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SOBRE LA NEGATIVA PURA Y SIMPLE DE LOS FUNDAMENTOS DE

HECHO Y DE DERECHO COMO FORMA DE CONTESTAR LA DEMANDA

Jorge Luis Mazón

La negación simple de los hechos es una de las conductas que puede adoptar el
demandado al contestar la demanda que ha estado considerada en el pasado en diversos
códigos procesales y no ha dejado de ser analizada también en la doctrina procesal.
Consiste básicamente en que el demandado, sin hacer alegaciones ni afirmaciones
destinadas a contradecir o refutar la demanda del actor, se limita, escuetamente, a negar
los hechos introducidos en juicio por el actor, sin agregar nuevos.

Se trata de una actitud procesal del demandado que ha sido bastante mal entendida y
peor utilizada en el pasado, dentro de los procesos escritos regidos por el Código de
Procedimiento Civil (CPC). En efecto, muchos abogados, a la hora de deducir sus
excepciones en la contestación a la demanda, utilizaban de cajón y frecuentemente en
primer lugar, la excepción general de negativa pura y simple de los fundamentos de hecho
y de derecho de la demanda; y a continuación, de forma absolutamente contradictoria,
procedían a deducir otras excepciones. Para entender mejor lo discordante y absurdo de
esta forma de contestar las demandas, es preciso recordar que ya el CPC establecía como
una de las obligaciones del demandado al contestar la demanda la de deducir todas las
excepciones de que se crea asistido en contra de las pretensiones del actor, y, además –
léase con atención- la obligación del juez de cuidar de que la contestación sea clara y las
excepciones contengan los fundamentos de hecho y de derecho en que se apoyan. Lo que
quiere decir que, si al contestar la demanda deduzco otras excepciones además de la
“negativa pura y simple”, tendré que agregar su fundamento fáctico y jurídico, y no se ve
cómo sea esto posible sin contradecir, de alguna manera, los fundamentos de hecho y de
derecho de la demanda. En otras palabras, es virtualmente imposible contestar una
demanda de manera coherente, empezando por alegar la negativa pura y simple (que
constituye una negación general de todos los hechos y el derecho ofrecidos en la demanda
por el actor, y que –con las reglas del CPC- remitía al demandado de la obligación de
tener que ofrecer prueba) y luego contradecir esos hechos de forma puntual, al deducir

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otras excepciones, asumiendo la obligación, que estaba ya prescrita en el inciso final del
artículo 113 del CPC, de tener que probarlas1.

Quienes han analizado esta negativa pura y simple de los fundamentos de hecho y de
derecho de la demanda, se han planteado una cuestión adicional que no carece de
importancia: ¿estamos ante la presencia de una simple defensa, o se trata de una verdadera
excepción? La respuesta a esta pregunta es importante, pues de ella puede depender que
se acepte o no a trámite la contestación a la demanda toda. Ugo Rocco ha dicho - en
nuestro criterio con bastante acierto- que se trata de una simple defensa y no de una
excepción, pues considera excepciones propiamente tales a “aquellos medios de defensa
que, aun estando dirigidos al rechazamiento de la demanda, tienden a conseguir ese
resultado a través de la anulación de la acción ejercitada, contraponiendo al hecho
constitutivo aducido por el actor otro hecho modificativo o extintivo de los efectos de él”;
lo que quiere decir, en buen romance, que el demandado deduce excepciones cuando
contrapone a los hechos que son cimiento de la pretensión del actor, otros hechos u
hipótesis que se ponen en antítesis de las del demandante “y que por tanto operan
solamente si se los alega y se los hace conocer al juez”2. Y opone meras defensas, cuando
hace alegaciones generales en oposición a los hechos que sustentan la pretensión del
demandante.

Es pertinente preguntarnos entonces si en el sistema oral de juzgamiento, y siguiendo


las reglas del proceso establecidas en el Código Orgánico General de Procesos (COGEP),
especialmente los requisitos de la contestación a la demanda, podrían los jueces
considerar la negativa pura y simple como una conducta aceptable por parte del
demandado. Es nuestro criterio que la respuesta a esta interrogante, es un categórico NO,
por las siguientes consideraciones:

1. Una contestación a la demanda con negativa pura y simple de los hechos de la demanda
como única defensa (pues, como dejamos dicho, no la consideramos una excepción),

1
En efecto, ya el artículo 113 del CPC prescribía:
“Es obligación del actor probar los hechos que ha propuesto afirmativamente en el juicio y que ha negado
el reo.
El demandado no está obligado a producir pruebas si su contestación ha sido simple o absolutamente
negativa.
El reo deberá probar su negativa si contiene afirmación explícita o implícita sobre el hecho, el derecho o la
cosa o cantidad litigada”.
2
Ugo Rocco, Derecho Procesal Civil, Vol. I, Editorial Jurídica Universitaria, México, 2001, p. 173.

2
implicaría que el demandado, tras consignar sus generales de ley, señalar el lugar para
sus notificaciones y el nombre de su abogado defensor, se limitaría a exponer su oposición
a la pretensión del demandante formulando como única defensa aquella negativa general
de los fundamentos de hecho y de derecho de la demanda.
2. Al contestar la demanda de esta manera, estaría incumpliendo la ley procesal, pues ella
señala, expresamente, los requisitos que debe cumplir toda contestación a la demanda
para poder ser admitida a trámite por el juez (recuérdese que no solo la demanda, sino
también la contestación a la demanda debe ser calificada y admitida a trámite).
3. Entre estos requisitos sine qua non de la contestación a la demanda, con toda claridad, el
artículo 151 señala la obligación del demandado de hacer algunos pronunciamientos, uno
de los cuales es justamente el referido a la veracidad de los hechos alegados en la
demanda; y, además, deducir todas las excepciones contra la pretensión del actor de que
se crea asistido, con expresión de su fundamento fáctico. Esto significa que el demandado,
no puede conformarse con deducir su negativa pura y simple, sino que tendrá,
obligatoriamente, que deducir las excepciones que opone a los del actor en auxilio de su
propia pretensión, y expresar los hechos en que se apoyan esas excepciones. Es decir que,
a la versión de los hechos propuesta por el actor en la demanda, el demandado debe
oponer su propia versión de los hechos, si su intención es contradecir y contratacar la
acción incoada en su contra. Puede también, desde luego, deducir alguna o varias de las
excepciones previas del artículo 153 del COGEP, que más que referirse a los hechos, se
refieren a cuestiones procesales que impiden que se constituya adecuadamente en juicio
la relación procesal. Pero si el demandado no deduce excepción alguna en su contestación,
estamos en el caso de un allanamiento tácito a la demanda, amén de que el juez debería
mandar a completar una contestación propuesta de esa manera, por incumplir el requisito
constante del artículo 151 del COGEP, que obliga al demandado a deducir todas las
excepciones de que se crea asistido contra las pretensiones del actor.

Lo que dejamos dicho, ya lo ha hecho notar Dana Abad, refiriéndose a la negativa


pura y simple tal y como estaba contemplada en el CPC; en efecto, esta autora afirma
que” nuestra legislación claramente determina, de una forma por demás concreta, lo que
se le pide al demandado que haga al momento de comparecer al proceso. Y precisamente
se le pide que su contestación contenga su pronunciamiento expreso sobre las
pretensiones del actor y los documentos que se acompañan a la demanda, con indicación
categórica de lo que admite y de lo que niega. Luego, resulta contradictorio que en

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disposiciones posteriores se premie su negligencia en el cumplimiento de la norma
descrita y se le brinde una tácita defensa que traslada la prueba al actor”3.

Resulta útil, adicionalmente, comparar cómo estaba planteado el tema de la negativa


pura y simple en el CPC y cómo está planteado en el COGEP. El CPC obligaba al juez,
en los casos en que no se contestaba la demanda, a asumir esa conducta como indicio en
contra del demandado y además como negativa simple de los fundamentos de la
demanda4.

El COGEP, por su parte, contiene en su artículo 1575 una disposición problemática6;


la norma se titula “Falta de contestación de la demanda” y en ella, a diferencia de la del
CPC, topamos con una norma potestativa, no mandatoria como la del anterior código
adjetivo. El juez, con las nuevas reglas, puede (o no puede, si así lo decide) asumir que
existe una negativa de los hechos de la demanda si en el proceso ocurre una de dos
situaciones: 1) Si hay falta de pronunciamiento expreso sobre los hechos y pretensiones
de la demanda; y, 2) Si la contestación a la demanda contiene afirmaciones o negaciones
contrarias a la realidad7. El primer caso, solo podría darse –en nuestro criterio-, cuando
no hay contestación a la demanda, pues si el demandado la ha contestado, esa
contestación, por mandato de la ley, debe tener un pronunciamiento expreso sobre las

3
Dana Abad, Naturaleza jurídica de la negativa pura y simple de los fundamentos de hecho y de derecho
de la demanda en el proceso civil, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito, 2011, Tesis de maestría, p.
71.
4
CPC. - Art. 103.- La falta de contestación a la demanda, o de pronunciamiento expreso sobre las
pretensiones del actor, será apreciada por el juez como indicio en contra del demandado, y se considerará
como negativa simple de los fundamentos de la demanda, salvo disposición contraria.
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COGEP. - Art. 157.- Falta de contestación a la demanda. La falta de pronunciamiento expreso y concreto
sobre los hechos y pretensiones de la demanda, o las afirmaciones o negaciones contrarias a la realidad,
podrá ser apreciada por la o el juzgador como negativa de los hechos alegados contenidos en la demanda,
salvo que la ley le atribuya otro efecto.
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Disposición problemática la del Art. 157 del COGEP, pues deja a criterio del juez, el otorgar o no el efecto
jurídico que se establece en la norma. Es una disposición, además, que aplicaría en los casos de allanamiento
tácito, pues esa es una situación procesal que surge, justamente, de la no contradicción por parte del
demandado de los fundamentos de hecho de la demanda del actor; todo lo cual se muestra contradictorio,
pues si a esta conducta del demandado (e allanamiento tácito) el juez, decide darle la interpretación de
“negativa de los hechos de la demanda” como sugiere el texto del artículo que comentamos, surgiría una
controversia donde probablemente no la hay.
Es problemática también la disposición legal del Art. 157 porque su título es confuso. Las hipótesis de
hecho que se describen en esa disposición legal son distintas o rebasan a la situación de falta de
contestación.
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Otra disposición ambigua. ¿Qué es una afirmación o negación contraria a la realidad? ¿Acaso una
afirmación falsa? Si es así, ¿cómo puede saberlo el juez antes de la práctica de la actividad probatoria? ¿O
se está refiriendo el Código a los llamados “hechos físicamente imposibles” de los que también habla la
doctrina?

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pretensiones y la veracidad de los hechos de la demanda, caso contrario, simplemente no
debe ser admitida a trámite por el juzgador.

Pero más de uno ha asumido que esta disposición normativa subsume también la
hipótesis de la contestación a la demanda en la que el demandado no ha hecho
pronunciamiento alguno sobre las pretensiones del actor. Y la cosa no es pacífica, cuando
miramos que, en la práctica de nuestras judicaturas, hay jueces que admiten a trámite
contestaciones a la demanda que no contienen ese pronunciamiento expreso ordenado por
la ley, y otros que las rechazan y mandan a completar.

Y la cuestión se torna más compleja todavía cuando analizamos la disposición del


segundo inciso del artículo 169 del COGEP8que parece autorizar al demandado a
presentar contestaciones simples o absolutamente negativas, lo que nos regresa de vuelta
a platearnos otra vez la pregunta de que si es posible que con el COGEP quepan esta clase
de contestaciones a la demanda, cuando el artículo 151 contiene como requisitos no solo
el pronunciamiento expreso sobre las pretensiones y la veracidad de los hechos aducidos
por el actor en su libelo inicial, sino también (e inclusive) la de deducir todas las
excepciones en contra de aquel.

En conclusión y resumiendo lo desarrollado en este ensayo, podemos decir sobre la


negativa pura y simple de los hechos por parte del demandado, lo siguiente:

1) La negativa pura y simple no es una excepción propiamente dicha, ni previa ni de


fondo, sino una mera defensa, que ha ocupado un lugar en la legislación y en la
doctrina procesales, pero que, a la luz de los fines del proceso oral, presenta
muchos problemas.
2) Se trata de una conducta procesal del demandado que ya en el pasado era utilizada
de manera contradictoria, pues está en su esencia el ser una negación general de
los fundamentos de hecho y de derecho de la demanda; pero ha sido
frecuentemente utilizada como una excepción más entre otras que deducía el
demandado, restando racionalidad a su argumentación pues, no se puede negarlo
todo de manera general y luego oponerse puntualmente deduciendo excepciones

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COGEP. - Art. 169.- Carga de la prueba. Es obligación de la parte actora probar los hechos que ha
propuesto afirmativamente en la demanda y que ha negado la parte demandada en su contestación.

La parte demandada no está obligada a producir pruebas si su contestación ha sido simple o absolutamente
negativa; pero sí deberá hacerlo si su contestación contiene afirmaciones explícitas o implícitas sobre el
hecho, el derecho o la calidad de la cosa litigada. (…)

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específicas. O lo que es lo mismo, negarlo todo y guardar silencio sobre los hechos
alegados en la demanda (pretendiendo trasladar la carga de la prueba totalmente
al campo del demandante) y a continuación deducir excepciones de fondo que
obligan a contradecir de manera puntual aquellos hechos y a ofrecer prueba para
acreditarlos.
3) Entendemos que, en el pasado, como una forma más de garantizar el derecho de
defensa del demandado y teniendo en cuenta el principio de contradicción que
rige en todos los procesos por mandato constitucional, la ley obligaba al juez a
apreciar la falta de contestación a la demanda como negativa pura y simple de los
hechos¸ lo que obligaba al actor, en estos casos, a producir de todos modos la
prueba de su caso para llevar al juez a la convicción sobre los hechos alegados.
Pero con el COGEP esta disposición se ha vuelto ambigua, y ahora el juez tiene
la potestad de apreciar o no la falta de contestación a la demanda de esa manera,
o no hacerlo si así lo estima.
4) Creemos que, con la nueva normativa procesal, el demandado ya no puede
contestar la demanda con una escueta y general negativa pura y simple de los
hechos de la demanda; y esto porque la normativa que regula los requisitos de la
contestación a la demanda, lo obliga a hacer toda una serie de pronunciamientos
expresos sobre la demanda y a deducir verdaderas excepciones (y no meras
defensas), además de que el juez tiene la obligación de velar porque el demandado
cumpla con los requisitos de ley al contestar la demanda y advertirlo, como en
efecto hacen algunos jueces, que de no cumplir con ellos su contestación no será
admitida a trámite.

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