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NULIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Actualmente en virtud del considerable número de casos, en los que suscitan las controversias
individuales entre las Entidades y las personas, especialmente las referidas al régimen
disciplinario, que es donde los órganos instructores al advertir vicios en sus propios actos
administrativos están declarando la nulidad de oficio de los mismos, argumentando que como
autoridades del procedimiento administrativo disciplinario no estarían sometidas a la
subordinación jerárquica, argumento contradicho tanto por la primera y la segunda sala del
tribunal del servicio civil1, quienes afirman que la nulidad de oficio del acto o resolución debe
ser declarada por el superior jerárquico de la autoridad que emitió dicho acto administrativo
viciado.2

Observando esta situación de disconformidad, y con el fin de hacer efectiva la seguridad jurídica
en nuestro ordenamiento normativo, este tribunal advierte la necesidad de establecer
directrices que garanticen la uniformidad en el trámite de los procedimientos disciplinarios en
primera instancia administrativa, con el fin de garantizar la eficacia de los principios de: i)
igualdad ante la ley; ii) seguridad jurídica; iii) buena fe: iv) interdicción de la arbitrariedad; y, v)
buena administración; que constituyen el fundamento principal de la emisión de precedentes
de observancia obligatoria3.

Nuestro sistema normativo administrativo es de vinculación positiva pues, la actuación de la


Administración Pública está subordinada a lo que establecen las disposiciones legales que
reconoce nuestro ordenamiento jurídico en su integridad, en virtud al principio de legalidad, es
por ello que quienes la integran solo pueden hacer aquello para lo cual están expresamente
facultados, y en las formas que establezcan las leyes, ya que esto supone una garantía para los
administrados frente a cualquier actuación arbitraria de parte del Estado. La ley N°27444, ha
establecido cuales son los actos administrativos (declaraciones de las entidades en el marco del
derecho público destinadas a producir efectos jurídicos sobre intereses, obligaciones o derechos
de los administrados dentro de una situación concreta. Y por otra parte los actos que no gozan
de esta naturaleza (actos de administración interna de las entidades destinados a organizar o
hacer funcionar sus propias actividades o servicios y comportamientos de las entidades). La
diferencia sale a la luz cuando se habla acerca de los efectos del acto 4, mientras que los actos de
administración interna se dirigen a la propia entidad, los actos administrativos se dirigen hacia
fuera, hacia el administrado. Esta misma ley hace la precisión respecto de la clasificación de los
actos de administración, subdividiéndolos en actos de trámite (no contienen una decisión, sino
que permiten a la administración conducir y preparar el procedimiento para la emisión de un
pronunciamiento final) y actos definitorios (poseen una declaración de voluntad). En ese sentido
teniendo en cuenta lo que prevé la Ley N°30057, que ha regulado un procedimiento que tiene
como fin determinar si un servidor civil es o no responsable de alguna infracción disciplinaria,

1
Órgano colegiado encargado de resolver en segunda y última instancia administrativa las controversias
individuales que se suscitan entre las Entidades y las personas a su servicio al interior del sistema
Administrativo de Gestión de Recursos Humanos
2
Conforme con lo establecido en el numeral 2 del artículo 213º del Texto Único Ordenado de la Ley Nº
27444 – Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobado por Decreto Supremo Nº 004-2019-
JUS
3
En uso de la potestad de la Sala Plena del Tribunal del Servicio Civil de emitir precedentes
administrativos de observancia obligatoria, con los efectos y alcances precisados en los Fundamentos
Sexto y Décimo del Acuerdo Plenario aprobado por Resolución de Sala Plena Nº 001-2010-SERVIR/TSC
4
NAPURÍ GUZMÁN, Christian. “Las actuaciones impugnables en el Proceso Contencioso Administrativo
peruano”. Revista Circulo de Derecho Administrativo. Lima, 2012, número 11, p. 112.
este procedimiento se inicia con un acto o resolución de inicio, y concluye con una resolución
que puede sancionar o absolver al procesado. En esta misma línea y en concordancia con los
párrafos anteriores, estos actos son administrativos, uno de trámite y el otro definitivo. Por lo
que por lógica podemos entender que el acto de inicio del procedimiento no es un acto de
administración interna, sino un acto administrativo propiamente dicho, específicamente, un
acto de trámite.

Nuestra legislación en virtud del principio de legalidad, pero sobretodo el de auto tutela
administrativa, permite a la administración publica enmendar sus errores a través de tres
supuestos: la rectificación de errores materiales, la nulidad y la revocación5. Centrándonos
específicamente en la segunda, esta implica dejar sin efecto un acto administrativo por adolecer
de graves vicios contrarios al ordenamiento jurídico.

Ahora bien, con respecto a la función de invalidación de los actos administrativos tenemos que,
el ejercicio de la potestad de invalidación corresponde únicamente a quienes la ley
expresamente haya conferido tal atribución6, la competencia para anular de oficio los actos
administrativos le corresponde por regla general, al superior inmediato de éste de quien emitió
dicho acto viciado, así ejerce control jerárquico sobre la instancia subalterna y, de ser necesario,
dicta las acciones para el deslinde de responsabilidades administrativas a que hubiera lugar.
Asimismo, la norma expresamente, establece que la nulidad de oficio de los actos
administrativos emitidos por autoridades que no están sometidas a subordinación jerárquica
debe ser declarada por la misma autoridad que emitió el acto, con lo que se corrobora nuestra
base primordial, el principio de legalidad.

Si bien las autoridades del procedimiento administrativo disciplinario gozan de autonomía para
desempeñar cabalmente sus funciones, ello no implica de forma alguna que se sustraigan de la
estructura jerárquica de sus entidades y, por tanto, no se encuentren subordinadas a sus
superiores inmediatos, de tenerlos. Así, de una interpretación sistemática de las normas antes
señaladas, se desprende que las autoridades del procedimiento administrativo disciplinario sí
están sujetas a subordinación jerárquica, la misma que se fija bajo el criterio de la línea
jerárquica establecida en los instrumentos de gestión de cada entidad (por ejemplo, el
Reglamento de Organización y Funciones, el Manual de Organización y Funciones, entre otros).
Por esta razón, cuando en el trámite de un procedimiento administrativo disciplinario bajo la
Ley del Servicio Civil se incurra en un vicio que acarree la nulidad de oficio de un acto
administrativo, será el superior jerárquico de la autoridad que emitió el acto viciado quien tenga
la competencia para declarar la mencionada nulidad.

5
Mecanismos que permiten a la Administración revisar sus actos administrativos, regulados en el Texto
Único Ordenado de la Ley Nº 27444
6
Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27444. El numeral 2 del artículo 11º y el numeral 2 del artículo
213º del mismo texto normativo.

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