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Mario Plazaola: reconocimiento de su destacada trayectoria como uno de los primeros

barítonos chilenos en hacer carrera en la Ópera nacional del Teatro Municipal de Santiago y

su aporte a la labor de expandir este arte a todos los estratos sociales.

Alan César Oporto Fuentes

1
Agradecimientos

No podríamos haber realizado esta investigación, de no ser a la enorme ayuda que

recibimos por parte de diversos profesionales, aconsejándonos fuentes, datos y lugares

hacia los cuales dirigirnos, ir a investigar y encontrar información muy valiosa. Instancias

que fueron pilares fundamentales para lograr completar exitosamente nuestro trabajo. Por

ende les estamos muy agradecidos a:

-Cecilia Atudillo, licenciada en música e investigadora musical con vasta experiencia. Jefa

del Archivo de Música de la Biblioteca Nacional de Chile.

-Eduardo Carrasco, Coordinador de la Iglesia y encargado del Archivo del Colegio San

Ignacio de Loyola.

2
-Juan Dzazopulos, musicólogo y gran investigador musical a nivel nacional. Autor de

muchos textos referentes a temas semejantes.

-Gonzalo Cuadra, cantante lírico (tenor) y profesor de la Universidad Alberto Hurtado.

Gran gestor en la investigación y reproducción de música chilena.

-José Quilapi, cantante lírico (tenor) y profesor en la Universidad Andrés Bello, de etnia

mapuche, cuya ascendencia lo ha llevado a grandes representaciones de repertorio

folclórico nacional.

Índice:

Introducción:

I. Capítulo

1.- Planteamiento del Tema

1.1 Delimitaciones.......................................................................................................5

1.2 Justificaciones.......................................................................................................6

2.- Antecedentes...............................................................................................................7

3.- Objetivos......................................................................................................................8

3
Marco Metodológico:

II. Capítulo

1.- Tipo de investigación.................................................................................................10

2.- Justificación...............................................................................................................11

3.- Formas de recolección fe información.......................................................................12

Desarrollo del problema:

III. Capítulo

1.- Ópera en Chile desde 1930 a 1960

1.1 ¿Qué es la Ópera?................................................................................................15

1.2 Realidad de la ópera en Chile antes de los años 30’...........................................16

1.3 Desarrollo del cantante nacional a partir de los años 30’....................................19

1.4 Principales espacios de difusión y ejecución de la lírica en Chile......................20

2.-Mario Plazaola, vida y carrera

2.1 Breve Biografía...................................................................................................21

2.2 Formación musical..............................................................................................22

2.3 ¿Qué es un barítono?...........................................................................................22

2.4 Inicios y desarrollo de su carrera en la Ópera.....................................................23

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3.- Mario Plazaola: su formación educacional Jesuita y su trayectoria como cantante y

docente en la Iglesia y Colegio San Ignacio de Loyola.

3.1 Breve conceptualización de la Compañía de Jesús.............................................27

3.2 La Compañía de Jesús en Chile..........................................................................28

3.3 Trayectoria de Mario Plazaola por el Colegio San Ignacio y el Templo............29

4.- Argumentación...........................................................................................................30

5.- Conclusión.................................................................................................................32

6.- Anexos.......................................................................................................................33

7 Bibliografía..................................................................................................................36

I. CAPÍTULO

1.- Planteamiento del Tema

1.1 Delimitaciones:

-Principales espacios de difusión de la ópera en Chile, con énfasis en el Teatro Municipal

de Santiago

-Predominio en Chile por la realización de óperas italianas compuestas entre fines del siglo

XVIII y todo el siglo XIX.

-Formación de cantantes líricos nacionales en Chile.

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-Primeros elencos de ópera nacionales en el Teatro Municipal de Santiago

-Repertorio operático realizado por los elencos nacionales del Teatro Municipal de

Santiago.

-Cantantes líricos barítonos.

-Primeros barítonos nacionales en hacer trayectoria en la ópera en Chile.

-Mario Plazaola, uno de los primeros barítonos en hacer carrera en la ópera a nivel

nacional.

-Biografía profesional y trayectoria de Mario Plazaola como cantante de ópera del Teatro

Municipal de Santiago, así como en otros espacios de difusión.

-Ópera en Chile entre los años 1930 y 1960.

-La aristocracia chilena como principal público objetivo de la ópera.

-Primeras instancias de difusión de la ópera hacia los sectores modestos de la sociedad

Chilena.

1.2 Justificaciones:

Hemos decidido abordar este tema, primero en planos generales, debido a la escasa

investigación y conocimiento que hay a nivel nacional, respecto de los primeros cantantes

líricos chilenos que lograron hacer carrera en nuestro país, los cuales se comenzaron a

desempeñar en la ópera en Chile (principalmente en el Teatro Municipal) a principios del

siglo XX. Por ende también debido a la ausencia de biografías y rescate cultural de la

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trayectoria de muchos de estos artistas. Esto en contraposición al mayor conocimiento y

estudios que hay respecto de los primeros cantantes chilenos que hicieron carrera en el

extranjero.

En planos más específicos, hemos escogido al cantante Mario Plazaola y dado énfasis

particular a los cantantes masculinos con voz de barítono (como él), debido a que nuestro

país en el ámbito del canto a lo largo de su historia, se ha destacado por la presencia de

grandes ejemplos de dicho tipo de voz, más que de otro tipo de voces masculinas como la

de tenor o bajo, o voces femeninas como las de soprano, mezzosoprano o contralto. Tales

como Ramón Vinay (barítono y tenor), Renato Zanelli (barítono y tenor) y Carlos Morelli

(barítono) quienes fueron grandes referentes en los primeros años del siglo XX, de los

cuales los dos primeros hicieron carrera principalmente en el extranjero.

Escogimos como objeto de investigación a Mario Plazaola y no a Carlos Morelli,

ambos con vasta trayectoria nacional, debido a que Morelli sí presenta investigaciones

sobre su vida y carrera, realizadas por el musicólogo chileno Juan Dzazopulos. Por último

punto, nos interesa fijarnos en el origen humilde y la formación educacional jesuita que

tuvo nuestro personaje.

2.- Antecedentes

Antes que todo, nos es oportuno mencionar que no existen fuentes encontradas que

hablen directamente sobre Mario Plazaola como cantante y como personaje perteneciente al

mundo de la ópera y el canto lírico en Chile, sin embargo, hemos encontrado diversas

fuentes que nos pueden aproximar a su persona y a su trayectoria, ya que lo mencionan

tanto en su trayectoria en el Teatro Municipal, como en su otras actividades.

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En planos generales, sobre los primeros cantantes líricos nacionales que hicieron

carrera en la ópera en Chile y/o en el extranjero, se ha escrito muy poco directamente. De

estos apartados casos, tenemos el del ya mencionado libro que escribió el musicólogo Juan

Dzazopulos: Carlo Morelli “The Record Collector”, (Vol. 45, 2000) (Suffolk, England), así

como también otros dos tomos del mismo autor: Ramón Vinay “The Record Collector”

(Vol. 54, 2009) (Suffolk, England) y Sofía del Campo (The Record Collector, Vol. 56, 2011

(Suffolk, England). Siendo todos estos pertenecientes a la misma colección de libros.

En el contexto de los registros de la actividad operática del Teatro Municipal de

Santiago, particularmente de las temporadas líricas, quien hizo un enorme y valioso aporte,

fue el abogado chileno Orlando Álvarez Hernández, reconocido melómano y amante de la

ópera, muy presente como público abonado en la ópera del tradicional teatro. En su extensa

y completísima obra “Ópera en Chile. Ciento ochenta y seis años de historia” (El

Mercurio, 2014) (Santiago, Chile), don Orlando logró hacer una recolección y compilación

exhaustiva de casi la totalidad de las mencionadas temporadas líricas efectuadas en el

Teatro Municipal, entre los años 1857 a 2013, así como de las temporadas anteriores

realizadas en otros teatros ente los años 1830 y 1857, de los cuales son: “Teatro Principal”,

“Teatro de la Universidad” y “Teatro la República”. Este valioso texto contiene casi la

totalidad de la participación de Mario Plazaola en las temporadas líricas del Teatro

Municipal de Santiago.

Dentro de un semejante ámbito, el Centro de Documentación de las Artes Escénicas,

ligado al Teatro Municipal de Santiago, en su página web: www.centrodae.cl, nos entrega

un historial, incompleto aún, pero enormemente útil historial de las temporadas históricas,

en las que dicho teatro presentó sus diversas funciones de ópera, entre los años 1957 y

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2015. Compilación que también nos entrega información de las participaciones de Mario

Plazaola en la ópera nacional, contribuyendo junto con el texto de don Orlando Álvarez a

una completa reconstrucción de la trayectoria de nuestro cantante. Cabe mencionar que la

página web www.centrodae.cl también es la única fuente que nos ha entregado una

fotografía de Mario Plazaola, encontrada hasta ahora en nuestra investigación.

3.- Objetivos

Nuestro Principal objetivo a través de la reconstrucción de la historia profesional de

Mario Plazaola, es demostrar que su trayectoria operática en el Teatro Municipal, así como

en los otros espacios de difusión, fue de gran nivel, mérito y desempeño. Trataremos de

comprobar esto en torno a los roles de las destacadas y mundialmente reconocidas óperas

que él interpretó, algunos de los cuales requieren de una plenitud y desarrollo vocal

completos de la voz del barítono, la cual el poseía.

Junto con esto, deseamos demostrar como el origen humilde y la formación escolar

jesuita de Mario Plazaola, influyeron en su enfoque profesional, llevándolo a colaborar con

ampliar el espectro aristócrata al que estaba remitida la ópera (el cual aún conserva en

medida), con sus labores y presentaciones fuera del ámbito del Teatro Municipal, siendo

partícipe en de la primera instancia nacional en la cual los cantantes chilenos se organizaron

para hacer una temporada lírica en un teatro con público objetivo principalmente de clase

media y obrera. Instancia en la cual tuvieron una gran recepción por parte de la gente.

En planos más generales, pero no menos importantes, deseamos con nuestra

investigación, incentivar a otros investigadores a la futura creación de un registro o catastro

lo más completo posible, de nuestros cantantes líricos nacionales que fueron pioneros en la

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labor de la ópera y la lírica en Chile. Dándoles un debido reconocimiento e importancia de

sus trayectorias profesionales.

II. CAPÍTULO

1.- Tipo de investigación

Nuestra investigación es principalmente de carácter biográfico, enfocándonos en

lograr una reconstrucción de la trayectoria profesional y aportes del artista al rubro del

canto lírico y la ópera. Buscamos compilar información con el objetivo de crear una

construcción histórica con suficiencia de antecedentes respecto a nuestro personaje en el

plano musical vocal de la ópera en Chile, que constate el alto nivel del vasto repertorio que

interpretó durante su actividad en el plano nacional. Recalcando junto con esto, su

contribución de llevar este arte desde la elite hacia los sectores humildes, finalmente

queriendo identificar el por qué de dicha visión personal del artista.


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Requeriremos mayormente de antecedentes de tipo documental, debido a que la mayor

actividad y obra de este personaje, son abarcadas dentro de un lapso aproximado entre los

años 1930 y 1960, en el ámbito musical vocal en Chile. Pese a este carácter histórico, los

registros que se refieren directamente a nuestro tema, son casi nulos, razón por la cual

hemos debido indagar y recurrir a registros que se refieran a éste de forma indirecta,

mencionando a Plazaola de manera mayormente anecdótica y extremadamente acotada y

reducida, dentro de contextos más amplios, pero sin embargo, han sido de gran utilidad

para el nuestra investigación.

En vista a lo controversial de la gran necesidad de fuentes de tipo documental, en

comparación a la aparente inexistencia de material que refiera directamente a nuestro tema

de investigación; es que se nos hace imprescindible recurrir a fuentes directas y a consultas

con profesionales de la música, asociados a la temática de la trayectoria de la ópera en

Chile, para complementar lo que las fuentes documentales iníciales no nos logren otorgar, y

de esta forma darnos más pistas en el hallazgo de registros no conocidos o identificados,

que conciernan a nuestro trabajo investigativo. En resumen, esto nos termina definiendo

una investigación mayormente de carácter documental, pero con prismas de tipo directo.

2.- Justificación

Hemos decidido abordar nuestro tema primeramente desde lo documental, con el fin

de poder lograr la mayor veracidad y precisión histórica posible y orientar las posibles

futuras entrevistas o en su defecto, consultorías a realizar, las cuales serían mayormente de

tipo testimoniales por parte de personas que conocieron directa o indirectamente a nuestro

personaje a tratar, lo que nos podría generar ciertas ambigüedades e imprecisiones en los

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relatos obtenidos. Situación que no nos impide poder alimentar nuestra investigación desde

la dimensión opuesta, como mencionamos anteriormente, estimando el caso en el cual

durante una entrevista se nos entreguen datos muy precisos e incluso se nos sugiera

bibliografía, pero siempre tratando de corroborar toda información obtenida de manera oral.

Por ende hemos concluido que esta es una forma óptima de abordar la investigación y

contribuir con nuestro tema a un mejor y más vasto registro de nuestros cantantes líricos.

Si bien la mayoría de las fuentes no nos entregan directa información sobre la

trayectoria de nuestro personaje a tratar, nos otorgan una riquísima y extensa

contextualización respecto de la realidad de la actividad lírica y operática de nuestro país en

esos años, en los principales espacios de difusión; así como por consiguiente nos muestran

las circunstancias del tiempo, lugar y momento que abarcaban a nuestros cantantes

nacionales en dichos años.

Al iniciar nuestra investigación, hemos encontrado menciones a nuestro personaje ysu

trayectoria a tratar, tanto como los sucesos y contextos sociales directamente relacionados,

que ocurrieron aparentemente en este lapso de tiempo, particularmente en una edición

incompleta del año 1954 y en la edición Julio-Agosto de 1958, y en el ya mencionado

libreo “Ópera en Chile. Ciento ochenta años de historia”

3.- Formas de recolección de información

Para comenzar a abordar un tema tan específico y poco citado como es el nuestro,

debemos partir consultando a profesionales de las diversas áreas del arte y la música, que

tengan relación y concreto conocimiento de la existencia de nuestro personaje y/o también

del contexto-lapso histórico que nos interesa. Luego de este procedimiento es que hemos

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llegado a seleccionar las fuentes con las que hemos decidido trabajar, las cuales han sido

recomendadas en su totalidad. Estas personas fueron Gonzalo Cuadra, cantante lírico

(tenor), profesor de la Universidad Alberto Hurtado, quien nos recomendó el texto “Ópera

en Chile. Ciento ochenta y seis años de historia” (Orlando Álvarez Hernández, 2013);

Cecilia Astudillo, licenciada en música, investigadora musical, jefa del archivo de música

de la Biblioteca Nacional, quien nos recomendó los tomos específicos a revisar de la

“Revista Musical Chilena” y nos dio los sitios web. Y finalmente José Quilapi, cantante

lírico, profesor de la Universidad Andrés Bello, quien nos otorgó el dato de que Mario

Plazaola tenía actividad fuera del Teatro Municipal de Santiago, concretamente en el

Colegio y la Iglesia San Ignacio de Loyola (información que corroboramos al visitar el

archivo del mencionado colegio).

Lo primero en nuestra investigación, es a través de las fuentes documentales, lograr

una aproximación de contexto histórica-temática del ámbito más amplio al que pertenece

nuestro tema puntual, el cual es el de la ópera en Chile desde sus inicios como actividad y

manifestación artística. Así como también es fundamental ubicar nuestro tema dentro de

diversas contingencias asociadas, que son la razón de fondo de nuestra investigación, las

cuales son: el ¿cómo?, ¿por qué? y ¿cuándo? la opera a nivel nacional comienza a ser hecha

por artistas chilenos.

Posteriormente debemos enfocarnos en tratar de recopilar la mayor cantidad de

información documental y directa que mencione o refiera puntualmente a nuestro tema a

tratar; su debut profesional en la ópera, el lapso temporal acotado de su trayectoria tanto en

el Teatro municipal como en otros espacios, la realidad y quehacer de nuestro personaje en

esos momentos. Siendo esta la parte más acotada, pero a la vez lenta y repartida de la

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investigación, por lo mencionado anteriormente. Las breves informaciones que podemos

recaudar de registros, que esperamos debiesen enriquecerse mucho con algunos testimonios

directos.

A continuación debemos establecer un breve marco de comparación entre Plazaola y

otros cantantes chilenos, particularmente que tenían voz de barítono al igual que él. Para

esto mencionaremos la realidad nacional que les tocó afrontar en los inicios y devenir de

sus carreras, La gran influencia europea de ese entonces para la introducción y formación

de la ópera a nivel nacional. Esto con el objetivo de enriquecer nuestros argumentos para el

¿por qué? y ¿cuándo? sucedió nuestro inicial hito de interés (debut y desarrollo de Mario

Plazaola en el elenco dramático del Teatro Municipal como uno de los primeros cantantes

nacionales en hacer carrera en la ópera en Chile), en esos tiempos y no antes o después.

Cabe destacar que son igualmente importantes las razones personales y realidad social

individual del personaje a tratar, así como las circunstancias culturales y musicales que

influyeron en su debut, y si tiene influencia su clasificación vocal en su adelantado o tardío

inicio en relación a los gustos y consumo de este arte por parte de los espectadores y

auditores de ópera Chilenos.

También es importante indagar y comparar en las investigaciones semejantes que

pudiesen existir respecto a cantantes líricos en Chile.

Finalmente esperando lograr llevar a cabo todos estos pasos en nuestra investigación,

deseamos desarrollar nuestro tema puntual, exponiendo y respondiendo a nuestras

interrogantes planteadas.

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III. CAPÍTULO

1.-Ópera en Chile desde 1930 a 1960

1.1 ¿Qué es la Ópera?

Palabra de origen italiano, la cual significa “obra”, “labor”. La Ópera es un género

artístico multidisciplinario que combina principalmente el teatro, la música, la literatura, la

danza y el canto; pero que también involucra y a incluido con su desarrollo a lo largo del

tiempo, diversas disciplinas como la pintura, la arquitectura, la escultura, el maquillaje, los

vestuarios; todas inherentes al mundo escenográfico y de las tablas. Todo esto nos deja en

evidencia lo completo e integral de esta manifestación artística.

Originaria de Italia y principal desarrollo y evolución en Europa, tiene su primer

exponente en 1598 (1597 del calendario antiguo) con la obra llamada “Dafne” del

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compositor Jacopo Peri quien tenía intención de revivir la antigua tragedia griega. Dela

obra Dafne se conservan secciones muy breves y solamente el libreto completo. Sin

embargo, la ópera se termina de definir como tal a mediados del siglo XVII con el

compositor italiano Claudio Monteverdi como su primer gran exponente, lo que da a

entender por qué los primeros cantantes y libretistas de esa manifestación artística también

fuesen de nacionalidad italiana. Por estos motivos es que la ópera es asociada mayormente

a la península de Italia, en desmedro de los grandiosos e importantísimos aportes que

hicieron otras naciones a este arte.

La afamada y prodigiosa tradición literaria y poética de Francia y Alemania (que en

esos tiempos aún pertenecían a respectivas unificaciones imperiales) lograda desde siglos

antes del nacimiento de la ópera, hacía ver en esta nueva manifestación musical-escénica,

un eminente riesgo de menoscabo y bajeza hacia sus antiguas y consagradas

manifestaciones de arte, por la “exageración dramática de mal gusto” que según los

franceses y alemanes, plasmaba este nuevo arte italiano. Sin embargo fue tal la fama y éxito

que fue logrando la ópera, que con el tiempo pudo llegar a estos y otros países de Europa,

ampliando y enriqueciendo su margen cultural, provocando que en cada lugar del viejo

continente, poco a poco la ópera tomara una identidad propia y arraigada en el Imperio,

Reino o Nación donde se produjera. Cabe destacar que en efecto fueron Francia, Alemania

e Inglaterra quienes adoptaron primero el término “ópera” para sus producciones de este

arte, ya que en Italia en sus inicios preferían llamarle “dramma per música”, “favola” o

“melodrama”.

(“Ópera en Chile” Orlando Álvarez Hernández – 2014)

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1.2 Realidad de la ópera en Chile antes de los años 30’

La ópera se conoce en Chile como tal desde 1827 gracias las actividades que realizaba

la “Sociedad filarmónica de Chile” fundada este mismo año por una joven inmigrante

española llamada Isidora Zegers, hija de músicos y con una prodigiosa voz. Esta asociación

musical llevaba a cabo sus reuniones en la llamada “Casa de los Velasco” la cual aún existe

en las intersecciones de las calles Santo Domingo con la actual calle Mac Iver. En sus

veladas musicales predominaba la ópera italiana, destacando piezas del compositor

Giaochino Rossini y Wolfgang Amadeus Mozart, quien si bien era de origen austriaco,

compuso muchas óperas en italiano. Cabe señalar que en ninguna de estas tertulias e

instancias se dio paso a montar una ópera completa, siendo presentados segmentos

seleccionados a placer de los participantes.

En abril de 1830 comenzaron a llegar a Chile las primeras compañías teatrales de

ópera italiana, al puerto de Valparaíso, impulsadas por el interés de la gran cantidad de

comerciantes de esa nacionalidad que trabajaban y se desempeñaban en esta ciudad de

nuestro país. Estas compañías realizaban funciones totalmente en el plano privado, puesto

que aún no existían teatros ni salas públicas para este tipo de actividades. Esto relegó el

consumo y disfrute del arte lírico solamente a la principal clase política y aristócrata de

Valparaíso y Santiago. El 26 de abril de este año se estrenó en Valparaíso “L’inganno

felice”, ópera del compositor Giaochino Rossini, la que pasó a ser la primera obra en

montarse de principio a fin en nuestro país.

No fue sino hasta el 16 de diciembre de 1844 con la inauguración del Teatro Victoria

en Valparaíso y posteriormente la inauguración del Teatro Municipal de Santiago el 17 de

17
septiembre de 1857, que la ópera se volvió una actividad de carácter pública. Si bien esto

dio paso a la formación de coros de ópera nacionales desde agrupaciones aficionadas hasta

profesionales, se mantuvo el sistema de contratar a compañías de ópera extranjeras,

principalmente italianas, las cuales tenían toda una tradición nacional operática. Estas traían

consigo indumentaria, vestimenta y escenografía listas; todas cosas que no estaban tan al

alcance de la realidad de nuestro país en esos momentos.

Si bien a fines del siglo XIX y comienzos del XX ya había cantantes y

específicamente barítonos y tenores chilenos de gran talento y calibre formados para la

ópera, tales como Renato Zanelli, Manuel Martínez, así como en la tercera década del siglo

XX lo fue Ramón Vinay, entre otros, estos en un comienzo no tuvieron una real

oportunidad de hacer carrera ni consideración en los principales teatros de nuestro país

(pese a que Zanelli debutó en el teatro municipal en 1916 con el rol de Valentin de la ópera

“Fausto” del compositor Charles Gounod), debido a la predominante preferencia por los

elencos italianos. Esta realidad sumada a su talento, llevó a nuestros compatriotas a buscar

su horizonte fuera de Chile, logrando hacer carreras exitosas en el extranjero.

Iniciándose el siglo XX la visión del Teatro Municipal de Santiago en sus temporadas

líricas y sus montajes de óperas en general, era la de no admitir a cantantes nacionales salvo

que éstos hubieran alcanzado fama y consagración a nivel internacional. Lamentablemente

los cantantes que estaban logrando estos requisitos, eran mucho más valorados y

considerados en otros países, como sucedió con los ya mencionados Renato Zanelli, Ramón

Vinay, así como también con Pedro Navia, Carlo Morelli, entre otros.

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En 1903 ante la mencionada falta de expectativas y confianza por parte del Teatro

Municipal de Santiago hacia los artistas nacionales, en la región de Valparaíso el maestro

Mario La Mura organiza su propia compañía nacional de ópera. Dicha compañía estrena

nada menos que con la ópera “Aida” de Giuseppe Verdi, por un elenco completamente

chileno y el cual si bien no era amateur, no tenía más experiencia que desempeño en

zarzuelas y como coristas. Si bien esta osada propuesta por parte del maestro Mario, fue el

gran “puntapié inicial” para que se fueran formando otras compañías nacionales paralelas a

las actividades del Teatro Municipal, la predominancia de cantantes extranjeros,

principalmente italianos, en los elencos de ópera de dicho teatro santiaguino se mantuvo

hasta mediados de la década de los 30’

Pese a que el predominio de las compañías extranjeras fuera del municipal había sido

efectivamente declinado poco a poco por la formación de las diferentes compañías

nacionales, Los elencos en el Teatro Municipal continuaban siendo constituidos

principalmente por cantantes extranjeros, realidad (tal cual habíamos mencionado en el

párrafo anterior) se ve afectada a mitad de la tercera década del siglo XX, comenzando a

declinar con la “Crisis del Salitre” de 1929 sumado al complicado panorama económico

internacional, las cuales causaron un consistente descenso del presupuesto país,

complicando el poder continuar contratando a las compañías italianas y otorgando de paso

una enorme oportunidad para que los cantantes nacionales pudieran sobrepasar la barrera de

cantar en coros y lograran hacer carrera en el ámbito de la ópera a nivel país. De paso

también dio por primera vez urgencia y real interés hacia la formación de cantantes líricos

capacitados para cantar en la ópera en Chile.

(www.memoriachilena.cl) (“Ópera en Chile” Orlando Álvarez Hernández – 2014)

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1.3 Desarrollo del cantante nacional a partir de los años 30’

Ya en la década de los 30’ y con la ayuda de la asociación cultural “Amigos del Arte”

se comienza a formar cantantes líricos nacionales, que entre la mitad de los años 30’ fueron

integrándose a las temporadas de ópera con roles en su haber. Pese a que anteriormente a la

época de crisis, ya existían cantantes líricos nacionales activos en la ópera, estos tuvieron

parte de su formación musical en el extranjero, desarrollando sus carreras principalmente

en Europa.

La culminación de este proceso formativo se verificó entre los años '40 y '50, época de

oro de los cantantes chilenos, varios de los cuales realizaron exitosas carreras nacionales e

internacionales.

En estos años, aprovechando positivamente el tenso ambiente a nivel nacional y los

problemas económicos del Teatro Municipal, fue que varios cantantes nacionales que

pertenecieron o pertenecían a las compañías formadas por el ya mencionado maestro Mario

La Mura, dentro de los cuales nos interesa destacar al barítono Alberto López, quien tendría

una prominente carrera a nivel nacional al igual que su símil vocal Mario Plazaola. Este

ambiente ya presentaba una mayoría de cantantes chilenos y latinoamericanos,

reduciéndose a 2 o 3 cantantes europeos activos en las temporadas del Teatro Municipal.

(www.memoriachilena.cl) (“Ópera en Chile” Orlando Álvarez Hernández – 2014)

1.4 Principales espacios de difusión y ejecución de la lírica en Chile

Desde antes de la crisis del salitre y posterior boom de los cantantes nacionales, el

Teatro Municipal de Santiago ya había logrado convertirse en un lugar de renombre en el

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desempeño y montaje de la ópera en nuestro país. En conjunto con el Teatro Victoria,

fueron los exclusivos establecimientos de difusión masiva del arte lírico en Chile durante

muchos años.

No fue sino hasta el año 1954, conmemorando la reciente muerte del maestro Enrique

Soro, que la tradicional temporada lírica que era impartida por el Teatro Municipal, no

pudo llevarse a cabo en dicho lugar, por problemas económicos de la comuna de Santiago.

Lo que dio paso a que los cantantes líricos chilenos de ese entonces se organizaran por

primera vez de forma independiente y realizaran la temporada en el entonces Teatro Satch

(actual teatro Cariola), recientemente fundado y estrenado.“El repertorio, elegido entre el

manido italianismo romántico, salvo Carmen, mostró los títulos de Trovador, Rigoletto,

Traviata, Butterfly, Boher.1e, Pagliacci, Cavallería Rusticana, Tosca y Barbero de Sevilla,

a las que se agregó, en una última función, la ópera del compositor chileno Próspero

Bisquertt, Sayeda (Revista Musical Chilena. Diciembre 1954. Página 47)”. Dicho teatro

había sido creado con un perfil más popular, al contrario del inherente perfil mayormente

aristocrático del Teatro Municipal de Santiago. Este cambio de paradigma logró acercar un

poco más la ópera a un amplio espectro de la población, teniendo una muy buena respuesta

del público durante toda la temporada. Sin embargo, la falta de un equipo multidisciplinario

constituido, hizo imposible continuar con esta improvisada idea de “ópera popular”,

regresando en gran parte a la realidad y primacía que el Teatro Municipal tenía y ofrecía.

Durante las décadas del 30’ al 60’, el Teatro Municipal mostró un espectro de óperas

mayormente italiano, pero con algunas excepciones de ópera francesa, alemana y chilenas,

21
entre otras. Tales como “Caupolicán” de Remigio Acevedo, “Carmen” de Georges Bizet,

“El Murciélago” de Johann Strauss, “Fra Diavolo” de Daniel Auber, etc.

(www.memoriachilena.cl -Revista Musical Chilena (1954), volumen 12, ejemplar

incompleto encontrado en Departamento de Música de la Biblioteca Nacional)

2.-Mario Plazaola, vida y carrera

2.1 Breve Biografía

Mario Enrique Plazaola Araya (barítono), nace bajo la cuna de una familia modesta, hijo de

Liborio Plazaola y Elena Araya, nace un 18 de Mayo de 1910 en la comuna de Taltal. A

temprana edad se establece en Santiago junto a su familia, estudiando en la división

nocturna del destacado Colegio San Ignacio (institución jesuita) ubicado en la comuna de

Santiago en la calle Alonso de Ovalle desde sus inicios hasta la actualidad. La división

nocturna de dicho establecimiento, estaba dedicada a acoger y educar a los niños de escasos

recursos.

Muere el 27 de Noviembre de 1986 en Santiago, a la edad de 76 años. (El resto de su

información bibliográfica no ha sido encontrada y recaudada en nuestra investigación,

debido al ya mencionado escaso registro de los cantantes líricos chilenos y puntualmente

de nuestro personaje)

2.2 Formación musical

Muy probablemente su formación musical inicial fue proporcionada por el Colegio

San Ignacio, institución que le dio su formación obligatoria. Consideramos que en su etapa

de escolaridad tuvo lugar su acercamiento a la música y a su futura formación como

22
cantante, puesto que dentro de la educación jesuita, la música como arte y manifestación

histórica, tiene gran importancia. (No se ha encontrado más información acerca de su

formación musical)

2.3 ¿Qué es un barítono?

En rangos muy generales, el término barítono respecto a la voz humana, se refiere al

cantante con un rango vocal que se encuentra entre el tenor (la voz masculina más aguda) y

el bajo (la voz masculina más grave). Cabe señalar que el espectro o rango vocal (las notas

o margen de frecuencia sonora que abarca una voz humana) es una condición fisiológica,

definida por las diversas proporciones y longitudes de las cuerdas vocales y el resto de

estructuras que conforman la laringe, por lo tanto no puede ser escogida ni decidida por el

artista. Por lo cual recalcamos que no es un talento ni una virtud, sino una condición

fisiológica.

El término barítono como tal, fue establecido e identificado por el destacadísimo

compositor italiano Giuseppe Verdi, quien le dio por primera vez, definición y autonomía a

este tipo de voz masculina que es más aguda que la del bajo y más grave que la del tenor, la

cual anteriormente no había sido clasificada a lo largo de la historia. Antes del gran aporte

teórico de dicho compositor, los barítonos solían ser identificados como cantantes con la

capacidad de cantar algunos roles (término utilizado para referirse a los personajes en una

ópera) para la voz de bajo y algunos roles para la voz de tenor.

Junto con el aporte teórico que entregó Verdi al ámbito del canto y a lo vocal, también

le entregó destacados personajes y compuso virtuosa música a la voz de barítono,

poniéndolo en un importantísimo lugar en el plano de la ópera. Dentro de estos grandes

23
roles podemos mencionar los personajes de Yago en la ópera “Otello”, Conde de Luna en

“Il Trovatore”, Rigoletto en “Rigoletto” entre muchos otros.

2.4 Inicios y desarrollo de su carrera en la Ópera.

Su debut en el elenco dramático del Teatro Municipal fue en el año 1936, a la edad de

26 años, en las óperas “Fra Diavolo” de Daniel Auber, con el rol de Beppo, un papel que

cabe destacar es originalmente para tenor (18 de Diciembre del mencionado año); y “El

Murciélago” de Johann Strauss, con el rol de Franco (este rol sí fue escrito para la voz de

barítono). De esta segunda ópera mencionada se desconoce la fecha exacta de presentación,

Razón por la cual no hemos podido determinar en cuál de las dos fue su real debut.

No podemos dejar de mencionar su primera actuación en un rol destacado, el cual

fue en “El Barbero de Sevilla” de Gioachino Rossini, como Figaro en el año 1941, el 27 de

abril en el Teatro Municipal. Rol del cual el aria (nombre que llevan las piezas solistas que

ejecutan los cantantes en la ópera, con un acompañamiento instrumental orquestado)

principal del personaje es muy famosa y reconocida auditivamente incluso por personas no

conocedoras ni adeptas de la ópera. La destacada aria “Largo al factotum”, pieza de gran

dificultad vocal e interpretativa dentro del repertorio de barítono y más aún dentro del

ámbito del canto y la ópera. Este rol volvió a interpretarlo para la Temporada lírica

Nacional del mismo año, el 21 de septiembre. (1941).Posteriormente interpretó roles como

DrMalatesta en “Don Pascuale” de Gaetano Donizetti ese mismo mes, pero esta vez la

función fue en honor del “Congreso Interamericano de Municipios”. Este mismo año

Interpreta los roles de Giorgio Germont de “La Traviata” de Giuseppe Verdi; Lord Enrico

24
Ashton de “Lucia di Lammermoor” de Gaetano Donizetti; y otra vez el rol de Figaro

anteriormente mencionado

El año siguiente (1942, vinieron 4 funciones de la ópera chilena Caupolicán de

Remigio Acevedo Gajardo, con el rol del español “García” (ópera ambientada en el año

1552). Interpretando también durante este año, por tercera vez el rol de Figaro. También

durante 1942 interpretó los roles de Sharpless de “Madama Butterfly” de Giacomo Puccini

y Silviode “Pagliacci” de Ruggero Leoncavallo. En 1943 Mario Plazaola interpreta los

roles de Pietro Fléville “el romancero” de la ópera Andrea Chenier de Humberto Giordano,

el 7 de octubre (cabe destacar que este rol fue escrito originalmente para la voz de bajo)y

Lescaut de “Manon” de Jules Massenet. En 1944 se vuelve a montar la afamada ópera

italiana IlPagliaci del compositor Leoncavallo, en la cual Mario Plazaola volvió a hacer el

rol de Silvio; esta ópera tuvo una función y fue el 17 de octubre. Este año también tuvo

lugar la ópera “La bohème” de Giacomo Puccini, en la cual Plazaola interpretó el rol de

Marcello.

En 1945 Mario Plazaola tiene un importante hito, su debut en el segundo rol destacado

(luego de Figaro), el cual fue como Rigoletto en la ópera de nombre homónima de

Giuseppe Verdi. El personaje de Rigoletto es el de un bufón al servicio de un duque,

renegado a desempeñarse de tal por haber nacido con deformaciones en su espalda

(jorobado). Este rol tiene un particular carácter dramático muy intenso y una exigencia

plena para el cantante de la zona aguda del barítono. Este mismo año participó en la ópera

chilena “Mauricio” de Carlos Melo Cruz, función de la cual no encontramos la información

del rol que interpretó.

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Dos años más tarde (1946), nuestro barítono vuelve a participar en el elenco dramático

del Teatro Municipal, interpretando el rol de Don Fernando en una ocasión y a Don Pizarro

en otra, en la ópera Fidelio del destacado compositor Ludwig van Beethoven (única ópera

escrita por este compositor alemán); este rol también fue escrito originalmente para la voz

de bajo. También volvió a desempeñarse en la ópera nacional “Mauricio” y en la destacada

ópera Rigoletto de G. Verdi. En 1947 tiene participación solamente en “Lucia de

Lammermoor” otra vez interpretando el rol de Lord Enrico Ashton.

Luego de 3 años de ausencia en la temporadas líricas, en 1950 Mario Plazaola vuelve a

interpretar a Lescaut de la ópera “Manon” de J. Massenet y a Figaro en “Il Barbiere di

Siviglia” de G. Rossini. En 1952 interpreta el rol protagónico del Conde de Luna de la

ópera “Il Trovatore”. En 1953 otra vez el rol de Figaro de “Il Barbiere di Siviglia” y por

primera vez actúa en la ópera “Der Fraischütz” (el cazador furtivo) del compositor alemán

Carl Maria von Weber con el rol de Kilian, “un rico campesino”. Posteriormente dentro del

mismo año y la misma temporada (1953), vuelve a interpretar a Silvio en “Pagliacci” de R.

Leoncavallo, también participando en la ópera chilena “Sayeda” del compositor Próspero

Bisquert. En 1954 actúa por primera vez en la ópera “Hänsel und Gretel” del compositor

alemán Engelbert Humperdinck, con el importante rol de Peter, el padre de los niños y

fabricante de escobas. En 1955 Interpreta a Escamillo de la ópera “Carmen de Georges

Bizet; vuelve a interpretar el rol de Lord Enrico Ashton en “Lucia de Lammermoor” de G.

Donizetti y los destacados roles de Rigoletto de la ópera “Rigoletto” y del Conde de Luna

de “Il Trovatore”, ambas obras de la autoría del gran compositor italiano G. Verdi siendo

estas sus últimas presentaciones en la ópera en el Teatro Municipal de Santiago.

26
Un hito importante en su carrera como cantante, según nuestra visión, fue el de

participar en la temporada lírica que se llevó a cabo en el teatro Satch en 1954 (mencionado

en el apartado 1.4). Lo que nos da una reseña en el desempeño de su carrera que ya no nos

remite solamente al Teatro Municipal. Sin embargo la mayoría de su trayectoria la

desempeñó en este tradicional teatro santiaguino. En esta ocasión, la temporada fue

organizada por propios cantantes, en su mayoría nacionales, debido a que la Municipalidad

de Santiago tuvo problemas financieros. Esta fue la primera vez en que el público no se

remitió a los estratos sociales altos, sino que se compuso particularmente por gente de clase

media y modesta, lo cual como mencionamos anteriormente, tuvo un muy buen

recibimiento de los espectadores.

(www.memoriachilena.cl) (“Ópera en Chile” Orlando Álvarez Hernández – 2014)

Posterior a su desempeño en las óperas del Teatro Municipal, encontramos

información de su participación en la 3° Temporada Lírica Nacional en el año 1958 en el

Teatro Satch (actual Teatro Cariola), 4 años después de su primera participación en este

teatro. De esta temporada no hemos encontrado las especificaciones de su participación e

interpretaciones operáticas, pero si sabemos el listado de óperas que se montaron, las cuales

fueron: El Trovador, Andrea Chenier, Rigoletto, Traviata, Cavalleria Rusticana, Pagliacci,

Madame Butterfly, La Boheme, Tosca, La Fuerza del Destino, Sayeda y El Barbero de

Sevilla.

(Revista Musical Chilena, volumen 12, n° 60).

27
3.- Mario Plazaola: su formación educacional Jesuita y su trayectoria como cantante y

docente en la Iglesia y Colegio San Ignacio de Loyola.

3.1 Breve conceptualización de la Compañía de Jesús

Es una orden religiosa asociada a la Iglesia Católica, fundada en 1539 por el religioso

español Ignacio de Loyola en Roma, Italia, la cual hace llamar “jesuita” a quien sea

integrante de ella. Es distinguida por su de obediencia al Papa. Actualmente es la orden

religiosa masculina más grande de todas las existentes en el catolicismo. Si bien es una

orden de carácter apostólico y sacerdotal, también está formada por comunidad laica, es

decir, personas naturales que no son sacerdotes ni monjes, pero que comparten la misma fe.

Siendo su principal decreto el “profundo amor personal a Jesucristo” y su argumento y

misión el derecho a “la salvación y perfección de los prójimos” y teniendo una rigurosa y

multidisciplinaria formación académica. Por consiguiente su actividad se extiende además

del campo misionero, al educativo, intelectual y social, lo que los ha llevado a ser los

lideres intelectuales del catolicismo por casi cinco siglos.

3.2 La Compañía de Jesús en Chile

La Compañía de Jesús llega a Chile en el año 1593, ejerciendo principalmente la gran

labor de dar educación a todos los grupos sociales así como también de evangelizar a las

comunidades indígenas. Teniendo gran efectividad en dicha evangelización, debido a que

28
fueron los primeros en darle al indígena un trato humanitario, integrando lenguaje, cultura y

tradición de los diversos grupos autóctonos en la enseñanza de la “Palabra de Dios”,

otorgando con esta propuesta de sincretismo, un sentido de identificación, propiedad y

respeto, los cuales no habían sido brindados en anteriores ocasiones.

Si bien los miembros de la orden jesuita mantenían un estilo de vida muy humilde,

esto no le impidió a la Compañía de Jesús lograr con exitoso un considerable patrimonio

material, éxito que sirvió de ejemplo para el progreso económico del Reino de Chile, pero

principalmente para que los jesuitas pudieran continuar en el tiempo con su obra

evangelizadora y educadora. Dichos logros eran vistos con recelo por parte de otras órdenes

religiosas, así como también de las autoridades, las cuales veían como una gran amenaza

que una compañía la cual estaba al servicio y lealtad del Palpa y no de los monarcas,

tuviera tal éxito e influencia social, más aun considerando que algunos de sus miembros

mantenían teorías “peligrosamente subversivas” en contra del poder monárquico.

Este panorama de grandes roses y tensiones entre la orden religiosa y las autoridades

reinales, generó que en el año 1767 los jesuitas fueran expulsados de todos los dominios

pertenecientes al Reino de España, entre los cuales estaba Chile. Luego de 38 años de beta

y bajo el reinado de Fernando VII, es abolida la expulsión de los jesuitas, lo cual les

permite volver a Chile al año siguiente (1816), pudiendo retomar y continuar su misión

apostólica de enseñanza, reemplazando en entonces la evangelización indígena por la gran

labor de ayudar a los pobres.

Dicha visión en su labor social y sentido de caridad, ayuda y justicia, son estandartes

que la Compañía de Jesús ha pretendido preservar hasta la actualidad, con algunos ejemplos

29
concretos en nuestro país como la creación de la ampliamente conocida institución benéfica

“Hogar de Cristo”, fundada el 19 de octubre de 1944 por el sacerdote jesuita San Alberto

Hurtado, la cual se encarga principalmente de ayudar a personas en condición de extrema

pobreza. Así como también lo ha sido la labor del Instituto Nocturno del Colegio San

Ignacio, fundado en 1919, con la misión de educar a la clase obrera chilena, en contraste

con la tradicional división diurna de este establecimiento que desde su inauguración en

1856 hasta 1920 se dedicó principalmente a la formación educacional de la élite tradicional

chilena.

3.3 Trayectoria de Mario Plazaola por el Colegio San Ignacio y el Templo.

Luego de su paso como estudiante por el Instituto Nocturno del Colegio San Ignacio,

como mencionamos anteriormente (punto 2.1), ya a la edad de 23 años, siendo 1933, Mario

Plazaola se integra a la comunidad San Ignacio esta vez en su rol como profesional,

cumpliendo labores de cantante solista del coro de la Iglesia en las diversas funciones

litúrgicas inherentes al culto, acompañado por el destacado maestro organista Aníbal

Aracena Infanta, reconocido por ser el primer organista chileno. Así como también se

desempeñó como cantante en el Salón de Actos del Colegio en las diversas funciones

escolares junto al coro de estudiantes, como también en las premiaciones de final de año, en

las cuales tradicionalmente se reconocía a los alumnos destacados en las diferentes

asignaturas y disciplinas que impartía el establecimiento.

Saliendo del plano de la comunidad Ignaciana Jesuita, Mario Plazaola también

participó de manera habitual, tanto con el ya mencionado coro de alumnos del Colegio San

Ignacio, como junto al coro femenino del Colegio Villa María, ubicado en la comuna de las

30
Condes, establecimiento ligado a la también católica congregación femenina del

“Inmaculado Corazón de María” (Inmaculate Heart of Mary), en diversas funciones en el

Teatro Municipal y en el Teatro Real junto a la Orquesta Sinfónica. Logrando con las

actividades mencionadas, un promedio aproximado de 150 actuaciones al año.

Por otro lado, Mario Plazaola cantó en diversos matrimonios, contratado por personas

particulares para estas instancias. Su relación laboral y artística con la comunidad San

Ignacio concluye el año 1959, culminando con 26 años de trayectoria tanto en la Iglesia

como el Colegio.

(“Cartas y Certificados Profesores”. 1965, 1968. Archivo Colegio San Ignacio.

4.- Argumentación

Considerando los casi 20 años de trayectoria que tuvo Mario Plazaola en la ópera del

Teatro Municipal (1936-1955), sumado a la gran cantidad de instancias en que se presentó

en los respectivos montajes dramáticos, y más aun recalcando los destacados roles de

barítono que interpretó, como fueron Figaro, Rigoletto, Conde de Luna, entre otros, los

cuales llevó a cada uno a escena más de una vez. Es que nos sentimos con la cantidad de

evidencias suficientes para demostrar y comprobar que su carrera merece plenamente ser

recordada, destacada y reconocida en la actualidad y hacia la posteridad por los músicos

doctos, el cuerpo docente, los aficionados y adeptos, y principalmente todos quienes tengan

estrecha relación con el espectro de la música docta y la ópera en Chile. Agregando

también que su condición como uno de los primeros cantantes líricos y barítonos (junto a

Carlos Morelli), en comenzar carrera y mantener trayectoria a nivel nacional en la ópera del

31
Teatro Municipal, merece un reconocimiento el cual abarca más allá del mundo de la

música y la ópera, sino que involucra también al espectro de la cultura y el arte chilenos.

Por otro lado y no menos importante, nos sentimos satisfechos de haber expuesto la

cantidad de información mínima necesaria para argumentar que la intención que tuvo Mario

Plazaola, de colaborar con la amplificación del arte de la ópera, desde los estratos

socioeconómicos acomodados, hacia la clase media y modesta, es efectiva (pese a que no

hay registro hallado de alguna declaración directa de su parte). Con ejemplos concretos

como fue su participación en la gestión y organización de la primera temporada lírica hecha

en el popular Teatro Cariola (entonces teatro Satch) en 1945, a la que asistieron también

por primera vez, personas de clase media y obrera, los cuales apreciaron con gran agrado

este tipo de obras artísticas, (que probablemente la mayoría no había oído antes en vivo).

Visiones e iniciativas las cuales el cantante adquirió gracias a su origen humilde y a su

formación educacional obligatoria hecha en el Instituto Nocturno del Colegio San Ignacio.

Formación y conciencia social, que por los valores y preocupaciones característicos de la

Compañía de Jesús, no es de sorprender que haya desarrollado.

Pese a que lamentamos lo breve en extensión de nuestro trabajo investigativo, debido a

lo difícil y lento que fue recaudar la información, recolección que se logró gracias a las

personas ya mencionadas, consideramos que dicha brevedad no significó restar

contingencia ni importancia a nuestros temas tratados.

Conclusión

En relación al material que logramos recopilar, comparar, en torno a la investigación y

acorde a lo expuesto en nuestra argumentación, es que podemos concluir que Mario

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Plazaola ocupó un importante lugar en los inicios del desarrollo y evolución de la lírica en

Chile, país en el que la historia y trayectoria de la ópera son jóvenes y recientes en relación

a la vasta experiencia y tradición cultural de los principales países europeos, precursores de

ésta. Consideramos sumamente necesario para la completa construcción de nuestra

identidad cultural como sociedad, el rescate de artistas y personajes como nuestro cantante,

ya sea con ejemplos de otros cantantes, músicos, o profesionales destacados de otras arias

como la medicina, filosofía, etc, que no han sido los suficientemente investigados ni

reconocidos por sus importantes labores y aportes. Particularmente en quienes se han

desempeñado en Chile, quienes han sido en general poco considerados y reconocidos en

relación (y a modo de crítica y reflexión) con los compatriotas que se han hecho fama, éxito

y trayectoria en el extranjero, los cuales en nuestra historia como sociedad, han tenido

mucho más reconocimiento e interés investigativo.

Anexos:

1.-

33
Mario Plazaola. Único registro fotográfico que posee la página web del Centro de

Documentación de las Artes Escénicas, que tiene ubicación física junto al Teatro Municipal

de Santiago, en la calle Moneda.

2.-

34
Carta de Recomendación de Mario Plazaola, redactada por el entonces Rector del Colegio

San Ignacio, para uno de los entonces regidores de la Ilustre Municipalidad de Santiago

(Encontrada en el Archivo del mismo colegio). Con la aparente intención de que el cantante

fuera considerado para desempeñarse en las áreas mencionadas en la imagen, con fecha:

Mayo 28 1968 (poco visible en la imagen, pero presente al final de la carta)

3.-
35
Certificado escrito a petición de Mario Plazaola (encontrado en el Colegio San Ignacio)

Bibliografía:

36
-Universidad de Chile. (1954). Revista Musical Chilena, volumen desconocido, ejemplar

incompleto. Santiago. Departamento de Música de la Facultad de Artes

-Universidad de Chile. (1958). Revista Musical Chilena, volumen 12. Santiago.

Departamento de Música de la Facultad de Artes

-Web: “http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-100675.html#presentacion” (2012).

“La Ópera en Chile”.

-Web: “http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-607.html” (2000). “Teatro Municipal

de Santiago”.

-Web: “http://www.centrodae.cl” Centro de Documentación de las Artes Escénicas. “Teatro

Municipal de Santiago.

-Web: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-677.html (2014). “La Compañía de

Jesús en Chile”

-Universidad Diego Portales. (2014). “Ópera en Chile, Ciento ochenta y seis años de

historia”. Orlando Álvarez Hernández. Páginas 27-40, 61-71, 457-487

-Universidad FinisTerrae. (2006). “Consejos al Investigador. Jacqueline Dussaillant

Christie.

-PDF: “http://www.jesuitas.cl/wp-content/uploads/cronologia_tampe.pdf” (2010). “Línea

de tiempo Compañía de Jesuitas en Chile”

37
-Archivo Colegio San Ignacio. (1965, 1968). Certificado y Carta de Recomendación a

Mario Plazaola. “Cartas y Certificados Profesores”. Guillermo Marshall, Sacerdote Jesuita.

Rector del Colegio San Ignacio.

38

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