenta que el asiático ya no está cerca de ella. Michelle intenta buscar al hombre, pero luego se pone a pensar, que su prioridad es salvar a los niños. Ve que Darlene se dirige donde esta ella. En esos momentos, unos vientos bruscos golpean al avión; haciendo que Darlene y Michelle se golpeen, y se desmayen al instante. Luego de unos minutos, Cesc llega donde están ellas, y se asusta mucho; a tal punto de correr desesperadamente hacia la sala de cargas, para pedir ayuda a Aslan. Cuando el niño está cerca de Aslan, lo primero que este hace; es guardar el paracaídas cerca de una caja, porque le incomoda el peso del objeto; algo que no ve Aslan, porque se está amarrándose los zapatos.
-¡Aslan, ayúdame! – le dice el niño, muy asustado.
-¿Por qué? ¿Qué te ha pasado? – pregunta el peruano. -Mi amiga Darlene y una aeromoza están en el suelo, como dormidas. -¿Dónde están? -Sígueme, que están por aquí cerca.
Aslan y Cesc van donde están ellas. En esos momentos, un
par de relámpagos caen sobre la parte delantera del avión, acelerando más la caída del aerodino. Afortunadamente, El peruano y el brasileño no se han golpeado, por ese gran impacto de los relámpagos; pero gracias a ese remezón, es que Michelle y Darlene se logran levantar. Los 4 se miran entre sí, y se asustan más de lo que están. Los niños comienzan a llorar, mientras que Michelle y Aslan no saben qué hacer para tranquilizarlos.
-¡Tranquilo, Cesc! Todo va a estar bien – le dice Aslan.
-¡Vamos, Darlene! Tú eres una niña muy fuerte – le dice Michelle. -¡Queremos a nuestros padres! – gritan los niños al unísono.
Aslan y Michelle se miran entre sí, y se ponen a pensar como
estarán el resto de personas, en la sala de pasajeros.
En esos momentos, en la sala de pasajeros.
Ricardo, Thais, Noah, Kristen y el resto de pasajeros han sentido el golpe de los relámpagos; que parece haber hecho un pequeño hueco, en la parte de arriba de la sala; haciendo que se desesperen todos ahí.
-¡Kristen, debemos buscar a Darlene! – le dice Noah a su
esposa. -¡Thais debemos buscar a Cesc, también! – le dice Ricardo a su esposa.
Los pasajeros están asustados y desesperados, y en su afán
de salir de la sala, rompen accidentalmente algunos vidrios de la ventana; haciendo que los huecos se abran, y genere que el viento se lleve a todas las personas que están ahí. El avión cae descontroladamente con dirección al mar. Noah está sujetándose de un fierro. El húngaro es el único que queda, en lo que fue alguna vez, la sala de pasajeros del avión. Está muy triste, pero piensa en su hija, y en la salvación de ella. En ese instante, aparece el asiático que reparo el avión. Noah se asusta, porque inexplicablemente el viento no se lleva el cuerpo del hombre.
-¿Qué eres? – pregunta el húngaro.
-No se supone que me pidas ayuda – le responde el extraño ser. -No quiero ayuda, pero sea lo que seas, salva a mi hija. ¡Te lo imploro! El extraño ser hace que el avión ya no caiga aceleradamente, sino más lentamente. Luego de ver esto, Noah mira al cielo; sonríe, y deja que los vientos se lleven su cuerpo.
En esos momentos, en la sala de cargas.
Michelle y Aslan están abrazando a los niños para
tranquilizarlos, aunque los niños lloran por sus padres. Los sudamericanos aun no pueden creer que el avión haya dejado de caer aceleradamente, a caer lentamente. Michelle y Aslan ven como la base de arriba de la sala, comienza a desprenderse, por la gran fuerza de los vientos. Ambos salen de la sala de cargas, para ver si alguien está con vida; pero solo ven como la base de la parte de arriba, se deteriora cada vez más. Michelle besa a Aslan.
-¡Te amo! ¡Nunca lo olvides! – le dice Michelle, al terminar de
besarlo. -¿Por qué me dices esto? – pregunta Aslan tristemente.
Michelle empuja a Aslan, y este último rueda hacia a la sala
de cargas. El viento se lleva el cuerpo de la hermosa chica, ante la mirada de Aslan y los niños. Muchas lágrimas salen automáticamente de los ojos de Aslan, haciendo que los niños lloren sin control, también. El peruano piensa que esto es la conclusión de todo lo malo que le ha pasado, hasta estos momentos. Llora sin control, al igual que los niños; pero luego piensa en las palabras de Michelle, acerca de salvar a los niños, incluso si requiera dar su propia vida. Se da vuelta, y tranquiliza a los niños para que no lloren; y logra que ambos se callen, por unos momentos. El piensa en lo decidido que debe ser, en estos momentos. Salvar a los niños, aunque requiera morir en el intento, es lo único que el peruano tiene en mente.
Capitulo 8
Casi 2 días antes (viernes 27 de noviembre del 2015), a las 10.30
am, en Valencia-España.
Aslan está sentado en su mueble, muy pensativo y
deprimido. En sus manos, tiene un boleto a Brasil. Fue un premio que se ganó, en un concurso de televisión, acerca de animales. Si no fuera por el hecho que le gusta enseñar, el piensa que hubiera sido veterinario. Extraña a su mama y a su hermana. La muerte de ellas, ya hace casi un año, es lo que lo deprime. El único familiar cercano que le queda, es su amorosa tía; a quien ama mucho también, y a quien considera su segunda madre. -¡Hijo! Debes ir a Brasil a distraerte – le dice su tía, quien está limpiando la sala, y otros objetos que están sucios. -Patricia, ya te he dicho que no quiero ir – responde Aslan, muy amargamente. -De esa forma, no superaras la muerte de tu mama y hermana. -¡Ya lo supere! -No parece que lo hubieras hecho. ¡Estás muerto en vida! -¿No dicen algunos, que la depresión es una enfermedad? -¡Gracias a Dios, aun no lo es! Aunque algunos psiquiatras estúpidos piensen como tú, y promocionen sus “asquerosas pastillas”, y “libros de superación fingida”. -¡Estoy bien, Patricia! ¡Ya no estoy afectado por el triste evento de mi mama y hermana! -Entonces, es por esa chica mala que te hizo infiel, o por ese director estúpido que no te acepta, en la que dicen que es “la mejor universidad de Valencia”. -Jajaja, si lo dices de esa forma, sí que es gracioso. -¡Ya te saque una sonrisa, al menos! -Tú siempre logras que este feliz. -Y tú haces mi vida feliz, también.
Patricia abraza a su sobrino, y lo besa en la frente, mientras
le acaricia el pelo. -Aun eres joven, ¿Por qué no piensas en tener hijos? – pregunta Aslan. -¡Olvidas que soy estéril! – responde Patricia. -Eso ya lo sé, me refiero a que puedas adoptar, tal vez casarte. -”No tengo cabeza” para eso, en estos momentos. -¡Piénsalo! Tienes 40 años, nada más. -¡Treinta y cincooo!!! -Jajaja… si tú lo dices. -Voy a golpearte, como tú mama lo hacía. -Jajaja… ok, no bromeare con eso. -Pero implicaría dejarte, y como aun no superas tu depresión; no creo que sea buena idea por ahora, “Te podrías pegar un tiro”. -¡No exageres! ¡Ahí, si me voy al infierno! -¡Nooo! ¡Eso, sí que no! Mejor ándate a Brasil, a bailar Samba. -Jajaja ¡Pero, ni se bailar eso! -Entonces te enseño, ahora mismo.
Patricia prende su minicomponente, y elige una canción de
Samba para que escuchen, mediante el control del electrodoméstico. Ella hace que Aslan se mueve, y baile con ella, en el medio de la sala. Aslan sonríe, y piensa en lo triste que esta; y que podría ser peor, si no estuviera al lado de su tía. Los peruanos bailan al ritmo del “Género musical brasileño”. En esos momentos, Aslan recibe una llamada; y se da cuenta que es su ex enamorada, quien lo llama.
-¿Qué quieres, Jillian? – le dice Aslan a su “ex” por teléfono.
-¡Debemos hablar! – le responde Jillian. -¡No hay nada de qué hablar! No me llames, ni me mensajees; de lo contrario, me cambiare de número. -¡Debemos vernos, porque realmente tenemos que hablar! ¡Te lo ruego! -¿Sabes qué? te voy a colgar. -Entonces iré hasta tu casa, pasado mañana. -No estaré, me iré de viaje; y no querrás ver a mi tía, ya que si te ve; te echara un balde de agua, por ser una “chica fácil”.
Aslan no quiere seguir escuchándola, así que apaga su
celular. Nunca le perdonara su infidelidad. Él es de esos chicos fieles que nunca “cedería a la tentación”, porque su fidelidad a alguien; es una de sus grandes virtudes, incluso la mejor que tiene. Por un momento, se olvida de la tristeza que tiene por las muertes de su mama y hermana. Piensa un momento, y luego se da cuenta que ir a Brasil, es la única salida de distraerse de tanto estrés. Mira a su tía, y le sonríe.
-¿Por qué miras así? – pregunta Patricia.
-¡Me has convencido! – responde Aslan. -¿De qué? ¿De que “debes ser hincha del Madrid, y no del Valencia”? -Jajaja, no, de eso no. Como dices, debo alejarme de mis problemas y relajarme, ya que me merezco unas vacaciones. Y además, hace tiempo que “me cambie de equipo de futbol”. Ya soy hincha del “Madrid”, desde hace 2 años.
Aslan besa a su tía en la mejilla, y se dirige a la casa de
apuestas, donde siempre va. Cuando llega, ve que hay poca gente de lo normal. No se sorprende, y va donde la chica que se encarga de los resultados de los partidos de futbol, y quien anuncia cuanto es el monto que han ganado los apostadores que acertaron. Aslan se da cuenta que hasta ayer en la mañana, él había acertado 10 resultados de 16 posibles; por lo tanto ya imagina que gano algo de dinero, así que “hace su cola”, para reclamar su premio. Cuando por fin le toca que lo atiendan, ve que la chica se parece a su hermana, y se queda mirándola.
-¿Está bien usted, joven? – le pregunta la chica guapa.
-Sí, solo que me distraje un poco – responde Aslan, muy avergonzado. -Déjeme ver cuánto ha ganado, según el número (la serie) del cartón que tiene. -No tengo prisa, tómese su tiempo. Aslan la mira, y se acuerda de su hermana. Extraña ver todo de ella: su pelo rizado, su piel canela, sus ojos avellanas, y el cebiche de pollo que le daba (que ella misma preparaba), cuando él llegaba cansado de trabajar.
-¡Felicitaciones, señor Azan! – exclama la chica.
-¿Cuánto he ganado? – pregunta Aslan. -240’619,71 euros. -¿En serio? ¡Vaya que es mucho dinero! ¿Podría depositármelo en mi cuenta de ahorros? -Desde luego, dícteme su número de cuenta; y la misma compañía le depositara, pero en unas horas. Como vera, algunos reclaman en efectivo, y eso demanda tiempo. -¡No hay problema! Esperare la transacción en mi casa. Muchas gracias ¡Adiós! -¡Gracias a usted, más bien! ¡Hasta luego, y vuelva pronto!
Aslan sale contento de la casa de apuestas, ve al cielo y
sonríe. Sabe que DIOS no permitirá que le sigan pasando cosas malas. Sabe que hizo bien, en dar el número de la cuenta de ahorros de su tía; ya que por una extraña razón, el presiente que algo malo va a ocurrir en su vida. Comienza a pensar en Jillian. Se pone a pensar, que será eso tan urgente que ella le quería decir. Por unos momentos, se olvida de ella y vuelve a sonreír. Cuando llegue a su casa, le contara a su tía, y le ayudara a pagar algunas deudas que ella tiene. Unas horas antes en Valencia, España.
Jillian ya no sabe qué hacer, para poder decirle a Aslan, que
está embarazada. Tiene un mes de gestación. Ella sabe que el hijo es de Aslan, ya que solo hace 2 semanas le fue infiel. Se pone a pensar que tal vez, ese hijo hará que vuelvan a ser “una pareja”, aunque sabe que Aslan es muy orgulloso. Se arrepiente de no haberlo valorado. Lo único que le queda, es hablarle “cara a cara”; aunque por ahora, él no quiere ni verla. Llora por la infidelidad, y ríe por el hecho de que será madre. Espera que sea mujer, ya que Aslan y ella siempre quisieron ser padres de una niña. Ella sabe que él debe saber su paternidad cuanto antes, aunque él le dijo que se ira de viaje, y no sepa cuándo volverá. Capitulo 9
Ese mismo día, en Bilbao-España.
Gerd se levanta de su cama, porque suena su alarma. Ve la
hora, y son las 11.30 am; la misma hora que se levanta siempre, cuando no está piloteando. Se baña por unos minutos, luego se viste, y prepara su desayuno. Prende la televisión, y ve que “su Alemania” sigue fuerte en las eliminatorias, para la Eurocopa de 2016. Extraña su nación, la hamburguesa; incluso extraña la cerveza, aunque nunca le gusto tomar bebidas alcohólicas. Alguien toca a su puerta. Ve por la mirilla de la puerta, y ve que es su abogada; así que la deja entrar, para escuchar lo que le viene a decir.
-Hola, Mi querido connacional ¿Cómo estás? – pregunta la
rubia abogada. -He tenido peores días, Samantha – responde Gerd. -Resolví el asunto de tu divorcio, así que en 2 o 4 días; estarás legalmente divorciado, y podrás hacer “una nueva vida”. -Cuanto antes mejor, ya no quiero saber nada de esa “maldita mujer”. -¡Relájate! ¿Estás seguro que ya no la extrañas? ¿O hay otra mujer?
El alemán no responde, porque se da cuenta que su celular
está sonando, porque alguien llama. Ve que es su jefe, y le responde, aunque no quiere hacerlo. Odia a su jefe, y a todos los socios; porque son unos avaros, y que por eso; la aerolínea se está quedando sin aviones y sin sucursales, lo que hace que pilotee aviones que no están en buen estado.
-Gerd ¿Cómo te va? – le pregunta su jefe.
-Más o menos, señor Ilarramendi – responde Gerd. -Gerd, tenemos un vuelo para Brasil; que deberás pilotear junto con tu querido Noah, a quien amas mucho. -¡No sea sarcástico! Usted sabe que ese húngaro quiere mi empleo. -¡Nunca lo tendrá! Ya que confiamos en ti. -Y porque sé que sus aviones no están bien del todo, y aun así los piloteo. -Eso es algo que nunca dirás, si es que no quieres ir a prisión con nosotros. -¡Qué más da! ¿Eso es todo lo que me quiere decir? Porque estoy saliendo de mí casa, para ver a mi masajista, ya que quiero desestresarme de su “asquerosa aerolínea”. -Que tu mujer “te haya puesto los cuernos”, sí que te tiene de mal humor. -Eso es algo que a usted, ni a nadie le interesa saber, así que adiós.
Gerd apaga su celular, dejando atónita a Samantha, quien lo
mira sorprendida.
-Así que, sigues piloteando aviones en mal estado – dice
Samantha. -Ahora tú también vas a “darme sermones” – responde Gerd. -Dijiste que “el de hace 3 días”, era el último. Tú y tus estúpidos jefes arriesgan la vida de mucha gente, y eso es prisión efectiva sin fianza ¿Lo sabes, no? -¡Ya lo sé! Soy un cómplice de esos imbéciles, pero ¿Qué quieres que haga? Ya me quede sin esposa y sin carro, ahora me quedo sin empleo por escucharte. -Tu ex esposa no podrá quitarte nada más que eso, y en cuanto a empleos, si hablamos; sabes que podrías ser contratado en cualquier aerolínea, debido a tus habilidades. Seguro que por eso continuas ahí o ¿Hay algo o alguien que te hace quedarte en esa “asquerosa aerolínea”? -Hazme un favor, y llévame al Spa, porque necesito relajarme. Los alemanes salen de la casa, e ingresan al lindo convertible Porsche de Samantha. Ella maneja a toda velocidad, para sorpresa de Gerd, quien comienza a fumar un cigarrillo. El alemán prende su celular, y ve que hay 2 mensajes en su buzón, y los lee enseguida. En el primer mensaje, Gerd ve que es de su jefe, que le dice que debe ir hasta Valencia para pilotear. En el segundo mensaje, su jefe le dice; que la empresa se está quedando sin sucursales, y que solo cuentan por ahora; con las sucursales de Valencia, Madrid, Barcelona, Sevilla y San Sebastián. Por ese motivo, es que ahora la aerolínea ya no cuenta con la sucursal en Bilbao; ya que además, se están quedando sin los proveedores, que le proporcionaban los aviones. Después de leer esto, Gerd se amarga; y arroja el celular, ante la sorpresa de Samantha. Cuando Gerd ve que va a llegar al Spa, le pide a Samantha; que baje la velocidad, y que “le deje” en la esquina del establecimiento.
-¡Gracias, querida connacional! – agradece Gerd a la rubia.
Luego de despedirse de Samantha, Gerd entra al Spa; saluda
a la recepcionista, y solicita información; ya que había reservado una cita con su masajista usual por internet, hace 2 días.
-Señor kreutzberger, siento informarle que “habrá una
variante” en su sesión de masajes; por así decirlo, por la ausencia de su masajista usual; que por motivos personales, no ha podido trabajar hoy – le dice la guapa recepcionista. -Entonces ¿Me masajeara otra linda chica? – pregunta Gerd. -No, digamos que no sería una chica quien lo atienda; sino un experto masajista, obviamente si usted lo permite. Y si no, podríamos reprogramarlo acá a 2 días; y le damos el doble de tiempo en la sesión, como retribuyéndole, por ser un buen cliente de nosotros. Usted decida para hablar con el masajista. -¿Es bueno el masajista, profesionalmente hablando? -“El mejor” ¡Créame! No hay otro como él. -Bueno, no perdamos tiempos, avísele que masajeara a un alemán exigente. -Jajaja, Ok, así lo hare, señor Kreutzberger.
Gerd espera en la sala de masajes, ya casi desnudo, solo
vestido con sus boxers. Cuando entra el masajista, Gerd comienza a sufrir de una molestia rara en los ojos; lo que impide que vea, quien lo masajeara. Esto no le importa al alemán, porque piensa que tal vez necesita lentes. El masajista, quien es un asiático de estatura muy alta; comienza a masajearlo, haciendo que Gerd se despreocupe del problema y se relaje; a tal punto de querer entablar una conversación con el hombre, que está haciendo que se desestrese de tanta tensión.
-¡Vaya que usted es muy bueno en esto! – le dice Gerd.
-Quisiera poder hablar con usted, también; pero como escucha mi garganta está sufriendo de una laringitis severa, así que no puedo hablar mucho, pero puedo escuchar cualquier cosa que me diga – le dice el asiático. -Con ampollas sanara, no se preocupe; y si no sana, entonces; creo que requerirá de una operación, ya que puede perjudicar otros órganos. -¿Cómo usted sabe de eso? -Porque a mí me han operado de las amígdalas. Cuando era niño me gustaba tomar “agua del caño”, y no cuidaba de mi salud; también por el hecho de que soy adoptado, es que nunca he cuidado de mi salud. Aunque le confieso que amo a mis padres adoptivos, aunque sean unos “locos cristianos”, que creen en una entidad invisible. -¿Y porque usted no cree en DIOS? ¿Acaso él lo ha decepcionado? -Sí, y muchas veces, aunque debe ser porque el permite el sufrimiento. -¿No que no creía en DIOS? Ahora me dice, que es por el sufrimiento, que no lo ama, ni confía en él. ¿Por qué no le da una oportunidad? ¿Acaso todo lo que tiene, no es por gracia de DIOS? ¿Por qué no agradecemos lo poco que tenemos? -La única cosa que me hará creen en DIOS nuevamente, es un milagro, pero uno “de a de veras”: esos que no implican “la mano”, ni mérito del hombre. No dicen que nada fortalece más a una persona, que ser testigo de algo increíble; para bienestar de uno mismo, y “de los suyos”. -Ya vera milagros, muy pronto, se lo aseguro. -DIOS lo oiga, amigo, DIOS lo oiga. Usted me cae bien, así que le confesare que toda mi vida ha sido de sufrimiento. Soy huérfano, he perdido varias becas de estudios; y varias oportunidades de trabajo, mi ex esposa me fue infiel; la chica que amo, no me ama; y por último, murió el perro que amaba como a un hijo. -Se ve que su dura ha sido muy sufrida, pero tenga mucha FE, y pronto vera un gran milagro. -No sé por qué le digo todo esto, pero siento que usted transmite mucha confianza. -¿En serio? -No sé cómo explicarlo, olvídelo, debe ser porque me está masajeándo, jejeje. -Sí, pues, debe ser por eso. -Le confieso, también, que siento un mal presentimiento. Como si algo muy malo fuera a pasarme, en estos días. Siento como si fuera a correr un peligro de muerte. Espero que solo sean “ideas mías”, pero voy a comenzar a orar, como antes lo hacía. -¡Qué bueno escuchar eso! Créame que si comienza a orar, y se reconcilia con DIOS; EL lo salvara de cualquier peligro de muerte, que pudiera pasar, en los días por venir. Ya ha sufrido mucho, así que aún no merece morir. -¿De veras cree eso? ¿Y por qué me dice todo esto?
Gerd no escucha respuesta por parte del masajista, además
que ya no siente las manos del hombre; así que asume que se ha ido el masajista, porque ya acabo la sesión. Por un momento, cuando converso con él, se le olvidaron sus problemas. El alemán se dice así mismo, lo buen masajista que es el individuo, aunque no haya visto su rostro. Rápidamente se va para su casa, pensando en que debe decirle a la chica que ama todo su amor; uno de estos días, ya que no aguanta callarse; todo lo que ella le genera, cuando la ve.
Capitulo 10
Ese mismo día, en Barcelona-España, a las 10.30 am.
Noah se levanta por los besos de su linda hija. El mira lo
grande que esta, y en lo hermosa que será cuando crezca.
-Espérame en la sala, Darlene, mientras me baño – le dice
Noah, mientras la besa en la mejilla.
Al terminar de bañarse, se pone su ropa, y descubre que su
esposa no quiere salir de su cuarto. El piensa que eso de vivir en cuartos separados, acabara con su matrimonio, muy pronto. La muerte de sus padres de ella, la ha afectado mucho; a tal punto de no importarle, ni su esposo, ni su hija. El húngaro baja a la sala, y ve a su linda hija.
-Darlene ¿Cómo has amanecido hoy? – pregunta Noah.
-¡No tan bien! Mama no me abraza cuando duerme – responde Darlene. -Darlene, debes entender que tu mama no es como yo, que te engríe mucho mucho. -Por eso te quiero más. -Pero, eso no debes hacer. Nos debes querer a los 2 por igual, si no lo haces; me voy a molestar, y no te daré tu cereal. -¡Ok, Papa! Hare lo que tú digas, pero ya dame mi cereal con yogurt, ya que tengo mucha hambre.
Noah le sirve su desayuno a su hija, y le da un beso en
ambas mejillas. El húngaro no puede creer que ella tenga sus mismos gustos. A Darlene le encanta “el pan Bimbo” con jamonada, queso, y pollo deshilachado con mayonesa. El húngaro ve que no hay leche para el mismo, y que solo hay café; algo que odia desde siempre, porque lo considera una droga, y además que es sensible a la cafeína pura; a tal punto de desmayarse, si probara solo un sorbo. Noah piensa que no le queda otra opción, más que preparar limonada. Los húngaros están orando antes de desayunar, cuando de repente escuchan el timbre. Noah ve por la mirilla de su puerta, y descubre que hay un mensajero. Abre la puerta, y lo atiende al joven. -¡Buenos días, señor! ¿Vive aquí, la señora Kristen Snors? – pregunta el mensajero. -¡Buenos días, también! Ella es mi esposa – responde Noah. -Vengo a darle su premio, el cual es un boleto a Brasil. Su esposa gano el concurso que sale por televisión, acerca de animales. Ella debe firmarme unos documentos. -¡Entiendo! ¡Le avisare! Espere un momento, mientras tanto, puede esperarme aquí afuera. Me disculpara que no lo deje entrar, pero mi hija esta desayunando ¿Y usted me entiende, cierto? -Desde luego, señor. Esperare entonces, aquí afuera.
Noah sube hasta el cuarto de su esposa, y le toca la puerta,
pero al ver que no ella quiere abrir; decide que le hablara de todas formas, acerca de lo que ella se ha ganado.
-Kristen, debes bajar para firmar unos documentos, porque
te has ganado un viaje a Brasil; como premio del concurso de televisión que tanto te gusta, acerca de animales – le avisa Noah, quien suspira mirando la puerta, un poco triste.
La húngara sale de su cuarto, y se demora unos minutos para
cambiarse, lavarse la cara y los dientes. Cuando termina de arreglarse, baja con su esposo para firmar, y reclamar su premio; aunque eso no le quita la tristeza, ni por un segundo. Kristen firma los documentos, y Noah viene con un vaso con limonada bien fría.
-Debe estar cansado y sediento, así que tómese esta
limonada, para que se refresque – le dice Noah al mensajero.
El mensajero bebe la limonada, mientras se sienta en el
mueble.
-¡Gracias! ¡Ah, por cierto, señor! La aerolínea donde trabaja,
se hará cargo de llevar a todas las personas ganadoras, en toda España – le dice el mensajero. -¿Cómo usted sabe de eso? – pregunta Noah. -Porque la producción del programa tienen que saber, si los ganadores son trabajadores de la aerolínea, o familiares de los trabajadores de la aerolínea; y a nosotros los mensajeros nos informan acerca de eso, también. -Entiendo, joven. -Bueno, sin nada más que decir, gracias por la limonada, y que tengan un buen día. -¡Que tenga un buen día, también!
El mensajero se retira, y Noah llama a su jefe por teléfono,
para saber detalles del viaje. -¡Buenos días, jefe! Habla Noah. -¡Ah! Hola, Noah ¿Qué se te ofrece? – pregunta su jefe. -Lo que pasa, es que me entere que la sucursal en Bilbao; ahora pertenece a otra aerolínea, y esa era la única que tenía vuelos a Brasil. Quisiera saber cómo ustedes van a hacer, para trasladar a los ganadores del concurso de televisión a Brasil. Por lo que me he informado, las demás aerolíneas han desarrollado sus propios aviones; y aun no “están sujetas totalmente a las normas” de los aeropuertos, y además, sé que somos los únicos que tenemos vuelos para ese país. -Como sabes, cometimos el error más grande; al no desarrollar nuestros propios aviones, como las demás aerolíneas lo hicieron. Un error que nos ha costado cientos de millones de euros, pero sé que solucionaremos el problema, en los años por venir. Pero aún tenemos nuestras agencias, así que mientras la gente siga reservando sus vuelos, y nosotros podamos suplir esa demanda; no solo no quebraremos, sino que volveremos a ser los líderes. -DIOS lo escuche, y haga que pase eso ¿Y cómo harán para que los ganadores viajen, si no hay sede en Bilbao? -Te aviso que en el vuelo, viajaran gente que son ganadores del concurso, y también gente que no lo es. -Entonces, tendrá que recurrir a su avión más grande para llevarlos a todos. -¡Así es! Todos los ganadores del concurso, y el resto de gente que ha pagado su propio vuelo; serán trasladadas desde sus localidades, ya sea que vivan en cualquier parte de España, hasta Valencia; donde te espera tu “queridísimo” Gerd, para que pilotees junto con él. -¡No sea hilarante, jefe! -OK, húngaro, sí que estas de un humor raro, ya que “no aceptas bromas”. -¡Cambiemos de tema, por favor! Ya que quiero que me haga un gran favor. -Te lo concederé, dependiendo de que el favor no implique “mucha gravedad”. -No, es solo que si yo piloteare; y mi esposa viajara en el avión, mi hija se quedaría sola; así que quisiera que me reserve un boleto para ella también, a un precio cómodo. -¡Ok, tendrás un boleto! Deberás recogerlo mañana en la mañana, en la agencia de tu localidad. -Ok, muchas gracias por el favor.
Noah termina de hablar con su jefe, y se pone a meditar del
trabajo que tiene, y del poco sueldo que recibe. Mira a su esposa, y luego se da cuenta; que si no fuera por los pocos vuelos que su trabajo le da, no tendría tiempo para su esposa; y tal vez ella se suicidaría, o peor aún, se suicidaría con su hija. Mueve su cabeza de derecha a izquierda, y viceversa, para olvidarse de esos terribles pensamientos. Vuelve a la mesa, para desayunar con su linda Darlene y con Kristen, quien se ha animado a desayunar. Kristen mira el rostro de su esposo, y ve que hay ojeras y canas en él. Se pone a pensar en la desgracia que le ha ocurrido, y en que podría ser peor, si es que no “trata bien” a Darlene y a Noah. Cuando todos terminan de desayunar, Noah recoge los platos, y los lleva al fregadero para lavarlos.
-Noah, esta vez, yo lavare los platos – le dice Kristen, quien
se acerca dónde está el.
Después de ver esto, el húngaro sonríe, y apura a su hija
para que vayan al dentista. Darlene tiene dolores en uno de sus dientes, así que se lo sacaran, para que no sienta molestias. Papa e hija se van, y dejan sola a Kristen. La húngara está lavando los platos, cuando de repente, escucha el timbre de la puerta. Se seca las manos, y ve por la mirilla que el que tocó; es un mensajero de rasgos asiáticos, y de alta estatura. Le abre la puerta, y lo mira.
-¡Buenas días, señora! ¿Se encuentra el señor Zalewski? –
pregunta el hombre. -¡Buenas tardes, también! Él no se encuentra aquí, pero yo soy su esposa; así que me puede decir con toda confianza, el “por qué” lo busca – responde Kristen. -¡Ah, mucho gusto! El señor Zalewski ordeno a la editorial, para la cual trabajo, una BIBLIA moderna: esas que tienen un significado claro, y que no tergiversan las cosas. -No sabían que existían “de ese tipo” ¡Que interesante! Bueno ¿Yo le pago o el ya pago? -¡Descuide! Él ya lo hizo. -¡Ah, qué alivio! -Le aconsejo leerla, aunque no lo crea; en la BIBLIA explica cómo superar la depresión, y que DIOS motiva al hombre a “ser mejor”, cada día. -¿Por qué me dice todo esto? ¿Me ve con cara de deprimida? -¡No me malinterprete! Solo digo que hay temas relacionados a todos los tipos de problemas, que las personas pueden llegar a tener. Muchos ven a la BIBLIA como un libro religioso, pero también es de carácter social, e incluso científico, ya que DIOS creo la ciencia. -¡Sigo sorprendida! Voy a comenzar a leer, tal vez, así supere mi depresión. -¿Qué dijo? -Discúlpeme, jajaja, la emoción me hizo hablar de más. -Suele pasar, después de todo; no solo el cuerpo reacciona de manera involuntaria, sino que también lo hace el alma. -¿Cómo es que un mensajero puede saber tanto de estas cosas? -¡No todo es lo que parece! ¡Créame! -¡Que tonta soy! Le traeré un vaso con limonada, porque “de seguro”, usted debe tener mucha sed. -¡No es necesario! ¡Ya me voy! ¡Gracias de todas maneras! -¡Insisto, señor! Siéntese, ahora vuelvo con un refresco.
Kristen va a la cocina por un vaso con limonada, y de paso
coge un pan, para dárselo al asiático. Cuando regresa de la cocina, ve que en la sala no hay nadie; así que se amarga, porque piensa que el hombre rechazo su oferta; pero luego sonríe por las palabras que le dijo, acerca de la BIBLIA. Ve el reloj de la sala, y se da cuenta que después de haber lavado los platos; y conversar con el hombre, han pasado 3 horas inexplicablemente. Noah entra con Darlene, la cual esta con un poco de dolor. Él se sienta en el mueble, y ve como Kristen abraza y besa a Darlene, como hace tiempo no lo hacía. Se sorprende, aunque quiere también que Kristen lo bese, con ese amor que ella solo le da. Noah sabe que por ahora, su esposa “ha dado” un gran paso, para que su familia “no se separe”. El húngaro esta intrigado y sorprendido, al ver que su esposa se volvió afectiva como antes, en unas cuantas horas. Mira al cielo, sonríe; y asume quien es el culpable, de tal cambio repentino de su esposa. Capitulo 11
Ese mismo día, en Madrid-España.
Thais se levanta por la alarma de su celular, y ve que son las
12 am. Rápidamente se va a bañar, y a lavarse los dientes. Cuando termina, ve que su casa está muy desordenada, así que decide limpiarla. Sabe que no tiene mucho tiempo, porque debe “hacer el almuerzo”, para su esposo y su hijo. Desayuna lo que su esposo le preparo. Come apresuradamente su pan integral con jamón, y bebe su yogurt. Se pone a pensar, en el poco tiempo que tiene con su familia, por el turno que tiene en el hospital. Ser enfermera es algo que siempre le gusto, aunque los doctores se “lleven el crédito”, y la gente no valore su trabajo. La brasileña prepara el almuerzo muy deprisa, porque debe entrar a su trabajo, a las 3 pm. Cuando ya termina de preparar la comida, ve que su esposo y su hijo ya llegaron a casa, luciendo muy felices.
-¡Mama, te he extrañado estos días! – le dice Cesc, mientras
la abraza. -¡Yo también, mi hermoso Cesc! – responde Thais. Thais besa en las mejillas a su hijo, y lo abraza amorosamente; ante la mirada de su esposo, quien deja unos libros en la mesa.
-¿Para mí no hay beso? – pregunta Ricardo a su esposa.
-Ahora mismo, te lo doy, Ricardo – responde alegremente Thais.
Los esposos se besan ante la mirada de Cesc, quien parece
darle asco, esa escena que hacen sus padres. Luego de ver esto, el pequeño se va al baño, a lavarse las manos para comer; ya que tiene mucha hambre, y no quiere esperar más. Ricardo mira los ojos de su esposa, ya no con una sonrisa, sino con más severidad. -¡Conseguí los boletos para Brasil! – le dice Ricardo a su esposa. -¿Cuándo será el vuelo, y a qué hora? – pregunta Thais. -Sera mañana, pero la hora es incierta. -¿A qué te refieres? Se mas especifico, Ricardo. -Al parecer, la aerolínea no tiene vuelos para Brasil; según me dijeron los de esa sucursal de la agencia, así que iremos en bus, hasta Valencia. -¿Nos recogerán de nuestro domicilio? -No, no harán eso. Ellos nos esperan, no solo a nosotros; sino a todos los que van a Brasil, mañana en plaza Cibeles. Nos llamaran para decir la hora exacta, ya que hay desorganización por el horario de sus vuelos; aunque ya todos sabemos que esa aerolínea quebrara, en algún momento. -¿Y entonces, porque aceptaste las condiciones de aerolínea? -Es que esa aerolínea, es la única que tiene vuelos para Brasil; y debemos viajar de inmediato, para que Cesc reciba su tratamiento. -Sí, tienes razón, Cesc es nuestra prioridad, ahora mismo.
Ambos esposos se sientan el mueble de la sala. Thais
recuesta su cabeza en el pecho de su esposo, este la mira; y luego la besa, como animándola de tanta tensión. Luego, ambos se van a lavar las manos. Mientras tanto, Cesc acomoda las sillas, y limpia la mesa; tal como su madre le enseño, hace unos días. Los 3 comienzan a comer. -¿Cómo te fue en tu trabajo? ¿Cómo esta Cesc en sus estudios? – pregunta Thais. -¿Mi trabajo? ¿Qué quieres que te diga?…hummm… sigue siendo una tontería, pero con respecto a Cesc. Mi amor, déjame decirte que nuestro hijo es “buenísimo” para aprender – responde Ricardo, muy alegre. -¿Tan bueno es? ¿Qué te han dicho sus profesores? -Mis colegas, no solo uno, me dicen que es bueno para las matemáticas. Ya sabe multiplicar, y dividir fácilmente a sus 8 años. ¿No es formidable eso?
La brasileña desordena el cabello de su hijo con las manos, y
este último aleja su cabeza, para que no lo siga tocando su mama. Ambos padres se ríen, mientras almuerzan alegremente. Cuando terminan de comer, Thais se marcha para su trabajo, no sin antes besar a sus “2 amores”. Después de unas horas, Ricardo prende la televisión; y ve que está jugando “El Real Madrid contra el Barcelona”, algo que lo alegra por un momento; pero luego su sonrisa cambia, cuando ve el marcador 1-0 a favor del Barcelona.
-¿Qué estás viendo en la televisión, Papa? – le pregunta Cesc.
-Un partido de futbol denominado “el clásico mundial” – responde Ricardo. -Papa, me gustaría alguna vez jugar futbol contigo, ya que todos mis compañeros juegan son su padres. -¿Y porque no juegas con ellos? -No me dejan, yo quiero; pero me lo impiden, y cuando me provocan; me golpean, y los golpeo, también. Yo no me dejo pegar tan fácilmente, pero algunos niños si se dejan pegar. -¡Hay mucho bullying en ese maldito colegio! Perdón hijo por la palabra que he dicho, pero eso si no lo repitas tú, mientras hables conmigo en conversaciones futuras ¿Ok? -Sí, Papa, tratare de no hacer eso. -¡Pero, si es verdad que es un pésimo colegio! -Papa, olvidemos ese tema, y dime ¿Cuándo me enseñaras a jugar al futbol? -¡Vaya que eres un niño muy comprensible a tus 8 años! Cualquier día de estos, jugaremos al futbol; de repente, descubro que eres un gran futbolista “en potencia”. -¡Papa! ¡Mira la televisión! El real Madrid empato. -¡Biennnnnn! Ese es “Mi Madrid”, vamos, que ganamos.
Ricardo besa el pelo de su hijo, y lo recuesta sobre su pecho.
Ambos están sentados en su sofá, comiendo unos “snack´s”, y viendo el gran partido. El brasileño ve a su hijo, sonríe; y piensa en lo afortunado que es, de tener a un hijo maravilloso. Repentinamente, Ricardo ve en la televisión, que el “Madrid está ganándole al Barza por 2-1”. El “2-1” hace que el salte de la emoción, y hace saltar a Cesc, también. El pequeño sigue a su padre en su celebración. Padre e hijo se abrazan, y disfrutan del momento. Una hora antes, en una de las avenidas de Madrid.
Thais ha salido del metro, y se dirige al hospital donde
trabaja. Está muy apurada, y es ese apuro; el que hace que se “choque” con un hombre, quien parece ser un asiático de estatura alta. Luego del “choque”, el hombre recoge las cosas de Thais, y se los da amablemente.
-¡Disculpe, y gracias por recoger mis cosas! – le dice Thais.
-¡No hay nada que agradecer, ni nada que disculparse! Suele pasar, pero recuerde: “Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto” – responde el asiático. -Sí, pues, tiene razón, pero quiero agradecerle de todas maneras ¿Me podría aceptar esta manzana, como regalo de agradecimiento? Tómelo, por favor. -No es necesario, gracias de todas formas. Es mejor que le dé a ese “niño limosnero”, ya que él lo necesita más. Thais le da la manzana a un niño limosnero, que está cerca de ella.
-Toma niño, luces muy hambriento – le dice Thais, mientras
lo mira alegre. -¡Gracias, señora! Que DIOS la bendiga – le responde el niño, mientras comienza a comer la manzana. Luego de que termina de hablar con el niño, la brasileña “cruza la pista”; pero se da cuenta que 2 carros van a excesiva velocidad, por el carril derecho e izquierdo. Los vehículos “harán trizas” el cuerpo de Thais en un santiamén, pero el asiático levanta sus brazos; y hace que los carros frenen “milimétricamente”, antes de que puedan tocar el cuerpo de la brasileña. Luego de esto, Thais se “queda paralizada”, y no logra moverse por unos segundos; haciendo que los conductores de ambos vehículos salgan de sus asientos, y vayan donde esta ella.
-¿Está bien, señora? – le pregunta el conductor, que
manejaba por el carril izquierdo. -¿Puedo ayudarla en algo? – le pregunta el conductor, que manejaba por el carril derecho. -Estoy bien, pero par de idiotas ¿Por qué rayos manejan a esa velocidad? – les pregunta Thais, con mucha ira. -¡Discúlpeme, señora, juro que no volveré a manejar así! – le dice el conductor, que manejaba por el carril izquierdo. -¡Lo mismo digo, señora, yo tampoco manejare a esa velocidad, nunca más! – le dice el conductor, que manejaba por el carril derecho.
Thais los perdona, y luego ambos conductores se van a una
velocidad moderada. La brasileña mira a todos lados, y se da cuenta que no hay ningún transeúnte caminando; incluso no están ni el asiático, ni el niño. Se pone a pensar que pudo haber muerto, a no ser por alguien que la quiere viva aun. Antes de entrar al hospital, mira al cielo, y sonríe; como si ya supiera la respuesta del evento que acaba de vivir, y que pudo ser el último para ella. Cuando está dentro del hospital, ella “marca su tarjeta”, y se alista para estar en una cirugía de emergencia. Se pone a pensar, que tiene una nueva oportunidad para vivir. Piensa, en que estarán haciendo su esposo y su hijo. Ella piensa que Cesc necesita urgentemente ese tratamiento, que solo en Brasil hay, para combatir el sindrome que aqueja al niño.
Capitulo 12
Ese mismo día, en Sevilla-España, a las 2.30pm
-¿En qué piensas, Michelle? – pregunta su madre.
-En la última llamada que acabo de recibir. Helena, a veces odio este trabajo, pero a veces lo amo; porque Gerd me enseña a manejar, y eso es bueno para mi carrera. Es un gran piloto junto con Noah – le responde Michelle, a su madre. -Hablando de los europeos ¿No te interesa ni uno? -¡Helena, por favor! No quiero salir con nadie por ahora. Además, Noah es casado, y tiene una hija. Gerd es casi divorciado, y solo lo veo como un amigo. Además, por ahora; quiero pensar en mis estudios, ya que “me descuidado” mucho de ellos. -¡Así me gusta que hables, hija! Por ahora, debes pensar en tus estudios. Veo que “ya superaste”, lo que te hizo “ese españolito”. Por cierto ¿Aun te llama? -No me hables de ese imbécil, que al parecer me está llamando, ahora mismo. -No le contestes, y apaga tu celular. -No puedo, me llamaran de la aerolínea, para que me hagan saber mi horario de trabajo del siguiente vuelo. -No veo la hora de que te vayas, de esa “aerolínea de pacotilla”. -Cuando termine mis estudios, y sea piloto, evaluare ofertas.
Michelle no contesta la llamada, y sigue hablando con su
mama de diversos temas, por varios minutos. Luego de una hora, su celular suena; y ella ve que es el presidente de la aerolínea, quien la llama.
-Alo, señor ¿Ya me programo un vuelo? – pregunta Michelle.
-Sí, es un vuelo directo a tu querido Brasil, para mañana – responde el hombre. -¿A qué hora es? -A las 6pm. -¿Eso es todo lo que me quería decir? ¿Qué hay acerca de los buses, que recogerán a las personas ganadoras del concurso, y a las personas que han pagado su boleto independientemente? ¿Me llevaran también a mí? -La gente ganadora que vive en Sevilla, y las que viajan independientemente; esperaran a los buses en la plaza de Sevilla, a las 3.30pm. Los conductores y los guardias de seguridad que estarán en los buses, tienen como orden: Dejar ingresar a los “futuros pasajeros”, y al personal de la aerolínea que estará en el vuelo; siempre y cuando, tengan sus documentos. -En eso caso, no olvidare llevar mis documentos. Michelle termina de hablar con su jefe, y comienza a tener un extraño pensamiento, haciendo que se sobe su corazón.
-¿Qué pasa, sobrina? ¿Te sientes bien? – le pregunta su tía, la
cual está limpiando algunas cosas. -Sí, Selena, es solo que tengo un raro presentimiento. Bueno, ya olvidemos este momento – responde Michelle. -Cuéntanos, nomas, estamos para escucharte – habla Helena, mientras se sienta en el mueble con Selena. -Sí, Michelle, cuéntanos – dice Selena. -Bueno, no sé cómo explicarlo; pero siento que algo malo me va a pasar, en los días por venir – dice Michelle, mientras se sienta con ellas. -A decir verdad, Jacsell sintió lo mismo que tú, antes de que se muriera, incluso dijo las mismas palabras que tu estas diciendo. -¿En serio, mama? ¿A Papa le ocurrió lo mismo que yo? Entonces ¿Puede ser que me muera, muy pronto? -No te asustes, estoy segura que no te pasara nada malo, porque hay una diferencia entre tú y tu padre. -¿Cuál es esa diferencia, mama? -Tú crees en DIOS, el no creía, por eso es que DIOS no permitirá que mueras tan joven. Además, eres una muy buena chica. -Ahora que estamos hablando de cosas raras ¿Qué les parece si hablamos de cosas inexplicables que nos ha pasado, últimamente? – les pregunta Selena a ambas. -¡Buena idea, Selena! – dicen madre e hija al unísono. Las brasileñas comienzan a hablar de anécdotas insólitas, raras, y hasta paranormales. Pasan horas y horas, hablando de sus experiencias en esos extraños eventos. Comen Snack’s y hasta beben muchas sodas, mientras hablan. Michelle ve que ya son las 12 de la noche, y se sorprende que “hayan pasado las horas”, tan rápido. Mama y tía bostezan, como señal de que tienen sueño.
-Bueno, hija, Selena y yo nos vamos a dormir. Así que, hazme
un favor, y lava los platos y los vasos – dice Helena, mientras camina hacia las escaleras. -¡Ok, así lo hare, mama! Ahora si duerman, que están muy cansadas. “De paso”, veré “algo de televisión” – dice Michelle, mientras coge los platos y los vasos para lavarlos. -No veas hasta muy tarde, ya que mañana te toca trabajar, sobrina – le dice Selena, mientras sube las escaleras. -¡No lo hare! Ahora si váyanse a dormir, y espero que sueñen algo lindo. -Lo mismo te deseo para ti, hija – dice Helena.
Michelle empieza a limpiar, mientras su tía y su mama se van
a sus respectivos cuartos. La guapa chica acomoda cada cosa en su lugar. Lava los platos y los vasos, y después de arreglar el desorden, decide tomarse un baño. Termina de bañarse, y se pone su pijama; luego se le ocurre la idea de ver algo en la televisión, antes de dormirse. Ve en el reloj de la sala, que son las 12.30 am. Prende el aparato, elige un canal de noticias; y ve que un meteorólogo va a dar su pronóstico, sobre el clima de algunas ciudades de Brasil. La brasileña está muy “atenta” a lo que dirá el hombre, el cual comienza a hablar: -Buenas noches, querido público televidente, les habla su humilde colaborador Enrique Álvarez; para informarles que habrá un clima lluvioso con relámpagos, como la semana pasada. Por lo que han visto estos días, nuestro país está experimentando los peores climas, y temperaturas de los últimos 90 años. Los aeropuertos están siendo cerrados, obviamente por lo mencionado antes. De esta manera, las autoridades evitaran que pasen terribles, y futuras tragedias aéreas. Me informan mi equipo de corresponsales, que las autoridades acaban de cerrar las estaciones de buses, por el mal estado que están las carreteras. Esto ha causado molestias en muchas personas, debido a la necesidad y diferentes motivos, que tienen ellos por viajar. Personalmente hablando, estas medidas y decisiones que han tomado las autoridades; son muy correctas en estos momentos, ya que buscan nuestra seguridad. Espero que ustedes, amado público en general; puedan esperar con juicio, a que acaben estos desastres naturales pasajeros. Me despido, no sin antes, desearles muchas bendiciones a ustedes señores televidentes. Esto ha sido todo por hoy, espero volverlos a ver mañana, se despide su humilde colaborador Enrique Álvarez.
Michelle se queda atónita, por la noticia que acaba de ver.
Tiene dudas y miedos acerca del vuelo, en el que va a trabajar. Se pregunta a sí misma, cómo es que los dueños de la aerolínea, no le han dicho nada al respecto. Ella analiza y asume, que tal vez ellos no están informados, acerca del clima en Brasil. El vuelo podría volverse una tragedia, si es que no se toman las medidas correctas. Luego se pone a pensar, que tal vez para cuando hayan llegado a Brasil, el clima este mejor. Ella trata de ser positiva, pero la noticia logra quitarle el sueño, por unas horas. La brasileña se postra en el suelo, y ora a DIOS antes de dormir, esperando que “no pase nada malo” en su vuelo. Capitulo 13
Unas horas después, a las 6.30 AM, en San Sebastián- España.
Iker se levanta muy temprano, y empaca algunas cosas que
va a llevar, en el vuelo que tiene. Ha sido escogido para ser uno de los guardias de seguridad, del viaje a Brasil; para los ganadores del concurso de televisión, acerca de animales. Se dispone a bañarse, no sin antes saludar a su hermano mayor, el cual es neumólogo. Se da cuenta que su hermano no ha venido a casa, tal vez sea porque haya tenido doble o triple turno, en el hospital en el que trabaja. Decide salir a correr, y cuando está fuera de su departamento, ve que su vecino ha entrado a su departamento. Lo observa, y se pone a pensar que su rostro lo ha visto en algún lado. -¿Por qué miras al vecino? ¿Tan bien te parece una persona extraña? – le pregunta su hermano, quien luce muy cansado, después de trabajar toda la noche en el hospital. -Sí, un poco, y ¿Cómo te fue en el hospital? – pegunta Iker, luego de darle un abrazo, y un beso a su hermano. -¡Ahí todo bien! Opere los pulmones de unos trillizos, y espero que se recuperen pronto. -¡Estarán bien! Fueron operados por ti, después de todo. -Jajaja, vas a salir a correr, por lo que veo. -¡Si pues, Serdán! Ya vuelvo, tú mientras tanto descansa, que luces muy cansado. -¡Ok, así lo hare! Vuelve pronto, que debes ir a trabajar, y no debes llegar tarde.
Serdán entra al departamento, mientras tanto Iker sale del
edificio, para irse a correr.
En otro departamento de ese mismo edificio, en esos
mismos instantes.
Nigel se quita casi toda la ropa, y se dispone a bañarse;
cuando de repente, escucha el sonido de su celular. Ve que es su mejor amigo, quien lo llama, y le contesta inmediatamente.
-¿Ya tienes todo listo, Gascoigne? –pregunta Nigel, quien
está con unos “boxers”; caminando con dirección al baño, con una toalla en uno de sus hombros. -¿Qué pasa contigo? No me dices ni un “Hola” o “¿Cómo estás?” – pregunta Gascoigne, quien está comiéndose un hot-dog con un batido, en un restaurante de la ciudad. -¡Tienes razón, discúlpame! ¿Cómo te va? Aunque no sé por qué te pregunto, si antes de ayer, nos hemos visto. -Jajaja, la reciprocidad siempre debe existir, aun en los delincuentes. El hecho que no seamos “bien vistos” por la ciudad, no quiere decir que no seamos empáticos, ente nosotros mismos. Por cierto, me va bien, como respondiendo a tu pregunta ¿Y a ti como te va? -Esperando tu plan para irme de este país, y hacer una nueva vida en Brasil. -Jajaja. Bueno escucha con atención, porque solo lo diré una vez; tal vez ahora mismo, la policía este rastreándonos con sus “modernos dispositivos”. -Ok. Dímelo rápido, que lo procesare “en un santiamén”, en mi cerebro. -Jajaja. Debes ir a la plaza de la ciudad a las 2.30 pm, así que empaca poco; ponte unas gafas oscuras, un bigote falso, y una gorra. Lleva tu “colt”, y escóndelo bien; deshazte de tu celular, como yo me desharé del mío, y eso si nada de llamadas ¿Ok? -¡Ok, Así lo hare! Asumo que “te disfrazaras”, como un guardia del avión. -Asumes bien. Seré un “guardia del avión”, pero no entrare al bus, ya que sería muy arriesgado. Antes de llegar a la plaza, hay un restaurante; en el cual estará esperándote un amigo mío, con tu identificación falsa, y tú boleto falso. “Yo te revisare”, “Se obediente”, y no hagas nada que haga sospechar a los guardias ¿Ok? -¡Ok, así lo hare! Los delincuentes terminan de hablar por teléfono, y acto seguido, Nigel entra a la ducha a bañarse.
Iker llega su departamento, después de 3 horas de intenso
ejercicio. Ve que su hermano está dormido, y sonríe. Se dispone a bañarse, y cuando termina de hacerlo, se dispone a hacer el almuerzo para él y su hermano. Abre su refrigeradora, y saca los ingredientes. Ha decidido preparar rabioles. Se pone a pensar en el rostro de su vecino, mientras corta algunos ingredientes. Luego se da cuenta, que se ha “cortado un dedo”.
-Toma mi polo, para que pare la hemorragia – dice Serdán,
quien se ha levantado, y ha visto que su hermano está sangrando mucho. -Gracias, hermano – dice Iker. -¿En que estabas pensando? ¿En una chica? -No, la verdad es que pensé en el rostro del vecino. Lo he visto en algún lado. -Son ideas tuyas, mejor te ayudo a cocinar ¡Olvídalo ya! Si no te vas a quedar sin mano, pensando en sus ojos celestes. -Jajaja, parece que tú también lo “has contemplado”.
Los hermanos disfrutan del momento, y cuando terminan de
preparar el almuerzo, Iker prende el televisor. Ve que su “querida Real sociedad” esta cuarta en la liga, por haberle ganado a un equipo grande de España. Ambos hermanos terminan de almorzar, y Serdán le da un beso y un abrazo a Iker, como despedida. Ambos lagrimean, se miran a los ojos, y luego Iker se marcha. Serdán ve como su hermano se aleja, y presiente en su corazón, que ya no lo volverá a ver nunca más.
En esos mismos instantes, en un restaurante cerca de la
plaza de la ciudad.
-¿Eres tú, Nigel? – le pregunta un hombre de baja estatura,
que lleva puesto una pequeña gabardina, y unos jeans sueltos, con unas zapatillas tenis. -Sí, soy yo, y tú debes ser amigo de Gascoigne – responde Nigel. -No tenemos tiempo para “hacer vida social”, así que toma tu identificación falsa, y tu boleto falso; y sigue al pie de la letra, los pasos para que llegues a Brasil. -Así lo hare, y a propósito, gracias por la ayuda. -No hay de que agradecer, y ahora si vete, y suerte en tu nueva vida.
Nigel abraza al hombre, quien se sorprende por el abrazo, y
luego Nigel se va para donde están los buses. Cuando llega, ve que hay más gente, de lo que pueden caber sentados. Los guardias dejan subir primero a “los preferenciales” como: inválidos, lisiados, mujeres embarazadas, y personas mayores de 60 años, para que se sienten. Después de 50 minutos de esperar, que todos los futuros pasajeros del avión han venido, Nigel se comienza a poner impaciente. En esos mismos instantes, Iker llega a los buses. El español tuvo que caminar la mitad del camino, por el gran tráfico que hubo de camino a la plaza. Nigel e Iker se miran a los ojos fijamente. El americano ve la miel en sus ojos de Iker, y el español ve el celeste en los ojos de Nigel. Gascoigne, quien “esta disfrazado” de guardia, ve la escena; y acelera el plan, al tocar a Nigel para revisarlo.
-Señor, debo revisarlo, así que quédese quieto – dice
Gascoigne, quien “le guiña el ojo”; y lo comienza a revisar, y a susurrarle algo en el oído. -¿Por qué tardaste tanto para revisarme? – pregunta Nigel. -Debía revisar a los “preferenciales” primero, para que no sospechen, Idiota. -No te amargues, discúlpame. -Ahora, si entra al bus, y cuídate de ese joven guardia que te miro; porque parece que sabe algo, y eso sería peligroso para ti. -Así lo hare, y a propósito gracias por todo. Realmente te extrañare. -¡Yo, también! Ahora si entra, y deja que el “SEÑOR cambie tu vida”.
Gascoigne se aleja de los buses, y Nigel entra a su
correspondiente bus. Iker, quien está en otro de los buses, comienza a acordarse de una noticia; que fue acerca de un robo, en un gran banco de San Sebastián. Ve que las autoridades sospechaban de un prófugo americano, con las mismas características físicas de su vecino. El nombre del psicópata es Nigel Sloan, de 38 años. Las dudas y las inquietudes pasan por su cabeza. No sabe si alertar a la policía, aunque le viene una idea a la mente. Avisara a la policía, cuando en el aeropuerto; la máquina de rayos x de equipaje muestre un arma, en el equipaje de su vecino. Cuando Nigel llega al aeropuerto, y ve que su maleta será revisada por la máquina de rayos x de equipajes, se asusta mucho. Cierra sus ojos, e implora a DIOS para que no lo descubran; y además le promete a DIOS, que nunca más matara a nadie. En esos momentos, “se va la luz” en el aeropuerto; haciendo que los guardias no encuentren nada raro, en el equipaje de Nigel. El americano está cerca de entrar al avión, cuando oye unos policías interrogando a una persona; el quien afirma que fue asaltado, y que los ladrones se llevaron su identidad, y el boleto que se ganó para ir a Brasil. Nigel asume que esa es la víctima, que Gascoigne asalto. Aprovecha que no hay luz, y que los policías están distraídos, para sacar su colt de su maleta; y luego arroja su maleta, en uno de los tachos de basura. Luego, golpea a uno de los empleados, que se encarga de los equipajes del avión. Piensa que ya no tiene salida, hasta que ve una gran caja que contiene plátanos. Decide meterse ahí, y viajar como “polizonte”. Hace unos huecos, con un clavo que encontró; para así poder respirar, mientras viaja. Se recuesta para dormir, no sin antes agradecer a DIOS; por “salvarlo de la prisión”, una vez más.