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P SICOLO GÍA

La envidia
¿Quién no ha envidiado alguna vez al jefe, a la hermana o al amigo?
Sentirse envidioso es normal; incluso puede favorecer la propia motivación.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando este sentimiento se desborda?

JAN CRUSIUS Y THOM A S MUSSWEILER

T
oda persona conoce la sensación go, también presenta un lado oscuro: los impul-
EN SÍNTESIS
punzante que asalta cuando alguien sos envidiosos pueden provocar que se hostigue
Alarma emocional posee alguna propiedad que le gus- a los congéneres o que se profese una conducta

1 La envidia constituye taría para sí: sea el cariño que el pa- asocial. Con todo, a veces sirve de estímulo para
una emoción natural. dre profesa por la hermana peque- superarse.
Nos avisa cuando estamos ña, el bagaje intelectual de un amigo, la nueva Los psicólogos de la evolución Sarah Hill, de la
en desventaja con respecto bicicleta eléctrica del vecino o las vacaciones que Universidad Cristiana de Texas en Fort Worth, y
a los demás. disfrutarán en breve el jefe y su esposa. Incluso David Buss, de la Universidad de Texas en Austin,
puede experimentarse envidia en el restaurante, se han interesado por la envidia; en concreto, por
2 Aunque puede inducir
pensamientos malicio-
sos y destructivos, también
pues el comensal de la mesa contigua ha escogido
un entrante con un aspecto más suculento que el
la ventaja adaptativa que supone este sentimiento
a lo largo de la historia humana. Según sus conclu-
estimula el esfuerzo. que hemos seleccionado nosotros. siones, el hecho de compararse con otros homíni-
A diario se presentan múltiples ocasiones para dos proporcionaba una información valiosa sobre

3 La intensidad con la que


se manifiesta la envi-
dia depende de cuán bien
comparar las propias pertenencias, experiencias
y cualidades con las de otros semejantes. Y esta
el modo de protegerse durante la competición por
los escasos recursos. Ello permitía que los sujetos
se mantenga bajo control. comparación resulta dolorosa si se sale perdiendo. detectasen con especial sensibilidad las cualida-
El agotamiento mental, el Aunque nos cueste admitirlo, la emoción que expe- des potenciales de los concurrentes.
estrés agudo y el alcohol rimentamos en esos momentos es la envidia. La psicología social, por su parte, ha demos-
pueden acentuar los senti- ¿Por qué pueden importarnos tanto las cualida- trado que la comparación con otros individuos
mientos envidiosos.
des triviales de otros individuos? ¿De qué manera constituye una pieza omnipresente en el pen-
influye la envidia en el pensamiento y la conduc- samiento y la experiencia humana. Constan-
ta? ¿Cuándo se manifiesta este sentimiento con temente nos medimos de forma espontánea e
mayor intensidad? Según recientes estudios, esta involuntaria con nuestros prójimos. De manera
emoción nos permite percibir la propia inferiori- parecida a otras emociones, la envidia aparece
dad con el objetivo de contrarrestarla. Sin embar- de forma automática y puede revertir sobre el

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CORBIS / ROY MCMAHOM
EFECTO NATURAL
propio comportamiento, incluso contra la propia El ensayo reveló que los participantes «envi-
Cuando otros poseen lo que
voluntad. diosos» invertían voluntariamente más tiempo a nosotros nos gustaría tener,
Las sensaciones desagradables que acompañan en leer las entrevistas. También recordaban mejor no cabe esperar otra emoción
con frecuencia al susodicho sentimiento, a saber, los detalles referentes a los entrevistados, según más que la envidia.
la frustración y la percepción de inferioridad, re- se constató mediante una prueba de memoria
presentan, afirman Hill y Buss, una señal de avi- posterior. Al parecer, la envidia agudizaba la aten-
so para uno mismo. Así, constituyen una alarma ción de los sujetos sobre el entorno social. O, como
emocional que guía la atención hacia esa situación concluyeron los investigadores, incrementaba el
de desventaja frente a los demás, lo cual nos dis- interés por los potenciales competidores.
pone mentalmente para compensar las carencias. La envidia nos motiva a disminuir la ventaja de
los demás, apuntan los psicólogos evolutivos. En
Recurso para la memoria otras palabras, contribuye a que restemos impor-
En 2011, Hill y sus colaboradores investigaron el tancia al éxito de la otra persona; incluso que nos
modo exacto en el que esto ocurre. Pidieron a los desquitemos de ella. De hecho, existen numerosas
estudiantes que recordaran situaciones en las que pruebas del lado destructivo de la envidia. Incluso
habían sentido envidia de amigos o conocidos. a veces estamos dispuestos a renunciar a algunas
Solo con pensarlo, la enojosa sensación debía ventajas solo con el propósito de evitar que los
emerger de nuevo en los probandos. A continua- demás sean mejores que nosotros.
ción se les entregaron de lectura unas entrevis- Por esta razón, muchos investigadores consi-
tas ficticias con alumnos de su misma edad que deraron la envidia como una emoción caracteri-
respondían sobre sus metas universitarias, entre zada por la hostilidad hacia las personas mejor
otros temas. El grupo de control leyó las mismas posicionadas. Esta visión queda desfasada, tal y
preguntas y respuestas, con la diferencia de que como demostraron Niels van de Ven y sus colabo-
previamente no habían experimentado senti- radores de la Universidad de Tilburg. Solicitaron
mientos de envidia. a personas de diversos países que describieran

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situaciones en las que hubieran experimentado alguna con la actividad anterior. Tal y como se
envidia. esperaba, los probandos que se habían figurado
La frustración y los sentimientos de inferiori- la experiencia de envidia sana se esforzaban más
dad aparecían como una constante en todas las que los sujetos envidiosos. Incluso puntuaron
experiencias personales. Sin embargo, las descrip- mejor que los candidatos que admiraban a sus
ciones subjetivas presentaban algunas diferen- compañeros. En breve, la sensación de envidia,
cias. Los investigadores observaron dos tipos de en su variante positiva, facilitaba un mayor ren-
envidia. Por un lado, la «maliciosa», que se acom- dimiento.
pañaba de celos y propósitos destructivos (mu- Con frecuencia sentimos más envidia de la que
chos de los encuestados deseaban que la persona en realidad reconocemos; sin embargo, no reac-
envidiada fracasase en cualquier otro aspecto); cionamos a cada comparación desfavorable con
por otro, la «sana». Pese a que los sentimientos ne- sentimientos envidiosos. ¿Por qué? Según nues-
gativos también emergían en esta, la hostilidad no tras investigaciones en la Universidad de Colonia,
desempeñaba un gran papel, pues predominaba la a menudo experimentamos impulsos de envidia
simpatía y la admiración hacia la persona mejor que somos capaces de controlar.
posicionada. Además, estos sujetos albergaban el
deseo de aventajar a los concurrentes a través del
Cuestión de autocontrol
propio esfuerzo. Según numerosas teorías psicológicas, la interac-
En 2011, el equipo de Van de Ven demostró que ción de impulsos y las consideraciones racionales
la envidia sana estimula el rendimiento. Para ello guían el comportamiento humano. Cuando am-
¡YO TAMBIÉN QUIERO! confrontaron a un grupo de estudiantes con la bas partes entran en conflicto, es decisivo si se
Los niños deben aprender descripción de un universitario exitoso. Los suje- impone la razón sobre el sistema impulsivo, más
a controlar los impulsos de tos debían imaginar que ese perfil académico les antiguo desde el punto de la evolución. A menudo
envidia. Solo de esa manera producía un sentimiento de envidia sana o mali- mantenemos a raya las emociones interiores a
es posible una convivencia ciosa o bien admiración. Luego tuvieron que llevar través del autocontrol.
sostenible sin el continuo
a cabo un ejercicio mental sin, al parecer, relación Este fenómeno queda especialmente patente en
toma y daca.
el caso de la envidia. Dicha emoción resulta inde-
seable en el ámbito social; además, conlleva una
experiencia desagradable y dolorosa. Por estos
motivos, las personas ponemos todo el empeño
en disimularla. Es más, nos esforzamos por repri-
mir o modificar los pensamientos y sentimientos
relacionados con ella.
Podemos controlar las reacciones emocionales
de diversas maneras. Concentrándonos en otros
aspectos de la situación, lo cual modifica la inter-
pretación subjetiva a partir del pensamiento diri-
gido, o también se pueden evitar las condiciones
que nos despiertan esa envidia. La investigación
ha ahondado en este aspecto. Se sabe que la fuerza
de voluntad en los humanos se fatiga con relativa
rapidez. Si en una fiesta queremos disimular el
mal humor que nos ha acompañado a lo largo
del día, ese empeño agota una buena parte de
nuestros recursos. Ya no nos resulta tan sencillo
resistirnos a la caja de bombones que exhibe la
mesa del anfitrión.
DREAMSTIME / KJARAGINGER

Otra característica necesaria es tener la mente


despejada y en plena forma. Cualquier fenóme-
no que nos limite mentalmente (problemas que
resolver, la presión del tiempo o el estrés) entor-

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Entre el bien y el mal
Tradicionalmente, la envidia ha ocupado una posición compleja en el ámbito de la filosofía y la re-
ligión. En la Biblia se critica de forma reiterada y con dureza esta emoción (como en la parábola
de Caín, quien golpeó hasta la muerte a su hermano Abel porque Dios prefería a este último). En
la teología católica, la envidia se considera uno de los principales pecados.
Sin embargo, según el sociólogo Helmut Schoeck (1922-1993), defenderse de ese «sapo venenoso»
(como denominó el filósofo Arthur Schopenhauer a la envidia) cumple una función útil para la con-
vivencia. La ética de compartir y la generosidad se habrían desarrollado con el fin de minimizar los
celos recíprocos.
En las discusiones políticas y económicas se desprecian hasta la saciedad el deseo de la repartición
equitativa y la compensación social mediante conceptos como «envidia social» o «debate sobre la
envidia». La investigación psicológica demuestra, por el contrario, que la envidia es una reacción
natural que cumple una función positiva en nuestro día a día: puede motivarnos para llevar a cabo
nuestros propios esfuerzos.

pece el autocontrol efectivo. Asimismo, un nivel un segundo probando que obtenía un bombón.
de azúcar en sangre bajo o una cerveza de más De todos modos explicamos a los participantes
disminuye la capacidad de controlarse. que otros sujetos habían tenido la suerte de degus-
En 2012 investigamos si sucede lo mismo en tar un confite de chocolate refinado. El alcohol no
relación con el control de los impulsos de envidia. disparó la envidia en ellos. Al parecer debían tener
Organizamos una degustación «ficticia» con mo- a la otra persona delante para sentirse envidiosos.
tivo del desfile de carnaval en Colonia. Invitamos La susodicha emoción despierta la codicia por
a los transeúntes a que saborearan unos dulces; la cualidad o el objeto del que se carece. Si el ve-
nuestros probandos también cataban un producto cino estrena un estupendo automóvil deportivo,
en el mismo momento. Antes de ello decidimos si comenzamos a considerar la posibilidad de com-
íbamos a ofrecer un simple caramelo o un bom- prarnos uno, aunque antes nunca lo hubiésemos
bón de chocolate en cada caso. Manipulamos el pensado. Convidamos al laboratorio a un grupo de
sorteo, de manera que los paseantes tuvieran que adultos para una supuesta cata. Durante la degus-
contentarse siempre con el caramelo; en cambio, tación alteramos la capacidad de autocontrol de
los participantes «reales» recibían cada vez un algunos probandos mediante un ejercicio memo-
delicioso bombón. rístico complicado. A continuación, les ofrecimos
La elección poco usual del entorno de expe- para catar bien una galleta de mantequilla o bien
rimentación fue deliberada. Durante el desfile un cremoso helado de gusto exquisito. De nue-
de las carrozas del carnaval, la mayoría de los vo observamos que los participantes con menor
asistentes se encuentran más o menos ebrios. Se capacidad para autocontrolarse se manifestaban Animales envidiosos
trataba, pues, de un escenario ideal para la investi- más envidiosos. Cuanto mayor era el sentimien- La envidia tampoco parece
gación, si tenemos en cuenta que nuestro objetivo to de envidia, más fuerte resultaba su deseo de una desconocida en el reino
animal. Frans de Waal, de la
radicaba en comprobar si el alcohol influía en el poseer el producto que degustaba el otro sujeto.
Universidad Emory en Atlanta,
autocontrol y, con ello, en el sentimiento de en- Incluso afirmaban que pagarían más dinero por describió que los monos capu-
vidia. Efectivamente, los paseantes con las tasas obtener el delicioso postre. chinos se niegan a colaborar
de alcoholemia más altas afirmaron sentir celos En un ensayo posterior confirmamos que los en un juego si, a cambio, solo
obtienen como premio un pe-
del catador de bombones. probandos «envidiosos» compraban el alimento dazo de pepino en compara-
más tentador si se les ofrecía esa posibilidad. El ción de sus compañeros, que
La envidia despierta la avidez hecho de que otra persona obtuviese un dulce reciben unas uvas dulces.
En una prueba control, dejamos de nuevo que los más sabroso que ellos les llevaba a sacar el mone- («Inequity responses of monkeys
transeúntes probasen unos dulces. También esta dero con rapidez. Por el contrario, si no hubieran modified by effort». M. van
­Wolkenten et al. en Proceedings of
vez recibían, según un supuesto sorteo, un cara- sentido el impulso de envidia, ni se les habría pa- the National Academy of Sciences,
melo. Sin embargo, no se incluyó la presencia de sado por la cabeza comprar el producto. vol. 104, págs. 18.854-18.859, 2007)

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Intensa Intensa
Posición de otro respecto
al sujeto
Ventaja

Reacción de envidia

Reacción de envidia

GEHIRN UND GEIST, SEGÚN: JAN CRUSIUS Y THOMAS MUSSWEILER


Igualdad
Otro obtiene Desventaja
dulces

MENOR CONTROL
Las personas manifiestan
un sentimiento de envidia Sin comparación
más pronunciado cuanto directa con otros
sujetos
más alta es su tasa de alco- Débil Débil
holemia (izquierda). La fatiga 0 0,25 0,5 0,75 1,0 1,25 Sin tarea Con tarea
Tasa de alcoholemia cognitiva cognitiva
mental ejerce un efecto
similar (derecha).

Llegados a este punto, nos interesó averiguar si lado al individuo que había probado el «codicia-
el intenso deseo por poseer el objeto envidiado se do» refresco. Si se encontraban a solas, el deseo no
debía a un impulso que se pudiese controlar de aumentaba. Con todo, observamos un fenómeno
forma voluntaria. Llevamos a cabo una nueva de- desconcertante.
gustación, pero con otros productos alimentarios: Según constatamos, los participantes que no
un batido de frutas y un zumo de chucrut. A los habían pasado por una prueba de gran esfuerzo
Para controlar
probandos se les ofreció el jugo vegetal mientras cognitivo, por lo que eran más capaces de contro-
las emociones que otros «supuestos» participantes recibían el lar su estado emocional, manifestaron un com-
negativas, dulce refresco. portamiento peculiar: si el sujeto con mejor suerte
A continuación mostramos a los participantes se sentaba junto a ellos, disminuía su codicia im-
se tiende a
imágenes del zumo de chucrut y del batido. Las pulsiva por el batido. Es probable que se tratase
despreciar fotografías podían aparecer en la mitad superior del denominado efecto de las uvas amargas: con el
el objeto o inferior de un monitor. La tarea consistía en fin de dominar mejor sus emociones negativas, los
responder con rapidez si las imágenes se halla- participantes despreciaban el objeto envidiado.
envidiado
ban arriba o abajo, con independencia de su con- De modo similar al zorro de la fábula de Esopo,
tenido. Según dónde aparecía la imagen, tenían que critica las uvas que cuelgan demasiado alto.
que mover la palanca de mando hacia sí o en la En definitiva, la envidia puede originar diversas
Para saber más dirección contraria. consecuencias. Cuando no la tenemos bajo con-
La velocidad con la que respondían los sujetos trol, solemos ansiar las cualidades de otros pese
Leveling up and down: The
experience of benign and nos reveló el impulso de deseo que les provocaba a que, normalmente, prescindiríamos de ellas.
malicious envy. N. van de Ven la bebida. Según diversos estudios anteriores, esta Las investigaciones futuras deberán revelar el
et al. en Emotion, vol. 3,
págs. 419-429, 2009. impulsividad influye automáticamente en nues- modo en que podemos evitar dicho sentimiento,
The cognitive consequences tra conducta (el movimiento del mando, en este y , quizá más importante, averiguar cómo puede
of envy: Attention, memory, caso). De este modo, si en la pantalla aparecía un transformarse la envidia maliciosa en su forma
and self regulatory depletion.
S. E. Hill et al. en Journal of objeto que el probando anhelaba (el batido de fru- más constructiva.
Personality and Social Psycho­ tas), debía mover con mayor facilidad la palanca
logy, vol. 101, págs. 653-666,
2011.
en su dirección que hacia el vacío.
When people want what oth-
ers have: The impulsive side
El efecto de las uvas amargas
of envious desire. J. Crusius
De acuerdo con nuestras expectativas, los proban-
y T. Mussweiler en Emotion,
vol. 12, págs. 142-153, 2012. dos desplazaban el mando con rapidez si el batido
Appraisal patterns of envy aparecía en la mitad de la pantalla. Percibimos
and related emotions.
dicha conducta sobre todo entre los sujetos a los
N. van de Ven, M. Zeelengerg
y R. Pieters en Motivation que habíamos reducido la capacidad de autocon- Jan Crusius es doctor en psicología social y colaborador
and Emotion, vol. 36, n.0 2, científico de la Universidad de Colonia. Thomas Musswei-
trol mediante ejercicios cognitivos previos. No ler es profesor de psicología social en la Universidad de
págs. 195-204, 2012.
obstante, ello solo sucedía si tenían sentado al Colonia.

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