6ºA PIA Periodo: Agosto 2015 – Junio 2017 HISTORIA DEL CBTa 90
El Centro Bachillerato Tecnológico agropecuario No. 90, cuenta
con una experiencia de 41 años de labor académica. Hacia el año de 1975, ya existía la idea perfectamente madura, de la imperiosa necesidad, de que a la pirámide educativa que ofrecía la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria, se agregara el eslabón inmediato del nivel medio superior, a donde pudieran acudir los jóvenes con inclinaciones e interés por el estudio de las carreras de tipo agropecuario. Para esta fecha, se había logrado consolidar una escuela Secundaria Tecnológica Agropecuaria, E.T.A. No. 13, con prestigio en todas las órdenes, con credibilidad y confianza entre sus integrantes y lo más importante, entre los padres de familia y la sociedad cuauhtemense. Fue desesperante y gravoso, contemplar como las generaciones egresadas a nivel secundario, para poder seguir el llamado de sus intereses, tenían que trasladarse fuera de la región, para continuar con sus estudios de carácter agropecuario, más de una docena de jóvenes por problemas económicos, vieron frustrados sus anhelos. La idea de gestionar y lograr una institución federal del nivel medio superior, estaba en marcha. Esta idea iba y venía entre las personas interesadas en hacer congruente la pujanza productiva de la región con las oportunidades educativas.
Así, un 19 de octubre de 1976, nace en Cd. Cuauhtémoc, el
Centro de Estudios Tecnológicos Agropecuarios No. 90, conocido como C.E.T.A No. 90. Institución que surge gracias al esfuerzo de un conjunto de voluntades, personas visionarias que se dieron a la tarea de conformar un patronato, sostener innumerables reuniones, entrevistas con funcionarios del gobierno estatal y federal, reuniendo recursos económicos y promoviendo este servicio educativo entre los habitantes de la región. Como toda grande obra, este centro de estudios nació y se forjo en el interior de un hombre, el Ingeniero Jorge Castillo Cabrera, educador que contagio su entusiasmo a la sociedad cuauhtemense para fundar este plantel.
Para el mes de febrero de 1977, se instala el C.E.T.A No. 90, en
la escuela primaria Benito Juárez, permaneciendo en ella, durante un año, lapso en el que incremento el número de alumnos, de personal y opciones educativas. Este mismo año, marca el inicio de la explotación avícola y agrícola, se funda la cooperativa escolar de producción y consumo No. 503, que es un ejemplo de organización para mas de 200 planteles del subsistema agropecuario.
El día 13 de febrero de 1978, se toma posesión de la primera
etapa de construcción entregada por el gobierno federal y con paso firme se avanza en la cristalización de un proyecto educativo que se concibiera como un sueño, entre otras importantes actividades, se inicia la explotación apícola, y después se consolida el api ario mas fuerte y productivo de todas las escuelas del norte del país, de aquí se adopta la abeja como mascota, se plantan alrededor de 4000 árboles de manzana, en es sector pecuario, se establece la unidad de bovinos productores de leche y las explotaciones de porcinos, aves y conejos. Concluyen y se entregan todas las etapas de construcción y los talleres de lácteos, carnes y frutas, son puestas en operación, con ellos salen al mercado excelentes productos alimenticios. En el devenir del tiempo, se presentan también transformaciones curriculares, se cambia al nombre de Centro de Bachillerato Tecnológico agropecuario, junto con otras modalidades educativas que enfatizan la formación del alumno en el bachillerato, evolución que es asimilada por el personal del plantel y el ingreso de bachilleres a los estudios superiores, deja de ser una excepción para convertirse en una norma.
Han sido 41 años que han traído un sinfín de éxitos laborales
académicos, deportivos y culturales, con la valiosa ayuda de alumnos, padres de familia y el personal, que han sabido llevar muy en alto al nombre de esta gran colmena. Pero el grado de crecimiento del plantel, aun no llega a su término, aún falta mucho camino que recorrer, porque la vida de una institución, es una interminable carrera de relevos donde las metas de superación son cada día mayores, pero existe la tranquilidad y satisfacción por lo logrado hasta el día de hoy.
La química es la ciencia que estudia tanto la composición, la
estructura y las propiedades de la materia como los cambios que esta experimenta durante las reacciones químicas y su relación con la energía.
La química moderna se desarrolló a partir de la alquimia, una
práctica protocientífica de carácter filosófico, que combinaba elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la biología, entre otras ciencias y artes. Esta fase termina al ocurrir la llamada Revolución de la química, basada en la ley de conservación de la materia y la teoría de la combustión por oxígeno postuladas por el científico francés Antoine Lavoisier.
Las disciplinas de la química se agrupan según la clase de
materia bajo estudio o el tipo de estudio realizado. Entre éstas se encuentran la química inorgánica, que estudia la materia inorgánica; la química orgánica, que estudia la materia orgánica; la bioquímica, que estudia las sustancias existentes en organismos biológicos; la fisicoquímica que comprende los aspectos energéticos de sistemas químicos a escalas macroscópicas, moleculares y atómicas, y la química analítica, que analiza muestras de materia y trata de entender su composición y estructura mediante diversos estudios y reacciones. ENCARGADA DEL CLUB DE QUIMICA
La maestra Q.B.P Ana María Alvarado Medinilla fue la persona
encargada de llevar el seguimiento a mis actividades y asistencias al Club de Química, siendo la maestra asesora de dicho club. Durante toda mi estancia en el club, fue la principal persona y guía a la que acudíamos y en la cual nos basábamos para la realización de actividades. Y no solamente fungió como maestra asesora en Química, sino como una integrante más y una amiga para todos los alumnos. ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL CLUB
En el club de Química, solíamos trabajar de manera práctica
ya que nos asignaban algunos ejercicios o problemas que debíamos resolver, con el fin de practicar la habilidad de resolver problemas químicos y de esta manera aprender mejor la materia, y sus formas de trabajo. Durante el club debíamos buscar información para responder ejercicios o para aclarar problemas, y nos apoyábamos en los libros de Química I y II, además de que complementábamos ideas que teníamos o dudas que surgían para resolver los ejercicios. Con material de apoyo que nos brindaban las maestras o asesores podíamos repasar temas, o bien, resolvíamos los ejercicios que nos dejaban, mejorando el aprendizaje personal. Algunas veces abordábamos temas nuevos para todos, pero que eran necesario entenderlos para futuras evaluaciones o concursos, por lo que teníamos que tomar apuntes de los ejercicios realizados por las maestras o los asesores, y de esta forma repasarlos cuando fuera necesario, y practicarlos también. Obteníamos nuevos conocimientos, y estábamos bajo un ambiente similar a una clase de química normal. Cuando no podíamos entender algunos temas, nos ayudábamos unos a otros, nos explicábamos cosas y compartíamos información. Muchas veces, entre nosotros mismos explicábamos porque consideramos que de esta manera resultaríamos beneficiadas ambas partes; la persona que explica y repasa las ideas, y la persona que lo necesita y logra comprender más fácil el tema. Para tener un mejor rendimiento y mayores conocimientos mejorados, entrenábamos mediante la aplicación de exámenes de química (I o II), tratando de resolverlos por nuestra propia cuenta, y de esa manera reforzábamos y aclarábamos temas. Otra actividad realizada, y que me pareció bastante interesante fue una visita a la “Semana de la Química” en la facultad de ciencias químicas de la UACH, donde pudimos estar en contacto con conocimientos más profesionales y conocimos más cosas relacionadas con la ciencia, además de algo sobre su aplicación en la vida diaria. Los alumnos de sexto semestre que habíamos permanecido en el club por algo de tiempo, fuimos encargados de explicarle los temas vistos a compañeros de grados inferiores, o que recién se integraban al club, contribuyendo así al conocimiento propio y al de nuestros compañeros. También muchas veces los alumnos más antiguos o pertenecientes a últimos semestres, se supone que dominamos mejor algunos o casi todos los temas, por lo que nos correspondía ayudar a que todos nuestros compañeros comprendieran estos, y que avanzáramos todos en un mismo ritmo. Esto se lograba mediante explicación grupal de la mayoría de los ejercicios planteados y usábamos explicaciones gráficas, además de material de apoyo. En la fase de entrenamiento, nos dividíamos en equipo para responder algunos cuestionarios o exámenes contra reloj, para entrenar en caso de asistir a algún concurso real. Cuando algunos resolvíamos los ejercicios en el cuaderno, el resto del equipo estaba en el pizarrón haciendo lo mismo, pero con diferentes preguntas. En las asesorías trabajábamos en equipo simulando un concurso real en las mayores condiciones posibles (fase de pizarrón), por lo que hacíamos uso del pizarrón para resolver ejercicios conjuntamente, compartiendo nuestros conocimientos y obtener mejores resultados en los problemas planteados, además de aclarar dudas surgidas entre todos por si nos correspondía asistir a concursos. Cuando nos dejaban trabajos algo difíciles nos dejaban trabajar en equipo, ya sea en parejas, tercias o en grupo. Cuando nos reuníamos con otros integrantes descubríamos lo que cada uno podía brindar y combinábamos mayores conocimientos, además de que nos apoyábamos siempre que no podíamos resolver algo de forma individual. Fue una acción bastante completa pues aumentábamos también la convivencia. CONCLUSION PERSONAL
Gracias a mi integración al club de Química, pude fortalecer mis
conocimientos acerca de esta asignatura. Cuando ingrese al club repasábamos química inorgánica, lo cual era importante pues ya habíamos terminado de estudiarla en las materias escolares, y de esa manera resolví algunas dudas que tenía, o incluso aprendí algunos temas que no pudimos cubrir en clases.
En los siguientes semestres estudiamos química orgánica. Considero
que eso me fue de demasiada utilidad pues tenía planeado entrar al bachillerato químico biológico y me fue de mucha ayuda en el primer periodo en ambas materias, para entender los principales temas de estudio como los compuestos orgánicos, los hidrocarburos y la nomenclatura de estos. Además que los apuntes y los ejercicios me sirvieron bastante como material de apoyo y de estudio. También, en ciertas ocasiones me era de ayuda para mi asignatura de análisis pertinentes a los alimentos, pues en esta materia estudiamos bastante bioquímica y me podía apoyar en algunos datos.
Durante la preparación para las competencias, pudimos estudiar con
apoyo de las maestras, pero también estudiábamos y practicábamos de manera independiente, y eso nos ayudó a resolver nuestras propias dudas y a pedir ayuda. También esto funcionaba como estudio para nuestros exámenes de periodo, o en algunos casos para exámenes de admisión a la universidad.
Con mi participación en el club de Química, aprendí y fortalecí mis
conocimientos de química inorgánica, me sirvió de introducción a la química orgánica, e incluso aprendí algunos conceptos y métodos, que al entrar al bachillerato, me sirvieron para comprender mejor los temas explicados y tener ideas más claras de lo que nos estaban enseñando. También, igual de importante, en el club aprendí a trabajar en equipo, a respetar ideas y opiniones, a conocer nuevas personas y a ser un mejor alumno y compañero, al igual que mejorar la comunicación con los maestros y con otras personas. También me apoye para poder elegir lo que quería estudiar, pues me di cuenta que en verdad me gustaba la química y quiero dedicarme a algo relacionado con esta ciencia.