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que responderé es la número uno (No. 1) del listado de cuestiones a tratar. La cuestión es la
siguiente: ¿se puede reducir este problema a uno de decisión racional en condiciones
contrafácticas?... ¿Pueden los principios derivados en la posición original ser válidos en las
de otra manera no se puede dar solución. Veamos qué sucedería si se supone lo contrario a la
tesis; estos es, que el problema se puede resolver o reducir a una decisión más que racional,
llena de prejuicios, valores, emociones y deseos. Hay que suponer que tenemos dos hermanos,
mamá le da dinero a uno de ellos para que lo reparta en partes iguales entre los dos. Al irse
mamá, el niño con dinero decide darle una parte a su hermano, sin decirle nada. Posteriormente
al ir a la tiendita de la esquina, el niño que repartió el dinero sale con más productos que su
hermano. Ante esto, el hermano con menos cosas le dice que eso no fue justo. A lo que el
hermano le contesta que lo hizo porque la ocasión anterior la situación fue contraria, a él le tocó
¿Qué sucedió aquí? Tenemos dos jóvenes en las mismas circunstancias, por lo que no hay
ninguno en desventaja. Eso nos dice que la distribución del dinero debe ser en partes iguales1.
Pero eso no sucede. ¿Por qué? El hermano al que le tocaba repartir el dinero se dejó llevar por el
impulso de venganza, al tener un sentimiento de molestia. El fin del dinero, según la madre y la
condición de los niños, debía ser el repartirse en partes iguales. Pero, al verse influenciado por
el sentimiento e impulso no fue posible llegar a ese fin. De modo que no hubo una distribución
justa.
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Obsérvese que estoy obviando la redacción de los principios. Los doy por supuestos porque me parece
redundante el plasmarlos aquí. Además ayuda a la agilidad de mi texto.
Franco Ordaz, Fernando
En cambio, si se hubiera optado por una decisión racional, es decir, de una decisión donde el
niño se olvidase de ese sentimiento de molestia y ese impulso de venganza; el dinero hubiese
sido repartido en igualdad de partes. Resulta, pues, que si se opta por una forma de decisión
humanas posibles, es la única que no se ve influenciada por los aspectos psicológicos de las
personas.
las sociedades-, la aplicación a todas las sociedades es imposible. Los principios derivados de
aplicación de los principios. Basta con describir esas sociedades reales. Es suficiente con
presentar una sola de ellas a la cual no se le puedan aplicar los principios. En mi circunstancia,
explicaré la mía. Nada tan eficiente para demostrar algo que la realidad misma.
Los dos puntos señalados más arriba, son requisitos necesarios para que la justicia distributiva,
según Rawls, se consiga. El primer punto que describiré como carente dentro de mi sociedad, es
la capacidad de los integrantes de ésta para aplicar los principios. Gran número de ciudadanos
educación familiar y académica. ¿Cómo ellos pueden pensarse a sí mismos como entes de pura
razón? ¿Cómo se les puede pedir que consideren un razonamiento de este tipo, todos y cada uno
de ellos? No sé puede hacer eso. Su vida está condenada a vivir según sus impulsos, emociones,
prejuicios e ignorancia. Al ser esto inherente a ellos, los principios no pueden proseguir.
El segundo punto, los recursos suficientes. Quizás en la situación de los niños que se vio más
arriba, el dinero dado por mamá era suficiente para repartirse entre los hermanos. Pero ¿en esta
sociedad, la mexicana, hay los suficientes recursos para ello? Es decir, ¿hay dinero, insumos y
Franco Ordaz, Fernando
oportunidades para lograr la repartición justa de bienes? Hay que ser honestos, el 40% de la
población demuestra que no hay dinero ni oportunidades. Es probable que existan los insumos,
Para concluir, señalo que la posición original sí permite dar solución a la problemática de la
justicia distributiva. Sin embargo, la aplicabilidad de los principios no es universal, como quería
Rawls. Para ello, se necesitan dar condiciones económicas de lo que llamaríamos primer mundo