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Doctor Varo E15 Trasplante Hepático 1

TRASPLANTE HEPATICO
1. INTRODUCCIÓN
El trasplante hepático se ha convertido en las últimas décadas en el tratamiento de elección para las
enfermedades hepáticas en estadio terminal. La supervivencia de los pacientes trasplantados ha
experimentado una gran mejora desde sus inicios gracias a los avances técnicos, médicos y farmacológicos.
En esta clase abordaremos el trasplante hepático desde un punto de vista clínico-quirúrgico.

2. HISTORIA
Los pioneros en este trasplante son Alexis Carrel, cirujano que ideó la sutura vascular, y Peter Medawar,
inmunólogo que sentó las bases en este campo para cualquier tipo de trasplante.

Thomas Starzl, fallecido en 2017, es probablemente la figura más destacable ya que está considerado como
el padre del trasplante hepático. Starzl ha dejado una enorme escuela, quizás la mayor en la historia de la
cirugía. Está vinculado a todos los grandes hitos del trasplante de hígado:

 Realizó el primer trasplante hepático en humanos: el receptor era un niño con atresia de vías
biliares. Debido a los pobres conocimientos del momento no fue viable y murió en quirófano.
 En 1967 realizó el primer trasplante con éxito, que vivió.
 Roy Y. Calne introdujo la ciclosporina en la clínica, pero Starzl introdujo el Tacrolimus (FK-506) en
todo el mundo, el inmunosupresor más utilizado debido a su gran utilidad.

3. EVOLUCIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN ESPAÑA


El trasplante hepático, después del renal, es el
que más se realiza en el Estado español y en el
mundo. Este último es un trasplante de órgano
vital, no existe una solución que no sea
trasplante para una persona con un fallo
hepático terminal, a diferencia del riñón que
tiene la diálisis.

En 2017 en España se realizaron más de 1200


trasplantes convirtiéndose en el estado que
más trasplantes de hígado realiza (más del 7%
de todos los trasplantes mundiales) a pesar de
suponer solo el 0,7% de la población. Por tanto, cuando uno tiene una enfermedad hepática, lo mejor que le
puede pasar es ser español, puesto que aquí tiene más posibilidades de trasplante que en cualquier otro
lugar del mundo. Los donantes en España son casi 40 por millón de población en comparación con cifras de
menos de la mitad en la UE o también EEUU. Debido a esto, España duplica la tasa de trasplantes con
respecto al resto de Europa y es 5 puntos superior a EEUU, hablamos de unos 25 trasplantes por millón de
población. En España hay casi 2400 personas que necesitan un trasplante y conseguimos realizar 1100,
quedándose la mitad en lista de espera para el año siguiente.

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Esto convierte a España en el estado con mayor trasplante y menor lista de espera. (Trasplantamos un 45%
de los enfermos que necesitan un hígado nuevo). La mortalidad en lista de espera de un hígado es del 10 %
(en EEUU es de un 30 % y en la UE del 35%).

4. INDICACIONES
Indicaciones comunes en el adulto
- Cirrosis alcohólica - Hepatitis autoinmune
- Hepatitis B y C - Esteatosis hepática no alcohólica
- Cirrosis biliar primaria - Cirrosis criptogénica
- Colangitis esclerosante - Fallo hepático agudo (Paracetamol, virus…)
- Carcinoma hepatocelular (25%)
Indicaciones inusuales en el adulto
- Enfermedad de Wilson - Enfermedad poliquística
- Hemocromatosis - Enfermedad metabólica (Hiperoxaluria
- Déficit de α1-antitripsina primaria: en este caso suelen necesitar un
- Síndrome de Budd-Chiari trasplante hepatorrenal)
- Fibrosis quística
Indicaciones comunes en el niño
- Atresia de la vía biliar (>50%). En estos - Enfermedad de Wilson
casos se suele realizar una intervención - Crigler-Najjar tipo 1
de Kasai, en la que se une un asa yeyunal
a la placa hiliar hepática
(portoenterostomía) para que gane peso
y se pueda realizar después el trasplante
hepático.
- Desórdenes metabólicos

La principal indicación de trasplante hepático en adultos en España es la cirrosis etílica seguida de la cirrosis
por hepatitis B y C. La cirrosis por VHC está bajando de manera drástica por la introducción de los antivirales
de acción directa.

El alcohol es la causa más frecuente de cirrosis y la indicación más habitual de TH en España. Se requiere un
período mínimo de seis meses de abstinencia y contar con un buen apoyo familiar y un perfil psiquiátrico
adecuado para evitar las recidivas en el consumo abusivo de alcohol. Los resultados postrasplante en este
grupo de pacientes son excelentes, con una supervivencia a los cinco años superior al 70%.

Si bien las cirrosis (alcohólicas o biliares) son las causas más frecuentes en el adulto, en los niños vamos a
referirnos a malformaciones y desórdenes metabólicos, siendo la indicación más frecuente las atresias de
vías biliares.

 El fallo hepático fulminante es un cuadro muy importante que consiste en la instauración de


encefalopatía, ictericia y coagulopatía en un período inferior a tres meses. Pueden fallecer en pocos
días e incluso en pocas horas, según la gravedad de la afectación.
No es infrecuente que aparezca este cuadro en personas jóvenes tras intentos de suicidio por
ingesta masiva de paracetamol (>10gramos).
En gente joven también puede deberse a causas autoinmunes, sobre todo en mujeres.

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 También es muy importante la hepatitis aguda causada por el VHB, y tras ella la producida por
fármacos o tóxicos. Destaca la ingesta de paracetamol en intentos suicidas, supone una alta tasa de
TH por hepatitis fulminante; en los casos con indicación de TH el 90% fallecen a los pocos días si no
se intervienen. Se ve con más frecuencia en el Reino Unido.

CRITERIOS DE TRASPLANTE HEPÁTICO DEL KING´S COLLEGE HOSPITAL EN EL FALLO HEPÁTICO


FULMINANTE
FHF por intoxicación por paracetamol FHF secundario a otras causas

 pH<7.3  Tiempo de protrombina >100 segundos con


 O bien la concurrencia de los tres criterios encefalopatía.
siguientes:  Tres de los siguientes criterios (Londres y
o Encefalopatía III-IV París):
o Creatinina >3.4 mg/dl o Edad >40 años.
o Tiempo de protrombina >100 segundos o Hepatitis no A/no B
o Etiología indeterminada, drogas o
enfermedad de Wilson.
o Intervalo de ictericia superior a siete días
previa a la encefalopatía.
o Tiempo de protrombina >50segundos.
o Bilirrubina sérica >300 µmol/L

Estos criterios son orientativos y se establecieron en diversos estudios que concluían que los pacientes que
los cumplían fallecían en el 80% de los casos, por lo que se consideraron fundamentales para trasplantar en
casos de fallo hepático fulminante.

Muchos de nuestros pacientes no los cumplen o son muy borderline y en esos casos es necesaria la
evaluación individual para determinar si van a evolucionar mal. En ocasiones es la propia experiencia la que
nos va a orientar (si no reúnen todos los criterios pero están entrando en fallo renal, que seguramente
propicie el fallo multiorgánico, mejor hacerlo y evitar que la vida del afectado pueda correr peligro). Hay
ensayos clínicos con el uso de hígado bioartificial con intención de conseguir que el nativo se recupere sin
necesidad de trasplantar.

5. ASIGNACIÓN DE ÓRGANOS
Aproximadamente el 50% de los enfermos no se trasplantan el año que entran en lista de espera, aunque
seamos el país que dispone de más órganos para trasplante. Las opciones para la asignación de órganos son:
el tiempo en lista de espera, el mejor pronóstico (castigas al enfermo que está peor) y el riesgo de muerte en
espera.

La última opción es la más utilizada, intentar trasplantar en primer lugar al enfermo más grave. La gravedad
se determina en función de una serie de parámetros. Si dos pacientes tienen unos parámetros similares
empleamos diversas fórmulas: hasta la llegada del MELD en 2002, el Child-Pugh ha sido utilizado en la

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mayoría de los centros de todo el mundo para estratificar el riesgo de muerte de un paciente en lista de
espera (LE) y para la selección para TH.

CHILD-PUGH:
EN LA TABLA ADJUNTA ESTÁN LOS PARÁMETROS. Si la
puntuación es <7 se considera un Child A, 7-9 es Child
B, y nos referiremos a un Child C, el de mayor gravedad,
cuando la puntuación sea >9. Con esto, en combinación
con el tiempo en lista, se fueron asignando los órganos
en las listas de espera.

Actualmente, la mayoría de los grupos establecen la


asignación de donante por gravedad del receptor,
basada en su MELD (Model for end-stage liver disease-
score), un score de enfermedad terminal creado en la
clínica Mayo para el TIPS pero que se observó que era un muy buen predictor de la mortalidad a tres meses
en LE.

El Child-Pugh calcula la mortalidad a 1-2 años.

MELD:
- Un MELD >14-15 es indicación
de TH
- Gran peso de la BRB, INR
(coagulación y creatinina)

El MELD-score supuso un gran avance tanto a nivel clínico como médico-legal. Fue la primera vez en la que la
política prevaleció por encima de la opinión de los profesionales y se obligó al uso del MELD en contra de lo
que pensaban muchos cirujanos que consideraban que no existía suficiente evidencia. Incluye 3 parámetros:
creatinina, bilirrubina e INR (coagulación) y predice la mortalidad a 3 meses. A día de hoy es clave a la hora
de elegir que paciente debe recibir antes un hígado en igualdad o similitud de condiciones en cuanto a
puntuación en Child-Pugh, perímetro torácico, peso, altura,…
Se comenta el caso en el que una serie de cirujanos empleaban Seguril para aumentar los datos de creatinina
y así trasplantar a sus pacientes por delante de otros cuyos parámetros los situaban delante en la lista.

El MELD muestra una mayor área bajo la curva. Aunque la evidencia muestra una mayor eficacia frente a la
Child-Pugh, en la práctica clínica se emplea una combinación de ambas en la selección de los pacientes en
LE. Por ejemplo, en pacientes con el mismo MELD el Child-Pugh nos permite establecer qué enfermo
necesita más el TH.

6. PROCEDIMIENTO
6.1. Cirugía del Donante
El equipo de extracción multiorgánica se pone en marcha ante un aviso. En el caso de que en el hospital del
donante no existiese un equipo capacitado para realizar la extracción se desplazaría el equipo del hospital

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receptor. Una vez que se llega al hospital del donante se realiza una técnica muy exquisita, muy cuidadosa,
pues los órganos de ese cadáver se utilizarán para salvar más vidas. También es cierto que el órgano más
utilizado en estos casos es el hígado pues también es el que más dura. Se trasplantan hígados de más de 80
años que siguen funcionando perfectamente muchos años. Debido al aumento dela edad media del
donante, muchas veces los riñones o el corazón no sirven debido al deterioro vascular y tisular.

El proceso comienza con un enfriamiento o “cooling” de la cavidad abdominal. Se disecan los vasos que van
a nutrir los órganos abdominales (hígado, riñón, páncreas, intestino) y se canulan. Hígado y riñones son los
órganos principales, aunque con la mejora de la calidad de vida y la reducción de la mortalidad, los donantes
son cada vez de edad más avanzada, y esto condiciona que en muchos casos los riñones no puedan
aprovecharse debido al deteriorado estado en el que se encuentran, por lo que en algunos casos solamente
se va a extraer el hígado.

En el caso del hígado, el trabajo de banco consiste en liberar todas las estructuras vásculo-biliares y la
perfusión con líquido de preservación de Belzer (a 4ºC, rico en potasio) mediante dos cánulas: una cánula en
la aorta (sistema arterial) y otra en la vena mesentérica inferior (sistema portal). Además se pueden añadir
una capa de hielo a los órganos para reforzar la isquemia fría, pero este hielo no deberá entrar en contacto
directo con los órganos a no ser que se trate de hielo picado fino, de lo contrario se le produciría un gran
daño a los órganos. Una vez perfundido el hígado se retira la vesícula biliar.

6.2. Cirugía del Receptor


Simultáneamente al trabajo de banco y a la cirugía del donante, se lleva a cabo en otro quirófano la cirugía
del receptor (hepatectomía). Es una operación bastante complicada debido a que frecuentemente hay que
lidiar con hipertensión portal y coagulopatías, por lo que la monitorización anestésica del procedimiento es
fundamental.

El equipo comienza con la extracción del hígado enfermo, y el primer paso consiste en la disección del
pedículo vásculo-biliar (porta, arteria hepática y vía biliar). Es un trabajo bastante complicado, ya que hay
que realizar numerosas ligaduras para que no se produzca un sangrado excesivo. A continuación, se empieza
con el Piggy Back o preservación de la vena cava nativa del receptor, que consiste en despegar el hígado de
la cava y es el proceso en el que se suele producir más sangrado.

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 Antes, la cava y el hígado se resecaban juntos, por lo que se interrumpía el flujo de la cava. Al
enfermo había que meterlo en una bomba venovenosa que sacaba sangre de la cava y porta y la
mandaba a través de la axilar al corazón porque el paciente no toleraba toda esa alteración
hemodinámica. Era una técnica con muchas complicaciones: era necesario anticoagular a los
pacientes, se producían émbolos aéreos por la
bomba extracorpórea que funcionaba durante
más de 30 minutos (Imagen inferior). No
obstante, era una técnica más fácil de realizar
para el cirujano.

Sin embargo, se observó que esto comprometía más


hemodinámicamente a los enfermos que la
preservación de la cava (Piggy Back) por lo que, a pesar
de ser más sencillo para el cirujano resecarlos juntos,
ahora se extrae el hígado dejando la cava intacta
disecando poco a poco y ligando los pequeños vasos.

A continuación la siguiente imagen y texto describen el proceso del Piggy Back (Repaso de cirugía general).
DIBUJAR LA IMAGEN PUEDE SER PREGUNTA DE EXAMEN [IMPORTANTE]

Una vez desincrustada la cava, el hígado queda colgado de las suprahepáticas derecha, media e izquierda.
Con una grapadora se grapa de un disparo la suprahepática derecha, con la porta se hace lo mismo, por lo
que ahora el hígado queda colgado únicamente de las suprahepáticas media e izquierda. A continuación se
clampan y se cortan. De este modo, el flujo hepático se corta pero el flujo mayor se mantiene al no tocar la
cava y esto deriva en un gran beneficio para el paciente.

A veces, sobre todo cuando el enfermo no tiene hipertensión portal (y por tanto un shunt para que a través
de la ácigos la sangre vaya al corazón (no toleran bien el clampaje de la porta)) pero presentan un fallo
hepático que es agudo/ fulminante o una enfermedad metabólica..., se hace un shunt porto-cava temporal,
que hace que la situación pueda ser mucho más estable. Con él, la sangre esplácnica y de la cava mantienen
su flujo al corazón (se sigue haciendo Piggy Back). Ayuda a disminuir el sangrado. Se realiza en enfermos que
toleran mal el clampaje de la porta. A continuación se desconecta el shunt y se sutura la porta al hígado
nuevo.

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Pues bien, una vez extirpado el hígado enfermo (fase anhepática), procederemos a la implantación del
nuevo hígado. Debemos tener presente que hemos respetado la cava, por lo que del nuevo hígado
únicamente interesa la cava suprahepática, la parte de debajo de la cava del nuevo hígado no interesa, ya
que va a quedar excluida de la circulación (de hecho se le hace una ligadura simple para evitar sangrado),
que será mantenida gracias a la cava nativa del receptor. Es por esto que este método recibe el nombre de
Piggy Back, ya que el hígado queda a horcajadas de la cava nativa.

El hígado nuevo, que se encontraba estéril en la nevera, se anastomosa mediante la cava suprahepática del
nuevo hígado, del donante, con las tres venas suprahepáticas del receptor. A veces se emplean dos y media
dependiendo del tamaño del hígado y de la cava del donante. Mientras se hace esta anastomosis el hígado
se lava con plasmalite para que vaya cogiendo temperatura y salga el aire y demás elementos que puedan
generar complicaciones en el trasplante.

Es importante recordar que durante este proceso se necesita ligar la cava del donante pues si no se hace, al
reperfundir el hígado se desangra el enfermo. La cava infrahepática del donante no sirve pues al conservar la
nativa mediante el Piggy-Back los miembros inferiores están perfundidos por la cava nativa, la del enfermo,
que hemos preservado.

Existen otras técnicas como la preservación de cava “cavo-cava latero-lateral” también conocida como
técnica de Belghiti. Se realiza cuando las venas suprahepáticas son muy malas, pequeñas, se encuentran
trombosadas o dañadas como en el síndrome de Budd-Chiari. En este caso no se puede anastomosar el
hígado a las suprahepáticas, se hace una anastomosis
lateral cerrando los extremos distales para que desagüe
el hígado, preservándola:

Hayamos realizado la sutura de la cava que hayamos hecho, ahora toca la sutura portal, en la que se
anastomosa la porta del donante y la del receptor (anastomosis termino-terminal tras quitar las grapas) y al
nuevo hígado le llega toda la sangre procedente del intestino. Es un proceso muy delicado debido a la
fragilidad de las paredes venosas, que puede llevar a desgarros (las venas tienen paredes mucho más finas
que las de las arterias, “cada punto que das, agujero que haces”). Con el hígado sin reperfundir se deja que la
vena se llene de sangre (técnica del factor de crecimiento, “Growth Factor”, descrita por Starzl) y una vez
llena de sangre y distendida la anastomosis se realiza la sutura. De esta forma se evita que la vena quede con
el calibre reducido, estenosado en reloj de arena, y se evita la formación de trombos a este nivel o la
aparición de hipertensión portal crónica en un enfermo que no la padecía.

Una vez hecho esto se coloca al paciente en posición de Trendelemburg para que no entre aire y pasamos a
una fase crítica: el Desclampaje. Desclampamos la cava suprahepática para que vaya entrando un poco de
sangre y después la porta para que pase sangre y lave el hígado completamente. Esta fase es complicada

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porque puede haber parada cardíaca debida a hiperpotasemia producida por restos del líquido de
preservación, líquido frío que pasa por el miocardio, toxinas etc.

Una vez reperfundido el hígado y comprobado que no falla nada, se pasa a la anastomosis de la arteria
hepática. Se anastomosa la arteria hepática del órgano donado con la misma del receptor. Cuanto más
amplia sea esta anastomosis mejor. La arteria hepática es muy fina por lo que es común utilizar lupas de 3 o
4 aumentos para la sutura. Los puntos quedan fuera de la luz arterial. Es muy importante hacer muy bien
esta sutura y con mucha delicadeza, ya que la vida del paciente depende ello. Si la porta es importante, esta
arteria lo es mucho más, pues el injerto va a depender de este aporte sanguíneo, sangre arterial y muy
oxigenada. El pequeño calibre de la arteria dificulta mucho la técnica y de hecho es muy común el uso del
parche de Alexis Carrel (consiste en colocar un parche y el orificio u osteum en medio. De esta manera
cuando la arteria es fina la sutura la damos en el parche confrontando los dos osteum. Si no hiciéramos eso,
los puntos quedarían dentro del osteum reduciendo luz a la anastomosis).

La sangre arterial es fundamental para el nuevo hígado, si no le llega suficiente sangre se pierde el hígado
y se muere el enfermo si no se retrasplanta.

A veces hay receptores que presentan trombosis portal, TIPS, etc. en cuyo caso aparte de la hepatectomía
también habría que realizar trombectomías extensas y limpiezas. En caso de no poder hacerlas se hacen
puentes, por ejemplo a través de un injerto venoso mesentérico portal. Por ello es importante contar con
injertos venosos y arteriales del donante. Siempre es preferible hacer puentes entre los vasos del paciente
que injertos venosos, ya que con estos las posibilidades de necrosis son mayores.

En caso de trombosis de la arteria hepática se hacen incluso injertos o puentes de arteria hepática (en
retrasplantes, niños...) Pueden ser supra o infracelíacos según se hagan por encima o debajo del tronco del
mismo nombre. Se usan estos cuando hay trombosis masivas de la arteria hepática (es más frecuente en
niños, aunque en adultos también se puede dar).

Todo esto complica mucho el trasplante y puede dar lugar a muchas complicaciones.

Tras todos estos procesos el hígado ya está vascularizado, por lo que ahora se procede a la extirpación de la
vesícula biliar (se extirpa para evitar posibles problemas en el futuro) y posterior anastomosis de la vía
biliar. Lo ideal sería hacer una anastomosis término-terminal entre el colédoco del donante y el del receptor.
Muchas veces cuando hay discrepancias entre la vía biliar del donante o del receptor o esta es muy fina, se
coloca un tubo de Kehr o tubo en T, que no es más que un tubo de silicona de diámetro fijo que evita la
estenosis y favorece la cicatrización. Este tubo suele retirarse a los 3 meses.

A veces si la vía biliar no es viable se haría una hepáticoyeyunostomía (“Y de Roux”) que consiste en liberar
un asa y anastomosarla a la vía biliar debido a que la vía biliar del receptor está trombosada, atrésica (es
frecuente en niños que presentan atresia de vías biliares. Si ya se realizó un intervención de Kasai previa
entonces se utilizará el mismo asa yeyunal para realizar la anastomosis)… para que la bilis pueda drenar al
intestino.

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El hepático es el trasplante en el que más anastomosis hay que hacer, por lo que es uno de los que tiene
más probabilidad de complicaciones.

Una vez terminado el trasplante se hace una colangiografía para ver cómo está la vía biliar. Este es el último
gesto quirúrgico que se hace antes de colocar los drenajes para evitar los sangrados y cerrar la cavidad
abdominal y enviar al paciente a la Unidad de Cuidados Intensivos.

6.3. Split Liver o Partición Hepática


Hoy en día se trata de un proceso excepcional, poco frecuente, porque el donante joven es extraordinario
frente a los donantes de edad avanzada. Por tanto, es muy raro que exista la posibilidad de dividir un hígado,
pensando en dar el hígado izquierdo para un niño de bajo peso y el derecho para un adulto también de bajo
peso. Se realizan 3-4 al año en España, puesto que para los niños a día de hoy es mejor opción el donante
familiar en vivo, de madre o padre.

Consiste en que del lóbulo izquierdo se cogerían los segmentos 2,3 para trasplantarlos a un niño, mientras
que el lóbulo derecho se trasplanta a un adulto de bajo peso. En este caso tiene que ser un donante ideal,
algo que es difícil de encontrar. No obstante, el hígado va a aumentar de tamaño y a alcanzar un calibre que
sería aproximadamente el 80% del que tendría el hígado nativo del niño.

El hígado se puede dividir in situ pero suele ser complicado ya que como suelen ser donantes ideales, hay
equipos de trasplante de muchos órganos distintos trabajando sobre el mismo cadáver. Lo que se hace
normalmente es la división ex situ, en la cual el hígado está en un medio de preservación fría.

Otra opción para el Split liver es a través de un donante vivo adulto a otro adulto, esto es, quitarle el lóbulo
derecho (60%) a un donante sano y trasplantarlo a un enfermo hepático. Esto se hace poco, ya que el
enfermo queda con un trozo demasiado pequeño de hígado y los riesgos para el donante son enormes
(hipertensión portal…), todo ello sin olvidar los problemas éticos que supone.

En el caso de los niños pequeños lo más habitual es que se extirpen al padre, madre u otro familiar los
segmentos 2,3 y se le trasplantan al niño. El riesgo es menor, es más fácil quitar el lóbulo izquierdo, el
receptor recibe un hígado de tamaño adecuado para su complexión, etc. En este caso, se estaría donando
sobre el 20% del hígado y el adulto es el donante ideal.

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7. INMUNOSUPRESIÓN
La evolución de la inmunosupresión en el trasplante hepático en Galicia en los últimos años es la siguiente:

1994 1995 1999 >2000


CyA NEORAL TACRO TACRO
AZA AZA AZA PRED
PRED PRED PRED +/- MMF-IMTOR

A partir del año 2000 se comienza a usar el Tacrolimus Retard una vez al día asociado a Prednisona.
Solamente en casos de disfunción renal u otros que lo precisan se emplean Micofenolato de Mofetilo e
inhibidores de MTOR. La mayoría de los pacientes siguen un tratamiento cómodo de dos comprimidos por la
mañana.

8. INFECCIONES EN EL TRASPLANTADO
Los enfermos trasplantados debido a su tratamiento inmunosupresor presentan un alto riesgo de infección,
especialmente durante los primeros meses post-trasplante, debido a que es cuando mayor tratamiento
inmunosupresor reciben nuestros pacientes. Con el paso del tiempo, la incidencia de las infecciones se va a ir
reduciendo de manera notable. La cronología es importante, pues un enfermo con fiebre y características de
infección, según el mes en el que se encuentre, va a apuntarnos a una infección por un oportunista o a
infecciones más típicas de la comunidad.

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9. COMPLICACIONES QUIRÚRGICAS
Las complicaciones quirúrgicas más frecuentes son la hemorragia postoperatoria (<10%), la disfunción
primaria (<1%) y las complicaciones biliares y vasculares. El hígado presenta una gran importancia en el
proceso de coagulación y la síntesis de factores por lo que la hemorragia es muy frecuente y es
imprescindible realizar una buena hemostasia.

La disfunción primaria es el fallo del órgano trasplantado, alrededor del 2-3% de los trasplantes hepáticos
fallan en los centros con experiencia. Entre las complicaciones vasculares se encuentran la formación de
trombos (poco frecuentes en la porta o suprahepáticas y mucho más en la arteria hepática. Esta última es
una complicación muy grave pues generalmente implica la necesidad de un nuevo trasplante hepático
prácticamente de inmediato), estenosis, hemorragias,… con la experiencia estas complicaciones se han
reducido de forma drástica en nuestro país. Las complicaciones biliares incluyen fístulas, fugas, estenosis,
etc.

En el caso de las estenosis biliares, si se deja un tubo de Kehr se puede tratar de forma conservadora, pero a
veces la estenosis es demasiado tardía y hay que reintervenir al paciente y hacer una hepato-yeyunostomía.

Con el aumento de la edad del donante se observa un leve aumento de las complicaciones postoperatorias.

10. SUPERVIVENCIA
La siguiente imagen muestra la evolución de la supervivencia post-trasplante entre los años 1988-2015.

Prácticamente la mitad (41%) de los enfermos siguen vivos a los 20 años cuando sin la intervención la
supervivencia a los dos años sería del 0%. Aunque la supervivencia no es superior al 50% a los 20 años hay
que tener en cuenta que muchos de estos pacientes se encuentran en la 4ª o 5ª década de la vida y que tras
ese periodo de tiempo pueden morir por cualquier otra enfermedad que no este relacionada con el
trasplante.

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Con el tiempo la supervivencia ha ido aumentando a pesar de que también ha aumentado la edad media de
los donantes.

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