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En tiempos muy remotos había por un lado una elite diligente y por el otro una pandilla de
vagos y holgazanes. Los primeros acumularon riqueza y los últimos terminaron por no tener
nada que vender excepto su pellejo.
Arranca la pobreza de la gran masa y la riqueza de unos pocos que crece, aunque sus
poseedores hayan dejado de trabajar.
Para esto se deben enfrentar dos clases: los propietarios de dinero, medios de producción y
subsistencia que deben valorizar la fuerza de trabajo ajena que les pertenece, y por otro lado
trabajadores libres, vendedores de esa fuerza de trabajo propia. Son libres en el doble sentido
que no están incluidos entre los medios de producción ni tampoco les pertenecen a ellos esos
medios.
Con esta polarización del mercado de mercancías están dadas las condiciones de la
producción capitalista. La relación del capital presupone la división entre los trabajadores y la
propiedad sobre las condiciones de realización de trabajo.
El proceso que crea a la relación del capital es el proceso de división entre el obrero y la
propiedad de sus condiciones de trabajo, proceso que transforma en capital lo medios de
producción y de subsistencia sociales y por otra parte convierte a los productores directos en
asalariados.
El preludio del asentamiento de las bases del modo de producción capitalista se produjo a
finales de este siglo y principios del XVI. Una masa de proletarios libres fue arrojada al
mercado de trabajo por la disolución de las mesnadas feudales. Las grandes guerras acabaron
con los señores feudales de la vieja nobleza. Para la nueva, el poder es el dinero. Al estar en
auge en ese momento la manufactura lanera se echa de las tierras cultivadas a los
campesinos para convertirlas en praderas ganaderas para las ovejas.
Durante más de un siglo se promulgan leyes para contener el avance de esa expropiación
violenta de las tierras por parte de señores feudales tentados por la riqueza cuantiosa de la
producción capitalista.
Hacia 1750 ya se habían borrado las ultimas huellas de propiedad comunal de los
campesinos. Los terratenientes ejecutaron una usurpación por todo el continente sin ningún
miramiento legal. Libraron las tierras feudales de las servidumbres que la trabajaban e
indemnizaron al Estado con impuestos sobre esta misma. Los capitalistas burgueses
favorecieron la operación para aprovechar la conversión del suelo en artículo puramente
comercial.
“Cuando la tierra cae en manos de unos pocos grandes arrendatarios, los pequeños arrendatarios se
transforman en gente que tiene que ganarse el sustento trabajando para otros y se ve obligada a ir al
mercado para buscar todo lo que necesita… Quizás se efectúe más trabajo, porque habrá más compulsión
en este aspecto… Crecerán las ciudades y las manufacturas, porque más gente, en busca de trabajo, se
verá empujada hacia ellas. Este es el modo en que ha operado la concentración de las fincas arrendadas”
3-Legislacion sanguinaria contra los expropiados de fines del siglo XV. Leyes
rectoras de salarios
Los expulsados de sus tierras no podían ser absorbidos por la manufactura con la misma
velocidad con las que les quitaron sus tierras, y algunos no podían adaptarse a la disciplina de
su nuevo estado. Se transformaron en vagabundos o delincuentes, algunos por inclinación
pero mayormente forzados por las condiciones.
Hubo una legislación sanguinaria contra la vagancia. Los padres de la posterior clase obrera
fueron castigados por su transformación forzada en vagabundos o desocupados. La ley los
trataba como delincuentes “voluntarios”, se suponía que de la buena voluntad de ellos
dependía el que continuaran trabajando bajo las viejas condiciones, ya inexistentes.
Ya en el siglo XV, en Europa comienza a legislarse de manera que la desocupación y
mendigaje sea castigable. A los vagabundos considerados vigorosos y en condiciones de
trabajar, se los azotaba, se los expulsaba de vuelta a su lugar de nacimiento, se les cortaban
parte de las orejas de ser arrestados por segunda vez, en ocasiones incluso eran ejecutados.
Entre otras leyes, en 1547 se establece que el vago debe ser esclavo de la persona que lo
denuncio como tal, en caso de escapar son marcados por hierros calientes, si lo hacen
nuevamente son ejecutados.
Así, la población rural que fue expropiada de sus tierras y reducida al vagabundaje
violentamente y es con una disciplina igual de violenta que se los somete acorde a lo que
requería el sistema del trabajo asalariado.
Se desarrolla una clase trabajadora que reconoce las exigencias de ese modo de producción
como leyes totalmente naturales. La generación constante de una sobrepoblación mantiene la
ley de oferta y demanda de trabajo y los salarios en un lugar conveniente al sistema de
producción capitalista.
La burguesía naciente usa el poder del estado para “regular” el salario, es decir,
para comprimirlo en los límites que a él convengan, prolongar la jornada laboral y
mantener al obrero dependiente. Este es un factor fundamental de la acumulación
originaria
¿De dónde provienen los capitalistas? La expropiación de la población sólo creó grandes
terratenientes.
Después de la revolución agrícola el arrendatario se enriquece con la misma rapidez con que
se empobrece la población de la campaña. La usurpación de las tierras comunales le permite
expandir su ganado sin costo. En el siglo XVI, se suma un elemento fundamental. La
desvalorización de los metales preciosos, y por ende del dinero, abatió el nivel de los salarios.
Una fracción se incorporó a la ganancia del arrendatario, y al subir el precio constantemente
del cereal, carne, lana, y demás productos agrícolas, se engroso considerablemente el capital
del arrendatario y por otro lado el valor de la renta era el mismo establecido
contractualmente antes, bajo el antiguo valor del dinero.
No sólo se obligó a trabajar con mayor intensidad a los asalariados rurales, sino que además
el campo en que ellos trabajaban para sí mismos se achico considerablemente. Se liberan sus
medios alimentarios anteriores, ahora es un elemento material del capital variable. El
campesino arrojado a la intemperie consigue un nuevo amo y, bajo la forma de salario, el
valor de esos medios alimentarios. También la materia prima agrícola destinada a la industria
se convierte en elemento del capital constante.
Ahora las industrias locales, antes disgregadas por la región, están congregadas en pocos
cuarteles de trabajo, como los obreros, como la materia prima. Se convierten de medios que
permitían la existencia independiente de sus trabajadores, en medios que permiten
comandarlos y extraerles el trabajo de manera impaga.
Las grandes manufacturas, como las grandes tierras arrendadas, se componen de muchos
pequeños focos de producción, formados gracias a la expropiación de muchos pequeños
productores independientes.
La expropiación y desalojo de una parte de la población rural no solo pone a disposición del
capital industrial más mano de obra, junto a sus medios de subsistencia y su material de
trabajo, sino que crea un mercado interno. El arrendatario vende ahora como mercancía lo
que antes eran medios directos de subsistencia de los productores rurales. También los
artículos antes producidos en el campo mismo se convierten en artículos manufacturados.
La génesis del capitalista industrial fue acelerada. En la Edad Feudal el capital dinerario
estaba impedido de su transformación en capital industrial. Esas barreras cayeron al
disolverse las mesnadas feudales y al ser expropiada la población rural.
Estos sistemas se fundan sobre la violencia, recurren al poder del estado, la violencia
organizada y concentrada de la sociedad para fomentar el proceso de transformación de la
producción feudal al modo productivo capitalista más rápidamente.
La ocupación inglesa de la India implicó el monopolio del té como también del comercio chino
y el europeo que tenga como destino Oriente. Los monopolios de la mercancía propia de la
Ej. zona fueron una riqueza inagotable a explotar, los mismos funcionarios fijaban los precios, así
la fortuna no paraba de crecer y la acumulación originaria se efectuaba sin necesidad de
adelantar nada.
Por su lado, el sistema proteccionista era un medio para “fabricar fabricantes”, expropiar
trabajadores independientes, capitalizar medios de producción y subsistencia, acortar por vía
violenta la transición de un modo de producción a otro.
Todos los vástagos del periodo manufacturero (sistema colonial, deuda pública, impuesto
abrumador, proteccionismo, guerras comerciales) crecieron inmensamente durante esta
infancia de la gran industria.
Para transformar la industria manufacturera en fabril fue necesario el robo de niños y la
esclavitud infantil, para establecer la proporción entre capital y fuerza de trabajo. En algunas
fábricas se precisaban “dedos agiles y pequeños”, y por esto se despacharon miles de niños
desde hospicios a esas fábricas, donde se los atormentaba hasta la muerte con el exceso de
trabajo, se los azotaba, encadenaba y torturaban.
Todo esto fue necesario para asistir a la creación de las “leyes naturales eternas” que rigen al
modo capitalista de producción. Consumándose así el proceso de transformación, en uno de
los polos, de los medios de producción y subsistencia en capital, y en el otro pala la masa del
pueblo en asalariados libres, ese producto artificial de la historia moderna.
Este modo de producción supone el parcelamiento del suelo y de los demás medios de
producción. Al alcanzar cierto grado de su desarrollo genera los medios materiales de su
propia destrucción. La transformación de los medios de producción individual y dispersa en
socialmente concentrados, y por consiguiente la expropiación que despoja de la tierra y de los
medios de subsistencia e instrumentos de trabajo a la gran masa del pueblo, esa expropiación
terrible y dificultosa de las masas populares, constituye la prehistoria del capital.
No bien este proceso de transformación descompone a la vieja sociedad, asumen una nueva
forma la socialización ulterior del trabajo y la transformación ulterior de la tierra y de otros
medios de producción en medios de producción colectivos, y asume también una nueva
forma, la expropiación de los propietarios privados. Ahora el expropiado es el capitalista que
explota a muchos trabajadores.
La diferencia entre las mercancías que compran y las que venden es el valor
excedente o plusvalía, donde se basa la acumulación de capital. La plusvalía sería el
valor excedente del trabajo no remunerado del trabajador asalariado, que se lo queda
gratis el capitalista. Los medios que se utilizan para aumentar la plusvalía aparecen a
través de la duración de la jornada de trabajo, con el aumento de la productividad o
por la disminución del salario del trabajador.
Por otro lado, afirma que la crisis del capitalismo vendría relacionada con la
superproducción de las fábricas sumada a una población que no tiene recursos para
adquirir aquello que se produce. Además, estas tendrían como futuro la quiebra
debido a la mecanización masiva, ya que las máquinas no pueden ser explotadas
como los trabajadores por lo que esto sería la bancarrota de las empresas.